Un pasado con olor a presente Unidad XV (2018) relata la historia de una fuga, pero Martín Desalvo elige narrarla como un film político más que como una película de género, aunque sin olvidarse de lo que en realidad es y donde también hay referencias al western y al thriller carcelario. Basada en un hecho real ocurrido en 1956, la Unidad XV era la prisión de mediana seguridad ubicada en Río Gallegos de la que se fugaron cuatro destacados dirigentes peronistas (Guillermo Patricio Kelly, Jorge Antonio, Héctor Cámpora y John W. Cookeque) durante el contexto de la Revolución Libertadora. La historia comienza cuando los cuatro hombres ingresan a la cárcel y termina cuando logran escapar con ayuda de un guardia cárcel. Y si bien la fuga es el corazón de la película no es aquello que la mantiene viva. Desalvo propone un film político, intimista, con el eje puesto en las relaciones humanas, con diferencias y semejanzas, entre cuatro personajes relevantes de la historia peronista (y argentina) que simbolizan vertientes ideológicas muy distantes entre sí, pero que unidos pudieron ganarle (o al menos engañar) al enemigo de ese momento. Film épico, fotografiado con colores desaturados, añejos, con una estructura elíptica, está sostenido por cuatro actores que no buscaron imitar a los personajes reales sino que los crearon e hicieron propios. Lautaro Delgado (José Antonio), Rafael Spregelburd (Cookeque), Diego Gentile (Guillermo Kelly) y Carlos Belloso (Cámpora) entendieron que la credibilidad de sus personajes pasaba por la construcción y no por la copia en la que muchas veces se cae. Un estereotipo común en las películas biográficas donde la comparación resulta inevitable Presos políticos, traiciones y lealtades, derrotas y triunfos, alianzas y roturas, Unidad XV tiene todos los ingredientes del cine carcelario para hacerla entretenida, pero también aquellos que la vuelven una película política que hoy se resignifica, en donde el peronismo tiene un rol central, y lo que muestra puede leerse como una metáfora de la actualidad. Salvo la fuga, claro.
La historia política argentina contiene un importantísimo número de acontecimientos. La llegada a la presidencia del general Juan Domingo Perón, en 1946, significó un cambio rotundo para el país. También su derrocamiento, ocurrido nueve años después por el golpe de estado conocido como Revolución Libertadora. A partir de ese momento, los dirigentes peronistas padecieron persecuciones por parte del nuevo gobierno militar. Unidad XV recrea uno de esos episodios. En 1957, los dirigentes Héctor Cámpora (Carlos Belloso), John William Cooke (Rafael Spregelburd), Jorge Antonio (Lautaro Delgado) y Guillermo Patricio Kelly (Diego Gentile) son llevados a la Unidad XV de Río Gallegos. Allí, en esa prisión azotada por vientos descomunales, deberán esperar la orden de fusilamiento. Aunque al principio los sobornos de Antonio sirven para obtener un trato algo menos cruel, una serie de situaciones y la frágil salud de Cámpora los volverá conscientes de que es preciso escapar de allí. El director Martín Desalvo venía de indagar en el universo femenino gracias a Las mantenidas sin sueños (en codirección con Vera Fogwil), El día trajo la oscuridad y El padre de mis hijos. Unidad XV le permite hacer lo propio con personajes masculinos y en clave de thriller carcelario, que por el lado de Argentina también tiene sus exponentes, incluyendo Crónica de una fuga. Desalvo presenta a este cuarteto de prisioneros que no tienen demasiado en común -incluso en asuntos vinculados al peronismo- y muestra cómo la relación entre ellos se va consolidando a medida que advierten el destino trágico. Las estupendas actuaciones de Belloso, Spregelburd, Delgado y Gentile resultan fundamentales para que el espectador se vaya encariñando con estos sobrevivientes y hasta consiga entender sus decisiones equivocadas producto de la desesperación. Otro punto alto es la recreación de época a través de detalles puntuales y la fotografía de Nicolás Trovato; esta otorga una imagen de colores apagados, en sintonía con la aridez del ambiente. Por su parte, el trabajo sonoro permite que la ventisca sea un personaje más, igual de amenazante que los militares. Además de los cuatro protagonistas, se destacan en el elenco Mora Recalde como la esposa de Antonio (ella será una pieza clave de la fuga), Germán De Silva en el rol del responsable del penal, Ignacio Rogers componiendo a un soldado que deberá elegir de qué lado está, y Adrián Fondari, intimidante como el militar más severo del establecimiento. Unidad XV funciona muy bien como un film carcelario pleno de drama, suspenso y algunas gotas necesarias de humor, pero sin olvidar su costado político. Un ejemplo de cómo recrear un episodio de la vida real a través de una película de género.
Fuga en la Patagonia Tras el golpe de estado de 1955, el movimiento peronista fue declarado ilegal y sus dirigentes encarcelados. Algunos de sus más notorios líderes fueron enviados a Ushuaia primero y luego a la Unidad XV de Río Gallegos, infame no solo por las duras condiciones climáticas sino especialmente por la crueldad de sus guardias. Allí comparten encierro Guillermo Patricio Kelly (Diego Gentile), John W. Cooke (Rafael Spregelburd), Héctor J. Cámpora (Carlos Belloso) y Jorge Antonio (Lautaro Delgado), aislados de los presos comunes en su propio pabellón, con Cámpora seriamente enfermo y con ásperas diferencias ideológicas que necesitan olvidar temporalmente mientras planifican sus siguientes pasos, a sabiendas de que si intentan fugarse sus carceleros no dudarán en fusilarlos. Pero también que es cuestión de tiempo hasta que elijan otra excusa para ejecutarlos. Alérgico al trabajo y amigo de lo ajeno Aunque no ocultan su afinidad con los personajes, Unidad XV no pretende idealizarlos y no tiene problema en mostrar algunas de sus facetas menos halagadoras. Después de todo son políticos y empresarios, hombres acostumbrados a cierto nivel de vida lejano a las rigurosidades que deben enfrentar en el penal, que no tienen mucho problema en recurrir al soborno, el engaño o incluso la violencia, cada cual con lo que mejor se ajusta a sus propios estándares morales. Tampoco son completos villanos todos sus antagonistas: aunque no falta quien aprovecha su puesto para dar rienda suelta a su crueldad, otros simplemente pretenden llevar adelante una vida donde la soledad y la escasez son moneda corriente. Con toda la historia contenida en un mismo espacio y durante un tiempo acotado, gran parte del nudo de la película es dedicado a desarrollar sus personajes, hasta que toman la decisión de fugarse convencidos de que es la única forma de salir con vida de allí. Es esta parte central de la trama la que se estira un poco más de lo que debería, para acelerarse nuevamente a la hora de resolver el conflicto presentado. Los cuatro presos se reparten el protagonismo, con un poco más de peso sobre los hombros de Spregelburd y Delgado, que a su vez son los dos que están en lugares más alejados ideológicamente. Para presentarse visualmente, Martín Desalvo elige una paleta desaturada, casi monocromática, que puede considerarse una elección obvia para una historia de época, pero que al resaltar los azules claramente alude más al helado clima que los azota en medio del desierto, con el viento como un zumbido constante que pone a prueba su cordura. La época se lee más en los vestuarios y las caracterizaciones de los protagonistas, cada uno con estilo coherente a las personalidades que muestran, aprovechando con astucia el usar pocos escenarios y personajes para concentrarse en que se vean bien.
