El policial negro es uno de los géneros mas clásicos dentro del cine. por eso llama tanto la atención cuando se lo mezcla con la ciencia ficción; una rama que pareciera no ser muy compatible, pero que, dentro de esta mezcla, nos dieron exponentes como Blade Runner. Es por esto que, desde el trailer, Reminiscencia se mostraba como una propuesta distinta. Y digamos que esa promesa, se terminó cumpliendo. Nick Bannister y su socia Watts tienen un negocio donde la gente puede revivir sus recuerdos, mientras ellos los ven en una especie de holograma. En una Miami destruida por el agua, apenas pueden llevar adelante su trabajo, cuando Nick cae perdidamente enamorado de una mujer, que de la noche a la mañana y tras meses de relación, desaparece. La obsesión de Nick lo va a llevar a él y a su compañera a conocer lo peor de la ciudad. Como dijimos en el primer párrafo, la película dirigida y escrita por Lisa Joy mezcla el cine negro más puro, con la ciencia ficción. De esta mezcla sale una película donde veremos al protagonista caer en un espiral de desesperación y violencia, mientras intenta saber qué fue de su damisela en peligro. Pero lo interesante del film, es el mundo donde sucede esto. Mediante algunas líneas de diálogos, se nos dice que esto pasa en un futuro no muy lejano, donde debido al calentamiento global, el nivel del mar en Los Ángeles aumentó tanto, que dejó muchas zonas bajo el agua, o en el mejor de los casos, como si fuera Venecia. Esto llevó a una guerra civil entre los ricachones que se mantuvieron literalmente a flote, y las clases sociales bajas que apenas pudieron evitar ahogarse. Y es en este mundo donde nuestro protagonista se tiene que desenvolver, al más puro estilo Humphrey Bogart del nuevo milenio. Aparte que el tono que le dieron los intérpretes principales acrecienta más el estilo de la película. Hugh Jackman en su rol de hombre recio que anda sin rumbo por la vida hasta que encuentra el amor, lo hace perfecto. Pero quien sorprende es Rebecca Fergusson componiendo a una femmae fatale, que, pese a su belleza, quizás no quisiéramos conocer tan a fondo, como le terminó pasando a nuestro protagonista. Como única gran pega, podemos mencionar que el film presenta escenas de acción o de persecuciones que no vienen a cuento. Quizás sea la mano de algún productor que quiso meter estos elementos para atraer a la gente, pero a la larga, terminan sintiéndose desconectados con lo que pasa. Reminiscencia es una película que llega a nuestras salas sin hacer demasiado ruido, pero que termina cumpliendo hasta quizás más de lo que prometía. La innecesaria acción, así como también una duración que se extiende por demás, termina jugándole en contra, pero quitando eso, es una recomendación segura para ir al cine. Calificación 7/10
Atados al pasado. En una sociedad donde el cambio climático es una realidad y en donde las ciudades han quedado bajo el agua, se desenvuelve Nick Bannister (interpretado por Hugh Jackman), un investigador privado que ayuda a sus clientes a acceder a sus memorias del pasado; porque, a decir verdad, el agua se llevó todo menos la nostalgia. Para lograr esto, junto a su compañera Watts (Thandie Newton) recurren a una tecnología especial que los ayuda a navegar dentro de la mente de sus clientes, quienes buscan aferrarse a los recuerdos que tanto atesoran. Bajo este escenario, una vez comprendida la utilidad de la máquina y comprendido también el selectismo de la mente para con sus recuerdos, la directora Lisa Joy junto con los realizadores (el mismo team que lleva a cabo la serie Westworld) comienzan a tejer un rompecabezas policial que pondrá a Nick Bannister en la situación de tener que buscar por cielo y tierra a Mae (Rebecca Ferguson), una cliente suya que supo convertirse en su gran amor, y quien también de la nada y de un día para el otro, desapareció sin dejar rastro alguno. A partir de aquí, una vez presentado el conflicto, la película tomará un camino en donde la temporalidad narrativa dependerá sumamente de la atención que pueda prestar el espectador, ya que el film caerá en un loop constante gracias al uso recurrente que tendrán los personajes para con la máquina, la cual con el correr de los minutos irá tomando un espacio cada vez mayor en la trama, posicionando a los viajes del pasado como moneda corriente. Y si bien los realizadores consiguen conformar un puzzle de mediana complejidad, por momentos se hace muy difícil obviar algunas escenas que desentonan completamente con el objetivo de la película. Aun así, Reminiscencia consigue llegar a buen puerto al momento de ir revelando los misterios que envuelven a la trama, y sobre todo, al darle un cierre digno a la misión que tanto aprisionaba al personaje de Jackman. Si bien a mi entender ciertas decisiones llegando al final la pueden poner en un lugar cuestionable, esta es una película que logra funcionar como un buen thriller policial de ciencia ficción al mejor estilo Blade Runner, y que sin lugar a dudas captará la atención de todos aquellos que disfruten de su reproducción en la gran pantalla.
Lisa Joy, co-creadora de "Westworld" hace su debut cinematográfico con este thriller que combina acción, ciencia ficción y romanticismo por partes iguales. La historia se desarrolla en una irreconocible Miami, dividida en dos sectores: la parte invadida por el agua donde viven las clases bajas y la parte seca adonde sólo acceden los ricos. Nick Bannister (Hugh Jackman) es un ex-veterano y actual investigador privado de la mente, trabaja con su socia y amiga Emily Watts (Thandiwe Newton) guiando a sus clientes mediante sesiones que los ayudan a evocar y revivir recuerdos felices o a desentrañar dudas. Para esto se utiliza un método de inmersión similar a la hipnosis y un casco con electrodos. El dúo también presta su servicio al Fiscal de Distrito aportando los datos necesarios que cada caso requiere. Cuando sin previo aviso llega a su "consultorio", la sexy Mae (Rebecca Ferguson) por algo tan simple como el olvido de unas llaves, su vida cambia por completo. La pareja vive unos meses de romance hasta que Mae desaparece de manera inexplicable dejando al enamorado al borde de la obsesión. Esta lo lleva a una búsqueda incesante y vertiginosa que lo enfrenta con el traficante de drogas Saint Joe (Daniel Wu) el policía corrupto Cyrus Boothe (Cliff Curtis) y el Alcalde Walter Sylvan (Brett Cullen). El caso involucra a Mae y pone su vida y la de quienes lo rodean en constante peligro. Esto lo lleva a preguntarse cuánto conoce en realidad a la mujer que ama...El film es una coproducción de la directora y su marido Jonathan Nolan, hermano menor del talentoso Christopher Nolan. "Reminiscencia" ofrece entretenimiento, aunque se excede en su duración, casi dos horas en las que se repiten frases alargando el guion más de lo necesario. En síntesis, una buena opción que mantiene su intriga hasta el final y cuenta con un sólido elenco, siendo la pareja protagónica, (vista ya en "The Greatest Showman") la que ofrece una química que traspasa la pantalla. La cinematografía de Paul Cameron y el diseño de producción de Howard Cummings son un plus. Dirección/Guion: Lisa Joy Elenco: Hugh Jackman, Rebecca Ferguson, Thandiwe Newton, Cliff Curtis, Marina de Tavira, Daniel Wu, Mojean Aria, Brett Cullen, Natalie Martinez y Angela Sarafyan Raquel Flotta Prensa
“Cherchez la femme” se convirtió en la expresión en clave para intentar desentrañar un enigma. Hallar a la mujer para revelar el misterio. Si bien su origen se rastrea hasta la literatura de Alejandro Dumas, fue la serie negra y su versión cinematográfica las que la pusieron de moda. Y Lisa Joy se apropia de esa contraseña en el diseño de su neonoir futurista, teñido del aroma embriagante de los amores perdidos. Nick Bannister (Hugh Jackman) no es un detective pero podría serlo, con esa aura melancólica que lo acompaña en el tiempo después del apocalipsis. Nos cuenta su historia en primera persona, mascullando el desencanto de una Miami inundada, corroída por la codicia de los terratenientes que se alojaron en las zonas altas dejando a los pobres y desahuciados en las aguas turbias. Apenas sobrevive con su sabiduría de la guerra, con una compañera incondicional de batallas pasadas (Thandiwe Newton) y con un dispositivo que le permite rastrear los recuerdos felices en las memorias de los sobrevivientes. Sobrevive hasta que Mae (Rebecca Ferguson) aparece en su vida, como Mary Astor había aparecido en la de Bogart en El halcón maltés, con un encargo bajo la manga y un sensual vestido al tono. Reminiscencia podría haber sido un melodrama rabioso, amalgamando los tópicos de la ciencia ficción (que recuerdan tanto a Fringe de J. J. Abrams como a la Westworld de la propia Joy) con la negrura moral del noir, pero se queda a mitad de camino, sostenida en la solvencia de sus actores, en el goce del laberinto de la trama. Si bien resuena a un estilo de cine perdido, ese intento de capturar un romanticismo larvado se enreda en la espectacularidad de sus escenas de revelación, menos importantes a fin de cuentas que ese inevitable deseo de que todo permanezca oculto.
