¿Por qué él? es una de esas películas de las que no dan muchas ganas de hablar o escribir porque casi que no admite análisis. No es buena, te hace reír poco y es extremadamente larga. El único motivo por el cual una persona se sienta a ver un film así es por sus protagonistas. Porque ver a Walter White (el icónico personaje de Bryan Cranston en la serie Breaking Bad) haciendo comedia garpa, o por lo menos esa idea es vendedora. Y por otro lado está James Franco, persona tan talentosa como polémica con su vida y sus decisiones artísticas. Pero un genio al fin de cuentas. Tener a estos dos juntos es lo único que salva a la película de ser una vergüenza total porque hay un par de secuencias graciosas. Pero lamentablemente también se producen unos cuentos silencios donde debería haber risas. El director John Hamburg, quien en su momento hizo la genial Mi novia Polly (2004) y la mediocre I love you, man (2009), viene de guionar la peor película del año pasado: Zoolander 2. O sea, no está en su mejor momento artístico. Aquí abusa (junto con el co-guionista Jonah Hill) de la llamada “comedia norteamericana” y del mismísimo tiempo porque es imposible no mirar el reloj queriendo que termine. En definitiva ¿Por qué él? es un film bastante fallido que solo le sacará al espectador un par de carcajadas y no más que eso.
Esta comedia en la línea de La familia de mi novia se extiende más de lo aconsejable, pero compensa con buenos intérpretes y algunos pasajes inspirados. ¿Por qué él? John Hamburg fue guionista de múltiples comedias (incluida la saga de Zoolander) y de La familia de mi novia. Este último dato no es menor, ya que esta nueva película como escritor y director puede verse como un reciclaje de aquel film de 2000 con Robert De Niro y Ben Stiller. En este caso, los opuestos en pugna son James Franco (como un multimillonario diseñador de videojuegos de Silicon Valley) y Bryan Cranston (el padre de la novia). Laird es un muchacho sin filtro, capaz de decir (y hacer) lo menos indicado y de la peor forma. Ned, en cambio, es un tipo recto y conservador, que además ve cómo su imprenta se está yendo a pique. Tras una accidentada comunicación por Skype en la que Laird aparece desnudo, Ned y su esposa (Megan Mullally) deciden ir hasta California para controlar un poco qué hace su hija Stephanie (Zoey Deutch). Se les une el hijo adolescente (Griffin Gluck), quien no tardará en empatizar con Laird, un joven un poco estúpido, pero de buen corazón, torpe cultor de la new age y dispuesto a todo para conquistar a sus ¿suegros? El realizador de Mi novia Polly y Te amo, hermano concibió la película con ayudas varias de Jonah Hill, Shawn Levy y Ben Stiller. El resultado no es malo, pero tampoco tan sólido como podría haber sido. Los intérpretes están en general muy bien y hay varios pasajes inspirados (sobre todo cuando se apuesta al delirio a-la-Judd Apatow), pero -en una situación infrecuente para la comedia estadounidense- casi todas las escenas (y el metraje final) se estiran demasiado. Cada gag dura un poco más de lo aconsejado y, así, las casi dos horas pierden frescura y contundencia. El disfrute, por lo tanto, termina siendo menor al esperado.
Un producto para el descarte absoluto, sin ninguna huella para dejar en el espectador. Otra comedia más del montón.
La historia funciona sólo por momentos por la sucesión de gags que van construyendo la rivalidad entre los protagonistas. A las morisquetas de Byran Cranston, como el padre, se suma la desbordada energía del personaje que encarna James Franco. Un padre de familia se ve obligado a conocer y pasar unos días con el novio de su hija en esta comedia navideña dirigida de John Hamburg, el mismo director de Mi novia Polly y que también fuera responsable del guión de Los Fockers: La familia de mi esposo. Si en aquella Ben Stiller y Robert De Niro se enfrentaban de manera desopilante, en ¿Por qué él? Ned Fleming -Bryan Cranston, de la serie Breaking Bad- debe evitar que su amada hija Stephanie -Zoey Deutch- se case con su vulgar y millonario novio Laird Mayhew -James Franco-, dueño de un estilo de vida muy particular y de una empresa de videojuegos. De este modo, el hombre de familia conservadora ve que su mundo se resquebraja sorpresivamente ante la nueva "adquisición" de su hija en esta historia que acumula gags de toda clase y estilo, algunos más efectivos que otros. A las morisquetas de Cranston se suman la desbordada energía del personaje que encarna Franco, y también la esposa de Ned -Megan Mullally-, la mujer que se va acomodando a las nuevas conductas de su yerno, mucho más rápido que su marido, y con una de las escenas más graciosas del film. Como en toda producción de este estilo, la historia resulta endeble y funciona a manera de sketches con chistes sexuales y físicos que van construyendo las rivalidad entre los protagonistas, en medio de una trama que apunta al entendimiento y al peligro de los prejuicios. El resto es alocado y desfilan personajes como el entrenador de Laird; el empleado cibernético de Ned; el hijo adolescente fascinado con un mundo nuevo y una casona repleta de animales donde reina el delirio. Tampoco faltarán los cameos de famosos, pero esto lo dejamos en suspenso, entre promesas de casamiento y villancicos navideños.
John Hamburg filmó una de las mejores películas de este siglo, Mi Novia Polly (Along Came Polly, 2004), comedia que fue totalmente subvalorada, pero que logró un anclaje perfecto en la vieja comedia industrial clásica de la época de oro del cine americano, con una pareja de protagonistas que hacían resplandecer su química en pantalla como Ben Stiller y Jennifer Aniston, y personajes secundarios que le daban espesor y calidad a la narración. Cinco años después Hamburg volvió con Te Amo, Hermano (I Love You, Man, 2009), con Jason Segel y Paul Rudd, esta vez combinando modismos de la comedia clásica con algunos toques de la nueva comedia americana, para terminar esta especie de tríptico con ¿Por qué Él? (Why Him, 2016), donde predominan más tics de la NCA, que hacen a Franco y Cranston matarse en pantalla, que de la era del clasicismo. Establecemos que es una especie de trilogía porque la idea es la misma en las tres películas: un inadaptado (Aniston, Segel, Franco) debe buscar puntos en común con un freak control (Stiller, Rudd, Cranston) para que las parejas de protagonistas se modifiquen, crezcan y avancen. Esta idea -troncal en el cine clásico- se vislumbra desde el inicio en ¿Por qué Él?; el espectador avezado, con experiencia, lo detecta. Pero en el camino nos encontramos a un James Franco que aporta todo su talento para generar un caos como el magnate desquiciado de Silicon Valley que le roba a la nena idílica que estudia en Stanford al papá controlador que interpreta Brian Cranston, y deben convivir durante las fiestas navideñas donde intentaran conocerse. Hamburg cambió las formas en estos 12 años desde Mi Novia Polly, comedia absolutamente depurada, a un festival de gags escatológicos, en ¿Por qué él? y principalmente al cambio del idioma. La idea que la comedia cambió no se detecta solamente en que Franco nada en orín de un animal salvaje que aplasta a un adolescente con sus testículos o que Cranston le muerde los testículos a Franco en pantalla; el principal cambio que nos señala Hamburg en estos años es el cambio del lenguaje. No parece ser el mismo idioma inglés el que habla Franco en esta película con el que hablaban Stiller y Aniston hace un poco más de una década. De hecho, la hija de Cranston le señala repetidas veces a Franco el tema de la utilización de las palabras. La comedia juega con ese choque cultural y algunos gags son faltos de timing o fallidos e incluso la química entre Cranston y Franco muchas veces es poco creíble o falla. Es evidente que a Hamburg le costó salir del esquema de personajes adorables, que en Mi Novia Polly brillaban y en Te Amo, Hermano encantaban y divertían, y si bien Franco se termina convirtiendo en un ser adorable porque se modifica, ¿Por qué él? termina siendo una comedia entretenida pero un poco fallida.
