Utopía de paz e igualdad En su momento Cómo Entrenar a tu Dragón (How to Train Your Dragon, 2010) constituyó toda una rareza dentro del enclave de la animación mainstream porque ofreció una historia insólitamente sensata de iniciación en el mundo adulto por parte de un joven vikingo, Hipo/ Hiccup (Jay Baruchel), junto a su dragón mascota -de la raza Furia Nocturna- llamado Chimuelo/ Toothless, lo que incluía una impronta muy fuerte de proteccionismo animal y esas típicas aventuras con toques de comedia de las obras de DreamWorks. La segunda parte del 2014 fue un film sumamente digno que seguía la misma línea y hasta oscurecía el devenir, reforzando la idea de que la saga no esquivaba la introducción de “realidad dura” en el desarrollo (mutilaciones, muertes, fanatismo ideológico, genocidio, etc.). Hoy Cómo Entrenar a tu Dragón 3 (How to Train Your Dragon: The Hidden World, 2019) funciona como la frutilla del postre ya que resume y profundiza los planteos narrativos anteriores. Convertido en líder de la Isla de Berk y a posteriori de lograr que los lugareños acepten a los dragones como sus amigos en vez de considerarlos una amenaza que debe ser eliminada cuanto antes, Hipo, su novia Astrid (América Ferrera) y sus cofrades/ compinches se dedican a liberar a dragones capturados por cazadores varios, circunstancia que lleva a una sobrepoblación de animales alados en Berk que pone al sitio muy al descubierto como un santuario de dragones a ojos de los asesinos de turno, ahora comandados por Grimmel (F. Murray Abraham), un cazador experto e hiper fundamentalista que pretende la extinción de los dragones porque los ve como un peligro para los humanos (y como una suculenta fuente de ingresos en su rol de mercenario, por supuesto). Así las cosas, el villano libera a una hembra completamente blanca de Furia Nocturna para enamorar a Chimuelo y manipular a la distancia a Hipo y los suyos, a la que los muchachos de Berk llaman Furia Luminosa. Influenciados por la intimidación de Grimmel, todos los habitantes de la isla abandonan el lugar con sus mascotas/ medios de transporte en busca de un “mundo oculto” legendario donde los dragones viven en autonomía y bien lejos de la maldición de la constante persecución por parte de los insoportables seres humanos. La trama trabaja de un modo maravilloso y con gran inteligencia por un lado el descubrimiento de esta utopía de paz e igualdad para las criaturas aladas y el naciente amor entre Chimuelo y Furia Luminosa, y por otro lado la necesidad de Hipo de ya no depender más de su amigo -y de todos los dragones en general, a decir verdad- para en buena medida hacer frente a Grimmel con sus propios recursos. Otro de los elementos inusuales que caracterizan a la saga es que las tres películas estuvieron a cargo de Dean DeBlois, un director y guionista canadiense que supo adaptar las creaciones literarias originales de Cressida Cowell de manera coherente y respetando con sumo cariño a los personajes, a quienes les dio un arco de crecimiento muy interesante, en verdad multifacético y hasta plagado de detalles humanistas esplendorosos. En una época en la que dominan la uniformidad y las soluciones berretas en el séptimo arte y especialmente en su vertiente industrial, resulta un soplo de aire fresco que films como Cómo Entrenar a tu Dragón 3 apuesten más al corazón de la historia de turno y su sustrato artesanal que a la pomposidad por la pomposidad en sí, dejándonos con escenas excelentes como las dos centradas en los rituales de apareo -la primera en tierra, de tono cómico, y luego en aire, más cerca del lirismo- de Chimuelo y Furia Luminosa. La propuesta subraya lo imprevisible, estúpido y dañino que suele ser el ser humano y cómo la protección de las especies animales y vegetales amenazadas siempre queda en manos de un puñado de valientes solitarios que se autoimponen la tarea de defender la vida de nuestros semejantes ante cualquier psicópata armado ocasional, un esquema trágicamente urgente en el que los dragones se comportan como animales reales -no hablan ni generan chistecitos cada cinco segundos- y en el que la intervención de los secundarios es crucial porque le da un marco de epopeya social al relato y aporta dinamismo gracias a esas idiosincrasias chocantes…
Como entrenar a tu dragón 3 (How to Train Your Dragon: The Hidden World) Cierra la trilogía de películas con ese nombre. La amistad entre el joven vikingo Hiccup y el dragón Toothless contada en tres películas alarga un poco más la historia para darle un cierre. El único tema que queda es la maduración de los dos protagonistas. El joven que tiene que transformarse en líder y el dragón que se enamora de una de su especie. Ambos deberán, tal vez, tomar dos caminos separados. Aunque la película es especialmente generosa en imágenes hermosas y originales, en otros momentos resultan un tanto excesivas, con un despliegue sin demasiada justificación más que el mostrar las posibilidades técnicas que tienen los que hicieron la película. Tres largometrajes para este se ve aquí que es demasiado, que por más momentos logrados que pueda tener, ya está terminado casi todo lo que había por decir. La rutina de las secuelas queda tapada por una película bella y entretenida, que no molestas ni moviliza, que tiene un final realmente muy perezoso, más propio de una mala comedia romántica que de un film de aventuras. La trilogía se termina acá con gusto a poco, el oficio no alcanza cuando no hay un talento que le permita a las historias reinventarse y volverse novedosas aun siendo secuelas.
Luego de las primeras dos entregas de Como entrenar a tu dragón, esta saga se ha convertido en una de las franquicias más importantes para el estudio Dreamworks Animation. La realidad es que estos films estaban pensado tanto para el público adulto, gracias a la profundidad y emotividad que denotaba su argumento, y a su vez era muy entretenida para toda la familia. Esta última entrega es el cierre que la historia necesitaba, aunque lamentablemente su argumento es tratado de una forma muy superficial, descuidando tramas y personajes. Pero tampoco se asusten, sigue siendo un film bastante entretenido para todos. Esta historia ocurre tiempo después de los hechos del segundo film, donde Hipo ha tomado el mando de aquella civilización de Vikingos, y su dragón chimuelo, se ha convertido en el alfa, logrando mantener el orden entre todos los dragones rescatados. La ambición humana sigue siendo un peligro para estos seres voladores, y el pueblo de Berk cuenta con demasiados de ellos para poder protegerlos a todos, todo esto se dificulta ante la aparición de un cazador indomable que complicará las cosas. A su vez también tenemos la aparición de un dragón hembra de la misma especie que chimuelo, donde obviamente este simpático ser volador se enamora. La trama en general está bastante bien , el tema central de buscar una solución para encontrar la paz entre los dragones y los humanos es lo que justifica este cierre de la historia, aunque lamentablemente no se encuentra muy bien desarrollado. La película le da demasiado protagonismo a la trama amorosa de chimuelo, que obviamente es muy tierna y dará muchas risas en el camino, pero no llega a complementarse con la trama principal. A su vez también tenemos personajes que quedaron muy descuidados, y van por el lado femenino, tanto por el papel que cumplía la madre de Hipo al ser una protectora de dragones, como Astrid, cuyo mayor conflicto, es ver si se quiere casar o no con el líder de los Vikingos. A pesar de todo , el film logra cerrar de una manera digna y con la dosis de emotividad que ha caracterizado a cada una de las entregas. El trabajo de animación es cada vez más detallado y fino, con un diseño artístico que sorprende a través de sus coloridos paisajes y la conjunción con la variedad de las especies de dragones. El apartado técnico es lo que mejor se ha trabajado, y que junto a una hipnótica banda sonora, permite al público alucinar con cada detalle, colores y personajes que aparecen en la película. En cuanto a las voces, hemos tenido la oportunidad de ver el film en su versión original con subtítulos, y podemos destacar el trabajo actoral en cuanto al doblaje de los personajes. Entre los actores principales que forman parte del reparto, tenemos a Jay Baruchel como Hipo, América Ferrera como Astrid, Cate Blanchett como Valka. También están las participaciones de Kit Harrington, Jonah Hill, entre otros. Como entrenar a tu dragón 3 es una película que si bien no le da un cierre por todo lo alto a esta conmovedora saga, logra otorgarle un final digno con la emotividad y el entretenimiento necesario. A pesar de ser algo predecible , y descuidada en el desarrollo de algunos personajes, el film es entretenido tanto para grandes y chicos, cerrando está historia con puro amor y amistad. Calificación 6.5/10
Libertad, amor y liderazgo Cómo entrenar a tu dragón 3 (How to Train Your Dragon: The Hidden World, 2019) es una película animada de aventuras que constituye la tercera y última entrega de la saga Cómo entrenar a tu dragón, la cual tuvo su comienzo en 2010. Basada en una serie de libros infantiles escritos por la inglesa Cressida Cowell, la dirección, guion y producción ejecutiva vuelven a estar a cargo de Dean DeBlois (Lilo & Stitch). Para las voces originales regresan Jay Baruchel, Cate Blanchett, America Ferrera, Gerard Butler, Jonah Hill, Craig Ferguson, Kristen Wiig, Kit Harington, entre otros. Un año después de los eventos ocurridos en la segunda parte, Hipo (Baruchel) y su gran compañero Chimuelo continúan rescatando dragones y llevándolos a la isla de Berk, donde los vikingos ya aprendieron a convivir tranquilamente con estos animales. Dándose cuenta que la isla está sufriendo de superpoblación, Hipo recuerda las historias que le contó de pequeño su padre Estoico sobre el Mundo Oculto, un hábitat tranquilo y seguro para los dragones. Con la amenaza latente de Grimmel (F. Murray Abraham), un cazador experto de Furias Nocturnas, Hipo y sus amigos emprenderán viaje en busca del Mundo Oculto. A su vez, Chimuelo se enamorará por primera vez de la delicada Furia Luminosa. La saga fue una grata sorpresa allá por el 2010, convirtiéndose en una de las mejores producciones de DreamWorks debido tanto al cuidado diseño de los seres mitológicos como al foco que tenía la historia: la relación entre un dragón y un chico plasmada de la manera más empática posible. La segunda entrega, estrenada cuatro años después, supo mantener la esencia de su predecesora con un gran agregado de acción al tener que luchar contra un gigante y malvado dragón Alfa que lograba que los animales no actúen como ellos mismos. El acierto de estos filmes se basó en que, por más de que estuvieran dedicados a un público infantil, los directores y guionistas no dudaron en tocar temáticas universales como la amistad, el luchar por lo que uno cree, lo que conlleva crecer, el no encajar en una comunidad, la pérdida y el sobreponerse a los obstáculos de la vida. Con la llegada del fin, nuestro protagonista deberá darse cuenta que su heroísmo, valentía y fortaleza no se deben a que tiene a Chimuelo a su lado: el coraje está instalado en su interior. Por otro lado, Hipo aprenderá que el dejar ir no tiene por qué ser un aspecto negativo, más bien se trata de un acto de amor por el bienestar del otro. La película tiene escenas de acción realmente épicas y dignas de un cierre de trilogía; sin embargo, lo que más se destaca es el aspecto visual. Aunque las dos cintas anteriores ya eran imponentes en este apartado, aquí se consigue llegar a otro nivel. Los colores y las luces brillan en todo su esplendor, aparte de que la cantidad de dragones pareciera ser inagotable. El diseño de la isla de Berk y el Mundo Oculto son solo algunos de los escenarios más espectaculares que están construidos con especial atención al detalle. Aunque la trama que se da alrededor del cazador de Furias Nocturnas no posea nada innovador y el villano no tenga motivos sólidos para argumentar su accionar, el tiempo que se le dedica a desarrollar la relación de Chimuelo y Furia Luminosa es un deleite para los más fanáticos de la criatura sin dientes. Resulta imposible no sonreír con cada movimiento del dragón oscuro, a la vez que la hembra posee una belleza etérea inigualable. Cómo entrenar a tu dragón 3 se alza como un digno cierre de una trilogía que supo llegar al corazón del espectador. Franca, concisa y real, las últimas escenas son tan perfectas que harán lagrimear a más de uno.