Por proximidad en la fecha de estreno y eje temático es inevitable comparar a Unidad XV con La noche de 12 años, film argentino-uruguayo que narraba el interminable cautiverio de tres dirigentes tupamaros y que causó buena impresión en la última edición del Festival de San Sebastián. Pero mientras esta proponía un tour de force sobre las consecuencias psicológicas del encierro, la tercera película de Martín Desalvo también se centra en el confinamiento de presos políticos (en este caso, cuatro referentes peronistas luego de la Revolución Libertadora) aunque repasa los preparativos para la posterior (y, justamente, cinematográfica) fuga que llevaron adelante.
Basada en hechos reales, “Unidad XV” se centra en la época de 1955 en Argentina, donde un golpe de Estado derrocó al gobierno legítimo de Juan Domingo Perón. El General se exilió y el movimiento quedó proscrito. Es así como distintos referentes del partido fueron perseguidos y encarcelados. Entre ellos, se encontraban cuatro reconocidos dirigentes confinados en la lejana y fría Unidad 15 del penal de Río Gallegos. Ante el inminente fusilamiento al que serían destinados estos presos políticos, deciden que la única opción para sobrevivir es el escape. “Unidad XV” es un drama carcelario poderoso que consigue atrapar al espectador a partir de la tensión que genera constantemente. En ningún momento decae su nivel, sino que es una historia en constante movimiento, paradójicamente a que la locación sea únicamente la cárcel y los protagonistas estén presos e inertes en dicho lugar. No conocemos mucho acerca de la vida de los cuatro protagonista, más que sus nombres, sus ideas políticas y los cargos que tenían o las tareas que realizaban. Pero inmediatamente uno puede empatizar con ellos por el tratamiento que se les otorga o por la falta de carisma de los personajes que se encuentran en frente, muy bien representados por Germán Da Silva y Adrián Fondari. No hace falta saber mucho sobre la situación de Argentina en ese entonces, ya que la misma película pone en contexto a la audiencia desde un principio y, al final, como suele suceder en films de este estilo, nos muestran lo que ocurrió con las personas reales a las que compusieron los actores. En cuanto al elenco nos encontramos con interpretaciones superlativas por parte de Carlos Belloso, encarnando a Héctor Cámpora, Rafael Spregelburd como John William Cooke, Diego Gentile personificando a Guillermo Patricio Kelly y Lautaro Delgado como Jorge Antonio. Destacamos sobre todo la actuación de este último, pero cada actor logra representar una personalidad en particular de una gran manera. La composición de cada personaje está muy bien lograda y consigue elevar los vínculos entre cada uno de ellos a pesar de sus diferencias. Mora Recalde también sobresale como la mujer de Jorge Antonio que los ayuda con la fuga. Además de la interesante historia que se cuenta de una forma que atrapa por completo al público, los aspectos técnicos se destacan de sobremanera. Lo primero que observamos es la ciudada fotografía de Nicolás Trovato con colores apagados, que nos ayuda a contextualizar la trama en un film antiguo. Si bien no tenemos muchas locaciones, la reconstrucción de época se nota en la forma de vestir de los personajes, como también en los vehículos y otros objetos que utilizan. La banda sonora a cargo de Jorge Chikiar acompaña bien al argumento (con un sonido constante del viento), destacándose sobre todo la música hacia el final del film donde provoca la misma tensión que la trama. Por otro lado, la composición de planos muchas veces nos cuentan algo por sí mismo además de los diálogos que podemos escuchar. Desde su puesta y la posición en la que se ubica la cámara podemos ver la violencia intangible, el rechazo, la falta de conciliación entre las partes. En síntesis, “Unidad XV” es una película argentina que brilla desde su atrapante historia basada en hechos reales, un drama carcelario que por momentos se convierte en un thriller político. Pero además, la trama se sustenta por cuatro maravillosos intérpretes y una puesta escénica impecable, que eleva al film por sobre la media de los relatos de este estilo.
El sepia en la gélida historia argentina Siempre se ha dicho que la fuga del penal de Río Gallegos tras la Revolución Libertadora de 1955, acontecimiento de la historia moderna argentina que significó el exilio de Juan Domingo Perón -apodado por los militares “El Tirano Prófugo”- fue en cierto modo cinematográfica y pasó a engrosar un capítulo importante para el Peronismo, que más allá de las lecturas ideológicas de derecha o de izquierda que puedan atravesarla marcó un antes y un después para ese movimiento político que una vez proscripto volviera una vez más al poder hasta una nueva embestida de golpes cívico militares. Con esa introducción, es lógico haber pensado en algún momento recrear desde la ficción aquella época turbulenta políticamente hablando y por eso Unidad XV recogió el guante. Prolija en lo que hace a reconstrucción y dinámica en la trama, la película dirigida por Martín de Salvo cuenta con un elenco aceitado y nunca mejor elegido para meterse en la piel de referentes y dirigentes peronistas de la importancia de: Guillermo Patricio Kelly (Diego Gentile), John W. Cooke (Rafael Spregelburd), Héctor J. Cámpora (Carlos Belloso) y Jorge Antonio (Lautaro Delgado), los cuatro detenidos y trasladados de Ushuaia a la Unidad XV de Río Gallegos con presos comunes, pero receptores de un trato diferente y algo más amable por parte del director del penal encarnado por Germán Da Silva. En el apartado visual la presencia del sepia y los azules apagan un tanto la imagen con una manifiesta intención dramática, sin dejar de tener en cuenta algunos detalles en los encuadres y planos poco convencionales y que permiten por un lado un mayor despliegue en el espacio a pesar del encierro carcelario. En los primeros planos, la expresividad gana frente a los climas de tensión y la presencia latente de la fuga, sus diferentes etapas y planeamiento, por parte de cada uno de los detenidos peronistas al convencerse de un destino trágico en caso de no deponer su actitud frente a la Libertadora, reconocerla como gobierno legítimo, eje de la traición al mismísimo General Perón. Resulta interesante el cruce de pensamientos y las diferencias irreconciliables entre por ejemplo William Cook y Guillermo Patricio Kelly, sin llegar a maniqueísmos ni antagonismos de manual, con sobrias actuaciones de todo el reparto tanto los protagonistas como los secundarios entre quienes se destacan Ignacio Rogers y Mora Recalde, entre otros. Como resultado, Unidad XV es un film cinematográficamente logrado y su trama logra dosificar los datos de la historia dura con las contradicciones en momentos álgidos del país, donde la incertidumbre primaba por encima de cualquier doctrina o dogma mientras afuera de la cárcel se vivía en un clima tan incierto como peligroso.
