Adaptation o… el ladrón de… Adaptation” “La literatura es hoy día el complemento perfecto e indisociable de la cinematografía”, palabras de David Cronemberg en una entrevista con Laurent Tirard...
Katherine Heigl da un paso en falso La actriz Katherine Heigl da un paso en falso con esta propuesta que pone en evidencia la línea descendente que inició la comedia norteamericana en los últimos tiempos. Y así regresa la encantadora intérprete de la serie Grey´s Anatomy y de La cruda verdad y Bajo el mismo techo, en una película insulsa que no ostenta siquiera un buen gag a lo largo de su metraje. Sólo por dinero (One for the money) impulsa a Stephanie (Heigl en el rol de una mujer divorciada que vive con su hámster, tiene pocos dólares en el bolsillo y cuyo auto es embargado) a relacionarse con su primo para conseguir trabajo en el negocio de garantes de fianzas. Y su misión será perseguir al ex policía y sospechoso de asesinato Joe Morelli (Jason O'Mara), quien la dejó plantada en el secundario. El argumento esquemático coquetea con el policial (y algunos cadáveres en el camino), pero transcurre sin gloria y muestra el esfuerzo de los intérpretes por creerse lo que están haciendo. Ni la presencia de John Leguizamo ni de Debbie Reynolds en el personaje de la abuela, logran acaparar la atención. La trama peca de aburrida, todo se ve deslucido y la protagonista queda mal parada, cuando supo brillar en trabajos anteriores. Y si, lo debe haber hecho...Sólo por dinero.
La caza recompensas Sólo por dinero (One for the Money, 2011) se puede clasificar dentro de un subgénero de films denominado “comedias sin ideas y sin comediantes”. Es la clase de película que pretende ganar espectadores con pobreza argumental pero distrayendo el eje con una actriz conocida, simpática y pulposa y con una –si se quiere- posible historia de amor entre los dos protagonistas: los infaltables opuestos que se atraen. Las primeras imágenes del film nos informan que la protagonista femenina, Stephanie Plum (Katherine Heigl), está en la quiebra. En apuros y a falta de algo mejor recurre a su primo Vinnie (Patrick Fischler), quien la hace ingresar en el negocio de garantes de fianza. La más abultada corresponde a Joe Morelli ([#16442 Jason O´Mara]), un policía con quien Stephanie tiene cuentas pendientes de la adolescencia, y algo más... Por arte de magia, Steph se convierte en agente, detective y caza recompensas. Entre el peligro y la acción, la atracción entre ella y Morelli comenzará a tomar protagonismo, si bien ni el peligro ni la acción ni la atracción logren algo emocionante en toda la película. Convertir a Katherine Heigl en heroína de acción dentro de una comedia ya había sido una de las principales apuestas de Asesinos con estilo (Killers, 2010), con el galán de turno, Ashton Kutcher. El desempeño de Heigl tenía que ver con la torpeza y la falta de experiencia en el manejo de armas y de ahí nacía gran parte de la comicidad del film. En Sólo por dinero esa etapa todavía no fue superada y se vuelven a repetir los clásicos clichés que ridiculizan a la actriz pero la hacen simpática por ello. El toque femenino en las escenas de acción es explotado al por mayor sin desperdiciar ningún plano que muestre el cuerpo de la protagonista para deleite del público masculino. Claro que los parecidos con otras películas pueden continuar. Sin ir más lejos, El caza recompensas (The Bounty Hunter, 2010) encuentra a la pareja protagonista en una situación similar pero con los roles invertidos (hombre persigue a mujer). Al menos en este film y el anteriormente mencionado presentaban dos protagonistas para poder sostener o generar la comedia. Si bien no es lo único que falla en este film, es impensable que esta actriz -a la cual le falta experiencia en el género- lleve adelante sola semejante tarea. A estas alturas no hace falta decir que el aburrimiento es lo más logrado de la película. Falla como comedia porque sus intentos no están a la altura ni se construyen con una pizca de ingenio. Se abusa de situaciones que ni siquiera resultan disparatadas o graciosas y, aunque rodea el sexo en más de una oportunidad, ni siquiera logra una escena romántica loable. El entretenimiento queda así en el olvido, como también quedará este film.