La última entrega de esta saga llega a los cines este jueves para centrarse luego de los acontecimientos de “Cómo entrenar a tu dragón 2”, donde Hipo (Jay Baruchel) se convirtió en el jefe de su pueblo. Junto a su equipo y su dragón amigo llamado Chimuelo se encargan de rescatar dragones que son atrapados por cazadores, dirigidos por su madre Valka (Cate Blanchett). Pero todo cambiará cuando aparezca un dragón hembra de la misma especie que Chimuelo, un Furia Nocturna (que se creía extinto). A partir de esto, el liderazgo y los sueños de Hipo se pondrán en duda y tendrá que demostrar que es un gran líder, con o sin dragón. Esta es la última parte de las aventuras de Chimuelo e Hipo, las anteriores entregas tuvieron una gran aceptación en el público en general. A pesar del retraso de la conclusión de la trilogía se generaron grandes expectativas sobre esta aventura. La saga de “Cómo Entrenar a tu Dragón” está basada en unos libros escritos por la autora Cressida Cowell. Al igual que en sus antecesoras, la película deja un hermoso mensaje de amistad, tolerancia y perseverancia ante los obstáculos que deben enfrentar los protagonistas. Con respecto a los aspectos técnicos, la banda sonora acompaña muy bien las escenas de acción y batallas, como así también los momentos emotivos de la historia. Por su parte, la animación ha mejorado a medida que han avanzado las películas; están muy bien logradas y por momentos los escenarios en los que transcurre el relato se sienten tan reales como una fotografía. En conclusión, “Cómo Entrenar a Tu Dragón 3: El Mundo Escondido” es un gran cierre para una maravillosa historia que merece una oportunidad de ser vista en el cine.
El tercer eslabón de la saga de aventuras iniciada en 2010 termina de la mejor manera con una historia que muestra el crecimiento y evolución de los personajes en medio de la eterna lucha entre el Bien y el Mal. La historia del joven vikingo Hipo junto a Chimuelo, su dragón mascota de la raza Furia Nocturna junto a la galeria de simpáticos personajes que los secundan, como su novia Astrid, arriban a un final con bombos y platillos y de la mano del mismo director, Dean DeBlois, tanbién responsable deLilo & Stitch Un relato de supervivencia, liberación, amistad y de respeto a las diferencias es la que se lleva adelante en esta nueva entrega. Los héroes tienen a los dragones como aliados y enfrentan al malvado Grimmel, un cazador que intenta hacerlos desaparecer en medio de combates feroces y vuelos majestuosos ambientados en escenarios naturales con estética futurista. Cómo entrenar a tu dragón 3 sabe amalgamar la aventura, la acción y la emoción en un delicado equilibrio gracias al arco dramático que atraviesan los personajes y la última tecnología aplicada a la animación. Más allá del envoltorio visual, la película logra emocionar -guerreros con cuerpos gigantes y tierno corazón- y entrega un final acorde a lo planteado en los dos filmes anteriores. Hipo arrastra el dolor de la ausencia materna y los recuerdos junto a su padre a través de flahbacks pero su pierna mutilada no parece detenerlo en su lucha para transformarlo en el líder de su tribu. En la trama ocupa un lugar preponderante el romance entre el dragón y una de su misma especia, en una bellísima secuencia desarrollada entre miradas, juegos y seducción. Tanto Hipo como Chimuelo saben que sus caminos tomarán diferentes direcciones y la película aprovecha ese falso final para arremeter con otra secuencia magnífica.
Cuando una saga animada llega al punto en la que se encuentra Cómo entrenar tu dragón 3 (How to train your dragon 3, 2019), no hay mucho más que sentarse frente a la pantalla, disfrutar y evitar reclamar originalidad o tal vez algún giro inesperado que revierta lo previsible. La novedad de Cómo entrenar tu dragón 3 es que Chimuelo, ese dragón que asumió -gracias a su amigo Hipo- un lugar de privilegio en la manada de seres mitológicos, atraviesa algunos cambios desde el descubrimiento de un ejemplar femenino con sus mismos poderes. En plena ebullición pulsional, el simpático personaje reflexiona, si es que los dragones lo hacen, acerca de qué lugar tiene asignado con el resto de sus pares, y viéndose solo en un futuro, acompañado por Hipo, se debatirá entre sus deseos y la lealtad que ha mantenido hasta el momento con el joven. La tercera parte de la saga se presenta como una sucesión de hechos vistos en diferentes coming of age, con mucho humor y acción, y donde la amistad de dos personajes se ve amenazada (o al menos uno de ellos lo cree) por la irrupción del sexo opuesto que impulsa otro relacionamiento entre ambos. Para potenciar la historia, y ofrecer dosis de tensión que aumente el placer del espectador, se sumará un villano villanísimo. Hipo intentará proteger a Chimuelo de Grimmel (F. Murray Abraham), un enemigo que sólo desea asesinar al último de los furia nocturna, la especie más poderosa de dragones que el hombre conoció, y a su vez demostrar con hechos concretos su lugar como líder de los vikingos. Cómo entrenar tu dragón 3 recupera el relato de aventuras más clásico, y que el cine animado industrial prefiere olvidar, sumando puntos cuando la épica, la pasión, el desafío, el trabajo en equipo y aquellos valores asociados a la amistad y la lealtad proporcionan el material ideal para que el guion avance de manera lineal y sin sobresaltos. Ideal para tiempos en donde la proliferación de productos infantiles apuntan sólo a la obviedad como efecto, evitando imaginar una recurrencia de género que posibilite un placer mayor, acercando estereotipos, similitudes y la necesaria claridad en la historia para que tanto chicos como grandes disfruten por igual.
Brillante cierre para una gran trilogía. En 2010 Dean DeBlois nos trajo a la pantalla Cómo entrenar a tu dragón; en ese puntapié inicial de la saga, el realizador constituyó un nuevo lenguaje en películas de animación ya que ofreció una historia sensata y llena de novedades sobre la historia de un joven vikingo Hipo Hiccup (Jay Baruchel) que comienza a incursionar en el mundo adulto. Siempre a su lado uno de los grandes hallazgos de la trilogía, el dragón Chimuelo Tooyhless. La trama, además de tratar temas relacionados al proceso de maduración en la vida, contenía un gran lema sobre la importancia de la protección a los animales. En 2014 llegó la inevitable secuela. A pesar de algunas modificaciones en el equipo técnico, Cómo entrenar a tu dragón 2 superó en calidad a su predecesora reforzando un contenido cuya valiosa idea principal hacía referencia a lo engorroso de pertenecer al mundo adulto, la dureza de la vida; abarcando tópicos desde la muerte, el genocidio, etc. En el 2019, ya habiendo visionado la tercera y última parte, como espectadora, sostengo que es lo que faltaba para darle un cierre y profundizar en los temas narrativos ya presentados en el transcurso de la última década. Mientras Hipo cumple su sueño de crear una pacífica utopía de dragones, el descubrimiento de un compañero indomable y escurridizo por parte de Chimuelo aleja a la Furia Nocturna. Cuando el peligro aumenta en casa y se pone a prueba el reinado de Hipo como jefe de la aldea, tanto el dragón como el jinete deben tomar decisiones imposibles para salvar a la especie. En momentos en donde la industria cinematográfica parece involucrar poco al corazón, es una suerte que Cómo entrenar a tu dragón 3 aún conserve la vertiente de contar a partir de un sentimiento, dejándonos en la memoria escenas exquisitas y encantadoras. La mayor enseñanza que rescato es la importancia de crear consciencia sobre el cuidado en la especie animal y vegetal, que es tarea de todos los seres que habitamos la tierra y no de un simple puñado de personas que deciden arriesgarse para salvar lo que nos queda.