Viajar a través de la memoria tiene sus beneficios, pero también sus bemoles. Si no lo creen, pregúntenle a Nick Bannister, el personaje de Hugh Jackman en este film noir distópico en el que Miami parece Venecia. El cambio climático y las guerras han ocasionado que muchas superficies alrededor del mundo, nos iremos enterando, hayan quedado sumergidas. Cierta zona de Miami se mantiene a flote, porque hay unas compuertas que sostienen el agua. Pero si hay pocas cosas más cinematográficas que ver vidrios que estallan y ver el piso mojado, bueno, la producción de Reminiscencia se ha esforzado mucho en lo segundo más que en lo primero. Nick es un exsoldado que en estos tiempos cercanos al apocalipsis maneja un negocio en el que le da, a sus clientes, algo que ya tenían, pero que quieren revivir. Los instala, de a uno, en un tanque, y allí, flotando e inconscientes, reviven algún momento de su vida pasada que evidentemente les resulta mucho más placentero que los que están viviendo. Recuérdame No corren peligro de ahogarse, y lo que recuerdan se visualiza casi como si fuera Minority Report, de Steven Spielberg, pero sin tanto suspenso ni adrenalina. Pero como decíamos que se trata de un noir, al exsoldado le picará el bichito del amor cuando la que ingrese a su negocio sea Mae (la sueca Rebecca Ferguson, de las últimas Misión: Imposible). Y no, no es que Nick/Hugh Jackman le vea un rostro conocido porque trabajaron juntos en otra película, El gran showman. Nick queda perdidamente enamorado de esta cantante de vestido rojo shocking. Como Nick y su asistente, Watts (otra excombatiente, interpretada por Thandiwe Newton), guardan en archivos esos recuerdos de sus clientes, si quieren pueden verlos en una pantalla enorme. Nick se ha obsesionado con Mae, que había llegado simplemente porque quería recordar dónde había perdido las llaves. Andá. Lisa Joy (la co-showrunner de Westworld) le impone a la película un sesgo de nostalgia, pero lo que prima, además del romance, es la historia criminal que se esconde detrás de la relación entre Mae y Nick. El filme se va embarullándose solo, es cierto, y Nick es una suerte de solado solitario -con la ayuda extra de alguien, se verá- para descubrir por qué Mae desapareció de un momento a otro, qué oculta, por qué huyó, y más. Y sí, porque hay mucho más en la trama de Reminiscencia, tal vez, demasiado para una sola película. Hay diálogos que, cuando ya promedia la proyección, hacen mirar para arriba. No por lo almibarados, sino porque parecen clisés que legan a un relato que venía bien estructurado. Con sorpresas, sí, y vueltas de tuerca, pero este Blade Runner en la Costa Este en vez de en Los Angeles empieza a chorrear antes de tiempo. Por suerte están Jackman, Ferguson y Newton, más Cliff Curtis (que había estado con Rebecca en Doctor Sueño), como para que, con sus actuaciones, lleven a buen puerto este film noir que se ve bárbaro, pero que no deja mucho
Un pastiche ambicioso y fallido con Hugh Jackman La debutante Lisa Joy (Westworld), no lleva a buen puerto este relato que bucea en diversos géneros, se tropieza con ellos y en donde los propios protagonistas hacen lo que pueden con sus roles. En el arranque de Reminiscencia (Reminiscence, 2021) Nick Bannister (Hugh Jackman), el personaje central, luego de contextualizar y describir en off el universo que presentará la película, expresa que la humanidad vive pendiente de la nostalgia, y desde ella construye y cimienta el futuro en el presente. Hay algo de esa idea, que Simon Reynolds buceó en muchos de sus trabajos sobre lo retro, el recuerdo, el pasado, que aquí sirve, para que esa expresión delinee los laberintos del guion, en una historia en la que la cruza de ciencia ficción, film noir y distopía sirven para hablar de cuestiones básicas que hacen a los seres humanos, no importa en el momento que se encuentren, y que tiene al amor y los vínculos como motor vital para las acciones. Un negocio que recupera recuerdos, los graba, los reproduce, y permite volver a conectarse con aquel ser querido que ya no está, es la fuente de ingresos de Bannister, quien junto a su compañera Watts (Thandie Newton) llevarán adelante el trabajo, aun sabiendo que sus vicios y malas decisiones los estén hundiendo. Tras el ingreso en la vida del protagonista de una siniestra, bella, misteriosa mujer llamada Mae (Rebecca Ferguson), el relato comenzará a deambular entre una sucesión de escenas, las que, sin pericia, terminan concatenándose y fagocitándose unas a otras. La película se nutre del policial negro, con elementos fundamentales del mismo que van desde la elección de la banda sonora, la puesta en escena, las atmósferas sugeridas, el contraste de universos entre los personajes, y la poco clara división entre el bien y el mal. La propuesta recuerda a muchas otras, sin lograr sostener una propia, y marean al espectador con idas y venidas en el relato, sosteniendo apenas con hilvanes, la desconexión que entre escena y escena comienza a percibirse, construyendo un inmenso Frankenstein sin sentido, y en donde la nostalgia, pero no ya del relato ni de los personajes, sino la de saber que ya se ha visto esta historia, comienza a pesar deseando que prontamente el final suceda. Joy apunta demasiado alto en esta oportunidad, y aquello que en Westworld funcionaba y funciona, con su sofisticada mezcla de western, sci fy y drama existencialista, aquí se revela todo de una manera forzada, con un tono solemne que resiente diálogos y actuaciones. No hay posibilidad alguna de seguir los pasos del protagonista en medio de un futuro agresivo y en donde la naturaleza hace de las suyas, construido como un tonto enamorado, que no encuentra el sosiego necesario para superar sus penas pasadas, a las que suma por sorpresa una más, y por la que dejará su vida en suspenso hasta nuevo aviso.
Reminiscencia: la secuela profana de The Greatest Showman Johnny Mnemonic volvió… en forma de fichas inundadas Hugh Jackman y Rebecca Ferguson se reencuentran luego de The Greatest Showman (2017) para darle una segunda vuelta a su historia de amor inconclusa. En este caso, invirtiendo los roles del corazón roto y sumándole futuro apocalíptico, inundaciones, drogas y máquinas que se meten en la mente y muestran los recuerdos. ¿De qué va? Nick Bannister (Jackman), investigador privado de la mente, incursiona en el mundo oscuro y seductor del pasado para ayudar a sus clientes a acceder a recuerdos perdidos. Él vive a los márgenes de la costa sumergida de Miami; su vida cambia para siempre cuando acepta a una nueva clienta, Mae (Ferguson). Un caso sencillo de recuperar algo perdido se convierte en una obsesión peligrosa. En su lucha por conocer la verdad sobre la desaparición de Mae, Bannister descubre una conspiración violenta y al final debe responder la pregunta: ¿qué llegaríamos a hacer por aferrarnos a nuestros seres queridos? Reminiscencia es el debut como directora de Lisa Joy, que además oficia de guionista y productora. Es un policial / thriller en clave de film noir, que toma todos los elementos del subgénero y los mezcla en un escenario futurista y extrañamente familiar. El fin del mundo está sucediendo, el cambio climático derritió los polos y el agua comenzó a inundar las costas. Miami sobrevive durante las noches, como un espacio para las fiestas, el alcohol y las drogas; y la gente continúa con su día a día sin terminar de hacerse cargo que el final está cada vez más cerca… literalmente, poco a poco va llegando a sus rodillas. Este desenlace inamovible no es espectacular o colorido, no hay aliens o un rayo de luz azul apuntando al cielo, se va desarrollando momento a momento mientras la sociedad -como zombies- acepta e intenta continuar con su vida como si nada ocurriera. ¿Les suena el Covid? En este escenario tenemos al antihéroe alcohólico, taciturno y cínico; a la femme fatale que viene a movilizar su mundo y que esconde un secreto oscuro; a políticos que se aprovechan de los recursos sin importarle la sociedad; a una policía atadas de pies y manos, y a un secreto que se va construyendo de atrás para adelante. No todo tiene mucho sentido, los indicios no están del todo bien construidos, pero sin embargo se agradece una historia que (a pesar de tener varios minutos de sobra) intenta ser leal a su género, proponiendo interrogantes, con algunas buenas escenas de acción, y una voz en off que va tejiendo al relato. ¿Funcionaba mejor en blanco y negro? La conspiración se va desenredando aprovechando una tecnología que permite volver al pasado a través de los recuerdos. Todo eso, guardado y grabado en un pequeño disco rígido transparente que permite usarse para descubrir datos que serán de vital importancia. Recuerda bastante a Johnny Mnemonic (1995), con Keanu Reeves, mezclando Waterworld (1995) y un poco de Blade Runner (1982); pero siempre manteniendo los elementos del policial noir. Jackman lleva con mucha altura el protagonismo, mientras que Ferguson enamora en cada aparición. Todo esto, apoyado en la siempre efectiva participación de Thandiwe Newton que es una sospechosa habitual del productor Jonathan Nolan (más conocido como el “Nolan bueno”), por su trabajo en Westworld. Con un gran trabajo de arte, Reminiscencia no será el gran tanque de esta temporada, pero a pesar de su excesivo metraje y algunas sorpresas que parecen salidas del sombrero de un mago que aún está aprendiendo el oficio, es un soplo de aire fresco a una industria que carece de ideas innovadoras que salen de la fórmula de la Coca Cola que son las franquicias y universos compartidos. Y es importante nunca olvidarse de eso.
