Una comedia para toda la familia. Según estudios científicos, la convivencia de los niños pequeños con mascotas es muy importante para el desarrollo madurativo. Con ellas, los niños aprenden a jugar, a relacionarse con otros seres vivos y a cuidar de quienes por mucho tiempo serán sus amigos. Sin embargo, la relación de amor hacia los animales domésticos, no culmina con el crecimiento, este cariño hacia ese compañero/a de vida se intensifica y crea un vínculo irrompible. Por eso, La vida secreta de tus mascotas (2016) resulta una película muy divertida, que logra enternecer y atrapar a sus espectadores. No importa qué edad tengan.
La vida secreta de tus mascotas es una película que presenta un concepto interesante que nunca llegar a ser explotado con todo su potencial. La idea de seguir las actividades de los animales domésticos cuando sus dueños dejan los departamentos es divertida pero los directores de este film optaron por hacer una producción más convencional y debido a esta cuestión la trama perdió el atractivo que brindaban los trailers. Los directores Chris Renaud y Yarrow Cheney, quienes hicieron una labor completamente superior en Lorax, en este casó copiaron el ya trillado modelo de Pixar para trabajar la idea de este argumento. Es decir, otra vez nos encontramos con dos personajes de personalidades opuestas que deben unir fuerzas para llegar a algún destino en particular. Durante la aventura van dejando de lado sus diferencias hasta que forman una amistad. La película no es para nada mala y tiene momentos muy entretenidos, especialmente por el villano que es un conejo muy gracioso, pero se trata de un estreno de animación que quedará en el olvido después de su visión. Desde la realización el film presenta un gran trabajo en los detalles de los escenarios donde se recrea muy bien la ciudad de Nueva York. Los personajes son simpáticos y para los más chicos es una propuesta entretenida pero no hay mucho más para resaltar. Cabe destacar que el doblaje latino presenta artistas latinos de distintos países. El rol del perro Duke quedó a cargo de Campi, quien llamará la atención por el acento argentino que tiene el personaje. Una decisión que fue tomada por el director del doblaje que decidió darle esos matices al personaje. Reitero, para los más chicos es una opción que funciona para las vacaciones de invierno donde podrán pasar un buen momento con estos personajes.
El mayor problema de La vida secreta de tus mascotas es la comparación inevitable con Toy Story porque la historia es básicamente la misma solo que con animales en lugar de juguetes. Si bien este estreno no llegará al status del clásico de Pixar también hay que decir que es muy entretenido y que cumple su cometido principal que es brindar un buen rato de diversión para los más chicos y que los adultos no miren el reloj. Al director Chris Renaud, quien ya se había lucido con las dos entregas de Mi villano favorito, se le suma el animador Yarrow Cheney y nos brindan una buena película en la cual se destacan mejor los detalles que la gran escala. Pequeñas actitudes y comportamientos que los perros y gatos hacen en la vida real son trasladados a la perfección con giros de humor muy buenos así como también otras situaciones inverosímiles y más de acción que divierten a los niños. La animación es muy buena y está a la altura de las últimas producciones del estudio (Minions) pero no sorprende en ningún punto. Los dos personajes principales tienen bastante magnetismo y es fácil sentir favoritismo por Max pero es Duke el que tiene los mejores momentos y vale la pena recalcarlo porque posee la voz del actor y comediante argentino Campi. Al principio cuesta un poco escucharlo porque tenemos el oído muy acostumbrado al español neutro de los doblajes pero una vez que pasás esa barrera te das cuenta que el aporte del acento medio porteño queda muy bien. La vida secreta de tus mascotas es una muy buena opción para estas vacaciones de invierno. Tanto chicos como grandes la pasarán bien. ver crítica resumida
El estudio Illumination Entertainment se ha convertido de la noche a la mañana en una fuerza a seguir de cerca en lo que se refiere a animación computada. A base de un puñado de películas -seis incluyendo a la que nos compete, The Secret Life of Pets- y los ya míticos Minions, la compañía le sigue robando el rayo a Disney y Pixar en todo momento posible. Los sobrios costes de producción en comparación con gigantes animados y sus adorables personajes que tocan una fibra sensible en la platea resultan en un combo demoledor, que esta vez se ocupa de seguir la vida de las mascotas domésticas cuando los dueños no están en sus casas. Y la propuesta, con sus hilarantes avances, prometía más en papel que lo que en verdad resulta. Lo que comienza con un brillante prólogo presentando a una manada de simpáticos y divertidos personajes, cada uno con su cualidad en especial, termina desembocando en la usual trama de dos personajes dispares buscando el camino de regreso a casa. Es un marco narrativo muy mañido que se ha utilizado una y otra vez -a Pixar le encanta, por ejemplo- pero con el aderezo de que los protagonistas son mascotas en apariencia tiernas, que presentan su costado más auténtico cuando quedan entre pares, lejos de la ausente mirada de sus dueños. Por ese costado la película pierde autenticidad y los adultos presentes lo notarán enseguida, cosa que seguro los pequeños pasarán por alto. Con esto no quiero decir que The Secret Life of Pets sea un producto mediocre. Tiene un fantástico equipo de animación por detrás y un elenco de voces estupendas, que lamentablemente en los países donde se estrene doblada al español neutro se perderán. Latinoamérica tiene el aditivo de presentar voces dobladas de artistas cómicos de todos los países, siendo el representante local el humorista Campi, que le da la voz nativa al gigante Duke. Y eso puede generar un problema. El doblaje neutro está tan insertado en la sociedad que escuchar al perro con tonada porteña sacará a más de uno de su eje. Resulta muy chocante escucharlo hablar con modismos y puede ser una gran desventaja a la hora de encarar el visionado de la película. Con el transcurrir del tiempo el efecto pierde eficacia, pero no deja de ser una curiosa estrategia del director de doblaje, que permitió que la voz de Duke llegue con ese detalle. Es gratificante ver que el estudio puede hacer algo más que llenarle la mente de Minions a su público -amén del corto con los muchachitos amarillos que precede a la película-, pero por el otro lado The Secret Life of Pets es una historia demasiado convencional para recordarla mas allá de sus adorables personajes y sus diferentes tics. Es muy entretenida, con pasajes brillantes y hasta un momento muy lacrimógeno en el final muy bien musicalizado, pero es difícil que quede en el recuerdo por mucho tiempo una vez terminada.