La tercera parte de la saga de Dreamworks da cierre a la historia entre el joven vikingo Hipo (Jay Baruchel) ya convertido en jefe de su pueblo ubicado en la Isla de Berk, y su dragón Chimuelo (Toothless), entre los que se encuentran su novia Astrid (con la voz de América Ferrara) y un grupo de adorables personajes que conviven en paz con los dragones que fueron rescatados. Chimuelo, que corresponde a la raza Furia Nocturna, y los demás dragones se ven amenazados por el malvado y experto cazador Grimmel (en la inconfundible voz de F. Murray Abraham) cuando éste decide capturar a todos los animales de la Isla. Para eso deberán unirse y llevar a cabo un delicado plan, ésta vez con la aparición de una versión femenina de dragón que seduce a Chimuelo, con el objetivo de hallar el Mundo Oculto para protegerse de los cazadores. La historia muestra cómo la amistad y el bien triunfan siempre sobre el mal, todo ésto con mucha acción y aventura. El director Dean DeBlois, responsable de la trilogía, logra convertir el libro escrito por la autora Cressida Cowell en un film visualmente impecable, sobre todo en lo que a vuelos y dirección de arte se refiere, además de una impactante música. A las voces mencionadas se suman las de Cate Blanchett, Jonah Hill, Kristen Wiig y Gerard Butler, entre otros. Una muy buena opción para llevar a los chicos en éstas vacaciones que va a emocionar a más de un adulto. ---> https://www.youtube.com/watch?v=u5UfWL_aA-o ---> TITULO ORIGINAL: How to Train Your Dragon: The Hidden World VOCES ORIGINALES: Jay Baruchel, Cate Blanchett, Kristen Wiig, Jonah Hill, Kit Harington, T.J. Miller, Gerard Butler, Christopher Mintz-Plasse, America Ferrara, Djimon Hounsou. GENERO: Animación , Acción . DIRECCION: Dean Deblois. ORIGEN: Estados Unidos. DURACION: 104 Minutos CALIFICACION: Apta todo público FECHA DE ESTRENO: 31 de Enero de 2019 FORMATOS: Imax, 3D, 2D.
Ya es norma que cuando una franquicia animada funciona bien en la taquilla se sigan produciendo nuevas entregas. Lo que no es tan habitual es que la calidad artística se mantenga. Hay excepciones (la saga de Toy Story, por ejemplo) y casos extraordinarios en los que el nivel parece mejorar con cada secuela: Cómo entrenar a tu dragón es una de ellos. En esta bella y sensible tercera parte se mantienen el encanto, la simpatía y la gracia de las películas de 2010 y 2014, pero en esta oportunidad hay una venta romántica (tanto en el caso del protagonista Hipo como del dragón Chimuelo) que completa el panorama y la hace disfrutable para todo tipo de público (adulto e infantil, niños y niñas). La trama es sencilla, pero muy bien construida: el joven Hipo es el heredero que ha quedado a cargo de Berk, pintoresca isla en la que conviven vikingos y dragones. Más allá del hacinamiento, la comunidad parece desarrollarse con bastante armonía hasta que entra en escena un malvado e implacable cazador llamado Grimmel. Ante la amenaza, deciden ir en busca de un lugar más seguro: un paraíso que -según la leyenda- está ubicado en los confines del planeta. La película combina en dosis justas peripecias, enredos, batallas y los apuntados momentos más íntimos. El resultado es deslumbrante desde lo visual y llevadero en lo narrativo. Además, para el público más adulto cabe la habitual recomendación: buscar alguna función nocturna que exhiba la versión original subtitulada. Los aportes en las voces de Jay Baruchel, America Ferrera, Cate Blanchett, Gerard Butler, Jonah Hill, Kristen Wiig, Christopher Mintz-Plasse, Craig Ferguson, Kit Harington y F. Murray Abraham son notables.
Tercera entrega de la mejor franquicia de la factoría Dreamworks, "Cómo entrenar a tú dragón 3", de Dean DeBlois, mantiene en alta la vara de sus predecesoras. Allá por 2010, "Cómo entrenar a tú dragón", significó un antes y un después para la gente de Dreamworks. Aquellos que habían comenzado bien alto con "Antz", y descubrieron el mega éxito con "Shrek", se habían quedado en la cómoda de repetir el esquema de la saga del ogro verde una y otra vez en historias cada vez más vacías y ofensivas. Referencias pop, chistes bordos, montaje adrenalínico, listo, tenemos una nueva película. Ni siquiera la calidad de la animación estaba en buen nivel (solo voy a decir "Vecinos invasores"). "Cómo entrenar a tu dragón" llegó en un momento en el ya estábamos considerando el juego como un caso perdido para la empresa del nene pescador en la luna. Una sorpresa absoluta, una aventura realmente épica, profunda, que se alejaba del chiste fácil, con personajes adorables, y un guion que podía desarrollarse en varias capas sin subestimar al espectador. Volvimos a tener fe. Su secuela de 2014, volvió a confirmar que esta historia era la gema de la factoría, más oscura, y a la vez más tierna; y el nivel de la animación, que ya había sido sublime en la primera, fue aún mejor. Es turno ahora de "Cómo entrenar a tú dragón 3", y de entrada, ya hay un dato auspicioso, Dean DeBlois continúa en la dirección como en las dos anteriores. Nuestro héroe Hipo es ahora el líder de la isla de Berk, y lo que hace es concientizar a los pobladores acerca de la convivencia pacífica con los dragones, a los que pueden considerar sus amigos. Por otro lado, emprende junto a los suyos la labor de liberar a otros dragones apresados por cazadores renegados y llevárselos a la isla. Como consecuencia, Berk se transforma en un blanco para todo aquel que quiera capturar dragones. Así es como aparece Grimmel, el malvado de ocasión, que comanda a la nueva horda de cazadores, y está convencido del peligro que estos representan, y más aún la aberración de considerarlos pares. El plan de Grimmel consiste en liberar y enviar a una furia nocturna hembra, que llamarán Furia luminosa, que enamore y distraiga a Chimuelo, el fiel compañero dragón de Hipo. Así, en Berk se iniciará un migración en busca de un utópico lugar en el que humanos y dragones puedan convivir en armonía alejados de las amenazas. Sí, Cómo entrenar a tu dragón 3, no tiene la premisa más original del mundo; y si lo piensan las dos anteriores tampoco lo tenían, el asunto es el cómo está planteado. Muchísimas veces vimos aprovechar el recurso de introducir el elemento romántico en una secuela. Es más, tampoco es ninguna novedad que el romance comience como un engaño del villano. Sin ir más lejos, el año pasado "Hotel Transilvania 3" lo hizo. Pero mientras que en aquella fallida secuela el recurso iniciaba y se agotaba en eso, acá es sólo un disparador para ir a más, tal como sucedía en las entregas anteriores. Cómo entrenar a tú dragón 3 puede ser vista sin dificultad por los más chicos que van a disfrutar de la gran aventura, la colorida animación, y el carisma de los personajes. Pero aquel que pueda elevarse más allá descubrirá mensajes hablando sobre el conservadurismo naciente en diferentes regiones del mundo, el asunto de las inmigraciones extranjeras, y por supuesto el tema siempre presente en la saga, el cese armamentico y la búsqueda de la paz entre “rivales”. Obviamente, la protección a los animales y al medio ambiente en general, no dejarán de estar presentes. En esta oportunidad, el asunto del cese armamentico y pacifismo, alcanzará un nivel cercano al movimiento hippie de los años ’60, acompañado de algunas imágenes ineludibles. Quizás esa sea la respuesta al nuevo conservadurismo exterminador de las diversidades, como lo fue en aquella oportunidad. Si bien alguno podría decir que esta nueva entrega no innova tanto como las anteriores (no las supera en calidad de animación, pero por lo menos las iguala), y recurre a algunos lugares comunes. No podrán decir que lo que ofrece es un espectáculo minúsculo. Hay secuencias de muchísima belleza, como los rituales de apareamiento; y un ritmo que no decae y nunca opta por el camino fácil de rematar todo con chistes tontos. Los personajes tiene el carisma de siempre, y los vilanos nuevos están a la altura. Puede ser que esta tercera entrega se recueste un poco más sobre seguro; lo lógico luego de dos entregas de muchísimo éxito y nivel; pero aun así, no descuida al producto y asegura tener mucho para dar y decir. "Cómo entrenar a tú dragón 3" no necesita ser una secuela superadora de las dos previas para ubicarse en un nivel altísimo respecto de sus competidoras. Cuida bien el trofeo para que sigamos creyendo que esta es una de las mejores franquicias animadas de la actualidad.
Cómo entrenar a tu dragón 3: Final de una trilogía perfecta. Llega a los cines el final de la saga más emotiva y de mejor calidad en lo que a animación comercial se refiere. ¡Preparen los pañuelos para decir adiós a Hipo y Chimuelo! En el 2010 Dreamworks sorprendió a todos con “Cómo entrenar a tu dragón (How to train your dragon)”, una historia sobre un pequeño vikingo que se hace amigo de un animal casi mitológico: un dragón de la raza “Furia Nocturna”. A partir de allí el film basado en los libros homónimos de Cressida Cowell fue un boom de taquilla y crítica. Su secuela en 2014 ahondaba en la pérdida de la figura materna y la relación entre el, ahora adolescente Hipo y su mascota Chimuelo, dándonos indicios que su historia no era cualquiera, sino un “coming of age” bastante particular y, sobre todo, maduro. Ahora tenemos la tercera y última parte de su historia: luego de la muerte de su padre, Hipo es el heredero al trono de Berk, esa ciudad nórdica colorida donde conviven humanos y dragones. Su misión, junto a sus amigos (y novia, Astrid) es perseguir a barcos que secuestran y asesinan a los dragones que andan por ahí salvajes. Tal como un Greenpeace vikingo andan los jóvenes por ahí salvando animales hasta que Grimmel, el más malvado de todos los cazadores de dragones, se topa con nuestros héroes. La llegada de este villano pondrá en jaque la capacidad de liderazgo de Hipo, mientras que Chimuelo encontrará el amor en una hembra de su misma especie pero de color blanco, a la que todos la llamarán “Furia Luminosa”. Juntos deberán encontrar “The Hidden World”, un lugar donde, dicen, podrán vivir junto a los dragones en paz y armonía. “Cómo entrenar a tu dragón 3” es la conclusión perfecta de una trilogía que nos acompañó por casi una década. Crecimos con ella y sus protagonistas. Reímos, lloramos, amamos y, finalmente, tendremos que aprender a decirle adiós. Porque así es la vida. “El amor viene junto con la pérdida” le dice Estoico a su hijo Hipo en un flashback y, lamentablemente tiene razón. Pero esto no quiere decir que nos pongamos tristes o melancólicos. Solo es una etapa de la vida. Un nuevo comienzo. Gracias a la mano del director Dean DeBlois estos personajes tuvieron su crecimiento, su evolución dentro de su mundo cinematográfico. Y no solo a nivel guión, sino a nivel técnico también: este último film tiene una calidad de animación que roza la perfección sin nunca perder el alma que la caracteriza como película infantil. Batallas épicas, tensión, humor en dosis justas, aventura y un final emotivo para Hipo y Chimuelo; dos personajes que nos robaron el corazón hace casi diez años atrás y que quedarán en el imaginario popular como emblemas de la amistad y la familia.
