La revancha que nadie pidió Si bien supuestamente Jumanji: En la Selva (Jumanji: Welcome to the Jungle, 2017) era una secuela de Jumanji (1995) y aquella especie de “continuación conceptual” que fue Zathura: Una Aventura Fuera de este Mundo (Zathura: A Space Adventure, 2005), en realidad tenía mucho de remake no oficial y para colmo -como suele ocurrir en lo que atañe al 99% de los casos semejantes del Hollywood contemporáneo- caía por debajo de lo que tenía para ofrecer el opus original, ese que por cierto tampoco era una gran cosa ni mucho menos. El planteo metamorfoseaba el juego de mesa del título, correspondiente al libro ilustrado homónimo de 1981 del norteamericano Chris Van Allsburg, en un videojuego en el que los participantes accedían a una realidad paralela inflada marcada por alguna misión caprichosa en comarcas silvestres y la necesidad de elegir a un avatar que los represente. Así las cosas, ahora nos topamos con Jumanji: El Siguiente Nivel (Jumanji: The Next Level, 2019), una “revancha” que nadie pidió y que respeta al pie de la letra la fórmula hasta derivar en el mismo resultado, léase un producto que no llega a ser malo pero tampoco bueno, una vez más empantanado en una medianía sostenida en un equilibrio bien anodino de ingredientes positivos y negativos igualmente capaces de sacarnos del atolladero promedio del mainstream y de enclaustrarnos en la repetición ad infinitum de un esquema construido alrededor de las figuras protagónicas, cierta amplitud lúdica imaginativa y algo de comicidad típicamente autorreflexiva y de cadencia posmoderna/ algo cínica, donde los chispazos de simpatía que suele generar la trama -vía chistes, muecas o alguna reacción contradictoriamente humana- se diluyen con premura por la ausencia de sinceridad general. Como en Jumanji: En la Selva, todo se reduce a la química en pantalla entre Dwayne Johnson, Jack Black, Karen Gillan y Kevin Hart, los avatares principales de turno, en esta ocasión dentro de una historia más convulsionada en la que The Rock primero funciona como un envase vacío para Eddie Gilpin (Danny DeVito), el abuelo del protagonista de la primera aventura, Spencer (Alex Wolff), y luego para el mismo muchacho, Black hace lo propio primero para Fridge (Ser'Darius Blain) y después para Bethany (Madison Iseman), ambos amigos de Spencer, Gillan compone únicamente a Martha (Morgan Turner), la novia del protagonista, y Hart personifica primero a Milo Walker (Danny Glover), el amigo y ex socio de Eddie, y a posteriori a Fridge. La excusa narrativa pasa por las amistades de Spencer teniendo que ir a rescatarlo a Jumanji cuando el joven reconstruye el videojuego destruido en el final del capítulo anterior para regresar al ensueño y sentirse seguro de sí mismo en el cuerpo de Johnson, aunque el asunto termina en desastre porque no puede elegir su avatar -como ninguno de los otros personajes- y así va a parar a Ming Fleetfoot (Nora Lum alias Awkwafina), en esencia una mujer asiática que se especializa en pillaje. El nuevo villano, Jurgen, el Brutal (Rory McCann), está tan desdibujado como la “Joya Halcón”, el talismán de la fertilidad de Jumanji y el objeto místico que el susodicho le robó a los indígenas vernáculos y que nuestros héroes deben recuperar, algo que la película compensa en parte mediante los graciosos cambios de mando de los avatares y la misma obligación de The Rock y Hart de componer durante más de la mitad del metraje a dos ancianos con temperamentos opuestos, el gruñón Gilpin de DeVito y el apacible Walker de Glover, entre los que existe una disputa por un restaurant de antaño. Lamentablemente las escenas de acción dejan bastante que desear -en especial la de los avestruces y la de los monos- ya que están saturadas de CGI, son redundantes y el diseño de los animales se condice con la pobreza de todos los pretendidos “monstruos” del enclave hollywoodense de las últimas tres décadas, apenas una serie de estereotipos. Considerando que la propuesta está orientada a niños y adolescentes, hay que reconocer que Jumanji: El Siguiente Nivel podría haber sido mucho peor, por lo que se agradece el interesante desenlace y la insólita presencia de los dos Danny, hoy por hoy sin duda figuras legendarias del séptimo arte…
Una nueva travesía virtual “Jumanji: el siguiente nivel” (Jumanji: the next level, 2019) es una comedia de aventuras que funciona como secuela de “Jumanji: en la selva” (Jumanji: welcome to the jungle, 2017). Jake Kasdan vuelve a estar en la silla de director, esta vez también formando parte del guión junto a Jeff Pinkner y Scott Rosenberg. Los protagonistas continúan siendo Dwayne Johnson, Karen Gillan, Kevin Hart y Jack Black. Además, siguen estando Morgan Turner, Alex Wolff, Madison Iseman, Ser’Darius Blain, Rhys Darby, Colin Hanks y Nick Jonas. Se agregan personajes nuevos interpretados por Danny DeVito, Danny Glover, Awkwafina y Rory McCann (Sandor Clegane en Juego de Tronos). Tres años después de los eventos ocurridos en “Jumanji: en la selva”, se acerca la Navidad y el joven Spencer (Alex Wolff) regresa a la casa de su abuelo Eddie (Danny DeVito). Distanciado de su novia Martha (Morgan Turner), Spencer no asiste al reencuentro con sus amigos en la cafetería Nora’s. Es por ello que Fridge (Ser’Darius Blain), Bethany (Madison Iseman) y Martha deciden ir a buscarlo a su hogar. Al ver que Spencer tampoco está allí, los adolescentes se dan cuenta que el videojuego del sótano no está del todo averiado, por lo que no queda otra opción: Spencer volvió al mundo virtual. De esta manera, los chicos decidirán volver al juego para dar con él. Sin embargo, esta vez Jumanji hará que Bethany no pueda ingresar, lo que genera que tanto el abuelo Eddie como su ex socio y amigo Milo Walker (Danny Glover), que justo se encontraba en la casa, pasen a ser los avatares de Bravestone (Dwayne Johnson) y Franklin Fisbar (Kevin Hart) respectivamente. Luego de la película original protagonizada por Robin Williams que fue estrenada en 1995, en enero de 2018 se estrenaba en nuestro país una secuela con nuevos personajes que supo brindar un entretenimiento ligero y pasajero, ideal para las vacaciones de verano. Con “Jumanji: el siguiente nivel” sucede exactamente lo mismo: con distintos niveles dentro del juego, la obra tiene lo necesario para ser disfrutada por toda la familia. Chistes por doquier, aventuras que incluyen avestruces, monos, puentes movedizos y diferentes climas, aparte de una nueva misión por resolver para que Jumanji no caiga en la destrucción total, constituyen esta nueva producción con variadas escenas de relleno para llegar a las dos horas de duración. A pesar de que ciertas bromas se tornen repetitivas (en especial las preguntas de los ancianos dentro de Jumanji, que no entienden nada de lo que está pasando), la película se deja ver y entretiene en su medida justa. Los personajes que se incorporan al filme se adaptan sin problemas a la historia y las escenas de acción son bastante disfrutables. No obstante, algunos aspectos se notan muy beneficiosos para el guión, como por ejemplo que todo el grupo vaya perdiendo vidas a la par o que exista un lago mágico que permita cambiar de avatares. Sumamente pochoclera como genérica, no hay mucho más por decir de “Jumanji: el siguiente nivel”, una cinta que repite la fórmula que le sirvió a su antecesora para que las familias se diviertan con un producto pasatista durante sus días de ocio.
Técnicamente hablando, Jumanji: El siguiente nivel es la secuela del reboot de la película protagonizada por Robin Williams. Afortunadamente, su título carece de numeración, por lo que nos ahorra la discusión de si se trata de la segunda, la tercera o —según Jack Black— la cuarta entrega de la saga (el actor sostiene que Zathura – Una aventura fuera de este mundo forma parte del Universo Jumanji, y algo de razón tiene). Cualquiera fuera el caso, nos encontramos frente a una nueva entrada en esta popular serie que, desafiando unos cuantos prejuicios, se apropió del legado del clásico de 1995 y, aferrándose no tanto a su historia o personajes como sí a su premisa y tono, se ha posicionando como una de las representantes más destacables del cine de aventuras en la actualidad. En este sentido, no es casualidad que su director sea hijo de Lawrence Kasdan, guionista de la mayor cita obligada del género: Los cazadores del arca perdida. De la mano de Steven Spielberg, la primera película de Indiana Jones propició el inicio de un periodo sumamente prolífico para el cine de aventuras durante los años ochenta. Tristemente, su inconfundible espíritu parece eludir a buena parte del cine comercial contemporáneo; lo que explicaría por qué, cuando se estrena un film que efectivamente abraza su ingenio, liviandad y sentido de la diversión, la respuesta del público es —previsiblemente— positiva. Así lo fue para Jumanji: En la jungla, y posiblemente también lo sea para su entretenida secuela. Desprovista de solemnidades, con un innegable carisma, sentido del humor (muchas veces autoconsciente) y hasta un simpático homenaje a Lawrence de Arabia, Jumanji: El siguiente nivel trae de regreso a sus jóvenes protagonistas para una nueva aventura —lúdica y escapista, pero no por ello desprovista de emoción— al interior del famoso juego de mesa devenido videojuego. Representados por los mismos arquetípicos y encantadores avatares de la película de 2017, juntos deberán enfrentar un nuevo nivel, el cual —por fuera de su cambio de escenario— no parece alejarse mucho del que lo antecedió: su estructura escalonada, escaso desarrollo de personajes secundarios y el devenir general de la trama se sienten muy similares a los de Jumanji: En la jungla. Incluso podría señalarse que muchos de sus gags consisten en meras réplicas de aquellos que ya habían funcionado en la película anterior. No obstante, y teniendo en cuenta que el film se encuentra atado a la lógica de un videojuego, es entendible que por momentos peque de repetitivo o que caiga en alguno de los descuidos mencionados. De hecho, Jake Kasdan parece estar al tanto de ello y trata de solventar el problema —o por lo menos disimularlo— mediante la incorporación de nuevos conflictos dramáticos (manifestados en la vida real de los personajes y resueltos al interior del juego), un mayor despliegue visual (la escena de los puentes y los mandriles, sin ir más lejos) y aún más caras conocidas en el elenco. Dentro de estas últimas, cabe destacar, se encuentran las de “los Dannys” (DeVito y Glover) y Awkwafina, cuyas adhesiones le permiten a la película seguir sacando provecho de una de las fuentes de comicidad más efectivas de su antecesora: el contraste entre los diferentes personajes y sus respectivos avatares virtuales. Jumanji: El siguiente nivel exprime dicho recurso incorporando, a su vez, la posibilidad de que los avatares cambien de forma repentina e impredecible de un personaje a otro, lo que da lugar a algunas de sus escenas más graciosas (particularmente aquellas en las que los septuagenarios Dannys se descubren a sí mismos en cuerpos jóvenes, esbeltos y con pelo). Por otro lado, esta dinámica de máscaras intercambiables es la que propicia que una de las escenas más emotivas del film sea también una de sus más absurdas: se trata de un momento profundamente conmovedor entre dos viejos amigos que, en verdad, se desenvuelve entre una mujer asiática y un caballo. Dicho de esta manera, la escena carece de cualquier tipo de sentido pero —dentro de la lógica del relato— no sólo funciona, sino que además lo hace manteniendo un perfecto equilibrio entre el peso dramático de lo que se dice y la manera —profundamente risible— en que está siendo dicho. Encontrándonos en una época signada por la serialización in extremis de las películas, resulta inevitable preguntarse cuántas más pueden hacerse, cuántos niveles más de Jumanji pueden jugarse, sin que la franquicia caiga víctima del agotamiento y la previsibilidad que la repetición de la fórmula acarrea. Es probable que no muchas; aunque todo parecería indicar que los propios realizadores son conscientes de tal limitación: una escena post créditos deja en claro que, en caso de existir otra secuela (¿la segunda? ¿tercera?), ésta iría por otro camino. A priori, una decisión auspiciosa que —esperamos— mantenga vivo el espíritu aventurero de Jumanji. Mientras tanto, su último nivel ya nos entretuvo bastante.
