Con Bienvenido a los 40 los seguidores de Judd Apatow van a salir del cine más que seguro conformes con este último trabajo, ya que se mantiene fiel a su estilo. Los que estén cerca de los cuarenta y los que ya los pasaron se van a sentir varias veces identificados con muchas de sus escenas más que realistas. Su guión se puede comparar con una ensalada...
Si fuera fácil... escribir un guión. Hace unos años, cuando Judd Apatow estrenó Ligeramente Embarazada, sorprendió gratamente a los espectadores con una comedia irreverente, divertida, pero más que nada con una película llena de humor protagonizada por personajes realistas. Si en algo triunfaba claramente no era tanto en sus gags acertados, en su humor juvenil, en lo curioso de su elenco, sino que su mayor logro era la manera en que consiguió retratar con una verosimilitud extrema para una comedia los vaivenes de la pareja protagónica. Estos dos jóvenes que quedaban embarazados casi sin conocerse luego de una borrachera y discutían cada dos por tres lograban -gracias a un aceitadísimo guión y a un gran trabajo actoral- que todos sintiéramos cada pelea como propia. Fue esa identificación potente con el espectador lo que hizo de Ligeramente Embarazada una de las mejores comedias de la década pasada. En aquel film, el personaje de Katherine Heigl tenía una hermana, un cuñado y dos sobrinas que funcionaban de mil maravillas como los secundarios con quienes los protagonistas sopesaban sus propias vivencias. Esa es la familia que Apatow eligió para esta "suerte de secuela"(según lo indica su propio trailer promocional) que intenta retratar cómo es tener cuarenta años. Aunque lamentablemente no esté ni cerca de hacerle justicia a su antecesora...
Made in USA Bienvenido a los 40 (This is 40, 2012) no es solamente una comedia sobre un momento de la vida sino también una divertida radiografía de la cultura norteamericana actual y, en parte, de la nuestra. La irreverencia en el abordaje de casi todos los temas, marca personal de Apatow, alcanza aquí momentos de gran lucidez. Debbie (Leslie Mann), Pete (Paul Rudd) y sus dos hijas son la típica familia americana de clase media, aunque bastante acomodada. Cumplir cuarenta años enfrenta a Debbie con una profunda crisis, pero no es eso lo único que sucede en el seno familiar: Pete tiene problemas financieros, aunque ayuda económicamente a su vividor padre sin decirle a su esposa; padecen día a día las peleas de sus dos hijas y el mal humor de la mayor en su entrada a la pubertad; ambos presienten que sus empleadas del local les roban dinero pero solucionarlo les implica una odisea detectivesca; Pete es adicto a los cupcakes, Debbie es incapaz de asumir su edad y además la relación entre ellos sucumbe ante cada pelea. A su manera, cada uno intentará recomponer su vida: ella con comidas sanas y terapia de pareja, y él apostando a que resucitar un grupo de los ´70 evite que su discográfica caiga definitivamente en la ruina. En el gran cambalache de la era tecnológica, la forma de educar, de divertirse, de hablar, se transformó radicalmente, produciendo un desfasaje entre la velocidad de aprendizaje de los chicos y la capacidad para adaptarse a los cambios de los padres. Aquellos ya no juegan en la calle o construyen fuertes en su jardín, su vida ociosa pasa por otro lado: relacionarse con sus amigos por facebook, vivir conectados a través del I phone, o ver las temporadas de Lost en el I pad. La propuesta del film es entonces decir algo (aunque más no sea en el tono light de una comedia) de esta nueva era enviciada por la tecnología y la televisión. La principal marca de la película son las constantes citas a fenómenos televisivos, musicales o cinematográficos actuales, la mayoría de las veces en tono de burla (“Tengo sexo como Ross, el de Friends” afirma Pete a su esposa). A partir de estas situaciones se deja entrever que este universo citado es, aunque no se quiera, un gran constructor de identidades en el siglo XXI. En la misma línea, Pete se pelea con su hija mayor por cuál serie es mejor, si Lost o Mad Men. La educación de los padres es incluso mediática: Debbie reemplaza su alimentación siguiendo consejos del Dr. Oz (famoso programa estadounidense sobre consejos de salud). Las personales comedias de Judd Apatow siguen siendo sumamente efectistas a la hora de retratar la vulgaridad de la vida cotidiana desde una mirada sarcástica, ácida. Por este tamiz hace pasar gran parte de la cultura actual: la disfuncionalidad de las familias, el viagra, la terapia de pareja, el sexo, la marihuana, el colesterol, la obsesión por la juventud. Aunque su visión del matrimonio y el amor no es para nada desesperanzada, en el mismo tono irreverente tan característico, Debbie y Pete se terminan confesando que a veces piensan en cómo asesinarían al otro. El universo Apatow está presente en cada escena de la película: en sus films los hombres son eternos niños que deben ser educados por sus parejas, el amor casi nunca es romántico, y la vida está llena de pequeños desencantos, aunque el humor a veces los tiña un poco de otro color.
Pequeñas delicias (y miserias) de la vida familiar El puñado de películas que lleva dirigidas Judd Apatow hasta el momento (Virgen a los 40, Ligeramente embarazada, Hazmerreír y el estreno de esta semana, Bienvenido a los 40) alcanza, sin embargo, para cubrir un espectro bastante amplio de familias posibles: desde el solterón que se casaba tarde y por amor en Virgen a los 40 hasta el comediante solitario que interpretaba Adam Sandler en Hazmerrerír -y que miraba un poco de costado la familia que había podido construir su ex novia-, pasando por esa familia por accidente que cristalizaba en Ligeramente embarazada, las películas de Apatow son un pequeño prisma donde las relaciones familiares se refractan en distintas direcciones con algunas zonas de oscuridad, y otras de variados brillos. Apatow no celebra las familias acríticamente sino que se les acerca con la fascinación y el espanto de un chico, encantado con las posibilidades de amor y diversión que ofrecen y siempre un poco preocupado por el lugar que puede ocupar el individuo dentro de una estructura mayor que lo aburre y contiene (sí, las dos cosas, porque la contradicción tiene lugar en el mundo del director). Ligeramente embarazada hacía foco en el nacimiento de una familia como azar (y hasta error, por supuesto) devenido “eso que llaman vida”, y mantenía en segundo plano a esa otra familia interpretada por Pete (Paul Rudd), Debbie (Leslie Mann) y las hijas de la actriz con el propio Apatow (Maude y Iris, todavía nenitas y ya a sus anchas en eso de vivir como se hacen las películas), que funcionaba como una especie de proyección a futuro de la pareja protagónica y nueva, llena de posibilidades. Bienvenido a los 40 retoma a esa familia lateral y la convierte en protagonista para calar en un momento bien distinto, cuando las posibilidades ya se convirtieron en cosas realizadas y no queda otra que hacerse cargo de lo que no pudo ser y mirar con extrañeza lo que sí se hizo. La película comienza con el cumpleaños número 40 de Debbie y la consecuente crisis que la lleva a querer arreglar lo que ya está arreglado, con cambios de hábitos superficiales, dietas que incluyen raros licuados verdes y un replanteo irritante y generalizado de una vida que al menos de afuera se ve bastante positiva. Si se lo piensa bien (y no se asusten por esto), en Bienvenido a los 40 no pasa nada y eso está perfecto, porque su tema de fondo es un poco más oscuro que el tono anecdótico con que se encaran los conflictos de “los 40” (visitas al ginecólogo y al proctólogo, salidas a un boliche como manotazo de ahogado, intentos de mejorar un poco el día a día con ejercicios y alimentación, que representan tal vez lo más trillado y el potencial talón de Aquiles de esta comedia), y es más que nada esa inquietud de no estar demasiado seguro de la vida que se está viviendo. Así, mientras se muestran en tono de comedia ligera y casi costumbrista los conflictos menores de una familia que podría ser la de cualquiera, la película va punteando casi sin levantar la voz otra melodía mucho más melancólica y amarga, la de dos adultos que al final de una década -que todavía no se siente como el comienzo de una década nueva- se preguntan por, y se despiden de, las vidas múltiples que podían haber tenido, esas que se van muriendo a medida que la edad estrecha el rango de lo que todavía queda por hacer. Pero Apatow no cae en el romanticismo demasiado idealista de plantear que la vida está hecha puramente de conflictos existenciales: por el contrario, el otro polo fuerte de Bienvenido a los 40 es la preocupación por la plata, para una pareja que se compró una casa demasiado cara con pileta y jardín extensísimo y que trata de sostener económicamente una vida en los suburbios cómoda y con dos autos -el dinero y la desconfianza que destila como un veneno en las relaciones más cercanas también están presentes, así como la paranoia de tener que irse a menos; la película no es ingenua en este punto, y en el mejor momento de improvisación cómica es Melissa McCarthy la que canta en voz alta que los protagonistas parecen una puta pareja de publicidad de banco. Muy queribles a pesar de todo, como las cosas que se miran de cerca, los cuatro protagonistas de Bienvenido a los 40 (porque Maude y Iris Apatow se llevan algunos momentos brillantes, sobre todo el realismo y la naturalidad con que la más chiquita molesta a la hermana o se lamenta por las peleas familiares) son además el centro de una constelación de comediantes que abre la película hacia otras historias y situaciones deshilachadas, momentos de comic relief que son también versiones de un modo propio de experimentarlo todo. Que Apatow haya podido envolver todo esto, una vez más, en un humor tan original como cada comediante que se ponga en escena, habla más que bien de las muchas películas que hasta el momento pudo hacer filmando sólo cuatro.