“Cómo entrenar a tu dragón 3”, de Dean DeBlois Por Jorge Bernárdez Vuelven Chimuelo, el dragón Furia nocturna y su amigo vikingo Hipo, luego de cuatro años desde la segunda parte de estas aventuras con aires de leyenda nórdica. El asunto es que el tiempo ha pasado para todos y el protagonista humano de la historia se encuentra ante la encrucijada de tener que tomar el mando su pueblo y eso conlleva por supuesto grandes responsabilidades y decisiones. Pero también el dragón se encuentra en una encrucijada, los de su especie una vez que conocen a su pareja la mantienen de por vida y eso le pasa a Chimuelo, se topa con su media naranja, una Furia luminosa pizpireta que es usada por el villano de la historia para seducir a Chimuelo. Todo el relato lleva a una resolución de la historia que no vamos a spoillear porque eso no se hace. Los dibujos son espectaculares, la trama se va cayendo a pedazos y es una desgracia ver el declive en picada de una saga que arranco muy bien y que película tras película va dejando jirones. Lo peor quizás sea que una vez resuelta la historia, Cómo entrenar a tu dragón 3 agrega un final sobre otro, así que lo que pudo haber sido emotivo se vuelve un poco redundante e innecesario. CÓMO ENTRENAR A TU DRAGÓN 3 How to Train Your Dragon: The Hidden World. Estados Unidos, 2019. Dirección y Guión: Dean DeBlois. Intérpretes: Jay Baruchel, F. Murray Abraham, Cate Blanchett, América Ferrera, Craig Ferguson, Jonah Hill, Kit Harington, Christopher Mintz-Plasse, Kristen Wiig, Gerard Butler. Producción: Brad Lewis y Bonnie Arnold. Distribuidora: UIP. Duración: 104 minutos.
El Paraíso perdido. Cómo entrenar a tu Dragón 3. Desde la expulsión del paraíso, la humanidad ha soñado en recuperar ese terruño adánico impenetrable y oculto. Como decía el maestro Bayer, resultaría atendible historizar, alguna vez, el pensamiento de los utopistas y los proyectos de repúblicas ideales que fueron desarrollados por estos. Tomando esa dirección el cine nunca fue ajeno, y es quizás con la gran Metrópolis de Fritz Lang donde aparece uno de los primeros paradigmas de la utopía en la pantalla grande junto a Horizontes perdidos de Frank Capra. De alguna manera, siempre (y por fortuna) volvemos a soñar y a imaginar otro mundo, otro orden de las cosas. Un poco de esto trata el cierre de la trilogía Cómo entrenar a tu dragón. Hipo (Jay Baruchel) se encuentra en una disyuntiva propia de su tarea de gobernante y debe tomar una decisión a fin de preservar aquellos que tanto ama: su gente y sus dragones. Ante este panorama, es interesante constatar que este joven líder no toma la opción más razonable ni posible sino que justamente se juega a todo o nada a una osada búsqueda que bien podría llevarlo al fracaso. En ese sentido, cobra vigencia la máxima popular Qui audet vincit y emprende ese camino en la búsqueda de su sueño. Desde este punto de vista, la película se construye a partir del interrogante sobre el bien común. Hipo, en completa disonancia al mandato vikingo, no hace de la batalla su apoteosis sino que representa a un héroe en transición de valores, por lo que su accionar, si bien se ve validado por un pueblo que lo apoya, no deja de producir estupor a lo hora de evaluar el impacto de sus decisiones políticas. La película, por otro lado, hilvana esa simetría perfecta entre Hipo y Chimuelo. La edad madura que el paso del tiempo les depara a ambos es retratada como una fuerte crisis que los involucra y redefinirá su relación a futuro. Lo curioso aquí es la gran contradicción de tonos con los que se superpone la película: por un lado, existe una transgresión respecto del canon del gobernante que, como señalamos anteriormente, se aleja del paradigma nórdico del valor del líder. Sin embargo, en lo doméstico y en lo que se refiere a la vida íntima de Hipo, esta ostenta un carácter salvajemente lineal y conservador, siguiendo al pie de la letra todo aquello que demanda el mandato familiar. De alguna manera, la osadía de sus decisiones públicas queda opacadas por la opción de la “vida modelo”. Esto en sí, no debería ser un conflicto per se si no fuera porque arrastra a todos los protagonistas de la película bajo la misma tópica: la valiente Astrid (América Ferrera), Chimuelo y la nueva integrante Furia Luminosa. A propósito de esta última inclusión caben, al menos en parte, las críticas que se le han hecho a este personaje femenino en cuanto a la apariencia inofensiva y dócil: no posee dientes ni cuernos ni ningún tipo de defensa; de hecho, su condición de albina incluso podría parecer un obstáculo a su supervivencia. Con sin embargo lo fundamental, que no es esto sino más bien el papel que le es asignado en el film. Furia Luminosa actúa exclusivamente como “damisela en apuros” y por eso su aparición (además del merchandising porque sí, es endiabladamente adorable) está supeditada al rol de constituirse como una mera función para Chimuelo, el alfa. La dragoncita no tiene matices: no se revela como una buena Pitufina, no asume el rol de femme fatale y, a no ser por una única acción por la que toma partido, ella sencillamente está ahí para ser rescatada. “Lo femenino” aparece entonces de manera bastante reducida en este film, ya que resuena contrastando fuertemente con todo lo revolucionario y lo no normativo que Hipo/Chimuelo despliegan en el ámbito público. De alguna manera, la inclusión de Furia Luminosa/Astrid viene a reinsertar (una vez más) la idea de la culminación del idilio juvenil de la amistad y el advenimiento del adecentamiento burgués de la familia. Finalmente, cabe destacar, empero, que la saga se luce con un villano correcto que despilfarra acción junto a una animación cautivante. Por ello la soñada incursión hacia tierras dracónicas suministra a chicos y grandes un final prolijo y simétrico a esta trilogía.
Cómo entrenar a tu dragón 3 ( How To Train Your Dragon: The Hidden World,2019) es una película de animación perteneciente a la saga que arrancó en el año 2010. Basada en los libros de aventura de Cressida Cowell , está escrita dirigida por Dean DeBlois (Lilo & Stitch). El reparto original de voces vuelve a ser el mismo y entre ellos destacan Jay Baruchel, Cate Blanchett, America Ferrara, Kit Harington, Kristen Wiig, Jonah Hill y Gerard Butler. Chimuelo e Hipo vuelven para hacernos reir y llorar Los sucesos de esta tercera parte suceden un año después de la segunda. Hipo (Jay Baruchel) heredó el cargo de Jefe de Vikingos mientras que Chimuelo se convirtió en el Alfa de todos los dragones; así es que continúan rescatando dragones y llevándolos a la isla donde conviven junto a ellos. Pero , a pesar de lograr la convivencia pacífica entre Vikingos y Dragones, hay un problema no menor : la superpoblación. Berk es una isla y por lo tanto, demasiada población supone un derrumbe o peor; lo que lleva a Hipo a recordar las historias que su padre Estoico (Gerard Butler) solía contarle, un lugar que no figura en sus mapas llamado el Mundo Oculto, donde los dragones viven pacíficamente en su hábitat. Y, si bien, nos hicieron creer que Chimuelo era el último de los Furia Nocturna la aparición de una Furia Luminosa lo mantendrá tiernamente distraído. A pesar de que por momentos la película cae en los mismos recursos que ya vimos una y otra vez, lo que llama la atención es el desarrollo de Chimuelo y Furia Luminosa, cada gesto o accionar es una belleza ante los ojos del espectador. La primer entrega siempre será mi preferida pero es un cierre de oro para una saga que sorprendió hace casi diez años, brindando un espectáculo visual más que encantador que hará reír y llorar tanto a chicos como a grandes .
Hipo ya es el líder indiscutido de su pueblo, quienes ahora se encargan de encontrar y salvar a todos los dragones que puedan; cosa que vuelve un poco molesta la convivencia. Cuando nuevos cazadores se hacen presentes, Hipo decide llevar a su gente al Fin del Mundo, un lugar en teoría ficticio, donde podrán vivir con los bestiales animales, en paz y armonía sin ser amenazados. Luego de cinco años, llega a nuestros cines la tercera y ¿ultima? entrega de la saga Cómo entrenar a tu dragón. La gran duda que hay es si esta parte número tres se acerca al mamarracho visto en Shrek, o si en cambio se acerca a lo sucedido con Toy Story. Y la verdad, es que no estamos ante ninguno de esos dos ejemplos. Sin haber leído los libros en el que se basa la saga, pero entendiendo que la historia principal es la relación entre Hipo y Chimuelo, por sobre la del joven líder vikingo y alguna mujer, o con respecto a su gente; Cómo entrenar a tu dragón 3 vuelve a indagar en el vínculo del heredero y el ultimo Furia Negra que existe. Pero, aun así, el film no es la gran despedida de estos personajes, que suponíamos que iba a ser. Cómo entrenar a tu dragón 3 pierde demasiado tiempo en la historia entre Hipo y Astrid, de que si se van a casar, de que ella lo debe apoyar, de que si aún son jóvenes. La saga nunca se centró en ellos dos, y al principio del film se nos dice que apenas pasó un año desde los eventos vistos en la anterior entrega; y al saber que esta pareja está destinada a estar por siempre juntos, es obvio que tarde o temprano se van a casar, por lo cual, hay una sub trama que gira en torno a la nada misma, y que poco importa con el conflicto principal. A esto debemos sumarle que de nuevo tenemos como villano a un cazador de dragones…. Si ya sabemos que tampoco Cómo entrenar a tu dragón 3(y las anteriores cintas) se sostienen con sus malos, pero que de nuevo se caiga en un personaje casi calcado a lo visto en la película pasada; habla o de poca imaginación por parte de los guionistas, o de una vagancia total que no se molestaron en imaginar algo nuevo. Todo esto hace un combo que, en el total, logra que Cómo entrenar a tu dragón 3termine siendo una película casi del montón. Con pocos momentos graciosos, que apuntan a los más chicos de la casa y no tanto al espectador que creció viendo la saga; es un cierre aceptable para la trilogia, pero no mucho más que eso.
