Casi Leyendas Gabriel Nesci es un nostálgico, y en esta oportunidad apela justamente a ese sentimiento para armar el guion de un filme en donde la música (recurrente en su obra), la amistad y el tiempo configuran el engranaje para que la comedia funcione a la perfección. Tres amigos se reencuentran luego de mucho tiempo y reflotan un proyecto musical llamado “Autoreverse” como excusa para comprender que esa banda que tenían era mucho más que un hobbie. El trío protagónico (Diego Torres, Santiago Segura, Diego Peretti) se sacan chispas, aprovechando el divertido material que Nesci les ofrece. Cada personaje posee una característica que lo diferenciará del resto, y que, en el reencuentro, estará el germen para potenciar una comedia que emociona y entretiene por partes iguales.
Casi Leyendas: Amigos serán Amigos. La amistad, los sueños y las segundas oportunidades. Tópicos que se reúnen para en esta comedia con tintes de esperanza vintage. Cuando Beatrix Kiddo (Uma Thurman) le cuenta a Bill (David Carradine) quien es su prometido en Kill-Bill Vol. 2 (2004) le dice “Es un fan de la música”, a lo que el asesino y ex de La Novia le reponde: “¿No lo somos todos?”. El realizador Gabriel Nesci entiende a la perfección esta postura y tanto en su ópera prima Días de Vinilo (2012) como en Casi Leyendas (2017) la música juega un papel preponderante en la vida de sus personajes, pero también en la de todo ser humano; ya que es la que de alguna manera, nos conecta a momentos y sentimientos. Axel (Santiago Segura) es un tipo anclado en un pasado que pudo ser y no fue. Agobiado por su situación personal (su padre está como un vegetal en un geriátrico) y la falta de amigos gracias a su personalidad bastante peculiar, decide poner en marcha un plan descabellado: unir a la banda que supo tener con sus dos amigos argentinos luego de 25 años de inacción por un misterioso hecho que desencadenó su separación y posterior huida a su país natal, España. Los días de gloria musical de los amigos de Axel también quedaron atrás y sus presentes no son muy alentadores: Javier (Diego Peretti) es un profesor de secundaria que vive en un estado de depresión crónica por la muerte de su esposa, hecho que lo aleja peligrosamente de su hijo adolescente y hace de su vida un desastre del que su casa es el fiel reflejo. Lucas (Diego Torres) es un abogado exitoso, y al parecer el único de los tres que le va bien, pero un exceso de ego y falta de empatía con la vida lo llevan a perder el trabajo de la noche a la mañana y a que su vida se desmorone por completo. Axel llega a la vida de los otros dos no en un buen momento con la intención de reflotar su banda de música para un concierto de viejas luminarias de los 90’s organizado por una famosa emisora de radio, lo que no saben es a medida que vayan reflotando sus éxitos pasados también sus fantasmas volverán para acecharlos, tanto los personales como algún que otro “enemigo” que disfruta de ese éxito que ellos pudieron pero no supieron tener. El film se mueve entre la comedia y el drama, apoyado por una gran banda sonora escrita por el mismo Nesci que nos devuelve a una época no tan idealizada como los 80’s pero que aún queda en nuestra memoria. Los temas de la banda ficticia “Autoreverse” suenan con es melodía que inevitablemente nos hace mover el pie, aún sin haberlos conocido antes, pero es que tienen ese espíritu de la juventud y es un gran logro del director. Canciones pegadizas y hits instantáneos. El trío protagónico conformado por Peretti, Torre y Segura es increíble y se nota una gran química desde el comienzo, aunque desde la primer escena el director nos hace notar quien será el protagonista de la película: Santiago Segura. Y es que el actor ibérico está tan enamorado de nuestras tierras como nosotros de él y caímos rendidos a sus pies y a su actuación, de ese Axel que es un niño en un cuerpo grande; tan naif como determinado en su búsqueda de la gloria. Pero no de la gloria musical, sino de la gloria de la época. Una época más idealizada, donde la amistad y las relaciones eran atravesadas por el hilo conductor de una canción. La amistad, los sueños, los amores perdidos y encontrados, y sobre todo las segundas oportunidades son el motor de este film que no debe pasar desapercibido. Un film que nos invita a reflexionar sobre el verdadero valor de los afectos en un mundo cada vez mas materialista.
Casi Leyendas: Música noventera y risas con acento español. Un grupo de desconocidos deciden reunir la banda que supieron formar en principios de los ’90, y que en su momento gozó de un relativo éxito. Comedia, música y amistad son los temas que ofrece el nuevo trabajo del director de Todos Contra Juan y Días de Vinilo. Después del éxito que fue Todos Contra Juan, el director y guionista Gabriel Nesci no tardó mucho en pasarse a la pantalla grande. Dos años luego de la conclusión de la miniserie llegó a las salas su debut en el cine: Días de Vinilo. Lo que sí se hizo esperar fue este último proyecto: 5 años tuvieron que pasar para que esta comedia musical, cuándo no al tratarse de Nesci, llegara a estrenarse. Bastante tiempo, él lo sabrá mejor que nadie, pero esperemos que la espera haya valido la pena. El concepto es simple y emocional: la reunión con amistades pasadas en pos de, no sólo recuperar algo de ese tiempo pasado que tan feliz uno recuerda, sino también mejorar la actualidad de uno en consecuencia. “Todo tiempo pasado fue mejor” es solamente un decir, pero quizás guarde más que un poco de verdad, teniendo en cuenta cómo empiezan la historia nuestros protagonistas. Mucho pseudo-Soda Stereo, mucho brit-pop y bastante “movida sónica” puede esperar a los que vayan a las salas de nuestro país a disfrutar de esta cinta. Sin dudas, la sinopsis resulta atrayente para un nostálgico, pero realmente el principal atractivo de la peli es su tremendo elenco, así que vayamos directo al grano: uno claramente esperaría entrar a ver cómo Diego Torres trata de estar a la altura de los demás. Pero termina siendo Diego Peretti quien es el eslabón débil de la cadena. El personaje de Torres se basa en un 90% en el carisma, que el cantautor tiene a creces, y no termina disminuyendo la gracia de ninguna escena de la que forma parte. Sin quitarle crédito a Diego, tenemos que decir que en casos como este lo más probable es que, al profesionalismo y trabajo del músico que le toca actuar, se le sumen una gran labor desde el guión y, especialmente, de la dirección para no dejarlo desprotegido y concentrarse en utilizar sus puntos fuertes. Por el contrario, Peretti ya es un actor consagradísimo y de amplia trayectoria, pero termina siendo casi siempre el menos gracioso de las escenas de humor, y no llegando a fortalecer especialmente las escenas más dramáticas y serias. Esta lejos de haber hecho una mal labor, pero por expectativas y tiempo en pantalla, termina siendo claramente el que más desentona. Pero la película no está armada para erguirse en los hombros de ninguno de los dos Diegos, sino que es la estrella de Torrente quien se pone el proyecto al hombro. Santiago Segura es el único que parece no depender de si su diálogo es realmente gracioso en sí o no, él lo hace gracioso. Y, sorpresivamente, también logra hacer un buen papel en los momentos más dramáticos de su participación. Lo más lamentable es que Florencia Bertotti tenga tan escasa participación; Bertotti es quizás la única junto a Segura que le da a las palabras en el guión alguna otra cualidad más de las que ya tiene el diálogo de por sí, sin dudas terminamos deseando que hubiese tenido más tiempo en pantalla e impacto en la película. Uno de los puntos fuertes, así como atractivos para la audiencia, es la música; Compuesta por el mismo director, es muy disfrutable y logra llevarlo a uno a esa época musical de principios de los ’90. La nostalgia que inspira es más que apropiada para las temáticas y el mensaje que el proyecto decide abordar. Es la música y el personaje de Segura los que conspiran juntos para terminar redondeando una satisfactoria historia, acaso diezmada hacia su final por la insistencia de atenerse a una clara fórmula. Fórmula que un subpar montaje no logra ocultar. Recomendado especialmente para fanáticos del trabajo del actor español, pero también para cualquiera que quiera pasar un buen rato mientras apoya no solo al cine nacional sino también al trabajo de un director que sabe lo que quiere, y que suele contar historias que logran conectar con mucha gente mediante su mezcla de comedia y música.
"Casi Leyendas" instala la mirada melancólica y el humor sobre las vidas de un trío de amigos, ex- integrantes de una banda musical, que intenta volver y alcanzar la fama. Evidentemente, las historias sobre amigos, retratadas con tono nostálgicos y humor, son las favoritas de Gabriel Nesci, el realizador de la serie Todos contra Juan y del largometraje Días de Vinilo. En Casi Leyendas reaparece esa mirada melancólica sobre un pasado glorioso que no vuelve y un presente caótico que parece no tener soluciones fáciles. Su nuevo trabajo reúne a Axel -Santiago Segura-, Javier -Diego Peretti- y Lucas -Diego Torres-, tres amigos que han estado distanciados y después de más de veinte, se ven obligados a volver a formar la banda musical "Auto Reverse", que estuvo a punto de alcanzar la fama. Axel, un psicòtico galopante, regresará desde España dejando a un padre enfermo en un geriátrico, para localizar a sus ex compañeros, a quienes la vida tampoco parece sonreírles: Javier es un profesor de secundaria que no logra ordenar su vida y, mucho menos, la de su hijo adolescente; y Lucas, un abogado altanero, acusado de desviar fondos de la empresa y que es, finalmente, despedido de su trabajo. Casi Leyendas juega con las diferencias existenciales de cada uno de los personajes y la unión para concretar sueños postergados, desplegando una galería de buenos roles secundarios que refuerzan la trama central: Claudia Fontán, la amiga que ahora está en silla de ruedas; Rafael Spregelburd, con su alocado agente de policía; Arturo Bonín, el abuelo preocupado por el futuro de su nieto, Fernán Mirás, el amigo "chanta" de Lucas, y Florencia Bertotti, la ex-fan del grupo, convertida ahora en madre de una hija que da que hablar en la película. Santiago Segura construye el personaje más logrado del film, con una actuación que lo despega de sus anteriores trabajos -desde El día de la bestia hasta la saga Torrente-. Sus miradas, comportamientos y manera de caminar encienden la gracia dentro de un relato que también ofrece su mirada piadosa. La necesidad de afecto, la soledad, los diálogos graciosos que hacen referencias a películas populares, hasta cassettes, cintas VHS y un muñeco de E.T, acompañados de una atmósfera musical retro, suman puntos en medio de un programa radial que promete "el regreso a la gloria", en un manifiesto choque de egos y fama fugaz. Casi Leyendas cumple su cometido con un guión afilado y efectivo.
Recuerdos del rock Casi Leyendas (2017), el nuevo film del realizador argentino Gabriel Nesci, es una coproducción argentino-española que retoma las mismas obsesiones sobre la música, los sueños olvidados, los amores de juventud y las oportunidades perdidas que también marcaron el relato de su primer opus, Días de Vinilo (2012). La acción comienza cuando Axel (Santiago Segura), un experto en sistemas con problemas de comunicación y socialización, regresa de Madrid a Buenos Aires cuando descubre, gracias a una señal de su padre convaleciente, un concurso de una radio para conmemorar sus veinticinco años. Ese mismo año, 1992 marca también casualmente el abandono de los sueños musicales de Axel cuando regresó a España para cuidar de su padre. En Argentina, Axel se reencuentra con sus compañeros de Auto Reverse, la banda de su adolescencia: Javier (Diego Peretti), el bajista, cantante y compositor de letras, y Lucas (Diego Torres) el baterista, que en un principio critican la idea de participar en el concurso y regresar a los ensayos, pero la insistencia del español y los problemas personales de ambos los convencen de sumarse al regreso de la mítica banda que nunca llegó a consagrarse. Nesci construye así una cálida historia sobre los sueños de la generación amante del rock que tuvo su adolescencia y juventud en los noventa. La ilusión de la banda mítica, la consagración, el club de fans y todo el contexto que emanaba del rock antes de la masificación de internet y el cambio de paradigma empresarial y tecnológico digital son algunos de los temas que aborda Casi Leyendas, un film que utiliza los clichés del rock y la retromanía para crear un ambiente tan nostálgico como actual. Con gran perspicacia, el realizador coloca en primer plano una cuestión preocupante de la sociedad argentina: el contraste entre la realidad y los sueños en una clase media que se hunde en la apatía, el cinismo y la decepción. Axel se podría considerar un trabajador con un buen pasar, pero su vida personal es patética y quedó suspendida en el momento en que abandonó la banda. Javier es un triste docente de biología sumido en la decadencia del sistema de educación disciplinario, recientemente viudo e incapaz de afrontar la muerte de su esposa y poner orden en su vida. Lucas, a su vez, es un exitoso abogado que no le quiere firmar el divorcio a su esposa, con una vida social signada por el cinismo, despedido de la firma en la que trabaja por defraudación, lo que lo coloca a un paso de la cárcel. En los tres casos, el fracaso musical destruyó sus sueños, dejándolos ante la dura realidad del trabajo profesional en la era del neoliberalismo salvaje y la frustración endémica Para crear esta historia de sueños recuperados, Casi Leyendas se nutre de un gran elenco que entrega muy buenas interpretaciones, una gran banda sonora con temas clásicos de músicos consagrados y canciones propias de Nesci interpretadas por la banda ficticia Auto Reverse y un agradable y sensible guión con mucha sátira que genera sonrisas tiernas, cómplices y afables a través de divertidos diálogos y guiños para los nostálgicos que buscan recordar su juventud con anhelo y regocijo. Nesci encuentra de esta manera en los sueños perdidos de la juventud argentina uno de los grandes problemas sociales y lo convierte en una comedia tanto para disfrutar como para analizar el realismo capitalista y su paradigma de la relación entre cultura y vida.