Katherine Heigl intenta explotar nuevamente la comedia de acción, pero queda a mitad de camino. Stephanie (Katherine Heigl) es una mujer que está en la quiebra económica y moral. Por eso, acudirá a su primo Vinnie (No, no es Joe Pesci , es Patrick Fischler), que la acomodará en el negocio de los garantes de fianza. Allí volverá a encontrarse con un viejo conocido, Joe Morelli (Jason O'Mara), un policía acusado de asesinato con quien Stephanie tuvo algo en la adolescencia. Así, y con los consejos de Ranger (Daniel Sunjata), Stephanie se convertirá en una cazarecompensas un poco torpe y con bastantes conflictos (familiares, de trabajo, etc), pero se pondrá entre ojo y ojo la misión de cazar a Morelli, solo para darse cuenta que pese a cualquier acusación que él tenga, la vieja chispa aún sigue encendida. Sólo por dinero (One for the Money) es una adaptación de la primera de una serie de tres novelas de Janet Evanovich. Tanto este libro como los siguientes (Two for the Dough y Three to Get Deadly) fueron best sellers internacionales, que permanecieron en el ranking de más vendidos durante más de 70 semanas. En esta adaptación hay que reconocer que se hace justicia al texto de Evanovich, pero falla por tres elementos clave: el primero es Katherine Heigl. Su interpretación de heroína de acción aún no está del todo cocinado. Si bien es la segunda vez que hace un papel similar (recuerden Asesinos con estilo, junto con Ashton Kutcher), nos cuesta separarla de la comedia romántica y de Grey's Anatomy, y se nota que a ella también. El segundo problema es el tiempo. No el de la película, sino el momento en el que sale. Hace no tanto se presentó El caza recompensas, con Gerard Butler y Jennifer Aniston, y pese a que cambian los roles, es prácticamente la misma película. Claro, la novela de Evanovich fue antes, por lo tanto, Sólo por dinero sería la más original, pero eso en el gran público pasa desapercibido, y lo que la mayoria notará es el alarmante parecido entre las dos cintas. Por último, el tercer problema, y posiblemente el más destacable, sea su formato. No está mal, claro, pero da la sensación de que quedaría mucho mejor separado en episodios y emitidos por un canal de televisión. De hecho, la directora Julie Anne Robinson estuvo detrás de decenas de episodios de Grey's Anatomy (junto con varios integrantes del elenco de ésta película, ¿casualidad?), Weeds, Pushing Dasies y muchas otras, lo cual explica el lenguaje que maneja en cámara que, repetimos, no está mal, pero falla para la pantalla grande. En definitiva, en cuanto a diversión, Sólo por dinero sale bien parada, ya que las escenas de acción y las cómicas están bien pensadas, pese a ser muy inocentes para una película de este estilo. Por el otro, tiene ciertas fallas que dejan las buenas intenciones del elenco y la directora a mitad de camino, por lo cual nos deja cierto sabor amargo. Pero, hey, si lo único que buscan es pasar un rato, reirse un poco e irse, definitivamente la película no los va a defraudar. @JuanCampos85
Romance en las calles Es imposible no reconocerlo: toda película que involucre a Katherine Heigl (con la honrosa excepción de Ligeramente embarazada) tiene necesariamente la marca de producto empaquetado y vendido con fórmulas predigeridas para el público femenino. Katherine viene siendo una de las reinas de las chick filks, más por insistencia de la industria que por el éxito rotundo de sus proyectos. Con Solo por dinero, uno podía esperar más o menos lo mismo, con una cierta dosis de acción. El póster promete lo mismo. Pero la película, grata sorpresa, es otra cosa. Sí, hay una chica joven, soltera y moderna con la que se puede identificar fácilmente el público femenino. Sí, hay un interés romántico muy masculino, del cual se puede enamorar fácilmente el público femenino. Pero las fórmulas terminan ahí. Una característica que le hace muy bien a Solo por dinero es la falta absoluta de glamour. Todo transcurre en Nueva Jersey, ese patio de atrás feo de Nueva York. Katherine interpreta a una divorciada que se quedó sin trabajo, está a punto de perderlo absolutamente todo y que (por lo menos al principio) se viste y peina mal. Ya en las últimas, decide rogarle a su primo que le dé un trabajo. Su primo se dedica a rastrear y traer de vuelta personas que no cumplieron con las condiciones de su libertad condicional o que han cometido crímenes, y sobre los cuales pesa una recompensa. Lo curioso es que cuando esta película ya bastante extraña en sus planteos (una heroína divorciada, una familia que parece salida de una sitcom, una premisa muy concreta) entra en el terreno policial (que, dicho sea de paso, involucra a un ex novio de la juventud), la cosa cambia. Katherine es claramente una inútil que se está metiendo en un territorio complicado, como es el que cazar delincuentes. Más allá de los pasos de comedia, Solo por dinero tiene mucho de película de aprendizaje. Y ese aprendizaje es dentro de un oficio que recuerda al de los detectives privados de los viejos film noir: una persona con nexos con la policía pero que se mueve por fuera de la fuerza, que circula por los bajos fondos, rastrea personas y al hacerlo inevitablemente se cruza con una red de corrupción y crímen. El realismo en el tratamiento de la violencia, la mugre que uno puede sentir en esas calles de Nueva Jersey, el peligro y la tensión que se manejan hacia la resolución de la trama alejan definitivamente a Solo por dinero de las fórmulas claras de los género prefabricados. Hay sorpresa, hay amor, sobre todo hay personajes que se sienten reales, que se mueven por barrios que conocen. Hay, sí, como en toda película con Katherine Heigl, ciertos momentos de comedia forzada, de carisma que debería estar ahí pero no está. Quienes entren a ver Solo por dinero esperando (como promete su póster) una comedia romántica, van a salir desorientados. Probablemente eso haga que esta película no llegue a encontrar su público.
Sólo por dinero fue aniquilada por la crítica norteamericana y me parece que se ensañaron un poco con esta propuesta. Realmente no es para tanto. Creo que este film es mucho más decente que el 90 por ciento de las filmografías de Jennifer López y Sarah Jessica Parker. Es más, es un film más entretenido que El caza recompensas, ese desastre que hicieron hace poco Gerard Butler y Jennifer Aniston que presentó una historia similar. Stephanie Plummer es un personaje literario muy exitoso en Estados Unidos. Desde 1994 las aventuras de esta particular anti heroína se convirtieron en populares best sellers cuya saga lleva más de 20 libros publicados. Janet Evanovich es una autora que empezó escribiendo novelas románticas para mujeres y la pegó a nivel comercial cuando encaró sus trabajos para el género del suspenso con este personaje. Cuando cambió el romance por los policiales se convirtió en una de las autoras mejor pagas de los Estados Unidos. En Argentina Alfaguara publicó dos libros de la saga (el quinto y el sexto),“Sobre la pista”, que es una muy buena novela de suspenso, y “Cuestión de suerte”. Las historias de Stephannie Plummer son raras porque tienen mucho humor absurdo (como la abuela de la protagonista que quiere ser como la nieta y la sale a perseguir gente con un revólver pese a que no ve nada) pero también te sorprenden con situaciones oscuras y violentas. En el caso de esta película que adapta la primera novela el principal incoveniente es que la directora Julie Anne Robinson (quien ya había dirigido a Catherine Heigl en la serie Grey´s Anatomy) tuvo dificultades para encontrar el balance adecuado entre la comedia y el misterio, que es algo por lo que se destacan las historias de Stephanie Plumer. En este film el humor está algo forzado y la intriga policial no es gran cosa, entonces es como que la trama se queda a mitad de camino. Lo mejor de este film es Katherine Heigl, quien hace su trabajo con mucha dignidad pese a no contar con un gran guión. Resultó una buena elección para el papel de Stephanie Plumer porque supo capturar esa torpeza que tiene el personaje a la hora de involucrarse en asuntos turbios que la terminan por convertir en una caza recompensas por accidente. Sólo por dinero es una película que a lo mejor enganchás un día en el cable o te la pasan en un avión y la podés seguir viendo para matar el tiempo. No es una obra memorable del cine pero tampoco es tan terrible como dicen. Antes que ver otra comedia romántica de Gary Marshall pongo plata como productor para que hagan la secuela de este estreno sin dudarlo.
