Gol en contra Hasta ahora, estaba convencido de que una comedia con Diego Peretti no podía ser del todo mala. Es que con su timing para el diálogo y para el humor físico, el actor de No sos vos, soy yo, Tiempo de valientes, ¿Quién dice que es fácil? y Música en espera lograba elevar el nivel de cualquier película, por limitada que la misma pudiera ser. Con Fuera de juego se cortó la racha: el film es muy flojo y ni siquiera Peretti está bien. Como para justificar la coproducción, la película arranca en Buenos Aires (donde hay algo más que un cameo de Ricardo Darín y un bolo de Martín Palermo) y luego transcurre casi íntegramente en España. No tiene sentido ser muy detallista con la sinopsis, pero lo concreto es que Diego (Peretti), un médico solitario que odia el futbol, terminará en la Madre Patria tratando de negociar el pase al mismísimo Real Madrid de un joven y talentoso jugador (un inexpresivo Ricardo “Chino” Darín) junto a Javi (Fernando Tejero), un típico chanta/oportunista que también se arroga el derecho de representar al muchacho. Además de enredos y vueltas de tuerca ligadas a un negocio futbolero plagado de buitres y mafiosos (todo presentado de manera muy torpe, obvia y previsible, por cierto), hay unas subtramas románticas que resultan todavía peores. Los personajes femeninos (ay... Carolina Peleritti) son simples rellenos para una historia sustentada en lugares comunes y estereotipos varios. Más allá del esfuerzo de producción (recrear el universo de la Liga de España), a nivel de narración, de fluidez y de dirección de actores lo del realizador David Marqués es poco menos que indignante (el guión tampoco lo ayudó mucho). Con esta película Warner Bros. vuelve a distribuir cine argentino en la Argentina. Es una buena noticia y el lector habrá notado que el despliegue de marketing para el lanzamiento ha sido muy amplio. No sé cómo le irá comercialmente al film (no es el ámbito de una crítica el ideal para un análisis económico), pero seguramente WB encontrará en el futuro productos más nobles para trabajar. Este es un verdadero gol en contra.
Comedia ambientada en el competitivo mundo del fútbol en la que un joven deportista pasa a convertirse en el "botín" más disputado de las negociaciones. Fuera de Juego, una coproducción con España dirigida por Davis Marqués, deja al descubierto las contrataciones de figuras del mundo del fútbol a partir del momento en el que un ginecólogo (Diego Peretti) se hace pasar (por pedido de un tío infartado encarnado por Ricardo Darín) por un representate del nuevo valor Gustavo-César (Chino Darín) y debe viajar a España para una posible contratación del joven. Sin embargo, al llegar las cosas se complican porque también aparece en escena Javi (Fernando Tejero, lejos lo mejor del film), un pseudo representante y fabulador que parece más el típico "chanta argentino" que un español con ganas de hacer dinero y, hasta deja en un segundo plano a su mujer Ana (Carolina Peleritti). El ingreso al Real Madrid puede cambiar sus vidas para siempre. Con algunos gags que hacen gol, esta comedia está impulsada por la típica pareja-despareja de personajes que deben afrontar obstáculos de todo tipo (hasta se hacen pasar por paramédicos) para lograr su cometido. Fuera de Juego se desarrolla entre Argentina y España, en una trama que navega además entre mentiras, apariencias y frustraciones, El film cuenta con la participación de Martín Palermo. Iker Casillas y otras figuras del ámbito futbolístico. A pesar que le sobran varios minutos que la colocan en "offside", toca el silbato a tiempo.
Una derrota ajustada Diego Peretti vuelve a nuestras carteleras con Fuera de Juego luego de un puñado de buenas comedias como Música en Espera y No sos vos, soy Yo o principalmente esa última gran comedia del cine mainstream nacional llamada Tiempo de Valientes, donde este actor hacía pareja con Luis Luque. Esta coproducción entre España y Argentina nos cuenta cómo un joven y talentoso futbolista argentino (Chino Darín) tiene una oferta para fichar para el Real Madrid justo cuando su representante sufre un doble infarto. Allí entra en acción Diego (Diego Peretti), un médico y frustrado futbolista, para hacerse pasar por un experto manager que ubicará con el mejor contrato a la juvenil promesa nacional. Llegados a España se toparán con Javier (Carlos Tejero), un representante español que también tiene el poder para representar al muchacho. Juntos Diego y Javier trabajarán un poco en conjunto y también por separado con varias mentiras de por medio para intentar cerrar el acuerdo que salve sus mediocres vidas. Como dice uno de los tantos mandamientos futbolísticos, el hecho de poner más delanteros en cancha no equivale a ganar y mucho menos a ganar por más goles. De alguna manera también se podría aplicar una premisa similar en el cine afirmando que a más cuestiones o subtramas a desarrollar a priori no quiere decir que el resultado de la película termine siendo bueno. Es que en Fuera de Juego hay varios nobles escenarios a desplegar que resultan interesantes. Uno podría ser el choque de culturas entre un porteño y un español, con las similitudes y diferencias que eso conlleva. Otro también es el aprovechamiento de la inexperiencia de ambos protagonistas en las grandes ligas donde quieren entrometerse. Sin dudas son esas dos premisas donde la película explota sus mayores virtudes que generalmente son conseguidas por la dupla cómica y con gran química entre Diego Peretti y Carlos Tejera. En cambio las subtramas románticas y los giros en el relato son los que quedan más a la deriva por la poca fluidez narrativa y las incursiones interpretativas de los actores secundarios. Es que los giros en la historia no aportan nada y hasta incluso restan porque se ven venir de muy lejos y resultan totalmente previsibles y aburridos. Mientras que en los roles secundarios encontramos a Carolina Peleretti que lleva adelante una labor carente de total expresión, mientras que Ricardo "Chino" Darín (hijo del popular actor argentino) intenta dar sus primeros pasos en la gran pantalla con una interpretación que tampoco lo deja volar demasiado. Los cameos de Martín Palermo e Iker Casillas, las breves pero interesantes participaciones de Ricardo Darín y los buenos goles de la delantera Peretti-Tejero no pudieron salvar a Fuera de Juego del fracaso, aunque al menos consiguieron una derrota ajustada.
Que sorpresa ver una comedia argentino-española, que este llena de chantas, y charlatanes, pero donde paradojicamente, el protagonista argentino no sea nada de esto… ¿o si? ORSAY La peli nos plantea la historia de Diego, un ginecologo argentino, frustrado en el futbol, bah, un patadura. Quien cuando pequeño dejado atras por su padre dt de infantiles, pero siempre querido por su tio. Justamente sera su tio (cameo de Riacardo Darin), quien le dira que tiene un crack como protegido que pretende el Real Madrid, este “crá” es ni mas ni menos que el “Chino” Darin, en un primer papel cinematografico. Darin infartado le dira a Peretti que viaje a españa a concretar la venta y proteger al Crack de los buitres. DESTINO ESQUIVO El destino que tiene cara de pocos amigos en esta peli, jugara una mala pasada a todos, ya que el padre de Gustavo Cesar (“Chino” Darin), tambien le firmo una potestad a un buitre español, manager chanta de jugadores de tercera español, Javi. Obviamente, todo explotara al encontrarse Javi (Fernando Tejero) y Diego (Diego Peretti), quedando en el medio el chico que peca de joven, inexperto y hasta “blandengue”. Obviamente, siempre hay un tiburon mayor, y todo se vera complicado por la aparicion de un “verdadero” manager de jugadores, que intentara comerse crudo a los dos improvisados managers conjuntos. ¿Y COMO VA? La peli va. Punto. Los puntos altos (poquitos), son los dialogos entre Peretti y Tejero, donde lo mejor se aparece al mezclar los dos dialectos, el español y el argentino. Ademas de alguna que otra escena. El Chino Darin, aprovecha su papel y se escuda en un personaje flojisimo de caracter, por lo cual se confunde a la audiencia y no se se sabe si el flojo de caracter es el Chino Darin, o Gustavo Cesar. Personalmente, creo que se ve un chispazo de picardia en los ojitos del Chino, por lo cual supongo que hay mas de lo que muestra en esta peli. Otra cosa para añadir, si bien esta es una comedia sobre futbol y su mundo, y hay dos insuficientes cameos de Martin Palermo con dos lineas de dialogo, e Iker Casillas con CERO lineas de dialogo y el gran Crack Gustavo Cesar no toca una pelota en TODA la pelicula. No lo vemos hacer un gol. Nada. Completa el reparto Carolina Peleritti, quien sorprende en su papel, muy bien construido y actuado, pero en la pelicula equivocada. Hace un papel bastante sufrido, y algo mas comprometido, pero en una comedia. Una pena y un desperdicio. Dirige la peli David Marqués quien como acierto tiene dejar fluir las escenas entre Peretti y Tejera, ya que indudablemente levantan la peli. CONCLUSION La no descolla pero entretiene hasta ahi. Tiene puntos altos en Diego Peretti, quien parece ser el unico que juega en primera division. El cameo de Darin, junto a Martin Palermo es genial, no se puede negar, pero muy efimero. Si bien se huele y se respira el futbol en la peli, hay demasiado poco balon rodando, y eso en una peli como esta es un pecado, quizas esta hecho adrede para no aburrir a las feminas que miran desde la butaca. Pero, hay que tener en cuenta que si ya estan en la butaca, es porque acedieron a ver una pelicula sobre futbol, asi que creo que se sorprenderan tambien de no ver la de cuero rodando. Divierte, y hasta ahi. Como diriamos los hombres, no esta para campeon, ni para el descenso. Digamos que deambula por la mitdad de la tabla.