Antes de empezar con la crítica de Unidad XV es necesario hacer algunas reflexiones sobre el cine político en el cine argentino. La representación del peronismo en el cine nacional ha transitado por los más variados carriles, pero cuando se estudia cómo ha sido la visión total a lo largo de las décadas, es asombrosamente tendenciosa y mentirosa la manera en la que los cineastas de distintos momentos históricos han decido idealizar y falsear lo que ha ocurrido realmente en Argentina. Por supuesto que hay historias más ajustadas a la realidad y otras que aun en su idealización terminan siendo de todas formas grandes películas. Cada película puede hacer lo que quiera, mirar el mundo como más le guste, incluso tergiversar la historia de un país. Es la suma de películas lo que resulta sospechoso. En los últimos quince años esto ha alcanzado límites simplemente bochornosos. Buscando retratar los diferentes momentos del peronismo se ha querido bajar línea sobre el presente. El cine en nuestro país se ha vuelto cómplice de una mentira, se sumó a un relato y los críticos, para no quedarse afuera de la fiesta, han elogiado estos films con un paternalismo que da vergüenza ajena. La gran familia del cine argentino peronista. Insisto una vez más, dentro del discurso peronista hay de todo, desde los directores que arriesgaron su vida hasta los que con un arte excepcional nos hicieron mirar la historia falseada de forma igualmente maravillosa. Por última vez: ¿Cómo puede ser la casi unanimidad en la defensa de una posición política cuándo eso no es así en la sociedad donde esas películas se filman? El peronismo siempre víctima, el peronismo siempre perseguido, el peronismo nunca responsable de nada malo, el peronismo siempre justificado, el peronismo ajeno a la corrupción y el deterioro de las instituciones. Los cineastas, por convicción, por cinismo o para obtener beneficios, eligen sumarse, los críticos y los periodistas lo dejan pasar mansamente. Más allá de la política, lo que sale más perjudicado es el cine. Y los espectadores, que ya se dieron cuenta hace rato de esto y les dan la espalda a estas películas elogiadas sin convicción. Las excepciones confirman la regla. La película Unidad XV transcurre después del golpe de 1955, cuando el gobierno de Juan Domingo Perón es derrocado por la Revolución Libertadora. Los protagonistas de esta historia basada en hechos reales son John William Cooke (Rafael Spregelburd), Héctor Cámpora (Carlos Belloso), Jorge Antonio (Lautaro Delgado) y Guillermo Patricio Kelly (Diego Gentile) quienes son enviados a la Unidad XV de Río Gallegos. Estos cuatro personajes tienen grandes diferencias, peleas, discusiones ideológicas, pero finalmente buscan un plan en común para escaparse. Las interesantes contradicciones que podrían plantearse apenas se asoman en dos o tres líneas de diálogo. La forma en la que la película plasma todo esto parece hacer una referencia permanente a otras épocas del peronismo en Argentina, como la década del setenta o incluso la actualidad. La unión de estos cuatro personajes parece ser una bajada de línea acerca de las bondades de un peronismo unido. Si hay algo que la historia nos ha enseñado, que el peronismo es cualquier cosa meno unido, y que las diferencias internas han terminado en situaciones desastrosas para todo el país. Pero no seamos tan exigentes y pensemos la película en términos puramente cinematográficos, como si no supiéramos nada de la historia pasada ni presente de Argentina. Ahí la cosa no mejora, para nada, porque a diferencia de otros relatos con los que podríamos vincular a Unidad XV como Crónica de una fuga o La noche de 12 años, el lenguaje del cine, la tensión del género cinematográfico no aparece. Los actores están particularmente acartonados y falsos, no logrando ni por un solo momento resultar creíbles o queribles o interesantes. Lo mismo para la puesta en escena y el guión. Seguramente la historia verdadera fue más apasionante y cinematográfica, pero acá nada de eso se ve. Unidad XV pasa a engrosar una larga lista de películas que intentan hacer del peronismo un tema recurrente del cine argentino, aunque muchos de estos films no sean vistos por nadie ni tampoco se preocupen por intentar plasmar todas las complejidades y puntos oscuros del tema elegido.
En marzo de 1957, un año y medio más tarde del golpe de Estado que derrocó al gobierno constitucional de Juan Domingo Perón -conocido como "Revolución Libertadora"-, seis presos políticos se fugaron del penal de Río Gallegos (Santa Cruz) y se refugiaron en Chile. John William Cooke, Jorge Antonio, Héctor J. Cámpora, Guillermo Patricio Kelly, José Espejo y Pedro Gomis fueron los protagonistas de aquella fuga que la prensa de la época definió como "cinematográfica". Y Unidad XV (que le debe su título al nombre de la cárcel de mediana seguridad del sur argentino) finalmente se hace cargo de contar una historia que, más allá de los pormenores sobre su organización y su desenlace, contiene un evidente potencial para reflexionar sobre las complejas características de un movimiento político como el peronismo. El film pone el foco en cuatro de los presos: Cooke, Cámpora, Kelly, Jorge Antonio, como posibles símbolos de algunas de las corrientes internas y las interpretaciones subjetivas de una experiencia política que con el paso del tiempo siguió sufriendo notorias transformaciones. Apoyado en una buena reconstrucción de época y con la clara intención de ajustarse a los cánones del género carcelario, Desalvo se concentra en los dilemas de esos cuatro hombres que deben convivir con sus diferencias y asociarse para un objetivo común, un desafío que sintetiza el espíritu de la política.
La autodenominada Revolución Libertadora derrocó del poder a Juan Domingo Perón en septiembre de 1955 e inmediatamente inició una brutal persecución a sus seguidores. Unidad XV toma como punto de partida un episodio real ocurrido dos años después, cuando un grupo de presos políticos ideó el escape de un penal de la provincia de Santa Cruz. Dirigido por Martín Desalvo (El día trajo la oscuridad, El padre de mis hijos), el film comienza cuando los dirigentes Héctor Cámpora (Carlos Belloso), John William Cooke (Rafael Spregelburd), Jorge Antonio (Lautaro Delgado) y Guillermo Patricio Kelly (Diego Gentile) llegan a la prisión patagónica del título con la certeza de un fusilamiento inminente. Mientras tanto, intentan llevar el cautiverio de la mejor forma posible. Lentamente algunos irán ganándose la confianza del responsable del penal (Germán De Silva), generando así los primeros quiebres internos dentro de un grupo integrado por hombres de ideologías muchas veces opuestas. El pedido de Cooke de no tener privilegios respecto a los otros convictos es la gota que rebalsa el vaso, llevando a una división del grupo que recién se saldará cuando tome forma la posibilidad de un escape. Unidad XV apuesta más por la recreación histórica de los hechos que por la carnadura de sus personajes, a quienes les toca encuadrarse en roles predefinidos y con pocos matices. Esta descripción aplica tanto a los protagonistas como al policía a cargo y su subalterno joven y silenciosamente cómplice, quienes cumplirán una función previsible en el andamiaje narrativo. Con una fotografía de Nicolás Trovato que realza las tonalidades grises y opacas, el film levanta vuelto en su última mitad, cuando el escape pase de una idea a un plan concreto. Allí, abraza de lleno al thriller, incluyendo buenas dosis de suspenso alrededor de la suerte final de sus protagonistas, pero dejando la sensación final de una película que se queda a mitad de camino.
