Los films basados en videojuegos son, siempre, una gran apuesta. En primer lugar, debe cumplirse siempre con las expectativas de aquellas personas fanáticas del mismo. Luego, debe buscarse la forma de atraer a aquel sector que no es familiar con el personaje en cuestión. Jeff Fowler nos trae una película acerca de este pequeño y veloz erizo azul al que Ben Schwartz («Parks and Recreations») le puso la voz. El elenco principal lo completa James Marsden (Cíclope en la saga de «X-Men»), Jim Carrey y Tika Sumpter («One life to live»). El guion fue escrito por Patrick Casey y Josh Miller. La historia se centra en un pequeño pueblo donde, históricamente, los Wachowski fueron su sheriff durante muchos años. Allí, Tom (Marsden) encuentra a Sonic luego de una cadena de eventos que resultaron en la persecución del erizo por parte de un genio malvado como lo es el Dr. Robotnik (Carrey). Es así como el policía, en medio de cambios personales, deberá decidir si salvarlo a Sonic o no. En cuanto a la creación digital del erizo, debe rescatarse el hecho de que escucharon el reproche del público luego de haber visto las primeras imágenes del personaje. No era necesario conocer cómo se veía en los videojuegos para darse cuenta de que no se acercaba en su parecido en lo absoluto, sino que no era para nada atractivo de todas formas. Luego de haber visto su resultado y ante tantas críticas hechas, es momento de afirmar que, en su versión final, es un personaje atractivo y muy similar al de los videojuegos. El guion está bien para el tipo de película que es. Es simple, con personajes clásicos en su construcción, pero es una fórmula efectiva de todas maneras. A su vez, hay varias referencias a otras series o videojuegos que sólo surten efecto si se es familiar con aquello. El elenco no descolla, pero funciona bien en equipo. Igualmente, aquí deben decirse unas palabras aparte para Jim Carrey, sin dudas el plato fuerte de este film. Sus líneas, sus escenas y todo en lo que su personaje formó parte, da la sensación de haber sido hecho para que el actor saque a relucir sus dotes humorísticos a los que nos tiene acostumbrados y, después de tantos años, siguen siendo efectivos. “Sonic: la película” es un producto entretenido para disfrutar en familia, con una historia ágil y con momentos divertidos. Habrá que ver si cumple las expectativas de aquellas personas fanáticas del videojuego, pero para el sector que lo desconoce, sin dudas este film es una grata sorpresa. (Vale aclarar: hay una escena extra después de los primeros créditos).
Sonic, personaje surgido de la franquicia de videojuegos de Sega, irrumpe en la pantalla grande en esta divertida propuesta que combina animación y acción en vivo. Un desafío a la hora de trasladarlo a otro escenario y con un diseño que incluso sufrió cambios antes de su lanzamiento. El filme es una travesía de aventuras que no deja nada librado al azar y en la que el humor se coloca en primer plano. El erizo azul más rápido del mundo se ve obligado a abandonar su isla y llega al pueblo de Green Hills, donde intenta integrarse a las costumbres terráqueas cuando conoce a Tom (James Marsden), el sheriff que sueña con ser un policía de San Francisco y cambiar su vida. La propuesta funciona como una versión moderna de E.T., en la que prevalecen la importancia de la amistad, el regreso al hogar y la recomposición familiar. Con esta premisa, la película de Jeff Fowler tiene los ingredientes pensados para atrapar al público de corta edad y con algún guiño para el público adulto que recuerda a Volver al futuro. La historia es simple y efectiva con este ser extraño y dulce que espía desde la ventana el calor del hogar y con un televisor de fondo que emite Máxima velocidad, la película con Keanu Reeves. Hay un toque de nostalgia al comienzo (Sonic es salvado por Garralarga, el ave que lo crió y corre peligro); hay aventuras potenciadas por el poder extraordinario de la velocidad que desarrolla, y la fantasía también aparece gracias a unos anillos mágicos que permiten pasar a otros mundos. Con un flashback inicial, la película ofrece persecuciones (con el eco de temas de Queen), tiroteos, peleas de salón, y hasta visitas fugaces a París, la Muralla China y las Pirámides de Egipto. Apodado por sus enemigos como el Demonio Azul, Sonic es considerado una rareza en el pueblo y es perseguido por un “agente” contratado por el gobierno, el Dr. Robotnik (Jim Carrey), el villano ultra tecnológico y extravagante, dueño de un extraño bigote, que se lanza sobre sus rápidos pasos. Jim Carrey aporta un registro de caricatura, baila, interrumpe al resto y sus morisquetas quedan nuevamente como su marca registrada. Su risa enloquecida quizás abra la puerta para una continuación...
Jim Carrey suma un humor invencible al filme . Crítica de Sonic. El actor canadiense hace una aparición fabulosa en película con un cóctel surrealista y cómica. El espíritu buddy movie lo da Sonic quien abre una puerta a la infancia con videojuegos. Por. Florencia Fico. El argumento de la película estadounidense se centra en Sonic un disparatado erizo azul proveniente de la conocida serie de juegos de consolas Sega. Transita diversas peripecias y obstáculos. En el momento que se choca con su compañero policía humano, Tom Wachowski(James Marsden) ambos se juntarán para lograr salvar la Tierra del malicioso itinerario del perverso Dr. Robotnik(Jim Carrey). Étre procura capturar a Sonic con el objetivo de usar sus potenciales energéticos con la meta de ejercer su dominio en mundo. La dirección de Jeff Fowler quitó de su ambiente natural a Sonic en sus islas fantásticas; a la Tierra a un pequeño pueblo. Éste recurso como personaje anónimo dio un giro a la historia. Aunque no delineó completamente al animal interplanetario. Le agregó un aspecto dramático al ser un completo forastero. Lo dotó de una personalidad irreverente pero siempre con ganas de hacer amigos. El guion de Patrick Casey, Josh Miller, Oren Uziel provienen de la serie Mega Drive o Master System en los años 90′. Ahí se presentaban los personajes como el Dr. Robotnik quien era una gran amenaza al finalizar sus oraciones. Sonic era una mascota muy revoltosa pero amistoso con canciones y vídeos asimismo otros protagonistas como Tails y los anillos mundiales. La música que dispuso Junkie XL se valieron de himnos rockeros ochentosos como Don’t stop me now de Queen o Ramones asimismo los ritmos salientes de esa época como el hip hop y el rap. Ben Schwartz in Sonic the Hedgehog (2020) La fotografía que combinó imagen real y generada por computadora estuvo en manos de Stephen F. Windon acertó en los rediseños que pidieron los fanáticos decepcionados por el trailer tan repudiado por su baja calidad. En este caso uso colores contrastantes entre héroe “Sonic” en el un azul eléctrico y un rojo en su enemigo histórico Dr. Robotnik, los hologramas y las texturas del pelo del erizo, su haz de luz, su movilidad. El uso de cámara lenta cuando Sonic es casi imperceptible por su velocidad y steadicam en las etapas de evasión. En el reparto se halla a James Marsden como el sheriff Tom Wachowski que reside en Green Hills. El actor no tuvo mucho mérito se limitó a ser un buen muchacho y hábil en las peleas. Más carácter tuvo Ben Schwartz quien le puso la voz a Sonic le dio un tono insoportable pero afable, lo hizo conmovedor, como un niño revoltoso pero imposible de no querer. La dupla entre Tom y Sonic dio esa esencia de película familiar; en la que se consolidan hermandades, lealtad y valores solidarios en pos del compañerismo. Jim Carrey in Sonic the Hedgehog (2020) El que da la nota es Jim Carrey quien compuso a Mr. Robotnik con una forma de hablar acelerada. Sus secuencias fueron delirantes y con comicidad adulta. Insuperable en el humor físico dio ritmo al filme. Sus trajes, gafas y bigote a lo Salvador Dalí; fueron su sello para la consolidación de su virtud como intérprete. El compone un robot de forma tan orgánica. Mezcla ingenio, baile y control en su papel como villano. La película es solvente por la robusta actuación de Jim Carrey que reafirmó su astucia gestual. Una cara que esculpe reacciones inesperadas, un cuerpo dotado de dinamismo y una hiperverbalidad chistosa auténtica. Sobre el texto por tramos dio emoción, diversión y comedia y una animación que no incomodó ni dejó mal parado al justiciero Sonic. Puntaje:80.
El correcaminos Aquellos memoriosos tendrán presente a Sonic, personaje emblemático de la compañía Sega de la época en la que los videojuegos de consola dominaban el mundo, y que entretuvo (y lo sigue haciendo) a varias generaciones con aventuras en las que su velocidad era lo que primaba. Ahora Sonic - La película (Sonic the hedgehog, 2019), bajo dirección del debutante Jeff Fowler, recupera al personaje para contar una clásica historia de aventuras y amistad en la que la ficción juega con la incorporación de la animación para crear un relato simple pero entretenido. El erizo eléctrico que corre a gran velocidad para cumplir misiones y escapar de los enemigos es Sonic, un animalito azul, pequeño, feliz, hiperquinético, y verborrágico. En su mundo, presentado como una pantalla gamer, en el que siniestros personajes quieren destruirlo, vive bajo el cuidado de Garralarga, una gigantesca lechuza. Debiendo migrar forzadamente a la Tierra, antes que lo maten unos pequeños villanos, conoce a Lord Dona, o Tom (James Marsden, asiduo protagonista de historias que mezclan animación y realidad), un sheriff cansado de la bucólica rutina de su pueblo. Ambos se convierten en los prófugos más buscados por la fuerza policial y militar, quienes están tras Sonic por algunos inconvenientes que la energía del pequeño (se dispara ante el enojo de éste) ha producido en el mundo entero. El villano de turno, Robotnik (Jim Carrey), querrá terminar con el alien. Sonic - La película es una historia dinámica que busca recuperar la aventura como motor narrativo, imaginando una recepción ideal en públicos infantiles, quienes no requerirán de mucho para comprender este relato clásico, de tres actos, y con la amistad entre seres diferentes como punto de partida. Pero lo más interesante de la propuesta, y a diferencia de otras recientes adaptaciones que intentaron anclaron su fuerza en la traslación exacta del mundo gamer a la pantalla, como por ejemplo Pokémon: Detective Pikachu, es que en este caso todo descansa no tanto en los efectos especiales, sino en las actuaciones de los “humanos” para potenciar la historia. Es esta decisión la que permite que la clásica historia del gato queriendo atrapar al ratón se supere, empatizando con los personajes humanos rápidamente, quienes poseen un desarrollo y una descripción notable para el tipo de film al que pertenecen. En este contexto, se destaca Jim Carrey, que vuelve a hacer de las suyas (gracias a Dios), como hace tiempo no lo hacía, sacándose de una vez por todas el corset interpretativo que le impusieron en Hollywood y con el que se quiso alejar por completo de sus célebres y únicas piruetas. El actor de La máscara (The Mask, 1994) tiene carta blanca para hacer de ese villano un tanto tonto, su gran regreso a la comedia más física, transformando así una adaptación más de un videojuego en una propuesta cinematográfica que convence, sabiendo que al restar pretensiones y buscar entretener y jugar en la pantalla grande, su trabajo está hecho.