Marche preso Sin grandes antecedentes en el cine, pero con una larga trayectoria en una veintena de series de TV (incluidas algunas bastante elogiadas como 2 Broke Girls, Weeds y Grey’s Anatomy), la directora Julie Ann Robinson nos “regala” una película que, en lo esencial, es muy parecida a El caza recompensas, aquella muy mediocre comedia romántica (enredos + guerra de los sexos), de Andy Tennant, con Gerard Butler y Jennifer Aniston. No contenta con repetir el esquema, Julie Anne (aunque en este caso habría que incluir también en el desatino a productores y guionistas) consigue una verdadera “proeza”: que Sólo por dinero sea aún peor que su predecesora. Sin trabajo y sin marido, Stephanie Plum (una Katherine Heigl luchando de manera denodada, encomiable, pero sin posibilidades de triunfo, contra las contundentes limitaciones del material) va perdiendo en los primeros de película desde su auto hasta su autoestima (y la estima de los demás). Urgida de generar ingresos, nuestra (anti)heroína decide trabajar como caza recompensas (cobrar por buscar y atrapar a prófugos de la justicia) para su patético primo. Luego de algún trabajo menor, deberá capturar a un peligroso fugitivo que, para más dato, fue su primer y conflictivo amor (él terminó abusando de ella cuando era una inocente jovencita). Por lo tanto, todo queda servido para la venganza, aunque también para los reencuentros y las traiciones cruzadas. El guión es penoso (hay también una ridícula subtrama ligada al narcotráfico), pero aquí no sólo eso falla sino también la química romántica entre Katherine Heigl y Jason O’Mara, el (supuesto) humor de las situaciones, el interés por la resolución de la intriga, el ritmo narrativo, la construcción de los diálogos… y un largo etcétera. Todo lo que podía salir mal, salió pésimo. Un film increíblemente fallido dentro de una industria como la de Hollywood que, incluso en sus productos más básicos, siempre suele hacer gala de un mínimo de ingenio, rigor y seducción.
Ni gratis El por qué una película con destino a relleno en el cable termina en la cartelera donde se puede ver por el mismo precio "El Artista" o "La Invención de Hugo Cabret", lo desconocemos. Tenemos claro que hay público para todo, y eso también, desde siempre, es desconcertante. Lo concreto es que esta historia de una desocupada que se convierte en caza recompensas para ganar algo de dinero, y su primer caso consiste nada menos que en capturar a un ex, no merece más atención que el peor capítulo de la serie más intrascendente que hayan visto por tv. Katherine Heigle se ha venido esforzando mucho para ganarse el título de reina de la comedia, pero con estos proyectos dificilmente logre mantenerse en ese lugar donde otras brillaron antes. Esta película puede servirte tal vez para una primera cita, si a ninguno de los dos les interesa verla y unicamente se la usa como pretexto para llegar a otras instancias.
La cazadora de recompensas Katherine Heigl, en un filme que intenta combinar thriller y comedia. Sólo por dinero es como el episodio doble de presentación de una serie que uno no está muy seguro de querer seguir mirando. De hecho, algo de eso hay, ya que se trata del primero de los ¡18 libros! que Janet Evanovich escribió sobre esta especie de torpe cazadora de recompensas en la que se convierte una chica sin trabajo llamada Stephanie Plum e interpretada en el filme por Katherine Heigl. La idea, tal vez, sea la de armar una franquicia con el personaje y la actriz. En función del filme –y de la poca repercusión que ha tenido- el asunto parece bastante difícil. Mezclando comedia con una trama de thriller, la directora Julie Ann Robinson coloca a Heigl es un universo bastante más callejero y sucio que el habitual para esta actriz especializada en comedias románticas. Plum es una chica de un barrio obrero (Trenton), divorciada, que se acaba de quedar sin trabajo. Necesitando plata, termina aceptando trabajar para un pariente dedicado al negocio de las fianzas con el objetivo de capturar a Joe Morelli (Jason O’Mara), un policía que ha cometido un crimen y se ha escapado. No casualmente este policía, además de darle una jugosa suma de 50 mil dólares si lo captura y entrega, es un ex novio de la secundaria con el que había terminado muy mal. Entre momentos cómicos (ligados a la familia de Plum, con su pesada abuela interpretada por la veterana Debbie Reynolds) y situaciones de seducción, Plum irá descubriendo el universo en el que Morelli se mueve (entrenadores de box, prostitutas, traficantes) y, con su estilo poco ortodoxo y tirando a torpe, empezará a atar cabos para resolver la situación. El filme no logra nunca encontrar un tono apropiado. Su humor es muy banal y su trama no logra nunca salir de las reglas básicas del “best seller de aeropuerto”, una especie de Elmore Leonard ultra-light que apenas cobra algo de vida y gracia en las secuencias que Plum tiene con Ranger (Daniel Sunjata), que le enseña algunos trucos del trabajo, en especial a manejar armas. Entre escenas donde Heigl luce su buena figura (Plum es una agente con atuendos por lo menos provocativos para las zonas en las que se maneja) y otras en las que intenta descifrar, a los tumbos (y con explicaciones varias para potenciales espectadores confundidos), lo que sucede, pasa Sólo por dinero , un título que alguno pensará que tiene que ver con la actitud de Heigl al agarrar esta potencial franquicia. ¿Cómo saberlo?