La nueva película de Martín Desalvo, "Unidad XV", plantea una reformulación de su filmografía como un film intensamente político. ¿Qué es el peronismo? Hay que sentirlo, antes que definirlo; dirán sus más fervientes representantes. Es un gran frente. La tercera posición. La famosa marcha popularizada por Hugo del Carril dice en su primera estrofa “Los muchachos peronistas, todos unidos triunfaremos…” Quizás como un guiño a la situación actual, Martín Desalvo presenta "Unidad XV", un thriller carcelario, centrado en el hecho real de una fuga que en 1956 se llevó a cabo en el penal de Río Gallegos; y del que participaron una heterogeneidad de referentes peronistas. En realidad, el film de Desalvo, se diferencia de exponentes locales como "La Fuga", de Eduardo Mignona; o la reciente hermana "La noche de los 12 años" (ni que hablar de películas como "El túnel de los huesos"); en el tratamiento con el que aborda su historia. Acercándolo de algún modo a experiencias como "El almuerzo", de Javier Torres, o "Puerta de Hierro", de Victor Laplace; por su reconstrucción histórico política. Entre fines de 1955 y mediados de 1958 se llevó a cabo en Argentina un proceso de dictadura cívico – militar que se autodenominó Revolución Libertadora. Derrocaron al gobierno de Juan Domingo Perón, y llevaron un oscuro proceso cuya excusa era exterminar cualquier rasgo identificatorio del movimiento peronista, que pasó a estar proscripto. Perón se exilia, y muchos de sus dirigentes son apresados como presos políticos; entre ellos, un puñado que terminó en la Unidad XV del penal de Río Gallegos. "Unidad XV" aborda el período en el que cuatro dirigentes son llevados a ese penal, y tratados en forma diferencial a presos comunes, y el momento en el que logran fugarse a Chile. Guillermo Patricio Kelly, John W. Cooke, Héctor J. Cámpora y Jorge Antonio; son los cuatro líderes peronistas encarcelados que emprendieron la fuga. Desalvo plantea una estructura de film de género, pero la deconstruye para centrarse en las diferentes personalidades de estos líderes, con un marcado rasgo político. El director, que hasta ahora sólo se había asomado al cine de género en el film de ¿terror? experimental con "El día trajo la oscuridad"; logra un trabajo sólido en el que conjuga, la tensión precisa de un film de fuga carcelaria, con el drama de la vivencia y el trasfondo político a flor de piel en el que puede aventurarse una atemporalidad. Kelly, Cooke, Cámpora, y Antonio vienen de ramas diferentes dentro del peronismo, tienen ideas distintas, y sus personalidades también son contrapuestas. La lucha interna es palpable. Sin embargo, hay algo superior, terminar con el sufrimiento, lo que los llevará a dejar de lado sus diferencias y pensar en la unión, en el movimiento, para con una ayuda externa/interna, lograr huir. El que no le encuentra una transversalidad actual, deberá pisar un poco más tierra. La experiencia de Desalvo en el drama y la comedia más intimista, colabora en delimitar bien las personalidades de sus personajes, crearles un contexto, y hacer que el espectador se emparente con uno, con otro, o con todos. El director logra traspasar su estilo a una tónica diferente, de género, y de fuerte contenido político, y sale más que airoso. Diego Gentile, Rafael Spregelburd, Carlos Belloso, y Lautaro Delgado; como Kelly, Cooke, Cámpora, y Antonio respectivamente, logran un conjunto sobresaliente. La marcación actoral, y el sólido trabajo de cuatro actores de tablas, con experiencia de sobra en cine y teatro, logra química y una composición sentida. A diferencia de lo que suele suceder en las reconstrucciones históricas, los intérpretes, no tratan de imitar a los personajes reales, hay determinados rasgos que sí o sí deben estar, pero en el general, son ellos mismos, que comprenden las posturas de cada uno, y en base a eso, trabajan una interpretación propia. El timing de tensión con un montaje denso aunque no lento, la fotografía de colores opacos, y el rigor histórico general, ayudan a construir la atmósfera necesaria que "Unidad XV" necesitaba. Hay frases para el recuerdo, bajada de línea sin temor y sin recaer en lo estrictamente declamatorio, y una lectura política muy vívida que sí o sí, lleva a la reflexión. Martín Desalvo logra con Unidad XV su trabajo más sólido, comprometido, y a la vez dinámico. La fuerza con la que encara un desafío diferente en su filmografía, y el compromiso con el que le habla al espectador, nos hablan de una obra madura, y de un realizador que tiene muchísimo para seguir sorprendiendo. Unidad XV es uno de los mejores films históricos argentinos de los últimos tiempos.
Atrás las diferencias “Unidad XV” es una película dramática nacional dirigida por Martín Desalvo (Las Mantenidas Sin Sueños, El Padre De is Hijos) y escrita por Francisco Kosterlitz y Martiniano Cardoso. Basada en la histórica fuga de la Unidad 15 de Río Gallegos en 1957, el reparto incluye a Rafael Spregelburd (Abzurdah, Perdida), Carlos Belloso, Diego Gentile (Relatos Salvajes, Joel), Lautaro Delgado (Gilda, Un Gallo Para Esculapio), Mora Recalde, Germán De Silva (La Educación del Rey), Ignacio Rogers y Adrián Fondari. El filme fue ganador como mejor proyecto WIP SANFIC INDUSTRIA en el Festival de Cine de Santiago de Chile de 2017. Además fue presentado en la “Gala Especial”, Selección Oficial del Festival de Cine de Mar del Plata. Durante la autoproclamada Revolución Libertadora, los dirigentes peronistas John William Cooke (Rafael Spregelburd), Héctor Cámpora (Carlos Belloso), Guillermo Patricio Kelly (Diego Gentile) y Jorge Antonio (Lautaro Delgado) fueron perseguidos y confinados a pasar sus días en la cárcel de mediana seguridad ubicada en Río Gallegos, la cual estaba dirigida por Bernárdez (Germán De Silva). Separados de los demás presos, estas cuatro personas deberán dejar sus diferencias de lado para darse a la fuga, ya que si continúan allí el fusilamiento será inevitable. El género carcelario puede dar grandes resultados si se tiene en cuenta no solo la política y el escape en sí, sino también la conexión de los protagonistas con el espectador. Martín Desalvo lo sabe muy bien ya que con esta cinta se mete en una de las etapas más duras de nuestro país, donde el respeto al que tenía otras ideologías no existía y la única “solución” se basaba tanto en la violencia como en la humillación. En ese contexto, las buenas interpretaciones sumadas a la química que hay entre los actores logran que la empatía ocurra de forma natural, a la vez que ciertas escenas resultan impactantes al pensar que esto sucedió en la realidad. Lo interesante de “Unidad XV”, aparte de ver la casi nula humanidad que tenían los militares, se basa en el buen retrato que se hizo de las distintas vertientes que hay dentro del movimiento peronista. Los cuatro presos políticos, por más de pertenecer a la misma organización, tenían creencias diferentes, lo que en consecuencia generará variadas peleas. Sin embargo, al darse cuenta que los malos son los de afuera y que solo se tienen los unos a los otros para salir con vida de allí, el orgullo pasa a un segundo plano. A medida que avanzan los minutos somos testigos de la dinámica que hay entre estas personas. Con un buen desarrollo en la relación de ellos, la cinta se vuelve atractiva por el cambio notorio que existe en el trato entre Kelly, Cooke, Jorge Antonio y Cámpora. Párrafo aparte para la más que correcta reconstrucción de época del filme. Con una fotografía lúgubre que recuerda a películas en blanco y negro, la atmósfera creada encaja a la perfección con lo que sufrieron los presos en Río Gallegos, donde por más que hacía mucho frío ni siquiera les daban las frazadas suficientes para entrar en calor. Los colores grisáceos y el fuerte sonido del viento ayudan a captar en mayor medida la soledad, tristeza y rudeza de ese entonces. Con toques de humor necesarios y personajes secundarios que pueden llegar a emocionar por su valentía o, por el contrario, disgustar por su crueldad, “Unidad XV” tiene todos los elementos para ser disfrutada en una sala de cine. Seguramente luego de verla querrás conocer más sobre estos cuatro peronistas que, a pesar de sus distintas personalidades, frente al sufrimiento del prójimo no dudan en alzar la voz.