Mentiroso mentiroso Esta coproducción argentino española apuesta al talento de dos actores, Fernando Tejero y Diego Peretti, para convertirse en una comedia. Los enredos y situaciones ridículas que protagonizan son los momentos del film que ganan en frescura y humor. La historia de la película, aunque bien contada, consigue un plano secundario, pues no pretende ir más allá de una comedia liviana y sin demasiada ambición argumental. Diego (Diego Peretti) es un médico ginecólogo quien a temprana edad vio frustrado su deseo de convertirse en futbolista profesional. Su tío, principal causante de dicha frustración, es ahora representante futbolístico de las ligas inferiores. Un inminente infarto le impide viajar a España a cerrar el paso de Gustavo Cesar (Ricardo "Chino" Darín), uno de sus jugadores, al club español Real Madrid. Por tal razón le pide a su sobrino que viaje en su lugar con el muchacho y se haga pasar por su representante. El problema comenzará cuando se encuentre con Javi (Fernando Tejero), otro representante deportivo de segunda quien también firmó contrato con los padres del chico tiempo atrás. Su relación se tornará forzadamente cercana y de allí nacerán las mejores escenas del film, principalmente generadas por las aventuras que deben transitar juntos para conseguir el tan preciado botín. No es la primera vez que a Diego Peretti le toca interpretar un personaje que se ve circunstancialmente obligado a ser alguien que no es –Tiempo de valientes (2005), Música en espera (2009)-. Entre la torpeza, la ingenuidad y sus formas despistadas, logra que estos seres adquieran una gracia natural que conquista al público. La dupla que conforma con el actor Fernando Tejero en este film, donde este último encarna un personaje mentiroso y ventajero, potencia la diferencia con la inocencia desprevenida de Peretti, y la química que se produce es instantánea. Imposible no reírse de los modismos y las formas del español, y dicha ventaja se aprovecha en el film. En cuanto a la historia que se propone desarrollar el director David Marqués, se puede notar un intento por mostrar una faceta del fútbol claramente descarnada y salvaje, que en nada tiene que ver con el sentimiento que este deporte despierta. Este tópico no deja de ser un cliché dentro del film pues no está más que para dar pie a una historia que apunta a otra dirección y no a profundizar en las bondades o maldades de un ambiente del que hace tiempo se conocen sus ribetes más mezquinos. Por otro lado, tampoco consigue un mayor despliegue argumental en las historias secundarias de “amor”, pues funcionan más de relleno y para dar pie a las moralejas finales que para lograr giros dramáticos interesantes en la película. Aunque con ciertos detalles un tanto vetustos para el género, este film logra entretener por sus destacables actuaciones protagónicas y su agilidad en el relato. Y, para el público futbolero, el film presenta unos elocuentes guiños que le suman color a la historia.
Ganando por penales El film Fuera de Juego, que se estrena este jueves en la cartelera porteña, es una muestra más de cómo a veces los mejores ingredientes pierden su eficacia cuando la combinación no está hecha con oficio y maestría. En principio, un film que cuente con la participación de Ricardo Darín, Diego Peretti y Fernando Tejero, sumados los cameos de Martín Palermo e Iker Casillas debería ser un éxito rotundo. Sin embargo, el resultado de esta apuesta se termina desdibujando con la tibieza de un guión que no convence. La producción dirigida por David Marques nos cuenta la historia de un joven Diego Garrido (Diego Peretti), quien en su infancia a pesar de ser un amante del fútbol jamás tuvo suerte por su falta de pericia con la pelota. Los años pasaron y Garrido logra realizarse profesionalmente como médico ginecólogo y casi olvidarse de su frustrada carrera en el deporte. Hasta que un día su tío -una breve pero gran actuación de Ricardo Darín- le pide un favor: un joven jugador (el “Chino” Darín en un tibio debut cinematográfico) representado por él va a ser probado por el Real Madrid, lo que sería en principio una gran noticia salvo que el padre del jugador ya había firmado otro contrato de representación en España. La misión de Diego entonces es la de acompañar al joven al continente europeo y allí negociar un millonario pase, tratando que ambas partes logren la mayor comisión posible. Al llegar al aeropuerto, se encuentra con Javi (Fernando Tejero) con quien a partir de ese momento competirá en pos de lograr la confianza del crack. Como clásica película de enredos, ambos tratarán de fingir lo que no son y la verdad pugnará por salir a la superficie, más allá de los artilugios que cada uno de ellos despliegue. Lateralmente aparecen en la trama los conflictos de pareja de Javi, casado con Ana (Carolina Peleritti), la participación de la botinera de turno, elementos de muy poco desarrollo a nivel del guión. No obstante, Fuera de Juego gana gracias al enorme oficio de sus intérpretes, y a algunas situaciones cómicas o referencias a la identidad futbolera universal. En términos futbolísticos, el film termina ganando el partido por penales dado que los encargados de ejecutarlos son Ricardo Darín, Fernando Tejero y Diego Peretti. Sin ellos, estaría jugando la promoción.
Estilo (algo) rústico Comedia futbolera fallida, a pesar de Diego Peretti y compañía. Una buena película, como un buen equipo de fútbol, no puede ni debe apoyarse (solamente) en el talento individual, sino en el funcionamiento colectivo. En este caso, tenemos a Diego Peretti, al español Fernando Tejero y hasta al indiscutido Ricardo Darín -apenas un par de minutos en pantalla/cancha- poniendo todo el oficio, haciendo lo que pueden en medio de un filme que falla en casi todas sus líneas. El resultado (artístico, el único que se evalúa en estas líneas) es fallido. Fuera de juego , coproducción con España, es una comedia que se centra en el mundo rapaz de los representantes de futbolistas. Su guión y sus puestas en escena escasean en ingenio e intensidad. Carencias que se ahondan y se hacen más evidentes en las subtramas románticas (en una de cuales aparece Carolina Peleritti). Y el humor, a veces falto de timing , se juega a los guiños entre dos países futboleros y, ay, a las diferencias y confusiones entre el “porteño” y el “español”. Ricardo “Chino” Darín (algo atado, sin una letra que lo ayude) interpreta a un joven talento argentino. El Real Madrid lo pretende. En España, Javi (Tejero), representante de jugadores de tercera línea, se relame: imagina que pronto concretará el pase. Pero, en la Argentina, otro representante (Darín), que acaba de sufrir un infarto, le pide a un sobrino suyo, Diego, que acompañe al chico a Europa y se haga cargo de su representación. Este personaje, el de Peretti, es ginecólogo y, acaso por una frustración infantil, reniega del fútbol. El español tiene personalidad de chanta porteño; Diego es, según palabras de Javi, “el único argentino del mundo que no entiende de fútbol”. Al principio, se aborrecen, sobre todo a partir de prejuicios levemente xenófobos. Después, se resignan a trabajar juntos. Por último, comparten sus destinos de antihéroes simpáticos y solitarios. Hay cameos a estrellas, como Martín Palermo e Iker Casillas. Hay secuencias que muestran endeblez extrema: como una en la que Peretti y Tejero se tiran (expresión que invitaría a una de las humoradas de este filme) penales en la calle. Hay líneas argumentales que confluyen, en general con poca sorpresa. Hay diálogos como el destacado en el trailer de la película: “¿A qué te dedicas?” (Javi) “Soy ginecólogo” (Diego). “¡Coño!” (Javi) “Sí, a montones” (Diego). Un chiste que da una medida del humor de Fuera de... Un parámetro para intuir si a usted habrá de gustarle o no esta comedia.