De novios y futuros suegros "¿Por qué él?" es lo que se pregunta el protagonista de esta comedia con reminiscencias de aquella que Robert De Niro y Ben Stiller explotaron años atrás bastante más allá de lo prudente. Todo giraba entonces en torno de un único chiste (el desdichado encuentro entre un novio y su futuro suegro). Aquí hay alguna alteración en el reparto de los papeles, bastante menos gracia en diálogos y situaciones, y el inevitable toque de actualidad que presuntamente aporta el humor escatológico. Y si el formal papá se lleva un chasco cuando conoce al pintoresco (y millonario) candidato elegido por su nena, también se entiende que el espectador que pensaba divertirse con el film se pregunte algo parecido: ¿por qué esto?
Suegro y yerno, en pugna cómica Bryan Cranston y James Franco hacen lo posible por sostener esta gastada comedia del director de "Mi novia Polly". John Hamburg se hizo un nombre dentro de la llamada Nueva Comedia Americana gracias a haber dirigido y/o escrito Zoolander, Mi novia Polly y la saga de los Focker (que se inició con La familia de mi novia). Agotada esta última franquicia, ahora intenta hacer lo mismo pero con otro nombre: en ¿Por qué él? hay otra vez un padre (antes era De Niro, ahora es Bryan “Walter White” Cranston) que no aprueba a su futuro yerno (James Franco en lugar de Ben Stiller). Así que lo confronta, mientras el otro intenta seducirlo torpemente. Un argumento tan gastado como los recursos que despliega para causar gracia. Una vez más, el yeite principal es el choque cultural: una formal, cortés, y anticuada familia de clase media se encuentra de visita en la mansión de un millonario, moderno y excéntrico gurú tecnológico. Esta es una película fechada en dos sentidos: es navideña (acá se estrena dos semanas tarde) y está plagada de referencias a la cultura pop actual (Game of Thrones, Kristen Stewart, las series de Netflix). Esos guiños son uno de los chistes infaltables en estas comedias industriales, tanto como los cameos de celebridades (hay un par, incluyendo algunos de personajes tan poco conocidos que hace falta que mencionen su nombre, como el empresario tecnológico Elon Musk). A la fórmula, como de costumbre, también se le agregan un par de gags de humor físico (caídas aparatosas, tropezones y un homenaje explícito a las peleas entre Cato y el Inspector Clouseau en La pantera rosa) y una pizca de escatología (como en Mi novia Polly, Hamburg insiste con los inodoros). El problema no son los recursos en sí, sino que están forzados: parecen copiados de otras películas y pegados aquí sin suerte. Lo más rescatable hay que buscarlo por el lado de la burla a la tiranía tecnológica, a la sobreactuación del ecologismo y la filantropía por parte de los magnates, a la sofisticación de la comida molecular. Y en Gustav (Keegan-Michael Key), el asistente del dueño de casa. Gracias a eso, la parte cómica se sostiene mucho más que la romántica, que carece por completo de interés y puebla a la película con cantidad de escenas de conflictos que aburren y alargan todo innecesariamente (dura casi dos horas). Da un poco de lástima ver a dos talentos como Cranston y Franco tratando de sacar adelante películas como estas. En fin: no siempre se puede protagonizar Breaking Bad.
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Tal para cual En ¿Por qué él? (Why him?, 2016) el estructurado Ned Fleming (Bryan Cranston), un padre de familia que ve como su imprenta comienza a tambalearse a medida que el progreso y las .com avanzan, recibe la noticia que su hija Stephanie (Zoey Deutch) está conviviendo con Laird Mayhew (James Franco), un excéntrico billonario mayor que ella, decide tomar cartas en el asunto y evitar que el próximo paso sea el casamiento entre ambos. La dirección de John Hamburg, responsable de los guiones de clásicos de la comedia como La familia de mi novia (Meet the parents, 2000), Zoolander (2001) y Los pequeños Fockers (Little Fockers, 2010), construye un relato que si bien es efectivo termina por descansarse en el histrionismo y carisma de sus protagonistas siendo éste su único punto a favor. Así, en la sucesión narrativa, lo que el espectador podrá ver es un duelo actoral que potencia su propuesta, pero las situaciones incorporadas en el guion se desdibujan. James Franco hace de James Franco, con su incorrección política, su amor por las drogas, su escatología a flor de piel, sus ganas de estar todo el tiempo hablando de sexo, mientras que Bryan Cranston hace de un cascarrabias chapado a la antigua que no puede creer que su hija, a quien cuidó y amo con esmero esté a punto de tirar todo por la borda al aceptar la propuesta de matrimonio de su novio, el peor espécimen -a su entender- con el cual podría emparentarse. El film aborda el enfrentamiento, con una necesidad de explorar el género muy superficialmente, por lo que al avanzar el relato cualquier presunción de estar viendo algo novedoso termina por imponer una mirada compasiva sobre los personajes perdiendo la fuerza de la incorrección que en el arranque se vislumbraba. Hay algunas situaciones que funcionan, pero que no pueden seguir sosteniendo la falta de dirección del film. También hay algunos gags, relacionados a la buena posición del candidato y sus “excentricidades”, como una secretaria virtual con la voz de Kaley Cuoco (protagonista de The Big Bang Theory) u otros chistes que terminan por disolverse en cuanto la broma termina siendo una escena de 20 minutos viendo como un bidé incorporado a un inodoro será la solución a uno de los tantos de miles de problemas que Ned tenga en la casa de su futuro yerno. El elenco de ¿Por qué él? se completa con la veterana Megan Mullally, Bob Stephenson y Zack Pearlman, entre otros, caras habituales de films cómicos, más el plus de algunos cameos de la farándula local norteamericana (un cocinero de un reality, por ejemplo), que deja afuera a la audiencia foránea. Con muchas similitudes a La familia de mi novia, en tanto el contraste entre lo nuevo y lo viejo, la tecnología y el anacronismo, lo analógico y lo digital, y, principalmente por el enfrentamiento disparador de la narración, la historia que ¿Por qué él? transita termina por caer en el humor soez y, principalmente, carente de ideas nuevas.