Las aventuras del erizo del espacio digital Después del fallido cortometraje de 2013 y de las series animadas, el famoso erizo del videojuego de la empresa de consolas Sega regresa para iniciar -o reiniciar- nuevamente su aventura. La ópera prima de Jeff Fowler comienza con la famosa persecución por parte del Dr. Ivo Robotnik (Jim Carrey) contra Sonic (Ben Schwartz), un simpático erizo azul capaz de alcanzar inimaginables velocidades debido a su potencial de energía ilimitada. El film no narra demasiado sobre el origen del personaje superpoderoso pero sí sobre su llegada a la Tierra y su asentamiento en una madriguera en el pueblo de Green Hills, en algún lugar de la Costa Oeste de Estados Unidos. El pequeño deambula desapercibido para todos menos para un linyera, el loco del pueblo, que divaga sobre un demonio azul, hasta que en su soledad descarga una energía tal que atrae la atención del gobierno norteamericano, que envía al demente Dr. Robotnik a investigar. El film discurre en un tono de comedia alrededor de escenas extravagantes entre todos los protagonistas, destacándose por supuesto un Jim Carrey en un papel que adapta a su estilo humorístico con gran soltura, entregando una gran actuación y -sin duda alguna- lo mejor de la película. Las interpretaciones están acorde con la propuesta, no son malas pero se nota demasiado la diferencia de talento para envolver al espectador entre el carisma de Carrey y el del resto. Sonic (Sonic the Hedgehog, 2020) es una obra realizada por y para el marketing, para divertir a todos los públicos sin ofender a nadie, demasiado plagada de una seudo nostalgia para que los padres no se aburran, llena de clichés, con chistes que a veces divierten y a veces no, y que incluso se repiten hasta el hartazgo. La única excepción es Carrey, que con su talento lograr levantar la propuesta hasta que Sonic y su amigo humano, Tom Wachowski (James Marsden), vuelven a su dinámica habitual de viaje de amigos que se meten en problemas. La película es claramente una obra destinada a un público amante de los videojuegos de consolas, del personaje en cuestión, y por supuesto, para los más pequeños. La animación de Sonic les trajo varios dolores de cabeza a la productora, el director y todo el equipo de diseño, ya que hubo que rediseñar el personaje tras críticas respecto de la apariencia de la criatura, que se asemejaba demasiado al personaje del film Pokémon Detective Pikachu (2019), lo que demuestra la falta de originalidad de todos los pedestres diseñadores de estos personajes que se copian entre sí y no tienen ninguna idea propia. La faena de Fowler, en base al guión de Patrick Casey y Josh Miller, queda a mitad de camino del desastre total que podría haber sido Sonic si los gerentes de marketing hubieran triunfado en todas las decisiones, hoy en gran medida asimismo dejando de lado lo que podría haberse conseguido con un equipo de artesanos con amor al personaje y algunas buenas ideas. Una vaga idea de la amistad y de la familia pobremente desarrollada, un peluche que quiere convertirse en el patético oso Ted de Seth MacFarlane, una correcta banda sonora, algunas escenas logradas de Jim Carrey y un gran villano es lo único -bueno y malo- que deja el opus una vez que termina, nada más ni nada menos.
Finalmente el personaje tan famoso tiene su película, modificado y aceptado por los fans, luego de un primer tráiler que fue motivo de rechazos y burlas. Este Sonic encontró la animación para hacerlo encantador y replicarlo en merchandising. El film que mezcla a los humanos con el “personaje”, un erizo azul con poderes eléctricos y rapidez pasmosa, tiene como archienemigo a Jim Carey y como aliado a Ben Schwartz. Les gustara a los más chicos pero el guión, posiblemente también paso por varias manos y opiniones porque tiene vueltas de tuerca y resoluciones sin explicaciones y lógica, en pos del ritmo, la acción y las batallas. Jim Carey saca a relucir sus habilidades y resulta un malvado con muchos chiches e inagotable capacidad de inventiva. Lo demás es un erizo empeñado en aceptar la cultura norteamericana y sus conceptos de diversión un tanto anticuados. Un tanto forzada resulta la situación de amistad entre el policía y el erizo para apuntar a la necesaria cuota de ternura. En conjunto es un film dedicado a los más chicos que saldrán contentos. Los adultos no tanto.
Gotta go fast! Siendo apenas un niño, Sonic ya era la criatura más rápida de su planeta; eso lo puso en la mira de seres ambiciosos que pretendían explotar su poder para su propio beneficio. Perseguido y en peligro de muerte, con lo justo logra huir del planeta utilizando una bolsa de anillos que abren portales a cualquier sitio que su usuario desee. Así llega clandestinamente a la Tierra. Pasa varios años escondido en un pequeño pueblo, aparentemente después de tener que abandonar un par de otros refugios. En Green Hills encontró un hogar ideal, llevando una vida agradable pero solitaria: al no poder revelar su existencia, establece una relación unilateral con algunas de las personas que viven allí. De las varias personas que acecha, su preferido es el sheriff Tom Wachowski (James Marsden), y es a su casa donde huye buscando refugio cuando el ejército, encabezado por el despiadado Dr. Ivo Robotnik (Jim Carrey), descubre su guarida mientras investiga un misterioso apagón que dejó a oscuras a toda la región. Perseguido por el enjambre de drones del Dr. Robotnik que pretende capturarlo para estudiarlo, Sonic convence a Tom de ayudarlo a recuperar la bolsa de anillos que le permitiría huir del planeta para así seguir buscando un hogar seguro. Un camino que va a aprovechar para cumplir con una lista de pendientes que quiere poder experimentar antes de abandonar el lugar para siempre. Con un buen balance de acción y humor, apuntando sobre todo a un público infantil pero sin expulsar al adulto, Sonic: La Película presenta una trama con la complejidad apenas justa para resultar entretenida. Mientras, desarrolla su tema central -la amistad- no como la simple coexistencia con otra gente para combatir la soledad que claramente atormenta al erizo, sino también como algo necesario para el crecimiento personal. Durante ese par de días que pasan juntos en la ruta, establecen un vínculo que no se queda en lo superficial de divertirse juntos: además les permite replantearse lo que pretenden de sus vidas y ambos emergen más maduros de tal experiencia. Su némesis, en cambio, solo confía en sus máquinas y desprecia todo vínculo con otra gente, a la que considera demasiado estúpida para estar a su nivel e incapaz de aportarle nada. Como suele ser en este tipo de historias, un héroe solo es tan interesante como el villano al que se enfrenta. Jim Carrey vuelve a sus mejores épocas de comediante, compone al ridículo científico siempre a un paso de pasarse de la raya de la sobreactuación, pero nunca lo hace. Queda como uno de los puntos más altos de Sonic: La Película, entregando un gran antagonista a la altura de las circunstancias. Relega a un segundo plano al sheriff que, salvo para ocupar una especie de rol paternal con el erizo adolescente, no tiene mucho espacio para lucirse por si mismo. El diseño del personaje y la calidad de la animación recibieron muchas críticas en los meses previos al estreno, forzando un rediseño que dejó conforme a la base de fans al mismo tiempo que expuso algunas de las peores facetas de cómo funciona la exigente industria de la animación. Críticas sindicales aparte, todo el estilo de animación conserva cierto estilo de dibujo que acertadamente no pretende ser hiperrealista, fusionándose orgánicamente con los personajes y escenarios reales que enmarcan la historia del protagonista animado. En conjunto es una propuesta efectiva y bien balanceada que cumple con todo lo que se propone, dejando la puerta abierta para una secuela que incluya a otros de los personajes preferidos de la franquicia.
"Sonic - La película": la Sega continúa Rival de Mario Bros en los albores de los videojuegos infantiles, la criatura azul reaparece ahora en pantalla grande, vaya a saber por qué. Sonic tuvo su primer videojuego en 1991 de la mano de Sega, quien lo adoptó como insignia para competir mano a mano con el éxito de la compañía rival, y quizás la figura más representativa de la historia de los 8 bits, Mario Bros. Desde entonces apareció en una veintena de juegos de las distintas evoluciones de la consola, además de varios cómics, dibujos animados y libros, convirtiéndose así en una criatura icónica del entretenimiento infantojuvenil de fines de los ’90. Por esos años Hollywood ya había trabado relaciones con el universo gamer para explotar en la pantalla grande a sus figuras más importantes: mientras los cartuchos con las aventuras del erizo azul híper veloz pasaban de Sega en Sega, las troupes de Street Fighter, Mario Bros y Mortal Kombat, entre otros, saltaban al cine. Pero a Sonic le llega el turno recién ahora, cuando su fama ha menguado y está lejos de ser quien era. Lo mismo que Jim Carrey, al que hace rato le pasó su momento de gloria. Sonic, entonces, como un remedo tardío del milenio pasado, como una película que tendría que haberse filmado veinte años atrás. La dinámica del juego era, como todas en esa época, sencillísima, y consistía en el erizo sorteando distintos obstáculos mientras recolectaba monedas de oro para pasar al siguiente nivel. Quienes se acerquen a Sonic - La películacon la esperanza de reencontrarse con alguno de esos tópicos o diseños, que por favor se abstengan. De todo eso queda apenas el color azul del mamífero con púas y el extravagante vestuario del malvado Dr. Robotnik, con ese bigote ancho, digno de un General de la Primera Guerra Mundial, montado sobre el rostro de un Jim Carrey igual de desatado que en sus épocas de Ace Ventura. Como ocurre en prácticamente todas sus películas, el protagonista de La máscarano es centrífugo, no empuja hacia afuera ni distribuye, sino que aprovecha cada aparición para llenar la pantalla con las mismas morisquetas de siempre, como si la propia película quisiera marcar su pertenencia a otra época aun cuando apele a la batería habitual de efectos digitales contemporáneos. De todas formas, Carrey no solo no molesta –para muchos su sola enunciación genera hartazgo– sino que, por el contrario, asoma como la elección perfecta, en tanto su registro caricaturesco le calza justo al villano perseguidor. A cambio de las pautas originales, lo que hay aquí es un relato típico de película familiar e inofensiva, con un humor ATP y mensajito sobre la importancia de la amistad incluido,que arranca cuando Sonic debe huir de su planeta por razones de fuerza mayor. Una década más tarde, el bichito vive en una cueva en la Tierra, oculto de los humanos y con una soledad cada vez más pesada. El gobierno descubre que algo raro está pasando en ese pequeño pueblo de Oregon, y contrata a Robotnik para que ponga su arsenal hi-tech al servicio de la búsqueda. Pero justo cuando está por encontrarlo, Sonic cae en la casa de un policía a punto de conseguir un pase a las fuerzas de San Francisco (James Marsden, de X-Men). Obviamente el muchacho pasará del rechazo a la ayuda incondicional en un par de escenas, uniendo su fuerza a la de Sonic para vencer al villano, en un recorrido mucho menos sorprendente que el del videojuego.
Los videojuegos son una tentación para Hollywood y -viendo los pobres resultados de la mayoría de las películas inspiradas en personajes surgidos de ellos- también una suerte de maldición. De este film basado enSonic the Hedgehog, el creado por Sega a principios de los años 90, podía esperarse lo peor, teniendo en cuenta la compleja y en varios sentidos caótica producción que obligó a múltiples rediseños, montajes y hasta cambios de último momento. Sin embargo, con su propuesta básica para toda la familia sustentada sobre todo en el humor físico y en una estética y un vértigo propios de los Looney Tunes de Chuck Jones, termina siendo un entretenimiento bastante digno. La interacción entre personajes de carne y hueso (el protagonista es un policía de pueblo interpretado por James Marsden; el antagonista es el desatado Dr. Ivo Robotnik que Jim Carrey encarna con otro de sus habituales unipersonales a pura sobreactuación) y otro generado por computadora (el solitario erizo azul, cuya velocidad deja al Correcaminos como una simple tortuga) está bien construida y funciona mejor que, por ejemplo, en los filmslive-action de Los pitufos o la reciente Dolittle. Todo en Sonic está desarrollado con un trazo grueso que para colmo a veces se sigue subrayando más y más, pero esta propuesta resulta bastante eficaz (sobre todo en algunos buenos pasajes de comedia) en los términos en que está planteada.