El director de Días de vinilo y Todos contra Juan regresa al universo de la música, la nostalgia, las referencias y los personajes golpeados por la vida en una comedia agridulce y sentimental sobre la reunión de una banda de culto 25 años después de su separación para participar de un concurso radial. Impecable en su confección y moderadamente divertida, la película tiene también algo de déjà vu y por momentos luce demasiado esquemática y previsible. A Axel (Santiago Segura) parece faltarle un tornillo (o más), subsiste manteniendo computadoras por las noches en una oficina de Madrid y vive bajo la sombra de un padre -que está en un geriátrico en un estado poco menos que vegetativo-, a contramano del mundo, incomunicado, en absoluta soledad; Javier (Diego Peretti) es un maestro de biología en un colegio secundario que no ha podido siquiera procesar la prematura muerte de su esposa y, en medio de una depresión crónica, no logra conectar de ninguna manera con su hijo adolescente; Lucas (Diego Torres) es un abogado tan arrogante como corrupto que se queda sin trabajo cuando en su corporación descubren una de sus avivadas. Los tres protagonistas de Casi leyendas no tienen en principio nada en común, pero en verdad comparten un pasado que pudo ser (pero nunca llegó a ser) glorioso como integrantes de un grupo pop de canciones pegadizas llamado Auto Reverse. A partir de un concurso lanzado por una FM porteña para reunir a viejas bandas de los años '90, Axel reaparece en Buenos Aires (de donde había huido justo cuando el éxito parecía posible) con la idea de rearmar el conjunto. Habitual cultor de la nostalgia, las comedias de enredos y el universo musical, el guionista y director Gabriel Nesci abreva en múltiples referencias y antecedentes del subgénero de viejos rockeros, regresos con gloria, guerras de bandas y miserias del ambiente (This is Spinal Tap, Casi famosos, Still Crazy, Purple Rain y Anvil podrían ser algunas) con un producto que, más allá de ciertos tropezones en el desarrollo y cierta sensación de déjà vu, se disfruta bastante. El creador de Días de vinilo y Todos contra Juan optó por Segura como el motor del relato (en un principio el andar, los gestos y la forma de hablar de Axel generan cierta irritación y rechazo, pero con el desarrollo de la trama se convierte en el personaje mejor trabajado y con más matices), mientras que Peretti tiene más posibilidades de lucimiento que el aquí poco convincente Torres. Los personajes secundarios no están mal (Claudia Fontán y Florencia Bertotti son ex groupies con distinta suerte en sus vidas; Fernán Mirás es un abogado chanta y bon vivant; Rafael Spregelburd interpreta a un policía sacado; y Uma Salduende, a una niña de armas tomar y más avispada que los adultos), pero en ningún caso alcanzan un lugar decisivo en la suerte de la película. La sensación que deja Casi leyendas es que está concebida por gente muy profesional, que sabe lo que hace en todos sus rubros y con buenos recursos (salvo la escena en la que se reconstruye una sala de espera de un aeropuerto), pero -como ocurre con la mayoría de las comedias industriales nacionales de los últimos tiempos- también luce demasiado calculada, un poco tironeada entre lo que quiere y lo que se supone debe ser, con una propuesta que termina siendo un poco esquemática, superficial y previsible. Todavía el cine argentino no se permite “descontrolarse” y regalarnos un humor capaz de sorprendernos y descolocarnos del todo. Seguimos esperando...
Gabriel Nesci una vez más regresa con una comedia en donde se priorizan cosas como la amistad, el humor y la música. Esta historia sigue la vida de Alex, un español con algunos problemas tanto físicos como psicológicos, Javier, un profesor de secundaria que aun no puede superar la muerte de su mujer mientras que su hijo adolescente se aleja cada vez mas de él y por último tenemos a Lucas, un abogado engreído y corrupto.Los tres se volverán a unir para revivir un deseo que jamás pudo concretarse, el tener una banda musical. Casi leyendas seguramente se conviertirá en una de las mejores comedias del año y tiene todos los ingredientes necesarios para serlo, quien escribe estas líneas no se lleva nada bien con las comedias, pero esta me sacó varias carcajadas mientras la veía, además de contar con una buena historia. También se debe a Gabriel Nesci, quien es un experimentado dentro del genero ya que nos trajo "Días de vinilo" & "Todos contra Juan", su guion apela a la nostalgia del trío protagónico para darse una nueva oportunidad en la música, cosa que habían dejado atrás en sus años de juventud, pero también se adentran en la personalidad de cada uno de ellos y sus problemas personales. Por el lado de la comedia los chistes son muy graciosos y es imposible huir de las risas, tenía algo de miedo ver a Santiago Segura dentro de la película, ya que su humor en cintas como la saga de "Torrente" es bastante particular y algo incomodo para el público, pero acá es todo lo contrario, logra divertir sin caer en chistes vulgares (bueno, uno o dos chistes hay pero se perdona), Javier es interpretado por Diego Peretti, quizá su papel es el más sentimentalista del film, mientras que el de Lucas, interpretado por Diego Torres pueda resultar el más chocante por su comportamiento arrogante, un trío bastante disparejo pero que logra comprar al espectador. En definitiva "Casi leyendas" es una comedia que logra atrapar al público y sacarle carcajadas durante toda la película, el trío protagónico es de excelencia.
Nunca digas nunca Después de su gran paso por la pantalla chica con Todos contra Juan y su anterior obra Días de vinilo, Gabriel Nesci regresa con Casi leyendas, una comedia que vuelve a adentrarse en el mundo de la música y las amistades que perduran a través del tiempo. Los años no pasan para todos igual, la música tampoco. Esto Gabriel Nesci lo entendió y supo plasmarlo decentemente en Días de vinilo, tomando el combo de música de antaño – viejos amigos para poder darle vida a una historia rendidora. La fórmula se repite aquí: un grupo de amigos, conformado por Axel (Santiago Segura), Javier (Diego Peretti) y Lucas (Diego Torres) se reúne después de más de 20 años sin verse para resucitar una banda de rock que ellos formaban y habían logrado saltar al estrellato en los 90, sin mucho éxito ya que, por contingencias de la vida, deben abandonar la música. Al encontrar paralelismos con grandes bandas como Soda Stereo, Virus, entre otras que tomaron vuelo en la década de los 80 y volvieron a reunirse décadas después, es muy fácil empatizar con este grupo de viejos músicos que se reencuentran después de tantos años, con todo lo que eso significa y con lo que les cuesta amalgamar sus propias vidas con su vieja pasión. El trío es de lo más peculiar: uno es un padre viudo y depresivo que no puede tener una mínima conversación con su hijo adolescente, otro es un abogado exitoso que de la noche a la mañana pierde su trabajo, y el último es un español con síndrome de Asperger cuyo único “amigo” es el enfermero de su padre. A simple vista, la vida es un desastre para este conjunto, y a medida que los conflictos se multiplican, los personajes van evolucionando junto con las canciones que acompañan todo el film. Con un diseño de producción eficiente, un guión correcto y una banda sonora que pide pista por sí sola; Nesci regresa a pleno con una de sus pasiones más grandes, la música funciona tranquilamente como un personaje más dentro de la historia, la combinación entre el drama y el humor se da de muy buena manera, sin caer en golpes bajos ni en chistes fáciles. Las actuaciones también merecen un reconocimiento. Peretti, Torres y Segura conforman un trío de lo más simpático, de vista parecen completamente dispares, pero la química que demuestran en pantalla se transmite y resulta una experiencia muy grata verlos congeniar tan bien. Santiago Segura es, sin duda, el que se lleva los aplausos con su personaje, casi podría decirse que el guía en la historia es él, mientras que los otros dos lo acompañan decentemente. Además, verlo a Diego Torres interpretar el papel de un baterista y correrse del lugar convencional de cantante al que nos tiene tan acostumbrados es un acierto por parte del director, el no caer en el típico cliché de todos los artistas que se interpretan a sí mismos, a no ser que quieran parodiarse, como es el caso de Cae, quien tiene una pequeña pero impecable participación en la película. Podría decirse que Casi leyendas es un tributo a todas esas bandas que resurgieron después de mucho tiempo, pero nos estaría faltando hacerle justicia a su banda sonora tan original que, por cierto, no sería nada raro que busque su lugar en las disquerías.
¿Quién, en su adolescencia, no soñó con tener o pertenecer a una banda? Casi Leyendas, el nuevo film de Gabriel Nesci (Días de Vinilo, Todos Contra Juan), tiene mucho que ver con ese sueño de juventud. Axel (Santiago Segura) es un español con -serios- problemas de interacción social, pero muy perseverante y tenaz. Dichas características lo impulsan a regresar a Buenos Aires para reencontrarse con Lucas (Diego Torres) y Javier (Diego Peretti), sus antiguos compañeros. El deseo del español es claro: volver a formar Auto Reverse, la banda que solían tener -y que se disolvió por incovenientes personales de Axel- y presentarse en un concurso musical organizado por una FM. Pero el reencuentro no se da de la mejor manera ya que tanto Javier como Lucas, atraviesan momentos díficiles. El primero es un profesor de biología que recientemente quedó viudo y que junto a su hijo, intenta -sin demasiados éxitos- retomar su vida. El segundo es un abogado arrogante y bastante chanta, que repentinamente pierde su trabajo. A priori ambos se muestran reticentes ante el pedido de Axel, pero finalmente aceptan el desafío de retomar el proyecto. En el proceso de preparación se cruzan con antiguas seguidoras, con la banda que detestan y por sobre todas las cosas, revelan el verdadero motivo por el cual hace 25 años, su recital quedó trunco. Nesci construye un relato que oscila entre lo cómico y lo melancólico dentro de un universo musical y personal plagado de referencias de rock – la mayoría bastante obvias e insulsas-, mientras nos introduce en el verdadero relato dentro del film; el de los sueños frustrados, la ausencia de gloria y sobre todo, la nostalgia por lo que no pudo ser. Además cuenta con un guión bien desarrollado desde lo narrativo, aunque con demasiados clichés y chistes obvios pasados de moda sobre lo que el rock, o los músicos de rock deberían ser, cayendo así, una y otra vez en lugares comunes. En cuanto a las actuaciones, si bien Casi Leyendas tiene un buen elenco general, sólo se destacan las interpretaciones de Santiago Segura -la gran estrella y motor cómico de la película- y en menor medida, la de Diego Peretti, de Diego Torres mejor no hablar… Más allá de eso, Casi Leyendas, presentada como comedia dramática cumple su cometido de entretener y hacer reír, además de brindar una mirada nostálgica al pasado, a la adolescencia y fortalecer la idea de que no hay edad para cumplir sueños, mientras estos se deseen verdaderamente.