Spencer Gilpin (Alex Wolff), ya está en la Universidad, un poco triste porque su relación con Martha (Morgan Turner) está en un impasse, o no resultó como ambos esperaban. A su vez, él es inseguro y eso no lo ayuda en su nueva vida en Nueva York. Para el receso de Navidad, vuelve a su casa en Brantford, se reencuentra con su madre y su abuelo Eddie Gilpin, (gran incorporación de Danny De Vito), quien está allí recuperándose de una operación, y planea ver a sus amigos al día siguiente, pero él nunca llega a la reunión y cuando éstos van a buscarlo, descubren que nuevamente ha ingresado al mágico mundo del videojuego “Jumanji”. Deciden entrar también, y además rescatar la gema de la fertilidad que fue robada por el villano Jurgen (Rory McCann). Con ellos, ingresan Eddie, con el avatar del Dr. Smolder Bravestone (Dwayne Johnson), Milo Walker (Danny Glover), amigo del último y ex socio en un negocio que también tiene una historia para desarrollar, con el avatar de Franklin Finbar (Kevin Hart), Shelly Oberon (Jack Black), que cambiará de avatar y Ruby Roundhouse (Karen Gillan). El objetivo del juego es, que los jóvenes puedan valorar sus fortalezas y el trabajo en equipo, aunque tendrán que sortear muchos obstáculos para lograrlo y se encontrarán con la sorpresa del cambio de avatares y varios contrastes en sus personajes, por lo que hay que estar atentos. No es noticia que no hay muchas ideas nuevas, por lo que los guionistas recurren a viejos films, como éste de 1995 con Robin Williams, que en su momento fue toda una novedad. Luego de “Jumanji, Bienvenido a la Jungla” (2017), le sigue ésta secuela, que creo, no será la última. El juego de mesa viró a videojuego, y éste film dirigido por Jake Kasdan con los actores mencionados más Nick Jonas y la novedad de Awkwafina resulta una película entretenida para los que gustan de éste tipo de cine, con buenas y convincentes actuaciones de un reconocido elenco que abarca todas las edades, y mucho humor entre ellos, que trasluce excelente química. . ---> https://www.youtube.com/watch?v=ci3W0liJuCw TITULO ORIGINAL: Jumanji 3: Next Level TITULO ALTERNATIVO: Jumanji 3: Siguiente Nivel DIRECCIÓN: Jake Kasdan. ACTORES: Dwayne Johnson, Kevin Hart, Jack Black, Karen Gillan, Danny Glover, Danny DeVito. GUION: Jake Kasdan, Scott Rosenberg. FOTOGRAFIA: Gyula Pados. MÚSICA: Henry Jackman. GENERO: Comedia , Aventuras . ORIGEN: Estados Unidos. DURACION: 123 Minutos CALIFICACION: Apta mayores de 13 años DISTRIBUIDORA: UIP - Sony FORMATOS: 2D. ESTRENO: 09 de Enero de 2020 ESTRENO EN USA: 13 de Diciembre de 2019
Saltando niveles Presentada como una secuela de la nueva etapa del juego que cobra vida Jumanji: El Siguiente Nivel (Jumanji: The next level, 2019) mantiene el tono humorístico de su predecesora para recuperar el cine familiar de aventuras de los años ochenta, con dosis de juego, acción y emoción por partes iguales. Era inesperado que la primera entrega de Jumanji, luego de la partida de Robin Williams, pudiese atrapar a nuevas audiencias. Más cuando espectadores más jóvenes tal vez ni siquiera hayan jugado alguna vez en su vida con un entretenimiento que incluyera un tablero y dados y sin pantallas. Cuando se estrenó la primera parte, el cambio a la consola de juegos, permitió el acceso universal a la idea de inmersión de la acción, y esa propuesta fue parte de una estrategia calculada por parte de los estudios más grandes de reescribir sagas a partir de fórmulas probadas. En ese volver sobre lo ya conocido, algo que el público ama, en caminar sobre lo seguro para fundar nuevas historias y sentidos, es que Jumanji pudo sortear con buena fortuna, el difícil camino de las comparaciones, odiosas por cierto, SIEMPRE. Mientras las primeras entregas buscaban en el retorno de ese niño desaparecido, ya convertido en un adulto, la posibilidad de una historia que mezclara acción, animales, corridas, y más corridas, se potencia en Jumanji: El Siguiente Nivel. Más allá de haber pactado no volver nunca más a la realidad/no realidad, del juego, el grupo de amigos que pudo salir con vida de los juegos, Spencer (Alex Wolff) intenta una vez más vivir otra vida, una llena de sobresaltos, alejado de la timidez y oscuridad que todos los días vive. El dato que suma en esta oportunidad, que anteriormente no se había “jugado”, es la incorporación de adultos mayores, en este caso Danny DeVito y Danny Glover, como personajes dentro y fuera de la escena. Así, a aquello probado y potente, se agrega un factor asociado a un público mayor, que disfrutará de la despedida de dos amigos de toda la vida, y, de la mejor manera, atravesando desiertos, montañas nevadas y cielos más azules que el mar. Jumanji: El Siguiente Nivel se posiciona como una relectura de la épica de transición y transformación de personajes, que más allá de aprender lecciones y de buscar el trabajo en equipo para atravesar el relato y la narración, se independiza por momentos con ese tratamiento que acerca la propuesta a Antes de partir (The Bucket List, 2007), que tuvo a Jack Nicholson y Morgan Freeman en sus roles principales. Entre la historia más clásica, que apela a desarrollar lo lúdico del tablero de juegos devenido realidad y videojuego, y el entrañable relato de una amistad que superó un silencio de 40 años, Jumanji: El Siguiente Nivel se posiciona como un entretenimiento familiar, apoyándose en las sólidas interpretaciones de Jack Black (como siempre), Dwayne Johnson (riéndose de sí mismo), Kevin Hart, Nick Jonas y Awkwafina, explorando su espíritu lúdico con humor y aventuras.
Hace un par de años se estrenó Jumanji: bienvenidos a la jungla y fue una verdadera sorpresa. Si bien no ignoraba el film original de 1995 protagonizado por Robin Williams, tampoco era una secuela del mismo sino más bien un nuevo comienzo en otra dirección para la nueva audiencia. La combinación entre el humor y la aventura estuvo muy bien balanceada y el film gustó mucho. Debo decir que esta nueva entrada en la franquicia consigue lo mismo pese a repetir fórmula y elenco. Y uno de esos motivos es por el recurso de que los personajes “avatares” puedan cambiar y tomar otra personalidad. Así es como podemos disfrutar diferentes interpretaciones de Karen Gillian, Jack Black, Kevin Hart e incluso de Dwayne “La Roca” Johnson. Las nuevas incorporaciones son buenas, pero breves. Tanto Danny Devito como Danny Glover están bien en sus papeles pero no dejan de ser cameos, sobre todo Glover. El director Jake Kasdan vuelve a sentarse en la gran silla para cumplir con una puesta muy correcta y bien manejada, pero sin personalismo alguno. El film es cien por ciento del Estudio. Con la misma estructura que un videojuego, y al igual que en la película anterior, los personajes van pasando de niveles para cumplir una misión. Las reglas son claras y hay que acatarlas para el disfrute y no pedir más. El film se hace cargo del tipo de producto que es. Es una película muy entretenida a nivel visual y que te arranca unas cuantas risas. Disfrutable a cualquier edad. Jumanji: El siguiente nivel es una continuación muy sólida protagonizada por la gran estrella del momento y que logra lo que se propone: entretener.
Con casi 950 millones de dólares recaudados en todo el mundo, Jumanji: En la selva (2017) era no tanto una continuación de la película de 1995 protagonizada por Robin Williams como un reboot desde un nuevo punto de vista. Allí se cambiaba el juego de mesa por un videojuego que metía a los jugadores en él, misma lógica que aplica ahora su secuela. Dirigida nuevamente por Jake Kasdan (Walk Hard: The Dewey Cox Story, Malas enseñanzas), Jumanji: El siguiente nivelvuelve a reunir al grupo de adolescentes “chupados” en la primera entrega, a quienes se suman ahora el abuelo de uno de ellos (Danny De Vito) y su ex socio (Danny Glover). Todos ellos volverán a entrar para rescatar a uno de ellos, aunque lo harán con los avatares intercambiados. Pero no es lo único que deberán hacer, ya que también deb ensalvar al reino de Jumanji de un villano que robó una joya fundamental para mantener el equilibrio ambiental. Para eso contarán con tres vidas que, en caso de acabarse, los condenarán a permanecer dentro del juego. La película cruza el ideario de Indiana Jones–aunque obviamente Kasdan no es Steven Spielberg- con la lógica gamer de escenarios cada vez más complejos, peligrosos y difíciles (hay desde un ataque de un grupo de ñandúes en un desierto a un grand finale dentro de una cueva). Entre medio, varias escenas volcadas a la comedia que se sostienen por el enorme carisma de Dwayne Johnson –que a estas alturas es el rostro más representativo del cine familiar de los 2010 en adelante– y el talento de Kevin Hart y Jack Black, dos comediantes habituados al exceso, pero que funcionan bien cuando están controlados. Con una batería de efectos especiales siempre funcionales a la historia, el resultado es un film tan eficaz como carente de sorpresa, un entretenimiento vacacional tan noble como en definitiva genuino.
Las mismas fortalezas que sostuvieron el regreso triunfal de Jumanji en 2017 están a la vista en esta continuación. Hay en sus artífices un confeso y visible amor por la aventura en todas sus formas posibles desde el cine. Y un elenco integrado por algunos de los mejores exponentes de la comedia física que tiene hoy Hollywood para ponerla en movimiento. Lo que Jumanji todavía no consigue es que cada episodio adquiera espesor, peso propio, identidad y presencia dentro de la saga completa, en la línea de Jurassic Park. Esta nueva aventura parece resuelta a cumplir al pie de la letra con el mandato del título. La idea de saltar "al siguiente nivel" parece más propia de un videojuego que del cine. En esa línea, los desafíos son aquí más complejos y exigen de sus participantes mayores destrezas, pero la acumulación (a la que se suma la siempre atractiva presencia de Awkwafina) no equivale a ese espíritu superador que permite crear expectativas genuinas de futuro más allá de la reiteración de rutinas eficaces. La aventura nos lleva del verde infinito de Hawai al relieve nevado y montañoso de Alberta (Canadá), y de allí a la impresionante escenografía de Imperial Dunes, un enclave desértico de California que parece el Sahara. Resulta un poco paradójico que a lo largo de semejante viaje terminemos en más de una ocasión algo perdidos. Todo se equilibra con grandes escenas de acción y un grupo de intérpretes que es puro carisma.