Corriendo a la mala fama. ¿Qué tienen en común Pikachu con Sonic? ¿Que ambos forman parte del universo de Nintendo? Sí, seguramente, pero no es eso. ¿Que tuvieron sus adaptaciones a la gran pantalla? Casi, casi, pero no apunto a eso. ¿Que a pesar de ser adaptaciones gamers uno esta más asociado al animé y que tanto uno como el otro rompieron con la maldición de llevar a la gran pantalla sus respectivas áreas? ¡Exactamente! Si bien hubo adaptaciones que no resultaron tan horrendas, ninguna se compara con las de ambas personajes. En el caso de Sonic, la adaptación a la pantalla grande era una asignatura pendiente. Si bien hubo algunos amagues en los 90, me cuesta imaginar lo que hubiese sido en aquel momento una película del erizo azul. Por suerte y gracias a los avances en efectos especiales pudimos disfrutar de Sonic en el cine. Luego de su controvertido rediseño (¿estrategia de marketing?) las expectativas eran altas por un lado, aunque algunos desconfiaban un poco que parte del rediseño era una excusa no sólo para atraer más publico, sino también para disfrazar la posible historia poco atractiva que brindaría. Afortunadamente el rediseño ayudó y mucho, la historia correcta y sumado a los easter eggs junto al equilibrio entre comedia y acción debo decir que Sonic es una adaptación digna de ver. Más allá del diseño de Sonic, sobre el cual me voy a explayar más adelante, me pongo de pie para aplaudir a Jim Carrey que, pese a diferír del aspecto del Dr. Eggman (Mostachon para los que seguían la serie a mediados de los 90), brindó su faceta de comedia como en los viejos tiempos. Por otro lado, James Marsden, el protagonista y sidekick de Sonic, no estuvo mal y se sintió que el lento desarrollo de su personaje en la trama tuvo como finalidad no eclipsar al erizo y está bien. El tipo obedeció a rajatabla lo que exigía el guión. Alabo, por un lado, que después de ver numerosas películas donde los personajes de color siempre están emparejados con alguien de color, en esta ocasión eligieron a Tika Sumper como su esposa. Por último y no menos importante, la película captó en esencia lo que era Sonic en el videogame: energético, optimista y gracioso por momentos. Los easter eggs afines a la velocidad, sean de Flash, Rápido y furioso, Máxima velocidad y Quicksilver de los X−men (excelente escena la del bar) fueron muy bien colocadas. Tal vez objete que por momentos no le hubiese venido mal una pulida al CGI de Sonic, aunque eso no quite que las ventas en los peluches del erizo se disparen, en especial su versión infantil. En resumen, Sonic es una propuesta que ofrece la dosis justa de elementos del videojuego además del argumento del filme (no así la espantosa Need for speed). Quédense en sus butacas que esto sigue y ruego que la taquilla acompañe porque una presunta secuela va a dejarlos con ansias de más.
La adaptación del famoso videojuego Sonic al cine sentó un precedente horrible: que el Estudio les hiciera caso a los fans por su reacción a un trailer. Hace unos meses las redes sociales se habían inundado de críticas acerca del look del famoso personaje y 24hs después hubo un comunicado que decía: “Los hemos escuchado”. Tiempo después salió otro trailer, ahora con el nuevo diseño, y ya no hubo más quejas. Es verdad que los fans son los que se sienten más tocados por estas películas y está muy bien que se los tenga en cuenta, pero darle ese tipo de poder a un grupo radicalizado y a las redes sociales me parece un montón, y eso que yo soy fan de muchas cosas, pero bueno, da para un largo debate y este no es el lugar. Más allá del infame diseño del erizo, la película está bien. O sea, es una gran opción para un público juvenil dado a lo infantil y naif de su trama. Los adultos tendrán que entender eso y la pasarán bien acompañando a un chico. El film es la ópera prima de Jeff Fowler, quien viene del palo de la animación y aquí le pone impronta de videojuego a muchas secuencias e identidad para quienes lo jugamos. La acción está bien, pero nada sorprendente. Lo mismo sucede con los VFX. En cuanto al elenco, queda claro que Jim Carey fue por el cheque, pero aún así su presencia y morisquetas realzan a un villano muy siempre. James Marsden está bien siempre en su papel básico de bueno y no mucho más para decir. En definitiva, Sonic no es un film gamer pero tampoco reniega de ello. Es un entretenimiento muy simple y bien logrado apuntado a un público infantil. Ah, atentos que hay escena post créditos.
Sonic: Lo bueno, si es chiquito y azul, doblemente bueno. Si hay un subgénero infame en el mundo del cine, es el de las adaptaciones de videojuegos. La lista es extensa, y cada uno de sus exponentes demuestran que el simple hecho de poner un personaje que ya es conocido en otro medio no significa que lo que salga del experimento sea bueno. ¿Y qué pasó acá en «Sonic»? ¿Funcionó el experimento? Sonic supo ser, pidiéndole permiso a un fontanero italiano y japonés, el muñeco más conocido del mundo del videojuego. En Argentina específicamente se consumió muchísimo, gracias a que las consolas de Sega eran más «amigables» con sus precios y sus videojuegos. Es por eso que el simple anuncio de una adaptación así, tan importante para la cultura popular, resultó en un suceso importantísimo. Y el primer tráiler fue, como mínimo, fallido. Cualquier persona con redes sociales activas puede recordar el tráiler de hace un año, donde vimos el dibujo del erizo de Sega de una forma bastante peculiar y no muy querida por los fans. O en realidad, no muy querida por cualquier persona con un mínimo de criterio. Por suerte, desde Paramount/Sega o la persona que haya dado la orden, se rediseñó el personaje de Sonic para esta película con un aproximamiento muy parecido al de los videojuegos, y el resultado final, una vez vista la película, está muy bien logrado. Y con aún más suerte, y definitivamente algo de talento, el rediseño de Sonic no es lo único bueno del experimento. «Sonic» cuenta la historia de un erizo azul que quiere volver a su planeta natal ya que el malvado Dr. Robotnik descubrió su existencia y está a la caza de Sonic. Con la ayuda de un policía amigo, el erizo deberá conseguir la forma de esquivar los ataques del doctor/científico malvado y salvar su propio pellejo. Obviamente, por si queda alguna duda, el tono de la historia es claramente juvenil. El que venía esperando, por alguna extraña razón, una adaptación profunda y compleja que reflexione sobre para qué sirve correr tan rápido como Sonic, saldrá decepcionado. Pero, vale la pena aclarar que, a pesar del target elegido, la película logra funcionar para los adultos gracias a algunos chistes, referencias y guiños a los fans de la franquicia videojueguil. Este guion, que como aclaramos no viene a revolucionar nada, si resulta realmente divertido en algunas ocasiones. El humor va de la mano con algunas secuencias de acción muy buenas y sumamente visuales, demostrando que a pesar de lo que se podía imaginar en ese primer avance, el producto final si tiene una atención al detalle y un cuidado en general muy positivo. Puede que en algunos momentos las situaciones resulten algo estereotipadas y que nos encontremos con momentos demasiado predecibles, pero entendiendo el target al que se apunta, se puede perdonar. Es quizás en la resolución de algunos de sus conflictos dónde encontramos «lo más malo» de este guion. Con poca creatividad, algunas situaciones se resuelven de maneras demasiado simples, haciendo que toda la construcción narrativa tambalee bastante y desdibuje un poco el producto final. Eso sí, como aclaramos más arriba, las escenas de acción están geniales y son, junto a la actuación de un personaje específico, de lo mejor de la peli. Y al hablar de un personaje específico, estamos hablando de nada más y nada menos que el villano Dr. Robotnik y la hermosa interpretación de Jim Carrey. Su regreso al mainstream de la pantalla grande es interesante para cualquier fan del actor, que en su interpretación recuerda a personajes tan queridos como el de «The Mask», una clara influencia para la construcción actoral de este villano. A eso se le suma la voz de Ben Schwartz para Sonic, que genera una mezcla de ternura y comedia muy fresca. ¿Y qué significa todo esto? Porque, tal como aclaramos al comienzo de la crítica, la fama de las adaptaciones de videojuegos siempre ha sido negativa. ¿Qué hizo bien «Sonic» para que salga bien lo que siempre sale mal? Simplemente hacer una buena película. Parece haber una vagancia importante a la hora de adaptar estas obras, considerándolas de menor calidad o con un fandom más ciego. Pero lo que acá «Sonic» demuestra es que las referencias y el fanservice deben ser lo secundario. Tiene que haber algo más detrás para poder sustentar una película a largo plazo, y por el resultado final de este experimento, desde la productora seguro estarán más que contentos con el potencial de generar secuelas cinematográficas de este personaje. A la larga, hacer algo bueno te deja mejor parado, siempre. «Sonic» es la mejor adaptación de un videojuego a la pantalla grande. Tuvimos que esperar casi 50 años de historia del videojuego para lograr una adaptación a la altura de las circunstancias, y aunque no venga a revolucionar nada ni tenga una historia específicamente creativa, si deja huella de cómo se debe hacer este tipo de películas. Buenos actores, un guion divertido y un ritmo bien llevado convierten a «Sonic» en un gran potencial a largo plazo, generando una oportunidad para que los más chicos conozcan la icónica figura del erizo de Sega y dándole al fan un producto cerrado y bien logrado.
Un erizo azul de otra tierra que vive escondido en un pequeño pueblo observando todo de lejos. Su poder se desata de golpe y esto lo pone en la mira de un villano enviado por el gobierno de los Estados Unidos.
Película live-action basada en el videojuego de SEGA sobre un erizo de color azul que debe dejar su planeta y termina en la Tierra. Allí espía silenciosamente al policía de un pequeño pueblo Tom Wachowski a quien secretamente considera su amigo. Aunque Sonic ama el lugar y a su gente, no permite que nadie lo vea, por miedo a generar un conflicto. Cuando su energía se descontrola y produce un apagón descomunal, el gobierno se entera de su existencia y le confía al siniestro Dr. Robotnik la búsqueda y aniquilamiento del pobre Sonic. La película adquirió una fama adversa hace unos meses cuando al presentar al Sonic personaje digital su apariencia era entre inquietante y ridícula. Se hicieron nuevamente los efectos especiales y el personaje actualmente se parece más al que todos conocían. Sin embargo este avance estético no hace nada por mejorar la experiencia de una película completamente rutinaria, parecida a docenas y docenas de otros films de este estilo. Aburrida, fea y sin gracias, solo algunos chispazos intentan darle vida a la historia. Son intentos fallidos, hay que decir.