Con Días de vinilo, Gabriel Nesci demostró que además de la televisión (Todos contra Juan), el cine le sentaba muy bien. En Casi leyendas confirma y reafirma su capacidad para contar historias que emocionan y divierten, al mismo tiempo que se las siente muy cercanas. En Casi leyendas, Nesci repite temáticas: la amistad masculina, la nostalgia, el amor por la música, la dificultad para afrontar la adultez, los sueños postergados y la relación que uno arma con el pasado. Axel es un español que pasa el día de su cumpleaños solo, no lo reconocen en el lugar de trabajo que mantiene desde hace años, no tiene amigos y su único familiar, su padre, está internado en un asilo donde intenta entablar, a la fuerza, una amistad con el cuidador. Su vida rutinaria no lo conforma pero no siente que tenga que hacer algo para cambiarlo hasta que el pasado golpea a su puerta. De repente, su única salida es la posibilidad de reunirse con la banda de rock que tenía de joven y participar de un concurso que podría volver a ponerlos en escena. Para eso, vuelve a Buenos Aires y decide reunir a sus otros dos compañeros, ya alejados entre sí, con vidas distintas. Si a Axel no le termina costando tanto, más allá de las primeras negaciones, juntarlos y convencerlos de revivir ese pasado que parecía tan pisado, es porque ninguno de los otros dos se encuentran con una vida armada y resuelta, sino que ambos pasan por momentos difíciles. A Javier (Diego Peretti) se le acaba de morir la mujer y tiene un hijo al que no entiende, quizás porque no lo escucha ni ve demasiado, y a quien apenas puede cuidar si no puede cuidarse él mismo. Lucas (Diego Torres), un abogado corrupto, arrogante y mujeriego, de repente ve su vida y su carrera caerse en pedazos por medio de una traición en su lugar de trabajo que lo complica y podría llevarlo a la cárcel, al mismo tiempo que su mujer sigue insistiendo para que le firme el divorcio al que se niega pero que no le impide estar con cuanta mujer joven y atractiva se cruce en su camino. Reunir Auto Reverse (esta banda ficticia) es también reunirse con un pasado, con mujeres que quedaron en el camino, con sueños frustrados pero también con esa amistad que en principio parece forzada y sin otra razón que ser que el buen funcionamiento como grupo, pero sobre todo con el amor por la música. Mientras Axel es el motor del film y de la banda, el profesor deprimido al que interpreta Peretti de repente se encuentra con una razón de ser, cambia su actitud y entonces cambia el modo que alumnos y compañeros, y eventualmente su hijo, espera, tienen de él, y Lucas ve parte de quien fue reflejado en los ojos de una joven que de niña supo ser su más grande fan. Como en Días de vinilo, Nesci se nutre mucho del cine norteamericano que le gusta y las referencias son muchas, además de una banda sonora que hasta se permite tener un par de temas mundialmente conocidos. No obstante, que logre alejarse del cine costumbrista que identifica a nuestro cine no impide que uno lo sienta cercano, porque a la larga son todas temáticas universales. Del trío protagonista quien mejor destaca es sin dudas Santiago Segura, con una faceta alejada de las películas que lo hicieron conocido, además de ser el personaje que mejor definido tiene su arco dramático y sus matices. Además de estos tres personajes con los que en una primera instancia cuesta empatizar hasta que se van revelando como lo que son realmente, el film está nutrido de coloridos secundarios, algunos aportando más al guión que otros. Divertida, conmovedora, nostálgica, Casi leyendas es una agradable comedia que se queda con uno. La banda sonora, además de algunos temas pre existentes, cuenta con las canciones escritas y compuestas por el propio director, y hacen de Auto Reverse una de esas bandas que uno desearía que fuesen reales.
El reverso de la historia. Con una película como Días de Vinilo y el clásico de la televisión argentina Todos contra Juan; Gabriel Nesci es un experto en la visión del mundo masculino. Pero los que construye, parecen no ser cualquier personaje; sus protagonistas son hombres que cruzaron la barrera de los 40, que cargan con algunas frustraciones de la insatisfacción por los deseos que tuvieron de jóvenes y no pudieron cumplir, la piedra de la nostalgia. Casi Leyendas no escapa a esa fórmula, y no por conocida resulta menos efectiva. Todo comienza en España con Alex (Santiago Segura), un hombre con evidentes trastornos obsesivos compulsivos y la consecuente dificultad para la interacción humana. Alex no tiene amigos, vive para cuidar a su padre anciano en un acilo, y trata al eventual enfermero a cargo de aquel como si fuese ese amigo que le hace falta. El llamado del destino le llegará cuando escuche en una radio argentina la convocatoria para bandas musicales que tuvieron su cuarto de hora de fama, que participaron en un show inaugural de aquella emisora que ahora está de aniversario. Sí, Alex participó en una de esas bandas. Sus impulsos lo llevan a regresar a una Buenos Aires que abandonó en su juventud; y allí se dispondrá a ubicar a los otros dos miembros de Auto-Reverse, la mítica banda one hit wonder. Lucas (Diego Torres) es un abogado arrogante, en eterno proceso de divorcio negado por él mismo, de amante con una secretaria bastante más joven que él. Ese globo en el que vive se pincha a los pocos minutos de aparecer. El estudio para el que trabaja lo responsabiliza por un fraude, y de la noche a la mañana, se encuentra sin nada, teniendo que aceptar una probation para evitar una penalización mayor. Javier (Diego Peretti) es un viudo, con un hijo adolescente, profesor de biología, con todo el desgano por vivir a cuestas. Será el primero a quien acuda Alex, que se quedará a vivir en su casa creando más de un conflicto de ánimo. Por diferentes razones, los tres deberán limar las asperezas que los separaron y revivir aquella banda con la vitalidad haciéndose presente una vez más en sus vidas. Apoyado por rubros técnicos correctos y una banda sonora muy ganchera en la que se destacarán canciones compuestas por el propio Nesci junto a hits de la época que intenta homenajear; Casi Leyendas se destaca por un rigorismo formal sin fisuras. Si en sus anteriores trabajos, el realizador había mostrado una veta emocional, será en esta oportunidad donde mayor carga dramática mostrará. El balance entre la comedia – con momentos realmente hilarantes – y el drama, honesto y palpable; todo el tiempo es logrado y nunca se nota forzado. Más de uno podrá sentirse cómodamente identificado con las historias de alguno de los tres integrantes de Auto-Reverse; que de algún modo desnudan una realidad de insatisfacciones, el lado B, detrás de la fachada exitosa que siempre se intenta imponer a los personajes que traspasaron los 40. El tono irónico y agridulce de Nesci será fundamental. En cuanto al trío protagónico, Peretti será quien cargue con el mayor peso dramático, repitiendo algunos mohines que le vimos en sus personajes creados en colaboración con Juan Taratuto y Pablo Solarz; la solvencia del actor e identificación inmediata, hacen que no imaginemos a Javier con otro rostro que no sea el del actor de En Terapia. Lucas quizás sea el personaje creado a trazos más gruesos, Diego Torres no termina de encajar del todo en las exigencias del personaje, y la química masculina será mejor que la que posea con su contrafigura femenina a cargo de Florencia Bertotti. No obstante, el carisma propio de Torres hace que compremos sin muchas exigencias. Paremos acá, cada vez que la propuesta amenace con decaer, recordemos que está Santiago Segura en ella. El actor de Torrente definitivamente hace un show aparte en el film, y se amalgama perfectamente con sus compañeros masculinos y su interés romántico a cargo de Claudia Fontán. Con un personaje como Alex, que le brinda servido en bandeja una gama de posibilidades para destacarse, Segura las aprovecha todas y es, sin dudarlo un segundo, lo mejor de Casi Leyendas, cada escena en la que él aparezca será imposible que no posemos la mirada sobre él. Conclusión: Casi Leyendas ofrece una mirada al mundo masculino desde las frustraciones y nos dice que nunca es tarde para las segundas oportunidades. Dentro de una temática de observación de género bastante transitada, lo hace escapando de varios clichés, y otorgado un buen balance entre la emoción y la carcajada. La gracia propia con un humor particular en los diálogos que viene demostrando su director en todos sus trabajos, y la aparición de personajes secundarios bien construidos, redondean una comedia amable y más que aceptable. Cantemos al ritmo de Auto-Reverse.
El director Gabriel Nesci, (“Días de vinilo”) autor también del guión elige una historia que suele visitar el cine, y lo hace con una cuota de melancolía, de verdad en los personajes, con la elección de actores tan distintos como personales. Hombres de cuarenta y pico que coinciden en crisis fuertes en sus vidas y que se aferran como tabla de salvación a un sueño juvenil, en este caso a una banda de música, “maldita” que puede resurgir gracias a la nostalgia y algún truco informático. Un viudo reciente, con intentos de suicidio, que casi no tiene comunicación con su hijo adolescente, un abogado exitoso y despiadado que es echado de su trabajo por corrupto y un solitario con un toc muy particular, sin amigos, con un padre en un asilo, que se encuentra con una tabla de salvación que no piensa soltar. Con humor, con un encanto que atraviesa toda la trama, a pesar de algunas soluciones fáciles, de corte televisivo y previsibles, pero que no invalidan una propuesta que seguramente atrapará al espectador. Esa mirada compasiva pero también amorosa sobre los perdedores de siempre, sobre ese club donde nadie quiere ser socio pero donde estamos todos, esa puerta de salida mas hecha de ilusión que realidad. Y un humor que por lo general es efectivo y bien logrado.
El valor de la amistad “Quien encuentra un amigo fiel, encuentra un tesoro”, afirma un dicho judío. Las películas sobre el vínculo de la amistad como eje principal no son muy recurrentes en la cartelera cinematográfica argentina. En 2012, el director Gabriel Nesci estrenó su ópera prima Días de vinilo, la cual es una comedia sobre cuatro amigos y su relación a partir del vínculo musical. El film tuvo buena recepción y postuló a Nesci como una de las promesas del género en el cine nacional, y la evolución quedó demostrada en su nuevo film Casi leyendas (2017), que vuelve a poner a la amistad en el centro de la trama. “Un verdadero amigo es aquel quien se acerca a ti cuando el resto del mundo te abandona”, afirmó el periodista Walter Winchell. Casi leyendas cuenta la historia de tres amigos distanciados que, después de décadas sin verse, vuelven a reunirse para reactivar el grupo musical del que formaban parte, Auto Reverse. El trio musical estuvo a punto de ser famoso pero por diferentes motivos no lograron concretar su sueño y 25 años después vuelve al país uno de sus integrantes, el español Axel (Santiago Segura), para juntarse nuevamente con sus amigos: Javier (Diego Peretti) y Lucas (Diego Torres). Sin embargo, la vida de los miembros ya no es la misma que en aquel entonces, cada uno enfrenta sus problemas diarios: Javier es profesor de biología, viudo y no logra comunicarse con su hijo adolescente; Lucas es un abogado presumido que pierde su trabajo de un día para el otro; y Axel pasa su tiempo en soledad con su padre como único ser querido presente. Para convertirse en la banda que siempre soñaron, los amigos contarán con la ayuda de dos fanáticas de Auto Reverse, las hermanas Abril (Claudia Fontán) y Sol (Florencia Bertotti). Los personajes viven divertidas aventuras en las que redescubrirán aquello que los unió en el pasado. Casi leyendas plantea una historia que recorre de manera acertada e ingeniosa el retorno de este grupo de amigos, donde hay comentarios y situaciones graciosas frecuentes, además de destacados gags, todo con una vuelta de tuerca por lo que se nota un gran trabajo en el guión por parte de Gabriel Nesci. El relato mantiene un ritmo dinámico, en el que se presenta un equilibrio entre momentos humorísticos y otros emotivos, donde los espectadores pueden acompañar a los personajes y además de reírse continuamente, también dejar caer un par de lágrimas por las escenas más sentimentales. El trabajo de Nesci en la película merece un destaque aparte. No solo dirigió el largometraje de manera formidable y desarrolló un guión interesante, en el que también se destacan las sucesivas referencias a cantantes/bandas y a acontecimientos del rock nacional e internacional, sino que también estuvo a cargo de las canciones de la película, las cuales resultan creativas tanto en sus letras como en sus melodías. Respecto a las actuaciones, todo el reparto brinda grandes trabajos, desde los protagonistas hasta los niños que hacen pequeñas intervenciones pero se roban más de una carcajada. Santiago Segura, Diego Peretti y Diego Torres componen personajes entrañables que generan empatía desde el primer minuto. Cada uno tiene sus momentos de predominio y el tiempo suficiente para contar sus historias personales, además que en conjunto brillan. Nesci muestra a través de los protagonistas cómo a pesar de que sean hombres con personalidades y modos de vida diferentes, comparten una amistad que borra las barreras y construye vínculos a partir de las cosas en común. Las actuaciones de Bertotti y Fontán en los roles protagónicos femeninos también merecen ser distinguidas, se lucen y se complementan perfectamente con el trio masculino. Casi leyendas pone en foco el valor de la amistad, logrando identificación inmediata de los espectadores con la historia presentada. Es una película que demuestra la gran labor de su director Nesci, quien reúne todos los elementos para sobresalir en la comedia nacional, y de su reparto que brinda actuaciones magníficas. Es una historia ideal para compartir con amigos en las salas de cine y para reír de comienzo a fin, dándose también lugar a la reflexión.
El día de su cumpleaños, Axel (Santiago Segura), vestido con un traje en tonos pasteles, cuelga las guirnaldas, prepara los platos y la mesa para recibir a sus invitados, pero con el correr de las horas, nadie llega. En soledad, come la torta y luego le lleva una porción a su padre internado en un geriátrico, aprovechando la visita para reclamarle al enfermero su ausencia en el festejo.