VIVIR Y DEJAR MORIR EN MIAMI Cuenta Lisa Joy en casi todas las notas relacionadas con su opera prima -la cual nació del primer guion que redactó- que siempre pensó a Hugh Jackman en el rol de Nick Bannister, el investigador privado y principal protagonista de Reminiscencia. Lógicamente, pudieron contactar al estelar australiano gracias al contacto de Jonathan Nolan (productor asociado y también esposo de Joy), quien ya había trabajado previamente con él mientras, junto con su hermano, pulían el libreto para esa adaptación cinematográfica eventualmente titulada El gran truco. Si bien el gran papel femenino terminó en manos de Rebecca Ferguson, la directora no se privó de brindarle un protagónico muy particular a su amiga Thandiwe Newton, la responsable de dar vida a la que tal vez sea la mujer en acción más laureada de la serie Westworld, a cargo, precisamente, del matrimonio Joy-Nolan y de la cual la realizadora en cuestión ha podido dirigir uno de los episodios en su segundo año. La película se postula como un thriller, con pinceladas de noir e insertado en la ciencia ficción, manifestada en una Miami distópica y una Nueva Orleans (un tanto bondiana al estilo de Roger Moore) como su mundo alterno. En el apartado técnico habrá muchas comparaciones inevitables, quizás la más hermanada sea la Minority Report de Steven Spielberg, pero con tres notables diferencias: acá el protagonista debe emplear un dispositivo tecnológico para investigar recuerdos, no premoniciones; estos recuerdos se proyectan en hologramas, en vez de pantallas cristalizadas; y por último, lo más destacable en este aspecto, en el set de rodaje esos hologramas son reales, no efectos visuales. En cuanto al lenguaje técnico propio de la realización cinematográfica, los primeros minutos de Reminiscencia inician con un plano secuencia sostenido por un breve paneo vertical y un travelling in permanente. Una declaración de principios mediante la cual Lisa Joy se distancia de los encuadres y la progresión de planos empleadas por Christopher Nolan, particularmente desde que empezó a usar constantes cámaras en mano, y experimentó sus primeros acercamientos silenciosos con las cámaras IMAX, en la ya mencionada y única película suya protagonizada por Jackman. Con esto no decimos que por el proceder técnico de su cuñado seamos testigos de una laguna de incoherencias gramáticas visuales -como muchas veces se le ha cuestionado-, pero sí que la manera de Joy es impensada para el Nolan al que estamos acostumbrados y esto no se agota en la primera escena de este estreno. Sin embargo, hay reminiscencias (y, sí) de temas y diálogos entre esta y la obra total de los hermanos Nolan. Palabras literales de Interstellar, oraciones simétricas a una que no mencionaremos de Inception. A los públicos de los Nolan no les pasaran desapercibidas, a sus detractores tampoco. Ellos siempre emplearon la mitología griega y cristiana en sus películas, Joy eso lo retoma en la suya desde la forma. Es muy bella la manera en la que pone en escena la función de Bannister en su trabajo: sus pacientes reviven sus recuerdos a la perfección (algo que Cobb prohibía en Inception), recostados en vainas que representan botes, desplazados horizontalmente, mientras que él simboliza sus remos, esa verticalidad con la que se marcan sus límites. Aquello, al igual que los recursos técnicos visuales que destacamos, no se reduce en la escena de presentación de los personajes y su entorno anti-futurista, sino que aparece constantemente en la continuidad que acompaña al protagonista y su pesquisa enredada en otras que inicialmente le son ajenas, como es propio en el noir. Abundan en esta película, además, las famosas “verborreas nolanianas”. Mayormente se las descarta sin pensarlas, supuestamente por ser obvias y resaltar acciones a las que les vendría mejor un poco más de discreción. Retomemos a los Nolan. Una película como Interstellar es muy expresiva con la información científica o la analogía del amor como puente entre las dimensiones del espacio-tiempo y el ser, pero también es muy reservada a la hora de representar las alusiones bíblicas a Lázaro de Betania que pone sobre la mesa. Sí, son mencionadas y adjudicadas al Dr. Mann, un incomprendido absoluto sobre el tema. Ahora, cuando a Cooper se le llenan de amoníaco los pulmones, y a partir de ahí cada una de sus acciones se asemejan a una suerte de resurrección paulatina de todas sus esencias, nadie en la película se refiere a él como si fuera el auténtico Lázaro del relato. Siguiendo estos parámetros del amor, las esencias y el pontificar, Reminiscencia da un paso más hacia esa dirección con su referente mitológico. Lamentablemente, tenemos que admitir que en un primer visionado esta aspiración representativa es muy directa, resaltada verbalmente y nos cuesta no entenderla de manera unidireccional. Se manifiesta visualmente también, sí, pero así como el Lázaro de Cooper no estaba en el foco letrado, acá todo lo que pasa por imagen es enderezado por la letra. Incluso hay una muy querida película animada de Disney de fines de los 90s que supo ponerlo en escena y a la perfección, por supuesto que no diremos cuál es. De nuestra parte, y reconociéndonos en ese público seguidor de las obras del equipo Nolan, diremos que hay mucho por apreciar en el debut de esta directora. Es posible que con futuros repasos el cariño por esos aspectos crezca. No obstante, es evidente que en este film de Lisa Joy hubo inseguridades a la hora de aplicar los dispositivos poéticos de su esposo y su cuñado. Quizás lo mejor sea apegarse un poco más a los recursos con los que se distinguió del director de Memento, como también a las obras del Hollywood clásico ya que es el cine más emblemático ligado a los temas que ella acaba de expresar como potenciales obsesiones, las mismas con las que viene lidiando desde sus labores televisivas.
“Reminiscencia” de Lisa Joy. Crítica. Todo está guardado en la memoria dice la canción. Francisco Mendes Moas Hace 22 horas 0 26 El próximo jueves 19 de agosto llega a las salas de cine “Reminiscencia” la ópera prima de Lisa Joy. Un nombre que quizás resuene por producir y escribir capítulos de la serie “Westworld” y próximamente “Fallout”. Pero a la cabeza de este proyecto que además guiona, se inmiscuye en el pantanoso terreno de la memoria. Cómo creamos los recuerdos, cuánto nos aferramos a ellos y las implicancias que esto denota en nuestra vida. El calentamiento global hace que el mar avance sobre las costas de Miami y que las personas debían vivir de noche para escapar del calor. En este marco, Nick Bannister, un ex militar, pasa sus noches ayudando a quien lo solicite, a revivir sus recuerdos más preciados. Gracias a una tecnología con la que él puede guiar y surcar la memoria de las personas. Al menos hasta que una noche, Mae entra a su local y hace que su vida cambie completamente. Un elenco muy interesante integrado por Hugh Jackman, Rebecca Ferguson, Thandie Newton, Daniel Wu y Cliff Curtis, encarna a los personajes. Aun así, la bella estética de la película es lo primero que llama la atención. Un mundo semi inundado, donde solo los ricos pueden mantener sus pies secos, la tecnología de la memoria y los autos reemplazados por lanchas enmarcan la historia dentro del género de ciencia ficción. Pero si el ojo incisivo hurga un poco más, no tardará en descubrir que lo que tenemos ante nosotros es un film noir. Comenzando por el apartado visual, tanto vestuario como escenografía, que le dan a todo una apariencia retro. Hasta llegar a los tipicos elementos que caracterizan al genero, como el detective, la bella y peligrosa femme fatale y por supuesto el crimen a resolver. Generando una propuesta más que interesante, fusionando la tecnología futurista con una trama policial oscura. Empero al mismo tiempo algo predecible para quienes tienen cierta cantidad de películas de este tipo vistas, no por eso menos disfrutable. El concepto de la construcción de la memoria es algo presente a lo largo de la historia del cine. La importancia que le damos, como la creamos o cuanto nos aferramos a ella, por más que esté repleta de subjetividades y sesgos, es algo que desvelo a más de un director. Y si bien la máquina que permite navegar tampoco es algo novedoso, sí es interesante su construcción y como los recuerdos cobran forma dentro de una pantalla 3D. Al mismo tiempo este recurso y la capacidad de volver a revivir momentos a gusto y piacere es fundamental para el espíritu de la narrativa. Es lo que la diferencia de otras películas con el mismo tópico. El montaje mezcla recuerdos con momentos del tiempo real constantemente, lo que enmaraña la trama y hace que el espectador deba estar un poco más atento que de costumbre. Todo de una manera pragmática, alejándose del estilo Christopher Nolan. “Reminiscencia” cuenta con buenas actuaciones y un apartado visual bellísimo. Sin embargo por momentos se torna predecible y explota poco el universo ficcional que crea alrededor del relato. De igual modo, siendo esta su primera película, Lisa Joy da señales de un gran potencial como directora. Dejándonos una experiencia cinematográfica que explota cada centímetro de la gran pantalla.