DE PRESENTACIONES, MILLONARIOS Y DELIRIOS Una comedia con muchos nombres de prestigio, los protagonistas Brian Cranston y James Franco, el director y coguionista John Hamburg, productores como Jonah Hill y Ben Stiller. La historia de presentación de los padres de la novia con un futuro esposo políticamente incorrecto pero supermillonario. Una especie de “Fockers” en situación inversa. Un empresario medio, muy conservador que conecta con la “locura” de un novio demasiado liberal para su hija adorada. Después de una presentación casual y poco ortodoxa llega la invitación para pasar navidad en la casa del candidato. Una mansión donde se mezclan oficinas, empleados, y todo el desborde posible por caerles bien a los futuros suegros que no paran de espantarse. El ritmo se mantiene, hay momentos delirantes y frenéticos, algunos tiernos lugares comunes e invitados espaciales. Una formula probada que tendrá buena repercusión de publico y que resulta un entretenimiento logrado.
Crítica emitida por radio.
Demasiado parecida a la saga La familia de mi novia. Y demasiado larga. Son las dolencias principales que aquejan a esta comedia de fórmula. Unir a Bryan Cranston con James Franco en un film con este título anticipa bastante: el mayor es un tipo conservador y amante de la normalidad; el menor, un tatuado que dice fuck todo el tiempo y no tiene ningún tipo de filtro. Pero es millonario, tiene buen corazón, y es el amor de la vida de su amada hija. Los opuestos condenados a llevarse bien, buenos intérpretes y un asunto divertido. Algo falló para que no divierta tanto.
Una comedia romántica de manual capaz de sacarte algunas risas. El talento de sus intérpretes termina compensando un guion poco original. ¿Por qué él? (Why Him? 2016) reflota un concepto bastante utilizado en las comedias románticas: un padre conservador se encuentra con el nuevo novio de su hija, que no logra colmar sus expectativas y da pie a situaciones hilarantes. El director John Hamburg (I Love You Man 2009, Zoolander 2001) supo escribir el guión de una gran película con esta misma premisa. Hablamos de La Familia de mi Novia (Meet the Parents 2000), film en el que Ben Stiller hacía todo lo posible para caerle bien a un estricto Robert De Niro y ganarse su bendición para casarse con su hija. Los buenos proyectos que Hamburg escribió fueron estirados como franquicia, dando como resultado películas de una calidad bastante inferior a sus predecesoras —La Familia de mi Novia fue trilogía con Meet the Fockers 2004 y Little Fockers 2010. Y no me hagan hablar de la infame Zoolander 2, 2016—. Ned Fleming (Bryan Cranston) es un padre sobreprotector dueño de una imprenta que en su fiesta de cumpleaños se entera de la peor manera que su hija mayor está en pareja. La joven estudiante universitaria Stephanie Fleming (Zoey Dutch) quiere que su familia viaje a California por las fiestas para conocer a su novio, Laird Mayhew (James Franco). Para sorpresa de Ned y su esposa Barb (Megan Mullally), Laird no es ningún fracasado, sino que es un importante y acaudalado desarrollador de videojuegos móviles. Laird no es cualquier niño rico excéntrico de Sillicon Valley: a pesar de su evidente falta de modales, tendencia a la vulgaridad y el lenguaje obsceno; su personalidad extrovertida, carácter amable y su constante deseo de complacer a los demás termina ganándose a la familia de Ned. El personaje de Cranston no termina de simpatizar con su futuro yerno y pretende separar a la parejita, pese a que Laird hará todo lo posible para conseguir la aprobación de Ned y su bendición para casarse con Stephanie. La película recicla fórmulas bastante vistas en films anteriores. La historia es bastante simple, como una versión sucia de Meet the Parents y el humor descansa demasiado en obscenidades, situaciones escatológicas y gags físicos. Un par de buenos chistes se repiten una y otra vez a lo largo del film, lo que resulta bastante molesto (que sea gracioso la primera vez no significa que me haga reír siempre si lo vuelven a hacer 3 o 4 veces). Más allá de estas fallas que empañan un poco al film, el aspecto más positivo de ¿Por qué él? terminan siendo sus protagonistas. Bryan Cranston encarna a un padre amoroso, un hombre común que se desvive por su familia. Bryan saca a relucir su habilidad para la comedia que todos conocimos en Malcom in the Middle (2000-2006) y por momentos parece que actúa por encima de lo que el flojo libreto requiere. James Franco está en su salsa, un actor que siempre cumple a la hora de ponerle el cuerpo al humor físico y generar situaciones incómodas y absurdas. El personaje de Megan Mullally acompaña bien a la pareja protagonista, teniendo algunos buenos momentos a lo largo del film. Otro que se destaca es Keegan-Michael Key (MadTV, Tomorrowland) como Gustav, el asistente y personal trainer de Laird. ¿Por qué él? termina siendo un film divertido que puede hacerte reír un poco. Sin dudas la película podría haberse beneficiado de tener unos 20 minutos menos de extensión y aprovechar mejor a sus personajes principales con un planteo un poco más original.
