La paloma y el nerd A diferencia de lo que ocurría en décadas como los 70, 80 y 90, la animación mainstream del nuevo milenio prácticamente ha renunciado en un cien por ciento a las pretensiones artísticas y/ o a cualquier sustrato de innovación que se aparte de los cánones de siempre, de una forma similar a lo que ocurre con el cine live action y la omnipresencia de unos CGIs que también durante los últimos 20 años han caído en un terreno de mediocridad y redundancias. El enclave familiar bobalicón ha sido uno de los que más ha sufrido este achatamiento cualitativo en donde casi todas las películas destinadas a los niños se parecen cual signo de unos tiempos orientados a la falsa sensación de seguridad comercial que dan el marketing, la publicidad más hueca y esa segmentación fanática de públicos que pasa a controlar la faceta creativa y encima una y otra vez falla en garantizar la taquilla esperada. Espías a Escondidas (Spies in Disguise, 2019) se ubica en un terreno intermedio entre la banalidad promedio contemporánea de la industria cultural y una mínima intención de ofrecer algo un poco más valioso o memorable mediante la estrategia de recuperar un viejo ardid narrativo del séptimo arte, nada menos que el falso culpable, un recurso tomado del suspenso y del thriller de espionaje -centrado en un protagonista incriminado por esto o aquello y con la consiguiente misión de desenmascarar al verdadero responsable del crimen en cuestión- que aquí está volcado hacia la animación rimbombante hollywoodense de aventuras que en esencia funciona como un vehículo para explotar a las dos estrellas de turno, el estrambótico Will Smith, un eterno “chanta” del rubro actoral, y Tom Holland, conocido por interpretar a Peter Parker/ Spider-Man en la andanada de bodrios de Marvel. Sin ser la gran cosa pero tampoco un producto del todo fallido, esta ópera prima de Nick Bruno y Troy Quane es lo suficientemente ridícula y veloz como para que resulte amena la premisa de base, eso del agente secreto arrogante (Smith, por supuesto) debiendo limpiar su nombre convertido en una paloma por el invento de un nerd (el veinteañero Holland) que trabaja para la misma agencia de inteligencia que el primero, llamada “Honor, Confianza, Unidad y Valor”. Desde ya que el villano que incrimina al afroamericano (interpretado por Ben Mendelsohn) atesora una venganza personal y su carácter despiadado se traslada de manera literal a su cuerpo, en esta oportunidad con una mano robótica, una capacidad de disfrazarse vía hologramas y hasta un cuerpo con otros detalles cibernéticos que le permiten controlar a un ejército de drones de combate con los que piensa destruir a todos los otros agentes a través de un ataque masivo a la sede central del organismo en Washington D.C. Para lo que suele ser el paupérrimo nivel de los chistes de estas comedias lights camufladas, se puede decir que la propuesta no pasa vergüenza y algunos sketchs son hilarantes por mérito propio, sobre todo exprimiendo las evidentes diferencias de la “pareja dispareja” protagónica, otro punto a favor porque la película opone de manera consciente el fetiche bélico del personaje de Smith al gustito por las soluciones pacíficas algo freaks de su homólogo de Holland (esta es la solución que encuentra el guión de Brad Copeland y Lloyd Taylor para mantener la espectacularidad de las secuencias de acción pero sin matar a nadie ni hacer volar todo por los aires). Como el Smith veterano -ya cincuentón- está mucho más abierto a la autoparodia en lo que atañe a su imagen, el asunto de la conversión a paloma está relativamente bien aprovechado en una obra hiper previsible y elemental que confirma el estatuto artístico remanido de la gran mayoría del Hollywood destinado a la masividad…
Hay pocos géneros a los que se le nota tanto la fórmula como al cine de animación. Y aun así muchas veces logran encontrarle una vuelta. Espías a escondidas es una comedia de espionaje y una buddy movie. Lance Sterling es el mejor espía del mundo y Walter un joven inventor que crea los artefactos más originales y absurdos. Aunque Sterling desprecia al joven, finalmente deberá unir fuerzas con él cuando una conspiración lo haga pasar de ser el espía número uno al enemigo más buscado por su organización. Con todas cosas que ya se han visto, la película busca la vuelta de tuerca con un invento de Walter que convierte a Sterling en una paloma y ahí van los dos colegas, joven y paloma, a salvar al mundo. Agradable delirio que sin duda es lo mejor de la película. ¿Y lo peor? Toda la escena de acción del comienzo y toda la escena de acción del final, dos momentos de pura rutina que hacen que la película pierda su encanto.
El mundo de la animación siempre busca establecer nuevas franquicias, nuevas maneras de perpetuarse en las salas sin importar mucho a que costo. Y algunas veces eso funciona y salen películas divertidas y frescas, como es el caso de Espías a escondidas. Basada en un corto llamado Pigeon: Impossible (que suena a Misión: Imposible en inglés, pero se traduce como Paloma: Imposible), la película marca el debut como directores de Nick Bruno y Troy Quane que ya venían de trabajar en el departamento de arte de muchísimas pelis de animación. Los protagonistas son Lance Sterling (voz de Will Smith) y Walter Beckett (voz de Tom Holland). Uno es el mejor espía del mundo, tiene onda, carisma, inteligencia, destreza… pero trabaja solo. ¿Se imaginan quien de los dos es? ¿Eh? ¿No vieron Hombres de Negro 3?… El otro es un joven científico, encargado de crear artefactos para los espías; es tímido, ingenuo, ama a las palomas y se siente diferente por ir contra la corriente. Walter no cree en blancos y negros, en cambio Lance sólo concibe el mundo de esa manera. Un villano incrimina a Lance, y éste debe huir de toda la agencia de espías que lo persigue. Termina agobiado en la casa de Walter y bebe una fórmula que éste estaba testeando para “ser invisible”. Claro, que lo hace convirtiendo al agente en una paloma. Una paloma que habla. Sí, una paloma (que linda es la animación…). Espías a escondidas parece salir de una fórmula que conjuga lo mejor de Shrek (antes que decidan hacer más de dos partes), y ese clásico infravalorado llamado Lluvia de Hamburguesas. Del monstruo verde saca ese personaje fuerte y carismático que no se está dando cuenta de lo que se pierde estando solo, y va a atravesar todo un largo camino para entenderlo. De la segunda película podemos encontrar dos aristas: una búsqueda estética similar (con los personajes angulosos y desgarbados), y luego un tema que la atraviesa fuerte: la imaginación como fuente de creatividad e inteligencia, a pesar de lo que diga “el sistema”. En el caso de Lluvia de Hamburguesas es un científico loco que nadie escucha pero que tiene en sí la capacidad para cambiar el mundo, y en el caso de esta nueva película… bueno, también. Otro dato que la emparenta a Shrek: los constantes chistes de doble sentido, imperceptibles para les niñes, pero que son una brisa de aire fresco para les mayores. Obviamente hay mucha acción, palomas, villanos muy maléficos, chistes y referencias a la cultura pop, ninguna relación amorosa entre los personajes masculinos y femeninos fuertes, viajes a lugares paradisíacos y mucho carisma desde la voz de ambos protagonistas. Espías a escondidas es una gran oportunidad para compartir en el cine con les mas chicxs sin culpa, con un relato inteligente y divertido; aunque me imagino que se debe perder un poco en la versión doblada… pero quien te quita lo volado, ¿no? (¿vieron lo que hice ahí? sí, es cierto… he tenido mejores chistes)
Ser friki está de moda. Después de que la factoría Blue Sky nos trajese a nuestras pantallas títulos como Robots; Olé, el viaje de Ferdinand o su obra más emblemática, La era de hielo, nos llega una película totalmente diferencial y distintiva al resto de las obras pertenecientes a esta productora que trabaja siempre a manos de 20th. Century Fox; y es que, en Espías a escondidas podemos ver una estética que se asemeja más a cintas como la protagonizada por Mr. Increíble, Elastigirl, Ozono y compañía que a la propia saga de Manny, Sid y Diego. Esta nueva entrega ha querido parecerse más a Pixar y así abandonar la otrora animación que le caracterizaba. Ahora bien… ¿es una acertada decisión? Personalmente, no lo creo, ya que con esta elección se va a conseguir que el público caiga en burdas comparaciones. Hay muchos aspectos que caracterizan a este largometraje. Podemos decir que es amena, entretenida, disfrutable, que cuenta con unos personajes muy peculiares y característicos que hacen encarecer la obra, y que tiene un fondo y un mensaje adecuado para la época en la que vivimos. Antaño, ser friki estaba mal visto para la sociedad, pues suponía ser el bicho raro y desdeñable del que todos querían renegar. Ahora, en los tiempos que corren, podemos decir que ser friki está de moda y si no lo eres, bueno, tú te lo pierdes. Y es que en esta película, el espía de altos vuelos Lance Sterling no podría hacer nada sin el peculiar y extraño científico Walter Beckett, cuya voz fue aportada por el joven actor Tom Holland; sí, lectores, todos necesitamos un friki a nuestro lado que nos guíe el camino a seguir. En cuanto a la historia y narrativa de esta película, hay que decir que no vemos nada de otro mundo, peca de poca originalidad y carece de ese “plus” que se le suele pedir a las cintas de animación para que no sólo sirva como mero entretenimiento; y es que Espías con disfraz es eso: puro entretenimiento pochoclero que únicamente va servir para pasar un buen rato en el cine con la familia en vacaciones de verano. No es una película que vaya a quedar para el recuerdo como sí que lo hizo La era de hielo, siendo de lejos la mejor de la filmografía de Blue Sky. Con un arranque potente, presenciamos al apartado niño friki con su madre cuando era pequeño, vemos al villano prototipo de las películas de esta índole, contemplamos al héroe chulesco y simpaticón en acción… hasta ahí nada fuera de lo común. La cosa cambia cuando el espía interpretado por Will Smith tiene que huir del gobierno y confiar en el niño friki que justo instantes antes había despedido para poder destapar al villano que le ha suplantado su identidad. Y es que, al bueno de Lance no le queda otra que depender del pequeño inventor de extravagantes chismes debido a que se convierte en una paloma (o rata de cloaca, como él diría) sin poder volar ni enfrentarse a los peligros como él solía hacer. A partir de ahí, la historia se pierde en la monotonía o, porque no decirlo, en la carencia de momentos agudos y salerosos echados en falta en algunos instantes del largometraje. Aun así estamos ante una película que consigue cumplir su principal misión, que no es otra que distraer y evadir al espectador en la hora y cuarenta minutos que dura este metraje. En conclusión, para el que escribe estas líneas, Espías a escondidas es una película que ha querido asemejarse más a cintas como Los Increíbles y rehuir de la producción vista en anteriores trabajos de la factoría, siendo esta una elección no muy oportuna por su parte. Estas vacaciones toda la familia disfrutará del espía de altos vuelos y su compañero de viaje con esta obra escapista y disfrutable. Auguro gran taquilla, y es que estrenar una película de animación en esta época del año es una apuesta segura.