Hoy llega a nuestros cines Reminiscencia, un film dirigido por Lisa Joy y protagonizado por Hugh Jackman, Rebecca Ferguson y Thandiwe Newton. Reminiscencia sigue la historia de Nick Bannister, un hombre que luego de la inundación que azotó al mundo y tras haber participado en una guerra desastrosa se dedica a ayudar a personas a revivir sus recuerdos. Cuando Nick conoce a la bella Mae su vida cambiará para siempre. Reminiscencia es la primera película dirigida por Lisa Joy quien fue productora de la aclamada serie de HBO, Westworld. En este sentido podemos decir que sale airosa de su opera prima, aunque no llega a ser una maravilla. Lo mejor de Reminiscencia es el planteo de mundo que hace, vemos un Miami inundado y una decadencia socio económica notable. La ciudad mantiene una estética verosímil para este mundo colapsado por el agua y las diferencias sociales donde primera la corrupción en todos los estratos. La historia, en sí, parece una mezcla entre las obras de Raymond Chandler y Philip K. Dick, es decir una mezcla entre el policial negro y la ciencia ficción. Las actuaciones son otras de las cosas a destacar, Hugh Jackman y Thandiwe Newton se roban la película, Rebecca Ferguson resalta más por su belleza que por su papel y tal vez, el mejor secundario es Cliff Curtis personificando a uno de los villanos de la cinta. La historia de Reminiscencia, es simple, pero peca de tener un argumento ya visto, tanto desde la parte policial como de la parte de la ciencia ficción. En sí, esto no es problema, sino que su falla principal se encuentra en su duración, con unos minutos menos la película hubiera sido mejor ya que al final nos sentimos cansados y notamos un alargue innecesario. Reminiscencia es una buena opción para ir al cine, más si te gustan los policiales y la ciencia ficción porque realiza una buena mezcla de ambos géneros. Es un film que entretiene sin demasiadas pretensiones, aunque a la larga no creo que sea muy recordada.
Después del éxito de su creación, (junto a su esposo Jonathan Nolan) de Westworld, una serie futurista de gran imagen, con una visión post-apocalíptica, con muchas intrigas y sorpresas, Lisa Joy debuta como escritora, directora y productora en su primer largometraje. Con todo el equipo creativo y talentoso que la acompañó en la famosa serie. Aquí también eligió un futuro donde se ve a la ciudad de Miami inundada por el mar, donde los ricos poderosos ocupan las tierras altas que compraron por monedas y construyen diques para desviar las mareas, condenando a los pobres a vivir en zonas imposibles, con un gran clima de agitación social. En ese marco un investigador privado de la mente, que trabaja con tanques de inmersión y puede guiar a sus clientes a sus recuerdos más preciados que se ven como hologramas, ofrece sus servicios y es engañado. En el centro de la historia está el romance entre la femme fatal y el buenazo capaz de cualquier cosa cuando está enamorado. Y alrededor, muchas imágenes bellas y refinadas, acompañadas, como diría Charly García, de filosofía barata, muy pretensiosa, que se repita a cada rato, frases supuestamente profundas sacadas del catálogo de lugares comunes. Además que en el argumento se sacan un montón de ideas de otros films innovadores, en un verdadero compendio. Hugh Jackman cumple, como siempre, Rebecca Ferguson es perfecta para el rol y Thandiwe Newton esta desaprovechada en un rico personaje.
"Reminiscencia", con Hugh Jackman: pasados por agua. Casi todas las distopías hablan, más o menos directamente, sobre la lucha de clases. Aquí, en cambio, es un elemento decorativo. En una de las primeras escenas de Reminiscencia, Nick Bannister habla de la nostalgia y el presente como elementos fundantes de una idea de futuro. No importa si tiene sentido lo que dice. Tampoco que sea cierto. Pero suena importante, y entonces está bien. El primer largometraje de Lisa Joy no se anda con chiquitas a la hora de imaginar un mundo futurista semi hundido en agua por el cambio climático, una premisa que recuerda El mundo sumergido, de J. G. Ballard, en la que un biólogo recorría una vieja megalópolis en la que solo los pisos superiores de los rascacielos emergían por encima de la superficie líquida. Aquí la situación no es (tan) terminal porque quedan algunas zonas altas secas, todas ocupadas por los ricos, y los diques de contención todavía evitan el hundimiento definitivo. Pero para la mayoría –o sea, los pobres– ya es rutinario caminar sobre una capa de agua cada vez más profunda y amucharse en porciones de terreno cada vez más pequeñas. Casi todas las distopías hablan, más o menos directamente, sobre la lucha de clases. Aquí, en cambio, es un elemento decorativo. Dueña de una seriedad innegociable, Reminiscencia está escrita desde un púlpito donde se pregonan máximas sobre todos y cada uno de los temas que Joy considera importantes, con la vida, la muerte, la memoria, el olvido y el destino picando en punta. En ese sentido, el oficio de Bannister (un astringente Hugh Jackman) calza perfecto con esas ambiciones dogmáticas de su responsable. En un viejo edificio derruido y, claro, húmedo, junto a su socia Watts (Thandie Newton) regentean un negocio que le permite a los clientes vivenciar sus recuerdos y almacenarnos en una memoria digital. El cliente llega, le ponen un casco con cables y electrodos, lo acuestan en una cápsula con agua muy parecida a la de los "precogs" de Minority Report y le hacen circular electricidad por el cuerpo. Mientras tanto, el susurrante Bannister va sumiéndolos en un estado de hipnosis para que suceda la magia: en un escenario al lado de la cápsula, con una textura pixelada de holograma berreta empiezan a materializarse situaciones del pasado que regocijan a quien siente que las vivencia. Una tarde, minutos antes del cierre, llega una mujer vestida como Jessica Rabbit pidiendo que por favor la atiendan porque olvidó las llaves y no puede entrar a su casa. Pero Mae (Rebecca Ferguson, replicando sin tapujos el arquetipo de femme fatale) tiene otros secretos que involucran a Bannister, quien obviamente se enamora de ella. Guiado por la muy pero muy seria voz en off de Jackman, lo que refuerza las aspiraciones de film noir del asunto, Reminiscencia se pierde en un berenjenal narrativo en el cual el protagonista, desolado por la abrupta desaparición de la chica, intenta saber qué pasó, por qué se fue. Pero en el camino descubre otras cosas -la basura bajo la alfombra de un millonario, su relación con un asesino a sueldo- que ni siquiera a la película, ensimismada en su gravedad, parece importarle.
'Reminiscencia' es la última película protagonizada por Hugh Jackman y Rebecca Ferguson (quienes ya trabajaron juntos en 'El gran showman'), en el cual la directora Lisa Joy invita a adentrarse en una historia de amor, conspiraciones, venganza y recuerdos, una mezcla de géneros del cual no venta airosa. Ambientada en una Miami arrasada por la guerra y el empoderamiento de los terratenientes, Joy presenta a Nick Bannister (Jackman), un investigador de la mente que recibe clientes que desean volver el tiempo atrás en sus recuerdos para intentar vivir nuevamente un determinado hecho; de allí el título del filme. Un día como cualquier otro, Bannister conoce a Mae, una seductora mujer que lo va a ver para intentar recordar dónde dejó olvidadas unas llaves. A partir de esta visita comienza a tejerse el hilo dramático de 'Reminiscencia'. Joy expone, por un lado, la relación de Mae con Bannister, pero también traza líneas dramáticas paralelas: asesinatos, historias ocultas, venganzas. El personaje de Jackman se ve envuelto en una investigación que acapara no solo su energía y su tiempo sino también sus sentimientos más profundos. El amor y la desesperación por saber la verdad atraviesan a Bennister que, ciego de los riesgos que debe enfrentar, termina tomando una decisión arriesgada. LO OBVIO En definitiva, 'Reminiscencia' expone lo que las personas son capaces de hacer por mantener vivos los recuerdos más añorados; ese es su mensaje más profundo. Claro que los recursos que la directora decide utilizar complejizan el conjunto y le aportan a la historia una densidad que no es necesaria. En su extensión de casi dos horas se subrayan mensajes e ideas que se vuelven reiterativas. En su pretensión de querer llenar las propuestas que arroja, 'Reminiscencia' cae en lo obvio. La frase menos es más es pertinente en esta película que tiene buenas intenciones pero que no logra sorprender ni conmover. Si 'Reminiscencia' entretiene lo hace por el reparto con el que cuenta. Hugh Jackman y Rebecca Ferguson componen dos personajes impecables; ambos tienen una química que traspasa la pantalla. Las escenas que los tienen como protagonistas son absolutamente creíbles y la directora aprovecha los recursos dramáticos de la pareja. Acompaña una sólida Thandiwe Newton, cuyo personaje posee una historia rica en matices, en la que lamentablemente no se profundiza demasiado. Calificación: Regular
Entre la cursilería más empalagosa y la complejidad sci-fi más insustancial, Reminiscencia se mueve en un remanso de disparates innecesarios, en el que se destacan su fallido intento por mezclar géneros (como el policial negro de ciencia ficción con el drama romántico) y la fragilidad de un guion tan ambicioso como errático. A la opera prima de Lisa Joy no la salvan ni sus dos protagonistas estelares, Hugh Jackman y Rebecca Ferguson, quienes hacen lo imposible por levantar una película que se va a pique apenas empieza, con una historia de amor desvaída e inverosímil, que pretende ser ingeniosa y sorpresiva y no hace más que patinar en una sucesión de recuerdos que nunca llegan a funcionar. Nick (Jackman) es un investigador privado de la mente, que ayuda a acceder a los recuerdos perdidos para revivirlos una y otra vez. En una costa de Miami inundada, lo único que se acerca a la felicidad es el pasado. Mae (Ferguson) es una misteriosa mujer que se presenta de improviso en el laboratorio de Nick para pedirle que la ayude a recordar dónde dejó las llaves. La excusa rompe de inmediato con la verosimilitud de la trama, porque se supone que la máquina de los recuerdos que maneja Nick con una ayudante fiel, guiando a los clientes como en una sesión de hipnosis, está para casos más relevantes. De hecho, lo primero que le dice Nick es que mejor se busque un cerrajero. Aun así, la directora cree que es un buen comienzo para que ambos se conozcan y él quede flechado. Lo que sigue es el descafeinado romance entre ellos, que parece una publicidad de champú antes que una historia de amor emotiva y creíble. No conforme con esto, la directora (quien también está a cargo del guion) introduce el elemento del noir y hace que ella desaparezca sin que él sepa por qué, lo que lleva a que Nick se obsesione con la búsqueda de Mae sometiéndose a largas sesiones en la máquina para reconstruir su breve historia romántica. Nick quiere encontrar alguna pista que lo conduzca a ella, y a medida que la va conociendo (gracias a los recuerdos de otros implicados en una trama de conspiración cada vez más oscura), se va dando cuenta de que en realidad no sabe nada de Mae. Esto lleva a que surjan personajes poco atractivos y sin demasiada razón de ser, que sólo cumplen con las dosis de acción. Y cuando todo parece encaminarse hacia un final pesimista, la directora le da el giro necesario para que sea una historia de amor feliz. Aunque no tan feliz. Quizás lo único rescatable sea el paisaje diseñado con CGI, que muestra una Miami distópica y dividida entre los llamados terratenientes y los que viven en los suburbios. Pero lo que podría haber sido una distopía neo-noir con romance incluido termina siendo un cascote digitalizado lleno de problemas, con desaprovechados elementos de ciencia ficción posapocalíptica, como los viajes en el tiempo y cierta filosofía que no llega a desarrollarse. Reminiscencia tiene buenas intenciones, buena decoración, quizás algunas buenas escenas, y una música que por momentos hace olvidar lo que transcurre en la pantalla. Pero las películas no son recordadas por sus buenas intenciones.