Una chica dispuesta a dar con un ex novio infractor El filme carece de sorpresas, la carnadura de los personajes casi no existe y sólo hace la película digerible la presencia de Katherine Heigl y John Leguizamo, simpáticos como parejas despareja y la que fuera rutilante Debbie Reynolds como la abuela. Stephanie Plum comienza a aparecer en las novelas de aventuras de una tal señora Janet Evanovich, que escribía novelas románticas poco exitosas. EN INFRACCION Un éxito inmediato ante la aparición de la nueva novela con este personaje y una sucesión de aventuras de la protagonista en posteriores novelas (con diecisiete títulos publicados), desencadenaron la compra por la Columbia de los derechos de esa primera y publicitada edición, primera de la serie, llamada ‘Sólo por dinero’, para ser llevada a la pantalla. La chica Plum es atractiva. Hace poco que se divorció. Atendía la sección lencería en una tienda de Nueva Jersey, pero van seis meses de desempleo y el trabajo está difícil. Stephanie vive en una departamento modesto que ya no puede pagar, acumula deudas, maneja un auto viejo y de las propuestas laborales que se le acercan elige la más segura, porque el negocio es de un primo, pero con riesgos. Se trata de un lugar que trata a personas que después de tener una libertad bajo fianza por causas menores, no van a juicio, salieron de la cárcel, pero no se presentaron cuando los convocaron, o sea que están en infracción y el primo debe dar con ellas para ponerlos en vereda y cobrar, obviamente, una recompensa. En su nuevo trabajo Stephanie tendrá que ocuparse de ‘pescar’ a los infractores y entregarlos. Intenta con algunos, pero uno en especial, el que tiene una interesante suma para cobrar de recompensa -de la que ella recibirá una buena comisión- es un conocido, más aún, un ex novio que la plantó de adolescente y a la que decide perseguir, un poco por el dinero y otro poco por despecho. Pero Stephanie no sabe que se metió en un asunto complicado. MINIMOS RECURSOS La película de Julie Anne Robinson es líneal con una temática mínima, pocos personajes y una atractiva intérprete venida del campo de la televisión. Hay algunos intentos para lograr cobrar comisiones, mínimos recursos que ponen a la protagonista en situaciones peligrosas y alguna intención por parte de la familia de ayudarla en la empresa (una abuela metida pero útil por el préstamo que hace de su viejo auto para suplantar al endeudado). El filme carece de sorpresas, la carnadura de los personajes casi no existe y sólo hace la película digerible la presencia de Katherine Heigl y John Leguizamo, simpáticos como parejas despareja y la que fuera rutilante Debbie Reynolds como la abuela (sí, el tiempo pasa, desgraciadamente), con varios intentos de remedar a Ruth Gordon (‘El bebé de Rosemary’).
El salto de la televisión al cine no es para todos el siguiente paso lógico. Si bien son muchos quienes nunca ven esa oportunidad concretarse, hay otros tantos cuyas carreras, más allá de incluir papeles en la gran pantalla, se ven frustradas por la falta de éxito. Será recordado así el caso de David Caruso, hoy un rostro reconocido en el mundo de las series, a las que tuvo que volver tras un trunco pasar por los cines de mediados de los '90. Entre las mujeres hay que prestar particular atención al caso de Katherine Heigl, quien parece seguir los dudosos pasos de Jennifer Aniston. Desde el final de Friends hasta la actualidad, la segunda ha tenido su importante cuota de títulos menores, sin lograr traducir el carisma de la pantalla chica en resultados para la grande. Heigl, quien se ha visto encasillada con mucha celeridad, viene siguiendo el mismo derrotero al menos desde hace tres años, llegando al extremo de repetirlo con One for the Money, un producto que recuerda fácilmente a The Bounty Hunter. Basada en la novela homónima de 1994, dentro de la franquicia que ya lleva 18 títulos, la historia sigue a Stephanie Plum, una joven desocupada que, para hacer algo de dinero, se mete en el negocio de los cazarrecompensas. Este giro de timón en la vida de la protagonista abre el camino a una serie de chistes simplistas cuyo único recurso es, básicamente, encontrarla armada y fabulosa ante peligros que están muy por encima de sus capacidades. En ese costado policial, obvio misterio que se adivina sin esfuerzo, recae lo más logrado de la película. Es que más allá de lo evidente de la resolución, cuando el caso se pone pesado, los cuerpos realmente empiezan a apilarse. El verosímil falla cuando una vendedora de ropa inexperta supera con creces el trabajo de la Policía o de otros cazadores, pero no en el hecho de que unos delincuentes harán lo posible para seguir fuera de la cárcel, aún cuando en el marco de una comedia ligera tengan que dejar una decena de cadáveres. Al humor simple y a los fallos de la trama, debe sumarse el trazo grueso con que Julie Anne Robinson delinea a sus personajes centrales, cargados con el estereotipo de italoamericanos en Nueva Jersey. La simpatía y frescura que Heigl aporta a la pantalla, lo ha hecho antes y después de ese pilar fundamental que le supuso Grey's Anatomy, no alcanzan por sí solas para sostener una película de 90 minutos. A esta altura ya debería saberlo.