Los dos embusteros que intentan hacer negocio con la venta al fútbol español de un joven crack nacional lo son por distintos motivos. A uno, el español (Fernando Tejero) le ha faltado talento deportivo y comercial para vivir del fútbol, pero sigue esforzándose para sacar tajada de la representación de jugadores y de vez en cuando consigue alguna autorización firmada a las apuradas, como le sucedió con un juvenil argentino al que "descubrió" en nuestro país y por el que se interesa ahora el Real Madrid. Trabaja por vocación. El otro, el argentino (Diego Peretti), lo hace por obligación. Ginecólogo, soltero, poco sociable, detesta todo lo que tenga que ver con la pelota, pero no ha tenido más remedio que hacerse pasar por representante respondiendo a la súplica de un tío entrenador que está enfermo y no quiere perder la oportunidad de vender a su discípulo favorito, prometedor crack, en vaya uno a saber cuántos millones de euros. Total, que previo curso acelerado de cultura futbolística, el médico desembarca en España para descubrir que al pichón de Messi que lo acompaña (Chino Darín) también lo espera en Barajas el otro presunto representante. Hay pelea, pero tarde o temprano, cuando descubran que los dos tienen documentos similares y con la misma firma, comprenderán que si quieren concretar la transacción, van a tener que asociarse. Pero ya se sabe que "fútbol es fútbol", según dice esa impenetrable gran verdad multiuso que el film repite casi tanto como los jugadores y los comentaristas, lo que en este caso significa que habrá competencia con otros cazadores de joyas, y de los más duros, mafia incluida. Todo esto da origen a un enredo bastante elemental, sin brío ni gracia y cuya chatura resulta indisimulable por mucha buena voluntad que pongan Peretti y Tejero, que por otro lado carecen de la química esperable en un dúo humorístico. Fuera de juego apunta al fútbol, pero el fútbol casi no aparece, y mucho menos algún apunte satírico de todo lo que se juega en torno de la pasión deportiva y el negocio. No ayudan mucho los invitados (Palermo, Casillas, papá Darín) ni las minisubtramas románticas con las que se ha querido sumar atractivo al film, como la parejita juvenil animada con bastante frescura por el Chino y Patricia Montero, los problemas matrimoniales del español y el súbito enamoramiento que el ginecólogo experimenta a última hora, como para que nadie llegue al fin de la película sin su happy end.
Mejor juguemos a otra cosa “Fuera de Juego” es una comedia liviana, que apela a tópicos atractivos como fútbol, diálogos graciosos, y un poco de romanticismo para darle profundidad al asunto. Diego (Diego Peretti) es un médico argentino, que debido a traumas infantiles odia el fútbol, y Javi (Fernando Tejero) es un español representante de jugadores de tercera, y futbolista frustrado. En este caso, el chanta es el español, uno de los pocos lugares comunes donde no cae la película. La cuestión es que ambos, por cosas del destino, terminan convirtiéndose en managers de una joven promesa del fútbol, Gustavo Cesar (Chino Darín), que llega a España con la esperanza de jugar en el Real Madrid. Como ya sabemos, el ambiente esta plagado de tiburones que pretenden vivir de los jugosos contratos de los jugadores. En ese contexto ambos protagonistas, con escasos recursos pero bastante iniciativa, utilizarán todo su ingenio y atravesarán toda clase de obstáculos para que el joven crack pueda firmar con el Real Madrid, y asi conseguir un generoso porcentaje en Euros. Las peripecias de ambos no logran ser suficientemente graciosas, y tampoco los detallados diálogos; hay varios guiños sobre el mundo futbolístico, que incluyen cameos de varios jugadores, pero nada de esto logra que la película resulte interesante. Ambos protagonistas son buenos actores, pero no realizaron un trabajo destacable en esta ocasión, la química entre ellos no funciona del todo y da la sensación de que las cosas nunca terminán de arrancar. Los personajes femeninos (Carolina Peleritti y Laura Pamplona) están correctos, pero siguiendo con la temática de la película nunca logran salir del banco de suplentes, y Chino Darín es un tanto inexpresivo. Hay una pequeña participación de Darín padre al comienzo de la película que es lo más destacable en cuanto a la labor de los actores. Más allá de una correcta y prolija producción, la película cae en varios estereotipos y obviedades. Como comedia, solo cumple con ser graciosa, y la subtrama romántica tampoco es suficiente para lograr una historia atractiva.
La película tiene muchos extras atractivos. Darín padre, en un corto papel, cameos de Martin Palermo e Iker Casillas. Y el juego de dos perdedores que aparentan lo que no son, ser representantes de un futbolista que promete ser estrella. Diego Peretti defiende su personaje, que tiene otro estilo y otros tiempos al del actor español Fernando Tejero, aunque logran darle carnadura a la relación. Pero las historias que los rodean sólo se amparan en el lugar común. Con aciertos y defectos.
Fuera de Juego es una ligerísima comedia que retrata, una vez más, el cruce social que ocurre cada vez que un argentino pisa España y viceversa; en este caso, son varios los que llegan al país ibérico para lograr una transacción futbolística que no hará más que complicarse a medida que vaya pasando el tiempo. A primera vista, uno diría que Diego Peretti no es una cara que se preste a la comedia pero, sin embargo, en los últimos años esto ha ido cambiando poco a poco y lo ha convertido, con su extraño pero adecuado timing humorístico, en un exponente de la nueva comedia argentina. Su contrapartida española es Fernando Tejero, un sinverguenza que se aprovecha de la gente para flotar en el estanque de tiburones que es el mundo del fútbol. Hacia España se dirige el personaje de Peretti a pedido de su moribundo tío (interpretado en un cameo genial por el incombustible Ricardo Darín) para representar al joven Gustavo César Casares (Chino Darín, quien claramente no tiene el talento nato de su padre), un crack en potencia que fichará por una suma millonaria para el Real Madrid. La cuestión es que el joven Gustavo tiene dos representantes, uno argentino y uno español, lo cual generará un tire y afloje en el cual el mejor mentiroso ganará. Los guionistas Rafael Calatayud Cano y Kiko Martínez caen en lugares comunes para generar las risas de la platea con las típicas bromas de las diferencias de idioma y demases, pero aciertan cuando dejan que ciertas situaciones (siempre involucrando al genial dúo de Peretti y Tejero) se descontrolen; los momentos menos pensados son los más divertidos y orgánicos de la pelicula. Al margen de tratarse de una película de fútbol, aquellos no fanáticos al deporte podrán seguir la película con fluidez; quizás algún detalle en la trama quede inconcluso (la amargura del personaje de Peretti por no poder jugar desde chico al fútbol queda en el prólogo de la película y nunca es una cuestión mayor para el desarrollo de la historia) o la verdadera naturaleza de cierto personaje que no queda muy bien expresada, pero en líneas generales, es una película potable y entretenida. Fuera de Juego no es un gran exponente del género de la comedia, y mucho menos ejemplo de una agraciada coproducción hispanoargentina, pero funciona como comedia pasatista muy ligera que se olvida al terminar de verla.