“Unidad XV”, de Martín Desalvo Por Hugo F. Sanchez Luego del golpe de 1955 que derrocó a Perón por la llamada Revolución Libertadora, la mayoría de los cuadros y personalidades destacadas del peronismo estaban presos o en el exilio. Precisamente, en la Unidad XV de Rio Gallegos fueron recluidos John William Cooke, Héctor Cámpora, Jorge Antonio y Guillermo Patricio Kelly, figuras importantes de la época que a su pesar, tuvieron que convivir en la penitenciaría. Los cuatro tenían trayectorias bien diferentes y de hecho estaban enfrentados, pero para La Libertadora era suficiente con su filiación política y los encerró a todos juntos en un penal de mediana seguridad. Unidad XV registra el ingreso de los dirigentes, su estadía en el la cárcel y la fuga. Un escape legendario que forma parte de los hitos del peronismo, sobre todo porque uno de los fugados era John William Cooke, apoderado del Movimiento Nacional Justicialista mientras Perón transitaba su exilio. Está claro que la historia merecía ser contada y Martín Desalvo (El padre de mis hijos, El día trajo la oscuridad, Las mantenidas sin sueños) conformó una puesta íntima, con pocas locaciones, donde el acento está puesto en la reconstrucción de época, las condiciones del encierro, la relación con los carceleros y la epopeya del escape. También hay una preocupación por darle el perfil adecuado a cada uno de los personajes: Cooke (Rafael Spregelburd), Héctor Cámpora (Carlos Belloso), Jorge Antonio (Lautaro Delgado) y Guillermo Patricio Kelly (Diego Gentile). Sin embargo las fricciones entre personajes tan disímiles apenas rozan la superficie. Esbozadas en el relato, las diferencias de Cooke, el más comprometido con la resistencia dentro del movimeinto vs. Antonio, el empresario dialoguista cercano al aventurero de la cuasi fascista Alianza Libertadora Nacionalista junto a Kelly -al que luego se lo asoció a la CIA y al Mossad- y Cámpora, enfermo y siempre contemporizador, no están debidamente abordadas y es una lástima porque la propia película las plantea. En la lógica de la fuga los presos necesariamente tuvieron que dejar de lado los enfrentamientos por el objetivo común y sí, cualquier semejanza con el presente no es ninguna casualidad. Nota: El sitio del servicio penitenciario de la actual Unidad 15 tiene una apartado en la historia de la cárcel en donde incluso se menciona una fuga pero no registra el escape de los líderes peronistas. UNIDAD XV Unidad XV. Argentina, 2018. Dirección: Martín Desalvo. Intérpretes: Rafael Spregelburd, Lautaro Delgado, Carlos Belloso, Diego Gentile, Mora Recalde, Germán de Silva, Ignacio Rogers, Adrián Fondari. Guión: Francisco Kosterlitz, Martiniano Cardoso. Fotografía: Nicolás Trovato. Edición: Mariana Quiroga. Música: Jorge Chikiar. Distribuidora: Magma Cine. Duración: 104 minutos.
Martín Desalvo sale airoso de un desafío de marca mayor: Una película de época, personajes que de alguna manera representan todas las corrientes del peronismo y que luego cumplirían un destino insospechado, con grandes ecos en la actualidad, polémicas inevitables, realizada con brío, como una película carcelaria, donde todo se percibe intenso y verdadero. Se baso nada menos que de los hechos históricos de la fuga de la unidad 15 de Río Gallegos en l957, cuando cuatro personajes distintos, unidos por la certeza de un pronto fusilamiento de parte de la “revolución libertadora”, responsable de la caída del segundo gobierno de Perón, deciden un destino desesperado y exitoso. Se trata nada menos que de Héctor Cápora, Guillermo Patricio Kelly, John William Cook y Jorge Antonio. La vida en ese penal, las reacciones de cada uno, las discusiones ideológicas y practicas, los arreglos, las reacciones, entretejen una acción interesante y rica con un buen guión de Francisco Kosterlitz y Martiniano Cardozo, con una buena dirección de arte de Rocío Moure y una ritmo enérgico que le escapa a todas las trampas de los films sobre el pasado y su pintoresquismo y esquematización, que suele mostrar a los humanos como “estampitas” de lo histórico. En eso se luce Desalvo y cuenta además con grandes actores que pulieron sus personajes. Lautaro Delgado es un enigmático y práctico Jorge Antonio. Carlos Belloso es Cámpora, quebrantado en su salud, formal y solidario. Rafael Spregelburd es un Cook que tiene grandes dudas y diferencias, y Diego Gentile toca la cuerda exacta de un pragmático y partidario de acciones violentas como su Kelly. Entretenida, interesante.
El mayor hallazgo de esta película es correrse del color político de los personajes que representa para construir un relato sobre la amistad y el trabajo en equipo de personas que tuvieron que dejar de lado sus egos para conseguir su ansiada libertad. Gran trabajo de producción e interpretación.
El director Martín DeSalvoconstruye un sólido relato carcelario sobre un hecho político poco conocido y ocurrido en 1956, transitando con comodidad los resortes dramáticos de una historia que combina suspenso, encierro y traiciones. Los dirigentes Héctor Cámpora -Carlos Belloso-, Jorge Antonio -Lautaro Delgado-, John William Cooke -Rafael Spregelburg- y Guillermo Patricio Kelly -Diego Gentile- son trasladados a la Unidad XV en Río Gallegos en el marco de la Revolución Libertadora y luego del derrocamiento de Perón. Con un registro en blanco y negro que transmite la angustia y palidez de los presos, el filme tiene el acierto de generar tensión e interés al confinar a cuatro hombres disímiles entre sí en sus ideales políticos y unidos para poder escapar de un sistema carcelario corrupto -el director del penal es Germán Da Silva- y de un guardia sin escrúpulos. Entre el deteriorado estado físico de Cámpora hasta el primer intento de fuga de Kelly y la aparición de Esmeralda -Mora Recalde-, la esposa de Jorge Antonio que cumple un rol fundamental en la trama y cuyos bienes fueron expropiados por la Revolución Libertadora, decide dejar la comodidad de su hogar y viaja para ayudar a su marido. Cuatro personajes importantes de la historia peronista intentan sobrevivir al frío del lugar, a las paredes descascaradas, al maltrato y a la comida que reciben como premio, aún sabiendo que su destino es la muerte. En el contraste entre los planos abiertos y el espacio claustrofóbico reside la riqueza de un relato que si bien es de tints políticos nunca deja de lado el cine de género. A la correcta ambientación de época se suman las convincentes actuaciones, entre confesiones, compañerismo y la ayuda menos pensada que potencia el suspenso de la propuesta.