Equipo que gana no se toca: el éxito que hace dos años tuvo Jumanji: En la selva hizo que esta secuela volviera a contar con el mismo director (Jake Kasdan), misma columna vertebral de guionistas (el propio Kasdan más Jeff Pinkner y Scott Rosenberg) y, por supuesto, los mismos protagonistas. No es llamativo, entonces, que el resultado sea muy parecido. Para bien o para mal, según la estima que se le tuviera a la anterior película de la franquicia. La -débil- excusa para volver a meter a los cuatro adolescentes dentro del infernal videojuego es que uno de ellos se siente mal consigo mismo y quiere volver a sentir el poder de su avatar (el Dr. Bravestone de Dwayne "La Roca" Johnson). Ante su desaparición, los otros activan la semidestruida consola para ir a rescatarlo. Una de las escasas diferencias con la aventura anterior es que también son chupados al videojuego dos personajes nuevos, a cargo de Danny DeVito y Danny Glover, que estaban circunstancialmente cerca del aparato. También aparece un nuevo avatar, interpretado por la ascendente Awkwafina, reciente ganadora del Globo de Oro a mejor actriz de comedia por The Farewell. La otra novedad es que ahora la acción ya no se desarrolla sólo en la selva, sino también en el desierto y en montañas nevadas, con un nivel de efectos digitales y animación computarizada que refleja los 125 millones de dólares de presupuesto. Ese cambio de paisaje es lo que apenas justifica el título El siguiente nivel, porque todo lo demás es como haber empezado un nuevo partido en el mismo videojuego que nos aburrió hace dos años. La experiencia -al menos para los adultos- es igual de tediosa, lo peor que se puede decir de un producto que apuesta a la combinación de aventuras y comedia. Otra vez el chiste principal pasa por el contraste entre los personajes reales y sus avatares. Esta vez, con el acento puesto en los viejos: el abuelo de DeVito es La Roca y Glover es Kevin Hart. Si los escasos momentos de los veteranos comediantes en pantalla son lo mejor de la película, la pareja dispareja de viejos gruñones a lo Walter Matthau y Jack Lemon que hacen Johnson y Hart es francamente agotadora.
No hay nada más pochoclero en esta década que jugar con la nostalgia de los espectadores, y esta segunda entrega: Jumanji: el siguiente nivel (Jumanji, The Next Level) es una más de estas películas que nos devuelven un poco de los 90s. La película nos introduce en un 2019, tres años después de la aventura en Jumanji: En la selva (2016). Spencer Gilpin (Alex Wolff), Anthony “Fridge” Johnson (Ser’Darius Blane), Martha Kaply (Morgan Turner) y Bethany Walker (Madison Iseman) están en su etapa universitaria desperdigados por todo Estados Unidos y se aproximan las fiestas, entonces todos vuelven a su ciudad a encontrarse con sus familia, y de paso reencontrarse en un brunch. Spencer es el único quien no se muestra feliz por la reunión, y tras hablar con su abuelo Eddie (Danny Devito), comienza a contemplar la idea de regresar a Jumanji donde sentía que tenia un propósito. Al día siguiente, sus amigos visitan su casa y se reúnen con el abuelo de Spencer, Eddie, quien se está recuperando de una cirugía de cadera, y el ex amigo de Eddie, Milo Walker (Danny Glover), quien lo visita por primera vez en 15 años luego de que se pelearan. Mientras los protagonistas están buscando a Spencer, comienzan a escuchar los tambores de Jumanji. E intuitivamente tanto ellos como nosotros, sabemos que nos está llamando. Dentro del juego, Martha se encuentra a sí misma como su avatar Ruby Roundhouse (Karen Gillan), pero Fridge se convierte en el avatar de Bethany, el profesor Sheldon Oberon (Jack Black), mientras que Eddie y Milo se convierten en avatares del Dr. Xander Bravestone (Dwayne Johnson) y Franklin Finbar (Kevin Hart), respectivamente. Después de instruir a Eddie y Milo sobre las reglas del juego. Pero no todo es lo que parece en esta secuela, porque el juego cambió, los escenarios cambiaron, la historia (es básicamente la misma pero) cambio y los avatares cambiaron. Ahora casi todos los personajes deben adaptarse a sus nuevos avatares, en especial los abuelos. La película sigue los pasos de su antecesora, lo cual quiere decir que hace las mismas cosas mal, y las mismas cosas bien. Nunca dejan de pasar cosas y la acción es continua, así que la película se pasa volando. Es entretenida de principio a fin, los personajes nuevos le suman una nueva chance a Kevin Hart y Dwayne Johnson a actuar como tus vecinos del centro de jubilados de PAMI. Y aunque no lo piensen, es increíblemente gracioso y divertido. Claro está, que el film peca un poco por tratar de ser mainstream en cometer errores de toda película pochoclera; Más exposición de la que necesitamos, ya que los personajes adolescentes deben explicarle todo el tiempo a los adultos mayores como funcionan sus personajes y el juego en general. Jumanji no es un juego como cualquier otro, y a pesar de toda la nostalgia agregada que nos trajo esta saga. No podemos dejar de aclarar que a veces queda corta y tiene algunos errores de continuidad que… probablemente un mago lo hizo. Para disfrutar Jumanji: el siguiente nivel en su esplendor vayan a verla al cine, la cinematografía y los efectos son geniales, y en la gran pantalla siempre se lucen más.
Game Over Para los poco memoriosos (o tal vez los más jóvenes seguidores) Jumanji se basa en la película original (Joe Johnston, 1995) protagonizada por el gran Robin Williams, sobre el juego de mesa que cobra vida y lleva a quienes lo juegan a la selva, mientras resuelven los pasos a seguir para terminar la partida y volver a la vida real. Años más tarde, la idea fue renovar la narración, sumar una nueva página y convertirla en una franquicia estilo pop, reuniendo a actores con estilos diferentes (Jack Black, Dwayne “La roca” Johnson, Kevin Hart, Karen Gillian, Nick Jonas) para copar todas las posibilidades de público. En una vuelta de tuerca más, pasan tres años, los protagonistas ya están en la universidad, y vuelven a encontrarse en la cafetería que será uno de los puntos relevantes de la historia por cuestiones varias que, obviamente, no adelantaré aquí. La incorporación de Danny DeVito y Danny Glover suma algo fresco, sobre todo dada la talla de los mencionados. Y aquí nace la pregunta central, al menos en lo que a mí respecta: abrir esta nueva puerta ¿era necesario? Bueno, para los estudios claramente parecía una buena idea y la nueva entrega llega a los cines. En términos generales es una película correcta, entretenida, aún con algunas sorpresas, con secuencias emocionales integrantes de una parte que las engloba y le da una significación al final. Para un público infanto/juvenil (si es que aún ambas partes de un segmento etáreo coexisten) puede funcionar y tener algo de éxito en taquilla. Ahora sí, y esta es una absoluta sorpresa, porque no suelo utilizar la herramienta: Alto: ¡SPOILER MÁS O MENOS LIGERO! Lo que seguro no era necesario era dejar abierta una nueva puerta… ¡para otra película! Cuando uno cree que ya está más que bien y entiende que ha sido un cierre dentro de todo honorable, doblan la apuesta y prometen una secuela para completar una saga de tres películas. Parece que no se dan cuenta cuándo es necesario desenchufar el respirador. Es una pena porque hasta ahora las diferentes películas han rendido sus frutos y funcionan. Pero estamos en una época en que al público potencial, un público huraño y descreído de las sagas interminables, este tipo de cosas no le agradan demasiado. Es de esperar que, la pericia de años y años de resolver guiones y películas que pueden parecer a todas luces innecesarias ayude a no terminar definitivamente (y de la peor de las maneras) con Jumanji.
Jake Kasdan nuevamente dirige otra secuela de Jumanji (1995) aprovechando el éxito de su antecesora Jumanji: Welcome To The Jungle (2017), además del regreso – con excelente química en pantalla – de su elenco y el factor de entretenimiento intacto. Jumanji: The Next Level hace su entrada en la temporada de verano. Dejando a un lado la selva, esta nueva entrega es una expansión de diferentes ambientes naturales y una posibilidad de biodiversidad; Jumanji ya no es más un juego en la jungla, ahora ocupa desiertos y montañas en un modo de expansión de jugabilidad. Las escenas traen la presencia lúdica y lo hacen de una manera excelente para mantener al espectador encantado por 123 minutos. La película pasa volando. Dwayne Johnson, Jack Black, Karen Gillian y Kevin Hart regresan y demuestran que funcionan excelente como equipo en pantalla. En la anterior entrega Johnson se apoderó de la pantalla y los demás complementaban el asunto, no obstante en Jumanji: El Siguiente Nivel Jack Black y Kevin Hart se roban el show; Danny Devito, Danny Glover y Awkwafina se suman a la saga y para ellos Jumanji les ofrece una muy buena, pero breve, bienvenida. Además, Rory McCann cumple correctamente como el villano de turno. Con un guión algo flojo el cual no impide el entretenimiento Jumanji: El Siguiente Nivel permite experimentar además de expandir este peligroso pero sorprendente mundo, todo esto lo hace de gran forma pero cuidando las bases pactadas desde 1995. Claro, las sorpresas y novedades están a la orden del día, de todas formas esta es una versión actualizada del juego Jumanji y se agradece el nuevo aire sumado al testeo de los límites. En Jumanji las cosas funcionan bien cuando la película aprovecha el implemento de nuevos elementos. ¿Es el final o simplemente un segundo nivel? una temprana pregunta que se puede responder fácilmente si disfrutan esta opción en el cine, y sí, para estas vacaciones Jumanji: El Siguiente Nivel es una «buena selección de personaje» . Valoración: Buena.