Fuera de juego es una comedia que se basa fundamentalmente en el carisma de sus dos protagonistas. Tiene momentos muy bien logrados y pausas que se hacen largas. Peretti como siempre cumpliendo con lo que le piden y justificando que lo llamen para papeles así. El español está muy bien. El chino Darin arranca frío y luego mejora mucho. Los secundarios acompañan bien, Peleritti está poco, y los "cameos" o el que no mencionan están muy graciosos. Tiene algunas cosas medias tiradas de los pelos, pero en una sala con espectadores de risa fácil se van a perdonar seguro. Una coproducción muy comercial, con presencia mayoritaria argentina, pero que transcurre casi en su totalidad en España. Cumple con lo que propone...pidiendo la hora al referí.
Cursi y con poca rudeza “El fútbol es el fútbol” dice el tío (Papá Darín) a Diego (Peretti). Sí, fútbol es fútbol y cine es cine. Hay muchas películas sobre deportes, desde dramas motivadores a comedias satíricas. La mayoría son fallidas. Quizá lo mejor que se haya hecho sobre el tema es Un Domingo Cualquiera, de Oliver Stone, que en realidad no habla sobre el deporte per sé sino sobre el “negocio” del deporte. Fuera de Juego, cuarta obra del español David Marqués, tampoco habla del deporte, sino también del “negocio” del fútbol...
Coproducción con España que termina cero a cero Martín Palermo le gana fácilmente a Iker Casillas, en el pequeño show de cameos de este pasatiempo de enredos hispano-argentinos. Parece exageración, pero el Titán hace su parte con una soltura (o atisbo de soltura, según sus críticos) que no le habíamos visto hasta ahora en ninguna aparición publicitaria. Se nota que en esa escena lo ayudó un buen coach, que ahí también hace su cameo. Fuera de eso, apenas cabe consignar el nudo del asunto, con un joven futbolista que viaja al Real Madrid, su tío obligado a representarlo aunque no entienda nada de fútbol, y un buscavidas madrileño que quiere dar el gran paso aunque no le den las piernas. Junto a ellos veremos tres mujeres y dos buitres, amén del auténtico presidente del Real, Florentino Pérez, que cruza en un entretiempo, y José Ramón de la Morena, cabeza del programa madrileño «El larguero», que se presta a una buena escena. De los buitres, hay uno que parece un capomafia simpático, a cargo del veterano Pepe Sancho, y otro con pinta y mañas de yuppie desagradable. ¿Cuál de los dos será conveniente para el pibe? ¿Y a cuál nos gustaría verlo ganador junto a nuestros personajes? Si es que ellos ganan, claro, porque son dos improvisados. El español David Marqués dirige esta película con relativo conocimiento del fútbol y de la comedia. Diego Peretti salva su parte, Fernando Tejero puede que caiga mejor entre los suyos, donde medio lo encasillaron con «Días de fútbol» y «El penalti más largo del mundo» (basada en un cuento de Osvaldo Soriano), nuestra Carolina Peleritti pone su carita más dulce, y el Chino Darin parece el Conejo Tarantini. Afortunado, le toca una rubia preciosa toda desnuda. Pero eso es todo, o casi. En fin, se pasa el rato, pero pudo ser mejor. Incluso pudo ser buena.
Una comedia en off side La película dirigida por el valenciano David Marqués cuenta con los elementos necesarios para hacer una buena comedia, empezando por su pareja dispareja protagónica, pero no necesariamente distribuidos del modo correcto. Hay una anécdota que se atribuye a Albert Einstein, acaso apócrifa, pero lo suficientemente interesante como para que eso aquí no importe. En ella, una mujer hermosa le propone al genio de la física concebir un hijo. “Con mi belleza y su inteligencia, el niño sería perfecto”, habría afirmado la pretenciosa señorita. La respuesta del célebre científico adoptó la forma de una pregunta a la vez resignada y didáctica: “¿Y si sale con mi belleza y su inteligencia?” Como la genética, el cine está lejos de la certeza y la precisión de la matemática: una película puede contar con los ingredientes para ser buena y aun así resultar otra cosa. Es lo que le pasa a Fuera de juego, la comedia del director valenciano David Marqués. Posee el potencial de una buena pareja protagónica, más una idea y un escenario a partir de los cuales se podría haber abordado de manera digna el universo del cine de género –cuenta todavía pendiente para la cinematografía local–, y aun así vuelve a ofrecer un producto no del todo fallido, pero sí ineficazmente resuelto. Porque no caben dudas de que Diego Peretti es uno de los actores más eficientes de la Argentina y, por lo que se ve en Fuera de juego, el español Fernando Tejero parece estar a la altura. El primero es Diego, un médico que empujado por su tío, entrenador de fútbol infantil, debe viajar a España para defender los intereses de un chico que ha llamado la atención del Real Madrid. Todo porque el tío tiene un papel firmado que lo reconoce como derechohabiente del pase y ésta es su última oportunidad para llenarse de plata. El problema es que en España está Javi, apoderado de futbolistas de muy poca monta (él y los futbolistas), que obra en su poder con el mismo papel y la misma firma, sólo que a su nombre. El encuentro entre Diego y Javi en principio será conflictivo y la relación que comenzarán a urdir a partir de allí, el eje sobre el que se desplazará el relato, adoptando la clásica rutina de la pareja dispareja. Porque Diego, que no sabe nada de negociar y mucho menos de fútbol, deberá confiar en el nada fiable Javi, quien comenzará a dar muestras de que tampoco conoce del todo el paño. En efecto, la química entre Tejero y Peretti entrega lo mejor de esta comedia nacida sin pretensiones: ambos manejan con naturalidad lo contrahecho de sus personajes y de la situación inesperada en la que se encuentran. Sin embargo el guión, esquemático y plano, los vuelve unidimensionales, obligándolos a transitar situaciones cuya ridiculez no es la del absurdo, sino la del cliché. Las subtramas apenas son vehículos para sumar de manera poco convincente romance, sentimentalismo, ternura, y los personajes secundarios en general parecen elecciones comerciales antes que decisiones de casting. Cuesta entender cómo, en tiempos en que la comedia pop va abriendo otros caminos en todo el mundo, aquí todavía se la aborda desde una concepción tan antigua. Aunque hay que reconocerle unas cuantas situaciones logradas, dos o tres cameos eficaces y la participación sorpresa del actor más popular del cine argentino (que en sólo dos escenas y no más de tres minutos en pantalla da una lección para comediantes), lo cierto es que Fuera de juego cuenta con los elementos necesarios para hacer una buena comedia pero, tal como temía Einstein, no necesariamente distribuidos del modo correcto.
Pareja despareja en el negocio del fútbol La película del español David Marqués cuenta la historia de dos hombres que se conocen cuando intentan salvarse con la venta de un joven jugador las grandes ligas. Algunos pocos gags para un resultado fallido. La crítica podría empezar con algunas ironías de corte político, como la de sostener que Fuera de juego, coproducción hispano-argentina filmada hace más de un año, fue motivo suficiente para que se decidiera la expropiación de Repsol. O sugerir que luego de la película se declaró la crisis económica en España. Pero no es necesario para expresar que la obra del español David Marqués ostenta la transparente definición de “comedia fallida con solo un par de logradas situaciones y gags”. Y vaya si el plato estaba servido para que la historia funcionara: una pareja despareja, la de un ginecólogo argentino y un representante español de futbolistas, pretendiendo vender a una joven promesa en el mercado hispano del fútbol. Los ingredientes de la paella estaban visibles: explorar ese mundo de empresarios, representantes, acuerdos económicos y hoteles de muchas estrellas y, al mismo tiempo, articular un discurso donde la comedia recurriera a su costado más cínico e irónico para analizar un universo tipificado. Pero no, pese a que la dupla Peretti-Tejero tiene algunos instantes felices, más por el esfuerzo de ambos que por la construcción superficial de sus personajes desde el guión, Fuera de juego es una comedia desvaída, incongruente, poco sustanciosa como representante del género. Hay un punto de inflexión en la trama y es el momento en el que Javi (Tejero) y Diego (Peretti) se conocen en el aeropuerto cuando el segundo llega a España junto a su representado (“chino” Darín a puro anti-carisma). Ocurre que esa escena de presentación de los dos “chantas” se produce a los 20 minutos, cuando aun la película está en su zona incipiente y de construcción dramática de sus dos personajes principales y de los otros (demasiados) satelitales. Allí se caen los platos de la mesa, ya que las situaciones siguientes aparecen forzadas, de nulo impacto, con tramas aledañas que podrían estar o no, por ejemplo, la relación de pareja de Javi con su novia (Peleritti) y la de Diego con la hermana del español. El momento feliz de Fuera de juego está al principio, cuando Diego, que odia el fútbol, se entera de que debe representar al joven jugador. Ahí surge el cameo de Martín Palermo, más duro que en los últimos partidos antes del retiro, y el del actor que encarna al tío del prometedor futbolista, un personaje simpático interpretado por el padre del “chino” Darín, en una intervención que no figura en los créditos.