Marzo 18 de 1957, fugan del penal de Río Gallegos seis altos miembros del Movimiento Peronista, presos por la Revolución Libertadora. Se trata de Jorge Antonio Chibene, financista, José Espejo, jefe de la CGT (ellos la organizaron), John William Cooke, jefe izquierdista de la Resistencia, Guillermo Patricio Kelly, jefe de un grupo ultraderechista, (ambos a favor de la lucha armada peronista), Héctor J. Campora, presidente de la Cámara de Diputados, y Pedro Gomis, dirigente petrolero. Todos son bienvenidos en Chile, salvo Kelly, que arrastra cargos por delitos comunes. Para lograr esa "fabulosa piantada", como la definió Perón, fueron precisos el médico del penal, un estanciero residente en la frontera y otros cómplices, un telegrama con falso mensaje de familiar enfermo para alejar por unos días al guardiacárcel más bravo, unos dinerillos para sobornar a los otros (algo así como el equivalente a 40 sueldos mensuales) y la vista gorda de un jefe de unidad. El relato de Martín Desalvo incorpora en papel activo a la esposa del financista, se toma sus permisos, aísla y reduce a cuatro el número de presos: Jorge Antonio, Cooke, Campora y Kelly, como puntas cardinales del variado pensamiento peronista, que el jefe a cargo sintetiza de modo terminante: "¡Son todos chorros!" Elogiables los intérpretes (Delgado, Spregelburd, Belloso y Gentile), la puesta en escena con pocos elementos, la fotografía y los encuadres de Nicolás Trovato, yendo del blanco y negro al color, y la música de Jorge Chikiar. Rodaje en el Centro Boado Garrigós y la excárcel de Caseros.
El director Martín Desalvo vuelve a la pantalla en una realización que según el propio realizador la vuelve vigente aunque la haya comenzado a rodar en la última etapa del tercer gobierno kirchnerista. La película está ambientada en el año 1957, dos años después del golpe militar que la Revolución Libertadora derrocó al presidente Juan Domingo Perón . Exhibe el episodio donde confluyen en un penal de seguridad media en Río Gallegos, provincia de Santa Cruz cuatro presos políticos referentes de distintas caras del peronismo: Jhon W.Cooke, Guillermo Patricio Kelly, Jorge Antonio y Héctor Cámpora. Cooke, interpretado por Rafael Spregelburd, representa al líder del ala izquierda del peronismo, Jorge Antonio a cargo de Lautaro Delgado, empresario político argentino muy unido a Perón; Héctor Cámpora, presidente por 49 días que llevó a cabo la Operación Retorno, en la que el General Perón regresa al país el 17 de noviembre de 1972, interpretado por Carlos Belloso y la personificación de Kelly, perteneciente a la Alianza Libertadora Nacionalista a cargo de Diego Gentile. De Salvo logró convertir el hecho histórico de una fuga, ya que corrían riesgo sino lo hacían, de que los ejecutaran, en una realización fílmica donde expone varias capas de atracción: por un lado el plan de escape y concreción, y por el otro las desavenencias dentro del propio movimiento del partido peronista que quedan a la luz en el penal. Antonio que no duda en corromperse para obtener beneficios en la cárcel, Cooke que mantiene sus ideales a costa de sufrimiento como político y pensador de la izquierda peronista, Kelly que desde su ingreso busca la forma de escapar, como única manera de sobrevivir y Cámpora, que pese a las torturas sufridas en su privación ilegítima de la libertad muestra la cara más humanista ante los acontecimientos donde su salud no le jugaba una buena pasada, en una lograda composición de physique du rol y actuación por Belloso. En un 2018 de cara a las elecciones del 2019 donde ya se va delineando de a poco el tablero político de la oposición, en la que una mayoría peronista apuesta a ir unida como única manera de derrotar la ola amarilla, aparece un Partido Justicialista Federal que no es más que funcional al gobierno de turno. Por eso la realización de Desalvo muestra la grieta más feroz sobre qué clase de peronismo queremos, en el caso que lleguen a ganar, que nos gobierne en el próximo mandato presidencial constitucional. Puntaje: 8
Corre el año 1955 y la llamada Revolución Libertadora usurpó el poder. El presidente constitucional Juan Domingo Perón es derrocado, su partido proscripto y sus dirigentes encarcelados. En ese contexto es que llegan a la Unidad XV del penal de Río Gallegos cuatro presos políticos, cada uno de una vertiente del movimiento –algunas diametralmente opuestas-. Basada en hechos reales, la película de Martín Desalvo (El padre de mis hijos) pone el foco en la vida en prisión de estos cuatro hombres bien diferentes y en su eventual comunión para lograr la fuga, que se promete cinematográfica pero lejos está de alcanzar ese status.
No es una película carcelaria en el sentido más estricto del término, porque Unidad XV prefiere centrarse en gran parte de su metraje en las relaciones entre cuatro dirigentes peronistas, allí apresados, que en la problemática interna. Basada en hechos reales, el nuevo filme de Martín Desalvo (Las mantenidas sin sueño) trata de confrontarlos. Está más que latente el deseo de fuga del Penal de Río Gallegos (Santa Cruz), por 1957, de Héctor Cámpora (Carlos Belloso), Jorge Antonio (Lautaro Delgado), John William Cooke (Rafael Spregelburd) y Guillermo Patricio Kelly (Diego Gentile). Con ideologías distintas, siempre dentro del amplio -amplísimo- paraguas que les dio el peronismo, durante y después de la segunda presidencia tras el derrocamiento por la llamada Revolución Libertadora, los cuatro presos políticos entienden que deben dejar de lado las diferencias internas para lograr un objetivo mayor: el escape. Metáfora política, o no, Unidad XV funciona meced a las interpretaciones, a un trabajo de dirección artística que se ajusta a lo que se ve -las acciones transcurren casi siempre en el penal, con esporádicas tomas en exteriores o el interior de la casa de Antonio- y a una dirección de fotografía de Nicolás Trovato bien calibrada.
FUGA REAL Luego del derrocamiento del General Perón en 1955, un grupo de cuatro dirigentes del mismo partido, pero de distintas fracciones, son llevados a un penal de Rio Gallegos. Ante la inminente posibilidad de que sean fusilados, planean una fuga. Unidad XV aborda este hecho histórico, centrando su narración en esos cuatro protagonistas, que fueron personajes bastante emblemáticos de la historia argentina del Siglo XX: Guillermo Patricio Kelly (Diego Gentile), Jorge Antonio (Lautaro Delgado), John William Cooke (Rafael Spregelburd) y Héctor Cámpora (Carlos Belloso). La película de Martín Desalvo parece estar hecha con poco presupuesto, lo que incrementa el mérito porque la recreación de época es lograda y las pocas locaciones, más algunos secundarios, le dan solidez a un relato que de por sí es interesante y muy cinematográfico. Los cuatro actores están muy bien en las interpretaciones de los personajes, pero también podemos sumar a Mora Recalde como la mujer de Jorge Antonio, Germán De Silva como el jefe de la cárcel y a German Fondari como el jefe de los guardiacárceles. Es cierto que en algunos momentos la bajada de línea se vuelve algo explícita en los parlamentos de los personajes: por ejemplo, en la escena de Cámpora junto con el guardiácarcel. Del mismo modo, de a ratos se trata de forma caricaturesca alguno de los personajes (Antonio y Kelly), pero esto último le juega a favor logrando algunos pasajes de comedia en un relato más bien denso por las situaciones que viven. La música comienza en un registro que parece no encajar con lo que vemos (está cercana a una banda de sonido de película italiana de explotación), pero a medida que la película avanza y se planifica la fuga, entra de manera perfecta. De ahí que, con sus vaivenes, Unidad XV es un film que, sin alcanzar grandes alturas, consigue llevar a buen puerto un relato que funciona como retrato de una época pero también como exponente genérico.