Hace mucho tiempo que no me reía tanto en la sala de cine. Un gran punto para “Casi Leyendas”, un film que divierte y emociona. Gabriel Nesci, su autor y director, canta bingo con esta película. Excelente guión, muy buena dirección y grandes actuaciones hacen de “Casi Leyendas” una comedia perfecta. El guión tiene todos los condimentos para que una comedia funcione, y lo mejor es que tiene además una sencillez y sensibilidad que lo hacen diferente. Asimismo, contiene muchas referencias cinematográficas y musicales, que los cinéfilos y melómanos agradecerán con mucha risa. Ante la aparición de un concurso de bandas, el personaje de Santiago Segura reúne tras 25 años, al grupo para volver a tocar. El trío compuesto por Diego Peretti, Diego Torres y Santiago Segura funcionan a la perfección. Los personajes son completamente diferentes entre sí, pero a la vez algunas cosas los unen, entre ellas el grupo que formaron en su juventud: “Auto Reverse”. El motivo del reencuentro hará que tengan una segunda oportunidad en la vida. Santiago Segura compone un personaje hilarante (Axel), corporalmente trabajado y sin dudas es el más friki de los tres. Se lleva casi todos los momentos de comedia y su trabajo es impecable. Diego Torres, es Lucas, un abogado con bastantes problemas cuyo rol en la banda – al contrario de lo que apostaríamos – es el de baterista. En tanto Diego Peretti, interpreta a un profesor desalineado, con muchos bajones en el pasado y un hijo adolescente. Peretti también tiene momentos de comedia únicos y se lleva la parte más sensible. Además, es la voz de la banda “Auto Reverse”. El resto del elenco está muy bien en sus papeles: Claudia Fontán como la ex groupie de la banda y Florencia Bertotti como la fanática que en esa época acompañaba a su hermana (Fontán) a los conciertos y además tiene la colección completa de Auto Reverse. Hay que mencionar a la niña que hace de hija de Bertotti, Uma Salduende, que también se lleva las situaciones más cómicas del film junto a otro gran valor Leandro Juarez, cuyo papel es el de hijo de Peretti. Excelente decisión del director, la inclusión de CAE con su banda Bravo para hacer de los “rivales” de Auto Reverse. La participación y comentarios referidos a Bravo son muy divertidos. Casi Leyendas es una comedia que, sobre todo los de arriba de treinta disfrutaremos de principio a fin, ya que tiene muchos chistes y referencias que los más jóvenes se pueden perder, pero tranquilos porque seguramente disfrutaran de otros gags. Las segundas oportunidades están para aprovecharlas, la pasión y el arte, más viento a favor pueden ayudar a este grupo para convertirse finalmente en casi leyendas.
Comedia ligera y sin pretensiones La música está en el corazón de Casi leyendas, la segunda película de Gabriel Nesci, quien ya había revelado su interés por el asunto en Días de vinilo (2012). Cruzada otra vez por los efectos de la nostalgia, la historia protagonizada por Diego Peretti, Diego Torres y el español Santiago Segura (viejos compañeros de una fugaz y no muy prolífica banda de rock de los 90 que se reencuentran sorpresivamente para rearmar el proyecto), también está atravesada por los vaivenes de la amistad, la fe en las segundas oportunidades y la mejora de perspectiva que puede proporcionar la madurez. El peso de la comedia recae básicamente sobre Segura, encargado de interpretar un personaje que sufre síndrome de Asperger y debe afrontar las dificultades que ese trastorno implica para relacionarse con el mundo. Su absoluta carencia de represiones a la hora de decir lo que piensa provoca las situaciones más graciosas de un film ligero y sin grandes pretensiones, cuya mecánica narrativa, apegada a los cánones más tradicionales, funciona bien, aun cuando cae varias veces en la tentación de las soluciones ramplonas. Además de dirigir, Nesci, autor también del guión de la celebrada comedia televisiva Todos contra Juan, compuso los reflotados "hits" de Auto Reverse, una banda ficticia que hasta tiene su propio lugar en Wikipedia, y la música incidental del largometraje.
Casi leyendas, de Gabriel Nesci Una comedia triste sobre sueños perdidos, relaciones personales con mucha música y fuertes referencias películas sobre el rock. El director Gabriel Nesci y su gente -incluyo en ese rubro a los actores-, se deben haber divertido mucho en el camino de concretar este libro que según dicen, estuvo muchos años dando vueltas hasta el momento de conseguir financiación y el armado ideal para llegar a la pantalla. El cine es arte pero además es un negocio que conlleva una importante tesón para convencer y juntar la suficiente cantidad de voluntades hasta llegar a prender la cámara. Axel, Santiago Segura en un papel alejado de los desbordes que se esperan de él, es un personaje con mal de Asperger que al empezar la película está en España festejando su cumpleaños con su padre que no habla y que tiene un enfermero al que Axel insiste en considerar su amigo, pese a que es evidente que el enfermero rehuye esa cercanía una y otra vez. Axel será el motor de la historia que sigue. Una radio argentina desteja su 25 aniversario y para eso realiza una votación entre sus oyentes para convocar bandas que participaron de la fiesta con que empezó la transmisión, allá por 1992. Entre los nombres que aparecen votados se encuentra Autoreverse, la banda en la que Axel había participado en su juventud, algo así como un trío inspirado en The Police. Axel a pesar de su autismo se pone en movimiento y viaja a Buenos Aires para convencer a sus ex compañeros de ensayar, por las dudas de que los oyentes de la radio los voten. Javier (Diego Peretti) y Lucas (Diego Torres) reciben la llegada de Axel con sorpresa y cierto desgano, ninguno de los dos tiene presente su pasado como músicos. Javier es profesor, viudo y un hijo con el que todavía están tratando de sobrellevar la reciente muerte de la esposa que los dejó emocionalmente a la intemperie. Lucas es abogado exitoso, canchero y que parece sabérselas todas, salvo que en el estudio en el que trabaja acaban de descubrir manejos oscuros de fondos, que pueden terminar mandándolo a la cárcel. En ese punto de las cosas, para los ex compañeros de Axel volver a juntarse en Autoreverse con el viejo amigo que vuelve de España en busca de la gloria, es algo que está lejos de sus planes inmediatos. Sin embargo las cosas se van desarrollando de manera tal que el reencuentro de alguna manera se hace factible e incluso se transforma en una especie de balsa, a la cual se aferran cada uno por sus interese particulares y así es como Autoreverse vuelve a sonar. Los ensayos son horribles y a para cada uno de los integrantes tiene que atender su propio juego y en el camino reaparecen los viejos problemas de convivencia de la banda, rencores, celos, envidias, juegos de poder y esas cuestiones que se han puesto en juego en todos y cada unos de los regreso rockeros que hasta que se han producido. (Una digresión, Gustavo Cerati llegó a contar que Stewart Copeland, miembro de The Police, alguna vez le advirtió que si se reunía Soda Stéreo enseguida reaparecerían los problemas que tenían al momento de dejar de tocar). El camino que va desde el reencuentro hasta el regreso está condimentado de grandes personajes secundarios, cameos, participaciones especiales y a lo largo del relato, se nota el cuidado en darle a todos los personajes que aparecen en pantalla, una característica de la mejores comedias de Hollywood. La película se apoya por supuesto en la química de los tres protagonistas y sobre todo en el personaje de Segura, que desde su autismo, su falta de carisma, su ausencia de doble intención acompañada por una comprensión literal de los que se dice y que le impide captar las ironías que se le dirigen, va tomando el control de la película hasta lograr que el espectador sienta cierta empatía con ese personaje que en principio se presentaba áspero, mientras que Peretti y Diego Torres funcionan en tándem para apoyar lo de Segura. La película toma una decisión muy acertada que es poner al personaje de Peretti en el rol de voz líder de Autoreverse y mandar a Diego Torres como baterista. El resto del elenco, desde Claudia Fontán y Florencia Bertoti hasta Uma Salduense, una nena que copa la pantalla cada vez que el dan pista, están impecables y los cameos que incluyen a BB Sanzo y al grupo Bravo hacen su aporte justo. El director Gabriel Nesci es claramente un amante de las comedia, sus antecedentes, nada menores, que incluyen a la comedia de culto Todos contra Juan y el film Días de vinilo, que también tenía un tono melancólico dentro del juego de la comedia. Casi leyendas cumple pero también deja con ganas de un poco más. Todo parece demasiado contenido y acaso el hecho de que el motor de la historia sea una personaje autista, es una apuesta que no funciona en su totalidad. Cuando uno párrafos atrás escribí que deben haberse divertido en la realización de Casi leyendas, lo hice pensando en el hecho de que el director aparece además como autor de las canciones que Autoreverse interpreta y ya que estamos en este rubro, hay que decir que los temas que se escuchan están bien y que el conjunto funciona con una introducción inmejorable: Héroes de David Bowie. CASI LEYENDAS Casi leyendas (Argentina-España/2017). Guión, música y dirección: Gabriel Nesci. Elenco: Diego Peretti, Santiago Segura, Diego Torres, Claudia Fontán, Florencia Bertotti, Bebe Sanzo y Uma Salduende. Fotografía: Sol Lopatin. Edición: Alberto Ponce. Distribuidora: Buena Vista International. Duración: 105 minutos.
Hace algunos años se habla de la Nueva Comedia Argentina (NCA), un subgénero que enrola a ciertos realizadores con un tipo de humor muy marcado pero no necesariamente igual. Con paralelismo a la comedia americana y mucha picardía criolla se destacan Ariel Winograd, Hernán Guerschuny y Sebastián De Caro. Y una cuarta pata de esta nueva ola es Gabriel Nesci, director de este estreno. En su ópera prima (Días de vinilo, 2011) había logrado una amalgama perfecta entre el cine y la música. Casi una carta de amor hacia estas dos artes por parte de “un músico frustrado”, tal como él se define. En Casi Leyendas hace algo muy parecido así como también explora lo que parece ser una constante en su filmografía (teniendo en cuenta también la gran serie Todos contra Juan) que es la importancia de la amistad. El film funciona a la perfección en todos los sentidos. El guión es un relojito que se toma el tiempo necesario para desarrollar a todos los personajes y a la historia. Y con diálogos muy inteligentes y graciosos. Realmente me reí mucho con esta película, momentos de puras carcajadas. Lo que hay que tener en cuenta es que la mayoría de estos chistes son generacionales. O sea, serán disfrutados muchos más para los que hayan pasado los 30 años. Porque si no sabés quién es Cae y su banda noventosa Bravo te vas a reír pero no tanto como quién conoce a estos personajes de la vida real. Y ahí recae otra de las genialidades de Nesci, en mezclar ficción con hechos de la música (y su consumo) que verdaderamente sucedieron. Incluso, el nombre de la banda (Autoreverse) es una buena analogía y resumen de eso. En cuanto al elenco, la incursión del gigante Santiago Seguro a nuestro cine es lo mejor que nos pudo haber pasado. El actor español aún tiene un par de estrenos argentinos pendientes pero este fue un gran arranque. Su personaje padece el Síndrome de Asperger y es totalmente genial. Se come la película. Pero no por ello opaca a sus compañeros, donde se destaca fuerte Diego Peretti cantando y Diego Torres como baterista. El power trío que forman es brillante. Mucha química entre ellos así como también en los intercambios con Claudia Fontán, Florencia Bertotti y el resto del elenco. Y encima la música que hacen (también compuesta por Nesci) es realmente buena al punto que te creés que es de esa época obedeciendo a esos estándares. Casi Leyendas es la mejor comedia que el cine argentino ha brindado en mucho tiempo. Necesitamos más de este cine.
Crítica emitida por radio.
Axel, Javier y Lucas conforman la banda argentina de culto Auto Reverse, desintegrada en los ’90 porque uno de los miembros se fugó del país por un enigmático motivo. Santiago Segura, Diego Peretti y Diego Torres trabajan en Casi Leyendas bajo las órdenes del polifacético Gabriel Nesci, director y guionista de la película, así como también compositor de sus canciones. El feeling del trío protagónico, los homenajes y la combinación entre escenas cargadas de dramatismo y toques de humor negro sientan las bases de una producción sumamente agradable, aunque no por eso exenta de asperezas.
Amigos para siempre La amistad es algo que se puede estirar hasta tener un océano de por medio, haberse “cortado” por años, pero tiene algo que la caracteriza: si es de verdad, nunca se rompe. Esa es la premisa inicial de Casi leyendas, la película de Gabriel Nesci con Diego Peretti, Santiago Segura y Diego Torres. Entretenida y graciosa por momentos, la película ofrece unos buenos 120 minutos de comicidad sin la necesidad de exagerar o forzar un chiste. Con la habilidad y la manija de Segura para la risa, la música, la nostalgia y la amistad transcurren en este film nacional. Gabriel Nesci habló con Télam y contó cómo fue que se le ocurrió escribir este film: “A esta película la empecé a escribir hace casi 10 años, con la ola de nostalgia de reuniones de bandas históricas y se me ocurrió la historia de un trío argentino que nunca llegó al éxito, pero que por circunstancias ajenas tiene que volver, y también me puse a pensar cuál era el sonido que tenía que tener esa banda”. Nostálgica, musical y cómica, Casi leyendas te ofrece un rato de distensión para que recuerdes esos viejos tiempos.