Unidos para salvar al mundo Espías a escondidas (Spies in disguise, 2019) es una película animada de comedia y aventuras codirigida por Nick Bruno y Troy Quane, siendo esta la ópera prima de ambos. Levemente inspirada en el cortometraje Pigeon: impossible (2009), está co-escrita por Brad Copeland y Lloyd Taylor. Las voces originales son puestas por Will Smith, Tom Holland, Ben Mendelsohn, Masi Oka, Rashida Jones, Karen Gillan, DJ Khaled, Reba McEntire, Rachel Brosnahan, entre otros. Desde muy pequeño, Walter Beckett (Tom Holland) se sintió atraído por la ciencia. Mientras su madre se ocupaba de velar por la seguridad de la población en su rol de policía, Walter pasaba las horas en su hogar creando novedosos antídotos que cumplían con el objetivo sin dañar al oponente. Años después, y debido a su gran inteligencia, con tan solo 15 años Beckett se encuentra trabajando para el MIT (Instituto de Tecnología de Massachusetts). Sin embargo, sus compañeros prefieren alejarse de él por considerarlo un extraño nerd. Cuando Lance Sterling (Will Smith), el espía más creído y respetado del trabajo, toma sin consultar un antídoto diseñado por Walter, se transforma en una paloma. Ante tal panorama, el adolescente deberá ayudar al agente número uno para que pueda derrotar a “Mano robótica” (Ben Mendelsohn), un villano con media cara de robot que se hace pasar por Lance y pretende destruir el mundo con sus cientos de drones. Del estudio de animación que nos trajo la saga de La era de hielo (Ice age), Río (2011), la enternecedora Snoopy y Charlie Brown: Peanuts, la película (The peanuts movie, 2015) y la amigable Olé, el viaje de Ferdinand (Ferdinand, 2017), ahora nos llega otra producción llena de chistes y acción para deslumbrar a los más pequeños de la familia. Con un humor sencillo pero efectivo (aunque a veces la comedia se vuelve muy redundante) y la utilización de canciones del momento como “Con Calma” de Daddy Yankee, Espías a escondidas divierte en la medida justa gracias a la dupla protagónica. A pesar de que desde el comienzo la película es previsible, generando que el último acto se sienta alargado, es en los trabajos de voz que los adultos van a encontrar el mayor disfrute. Will Smith calza a la perfección en el papel del mejor espía, así como a Tom Holland pareciera que le sale naturalmente ponerse en el lugar de un joven sabelotodo. Tomando elementos de producciones como Misión imposible (Mission: Impossible) o las películas de James Bond, los directores armaron un film animado ideal para introducir a los más chicos en el género de espionaje. Sin un villano que cuente con un buen desarrollo de su trasfondo y con variadas escenas prescindibles, Espías a escondidas de igual manera logra dejar buenos mensajes en el espectador. Aparte de transmitir que cada persona es distinta a su manera y eso es lo que nos hace especiales, por lo que el “no encajar” no es motivo para entristecerse sino para celebrarlo, la película desde el personaje de Walter nos incentiva a no contestar de igual manera que el prójimo. Con sus antídotos, él nunca busca lastimar al contrincante por más malo que sea. Así, la obra nos muestra que la tan famosa “Ley del talión”, frase que hace referencia a la venganza dando una pena idéntica, te convierte en un peor ser humano. Espías a escondidas entretendrá en mayor medida a los niños y a las niñas gracias a su liviana comedia física. Los más grandes no llegarán a sufrir esta producción pero en varias oportunidades se darán cuenta que el film carece de un contenido óptimo para que la atención se mantenga por 102 minutos.
Desde pequeño, Walter Beckett (Tom Holland) soñó con hacer del mundo un lugar más amigable. Su mamá policía siempre le inculcó ayudar a quienes lo necesitan y no le puso barreras a su creatividad, permitiéndole construir inventos que serían de gran importancia para el futuro. Tras el fallecimiento de su madre, el inocente Walter enfocó toda su energía en sus creaciones para llegar a convertirse en un genio científico y la mano derecha de Lance Sterling (Will Smith), el mejor espía del mundo. Aunque tengan personalidades completamente opuestas, deberán aprender a trabajar en equipo para salvar al planeta de los malos que atentan contra él. Con dirección de Nick Bruno y Troy Quane, “Espías a escondidas” promete ser el éxito de las vacaciones de verano para los más chicos. Bajo el lema “el mundo necesita raros”, la película guionada por Brad Copeland intenta demostrar que más allá de las etiquetas, todos podemos ser geniales en algo. A pesar de tener pausas algo extensas para ser un film infantil, resulta en su mayoría entretenida y atrapante. Las voces - que se completan con la participación de Karen Gillan, Ben Mendelsohn y Rashida Jones - se acoplan a la historia de cada personaje correctamente, logrando como resultado un combo original y divertido. La animación, que por momentos se asemeja bastante a la de "Los Increíbles", se desarrolla de manera impecable siendo éste el fuerte de la película. Durante 1hs 40’, “Espías a escondidas” consigue captar la atención de toda la familia, convirtiéndose en una producción ideal para disfrutar estas vacaciones. Cami Lopez Parafita y Barbie Villar para Chapeau Argentina ---> https://www.youtube.com/watch?v=jo51qdxok9s TITULO ORIGINAL: Spies in Disguise TITULO ALTERNATIVO: Pigeon impossible DIRECCIÓN: Nick Bruno, Troy Quane. VOCES ORIGINALES: Tom Holland, Will Smith, Karen Gillan, Ben Mendelsohn, Rashida Jones. GUION: Brad Copeland. MÚSICA: Theodore Shapiro. GENERO: Aventuras , Animación . ORIGEN: Estados Unidos. DURACION: 102 Minutos CALIFICACION: Apta para todo público con leyenda DISTRIBUIDORA: Fox FORMATOS: 3D, 2D. ESTRENO: 30 de Enero de 2020 ESTRENO EN USA: 18 de Enero de 2019
El filme pone en crisis la desconfianza virtual con abrazos y mimos. Crítica de Espías a escondidas. La película estadounidense “Spies in Disguise” tiene un fuerte diferentes mensajes para los chicos dentro del filme uno de ellos es la posibilidad de romper con los prototipos de varones. Es evidente en el personaje del jóven Walter Becett(Tom Holland) un inventor sensible, él rompe la idea que propone combatir el fuego con fuego, si no con mecanismos más respetuosos con el otro. También pone en jaque la violencia ejercida por agentes sin medir las consecuencias en el protagonista Lance Sterling(Will Smith). Por. Florencia Fico. El argumento del filme ubica al prestigioso espía Lance Sterling(Will Smith) y el científico Walter Beckett( Tom Holland) son el contrapunto entre ellos. Lance es sereno, amigable y educado. Walter todo lo contrario. Aunque lo que carece Walter de aptitudes sociales lo suple con inteligencia e imaginación, con la que desarrolla trucos que Lance aplica en sus desafíos. Sin embargo en el momento los acontecimientos cambian a última hora, Walter y Lance pronto deben comprender lo que es colaborar uno con el otro. Si ellos no establecen un buen equipo el mundo correrá riesgo. Los directores Troy Quane y Nick Bruno mostraron una comedia de amigos que engancha con todos los componentes de las películas de espías: explosiones, aventura, viajes por el mundo aunque con la responsabilidad de hacer el primer material audiovisual sobre espionaje para niños. La idea fue plantear una reflexión sobre las formas en las que se desenvuelve la sociedad actual en la que nadie confía en nadie aunque el trabajo colectivo puede dar una nueva oportunidad a la vida humana. Will Smith in Spies in Disguise (2019) Los guionistas Brad Copeland y Loyd Taylor adaptaron un filme de un corto de animación llamado “Pugeon:Imposible”, realizado y redactado por Lucas Martell en el 2009 allí habita lo importante para condimentar “Espias a escondidas” que mezcló el estereotipo bien masculino y agresivo del mundo de los agentes secretos elegantes, en la misma frecuencia de Misión Imposible, Hombres de Negro, Bad Boys y lo transformó en un espectáculo para los chicos y adultos. El conflicto que