Algo de misterio, frivolidad y lucha de sexos OMara, D. Suniata, J. Leguizamo, D. Reynolds, S. Shepperd, D. Monk. Imagínese a una joven contratada para enfrentar peligrosos delincuentes que, llegado el momento de los tiros, se pone a revolver el bolso buscando su pistola como otras buscan el celular que está sonando a los gritos. Ella anda sin plata, agarró un trabajo como cazadora de recompensas, y ahora debe aprender el oficio, vengarse de un viejo noviecito, decidir otra cosita de carácter amatorio, y, ya que estamos, atender unos casos policiales que preocupan a la ciudad. Así es como imaginó a su personaje la novelista Janet Evanovich, y se mandó 18 novelas al hilo, todas éxito de venta en supermercados y librerías. Ahora se juntaron la actriz, y acá también productora ejecutiva, Katherine Heigl («La cruda verdad»), la directora televisiva Julie Annie Robinson, las guionistas Stacy Sherman (autora del corto «Goodnight, Vagina»), Liz Brixius (libretista y directora de «La enfermera Jackie») y Karen Ray, e hicieron una versión cinematográfica de la primera novela de la serie. El resultado no es nada del otro mundo, pero tiene su lado interesante. Se trata de una comedia femenina de acción policial, misterio, vulgaridad y lucha de sexos, dirigida, escrita y protagonizada por mujeres. De contrapartida o complemento, han puesto dos facheros light como objetos de uso, algunos tipejos como blanco móvil, y un detalle sentimental: la chica tiene en su agenda un primer amor que se burló de ella pero la sigue atrayendo, y un experto en armas con aires de rudo protector. También tiene un hamster. Como se sabe, los hamsters son una gran compañía nocturna. Aparte, tiene familia, amistades callejeras poco presentables, y un Buick que en la película es de 1970 y en la novela es un acorazado de 1956. Esta diferencia automovilística molestó a muchos lectores de la novela original, que claman al cielo desde internet. Claman también por el acento de Katherine Heigl, que debería hablar como nativa de New Jersey pero a veces se olvida. Y por el personaje de la abuela, que luce medio tonta. Como no leímos la novela, ni tenemos oído para el acento newjersiano, y además quien hace de abuela es la querida Debbie Reynolds («Cantando bajo la lluvia», «Tammy», 69 años al momento del rodaje), por acá no hay mayor motivo de queja. Se pasa el rato y a otra cosa.
VideoComentario (ver link).
Un poco de thriller, otro poco de comedia humorístico-romántica para consumo de ciertos sectores de espectadoras y bastante menos de imaginación se mezclan en esta enésima edición de la batalla de los sexos que un nutrido equipo de mujeres puso al servicio de Katherine Heigl, quizá con la intención de poner en marcha una franquicia que imaginaban rendidora. El origen está en la serie de novelas (dieciocho) escritas por Janet Evanovich, en torno de Stephanie Plum, una bella y graciosa chica de Nueva Jersey que sin ser experta en investigaciones ni contar con talentos especiales se las arregla bastante bien como cazarrecompensas, aunque por lo general se mete en complicaciones de las que casi siempre debe rescatarla algún oportuno caballero. Sólo por dinero está basada en la primera aventura de la serie, aquella en la que Stephanie pierde su trabajo en una gran tienda, pasa por algunos aprietos financieros y, de modo azaroso, termina improvisada como cazadora de fugitivos de la justicia. La misión resultará ser para ella doblemente estimulante, porque el que se ha andado escabullendo de la ley, además de ser ex policía y estar acusado de una muerte, es un personaje al que la chica conoció en el pasado y con el que tiene todavía algunas cuentas que arreglar. Como perro y gato, pues, andarán estos dos, según aconseja una receta más antigua que el cine mismo. Y será visible desde el primer momento que cuanto más crecen el rencor y la rabia entre los dos, más aumenta la mutua atracción. El thriller se administra en dosis mínimas. El entretenimiento, también. Tres adaptadoras -Stacy Sherman, Karen Ray y Liz Brixius- y una directora, Julie Anne Robinson, entre cuyos antecedentes figuran algunos capítulos de Grey's Anatomy y una almibarada comedia juvenil con Miley Cyrus, no bastaron para nutrir el interés de esta historia que nunca alcanza el brío necesario y apenas proporciona un par de réplicas graciosas, además de la simpática presencia de algunos personajes secundarios. Junto a Katherine Heigl, que luce su belleza en una escena de ducha y muestra algo de su desenvoltura como comediante, aparecen no uno sino dos galanes: Jason O'Mara y Daniel Sunjata. No porque el cuento sugiera demasiados indicios de triángulo amoroso, sino porque parece aconsejable que haya abundancia cuando se trata de un film destinado a la platea femenina.