Si efectivamente acordamos que existe una nueva corriente dentro de la comedia americana actual, Judd Apatow es claramente uno de los referentes dentro del género y dentro de la búsqueda de un nuevo estilo de comedia. Quizás como una especie de mezcla entre varios registros de comedia, no llega a ser tan escatológica como la de los hermanos Farrelly, ni completamente plagada de gags como Todd Phillips y sus "Que pasó ayer?" ni con tantas mariposas y corazones como las más livianas de Nora Ephron. Judd Apatow tiene una mirada incisiva e inteligente, un humor sutil pero mordaz a la vez, puntualizado en un interesante poder de observación con el que desarrolla a sus personajes. Toma y abreva en distintas proporciones, de cada uno de los estilos, para crear uno propio. Una comedia con toques agridulces, más parecido a la vida misma, más auténtica donde el director logra como en sus otras películas, pintar toda una generación y una idiosincracia. Tarea que no es sencilla y que Apatow logra con una impronta personal, tanto en los productos en los que se pone al frente como director como en los que él mismo produce. Es así como surgieron trabajos que lograron romper con el esquema típico como "Virgen a los 40" que le dio el espaldarazo definitivo en la pantalla grande a Steve Carell, "Ligeramente Embarazada" con un muy buen timing para desarrollar ese tema desde un punto de vista completamente diferente con Seth Rogen y Katherine Heigl y exploró con muy buen tino, al universo adolescente de "Supercool". Como productor, fue mentor de "Damas en Guerra / Bridesmaids" que incluso tuvo nominaciones al Oscar y de la divertida "Como sobrevivir a mi novia" que sólo circula en DVD en nuestro país. En este caso ya habiendo retratado la adolescencia en "Supercool" y a los treinta y tantos y los dilemas de la nueva paternidad/maternidad en "Ligeramente Embarazada" llega el turno de poner la lupa en los cuarenta. Edad complicada si las hay para reflejar todas las variables que se ponen en juego. Y quizás de una manera un poco ambiciosa, Apatow como guionista intenta abordarlas a todas juntas. Los vínculos de pareja, los hijos -lo que es peor aún los hijos entrando en la adolescencia-, el desgaste de los años de matrimonio y la necesidad de revitalizar la pareja, las experiencias laborales, el grupo de amigos... y pone el acento en esa etapa tan particular en donde hay que estar pendiente de los hijos y también hay que estar pendiente de los padres. La pareja central de "Bienvenido a los 40" son Paul Rudd (con un enorme "prontuario" dentro de las comedias con títulos como "La cena de los tontos" "¿Cómo saber si es amor? "I love you, man" o "El objeto de mi afecto" -una de mis preferidas junto a Jennifer Aniston-) y Leslie Mann (cumpliendo con su primer gran protagónico y habiendo prestado voces en "Rio" o "Paranorman" y con participaciones en otros productos de la factoría Apatow como "Ligeramente Embarazada" y "Hazme reir" o filmes como "I love you, Phillip Morris" y "17 otra vez"). Ello serán quienes se encuentren en medio de todas estas encrucijadas típicas del grupo de los '40. Y Apatow se hace una fiesta posando su mirada desprejuiciada y conocedora del tema, condimentando todos las variables mencionadas anteriormente con apuntes de actualidad (se nombran músicos, actores, series de televisión, marcas, productos) que, como espectadores, nos permiten sentirnos mucho más involucrados en los diálogos y en las situaciones. Los acompaña un elenco secundario de lujo encabezado por los padres de los protagonistas, brillante Albert Brooks como el padre de él y una pequeña pero enriquecedora intervención de John Litgow como el padre de ella. Dentro del equipo se encuentran Megan Fox (una vez más desplegando un físico despampanante y una belleza que la cámara no se priva de mostrar), Jason Segel -otro clásico de la factoría Apatow- y una políticamente incorrecta Melissa Mc. Carthy (de "Bridesmaids"). Pero vale resaltar la labor de Maud e Iris Apatow como las dos hijas de la pareja que brillan cada una en su rol. Por un lado está la conflictuada hermana menor que ve cómo su hermana se enfrasca en su planeta adolescente dejándola de lado, y por el otro, la hermana adolescente que quiere rebelarse contra los padres. Y esa adolescente reticente a aceptar límites será quien tenga en la mayoría de sus intervenciones, las líneas de diálogo más jugosas de la película, poniendo en jaque a la pareja protagónica que pierde un poco la brújula ante este torbellino de rebeldía y planteos, que no saben bien como dominar. Pero tal como fue dicho anteriormente, Apatow pretende abarcar todos y cada uno de los temas. En algunas situaciones logra imprimir el tono justo y brilla con diálogos geniales y tremendamente reconocibles para cualquiera que haya pasado por esas situaciones. Pero en algunos otros momentos, se estiran o repiten situaciones, se les da un cierre demasiado grotesco para el registro que venía manejando, y sobre todo por tratarse de una comedia, los más de 130 minutos de duración resienten la efectividad del producto con algunas sublíneas de la trama que podrían haberse evitado en función de que el resultado total ganara en contundencia, ya que una vez entendida la idea central, algunas escenas donde se vuelve a reforzar lo ya mostrado, parecen estar sobrando. Asi y todo, con sus altibajos y sus situaciones exageradas o reiterativas, el exceso de Apatow por querer abarcar diversas líneas del relato e incorporar situaciones y personajes a la trama central, "Bienvenido a los 40" cumple con la función de entretener sin dejar de transitar por ese tono agridulce y reflexivo que tan bien sabe lograr este director, con su particular mirada a éste y tantos otros micromundos. Los protagonistas se muestran sólidos y tanto Rudd como Mann parecen divertirse en lo que hacen y estar a gusto con sus personajes aún en las escenas más "incómodas", además de estar acompañados por un elenco secundario de lujo. Sean bienvenidos entonces, al universo de los cuarentones en plena, plena, plena crisis.
La factoría Aptow (ya está llegando al medio centenar de producciones entre televisión y cine), viene funcionando muy bien desde hace tiempo, y es la vanguardia americana en el género "comedia agridulce" para adultos jóvenes. Seguramente viste "The 40-year-old-virgin" (aquella divertida y tierna comedia del 2005), a la que siguió, dentro de los destacados de este hombre, "Knocked up" (aquí "Ligeramente embarazada"), dos de los mejores exponentes de las ideas de Judd Aptow en este último tiempo. Hay que reconocerle que tiene habilidad para retratar parejas y amigos de 30 o más años, en crisis. Se sabe también que le imprime a las sonrisas y su humor a veces escatológico (más en la línea verbal y menos física que Farelly, claro), giros dramáticos y situaciones melancólicas. Vas a reirte cuando elijas una peli suya, pero en su narración, recordá que siempre Aptow elige transformar ese universo en un melodrama rico en apuntes interesantes sobre la edad y experiencia ...y que eso no te agarre con la guardia baja. "This is 40", nuestro título del día,es la continuidad de una historia lateral de "Knocked..." ya que parte de aquella familia que tenía a Katherine Heigl como centro, se despliega aquí (recuerden que ella tenía una hermana)... Debbie (Leslie Mann) es el lazo que une los relatos y el guión propone adentrarnos en los secretos de su matrimonio con Pete (Paul Rudd). Los dos están por cumplir 40, son una pareja de clase media alta americana, con dos hijos, y muchas preguntas sin respuesta... por decir algo. Cada cual está atravesado por cuestiones relacionadas con su género, muy específicas algunas, que a esa edad comienzan a hacer ruido en cualquier sujeto pensante. Aptow pone en boca de sus personajes cuestiones como el interés sexual, el cansancio del compañero con el correr de los años, la energía que conlleva sostenerse económicamente, las convicciones a la hora de criar a los hijos y la preocupación por la estética y la salud. Estos son los nodos sobre los que gira "Bienvenido a los 40". Hay diálogos divertidos, secuencias en las cuales si tenés la edad en cuestión, conectarás rápidamente; mucha incontinencia verbal, algo de ternura y buena música. De a ratos, la pasás bien en serio. Pero a veces, la película se pone seria y opaca y todo rastro de diversión se dispersa peligrosamente. Eso sucede porque "This is 40" se queda a mitad de camino. Distinta a sus tres opus anteriores, Aptow no va al hueso de la comedia, sino que pretende integrarla con reflexiones agudas sobre la crisis de las cuatro décadas. Ahí es donde en la butaca, lucimos desconcertados. No es esta una cinta equilibrada. A tono con las cuestiones que angustian a los protagonistas, podemos tomar ciertas cosas con humor, pero algunas, no son tan divertidas. La pareja central está correcta (Mann tiene un tono de voz que agota, pero quizás sea algo mío que me cuesta seguirla), los secundarios son coloridos (Megan Fox y Jason Segel entre otros familiares pero Melisa Mc Carty se lleva todos los créditos, sobre todo en la secuencia de los créditos finales) y la narración, extensa. Como ejercicio de análisis de las cosas que angustian a las parejas con muchos años juntos, se queda corta. Le falta profundidad. Si la pensás como una comedia pura, adolece del delirio necesario para rankear alto. Ese mix que propone, la deja en una posición a mitad de camino que le quita fuerza al relato. Le reconocemos que es una idea interesante, y si estás predispuesto, quizás te cierra. Mientras más te acerques a los 40, mejor bienvenido serás, sin dudas.