Los principales protagonistas son dos mentirosos de primera división, en el competitivo medio del fútbol. Su narración comienza en Buenos Aires en 1982 cuando vemos a unos niños como tantos soñando ser grandes futbolistas, por diversas razones el protagonista no pueden logar su anhelo y la vida le depara otro destino. Luego nos situamos en el 2011 Diego (Diego Peretti) es un médico ginecólogo, poco sociable que no tiene mucha simpatía con el fútbol, pero su tío (Ricardo Darín) sufre un infarto. Cuando va a visitarlo al hospital, le pide que represente a Gustavo Cesar Casares (Ricardo “Chino” Darín) porque el Real Madrid está interesado en el muchacho y él es su único representante y entrenador, pero el problema es que él no sabe nada de ese deporte, es cuando le dice que lo único que debe decir es: “El fútbol es el fútbol” (frase que se utiliza simpáticamente a lo largo del film). Como es de imaginar termina viajando a la Madre Patria para negociar el pase del joven crack al Real Madrid, el tema es que en el aeropuerto se encuentra con el español Javier Martínez (Fernando Tejero), que dice ser su manager, bastante chanta y oportunista y al estar en la mala esta es su gran oportunidad de dar un gran golpe de suerte. No tiene sentido dar demasiados detalles, ¿Quién alguna vez no fue un perdedor o quedo fuera de juego?, es una comedia liviana, bien contada y divertida, (solo para pasar un buen momento), contiene enredos y vueltas de tuerca, ironía, sarcasmos, mentiras, apariencias y crítica social, cuando a veces el negocio está plagado de tramposos y buitres, algo desaprovechado el personaje de Ana (Carolina Peleritti), como la esposa de Javier y la sub-trama romántica de Gustavo Cesar Casares (Ricardo “Chino” Darín) con la botinera de turno Lourdes (Patricia Montero). Con un gran elenco: Fernando Tejero (Javier), Diego Peretti (Diego), Carolina Peleritti (Ana), Chino Darín (Gustavo César) Patricia Montero (Lourdes), Pepe Sancho (Don Julio), Hugo Silva (Hugo), Laura Pamplona (Gemma), Carmen Ruiz (Mónica), Ricardo Darín (entrenador), Carlos Chamarro (López), y además un bolo de Martín Palermo, con cameos de José Ramón de la Morena, Iker Casillas, Manuel Esteban “Manolete”, entre otros.
VideoComentario (ver link).
Mala jugada. No es necesario aclarar que el fútbol es una pasión de multitudes. Semana a semana, millones de personas se emocionan, para bien o para mal, al poner su ánimo en un grupo de gente que deslumbra con el manejo de la pelota. El balonpie, que generó héroes y villanos, que motivó tantas frases clásicas (seamos sinceros, quién no dijo alguna vez algo como “la pelota no se mancha”) tiene lo necesario para trasladarse al cine, pero eso no se puede ver en Fuera de Juego, una comedia de enredos que pasa por lugares demasiado conocidos. Diego (Diego Peretti) es un ginecólogo que no se lleva bien con el fútbol, tras una mala experiencia que tuvo de chico. Pero cuando su tío (Ricardo Darín, en un cameo que es, lejos, lo mejor del film) sufre un infarto y lo convence de hacerse pasar por el representante de Gustavo-César (Ricardo ‘Chino’ Darín Jr.), un jugador promesa que puede fichar con el Real Madrid, el argentino tendrá que viajar a España. Recién llegado en la Madre Patria, Diego se encontrará con Javier (Fernando Tejero), un engañoso manager con el que, debido a circunstancias ajenas, tendrá que compartir el manejo del joven crack. Ahora, para lograr vender al chico al Real, los mentirosos tendrán que meterse en el mundo detrás del deporte, donde nada es lo que parece. Primero que nada, las ideas de este film tienen potencial. El aspecto del choque de culturas entre el crédulo argentino y el chanta español funciona bien en la película, y ver lo que sucede detrás de la cancha es una gran oportunidad para buenas escenas. Lamentablemente, este film no pasa de lo predecible y torpe: las manipuladoras botineras, los diabólicos representantes, los temibles padrinos, etcétera. Encima, los enredos en los que se meten los protagonistas con sus mentiras son muy reciclados, sacando casi todo lo referido al fútbol (del cual se ven pocos minutos, lo máximo siendo una aparición en el estadio Mestalla) para darle lugar a subtramas que no van a ningún lado. Por el lado de las actuaciones, Peretti y Tejero saben como entregar el pobre material que se les da, y logran dar algunas risas. Mientras tanto, el resto de los actores sale perdiendo en este juego. Carolina Peleritti (quien interpreta a la sufrida esposa de Javier) parece no saber como darle vida a su rol, mientras que el Chino Darin (haciendo su debut en la pantalla grande) le aporta poco a su flojo papel. Además de Darín padre, mantengan sus ojos abiertos por las apariciones de jugadores como Martín Palermo e Iker Casillas, quienes pasan por segundos frente a la cámara. Resumiendo, Fuera de Juego no logra dar algo nuevo, ya sea en la forma de contar una historia o meternos en el mundo del deporte. Cada tanto hay un momento que causa gracia, pero la mayoría del tiempo hay que observar al mismo material viejo y gastado de siempre. Con esta estrategia no se gana ni en penales.
Anexo de crítica: -A pesar de la aceptable actuación de Diego Peretti y los tres minutos y medio de Ricardo Darín, las enormes falencias de un guión sin ideas malogran todo tipo de salvataje para esta comedia que gira en torno al mundillo del futbol y de los negocios oscuros de los representantes pero que llamativamente no muestra escenas de partidos ni de habilidosos jugadores para caer en fórmulas y estereotipos por no citar algunos cameos vergonzosos de Martin Palermo e Iker Casillas.
La peli de los cameos "Fuera de juego" es una nueva comedia con Diego Peretti que llegó bastante promocionada por la Warner Bros. Argentina, y que ya desde su trailer dejaba entrever algunas situaciones insípidas y poco entretenidas. Pues se cumplió lo que percibíamos, lo poco que prometía el trailer fue lo poco que terminó ofreciendo este film del director español David Marqués. La trama se centra en los conflictos que se producen entre 2 representantes de una gran promesa del fútbol que está por ser vendida al Real Madrid ("Chino" Darín, hijo de Ricardo). Uno de los representantes es el actor argentino Diego Peretti, un médico que vio frustrada su carrera como futbolista por culpa de su familia y que ahora asume la responsabilidad de ser manager de fútbol por dinero. El otro representante es un chanta español que era amigo de la familia del pibe y que quiere salvar su fracasada carrera con este pase futbolístico que parece prometer una salvación profesional. Lo demás es relleno y cameos para completar los huecos narrativos, tratando de otorgarle mayor complejidad a la trama cuando en realidad lo que produjo fue torpeza y previsibilidad. ¡Ojo! las participaciones de figuras del cine como Ricardo Darín y de los cracks Martín Palermo e Iker Casillas son divertidas y ofrecen una brisa de grandeza que se corta rápidamente cuando desaparecen de la pantalla. La interacción entre los protagonistas Peretti (argentino) y Tejero (español) es buena y por momentos divierte, pero definitivamente no alcanzó para brindar una comedia de calidad como uno esperaría de una coproducción española-argentina que encima estaba patrocinada por la Warner Bros. Lo del "chino" Darín fue bastante tranqui... se nota que le falta mucho coaching todavía y se notó su poca experiencia. Una película para ver en esos días en que uno anda de risa fácil, risueño, positivo, de lo contrario se pegará un embole tamaño Titanic y deseará nunca haber comprado la entrada, ya que en vez de despejarse y salir de mejor humor de la sala, terminará en un estado de aburrimiento total.