DEMASIADAS EXPLICACIONES Lisa Joy es co-creadora de Westworld, una serie definitivamente divisiva pero aún así atractiva a partir de cómo abre líneas de conflicto que solo se van explicando progresivamente, desde las acciones y el descubrimiento de los personajes, confiando en la paciencia del espectador. Sin embargo, Reminiscencia, su debut como realizadora cinematográfica, es todo lo contrario: una película que explica todo constantemente, sin confiar en el público o en la materialidad narrativa que posee. Claro, había que tener en cuenta que Joy es esposa de Jonathan Nolan, co-creador de Westworld, además de hermano de Christopher Nolan. Y ya sabemos que la sobreexplicación disfrazada de pose inteligente es un pecado habitual de esa familia: Interestelar, El origen y El gran truco, por mencionar algunos ejemplos, eran interminables torneos explicativos. Mucho de eso hay en Reminiscencia, que está situada en un futuro que roza lo apocalíptico, en una Miami inundada, donde solo unos pocos pueden vivir en tierra realmente firme, mientras el resto solo parece condenado a aguardar que el agua los tape eventualmente. En ese contexto, las personas solo pueden evadirse de la realidad a través de las drogas o de un dispositivo que permite recuperar momentos del pasado alojados en la mente, como una forma de nueva vivencia. El relato sigue entonces a Nick Bannister (Hugh Jackman), una especie de investigador privado de la mente, que ayuda a sus clientes a acceder a recuerdos perdidos. Cuando aparece una nueva clienta, Mae (Rebecca Ferguson), con quien Nick inicia una relación pero que luego desaparece misteriosamente, él se adentra en una investigación tan obsesiva como peligrosa. Ya desde el comienzo, Reminiscencia le otorga un lugar preponderante a la voz over de Jackman/Bannister, lo que al principio podría interpretarse como un intento de vincularse con el policial negro. Ese es, de hecho, un instrumento que funcionaba bastante bien en Blade runner, otro film de ciencia ficción donde la existencia humana quedaba atada a lo maquinal. Sin embargo, a medida que pasan los minutos, va quedando claro que, a diferencia de la película de Ridley Scott o la obra de Philip K. Dick, lo que pesa más en el artefacto creado por Joy es la voluntad por exponer todo lo que se ve a través de la palabra. Y cuando decimos todo, no estamos exagerando: desde cada uno de los personajes a todos los hechos o lugares que se van presentando, no solo desde la voz over, sino también desde los diálogos y monólogos de los protagonistas. Joy parece no captar algo tan paradójico como lógico: cuanto más se cuenta, menos misterio hay y, por ende, menos interés por parte del espectador. Enamorada de su propio concepto visual y de algunas ideas que va desperdigando a cuentagotas, se olvida de cómo narrar apropiadamente. A Reminiscencia le ocurre algo similar a El origen, que estaba tan ocupada en explicar los trucos de su mundo que se olvidaba de darle verdadera fuerza al conflicto de fondo, que era la historia de amor trágica del personaje de Leonardo DiCaprio con su esposa. Acá el foco también es romántico, trágico y enfermizo, a partir de la obcecación de Nick por saber qué le ocurrió a Mae, pero eso no llega a cobrar verdadera carnadura porque el film gasta una enorme cantidad de energía en diatribas entre didácticas y moralistas. Recién en los últimos minutos ese cuento de amor interrumpido se pone en primer plano, aunque Joy siempre se ve en la necesidad de hacerlo desde la enunciación oral, bordeando incluso el ridículo. Detrás de su gigantismo visual, Reminiscencia es un film pequeño, sin una narración con la cual empatizar y que se vuelve rápidamente olvidable.
Plomazo innecesariamente rebuscado La directora Lisa Joy construye escenarios mucho más interesantes que las historia de su película, genérica y desestructurada en exceso. Ni siquiera la correcta actuación de Hugh Jackman es suficiente para salvarla del aplazo. Reminiscencia es incapaz de hilar los cabos en su historia plagada de incongruencias temporales y excesivamente desestructurada. Conociendo el estilo de Lisa Joy, directora y productora de varios episodios de la serie de HBO Westworld, no es de extrañar este conjunto de errores en el ambicioso intento de complejizar una narrativa de ciencia ficción volviéndola, en el difícil proceso de contarla, aburrida para el espectador. La trama de Reminiscencia sigue a un científico (Hugh Jackman) que descubre la forma de revivir el pasado a través de la tecnología, y decide usarla para volver atrás en busca de su amor perdido. Valiéndose de clásicos de alto concepto como Blade Runner o Total Recall la película explora los alcances de la memoria, algo bastante poco original en el género. A la sensación de ya haber visto las ideas en al menos una docena de títulos se le suma un innecesario injerto de signos crípticos a lo largo de la aventura, que poco hacen por aportarle frescura. Pero el problema central que acarrea la película es el diseño fantástico de sus escenarios, cual wallpaper que acapara la atención de forma inmediata. Lisa Joy no logra conectar todos los circuitos para que esa estética notable -que se traduce en fotogramas bellos- fortifique el misterio bastante predecible que involucra a los personajes. A su vez se pierde la oportunidad de profundizar todas las facetas de sus personajes, como el voyerismo de Nick. Hugh Jackman da lo mejor de sí, aún cuando debe repetir diálogos vacíos y con un sospechoso contenido moral y filosófico, picado para agrandar el melodrama. Definitivamente, no se trata de un rol que le permita exprimir su probado talento. Con seria dificultad, en los minutos finales se entrelazan nombres que no se han escuchado en casi dos horas, reafirmando la crítica de que Reminiscencia tiene una buena idea pero abusa de los excesos en vez de presentarse en un molde clásico. Aparenta ser un noir sucio y salvaje, y poco tiene de estos atributos.