En un cine invadido por comedias tediosas e insufribles, es necesario que de vez en cuando aparezca una película como Bienvenido a los 40. Este estreno es un spin-off (cuasi secuela) del éxito Ligeramente embarazada (2007) en donde la pareja integrada por Paul Rudd y Leslie Mann había sido presentada. El director Judd Apatow fue muy inteligente al darse cuenta que los hilarantes personajes Debbie y Pete daban para mucho más y comenzó a planear lo que luego se convirtió en este film. Más allá de las secuencias divertidas y escenas ocurrentes (aunque no innovadoras) lo verdaderamente valioso de esta propuesta es su contexto y como los personajes interactúan dentro de ese mundo. El sabor agridulce que se le da a el hecho de cumplir 40 años y como cada detalle puede ser una tortura está explotado demasiado bien. Las mujeres se pondrán del lado de Debbie y lo que implica para ellas cruzar la cuarta década. En tanto los hombres, intentarán vivenciar a través de los ojos de Paul las miserias y bondades de esa altura de la vida. Claro está que los 40 de hoy no son los mismos que los de hace 20 años atrás y que la visión y disfrute de la película correrá en su mayoría por los que circunden esa edad. Apatow genera un clima espontáneo y hasta catártico. Incluso sortea muy bien los obligados clichés del género pero falla en la síntesis y hay partes que claramente sobran. No hay necesidad alguna para que este film dure 133 minutos. El aspecto técnico es correcto, no se puede remarcar nada en especial pero tampoco hay que esperar grandes innovaciones en una comedia. El guión (Apatow otra vez) es perspicaz y algunas líneas son grandiosas, tales como cuando Leslie Mann habla de sus pechos. Tampoco se puede dejar de mencionar las intervenciones de Megan Fox no solo para levantar un poco la temperatura sino por el como se la utiliza para lograr situaciones y generar disparadores. El director supo muy bien utilizar los planos cortos para lucir a la despampanante estrella pero tampoco de una forma cuasi triple x como lo hizo Michael Bay en Transformers. De todos modos la platea masculina agradecida. Por esto último, y otros detalles, es en donde tal vez se nota que se trata sobre la visión de un hombre sobre la temática central en lugar que la de una mujer a pesar de que ambos protagonistas tienen el mismo peso. Eso ya es hilar muy fino y un análisis por demás, lo importante es que si bien esta cinta no aporta ninguna novedad ni tampoco quedará en el recuerdo, es superior a la media de las películas del género que se vienen estrenando últimamente y por lo tanto es una gran oportunidad para que las parejas (nuevas y veteranas) vayan al cine a pasarla bien.
Figura clave como productor y guionista de la comedia cinematográfica y televisiva estadounidense de las dos últimas décadas, Judd Apatow lleva dirigidos cuatro largometrajes: Virgen a los 40, Ligeramente embarazada, Funny People y Bienvenido a los 40 . Su película mayor fue Funny People , acerca de una estrella del mundo de la comedia (Adam Sandler). Una película amarga sobre el dinero, el humor y la amistad en las relaciones profesionales. Las otras tres películas son sobre "gente común" (y léanse bien fuerte las comillas): amores, problemas afectivos, familia. En Bienvenido a los 40 retoma la edad que lo obsesiona y a dos personajes secundarios de Ligeramente embarazada : la pareja integrada por Pete (Paul Rudd) y Debbie (Leslie Mann, esposa de Apatow), que tienen dos hijas (las hijas de Apatow y Mann en la vida real). Pete y Debbie cumplen 40 con pocos días de diferencia. Y arrecian los problemas en su casa, en sus trabajos, en su pareja, en la relación con sus hijas, en sus finanzas, en su vínculo con sus padres e incluso con otros padres del colegio y en muchas otras cosas más. Muchos problemas, en catarata. Sí, tienen una muy linda casa, coches, posibilidades diversas, pero a la vez tienen problemas de todo tipo, y Apatow se toma dos horas y cuarto para explayarse, pero no para explicarse, como si creyera que lo mejor que puede hacer es proceder por acumulación, nunca por sustracción, condensación o alguna estructura lógica. Así, en una mala mezcla del cine de John Cassavetes con escatología y niñerías, se suceden las situaciones, los personajes, se abren múltiples frentes de conflicto y de chistes. Claro que hay chistes buenos y muy buenos y excelentes, esto es al fin y al cabo la obra escrita y dirigida por un nombre de suma importancia en la comedia. El problema es que muchos de los chistes serían realmente efectivos en otro contexto, en uno menos arbitrario, menos endeble: el del chico parecido a Tom Petty podría funcionar si la situación del abuso verbal no fuera así de chirriante. Y hay muchos más ejemplos. Apatow parece tener gran disponibilidad de chistes y situaciones graciosas, pero no parece preocuparse porque las peripecias sean mínimamente plausibles. Los personajes pueden ser rematadamente tontos y emocionalmente neonatos, y así son ridiculizados sin tener en cuenta la lógica: las flatulencias de Rudd son peores como flatulencias del verosímil, como también lo es su negación a ver la realidad de su trabajo. De esta forma los personajes se deshumanizan, son fantoches, peleles, se convierten en marionetas monstruosas manejadas por los hilos de los chistes que tiene disponibles Apatow. Y cuando este quiere hacer converger -en un mix emocional que sí lograba en Funny People - a los chistes desatados con sentimientos menos pirotécnicos, ya es tarde: estos personajes son demasiado tontos y superficiales, y nos importan poco y nada (entre los actores se salvan, por su calidez todoterreno, Albert Brooks y Paul Rudd). Como ejemplo máximo de vacuidad están el personaje de Megan Fox y el de la otra empleada de Debbie, toda una línea del relato sin mayor sentido que el de sumar minutos y algo de relieve erótico, y que termina de revelar que esta comedia dramática nunca estuvo cerca de conocer la cohesión y la coherencia, bases mínimas para poder hacer fructíferos el humor y la emoción.
La crisis de la cuarta década Crisis y conflictos familiares en tono de comedia, con una pareja a punto de llegar a la barrera de los 40 años. Cinco años después de que el escritor y director neoyorquino Judd Apatow presentara a Pete y Debbie en la lograda Ligeramente embarazada, el desafío a que “las segundas partes nunca fueron buenas” se enfrentan en Bienvenido a los 40, donde la crisis y los conflictos familiares son la constante en una película que comienza bien pero luego se repite hasta el hartazgo. Apatow, especializado en analizar la condición de la soledad en diferentes enfoques (Virgen a los 40 o Hazme reír, con Adam Sandler), abandona el carácter embrionario de la familia -con las nenas chiquitas y ellos más jóvenes- para estallar en las manos como una granada. El arribo a la cuarta década le quema a la pareja. Pete con una dieta militar a la que debe (¿quiere?) someterse mientras planea su fiesta de 40 años, Debbie con sus 38 recién cumplidos, le echa en cara los dos años de diferencia. Los dos son iguales, aparte de amarse locamente, atraviesan los últimos coletazos de una adolescencia postergada y no se animan (sobre todo Pete) a afrontar las obligaciones familiares. Siempre se los ve agobiados, sobre todo en lo económico, tratando de llevar una vida en la que el bolsillo no le va a en saga. Pete, que puede emparentarse con el Rob Gordon (John Cusack) de Alta fidelidad, se pone la caparazón de su sello discográfico under que intenta mantener a flote. Lo que se hunde es su pareja, pero por problemas no tan graves. En el filme todo se amplifica. Aunque los gags no son lo que abundan sino un guión que escarba dentro de una problemática de la que hay más mito (y frases hechas) que realidad: la crisis de la cuarta década. “La mayor felicidad del hombre se da entre los 40 y los 60”, le dice Debbie a su marido. Apatow intenta desdramatizar la situación, cae en la picardía como en el aspecto caricaturesco del ginecólogo, proctólogo o el dentista. La pareja siempre cumplirá el rol de víctimas. Maude e Iris Apatow (los hijos reales de Judd y Leslie), se llevan lo mejor del filme con sus eternos conflictos de hermana mayor-menor matizado por los cambios hormonales de Sadie ante la aún inocencia de Charlotte. Otro personaje muy bien explotado -al borde de la vergüenza ajena- es el cáustico Larry (Albert Brooks), padre de Pete, una sanguijuela familiar (en todas las hay) que jamás tiene dinero, la ciencia le dio trillizos y él se los confunde. Otro puntito a favor es Desi (Megan Fox), la empleada -y escort- de la tienda de Debbie, quien tiene la aparición justa para deslumbrar con su cuerpazo.