La trama se encuentra basada en hechos reales sucedidos en 1956. Cuenta con las destacadas actuaciones de Diego Gentile (Guillermo Patricio Kelly); Rafael Spregelburd (John W. Cooke), Carlos Belloso (Héctor J. Cámpora) y Lautaro Delgado (Jorge Antonio), dentro de los roles secundarios: Mora Recalde (interpreta a la esposa de Jorge Antonio, una pieza fundamental para el desenlace), Ignacio Rogers (un soldado sensible), Adrián Fondari (el cruel carcelero), Germán de Silva (director del penal, le falta rudeza), son muy importantes en su desarrollo y están geniales. Su desarrollo se centra principalmente en estos cuatro presos políticos que tienen que aprender a convivir con sus diferencias y conseguir su objetivo, bajo un clima inhóspito y las reglas carcelarias. Estos presos viven con la incertidumbre pensando que van a resolver las autoridades de turno, para ello mantiene la tensión y la intriga, aunque resulta intimista y con algunas pinceladas de humor. Tiene todos los toques de un thriller carcelario, también algo de western, además es dinámica y la ambientación de época está muy bien lograda, la fotografía de Nicolás Trovato le da dramatismo, emoción y matiza. Un film digno de ver y que nos da la posibilidad de hacer un repaso por nuestra historia reciente sin banderías políticas. Si se quiere sirve también para buscar más datos y pensar.
Protagonizada por Rafael Spregelburd, Carlos Belloso, Lautaro Delgado y Diego Gentile, llega a los cines Unidad XV, un thriller carcelario dirigido por Martín Desalvo (Las mantenidas sin sueños). La historia se sitúa en 1957, época donde el movimiento peronista había sido declarado ilegal tras el golpe de Estado de 1955 que derroca el gobierno constitucional de Juan Domingo Perón. Los dirigentes John William Cooke (Rafael Spregelburd), Guillermo Patricio Kelly (Diego Gentile), Héctor Cámpora (Carlos Belloso) y Jorge Antonio (Lautaro Delgado) son trasladados a la Unidad XV ubicada en Río Gallegos, un lugar inhóspito tanto por las condiciones climáticas, como por el trato por parte de sus guardias. Basada en un hecho real, Unidad XV cuenta la historia de cómo estos peronistas tuvieron que dejar sus diferencias -sobre todo ideológicas- de lado para unir fuerzas e intentar darse a la fuga. Es que los cuatro están completamente de acuerdo en algo: saben que si intentan fugarse de manera impulsiva serán fusilados de inmediato, pero también que si continúan más tiempo allí, los guardias encontrarán una excusa para aniquilarlos. Si bien la película es un thriller carcelario, y su eje está puesto en la fuga de estos prisioneros, Martín Desalvo pone en foco el desarrollo de cada personaje. Los cuatro son igual de importantes para la trama, ninguno resalta sobre el otro. Cada uno tiene su momento clave, en donde se logran entender las motivaciones y el accionar de cada uno. El director se toma el tiempo necesario para mostrar la personalidad de todos ellos (y así dejar en claro las diferencias ideológicas, algo que los complica a la hora de idear el plan para huir). Uno de los puntos que más ayuda a recrear la época en la que se sitúa Unidad XV es la fotografía, la cual está a cargo de Nicolás Trovato. La paleta elegida, donde predominan los colores apagados y una textura no saturada, no sólo realza la ambientación en general, sino que también es clave para remarcar el clima inhóspito que predomina a lo largo de toda la película (clima tanto literal por las bajas temperaturas, como metafórico por el peligro que conlleva estar ahí). Pese a ser una película de género, con eje en el thriller carcelario, Unidad XV no deja de lado su costado político. La película, basada en un acontecimiento real, refleja la realidad que predominaba en aquella época y que continúa vigente hasta la fecha: personas presas por el mero hecho de apoyar una idea diferente a la del gobierno de turno.
El frío y el viento azota al sur argentino, más precisamente en la ciudad de Río Gallegos. Un logar, mucho más inhóspito de lo que es en la actualidad. Hacia allí, a un Penal de seguridad media, fueron trasladados cuatro referentes peronistas pese a que no compartían la misma ideología de cómo hacer política, sí los aunaba el fanatismo y la admiración hacia el General. Y ese fue su mayor castigo. Martín Desalvo recrea un momento histórico ocurrido en los tiempos posteriores al derrocamiento de Perón, cuando asumió el poder un gobierno militar escudado bajo el lema de la Revolución Libertadora. Cuando John William Cooke (Rafael Spregelburd), Jorge Antonio (Lautaro Delgado), Guillermo Patricio Kelly (Diego Gentile) y Héctor J. Cámpora (Carlos Belloso) ingresaron a la cárcel tuvieron muy en claro que sino se escapaban iban a ser fusilados. La película retrata los días que ellos pasaron en prisión, priorizando más la relación y la necesidad forzosa de aceptarse como compañeros para que, de esa manera, tener una mejor oportunidad de fugarse de allí. Filmada en su mayor parte en interiores, con escasos momentos al aire libre, ambientada ajustadamente gracias al vestuario, vehículos, modismos en los diálogos, etc, utilizando en forma exagerada música incidental, para resaltar algunas escenas claves de la narración, conforman una realización bien elaborada desde el equipo de producción. El relato desde el comienzo tiene un final claro. Lo interesante es ver, desde adentro, como se gestó la planificación de la fuga. Por ese motivo, cinematográficamente hablando, la historia es chiquita como para que tenga la duración que tiene. Los protagonistas estaban proscriptos, como tantos otros peronistas, en aquellos tiempos. Pero como no estaban de acuerdo con lo sucedido decidieron torcer el destino y guiarse por sus sensaciones, que eran muy pesimistas, para liberarse gracias a la colaboración y complicidad de otras personas interesadas en ellos.