Discreta ciencia ficción con Hugh Jackman Un investigador privado deberá revisar recuerdos del pasado para descubrir la verdad sobre la desaparición de su misteriosa pareja. Hugh Jackman en una mezcla de policial negro y sci-fi, de la mano de una de las creadoras de Westworld. Una premisa muy interesante, con un concepto todavía más atrapante, pero que con un guion flojo y algunos giros predecibles se queda corta con todo lo que podría haber hecho. Aunque Reminescence podría haber sido tranquilamente una de las sorpresas del año y tiene varios puntos a favor, son más pesados los errores que la llevan a ser una más del montón. La película sigue a Nick Bannister, un investigador privado de la mente, que tiene un dispositivo que le permite a cualquier usuario revivir con total detalle cualquier evento de su pasado. Su vida cambia cuando conoce a Mae, una misteriosa mujer cuya desaparición lo lleva a obsesionarse, por lo que hará lo que sea para descubrir la verdad detrás de su caso. El concepto de investigadores que pueden ver el pasado de las personas y que van revelando los secretos detrás de un caso es por lejos lo mejor que tenían para aportar. Y si bien es sumamente atrapante al principio, para la segunda mitad ya se siente un recurso repetitivo, en el que no hay ningún giro de rosca sorprendente que le vuelva a aportar el valor con el que arrancó. Lo que sí vale destacar es como siempre le encontraron la forma de que la trama se adapte a llevar los diferentes personajes al dispositivo que les permite ver los recuerdos, que tiene la limitación de no poder moverse de lugar. Pero el más grave traspié de toda la película es la enorme exposición del guión, que se le suma a diálogos más forzados que naturales. Casi nada se deja al entendimiento del espectador, y lo que es peor es que incluso en las secuencias dónde se ve en pantalla explícitamente el recuerdo, de todas formas tenemos al protagonista diciendo en voz alta qué es lo que pasa. Una gran exposición que se repite en casi todo lo que dura, en una historia que no necesitaba mucha explicación. Y esto condiciona bastante las actuaciones del elenco principal, haciendo que den un trabajo correcto. No es necesariamente algo malo, pero cuando tienes a tres grandes actores como son Hugh Jackman, Rebecca Ferguson y Thandiwe Newton, queda claro que el resultado podría haber sido mucho mejor. Por otro lado, al ser una especie de policial negro pero en un mundo bien de ciencia ficción, el peso fuerte está puesto en la historia, con un caso bien planteado que mete bastantes giros y muchos detalles que construyen la resolución final. Aunque algunas «sorpresas» son más predecibles que otras, en general se desarrolla a buen ritmo, con un buen aprovechamiento del recurso tecnológico para mantenerte enganchado. A pesar de todas las equivocaciones, no deja de ser un buen primer paso en solitario para su directora. Lisa Joy es una de las cabezas detrás de Westworld, serie que creó junto a su esposo Jonathan Nolan -hermano de Christopher-, por lo que no era difícil apostarle varias fichas a su nuevo proyecto en el que mezclaba el sci-fi con el misterio. De la exitosa serie de HBO no solo se trajo algunos actores (Thandiwe Newton, Angela Sarayfan) sino también los increíbles efectos especiales, que brillan visualmente en los paisajes y la producción. El mundo que plantea es sumamente interesante, en la que el aumento en masa descomunal de los oceanos fue el factor principal para hacer varios cambios en la sociedad. Detrás de la trama principal hay un desarrollo lógico y bien armado de problemáticas sociales relacionadas con la política y la distribución de la riqueza, que ocupa un buen lugar sin robar el protagonismo. Reminiscense no es para nada una mala película, simplemente deja un sabor amargo por todo lo que podría haber sido. Una prometedora directora detrás de cámara, un talentoso elenco, y una premisa muy interesante que prometía adaptar un concepto tan atrapante como es la visualización del pasado en una historia de secretos y misterios. Todos factores que la hacían parecer una de las pelis del año, y que se queda lejos de eso por su flojo guión que abunda en exposición. Así y todo vale la pena reconocer que es un buen comienzo para Lisa Joy, que esperemos en un futuro nos pueda dar alguna película que si queramos recordar.
Debo admitir que soy fan de «Westworld» (tanque de HBO) desde su lanzamiento. He visto incluso varias veces la última temporada sólo para volver a deslumbrarme con el universo distópico que plantea Lisa Joy. Es por eso que con la noticia de la llegada de su ópera prima a la pantalla grande, mis expectativas eran realmente altas por ver cómo se desempeñaba su talento en otro formato. Con sólo acceder al trailer de «Reminiscencia» nos quedaba claro que la impronta que habia llevado al éxito a Joy se repetiría aquí. Y en ese sentido, pensaba que eso ofrecía un margen de éxito asegurado. Pero al terminar la proyección de «Reminiscence» me dí cuenta de porqué esa premisa era inexacta. El éxito de «Westworld» (más allá de que en su última temporada los niveles de audicencia fueron menores que en las dos previas) ha abonado el camino de un enfoque de los universos distópicos distinto. Pero vayamos por parte. Lo primero que hay que saber es que a diferencia del trabajo que inspira este mundo post-apocalíptico, es que «Westworld» es un drama de ciencia ficción. «Reminiscence», no. Joy pensó este proyecto como un policial negro clásico, enmarcado en un escenario futurista. Ese punto es central para entender porqué el film no logra impactar ni conmover al espectador en la mayor parte del metraje. La experiencia previa de su directora está justamente en explorar las emociones descarnadas de sujetos en un futuro amenazante. Aquí, ese lugar no es tan hostil y la trama se sostiene en una búsqueda metódica y sin intensidad del protagonista para dar con el paradero de su enigmática amada. Podemos entonces decir que esta cinta es un policial liviano, que pretende ser romántico pero que tiende a sobre-explicar su realidad y avanza lentamente hacia su resolución, sin generar desenfreno y dolor, como sabemos hace muy bien Lisa Joy en su gran éxito televisivo. ¿Por qué tanto tiempo para explicar las diferencias entre estas dos propuestas de la cineasta? Simplemente porque remiten a mostrar porqué un modelo previo no puede aplicarse en forma directa a otro, cuando el género es distinto. Creo que esa es la nota central de porqué «Reminiscence» se presenta como un film discreto, de ritmo cansino y con poca tensión incluso en sus instantes de definición. La historia es la de Nick (Hugh Jackman), ex veterano de las fuerzas militares, que en un futuro lejano y duro, intenta pagar sus cuentas con una máquina particular que permite rememorar los instantes placenteros (o no) de la vida pasada. El trabaja junto a Watts (Thandiwe Newton) en un abandonado banco de la ciudad de Miami. Ese paraíso de sol y playa, en este futuro es una ciudad mayormente inundada, donde sus habitantes sólo salen de noche, por las altas temperaturas del dia. En ese marco, un día Nick conocerá a Mae (Rebecca Fergurson) y se enamorará perdidamente de ella. El tema es que Mae no es todo lo que parece y al poco tiempo, desaparecerá sin dejar rastro. Será ahí cuando el protagonista comience a indagar entre sus contactos e inicie una búsqueda que desentrañe el misterio. Como ya dije, nada es vivido con intensidad aquí. El trío central (Jackman, Newton y Ferguson) se muestran solventes pero no descollan en sus roles. La fotografía y el CGI son muy buenos pero como éste no es un film de acción, su influencia en el desarrollo termina siendo decorativo, porque el corazón de la propuesta es el romance inconcluso y la tarea de dar con el paradero de Mae. En síntesis, un trabajo que, de no mediar el enorme equipo detrás de Joy, sería muy discreto. Quizás, una de las grandes decepciones del año. Al menos, para mí.