Con una trama tan llena de clichés como de ternura, esta película es un sí para cualquier amante de los animales. Hay fórmulas que se repiten en muchos géneros distintos, para espectadores de todo tipo. Desde la serie de TV Starsky & Hutch (1975) hasta las películas de Hombres de Negro (1997), la dupla principal de amigos/enemigos forzados a trabajar juntos acompaña a todos hace generaciones. Se llama buddy flick y es una receta súper dinámica, maleable y que sigue funcionando a pesar de haber sido gastada hasta el hartazgo. Es, si se lo examina con una lupa más snob, una de las ideas más simples e infantiles que el cine utiliza: ya es aburrido hablar sólo de la amistad. Muchas culturas la han aprovechado, y es esa moldeabilidad la que la llevó a ser uno de los temas más fuertes del cine para niños. Si lo hicieron funcionar con un vaquero y un astronauta, con el mejor amigo del hombre la trama está casi regalada. Max (Andrés López) es un Jack Russell Terrier que adora a su dueña. Al igual que cualquier perro, la extraña cuando se va, festeja cuando llega y aprecia cada momento que puede pasar en su compañía, pero cuando ella rescata a un Newfoundland llamado Duke (Martín Campilongo), su vida cambia por completo. La convivencia se hace imposible, y la dureza con la que compiten por un lugar en la casa es feroz. Durante un paseo, una pelea los lleva a alejarse del canil y perderse. Cuando sus mascotas vecinas se dan cuenta, se aventuran a las calles de Nueva York para encontrarlos. El diseño de personajes que el director Chris Renaud incluye en sus películas es siempre exageradamente caricaturesco y ya, después de cuatro colaboraciones con Illumination (Despicable Me -2010-, The Lorax -2012-, Despicable Me 2 -2013-) comienza a definir el estilo de la empresa. Sus antecedentes como ilustrador y dibujante de comics le permiten participar en lo visual y creativo más que a otros directores sin esa experiencia. La ciudad de Nueva York está ya quemada en las retinas del público, sin embargo The Secret Life of Pets logró mostrarla más colorida y alegre que nunca. El trabajo de voces en español latino es excelente: una de las cosas que en el cine de animación está mucho más cuidada que en el live-action. La voz de Max fue prestada por Andrés López, un comediante colombiano que comenzó su carrera con el stand-up. Lo acompaña el argentino Martín ‘Campi’ Campilongo, también comediante pero de televisión. En la versión original los interpretan Louis C.K. y Eric Stonestreet. Muchos han comparado la trama de esta película con la de Toy Story (1995), pero aunque haya similitudes entre ambas, cada una tiene sus particularidades. Al igual que con la serie Wilfred (2011), es fácil atraer a la gente con chistes de perros o en este caso, de mascotas en general, pero no es ese el pilar que sostiene a La Vida Secreta de Tus Mascotas. Si estuviera protagonizada por humanos no sería menos divertida, ya que las personalidades de los personajes están bien definidas y generan situaciones graciosas independientemente de la cantidad de patas que tengan.
Desde que salió el primer adelanto y nos enteramos de qué iba la cosa con “La Vida Secreta de tus Mascotas” (The Secret Life of Pets, 2016), todo parecía tener un olorcito a “Toy Story con animalitos” que no se podía evitar. La premisa de “¿qué hacen las mascotas cuando sus dueños no están en casa?” resulta más que divertida, sobre todo cuando conocemos a los peludos protagonistas de esta aventura animada ambientada en Nueva York, pero al final del día todo se reduce a lo mismo: dos animales perdidos en la ciudad, tratando de limar asperezas mientras deben unir fuerzas para volver a casa y a los brazos de su dueña. ¿Les suena? La gente de Illumination Entertainment, los mismos creadores de “Mi Villano favorito” (Despicable Me) y “Los Minions”, se esforzaron para salir de sus franquicias más conocidas y regalarnos un abanico de personajes originales. A pesar de los esfuerzos, y un increíble despliegue visual –la recreación de Nueva York es impecable-, a los más grandes, acostumbrados a este tipo de películas, la historia les va a parecer demasiado genérica desde su construcción y su trama, algo que ya vimos infinidad de veces en la pantalla grande. Pero esta es, ante todo, una aventura para pequeñines cargada de acción, humoradas y personajes de todo tipo y tamaño. Max vive cómodamente con su dueña (Katie) en un pequeño departamento de Manhattan, rodeado de otros vecinos perrunos y gatunos. Su vida es un paraíso, y su única preocupación es contar los minutos hasta que Katie vuelve a casa del trabajo para seguir jugando y recibir su cariño. Todo cambia cuando la chica decide agregar otro can a la ecuación, Duke, un enorme y peludo cuadrúpedo recién salido de la perrera, que en seguida deja en claro que a él no le gusta compartir. Y así comienza esta conflictiva relación entre Max y Duke, dos perritos súper domésticos que pronto terminan perdidos por las calles de NY y en medio de una banda de animales “salvajes” que odian a los humanos liderados por Snowball, un conejo bastante psicópata. Los vecinos peludos de Max saldrán a la búsqueda de su amigo, desatando el caos e la ciudad y un sinfín de situaciones hilarantes. “La Vida Secreta de tus Mascotas” no llega a nuestras salas en idioma original y ahí es donde pierde puntos para los adultos. Martín “Campi” Campilongo es el encargado de prestarle su voz a Duke, un can con un acento (y modismos) bastante argentino que choca con la “neutralidad” de los doblajistas de otros países latinoamericanos. Una decisión artística de los productores que, en teoría, le otorga a cada animal su propia personalidad, pero en la práctica suena bastante descolocada. “La Vida Secreta de tus Mascotas” intenta ser diferente, pero se queda por el camino. Illumination desaprovecha una gran oportunidad de mostrarnos, realmente, que ocurre con las mascotas cuando sus dueños no están a la vista y despacharse, por ejemplo, con algo parecido a “La Ventana Indiscreta” (Rear Window, 1954). Sin embargo, esta premisa se convierte sólo en una anécdota que funciona como prólogo de la película y un chiste recurrente a lo largo de la trama. Los personajes tampoco enamoran. Les falta desarrollo, carisma, ese “que se yo” que nos permita identificarnos y emocionarnos con sus historias. Eso no llega a ocurrir por la velocidad con la que avanza el relato, más preocupado por pasearnos de un lado para el otro. Desde la estética no hay nada que reprocharle, todo lo demás, termina siendo una historia animada del montón que, seguramente, tendrá un montón de secuelas. Lástima, tenía potencial, pero no deja de ser otra aventura con animalitos parlanchines.