se plantea es cuando Lance consume un experimento de Walter que lo termina convirtiendo en una paloma. El texto da chistes simpáticos, diálogo ágil y entretenimiento para la familia. De los creadores de “La Era del Hielo” y “Río” la animación por parte de Blue Sky puso manos a la obra en el reparto y fotografía. Lo que fue un arduo trabajo hebra en hebra; entre los directores y los 550 artistas que le dieron existencia a los personajes. En éste caso aves perfectas especies que se las encuentra en cualquier localidad y nadie las percibe es decir que pasan desapercibidas. Los pájaros en específico las palomas pueden volar rápido 150 kilómetros por hora, ojos a los lados con visión 360°, ven la luz ultravioleta por lo tanto detectan sensores láser. Will Smith in Spies in Disguise (2019) La incorporación en el diseño del personaje animado Lance en la voz y carácter del actor Will Smith llegó a tener la altura de héroes del pasado como James Bond, Jason Bourne o Ethan Hunt quienes poseen una aspecto icónico que traspasa la pantalla grande y Smith aseguró su reconocimiento como estrella de acción, su estilo, pavoneo y humor. Aunque al cambiar de forma humana a animal, una paloma, le sacaron todas las habilidades geniales pone una dificultad en su camino, él trabaja solo no tiene equipo, encima es una especie común de parvada rodeado por otros, perdió toda su fuerza y atractivo. En consecuencia Walter en el tono y frescura propia de un ex Spider Man, el artista Tom Holland. En su papel balancea con inventiva la escena. Elabora artefactos que Lance emplea en sus misiones. Como adolescente usa el encanto conmovedor de dispositivos como: el abrazo inchable, una lapicera que desprende una goma de mascar que atrapa los enemigos además proyecta vídeos de gatos que distrae cualquiera, un perfume como suero de la verdad y polvo de brillantina que deja sin anonado al que lo ve. Asimismo como joven posee una mirada tierna, sin cánones, adora las películas románticas y su valentía es en honor a su madre una oficial de la policía que dio su vida por otros. El encargado de la música Theodore Shapiro le confió al productor musical Mark Roson una parte escencial en la cinta. Se evidencia en el tema principal “Then There Were Two” que tuvo la colaboración del rapero Anderson Paak. La melodía presenta toques de soul, que da un clima indicado para películas de espías y energía funk lo que dio en la tecla dando como resultado una sonoridad contemporánea. La película acierta en ésta pareja despareja Lance y Walter ambos son un dueto placentero tanto en comedia como en parodia del acartonado mundo de los agentes encubiertos. Los actores como Smith y Holland sienten que sus nuevos disfraces le calzan bien y consiguen legitimidad y zonas de comicidad para ver con niños y mayores que se atrevan a renacer su niñez oculta. Puntaje: 80.
En la era de las franquicias animadas el estreno de una película con una historia original es un hecho para celebrar. Pero lo de “original” queda rápidamente relativizado al ver que Espías a escondidas es un reciclaje de tópicos tomados de la saga de James Bond con el agregado de un coprotagonista adolescente (un típico nerd icomprendido) y algunos elementos sueltos (de los films sobre la yakuza japonesa, por ejemplo). El resultado es una propuesta visualmente atrapante y narrativamente vertiginosa que cumple con lo que promete, pero que al mismo tiempo no agrega absolutamente nada al universo creativo de la animación contemporánea. Puro profesionalismo. Lo mejor del film (y que probablemente no pueda ser disfrutado en la inmensa mayoría de las funciones que serán en copias dobladas al español) son las voces originales de Will Smith como Lance Sterling, un super espía de cuerpo escultural que viste siempre un impecable esmoquin y suele trabajar solo en las misiones más peligrosas; y Tom Holland como el torpe Walter Beckett, un geek (egresado del MIT a los 15 años) que ha quedado solo tras la muerte de su madre policía y es un auténtico genio a la hora de inventar todo tipo de gadgets para aplicar en el terreno del espionaje. Todo servido para una buddie movie en la que el entusiasta joven intentará convencer al cínico adulto de que no hay nada mejor que trabajar juntos y en equipo. Personajes que son convertidos en palomas, un malvado llamado Killian (la voz de Ben Mendelsohn) que tiene 1.000 drones a su disposición para aniquilar a espías por todo el mundo y -claro- muchas peleas cuerpo a cuerpo o persecuciones a toda velocidad... Eso es (ni más ni menos) lo que propone una película impecable en su acabado técnico, pero hecha con el manual del género (piensen también en la saga de Misión: Imposible) del que solo se sale con algunas bienvenidas irrupciones de humor negro.
El dicho popular no le concede la mejor reputación posible a las palomas por su inteligencia, pero los debutantes Nick Bruno y Troy Quane, que trabajaron en la saga de La Era de hielo como integrantes del departamento de animación de Fox (hoy también parte del imperio Walt Disney), decidieron que el ave podía protagonizar una comedia de aventuras que parodia el universo de James Bond. La idea es bastante rebuscada, sobre todo para una narración tan lineal y sencilla, pero se centra en la accidental mutación avícola de un cancherísimo superespía, Lance (Will Smith en la versión original), tras haber tomado por error una poción del joven y atolondrado Lance (la voz arácnida de Tom Holland), científico superdotado con ideología pacifista, en medio de un complejo caso que involucra el robo de un drone militar por parte de un villano que suplanta la identidad del espía pajarón. Como si se tratara de un acto escolar en el que se interpreta La mosca, de David Cronenberg, la premisa se vuelve tan complicada para niños como cándida para cualquier adulto, así que los cineastas prefieren la unión obligada de pájaro e investigador para que Espías a escondidas se transforme en una buddy movie de bajo vuelo, más allá de la originalidad en las identidades de los protagonistas de la pareja despareja. En el camino de Walter y Lance, en un guiño al creador del Pájaro Loco Walter Lantz, se suceden los viajes por el mundo y las secuencias de acción que, además de también percibirse como bastante intensas para los chicos y demasiado poco para los grandes, parecen jugarle en contra a la clara postura antibelicista de la película y a las lecciones sobre aceptación y amor propio, temas que remarca Espías a escondidas cada vez que es posible. La paloma mensajera puede ser considerada como la más inteligente de las aves, pero no por eso va a dejar de ser un pájaro.
Cuando un malvado pone al mundo en peligro, Lance Sterling, el mejor superespía del mundo, decide asociarse con Walter, un adolescente capaz de inventar los artefactos más extraños para luchar contra el crimen. El objetivo de ambos es destruir el poder de ese siniestro asesino dispuesto a apoderarse de todo ser viviente de la Tierra, y así ambos pondrá en juego un astuto plan: Walter convertirá a Lance en paloma y el dúo comenzará a vivir una serie de aventuras y desventuras en las que, como en las historias de James Bond, veloces autos y complicadas fórmulas que fijan sus ojos en los malos de turno convierten a este dibujo animado en un sabroso plato lleno de acción y de suspenso. En su debut como directores, Nick Bruno y Troy Quane apostaron a llevar a la pantalla una fórmula en la que nada falta para entretener a grandes y a chicos. Desde el momento en que aparece en escena el valiente espía hasta su sociedad y amistad con ese Walter al que le faltan habilidades sociales (que compensa con gran inteligencia e inventiva), la trama no desfallece hasta un inesperado final. El film, presentado tanto con subtítulos como hablado en español, posee en el diseño de sus personajes y en los lugares que ellos recorren una gran calidad, apoyada por una música que realza la tarea de ese espía y de su compañero de alocadas andanzas.