MAS ENREDOS QUE PELOTAZOS El tema daba para una buena comedia. El fútbol tiene tantas aristas más allá de lo estrictamente deportivo, que un libretista ingenioso puede encontrar allí un filón inagotable. Esta película habla de los representantes, esa fauna tan presente y temida. Y del submundo que crece alrededor del fútbol. Esta vez la aparición de un juvenil criollo que despierta el interés del Real Madrid es el disparador. Y hacia va el pichón de crack y Diego Peretti, un ginecólogo enviado a Europa como representante del futbolista. Y se toparan con un manager español que juega en tercera, chanta y manipulador. Y allí empezarán los enredos. Que no son tantos ni tan originales y que de a poco va descubriendo el lado humano de estos perdedores que al final harán las paces con la vida. La película no tiene gracia, los diálogos son chabacanos, las situaciones tontas; si hasta Peretti, un muy buen comediante, no está cómodo en la piel de un personaje que flota entre la ingenuidad y la torpeza. Hay cameos de Palermo y Casilla, también de Ricardo Darín, que le da la bienvenida a su hijo. El fútbol y el humor, ausentes.
Peces de los negocios En esta era de escasez de comedias, donde si uno se pone a analizar un poco descubre que todo lo que se ve son filmes policiales, de dramas y acción, las películas como Fuera de juego deberían ser reconocidas y protegidas. Sería como ir en contra de los supuestos conocedores del gusto del público, que creen que otros géneros son los únicos que funcionan. También sería una manera de apoyar a los que son capaces de extraer el jugo de la risa de una realidad a veces muy dura. Pero, por suerte, Fuera de juego es un largometraje que puede defenderse por sí mismo. Dirigida por el español David Marques, un director relativamente conocido en España, y protagonizada por un puñado de muy buenos actores, en especial Fernando Tejero, Diego Peretti y Pepe Sancho, el argumento gira en torno a dos chantas que dicen ser representantes profesionales de futbolistas, y que tratan de pisarse la cabeza uno a otro para hacer el negocio de sus vidas, vendiéndole un futuro crack al Real Madrid. El filme transcurre casi completamente en España y es una suma de aciertos no sólo en las ideas narrativas, sino en los diálogos entre todos los personajes (hay varios más), que por ratos son muy chispeantes y siempre muy graciosos. A todo esto hay que sumarle, además, el rico despliegue de temas e interpretaciones que consiguen director y libretistas. Si la trama consigue, muy eficazmente, entre chanza y chanza, arrojar una mirada sobre el mundo de los negocios a veces espurios del fútbol, también es una libreta de apuntes acerca de los afectos, la fidelidad, o la amistad. Los pequeños lapsus, tanto en la verosimilitud del argumento como en su permanente atractivo, o los perdonables yerros de los actores, se vuelven todavía más pequeños, y la hora y pico que dura la película se hace entonces muy llevadera.
Un potencial crack, un ginecólogo y un representante de fútbol algo fracasado en su negocio son los tres pilares de esta comedia familiar cuyo tema central es, claro está, el fútbol. Cuando su tío, entrenador de chicos, enferma, Diego (Diego Peretti), un ginecólogo con una historia futbolística personal truncada por carecer de talento, se ve obligado a viajar a España con Gustavo ("Chino" Darín), un joven que promete ser una estrella de fútbol. Para eso, deberá hacerse pasar por su representante. Lo que nadie sabe es que en España, hay otro señor , Javi (Fernando Tejero), el más "chanta" de los dos, que también tiene los papeles para ser representante del muchacho. La historia se desarrolla contando las peripecias de estos dos inexpertos representantes, para que Gustavo pueda fichar con el Real Madrid, y por supuesto, así cobrar la comisión que corresponde. En ese correr por firmar el contrato, dejan de lado algunos detalles, como su matrimonio, en el caso de Javi, y la supervisión del joven crack, en el caso de Diego. Lo que no llega a resultar en la película es, sobre todo, el ritmo de la narración. La comedia no es un genero fácil, y tiene exigencias, por así decirlo, particulares. No alcanza con líneas ocurrentes para que un gag funcione, hay un tiempo que manejar también, y eso falla en este caso. Al estar como desfasadas en ritmo las respuestas, que serían como los remates de lo que tiene que causar gracia, esa gracia se pierde, y lo que pretendía ser divertido, deja de serlo. Por eso, lo máximo que se puede rescatar son algunos momentos simpáticos, sobre todo a cargo de Tejero, que es el que mejor se desempeña en el tema. Peretti está un poco rígido, como contenido, lo que se puede explicar por la propia personalidad de su personaje, pero es una pena ya que sabemos que da para más. En el global, la historia no llega a levantar, aunque es valorable que el argumento haya elegido un final fuera de los lugares más comunes. Para quienes gusten del tema, hay varios cameos futbolísticos, pero son sólo participaciones "de color", y no aportan a la historia. Un buen intento, pero que termina con gusto a partido sin goles.
La clave es Palermo Por Mex Faliero Más allá de ser futbolero, nunca me dediqué al periodismo deportivo, por lo que mis comentarios sobre fútbol y futbolistas han quedado reservados al living de casa o la charla entre amigos. Es por eso que agradezco a este intento de comedia llamado Fuera de juego, el hecho de permitirme hablar de uno de los más grandes errores que ha visto el fútbol argentino y mis ojos: Martín Palermo -el 9 de Estudiantes y de Boca tiene una pequeña participación en este film protagonizado por Diego Peretti-. El caso de Palermo es uno de los más simbólicos ejemplos del fútbol argentino de las últimas dos décadas, donde progresivamente el resultadismo le ha ido ganando al buen juego o, al menos, a una idea de merecimiento por la vía del juego. Que un jugador dotado escasamente desde lo técnico se haya convertido en ídolo popular, tiene que ver exclusivamente con la trascendencia que se le da al resultado por sobre otras instancias del juego en el fútbol argentino. La frase “los goles se hacen, no se merecen” es una máxima realista pero que esconde una trampa: un equipo que no busca, que no construye, sólo puede sostener una campaña o ganar un partido por la vía de la buena fortuna o de las rachas, olvidándose en el camino que por más pulsiones que haya en el medio, el deporte es -y debe aspirar a serlo- un entretenimiento y un espectáculo: si total como dijo Hitchcock acerca del Oscar, ya nadie se acuerda quién ganó el año pasado. Con el fútbol que juegan actualmente la mayoría de los equipos del fútbol argentino, es casi imposible disfrutar durante los 90 minutos de juego. Por eso no es absurdo que Palermo se haya convertido en un referente de este fútbol. Palermo ha sido uno de los jugadores malos más afortunados de la historia del fútbol nacional: capaz de resbalarse al patear un penal y pegarle a la pelota con el pie de apoyo, cambiándole el palo al arquero y convirtiendo el tanto. Su carrera en el extranjero fue un fiasco absoluto y su paso por la selección, totalmente olvidable. El juego de Palermo se reduce al fútbol de cabotaje y a la escasa exigencia del hincha de los equipos donde actua: no de gusto se convirtió en ídolo del hincha de Boca, máximo apologista del triunfo en el último minuto y aunque sea con la mano y en off side. Por eso, es más que razonable que Fuera de juego sea un mal film. Una película que gira alrededor del universo del fútbol y que elige a Martín Palermo como figura referente, tiene una visión sobre el fútbol bastante pobre y la cual se termina aplicando a su visión sobre el cine. El film de David Marques comete varios pecados imposibles de salvar: en primera instancia, todo gira alrededor de un supuesto crack argentino que es comprado por el Real Madrid (Chino Darín), pero el director nunca nos muestra el talento del pibe con la pelota, nunca lo vemos cerca de un campo de juego, y ni siquiera ayuda la actuación del “hijo de Darín” para convertir a su personaje en alguien carismático. Que se entienda, este no es un film de los Dardenne, es una película orgullosamente convencional, por lo que la sustracción del talento del jugador es apenas un problema de producción y no una decisión formal. En segunda instancia, hay que decir que el coprotagonista español, Fernando Tejero, es uno de esos comediantes que cree que el humor es gesticular continuamente y que por esa vía termina construyendo un personaje, situación a la que arrastra también a un Peretti que ha conocido mejores películas para explotar su talento real: hay una escena en la que ambos se comunican con una radio para filtrar la noticia del posible interés del Madrid en el crack, que ronda sencillamente la vergüenza ajena: por suerte, inconscientemente, en el plano siguiente el personaje de Peretti se confiesa “es una de las peores cosas que me tocaron ver en la vida”, o algo por el estilo es lo que dice. Fuera de juego quiere trabajar sobre ese subgénero de tramposos que se trampean hasta que uno tiene la carta más grande que el otro, pero carece de ideas acerca de cómo generar un misterio para que el espectador se sienta interesado en lo que ve. Salvo dos personajes femeninos de pizarrón y totalmente unidimensionales (la esposa y la hermana del representante español), el resto construye una jungla de aves rapaces sin carisma y sin la más mínima gracia. Guión elaborado a partir de un estudio de mercadeo, Fuera de juego hace agua por todos los costados y se llena de ganchos para intentar atrapar públicos variados, especialmente a los futboleros. Pero todo falla, nada genera risa y el final feliz es uno de los más ramplones que se hayan visto en mucho tiempo, hay giros inexplicables y una comunión final que demuestra dos cosas: o que los personajes son una manga de cínicos o que el guión de esto fue escrito con los codos. Fuera de juego es una película ultra perezosa, que no genera ninguna pasión. Y eso que hasta las peores películas deportivas lo logran.