Llama la atención que Judd Apatow apenas tenga cuatro films como director en su haber, siendo el nombre más destacado dentro de la llamada Nueva Comedia Americana en sus funciones como productor de la mayoría de las películas que la integran y guionista de otras tantas. Es que si bien forman parte de la historia reciente, The 40-Year-Old Virgin, Knocked Up y Funny People tienen el status de clásicos modernos, lo que genera la impresión de que uno de los responsables de la bocanada de aire fresco que el humor recibió durante la última década, ha estado más activo detrás de cámara que lo que su filmografía demuestra. This is 40 es, a las claras, una producción propia de la factoría, grito generacional con algo más de resignación que el optimismo que destila el título en castellano, con evidentes marcas del paso de la troupe y especialmente de su cara más visible. En lo que es un logro del director, es una película que no está pensada en términos de trascender y que por eso mismo lo logra. Es un recorte transversal honesto e inteligente de una semana en la vida de un matrimonio de mediana edad con dos hijas y problemas generalizables. La falta de pasión en la vida y en la alcoba, el vano esfuerzo del cuidado en la salud, el control de unos chicos cada vez más independientes, la fallidas relaciones paternas y, especialmente, las dificultades económicas en una sociedad que empieza a salir de la crisis, son temáticas tan identificables que es imposible no percibir la sinceridad del planteo. La afirmación de que es un film que no busca ir más allá y sin embargo lo logra, se refiere en forma principal al excelente sentido del humor, uno de los factores que más rechazo ha provocado en la crítica internacional. Referencias a todos los productos Apple, a series televisivas –Lost tiene un lugar preponderante en la trama, pero hay una abierta defensa a Mad Men y la pequeña Charlotte toca la música de The Office en su órgano-, a emoticones y mucho más, han sido blancos del reclamo de aquellos que esperan una comedia que soporte el paso de las décadas. Así como ocurría con Ted de Seth MacFarlane, se objeta la existencia de chistes de marcada actualidad, sin entender que son estos los que acaban por definir el recorte temporal que el director propone. No todas pueden ser menciones a Simon & Garfunkel –incluso más de uno debe haber dejado pasar la de The Sounds of Silence-, la búsqueda a la resistencia del paso del tiempo no se define por el chiste que se cuenta –para el caso sólo Superbad y algún otro caso aislado serían ejemplos de atemporalidad- sino por la calidad final. Y aún cuando no siempre termina de funcionar aquel humor que se podría decir más efectista –ya que no son de directa relevancia argumental como los sitios porno en Ligeramente Embarazada o los muñecos de colección en Virgen a los 40-, This is 40 obtiene un muy buen resultado. Como en toda película de Judd Apatow, el elenco merece un párrafo aparte. Paul Rudd y Leslie Mann –que una vez más deja el cuerpo en cámara, con esa fijación tipo Trapero de mostrar a la propia mujer desnuda- son dos presencias cada vez más grandes dentro de la órbita de la NCA y los años de destacadas interpretaciones en roles secundarios los han llevado necesariamente al frente por impulso. Ambos están bien acompañados por las hijas del director y su protagonista, Maude e Iris Apatow, quienes tienen mayor participación que la que tenían en la película del 2007 y transitan con soltura los caminos más dulces o molestos que esta nueva producción tiene para ofrecer. Los revitalizados Albert Brooks y John Litgow traen el peso de los años y la experiencia en el género a las figuras paternas, con dos hombres golpeados por distintas circunstancias personales pero sin perder el orgullo ni caer en el patetismo. Hay que señalar también las intervenciones de Chris O'Dowd, Lena Dunham y Jason Segel con su regreso, vuelta que abre la posibilidad de que Charlyne Yi, actriz que en sus dos incursiones en el universo Apatow ha resultado sosa, reponga su pobre papel. Ya los tiempos de sus películas no pueden ser criticados. Cada una de ellas tiene una extensión que excede la media, pero con un hombre detrás de cámara que logra sostener la narrativa y mantener el humor en forma permanente haciendo que cada escena sea tan importante como la anterior, la duración ya no es un problema sino una marca registrada. Lo único que cabe señalar es lo que puede entenderse como limitación de recursos, auto-homenaje o sencilla repetición. La realidad es que el director vuelve en más de una ocasión sobre sus pasos y esto resulta más perjudicial que el tipo de humor del que depende. Pete, su escape ciclista y su accidentado desenlace cual si fuera el Andy de Steve Carell, el viaje con marihuana en un hotel entre el matrimonio como contraparte de una experiencia similar pero con hongos entre él y Ben (Seth Rogen) en Knocked Up, así como también el coqueteo de ella en un boliche, tal y como hacía en aquella del 2007, todos son paralelismos dentro de la filmografía del director que no se terminan de justificar por tratarse de una suerte de secuela. Más allá de estas cuestiones, lo cierto es que This is 40 es otra gran comedia como aquellas a las que Apatow ha acostumbrado a su público. Sincera, honesta y real, tiene la notable cualidad de sorprender en forma constante a un espectador que no tiene forma de anticipar lo que sigue. Es que luego de construir por separado los temas concretos y cotidianos que cada integrante del matrimonio debe enfrentar, queda la evidencia de que la solución que requieren no puede ser personal. Hacen falta dos. Y ante la ausencia de amistad, el tópico por excelencia que este tipo de comedias ha instalado, el apoyo es la pareja. El mejor amigo del otro.
Buenos gags atemperan su excesiva duración Los miembros de la pareja que deben asumir su edad en esta comedia eran personajes secundarios en otra película del mismo director, "Ligeramente embarazada", aunque Judd Apatow quizás era más conocido por la popular "Virgen a los 40". Evidentemente hay algo con esta edad que obsesiona a este realizador y también guionista, pero no tanto como para eludir una serie de lugares comunes con los que abre su historia. Básicamente chistes con viagra, la protagonista quitándose un par de años, conflictos con las finanzas, los suegros (por suerte interpretados por actores de la talla de Albert Brooks y John Lithgow), las dos hijas, y el colegio, etc. ,están diseminados para nutrir el guion de un film demasiado largo, que con más de dos horas, necesitaría un poco más de síntesis y más y mejores gags. Sin embargo, luego de la larga introducción al asunto, la película empieza a levantar vuelo con situaciones más originales, sobre todo a medida que introduce personajes secundarios más ricos, como la supersexy empleada de la protagonista, Megan Fox y, especialmente, al venerable Graham Parker que junto a su banda The Rumour se personifica a sí mismo dando una muestra de humildad llamativa para un músico de rock, ya que se burla de los que pensaban que su nuevo disco podía vender algo parecido a un mínimo razonable. Los personajes secundarios y los chistes que sí funcionan más algunas sorpresas del argumento sirven para ir mejorando una historia que parecía obvia en un principio, pero que de todos modos no requería de más de dos horas para ser contada. A favor de Apatow se puede decir que la película está muy bien actuada, y que desde la pareja protagónica (Paul Rudd y Leslie Mann) hasta el último actor secundario todo el elenco tiene un nivel sólido y parejo, lo que se aplica también a los niños actores que tienen algunos de los mejores gags del film.