Surgida de la televisión, la actriz Katherine Heigl ha tenido unos buenos pasajes en la pantalla grande por medio de la comedia, donde Ligeramente Embarazada, 27 Bodas o La Cruda Verdad son los ejemplos más claros de su naturalidad y facilidad para generar buenas propuestas. En los últimos films, Heigl ha bajado de manera notoria la puntería regalando grandes fiascos como Asesinos con Estilo y ahora Sólo por Dinero, donde sin duda encontramos el punto más flojo en la filmografía de esta ¿ascendente? comediante. Dirigida por Julie Anne Robinson, esta comedia que intenta mezclarse con toques de thriller y romanticismo nos contará como ante la desesperación por quedarse sin trabajo y sin dinero, Stephanie Plum decide trabajar como agente de fianzas, tomando como "primera misión" la captura de su primer amor en la adolescencia. Sólo por Dinero recuerda en demasía a la mediocre comedia de acción llamada El Caza Recompensas que protagonizaron en el 2010 Gerard Butler y Jennifer Aniston y que tuvo mejor resultado que el que aquí nos ocupa. Incluso ya en Asesinos con Estilo, Heigl basaba su rol en la ineptitud en el manejo de las armas y la inexperiencia en el "campo de batalla desconocido" algo que vendría a ser bastante similar a la labor que ella cumple en esta cinta, dejando como conclusiones que las ideas en Hollywood no abundan dentro de este género y que a veces los interpretes dejan bastante de lado las cuestiones artísticas teniendo mucho más en cuenta el suculento cheque que supone su participación en la producción. A lo largo de sus 91 no encontraremos en Sólo por Dinero un solo momento de comedia bien logrado, como así tampoco podremos ver un desarrollo que genere entusiasmo y entretenimiento en la trama de investigación e incluso nunca se haya bien generado un encuentro romántico. En resumen, podríamos destacar que este film solo presenta como valor positivo que Katherine Heigl se carga la cinta al hombro y por escasos momentos consigue que con su simpatía, naturalidad y carisma no naveguemos en el más profundo aburrimiento, aunque la ausencia de alguna figura que reme junto a ella hace que lamentablemente la película no pueda ser salvada por completo.
Chica en la mala muy mala acepta un trabajo algo riesgoso: controlar a quienes salen de la cárcel bajo fianza. Por supuesto, no está calificada para tal cosa -lo que provee la dosis de comedia- y por supuesto, por razones un tanto absurdas, tendrá que perseguir a un muchacho que la desencantó alguna vez buscado por asesinato. Ingredientes de fórmula que funcionan aceitados en este film que podría alcanzar otras cimas si no se contentara con su vocación de relleno de salas.
Hace tiempo que no me aburría tanto en el cine. Siempre trato de encontrarle la vuelta, incluso a películas de géneros que no son mis favoritos. Lo más extraño de este caso, es que entré a la sala esperando, al menos, pasar un buen rato, pero no fue el caso. El planteo es el siguiente: Stefanie Plum (Katherine Heigl) está en bancarrota. Sin trabajo y sin pareja, debe encontrar alguna manera de sostenerse. Así llega a esta agencia de caza-recompensas, cuyo trabajo consiste en atrapar a personas buscadas por la justicia, a cambio de un 10 % de la fianza. Por supuesto, ella elige como primer “proyecto” a quien más paga: Joe Morelli (Jason Mara), un policía, acusado de asesinato, que casualmente fue su noviecito en secundaria. Lo encuentra sorprendentemente rápido, considerando que ignora todo lo referente a investigaciones, pero claro, él es policía, y sabe escaparse. Por ello, Stefanie decide entrenarse, comprar un arma, y en su búsqueda del prófugo, se va acercando a la verdad del caso por el que está acusado. Los realizadores de la película (la directora es Julie Anne Robinson) evidentemente se confiaron en la belleza y simpatía de Katherine Heigl, único pilar de esta comedia, pero no alcanza. Ya en el afiche se anuncia que esta es una “película-de-Katherine-Heigl”. Desde que la chica se hizo famosa en la serie Grey’s Anatomy, y salió a hacer películas, ha ido eligiendo comedias románticas como 27 bodas, Ligeramente embarazada, y otras que han funcionado bien. Ya con la fama hecha, parece haberse echado a dormir, y optó por esta película que la tiene como estrella, pero no le da un guión que la apoye. Todo serán sus risas, muecas, miradas. Y sí, queda linda en pantalla, pero no es suficiente. La palabra que se me ocurre para definir este film es “inconsistente”: una historia que no lleva a ninguna parte. Ni siquiera llega a cumplir con el género de comedia romántica, porque no se define, quiere virar hacia el policial, con una trama de thriller y una historia que desenredar, pero tampoco llega a ser una comedia de acción. Hay algunos momentos un poco más graciosos, como las escenas familiares, que podrían ir hacia un humor tipo Mi gran casamiento griego, pero no lo hacen, y además son escasos en el total de la película. Así, las risas escasean, la acción es torpe e indecisa, y los minutos, sobran. Esta claro que, desde esta página, no estamos para decirle a nadie lo que debe ver o lo que no. Comentamos las películas que vimos, y cada lector lo tomará como recomendación, si le parece. Por eso, para quienes decidan ir a verla, sólo les aconsejo que vayan bien descansados. Sino, lo más seguro es que termine en una siesta.
Luego de triunfar en la televisión, Katherine Heigl incursionó en el cine demostrando que el carisma y la dulzura que le brindaba a cada uno de sus personajes eran las características que más se destacaban de su trabajo ("Knocked Up", es el principal ejemplo). Sus últimas participaciones, a causa de guiones poco interesantes, se alejaron de dichas cualidades, encarnando versiones repetidas de sus papeles una y otra vez ("Killers", "Life as we Know it" y "New Year's Eve", entran en ese grupo). En esta oportunidad, vuelve a carecer del brillo de sus primeras películas y protagoniza una historia poco graciosa, lenta y previsible.