EL VIEJO TRUCO Laird (James Franco) se hizo millonario diseñando viedeojuegos, Ned (Bryan Cranston) tiene una empresa gráfica y le va cada vez peor porque ya nadie imprime nada. El muchacho es irreverente y está locamente enamorado de Stephanie (Zoey Deutch), la hija de Ned, así que hay que juntar a los dos opuestos, entonces la chica invita a sus padres para que conozcan al desbordante Laird, que habla sin filtro, putea, mete la pata con ganas pero bueno, es simpático y quiere mucho, pero mucho a Stephanie. La película transcurre por los carriles esperables, esto es, dos tipos bien diferentes, separados geracionalmente y sobre todo, por la disputa del amor de la chica en cuestión, se van a odiar, se generarán momentos incómodos, el choque de mundos tendrá sus momentos más o menos divertidos y al final, se darán cuenta que son más las cosas que los unen que las que los separan, etcétera. El director John Hamburg es el mismo de Mi novia Polly y Te amo, hermano pero sobre todo, guionista de películas como Zoolander y La familia de mi novia. Y si, de esta último título es de donde saqueó la historia para este Frankenstein, una película que se sostiene por el carisma y el desborde de Franco (un poco pasado de rosca), el balance que establece el oficio de Cranston y un puñado de gags divertidos pero que la mayoría de las veces se extienden demasiado -las referencias al inspector Clouseau y su sirviente Cato de La pantera Rosa están absolutamente desaprovechadas, tanto como la como la presencia de Kiss-. Y si a todo esto se le suma la moralina que atraviesa todo el relato y que se acentúa hasta límites insoportables al final, el resultado es el de una comedia que pudo ser efectiva pero que se quedó a medio camino. ¿POR QUÉ ÉL? Why Him?. Estados Unidos, 2016: Dirección: John Hamburg. Intérpretes: James Franco, Bryan Cranston, Zoey Deutch, Megan Mullally, Griffin Gluck, Keegan-Michael Key, Adam Devine, Zack Pearlman, Casey Wilson y Cedric the Entertainer. Guión: Ian Helfer y John Hamburg. Fotografía: Kris Kachikis. Música: Theodore Shapiro. Edición: William Kerr. Diseño de producción: Matthew Holt. Duración: 111 minutos.
Menos pregunta Dios… El espíritu navideño continúa presente en cartelera cinéfila con un tinte de comicidad y renombradas figuras como parte del elenco. En esta ocasión es el realizador John Hamburg quien suma al desfile de comedias trilladas su último trabajo ¿Por qué Él? (Why Him?, 2016) y juega todas las cartas a repetir la ecuación que mejor resuelve: entretener. Su nueva entrega ofrece al espectador un interesante cóctel con un dejo tinte risueño similar al que utilizó en Mi Novia Polly (Along Came Polly, 2004), una pizca de la rítmica de la saga Los Fockers, y como frutilla del postrem el mítico y osado personaje Zoolander (2001), que anima la gala. Así de simple: quien haya visto Fiesta de Navidad en la Oficina (Office Christmas Party, 2016), cuya premisa pareciera rondar si logrará la magia Navideña salvar la firma que está a punto de quebrar, aquí verá algo parecido. Ahora la pregunta será: ¿logrará Laird (James Franco) entrar en la familia y pertenecer al clan antes de la fiesta de Navidad? Sin mayores expectativas que resolver esa cuestión, la trama avanza en torno a cómo actúa un padre sobreprotector frente a un yerno que no cumple con sus expectativas. Ned (Bryan “Walter White” Cranston) visita a su hija en Standford para conocer al multimillonario de Silicon Valley, Laird, quien desde el primer momento intentará ganar la aprobación de su suegro para casarse con la joven. FIN. Tranquilamente el análisis del film podría terminar ahí ya que la narrativa no ofrece nada nuevo y, a grandes rasgos se asimila -quizás por demás- a La Familia de mi Novia (Meet the Parents, 2000). Sin embargo, por momentos tiene gags que funcionan y hay un detalle que rompe la estructura: la incorporación de la tecnología como naturalización social y cómo esta es puesta en juego para adaptar lo viejo con lo nuevo, lo dado con lo moderno, etc. Este costado resulta interesante en el siglo XXI, más aún si se lo extrapola al campo de análisis terapéutico, donde es materia de estudio la dificultad de ciertas personas para adaptarse a los tiempos que corren. Así se ve cómo Ned no encaja en la casa de Laird, que cuenta con una batería de objetos tanto muebles como inmuebles, que hacen todo por él, y mientras le da el confort de gozar de su tiempo libre, lo atonta intelectualmente. Pero es Ned quien se sentirá un tonto al no poder utilizar el inodoro electrónico mientras un soft que controla la casa mediante sensores y un software todo lo escucha y todo lo “ve”. Párrafo aparte para el elenco. Hamburg pensó muy bien cómo vender la película y encontró la solución en los dos protagonistas, Bryan Cranston y James Franco, no solo porque se los ve impecables en los papeles, sino porque siguen sorprendiendo y demuestran, una vez más, su enorme potencial actoral. Se meten de lleno en la piel de estos personajes cómicos y logran salir de sus roles atípicos y emblemáticos como cada uno en sus papeles más emblemáticos. Ambos se lucen, pero asombra cómo el carismático personaje principal, Laird, roza lo chabacano y recuerda al padre de Greg Focker (Dustin Hoffman) mediante los comentarios inapropiados que hace de su suegra y su constante asociación de temas con la sexualidad. De igual modo ocurre con Cranston respecto al Robert de Niro de aquella saga. ¿Por qué Él? aporta su granito de arena a las comedias norteamericanas circundantes en esta playa de surfistas, pero no logra alcanzar la cresta de la ola. ¿Será que el orden de los factores altera el resultado? ¿O que, como suele ocurrir, esta nueva comedia recuerda aquellas genialidades, pero no las supera? “Es hora de adaptarse a los nuevos tiempos que corren”, algo que quizás John Hamburg debería comenzar a replantearse en trabajos futuros. Quizás con un simple cambio de paradigma obtenga un mejor resultado frente al espectador que parece salir ofendido de la sala en lugar de gozar y reír con este mix que está a un paso de resultar un verdadero combo explosivo y dejar al director fuera de carretera.
Cuando los padres descubren que su hija que vive alejada de ellos está saliendo con un muchacho al extraño, vuelan para conocerlo y saber como están. El novio de la nena es un multimillonario, excéntrico que vive en una mansión temática. Es una comedia ligera, ágil, llena de gags y humor. Bryan Cranston es un gran comediante, James Franco está bien, hasta hay una especie de gurú, Gustav Laird (Keegan-Michael Key) haciendo un homenaje al film "La Pantera Rosa" con Peter Sellers (Insp. Jacques Clouseau y Cato). Algunos personajes están desaprovechados. Si bien no cuenta con un gran guión, cumple con la propuesta te entretiene y divierte.