Viaje a la periferia de la comedia Judd Apatow, desde su rol de productor, guionista, director y descubridor de talentos, se ha ganado con total justicia un lugar en el mapa de la comedia norteamericana de las últimas dos décadas: como director tiene un universo asimilable y coherente, extremadamente sólido, que reconoce como mayor influencia a las películas de John Hughes, o al menos a cierto espíritu de aquellas películas -allí donde Hughes concentraba las situaciones, Apatow estira, bifurca, descentraliza-. Para comprobar el nexo no hay más que ver esa biblia del cine sobre colegios secundarios que fue la excelente serie Freaks and geeks. Y si bien luego del exitoso binomio Virgen a los 40 – Ligeramente embarazada llegó Hazmerreír y su mundo parecía venirse abajo (no está mal, pero es su película más fallida), con Bienvenido a los 40 el impacto parece más acentuado: con elementos reconocibles de sus películas anteriores, este spin-off de Ligeramente embarazada (los protagonistas Pete y Debbie son personajes surgidos en aquel otro film) se nutre de una autoconciencia narrativa mayor y audaz, construyéndose sobre la dispersión de su núcleo argumental y eludiendo la responsabilidad de contar algo en términos clásicos, pero también haciéndose cargo de sus errores que son expuestos con total honestidad en subtramas que no terminan de funcionar. Pete y Debbie cumplen 40 años con diferencia de pocos días. Es un tiempo de crisis y cambios. Siempre la cuarta década entra en los personajes de Apatow como un llamado de atención que conduce, invariablemente, a la adultez. Sin embargo, aquello que podíamos discutirle a sus películas anteriores (su mirada conservadora al establecer el cambio como madurez obligatoria) es aquí gambeteado con habilidad: Pete y Debbie ya están en ese proceso, conforman un matrimonio de larga data y no tienen que enfrentarse a un momento de quiebre tan crucial (como el de Seth Rogen en Ligeramente embarazada, por ejemplo); sólo descubrir cómo atravesarlo. La tarea, como siempre en las películas del director, llevará a una serie de cruces, crisis, tensiones y dolores manejados con humor y no poca amargura. Pete y Debbie eran personajes muy queribles dentro de Ligeramente embarazada, y aquí aquel germen explota ahora en muchas direcciones, siempre ocurrentes. Y ese es el primer acierto de la película: demuestra que Apatow tiene gran ojo para ver dónde se construye la historia, y darle su lugar, su tiempo, su espacio. Por eso Pete y Debbie tienen su película, una película que como su marca de fábrica indica no puede ser lineal: si nacieron como personajes secundarios, su película tiene que estar plagada de secundarios. Y ahí, una gran falla: algunos funcionan y otros no. Una operación curiosa de Bienvenido a los 40 es que carece de centro, de nervio narrativo. Es como una rapsodia. Hay algunos episodios -la cruz del futuro económico que pesa sobre ellos, la discográfica de él, los cambios que motiva ella en la familia, las hijas- pero ninguno se lleva el interés. La película avanza, los pasa por arriba y transcurre. Cuando termina, todo está más o menos como empezó, con algunas lecciones aprendidas. Y otras no. Como la vida misma, podríamos decir. Apatow, consciente de que se enamora de sus ideas y sus chistes y sus personajes, y que raramente sabe contar sin sobrepasar las dos horas de metraje, abusa del recurso y lo amplifica. Pero si con Virgen a los 40 y Ligeramente embarazada tenía secundarios que complementaban sobre una idea central fuerte, y en Hazmerreír intentaba contar en tres planos (los humoristas y sus desdichas, la enfermedad de Sandler, y la relación de Sandler con su ex) sin lograr del todo hacer algo homogéneo, Bienvenido a los 40 abandona la intención integradora y hace una apología de la languidez. Incluso por momentos atentando contra sus propios resultados. Pero en esa languidez, cerrando una idea conceptual fuerte que es coherente con el tema de fondo: la estructura familiar y sus recovecos. Esa extenuación es propia de las películas de Will Ferrell con Adam McKay en la dirección y producidas por Apatow, pero que aquí queda libre del universo absurdo del comediante e impacta de otra forma sobre el verismo que propone la película. Bienvenido a los 40, más que Hazmerreír, es un giro pronunciado en la carrera de Apatow, porque vuelve a contar lo que antes, pero dejando de lado las expectativas del espectador y tornándose totalmente personal. Y es interesante descubrir que Apatow, entendido como pocos en eso de la comedia como estructura, prefiere dejar de lado cierta mirada Hughes y acercarse más a universos que pintaron anteriormente Woody Allen y James L. Brooks. Ambos directores fueron de los pocos que se atrevieron a la comedia romántica con personajes más adultos. Y en la adultez, Apatow incorpora el nervio en los diálogos y espacios del neoyorquino y apuesta a la comedia grupal y coral del creador de Mejor… imposible. Bienvenido a los 40 es un La fuerza del cariño conoce a Maridos y esposas. Obviamente que hay chistes notables, grandes actuaciones, mucha libertad apoyada en un montaje que permite esa improvisación, diálogos centrados en referencias culturales, todo lo habitual en las películas del director. También, como dijimos, hay personajes secundarios mal construidos o innecesarios (Megan Fox), situaciones algo trilladas (la obsesión por el cuidado físico) y subtramas que sólo ocupan espacio y que parecen estar sólo por aportar algún momento gracioso (Jason Segel). Pero si Bienvenido a los 40 sobresale es precisamente porque Apatow da muestras claras de atreverse a darle a su mundo de siempre nuevas formas y cadencias. Es esa experimentación y autoconsciencia (Bienvenido a los 40 es una comedia que parece hablar desde el género sobre el mismo género), ese estudio de los movimientos propios, lo que hace de esta película una obra muy interesante: es el autor construyendo en el camino y dejando el trazo explícitamente para que se vea. Una película vulgar y sofisticada a la vez, un viaje que parte del centro de la comedia y se pierde en los arrabales. Lo que importa, claro, es el viaje no el lugar al que se dirige.
Desquiciados con amor Una pareja agobiada por preocupaciones, trágicas y absurdas, protagoniza esta comedia sobre la llegada a la madurez y con divertidas referencias a la cultura popular actual. Los años más felices son entre los 40 y los 60. Es ahora, lo estamos viviendo." Bastante avanzada la película, la frase parte de Debbie (Leslie Mann) y tiene como destinatario a Pete (Paul Rudd), su aturdido esposo, al que le cuesta procesar que el caos en que está sumido junto a su pareja sea la mejor época de su vida. Él lo sabe y ella también. Como una especie de desprendimiento de los personajes secundarios de Ligeramente embarazada –Debbie y Pete eran la hermana y el cuñado de la protagonista, interpretada por Katherine Heigl–, la cuarta película de Judd Apatow es una comedia sobre la llegada de la madurez y el momento de las decisiones que marcarán el resto de la vida. Sin duda Apatow (Hazme reír, Funny People, Virgen a los 40) es uno de los pilares de la Nueva Comedia Americana, donde lo trágico y absurdo de lo cotidiano puede y debe ser material para la mirada irónica, y la llegada de la madurez, la resistencia a los cambios, es otro de los tópicos donde se asienta la NCA. Y ahí está el director neoyorquino para señalar el rumbo y hacer un mapeo de los sitios por donde pasan los 40 para las clases medias urbanas. Desde las nuevas tecnologías y la penetración de las series en los diálogos cotidianos –prestar atención a una discusión entre padre e hija adolescente sobre las bondades de Lost versus Mad Men–, pasando por el miedo a los transgénicos y la necesidad de una alimentación sana, la pasión perdida en el matrimonio, Lady Gaga y George Clooney, hasta qué hacer con la vejez de los padres, las medicinas alternativas y la adicción al cigarrillo. En un todo donde una pareja busca reencontrarse y encarar una nueva etapa de sus vidas, Bienvenidos a los 40 hace un repaso de la cultura popular que atraviesa a los personajes, que los agobia como una montaña de preocupaciones que les impiden darse cuenta que lo suyo es bastante sólido. Solo deben relajarse. Con un humor bastante feroz que deja al descubierto las debilidades, agachadas y sin sentidos de los protagonistas, Apatow logra un fresco generacional completo (gran trabajo de Rudd y del resto de la familia del director: Iris y Maude, sus hijas y su esposa Leslie), lleno de guiños y referencias para el espectador informado. Es cierto, como siempre en todos sus films, para el final el realizador deja un espacio para la tradición y la moralina, pero en este caso lo que se desprende de todo el relato –nada contradice el happy end del cierre – es el amor que mantiene unida a esa familia desquiciada. Como todas.
Un sutil entrevero familiar Es una comedia deliciosa, muy bien interpretada por actores que irradian frescura como Paul Rudd, Leslie Mann y Maude Apatow e Iris Apatow, en el papel de las hijas. Pete (Paul Rudd) y Debbie (Leslie Mann) ya entraron en el círculo mágico de los cuarenta años, aunque ella sigue sosteniendo que tiene treinta y ocho. Es momento de replantearse algunas cosas y Debbie empieza por las más evidentes. La "pancita" de Pete exige que los dos dupliquen las caminatas y la hora de gimnasio, los gastos siguen siendo los mismos pero las ganancias son menores. Debbie todavía ignora que el pequeño sello discográfico que su esposo lleva adelante va cada vez peor. Pero Pete no quiere renunciar a su entusiasmo por sus "héroes de la juventud": viejos músicos que aún continúan tocando, como "Graham Parker y los Rumour". Y se jugó a todo o nada apostando por ellos, que cada vez tienen menos seguidores (porque los fans también cumplen años y mueren), aunque estén en internet. Todo se complica para la pareja, las chicas no son nada tranquilas, los complejos sanos que apuestan a una mejor salud de Debbie terminan asqueando a Pete, las hipotecas cada vez son más difíciles de pagar y hasta la boutique de Debbie empieza a perder plata. Sí, la llegada a los cuarenta abre y cierra un panorama muy amplio. Pero no todo está perdido para la pareja de esta historia. ACCION Y RITMO Judd Apatow es un director y guionista exitoso ("Ligeramente embarazada", "Virgen a los 40"). Todos sus éxitos juegan con la verdad y la exprimen de tal manera que saca lo mejor de cada una, la dota de acción, sexo, ritmo, encantadores protagonistas y una dosis increíble de naturalidad. Todo lo que se ve es altamente comprobable, las locaciones son atractivas, los personajes secundarios tienen encanto y abundan los buenos gags, la cuota de revival, el momento para los chicos (deliciosa Iris Apatow, hija del director y la protagonista) y hasta la importancia de la dependencia de los padres mayores, que en este caso, muy hollywoodianamente, tienen hijos de la edad de los nietos, mujeres de la edad de las nueras y escaso dinero, lo que los obliga a recurrir económicamente a los hijos de cuarenta. En síntesis "Bienvenido a los 40", es una comedia deliciosa, muy bien interpretada por actores que irradian frescura, como Paul Rudd (Pete), Leslie Mann (Debbie) y Maude Apatow (Sadie) e Iris Apatow (Charlotte), en el papel de las hijas.