Cuando la pasión por el cine se puede dosificar y atemperar, uno va adquiriendo una capacidad de análisis diferente. Para el cine y para cualquier forma de arte. Toda la experiencia adquirida durante años (libros, entrevistas, ensayos, obras de teatro, etc. y obviamente toneladas de películas vistas) conforman la caja de herramientas con la que uno es capaz de mirar, desglosar, rearmar y emitir opinión sobre, por ejemplo, “Solo por dinero”. Frente al teclado no queda otra que hacerlo; es cuando uno se da lugar para poder reflexionar. Aunque sea retórica la cosa; aunque uno mire el monitor y grite: ¿¡Por qué!? ¿Por qué a mí? Stephanie (Katherine Heigl) se quedó sin trabajo. No importa por qué o de qué macana sucedió. Vive sola con un hamster. Tampoco importa por qué ni desde cuando. Es más, ninguna de las tres guionistas parece considerar importante siquiera un mero lineamiento del personaje que justifique cómo una mujer cercana de perder, por idiotez, toda esperanza de lograr lo que aspira se convertirá en una cazarecompensas que maneja armas, pega piñas, patadas y sale airosa de situaciones que hasta Rambo dudaría de afrontar. Lo único importante es que la simpatía de la actriz protagónica se convierta en el colchón sobre el que descansa toda la película. Nunca nadie se preguntó: ¿Y si Katherine Heigl no resulta? No voy a discutir sus atributos como actriz, pero lo hecho en “Grey's anatomy” (la serie de TV) y el protagónico de “Ligeramente embarazada” (Judd Apatow, 2007) no es suficiente para encajarle toda la responsabilidad. Se supone que Stephanie debe caernos en gracia porque se aplica un disfraz naif sobre su ser y su circunstancia, pero si el libreto no tiene información el director no toma decisiones (o toma malas decisiones) y el resto del elenco cae en la misma red, esta o cualquier película está condenada al abucheo generalizado de una platea que difícilmente pueda esbozar una sonrisa. Si esto llegara a suceder (la sonrisa, digo), será por obra y gracia de la química entre Heigl y Jason O'Mara, que viene a ser como una suerte de contra-partenaire. Ambos remiten en su forma de vincularse a otra mala película llamada “Dos pájaros a tiro” (1991) de John Badham con Mel Gibson y Goldie Hawn. Esta tampoco ofrecía información que hiciera creíble a los personajes, pero de última eran Gibson y Hawn, caramba. Por cierto, ese gran actor que es John Leguizamo aparece en este proyecto. El chiste fácil sería proponer una vaquita entre todos para que su talento no se desperdicie por un cheque (no muy cuantioso a juzgar por la producción general), pero además de que no vamos a hacer eso, prefiero suponer que el hombre es muy amigo de los productores y les hizo un gran, enorme favor participando en esta película en desmedro de su carrera
La bellísima y carismática Katherine Heigl es una nueva estrella hollywoodense que luego de algunos trabajos aceptables en comedias románticas (27 bodas, Ligeramente embarazada), ha decidido arriesgarse un poco más. Sin apartarse demasiado de esa línea, se ha involucrado hace poco en la fallida Asesinos con estilo y ahora en Sólo por Dinero, buscando roles con mayor exigencia física. La realidad es que aquí volvió a elegir mal, no solamente porque el personaje de Stephanie Plum, heroína de una exitosa saga literaria, no le sienta en lo más mínimo –especialmente por su escaso glamour-, sino además por la endeble adaptación del trío de guionistas y la directora Julie Ann Robinson. El material presuntamente brillante de la escritora Janet Evanovich, cuyos libros tienen miles de seguidores en los EE.UU. y su protagonista es una suerte de referente femenina, no alcanzó para armar una aceptable comedia, si es que eso se propusieron. Si es que existía algún ingenio en la historia de esta inexperta y pulposa cazarrecompensas, sólo se aprecia en un par de diálogos, el resto del film es un insípido producto romántico-policial que no atrae ni divierte y en el cual la Heigl trata de demostrar dotes para la acción y sólo trasunta incomodidad. Y el elenco que la acompaña deambula por la pantalla con roles poco aprovechados.
Mal Paso "One for the Money" es la adaptación de uno de los best sellers norteamericanos de la escritora Janet Evanovich que mezcla comedia con acción y suspenso. La realidad es que no logra ni una, ni otra cosa. Hay algunos momentos divertidos, sí, pero son muy pocos y además están encarados con cierta subestima por el espectador. Ni hablar de la parte de acción y suspenso, que no llega nunca a su objetivo. En mi humilde opinión, la directora Julie Anne Robinson debería haberse decidido más claramente por algunos de los géneros, es decir, hacer una parodia bien divertida de la novela o ponerse un poquito más seria y encarar la lucha contra el crimen con más aplomo y algunos toques de humor como para cumplir con espíritu de la novela. La cuestión es que no lo logra, se queda a mitad de camino y termina pasando al cajón de las pelis mediocres que cuando llegan al cable uno la encuentra y se acuerda de haberla visto, pero no recuerda casi nada de la trama porque era demasiado boba como para ocupar lugar en el cerebro. Katherine Heigl pone un poco de su carisma que salva al producto del desastre total, demostrando que es buena protagonista incluso cuando lo demás no acompaña. Si este trabajo representa el lanzamiento de las novelas de Evanovich en cine, debo decir que ha sido torpe y con poco espíritu, perjudicando la percepción que el público va a tener cuando asista a ver la próxima historia. Recomendable sólo si fuiste hasta el cine y en la boletería te avisaron que están todas las funciones agotadas y únicamente podes elegir entre ésta opción y "Con el Diablo Adentro".