Continuación directa del film de 2017, "Jumanji: El siguiente nivel", de Jake Kasdan, se las ingenia para ampliar sus horizontes y mantener el mismo espíritu, para contentar tanto a los que querían más de lo visto, como a los que buscan algo nuevo. A esta altura, cada uno hará el conteo como quiere. Para algunos, "Jumanji: El siguiente nivel", es la primer secuela de "Jumanji: En la selva"; para otros es la tercera entrega de la trilogía que inició en 1995 con "Jumanji"; y para los más receptivos, es la cuarta entrega de una saga que también incluye a "Zathura" de 2005. Sea como sea, habrá que reconocer que la saga, basada en los personajes e historia creados por Chris Van Allsburg para sus libros ilustrados, sabe cómo mantener viva la aventura variando su fórmula y atractivos con cada entrega. Durante más de veinte años se había intentado continuar con el éxito protagonizado por Robin Williams, y cuando ya la idea parecía desterrada luego del fallecimiento del actor, apareció "En la selva" sorprendiendo a todos los que no tenían fe en los resultados de una película que cambiara tanto la reglas del juego. "Jumanji: En la selva" creaba sus propias reglas, apenas se si ligaba con el film de 1995, pero mantenía un espíritu similar, y supo trasladar perfectamente la mecánica de un videojuego de plataformas en medio de la jungla. Como taquilla y críticas acompañaron, era evidente que la secuela ya no se haría esperar tanto. Por eso, dos años después llega "Jumanji: El siguiente nivel", un título justo para lo que entrega. La misma historia, en un nivel superior. Esta vez, el equipo es el mismo, tanto delante, como detrás de cámara, y se le suman más personajes. Sí, la excusa para traer esta secuela es algo antojadiza y apurada. Los cuatro amigos finalizaron la secundaria, y cada uno emprendió su vida por separado. El que más sufre es Spencer (Alex Wolff), que, separado de Martha (Morgan Turner) no se siente cómodo en Nueva York habiendo abandonado el pueblo. Al llegar las vacaciones, todos regresan, pero esa sensación de soledad y no pertenencia de Spencer, hará que quiera escapar, por lo que intentará reparar Jumanji, perdiéndose otra vez dentro del videojuego. Cuando sus tres amigos vayan a buscarlo a su casa, terminarán también encontrándose con el videojuego, y en un descuido, Martha y Fridge (Ser Darius Blain) también terminarán introduciéndose en el mismo. Aunque esta vez no están solos, en la escena aparecen Eddie (Danny De Vito) el abuelo de Spencer, y Milo (Danny Glover), ex socio de Eddie en un restaurante. Ellos dos también terminarán en Jumanji. La única que esta vez quedará afuera y deberá ir en ayuda es Bethany (Madison Iseman). Hasta ahora, toto es más o menos igual, pero una vez en el juego, las cosas son distintas. Principalmente porque ahora los avatares cambiaron sus posiciones, el Dr. Bravestone (Dwayne Johnson) es Eddie, el profesor Oberon (Jack Black) es Fridge, el zoologo Finbar (Kevin Hart) es Milo, y la aventurera Ruby Roundhouse (Karen Gillian) sigue siendo Martha… pero atentos, porque todo puede cambiar. Los cuatro deben recorrer el lugar buscando a Spencer, que no saben qué avatar tiene; y así, el juego vuelve a comenzar, pero en otro nivel, otra pantalla, una nueva historia, nueva aventura; y aquí está el segundo elemento expansivo, díganle adiós sólo a la jungla. Para algunos, esto puede ser controvertido, Jumanji era la jungla, los tambores, el safari, la estampida, el cazador. Ahora, pasamos a otra etapa, y se nos presenta una historia que incluye un pueblo nórdico simil vikingos, un desierto de arena, y nieve, mucha nieve; además, de alguna criatura sobrenatural. Lo cierto es que, guste o no, el guion se las arregla para justificar los cambios, y lejos de afectar la dinámica, la potencia. A los personajes mencionados habrá que agregar el regreso del aviador Jefferson McDonough (Nick Jonas), y una ladronzuela, Ming FleetFoot (Awkwafina), y que las virtudes y defectos de cada avatar han cambiado. "Jumanji: El siguiente nivel" sigue teniendo el mismo estilo de la entrega anterior, balancea muy bien entre la comedia (con escenas desopilantes) y la aventura; y ahora hay más aventura todavía. Los personajes mantienen su química, carisma, y frescura, y los protagónicos están más divididos. El hecho de no contar con la sorpresa que suponía "En la selva", acá es suplido por el ingrediente del cambio de los personajes con avatares, y hasta el gancho de que los avatares puedan ser cambiados en el medio de la historia, lo que le dará una mayor soltura interpretativa a los actores, todos muy buenos comediantes. "Jumanji: El siguiente nivel" nunca aburre, pero no es convulsiva, sabe cómo dosificar cada momento, y cuándo presentar algo nuevo para reavivar lo que se está poniendo repetitivo. Es de ese tipo de secuelas que se hacen por obligación y medio de taquito. Les diría que si no les gustó la entrega anterior, con esta ni lo intenten, porque el camino que recorre, en definitiva, es el mismo, sólo que más variado. Pero el hecho de que sea una secuela encargada y funcional, no quita que no pueda ser una pochoclera de calidad, que no subestima al espectador, y le ofrece poco más de dos horas de puro entretenimiento para salir con una gran sonrisa. Quédense atentos, para los amantes de 1995, hay dos sorpresas, una que si son memoriosos se ve venir desde el principio (aunque recién se resuelve al final), y otra en el medio de los créditos finales. "Jumanji; El siguiente nivel" se puede decir que es una prueba superada.
Una nueva aventura en el mundo de Jumanji. Esta vez, el juego parece presentar un problema técnico que ocasiona que Spencer (Alex Wolff) vuelva a entrar. Cuando Bethany, Anthony y Martha lo descubren, regresan a Jumanji para buscar a su amigo, pero esta vez estarán acompañados por los abuelos (Danny DeVito y Danny Glover) que serán los jugadores interpretados por Dwayne Johnson y Kevin Hart. Deberán enfrentarse a lugares desconocidos e inexplorados, desde áridos desiertos hasta montañas nevadas, con algunas novedades y mayor espectacularidad que en los films anteriores. En 1995 se estrenó Jumanji, película dirigida por Joe Johnston y protagonizada por Robin Williams, una agradable sorpresa en la cartelera de aquellos. Sin faltarle el respeto a aquel film, Jake Kasdan dirigió Jumanji: En la selva (2017) que pasaba del juego de mesa al videojuego y del mundo real al virtual, pero sin perder el espíritu del film original. En esta secuela se repiten las virtudes y defectos del film del 2017. Mismo director, mismo elenco más algunas incorporaciones y también la promesa de retomar en algún momento el espíritu del film original. No ahora, sino en una posible siguiente película. Las virtudes son los actores, algunas escenas de acción, el humor y algunos toques emotivos. Lo malo es que nada se integra, todo entra de forma forzada y los vínculos con mudos demasiado ajenos, como el de Game of Thrones, restan más de lo que suman. Es cierto que se intenta tratar de reflexionar nuevamente sobre el mundo de los videojuegos, pero nada relevante o nuevo aparece aquí. Si el film del 2017 tenía apenas un saldo positivo, el del 2019 tiene apenas un saldo negativo. Sin duda repetirse no ayuda en nada. Nadie podrá evitar que sigan, veremos si un último film logra encontrarle la vuelta o nos sumerge aún más en la rutina.
Jumanji: Welcome to the Jungle fue una bienvenida sorpresa que, por mucho que haya pesado a quienes la sintieron como un ataque directo a sus infancias, dio en el clavo en todo sentido. Un carismático equipo de figuras para comandar una segunda etapa de la franquicia, rindiendo su tributo a la original y encontrando la forma de volverla relevante para una audiencia moderna, con una refrescante aventura repleta de humor. En manos de Jake Kasdan, director de grandes comedias como Bad Teacher y Walk Hard: The Dewey Cox Story, Sony Pictures se anotó un necesario éxito global con una propiedad intelectual ampliamente conocida, cosa que quiso hacer y no logró con Ghostbusters (2016) o las recientes Men in Black: International y Charlie’s Angels. Claro que los casi mil millones recaudados a nivel mundial garantizaban una continuación –y otras más, cómo no- y así es que se apura la llegada de Jumanji: The Next Level, secuela que expande este mundo con ideas ya exploradas y con menos vuelo propio.
La secuela de Jumanji es pura aventura para toda la familia El juego vuelve a cobrar vida y a meter a sus protagonistas en problemas en esta nueva aventura que suma persoanjes y vueltas de tuerca. El éxito de “Jumanji: En la Selva” (Jumanji: Welcome to the Jungle, 2017) sorprendió a más de uno. La secuela/reboot dirigida por Jake Kasdan supo captar la esencia de la original y el sentido de aventura y compañerismo del libro de Chris Van Allsburg, presentando a un nuevo grupo de personajes que se atrevieron a explorar los estereotipos y los tropos del universo videojueguil, cuando la historia cambió el clásico juego de mesa por un fichín ochentoso. El suceso comercial propició esta continuación casi inevitable, aunque la trama no parece tener la excusa suficiente para volvernos a introducir al peligroso e impredecible universo de Jumanji. La historia de “Jumanji: El Siguiente Nivel” (Jumanji: The Next Level, 2019) nos lleva varios años después de la primera incursión y encuentra a Spencer (Alex Wolff), Anthony (Ser'Darius Blain), Martha (Morgan Turner) y Bethany (Madison Iseman) lidiando con su nueva vida universitaria, cada uno por su cuenta. Los amigos planean una reunión en Brantford, pero tras volver a su casa desde Nueva York y reencontrarse con su mamá y su abuelo Eddie (Danny DeVito), Spencer comienza a dudar sobre su presente y su futuro, sopesando la posibilidad de volver a Jumanji y convertirse en el Dr. Bravestone (Dwayne Johnson), donde creía tener un verdadero propósito. Este es el comienzo de la aventura para los compañeros que, al descubrir la locura que cometió su amigo, no dudan (bueno, un poquito sí) en seguirle los pasos hacia la selva. El problema es que el juego había quedado destruido y su funcionamiento no es tan confiable, por eso la partida viene aparejada con varios cambios. El mundo de Jumanji sigue en peligro y una nueva misión obliga a los héroes a enfrentarse con Jurgen the Brutal (Rory McCann), un caudillo arrogante, responsable del asesinato de los padres de Bravestone. Este antagonista también se robó la “Falcon's Heart”, una joya mágica que podría acabar con toda la vida de este universo. A los protagonistas no les queda otra que seguir el juego e intentar encontrar a Spencer entre los peligros, el problema es que los escenarios siguen cambiando, así como las reglas y los jugadores. ¿Lo qué? Como dijimos, el videogame no funciona adecuadamente y puede que el grupo también haya sufrido sus alteraciones. Este recurso es lo más destacado de la secuela que logra reinventarse una vez más, aunque no tome demasiados riesgos. “Jumanji: El Siguiente Nivel” es una aventura básica para toda la familia y se apega a una estructura ya explorada y conocida para ampliar un poco más su universo, jugando con las características de sus avatares, siempre en oposición a las verdaderas cualidades de sus alter egos de carne y hueso. Jugate conmigo Dwayne Johnson, Jack Black (Sheldon "Shelly" Oberon), Kevin Hart (Franklin "Mouse" Finbar) y Karen Gillan (Ruby Roundhouse) se llevan la tarea más complicada por segunda vez, pero las intervenciones de Danny DeVito y Danny Glover -como Milo Walker, un viejo amigo de Eddie- también nos dejan en claro que no hay edad para la aventura. Entre catástrofes y mandriles asesinos, los protagonistas y el público aprenden una valiosa lección y ahí reside el mayor éxito de la película. El triunfo de Kasdan -que repite tras las cámaras y en la coescritura del guión- es la química que establece entre los personajes, quienes logran volver a dejar sus diferencias de lado para trabajar en un bien común, en este caso, también su amistad. Los estereotipos vuelven a jugar un papel importante, pero el humor se desprende, justamente, de las inconsistencias que se establecen entre ésta y la primera aventura. Por lo demás, “Jumanji: El Siguiente Nivel” es una historia básica, pero divertida. Bien llevada por la acción y los protagonistas, con una buena ayudita de los efectos especiales. Cambiaron las reglas del juego Podemos reprocharle el formulismo y la inevitabilidad de dejar la puerta abierta para una nueva secuela (los números de la taquilla, aunque inferiores a su predecesora, la respaldan), pero no los buenos hallazgos de sus realizadores al incorporar a los Dannys y a la genial Awkwafina como Ming Fleetfoot, un nuevo personaje del juego indispensable para este relato. En definitiva, esta es una aventura familiar que cae como anillo al dedo durante las vacaciones de verano, un reducto ideal para los chicos y los más grandes que también pueden disfrutar del momento.