La película cuenta -en su versión doblada- con la voz de Campi en el personaje del perro Duke. El film del director de "Mi villano favorito" resulta más efectivo al comienzo que en su desenlace. Con la proyección previa de un cortometraje de los exitosos Minions, ahora viviendo aventuras en un jardín, llega La vida secreta de tus mascotas, relato de animación que tiene una interesante premisa y una pregunta que ronda en la cabeza de más de una persona cuando deja el hogar: ¿Qué hacen las mascotas cuando están solas?. La vida del perro Max parece ir sobre rieles junto a su dueña hasta que ésta aparece con Duke -en la versión doblada con voz de Campi-, un perro callejero con quien tendrá que limar asperezas y aprender a convivir. Esto es apenas el comienzo de lo que ocurre en un edificio de Manhattan cuando un conejo recluta a un ejército de animales domésticos abandonados para vengarse de las mascotas felices. Con situaciones graciosas que resultan más efectivas al comienzo que en su desenlace, La vida secreta de tus mascotas, impone ritmo y enfrentamiento de bandos con personajes simpáticos que se comportan como sus dueños. En ese sentido, imponen empatía el perro salchicha que se hace masajes con la licuadora y el perro de un dueño refinado que elige escuchar música heavy metal cuando está solo. Lejos de la genialidad de Zootopia, el film de Chris Renaud -el mismo de Mi villano favorito- y Yarrow Cheney, cuenta con la produccion de Illumination Studios y muestra a perros, gatos, conejos y aves. Se destacan además el gato Chloe, un tanto arrogante, y el conejillo de indias Norman -con voz del mismo Renaud en la versión original-. Todos unidos en una aventura que propone la unidad de las diferentes razas que apunta a un objetivo en común. Las figuras humanas aparecen relegadas en esta historia que muestra a los animales en plena acción, entre las alturas de un edificio en construcción o en el agua, donde uno de los protagonistas corre peligro. Sin ser genial, es otra de las opciones de la nutrida cartelera cinematográfica para estas vacaciones invernales.
Cuando los animales no se ven tan domésticos. Como ocurre cada temporada, con el comienzo de las vacaciones de invierno las carteleras pierden gran parte de su limitada capacidad de variantes y se sobrecargan de oferta infantil. La vida secreta de las mascotas viene a ampliar el cupo para este tipo de películas en esta particular época del año, que hace un par de semanas comenzó con el estreno de la quinta entrega de La era de hielo. Copiando la fórmula de incluir un corto antes de la proyección principal, costumbre que los estudios Pixar rescataron de un pasado lejano, los estudios Universal, productores de este film, decidieron hacer lo propio. Para ello confiaron en la rápida popularidad que adquirieron los Minions, esos seres de naturaleza indeterminada con forma de garrafa de GNC, capaces de toda torpeza. Lo cierto es que la sobreexposición que han tenido estos personajes puede haber generado un poco de intolerancia hacia ellos y las ideas sobre las que gira este corto –un humor físico básico, muy de manual– no ayuda a que esa estima aumente. Y más aún, hace temer lo peor ante la película que comienza a continuación. La historia de La vida secreta de las mascotas se desarrolla, claro, en un universo de animales domésticos, partiendo del recurso de meterse en un mundo no humano para ver como se comportan sus habitantes cuando están lejos de la presencia de las personas. Un disparador que también toman prestado de Pixar, directamente de su obra inaugural Toy Story. Acá lo que se cuenta es la historia de un perrito, Max, y la forma en que el vínculo idílico que tiene con su dueña, una fanática de rescatar animales sin hogar, se ve amenazado cuando ella se aparece con Duke, otro perro enorme y peludo con el que deberá aprender a compartir el reducido espacio del departamento neoyorkino en el que viven. Lejos de los temores, La vida secreta de las mascotas supera por arriba el listón de convencionalismos del corto inicial. Y lo consigue sin necesidad de hacer que la película se vuelva ni atolondrada ni pretenciosa, con sobriedad y un correcto manejo de los recursos de la comedia. Sin dudas no se trata de un clásico instantáneo del género, pero si de un producto generoso y entretenido, que incluye momentos logrados aún cuando la originalidad tampoco sea lo que sobra. El hecho de ambientar la película en Nueva York coloca al film en la línea de “El perro amarillo”, extraordinario relato del escritor estadounidense O’Henry acerca de un perro que vive en La Gran Manzana a principios del siglo XX y que está disconforme con el nombre empalagoso que le puso su dueña, una señora gorda que lo hace dormir en un rinconcito. La película juega con esa idea de que Nueva York es históricamente una ciudad de gente con mascotas, y se da el gusto de meterse con otras leyendas urbanas, como los cocodrilos y las tortugas que viven en las cloacas. Y también incluye a un conejito diabólico abandonado por un mago, quien comanda una pandilla de animales descastados que han jurado vengarse del género humano y de sus mascotas dóciles y serviles.
Publicada en edición impresa.
Sin correa En el arranque de La vida secreta de tus mascotas (The Secret Life of Pets, 2016), de Chris Renaud y Yarrow Cheney, una evocación a Toy Story (1995) se cuela cuando los personajes comienzan sus vivencias luego de que los “dueños” salen del hogar. Esa primera parte, llena de incorrección política, cargada de aspiraciones a las que los animales desean llegar, podría haberse planteado el motivo principal de una película que avanza perdiendo su frescura escena a escena. Así podremos ver cómo un perro salchicha se masajea con una batidora, un gato rechaza de manera irreversible el alimento que su ama le dejó o un Pug libera energía en su casa sin miedo a destrozar todo, contrastando con el único animal que entrega un comportamiento esperable: Max, el protagonista del film, un terrier que ama tanto a su dueña que se pasa la mayor parte del día detrás de la puerta aguardando su llegada. Para él, Katie, quien lo rescató de la intemperie, se ha convertido en el centro de su existencia. Pero su eterno idilio se quiebra cuando Duque, un perro callejero, sea llevado a la casa para que pueda convivir con él. De este modo La vida secreta de tus mascotas configura el escenario para convertirse en otra cosa, porque de ese inicio incorrecto, plagado de gags y bromas, pasa a un relato mucho más convencional enfocado en la convivencia de los dos perros, quienes deberán trabajar juntos para regresar a su hogar, luego de luchar contra Snowball, un pequeño conejo blanco decidido a exterminar a todos aquellos animales “domesticados” por sus dueños. El guión va amalgamando la historia de amistad y cooperación entre los animales, porque como Max y Duke, la serie de enemigos que se presenten, encabezados por Snowball, en el fondo también asumen un rol de equipo para salir ilesos ante los embates de la “perrera” que busca capturarlos y sacarlos de la ciudad. “Domesticados” versus “salvajes”, “civilización” versus “barbarie”, La vida secreta de tus mascotas, cambia su eje narrativo y termina presentándose como una buddy movie para los más pequeños que diluye todas sus potencialidades iniciales en un relato convencional y falto de emoción.