"Espías a escondidas": halcones y palomas La nueva producción animada de Blue Sky Studios maneja el reciclaje a la orden del día, desde una versión paródica de James Bond al modelo instalado por "Mi villano favorito" y "Los increíbles". ¿Y si hacemos una película sobre un espía internacional transformado en paloma? Algo así deben haber pensado las mentes creativas detrás de Espías a escondidas, la nueva producción de la casa animada Blue Sky Studios, responsables de éxitos populares como La era de hielo, Rio y todas sus secuelas, entre otros títulos “infantiles” de gran rendimiento comercial. Y está bien que así haya sido, ya que uno de los atractivos de la ópera prima de Nick Bruno y Troy Quane (el primero es un veterano de la compañía y trabajó como animador en una docena de producciones previas) están dados precisamente a partir del absurdo de la situación de base: una paloma con capacidades mentales humanas intactas encerrada en un cuerpo que no sabe manejar. Pero lo ingenioso viene acompañado, ya en las primeras escenas, por la repetición de lugares comunes en envase familiar: el súper espía Lance (en las copias en idioma original la voz es la de Will Smith) enfrenta una de sus misiones más difíciles en versión paródica del mundo bondiano, transformado de pronto en sucedáneo cómico de la célebre escena de sangría oriental en Kill Bill. El reciclaje está a la orden del día y gran parte del ritmo de la película está calcado del modelo instalado por Mi villano favorito y Los increíbles. Lo relativamente original pasa por otro lado: Walter (voz de Tom Holland), un joven empleado de la Agencia nerdo hasta la médula –y cuya madre policía murió en cumplimiento del deber, alerta de drama– recibe a un Lance perseguido por los suyos, un típico caso de inocente acusado de crímenes ajenos. Este termina bebiendo por error el mejunje que acaba de preparar el muchacho, cuyo efecto esperado consiste en invisibilizar al receptor pero que, cosas de la vida, termina transformando al espía afroamericano en una paloma… hembra (uno de los mejores gags del film enfrenta a Lance a ese notable descubrimiento). Y así la pareja despareja saldrá a recorrer el mundo, lo cual permite que el protagonista alado descubra que ser un ave puede tener muchas desventajas pero también sus beneficios. Les pisa los talones una agente de seguridad interna con “tono de piel latino”, cumpliendo así la cuota de diversidad racial que la corrección política actual demanda a viva voz. De factura técnicamente impecable (va de suyo) y trazos y movimientos a tono con la animación mainstream contemporánea (la homogeneización en la industria es casi total), Espías a escondidas avanza cumpliendo a rajatabla las reglas doradas de los tres actos y poniendo en pantalla una escena de acción cada X cantidad de minutos, no sea cosa que la platea más joven se aburra. “Al fuego se lo combate con fuego”, afirma la paloma Lance, haciéndose eco de las clásicas reglas de enfrentamiento con los villanos de turno a la hora de asegurar la paz en el mundo. El joven científico opina otra cosa: su voz es la de un pacifista a ultranza y ese choque de cosmovisiones le agrega a la historia una pequeña pizca de complejidad moral inesperada. El resto es fórmula y profesionalismo animado, pan comido para las palomas.
Mezclando géneros y apelando al carisma de sus dos protagonistas masculinos (Will Smith, Tom Holland) Espías a escondidas (Spies in disguise, 2019) propone una revisita al cine de espías más clásico, con humor, leyes de las buddy movies y un interés por entretener sin menospreciar a su público. Basada en el corto Pigeon: Impossible (2009) de Lucas Martell, cuya premisa era la de un espía de renombre luchando contra una pequeña paloma, la aventura en el largometraje comienza con la presentación de Walter (Holland), un joven que desarrolla gadgets para los agentes especiales con particularidades propias de los “millenials” y que desde pequeño demostró interés por la investigación y “hacer el bien” (su madre era policía). Por otra parte Lance (Smith), el otro rol central, es presentado como un soberbio y experimentado investigador que logra concluir todas sus misiones de manera positiva, disfruta del reconocimiento público y posee un ego tan grande que no necesita de nada ni nadie, excepto cuando es involucrado en un caso por el cual se lo acusa del robo de material sensible. Así, si bien Espías a escondidas elige ir en la línea de 007 o Kingsman, por nombrar solo algunos de los referentes que sentaron las bases del género y luego las reinventaron, suma actualidad al, por ejemplo, introducir herramientas en los investigadores como una bomba que al detonarse despliega brillantina e imágenes de gatitos para disuadir a los malhechores. Ese gag, que se repite durante la narración, demuestra la habilidad del guion para conjugar dos universos completamente diferentes, el del espía maduro, exitoso, y el del novato, con ideas innovadoras como un dispositivo que “abraza” cuando más se lo necesita, y que acerca al personaje a audiencias más jóvenes acostumbradas a características asociadas a youtubers e influencers. A medida que avanza el relato, y ya en plan pareja de espías, joven/adulto novato/experimentado, ambos deberán disuadir al villano de turno de arrasar con todo, un siniestro personaje que además de destruir a los espías, involucrar a Lance en algo que no hizo, querrá cobrarse venganza de éste por hechos del pasado. Para combatirlo Lance y Walter unirán sus fuerzas, dependiendo el uno del otro por un extraño brebaje preparado por el último, que convertirá al primero en un plumífero parlanchín que no pierde, por más ave que sea, sus habilidades para el espionaje. Espías a escondidas así construye su narración a fuerza de gags, referencias al universo de las aves, música, humor, persecuciones, misterio, pero también de exigirles a sus personajes la transformación necesaria para suavizar sus diferencias y de esta manera impulsar la amistad entre opuestos y el climax de la historia Pensada como un entretenimiento para toda la familia, en su doble función de emular género y simplificar sus líneas argumentales, Troy Quane y Nick Bruno dirigen una propuesta que gana cuando evita tomar en serio aquello que presenta, “el espía con plumas”, jugando a una de intriga internacional, pero apta para todo público.
Crítica emitida al aire en Zensitive Radio
Espías a escondidas sigue la fórmula de comedias y aventuras con animalitos graciosos que tan bien le funcionó en la taquilla a la productora Blue Sky en el pasado con La era de hielo, Río y más recientemente Ferdinand. La película de Snoopy sigue siendo lo mejor de ellos y cuesta pensar que logren superarla en un futuro cercano. Esta nueva producción es una propuesta infantil amena que tiene la particularidad de tomar como referencia el género de espionaje, con numerosas referencias a la saga de James Bond y Misión: Imposible. El guión corrió por cuenta de Lucas Martell, responsable del excelente corto de animación The Oceanmaker, un relato del género steampunk al que le puso más dedicación. Pueden verlo en You Tube. La ópera prima de Troy Bruno y Troy Quane es la obra de Blue Sky que más se concentra en la acción desde la subestimada Epic: El mundo secreto (2013) si bien sigue el estilo de comedia de las productora donde no faltan las referencias escatológicas. En lo referido a los aspectos visuales los directores presentan un film correcto, sin demasiada ambición, que tiene el nivel standard de lo que se hace en Hollywood por estos días. No hay nada interesante para resaltar en ese campo. No obstante, como opción familiar es una película que cumple el objetivo de entretener al público infantil, pese a que se olvida enseguida y no hace nada nuevo ni original con el concepto que trabaja.
El mayor acierto de Espías a escondidas es parodiar a Bond y ese tipo de cine de manera muy inteligente. La película es para todo público, los chicos se van a divertir y los adultos también encontrarán entretenimiento. La vi en idioma original lo que me genera dudas sobre el doblaje ya que todo se apoya mucho en los personalismos de los dos actores protagonistas que ponen las voces. De hecho, el personaje principal luce a imagen y semejanza de Will Smith y ese es uno de los puntos más altos. Incluso sucede con Tom Holland con quien tal vez no estamos tan familiarizados (sacando a Spider-man de la ecuación) y su voz se hace indisoluble de su avatar animado. Serán los más niños los que diriman esta cuestión y seguro la pasarán bien de todos modos. El estudio Skyblue, propiedad de Fox, estrena su primera película bajo el paraguas de Disney y se siembran las dudas sobre la libertad creativa que poseerán en el futuro, pero ese es otro debate. Aquí aún se distinguen del ratón y de Pixar por ser menos solemnes y apostar al absurdo. Los óperaprimistas Troy Quane y Nick Bruno hacen un buen trabajo. Ambos tienen experiencias en animación y son del riñón del estudio. Pero al igual que el resto de las películas de ese sello, no logran una grandilocuencia que genere admiración visual. El film cumple con lo que se propone y eso está muy bien. Pero a la larga se convertirá en “uno del montón”. La pasás muy bien con las palomas, pero no te enamorás de los personajes. No huelo a nuevo clásico por más que luego haya secuelas. En definitiva, Espías a escondidas es una buena película para toda la familia y entretenimiento asegurado. Pero no más que eso.