La tercera y lograda película basada en los libros de Cressida Cowell significa el fin de una trilogía que tiene un público fiel, que cuando termine de ver el film sentirá no poca nostalgia, como sus héroes, el humano y el dragón que ya crecieron y aprendieron la lección de la adultez. El protagonista que conocimos con un niño con mandatos asumirá el liderazgo de los suyos y el dragón que encontró, hará otro tanto, con el descubrimiento del amor incluido. Una vez que Hiccup logró la posibilidad de convivencia de dragones y humanos, una verdadera utopía que disfruta, un malvado vendrá a destruir su paraíso. Entonces tendrá que cumplir con la aventura de descubrir un sitio ideal que parecía un tema mítico pero revela ser un paraíso, un mundo escondido. A simple vista un volcán donde se vuelcan las aguas del océano, pero subterráneamente un sitio perfecto para ser un hogar de los dragones. Además de la cuota de aventura, el despertar de las hormonas del dragón protagonista y su conquista de “Light Fury” es uno de los momentos mejor logrados del film. Con Dean DeBlois coronando un trabajo que multiplico fans en el mundo, un rubro de animación cada vez mas perfecto y complejo, con grandes desafíos creativos, todo esta servido para un entretenimiento esperado que no defraudará a nadie y que se atreve a apostar fuerte para ser la preferida de las tres ( G.M.)
Nos encontramos ante un cierre de trilogía bastante digno -pero no espectacular- que es esperado por muchos, lo cual le puede jugar en contra. Cuando en 2010 conocimos a Hipo y Chimuelo nos enamoramos bastante de ellos y su tierna relación de amistad, en un mundo muy mágico lleno de personajes muy queribles. Asimismo, supimos que se trataba de la primera de tres películas, y que se iba a contar en diferentes periodos de la vida de su protagonista: primero niño, luego adolescente y luego adulto. Y si bien la primera entrega es la mejor y más original, en su secuela se llega a un punto de inflexión (al mejor estilo Disney) cuando muere Estoico (su padre). Me da la sensación de que ahí tocaron un techo en cuanto a lo dramático, y que ello le pesó a esta última entrega ya que es todo demasiado lineal y feliz. Obvio que hay un villano y obvio que hay problemas. Pero son todos de fácil solución. La película es previsible en todo sentido. Aún así, la frescura de los personajes se mantiene intacta y está muy bueno ver cómo avanzan con sus vidas. Lo que más me gustó, y que no puedo describir porque es un spolier, es el epílogo. Ahí radica toda la magia que se nos presentó en 2010. El nivel de animación sigue manteniendo excelencia, pero no sorprende. Y la banda sonora se queda muy corta. El director Dean DeBlois pudo completar su trilogía, pero me da la sensación de que ésta fue medio en piloto automático y para cumplimentar… En definitiva, Cómo entrenar a tu dragón 3 es una buena película, que disfrutarán mucho los más chicos, pero que se quedó corta en unas cuentas cuestiones, y por lo tanto puede llegar a decepcionar a los fans más adultos.
Culmina aquí la historia del joven vikingo Hipo, su dragón Chimuelo, la tribu y la fauna que lo acompaña. En tres películas a lo largo de 9 años los hemos visto crecer, sufrir pérdidas dolorosas, madurar. Esto de ir creciendo, con todo lo que significa, no es nada común en los dibujos animados. Tampoco, que una sola persona haya escrito y dirigido las tres películas. Y se haya empeñado en hacer la tercera, no porque la segunda hubiera sido tan exitosa (al contrario) sino porque él mismo quería darle un cierre a la historia. Dean DuBlois es el hombre, canadiense de origen, coautor de “Lilo & Stich”, obra que ya anticipaba eso de amigarse con los bichos, protegerlos, y reorientar la naturaleza cazadora y destructiva del ser humano. También la cara de Stich anticipaba la de Chimuelo. Al respecto, es notable el avance técnico y narrativo de DuBlois y su equipo. Cierto que muchas partes son demasiado habladas y musicalizadas, y algunas peleas son medio confusas, pero hay partes realmente admirables, como el cortejo de una pareja a través de las nubes, frente a la aurora boreal, y luego el encuentro con el mundo oculto de esos animales, todo con un enorme detallismo, notable colorido y sin una sola palabra. Mencionamos una pareja. Si, Chimuelo encuentra novia, una dragona cara de gata blanca que primero parece una mala pécora pero resulta gran compañera. E Hipo al fin concreta con Astrid, cuando ella decide, por supuesto, porque aquí las mujeres tienen peso, incluso la frívola de Bruticia, que vuelve loco al malo de la película, un fulano con facha de Anton Ego canoso sin infancia.
Ante la noticia del estreno de esta película, alguien tuiteó: “¿Cómo entrenar a tu dragón TRES? ¿Para qué lo están entrenando, para ingeniero agrónomo?”. La inquietud del afilado tuitero tiene respuesta: a Chimuelo todavía le quedaban lecciones para aprender, y en este tercer capítulo de la saga -que, se supone, es el último- le tocó la que quizá sea la más difícil de todas. Que no es la agronomía, sino el amor. Porque en el cielo aparece una dragona -en realidad, se parece más a una Pequeña Pony- que encandila al dragón alfa. Y entonces Chimuelo tiene que estudiar los pasos del cortejo y la seducción. Pero esta es sólo una parte de la trama, porque ese objeto del deseo es un engranaje del malévolo plan de un cazador de dragones. Se trata de Grimmel, que quiere distraer a la furia nocturna de su tarea de protección de Berk, el pueblo donde se concretó la utopía de que dragones y humanos convivieran en paz. Así, con Chimuelo en otra cosa, quedará el terreno libre para que la aldea de Hipo, los vikingos y sus dragones sean conquistados. Aunque es entretenida y tiene un buen villano, tal vez la trama no sea lo mejor de Cómo entrenar a tu dragón 3, que como las anteriores fue escrita y dirigida por Dean DeBlois. El mayor lucimiento para por el aspecto visual. Algunos de los personajes humanos y la mayoría de los dragones -esa mezcla de perros juguetones y caballos- son adorables. Y los paisajes que recorren son deslumbrantes, en especial la tierra oculta, un santuario de dragones ubicado en el fin del mundo. Ahí donde ningún predador podrá volver a molestarlos.
Luego de dos exitosas entregas, llega el final de la saga de Hipo y Chimuelo.
En la tercera entrega de Cómo Entrenar a tu Dragón, las aventuras de Hipo y Chimuelo llegan a su fin. Aunque no llega a alcanzar la magia y la potencia de sus antecesoras, este epílogo le da un cierre digno y emotivo a la saga iniciada en 2010, la cual supo cautivar a todos con la sencillez de su historia y la ternura de sus personajes. De la mano de un despliegue visual imponente y una narrativa amena sin demasiadas pretensiones, la película basada en los libros de Cressida Cowell se erige como una propuesta ideal para ser disfrutada por niños y adultos por igual. En 1970 Vox Dei sentenciaba una gran verdad de perogrullo: “Todo tiene un final, todo termina”. Y es así: parte del encanto de toda historia es su culminación (aunque duela), porque nos permite completar el sentido de lo que vimos / leímos / escuchamos en tiempo y forma. Cuando ese climax no llega, los relatos se estiran, se desgastan y se rellenan con intrascendencias que muchas veces conspiran contra el éxito de la propia historia. Estoy seguro de que mientras lees estas líneas ya se te ocurrieron decenas de ejemplos de lo anterior, por lo que no te voy a aburrir enumerando series y películas que, paradójicamente, lo único que harían sería estirar el desarrollo de esta review y dilatar su final (Ok, no lo puedo evitar: “¡Lost!”).
Para los mensajes, mejor el cartero Pensada esencialmente para menores de 12 años, esta tercera parte de la saga pone demasiado el acento en los buenos propósitos y los enuncia en voz bien alta cada vez que puede, haciendo que los jóvenes vikingos y sus mascotas pierdan el espíritu de aventura. ¡Qué tiempos aquellos en los que las películas se terminaban cuando aparecía la palabra “Fin” y la frase que afirmaba que “las segundas partes nunca fueron buenas” era habitual en las charlas de cine! Hoy se ha impuesto la dictadura de la secuela y entonces no queda otra que mirar ese pasado con nostalgia, incluso cuando muchas veces las segundas partes no solo son buenas, sino que hasta mejores que las primeras. En la mayoría de los casos –y la saga animada Cómo entrenar a tu dragón es un claro ejemplo de eso– apenas se trata de utilizar bien el oficio para darle al público lo que quiere, que es la mejor forma de recaudar. Y ya se sabe que casi ninguna apuesta paga mejores dividendos en la actualidad que el cine para chicos. De eso se trata, resumiendo, esta tercera parte de la historia de los jóvenes vikingos que aprendieron a convivir con los dragones como si se tratara de perros o gatos. Para no ser injustos es posible aclarar que a esta altura los grandes estudios de animación –y Dreamworks Animation es uno de ellos– han perfeccionado tanto el negocio, que difícilmente alguno de sus productos merezca el repudio. Dicho y hecho, Cómo entrenar a tu dragón 3 cumple con los estándares de calidad de entretener a los chicos sin aburrir mortalmente a los padres y resaltar uno o dos buenos valores, para hacer de los niños del presente las buenas personas del mañana. Muy lindo todo. Claro que no a todo el mundo –empezando por el maestro Alfred Hitchcock– le parece conveniente que el cine se proponga como meta explícita dejarle al espectador un mensaje edificante. Sin entrar en una discusión complicada como la de “mensaje, sí, mensaje no”, se puede convenir que todo aquel truco cuyo mecanismo quede a la vista del espectador es fallido por definición. Pero si además directamente no hay truco y la película misma, por boca de sus personajes, se ocupa de hacer que todo tenga lugar en el territorio de lo manifiesto, más que de fallido se debe hablar de fallado. Parece demasiado que un personaje, el malo, afirme con marcado nihilismo que el amor y la pérdida son inseparables porque “con uno viene la otra”, dejándole el contraataque servido a uno de los héroes para que arremeta con algo parecido a “si amas a alguien déjalo libre”. Ahora bien, ¿no es exagerado afirmar que eso arruina la experiencia? Puede ser, un poco, porque es cierto que la película tiene momentos disfrutables, sobre todo si usted tiene menos de 12 años de edad. Pero los que ya estén un poco más grandes, como los que pagan las entradas con su propia billetera, seguro notarán esos ases bajo la manga. Aún así es posible ensayar una defensa, diciendo que se trata de un producto pensado para niñas y niños y que sin duda la pasarán bien. Y no es que los más grandes la vayan a sufrir, aunque será inevitable que repasen mentalmente la lista de las películas infantiles que se han convertido en inolvidables. Y sin ser de las peores, Cómo entrenar a tu dragón 3 es una de esas destinadas a quedarse a mitad de tabla.