Ya se estrenó "REMINISCENCIA", un thriller que nos arroja a un mundo de recuerdos, corrupción y amor perdido; escrito y dirigido por una de los creadores de Westworld, Lisa Joy, haciendo su debut cinematográfico. El film trata sobre un militar retirado llamado Nick Bannister (Hugh Jackman) que, junto a su socia Watts (Thandiwe Newton), tienen una máquina de reminiscencia, con la que numerosas personas pagan para revivir recuerdos gratos propios, tanto en una pantalla como sensorialmente. Todo esto se sitúa en Miami, Estados Unidos, en donde el agua del mar ha avanzado sobre media ciudad y el clima es extremo de día, y además, como ha habido guerras, la gente recurre a drogas y reminiscencias para encontrar solaz. Todo cambia para el protagonista cuando conoce a Mae (Rebecca Ferguson), que desencadena una serie de acontecimientos relacionados a la corrupción sin límites que azota a varias ciudades del país. Nick deberá encontrar a Mae a pesar de todos los obstáculos, explorando mentes quemadas y alienadas por la guerra y la melancolía. La historia y el concepto que se manejan es sumamente original y sorprendente. A pesar de que, sí, podríamos explorar referencias como ‘Eterno Resplandor de una Mente sin Recuerdos’ (Gondry, 2004) o ‘El Origen’ (Nolan, 2010), no hace caso realmente a ninguna línea de creatividad específica, es una película única y sumamente diferenciada, más que nada por el tinte dramático mezclado con la ciencia ficción y cierto futurismo, sin los que no se podría contar la idea de la misma forma. Sin embargo, la trama tiende a enroscarse en sí misma y a explicar de más, abusando del recurso de storytelling llamado “flashback”, en donde la historia salta hacia un momento del pasado para explicar el presente de los personajes. El guion también es proclive a enredarse y los diálogos se tornan repetitivos o llenos de clichés, y además, desmotivan al espectador. Más allá de que las interpretaciones son adecuadas y están bien guiadas por la directora, no se genera un vínculo con los personajes ni con los lazos que se forman entre ellos. La mayor química que se llega a dar en pantalla es la de Jackman con Newton, y no es suficiente para contrarrestar la complejidad de la narración. Se ametralla al espectador con datos, nombres, hechos y lugares, pero no lo suficiente con emociones que logren generar una conexión. En síntesis, el guion y la dirección no son malos, pero hay demasiado enfoque en cosas que, más allá de ser importantes para que el universo del film tenga sentido y sea verídico, no logran cautivarnos con una historia trascendental emocionalmente. Con respecto a todo lo técnico, es muy disfrutable. Los escenarios en donde transcurre esta película poseen un hermoso simbolismo, interesante luz, contrastes alucinantes y mucho juego de colores. Se explota adecuadamente el trasfondo de la historia: una ciudad en postguerra futurista, colores que alguna vez resaltaron, están raídos. Estructuras que antes se erguían orgullosas, en el film se los ve decaer. El agua, que avanza gradualmente por las calles, provee de un sinfín de drama, es un recurso muy bien utilizado, y, de hecho, hay momentos fotográficos dignos de compararse con ‘El Viaje de Chihiro’ (Miyazaki, 2001). El montaje, la edición y el ritmo tienen muchos altibajos. En un momento, son brillantes y todo fluye orgánicamente, y al siguiente, no se puede seguir el rapidísimo ritmo de lo que está pasando. Más allá de que se entiende la trama, y las transiciones entre presente y flashbacks es notoria, al haber tantos, y tan entrelazados, uno puede llegar a perder el hilo de la historia y cómo los personajes están conectados, quién es corrupto, quién es inocente, y así sucesivamente. A pesar de que la película intenta abarcar mucho, pero aprieta poco, es muy interesante para filosofar sobre el pasado, los recuerdos con nuestros seres queridos y la importancia de vivir en el presente. Es para los melancólicos, eternos románticos, o simplemente quienes disfruten de un Hugh Jackman maduro y súper enfrascado en su apasionado personaje. Un lindo film para este fin de semana frente a la pantalla grande. Por Carole Sang
Con “Reminiscencia”, Lisa Joy debuta como directora de un largometraje que llega a la pantalla grande. Ella estuvo detrás de la creación de la serie de ciencia ficción, Westworld, la cual fue multipremiada en varias ocasiones por lo que las expectativas para este film eran grandes. Una mezcla de ciencia ficción, suspenso y romanticismo, así es “Reminiscencia”. Nick Bannister (Hugh Jackman) es un veterano de guerra que vive en la ciudad de Miami pasada por agua y tiene un peculiar trabajo. Se dedica a ver el pasado de las personas que quieran recordar momentos que han olvidado, y así sienten que vuelven a vivirlos. De este modo conoce a Mae (Rebecca Ferguson), una mujer que quería su servicio para poder encontrar sus llaves. Nick sintió una fuerte conexión con ella que termina en una relación. Pero todo cambia cuando el amor de su vida desaparece y debe emprender un camino largo para encontrarla. Durante el mismo se encontrará con secretos y gente peligrosa involucrada. La pregunta es si valdrá la pena tanto sacrificio por saber la verdad o era mejor el olvido. Las actuaciones de los protagonistas estuvieron muy bien. Jackman se encuentra perfecto para el papel, tiene esa particularidad de ser intrigante todo el tiempo, con elegancia, y además es muy preciso en lo que quiere transmitir en cada escena, especialmente aquellas en solitario. En el caso de Rebecca su papel fue difícil porque debió interpretar 2 personalidades, cada una de las cuales fue una verdadera incógnita, siempre con cara “de nada” pero dejando el camino a la duda en cada accionar de su personaje. Sin dudas, hizo un excelente trabajo. En cuanto a los efectos especiales, estuvieron bien logrados – ver una ciudad pasada por agua en todo momento y que no parezca algo puesto así nomas debe haber sido un gran desafío. Esto se aferró muy bien a la estética elegida, una mezcla futurista pero con algo de los 50’s que terminó gustando. Lamentablemente, para quienes vimos el tráiler antes de ver la película, nos dejó un gusto amargo. En mi caso, tenía las expectativas de ver un poco de clásico cine negro pero no sucedió. A los 40 minutos del film se nota como todo pierde fuerza, y eso que dura 2 horas. Nos encontramos con un villano demasiado simple y con un guión que sólo funcionó para los protagonistas. Además, creo que los personajes desaprovechados (tanto en su historia como en la caracterización) y la película restó puntos con cosas que no fueron contadas y hubiera sido interesante. Podríamos decir que el recurso de los efectos estuvo bien logrado pero no estuvo acompañado por una historia digna sin caídas. Para concluir, la película tuvo un buen concepto en líneas generales pero nos deja con gusto a poco. Si bien es el primer trabajo como directora de Joy, tengo la esperanza de que en su próximo film se la juegue más y sea un completo acierto.
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Recuerdos de un mundo inundado Era de esperarse de que después de que la voz en off fuera removida de Blade Runner (1982) en todos sus relanzamientos desde principios de la década del noventa nadie iba a subestimar tanto al espectador de ciencia ficción como para imprimirle explicaciones innecesarias a un film de género. Era una suposición equivocada. Reminiscencia (Reminiscence, 2021) abusa sin ningún tipo de pruritos ni respeto por el espectador de este recurso narrativo para explicar la trama del film y el contexto distópico post apocalíptico, dejando como resultado una obra tan mediocre como olvidable. El debut como realizadora de Lisa Joy, productora responsable de Westworld (2016), serie que ya lleva tres temporadas y tiene una cuarta a punto de estrenarse, inspirada en el gran film del escritor, guionista y director Michael Critchton, protagonizado por Yul Brynner, no podría ser peor. En un mundo donde los océanos han desbordado a las ciudades, Inglaterra ha desaparecido bajo el mar y muchas metrópolis de Estados Unidos están luchando por no ser devoradas por los océanos, Nick Bannister (Hugh Jackman), un ex soldado, conduce un inusual negocio junto a una empleada y amiga, Emily (Thandiwe Newton), apodada Watts. Juntos ayudan a las personas que acuden a su suntuosa pero descuidada oficina a revivir sus recuerdos mediante un proceso físico químico que los sumerge parcialmente en un tanque y mediante la guía de Nick los lleva a recordar ese momento en que fueron verdaderamente felices. El negocio no va bien y no es lo que era cuando el pasado era el boom: los recuerdos ya no tienen un público masivo y la justicia es una de las pocas fuentes de ingresos del emprendimiento de Bannister. La monotonía de las visitas de los últimos adictos al pasado se ve sacudida cuando una seductora cantante, Mae (Rebecca Fergusson), acude con el pretexto de hurgar en sus actividades de las últimas horas de su desordenada existencia para buscar las llaves extraviadas de su hogar. Nick cae completamente bajo el influjo seductor de la cautivadora mujer e inician una relación amorosa. Cuando desaparece misteriosamente sin dejar rastro, Nick se adentra en sus reminiscencias para intentar descubrir las claves que le permitirán encontrarla a partir de su pasado, lo que revela una trama para asesinar a la amante de un terrateniente y el hijo de ambos. Lisa Joy retoma el matrimonio entre el policial y la ciencia ficción para construir una obra muy despareja que hace un pésimo uso de los recursos a mano. La introducción de la voz en off, para explicar el argumento y la situación desgraciada del mundo tras la inundación, no solo es desafortunada sino que incluso va en detrimento de la credibilidad del film. Por otra parte, en su estética la película es completamente deudora de Blade Runner (1982) en su creación de una visión post apocalíptica del mundo, cercana a su homóloga de Philip K. Dick y aún más a las distopías que discurren sobre desastres ecológicos del escritor inglés James Ballard. Esta estética claramente no tiene ni las ideas ni el presupuesto ni la dedicación de ninguno de los artesanos del film de Ridley Scott, quedando más cerca de la visión de Looper (2012), el opus de Rian Johnson. Joy utiliza muchos de los recursos narrativos de la serie Westworld, en la que dirigió un episodio de la segunda temporada y coescribió y produjo muchos capítulos junto a su marido, Jonathan Nolan, hermano de Christopher Nolan. Las escenas de acción de Reminiscencia son innecesarias y poco logradas y las reflexiones filosóficas son rebuscadas, devaneos absurdos sin demasiado sentido en momentos de tensión que solicitan más acción y menos palabras. El guión es ciertamente malo y tiene filosofía donde debería haber acción y acción donde debería prevalecer la retórica. En parte culpa del guión, en parte de actuaciones muy mal dirigidas y una dirección de fotografía poco acertada, Hugh Jackman y Rebecca Fergusson tampoco logran construir una química como la que habían logrado parcialmente en El Gran Showman (The Greatest Showman, 2017), el poco acertado film de Michael Gracey sobre el creador del modelo de circo itinerante, P.T. Barnum, lo cual termina de poner a la propuesta en un lugar incómodo y desagradable. Los problemas de clase son explicados con voz en off sin ofrecer demasiado desarrollo, incluso proponiendo una rebelión que se gesta y se menciona al pasar para ofrecer un final sin glamour, con un villano patético, una clase alta en plena decadencia que vive en el pasado y se encierra en sus refugios para disfrutar y padecer de los últimos elixires de la vida mientras el resto sobrevive como puede y se droga con unas adictivas pastillas que aturden los sentidos. Por supuesto la policía no sirve para nada si es que aún existe, las instituciones son fantasmas del pasado, la justicia un conjunto de idealistas que nunca pueden imponerse ante el capital y los empresarios terratenientes son los que mandan en un mundo que no se termina de entender cómo funciona, clichés mal armados y poco argumentados de un film que se apoya completamente en la pobre voz de un Jackman que tampoco encuentra el tono. Reminiscencia es un ensamblaje de ideas de Ballard, Dick, Blade Runner, Looper y Westworld que no sorprende ni encandila sino más bien decepciona en todo sentido. Ni siquiera la música del compositor alemán Ramin Djawadi, responsable del rubro en films como Warcraft (2016), de Duncan Jones, y Titanes del Pacifico (Pacific Rim, 2013), de Guillermo del Toro, y en la misma Westworld, encuentra su personalidad y hasta pasa desapercibida sin pena ni gloria en un film del que solo se pueden destacar sus intenciones de construir un mundo inundado, por la depredación capitalista de los recursos naturales por parte de empresas y Estados, para alertar sobre las consecuencias del deleznable camino que recorremos hacia nuestra destrucción.