Why Him? no le hace justicia a John Hamburg. El nombre no se reconoce de inmediato, pero sin duda se ha disfrutado de su trabajo. Dirigió Along Came Polly, una comedia que se codea con las grandes de la última década gracias a la hilarante labor de Philip Seymour Hoffman, así como uno de los bromances definitivos de estos años con I Love You, Man, fortalecido también por los sentidos trabajos de Paul Rudd y Jason Segel. Además colaboró en los guiones de otros clásicos del género con el sello de Ben Stiller, como Zoolander o la saga Meet the Parents, una a la que remite directo con su film más reciente. Otro que tiene una destacada dupla frente a cámaras, pero que no alcanza para sobreponerse a una fórmula gastada y a un humor estanco.
En la línea de 'La familia de mi novia', John Hamburg nos presenta una hilarante historia acompañada de muy buenas actuaciones. Ned (Bryan Cranston), un estructurado y abnegado padre de familia que posee una imprenta venida a menos debido a que el avance de la tecnología amenaza con extinguir el papel, recibe en el día de su cumpleaños un escandaloso mensaje por parte de su hija que lo instará a juntar a los miembros restantes de la familia para ir a visitar a la joven en época de Navidad. Apenas el clan llegue, conocerá a Laird (James Franco), el nuevo novio de Stephanie (Zoey Deutch), un ser extravagante, algo vulgar y frontal, que se hizo millonario gracias al desarrollo de un exitoso videojuego. Y será en la excéntrica mansión del magnate —donde se puede encontrar desde un rinoceronte conservado en orina hasta carne de oso como primer plato de un menú— que se desatará una confrontación entre padre y novio. En medio de malentendidos y situaciones embarazosas, Ned, que en el nuevo ámbito se siente como pez fuera del agua, no querrá saber nada de su futuro yerno, mientras que Laird, tratando de hacer lo imposible por impresionarlo y conseguir su bendición, no hará más que distanciarlo con sus estrafalarios comportamientos. ¿Por qué él? es una comedia correcta y con buenas intenciones. Cranston, bien alejado de su papel del introvertido químico en Breaking Bad, demuestra lo dúctil que puede ser como actor y se adapta a la perfección a la comedia física. Por su parte, James Franco se pone en la piel de un personaje que ya ha interpretado en otras ocasiones y le queda muy bien. Si bien la película no aporta nada novedoso a la ya conocida fórmula de la comedia navideña, y por momentos el ritmo decae debido a que las situaciones se estiran demasiado, Franco y Cranston imprimen tanta humanidad a sus personajes, que dotan de profundidad a estereotipos de sobra conocidos.
Una fórmula que se repite mucho John Hamburg, el director de "¿Por qué él?", ya había escrito una comedia de un padre que no se llevaba bien con el novio de su hija, "La familia de mi novia", con Robert De Niro y Ben Stiller, que no por nada es una de las películas más repetidas en la TV abierta y en el cable. Ahora lleva la misma idea a un terreno más exagerado y guarro. Esta vez el padre es el moderado, y el descontrolado es el novio de su hija. Zoey Dutch es la adolescente, la mayor de una familia de clase media tradicional, que está en una relación con un hombre mayor que ella, el treinteañero James Franco, millonario gracias a sus negocios de internet. Es malhablado, tatuado y mal vestido, además de poseedor de un pésimo gusto que exhibe en la mansión adonde ha invitado a la familia de su novia a pasar un fin de semana festivo. Bryan Cranston ("Breaking Bad") es el padre que no soporta a su posible futuro yerno, por razones que en parte están a la vista pero que también tienen que ver con la indigestión de reconocer que a ese payaso le haya ido mucho mejor en los negocios que a un tipo como él. Con dos buenos actores como Franco y Cranston en los protagónicos la película no puede ser mala del todo, y lo cierto es que en algunas ocasiones hace reír. Lamentablemente, más allá de lo desaforado de los chistes sexuales y escatológicos, muchos no funcionan nada bien, lo que hace que las casi dos horas de metraje se vuelvan bastante cuesta arriba. Mejor volver a veren la pantalla chica "La familia de mi novia".
El lado B de La familia de mi novia. La película está dirigida por John Hamburg y producida por Ben Stiller, escritor -el primero- y actor -el segundo- de la comedia Meet the Parents (2000) que aquí se tradujó del inglés con el título La familia de mi novia. La referencia al film no es gratuita, pues se presenta como una inversión de aquel argumento. Refiero brevemente su estructura: Greg, en plan de formalizar y proponer matrimonio a su novia, viaja para conocer a la familia de la muchacha, con cuyo padre sobreprotector y chapado a la antigua (un excelente Robert De Niro) entablará un vínculo muy conflictivo, intentando sabotear la relación. Sobre esta premisa básica se arma el relato que aquí nos ocupa, pero con una serie de inversiones: 1) En Meet the Parents son los novios los que viajan y se introducen en la casa de los padres, debiendo convivir con las reglas de éstos; en Why Him?, en cambio, son los padres los que viajan y asisten como invitados a la casa del novio, teniendo que adaptarse a las reglas y costumbres exóticas del novio de la hija. 2) En Meet the Parents la familia de la novia tiene una solvencia económica con la que sólo podría soñar el humilde enfermero que la hija presenta por novio. En Why Him? es el novio quien ha sido beneficiado con tales dones materiales. 3) En Meet the Parents es Greg quien, por pedido expreso de su novia es conminado a tratar de agradar y seducir al padre de la muchacha; en Why Him?, es el padre, conminado por la hija y la esposa quien se ve obligado por las circunstancias a hacer un esfuerzo de conciliación. En ambos relatos la dirección narrativa sigue idéntico curso: el novio ha planeado sorprender a la muchacha con una propuesta de matrimonio, estrategia que es descubierta por el padre, quien intentará sabotear la relación, lo cual no llega a ocurrir del todo, siendo el padre quien queda realmente expuesto ante la familia como un competidor ilegítimo del novio, teniendo que disculparse y ayudar a restablecer la armonía amorosa y familiar. Sin embargo, y a pesar de estas semejanzas estructurales entre Why Him? y Meet the Parents, el relato contemporáneo no funciona como el primero, y el motivo es simple: el personaje que aquí debiera encarnar el lugar de la inadecuación (el padre) no ha sido diseñado suficientemente acorde a ese perfil, queriéndose hacer más énfasis en el novio de la muchacha (James Franco), al cual se lo muestra impúdico, desubicado, etc. , frente a los valores conservadores del padre de la novia. Pero el novio no es quien debiera desplegar la comicidad, o no exclusivamente. Pero el film ha decidido que éste es el sujeto cómico, y sin embargo no hay una estructura narrativa suficientemente sólida para justificar dicha decisión, y los gags singulares que se presentan no siquiera suficientemente en número e ingenio como para compensar la mezcolanza estructural que se ha planteado. Si se ha decidido que debe ser el padre quien enfrente el conflicto de la inadecuación, pues el personaje que encarna un correcto Bryan Cranston hace poca justicia a tal encomienda. Si en cambio la idea era centrar el relato en torno al carácter inadecuado del novio, dicha pretensión se hunde permanentemente pues no hay condiciones narrativas objetivas que sostengan esa decisión: Laird es un hombre exitoso y reconocido en su negocio, honesto, amable y hasta conservador. Prácticamente es un sinónimo del padre de su novia, y allí radica el principal error narrativo. La narración, tal como está planteada, hubiese requerido un vínculo antagónico de personajes contrarios que se despliegue, no sólo en las formas, sino también en el contenido (estrategia propia del buddy film). Sin embargo las diferencias con que pretende disfrazarse al novio, son secundarias y superficiales, y bajo esa epidermis, se esconde un novio conservador, con tendencia a la infantilización de la muchacha, etc. El reparto de la película era prometedor, pero el diseño y el reparto de los gags ha sido muy mal planificado, y se han desperdiciado excelentes actores, como Megan Mullally y el propio James Franco.