“Espías a escondidas” es una película de animación dirigida por Nick Bruno y Troy Quane, que utiliza el formato de buddymovie para contar una comedia de espionaje. Porque Will Smith pone la voz de Lance Sterling, el mejor espía del mundo que se convierte en paloma por beber accidentalmente una pócima del joven inventor Walter, quien tiene la voz de Tom Holland. Lo primero que vale destacar de esta película es que el personaje de Lance Sterling copia el aspecto físico y los rasgos faciales de Will Smith, para animar a este espía similar a James Bond que debe luchar contra los planes de un villano, que homenajea también a los de esta serie de películas. Pero lo que lo diferencia y lo acerca al público infantil es que comparte protagonismo con este joven nerd cuyo aspecto desgarbado y torpeza lo convierten en su antítesis. Y a esto hay que sumarle el hecho de que se convierte en paloma, un giro en la trama al que se le da una explicación científica, pero no deja de ser un tópico de los cuentos de hadas que además de generar una larga serie de gags brinda una moraleja sobre el trabajo en equipo. Otro aspecto importante que vale la pena destacar de “Espías a escondidas” es su diseño de producción, ya que su propuesta estética copia con fidelidad edificios y lugares reales, entre los que se pueden reconocer las ciudades de Washington DC y Venecia, por ejemplo, que se suman a las modernas bases secretas tanto de héroes como de villanos. Porque es acá donde más se puede apreciar la larga trayectoria en otras áreas del cine de animación de esta pareja de directores debutantes en este rol. En conclusión, “Espías a escondidas”cumple con su objetivo de entretener al público infantil al que está dirigida en primer lugar, gracias a sus gags efectivos y sus escenas de acción. Y si bien no está a la altura de la obra maestra del género que fue “Las aventuras de Tintín: el secreto del unicornio”, pero puede dar lugar a una exitosa franquicia gracias al carisma de sus personajes y la gran variedad de aventuras que pueden protagonizar en el futuro.
Dedicada especialmente para los niños que se divierten y mucho se trata de una broma al supuesto seductor e infalible agente secreto, acusado injustamente de robo, que un joven inventor transforma en paloma para que pueda huir y demostrar su inocencia. Un personaje creado a imagen y semejanza de Will Smith, cuya gracia se pierde en el doblaje, igual que ocurre con Tom Holland y su inventor que también se “le parece”. Como toda película de espías que se precie la acción pasa de Washington, a México, a Venecia, a guaridas en lugares inhóspitos. No falta el villano con una mano mecánica ni la acción frenética que nunca decae. Es una broma a todo el mundo del espionaje, a la ciencia y a tanta película de acción con agentes en desgracia que siguen un mismo molde. Se basa en un corto que ideó Lucas Martel que se llamo “Pigeon imposible” ( pichón imposible con obvia referencia a las pelis de Tom Cruise como protagonista) Aquí con ideas que un niño ya crecido que combina genialidades con ingenuidades y el ego tremendo del protagonista todo se trata de un film bien resuelto que gozaran especialmente los más chicos y los adultos no la pasaran mal.
Desde que James Bond vio la luz como personaje cinematográfico, ha habido tantas iteraciones del personaje como parodias del arquetipo que estableció: un atlético personaje vestido de smoking que, entre combates mano a mano y gadgets ingeniosos, debe recuperar un aparato de manos de un villano que pone en peligro a la humanidad. Espías a Escondidas toma eso como punto de partida, pero adentrándose en el terreno de la comedia y explorando terrenos emocionales vistos con frecuencia en el mundo de la animación. Loma, Pa-Loma Aunque el contexto del espionaje es lo que allana el terreno para las sendas y efectivas escenas de acción, la película tiene su mayor atractivo en la comedia. Esta oscila, por un lado, entre la dinámica de pareja dispareja del científico y el espía, y por el otro, en cómo este espía trata de adaptarse a su nuevo rol como una paloma. Dicho recurso no se limita solo a la frustración del personaje de no poder hacer típicas actividades humanas, sino al tratar de sacarse de encima a un grupo de palomas que lo han elegido como el líder de su parvada. Aparte de eso, y como es habitual en la mayoría de propuestas animadas que tienen en los niños a su principal destinatario, la película tiene en su corazón dos mensajes fundamentales: trabajar en equipo, y no juzgar tan rápidamente «de rara» a la gente, porque puede ser esa rareza la que aporte el detalle que permita pensar fuera de la caja y salvar la situación. A nivel visual, Espías a Escondidaspresenta detalles de cierta riqueza, cuyo diseño hace recordar un poco a Los Increíbles, principalmente en la manera que se muestra al cuartel general de la agencia de espionaje y al particular (y lujoso) hotel mexicano que combina arte azteca con arquitectura moderna. Sin embargo, y si de decorados nos ponemos a hablar, la película hace una lujosa reproducción de la Piazza San Marco en Venecia. También cabe destacar que una gran razón por la cual estos decorados destacan, es porque son ayudados por una iluminación que no se limita a aportar realismo sino que suma también expresividad, un detalle que en la animación casi siempre es territorio del diseño de personajes. Si eligen ver la versión en su idioma original, se encontraran con Will Smith: resulta imposible evitar notar que su personaje fue escrito para él. Los gestos y modismos habituales en el actor cuando filma en live action, dicen presente en esta versión suya en formato animado. La dupla cómica la conforma con Tom Holland, quien en su trabajo de voz uno no puede evitar sentir por momentos al Peter Parker del Universo Marvel. El villano lo aporta Ben Mendelsohn, una apuesta tan segura como efectiva a la hora de encarnarlo. La sorpresa la encontramos en la actriz y cantante de música country, Reba McEntire, dando vida con seriedad a la directora de la agencia: su diseño hace recordar inevitablemente a Helen Mirren.
Es la típica película de agentes secretos, pero que ahora llega en formato animación. Su guion poco creativo es la principal causa de que para los chicos pueda resultar entretenida pero un suplicio para sus acompañantes mayores. Dirigida por Troy Quane y Nick Bruno y escrita por Brad Copeland llega a los cines argentinos Espías a Escondidas (Spies in Disguise, 2019), una aventura animada que se centra en las misiones del famoso espía Lance Sterling (Will Smith) al que luego de un trunco trabajo al intentar recuperar un valioso artefacto, que cayendo en las manos equivocadas puede hacer que el bienestar del mundo peligre, lo empiezan a incriminar y culpar de traición ya que otra persona se está haciendo pasar por él. En pleno escape de sus superiores, Lance terminará recurriendo a una joven promesa que se encarga del desarrollo de armamento y utensilios tecnológicos, que previamente fue despedido por el propio Sterling, llamado Walter Beckett (Tom Holland), un muchacho que tiene más ganas de cambiar el mundo que oportunidades para hacerlo y gracias a su particular forma de ver el mundo muchos le dan la espalda. Pero cómo si esta nueva alianza no fuera todo, Lance terminará convirtiéndose en una paloma gracias a uno de los experimentos de Walter y en el medio de la búsqueda de un antídoto que lo vuelva a su cuerpo ambos emprenderán un viaje a través del mundo para encontrar a quién se está haciendo pasar por él para poder limpiar su nombre y salvar al mundo. A lo largo de de los 102 minutos de duración que tiene este film, quizás el peor error que esta cinta posea es el de su guion simple y previsible ya que este es sólo un conjunto de diferentes historias de espías puestos en una sola trama. Desde que comienza hasta que termina, la película no ofrece ningún tipo de sorpresa o vuelta narrativa que produzca en el espectador un verdadero interés y la principal razón es que el nudo de la trama no es para nada original. Obviamente, esta película en particular es el típico caso que puede referirse como “una película para chicos” ya que si bien la trama no es para nada interesante, los más pequeños la encontrarán divertida por su humor físico, muchas veces excesivo y sin sentido, y sus secuencias coloridas. Lamentablemente sus desarrolladores no tuvieron en cuenta a quienes sirven de acompañantes ya que básicamente es una invitación al aburrimiento, salvo por escasos momentos. En cuanto a la animación no hay nada novedoso, si bien es una cinta que se ve bien no sorprende en ningún momento. Ni los fondos y mucho menos la creación de personajes dan el salto de calidad necesario como para que se recuerde esta película. La edición de sonido y la composición de la banda sonora tampoco dan la talla ya que por momentos se elige, sin ningún tipo de propósito narrativo puntual, acentuar más uno que otro y en el metraje final eso queda muy desprolijo y es inmediatamente reconocible. La selección de los actores para poner las voces es correcta pero no mucho más que eso. Siendo Will Smith el único que le da un poco de valor a su personaje, básicamente está inspirado en él, el resto de las voces no parecieran tener ningún sentido de ser conocidas. Ni siquiera Tom Holland puede hacer con su reconocible voz hacer de que su personaje sea un poco más entrañable y mucho tiene que ver con el hecho de tener que cambiar su acento natural y ponerle uno totalmente aleatorio que le sacan su sentido de pertenencia. Espías a Escondidas es la típica película que funciona durante el momento pero que minutos después cae en el olvido intempestivamente. Un guion que busca la conexión con los más chicos pero que se olvida totalmente de los más grandes proporciona diversión sin fundamentos en toda su duración. Ni las voces de actores reconocidos a nivel mundial logran levantar ésta película que terminará pasando sin pena ni gloria por las salas de cine.