Buscando un lugar adonde pertenecer “Sonic, la película” (Sonic the hedgehog, 2020) es un live action de aventuras y comedia que está dirigido por Jeff Fowler, siendo éste su debut cinematográfico. Co-escrito por Patrick Casey y Josh Miller, el filme está basado en el reconocido personaje de la compañía de videojuegos SEGA. La voz de Sonic es puesta por Ben Schwartz, mientras que el reparto está compuesto por James Marsden (Diario de una pasión, Encantada), Jim Carrey, Tika Sumpter (Raina Thorpe en “Gossip Girl”), Lee Majdoub, Melody Nosipho Niemann, Neal McDonough, Adam Pally, entre otros. La historia gira en torno a Sonic (Ben Schwartz), un erizo azul ultra veloz que tuvo que irse de su planeta al verse amenazado. En la Tierra, específicamente en el pueblo de Green Hills, Sonic vive oculto de los humanos. Sin embargo, él pasa su tiempo observando desde los arbustos al oficial de policía Tom Wachowski (James Marsden) y a su pareja veterinaria Maddie (Tika Sumpter). Una noche, completamente enojado y triste por no poder relacionarse con nadie, Sonic utiliza toda su energía para dar muchísimas vueltas a una cancha de béisbol. Esto genera un apagón en todo el vecindario. Para averiguar las causas de la falta de electricidad, el gobierno recurre al doctor Robotnik (Jim Carrey), un psicótico científico que se maneja a base de sus propias reglas y es muy bueno en el uso de la tecnología. Como la Tierra ya no es un lugar seguro para Sonic, el erizo no tendrá mejor idea que pedirle ayuda a Tom para huir. Luego de recuperarse del shock de ver a un animal parlanchín con poderes de súper velocidad que camina en dos patas, Tom emprenderá un viaje junto a Sonic para ayudarlo a recuperar su bolsa llena de anillos, las cuales cayeron en una azotea de un edificio de San Francisco y son herramientas clave para que el erizo pueda dejar atrás nuestro planeta. Luego de las variadas reacciones negativas al primer trailer por lo feo que se veían los efectos especiales de Sonic, Paramount decidió retrasar el estreno del filme (estaba pactado para noviembre de 2019) con el objetivo de rediseñar al personaje principal. Y qué buena decisión tomaron. “Sonic, la película” es de esos filmes que divierten tanto a los chicos como a sus padres, por lo que los adultos no se sentirán excluidos dentro de la sala de cine. Con chistes que funcionan, un ritmo que no decae y una historia simple pero bien contada, la película es un claro ejemplo de que se pueden hacer largometrajes correctos basados en un videojuego. En cuanto a los efectos especiales, se nota una gran mejoría con respecto al primer vistazo de Sonic. No solo en su apariencia el erizo logra darnos ternura, sino que también lo consigue gracias a su personalidad: por más de ser hiperactivo y hablar muy rápido, desde el guión vamos a poder conocer sus miedos e inseguridades al no contar con un lugar de pertenencia ni ningún lazo de amistad. Es por eso que, al establecer contacto con el sheriff de Green Hills, la dinámica entre estos dos personajes debía funcionar si o sí. Por suerte, James Marsden hace una gran dupla con la bola de púas desde la primera interacción con él, originando una relación que progresa a medida que avanza el filme. Por otro lado, Jim Carrey como Robotnik, un hombre habilidoso en el manejo de máquinas y drones, otorga la cuota caricaturesca que gustará en mayor medida a los que aprecian el trabajo previo del actor. Autoritario, perspicaz y muy freak, Carrey utiliza todo su histrionismo para estar al servicio de lo que el relato necesitaba. Llena de secuencias de acción en donde podremos disfrutar de la gran velocidad del enérgico erizo, tanto a cámara lenta como a todo motor, “Sonic, la película” es una simpática propuesta que entretendrá a toda la familia. Buen comienzo para una película que busca tener su secuela.
Lo que el memorable personaje merecía Sonic: La película es el debut de Jeff Fowler como director de largometrajes. Fue reconocido con una nominación al premio Oscar en el año 2004 por el cortometraje animado Gopher Broke y como primer trabajo tuvo la importante labor de trasladar a un ícono de la cultura pop a la pantalla grande. Si naciste en los 90s y llegaste a tener una consola Nintendo, GameCube o simplemente haberlo jugado en una maquina Arcade, es imposible no sentir nostalgia con semejante videojuego. Es que Sonic u otros personajes como Mario Bros, marcaron la infancia de miles de niños (hoy adultos) y que Sonic: La película llega con la misión de trasladar la posta a estas nuevas generaciones, y muy bien lo ha hecho. El proyecto sufrió un incidente que se hizo viral cuando Paramount Pictures, que tenía como fecha de estreno el 15 de noviembre de 2019, tuvo que volver a hacerle trabajos de postproducción al personaje ya que la animación del rostro del erizo era muy perturbadora y muy alejada a lo que todos conocíamos de él. Todo se calmó cuando el 12 de noviembre salió un nuevo trailer mostrando el nuevo rediseño y la mayoría de los fans quedaron conformes. La historia nos contará la aventura de Sonic, quien deberá llegar a la punta de un edificio de San Francisco para recuperar unas monedas que necesita para tele transportarse a otro planeta; obtendrá la ayuda de Tom (James Marsden), el sheriff del pequeño pueblito en el que habita; todo esta travesía se dará mientras huye del Dr. Robotnik/Eggman (Jim Carrey), un genio de la tecnología y el encargado de capturarlo. El guion tiene un desarrollo donde todo queda compacto y bien contado. No toma riesgos y tampoco se cree más de lo que es y está muy bien. Desde un comienzo de introducción de personaje con un tono triste, te da el puntapié para que la película arranque muy abajo y termine muy arriba en entretenimiento. La verdad es que las adaptaciones de videojuegos a la pantalla grande, pocas veces han sido exitosas pero tal vez aquí sea la excepción. El humor está muy bien trabajado tanto la del personaje principal, con una personalidad ocurrente e irreverente, y que también suma mucho con sus chistes basados en referencias de otras películas y personalidades de Hollywood. Aunque todos los aplausos se los lleva Jim Carrey, quien le dio al personaje de Eggman toda su impronta actoral y sigue demostrando que su humor sigue más vigente que nunca. Sonic es un personaje conocido mundialmente, si no sos un gamer igualmente lo tendrás de algún lado, es algo que la cultura pop tiende a facilitar. Así que es la película que se merecía totalmente, ya que entretiene de principio a fin y deja un buen horizonte para nuevas secuelas con más personajes.
ALGUNAS ARMAS BUENAS De ET a la fecha, la idea del extraterrestre que llega no para hacer la guerra sino para hacer amigos ha sido explotada una y mil veces y Sonic: la película lo vuelve a hacer con un aire de levedad que se agradece. Sonic, el puercoespín corredor, fue un personaje muy popular de los videojuegos en los 90’s, la época en que la lucha estaba dada entre las compañías Sega y Nintendo, y los videojuegos eran un poco más simples que ahora: de hecho este personaje era una suerte de respuesta de Sega al exitoso Mario Bros de Nintendo. La película que busca revivirlo (un poco tardíamente, hay que decirlo) tiene mucho del cine -y del entretenimiento- de aquellas épocas, donde las cosas no eran ni tan gigantes, ni tan ambiciosas, ni tan bigger than life como en el cine mainstream de estos tiempos. Idea que se traduce, incluso, a la presencia de una estrella en el rol del villano para montar su showcito personal. Digamos que Jim Carrey, como el villano Robotnik, tiene todas las condiciones para hacerlo y, cuando lo sueltan un poco, aporta ese grado de locura que películas tan de fórmula (y tan familiares) como estas necesitan para respirar. Uno de los aciertos de la película dirigida por Jeff Fowler es tomar del original sólo los elementos característicos, sin intenciones de convertir todo en una experiencia que emule al videojuego. Sonic: la película es entonces una aventura con elementos de road movie y con la comedia como motor principal. Motor que no siempre funciona adecuadamente, pero que siempre está ahí para atravesar los peores momentos con la mejor cara. La voz en off canchera (un recurso que ya comienza a cansar un poco) nos ubica en la aventura, con Sonic escapando del Dr. Robotnik para frenar las acciones y retomar, ahora sí, desde los orígenes: un prólogo ligero que explica cómo Sonic terminó en la Tierra y por qué debe mantenerse escondido sin que nadie lo vea. Claro, algo saldrá mal y el personaje azul se convertirá en el centro de una búsqueda por parte del Gobierno que tiene a Robotnik como principal cazador. Y es a partir del Tom de Michael Marsden, un policía de un pequeño pueblo que desea irse a trabajar a una gran ciudad, que la película pone en juego valores como la amistad, el aquerenciarse con el lugar y la familia, todo de manera bastante rudimentaria. Lo que importa en el film de Fowler (y en un personaje como Sonic) es el movimiento, que permite que todo adquiera una lógica más cercana al dibujo animado con su humor slapstick y su suspensión de cierto verosímil: la película no hace nada por ocultar el carácter artificial del personaje, el realismo (graciadió) no es una meta aquí. A diferencia de proyectos similares como Detective Pikachu, Sonic: la película no se cree a sí misma tan inteligente. Y desde ese espíritu rudimentario es que avanza un poco desvergonzadamente sobre terreno conocido. Claro que así como el puercoespín azul y su energía son una suerte de arma poderosa, el recuperado Jim Carrey es esa arma potente que la película tiene para exhibir y hacer volar todo por los aires. Si su presencia es la más lógica como villano para perseguir a un dibujo animado, el comediante hace gala de su capacidad para absorber el centro de la escena en cada participación, incluyendo una secuencia física tan inexplicable, como divertida, en su camión-laboratorio. Precisamente esa ha sido una de las virtudes de Carrey desde siempre, volver anormal cualquier situación de aparente tranquilidad. Su Robotnik es eso, un tipo decididamente poco confiable al que, por algún motivo que desconocemos, el Gobierno le da un poder inusitado. Esa capacidad de Carrey para sobresalir, que en ocasiones puede generar cortocircuitos en narraciones más orgánicas, aquí se vive como algo vital. Esa locura, esa anomalía, es lo que vuelve mínimamente interesante a un film rutinario, aunque intelectualmente honesto como este.
SONIC es divertida, entretenida y con mucho corazón. Las grandes actuaciones de sus protagonistas estrellas acompañan de manera excelente a la simpatía que genera el erizo más veloz de la Tierra. La historia de las adaptaciones de vídeojuegos al cine ha sido un camino transitado en varias oportunidades y su gran mayoría suele terminar de la misma manera: para el olvido. Si bien durante un largo período de tiempo los estudios se dieron casi por vencidos en cuanto a la continuidad de esas películas, en los últimos años Hollywood decidió darle una nueva oportunidad a las cintas basadas en juegos y más confiados que nunca luego de que el año pasado se estrenase Detective Pikachu y lograra, dentro de todo, unificar las opiniones del público y de la crítica. Gracias a ese último empujón que dio la película del simpático roedor eléctrico y amarillo es que ahora otro roedor, pero azul y súper veloz puede tener su propia cinta. Estamos hablando ni más ni menos que de SONIC (Sonic: The Hedgehog) un icono inconfundible en la cultura popular y la cara de SEGA, una de las empresas que diseñan vídeo juegos más emblemáticas de la historia gamer. Ahora en manos del director Jeff Fowler y con un guion escrito por Patrick Casey y Josh Miller llega la primera película live action del erizo azul en donde nos presentarán los origines de Sonic (Ben Schwartz) y podremos descubrir que él viene de un antiguo y extraño planeta pero que por diferentes situaciones terminó refugiándose en la tierra, más exactamente en un pequeño pueblo de California. Allí luego de vivir durante más de 10 años entre los ciudadanos y sin que ellos se diesen cuenta de su presencia y tras un arrebato de su increíble poder, el gobierno empezará a sospechar de que hay algo fuera de lo normal en ese pueblo y ahí es cuando entrará en juego el brillante pero psicótico doctor Robotnik (Jim Carrey) que utilizará toda su artillería rebotica para hacerse del erizo. Ante el peligro inminente Sonic tendrá que aliarse con Tom Wachowski (James Marsden), el jefe de policía del pueblo, para lograr sobrevivir a los constantes ataques de Robotnik. Luego de todos las idas y vueltas que se produjo gracias al cambio de diseño de un personaje tan emblemático como Sonic, las expectativas de ésta película no venían en alza ni mucho menos, pero afortunadamente el trabajo de los guionistas para crear una historia concreta y que logre reflejar la esencia del personaje logró anteponerse a los prejuicios que se podrían tener. Sin ser una película innovadora en ningún aspecto a lo largo de su poco más de hora y media de duración la cinta se encarga de dar pasos firmes hacia delante para lograr conmover a quienes ya conocían de antes al personaje y también de atrapar a los más chicos que aún no lo conocen tanto. Lo bueno del guion que posee es que está claramente direccionado a atrapar a una generación que no creció ni jugando a los juegos y menos viendo las diferentes series animadas, entonces las bases necesarias para crear un vinculo entre historia – espectador están perfectamente seteadas. En cuanto a las actuaciones tanto de Jim Carrey como de James Marsden hay que decir que están a la altura de sus carreras y sobre todo la de Carrey que desde un primer momento había sido criticado por su designación cómo villano pero que una vez más demuestra que interpretando a estos tipos de villanos “freaks” son los que a él le gustan y los que le quedan más cómodos a pesar de que por momentos él tiene excesos de esa excentricidad. Marsden acompaña más que bien y se encarga de darle la cuota de humor “serio” a la película cómo para que los más grandes también puedan disfrutar de la cinta. Y sin dudas el personaje que mejor está, y que mejor se ve, es Sonic. Luego de una corregida a las corridas por su diseño original es impresionante lo bien que se lo ve y lo bien que queda el personaje interactuando con personas reales (mayoritariamente). A fin de cuentas, SONIC: La Película es una más que correcta primera aventura del erizo más rápido del mundo. Gracias a su simpleza en el guion y a las actuaciones de sus estrellas que acompañan de manera perfecta a la simpatía del veloz roedor se termina concretando una cinta entretenida en todo momento y que sienta las bases para continuar explorando el mundo de los fichines pero en la pantalla grande.