Estado de Santa Catarina Solo por dinero resulta ser un objeto prácticamente insignificante que a los pocos minutos de estar mirándolo es capaz de despertarnos algo parecido a un amor secreto. La protagonista excluyente de la película y del sortilegio se llama Katherine Heigl, la chica de Ligeramente embarazada y de alguna que otra comedieta posterior que mejor olvidar. En esta oportunidad le toca hacer de chica en problemas serios, más que nada porque no tiene trabajo en estos Estados Unidos de crisis y vive en uno de esos sucuchos adorables que en el cine norteamericano vienen a significar que el personaje se desliza en picada hacia abajo en la escala social. El tópico se trata levemente, porque esto no es una comedia con mensaje social, pero le sirve a la película para describir un ambiente donde casi todo el mundo trabaja de algo que en realidad es una pantalla para alguna actividad ilegal (más que nada el tráfico de drogas duras). Katherine Heigl es una mujerona de simpática cara redonda con un cuerpo definitivamente festivo, una celebración de curvas que parece evolucionar como tal en cada película en la que interviene. Acá su personaje se encuentra con que no tiene plata y la fortuna hace que caiga de casualidad en una oficina para reemplazar a un cazador de recompensas. Pronto se da cuenta junto con el espectador de que la cosa no tiene el menor glamour, sino que apenas es un oficio más, solo que tal vez con un grado de peligrosidad mayor que el resto. En Asesinos con estilo (o mejor Killers) demostró que podía empuñar un arma como nadie, hacer balancear su feminidad y jugar críticamente con la imagen de la chica que ingresa en un mundo presuntamente sofisticado, tan lejos de la rutina burguesa a la que parecía destinada, con casa enorme, maridito legal y niño en brazos incluido. Todo por dinero es como el despertar resacoso del personaje de Killers, el pasaje a los tumbos y con el vestido rasgado del barrio privado al barrio de inmigrantes y a los trabajos de mala muerte, al encuentro cara a cara con tipos feos, sucios y malos. La rápida afición por las armas de fuego y la destreza para usarlas como es debido parece que le vinieran también de allí, como un gusto adquirido que pasa de una película a otra y se resignifica en este nuevo mundo de malandras y de una decadencia que se percibe con filosofía resignada y tal vez un poco tristona. Solo por dinero tiene enseguida la pinta de ser una anomalía, un bibelot que toma vida y se escapa de la repisa destinada a los recuerdos que se vuelven ligeramente venerables, no en virtud de su excelencia sino, por el contrario, de su carácter inferior y berreta. Por momentos podría ser también un telefilme, o una película que gracias al efecto de la repetición en los canales de aire se vuelve familiar, es decir televisiva. Vista en una pantalla grande, sin embargo, Solo por dinero alcanza una extraña densidad porque se las arregla para lucir extravagante y amable al mismo tiempo, como si acabara de llegar de los años ochentas por ejemplo, y está siempre animada por una convicción que parece surgida de otro mundo. Sus chisporroteos de humor son los de una comedia desaliñada, a veces ingenua e incluso un poco tonta; sus escenas de acción física pueden parecer algo torpes y poco espontáneas. Y sin embargo, sus rasgos de nobleza terminan siendo notables, un sentimiento que se impone acompañando la carta de triunfo representada en su actriz: la carencia absoluta de cinismo y del menor condimento de sofisticación, sumados a la aparente falta de autoconciencia respecto de sus materiales producen cosas como Solo por dinero, aves raras que llegaron acaso demasiado tarde para decirnos que también se vive de inocencia.
Ella es la nueva reina de la comedia, Katherine Heigl. La historia de una chica que siente el fracaso en todos los terrenos y se transforma en una cazaprófugos que no se presentan ante la Justicia. Entre riesgos y torpezas también tendrá su lado romántico. Una comedia agradable.
Demasiado para una sola chica Sólo por dinero no es la primera película que intenta combinar el humor y la acción y tampoco será la última en fracasar en el intento. Hay ciertas mezclas que son altamente inestables. Si falla alguno de los componentes, los lazos se distienden y no hay modo de que la risa y el peligro lleguen a formar una sola molécula. Lo que resulta evidente en este caso es el exceso de confianza en las cualidades interpretativas de Katherine Heigl (Ligeramente embarazada), quien soporta toda la carga de ridículo y adrenalina de esta historia, pero a la que se olvidaron de proporcionarle un guión digno de su talento. Ella se mete en la piel de Stephanie Plum, el personaje principal de una exitosa saga de novelas creada por la escritora norteamericana Janet Evanovich. Y así, teñida de castaño para la ocasión (Plum no puede ser la rubia novia de América), compone una adorable chica de barrio, bella y torpe en proporciones nunca equilibradas, que debe convertirse a la fuerza en una cazarrecompensas. Stephanie es el negativo de las protagonistas de la chic lit, esas súper bellezas neuróticas y adictas a la moda que se pueden pasar el día probándose zapatos y vestidos caros en las mejores tiendas de Nueva York. Nuestra heroína suda, come porquerías, y tiene una familia de la que sólo puede heredar el sentido de lo patético: una madre que la quiere casar, un padre resignado y una abuela que se viste y se comporta como una adolescente. Lejos de aprovechar esa colorida caterva de personajes, Solo por dinero parece mandarlos a todos en penitencia al rincón de los gags inocurrentes y pretende tomarse en serio la investigación que emprende Stephanie para ganarse los 50 mil dólares de recompensa. El trabajo inicial de ese premio mayor consiste en detener a un policía, acusado de matar a sangre fría a un delincuente. El policía, que está prófugo tratando de probar su inocencia, tiene la particularidad de ser el tipo con el que Stephanie perdió la virginidad a los 17 años y por el que todavía siente una atracción irresistible. Los hilos de esa trama básica se enredan en una complicada madeja de prostitutas, traficantes y violadores, con lo cual la película cumple la premisa básica de mantener la expectativa, pero al costo de degradar la comedia en una mezcla de humor blanco, verde y negro que sólo puede describirse como gris.
Si bien se vende como una comedia romántica, prácticamente no hay nada de que reírse (a lo sumo esbozar una leve sonrisa) y menos engancharse con la historia de amor, que para no desentonar con la película es bastante insípida. Desde el comienzo ya se ve que lo que sigue no va a mejorar y si bien la historia...
Publicada en la edición digital de la revista.