La edad de las crisis En esta nueva comedia, Judd Apatow continúa la historia de una de las parejas de su filme “Ligeramente embarazada”: Pete (Paul Rudd) y Debbie (Leslie Mann). Los años pasaron desde que se los vio por última vez en aquella película, y ambos están cumpliendo 40 años. El filme recorre los días entre el cumpleaños de uno y otro (son apenas días de diferencia), en los que se enfrentarán no sólo a la crisis de la edad, sino a los problemas económicos y familiares. El humor de Apatow suele tener gran lucidez a la hora de tratar temas que hacen a los hombres y mujeres de su generación. Su estilo son las comedias largas, de hecho ésta en particular dura más de dos horas, algo que las fuerza a apartarse de lo estrictamente gracioso. El problema está en las múltiples historias que se van desgranando de la principal, muchas innecesarias y que se van resolviendo como para salir del paso. La situación con un compañerito del colegio de la hija, el problema del negocio de ella, hasta una escapada de cumpleaños, se perciben como elecciones para rellenar un tiempo que no le hacía falta a nadie, cuestiones que no hacen al conflicto que se supone quiere plantear la película. Como otros de los trabajos de Apatow, “Bienvenido a los 40” atraviesa momentos más emotivos, otros algo dramáticos, e incluso cuando sí aparece el humor, está muy lejos de ser hilarante. No deja de ser simpática, es una comedia que se verá con una sonrisa, y asentimientos en quienes viven una etapa similar a la de los protagonistas, pero que está muy lejos de ser divertida y justificar su metraje.
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La trillada cuarta década Con este cuarto opus, Judd Apatow, confirma dos cosas: su incuestionable capacidad para escribir gags o chistes y por otro lado un preocupante reblandecimiento de su posicionamiento políticamente incorrecto cada vez que se trate de hablar o exponer temas vinculados a lo familiar y la institución familia como valor intocable. El problema más acuciante de esta comedia Apatow, Bienvenido a los 40 (This is 40) –a esta altura ya es un género en sí mismo como Adam Sandler- que rescata a dos personajes secundarios de la correcta Ligeramente embarazada (Knocked up) como la pareja de Pete (Paul Rudd) y Debbie (Leslie Mann, esposa de Apatow) es sin lugar a dudas la acumulación de conflictos y el exceso en la duración del largometraje al que le sobran más de media hora y por el que desfilan una batería de chistes buenos, malos, y peores, en claras alusiones a los típicos conflictos de las crisis matrimoniales o de los 40 años. Tanto Pete como su esposa se ven afectados por el avance de la edad y en el caso particular de ella en la negación del paso del tiempo más allá de las frustraciones personales como madre o empresaria de un pequeño negocio, que no puede manejar con holgadez. Además, ambos son padres de dos preadolescentes, Sadie y Charlotte (Maude e Iris Apatow, hijas del director), quienes suman a los problemas de pareja aquellos relacionados con la adolescencia y los conflictos de comunicación generacional, a pesar de tratarse de padres jóvenes y aggiornados. Así las cosas, al derrotero de esta pareja de clase media norteamericana en crisis existencial se le unen un racimo de personajes secundarios interesantes como Larry (Albert Brooks), en el rol de padre de Pete, quien extorsiona emocionalmente a su hijo y vive de sus ahorros sin ningún escrúpulo, o la empleada sexy de Debbie a cargo de la infaltable Megan Fox, quien para este tipo de personajes no necesita ninguna preparación. Pese a algunos aciertos en lo que a comedia se refiere, Bienvenido a los 40 no consigue afianzarse durante las dos horas y quince de largometraje, donde la repetición y la reiteración de fórmulas termina cansando al público como por ejemplo las referencias a la serie televisiva Lost y su final incomprensible.
El director Judd Apatow convocó a su esposa, Leslie Mann, a sus hijas (Maude y Iris) y a su amigo Paul Rudd para esta comedia agridulce que pone en evidencias todas las miserias, obsesiones, amores, fantasías, dolores y gozos de una familia típica americana. El resultado es un film que hace sonreír y empatizar con cada personaje, con lados luminosos y densos.
Dentro del panorama de la comedia contemporánea, el realizador y productor Judd Apatow es un personaje central. Es cierto que en la Argentina el panorama del cine cómico estadounidense (de una enorme riqueza y creatividad) nos llega cercenado o morigerado por las pésimas políticas de distribución y exhibición. De todos modos, Apatow ha logrado estrenar aquí dos de sus films más conocidos: Virgen a los 40 y Ligeramente embarazada. Lo que lo hace diferente de otros humoristas es cómo encuentra el costado cómico, disparatado, en las conductas más cotidianas y triviales sin llegar (demasiado) a la caricatura desembozada. Hay además un gran cariño por los personajes, mucho más que herramientas para producir risa. Sin embargo, en esta “especie de secuela de Ligeramente...”, donde a aquel film se lo referencia en los diálogos, parece haber perdido algo del filo. Los gags son triviales, el ritmo se distiende en demasiadas ocasiones y, en algún punto, nos preguntamos hacia dónde se dirige la historia. Por cierto, el hecho de que el film está en manos de comediantes supremos (Paul Rudd, Jason Siegel o la gran Leslie Mann, por empezar) hace que mucha de la munición cómica llegue a destino y compartamos, con simpatía, las aventuras o desventuras de los personajes. Lo que falta es la densidad emocional de la gran -no estrenada, claro- Hazme reír o el filo cariñoso de Virgen a los 40. Igual, hay que seguir a Apatow, sin dudas.
This is 40 decepciona en más de un aspecto, por eso es mejor recuperarse del mal trago repasando alguna de las primeras películas de Judd Apatow. En este cuarto film del director de “Virgen a los 40” asistimos a una secuela indirecta de la exitosa “Ligeramente embarazada”, pero aquí todo es tan tonto y poco convincente que los personajes parecen una parodia de si mismos. No son atractivos, empáticos o con posibilidades de ser plausibles en el mundo real. Que los realizadores se tomen 137 minutos para tanta vacuidad potencia aún más las flaquezas de este deslucido guión. Luego de años de matrimonio, Pete (un desaprovechado y apagado Paul Rudd) y su mujer Debbie (Leslie Mann) intentan mantener la normalidad de una familia que cambia, con hijas que crecen y están a un paso de la adolescencia. El mundo laboral también está complicado y es un desafío mantener a flote el sello discográfico que genera la mayor porción de ingresos al hogar. Un nuevo embarazo, inesperado, complica aún más la tirante relación de esta pareja que está a un paso de arribar a las cuatro décadas. Judd Apatow cometió el grave error en el que caen aquellos que creen tener su lugar asegurado dentro de la industria: incluir a toda su familia en el reparto, dándoles un lugar más importante del que muchos de ellos merecen. Sus hijas, con escaso talento para la comedia, se suman a su esposa, Leslie Mann, una buena co-protagonista siempre y cuando comparta escenas con un verdadero humorista. Cuando todo el peso de la comicidad, y de los innecesarios reveses dramáticos, recae sobre ella, tenemos algunos de los momentos más flojos de toda la película.
El Eterno Retorno de la crisis de edad Judd Apatow tuvo un debut digno en el cine con la comedia “Virgen a los 40”, protagonizada asombrosamente por Steve Carell como un hombre casto. Luego se superó a sí mismo y presento en el 2007 “Ligeramente Embarazada” que terminó siendo una comedia redonda y bien recibida por el público. Ahora este director trae “Bienvenido los 40” (“This is 40” en su idioma original) con la pareja de Pete y Debbie que apareció en “Ligeramente embarazada” (interpretada por Paul Rudd y Leslie Mann) que ahora son un matrimonio que se encuentra en las puertas de la crisis de los cuarenta. La pareja es la típica familia norteamericana, en este caso con dos hijas que son Charlotte de ocho años (Iris Apatow) y Sadie de trece (Maude Apatow). Además de su complicada familia, Pete intenta mantener su discográfica en pie pese a todos los contratiempos que lleva ese mercado hoy en día, y Debbie trata de manejar su local de ropa con dos empleadas conflictivas. La película trata de mostrar en forma de comedia los problemas cotidianos de una pareja de mediana edad con varios frentes en los que se deben manejar ya que los conflictos están tanto dentro como fuera de casa. Comedia Verité Apatow con sus dos anteriores comedias marcó un estilo realista que no se basa tanto en el gag y en los remates sorpresa, sino en situaciones cotidianas que se extienden en el tiempo y resultan sumamente graciosas, tal como ocurre en obras de otros directores como Greg Mottola en “Superbad” (2007). Sin embargo, “Bienvenido a los 40” no alcanza el nivel de las otras películas de Apatow porque si bien es un guión lineal, se presenta algo caótico y sumamente superficial ya que –esto es una especulación mía- la utilización de estereotipos no requiere una mayor profundización en el personaje. En cuanto a la crisis de la edad es sólo el puntapié inicial de la historia porque todos los problemas venideros no se encuentran bien enraizados a este eje central y se termina diluyendo en las subtramas de la película que avasallan y tapan lo que realmente intenta mostrar la película. Fuera de la cuestión narrativa, la película cuenta con grandes actuaciones y no sólo de los protagonistas ya que hay un gran reparto que va desde los padres de los protagonistas interpretados por Albert Brooks y John Litgow como el padre de él y ella respectivamente, hasta la hermosa Megan Fox que hace muy bien su papel, pasando por Jason Segel que viene trabajando con el clan Apatow hace tiempo. La estética es clásica y similar a la que viene utilizando en su filmografía, aunque a veces en esta película hubo algunos planos-contraplanos truncos como cuando la pareja protagonista va a descansar a un Hotel-Spa y tienen una conversación en la habitación. En el resto, tanto musicalización como arte y fotografía, es impecable como gran parte de las producciones hollywoodenses. Conclusión “Bienvenido los 40″ es una comedia llevadera que entretiene y hace reír de a momentos, pero su narración es un poco desordenada, que no confunde pero desvaría logrando perder el eje central de la película que es la crisis de la edad. De todas formas es recomendable para pasar un buen rato en el cine y reírse de situaciones cotidianas como en todas las comedias de Apatow, por más que ésta sea la más floja.