MISIÓN: IMPOSIBLE ANIMADA Viendo Espías a escondidas, dos cosas pasaban por mi cabeza: la primera era que estaba viendo una película que desde la superficie conectaba con la estética de James Bond, pero que finalmente terminaba evocando el espíritu de la saga de Misión: Imposible. La segunda, era más que nada un deseo: “por favor, que no quieran hacer una segunda parte”. Es que el estudio de animación Blue Sky ya ha caído en la trampa de exprimir relatos atractivos pero al mismo tiempo concisos en base a secuelas que se van acumulando y agotando sus posibilidades: por ejemplo, con ese pequeño western llamado La era de hielo, que tuvo cuatro entregas posteriores bastante innecesarias. Posiblemente el gran mérito de Espías a escondidas sea aprovechar a fondo su premisa: Lance (voz de Will Smith), el mejor espía del mundo, termina convertido accidentalmente en una paloma y solo le queda como un aliado Walter (voz de Tom Holland), un oficial de tecnología absolutamente nerd, para enfrentar a un villano que lo ha hecho parecer culpable de una conspiración contra la agencia para la que trabaja. Ya la primera secuencia, que muestra a Walter de niño haciendo toda clase de experimentos, evidencia que lo que vamos a ver no es necesariamente a una animación adaptándose al género de espionaje, sino al revés. Y el relato cumple con ello concretando un giro argumental por el cual la centralidad la tiene un personaje equivalente al Q de James Bond o al Benji Dunn de Misión: Imposible. Sin embargo, lo que termina inclinando a la película para el lado de la saga protagonizada por Tom Cruise y no para el del espía encarnado actualmente por Daniel Craig es su firme vocación por lo grupal. En esa última elección, la reivindicación del grupo por encima del individuo pero también la de una estructura de pareja despareja, es donde Espías a escondidas se consolida como una película de aprendizaje: Walter y Lance tendrán como ayudantes improvisados a otras palomas y desde ahí irán conformando un equipo totalmente inusual, pero perfecto para la misión que tienen que cumplir y que lo obliga a superar los miedos e individualismos. El film de Nick Bruno y Troy Quane, con esa base, avanza con una velocidad de vértigo, sacándole todo el jugo posible a la aventura, recurriendo a un humor que alterna entre lo corporal (tanto a nivel humano como animalesco) y lo lúdico, logrando muchos momentos sumamente divertidos. Estas tonalidades y posicionamientos no solo pueden verse en los protagonistas sino también en los otros personajes: la agente de Asuntos Internos que persigue a Lance y Walter, tremendamente profesional y con un par de ayudantes que la respaldan en todo; pero también en el villano, que opera como contraste y antagonista al manejarse complemente solo. El aprendizaje de Espías a escondidas se da mayormente desde la acción pura y un humor definitivamente juguetón, que hasta funciona para digerir cierta oscuridad que se hace más palpable en algunas vueltas de tuerca en los últimos minutos, donde queda claro que la violencia ejercida por tipos como Lance tiene consecuencias no siempre deseables. Allí es cuando la película amenaza con ponerse innecesariamente solemne, pero por suerte sabe volver a su esencia, que pasa por la fisicidad y la aventura alocada, sin complejos ni condicionamientos. Desde ahí es que cumple con su pequeña misión: imposible, construyendo personajes entrañables y un conflicto atrapante. Pero eso sí, por favor no hagan secuelas, porque el aprendizaje ya está completo.
Lo último de Fox. El hecho de ser el último filme previo a la compra del estudio por parte de Disney generó más expectativas sobre qué cambiaría de la propuesta original y qué no. Contrario al mal trago que viví con Dark Phoenix, con Espías a escondidas me pasó lo contrario: sentí que el filme tenía su propia personalidad y no era un intento de imitación hacia los filmes de Disney. Sin menospreciar el doblaje, recomiendo verla también subtitulada donde el impacto es mayor hacia los personajes. Me costó no imaginarme un live action protagonizado por Will Smith y Tom Holland cada vez que veía la película. Disfruté mucho los homenajes hacia el género de espías (sobre todo los guiños a James Bond). El villano principal parecía directamente salido de la franquicia mientras que el personaje de Holland era directamente primo hermano de Q. Pero el que se lleva todos los premios es Will Smith, su interpretación (darle la voz en este caso) fue brillante, cada diálogo y expresión sincronizada al agente, remitía a sus trabajos previos. Tenia esa esencia de Hombres de Negro: soberbio y muy seguro de sí mismo. En definitiva, Will Smith volvió luego de algunos tropiezos en su carrera. El conflicto se abordó con simpleza y la resolución fue satisfactoria. En cuanto a las dosis de comedia, que son necesarias en este género, desde la transformación en una paloma, el filme toma otro rumbo sin perder la acción sacándonos unas sonrisas cada tanto. Si hiciera un rating en cuanto a los filmes de Blue Sky, la situaría en tercer lugar, después de La era de hielo y Río (que de hecho el agente convertido en paloma comparte un detalle con su protagonista). Espías a escondidas es una propuesta entretenida para disfrutar en estas vacaciones.
"El Super agente 86", "James Bond", "Los Ángeles de Charlie" o "Los Hombres de Negro" son algunas de las mejores películas de espías que hay en el mundo del cine, pero sí de películas animadas hablamos quizás "Los Increíbles" sea la primera que se me viene a la cabeza, hasta que se estrenó ‘’Espías a Escondidas’’ dirigida por Nick Bruno y Troy Quane. Antes de empezar cabe aclarar que la producción de la película fue pensada para que se estrene a principios del 2019 pero por distintos motivos se fue postergando hasta que finalmente el estreno en USA fue 25 de diciembre de 2019 por Walt Disney Pictures, convirtiéndose así en la última película bajo el nombre 20th Century Fox. Ahora si comencemos. La historia es sencilla. Cuando un evento inesperado pone al mundo en peligro, Lance Sterling, el mejor súper espía del mundo, debe asociarse con su inventor de artilugios Walter para salvar el día, pero la aventura comienza luego de que Walter lo transformase accidentalmente en una paloma. A medida que avanzaban los minutos otras historias se me cruzaban y puedo comparar ambas a la perfección por ende el resultado es una propuesta visualmente atrapante con lo que promete, pero que al mismo tiempo no agrega absolutamente nada al universo de la animación contemporánea. Se intenta reflejar al protagonista con la esencia de James Bond pero con la diferencia que acá lo veremos con un joven científico obsesionado por crear armas que no lastimen. Esto último es uno de los tantos mensajes que quisieron dejar los directores. En la cinta con audio original tendremos a los protagonistas con las voces de Will Smith y Tom Holland obteniendo así como resultado una comedia asegurada. ‘’Espías a escondidas’’ construye su narración a fuerza de gags y con referencias al universo de las aves. Durante los 90 minutos que dura veremos pequeños tributos a otras películas animadas como por ejemplo "Ratatouille" ya que en ambas películas los jóvenes tienen ayuda de pequeños animalitos y la paloma tiene cierta similitud a los Pingüinos de Madagascar. Lo espectacular de esta película es la cantidad de efectos visuales que ofrece, además el soundtrack es bastante bueno y muchas de las escenas son bien congeniadas y generan una atmósfera adecuada para cada momento. En resumen, esta película es un gran plan para ir a ver con los más peques, es entretenida, divertida y deja el mensaje bien marcado. Por Keila Ayala
En su debut como directores, los cineastas Nick Bruno y Troy Quane presentan Espías a escondidas, la nueva comedia animada de Fox- Disney, que cuenta con las voces de Will Smith y Tom Holland. Lance Sterling (Will Smith) es el mejor espía del mundo. En una de sus tantas misiones, las cosas no salen de acuerdo a lo planeado. El villano Killian (un temible traficante de armas) suplanta su rostro para inculparlo en el robo del arma más letal de todas, un artefacto que puede acabar con cualquier cosa (o persona) que se le cruce por el camino. Es así que este reconocido agente termina dándose a la fuga de las autoridades en procura de demostrar su inocencia y de detener a este malvado que pretende acabar con la vida de todos los agentes de seguridad de los Estados Unidos. Claro está que las cosas no serán tan sencillas. Sterling acude inmediatamente a Walter (Tom Holland), un joven “freak” fanático de los inventos extravagantes (como bombas de glitter que recrean la figura de gatos), al cual acababa de despedir. Luego de un pequeño incidente con uno de los experimentos de este científico, el aclamado agente termina convirtiéndose en una paloma. El hecho de que ambos personajes pertenezcan a dos mundos/estilos completamente opuestos (adulto/joven, extravagante/introvertido, aclamado/ignorado), los llevará a las situaciones más estrafalarias y bizarras. La dupla Lance-Walter es más que efectiva. Pese a que, a simple vista, tienen una relación de “amor-odio” que los hace ver incompatibles, aprenderán constantemente el uno del otro. La diferencia marcada entre ambos personajes es el punto clave para explotar al máximo el humor de la película. Espías a escondidas es una película dirigida (principalmente) al público infantil. Nick Bruno y Troy Quane parecen tener bien en claro este punto. Es así que construyen un relato en base a simples gags, chistes sencillos como algunos un poco más elaborados, fuertes colores y detalles bien cuidados en cuanto a la animación. También tienen en cuenta colocar una banda sonora potente (que sabe explotar en momentos determinados) y escenas de acción dinámicas. Espías a escondidas no es una película que resalte por sobre las demás animadas infantiles. Cae en la mayoría de los lugares comunes de éstas (desde sus personajes, hasta las diversas situaciones a las que se enfrentan nuestros protagonistas). El final además resulta más que previsible. Aun así, es una película que cumple con su objetivo: entretener. Y es ahí donde está su fuerte. No sólo tiene gags que atraparán a los más pequeños, sino que también le sacará múltiples carcajadas a los más grandes.