Continúa la historia de la película anterior pero con la inclusión de Danny De Vito y Danny Glover que se unen a los ya familiares Dwayne Johnson, Jack Black, Kevin Hart, Karen Gillian y Nick Jonas. La sorpresa que al regresar los avatares no encajan exactamente como antes y el vuelco a la comedia tiene su centro en Black y Johnson. Ese ingrediente bastante bien logrado se une a la acción que, agotada la selva, se traslada al desierto y a las montañas. Por supuesto que hay escenas de acción y los efectos especiales que deleitarán a los chicos y preadolescentes fans, en particular con la secuencia de las escaleras en un precipicio con el ataque de unos monos agresivos. Lo demás agrega un poquito de Indiana Jones, cositas de Jurassic Park, una suerte de homenaje a las películas de aventuras que siempre tienen su rédito de entretenimiento asegurado. No se pida mucho más. Cuando en el 2017 se reinició la franquicia, el juego de mesa se transformo en videojuego y ahora los personajes son absorbidos por él, pero eso significa que los avatares tienen tres vidas. Fue un éxito global y esta es su secuela siempre a cargo de Jake Kasdan el hijo de 45 años del exitoso director escritor Lawrence Kasdams, que rendirá sus buenos réditos. Película familiar.
"Jumanji, el siguiente nivel": cómo seguir jugando Lejos de agotarse, el recurso de los personajes atrapados en un videojuego encuentra nuevos atractivos, con el agregado de veteranos de la comedia como Danny DeVito y Danny Glover. Desde el punto de vista de la infancia crecer es una fantasía no exenta de terrores. Hacerse grandes implica perderse en un mundo en que ya no es posible contar con el auxilio de los padres, quedarse solos y tener que abrirse camino en una realidad que se vuelve oscura como una jungla llena de peligros. Ese era el punto de partida que tomaba Jumanji, la película de 1995 dirigida por Joe Johnston y protagonizada por Robin Williams, donde una pareja de niños huérfanos quedaban atrapados dentro del universo de un juego de mesa, en el que para salir debían enfrentar y vencer a un entorno selvático hostil. La idea era de Chris Van Allsburg, autor del libro infantil que inspiró la película, quien le dio continuidad en un segundo libro llamado Zathura que Hollywood también convirtió en una película, dirigida en 2005 por el gran Jon Favreau, aunque sin mencionar la vinculación. Recién fue en 2017 que Jumanji tuvo su primera secuela oficial con el estreno de En la selva, dirigida por Jake Kasdan, hijo del director y guionista Lawrence Kasdan, quien también dirige Jumanji: El siguiente nivel. Ambas secuelas vuelven trabajar sobre el paso del tiempo y las múltiples miradas que se tiene del asunto en diferentes etapas de la vida. Es así que en En la selvalos protagonistas ya no son niños, sino cuatro adolescentes en los últimos años de la secundaria que representan diferentes formas de atravesar ese no menos complicado segmento del crecimiento. Está Spencer, temeroso y aplicado en la escuela; Bethany, la rubia superficial; Martha, que esconde su inseguridad detrás de un discurso inteligente y agresivo; y Fridge, grandote como una heladera y bueno en los deportes. El juego de mesa es ahora un viejo videojuego y los cuatro chicos quedan atrapados no solo dentro de él, sino también en los cuerpos de sus diferentes personajes. El recurso fue bien usado para poner a comediantes como Dwayne Johnson, Jack Black y Kevin Hart a interpretar a esos adolescentes que deben poner al individualismo al servicio de un objetivo colectivo: volver al mundo real. Jumanji: El siguiente nivel va no uno sino dos pasos todavía más allá por ese mismo camino. Los chicos están ahora en la universidad, lejos del hogar, algunos de ellos incluso dando los primeros pasos en el mundo laboral. Aunque lo hace con levedad, la nueva película acierta al registrar que la realidad finalmente se convirtió para aquellos niños en esa selva competitiva que tanto temían. El que más lo padece es Spencer, que se fue a estudiar a Nueva York, donde además trabaja como repositor en una perfumería. Para colmo, cuando vuelve a casa a pasar las vacaciones de invierno se encuentra conque el quejoso de su abuelo le está ocupando el dormitorio. No es descabellado que la primera reacción del pibe sea la de querer convertirse en chico otra vez y que la mejor forma que encuentre sea la de volver a encerrarse en la fantasía. La alegoría no es mala: durante la adolescencia la instancia del juego es vista como la última manifestación de la infancia, porque se supone que para ser grandes hay que dejar de jugar. Pero ya adultos el juego se convierte en un espacio idealizado donde es posible recuperar la libertad perdida. Por supuesto, y se debe insistir en ello, la palabra clave sigue siendo “levedad” y nadie que no lo tenga en cuenta podrá disfrutar de la propuesta. Sobre esa superficie trabajan otra vez Johnson, Black, Hart y el resto de un elenco que ahora incluye a otros dos comediantes de peso como Danny DeVito y Danny Glover, que le aportan un nuevo espesor tanto a la superficie de la historia como a su fondo dramático. Porque el hecho de quedar atrapados dentro del juego y en el cuerpo de dos avatares jóvenes representa para los abuelos un rejuvenecimiento literal que se potencia en el entorno fantástico. Desde lo dramático, Jumanji: El siguiente nivel también puede ser vista como un juego, uno que le permite a la troupe de actores intercambiarse las personalidades de los distintos personajes. Es cierto que el recurso tiene algo de aquellas películas en las que un único actor interpreta todos los roles (el propio Jack Black parodió a este tipo de filmes en uno de los falsos trailers que servían de prólogo a Una guerra de película, dirigida por Ben Stiller en 2008). Pero acá el carácter rotativo del asunto le quita lo insufrible. También es cierto que la película no puede evitar la moraleja final, pero eso tampoco invalida la grata ligereza lúdica de su juvenil espíritu aventurero.
La fórmula del éxito. Todos los cinéfilos tenemos un punto débil. Una película o actor que nos aleja del cine de autor y nos acerca al cine más pochoclero y efectista posible. En mi caso son las películas protagonizadas por Dwayne Johnson, conocido popularmente como “The Rock”. En su filmografía nos encontramos películas tan divertidas como Terremoto: la falla de San Andrés, Rascacielos o la famosa saga Rápidos y furiosos. Incluso cuando se pone serio es capaz de regalarnos algunos productos de bastante calidad, como la muy interesante serie, Ballers. La realidad es que todas sus películas acaban convirtiéndose en éxitos de taquilla y público. No por casualidad es el actor mejor pagado del mundo. Dwayne Johnson vuelve a liderar la pandilla que da vida a Jumanji: el siguiente nivel. Secuela directa de la curiosa reformulación de Jumanji que realizó el director Jake Kasdan junto a Jack Black, Kevin Hart, Karen Gillian o el ya citado Johnson. Jumanji: en la selva (2017) reinventaba la historia de la cinta original de 1995 para ofrecernos un mundo de videojuego lleno de efectos especiales, golpes y persecuciones. El resultado final fue el esperado: un blockbuster muy divertido que recaudó 700 millones de dólares. Jumanji: el siguiente nivel es una continuación sin riesgo. Todo lo que funcionaba en la anterior está presente en esta secuela. En esta ocasión los ‘jugadores’ vuelven al juego, pero sus personajes se han intercambiado entre sí, lo que ofrece un curioso plantel: los mismos héroes con distinta apariencia. A nivel creativo y argumental la película no busca ofrecer nada nuevo. Como mucho cambia la jungla por los peligros del desierto. Es una pena, ya que el mundo de Jumanji está lleno de posibilidades y opciones. En cualquier caso se mantiene el carisma colectivo del reparto y la película ofrece unos resultados bastante correctos. Seamos claros: estamos ante una película muy divertida que no da un respiro al espectador. Incluso aunque tenga exceso de tramas y le sobren veinte minutos en su dilatada historia. También hay reconocer que la cinta funciona mucho mejor cuando apuesta de forma deliberada por la comedia. Los cameos de Danny DeVito y Danny Glover son de lejos lo mejor de película. Dos actores en eterno estado de gracia que le dan a la historia un toque maduro y divertido. Desgraciadamente tienen muy poco peso en la cinta, aunque su “espíritu” estará presente en los avatares del juego. Resulta divertido ver a Dwayne Johnson y Kevin Hart hablar y comportarse como si fueran abuelos. El resultado final son 123 minutos de golpes, carreras, persecuciones y efectos especiales de todo tipo. Jake Kasdan construye una película que mantiene el nivel y sabe muy bien qué debe ofrecer al espectador. Es imposible que el espectador que acuda a Jumanji se sienta defraudado. Seguramente será otro éxito de taquilla.