Con una temática futbolera que se combina con pasos de comedia y algún toque romántico, Fuera de Juego es una coproducción argentino-española que, más allá de algunas falencias, alcanza a ser entretenida y graciosa. A través de una historia que une inesperadamente a un ginecólogo argentino con un manager de jugadores españoles de baja categoría, el cineasta ibérico David Marqués ofrece buena mano para el género y logra empatía entre los protagonistas. Pero no ofrece otras virtudes cinematográficas ni se destaca en la conducción de los actores de reparto, un factor clave para una comedia –y para cualquier film, a decir verdad-. También hay que decir que el film puede decepcionar al público masculino, por tratarse de una pieza ambientada en el mundo del fútbol sin suficientes imágenes de cancha, aún con la participación de Iker Casillas y Martín Palermo. El presunto gran crack Gustavo Casares, (Ricardo “Chino” Darín) por el que pugnan representantes y clubes grandes españoles, no demuestra sus virtudes con el balón en ningún momento de la película, por ejemplo. Sin dudas que lo mejor de Fuera de Juego es la química y los buenos diálogos entre Diego Peretti y Fernando Tejero, donde se integran con chispa modismos españoles y argentinos. Por esta dupla y algunas escenas divertidas, la comedia apenas triunfa en tiempo de descuento y de penal.
El fútbol y su salsa agridulce Muchas fórmulas de comedias tienen como eje una dupla de pícaros en apuros y éste es el caso de “Fuera de juego”, una película con producción hispano-argentina que tiene como protagonistas a los carismáticos actores Diego Peretti y Fernando Tejero. Un representante de cada país para una historia que empieza en Buenos Aires y continúa en España. Estos movimientos geográficos del argumento están plenamente justificados en que la trama muestra como telón de fondo al suculento mundo del fútbol como pasión y también como negocio. Un manager de futbolistas aficionados, llamado Javi (Fernando Tejero) sueña en su país con descubrir algún crack que le permita el salto hacia las fabulosas ganancias que circulan alrededor del fútbol de primera. Mientras, completa sus ingresos con eventos deportivos infantiles desde una modesta empresa familiar, atendida a medias en común con su poca agraciada prima. Paralelamente, en Argentina, un médico ginecólogo que detesta al fútbol (Diego Peretti), deviene en improvisado representante de una promesa del deporte, encarnada por Chino Darín (el hijo de Ricardo, quien también hace un pequeño papel). Las peripecias cómicas parten de que este médico argentino que no conoce el paño futbolero deberá aliarse con el pequeño empresario español para poder abrirse paso en una actividad que mueve tanto dinero como adrenalina en una pirámide faunística despiadada que va desde estos pícaros pececillos iniciales hasta los más feroces tiburones en la cima. Fábula con moraleja Aunque hay esporádicas apariciones de futbolistas profesionales como Martín Palermo o Iker Casillas, queda claro que “Fuera de juego” no es una película de fútbol sino sobre su periferia, repleta de buscavidas y peces gordos. Una película que habla de una pasión que se distorsiona cuando se transforma en una obsesión que lleva a descuidar a la familia y a confundir amor con interés. Su argumento funciona como contraste tragicómico con todo lo que brilla en el universo exitoso del deporte favorito atiborrado de vivillos intermediarios sin reparos éticos elementales con tal de quedarse con la parte del león. Además de Tejedo y Peretti intervienen eficazmente Carolina Peleritti, Laura Pamplona y Carmen Ruiz, completando el perfil familiar del español. También muy especialmente: los actores secundarios Hugo Silva y José Sancho, como grandes tiburones experimentados (uno con toque mafioso y el otro fashion), que son de los pequeños aciertos de color en una comedia con algunos gags acertados y una vuelta de tuerca sorpresiva al final, que podría haber dado para más pero se queda en un producto medianamente divertido que muestra el lado amargo que caracteriza a la salsa del fútbol y abre una puerta para reflexionar sobre lo que separa los negocios de las pasiones y que intenta dejar claro -como repite Peleretti a su marido que nunca tiene tiempo de escucharla- que: “Oportunidades hay muchas, pero la vida es una sola”.
UN ORSAY MÁS GRANDE QUE UNA CASA Fuera de juego es una película a la que se le nota el diseño del producto: trama sobre un tema masivo - el futbol –, actores populares en ambas naciones y cameos para publicitar la película (Palermo por Argentina, Iker Casillas por España). Hay películas a las que se le notan todas las estrategias que fueron parte del diseño del producto. Fuera de juego es una de ellas. Una trama sobre un tema de interés masivo - el futbol – que pueda atraer públicos tanto en España como en Argentina. Actores populares en ambas naciones que permitan esperar éxito de taquilla (además de una actriz que es conocida en ambos lares). Algunos cameos que sirvan para publicitar la película (Palermo por Argentina, Iker Casillas por España), y la pretensión de hablar sobre un tema “importante”. Todo ello tiene esta pobre comedia española – argentina, filmada hace ya un par de años. Un joven futbolista argentino de origen amateur repentinamente es elegido por el Real Madrid para incorporarlo a su plantel. Un más que marginal representante de futbolistas español tiene firmado un contrato con su padre, lo mismo que un frustrado técnico de futbol amateur argentino. Este último, internado en grave estado, delegará la tarea de cerrar el trato con el club español en su sobrino, un obstetra cuyo destino futbolero fuera borrado de cuajo en su infancia dada su total impericia técnica. Viajará entonces a España el facultativo con el joven astro del balompié y siguiendo instrucciones precisas de su tío, supuestamente experto en las lides de las contrataciones deportivas, deberá confrontar con el mediocre representante español. La película, siguiendo las normas de que indican que los guiones deben tener subtramas y personajes secundarios con sus propias historias, incorpora un par de mujeres a la vida de estos hombres. La trama es un conjunto de lugares comunes, chistes previsibles, algo de humor físico pobremente jugado y una muestra de la modernidad española que, vista con dos años de crisis económica, parece un cuento de hadas. Los actores responden al esquema de producción y por lo tanto no superan esa mediocre propuesta. Cada uno debe hacer su parte en el modelo de coproducción y lo cierto es que parecen hacerlo sin mucho convencimiento. El trabajo del director en cuanto a su modo de trabajar la narración y la propuesta formal dista mucho de superar lo meramente televisivo. Fuera de juego es una pobre comedia diseñada en un escritorio como propuesta comercial con ribetes de calidad. No logra ni funcionar como comedia, ni tener calidad. El futbol, aun en su expresión mercantil del presente, merece mucho más que esta película.