Blue Sky apuesta por una comedia básica pero efectiva donde Will Smith es una paloma espía. “Espías a escondidas” (A.k.a Will Smith Paloma) es un triunfo para la comedia animada. Primero lo evidente, cuando nos enfrentamos antes los avances y afiches de la película ya tenemos en claro cuál va a ser la trama principal y lo que vamos a ver durante los 100 minutos del largo. Es imposible negar que ver a Will Smith transformarse en paloma y resolver problemas y crímenes como espía plumífero no sea una tentación para todo fan de la comedia y la animación. Recuerdo, hace casi un año, ver el avance de la película y compartirlo con todos mis colegas de la animación. Todas caímos rendido ante una premisa básica, pero que al fin y al cabo, que se sabía contar. Blue Sky solo cuenta con dos sagas originales (y que no dudaron en explotar) que son “La era del Hielo” y “Río” más una película inédita (Robots), las otra entregas fueron adaptaciones de otras obras ya publicadas como Snoopy, Horton, Óle y, su próxima apuesta, “Nimona”. “Espías a escondidas” no es la excepción. Para esta animación decidieron comprar los derechos de un corto llamado “Pigeon: Impossible ” de Lucas Martel, agregarle una superestrella (Smith) y hacer más infantil y disparatada. El resultado no deja de ser asombroso sin ser novedoso. La productora apostó por dos grandes recursos para contar esta graciosa aventura, la primera el buen diseño que tiene los personajes tanto las palomas como sus colegas humanos, todos ellos poseen una excelente estructura e imagen que facilita la expresividad de los personajes y, en el caso de Will Smith, sin perder sus escencia. Solo le falta agregar algún gag que tendrá la película para que las risas detonen. La segunda apuesta fue lo que realmente tiene que destacar en una película de espías: La música. Al ser una parodia casi directa de James Bond, los directores Troy Quane y Nick Bruno prestaron mucha atención a la estructura sonora del film y cómo esta se desenvolverá en diferentes momentos de la trama. Es verdad que la historia no es nada original, pero no creo que nadie del estudio quiera mostrar otra intención con un film como este. El desarrollo pasa que el egocéntrico superespía Lance Sterling (Smith) debe hacer dupla con Walter Beckett (Tom Holland), un joven científico que cree que los problemas se pueden resolver en base a las palabras y no con el fuego. Y, cómo se ve en el póster, Sterling se transformará en paloma y el acompañante hará todo lo posible para terminar su misión de la mejor forma. El juego de los opuesto que tanto seduce en el mundo de la animación y que es fácil de parodiar. Una inversión a las risas que obtiene un efecto duradero en el público con muchas posibilidades de generar una nueva saga animada. Posiblemente, el mayor problema que tenga la apuesta animada sea su negación de un estreno subtitulado. Ningún cine argentino decidió proyectar “Spies in Disguise” en su idioma original por lo que la gracia de que el protagonista sea Will Smith pierde su magia para el público adulto. Dudo que esto afecte a los más chicos ya que ninguno iría a ver la películas por el actor. Sin embargo, esto demuestra que todavía hay una fuerte imagen de que la animación, para las cadenas de cine, les pertenecen a los más chicos.
¿Y si James Bond quedara completamente vulnerable y salvar el día dependiera de Q?
“Espías a escondidas”, con dirección de Nick Bruno y Troy Quane, es otro film de Disney que estrena este año, luego del éxito de “Frozen 2”. En este caso, las princesas quedan apartadas mientras que los protagonistas son los espías. Lance Sterling (Will Smith) es un espía acostumbrado a misiones de alto riesgo y a estar en peligro. Para defenderse, usa artefactos de última tecnología que son fabricados por el científico Walter Beckett (Tom Holland). Todo iba bien hasta que el mundo comienza a estar en peligro y ellos dos deben unirse más que nunca a pesar de sus diferencias de carácter. Esta relación profesional empieza con el pie izquierdo ya que accidentalmente Lance se convierte en una paloma. En esa forma debe salvar al mundo y obvio que va a ser más difícil, pero ellos dos se la rebuscarán para lograrlo. Las animaciones no defraudan, siempre se mantienen en primera línea. Por su parte, la trama es concluyente, tiene muy buenos momentos de comedia que no caen en lo infantil pero, como suele pasar en este tipo de films, hay momentos de bache innecesarios que te hacen perder el clima logrado y termina convirtiéndose en algo sencillo. Sin dudas, lo que suma a esta película es que dos actores que están en su mejor momento sean las voces de los protagonistas.
Otra de espías, pero esta vez animada y nada menos que por los estudios BlueSky, que dieron esas pequeñas maravillas que se llamaron "La Era del Hielo" y "Río". El protagonista estrella es Lance Sterling, algo así como un James Bond, de porte elegante y trajes a medida, capaz de ser el discreto del grupo para enterarse de los mayores secretos. Eso sí, develada su identidad, un demonio capaz de practicar una llave imprevisible y dar con el enemigo en el suelo. Por supuesto que este superagente va a tener que enfrentarse con el maléfico de siempre, que se quiere apoderar del mundo y como hoy nada se gana sin tecnología necesitará el compañero que suplante su poco entrenamiento en el mundo digital. El astro proveedor será un adolescente brillante y simpático, Walter Beckett (Toma Holland), que hará lo imposible por ganarse su atención y de alguna manera ser el futuro benefactor de su red de inventos vinculados con la seguridad. Así se inicia la colaboración entre dos seres totalmente opuestos que se necesitan. Pero algo ocurre en medio de los artilugios digitales creados por el joven genio para la seguridad personal y Lance Sterling, por la ingesta de un brebaje de los alambiques de Beckett, muta en paloma de espesas cejas negras, única herencia humana visible que recuerda al desaparecido espía. Lo que vendrá, más allá de los enfrentamientos clásicos del género, será la contraposición de valores, los pacíficos de Beckett y los belicosos de Lance Sterling. Sin embargo, el adolescente del MIT intentará, con sus ideales pacifistas, que la violencia sea menor y hasta la yakuza sea controlada con menos agresividad. El resto es la acción que supone una película de espías en el arduo proceso de intentar apropiarse de la Tierra, con el clásico desafío entre rivales y la particularidad de un Sterling convertido en paloma y dotado de todas sus ventajas, velocidad supersónica, agudeza visual, que supera a cualquier enemigo que se le enfrenta. Basada libremente en "Paloma imposible", un cortometraje de Lucas Martel, "Espías a escondidas" es un entretenimiento tradicional, de liviana creatividad, pero de un humor agudo que, como los clásicos del género, entretiene y revela un cuidado diseño formal.