Que EL ERIZO AZUL de SEGA llegue al cine es un evento grande, todos lo sabemos, es un personaje amado con un club de fans conflictivo y apasionado. El proyecto ya genero polémica desde su primer trailer, mostrando a un Sonic con aspecto seudo humano tirando a furry, un diseño tan espantoso que todos nos quedamos conmocionados mas que enojados. Tras ver el desagrado del fandom (y de los espectadores mainstream debido a lo horrible del personaje) el director Jeff Fowler anuncio que el proyecto iba a atrasarse un poco con el fin de rediseñar al personaje y contentar a los espectadores. Bueno bien, acá entra el entretenido debate de que si el diseño de Sonic fue un horror y tuvieron que cambiarlo por cuestiones obvias o, poniendonos conspiranoicos y no por eso equivocados, si en realidad el primer trailer fue un cebo de atención. Esta segunda teoría no solo es la mas probable (los primeros artes del merchandising del film tenían al Sonic actual) sino que es una movida de marketing digna de ser mencionada. Como mencione antes el fandom de Sonic es conflictivo, era difícil hacerlos felices y a la vez cumplir con las espectativas Hollywoodenses de una película infantil (porque al fin y al cabo eso es) por lo que hacerle creer a todos que la empresa escucho a los fans y cambio al personaje con fines benevolentes iba a atraer al publico de una forma masiva. Sea la cuestión que sea el diseño del bicho quedo hermoso, lleno de carisma y un placer a la vista de aquellos que nos criamos con éste personaje (a pesar de que yo soy mas del team Mario). Vale la pena mencionar que ésta película no solo es un evento en sí misma por el videojuego que adapta, sino que a ésto se le suma el regreso de Jim Carrey a la comedia. El actor interpreta al Profesor Robotnik, mejor conocido como DOCTOR EGGMAN, el nemesis del erizo. Las espectativas con respecto al personaje fueron mas que saciadas, al fin y al cabo es un cast ganador en todo sentido, el histrionismo de Carrey le brinda a la película un toque único. A éste se le complementa con excelencia James Marsden como TOM WACHOWSKI, un oficial de GREEN HILLS admirado en secreto por Sonic. El punto mas débil de la película es la trama. Sonic llega a la tierra para ocultar sus poderes de super velocidad de unos malvados … ¿nativos? De su planeta, lo que lo lleva a tener que vivir en las sombras. Tras ser descubierto el gobierno manda a Robotnik a cazarlo, pero éste tiene planes propios de usar su energía para sus drones del mal. Hasta acá todo bien, pero en cierto punto de la película Sonic pierde lo único que lo iba a hacer zafar de éste quilombo, emprendiendo un road trip a San Francisco junto a TOM. Si, considerando que estamos ante un personaje con super velocidad hacerlo ir en un road trip con James Marsden suena como una falta de verosimilitud grosa. Los dialogos son cursis y solo funcionan cuando hay humor de por medio, algunos chistes son hasta salvados gracias a lo magnífico del cast, incluido Ben Schwartz como la voz del erizo azul. Otra cosa negativa es que se siente como que no se la jugaron, buscaron hacer una peliculita mas o menos normal con el fin de ver si funciona, por lo que (considerando el espectacular epilogo) espero que tengamos una secuela con un mundo mas similar al del juego. ¿a alguien le molestaria ver una película en donde solo Jim Carrey es el actor humano? A mí no y se que a ustedes tampoco. Visualmente la película rosa lo genérico, las secuencias de velocidad de Sonic son practicamente las mismas que las de Quicksilver en las últimas de X-MEN. El mundo de la primera escena de la película (que simula ser la GREEN HILLS original del juego, ya que acá es el pueblo donde vive Tom) es brillante y te deja re manija de ver mas, pero en vez de ésto tenemos toda una película en la tierra que vuelve a ser visualmente interesante durante la pelea final entre Robotnik y Sonic. El humor de la película hace que quiera volverla a ver. La comedia le da un ritmo atrapante que te hace olvidar los claros errores de la trama, con chistes físicos que explotan al máximo los poderes del personaje. Sonic y Tom entablan una amistad creíble, al punto de olvidarme de que estamos viendo a un actor hablando con un monigote animado. Todos los actores funcionan, todas las situaciones se llevan con naturalidad y el exceso de cliches cinematográficos son creativos en una era de cine cargado de agenda política. El primer acto cuenta con la mayor carga de risas con respecto al Erizo, el segundo se lo roba Carrey y el tercero culmina de forma satisfactoria, con un epilogo que como mencione mas arriba me hizo querer ver una secuela casi de inmediato. Éstas ventajas permiten que una trama mediocre se filtre en el carisma de los personajes ¿pudo haber sido mejor? Sí, pero si bien no es bueno que una película este diseñada para mejorar en su secuela hay que mecionar que las escenas post créditos generan una espectativa enorme para el futuro de ésta franquicia … ya verán de lo que hablo. “SONIC LA PELÍCULA” es una película perfecta para los nenes y aceptable para los fans de Sonic. No se pierdan la escena post créditos, más de uno va a salir con una sonrisa de oreja a oreja.
Y llegó al fin la adaptación cinematográfica del clásico videojuego de Sega. La historia comienza en un mundo paralelo al nuestro en dónde habita Sonic, un erizo azul cachorro que posee una gran velocidad. Longclaw, un viejo y sabio búho que lo cría y protege, le advierte que no debe usar sus poderes en público. Sonic no le hace caso y se gana la atención de unos villanos alados que quieren capturarlo. La solución de Longclaw es enviar al erizo a nuestro mundo a través de uno de los famosos aros dorados que aparecen en el juego, dándole antes una bolsa llena de dichos aros. Sonic cae en Green Hill, un pequeño pueblo de Estados Unidos (que toma su nombre del primer nivel del videojuego). Allí vivirá en secreto hasta hacerse adulto, observando a los habitantes del lugar. Su pueblerino favorito es Tom Wachowski (James Marsden), un policía de Green Hill que acaba de ser aceptado en el Departamento de San Francisco y se mudará allí. Una noche, triste por su soledad, Sonic corre a demasiada velocidad emitiendo una explosión de energía que deja al pueblo sin luz. Esto hace que el gobierno envié a investigar al Dr. Robotnik (Jim Carrey) un egocéntrico y malvado científico. Los caminos de Tom y Sonic se cruzan y el policía decide proteger a Sonic de Robotnik y ayudarlo a escapar hacia otro planeta. Para eso deberán hacer un viaje en auto hasta San Francisco, a dónde por un accidente van a parar los aros dorados. Respondiendo rápidamente a lo que seguramente todos se preguntan: si, el diseño y la animación de Sonic son correctos. Lejos del esperpento del primer trailer, el diseño caricaturesco, respetuoso de la imagen tradicional del personaje, es acertada. Y allí radica el fuerte de la película: el respeto y las referencias al videojuego, a pesar de tratarse de una historia inventada y asentada en nuestro mundo. Aunque se extrañan las canciones del juego, los fans que tengan más fresca la saga seguramente la disfrutarán más, debidola nostalgia y los guiños. No obstante, eso me lleva a cuestionarme a qué público está apuntada la película. Por la simpleza de la trama y lo edulcorado de la comedia, no caben dudas de que se trata de un producto infantil. Yo diría que apuntado al segmento de entre los 6 y 12 años. En este sentido es una película que cumplirá con el objetivo de entretener a los niños. Por otro lado tenemos la iconografía de un videojuego clásico y al gran Jim Carrey, que seguro entretendrán a los padres, tíos y acompañantes adultos en general. Pero no más que eso. Los treintañeros acostumbrados a ese tipo de películas disfrazadas de infantiles, pero que en realidad apelan a la nostalgia de los adultos que coleccionan merchandising, se sentirán defraudados. Es cierto, hay algún chiste sobre pedos, el gag recurrente de decir malas palabras incompletas y referencias a películas cómo Speed. Pero seguramente la encontrarán sosa, en parte porque se parece a millones de películas para niños que ya han visto antes, y encima, en la edad en la que era a ellos a quienes apuntaban. Tal vez sea esto lo que puede cuestionarsele a la película. No que se trate de una mala película, porque probablemente cumple con los requisitos para ser una película aceptable para el público infantil. Sino el hecho de que a lo mejor Sonic, a pesar de su aspecto infantil, es un personaje ya viejo, que interpela más a una generación de adultos que a los niños. En cierto sentido parece una película para chicos que llegó veinte años tarde. Recomiendo su visionado a los adultos que vayan en condición de acompañantes de algún niño que seguro la disfrutará más. O en todo caso, a los fans más acérrimos que encuentren divertido el reconocer los guiños al videojuego.