Un amor en el túnel del tiempo En un futuro distópico, Miami está inundada, una guerra dejó llagas abiertas y ahora todos y todas tratarán de sobrevivir como puedan. Nick (Jackman) y Watts (Newton) son dos ex combatientes cuyo negocio es ofrecerles a la gente revivir sus mejores recuerdos mediante un viaje al pasado que los clientes transitarán a modo de trance, pero Nick y Watts pueden verlo ante sus ojos en un holograma cuasi real. Con un guiño a Christopher Nolan en cuanto al relato del cruce temporal, Lisa Joy aportó la experiencia de su trabajo como guionista en la serie futurista “Westworld” y construyó en su ópera prima un relato con aciertos y altibajos. Porque si bien es cierto que la historia es atrapante, tiene tantos giros y contragiros que hay momentos que termina abrumando al espectador con tanta información. Sin embargo, hay un punto en el que Lisa Joy hace la diferencia. Y tiene que ver con que apuntó a sacar a flote la historia de amor entre Nick y Mae (Ferguson), una clienta que supuestamente sólo va para recordar donde perdió sus llaves, pero en realidad el motivo será otro. Ese es el motor de una trama que falla en el enfoque ideológico y en la descripción social de Miami, pero impacta en la puesta, en la producción, en las escenas de acción y en levantar la bandera del amor, como la nave insignia que puede vencer en cualquier guerra, sea del pasado, del presente o del futuro.
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Reseña emitida al aire.
Lo que pudo ser… Lisa Joy saltó a la fama por ser la cocreadora y productora ejecutiva de la serie “Westworld”, junto a su esposo Jonathan Nolan (hermano de Christopher), y también por haber escrito “Pushing Daisies” y “Burn Notice”. Por esta razón, era muy esperado su debut en la pantalla grande, más aún cuando se conoció que Hugh Jackman y Rebecca Ferguson estarían a sus órdenes. “Reminiscencia” nos presenta la historia de Nick Bannister (Jackman), un investigador privado que ayuda a sus clientes a recuperar recuerdos perdidos, internándose en el oscuro pero seductor mundo del pasado. Un día, aparece una nueva clienta (Ferguson, en modo femme fatale) que acude con un pedido sencillo y poco a poco se convierte en una obsesión -quizás exagerada- de nuestro protagonista. Todo esto enmarcado en un futuro apocalíptico, donde el nivel del mar ha subido y la ciudad de Miami se encuentra en gran parte sumergida. A nivel superficial tiene todo lo necesario para ser una buena película de cine negro en un entorno de ciencia ficción; de hecho varios de sus elementos nos recuerdan a títulos como “Blade Runner” y “Minority Report”. Una estética relativamente cuidada, lucha social y de clase relacionada a la distopía, traiciones y conspiración subyacen bajo un relato que abarca mucho pero parece quedar en la nada. Si bien cuenta con una interesante puesta en escena y la idea -aunque en algún momento pensemos que ya la hemos visto- es buena, el guión se mueve en un terreno pantanoso con varias lagunas, efectismo y escenas demasiado sobre-explicadas, principalmente debido a unos diálogos poco orquestados y muy estereotipados. No obstante, la solvencia de las actuaciones mantienen a flote la acción. Pese a los excesos, la densidad y un ritmo que parece por momentos no llevar a ningún lado, la ópera prima de Joy podrá hacer pasar un buen momento a aquellos fanáticos de las historias distópicas de ciencia ficción, y de un tipo de cine neo-noir reciclado con destellos de -una explícita- tragedia griega. Hubiera sido más interesante, tal vez, una miniserie que permitiera ahondar en varios conceptos y no dejarlos al margen sin sumar, como meros ornamentos. Puntuación: 6/10 Por Federico Perez Vecchio
Lisa Joy (co-creadora y showrunner de «Westworld») hace su debut cinematográfico con «Reminiscence», un neonoir futurista con algunas buenas ideas que no termina de explotar del todo. El largometraje combina varios elementos del film noir con la ciencia ficción para contar la historia de Nick Bannister (interpretado por Hugh Jackman), quien junto a su colega Watts (Thandie Newton) trabajan en una calurosa y húmeda Miami, dominada por los terratenientes y sumergida en gran parte bajo el mar por el avance del calentamiento global. Ambos utilizan una máquina que les permite a los clientes que frecuentan el negocio, revivir o visitar ciertos recuerdos que guardan en lo profundo de sus mentes. Un día, la vida de Nick cambiará con la aparición de Mae (Rebecca Ferguson), una nueva clienta. Aunque Mae solo acude a su consulta para encontrar unas llaves extraviadas, se convertirá en una peligrosa obsesión. Mientras Bannister intenta encontrar el motivo de la desaparición de Mae, descubre una violenta conspiración que pondrá en jaque su vida y la de la gente que lo rodea. Por momentos, «Reminiscencia «parece remitirnos a relatos que aplican mejor los conceptos y los géneros sobre los que trabaja. Basta con pensar en «Inception» (2010) de Christopher Nolan en su mirada creativa para ahondar en la mente humana los sueños y la diferencia entre la realidad y lo imaginario, o incluso en la mirada distopíca de Philip Dick visitada en 2002 en la película de Steven Spielberg «Minority Report» para ver cómo aquellas personas metidas en cápsulas de agua (similares a las que usan los personajes en este largometraje) para tener visiones que los lleven a resolver posibles crímenes (un concepto que ahí apuntaba al futuro y que en este relato apuntan al pasado, desde la nostalgia hasta sus efectos que pueden influir en la investigación presente) como ejemplos que emplean mejor el escenario futurista y cientos de exponentes del policial negro donde la femme fatale (aquí representada en la figura de Ferguson) terminan acudiendo al héroe de la historia, sentenciando de manera taxativa el fatídico destino del protagonista también de forma más inspirada que en esta ocasión. Con esto no estoy diciendo que el relato sea catastrófico ni mucho menos, pero sí que la suma de sus partes no es del todo homogénea y que falla en varios aspectos. De todas formas, podemos destacar su bella dirección de fotografía y un tremendo diseño de producción para hacer realidad esa Miami distópica y corroída por la desigualdad social, pero incluso a nivel narrativo, a pesar de algunos giros interesantes, la película tiene un ritmo que no favorece a la intriga ni al suspenso. Por suerte siempre están Jackman, Newton y Ferguson para salvar el día brindando interpretaciones más que dignas y sobrellevar al relato cuando este tambalea. «Reminiscencia», al igual que a la nostalgia que apela el componente sci-fi de la película, quizás nos remite por momentos a exponentes mejores. Cuando intenta explorar las posibilidades que les ofrece el policial y deja, aunque sea algunos segundos el contexto futurista, es cuando el relato cobra vuelo y lleva al espectador a través de una laberíntica y entretenida trama. Una película interesante e imperfecta.
Reminiscencia: memoria imprecisa de un hecho o una imagen del pasado. Leitmotiv de un film y premisa prometedora llevada a la pantalla de forma poco convincente. Allí está el atribulado Hugh Jackman, al comando de una máquina del tiempo capaz de traer al presente recuerdos de aquellos que buscamos atesorar. Atraída por el invento, a él acude una misteriosa femme fatale (Rebecca Ferguson), con una excusa francamente ridícula. Todo sea por que “Reminiscencia”, finalmente, pueda existir y no ser una mera ilusión. La responsable de semejante cóctel es Lisa Joy, la creadora de la serie “Westworld” (2016-2018). Aquí, apuesta a una estética neo noir, que bebe de las fuentes de anteriores incursiones genéricas como “Minority Report” (2002) o “Blade Runner” (1982). Un plato atractivo…¿pero digerible? Veamos…el artefacto como elemento salvador no termine de explorarse. La obsesión del protagonista masculino no acaba por cuajar. Somos espectadores de un film poco ambicioso. La unidimensionalidad narrativa no conducirá a un buen destino. Las proyecciones holográficas siempre suelen tener su atractivo en este tipo de micromundos antes imaginados por genios como Julio Verne o H.G. Wells, pero, aquí, tres valores imprescindibles como inteligencia, intriga y originalidad brillan por su ausencia. Fallidos hologramas de un potencial dilapidado. La idea de ambientar una trama en un futuro cercano, a través de cierta concepción distópica, a causa del cambio climático, promete mucho más de lo que está dispuesta a complacer. La evasión de la realidad no nos permite perdonar todo.