Otra placentera visita al espíritu de la vieja música El español Santiago Segura se luce en este nuevo opus en la senda de “Días de vinilo”. Luego de una opera prima tan agradable como "Días de vinilo", podía temerse que la segunda película de Gabriel Nesci fuera menos lograda. Eso es algo que suele ocurrir con las segundas. Por suerte, el nivel se mantiene, la originalidad y el sentido del humor con personajes queribles y réplicas sabrosas se mantiene, ahora un poquito más ácido, y también el valor de la amistad, y la reflexión sobre el paso del tiempo, que es una de las preocupaciones del autor. Pero hay algo más. Ahora Nesci agrega debidamente el condimento dramático, y Santiago Segura luce uno de los mejores personajes que le hayan tocado en toda su vida. Gracioso, por supuesto, pero ahora capaz de provocar cierta ternura, lo que parece algo nuevo, algo impensado en el autor de Torrente. El elenco entero se luce, pero lo suyo es realmente especial. Lo que suena coherente con el tipo de personaje que compone. No corresponde entrar en detalles, dejemos al espectador el placer de las sucesivas sorpresas. También, el placer de lo previsible, pero (acá está el chiste) las cosas suelen ocurrir de modo distinto a lo esperado. Así, la historia nos habla de tres tipos que vuelven a tocar juntos para cerrar un episodio ocurrido 25 años atrás. ¿Lo cerrarán tal como uno se imagina? En el trío está Diego Torres, ¿damos por sentado que va a cantar? El personaje de Claudia Fontán tuvo una nena cuando andaba con toda la gente de a) Rata Blanca, b) Los Ratones Paranoicos, c) el Coro Kennedy. Hay más opciones. Y así en cada rincón del argumento, que además juega a piacere con las elipsis, los sobreentendidos y las resoluciones inesperadas. Claro que pueden objetarse ciertos detalles argumentales de la segunda mitad, pero son naturales del género y además se descubren cuando uno ya salió de la sala, y no afectan el placer de haberla visto. El resultado es, sinceramente, muy bueno. En el reparto, Segura, Diego Peretti, Torres, Claudia Fontán (otro personaje hermoso), Florencia Bertotti, Fernán Mirás, Rafael Spregelburd, y dos chicos surgidos de la pantalla chica: Leandro Juárez y Uma Salduende, la nena de "Al final del túnel". Las canciones son de Gabriel y Javier Nesci.
La comedia de Gabriel Nesci presenta un argumento sencillo que entretiene. El resultado es bueno, principalmente, porque se sustenta en la actuación de Santiago Segura (que sorprende con un personaje completamente distinto a Torrente). Hace 25 años tres amigos integraron un grupo musical que jamás logró el éxito masivo. Con la idea de recuperar lo que alguna vez tuvieron, Axel (Santiago Segura) regresa a Buenos Aires para buscar a sus ex compañeros: Lucas (Diego Torres), un abogado desempleado de forma sorpresiva, y Javier (Diego Peretti), un profesor de Biología que no logra comunicarse con su hijo adolescente. Además del grupo, intentarán rearmar sus vidas. La película dirigida por Gabriel Nesci es divertida de comienzo a fin. Aunque tiene altibajos necesarios y el “chiste” no es constante, la mayoría de las veces la risa surge de los diálogos de sus tres protagonistas: Peretti, Torres y Segura triangulan a la perfección. Y salen bastante airosos en los momentos en los que el argumento les exige que demuestren dotes musicales (en el film Torres oficia de baterista y le deja el lugar de cantante a Peretti). También hay que destacar las actuaciones de Claudia Fontán y Florencia Bertotti. Nesci cuenta muy bien una historia en la que aparece el paso del tiempo y la necesidad que tienen los seres humanos de cumplir las asignaturas pendientes. Además pone el foco en la importancia de la amistad y los vínculos verdaderos. Casi leyendas es una película que entretiene. Una historia simple de la que se desprenden aristas interesantes, sensibles, y por qué no reflexivas, que son tamizadas por la comedia.
“Casi leyendas”: tiempo de revancha y amistad Axel (Santiago Segura) es un hombre bastante particular. Vive en España, no tiene amigos, es solitario, lo social no se le da y lo único que tiene es a su anciano padre en un asilo. Pero hay algo que lo apasiona y es la música. Cuando se entera que en la Argentina están haciendo un revival de viejas bandas, se le ocurre que es la oportunidad de volver a tocar con sus antiguos amigos. Es que hace más de 20 años, ellos conformaban Auto Reverse, un grupo que estaba a punto de alcanzar el estrellato si tocaban en un recital pero, por alguna extraña razón, no se presentaron. Es así entonces que Axel se toma un avión hasta Buenos Aires en busca de sus ex compañeros. Primero dará con Javier (Diego Peretti), quien ahora es profesor de secundaria. Su vida es totalmente calamitosa: está deprimido porque no puede superar la muerte de su esposa, no encuentra la manera de conectar con su hijo adolescente, y lo más triste es que se le acabaron las razones para seguir en esta vida. Después seguirá Lucas (Diego Torres), el último integrante que no tenía tan buena relación con Javier. Lucas es abogado, está atravesando su divorcio, y para colmo acaban de echarlo porque es factible que se haya quedado con dinero de forma ilegítima. Por distintos motivos, los tres accederán a juntarse para tocar de nuevo: Javier para encontrarle un sentido a su vida, Lucas para tratar de zafar de una condena y mostrar esto como si fuera un acto benéfico, como una probation; y Axel porque quiere demostrar que ellos podrían haber alcanzado la gloria. Los espera un doble desafío: ser la banda que siempre soñaron y como si fuese poco solucionar sus problemáticas vidas. De esto trata “Casi leyendas” (2017), película escrita y dirigida por Gabriel Nesci, aquel que nos sorprendiera gratamente con “Días de vinilo” (2012), otro filme sobre la amistad y la música. Porque de eso, y de segundas oportunidades, es de lo que trata esta película. ¿Somos capaces de rehacer nuestras vidas? ¿Tenemos el coraje de volver a retomar los sueños que alguna vez tuvimos? ¿Está escrito nuestro futuro o sólo no somos capaces de ver otros caminos que se nos presentan a nuestro alrededor? Una de las claves para que este proyecto funcionara era tener a un trío protagónico que nos transmitiera que había una relación, un conocimiento previo, algo que los relacionara a todos ellos. Y eso funciona con creces. Santiago Segura destaca un poco más de sus compañeros porque su personaje -una mezcla de Forrest Gump con el Raymond Babbitt de Dustin Hoffman en “Rain Man” (1988)- no tiene filtro, dice lo que siente y piensa y, además, tiene unas líneas de diálogo que son muy, pero muy graciosas. Hay que destacar que las canciones del grupo son originales y muchas –sino todas– están escritas por Nesci, así que en cualquier momento salen los discos para comprar (suenan muy bien, en serio). Hay participaciones especiales como las de Julieta Cardinali, Rafael Spregelburd, Bebe Sanzo, Arturo Bonín y CAE (aplausos porque sabe cómo reírse de sí mismo). Así como también los secundarios de Claudia Fontán, que hace de una ex groupie de Auto Reverse; y Florencia Bertotti, hermana de ella y la fanática número uno del grupo cuando era chiquita. “Casi leyendas” es una “comedia blanca”, es decir que no hay muchas vueltas, es todo demasiado previsible y media hora antes se sabe cómo va a finalizar. Tal vez eso sea lo único reprochable, pero no quita que sea muy divertida, con algunas escenas hilarantes y algunos diálogos que son para hacer remeras. Una linda película, con música buena, para disfrutar en el cine. ¿Qué más pueden pedir?
Cuando el humor disuelve las fórmulas. El opus 2 de Gabriel Nesci, que después de formarse en televisión debutó en cine con Días de vinilo, es otra de esas comedias de “amigos son los amigos”, pero con un arma secreta: el español Santiago Segura, en su primera actuación en el cine argentino. ¿El cine comercial argentino empieza a respetar al espectador argentino? Sucedió el año pasado con Inseparables, una comedia definitivamente de fórmula, en la que sin embargo (casi) todo funcionaba como si no lo fuera, y vuelve a suceder ahora –mucho más– con Casi leyendas, en la que las fórmulas aparecen más disueltas. Casi leyendas es el opus 2 de Gabriel Nesci, que después de formarse en televisión en Todos contra Juan cinco años atrás debutó en cine con Días de vinilo, una de esas comedias de amigos en la que todo encajaba más como un Rasti que aquí. Otra comedia de amigos son los amigos con varones protagónicos, en Casi leyendas las chicas cumplen roles poco más que funcionales. Pero hay un arma secreta, de esas capaces de lanzar cualquier comedia a la estratosfera: el español Santiago Segura, en su primera actuación en el cine argentino (volverá a aparecer, presumiblemente en rol dramático, en Las grietas de Jara, actualmente en rodaje). De modo clásico, Nesci, autor del guión, presenta a sus tres protagonistas por separado y una vez que los tiene definidos los junta. A cargo de un padre en estado vegetativo, Axel (Segura) repara computadoras en una oficina madrileña por las noches, lejos del mundo y con la única compañía de sus manías. Profesor de Biología en un colegio secundario, la reciente viudez ha arrasado a Javier (Diego Peretti), que presenta un aspecto como insomne, quedándose dormido en medio de las clases y soportando las bromas crueles de sus alumnos. Abogado pagado de sí mismo, Lucas (Diego Torres) es el típico ganador que tiene engañada a su amante con una próxima mudanza juntos, y que de la noche a la mañana se quedará en la calle cuando la chica, despechada, denuncie la parte con la que se quedó de una sociedad offshore. Es en ese punto que Alex se aparece en Buenos Aires, con la idea de retomar Auto-Reverse, el grupo que los tres tuvieron en los 90, para presentarse en un concurso organizado por una radio. Javier está lleno de problemas (a su condición de viudo hay que sumarle que la relación con su hijo atraviesa un momento muy bajo), mientras que Lucas no está habituado a ellos. Entre esos polos opuestos funciona Axel, que aunque no se diga explícitamente sufre de algo así como síndrome de Asperger. Tiene compulsión por arreglar cosas, hasta el punto de que la primera noche que pasa en lo de Javier (porque no tiene dónde dormir) la invierte enteramente en acomodarle toda la casa. Es virgen y no puede evitar dar información que nadie quiere oír. Como que cada vez que se ducha se masturba, por ejemplo. Cosa que no hace feliz al dueño de casa. No tiene mucha idea de lo que pasa a su alrededor: compone un tema en homenaje a los daltónicos, al que pone de título “Odio a los negros”. Y dice invariablemente la verdad. Cuando reencuentran a Abril (Claudia Fontán), una antigua groupie que actualmente maneja un centro cultural, que por culpa de un accidente anda en silla de ruedas y a la que Axel siempre le tuvo ganas, le pregunta si su vagina funciona bien. Axel es, en definitiva, el “tiro al aire”, típico personaje de comedia grupal, que en la serie Seinfeld era Kramer, en Friends Phoebe y en That 70’s Show, Fez. Mientras la trama es guiada por el clásico show que los protagonistas deben preparar y que representará su comeback, a su alrededor orbitan dos clases de personajes: los que encarnan los intereses amorosos (Abril con Axel, la Sol de Florencia Bertotti con Lucas) y los proveedores de comicidad: la hija de Abril (Uma Salduende), típica nena avispada y un poco pasada de revoluciones, Fernán Mirás como abogado aún más chanta que el propio Lucas, que es su cliente, y Rafael Spregelburd como policía rutero cocainómano. Un personaje, el de Tomás, hijo de Javier (Leandro Juárez, excelente), protagoniza la veta dramática de la película, ya que su vida aparece demasiado teñida de muerte y requerirá de un rescate. Pero todo este esquema importaría poco si no fluyera ni tuviera gracia. Y fluye, y tiene gracia.
Llega de la mano de Gabriel Nesci, el realizador de la serie “Todos contra Juan” y del largometraje “Días de Vinilo” (2012). Los protagonistas se lucen a su medida: Segura esta sensacional, sus miradas, sus comentarios y apariencia física; Peretti es un profesor de secundaria, deprimido que no logra aceptar la muerte de su esposa, sigue aferrado al pasado y no consigue conectarse con su hijo adolescente Tomás; y Torres, un abogado arrogante a quien acusan de desviar fondos de la empresa y lo despiden. Dentro de los papeles secundarios: Rafael Spregelburd, como agente de policía; Julieta Cardinali la ex de Diego Torres; Claudia Fontán, la amiga que ahora está en silla de ruedas; Arturo Bonín, el abuelo preocupado por el futuro de su nieto Tomás, Fernán Mirás, un amigo mentiroso y algo especial de Lucas, y Florencia Bertotti, la ex-fan del grupo, tiene una hija (Uma Salduende, es divina sus expresiones y diálogos. Trabajo "Al final del túnel") y como el villano de la historia Carlos “Cae “Alfredo Elías ofrece un toque muy especial. Sus chistes y clichés resultan efectivos. Posee un toque de nostalgia dentro de una historia tierna que nos habla de la música, de los fans, los ídolos, de tus sueños, el amor, la amistad, el mundo del rock, y nos deja ese mensaje que nos indica que todos podemos tener una segunda oportunidad y nunca es tarde. Para reflexionar sobre los valores de la vida y dejar de lado el materialismo. Dentro de los créditos finales tenes un BonusTrack.
Cartelera 1030 –Radio Del Plata AM 1030, sábados de 20-22hs.