John Hamburg dirigió Mi novia Polly, pero para hablar de su última película es más conveniente remontarse a su trabajo como guionista de La familia de mi novia y sus dos (bastante más flojas) secuelas. ¿Por qué él? parte casi de la misma idea, al punto tal de que si no se tratara del mismo guionista y no estuviera involucrado Ben Stiller en la producción, podríamos pensar en un plagio. Pero se trata de un autoplagio con una vueltita de tuerca: acá no es el novio el que va a visitar a la familia de la novia, sino que es la familia de la novia la que va a visitarla a la casa del novio; y no es el novio quien resulta avasallado por la personalidad intimidante de su suegro, sino al revés. Detalles, enroques de personajes, no mucho más. Ned Fleming (Bryan Cranston) es un padre de familia chapado a la antigua, dueño de una imprenta que está a punto de entrar en bancarrota (¿quién usa papel hoy en día?) y cuya hija perfecta y mimada que estudia en Stanford, Stephanie (Zoey Deutch), lo invita a pasar la Navidad a California para conocer a su nuevo novio. Ahí va el pobre Ned junto a su mujer Barb (Megan Mullally) y su hijo adolescente Scotty (Griffin Gluck). En California se encuentra con que el novio de la nena es un magnate de la informática que vive en una mansión repleta de mayordomos y dispositivos electrónicos. Laird Mayhew (James Franco) es un tipo demasiado extrovertido y malhablado que choca contra la personalidad reservada de Ned. De ese choque debería surgir la comedia. El problema es que más allá de que Cranston y Franco son muy simpáticos y que ahí están la siempre eficiente Mullally (la recordaremos como Tammy Two en Parks and Recreation) y un par de secundarios (se destacan Zack Pearlman y Keegan-Michael Key, desaprovechado está Cedric the Entertainer), la cosa nunca termina de levantar vuelo. Los pequeños cambios que hay acá respecto de la idea original de La familia de mi novia resienten el producto final (un poco como pasó con las secuelas de esa misma película). Siempre va a tener más potencial un suegro amenazante que un yerno maleducado. La película nunca logra despegarse de un Franco en cuero diciendo “fuck” todo el tiempo y un Cranston en plan Javier Portales en El manosanta. Pero al personaje de Franco le falta la picardía de Olmedo, que miraba al público detrás de sus lentes buscando complicidad, y en cambio es un ingenuo sin filtro pero con buen corazón. Aún así la película consigue un par de momentos graciosos, aunque eso depende mucho de si uno está dispuesto a reírse con los chistes de pedos y sexo a los que nos tienen acostumbrados las películas de este grupo de amigos (Jonah Hill es el autor de la historia). Cuando pasa la irritación inicial y ya nos resignamos a que estamos viendo una sombra muy pálida de La familia de mi novia, ¿Por qué él? tiene un par de situaciones efectivas que bien podrían pertenecer a un sketch de Hugo Sofovich. Digo esto en favor de la película y no en desmedro de Sofovich.
Crítica emitida en Cartelera 1030 –Radio Del Plata AM 1030, sábados de 20-22hs.
LA DE CRANSTON Y JAMES FRANCO, NADIE RECORDARA SU TITULO La sociedad que conformaron Bryan Cranston, James Franco y John Hamburg nos interesó desde el vamos: el director cierra con ¿Por qué él? su trilogía de comedias que había empezado con la exitosa Mi novia Polly y continuado con Te amo, hermano. La historia es bien recurrente: suegro no acepta yerno. De todos modos, quien fuera también el guionista de La familia de mi novia propone aquí algo distinto: el uso de la tecnología como elemento principal de la comicidad. Laird (Franco) la pegó con un videojuego y es rico, mientras que el padre de su novia, Ned Fleming (Cranston), está por quebrar con su imprenta; en el medio estará la aceptación familiar y un pedido de matrimonio precoz. El personaje femenino en disputa queda relegado, ni sale su nombre en el cartel de la película. Termina siendo todo entre Franco y Cranston que, a pesar de alcanzar un alto vuelo en los pasajes finales, no saben retroalimentarse de los personajes secundarios. Es una pena, porque hay algunos muy interesantes (por ejemplo, el mayordomo) que jamás crecen o los dejan crecer. La hija soñada de Cranston y novia de Franco -que actúa en gran parte de sí mismo- atravesará ciertos dilemas éticos en medio de lo bizarro e inmoral. Pese a garantizar el entrenamiento, el guión de ¿Por qué él? no es nada virtuoso y se guarda toda la artillería de gracia para el final. Hay chistes moralmente incorrectos de todos colores, desde nuevas etimologías del porno hasta burlas interminables sobre el arte contemporáneo. Está propuesta como una comedia romántica pero se convierte, y muy rápido, en un duelo entre los protagonistas para ver quién se sale con la suya. Es interesante cómo la película está contada desde la óptica de los millennials: en un ágape a la familia Fleming, los amigos de Laird le aconsejan al hermano menor que ya se ponga en autos con la programación, que es el futuro, y otros le dicen a Ned que con su empresa de postales digitales seguramente sean los que lo dejen sin trabajo. Después aparece una banda de rock clásico que es sinónimo de juventud y fiesta, el menú principal. La Navidad es el telón de fondo de esta particular reunión, aunque no cae en los clichés de la festividad, más bien sabe capitalizarlo en los momentos indicados. La música es intrascendente, salvo una canción conocida que le sirve de leitmotiv para ver si en la pareja en cuestión uno está hecho para el otro, o no. Lejos de innovar como intuimos al principio con esta propuesta, Hamburg recurre a dos o tres fórmulas que repite hasta el cansancio. Apenas entretiene, por los protagónicos (al fin Cranston regresó a la comedia) y el papel picado de los geeks utilizados. No mucho más que eso.