El personaje Sonic es un erizo creado por Naoto Oshima en base a una idea de Yuji Naka, como mascota de la empresa japonesa Sega, especialista en videojuegos a nivel mundial. A partir de 1990 su aparición en videojuegos logró un éxito internacional. Sonic es, precisamente, el personaje principal de esta película, que une capitales norteamericanos y japoneses. El erizo azul tiene poderes extraordinarios, fundamentalmente su velocidad, y ha sido protegido por una bella lechuza en otra galaxia. Aquí vemos su llegada a la Tierra, luego de que se desencadena una persecución y el pequeño ser azul es aconsejado por su protectora para que habite otro espacio con una serie de anillos que lo van a ayudar. Su consejo antes de partir es que no difunda sus poderes. A partir de su llegada a un pueblo de bosques y montañas, rural y tranquilo, Green Hills, Sonic hace lo contrario de lo que le indican y manifiesta su orgullosa y rápida personalidad, que lo hace desplazarse a más de 450 kilómetros por hora. Su soledad se verá atemperada por la aparición del joven sheriff Wachowski, que ama su trabajo y comienza a desconcertarse al no poder descubrir quién es el que viola todas las reglas de convivencia y pasa como un rayo sin que él lo puede localizar. BUEN HUMOR Lo que viene es lo que sucede habitualmente: la relación entre dos seres distintos que se aprecian (Sonic y el joven sheriff) y su enfrentamiento con un enemigo conocido como el Dr. Robotnik (Jim Carrey), un sabio loco enviado por la autoridad estatal ante un corte de energía en el mundo que piensan se trata de un atentado. Por supuesto que fue Sonic, que sin querer se convierte en el enemigo público número 1 y debe huir con su reciente amigo Wachowski (James Marsden). Filme de acción real con animación y asombrosos efectos especiales, "Sonic" es una lograda comedia familiar, de ritmo vertiginoso y con la divertida presencia del Dr. Robotnik, bautizado por el erizo como Dr. Eggman (un científico soberbio y medio loco que se maneja con drones en forma de huevos para atacar). "Sonic" es divertida, deslumbra con sus CGI, hace reír con Jim Carrey y su particular humor, mientras que su final preanuncia nuevas aventuras. A no levantarse antes de los créditos, hay sorpresa.
Ha llegado la versión cinematográfica live action del querido personaje Sonic . Varias generaciones han crecido jugando con Sonic The Hedgehog mediante las consolas Sega . Resulta pertinente recordar que además del sinfín de videojuegos del personaje, hay varias series animadas sobre el mismo (1993-1994/1999-2000/2003-2006/2014-2017) y un largometraje animado de 1996. Lo primero que debemos preguntarnos frente a un personaje tan emblemático es si se respeta su esencia. En lo que a quien escribe respecta diría que sí, adhiriendo gran ternura a Sonic haciéndolo adorable para el público. Según el experto en video juegos Gabriel Farisello "Por un lado se respeta la esencia del personaje y por otro hay una nueva construcción del mismo. Porque Sonic siempre fue orgulloso y líder. Acá van por otro lado. Y desde lo respetado está la velocidad y que se pone en forma de pelota. También están los valores de la amistad y atesorar tu hogar." La apariencia física de Sonic es lograda, después de los supuestos arreglos despues del primer avance. Con respecto a la película creo que apunta principalmente a un público infantil y que algunos fans se sentirán algo decepcionados debido al tratamiento del mismo que posee algunos errores evitables como la falta de interacción verosímil entre los humanos y Sonic (sobre todo visible en el raccord de miradas), algunos errores de continuidad, y el poco aprovechamiento de los recursos estéticos. Para los fans de la pop culture hay muchas referencias explícitas y chistes con respecto a la misma. Incluso en una escena del personaje en cámara lenta donde acomoda los objetos con un fin cómico igual que Quicksilver en X-men:Days of the future past. Así como la estética de la apertura de los anillos (elemento esencial desde la génesis de Sonic) visualmente remiten a Doctor Strange. El clásico villano y rival de Sonic, Robotnik interpretado por el carismático Jim Carrey otorga al personaje algunos momentos de comicidad mediante su expresión corporal y gestual. La película tiene dos escenas post créditos que dejan abierta la puerta a una secuela...
El mítico personaje de videojuegos creado por SEGA en 1991, Sonic, salta por primera vez a la pantalla grande con una película que toma a su personaje animado para llevarlo a la realidad, con actores de carne y hueso compartiendo la pantalla. Como toda adaptación de un juego, se trata de un desafío enorme, difícil de sortear. Muchas películas fallaron, y uno de los casos más emblemáticos puede que sea quizás el de Mario Bros. Entonces todo hacía pensar a “Sonic” como una muy mala idea. Dirigida por el ignoto Jeff Fowler, la producción ya arrancaba con problemas relacionados al aspecto del erizo. Cuando se filtraron las primeras imágenes de su apariencia, los fans atacaron masivamente al film. Esto derivó en una posterior modificación más apegada al look original de Sonic. Pero la verdadera gran sorpresa de “Sonic” fue tener en su reparto al gran Jim Carrey, quien ya llevaba un largo tiempo sin aparecer en la pantalla grande. La película sigue las aventuras de Sonic en la tierra, quien empieza a ser perseguido por el Dr. Robotnik, contratado por el gobierno luego de que produzca un fallo eléctrico sin intenciones. Sonic encontrará como aliado al policía del pueblo, Tom Wachowski, que lo ayudara a destruir a Robotnik. Dadas las escasas expectativas, “Sonic” no resulta una mala propuesta para ver con toda la familia. Tampoco va a decepcionar a los fans del juego. Tenía todos los boletos para ser fallida, pero Jeff Fowler logra construir una historia sobre amistad que, dentro de los parámetros, funciona bastante bien. Hay algo de telefilm, muchos chistes malos, y actores con muy poco carisma, pero las fortalezas de “Sonic” residen en ese simpático erizo y su villano, Robotnik. Jim Carrey parece ser el hombre ideal para encarnar a un personaje que siempre bordea lo caricaturesco. El actor despliega todo su humor físico y expresividad, pero sin pasarse de rosca. Lo justo y necesario como para no ser irritante. Entretiene con lo justo. Opinión: Regular.
Sabemos que la película no comenzó su producción con el pie derecho, y el mejor de los éxitos. Apenas se publicó el tráiler, fanáticos, y no, dieron a conocer su descontento frente al diseño de Sonic. Luego de generarse semejante polémica, el estudio de desarrollo volvió a trabajar sobre el arte del film, para lograr una mejor recepción. Recuperar la imagen y, en particular, el interés y la emoción del público de ir a verla, no es tarea sencilla; especialmente, por ser una historia basada en el mundo de un videojuego, hecho que ya provoca una gran expectativa de ver el resultado, y cómo lograron contextualizarlo en el cine. Desde el lado de la audiencia es entendible, debido a que el personaje del erizo azul es muy querido, y puede haber decepcionado el primer vistazo que dieron. Pero al ver la cinta, nos sorprende con una grata cuestión: no es tan mala como se creía, de hecho es simpática. El film permanece al género de acción. Pero la tríada entre el dinamismo que le aporta Sonic, junto al cambio de facetas y el acompañamiento que le brinda James Marsden, y por supuesto, las monadas icónicas de Jim Carrey, vuelven a la película entretenida, e incluso graciosa por momentos. Sonic, la película A su vez, uno de los puntos que más resalto es con el cariño que pareciera que la trabajaron. Si bien, SEGA debe haber estado involucrado en el proceso creativo desde la idea inicial; se nota que, al menos parte del staff, jugó algunos de los videojuegos del Hedgehog. Para los que hayamos disfrutado de los títulos de la franquicia, podremos sonreír ante algunas perlitas que irán apareciendo, como: las zapatillas rojas, la recreación de algunos escenarios recordados, y determinados diseños en pixel art. Incluso, escucharemos algunos acordes de uno de sus temas musicales más conocidos, y una frase popular que empieza con “Gotta…” Los efectos están bien logrados, y al mejor estilo E.T., el dinamismo real, comienza una vez que todos los personajes principales, se encuentran y se conocen. Es interesante, también, la utilización de algunas mecánicas, que evidenciarán y darán noción de la real velocidad de movimiento que puede alcanzar Sonic. En esas secuencias, no sólo se depende de la tecnología para lograrlas, sino que las actuaciones también suman y aportan como complemento. Un último detalle que me llamó la atención fue que se utilizará el tema “Don´t stop me now”, de Queen, ya que justo con ese hit comienza “Video Games: The Movie”. Parece que todos disfrutamos de la banda, siendo una linda coincidencia en la elección. Y sin dudas, esa canción le aporta aún más potencia a la emoción de ver a nuestros queridos personajes en la pantalla. Para finalizar, les aviso que luego de terminar la película, hay dos pequeñas escenas post-créditos.
A máxima velocidad Corría 1991 cuando el videojuego Sonic the Hedgehog (2020) Sonic el erizo se convirtió en icono de la generación y (generación millennial). Casi veinte años después es la generación T (generación tecnológica) quien le da la bienvenida a ésta disfrutable adaptación cinematográfica, en compañía de sus padres y tíos cuarentones, del erizo súper veloz un tanto actualizado. Sonic, el descarado erizo azul, vivirá aventuras y desventuras cuando conoce a su amigo humano y policía, Tom Wachowski (James Marsden). Sonic y Tom unirán sus fuerzas para tratar de detener los planes del malvado Dr. Robotnik (Jim Carrey), quien intenta atrapar a Sonic y usar sus poderes para dominar el mundo. El filme dirigido por el debutante Jeff Fowler, iba a estrenarse en Noviembre del 2019, pero la respuesta unánimemente negativa tras el primer avance (el diseño original del erizo fue muy criticado) provocó que Paramount retrasase el lanzamiento para rediseñar a Sonic. En efecto la espera, y las modificaciones, rindieron sus frutos ya que el filme obtuvo el mejor estreno (a nivel taquilla) de una película basada en un videojuego. Pero la película es mucho más que la anécdota, y tal vez sea disfrutable gracias a la simpleza y sencillez de su historia. No esperen originalidad porque no lo hay. Sí hay una catarata de referencias pop, para el agrado de los adultos. Un millar de Easter Egg para aquellos fanáticos del videojuego. Siendo sin dudas los más pequeños aquellos que resultarán complacidos con el desenfreno, y lo adorable que resulta Sonic. La frutilla del postre por supuesto es el villano Robotnik interpretado por Carrey. "Sonic, la película (2020) se deja ver, se disfruta, divierte y entretiene, lo cual es mucho para un filme que no posee demasiadas pretensiones."
Cuesta imaginar que los fans de este emblemático personaje o de la consola Sega salgan decepcionados del cine luego de ver esta producción. Los más chicos la van a adorar y los adultos se quedarán con el sentimiento nostálgico que despierta el erizo y el anhelo que la película se hubiera estrenado 25 años atrás. Sonic se suma al selecto grupo de las adaptaciones de video juegos en el cine que le hicieron justicia a la fuente original y cumple en brindar un buen entretenimiento. La ópera prima de Jeff Fowler se destaca por la dedicación y cariño que trasmite por la famosa mascota que se roba la historia con su presencia y simpatía. La decisión de demorar el estreno para corregir los efectos especiales y el diseño del personaje fue un gran acierto. Más allá que demuestra el interés de Sega por escuchar a los fans y ofrecer un producto digno, el trabajo que hicieron con los efectos digitales la verdad que es muy superior. Sonic en este caso recuperó esa estética inspirada en los dibujos animados que se contrapone con el realismo que intentaron darle en un comienzo y no terminaba de convencer. Fowler consigue adaptar el concepto de los juegos y su héroe en una película que funciona dentro del espectáculo que propone y se ve favorecida por el gran regreso de Jim Carrey. Su interpretación del villano Dr Eggman es estupenda y retoma ese estilo de humor e histrionismo que lo hizo tan famoso en los años ´90. En este film regresa el Carrey de 1995 y se disfruta mucho en este papel que obviamente remite a esa primera faceta de su carrera. Una inquietud que tenía con Sonic era si la película iba a ser convertida en otro clon infumable de Alvin y las ardillas con James Marsden y afortunadamente eso no ocurrió. El humor en general tiene un tono familiar para entretener a los chicos pero la trama nunca pierde el espíritu de aventura asociado con este personaje. Marsden está muy correcto y conforma con el protagonista una dupla más orientada a la buddy movie que la comedia de enredos que proponían las ardillas. Si hubiera que resaltar algún aspecto negativo se puede mencionar que en algunas escenas puntuales a Sonic le faltó una pulida más en el CGI pero en general esta cuestión nunca genera alguna distracción importante. Sega desarrolló una propuesta familiar, mucho más entretenida de lo que fue hace poco Detective Picachu, y cuenta con grandes chances de construir una franquicia. Hay algunos guiños durante los créditos finales que apuntan a eso y si tiene un buen fin de semana en la taquilla es muy probable que el erizo regrese otra vez a las salas.