ANIMALITOS EN ACCION Una película disfrutable del principio al fin. Dirigida por Chris Renaud y Yarrow Cheney del mismo equipo creativo de “Mi villano favorito 1 y 2”. La historia tiene el encanto de imaginar que hacen nuestras mascotas cuando los dejamos solos durante el día y hasta el momento del regreso. Una imaginativa propuesta de placeres de parte de los aburridos animalitos que reaccionan como adolescentes en posesión de su casa sin adultos a la vista. Pero a eso se suma una aventura que habla de riesgos, la hermandad, de una banda de animales despreciados enfrentados a los que viven en medio de comodidades y lo peor, caer en manos de la “perrera” Divertida, ingeniosa, con muchas ironías y gran inteligencia en el armado. Con todos los ingredientes: compañerismo, traiciones, amores. Tiene el plus de la voz de Campi en el perro lanudo y recién llegado a la casa. Una película ideal para disfrutar en familia.
Crítica emitida por radio.
Perros y gatos, unidos por la animación La nueva producción de los creadores de Mi villano favorito y Los Minions es vistosa y eficaz para un público infantil a partir de una sumatoria de estímulos que nunca decrece. Puro vértigo. Chris Renaud (director de la saga de Mi villano favorito y uno de los responsables de la poderosa productora Illumination) abandona por un rato el universo de Gru y los Minions para ofrecer una historia centrada en animales. Más precisamente, en las mascotas que -mientras sus dueños parten a trabajar- viven una serie de desventuras por las calles de Nueva York. El protagonista es Max (la voz de Louis C.K. en la versión original que no vi), un perro terrier adoptado por una joven entusiasta y bien intencionada (y políticamente correcta). Sus problemas comienzan cuando Katie (Ellie Kemper) lleva también al hogar a Duke (Eric Stonestreet), un can gigantesco que pronto querrá ganarse no sólo el corazón de la dueña sino también apropiarse de las principales comodidades del lugar. Pero la creciente lucha de poder entre ambos quedará de lado cuando son atrapados por Control de Animales. El resto de sus amigos (perros, gatos y pájaros) deberá embarcarse en su búsqueda e ingresar en un submundo oscuro (alcantarillas, zonas abandonadas) dominado por animales abandonados que manifiestan un odio profundo por las mascotas lindas, limpias y bien alimentadas por los humanos. Allí aparece el malvado de turno que no es otro que Snowball (Kevin Hart), un conejito blanco en apariencia encantadora, pero capaz de tener las peores actitudes (lo mejor de la película) . La dinámica entre Max y Duke es, digamos, bastante similar a la de Woody y Buzz en la saga de Toy Story. Por otra parte, La vida secreta de tus mascotas apuesta todo el tiempo a la acción, al movimiento, al vértigo, al humor físico. No hay, por lo tanto, espacio para profundizar en los personajes ni trabajar conflictos demasiado elaborados (mucho menos en construir referencias para el público adulto). Todo es básico y relativamente eficaz para el público infantil. Animales simpáticos, una animación con colores fuertes y un ritmo que nunca decae. Muchos estímulos para una generación que no tiene demasiado tiempo para distraerse ni pensar. Animación modelo 2016. Nota: Antes del largometraje se exhibe el corto Mower Minions con los simpáticos y minúsculos personajes amarillos sufriendo todo tipo de contratiempos mientras intentan arreglar un jardín (con el objetivo de juntar dinero para comprar un producto que han visto en un infomercial) para delicias de los jubilados de un geriátrico que observan la acumulación de ridiculeces que protagonizan.
Una película Platero: pequeña, peluda y suave. Pequeña porque su trama lo es: un perro que vive contento -vemos qué hacen las mascotas cuando no estamos, es decir que se portan como hmanos- recibe un compañero un poco rudo, en un paseo se pierden y, con otras mascotas abandonadas y gracias a un conejo loco, entran a un plan desquiciado (si esto les recuerda a Toy Story, bingo). Peluda porque los personajes lo son, pero además porque es de esos films inofensivos que acarician y se dejan acariciar a fuerza de chistes. Y suave porque, a pesar de los momentos dramáticos indispensables para que la historia avance, no va a producir ningún escozor especial, ninguna duda existencial, ninguna idea profunda (si esto la aleja de Toy Story, también, bingo). Lo bueno es que hay muchos gags y muchos funcionan bien: se nota que detrás de esta película están los realizadores de Minions. Lo malo es que vamos a tener que escucharla con voces latinoamericanas que hacen que mucho de ese humor se pierda. De todos modos, la conjunción de simpatía y dinamismo hace que el film funcione y no sea un dolor de cabeza para papis con nenes de vacaciones.