Dirigentes peronistas detenidos en el Penal 15 de Río Gallegos, ofrecen una singular lección de historia en esta recreación de un hecho real. (Por Patricia Chaina. (Especial para Motor Económico)) De las anécdotas que construyen la grandeza del peronismo quizá las más interesantes sean las menos conocidas. Muchas de ellas, por la magnificencia que ostentan aún sin proponérselo, se convierten en estandarte, en emblema. Son situaciones “de película”. La fuga del Penal 15 de Río Gallegos en 1957, es uno de esos momentos, épicos. Traslado al cine por Martin Desalvo, el acontecimiento que cimentó una leyenda se ofrece no solo como una postal de época, en una ficción dominada por los criterios del suspenso carcelario como género. Permite una relectura del peronismo como movimiento político y de su dimensión histórica, ampulosa, desbordante, ecléctica. A ese fin del mundo que bien retrata la película, un páramo árido y frío en el desierto patagónico, fue confinado un grupo de dirigentes cuando la Revolución Conservadora arrasa con el país construido por el peronismo. Con Perón en el exilio, la Patria y la vida de estos dirigentes corren peligro. Desalvo elige reducir el grupo a los diputados Héctor Cámpora y John William Cooke, al ultraderechista Guillermo Patricio Kelly y al financista Jorge Antonio Chibene. Aunque en la realidad José Espejo, dirigente de la CGT, y el petrolero Pedro Gomis completaban el cuadro. La película logra una versión ágil y entretenida de esta proeza ya bautizada por la prensa de su época como “una fuga de película”, que permitió a los prófugos atravesar la frontera, llegar a Chile y salvar sus vidas. Pero aún cuando el espectador conozca la historia, el filme se sostiene de principio a fin con un alto nivel de tensión y suspenso. Es una de sus virtudes. Y la trama que maniobra entre el ambiente carcelario, muy realista y la actitud de los personajes, guiados por motivaciones personales y políticas que se convertirán en líneas doctrinarias, muy definidas y diferentes, dentro de ese arco político. Desalvo dirige un elenco sólido donde el peso actoral de cada uno suma densidad al relato: Campora es interpretado por Carlos Belloso; Kelly por Diego Gentile; Jorge Antonio por Lautaro Delgado; y Cooke por el actor y también dramaturgo Rafael Spregelburd. Cada uno asume su personaje con solvencia. Los contrapuntos del guion ofrecen diálogos intensos. Y las actuaciones responden a la propuesta construida sobre un moderno andamiaje técnico: luz y sonido en ajustada sintonía y una puesta de cámaras que falsea los encuadres tradicionales y lleva al espectador a la reflexión. Parece volver a decir: ‘Esto es ficción, pero fue real’. Ese sentido de realidad entrando en cuadro, habita el espíritu del filme. El afuera ingresa en forma recurrente y convierte la anécdota en metáfora de la realidad. No solo por una mala costumbre histórica en nuestro país, donde los dirigentes opositores, peronistas en general, son detenidos cada vez que hay un régimen conservador en el poder, sino porque en las últimas secuencias de la película, donde solo el criterio de unidad permite pensar en la posibilidad de concretar la fuga, no es posible dejar de pensar en 2019, y en lo que vendrá. Unida XV afiche.png Ficha: Título original: UNIDAD XV / País: Argentina / Año: 2018 / Director: Martín Desalvo / Elenco: Lautaro Delgado, Rafael Spregelburd, Diego Gentile y Carlos Belloso / Guión: Francisco Kosterlitz y Martiniano Cardoso / Fotografía: Nicolás Trovato / Diseño de sonido: Flávio Nogueira / Música: Jorge Chikiar / Duración en minutos: 104 M. Chaina
La Revolución Libertadora de 1955 hizo estragos. Tener militancia y convicciones por las causas populares era penado por el gobierno. Martín Desalvo tomó un hecho histórico para reflejar el salvajismo de los militares hacia la clase política. El filme hace foco en el derrotero de Héctor Cámpora (Belloso), Jorge Antonio (Delgado), John William Cooke (Spregelburd) y Guillermo Patricio Kelly (Gentile), quienes fueron confinados a la desolada y fría Unidad XV en Río Gallegos simplemente por pensar distinto. Allí se encontrarán con un oficial tirano (Fondari), un jefe de unidad inoperante (De Silva) y un joven policía (Rogers), quien será una pieza fundamental en esta trama en la cual, para quienes no conocen la historia real, conviene no spoilear información. Los cuatro reclusos tienen ideales políticos distintos pero deberán buscar coincidencias en la desgracia para aunar voluntades en pos de un objetivo inmediato: fugarse del penal o de lo contrario serán fusilados. Desalvo propone una estética casi teatral y evita el subrayado en lo obviamente rechazable que es el gobierno militar para poner la cámara en la solidaridad y las miserias humanas. El uso del color es clave, no sólo en la mayor parte del filme sino también en el final. Para echar una mirada a la historia y la memoria.
La historia política argentina del último siglo ha sido transitada por una serie de films que han nutrido el panorama audiovisual nacional, dentro de las cuales destaca “Rojo” (de Benjamín Naishtat) como su exponente reciente más logrado. Siguiendo la mencionada tendencia, aunque destacando un contexto histórico diverso, “Unidad XV” recrea uno conocido episodio de encarcelamiento que sufrieran dirigentes peronistas durante la dictadura ejercida por el gobierno que derrocara a Juan Domingo Perón durante su segunda presidencia, en 1955. Bajo el golpe de estado dado en llamar ‘La Revolución Libertadora’ se persiguió a afiliados al peronismo, encerrándolos bajo extremas condiciones. Bajo la mencionada coyuntura, la película relata las vivencias de un grupo de renombrados dirigentes vinculados a Perón, entre los que se encuentra Héctor Cámpora (Carlos Belloso), John William Cooke (Rafael Spregelburd), Jorge Antonio (Lautaro Delgado) y Guillermo Patricio Kelly (Diego Gentile), quienes fueron recluidos en la prisión de Rio Gallegos, a la espera de una orden de fusilamiento. Cuando pertenecer a dicho bando político o poseer vinculaciones al mismo era ilegal, el cuarteto protagonista se verá enfrentando a un panorama por demás complicado y sufriendo en carne propia el rigor del aislamiento. Ante tal panorama, se hace imprescindible escapar de allí, planear una huida. Con ciertas similitudes al thriller político “Crónica de una fuga”, dirigido por Adrián Caetano en 2006, Desalvo nos muestra cuatro personajes bien diferenciados en sus personalidades e interpretados de forma inmejorable por un elenco de lujo. Los reclusos que comparten ideales políticos son encarcelados por sus ideas y parecen tener en común un único objetivo: escapar a una muerte segura que les espera como destino. Estéticamente muy cuidada, “Unidad XV” se vale de una gran reconstrucción de época, para recrear la antigua prisión construida sobre el ex penal de Caseros. Por otro lado, la fotografía de Nicolás Trovato aporta el matiz necesario para generar la atmósfera adecuada. La sequedad que transmiten los paisajes nos transporta a la lejana y ventosa locación del sur, en donde el film se transforma en un relato de supervivencia ante el intimidante poder militar, no sin las cuotas de gracia que provee la forzada convivencia bajo privación de la libertad. La historia se desarrolla –mayormente- contenida dentro del espacio geográfico carcelario. Allí es donde el director muestra un sobrado manejo de los tiempos para potenciar esa inercia narrativa. Poco a poco, vamos conociendo acerca de sus ideas políticas en detalle y también de las flaquezas que exhibe cada uno. Allí el relato adquiere un tono intimista, poniendo el acento sobre las relaciones humanas. Es interesante, en este sentido, el acercamiento que hace Desalvo a los protagonistas de su historia: humaniza a sus personajes mostrando sus debilidades bajo condiciones extremas, no obstante no llega a demonizar a sus antagonistas. El autor concibe, entonces, un minucioso estudio de los caracteres masculinos que dan vida a esta épica de escape, para lo cual el personaje de Mora Recalde cumplirá un rol fundamental. “Unidad XV” consolida su propuesta erigiéndose como un film de notable factura, plagado de simbolismos que desnudan traiciones y lealtades de ambos mandos, proveyendo diversos niveles de análisis sociopolíticos. El notable director de “Las mantenidas sin sueños” retrata un episodio que esboza la realidad violenta y antagónica que vivió Argentina durante su último siglo de vida político, sísmico e intolerante. Un reflejo tristemente actual de este terremoto político que está reverberando en nuestra actualidad.