A mediados de marzo del corriente año se estrenó en nuestro país “Una pistola en cada mano” donde se narran los momentos que viven ocho hombres alrededor de los 40 años de edad, una historia coral que hace una buena descripción de la vida sentimental de estos hombres en crisis. Y ahora llega el turno de esta historia sobre un matrimonio que llegan a los 40 años de edad, Debbie (Leslie Mann) y Pete (Paul Rudd) con dos hijas Charlotte de ocho años (Iris Apatow) y Sadie de trece (Maude Apatow), estas dos últimas son las hijas del director. Ellos tienen varios años de matrimonio, no solo se encuentran en crisis personal sino financiera, viven en una casa amplia de primer nivel, ayudan a sus padres, una radiografía de la sociedad americana en California, altos impuestos, los gastos fijos (estos matan a cualquier sociedad) y la educación de sus hijos, además que en estas edades los chicos no se cansan de pedir. Aquí el padre de familia intenta mantener su empresa discográfica, todo en medio de una crisis personal, desea mantener una buena relación con su esposa y sus hijas; y también esta Debbie que debe aprender a manejar distintas situaciones y mantener la contención familiar. Es un matrimonio puesto a prueba con distintos tipos de crisis. Hace unos cinco años el escritor y director Judd Apatow nos trae a la pantalla “Ligeramente embarazada” (2007), protagonizada por Seth Rogen y Katherine Heigl, allí también se encontraban siendo pareja los actores Paul Rudd y Leslie Mann (estos personajes los trae para esta nueva historia), su historia resultó ser bastante atractiva; luego llega “Virgen a los 40” (2005) y “Hazme reír” (2009) que también fueron exitosas. Como observarán estas historias tienen cierta similitud, con toques de comedia, que hablan de la familia americana y de la crisis de llegar a esta edad. Este film es terriblemente extenso, no se sostienen más de dos horas de duración que no aportan mucho, llena de subtramas, demasiados planteos (no se resuelven bien), escenas grotescas y otras subidas de tono que resultan desagradables, gags que no trascienden, desorden narrativo y desprolijo, demasiada monótona, le falta dinamismo, no convence. El director intenta dejarnos un extra dentro de los créditos, pero ya a esta altura el espectador abandonó la sala. Los protagonistas hacen lo que pueden y los actores secundarios Megan Fox, Albert Brooks, Robert Smigel, entre otros no aportan demasiado. Cuenta con muy buenas locaciones, fotografía y banda sonora.
El ataque de las cuatro décadas Un día de enero llego al trabajo con todo el calor a cuestas de un típico día de verano en la ciudad, intensificado por un viaje de media hora en un subte lleno de la línea D. Aun así, llego con bastante buen humor y recomendándole a una amiga (con quien compartimos varias inquietudes, pero sobre todo una obsesión desmesurada por la serie “Girls” (2012), una película que ahora no recuerdo bien cuál era. Ella me pregunta si he visto la comedia “This is 40” (“Bienvenido a los 40”). Le digo que no y acto seguido me tira tres datos que hicieron que en curso de esa semana buscara y viera la película: es de Judd Apatow, aparece Lena Dunham y cuenta la historia de Pete y Debbie, personajes secundarios de “Ligeramente embarazada” (2007). - Guión. En “Bienvenido a los 40” nos encontramos con un matrimonio un poco agobiado por los problemas económicos, pequeñas y grandes frustraciones personales, fricciones familiares y el pavor a la monotonía conyugal. Además, todo se ve agravado por la crisis que conlleva haber llegado a los cuarenta. Aunque Pete y Debbie se nieguen a aceptar el paso del tiempo, deberán hacerse cargo de lo implica madurar sin morir- o matarse entre sí- en el intento. El guión, también escrito por Judd Apatow es más que original, a la vez que muy honesto con las contrariedades típicas de una generación. Aquí la crisis de los cuarenta es retratada en toda su virulencia emocional, sin perder por ello el humor y la capacidad de reflexión. - Apatow. Abrir la puerta del mundo de Apatow es encontrarse con el absurdo, lo escatológico, lo incorrecto y con personajes que por muy diversos motivos están pasados de rosca. Aunque él considere que no ha aportado nada realmente novedoso a la comedia actual, es innegable que desde hace mucho tiempo es uno de los grandes nombres de la nueva comedia americana. Títulos como “Virgen a los 40”, “Ligeramente embarazada” y “Hazme reír” (2009) así lo demuestran. Como productor, ha sido responsable de series de culto como “Freaks and Geeks” (1999-2000), “Undeclared” (2001-2002) y “Girls” (2012, premiada en los últimos Globo de Oro como mejor comedia). - Actuaciones. La película retrata muchos elementos personales de su director, tal es así que nos encontramos con una familia que es SU FAMILIA. La actriz Leslie Mann que interpreta a Debbie es su esposa, las hijas de la pareja protagónica son sus hijas Iris y Maude y haciendo de álter ego suyo (es decir de Pete) aparece su íntimo amigo, el actor Paul Rudd. En el resto del elenco hay lugar también para otros amigos, como Lena Dunham, Melissa McCarthy y Chris O’Dowd. Como así también para actores que aparecen por primera vez trabajando con él como Albert Brooks, John Lithgow y Megan Fox. Todos brillan y configuran ese tipo de grupo compacto que a cada escena pueden hacer alarde de mucha química y soltura. Y no sólo para lo delirante y divertido, sino también para los momentos de incómodo desconsuelo. - Comedia y drama. Cada vez va viéndose más claro que el cine de Judd Apatow va convirtiéndose en un cine gozoso. Porque requiere de partes iguales de placer y de dolor. Es que no todo en “Bienvenido a los 40” son risas y carcajadas. Tras la desmesura del caos existencial de una pareja de cuarenta años- que en la sociedad de hoy día pareciera no encajar del todo ni en la juventud ni en la adultez- se esconden dramas familiares de grandes dimensiones, con ausencias profundas como es el caso del padre de Debbie, o de presencias exageradas devenidas en extorsiones económico-afectivas, como la del padre de Pete. Transitar la incomodidad de las situaciones, la mixtura de géneros y la imprecisión de la estructura dramática de esta película es un camino que está bueno recorrerse.
Amor, pesos, sexo y familia Judd Apatow (“Virgen a los 40”, “Ligeramente embarazada) es un productor y guionista que ha dejado su marca en la comedia cinematográfica y televisiva estadounidense. Tiene buenas ideas, pero le cuesta ponerlas en escena. Da la sensación que sus gags quedan a medio hacer, que son borradores, que los cierra de apuro. Aquí vuelve sobre dos personajes secundarios de “Ligeramente embarazada”: Pete (Paul Rudd) y Debbie (Leslie Mann, esposa de Apatow), que tienen dos hijas (las hijas de Apatow y Mann en la vida real). La pareja está por cumplir los 40 (aunque ella jura que tiene 38) y en el hogar abundan los problemas: el sexo, el trabajo, la relación con sus hijas, las finanzas, su vínculo con sus padres. Son tantos problemas, que el filme se dispersa. Apatow, apuesta a subtemas (accidente en bicicleta, robos en el negocio) que no agregan nada, al contrario. Pero no está mal, incluso supera el mediocre nivel de tantas comedias actuales que abordan la crisis de pareja a los 40. Apatow es ocurrente, pero a veces lleva demasiado lejos el gag escatológico o el mal gusto y sus personajes bordean la caricatura. De cualquier forma, hay ideas, buenos momentos, personajes humanizados, un toque de ternura y actores rendidores. Eso sí, como en tantas otras comedias de estos tiempos, los hombres salen mal parados: son indecisos, inmaduros y bobos.