SOLO QUEDARAN NUESTRAS CANCIONES El creador de Todos contra Juan y Días de vinilo, Gabriel Nesci, vuelve ahora con un canto a la amistad, trazado por la nostalgia (ya transformada en el “do” del director). Casi leyendas es una película 100% argentina, pese a la presencia estelar de Santiago Segura. Todo está pensado para la cosmovisión del argentino medio que atravesó la década del 90 con determinados consumos culturales como el rock nacional y la tevé. Algunas buenas actuaciones y otros buenos chistes sacan esta comedia adelante que, a priori, parte de una historia deslucida: banda se reúne después de años para concurso radial. Auto – Reverse (el trío que conformaron en su juventud Segura, Diego Torres y Diego Peretti) fue una de las tantas promesas de principios de los 90 que no llegaron a las radios, ni a grabar un disco. Ya con otra vida, y en las antípodas de la música, los personajes se reencontrarán para competir en un concurso por su regreso, organizado por una FM porteña. Es fácil decodificar las influencias yanquis del director: Días de vinilo es inevitablemente parecida a Alta fidelidad, mientras que Casi leyendas posee un gran homenaje a la primera película de Tom Hanks, Eso que tú haces!, y a la idea del one hit wonder -banda de un solo hit-. Incluso el personaje de antigua fan que personifica Florencia Bertotti juega con esa idea y asegura que “ellos fueron los que inauguraron la categoría one fan wonder”: nadie los siguió nunca. En este sentido viene bien una cita a Nesci, quien durante la presentación de la película señaló que “el paso del tiempo magnifica la mitología alrededor de las bandas. Bandas que quizás en su momento no fueron muy exitosas se están juntando y tocan. Hay todo un culto del retorno, de revalorizar el pasado. Creo que estamos tratando de recuperar algo de un momento que pasó con las ganas de recuperar nuestra juventud”. Otro factor determinante en el film es la icónica Casi famosos (se mataron con el título): no falta la camionetita y tampoco el periodismo, como telón de fondo y de una forma bastante ingeniosa. Los que manejan los hilos de la comedia y hacen girar la calesita son un lúcido Segura, su partenaire Peretti y la brillante niña Uma Salduaente. Torres y Claudia Fontán, que no están a la altura, representan los momentos más olvidables de una historia que está bien pensada, es original, bien filmada, pero a su vez termina siendo muy predecible. El final es un cliché enorme, desde una escena en un aeropuerto hasta los créditos. Para ser buena, una película de música debe tener buenas canciones y ésta las tiene, algunas un poco repudiables (hay que dejar de robar con Héroes, de Bowie, por dos años) pero la mayoría están bien pensadas. Destacable es también la música original, pues esta banda apócrifa tiene sus canciones desconocidas y osará renovar su repertorio para la nueva cruzada: hacen una dedicada al daltonismo inteligentísima y una reversión en clave racista. Nesci hace valer a The Police, Soda Stereo y otros tríos que “cambiaron su vida” y lo suscribe con los agradecimientos del final. Por fortuna, los giros dramáticos no atentan contra la riqueza de Casi leyendas, que cumple, entretiene y deja un buen sabor.
La nueva película del director de “Días de vinilo” es una comedia dramática acerca de una banda de rock que tuvo una fugaz existencia a principios de los ’90 y que intenta juntarse, 25 años después, cuando sus ex miembros atraviesan complicados momentos en sus vidas. Diego Peretti, Santiago Segura y Diego Torres son los protagonistas de un filme que funciona mejor cuando es ácido y no tanto cuando se pone sentimental. Los llamados “one hit wonders” son un clásico de la historia del pop y el rock. Se denomina así a las bandas o solistas que tuvieron una canción exitosa para luego desaparecer del mapa, bien porque el resto de sus canciones no funcionaron o bien porque no duraron mucho como banda. Los protagonistas de CASI LEYENDAS son aún menos que eso. La banda Auto Reverse, que existió (en la ficción) a principios de los ’90, ni siquiera llegó a editar el disco que habían grabado y no se presentaron en el show que podría haber marcado su salto al estrellato, como sí les sucedió a otros. Pero, gracias a las secretas vías del underground y de la difusión por internet, su música siguió conociéndose y, posiblemente, hoy cuenten con un pequeño pero fiel grupo de fans. Ha pasado un cuarto de siglo desde aquel “no-evento” y ninguno de los miembros de la banda tiene nada que ver hoy con la música ni están muy enterados si hay fans o no escondidos en los pliegues de la web. Axel (Santiago Segura, muy caracterizado) es español y ha vuelto a vivir a su país tras aquellos hechos de 1992. Hoy es una suerte de freak: un tipo obsesivo-compulsivo, tímido y solitario, de esos que dicen lo primero que se les cruza por la cabeza sin medir las consecuencias. Trabaja en una empresa de informática, cuida a su padre que está un geriátrico y no mucho más. Hasta que un día escucha que una radio argentina está festejando sus 25 años y armando un recital con las bandas de aquellos tiempos. Las cinco más votadas por los fans serán las que finalmente se presenten en el show. ¿Será esta una nueva oportunidad para Auto Reverse? Para averiguarlo, Axel regresa a Argentina pero lo que encuentra aquí no es muy auspicioso. Javier (Diego Peretti) es un maestro de escuela deprimido tras la muerte de su esposa. Vive empastillado, se duerme en sus clases y no se lleva bien con su hijo adolescente, que lo ignora o ridiculiza. Un día Axel se le aparece en su casa –25 años después de su súbita y nunca explicada partida “por asuntos personales”, la que impidió que la banda pueda tocar entonces– y le propone volver a ensayar para presentarse en el concurso. Javier no quiere saber nada, pero la metódica persistencia de Axel lo va convenciendo. O ganando por cansancio. Falta la tercera pata del trío: Lucas, el baterista (Diego Torres), hoy convertido en un abogado bastante chanta y egoísta a quien echan de su trabajo tras descubrir que se queda con unos “vueltos” que no le corresponden. Lo mismo sucede con él: primero no quiere ser parte del asunto, pero su difícil situación lo lleva a aceptar en un plan: “¿por qué no?” Este es el punto de partida de CASI LEYENDAS, una película sobre segundas oportunidades (más bien, terceras) en la vida, en la que la reunión de una banda de rock es casi una excusa para que un trío de ex amigos de cuarentaypico recuperen su vocación, sus ganas de vivir, su “esencia” (si se quiere) y su postergada y perdida amistad. Junto a ellos, una serie de personajes jugarán roles clave: Claudia Fontán en el rol de una groupie de entonces, Florencia Bertotti como la hermana menor de ella –que de adolescente era la única miembro del club de fans de la banda entonces–, Julieta Cardinali como la ex de Lucas, además de los suegros de Javier, que quieren quedarse con la custodia de su nieto, entre otros. Cada uno de ellos definirán también el destino del trío protagónico, más allá de sus peripecias específicas para volver a ser famosos, “just for one time”. Nesci, que dirigió DIAS DE VINILO, es un melómano importante y se ha asegurado ubicar en el filme temas potentes como “Heroes”, de David Bowie y “Everybody Hurts”, de R.E.M., que raramente suenan en el cine argentino. Además, es el coautor de las canciones que hizo la banda entonces y que hoy vuelven a sonar, un pop/rock de guitarras que no quedará en la historia por su originalidad pero que representa de una manera bastante efectiva lo que era cierto sonido de esa época (el llamado “rock alternativo”), algo que las remeras de sus integrantes (de The Cure o The Jesus & Mary Chain) y sus comentarios musicales (anti-cumbia, anti hip-hop, anti cantantes de reality shows) remarcan. El guión de Nesci está plagado de referencias rockeras y ajustadísimos “one liners”, esos remates filosos que, en boca de algunos de los protagonistas (especialmente Segura, Peretti y la notable Bertotti) generan los mejores momentos cómicos de un filme que crece y convence cuando apuesta más hacia esa zona que cuando deriva en momentos y escenas más sentimentales. Cuando el espectador se acostumbra al personaje en principio patético pero finalmente tierno y querible de Segura, el hombre se empieza a robar la película con su impecable timing cómico para los diálogos. Pero buena parte de la fuerza narrativa y de las risas que generan esos diálogos específicos y punzantes se pierden cuando algunas peripecias o situaciones de confrontación dramática un tanto obvias se interponen en el relato, como si a un guión de comedia independiente se le hubiera montado encima un drama mainstream generando una convivencia un poco forzada, que es exitosa por momentos. El carisma de buena parte del elenco suma también varios puntos (ya dijimos, Bertotti es el arma secreta del filme, que crece cada vez que ella aparece, al igual que la niña que encarna a su hija), pero lo que, lamentablemente, le resta, es la estética un tanto televisiva de la película. Si está hecha como un homenaje a los ’90 (cosa que por momentos parece, por su look casi LA BANDA DEL GOLDEN ROCKET) uno podría entenderlo un poco más, pero tengo la impresión que es más bien un look de comedia popular que responde a parámetros estéticos en exceso convencionales. Y su ejemplo más cabal está en la relación entre el personaje de Torres con su amigo abogado (Fernán Mirás) que intenta sacarlo de sus problemas legales y, a la vez, presentarle chicas, vaso de whisky en mano. Da la sensación que CASI LEYENDAS tiene todo para ser una película mucho mejor de lo que finalmente es (el punto de partida, los diálogos, el timing cómico de gran parte del elenco), pero que algo se perdió en su paso final a la pantalla, en su necesidad de ser un producto “masivo”. De todos modos, por sus momentos ácidos e irónicos, y por su enternecedora historia acerca de tres losers cuyo objetivo es dejar de serlo al menos por un rato, es una película más disfrutable que buena parte de las producciones comerciales nacionales de ese espectro de la cartelera argentina.
Amigos para siempre Casi leyendas, la segunda película del creador de Todos contra Juan, es una comedia que apela a la nostalgia y a los guiños a la música de los ‘90. Quizás para el público en general el nombre de Gabriel Nesci no sea reconocible todavía -como lo son los de otros directores como Juan José Campanella o Damián Szifrón- pero si digo que es el creador de la serie Todos contra Juan, seguramente lo van a poder ubicar. Después debutó en cine con Días de vinilo, una comedia bastante efectiva con ecos -quizás demasiado evidentes- de Alta fidelidad. Están claras las fuentes de las que bebe Nesci: Todos contra Juan también tenía las referencias ineludibles a Seinfeld, Friends y, sobre todo, Extras. Pero la copia funcionaba bien gracias a la adaptación inteligente a los usos y costumbres argentinos y, sobre todo, a un dominio del lenguaje que hacía que los diálogos tuvieran el mismo ritmo vertiginoso de sus pares en inglés, sin resignar verosimilitud en nuestro idioma. La segunda película de Nesci continúa en esa línea. Casi leyendas cuenta la historia de tres amigos que en los '90 tuvieron una banda de rock con una módica repercusión en el ambiente del under y que justo cuando estaban por grabar su primer disco y hacer un show que pintaba para consagratorio, se disolvió porque uno de ellos tuvo que viajar a España intempestivamente, sin avisar ni dar explicaciones. En la actualidad, Axel (Santiago Segura) continúa en España. Sufre Asperger y festeja su cumpleaños solo en su casa. Su padre está internado en un geriátrico y él no tiene amigos. Se entera de que una radio de Buenos Aires festeja sus veinticinco años y para eso organiza un show con bandas de los '90. Entre las candidatas está la suya: Autoreverse. Decide volver al país y convencer a sus amigos, a quienes no volvió a ver, para presentarse al concurso. Ellos son Javier (Diego Peretti), el que escribía las letras y cantaba, y Lucas (Diego Torres), el baterista lindo (graciosa y mordaz referencia a Soda Stereo). Javier enviudó hace poco, está deprimido, intentó suicidarse y vive con su hijo adolescente, con el que se lleva bastante mal. Lucas es un abogado egoísta y mujeriego que pierde su trabajo y enfrenta un juicio por haberse quedado con un vuelto. Película de “bromance” (como también lo era Días de vinilo), de nostalgia, de guiños musicales (aparece la banda Bravo, archirrivales de Autoreverse, que los reemplazaron en aquel recital fatídico y lograron alcanzar el éxito) y de chistes efectivos e ingeniosos, Casi leyendas funciona también en su costado dramático: cada uno de los amigos superará su problema sin esquivar el dolor de ya no ser. Segura no es un gran actor pero termina resultando tierno con su Axel cuya enfermedad lo hace carecer de aptitudes sociales, lo hace parecer un poco tonto a pesar de que no lo es en absoluto: es el cerebro musical de la banda y el que lleva adelante el regreso. Peretti y Torres acompañan con efectividad y el detalle de que sea el primero el cantante y no el segundo resulta simpático. El elenco femenino es desparejo. Claudia Fontán está absolutamente desperdiciada en el papel de ex groupie de la banda, actualmente en silla de ruedas. El humor negro sobre su condición queda en manos de los hombres y ella se limita a sonreír. Pero la que brilla por sobre el resto es Florencia Bertotti, la hermana menor de Fontán, fundadora y única miembro del fans club de Autoreverse, enamorada del baterista desde que era una nena. Y su hija, Uma Salduende, que quiere ser periodista, una nena que protagoniza una de las escenas más graciosas de la película. En resumen, el guión es redondo a la manera clásica, cada personaje hace su viaje y los guiños funcionan. Por momentos el timing de los gags está colgado de un pincel y algunas escenas deberían cortar antes (la aparición de Bravo es el caso emblemático: es graciosa pero Nesci se engolosina y la hace durar demasiado). Pero cuando al final gana la emoción, salimos del cine tarareando el hit de Autoreverse y convencidos de haber visto una buena película.