"Sonic", el ícono de los videojuegos en la pantalla grande, un gran desafío para su director, Jeff Fowler, poder transmitir en el film el por qué de tanto éxito. Sonic (Ben Schwartz), un erizo azul bastante peculiar por tener el poder de correr a una velocidad impresionante, termina en la Tierra. Allí deberá sobrevivir sin que nadie sepa de su existencia, pero claro que esta tarea se vuelve difícil por su gran carisma y curiosidad. Debido a un accidente provocado por su poder electrizante termina siendo buscado por el Dr.Robotnik (Jim Carrey), quien posee un gran equipo de última tecnología y un humor que de simpático no tiene nada. Esto lo lleva a Sonic a buscar ayuda en nada más que en un oficial de policía, Tom (James Marsden). Así es como se forma esta dispareja dupla que deberá congeniar para salvarse del científico loco que termina teniendo malas intenciones. A pesar del fatal error que tuvieron con el personaje en su primer trailer, el CGI es muy bueno y finalmente todo salió bien sin errores. En cuanto a escenografía y vestuario es tal cual lo esperado, detalles precisos en donde no encontramos nada extraño ni fuera de lugar a lo que ya conocemos. En cuanto al cast, han sabido elegir de manera correcta quienes debían interpretar a cada personaje - especialmente la incorporación de Jim Carrey, gran actor comediante que en este film encanta al público con esas gesticulaciones e istrionismo que lo caracterizan. Además, el papel de Marsden está muy bien logrado y acompaña bien al erizo. En cuanto a la trama, debo decir que se quedó corta. Faltaron momentos explosivos que descoloquen a la platea y emocionen, generándose algunos baches a lo largo de la película. El personaje de Sonic tiene todas las características para lograr eso, más aún sabiendo que la historia del mismo aparece por primera vez en este film, por lo que tenían oportunidad de amalgamar todas estas cuestiones. Es la primera vez que se produce una adaptación de un videojuego. Para comenzar con essta aventura está bien y correcta, pero había más expectativa.
El erizo azul, un animalito rediseñado Ante las críticas de los fanáticos del popular personaje de videojuegos, sus creadores retrasaron seis meses su estreno para complacer la demanda. La historia de la película de “Sonic”, adaptación del videojuego desarrollado por Sega en 1991 sobre un erizo azul muy veloz que debe salvar a animales secuestrados, marcó un punto de inflexión en el cine. No porque el filme sea algo muy especial, sino porque cuando se presentó el primer trailer, los fans saltaron sobre los productores porque veían que el animalito no se parecía a la figura original. ¿El resultado? Los animadores, con la película terminada, tuvieron que rediseñar todas las escenas de Sonic para contentar a todos, y el estreno se atrasó más de seis meses. Es decir, los fans modificaron integralmente la película. La historia, similar a la original (con Jim Carrey como el villano), muestra a Sonic aprendiendo a vivir en el planeta Tierra y evitando ser capturado. El largometraje, más disfrutable para los más chicos, tiene buenas ideas, pero se torna previsible, y podría haber mejorado si la propuesta no fuese tan “apta para todo público”.
Otro video juego que se adapta a cine. Loable riesgo si se tiene en cuenta que la inmensa mayoría de estas jugadas salió mal y se han ganado un gigantesco Game Over en la taquilla. Ejemplos Sobran. Super Mario Bros (1995), Street Fighter (la de Jean Claude Van Damme, 1995), Doom (con Dwayne Johnson, 2005), Asassain’s Creed (2016) y Prince of Persia (2010) por mencionar algunos productos olvidables. A otros, los menos, les fue bastante bien como la saga de Resident Evil o la de Clash of the Titans aunque sin estridencias significativas en los números. Rindieron, punto. En casi ningún caso se vio beneficiado el cine y es que hasta ahora, no se ha logrado el equilibrio entre entender estos productos como excusas para los fans y el hecho de realmente no tomarse todo tan en serio y solemne. Algo de esto último es la premisa con la cual se aborda Sonic, la película y en esa apuesta, más que los fans del video juego creado por SEGA en 1991 para competir con el producto estrella de Nintendo, Mario Bros, saldrán ganando quienes no lo conozcan (si queda alguien que todavía no). Hay que decirlo, al menos en lo concerniente al cine, este erizo salió ganando. En la introducción vemos un bólido azul perseguido por otro rojo por las calles de San Francisco. La imagen se detiene en un plano entero de Sonic, un erizo azul de pelo puntiagudo que le explica al espectador que lo están persiguiendo y que si queremos saber más debemos retroceder unos años. Literalmente, como rebobinando un viejo VHS, vamos a un planeta en donde este ser habitaba. Salvado de sus perseguidores por una lechuza que le otorga anillos con los cuales desdoblar el espacio tiempo, nuestro dibujito (mezcla de Pitufo con Astroboy) se escapa a nuestro planeta Tierra y se esconde durante muchos años en un pueblito cuyos habitantes termina conociendo de memoria. En especial a Tom (James Mardsen) un alguacil local que sueña con salir de su pueblo para realmente salvarle la vida a alguien. El inevitable encuentro ocurre y estos dos que aparentemente no tendrían nada que ver, terminan uniendo fuerzas y amistad para escapar y derrotar al Dr. Ivo Robotnik (Jim Carrey), agente del gobierno especializado en tácticas y armas sofisticadas pero a su vez un freak de la tecnología. Más que la dirección del debutante Jeff Fowler, es el guión de Patrick Casey y Josh Miller el que comente el error de apurarse en todo. En lugar de aprovechar el hecho de estar jugando con un personaje que conoce todo el planeta para tomarse el tiempo de construirlo, generar intriga, dar tiempo para empatizar, conectar de a poco con el espectador; se toma la decisión contraria. Ponerlo todo al frente, gastar todos los cartuchos apostando a que su sola aparición bastará para que nos vinculemos con él y acaso nos caiga bien. ¿Cuánto tiempo pasaba hasta que veíamos por primera vez a E.T. o a Mogway en Gremlins (1984)? Pues esos tiempos eran perfectos. De esta forma, apoyándose en la voz de Ben Schwartz y en el vértigo de las acciones, Sonic, la película acelera a fondo y nos acelera. No tenemos la sutileza de un Spielberg, un Donner o un Zemeckis. Ni siquiera el humor de ALF, que le hubiese venido de maravillas a un personaje que de hecho es un extraterrestre fascinado con las cosas de la Tierra y del pueblo en cuestión. De todos modos el relato avanza alternando los aciertos con algunas liviandades de brocha gorda. Cuando todo está a punto de caerse a pedazos en la estructura de la historia, aparece él. Timing gestual perfecto (como lo hacía en la saga de Ace Ventura), conocimiento cabal del género y capacidad de improvisación. Aparece Jim Carrey para recordarle a todo el mundo que esta película es una comedia de aventuras y que acaso debería hasta parodiarse a sí misma si fuese necesario. Este actor fenomenal logra empatar con Sonic como contraparte del lado de “los malos” y equilibrar un relato que se estaba cayendo. Su Dr. Robotnik logra sacar momentos hilarantes que contrastan con la forzada desfachatez del personaje central y así, todo empieza a encauzarse hacia un mejor puerto. El entretenimiento termina convenciendo a fuerza de apostar por gags físicos y un mejor segundo acto que levanta en ritmo e interés. Está claro que la posibilidad de volver a ver al héroe en otra entrega dependerá de la taquilla por lo cual es entendible que en la escena post créditos empecemos a ver a algún otro personaje del popular videojuego, eso sí: con o sin Jim Carrey, habrá que ponerse a escribir en serio para poder otorgarle a Sonic lo único que estos escritores olvidaron darle: un alma propia.
A veces es necesario hacer memoria y pensar que no importa de dónde vienen las ideas para una película. ¿Quién sabe qué puede ser genial o qué no? Nadie. Así que decir, de entrada, suelto de cuerpo, “qué cosa horrible debe de ser la adaptación del videojuego Sonic”, no vale: después de todo, los videojuegos como Sonic intentan tener una historia, una rémora del propio cine. La memoria viene en nuestra ayuda: ¿Acaso “Resident Evil”, de lo más divertido del cine más o menos reciente, no viene de un videogame? ¿Acaso “Piratas del Caribe” no proviene de una atracción de Disneylandia? Así que uno se ampara en la memoria y ve Sonic. ¿Y qué ve? Ve una historia trivial de bicho extraterrestre que se hace amigo de un policía para escapar a un supervillano, este último interpretado por un no demasiado interesante Jim Carrey. Y hay algunos chistes, y el bicho corre a gran velocidad, y la cantidad de arbitrariedades necesarias para que la cosa funcione superan, incluso, la necesidad de lógica de un niño (los niños, de paso, son el público más exigente: que digan “me gustó” cuando vieron un bodrio es solo falsa cortesía a los adultos sufrientes). Y nada más. Sonic no es mala, simplemente no es. Construye un bastidor de historia para disponer de escenas de acción que ya sabemos cómo terminarán, y cierra el asunto con una declamación sobre la amistad. En fin, peor es que hicieron una película basada en la Batalla Naval (sí, “Battleship”, cómo olvidarla es algo que uno se pregunta todos los días).