Estrategias de supervivencia familiar “Voy a cumplir 40”, le decía, entre lágrimas, Sally a Harry en una escena clásica de la comedia de Rob Reiner de fines de los ’80. “¿Cuándo?”, respondía Harry, del otro lado del teléfono. “¡Algún día!”, gritaba ella, desesperada por esa especie de condena a muerte que la esperaba a la vuelta de la esquina. En esa escena de CUANDO HARRY CONOCIO A SALLY, Sally (Meg Ryan) tenía 32 años y parecía urgida por definir su situación sentimental y, ¿por qué no?, también su estado civil. Es que se trata de una Ley pocas veces quebrada de las comedias románticas hollywoodenses: la circulación amorosa debe detenerse antes de cumplir los 40 años ya que, después de esa edad, todo parece volverse demasiado denso o patético. Ergo, es territorio del cine independiente. O del filme de autor… Film Title: This Is 40Uno de los motivos por los que Jerry Seinfeld decidió dejar de hacer su célebre sitcom fue porque pensaba que los personajes no podían seguir yendo de relación en relación y de fracaso en fracaso después de los 40. Lo mismo sucedió con FRIENDS. Y, antes, con la claramente titulada THIRTYSOMETHING (“Treinta y pico”). La comedia romántica es territorio de los más jóvenes y hasta dos de sus más grandes estrellas de las últimas décadas –Hugh Grant y Julia Roberts- dijeron que abandonaban el género porque se sentían “demasiado viejos”. Hugh pasó los 50, pero parece menos. Julia tiene 45 y, cual jugador de fútbol, “ya colgó los botines” en el género. Esa Ley de Hollywood encontró hace algún tiempo a alguien dispuesto a quebrarla. Su nombre es Judd Apatow. El realizador y productor dirigió cuatro películas y le puso a dos de ellas el número 40 en su título, todo un desafío a la lógica del género. La primera, VIRGEN A LOS 40, era una suerte de comedia romántica en la que nuestro torturado anthéroe –interpretado por Steve Carell-, presionado por sus amigos a tener que debutar sexualmente, conocía a una mujer de la que se enamoraba. Y ahora llega BIENVENIDO A LOS 40, que funciona en el subgénero de las llamadas “comedias de rematrimonio”: es una película acerca de una pareja que debe atravesar una crisis de la que, si todo sale bien, debería salir más fortalecida de lo que estaba. this-is-40-lenaEn cierto sentido, BIENVENIDO A LOS 40 no traiciona las leyes estipuladas. Trata sobre personajes que rondan los 40 (Debbie, interpretada por Leslie Mann, esposa en la vida real de Apatow, se saca años todo el tiempo y dice tener 38), pero los protagonistas están casados y tienen dos hijas (también interpretadas por las hijas del director), por lo que la película más que transitar el tema del descubrimiento y los problemas que surgen con una nueva pareja, tiene como centro la vida familiar y las estrategias de supervivencia de cada uno. Como encerrarse en el baño a jugar con el iPad, por ejemplo, para que nadie te moleste… Pete (Paul Rudd) tiene un sello discográfico independiente que está en crisis y decide jugarse el todo por el todo en el relanzamiento de la carrera musical de Graham Parker & The Rumours, que se reúnen como banda a más de 30 años de su separación. Debbie, en tanto, queda embarazada pero decide, por el momento, no decirle a su marido. Juntos, además, tienen los problemas clásicos de una pareja con varios años de casada: la relación con los padres respectivos (interpretados por Albert Brooks y John Lithgow) y con los hijos (en este caso, hijas) comunes. Si ambos les suenan conocidos, no es casualidad: Pete y Debbie aparecían como personajes secundarios en LIGERAMENTE EMBARAZADA, la segunda película de Apatow. This-Is-40-MeganTodos estos hilos del relato (incluyendo, además, una subtrama con Megan Fox como la empleada sexy del local de Debbie de la que se enamoran todos y que esconde algún secreto) se suman, van y vienen, entran y salen de la pintura de esta familia de clase media alta en crisis tanto de pareja como familiar y financiera en una película que tiene todos los códigos ya establecidos de las que dirige Apatow: una narración bastante libre y descontracturada, una extensión acaso demasiado prolongada, escenas cómicas brillantes y detalles reveladores junto a otros que podrían no estar ahí pero que en la lógica del “todo vale” del director no molestan. This-is-40-Maude-Iris-ApatowEso sí: la línea evolutiva es clara. Si a los 20 y a los 30 las comedias románticas de Hollywood se centran en los problemas para conseguir pareja, ya en los 40 la única forma de sumarse al género es terminar haciendo películas sobre cambiar autos, vender casas, abrir o cerrar negocios o decidir cuántas horas por día tus hijos pueden pasar en Facebook. Recién a fines de los 40 -o ya en los 50- dicen esas mismas leyes, se puede volver a la película romántica. Eso es cuando “los hijos se van de casa a estudiar en la Universidad” y muchas parejas entran en una nueva crisis. Eso sí, para entonces ya no suelen ser comedias sino dramas románticos con visitas médicas incluidas. BIENVENIDO… es, en ese sentido, bastante realista. Incluye chequeos médicos varios, discusiones sobre si ya es hora de usar Viagra y de hacerse, o no, cirugías estéticas. A su manera, Seth MacFarlane –el conductor de la ceremonia del Oscar- le hizo a la película de Apatow un más que curioso homenaje cuando dijo que a AMOUR, la premiada película de Michael Haneke, él prefería llamarla BIENVENIDO A LOS 90. Es que, pensada de esta manera, no es otra cosa que una secuela…
En la mitad de la vida Los 40 son los nuevos 20. Aquellos que transitan la cuarta década de vida luchan por mantenerse jóvenes para siempre pero al mismo tiempo quieren ser maduros y responsables. A veces necesitan tomar viagra para mantener relaciones sexuales o dejar de comer azúcar para cuidar la salud. Y eso es precisamente lo que les sucede a los protagonistas de “Bienvenido a los 40”, Pete y Debbie, un matrimonio que enfrenta los combates de la edad y deberán superar los conflictos con sus hijas, Charlotte de ocho y Sadie de trece, recuperar la pasión en la pareja, perdonar los errores de sus padres y disfrutar de la vida. El director Judd Apatow, quien ha mostrado su capacidad de hacer una comedia fresca y divertida como “Virgen a los 40”, esta vez redobla la apuesta en una comedia más compleja. “Bienvenido a los 40” profundiza en los lazos familiares, los desafíos del matrimonio, los problemas financieros, y la crianza de los hijos. Comer bien, hacer ejercicio, dejar de fumar o realizarse la colonoscopia, son algunos de los ítems de la lista de este matrimonio que busca lograr un equilibrio entre el hogar y el exterior, la internet y la privacidad, la madurez y la adolescencia eterna. Con un interesante guión signado por el drama y el humor, Apatow logra mostrar una brillante radiografía de la familia actual. ¿La moraleja? A veces es mejor no planearlo todo, hay una cuota que siempre está librada al azar.
Una propuesta divertida y veraz Se la anuncia como continuación, aunque en realidad se trata de una película derivada de Ligeramente embarazada , la cinta que el director Jude Apatow realizara con Seth Rogen y Katherine Heigl, como protagonistas, y Leslie Mann y Paul Rudd, como la pareja soporte. Desde su rol secundario, la actriz --que en la vida real es esposa del realizador-- y el actor --amigo personal de Apatow-- construyeron a Pete y Debbie, una pareja absolutamente creíble, aquejada por las vicisitudes de un matrimonio en su primera década de convivencia, con dos niñas pequeñas corriendo por la casa y una hermana que atravesaba el día a día familiar con sus problemas, y con todos los conflictos que aquejan a hombres y mujeres que promedian los treinta y tantos de edad. Apatow decidió, con Bienvenidos los 40 , preguntarse qué sucedió con Pete y Debbie seis años después y explotar los potenciales de este dúo que no dejan dudas de su química. Los colocó en las críticas circunstancias de cumplir 40 años y de encontrarse con que, más allá de los sueños de juventud, las tan temidas cuatro décadas son... ¡lo que son! This is 40 , define el título original, porque para el común de la gente, es el tiempo de los balances, una suerte de paso ineludible de la adultez joven a la madurez; un momento en que, lo usual, es que los hijos estén entrando o transitando la adolescencia; los padres se están volviendo grandes y el modelo que alguna vez fueron cae de la estantería para mostrarse con todas las debilidades y las necesidades a apuntalarles. Es el momento en que la hipoteca de la casa pesa y los logros profesionales adquieren la liviandad de lo onírico, porque lo que no se obtuvo hasta entonces, se esfuma. Es el momento de ver las pérdidas, pero también las ganancias, y de plantarse sobre los propios pies con lo mejor que uno pudo hacer de sí mismo y con los demás; porque, adelante, hay que seguir reconociéndose como un ser que maduró, quizás no como alguna vez quiso, sino como mejor pudo con lo que tenía a mano. Con estos y otros elementos más una habilidad muy interesante para obstener de la tragedia cotidiana situaciones de humor, Apatow construyó y trasladó a pantalla un guión que goza de diálogos de una fluidez y una veracidad poco comunes. Arma personajes, cada uno con un porqué para su ser que es absolutamente legítimo y los hace convivir e interrelacionarse desde lo aparente y lo subyacente. Por la misma razón, ofrece una de esas comedias con las que el consumidor del género se puede divertir, encariñar, revisitar y releer, simplemente porque se identifica con las personas que son esos personajes.
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