LEGENDARIOS Tres amigos vuelven a juntar una banda después de dos décadas ¿Qué puede salir mal? Gabriel Nesci, el director de Días de Vinilo, vuelve a la pantalla grande con otra comedia que gira alrededor de dos de sus temáticas preferidas: la música y la nostalgia. Esta vez, la excusa es contar la historia de tres ex-amigos que se vuelven a juntar para dar un show con la banda que disolvieron hace más de 20 años. Cuenta la leyenda que a finales de la década del ochenta un trío pop estuvo a punto de dar el gran salto a la fama, pero en la noche que los iba a consagrar cancelaron el show súbitamente. Auto Reverse era el nombre de la banda que desapareció de la noche a la mañana y de la que hoy, 25 años después, solo quedan un par de casettes pirata, algunos pósters y una o dos copias de su primer (y único) videoclip. Radio Trakk, la emisora que auspició aquel mítico show que terminó consagrando a los reemplazantes de Auto Reverse (nada menos que Bravo), está organizando un evento por el aniversario de la radio, y lanzó un concurso para que los oyentes voten por los grupos que les gustaría volver a ver. Este certamen llega a los oídos de Axel (Santiago Segura), quien desde su trabajo como encargado de mantenimiento informático en una empresa en Madrid se asegura de votar por Auto Reverse desde todas las máquinas de la compañía, para garantizarles un lugar en el show. Una vez cumplida la tarea, viaja a Buenos Aires para convencer a Javier (Diego Peretti) y Lucas (Diego Torres) de volver a juntarse. Por supuesto las cosas han cambiado mucho desde la última vez que el trío se vio las caras. Javier es ahora un profesor de biología que se encuentra en medio de una depresión por la reciente pérdida de su esposa, y pasa sus días tambaleándose entre el sillón y el aula mientras se aleja cada vez más de su hijo adolescente. Lucas, siempre el más carismático y fachero de los tres, se ha convertido en un abogado tan exitoso como corrupto que se encuentra lidiando con la posibilidad de ir a la cárcel y su divorcio. La llega de Axel es disruptiva pero finalmente Javier y Lucas, cada uno por sus propias razones, deciden sumarse al proyecto – que cuenta con la ayuda de Abril (Claudia Fontán), una vieja groupie (de cuanta banda tocase en el país) y su hermana menor Sol (Florencia Bertotti). Casi Leyendas es una película sencilla pero con corazón. Segura, sin dudas el actor con mayor reconocimiento internacional de todos, es el motor de la historia y el centro de atención. Eso genera que las intervenciones de Axel, un individuo que padece de un autismo leve, pasen de molestas a irrelevantes y terminen cayendo en la repetición. Axel no entiende metáforas y dice todo lo que le viene a la cabeza, algo que resulta gracioso una vez o dos (como sucede con Drax en Guardianes de la Galaxia), pero después de 90 minutos se pone un poco denso (en particular cuando reinciden sobre un comentario). De todas formas Peretti y Torres complementan la frontalidad de Segura con su propio estilo, y generan una agradable armonía. Quizá es Lucas el personaje menos desarrollado y el que menos vuelo tiene durante la película, pero tampoco es que sentimos que las dotes actorales de Diego Torres se sientan desperdiciadas. Peretti sí se luce un poco más aunque su viaje sea un poco más convencional. El resto del elenco cumple con creces: Fontán y Bertotti tienen papeles chicos pero que ayudan a bajar a tierra toda la fantasía, Fernán Mirás hace un cameo como un fiscal garca que con ese bigote le queda pintado, y Uma Salduende se devora sus escenas como una nena ácida e insistente. Memorable la aparición de Bravo como la “banda rival” de Auto Reverse que muestra que todavía queda gente dispuesta a reírse un poco de sí misma y su pasado. Nesci hace un buen trabajo detrás de cámara y las canciones que compuso para la banda son genuinamente disfrutables. Auto Reverse era en su tiempo un Soda Stéreo de bajo presupuesto, y las letras adolescentes con un toque de profundidad berreta le quedan bien. El resto de la producción también es buena, tanto en lo que a locaciones como aspectos técnicos refiere – las producciones locales más chicas suelen tener enormes problemas de sonido, algo que hubiera sido letal, pero afortunadamente no es el caso. Me hizo bastante ruido a mí (que me crié en Avellaneda) ver el Teatro Colonial como el destino de la banda después de viajar horas por una ruta. Metele una marquesina diferente y un nombre de fantasía para mantener la magia, que el Colonial está justo debajo de la subida del Puente Pueyrredón, no a kilómetros de la Capital Federal. Pero en fin. Casi Leyendas es una película divertida, predecible y pasatista, pero que cumple con lo que promete: una comedia dramática liviana acerca de la amistad, la música, y la búsqueda de la felicidad en los lugares menos evidentes. No se va a llevar el mundo por delante, pero cada tanto, entre tanto drama pesado, superhéroe y explosión, una de estas historias de bienestar y optimismo viene bien.
Un flashback rockero Con la mirada puesta en la nostalgia y el rock, el director de “Días de vinilo” y “Todos contra Juan”, regresa con “Casi leyendas”, una comedia que divierte y cautiva. Los perfiles de sus protagonistas son el principal acierto; el actor español Santiago Segura, el mítico Torrente, interpreta a Axel, un friki solitario con problemas de comunicación que está exiliado en España, trabaja manteniendo computadoras y vive para cuidar a su padre que está en un geriátrico. Por otro lado, Diego Peretti es Javier, un profesor de biología que no puede superar la muerte de su esposa ni conectar con su hijo adolescente. Y Diego Torres encarna a Lucas, un abogado ambicioso y corrupto que acaba de divorciarse y de ser despedido. Este trío tan disímil como atractivo supo tener una banda de culto en su juventud, Auto Reverse, que los va a llevar a reunirse después de 25 años y a plantearse los valores de la amistad, la madurez, el compromiso y el éxito. El peso del filme recae en el personaje de Segura que sufre del síndrome de Asperger y debe afrontar las dificultades que esto conlleva, con la brillantez que sólo puede brindar este actor. El guión, también escrito por su director, con momentos de humor muy elocuentes y una dosis musical muy marcada, hacen de esta película una pieza agradable, original y claramente valiosa.
Casi famosos Esta nueva obra, la segundo en su carrera, del director de “Días de vinilo” (2012), vuelve a sustentarse en casi los mismos pilares que su antecesora. Nostalgia y música, en el orden que quiera, para luego ampliarse a otras temáticas, como la amistad, los amores filiales, las pérdidas, el perdón, mientras hay vida hay esperanza, segundas y terceras oportunidades, si se quiere. El filme abre acercándonos a Axel (Santiago Segura) plácidamente tocando la guitarra, escucha la noticia que una emisora de radio cumple 25 años y realizara un mega recital con las bandas de aquella época. Pero Axel recibe un llamado, abruptamente deja todo y se va. Su destino es el geriátrico donde está alojado su padre, quien ya no responde a ningún estimulo, un vegetal. Paralelamente nos constituyen a los otros personajes: Javier (Diego Peretti) y Lucas (Diego Torres). El primero, transitando por lo que podría entenderse como duelo patológico tras la muerte de su esposa, sólo tiene contacto con la vida a través de su profesión de docente de secundaria, hasta ha descuidado a su hijo que ya es un adolescente. Lucas en apariencia es el más exitoso de los tres, abogado de profesión separado de su esposa, todavía conlleva la posibilidad de seducir, pero como nada es lo que parece, enseguida sabremos que su ego es tan grande que le imposibilita el compromiso afectivo con quien sea. Los tres habían formado un grupo de rock “Autoreverse”, allá por los principios de la década del 1990, habían tenido su momento de gloria esfumándose por cuestiones misteriosas. Axel toma un avión, y vuelve a Buenos Aires con la intención de juntar al grupo nuevamente. Lo mejor está en la presentación, construcción y desarrollo de los personajes, sumado a los diálogos, nada de profundidad filosófica, lo cotidiano puesto de manifiesto con mucho humor’ En estas cuestiones de personajes los dos Diegos componen de muy buena manera sendos personajes, es un hallazgo, por parte del director Gabriel Nesci, muy agradable ver al hijo de Lolita Torres actuar y no cantar, lo que hubiese sido un gigantesco cliché. Sin embargo el filme se sostiene principalmente por la actuación del actor español, quien trabaja desde un registro totalmente diferente al que nos tiene acostumbrado. Desde el manejo del cuerpo, el rostro, los ojos, interpretando de manera perfecta a un psicótico “esquizoafectivo” anclado en casi una catatonía. Ayudado por el muy buen guión escrito por el responsable de la dirección. De Hecho, no parece casual que el grupo musical, que ejecuta las canciones también compuestas por Gabriel Nesci, tenga por nombre “Autoreverse”, lo que da pie a un par de gags y al tema principal de la realización. Volver a empezar. No le pidamos ninguna ruptura lingüística ni estética, clasicismo puro desde su estructura narrativa, formalismo a ultranza, pero nos pone melancólicos y nos entretiene con armas leales.
Nostalgia, amistad y música para intentar salir del pozo Gabriel Nesci, el creador de las muy recomendables “Todos contra Juan” y “Días de vinilo”, ensaya otro canto de nostalgia y amistad. Con historias sencillas y personajes melancólicos que valen más por lo que intentan que por lo que logran. Nesci escribió, dirigió y compuso la música. Y en las tres esferas sale a flote. La música es otra vez el motor emocional de esta comedia simpática a la que le cuesta levantar vuelo. Axel (Segura) vive en España, padece del mal de Asperger y cuida a su padre, en estado vegetativo; Javier (Peretti) se ha quedado viudo y no puede ni con su duelo ni con su trabajo de profesor ni con un hijo que anda literalmente por los bordes; y Lucas (Torres) es un abogado chanta y ligero que anda solito y pedaleando. No les sobra nada. Veinticinco años atrás habían formado una banda de rock que dejó alguna huella. Y ahora van por ellas, con más ganas de sacarse de encima el presente que de volver al pasado. Y eso ocupa el centro de un film amable, que quiere hacer reír y emocionar, aunque pocas veces lo logra. Los personajes tan remarcados (la hijita de la Bertotti es una de esas nenas insoportables que da el cine; y Axel a veces irrita) y situaciones caprichosas le quitan chance a una comedia que apela al sentido de la amistad, la nostalgia y los buenos sentimientos para poder rescatar a estos tres ex compañeros que andan medio estropeados por la vida, pero que encuentran en la evocación, los afectos y la música la chance de una segunda oportunidad.
Santiago Segura es uno de los grandes actores cómicos de habla hispana y para comprobarlo alcanza con visionar cualquiera de las películas de la saga Torrente, o mejor aún, poner el ojo en Muertos de risa, quizá el gran film de Alex de la Iglesia. Ahora, en cierto modo para ratificar el lugar que ocupa en la comedia en castellano, el actor español acaba de estrenar en Argentina Casi leyendas, donde comparte cartel con Diego Peretti y Diego Torres. El relato se ocupa de la historia de Axel (Segura), Javier (Peretti) y Lucas (Torres), tres músicos que formaron una banda a comienzos de los años 90 pero que, por un hecho desgraciado, nunca llegaron a la consagración definitiva. Hoy, 25 años después de aquella gestación, se reúnen para encontrarse con los 15 minutos de fama que alguna vez Andy Warhol prometió al mundo. El director Gabriel Nesci, que supo transitar la comedia melómana con la efectiva Días de vinilo, repite aquí el apego por el guión de fórmula y lo hace con buenas armas, más allá de los lugares comunes o algunos clisés de la comedia nacional y popular. Aquí es donde volvemos a Segura y lo central que es su participación para el resultado final del film. Su personaje, evidente portador de Asperger, se lleva las mejores líneas de diálogo del guión, sobre todo cuando aparecen pinceladas de humor negro e incluso algunos pasajes de tinte bizarra. Junto a él, Diego Peretti aparece deslucido, por momentos haciendo su papel de taquito, con menos marcación de la que parece haber recibido el actor español. Diego Torres, por su parte, es efectivo desde su lugar de tipo entrador y canchero (papel que también podría haber compuesto sin mayores cambios Adrián Suar). Casi leyendas es entonces una producción redonda en concepto y realización, ajustada al público argentino a través de un devenir melodramático, pero a la vez con chispazos de comedia brillante en algunos pasajes. Además, los guiños retro a cargo de los cuarentones que buscan vivir una segunda juventud sobre el escenario tienen su coronación con la participación ¿estelar? de íconos 90s como Cae o BB Sanzo. Elecciones que, al menos en el público local, suman.