Desparramo de mascotas Después de un pequeño y bastante lamentable corto protagonizado por los Minions con una cantidad abrumadora de chistes obvios y gastados en sucesión sin tregua, comienza La vida secreta de tus mascotas, película de Illumination Entertainment, productora de las narrativamente sólidas dos entregas de Mi villano favorito y las débiles Minions y Hop: rebelde sin Pascua. En La vida secreta de las mascotas hay una apuesta más clásica. Un relato de aventuras y aprendizaje con conexión con Toy Story, y no sólo porque las mascotas hablan entre sí cuando sus dueños no están (y también cuando están, pero éstos escuchan sólo ladridos): también el tema central de Toy Story, el disparador de la aventura, los celos, es crucial aquí. El perro Max vive con su dueña, y él vive en un idilio mascota-humano que se resquebraja cuando ella trae otro perro (peludo y gigante, y en la versión doblada con la voz de Campi). Y aparecen los celos y las peleas, la salida a la ciudad y a conocer el mundo, y a descubrir el valor de la amistad, entre ellos y con los otros amigos animales que salen a su rescate. Los perros extrañan a sus dueños, los gatos son más haraganes e inteligentes, hay fiestas, referencias a Internet y un grupo de bichos descastados que jura venganza contra los humanos. Amistad, casi un amor fou, y sobre todo chistes y más chistes: esa acumulación festiva es el mayor atractivo de la película. La mayoría de los núcleos del relato se exponían en el tráiler (¿hasta cuándo durará la moda de contar tanto en los avances?), aunque podían adivinarse fácilmente, no hay grandes sorpresas, ni argumentales ni expositivas. La iluminación de Illumination sigue tan radiante como siempre: películas que impactan al ojo con extrema claridad, un vistoso caramelo visual. La Nueva York animada (básicamente Manhattan y Brooklyn) es increíblemente colorida y fulgurante; los edificios rebosan de estilo y encanto, y la película tiene una velocidad apabullante. Ritmo, amor y primavera -u otoño, a juzgar por el color de los árboles del Central Park dibujado-, y las características de los animales caricaturizados para hacer pilas de chistes, mayormente efectivos, de buen timing o de efectividad física. La vida secreta de tus mascotas no se destaca por novedades de ninguna clase, es simplemente un producto armado, encastrado en función de explotar las gracias de los animales animados, como todos los otros grandes éxitos animados de esta temporada: Zootopia, Angry Birds, Buscando a Dory, La era de hielo.
Animalitos de Dios Con puntos en común con la saga de "Toy Story", el nuevo filme animado de los creadores de "Minions" es un entretenimiento eficaz. Para los que piensan que no hay nada nuevo para descubrir en el cine, esta película les daría la razón. Dos personajes que no se caen bien desde el primer momento y que se ven obligados a compartir, no es una innovación. Animales que hablan cuando sus dueños no están, desde Toy Story, tampoco es muy original. Bueno, abrevando más en esta última, con los perros protagonistas antagónicos, pero que se ayudan y terminarán amigos como si se tratara de Woody y Buzz, La vida secreta de tus mascotas es un entretenimiento eficaz. Parte de una base afable y graciosa, que irá involucrando a más razas de peros y otros animales a medida de que Max (el perro que vivía para su dueña en su departamento neoyorquino) conozca a Duke (el lanudo que su dueña rescata de una perrera y lo lleva a vivir con Max, doblado al argentino por Campi) y un buen día se escapen y vivan una aventura alocada. La trama en este tipo de producciones suele ser lo de menos, y como si se tratara de una película de acción, en la que lo que importa son las secuencias precisamente de acción, que después se hilan, aquí los gags, aunque repetidos, tienen su vigencia. Hay romance interracial (entre razas), un conejo malo, que capitanea una banda de animales que no han sido protegidos por sus dueños, poca presencia humana (sí, como en Toy Story) y mucho slapstick, humor físico para que los espectadores más pequeños no se aburran ni se pierdan demasiado. Nacida de la cantera de Mi villano favorito y Minions (que es la película más taquillera en nuestro país, de 1997 al presente), la matriz es tan similar en el amado de personajes al de la saga de Pixar antes mencionada que es probable que quienes la adoran se sientan atraídos, o bien no enojados, pero tal vez molestos por las similitudes: hay que rescatar a alguien, los humanos no deben enterarse, y etc., etc., etc. Pero ya dijimos, en Hollywood no hay muchas ideas nuevas dando vuelta por los estudios, y si vuelven Tarzán, Dory y los animales prehistóricos de La Era de hielo, no le pidan a estas mascotas que sean muy originales.
"La Vida Secreta De Tus Mascotas" es otro de los grandes estrenos de esta semana que seguramente impacte muy fuerte en la taquilla de nuestro país, tanto como sucedió en EEUU, que fue el mejor estreno de la historia, con 103 millones de espectadores, superando a "Intensa-Mente". La peli proviene de los mismos estudios que nos hicieron disfrutar de "Mi Villano Favorito" y "Minions", en esta oportunidad sobre algunas cuantas mascotas que hacen de las suyas una vez dejadas solas en sus respectivas casas/departamentos. Hermosos personajes, colores explosivos como las animaciones nos tienen acostumbrados, música, buenos gags, y las voces en español de Andrés López, Eugenio Derbez, Mónica Huarte y nuestro Martín Campilongo... sí, sí, Campi, quien interpreta a Duke, uno de los perros que ingresan a la historia para generar algún que otro conflicto con su compañero de departamento, Max. Película para toda la familia, que no aburre en ningún momento y que seguramente, debido al éxito que ya tuvo en otros países, nos siga deleitando con nuevas aventuras. Con motivo del estreno, Campi me brindó una entrevista exclusiva para RatingCero.com en donde cuenta como fue todo el proceso de grabación de su voz para una película animada. ¡Dale play y disfrutala!
¿Quien no fantaseo alguna vez con averiguar lo que hace su perro o gato cuando uno se va? Esa es la premisa con la que se promociona La vida secreta de tus mascotas, pero lamentablemente, el film queda muy lejos de eso. Max es un tierno perrito con la suerte de tener un ama, con quien siente que mantiene la relación perfecta. Max tiene muchos amigos con los cuales comparte su día mientras su dueña esta trabajando, pero en cuanto vuelve, el centra toda su atención en ella. El problema surge cuando un día, volviendo del trabajo, trae a Duke, un gigantesco perro al que adopto de una perrera, y con el cual Max se lleva mal desde el primer instante. La película es extremadamente eficaz, apunta a un público obviamente infantil, pero a diferencia de otros dibujos animados, no reviste demasiado interés para el público adulto que lo acompaña. La premisa del “que estará haciendo mi perrito cuando yo no estoy” desaparece muy temprano en la película (no hay nada de ese hilo argumental que no se haya visto ya en el trailer) e inmediatamente se transforma en otra película más en la cual un grupo de animales que habla se traslada de un lugar a otro y, tal como viene pasando últimamente en muchos de estos films, el crecimiento que supone tiene que realizar el personaje, es casi efecto de la ósmosis, y no tiene nada que ver con la metáfora de las experiencias vividas. El doblaje al español es correcto aunque algo torpe con el desesperado intento de argentinizarlo, mezclando la palabra ‘che’ cada dos o tres frases, vocablo que queda perdido en medio de mucho acento neutro, aun en el propio Campi que tiene a su cargo la voz del torpe y grandote Duke. El punto a favor que tiene La vida secreta de tus mascotas son los personajes. Apuntan sin ningún miramiento a enternecer al público infantil al cual va dirigida, y en ese sentido, es claramente una producción que va a enamorar a los chicos durante las vacaciones de invierno. La vida secreta de tus mascotas es un film de animación en todo aspecto menor que la mayoría pero que es tan preciso al momento de enganchar a su audiencia, que nadie saldrá del cine disconforme, excepto aquellos que buscan algo que haga honor al trailer que los atrajo hace más de un año.