EL ÚLTIMO VUELO Dentro de la escudería Dreamworks, lo de Cómo entrenar a tu dragón fue siempre una verdadera rareza. Si la compañía hizo del humor lunático y la intertextualidad a todo volumen una marca de origen, esta saga dirigida por Dean DeBlois siguió un camino personalísimo, claramente más sensible y reposado, y que mucho tiene que ver con la obra del propio director: DeBlois dirigió también Lilo & Stitch, y no hay que mirar muy profundo para notar los vínculos entre ese film de Disney y esta trilogía, empezando por lo morfológico de los personajes y siguiendo con unas criaturas solitarias, que buscan comunicarse con los demás para formar grupos de lo más heterogéneos. Dos detalles más que hablan de la nobleza de esta saga: la distancia entre películas deja en claro que no hay apuro y que cada una es pensada sólidamente. El otro detalle es que cuando el negocio podría haber continuado, sus creadores deciden cerrar la historia con una tercera entrega que concluye sabiamente el arco dramático construido en las dos primeras partes. Y si aquellas están no sólo entre lo mejor de Dreamworks, sino también entre lo mejor que ha brindado la animación digital en su historia, hay que decir que Cómo entrenar a tu dragón 3 es una conclusión decorosa pero que no está a la altura de sus antecesoras. El gran tema aquí es el amor, el que encuentra el dragón Chimuelo pero también el del propio Hipo con Astrid, aunque en verdad es una suerte de McGuffin: porque lo que a la película le interesa es el nivel de dependencia que generan los vínculos y la necesidad de soltar y dejar al otro en libertad. Necesidad que se profundiza cuando la aparición de un villano cazador de dragones deja en evidencia la fragilidad de la comunión que han logrado entre las especies: porque siempre va a haber cazadores dispuestos a quebrar la lógica de esa utopía que es la isla de Berk. El camino de Hipo y Chimuelo hasta aquí estuvo sembrado de tragedias, pérdidas y muerte. Cómo lidiar con ello es la amena moraleja que el cuento encuentra, dentro de una historia que se ha expresado con un nivel de honestidad y madurez poco habitual en este tipo de relatos. Por eso lo primero que llama la atención en Cómo entrenar a tu dragón 3 es la liviandad de algunas resoluciones, como si sus creadores hubieran decidido que ya estaba bien de pesares y la emoción tenía que surgir de formas menos oscuras. Entonces donde la película de DeBlois crece es tanto en lo visual como en la aventura. En primera instancia el amor romántico que surge entre Chimuelo y una furia luminosa (así se llama esa especie similar a los furia nocturna pero totalmente blanca) se expresa en algunos pasos de comedia simpáticos, pero fundamentalmente en vuelos en cielos tormentosos y expresivos, con un uso del color y el movimiento que acercan la película más a lo experimental que a lo narrativo. Allí Cómo entrenar a tu dragón 3 alcanza momentos de una belleza visual subyugante. La película le da paso, también, a la aventura: el grupo de niños de aquella primera parte se ha convertido en una suerte de piratas que atacan los mares, para liberar a los dragones de sus captores. La acción y la comedia, juntas, funcionan porque la animación encuentra el punto justo en donde el humor se vuelve algo físico y absolutamente slaspstick. Y cuando esa acción tiene un objetivo claro, que es la búsqueda final que hacen los protagonistas, el film le adosa a esa perfecta combinación de tonos un crescendo dramático que la vuelve muy épica y emocionante. Porque Cómo entrenar a tu dragón 3 es esa clase de película que crece a medida que avanzan los minutos. La película tiene que cerrar no sólo su propio desarrollo, sino además el arco dramático de toda la saga. Y el epílogo tiene la carga dramática esperada, con los personajes asimilando lecciones que les permiten crecer. De hecho, uno de los detalles de esta franquicia es la manera en que demuestra que sus criaturas han crecido, cómo pasan de ser niños a adultos que buscan autodefinirse. En esos últimos minutos tal vez haya exceso de información y se atan demasiados cabos, pero DeBlois es uno de los grandes creadores del cine animado contemporáneo, y algunas imágenes devuelven la grandeza expresiva de las mejores obras del género. Sin dudas, Hipo y Chimuelo son dos personajes enormes y los despedimos con unas lágrimas incontenibles mientras se imprime la leyenda.
El esperado final de la saga de dragones y vikingos, tiene en su última película una obra de arte visual y un nivel narrativo de lujo, enganchando así a grandes y chicos de una manera muy efectiva. Después de una década plagada de producciones animadas que llegaron para quedarse y expandirse a más no poder, llega la conclusión de una de las historias más humanas, épicas y visualmente revolucionarías. La última parte de la trilogía inspirada en los libros de la escritora inglesa Cressida Cowell llega a los cines de todo el mundo bajo el nombre de Cómo entrenar a tu Dragón 3 (How To Train Your Dragon: The Hidden World) y nuevamente con la dirección de Dean DeBlois. Esta entrega mostrará como Hipo (Jay Baruchel) lidia con la responsabilidad de ser el nuevo jefe de Berk, luego de la perdida de su padre Estoico (Gerard Butler) en la película anterior. Sumado a sus responsabilidades como jefe vikingo de, ahora, una sociedad que acepta a los dragones como iguales, él y Chimuelo, su mejor amigo dragón, deberán enfrentarse a una nueva amenaza que busca terminar con la paz entre dragones y humanos. Esta amenaza viene en forma de cazador y asesino de Furias Nocturnas, la “raza” de Chimuelo, y bajo el nombre de Grimmel (F. Murray Abraham). Así Hipo deberá actuar lo más rápido posible para evitar un genocidio de dragones, por eso decide emprender una búsqueda por todo el mundo para encontrar un paraíso para estas criaturas aladas. Un paraíso oculto en el fin del mundo del cual solo se hablan en leyendas y del que su padre le contó en su niñez. Pero claro Hipo y Chimuelo no estarán solos para esta última aventura ya que regresan todos los personajes que han sabido compartir pantalla con nuestros protagonistas como Astrid (America Ferrera), Valka (Cate Blanchett), Eret (Kit Harington) y Brutilda (Kristen Wiig), entre otras voces famosas. El que encontrará también una nueva compañera será Chimuelo, ya que en su camino aparecerá una Furia Luminosa que lo llevará por lugares que el dragón con la dentadura retráctil jamás había transitado antes. Si algo se podría destacar de las entregas anteriores de esta franquicia era que si bien el discurso estaba claramente enfocado a un público determinado, por su mensaje de aceptación, amistad y perseguir sueños no siempre respetando los deseos ajenos, la simpatía y el diseño de los personajes enganchó a más de una generación para ver las aventuras de Vikingos y dragones. Y esto vuelve a suceder en esta última oportunidad, yendo al hueso en cuanto a lo emotivo y jugando con los sentimientos del espectador. La fortaleza de la película se centra en las relaciones de los personajes entre sí, y de los personajes y la historia con el espectador. Obviamente se sabía que ésta entrega iba a ser la carta de despedida de la franquicia y es por eso que no se exigieron demasiado en crear personajes estrafalarios, ni humanos ni dragones, ya bastante diseñaron en la segunda parte (2014). Así, sin crear nuevas bestias, el foco está puesto en el guión, que una vez más vuelve a ser efectivo, y en los elementos visuales pero esta vez para crear lugares y escenarios totalmente surrealistas. Sin ser innovadora en casi ningún aspecto, pero brindando el máximo en cuanto a emotividad y brillando en lo artístico, Cómo entregar a tu Dragón 3 es el final justo y esperado por los fanáticos de la saga.
Esta historia ya lleva varios años; comenzó en el 2010 y este es el cierre de la encantadora trilogía. Chimuelo o Desdentado e Hiccup, ya son adultos, ambos se enamoran y es tiempo de formar su propia familia y vivir nuevas experiencias. El cineasta canadiense Dean DeBlois nos ofrece una gran aventura en la que se nos presenta el joven vikingo Hiccup (Jay Baruchel) y vemos una vez más esa gran relación que tiene con su mascota un increíble dragón Furia Nocturna. Este dragón Furia Nocturna Chimuelo conoce a Furia Luminosa de la cual se enamora, pero hay una terrible amenaza alguien que quiere destruirlo todo el villano es Grimmel (F. Murray Abraham), un experimentado cazador. Todos los pobladores con sus dragones huyen en busca de un nuevo hogar, un lugar maravilloso y en esta gran lucha los acompaña Astrid (América Ferrera) la novia de Hiccup. Es el momento que nos encontramos con paisajes deslumbrantes, impresionantes escenarios, ciento de dragones volando donde cada uno tiene su estilo, expresiones, textura y colorido. Se encuentra muy bien realizada, con una narración sólida, los dragones protagonistas son muy tiernos en sus movimientos y sus miradas ofreciendo un maravillo show de seducción. El villano no tiene tanto protagonismo pero está bien construido, todo acompañado por una esplendorosa fotografía y banda sonora. Además contiene más de un momento emotivo, divertido, toca temas como: el miedo, las pérdidas, la vida, la amistad, el amor y la libertad. Se encuentra llena de símbolos y mensajes uno de ellos “no hay mayor regalo que el amor”.
“Esto es Berk, nieva nueve meses al año y graniza los otros tres. Toda la comida que crece aquí es dura e insípida. La gente que crece acá lo es todavía más. Lo único positivo son las mascotas. Mientras otros lugares tienen loros o ponys, nosotros tenemos dragones”. Así cerraba Hiccup la primera película de la saga y empezaba una de las historias más tiernas y emocionantes que entregó el cine en la última década. How To Train Your Dragon 3: The Hidden World cierra de forma perfecta esta trilogía que conquistó a grandes y chicos.