¡Bienvenidos nuevamente a la jungla queridos cinéfilos! Nos adentramos junto al director Jake Kasdan para recrear la tercer entrega de "Jumanji", saga que se estrenó en 1997 pero volvió renovada hace unos años donde se cambió el juego de mesa por un videojuego. Todas las nuevas entregas cumplen con la misma lógica, pero ahora la historia se torna un poco distinta. Las aventuras continúan en el fantástico mundo del juego Jumanji, donde nada es lo que parece. En esta ocasión los jugadores vuelven al juego pero sus personajes se han intercambiado, ya nos son sus avatars de la entrega anterior, y aparte fueron chupados dentro del juego dos personajes mayores (a cargo de Danny DeVito y Danny Glover) que trataran de entender como funciona el mundo de videojuegos, generando así diálogos mucho más cómicos y entretenidos. Esto genera un nuevo planteo y logra que la historia sea un poco distinta a las anteriores. Recordemos que la película está protagonizada por Dwayne Johnson, Kevin Hart, Jack Black, Karen Gillan, entre otros, y cada uno de ellos representa a un avatar dentro del juego. Lo que si se refleja muy bien, o mejor dicho, lo que si quisieron reflejar muy bien son los $125 000 000 de presupuesto. No solo vamos a encontrar selva, sino que también grandes desiertos, montañas con nieve y algunas cuevas. La infinidad de efectos especiales bien logrados hacen de la cinta muy entretenida y mantienen en vilo al espectador. El guión logra generar un buen hilo conductor, las escenas están completas y sin huecos forzados. La película tiene el drama justo y necesario que no opaca la comedia pero tampoco genera grandes bajonazos. Está todo muy bien equilibrado y logra que las dos horas de duración no cansen y sea algo llevadero. En definitiva, una de esas raras veces que una secuela, y en este caso una tercera parte, vale la pena. Ofrece cosas que no se vieron en la saga y apuesta por incrementar y fortalecer todos los puntos fuertes de los films anteriores, generando así un producto excelente para disfrutar en familia. No se levanten muy rápido de sus asientos ya que hay una escena post créditos que puede dejarlos impactados. Por Keila Ayala
La nueva entrega de Jumanji está por debajo de su predecesora por cuestiones estrictamente del desarrollo de guion. Aún así la experiencia es gratificante por la aventura y los niveles de comedia que genera. Luego de su relanzamiento en 2017 con Jumanji: En La Selva, la franquicia de uno de los juegos de mesa más populares del mundo pareciera no tener fin en lo que adaptaciones cinematográficas se refiere y es por eso que este año, y cumpliendo 25 años de la película original, se estrena en Argentina la tercera parte de esta historia que supo mutar, para mejor y adaptarse a los tiempos que corren. Bajo el nombre de Jumanji: El Siguiente Nivel (Jumanji: The Next Level, 2019), los chicos que supimos conocer en la entrega anterior ya han seguido sus propios caminos lejos de casa y lejana en el tiempo quedó la aventura que supieron vivir previamente. Pero para pasar las fiestas de fin de año Spencer (Alex Wolff), Refri (Ser’Darius Blain), Martha (Morgan Turner) y Bethany (Madison Iseman) quedaran para verse y encontrarse y es por eso que todos deberán volver a sus hogares. Pero en plena reunión entre ellos el que extrañamente dirá ausente será Spencer y es por eso que sus amigos irán a su búsqueda y descubrirán que él decidió de forma intempestiva regresar a la jungla de Jumanji. De esta manera ellos deberán tomar la decisión de ir a rescatarlo pero debido a un mal funcionamiento de la consola se encontrarán con dos participaciones inesperadas dentro del juego ya que Eddie (Danny DeVito), abuelo de Spencer, y Milo (Danny Glover), viejo conocido de Eddie, serán abducidos por Jumanji. Así el Dr. Bravestone (The Rock), El Profesor Shelly (Jack Black), Mouse (Kevin Hart) y Ruby Roundhouse (Karen Gillan) volverán a cobrar vida pero de una manera más que particular. Ya desde su concepción la simple idea de estirar el concepto de Jumanji suena más a aprovechar las recaudaciones monetarias que a ideas que puedan servir para ampliar su universo de una forma en donde los intereses estén posados en desarrollar buenas historias. No sólo suena a eso sino que efectivamente la concreción de este filme así lo demuestra. Sin embargo y sin dejar de perder de vista ese aspecto, el grupo de guionistas compuestos por Scott Rosenberg, Jake Kasdan y Jeff Pinker logran confeccionar una película que derrocha aventura y entretenimiento durante toda la duración del metraje y por más preconceptos que uno pueda llegar a tener del filme el espectador termina sucumbiendo de manera inherente a lo que la película ofrece. Una de las grandes razones por las que la película logra salir bien parada de su propuesta es la honestidad con la cual los guionistas se manejaron a la hora de escribir la historia ya que la película es consciente todo el tiempo sobre lo que puede brindar, los límites que puede o no romper y cómo jugar con cuestiones narrativas para la atención del espectador no se enfoque en los errores y siga disfrutando de los buenos aspectos que tiene la película, que no son muchos, pero sí son buenos. Así mismo también se notan momentos que ya no tienen la frescura o la impronta que supieron tener en la película anterior y si un exceso de escenas que sirven de relleno absoluto de las que hasta el más despistado de los espectadores puede denotar. Junto a ellas hay múltiples decisiones de guion que son, cuanto menos, cuestionables y un desarrollo de personajes que no es parejo con todos. Otra de las cuestiones negativas es que en ningún momento el espectador puede imaginarse que algo malo pudiera suceder a los protagonistas y no hay sorpresa en ningún momento. Las actuaciones de parte de todo el elenco son las correctas y suelen ser bastante similares a las que los actores supieron otorgar en la película previa. Sin embargo hay casos en particular que merecen ser destacados porque sus rendimientos son superiores a la de los demás; Principalmente la performance de Jack Black vuelve a dar que hablar ya que él a lo largo de toda la película interpreta a tres personajes diferentes y en cada uno de esos segmentos él se esmera para hacer que cada interpretación sea diferente a la anterior y lo logra de una manera convincente y casi que de forma natural. Luego está la incorporación de la actriz y rapera Awkwafina que, al igual que Black, tiene el trabajo de tener que interpretar a más de un personaje y lo logra de gran manera magistral, apoyada en su simpatía, versatilidad y carisma inmediata. Por último pero no menos importante, la participación de Danny DeVito resulta muy gratificante de ver pese a sus escasos minutos en pantalla pero su relación con la comedia es realmente muy natural y en cada una de sus escenas logra robarse todas las miradas. Jumanji: El Siguiente Nivel está lejos de ser lo buena que fue su predecesora, sobre todo teniendo en cuenta un bajo nivel de creatividad en el guion. Sin embargo la aventura y la comedia son tan efectivas que la película es entretenimiento garantizado desde que uno se sienta hasta que se va del cine, eso sí, si luego uno se olvida de la trama sería lo mas normal del mundo puesto que la originalidad aquí brilla por su ausencia.
Level Up Dos años después de que entraran al videojuego por primera vez, los cuatro dispares amigos siguieron sus vidas; pero apenas vuelven a su pueblo natal para las vacaciones, lo primero que quieren hacer es reencontrarse y ponerse al día. Salieron diferentes de su primera aventura, dispuestos a cambiar sus vidas para mejor. Tres de ellos lo han hecho, salvo Spencer que extraña ser el valiente y fuerte Dr. Bravestone (Dwayne Johnson), de quien no logró llevarse nada a su vida normal, la cual sigue tan gris como antes. Nunca le dijo a sus amigos que después de destruir la consola se guardó las piezas, mucho menos que tiene intenciones de repararla para volver a entrar al juego con la esperanza de volver a sentir esa confianza que le daba su avatar. Ellos solo se enteran cuando Spencer desaparece y encuentran en su sótano el aparato a medio reparar pero activo. Sin mucho entusiasmo pero decididos a ayudar a su amigo, y con la convicción de que esta vez todo será mucho más fácil porque ya saben qué hacer, se lanzan hacia la aventura sin sospechar que Jumanji; El Siguiente Nivel los enfrentará a una misión completamente diferente. Dos Viejos Cascarrabias Así como Jumanji: En la Selva había reinterpretado la idea del juego de mesa, aunque manteniendo muchos otros conceptos en la estructura de la historia, para renovarse Jumanji: El Siguiente Nivel necesitaba seguir siendo interesante sin alejarse del todo de su ya probada fórmula de éxito. Lo logra de una forma simple pero efectiva: como la consola está dañada, los jugadores son arrastrados a su interior de forma azarosa, incluyendo a personas que no pretendían entrar y sin dejarles elegir a sus avatares. De esta forma no solo hay personajes que descubren las mecánicas de este mundo nuevamente, también da la excusa para que los mismos avatares de la película anterior tengan personalidades distintas y no repitan de forma idéntica muchas de las situaciones que ya vimos, por más que hubieran sido efectivas. Estos dos factores son los que van a sostener gran parte del humor, pero también lo que le da a Johnson y Kevin Hart una mejor chance de lucirse que al resto del elenco. Deben encarnar a los veteranos personajes de Danny DeVito y Danny Glover, dos amigos de toda la vida que llevan quince años peleados y se sacan chispas a cada oportunidad que tienen de echarse algo en cara, pero que además desconocen por completo el mundo de los videojuegos al que son arrastrados. Que los personajes ya no sean adolescentes, sino ancianos, permite explorar con otra mirada tanto a Jumanji como a las relaciones personales, por lo que acertadamente la otra dupla que empareja a Jack Black con Karen Gillan queda en un segundo plano, relegada a ser una especie de guía para los recién llegados, evitando así dispersar demasiado la atención entre todos los personajes al concentrarse en los dos más desarrollados. En el resto de los aspectos, Jumanji: El Siguiente Nivel repite todo lo que ya le había funcionado en la película anterior, subiéndole un par de niveles en el absurdo y lo sobrenatural. Especialmente cuando se trata de emular el interior de un videojuego, sin necesitar una tonelada de referencias pop intrascendentes o nostálgicas. Aquí lo importante no es vender muñequitos, sino entregar una buena trama de aventuras cargada con un sentido del humor que funciona orgánicamente con la acción, complementándose. Esto significa que aunque no es imprescindible, es bastante importante tener fresca Jumanji: En la Selva para disfrutar mejor de esta secuela; para quien esté atento y tenga buena memoria, hasta tiene una pequeña referencia que la pone en el mismo universo que la película de 1995.
En esta época de tantos remakes y reboots es difícil poder realizar una película que esté a la altura. Ni siquiera que supere a la versión original (porque eso raramente sucede), sino directamente brindarnos un film que cumpla con los estándares de calidad. En 2017 nos sorprendió «Jumanji: En la selva», una cinta de la que pocos esperaban algo pero que finalmente cautivó a su público por traernos una historia fresca, adaptada a los tiempos modernos y con mucho humor. No quiso copiar al clásico de 1995 sino hacer algo original convirtiendo al juego de mesa en un videojuego. Dos años después llegó su continuación con una historia parecida pero que a pesar de no innovar tanto sale airosa por darle una vuelta de tuerca, tener un guión plagado de gags efectivos y una dinámica de grupo que traspasa la pantalla. El grupo de adolescentes regresa a la aventura cuando Spencer entra al juego nuevamente. Sin embargo, el mismo presenta una falla técnica y no solo los va a atrapar a ellos, sino también al abuelo del protagonista y a un amigo que estaba de visita. Es así como una vez más deberán superar los distintos obstáculos para ganar y salir vivos de Jumanji. Sin dudas uno de los puntos más fuertes del film es el humor. Es el tono por el que navega la película en todo momento (en algunas partes la historia se vuelve un poco más sentimental y emotiva), haciendo que el espectador pase dos horas a pura diversión y entretenimiento. Existen algunos instantes, la mayoría de ellos protagonizados por Jack Black y Kevin Hart, en los que el público estallará de la risa, parte por el ingenioso guión que saca provecho del contexto en el que se sitúan los personajes o su cualidad física y parte por la interpretación de su elenco. A pesar de tener aceitadas las distintas personalidades de los jugadores, esta vez tienen la oportunidad de representar a otros personajes. Teniendo en cuenta que Dwayne Johnson, Kevin Hart, Jack Black y Karen Gillan son los avatares del juego, sus actuaciones van variando según a quien encarnan. Se les da rienda suelta a su creatividad y pueden encontrar muchos más matices en sus interpretaciones. Por ejemplo, en un primer momento Johnson se pone en la piel de Danny Devito y Hart en la de Danny Glover, creando situaciones hilarantes que les permite lucirse. En este sentido también debemos destacar la incorporación de nuevos personajes, como los abuelos, que traen consigo una cuestión generacional que no va de la mano con la tecnología y los videojuegos, aportando más comicidad a la historia o Awkwafina como uno de los nuevos avatares, una actriz con mucho potencial y versatilidad. Los aspectos técnicos están bien logrados, con un buen manejo de los efectos especiales para darles las habilidades a los personajes, con una buena fotografía y banda sonora que genera los distintos climas del film. Si bien la estructura del film no es innovadora, «Jumanji: El siguiente nivel» encontró la forma de otorgarnos una historia que mantiene la esencia de la anterior pero que juega con algunas reglas de su universo para brindarnos mucho más humor de la mano de estos personajes entrañables y que permite que su elenco pueda lucirse con distintas intepretaciones. Además, deja la puerta abierta para una continuación que promete algo más novedoso y cercano al clásico del 95.