Ver “Ánima Buenos Aires” (2012) disparó para los que vemos mucho cine por año la imagen clara de reconocer que en el cine argentino falta algo de identificación con nuestra idiosincrasia más tradicional. De la pantalla grande han desparecido el mate, el colectivo, la política y sobre todo el fútbol, en definitiva los temas que nos identifican en lo cotidiano. Este párrafo no intenta reclamar nada pues está dicho en los términos más generales. Como prueba reconozco la presencia del bondi en “Un mundo misterioso” (2011), o el mate en “Las acacias” (2011). Pero estos actos no están representando una coyuntura como imagen de nuestra sociedad; están puestos como circunstancias que no superan lo anecdótico. Entonces el tríptico de Raul Perrone, por ejemplo, se me viene a la mente como una parte denunciante de esto que menciono, y sin embargo no hay ficción en ninguna de esas tres obras (“Luján”, “Los actos cotidianos” y “Al final la vida”, 2012). Desde este lugar le doy la bienvenida a “Fuera de juego”, más por el sentido de la oportunidad que por contenido, pero bienvenida al fin. Salvando las distancias las primeras tres palabras que se escuchan en “Plata Dulce” (1983) son “¡Ar-gen-tina! ¡Ar-gen-tina! ¡Ar-gen-tina!”, gritadas por Julio de Grazia. En dos minutos ya estábamos en clima futbolero y triunfalista. “Fura de juego” arranca en 1982 en un picado que establece por qué el personaje de Peretti odiará el fútbol por el resto de su vida aunque luego, este interesante concepto relacionado con la falta o el desaprovechamiento de las oportunidades, no se sustente en el recorrido de la trama. De hecho la historia se desvía hacia otros recovecos. Va más allá de las fronteras de la pasión por el deporte más popular y se instala bastante lejos de Buenos Aires, y en la periferia de este mundillo del césped y la de cuero para focalizar su atención en los representantes de jugadores, uno de España (Fernando Tejero) y otro de Argentina (Diego Peretti) que, en este caso, dirimen cuestiones económicas sobre la comisión correspondiente al posible fichaje de una “joven promesa” por parte del Real Madrid. Las subtramas del guión están a cargo del jugador en cuestión (“chino” Darín), el chico que ve pasar el juego de intereses de los adultos por encima de su percepción, y la esposa del representante español (Carolina Peleritti), quien lo sigue acompañando a pesar de todo. Hay cameos de todo tipo que incluyen a Ricardo Darín, Martín Palermo e Iker Casillas. El objetivo es ese: figurar un rato como pequeños guiños que de todos modos no terminan siendo muy útiles. Ni siquiera como parodias de sí mismos. La decisión de los guionistas hace que los personajes (y por carácter transitivo los actores) sean los que llevan adelante la historia, y sobre todo el resultado final. Es aquí donde debo decir que gracias al elenco las situaciones se sostienen hagan lo que hagan y digan lo que digan. Probablemente si presta atención a los spots publicitarios tenga un parámetro cercano a de qué la va esta producción. Después de la gran cantidad de comedias a lo largo de la historia del cine cuyo éxito dependió de los intérpretes sería injusto medir “Fuera de juego” con una posición rígida en tanto su posibilidad de aporte a la historia del séptimo arte. Me juego sin eufemismos a pensarla como un disparador entretenido y algo redundante para abordar con una mirada cómica la pasión de multitudes. Lo mejor que puede pasarle al espectador es ir dispuesto a engancharse sin preguntar demasiado. A lo mejor de esa manera podrá obtener mayores beneficios de las ganas de reírse. Si el fútbol perfecto es el Barcelona de Guardiola, esta película vendría a estar en la mitad de la tabla. No se va al descenso, pero tampoco clasifica a ninguna copa.
Burócratas Comedias como estas (hay que recurrir a la palabra comedia para llamarlas de algún modo), esta clase de cosas, de carcasas vacías prácticamente flotando a la deriva aunque haya un presunto director detrás y un guión que alguien se puso a escribir, y también un puñado de actores y una producción con partidas de dinero, etc, siempre nos deberían llevar a una pregunta. No “¿para qué?” (puesto que una película no está obligada, por suerte, a tener un fin ni una utilidad reconocible) sino más bien “¿por qué?”. Hace unos años nos tocó padecer otra coproducción argentino/española bastante parecida: la misma torpeza congénita e igual desprecio por eso llamado cine, aun en su vertiente más industrial y estandarizada, y hasta con un título similar (Fuera de menú, se llamaba el engendro, que incluso compartía uno de los actores con la película que nos ocupa). Lejos de mejorar las cosas, Fuera de juego presenta a un par de atolondrados, uno argentino y otro español (faltaba más), envueltos en una estafa quizá para hacer referencia a la crisis económica global y esgrimir con mayor comodidad el latiguillo de “sálvese quien pueda” como un mantra de exportación, que viaja rumbo a la madre patria y cuyos efectos prácticos van y vienen en un paisaje trasnacional alternativamente abatido. El humor de la película resulta ser esa manía cercana y chusca de buena parte de la televisión –cuanto más próxima y familiar, menos conmovedora y eficaz: el grito, la morisqueta siempre a destiempo y el tono de moral arcaica como sostenes necesarios del sentimentalismo y la estupidez –, pero también un ejercicio realizado sin conocimiento, sin destreza y sin pasión. Toda una mecánica del efecto cómico que falla por carencia absoluta de sus nociones más rudimentarias. Mientras, las desventuras prehistóricas de los personajes (entre los que se incluyen apariciones insustanciales de Ricardo Darín y Martín Palermo) se acompañan del modo más rutinario imaginable, como si el cine no tuviera la capacidad de ampliar el mundo y fuera apenas un dispensario de imágenes precocidas por el guión. Como sea, Fuera de juego ni siquiera tiene en verdad artimañas para exhibir: la desnudez trivial de la película es la que la deja inerme con sus defectos frente al aparato de la coproducción, revelando que aquí no hay compromiso con un tema, mucho menos con una idea, ni con ninguna otra cosa como no sea el dinero. Si a sus responsables no les va bien en ese terreno, entonces no les queda nada. Que se jodan por burócratas.
Negocios detrás de la pelota ‘Fuera de juego’ es una comedia liviana con toques de humor y un comienzo sólido al principio, que derrapa un tanto al final. La dupla Diego Peretti-Fernando Tejero, un popular comediante español, funciona, aunque el guión pierde eficacia y abunda en obviedades a medida que avanza el filme. Diego es un médico que a pesar de que el fútbol no lo fanatiza, de alguna manera se siente invadido por esa ‘pasión de multitudes’, compañera familiar desde la infancia. Nunca imaginó que por un problema de enfermedad de su tío, va a ser catapultado a España para representar a un nuevo valor adolescente por el que se interesa el Real Madrid. Tampoco imagina que habrá otro representante español, un pillo habitualmente dedicado a los partidos de tercera y las exhibiciones menores, que acredita papeles para dirigir el destino del nuevo valor. Como los dos se dan cuenta de que hay un montón de buitres revoloteando en el negocio futbolero, se unen y deciden representar juntos a la futura estrella. A su alrededor, ‘pistoleros’ de un negocio millonario que empieza desde que el posible ‘Maradona o Messi’ estrena botines nuevos. ‘Fuera de juego’ es una comedia liviana con toques de humor y un comienzo sólido al principio, que derrapa un tanto al final. La dupla Diego Peretti-Fernando Tejero, un popular comediante español, funciona, aunque el guión pierde eficacia y abunda en obviedades a medida que avanza el filme. PROMISORIO Ricardo ‘Chino’ Darín es la figura promisoria del fútbol y también lo es como actor debutante, tiene ‘facha’,aplomo y se mueve bien en escena, Carolina Peleritti interpreta a la esposa del pícaro español y revela progresos como comediante. Muy bien Carmen Ruiz y Laura Pamplona, como la hermana de Javier, hace una lograda intervención. Conclusión: una aproximación para conocer el ‘otro’ mundo del fútbol. Para los futboleros, hay cameos de Martín Palermo, Iker Casillas y José Ramón de la Morena, director de ‘El larguero’, popular programa deportivo español.
Publicada en la edición digital de la revista.