Con un pasado en común, pero con un presente totalmente distinto, nos encontramos con tres personajes que comparten una amistad a través de la música. Empujado por la nostalgia el personaje español decide volver a Argentina para un concurso de bandas de los ’90 y tratar de reunir a la “Auto Reverse” la banda que estuvo a punto de ser un gran éxito. Comienzan una serie de enredos, podríamos decir que es una comedia de enredos, y vemos como el depresivo, el raro y el chanta retoman el sueño (truncado) de su adolescencia. Creo que tengo un problema con las comedias argentinas, no me terminan de convencer, y no hablo sólo de las películas. Si bien esta no es una película puramente de comedia, es vendida como tal, y lo más cómico de la película es el personaje de Santiago Segura quien hace un excelente trabajo actoral, siendo una especie de Sheldon de The Big Bang Theory, pero un poco menos nerd y con tonada española. Predecible por momentos, baja por otros, con chistes fáciles y como dije antes muy predecibles, es una película que no me convence. La historia de la banda que se reúne para un ¿último? concierto es un tanto vieja y repetida. A Diego Torres hubiese preferido escucharlo cantar que verlo actuar. Los críticos de nuestro país le están tirando flores a esta película, no sé si será para inflarla porque es nacional o porque realmente les parece que está buena. Mi recomendación: Si sos de las personas que apuestan al cine nacional sin importar lo que sea, anda al cine. Si estás aburrida de acá a unos meses, cuando salga en dvd, mirala en tu casa tranqui.
Afortunadamente en estos últimos años fue mejorando la aceptación del cine argentino. No solo creció en cuanto a calidad de producción o de guión, sino también en la cantidad de espectadores. En la actualidad existe un público enorme dispuesto a ver un cine bien nuestro. Sin embargo, parecería que todavía es un poco difícil incursionar en la comedia, tal vez por las propias dificultades del género: es mucho más fácil hacer reír que llorar. De todas maneras, existen apuestas muy interesantes y que no dejan de sacarte una sonrisa desde principio a fin. Uno de esos ejemplos es “Casi Leyendas”, película dirigida por Gabriel Nesci (“Días de Vinilo”, “Todos Contra Juan”) y protagonizada por Diego Peretti, Santiago Segura y Diego Torres, que llega mañana a los cines. Esta coproducción argentina-española cuenta la historia de tres “amigos” de la juventud que tenían una banda de rock pero que por cuestiones de la vida se separaron hace mucho tiempo atrás. Ahora, cada uno con un rumbo distinto, se encontrarán nuevamente para un posible último show. “Casi Leyendas” es una película que funciona en muchos niveles. Uno de ellos es en la calidad actoral. El trío protagónico se encuentra muy bien, cada uno interpretando a un personaje muy distinto al resto. Santiago Segura se destaca por sobre el resto, debido a que encarna a un hombre muy particular; sinceramente se roba todas las miradas y sin duda todas las risas. Tanto Diego Peretti, Diego Torres, como los actores secundarios, Florencia Bertotti, Claudia Fontán, entre otros, presentan roles muy interesantes. Uno de los condimentos principales que no puede faltar en una comedia es la risa. “Casi Leyendas” asegura que desde el comienzo de la película hasta el final (aunque la emoción también entra en juego) el espectador vivirá un momento más que grato. El guión está pensado a la perfección, con chistes inteligentes y osados. La música también juega un rol central, no solo para aclimatar las escenas sino porque justamente tiene una importancia particular en la historia. “Casi Leyendas” es una gran comedia que sin duda ocupará un lugar importante en la cinematografía argentina. Promete risas en todo momento, con un humor inteligente, ácido y osado. Es una película fresca y dinámica, cuyas grandes actuaciones y buena música terminan de cerrar este buen combo. Puntaje: 4/5
Mi rock perdido. Casi Leyendas muestra la historia de 3 viejos amigos que luego de 25 años intentan volver a reunir su banda de rock de la juventud, Auto Reverse. Como uno tiene síndrome de asperger (Santiago Segura), otro es un abogado chanta (Diego Torres) y el tercero acaba de perder a su mujer y tiene que hacerse cargo de su hijo (Diego Peretti) el gloriosos retorno se empieza a complicar. Toda película argentina costumbrista tiene siempre un examen que pasar que no aplica a cualquier otra película. Se espera de ellas que los diálogos sean más bien realistas. Que se utilice el tono y las palabras adecuadas que usan los argentinos todos los días (por ejemplo, personajes argentinos reales deberían decir “usan” y no “utilizan”). Y qué mejor jurado que el público argentino, el que más conoce estos detalles ya que los escucha constantemente. Sería más difícil que los argentinos encontráramos una actuación forzada o detectáramos una línea de diálogo artificial en una película angloparlante puesto que no tenemos el oído tan fino para esos detalles. No estamos constantemente entrenados porque simplemente no vivimos en el norte. Entonces frases como “es inadmisible que lo hayas dejado solo”, “nombrame una cosa que sí te gustaría compartir conmigo” o “me manché con golosinas” pueden hacer un poco de ruido en Casi Leyendas. Uno calcula que este tipo de lenguaje tiene que ver con una razonable cuestión de mercado, para que se vea en España y su público pueda entender la película sin que les hagan ruido los modismos argentos. Como toda banda, Auto Reverse tiene su hit, su mejor canción: Elevados. Y también tiene su banda rival. En este caso no es una banda de ficción sino que se trata de Bravo, la banda noventera de Cae, que aquí actúa de sí mismo. Entonces Bravo será el contraste de Auto Reverse. Deberíamos esperar y amar su música antes que la de Cae. Es más, la música de Bravo sería casi un chiste, algo despreciable. Como lo era la banda ficcional No Vacancy en Escuela de Rock. Y acá viene una confesión que me hubiera gustado no hacer: la canción Te Recuerdo de Cae me parece realmente una gran canción, una de las mejores de los noventa! Por lo tanto, a alguien que le guste Cae también le hará ruido este chiste, o este contraste. Ya que tampoco los temas de Auto Reverse son tan geniales, ni apasionantes. Sobre todo porque Diego Peretti hace las verdaderas voces y como le dice Santiago Segura en la película, “nunca fuiste un gran cantante”. Pero si uno puede sortear todas estas pequeñeces y obviar algunas resoluciones fáciles, encontrará una película importante y valorable. Con un maduro uso de la comedia clásica, con buenos instantes de humor y verdaderos momentos de emoción, sobre todo de la mano del genial Santiago Segura.
Al igual que su trabajo anterior, Días de Vinilo ( 2012 ), Gabriel Nesci, director y guionista de esta obra, centra su historia en el universo musical. Relata la historia de tres amigos que otrora supieron coquetear con el intento de obtener un éxito con su banda Auto Reverse, un grupo pop de los años noventa. Veinticinco años después un concurso radiofónico de una emisora porteña vuelve a juntarlos. Diego Peretti ( Javier ) , Santiago Segura ( Axel ) y Diego Torres ( Lucas ), con excelentes actuaciones, componen a los integrantes de esta banda, cada uno con características personales muy definidas. Javier es un profesor de Biología, que aún no puede superar la muerte de su esposa y con serios problemas de comunicación y contención para con su hijo adolescente. Axel es un técnico en computación, extraño, querible, introvertido y sin filtro a la hora hablar. Regresa de España con el objetivo de reunir a sus dos compañeros para participar del concurso radial. Lucas es un abogado exitoso y un poco chanta, al que descubren involucrado en malversaciones de fondos y se queda sin trabajo. Igualmente son muy buenas las composiciones de Florencia Bertotti y Claudia Fontán como ex fanáticas de la banda. Se lucen también la niña Uma Salduende con un personaje sin desperdicios, la única adulta en un mundo donde los grandes no se asumen como tales y Fernán Mirás en un rol muy divertido como abogado con pocos escrúpulos. La anécdota de la película permite que se reflexione sobre la amistad, las relaciones humanas, y la necesidad de sentirse acompañados y huirle a esa soledad, que por un motivo u otro va acechando a los personajes como un fantasma. Asimismo nos mete en ese universo de las bandas de rock, con su singular mundo y circunstancias. En el film el director se da el gusto de trabajar en un tema que le apasiona, y, además, de componer las canciones musicalmente pegadizas que se escuchan e interpreta la banda. No se puede dejar de destacar la excelente fotografía de Sol Lopatin que logra muy buenos climas. En suma, es una comedia simpática e hilarante, con diálogos muy buenos y un humor fuera de lo común. Por lo tanto podemos decir que es una interesante propuesta para pasar un momento agradable y divertido.
Una bandita que te puede copar Por alguna razón, la mayoría de la gente de mi generación le tienen cierto recelo al cine argentino, cada vez que una película de este país se estrena, la gente suele rechazarla, sea buena o mala, y es algo que no consigo entender. Como el argentino no tiene orgullo por su propio material, a menos que, claro, sea nominado para un Oscar. Sé que no somos un país que se caracterice por sacar obras maestras cada mes, pero el cine argentino se la banca bastante, y muchas de sus películas son realmente disfrutables. Talento en el país no falta, y en Casi Leyendas, el más destacado es sin dudas el señor Peretti (sin contar al grande Santiago Segura, que es español). Actor que ha aparecido en algunos de los mejores productos de la Argentina en los últimos tiempos, y que, para serles sinceros me cae muy bien. Lo cual contrasta con la opinión que tengo sobre Diego Torres, la cual mejor ni se las digo. Pero aquí Diego Torres está tranquilo, tengo que admitir que no molesta como suele hacerlo. El que brilla con creces es Segura que hace un papel muy gracioso y creíble, mas allá de lo ridículo del personaje. En Casi Leyendas, lo mejor es que resulta realmente divertida. Sin extenderlo demasiado, por momentos se sueltan risas sinceras, y entretiene bastante. Las dos horas se pasan volando a toda velocidad y los chistes son en gran parte responsables de eso, haciendo que pases la película con naturalidad y te diviertas con algunas situaciones que desde otro punto de vista y pensándolas en profundidad son realmente tristes. Casi Leyendas es realmente divertida. Pero por desgracia, algunas escenas se sienten muy forzadas, y a veces hasta ridículas pero en el mal sentido. Es como si metieras un secuencia a la fuerza solo para hacerte reír, y uno como espectador siente eso, lamentablemente. Es como si el director no supiera manejar bien lo que está contando. Hablando del director, Gabriel Nesci, pareciera sinceramente que no tiene muchas ideas a la hora de la dirección, dejando todo el peso encima del guión, el cual como ya dijimos tiene sus fallas. Ese guión, por momentos camina solo, pero por otros deja muy evidentes sus falencias. A Nesci le falta de imaginación, como si los planos, los movimientos, fueran tomados desde una zona de confort cinematográfica, sin ideas nuevas, ni nada que llame la atención. Pero, en fin, Casi Leyendas, es una película que vale la pena, ir y sentarse en la sala a reírse un rato nunca está mal. Y este film garantiza eso.
Tres para triunfar. El director Gabriel Nesci, de Días de vinilo, vuelve a tomar la música como eje del relato en Casi Leyendas, una divertida comedia. ¿De qué se trata Casi Leyendas? Axel (Santiago Segura) es un español que decide viajar a Argentina en busca de sus ex-compañeros de juventud, aquellos con los que formó la banda Auto Reverse, ante la posibilidad de un regreso glorioso. En Buenos Aires se encontrará con Javier (Diego Peretti), un profesor viudo al que le cuesta relacionarse con su hijo, y Lucas (Diego Torres), un abogado de dudosa ética que es despedido de su trabajo. ¿Con qué te vas a encontrar? “Casi leyendas” ofrece humor efectivo, buena música y excelentes actuaciones. Santiago Segura es el alma de la película y su personaje se lleva todos los aplausos, gracias a una construcción minuciosa que va desde lo físico hasta cada línea de diálogo. Diego Peretti se luce en su registro más visitado y aporta otras tantas cuotas de humor y de tipo común (sí, como Darín en la publicidad de la cerveza). El personaje Diego Torres tiene un acierto interesante: es el baterista de la banda, no el cantante. Digo, porque hubiera sido fácil y probablemente menos efectivo ponerlo en un rol cómodo que refiera a la realidad. A ellos se suman Claudia Fontán como una ex-groupie y Florencia Bertotti como la hermana de Fontán. Ambas aportan humor y se convierten en el inevitable deseo amoroso de los integrantes de la banda. Y, queridos nostalgiosos de los ’90, sin ánimo de spoilear, solo voy a decir que Cae les tiene una sorpresa preparada 😉 La película tiene algún que otro diálogo que suena forzado, pero no por eso opaca otras líneas muy bien construidas con chistes efectivos. Sí, hay algún que otro cliché y situación predecible por ahí dando vueltas, pero, ¿acaso no nos gusta la justicia poética? El humor lo cura todo, incluso los detalles que puedan hacer ruido. ¿Cómo hubiera sido si….? La nostalgia de haber sido casi leyenda. La vida acartonada vs el sueño de ser un rockstar. “Si arrastré por este mundo la vergüenza de haber sido y el dolor de ya no ser...” cantó Gardel y fue leyenda. Otros no lo han sido, pero sí que vale la pena contar su historia. ¡No te la pierdas! Puntaje: 8/10 Duración: 120 minutos (aproximadamente) País: Argentina Año: 2017