UN GIRO DE 360° No se puede negar la vocación de Jumanji: el siguiente nivel por diferenciarse de su predecesora, En la selva. La película busca constantemente mostrarse renovadora, distinta, intentando nuevos caminos. Pero sucede algo llamativo o cuando menos paradójico: la pulsión por diferenciarse la termina llevando al mismo lugar que la anterior entrega. Es una especie de repetición involuntaria, por así decirlo. La apuesta de Jumanji: el siguiente nivel está focalizada principalmente en Edward (Danny DeVito), el abuelo de Spencer (Alex Wolff), y Milo (Danny Glover), que en algún momento fue su amigo, aunque el vínculo entre ambos está roto. Cuando Spencer vuelve a quedar metido en el amigo, sus amigos van a rescatarlo pero Edward y Milo son también arrastrados a ese videojuego en la vida real donde cada uno de los protagonistas tiene un rol que no necesariamente quiere. En la misma premisa, ya hay un componente de abordaje del quiebre generacional, de cruce –o más bien choque- entre miradas de distinta edad, retroalimentado por la problemática previa de asumir cuerpos (y habilidades y/o debilidades) que no son propios. Desde ahí, el film de Jake Kasdan vuelve a explotar lo máximo posible las habilidades cómicas y físicas de Dwayne Johnson, Karen Gillan, Kevin Hart y Jack Black. Ahora bien, dejando de lado la arbitrariedad con que la película pretende retornar al mundo de Jumanji –la justificación que se da es cuando menos floja-, la incorporación de los nuevos personajes (y por lo tanto, renovados conflictos) no llega a sumar realmente. Sonará un tanto prejuicioso y hasta malvado en la conclusión, pero la idea de incorporar a la trama a personajes de la tercera edad hace que todo sea más lento y cansino. Las reglas se vuelven a explicar, una y otra vez, hasta agotar el chiste, y buena parte de las acciones se lentifican, hasta quitarle dinamismo a un film que solo en algunos pasajes encuentra el ritmo pertinente y al que también le juega en contra no tener un antagonista potente. Y eso pone en evidencia el automatismo que ya estaba presente en la primera parte, que era compensado no solo por un enorme vigor narrativo, sino también por el sentido de aprendizaje grupal que impulsaba el relato. En cambio, en Jumanji: el siguiente nivel lo que prevalece es una atmósfera de transición, por más que haya cariño por los personajes -especialmente Edward y Milo, que deben cerrar heridas mutuas del pasado para poder seguir adelante- y algunas secuencias donde la fisicidad trae consigo suspenso y un sentido de peligro imprescindible para la aventura. Los cambios y adiciones no aportan renovaciones consistentes y eso queda aún más patente a partir de una secuencia donde los roles se acomodan nuevamente para que todo quede más ordenado de acuerdo a lo que requiere cada personaje. Es como si el film se hiciera cargo de que las convenciones establecidas por la película anterior no pueden alterarse, que el orden previo no puede ser revertido y que con una reversión ya alcanzaba. Por eso esta nueva incursión en el juego no tiene el mismo sentido lúdico ni representa un cambio más profundo para los protagonistas, que en muchos sentidos emprenden un gran recorrido para acabar en el mismo lugar que antes. De ahí que la secuencia de títulos, que abre las puertas a otra continuación, sea un indicador de su sentido de existencia: servir de transición hacia otro giro, que esperemos sea verdaderamente productivo. Mientras tanto, Jumanji: el siguiente nivel está lejos de ser revulsiva y no representa un salto cualitativo en la saga.
Una película que acerca a los más grandes a los videojuegos. Crítica El filme estadounidense “Jumanji: The Next Level” suma a las personas mayores ellos dan en la tecla para darle un condimento humorístico donde el capo cómico Danny DeVito maneja la batuta y Danny Glover incrementa la comedia con toques de drama. En la tercera entrega de la película los jugadores regresan al juego aunque sus avatares se han sufrido una serie de cambios entre ellos, lo que da un particular equipo: ellos son iguales con diferente aspecto. Sin embargo, “¿Dónde está el resto de la gente?”. Los miembros poseen una alternativa: ingresar a una partida riesgosa con el fin de hallar verídicamente lo que está ocurriendo. Spencer Gilpin(Alex Wolff ), Anthony “Fridge” Johnson(Ser’Darius Blain), Martha Kaply (Morgan Turner )y Bethany Walker(Madison Iseman) vuelven a rescatar a un amigo Spencer quien ha quedado atrapado en el espacio virtual. Ellos no van a ser los únicos preocupados estará su abuelo Edward “Eddie” Gilpin(Danny DeVito) un ex dueño de un restaurante jubilado tras la venta de su bar que tenía con su socio Milo Walker(Danny Glover) un ex compañero aislado de él por que lo acusa de negociar la transacción sin su consentimiento lo que pone en crísis su amistad. Ellos también acudirán al videojuego del cual no entienden. Aparece un nuevo villano en esta ocasión “Jurgen the Brutal”(Rory McCann) al que lo culpan del asesinato de los padres de Bravestone y usurpó el mando del juego cuando robó la gema “Corazón de Halcón” la que crea sequía en la jungla. En el guion de Scott Rosenberg, Jake Kasdan, Jeff Pinkner (Libro: Chris Van Allsburg) se produce un giro narrativo al intercambiar roles y franjas etarias eso es lo jugoso del texto.Romper las estructuras de un personaje único si no darle múltiples opciones de protagonismo; ya sea en la vida real como en la virtual. Son pasadizos de tiempo y espacio infinitos. Se da un diseño de la experiencia interactiva, como sucede en las redes sociales pero agudizada en una dimensión que siempre tiene un factor inesperado en una desafió lúdico. La dirección de Jake Kasdan le da un enfoque más contundente cuando elige poner tres personajes en depresión ya sea Spencer o Eddie, nieto y abuelo, éste hilo parental desata las problemáticas de las diferentes franjas etarias. El joven Spencer se siente desorientado, recién separado de su primera novia Martha y sin motivaciones a la vez Eddie ya está en la tercera edad reducido en su movilidad, hace poco fue operado de la cadera y aplacado en su camilla con respirador o silla de ruedas. Éstos componentes reafirman un real estado dramático, angustiante y donde la conexión familiar se hace inminente. Asimismo el acompañamiento y la sobrevivencia. Los intercambios son esenciales entre jóvenes y adultos, los maduros se sorprenden cuando poseen habilidades como Eddie en el cuerpo fornido de Dwayne Johnson como Dr. Xander “Smolder” Bravestone, Milo en Kevin Hart como Franklin “Mouse” Finbar un gran parloteador, los muchachos Fridge y Marta les enseñan las reglas de Jumanji. Aunque ellos también no son los mismos roles él es Profesor Sheldon “Shelly” Oberon(Jack Black) un experto en cartología y ella es Ruby Roundhouse(Karen Gillan) una gran luchadora. Las jerarquías se invierten y las pasiones de Eddie y Milo renacen en éste espacio ellos tienen tres vidas lo que sería imposible en la realidad lo que a Milo lo toca profundamente. Lo mismo sucede con Spencer él se convirtió en Ming Fleetfoot(Awkwafina) un novedoso personaje con prontuario como ladrona de ascendencia oriental. El encargado de musicalizar Henry Jackman deja grandes sensaciones con Guns and Roses pone a vibrar las butacas, Andy Williams con It’s the most wonderful time of the year deja la escencia navideña, en los momentos de batallas entre justicieros y malévolos un reggae es móvil de diversión a través de Baby I love your way, la banda The Ronettes sigue refrescando el filme con villancicos asimismo vals románticos como Angel from heaven y baladas como It’s all in the game. La animación de ésta película brilló al crear un avatar con la figura de un pegaso negro, su presencia hace la diferencia ante los típicos animales de jungla como: el hipopótamo, anaconda, avestruces y los mandriles. La película ubica el factor familiar de forma entretenida, sella una dinámica humorística entre grandes y adolescentes, tanto en escenarios nevados como áridos. Una secuela placentera de “Welcome to the jungle” y un elenco que fresco y preparados para más acción. Puntaje:70.
Explicaciones forzadas El cine, el buen cine, siempre es metáfora, siempre es un “juego en el que entramos”, incluso impotentes en la butaca. Aquí, cada vez más, esa cuestión se subraya. Poner el número “3” es un poco tramposo, dado que esta película es secuela de la “Jumanji” de hace un par de años. Otra vez un grupo de personajes entra dentro de un juego, otra vez tienen que resolver problemas tremendos para poder salir de él, y otra vez esos “problemas tremendos” tienen como único fin que establezcan lazos de solidaridad y comprensión, un cambio personal que los transforme en otra cosa. Por supuesto que se trata de una película divertida con todo lo que ello implica, y por supuesto que la aventura física está bien hecha. Por supuesto, también, que los actores comprenden bien sus personajes (Jake Kasdan entiende cómo construir gente creíble y querible en la pantalla). Pero el esquema muestra esta vez una tara, cuya responsabilidad es menos la reiteración que la necesidad de que todo quede claro. El cine, el buen cine, siempre es metáfora, siempre es un “juego en el que entramos”, incluso impotentes en la butaca. Aquí, cada vez más, esa cuestión se subraya. Y se subraya el asunto inclusión+empatía, entender al otro siendo otro. Aquí además de cambios de género hay cambios de edad (viejos que son jóvenes) lo que implica tratar el valor del tiempo. Pero se nota forzado, como si cada “Jumanji” consistiera en explicarnos que debemos ponernos en el lugar del otro. Tal insistencia disuelve la diversión y no nos deja pensar solos.
Fórmula repetida que entretiene Dwayne Johnson "The Rock" regresa con su equipo de aventureros en esta secuela que no deslumbra pero cumple. Nadie esperaba mucho de " Jumanji: Bienvenidos a la jungla", secuela del filme original de 1995 en el que un grupo de personas jugaban un juego de mesa que se hacía real. En la segunda parte, el juego evolucionó y se transformó en consola de videojuegos, y vivieron aventuras en la selva. Con Dwayne Johnson, "La Roca", a la cabeza nuevamente, la tercera película de la saga trae a los mismos protagonistas, Karen Gillan, Kevin Hart, Jack Black, Nick Jonas, y agrega a dos Danny DeVito y Glover, con gran tino. Sin cambiar demasiado la premisa de la película anterior, "El siguiente nivel" mantiene la altura. Aquí, Spencer (Alex Wolff) siente que debe volver al juego para sentirse líder nuevamente (su avatar es Bravestone, interpretado por Johnson) y, al notarlo, sus amigos saben que también deberán meterse a Jumanji para rescatarlo, pero el problema es que la jungla tiene nuevas sorpresas preparadas para los participantes.