Vídeo Review
OPUESTOS QUE SE POTENCIAN. El director de Mi novia Polly y también guionista de Zoolander y las películas de La familia de mi novia, John Hamburg, es acá el realizador y guionista a cargo. Hamburg tiene a Jonah Hill como uno de los creadores de la historia y a Shawn Levy y Ben Stiller como los productores. Comedia americana del siglo XXI en estado puro, que quede claro. El punto de vista acá es el de la familia de la novia y no la del yerno, como ocurría en las famosas películas escritas por Hamburg y protagonizadas por Ben Stiller y Robert De Niro. El conservador padre de familia interpretado por Bryan Cranston debe conocer al impresentable millonario creador de videojuegos interpretado por James Franco. Son ellos dos los grandes opuestos de la película. La joven que los une queda un paso atrás, así como la madre y el hermano. Una visita a la casa del excéntrico joven es todo lo que se necesita para crear la comedia. El humor es fuerte, violento y escatológico, como muchas comedias actuales, en particular las protagonizadas por James Franco. Aunque todo esto dentro del marco de la comedia es más liviano de lo que parece, los cultores de una comedia más liviana no van a divertirse tanto con algunos de los buenos pero no muy sutiles chistes que la película tiene. Los personajes secundarios funcionan todos bien y los chistes también son efectivos, tal vez la tensión entre ser una comedia moderna y ser a la vez un film navideño le quite un poco de fuerza hacia el final, pero en ningún momento la película se vuelve sensiblera. El punto más fuerte son sin duda los dos grandes actores que llevan a cabo la trama. Franco está en su mejor forma y Bryan Cranston vuelve a demostrar que es un talento para la comedia, como en la recordada serie Malcolm in the Middle. Una sorpresa extra en el final le agrega algo de alegría y le saca cualquier peligro de caer en la solemnidad.
Llega a las carteleras Por qué él, una típica comedia norteamericana con el extraño dúo Bryan Cranston-James Franco al frente. ¿Por qué él?, se preguntarán tantos padres a la hora de conocer al novio de su hija, especialmente si éste es un excéntrico, desenfadado y en apariencia irresponsable, alejado de la imagen de la chica universitaria con futuro prominente. En este caso, la película está dirigida por John Hamburg, uno de los guionistas de La familia de mi novia y además director de Mi novia Polly, y producida por Ben Stiller con una historia ideada por Jonah Hill. Tras una premisa utilizada hasta el hartazgo en la comedia, el principal atractivo del film está compuesto por su extraño dúo protagónico: Bryan Cranston y James Franco, éste último ya más cómodo en el género. En las diferencias y similitudes que comparten ambos personajes radica gran parte de lo atractivo del film. De ¿Por qué él? no se espera demasiado y ése es un punto que tiene a favor. Hay algunos buenos chistes, pero la mayoría ya se pueden ver en el trailer, y tiene un par de apariciones estelares que aportan. Hay otros tantos que son tan predecibles como poco graciosos, pero en general la película se desenvuelve de manera bastante decente, como sus protagonistas. Bryan Cranston logra despegarse de la imagen a la que uno inevitablemente lo tiene asociado, y el multifacético James Franco continúa destacándose más en este género que en otros tantos y rubros donde se ha probado. A los actores se les permitió improvisar mucho durante el rodaje y es así que se grabó una cantidad de material excedente que derivó en una especie de recorte de dos horas de duración, y esto se nota en lo despareja que es a nivel narración y edición, escenas que saltan de una a otra sin mucha coherencia a veces. Aun así, ¿Por qué él? es una agradable comedia, con personajes interesantes y buenas actuaciones. Con un guión predecible que funciona sólo de a momentos, al igual que el humor al que apuesta, sirve para pasar el rato sin muchas más pretensiones.
El corazón de los demás. Ned Fleming (Bryan Cranston) se entera que su hija veinteañera está en pareja después de no haberla visto durante un año. El problema es que se entera de la peor manera. Por teleconferencia la familia completa alcanza a ver cómo un energúmeno entra en la pantalla bailando desnudo, el novio. Entonces todos deciden viajar para conocerlo. Ned Fleming y su familia se quedarán a convivir en su casa durante los días navideños ya que Larid (James Franco) es un excéntrico multimillonario creador de aplicaciones web. Esto incluye: tatuarse los miembros de la familia en la espalda, convivir en la mansión con cientos de nerds programadores, fiestas con drogas, alcohol y desinhibiciones varias. Así pasará los días Ned, convenciéndose cada vez más que Larid y su insólita vida no son para su hija. Ya que a Ned le cuesta ver qué sucede en el corazón de los demás, tanto en el de novios como en el del resto de su familia. John Hamburg, el director de Mi Novia Polly y la genial Te amo, Hermano también aportó en los guiones de la saga de Los Fockers. Aquí podría pensarse que se trata de un tema parecido, la clásica relación ríspida yerno-suegro. Pero ¿Por qué él? no es tan clásica, es diferente y original. Aquí el novio despreciado no es nada malo, no tiene maldad. Como tampoco el padre, no son personajes severos. Es más, se podría decir que el novio es demasiado bueno. Es abierto, sincero y exageradamente sensible. Es también un poco tonto, pero es programador y trabaja desde los 13 años. Así, la habilidad de la narración reside en cómo el padre de la novia desconfía de un pretendiente sensible, pero complejo. Una gran escena es cuando el sirviente de Larid lo ataca sorpresivamente para prepararlo, ya que es un millonario que no usa guardaespaldas. Se trata por supuesto de un gag de La Pantera Rosa, donde Cato ataca al inspector Clouseau para entrenarlo. Pero John Hamburg, lejos de sacar esa escena del guion final para que no se huela a copia, decide dejarla y hacer explícito el homenaje. El padre hace referencia a la película y Larid parece no haber escuchado nunca sobre La Pantera Rosa, otro motivo para odiarlo, que no conozca lo mejor de la comedia clásica. Más allá del gag, a John Hamburg le interesa el cine, le interesa más hacer un link a Blake Edwards y Peter Sellers para las nuevas generaciones. Otro elemento esencial en las películas de este director es el rock. Como en Te amo, Hermano donde hacer música de Rush unía verdaderamente a los dos amigos protagonistas, aquí Kiss es la figura, uniendo a las dos generaciones y además terminando con los Ramones y su Merry Christmas (I Don't Want To Fight Tonight) en los créditos. ¿Por qué él?, con tal vez tonos escatológicos excedidos para cierto público y con un gran final sorpresivo, no muestra confusiones de personajes mezquinos, sino que muestra el desconcierto ante el amor extraño, el problema de entender el misterioso corazón de los demás.