Las mascotas también saben divertirse La vida secreta de tus mascotas (2016), un film producido por Universal Pictures y Illumination Studios, el mismo estudio de Mi Villano favorito (2010) y los famosos Minions (2015) , narra la historia del perro Max y como su cómoda vida en un departamento de Manhattan se ve en peligro con la aparición de Duke, un nuevo perro en el hogar. Sin embargo, ambos deberán dejar de lado sus diferencias cuando se interpongan en su camino el conejo Snowball y su ejército de animales domésticos abandonados buscando venganza ante los humanos. La vida secreta de tus mascotas deambula por los lugares cotidianos y comunes pero desde otra perspectiva: los ojos de las moscotas. Narra y desarrolla la actitud tan divertida y desafiante de perros, gatos, pájaros y demás animales en las horas posteriores desde que el amo abandona el hogar. Muchos personajes originales y con gran personalidad brindan momentos únicos y irrepetibles tanto para chicos como para los adultos. Por ejemplo, la actitud del conejo es un gran punto en la película, que se lleva todas las risas como también el perro fino que organiza todas las fiestas cuando los humanos se marchan de la casa. La vida secreta de tus mascotas no pierde brillo en su desarrollo y entretiene de principio a fin al espectador. La dupla tras la cámara de Chris Renaud y Yarrow Cheney, junto a los guionistas Brian Lynch, Cinco Paul y Ken Daurio elaboraron un proyecto que se sostiene de principio a fin en base a su personalidad y tono. El film respira aires renovadores ante tantos otros relacionados a secuelas y remakes, en un momento del cine donde suele ser difícil encontrar ideas originales de buena calidad. El guión, sin ser trascendental, funciona con diálogos bien diagramados, irónicos y muy divertidos. Las distintas personalidades de los animales abren un nuevo mundo por explorar, llevado a cabo de manera satisfactoria en esta película, dejando la puerta abierta para futuras secuelas que podrían servir para continuar el desarrollo de sus grandes personajes. La música es otro punto alto que invita a unirse a la fiesta y aventura de estas mascotas, con temas como Crazy little thing called love de Queen, Ring of fire de Jhonny Cash o You never can tell de Chuck Berry entre otros. La vida secreta de tus mascotas es una gran apuesta para toda la familia, entretenida, original desde sus personajes y muy divertida, entre tantas secuelas, remakes y reboots que atoran al cine actual.
La vida secreta de tus mascotas nos presenta a Max un simpático terrier, fiel compañero de su dueña Kate que ve como su rutina se transforma con la llegada de un nuevo can a la casa, Duke un peludo perro callejero con el que deberá aprender a convivir. Civilización vs Barbarie, en clave de mascotas. Es esta una comedia animada plagada de gags, humor negro e incorrección política. Los directores Chris Renaud y Yarrow Cheney logran dotar a cada uno de los animales protagonistas de distintos cliches que los transforman en irresistibles estereotipos; así el perro salchicha nunca termina de entrar en cuadro y el conejo no puede contener esfínteres. Un guión que permite el lucimiento de cada personaje y aunque por momentos resulte predecible algunos giros argumentales logran sorprender. Los colores y la animación están a la altura de lo que puede esperarse de un género en el que ser original cada vez resulta más difícil; y es por eso que el filme triunfa por sobre algunas competidores contemporáneas: resulta una bocanada de aire fresco que se disfruta sin importar la edad del espectador.
La devoción por el hogar. Con La Vida Secreta de tus Mascotas (The Secret Life of Pets, 2016), el último trabajo de Illumination Entertainment, se terminan de definir las características de una productora de films animados que recientemente ha experimentado un enorme e inusitado éxito desde el surgimiento y subsiguiente consolidación de la saga compuesta por Mi Villano Favorito (Despicable Me, 2010), Mi Villano Favorito 2 (Despicable Me 2, 2013) y Minions (2015), la cual por cierto continúa siendo la película más taquillera en la historia del mercado cinematográfico argentino. La fórmula de Illumination no es novedosa pero definitivamente le sirvió para redondear propuestas eficaces -y en mayor o menor medida, adorables- que atraen a multitudes a las salas: la compañía comandada por Christopher Meledandri se inspira en determinados rasgos de sus competidoras en el rubro para pulirlos y unificarlos. En términos prácticos, la empresa toma de Pixar la obsesión por los colores pasteles y la apertura identitaria de los personajes, del catálogo de DreamWorks utiliza la estructuración frenética de las secuencias de acción y sus homólogas cómicas, y finalmente de Disney extrae cierto clasicismo en el desarrollo que gusta de camuflar con todos los elementos anteriores. La Vida Secreta de tus Mascotas es quizás su opus más ambicioso e interesante en lo referido al andamiaje narrativo, ya que la obra sale a flote y resulta realmente muy entretenida a pesar de plantearse desde el vamos la dura tarea de presentarnos a muchos personajes en simultáneo; más allá de focalizarse -como indican los preceptos ancestrales detrás de los relatos dirigidos a los niños- en el “crecimiento espiritual” de un protagonista excluyente, por supuesto asistido por un secundario que ayuda a forzar el cambio de turno. La historia gira alrededor de Max (Louis C.K.), un fox terrier que venera a su dueña Katie (Ellie Kemper), una joven que vive en un departamento en Manhattan. La inevitable crisis comienza con el arribo de un compañero de terruño, Duke (Eric Stonestreet), un enorme terranova que Katie encuentra en la perrera y de inmediato decide adoptar. El conflicto de intereses conduce primero a una rivalidad y luego a que -durante un paseo- ambos terminen perdidos en las calles de New York, para colmo perseguidos por una suerte de “asociación anarquista” de animales que odian a los seres humanos. En paralelo a todo esto, tenemos un intento de búsqueda/ rescate encabezado por Gidget (Jenny Slate), una pomerania vecina que vive enfrente de Max y está locamente enamorada del susodicho. A lo largo de la trama descubrimos a un sinfín de personajes que le dan al film un dejo extremadamente circense. Un gran punto a favor de la película es que se mete sin medias tintas en temáticas un poco “jugadas” para el ámbito infantil como los antagonismos que pueden transformarse en amistad, la dependencia para con las figuras de autoridad, el flagelo de las mascotas perdidas en las urbes, la frialdad de las políticas gubernamentales en el área y finalmente la necesidad de una tenencia responsable basada en el cariño hacia el amigo de cuatro patas (o dos alas, o muchas aletas). Como suele ocurrir con tantos opus mainstream, la dimensión ideológica más atrayente termina algo desdibujada con el correr de los minutos y la serie de infortunios de la dupla principal: hablamos de la que incita a una rebelión en pos de la liberación y en contra del maltrato animal por parte de los hombres. Si bien se agradece que se privilegie la devoción por el hogar, sin dudas se podría haber profundizado el discurso…