Levantando vuelo Casi diez años pasaron desde que el héroe impensado (Hiccup –Hipo en español-, en la voz de Jay Baruchel) conoció a un dragón que se creía extinto, a la temible raza de “Furia Nocturna“, a ese otro héroe llamado Toothless (Chimuelo en español). En ese momento el mundo era diferente, el protagonista estaba entrando a la adolescencia, su padre Stoick (el rey del poblado vikingo… en la voz de Gerard Butler) lo obligaba a seguir el mandato patriarcal, y ambos sufrían la falta de una figura femenina: Hiccup de una madre, Stoick de su esposa y compañera. En esa primera parte de esta trilogía el mundo era diferente, se temía y odiaba a las bestias aladas en igual medida… el deporte era asesinarlos y el entrenamiento una manera de derrotarlos. Pero llegó él… mezcla de perro y gato, con poderes especiales que irá desarrollando en toda la saga, y una impronta y actitud con las que metió a medio mundo en su bolsillo. Y del encuentro de Toothless con Hiccup surgió la chispa que modificó todo. El hijo del rey entendió que como todo animal, el dragón no es un ser malo por naturaleza, y que a través del entendimiento y la comunicación se podría llevar a cabo una convivencia pacífica en donde ambos universos (el humano y el dragoneril) se verían beneficiados. El rey entendió que se había equivocado, decidió apoyar a su único hijo y convertir a su pueblo (Berk) en un refugio único entre ambas razas. La primera película, basada en un libro escrito por Cressida Cowell y estrenada en 2010, tuvo una tibia repercusión ni bien su estreno, pero luego con el boca a boca se empezó a convertir en una obra de culto… llenando de alegría (y las arcas de dinero) a Dreamworks, que veía con buenos ojos poder comenzar a combatir palo a palo al gigante Disney/Pixar. El fanatismo tomó vuelo y propició una continuación en 2014, que marcó el retorno de la madre del protagonista (Valka, en la voz siempre hermosa de Cate Blanchett), adelantó la historia cinco años mostrándonos a un Hiccup más adulto y responsable, y tuvo un final oscuro y rompecorazones al estilo de Episodio IV de Star Wars. La tercera es la vencida Entre la primera y la segunda parte pasaron cuatro años de producción, y entre la segunda y la tercera cinco. Dreamworks realmente quería cerrar la saga con bombos y platillos, y estar a la altura de lo contado anteriormente. Sólo pasó un año de la anterior película, el pueblo de Berk todavía llora su pérdida, mientras que el protagonista intenta encontrar su lugar en un nuevo rol. Algunos han crecido y tienen barba, y otros siguen buscando aprobación. La isla está hastiada de dragones, fruto de la estrategia de Hiccup por rescatar cuantos pueda de las garras de piratas y vikingos. Pero la convivencia los convierte en un objetivo, y un nuevo cazador (llamado Grimmel) se pone entre ceja y ceja asesinar al último “Furia Nocturna” vivo, el alfa de la manada de dragones, nuestro querido Toothless. Pero nuestro alado amigo no se encuentra sólo… llega el amor y con él las complicaciones. Una nueva dragona hará las delicias de los ritos de apareamiento y construir una relación desde cero, y la desconcentración de Toothless por esta situación será aprovechada por el villano que pondrá en jaque a nuestro héroe y a todo su pueblo. Mientras, Hiccup intentará finalizar la labor de su padre y encontrar “El mundo escondido”, un lugar en el fin del mundo de donde vienen los dragones. Un cierre perfecto How to Train your Dragon es una saga que funciona de principio a fin, tiene tensión, comedia, personajes para vender merchandising, acción, aventura, personajes tridimensionales, discusiones sobre la identidad, el amor y el rol de la mujer… tiene a un protagonista entrañable y a un dragón que da placer de sólo observarlo. Los villanos son un poco acartonados y exagerados, y terminan siendo paródicos, pero solo son el catalizador para mostrar el crecimiento de una relación que cambió el mundo (literalmente). La empatía que produce no distingue de edades, y se convierte en un espectáculo que disfruta la familia entera… ahora sí (SPOILERS), si son del grupo de los que lloraron con la despedida de Butterfree en Pokemon, mantengan distancia de esta saga porque como dice el maestro Rudyard Kipling: Hay suficiente tristeza en la vida por hombres y mujeres para colmar nuestros días Y cuando sabemos que las reservas rebosan de tristeza ¿Por qué buscamos añadir aún más? Hermanos y hermanas les pido que reflexionen antes, De darle su corazón a un perro (dragón), para que lo desgarre. Si se quedaron con ganas de más, visiten la serie animada en Netflix para llenar ese vacío… horas y horas de diversión.
Cómo entrenar a tu dragón fue una trilogía especial dentro del género de animación que supo conservar un nivel de calidad excepcional a lo largo de la serie. El director Dean Debois pudo realizar cada entrega con una libertad artística que no es común de encontrar en Hollywood y mucho menos en este campo donde los departamentos de marketing intervienen con más fuerza en el contenido. Ya sea para incluir personajes que después pueden vender en diversos productos o para estancar a los argumentos en fórmulas comerciales que luego permiten promocionar mejor el proyecto. Debois tuvo claramente el control de la franquicia donde pudo evadir estas cuestiones. En la conclusión de este relato el realizador no decepciona en absoluto y cierra de un modo perfecto la historia del vikingo Hiccup a quien pudimos seguir en las diversas etapas de su vida. El conflicto que dispara la trama de esta película tal vez es menos complejo que el de las entregas previas pero contribuye a darle un final muy digno a la franquicia. Sólo por el imponente nivel de detalles que los realizadores incluyeron en la elaboración de los escenarios esta producción sobresale entre los mejores estrenos que llegaron a la cartelera en el último tiempo. Muy especialmente después de un 2018 que fue muy olvidable, con excepción de la película de Spiderman. Debois y su equipo concibieron una obra para ser disfrutada en la pantalla de un cine por la opulencia visual que ofrece este mundo de fantasía. Todo el ecosistema que rodea a los dragones y el retrato de la cultura vikinga tiene una artesanía y dedicación que no vemos habitualmente en los estrenos de animación. En este caso además se suma el hecho que el espectáculo técnico está muy bien sostenido por un guión que equilibra perfectamente los momentos humorísticos con los dramáticos, si bien este último punto se moderó un poco más en la conclusión. Todo el arco argumental entre Hiccup y Toothless, que tuvo un gran desarrollo en los capítulos previos, acá encuentra un cierre redondo donde sobresalen algunas escenas muy emotivas. Entre las nuevas adiciones el villano de turno tal vez no aporta demasiado, pero consigue tener un rol funcional en la trama, cuyo objetivo es llevar la relación entre el joven vikingo y el dragón a otro nivel. Por lejos, esta es la mejor película que ofreció Dreamworks en el último tiempo y merece ser disfrutada en una pantalla de cine.
Está claro que no hacía ninguna falta una nueva entrega de “Cómo entrenar a tu dragón”. Ya de hecho estaba todo contado en la primera de 2010 con papel de regalo y moño, pero como suele suceder en Hollywood, la guita no es lo de menos, es lo de más. La segunda parte contó el crecimiento de aquél niño que veía en los dragones a verdaderos aliados, contrario al resto de la tribu vikinga que los veía como enemigos. “Como entrenar a tu dragón 3: el mundo perdido” arranca a pura acción con la banda de siempre tratando de salvar a los tira-fuegos de su cautiverio arriba de una flota de barcos. Si bien hay una autoconciencia humorística respecto de la forma de “entrar a escena”, el diseño artístico de los personajes tiene demasiada impronta a Los power rangers y una espada de fuego que se enciende igual que los sables laser de Star Wars. Hipo (voz de Jay Baruchel doblada por Eleazar Gómez), Astrid (voz de America Ferrera doblada por Leyla Rangel), Patán Mocoso (voz de Jonah Hill doblado por Héctor Emmanuel Gómez), Patapez (voz de Christopher Mintz-Plasse doblado por Ricardo Bautista), Brutacio (voz de Justin Rupple doblado por Carlo Vázquez) y su hermana Brutilda (voz de Kristen Wiig doblada por Karla Falcón) irrumpen torpemente en la escena con chistes y autoproclamas de todo tipo. Una forma rápida de reconectarse con los fanáticos si se quiere, pero hay que ver si los chicos que hace casi diez años tenían 7, 8 ó 9 años irían al cine hoy. Es que todo el producto final escrito y dirigido por Dean DeBlois es una suerte de híbrido entre las dos anteriores, o sea cuando las largas escenas de acción le roban tiempo a la trama, se pierde el alma emotiva de la saga, cuando esta intenta contar algo en los momentos de transición no parece poder decidirse entre profundizar el desarrollo de los personajes o proseguir con la anécdota de tratar de llevarse a los dragones a un lejano lar paradisíaco para evitar el contacto con los humanos hasta que estos aprendan a convivir en paz. ¿Cómo se sostiene la historia entonces? Con Chimuelo. El famoso “furia nocturna” y fiel mascota de Hipo. En realidad es al villano Grimmel (gran trabajo de voz del veterano F. Murray Abraham doblado por Ricardo Tejedo) a quien se le ocurre la idea de soltar a una versión femenina de los “Furia Nocturna” a fin de que la naturaleza haga su trabajo de distraer la atención de Chimuelo para lograr juntar a todos los animales y exterminarlos. Sobre esta amenaza, que aparece en el guión recién a los 25 minutos sin crecer con la suficiente fuerza, se sustenta el eje dramático de la aventura per sé y por otro lado, Hipo se ve forzado a erigirse como líder de su pueblo y conducirlo hacia una de sus ideas locas. Ambos argumentos lucen débiles. Lo que sí funciona bien es la potencia visual de éste estreno. Tanto en la aldea, como en la lúgubre niebla de los villanos, como en el propio mundo perdido, multicolor y luminoso, son prodigios de diseño reforzados por la poderosa banda sonora de John Powell. Más allá de esto, y de un buen trabajo de doblaje, hay una sensación de extensión innecesaria. Los que lleven a los chicos y anden cansados por el trajín semanal seguramente no se reprocharán esos quince minutos de sueño mientras los chicos se entretienen.