Una comedia trillada pero muy divertida plagada de gags de todo tipo. Sorpresivamente lo peor es la actuación de los líderes de Kiss, donde Gene Simmons y Paul Stanley parecen dos paquetes forzados a actuar con punta de pistola. Soy
No sueltes la mano de Seth Rogen Siempre fui una persona que bancó mucho a James Franco y todos sus amigos (Rogen, Rudd, Hill, Cera, etc). Incluso desde las Spider-Man de Sam Raimi el tipo me parecía de un carisma increíble. Pero es muy difícil bancar a estos comediantes cuando se meten en proyectos tan paupérrimos como ¿Por Qué Él? (Why Him?), film donde los chistes mas que hacerte reír, te generan una incomodidad y pena ajena capaces de hacerte querer abandonar la sala. El primer error, es que alguien haya concebido un guion tan lleno de los clásicos clichés, y de movimientos de la trama tan obvios, que son capaces de aburrir hasta al espectador menos experimentado. Por momentos pareciera que las cosas pasan sólo porque el guion mismo lo dice, sin lógica de personajes alguna. ¿Cómo esperan que nos creamos una película entera si detonante de la misma es increíblemente insostenible? Vamos a hablar un poco de Bryan Cranston, quien viene de una gran película como Regreso con Gloria (Trumbo) que le garantizó una nominación a los Oscar. Esta vez, nuestro viejo Heisenberg se embarca en un proyecto que, sinceramente, no sirve para hacerle el honor que merece. Yo le pregunto señor Cranston ¿Por qué usted? Esta vez, nuestro viejo Heisenberg se embarca en un proyecto que, sinceramente, no sirve para hacerle el honor que merece. Quizás podría ser más indulgente con esta película, pero teniendo en cuenta lo buenos actores y comediantes que son ambos protagonistas (No olvidemos a Cranston como Hal en Malcolm in the Middle), uno simplemente no puede perdonar, no puede dejar pasar. Esta película debería haber sido mucho mejor, o por lo menos para mí, ya que, soy creyente de que incluso de las premisas sobreexplotadas se puede sacar algo bueno si se trabaja bien, pero en esta ocasión, no pasó.
“¿Por qué él?” cuenta la historia de una familia (padre, madre e hijo) que van a pasar las fiestas con la hija mayor y su reciente pretendiente. Todo se complicará a medida que intentan conocer más profundamente a Laird, un individuo un tanto especial, multimillonario, y muy distinto al tradicional Ned. ¿Quién es lo suficientemente bueno para tu hija? Lo mejor que posee “¿Por qué él?” es su elenco, que cuenta con estrellas de renombre, lideradas por James Franco y Bryan Cranston. A Franco lo conocimos en varios papeles, y últimamente se destacó bastante en el género de comedia. A Cranston lo relacionamos más con el suspenso y la acción, en roles como Walter White en “Breaking Bad” o en su último film “El Infiltrado”. Sin embargo, la calidad actoral de ambas personalidades no alcanza para generar un buen producto final. Los personajes son bastante chatos, no tienen la suficiente profundización. El film se enmarca dentro del género de comedia, pero no logra cumplir con este objetivo. Las situaciones que se plantean son, en su mayoría, bastante forzadas y no generan la risa del público. Como suele pasar con algunos productos norteamericanos de este estilo, se cae en el chiste fácil y escatológico para impactar, pero terminan generando un efecto contrario. Por otro lado, nos encontramos con algunas fallas en el guion. No solo las situaciones “graciosas” son forzadas sino que algunas no tienen razón de ser. Ejemplo de ello es el final que, sin adelantar detalles de la trama, se resuelve de una manera muy simplista, sobrevalorando al espectador. El planteo inicial que propone “¿Por qué él?” es mucho más interesante de lo que se termina plasmando en la pantalla. Se queda solamente en una película pasatista, que ni siquiera cumple con los condimentos básicos de una comedia: hacer reír a la gente. A pesar de la calidad actoral de su elenco (destacándose sobre la media a James Franco y a Bryan Cranston), el argumento no logra despegar en ningún momento. Es una propuesta del estilo “La Familia de mi Novia”, pero que no consigue los mismos resultados. Puntaje: 2/5
La rivalidad suegro-yerno con ojos livianos "¿Por qué él?" es una comedia zarpada con trasfondo inocente y familiar, del tipo que suelen hacer James Franco, Seth Rogen y Jonah Hill. ¿Aporta algo nuevo al cine? No. ¿Es la comedia más interesante que se puede llegar a ver? Tampoco. Lo que tiene de positivo este film es que utiliza una fórmula que les ha venido dando buenos resultados, con gags de mucho humor combinados con momentos de ternura y camaradería que a los espectadores les permite reír y enternecerse. Entienden lo que al grueso de la gente le pasa cuando va al cine. Buscan disfrutar, pasar un buen momento, olvidarse por un rato de las preocupaciones de la vida real, y este tipo de producto logra eso. Ejemplos de este tipo de comedia son "Sausage Party", "This is the end", "The Interview" y "Pineapple Express". Creo que los productores (incluido Franco) acertaron en sumar a un actor muy querido y divertido como Bryan Cranston ("Breaking Bad") que le aportó una buena cuota de nivel. Es el elemento que le da equilibrio al humor guarro de esta nueva comedia norteamericana, es el que influye positivamente en la opinión del espectador al que no le suele gustar este tipo de humor. James Franco por su lado hace un trabajo humorístico aceptable, pero creo que no es lo que mejor le sienta. Acompañan bastante bien el resto del elenco, sobretodo Megan Mullally ("Will and Grace") que demuestra una vez más su talento humorístico. ¿El guión? Liviano y con mensaje final positivo acerca de poder ver el interior de las personas por sobre todo lo demás. No fue de lo más inteligente pero fueron hábiles para darle algunos elementos destellantes como el hecho de que el protagonista James Franco fuera un empresario groso de los videos juegos y del mundillo tecnológico de Silicon Valley, y por otro lado el uso del absurdo como herramienta para zafar de algunos baches en la trama. No mucho más para decir. Una comedia liviana, con varios momentos divertidos y un guión de mitad de tabla. Para dejarse llevar y disfrutar de un rato de diversión.