EL INFALIBLE ESTEREOTIPO Ya era hora de que Illumination Entertainment diera lugar a otros personajes que no fueran los minions. Aunque el universo en donde los animales hablan no es novedad, se sigue apostando al mismo estereotipo que sin lugar a dudas funciona. La última producción de Chris Renaud, también director de Mi villano favorito, no es la excepción. Dinámica, colorida y por momentos graciosa, sigue fiel a la misma línea que caracteriza a las películas de la productora de Chris Meledandri, solo que esta vez los amigos amarillos le han cedido espacio a las ocurrencias de las mascotas. A pesar de la ironía que resulta del planteo original del relato en tanto las mascotas hacen lo suyo cuando no hay humanos, además de romper platos, rasgar alfombras o escuchan rock pesado, los animalitos se enfrentan a la gran ciudad, mientras se preguntan donde irán sus dueños al salir de casa y desde ahí la aventura, el núcleo duro de los films de animación destinados al gran público infantil del planeta. Así, Max, un terrier cuya dueña Katie es la luz de sus ojos, se siente invadido por Duke, un perro mestizo rescatado de la perrera cuando llega a su hogar y su vida. El conflicto entre ambos los lleva a perderse en las animadas calles de Nueva York, donde conocen a Snowball, un conejo abandonado y resentido con sed de venganza, un personaje que carga con una buena dosis de humor macabro y algo desesperante. No está de más señalar que la idea de animales que planean destruir a la humanidad es otro tópico transitadísimo pero lo que hace gracioso el relato es que la mente siniestra dueña de un plan maestro para acabar con la humanidad corresponde a un adorable y pompos conejito. Y claro, a pesar de las diferencias, los animales logran trabajar en equipo y hasta ser buenos amigos, una buddy movie hecha y derecha. Es animación y se espera imaginación desbordada que aquí se traduce en una ciudad llena de humo, ruidos y tonos grises, en un mundo mágico y vivo en el cual residen los protagonistas. Sin embargo, los giros antropomórficos de la historia se tornan algo predecibles, para ser más precisos, mucho de lo que sucede en la pantalla recuerda la historia de Stuart Little. La vida secreta de tus mascotas es entretenida, en las infernales vacaciones de invierno es una buena opción y aun cuando el relato es bastante básico, no deja afuera ni a padres, hermanos más grandes, tíos o algún abuelo canchero. Si en Toy Story la idea era asomarse al mundo de los juguetes sin miradas ajenas, aquí las mascotas en cuestión toman su lugar, sin el vuelo de la saga de Pixar-Disney pero un producto noble y sin dudas adorable. LA VIDA SECRETA DE TUS MASCOTAS The Secret Life of Pets. Estados Unidos, 2016. Dirección: Chris Renaud y Yarrow Cheney. Producción: Chris Meledandri. Guión: Ken Daurio y Cinco Paul. Montaje: Alexander Berner. Música: Alexandre Desplat. Duración: 87 minutos.
A los que tenemos mascotas siempre nos dio curiosidad saber qué hacen ellas cuando no estamos en casa. En “La vida secreta de tus mascotas”, vas a poder chusmear un poco sobre sus vidas, pero con una gran cuota de imaginación. Max es el perro más feliz de Nueva York, su dueña lo ama, y está muerta de amor por él. Le dedica mucho tiempo aunque durante el día se va por varias horas, y Max se pregunta “a dónde van los humanos tanto tiempo?”. La historia comienza mostrando qué hace cada perro, gato y pajarito cuando sus amos se van y uno se pregunta “qué va a pasar durante los siguientes 90 minutos de película”. Y cuando parece que no va a pasar mucho, los protagonistas se embarcan en una completa aventura de enredos, desastre y peligro, sobre todo peligro. Un film que podrán disfrutar en 3D y doblada, (no hay copia subtitulada), con la participación de Campi, que le puso la voz a Duke; un doblaje bastante particular ya que no es en español neutro sino bien argento. Esto me resultó un poco raro. Los animalitos son adorables, los perros y gatos tienen claramente distinta personalidad y entre el público se puede diferenciar los que somos dueños de perros con los de gatos. Un final muy emotivo que, me van a decir sentimental, me hizo caer unas lágrimas. Para ver en familia, con amigos y pensar mientras tanto, qué estará haciendo nuestra mascota en casa?
Imaginativa revolución animal Los creadores de los Minions brillan intermitentemente en esta historia que parte de una premisa bastante parecida a la del clásico de la animación digital "Toy Story". Los juguetes son reemplazados por mascotas que, mientras sus dueños se van a trabajar, hacen todo tipo de cosas. Empezando por el dúo de perros protagónicos, que en su primer día de convivencia -el pequeño Max tiene un terrible ataque de celos cuando su dueño lleva a su casa al gigantón Duke- terminan perdidos en Nueva York, perseguidos por la perrera y peor aún, por una secta de mascotas descastadas lideradas por un sanguinario conejo. Pero, por suerte, el dúo cuenta con un equipo de rescate formado por todas las mascotas de su barrio. Como para que el asunto comience de manera contundente, los productores decidieron incluir al principio un corto de los populares Minions, realmente muy divertido. Luego, la película está compuesta por escenas bastante deshilvanadas que funcionan un poco a la manera de los clásicos cortometrajes de dibujos animados de otrora. Algunos de estos fragmentos son excelentes, como por ejemplo un pesadillesco viaje por las cloacas o un pantagruélico banquete en una fábrica de salchichas. Otras secuencias no son tan potentes y en un momento es evidente que la trama queda corta para un largometraje, incluso para uno con una estética tan imaginativa como éste. La música de Alexander Desplat es excelente.