La historia de una despedida necesaria y natural con varias subtramas. En el actual universo del cine de gran presupuesto, donde todo es secuela, spin-off o relanzamiento, que una película “de serie” sea emotiva, original, bella y generosa con el espectador es casi un milagro. Las dos películas anteriores de “Cómo entrenar a tu dragón” resultaron cuentos emotivos que no desdeñaban ni el humor ni el pathos cuando era necesario (el niño héroe pierde una pierna en la primera película; a su padre, de un modo cruel, en la segunda), y combinaba un diseño caricaturesco con la pura aventura y el puro peligro. Siempre estuvo más cerca, de todos modos, de “Lassie” que de “Toy Story”, y eso hay que leerlo como una virtud. Este tercer episodio, de una enorme belleza –pero una belleza “útil”, no gratuita; no es un mero “miren lo que podemos hacer con dinero y píxeles”–, es también la historia de una despedida necesaria y natural. Hay varias subtramas (los vikingos amigos de los dragones tienen que huir de su utopía, el gatuno o perruno Chimuelo se enamora de una dragona de la misma especie que él, Hipo es ahora un líder de su tribu y tiene que conciliar vida social con vida personal) pero lo más interesante de la película es que esconde muy bien los trucos del guión detrás de la empatía que generan sus criaturas. Probablemente esta película amable, cómica y muy melancólica sea la mejor de la serie. Y, veremos, de lo que se estrene en este año. Hay artistas que aman su profesión detrás de cada fotograma y se nota.
Pasaron 9 años y llega Cómo entrenar a tu dragón 3, posiblemente el fin de esta saga, pero con probabilidades ciertas de que el universo creado continúe. Cómo entrenar a tu dragón 3 mantiene la frescura, los gags y el encanto que tiene desde su primera aparición, pero en esta se suma un ingrediente más, que quizás diluye un poco todo, y es el amor, el romanticismo no solo de Hipo, sino también de Chimuelo. Berg, la isla en donde vive Hipo con el resto de los vikingos está realmente colapsada por la cantidad de dragones que fue salvando con el correr de los años, a eso le sumamos la llegada de un nuevo villano que quiere terminar con el último Furia Nocturna, por lo cual todos emprenden un viaje buscando “la tierra de los dragones” y allí, quizás, vivir en paz y felices. Desde lo visual es impecable, con escenas bellas, pero también un poco extensas. Los conflictos aquí serán no sólo con el entorno- dejar la isla y buscar un nuevo lugar para vivir-, sino también en lo personal. Chimuelo conoce el amor e Hipo tendrá que entender que la felicidad de su compañero (y del resto de los dragones) está por encima de todo.
Nuestro escupefuego favorito (perdón Drogon) vuelve a la pantalla grande para ponerle fin a una de las mejores sagas animadas y es todo lo que está bien. Hubo una época en la que DreamWorks era (después de Disney/Pixar) el segundo estudio de animación más poderoso y taquillero gracias a franquicias como “Shrek”, “Madagascar” y, por supuesto, “Cómo Entrenar a tu Dragón” (How to Train Your Dragon), una de sus historias más redonditas y aclamadas después del éxito del ogro verde. Ya sea solo o acompañado, el director Dean DeBlois siempre le hizo honor a las novelas de Cressida Cowell, y muy a pesar de desviarse de su historia original. Ahora vuelve para la tercera entrega y un cierre bien arriba que bien valió los cinco años de espera. Y sí, DreamWorks ya no es lo que era y los problemas internos de la compañía fueron retrasando el estreno de esta adaptación. Por suerte, las nuevas aventuras de Hipo/ Hiccup (Jay Baruchel) y Chimuelo/ Toothless ya están entre nosotros con una parva de dragones, nuevos villanos y un mundo escondido que es mucho más que su utopía vikinga. Después de los sucesos de la secuela de 2014, y recuperar a su mamá Valka (Cate Blanchett), Hipo se convirtió en el jefe de Berk, una aldea donde los guerreros nórdicos conviven con sus ex enemigos alados sin ningún tipo de problema. Como casi en todas las etapas de su vida, al joven vikingo lo acompañan las inseguridades, las cuales parecen desaparecer cada vez que monta en el lomo de su mejor amigo desdentado. Más allá de las reticencias del fallecido Estoico/Stoick (Gerard Butler) y las locas ideas de su hijo, Berk se convirtió en albergue para los dragones, ahora bajo la “influencia” de su nuevo Alfa (Chimuelo); pero también en el blanco de los cazadores furtivos que no abrazan esta nueva forma de convivencia y prefieren perseguir a estas hermosas bestias como deporte. Entre ellos está Grimmel (F. Murray Abraham), un experto en la materia conocido por ser el responsable de la (casi) extinción de los furia nocturna. Nosotros sabemos que todavía queda uno de estos bellos animales en existencia, aunque para sorpresa de Hipo y del propio Chimuelo, pronto van a descubrir que no es tan así ya que el arma más poderosa que el villano tiene para esgrimir (entre muchas otras), es una hermosa hembra de Light Fury, una versión blanquecina y brillante que lo vuelve loco desde el primer momento. Como todo enamorado, Chimuelo es pura torpeza y desconcentración, factores que agravan la inseguridad de Hipo a la hora de enfrentar el liderazgo y resguardar a la suyos de la ira de Grimmel y los cazadores. Berk ya no es un refugio viable, y el joven pone sus ojos en el “Mundo Perdido”, un supuesto albergue donde se originaron los dragones, parte de una leyenda que su papá le contaba de chiquito. Alguien que te mire como se miran estos dos Así, “Cómo Entrenar a tu Dragón 3” (How to Train Your Dragon: The Hidden World, 2019) se convierte en una cruzada personal para Hipo que debe tomar decisiones mucho más importantes para el futuro de su gente, y el propio, teniendo en cuenta que los dragones no pueden ni deben convertirse en simples mascotas. El joven tiene que darle paso al adulto, y no sólo pensar en la siguiente aventura junto a sus compañeros. Con la llegada de la Light Fury, a Chimuelo también se le abre todo un mundo de posibilidades desconocido hasta ese momento. Un mundo que lo puede apartar de su mejor amigo humano, pero acercarlo mucho más a los de su especie. Todas son decisiones imposibles, pero el guión de DeBlois logra el equilibro justo y las respuestas correctas, cerrando esta trilogía a pura épica fantástica, romance y humanidad para sus protagonistas, sin necesidad de recurrir a golpes bajos. Visualmente impecable, como sus antecesoras, más el plus de la banda sonora de John Powell, “Cómo Entrenar a tu Dragón 3” es pura acción desenfrenada, humor y ternura cando se trata de cortejo, muy al estilo de Wall-E y Eve (sí, había que decirlo), pero con más alas y fuego de por medio. Lo mejor de esta saga es que nunca juega a lo seguro ni desestima a sus espectadores, mucho menos a los más menudos. Ni la tragedia ni el humor más negro son gratuitos, demostrando las grandes habilidades y los talentos de su realizador, un artista con relativamente poca experiencia en la materia, más allá de esta franquicia y la genial “Lilo y Stitch” (2002). En este caso, se vuelve a apoyar en las características de cada uno de sus personajes y en el aspecto visual, en muchos casos, prescindiendo completamente de los diálogos para dejarle el lugar a las imágenes y los sonidos, la majestuosidad de los escupefuego (y una variedad interminable), y la belleza de los paisajes, que no tienen nada que envidiarles a las sagas fantásticas live action más exitosas. La tercera en discordia Esto es Hollywood y nada se termina para siempre así que, seguramente, en pocos años volveremos a ver el regreso de esta dupla inseparable de jinete y dragón. Mientras tanto, DeBlois cierra el ciclo en lo más alto, resaltando cada una de las características de su saga animada: mucha acción, corazón, un poquito de mitología escandinava (acá adornada con muchas referencias a “Game of Thrones”, ¿será por el regreso del Eret de Kit Harington?), personajes bien construidos y relaciones inalterables. Tal vez, estira demasiado ciertos momentos y la trama no tiene la complejidad de sus antecesoras, pero el realizador decide concentrarse en los protagonistas y sus resoluciones, una apuesta que bien rinde sus frutos en el conjunto de la historia.
Después de cinco años con respecto a la anterior, llega la tercera parte y cierre de esta historia que comenzó -y sorprendió- allá por 2010. Esta vez, nuestros queridos Hipo y Chimuelo se enfrentarán a un nuevo enemigo que amenaza con eliminar al dragón, al mismo tiempo que aparece en escena otra Furia Nocturna hembra que hipnotizará a Chimuelo. La primera entrega había sido novedosa y muy bien recibida; la segunda seguía con algo especial pero había bajado el nivel y la sorpresa; pero la tercera retomó ese aire triunfal de la primera, sin brillar del todo como aquélla, aunque proponiendo una historia entretenida y un giro de tuerca para un cierre aceptable de la franquicia. Pasaron los años en la isla Mema y llegó la hora de Hipo para hacerse cargo de la misma, junto al líder de la especie Chimuelo. Sin embargo, aparece un villano y una Furia Nocturna hembra en el camino para dificultar todo lo propuesto. El arranque es bueno como el de todas las entregas, entretenido y mostrando el mundo normal que conocemos en la saga. A medida que empiezan los problemas es cuando también comienzan los agujeros en la trama o, más que agujeros, displicencias que decidieron tomar que entorpecieron la trama con recursos hiper-utilizados. Más allá de ser la más "graciosa" de las tres, a nivel narrativo es la más pobre. Abusaron del tiempo dedicado a la relación "romántico-amorosa" de Chimuelo y la hembra hasta cansar a la audiencia, algunos baches en la historia, y decisiones de personajes algo cuestionables. Pareció, por momentos, que faltaron ideas y se limitaron a ir a lo seguro que sabían que funcionaría, pero se pasaron de rosca. De todos modos, hacia el final de la cinta, se recupera el interés con un excelente clímax y un final de saga triunfal, adecuado y con enseñanzas (pero no molestan y quedan bien). Y esto es muy reconocible porque ya todos sabemos las complicaciones que tienen algunas franquicias para las conclusiones de sus historias. Lo más impactante del film es a nivel visual. La espectacularidad y colorido de los dragones y vikingos son increíbles, mucho más desarrollada que en las entregas anteriores. Es, como muchas de las cintas animadas últimamente, un festín visual. En síntesis, "Cómo entrenar a tu dragón 3" cumple con ser una película entretenida, sin brillar en el desarrollo de la trama, pero con un cierre de la saga a la altura de las expectativas que, con su magnífica animación, nos transmite lo que hizo la primera. Puntaje: 7/10 Manuel Otero