La narración nos muestra a un agente secreto, Lance Sterling, bastante engreído, apuesto, elegante y con un buen estilo (voz original de Will Smith, un personaje logrado, se parece físicamente, sus movimientos y su estilo) que es culpado por un hecho que no cometió. Circunstancialmente se encuentra con un joven científico, Walter Beckett (Tom Holland, “Spider-Man: Homecoming”), quien por error lo transforma en una paloma y de esta forma puede limpiar su buen nombre. El villano es Killian (voz original Ben Mendelsohn, “Spider-Man: Lejos de casa”. Resulta algo acotado) y quien también entra en acción es la agente Marcy Kappel (Rashida Jones), un ejército drones y una serie de personajes que hacen a la aventura y la diversión. Esta es una comedia de animación que parodia las películas de espionaje con toques al mejor estilo de misión imposible y James Bond, entre otras; además posee escenas que rozan el absurdo. Resulta una aventura que recorre varios lugares, es visualmente atractiva, colorida, con buen ritmo pero es poco creativa, repetitiva, cae en lugares comunes del género y es previsible pero no deja de ser un buen entretenimiento familiar, incluyendo una buena banda sonora y una pequeña escena post créditos.
"Nadie sospecharía jamás de una paloma" Por Denise Pieniazek Espías a escondidas es una divertida animación sobre espías que sorprende gratamente. Una película para disfrutar en familia, tanto grandes como chicos, que posee entrelíneas un lindo mensaje pacifista sobre la política actual de trasfondo. Espías a escondidas (Spies in Disguise, 2019) es una lograda animación producida por Blue Sky Studios y 20th. Century Fox Animation. Para sus dos directores Nick Bruno y Troy Quane, es la primera experiencia como directores de largometrajes, sin embargo, ambos poseen grandes experiencias en reconocidas obras animadas dirigidas principalmente a un público infantil. Espías a escondidas nos trae la historia del incombatible espía norteamericano Lance Sterling (cuya voz es realizada por el carismático Will Smith, la cual está bien imitada en la versión doblada al español), quien pasa de ser el más exitoso agente a ser acusado de traición por la agencia secreta para la cual trabaja. A su vez Walter Beckett (con la voz Tom Holland) es un joven científico que realiza inventos extravagantes para la misma agencia situada en Washington DC. Tras dicha acusación, Lance acude a Walter para que lo ayude a camuflarse, mientras intentan juntos atrapar al verdadero villano. El universo de espías y “crimen” está muy bien retratado desde el comienzo del relato a través del sistema de créditos iniciales cuya estética remite al gran Saul Bass (quien diseñó créditos de notables películas de Hitchcock, entre muchísimas otras). A partir de allí Espías a escondidas se torna muy divertida en los avatares en que Lance Sterling debe transitar convertido en una paloma, que resulta ser el camuflaje perfecto para poder continuar con su misión. Al comienzo del relato se establece la tradicional rivalidad entre Estados Unidos (del lado del bien) y Japón como los villanos (por supuesto desde la perspectiva norteamericana). Posteriormente el verdadero villano, cuya motivación radica en hechos sufridos en el pasado –bajo la premisa “la violencia trae más violencia”- posibilita la disolución de la dicotomía binaria entre buenos y malos, evidenciando que ninguno de los dos bandos actúa de forma éticamente correcta para los ideales que propone la película. En dicho sentido, la originalidad de Espías a escondidas radica en una moraleja pacifista, propuesta por Walter quien cree que es posible combatir el “mal” sin recurrir a la violencia, con nuevas “armas”. Mediante constantes y acertados momentos de comicidad, algunos de ellos con apelaciones divertidas a la pop culture, y un excelente empleo del soundtrack (ideal sobre todo para los amantes del Hip-Hop) Espías a escondidas es una contundente y alegre propuesta para disfrutar, que agradará tanto a los más chicos, como a los más grandes.
Hay un superespía y un joven supercientífico que transforma al superespía en paloma, y esa dupla debe salvar el mundo. Espías... es un film cuya premisa (y casi toda su trama) caben en una oración, lo que deja mucho espacio para el gag visual, la invención desaforada y hacer chistes de todo tipo. Se agradece mucho tal ligereza, incluso si a veces va contra la concisión narrativa que toda película noble merece.
¿LA PALOMA DE LA PAZ? Un James Bond para toda la familia Al mejor estilo 007, Will Smith le presta su voz a un agente secreto que termina combatiendo a los malos en el cuerpo de un plumífero. En un panorama hollywoodense donde las franquicias y los superhéroes marcan el ritmo de la taquilla, siempre se celebran las historias originales o, al menos, diferentes, mucho más cuando vienen de la rama animada. Blue Sky Studios y 20th Century Fox -los mismos de “La Era de Hielo”- ahora están bajo el paraguas de Disney, pero siguen aportando sus propios proyectos. Entre ellos, “Espías a Escondidas” (Spies in Disguise, 2019), basado muy libremente en el cortometraje “Pigeon: Impossible” (2009) de Lucas Martell. Claro, esta aventura de recontra espionaje, dirigida por los debutantes Nick Bruno y Troy Quane, se agarra de todos los tropos del género para contar la historia de Lance Sterling (voz de Will Smith), un agente secreto bastante petulante que trabaja para H.T.U.V. (Honor, Trust, Unity and Valor) realizando las tareas más peligrosas. Por otro lado, tenemos a Walter Beckett (Tom Holland), un jovencito amante de la ciencia que diseña los artilugios más estrafalarios para la misma entidad. Pero este geniecito tiene una ideología especial y una misión autoasignada: sus “armas” no combaten fuego con fuego, en cambio, promueven una actitud mucho más pacifista. Cuando una de sus misiones en Japón no sale tan bien como lo esperado -debe recuperar un drone de las manos del traficante de armas Katsu Kimura-, Sterling se convierte en acusado de traición cuando las fuerzas especiales de asuntos internos, lideradas por Marcy Kappel (Rashida Jones), presentan pruebas irrefutables de que Lance se quedó con el peligroso artefacto. En realidad, el verdadero ladrón y villano es un misterioso personaje conocido como Killian (Ben Mendelsohn), terrorista tecnológico que ostenta un brazo mecánico y la capacidad de alterar su rostro. A Sterling no le queda otra que escapar de H.T.U.V. y termina cruzándose con Beckett, quien acaba de ser despedido por su culpa. Walter tiene un plan (casi infalible) para que el agente desaparezca y encuentre al verdadero culpable, pero su último experimento (el ocultamiento biodinámico) termina un poco mezclado y Lance se transforma en una paloma parlanchina. En contra de todos sus principios -Sterling siempre trabaja solo-, el agente debe hacer equipo con este tímido jovencito, y varios plumíferos, para recorrer el mundo, atrapar a Killian para salvar a todos los activos de la agencia y limpiar su nombre, mientras su compañero encuentra el antídoto que lo devuelva a su forma humana. La unión hace la fuerza Entre aventuras cosmopolitas y escenas de súper acción que no tienen nada que envidiarles a James Bond o a Ethan Hunt, “Espías a Escondidas” insiste con su mensaje pacifista, que no deja de chocar con los métodos de Lance. A este protagonista le toca recorrer el camino de aprendizaje, dejar de ser tan engreído y apoyarse en los demás, aunque no sean tan “asombrosos” como él. Por el lado de Walter, todo es una cuestión de confianza que debe recuperar, mientras intenta entablar amistad con su ídolo. La película de Bruno y Quane tiene sus prioridades bien claras: sabe a qué publico apuntar (el familiar y los más chicos) con un relato reconocible que juega con los lugares más comunes del género de espías. No pretende revolucionar el medio, pero cumple con su función principal, que es el entretenimiento. Tal vez se agarra demasiado de los arquetipos sin desarrollar a todos sus personajes -un antagonista del que poco sabemos, o la simpática Marcy-, pero hace honor a su estructura de ‘buddy movie’, donde estos dos protagonistas tan diferentes deben limar asperezas para trabajar codo a codo (¿o codo con ala?). Mi paloma es un espía, ¿lo qué? El humor que se desprende de las peripecias que debe atravesar este agente emplumado, las estrambóticas secuencias de acción (consecuencia de los aún más estrambóticos gadgets creados por Walter) y el carisma que le ponen Smith y Holland a través de sus voces (en la versión original) son los puntos más altos de una de las mejores y más originales apuestas del estudio, que ya agotó la mayoría de sus franquicias animadas. Igual, “Espías a Escondidas” no logra separarse de la media (y los chistes escatológicos, ¿por qué insisten siempre con esto?), aunque en su caso logra mantener el ritmo y el inters de una trama bastante básica a lo largo de casi dos horas de película.