RUN, SONIC, RUN Sonic, el erizo llega a la pantalla con una aventura para toda la familia Hollywood insiste con las adaptaciones de videojuegos a la pantalla grande y en esta oportunidad le toca el turno al erizo extraterrestre más veloz y simpático. Hay una razón específica por la cual las adaptaciones de videojuegos no siempre (bah, en la mayoría de los casos) funcionan: los medios son diferentes, y pocas veces se logra trasladar el sentido de aventura y esa “jugabilidad” que emociona a los fans, a una compleja narración cinematográfica. Los ejemplos fallidos son demasiados y aquellos que triunfan, generalmente, lo logran al desviarse de la metodología e introducir nuevos elementos a la trama. “Sonic: La Película” (Sonic the Hedgehog, 2020) toma nota de “Pokémon Detective Pikachu” (2019) y se plantea un relato bien sencillo para toda la familia. Más específicamente, para un público bien menudo que, de esta manera, puede llegar a tener su primer acercamiento al personaje de Sega. Jeff Fowler debuta como director con esta comedia inocua y amigable que, de entrada, tiene que borrar el mal sabor de boca que dejó entre los iniciados el aspecto del azulado protagonista, después de que se mostraran las primeras (y horrendas) imágenes en CGI. Por suerte, Paramount Pictures escuchó los reclamos y se tomó su buen tiempo para rediseñar al erizo creado por Naoto Ōshima, Yuji Naka y Hirokazu Yasuhara, que viene dando vueltas en las consolas desde 1991. Patrick Casey y Josh Miller, dos ignotos guionistas, tienen a su cargo la tarea de transformar las aventuras videojueguiles del “Destello Azul” en una historia entretenida para toda la familia, recargada de humor, nostalgia, acción, muchas referencias y, por supuesto, una tonelada de efectos especiales. Los retoques visuales (y el retraso del estreno, originalmente pautado para noviembre de 2019) dieron sus frutos, ya que el carismático Sonic (voz y gestos de Ben Schwartz) logra conquistar con su encanto y sus travesuras. Lo mismo ocurre con el dedicado Tom Wachowski (James Marsden), sheriff de Green Hills (Montana), que solo busca hacer el bien y ayudar a su prójimo. Todo arranca en un extraño planeta, el hogar del pequeño Sonic, el cual debe abandonar después de que sus enemigos descubren sus extraordinarios poderes (de entrada, su súper velocidad). Diez años después, y tras muchos universos descartados, el erizo hizo rancho en la Tierra y en este pueblito particular de Montana, donde rara vez ocurre algo. Sin ser detectado, más allá del viejo loco del lugar, Sonic creo un lazo invisible con el buenazo de Tom y su esposa Maddie (Tika Sumpter), aunque ellos no lo sepan. Ahora, el oficial está a punto de cambiar su aburrida vida pueblerina y mudarse a San Francisco para convertirse en detective, una decisión que afecta la latente soledad de este animalito parlanchín extraterrestre. ¿Cómo vas a decirle que no a esa carita azul? Con las emociones a flor de piel, Sonic provoca una descarga eléctrica que afecta gran parte de la zona y llama la atención del gobierno de los Estados Unidos. Creyendo que se trata de un complejo acto terrorista cuya causa no puede especificarse, los altos mandos le otorgan la investigación y todo el poder al doctor Ivo Robotnik (Jim Carrey), un científico genio, sádico y megalómano que no se detendrá ante nada hasta lograr su cometido. Su cometido pronto se transforma en atrapar a la criatura azul, fuente de una increíble fuerza energética. Al darse cuenta de que su estadía en la Tierra corre peligro, Sonic decide huir hacia otro planeta, pero antes necesita la ayuda del sheriff quien, ante las circunstancias, se convierte en su guardián y en su compañero de aventuras rumbo a San Francisco en busca de la salvación, mientras escapan de las garras y todos los artilugios de Robotnik. Así, “Sonic: La Película” se convierte en una buddy movie que debe reforzar los lazos entre estos dos protagonistas. Una historia, tal vez, demasiado sencilla y cargada de lugares comunes, pero que funciona si pensamos en su público objetivo: los más pequeñines de la familia. Más malo que la... (inserte su palabra favorita) Los realizadores se aseguraron de plagar su relato de guiños para aquellos fanáticos de los videojuegos, pero la trama y la representación de los personajes apela a un target menos exigente, que puede contentarse con varios chistes, referencias pop y un villano demasiado caricaturesco. Carrey saca a pasear sus mejores muecas de la década del noventa (las mismas que lo convirtieron en una estrella) para componer al típico antagonista malévolo y sin matices, que solo tiene un objetivo en la cabeza. Funciona por momentos y exaspera durante otros, pero es el equilibrio perfecto para toda la bondad que exuda Wachowski. Se entiende que los 85 millones de dólares del presupuesto están al servicio de la creación del erizo y poco queda para el resto, por eso la película se siente flojita en cuanto a otros efectos y momentos épicos que nunca llegan. También se nos presenta con algunos recursos que ya vimos en otros velocistas y superhéroes, aspectos muy característicos del Quicksilver de las últimas aventuras de los X-Men, o la espontaneidad preadolescente de Shazam! (2019). Igual, la adaptación cumple su mínimo objetivo de entretener, aunque la moraleja que nos deja es tan simplista como su argumento.
Después de pasar por el taller del CGI, finalmente llegó la película de Sonic a nuestras salas.
La oportunidad de explotar un producto que acapara a diferentes generaciones y la normativa apta para todo público nos terminan entregando una aventura bien de manual. Se salva gracias a la presencia de Jim Carrey.
Estado mental. Estado de la mente que suele tener altibajos y debilidades. O esos momentos en donde uno es mas sensible a unas cosas que a otras y tiene las defensas bajas por lo cual es fácilmente influenciable (“estos no son los droides que estaban buscando”). Quizás porque estaba en un estadío mental débil o porque precisaba diversión de manera desesperada (el mundo se viene abajo con el Coronavirus, la economía se va al garete, los auspiciantes pagan menos, etc) es que tomé a Sonic, la Película y la abracé con alma y vida. Ok, no creo que sea la mejor adaptación cinematográfica de un videojuego hecha en toda la historia del cine pero, guau, es re divertida. Y es curioso que Jim Carrey no sea lo mejor del filme aunque tiene un puñado de escenas hilarantes (palabra desubicada para el estilo de este portal pero, rayos, no encuentro mejor sinónimo). El meister está veterano y fuera de forma (a mas de 20 años de sus tiempos de gloria de La Máscara y Ace Ventura) pero algunas de sus improvisaciones son muy buenas. Sin embargo (y aunque parezca mentira) es la gracia innata de Sonic y su sociedad accidental con James Marsden lo que lleva adelante la película. Si usted vive en Marte, le cuento que Sonic es la mascota de Sega. Como el caso de Super Mario Bros con Nintendo, fue un videojuego fatto in casa que se convirtió en un furor de ventas y volvió al personaje en el símbolo de la marca. Sonic tuvo su cuota de adaptaciones en series animadas y este es el debut live action. Sí, la gente protestó al verlo flaco y musculoso pero ahora se parece mas al del videogame, gracias al rediseño digital y 5 millones de dolares de gasto extra que no estaban contemplados en el presupuesto original. En sí Sonic the Hedgehog no cubre ningún sendero virgen. Todo es un pastiche de reciclados – básicamente es E.T. (con otro alien bonito y simpático) mezclado con The Flash, Hombres de Negro, la camaradería de Arma Mortal y hasta unas gotas de Quicksilver de los X-Men -, pero hecho con mucha gracia. Los libretistas de esto – que sacaron adelante una premisa imposible y crearon una película potable; Pat Casey y Josh Miller, nombres a tener en cuenta en un futuro – tiraron todo por la borda sabiendo que cualquier historia con un erizo humanoide azul, velocista y parlante iba a sonar como una pavada, y decidieron irse al pasto sin tomarse nada en serio. El caso mas obvio es el final en donde el gobierno decide olvidarse de la existencia de Sonic y compensa a Marsden y esposa … con un pase de 60 dolares a un spa de lujo. Pero es el humor desenfadado del erizo lo que mantiene a flote la cinta y la hace hasta recomendable. Consideren esto como una versión ATP de Deadpool con otro tipo bocón que se la pasa haciendo chistes de cultura pop (¿drones asesinos?; pensar que Amazon tiene pensado entregar paquetes con cosas como éstas!) y ridiculeces de todo tipo, como cuando un vehículo robótico del doctor Robotnik persigue a Sonic y Marsden, los tipos lo hacen explotar y se vuelve cada vez mas chico cada vez que lo destruyen, o la locura en un bar texano en donde Sonic copia al toque el gracioso efecto de gente paralizada en el aire al estilo Quicksilver en X-Men: Dias del Futuro Pasado. Mientras que los diálogos internos de Sonic son consistentemente graciosos, el que anda tibio es Carrey. El tipo viene de una racha de malos años en lo personal, con una novia suicidada con una prescripción de pastillas a su nombre, cosa que casi mandó al garete su carrera. Se lo ve viejo y agotado, y como el libreto le da carta blanca para improvisar, no toda la verdura que vende el tipo da en el blanco, aunque Jim va entrando en calor a medida que avanza la película. Sin dudas éste es un comeback valido considerando el éxito inesperado del filme, el cual superó todas sus expectativas. Para película estúpida y divertida vea Sonic. Anoten también en la lista de talentos a seguir a Jeff Fowler, el director, un tipo que hizo un corto animado en el 2004 y casi se gana un Oscar, el cual es responsable del gran timing comico del filme. No, no es Shakespeare, pero es superior a la media… y te deja tan buen gusto en la boca que hasta la volvería a ver.
En un cine donde el factor tecnológico gana terreno cada vez más y donde el componente humano queda relegado a expensas de ceder protagonismo, podemos ver cómo actores de carne y hueso son piezas de ajedrez en un tablero donde la tecnología decide el destino de los mismos. Hoy en día ha cobrado fundamental preponderancia la imagen virtual, en cuanto al aspecto preponderante que otorga en pantalla la presencia de efectos especiales, la manipulación de imágenes y el alcance de lo virtual. Solemos prestar excesiva atención a como se fragmenta lo humano y lo mecánico cada vez más, haciéndose por momentos prescindible la labor del primer factor. Sin dudas, problemáticas contemporáneas que van desde los programas de animación computarizada hasta el uso de la cámara digital, dos innovaciones que -por nombrar entre tantas- dictaminan las nuevas reglas en cuanto al desempeño de la estética. Normas aplicadas a causa de la manipulación tecnológica, por parte de una o por el nulo uso de efectos especiales por parte de la otra. Está claro que el “nuevo cine de blockbuster” imperante desde los ’80 y posibilitado por enormes presupuestos, mega producciones, innovaciones en el sonido y la utilización de técnicas digitales, ha favorecido un cine de la sensación. Se ha creado, entonces, un cine del espectáculo, incrementado en los últimos años por la irrupción y rápida propagación de los films en 3D. Y he aquí otro aspecto negativo a analizar: en detrimento muchas veces del guión, al que -para llenar ‘huecos’ narrativos- se lo inunda de efectos especiales de absoluta nimiedad. Este juego es parte de lo que ciertos teóricos denominaron la estética de la repetición, vale decir, una sucesión de imágenes tal que hace que la misma se construya en relación con otra, y así sucesivamente. Como resultado, prolifera hoy en día la multiplicidad de lenguajes, alejándonos cada vez más del romanticismo presente en la individualidad de la teoría de autor, propuesta por los primeros estudiosos del cine a mediados del siglo XX. En ese sentido, verificamos la tendencia más y más frecuente de hacer films animados con actores caracterizados en una computadora destinados para consumo infanto-juvenil, pero con temáticas adultas. La apuesta, puede comprobarse, termina distanciándose de la tradicional recurrencia de hacer films animados con personajes animados para chicos, género inobjetable y necesario. Por el lado de la tecnología, el género animado y la ciencia ficción, Hollywood ha progresado acorde a los avances de estos tiempos: vertiginosamente. Resulta pertinente mencionar la actualidad de una película como “Sonic”, ejercicio de live-action basado en el videojuego de SEGA sobre un erizo de color azul, se concibe como un entretenimiento para toda la familia. El ‘live action’ es una técnica por la cual, actores animados o de animación, pasan a ser interpretados por personas de carne y hueso, caracterizados como los dibujos originales. Así que cuando tenemos frente a nosotros un actor “humano” caracterizando un ser “animado”, podríamos traducir dicho fenómeno como “acción viva”. Partiendo de la base de que el mismo es empleado para dar vida a personajes animados, podemos establecer que su aplicación abarca los personajes de anime y/o comic, donde suele intercalarse con la técnica 3D. Es decir, un mismo personaje de comic será caracterizado en un actor real, pero habrá tramos donde podremos ver que el personaje de comic puede ser caracterizado a través de la animación 3D, en un mundo audiovisual también generado con mixturas por una simple razón de abaratamiento de costos. Esta película se iba a estrenar en noviembre de 2019, pero luego de la publicación del primer trailer donde los fans reaccionaron negativamente frente al aspecto del erizo, el estudio decidió rediseñarlo completamente postergando así su estreno. Este antecedente nos sirve para evaluar al cine actual de entretenimiento en su estado presente. Podemos comprobar, mediante este ejemplo, que la dinámica entre creadores y consumidores está cambiando a pasos agigantados, gracias a un poderoso instrumento que ingresa en la ecuación como son las redes sociales. Síntomas de la transformación continua que vive el medio audiovisual y también un veto unánime que habla de que la tarea de diseño del personaje no guardaba fidelidad con su concepción original.