Hay películas sobre los que no hay nada para analizar. Se puede hablar de todo lo que se estrena en el cine, pero es probable que haya un alto porcentaje de productos sobre los que no se pueda reflexionar ni elucubrar grandes ideas, más que las inherentes a entender que “Jumanji: El siguiente nivel” es la segunda parte de una remake que tal vez nunca debió ocurrir. Sin embargo, una vez que la tuvimos entre nosotros descubrimos un par de elementos que funcionaron bien, como el acierto de conectar a las nuevas generaciones de gamers (jugadores de videojuegos) a partir de cuatro chicos que, quedándose después de hora en el colegio, son abducidos por una vieja consola para ingresar en la realidad virtual del juego que da nombre al título. Lo otro que funcionó bien es el casting. Dwayne Johnson (que a su etapa de héroe de acción le agrega humor, y autoparodia a su figura), Jack Black, Kevin Hart y Karen Gillian tienen una química superlativa y fue el gran factor para que la antecesora generase empatía frente a un guión cuyo final se anticipa a minutos de comenzada la proyección. ¿Y la segunda parte? Exactamente lo mismo. Desde el punto de vista formal “Jumanji: El siguiente nivel” es casi una remake de la de hace dos años con algunos cambios menores, intrascendentes pero balanceados en aciertos y errores. En la lista del debe se incorpora por su falta de construcción y justificación, la pésima propuesta del guión por la cual uno de los chicos vuelve al juego al que había jurado no volver. En esa misma lista está también la repetición de gags, diálogos, y mejor no seguir. En la otra lista (y aquí sí el guión propone una variante interesante) está la idea de incluir dos nuevos personajes: Eddie (Danny de Vito) y Milo (Danny Glover). Dos octogenarios. El primero es abuelo de uno de los chicos con la cadera a la miseria, y el segundo es su amigo y ex socio que insiste en querer disculparse por una vieja rencilla. Danny de Vito gana por afano en este duelo, y también lo hace Dwayne Johnson cuando debe, desde su personaje, emular al octogenario en movimientos y forma de hablar. Claro que la película desperdicia la chance de profundizar este vínculo y lo reduce a una revelación y una serie de chistes sobre el contraste entre el cuerpo joven y uno deteriorado por la edad. No obstante, es el elenco completo el que se pone al hombro lo repetitivo del argumento y lo saca adelante a puro humor. Lo dicho antes, hay películas sobre las que no hay nada para analizar. Imagínese lo que será cuando, respuesta de taquilla mediante, se estrene la tercera que sin eufemismos se anuncia en la escena post créditos.
por Laura Pacheco Mora Un nuevo desafío, una nueva aventura Una secuela de Jumanji con un videojuego en lugar del juego de mesa, es la propuesta de esta secuela que nos invita a entretenernos sin mayores novedades con respecto a las anteriores, dejando en claro, que la primera Jumanji de 1995, será irremplazable. Con la participación de Danny DeVito y Danny Glover. Jake Kasdan, dirige y co-escribe esta secuela de Jumanji: Welcome to the Jungle (2017), Jumanji: The Next Level (2019). El equipo conformado por Dr. Smolder Bravestone (Dwayne Johnson), Professor Sheldon 'Shelly' Oberon (Jack Black), Franklin 'Mouse' Finbar (Kevin Hart) y Ruby Roundhouse (Karen Gillan) ha regresado, pero el juego ha cambiado. La aventura comienza cuando ingresan para rescatar a uno de los suyos y descubren un mundo completamente inesperado. Desde desiertos áridos hasta montañas nevadas, los jugadores tendrán que enfrentarse a espacios desconocidos e inexplorados para salir del juego más peligroso del mundo. Existe una mayor consistencia debido a que el Director Kasdan, se suma a los escritores, combinando de manera exitosa diferentes elementos. El guión es más sincero si lo comparamos con la anterior película, no es burdo y respeta al espectador. Dándole así más sentido al juego que resulta cercano a uno real, las escenas más exitosas y aprovechan algunos diálogos irresistibles que juegan en la comedia del ensayo y la incomprensión total de las apuestas. La premisa que los roles cambien durante toda la trama es sólida y quizás la mejor idea de la película. Las actuaciones, representan un desafío, ya que de manera permanente deben lidiar con la dinámica de cambio de roles y lo consiguen con armonía, aportando credibilidad y solidez. Las locaciones son muy atractivas, nos pasean por gran variedad de paisajes. Los mensajes de esta película son muchos, los más importantes tienen que ver con el permanente paralelismo del juego con la vida, las elecciones que tomamos, nuestras debilidades y fortalezas, etc., "la vida es un eterno juego" es una frase que aplica a este film y nos invita a reflexionar al respecto. Hay un corazón latente que logra emocionarnos de manera genuina. Calificación: 7/10 Título original: Jumanji: The Next Level Año: 2019 Duración: 123 min. País: Estados Unidos Dirección: Jake Kasdan Guion: Scott Rosenberg, Jake Kasdan, Jeff Pinkner (Libro: Chris Van Allsburg) Música Henry Jackman Fotografía Gyula Pados Productora: Matt Tolmach Productions / Seven Bucks Productions / Hartbeat Productions / Sony Pictures Entertainment (SPE). Distribuida por Columbia Pictures Género: Aventuras. Fantástico. Comedia. Acción | Secuela. Videojuego. Cine familiar Grupos: Jumanji
Esto ya va convirtiéndose en un asunto de generaciones, partiendo de la base que la primera versión de "Jumanji" como película, nació hace 25 años con el actor Robin Williams, acompañado por Kirsten Dunst, la Amy de la versión de "Mujercitas" de la década del 90. Aunque ya se pasó de los juegos de mesa a los videojuegos que chupaban a los jugadores y comenzaban el asunto de los avatares, la idea perdura sin el brillo de la primera época, pero con el aval de divertidos personajes que entrelazan sus personalidades mutantes y le agregan fantásticas aventuras con la invalorable participación de los efectos especiales. Las aventuras ya no tienen originalidad, pero si perfección técnica en la ejecución y el manejo de la virtualidad. Cómo no disfrutar esa increíble estampida de avestruces y la invasión de los monos en una verdadera telaraña de puentes de lianas sobre vacíos temibles. Y también hay lugar para la nostalgia con el increíble Danny Devito, el Pingüino de "Batman vuelve" o las pequeñas joyas del humor como "Matilda" o "Marte ataca". Ahí lo tenemos como abuelo de Spencer, uno de los amigos aventureros de la saga. Y pelea con su ahora enemigo Danny Glover ex socio del añorado restaurant de los buenos tiempos. En cuanto al juego, núcleo de la historia, empieza a fallar y abduce de a poco lo que hace que no todos vuelvan a la selva de la aventura. El humor se centra en el intercambio de avatares (Eddie y Milo se transforman en avatares de La Roca Johnson y Franklin FInbar por ejemplo) y reaparece esa suerte de Vellocino de Oro, valioso y capaz de resolver cualquier problema. Aquí es el Corazón de Halcón que se robó el Señor de la Guerra, un tal Jurgen y su anacrónica corte de seguidores. En síntesis, la ingenuidad y el absurdo y la necesidad de todo individuo de ser un poco niño y algo aventurero es lo que permite compartir la historia con toda la familia.
sta es la tercera entrega después de “Jumanji” (1995) y de “Jumanji: Bienvenidos a la jungla” (2017), en esta oportunidad se incorporan a la historia personajes interpretados por: Danny DeVito, Danny Glover y Awkwafina (la reciente ganadora al globo de oro por “The Farewell”) y cuenta con el mismo director y los mismos protagonistas. Se activa el juego de los viejos: el abuelo de DeVito es el Dr. Smolder Bravestone -Dwayne «La Roca» Johnson y Glover es Kevin Hart. Ahora los escenarios son: el desierto, la selva y las montañas nevadas y a lo largo de la aventura en los distintos lugares que recorren se encuentran con dificultades, son perseguidos por avestruces de las que deben escapar en unos autos viejos y en una aldea se encuentran con personajes temibles y extraños, allí hay unas hienas feroces, una leyenda y una misión que cumplir para ganar el juego. Se enfrentan con varios mandriles furiosos, terroríficos y una serie de inconvenientes a su paso. Acompañado por un ritmo frenético, humor, efectos especiales y música de los Guns N’ Roses,el film es puro entretenimiento y su final a través de las escenas post créditos indica que habrá una cuarta entrega.
Jumanji: The Next Level es divertida y punto. Ohh, no es un dejo de originalidad, es un reciclado de lo anterior con un par de pluses. Básicamente la saga Jumanji copia la misma mecánica de la saga Ocean’s Eleven – es decir, estos tipos tienen tanto carisma que podemos divertirnos con ellos aun cuando estén en pantalla durante dos horas leyendo el diario – donde el cast es el que hace el entretenimiento. La trama es la misma – otra joya mágica robada, otro villano pamentero, incómodos romances, incómodos cambios de almas y cuerpos – con el detrimento de que las aventuras adolescentes en el mundo real son un plomo insalvable. Uno no ve la hora en que sean absorbidos por el videojuego. Y cuando eso pasa, lo pasás bomba. Esta secuela tiene un plus y una contra. El plus es que La Roca y Kevin Hart se matan de risa imitando a dos viejos decadentes (Danny DeVito y Danny Glover, qué falta de respeto por parte mía, por Dios!), y es lo mejor que tiene para ofrecer el filme. Los tipos probando sus nuevos físicos, sus nuevas caderas, hablando con los manerismos de DeVito y Glover, yéndose por las ramas a la hora de las explicaciones. La contra es Awkwafina, la nueva joya del cine indie (by The Farewell), a la cual no le encuentro gracia en ningún lado. Ni en The Farewell, ni en Ocean’s Eight (la cual terminaré de ver en algún momento) ni acá, que solo revive cuando se le pasa el alma de DeVito (porque hay unas aguas mágicas que hacen saltar las almas de un cuerpo a otro) y copia las cosas que The Rock habia hecho con muchísimo mas éxito minutos antes. El elenco lo es todo. Karen Gillan tiene mas protagonismo y es mucho mas badass, Jack Black ahora es el deportista negro que se queja de su gordura, y Johnson y Hart roban una escena tras otra. La acción es buena y la gracia está, aunque la originalidad se haya perdido y no todos los chistes sean tan graciosos como el filme anterior. Y, con una secuela anunciada en los créditos finales – que hace suponer que va a volver a las raíces de la Jumanji original, con los bichos del juego saliendo al mundo real e invadiendo el pueblo y con un cameo de Bebe Neuwirth (la tía de Kirsten Dunst en el original) -, me anoto desde ahora para verla.