Un film de animación de manual: mucho gag físico para la platea chica, mucho guiño de complicidad y referencias pop para la platea adulta, además del colorido y el vértigo que suelen caracterizar a este tipo de producciones. Encima, llega en vacaciones de invierno, por lo que se transforma en una salida ganadora para toda la familia. [Escuchá la crítica completa]
En 1995 Toy Story provocó una revolución dentro de la industria del cine de animación. No solo por el gran avance en las técnicas y en las formas narrativas; a su manera se democratizó el mercado abriéndole las puertas a otras empresas que presentan aún al día de hoy, una dura batalla. ¿Fue un clásico instantáneo? Sin lugar a dudas, y una película de la que varias veces se ha intentado copiar el modelo. Por la gran cantidad de similitudes, La vida secreta de tus mascotas pareciera ser una de ellas. El protagonista es Max, un Foxterrier que vive para complacer a su dueña Katie. Mientras el resto de las mascotas aprovechan que sus dueños no estén en casa para romper con la rutina y realizar una suerte de desmadre, él solo aguarda a que Katie regrese; por supuesto, él es el favorito de ella. Un día Katie regresa con Duke, un perro de la calle, más grande que Max, que se roba toda la atención. Esto genera la inmediata antipatía, y conlleva a que ambos perros terminen extraviándose y deban emprender una travesía de regreso a casa. No solo eso, el resto de las mascotas decide salir en su búsqueda, haciendo propio viaje por la ciudad (Toy Story 2). Y en el camino, Max y Duke se cruzan con un conejo en apariencia pomposo y amigable que detesta a todos los animales domesticados y pretende hacer una revuelta para llevarlos a su vida salvaje (Lotso de Toy Story 3). Pero las comparaciones terminan ahí. Pixar se caracteriza por complacer a un público amplio sin subestimarlos, creando estructuras de guion complejas, dosificándolos gags sin apabullar y principalmente creando una calidez única que más de una vez nos llevó hasta las lágrimas (prueben no llorar escuchando la canción de Jessie en Toy Story 2). Esta película de Illumination Studios (los mismos de Mi villano Favorito 1 y 2, El Lorax, pero también de Minions y Hop) innegablemente es entretenida, tiene varios chistes muy divertidos y un ritmo que no decae. Su animación si bien es de trazos simples quizás algo cuadrados, es agradable a la vista. Y su iniciativa, más allá de su desarrollo, es ingeniosa, ver qué hacen nuestras mascotas cuando no necesitan comportarse como tal frente a nosotros. Hay varios aciertos para que la pasemos bien y para que la menos de hora y media fluya correctamente sin decaer y ligeramente. También hay un ritmo frenético, referencias continuas, una acumulación de gags que se pisan constantemente, y un quiebre en la historia que diluye su premisa y se recuesta en revisar algo que quizás ya conocíamos. En este punto, quienes sean más afín al humor del Dreamworks post Shrek sabrán apreciarla mejor. La creación de los personajes, centrales y secundarios es lograda y algunos se ganan el corazón de nosotros sin mucho esfuerzo, cada vez que el film decide centrarse en las características delineadas para cada uno, repunta. Chris Renaud y el debutante Yarow Cheney ofrecen una película que no está destinada a convertirse en un clásico de todos los tiempos, simplemente porque no fue concebida como tal. Se trata de un film menor, ameno, alegre, que no resulta ofensivo ni ofrece una calidad menor a lo que los estudios nos tienen acostumbrados, el tono que escapa a lo realista y se acerca a algunos recordados cortos de Avery potencia el resultado. Pero esa idea de no sabe cómo crear un entorno adecuado siempre está presente, por más que queramos evitarla, la similitud es tan grande que la comparación es inevitable; y no hay nada que hacer, la batalla está perdida. Illumination Studios tiene todavía un camino que recorrer para posicionarse como una gran creadora de contenidos; esta vez, la premisa era llamativa (por algo los sucesivos trailers se centraban en ella), pero se acaba más rápido de lo debido dando pie a un extraño deja vú. Es paradójico, al momento de su estreno Toy Story también fue acusada de tomar prestada algunas ideas de Las Aventuras de Tosti y sus amigos, más allá de ser cierto o no, el film de John Lasseter demostró tener corazón propio.
Todo comienza con un corto super divertido de los “Minions jardineros” y todas sus travesuras y carisma. La historia muestra las vivencias y travesuras de distintos animalitos de hogares y callejeros. Uno de los protagonistas es Max un simpático perrito de raza terrier que vive feliz con su dueña la señorita Kaite pero un día llega Duke (le pone la voz Martín Campilongo “Campi”). Es muy entretenida, divertida y para toda la familia, llena de lindos mensajes, mucho ritmo, cada uno de los animalitos tiene su encanto, con alguna similitud a: “Bethoven” y “Como perros y gatos”, entre otras. Dentro de los créditos finales hay escenas extras.
Reinventando con un concepto quemado… En algún momento de la vida, todos nos habremos preguntado ¿Qué es lo que hacen nuestras queridas mascotas cuando las dejamos solas en casa? Con la animada “La vida secreta de tus mascotas” obtenemos una respuesta bastante surrealista. En un pintoresco edificio de Nueva York, la dinámica de unos simpáticos animales domésticos, se verá distorsionada cuando el canino Max (Louis C.K) se pierde en las entrañas de la ciudad de Nueva York, junto a su nuevo y extorsivo compañero Duke (Eric Stonestreet). Ahora, nuestros héroes se enfrentarán a todo tipo de criaturas en un épico viaje animado por la gran manzana e intentar regresar antes de que sus amos se percaten de su ausencia. Illumination Entertainment y Universal Pictures presentan su quinto proyecto animado bajo la dirección de Chris Renaud y Yarrow Cheney. Honestamente, cuando vi por primera vez el tráiler de esta película, pensé que iba a encontrarme con uno de esos proyectos animados injunables como “The Nut Job” o “Free Birds”. Pero por suerte, estaba equivocado. El film es sin duda creativo y cómico, claro que en el se huele mucho la influencia de Disney P.I.X.A.R. y de las caricaturas de Warner de hace varias décadas, pero si me quejara de esto estaría siendo injusto, ya que hoy en día todo está influenciado – por no decir plagiado- , por algo ya creado, y mientras respete el estilo aportando algo decente al genero debe ser mas que bienvenido. El nivel artístico de la película es más que aceptable. Los fondos utilizados para recrear la ciudad de Nueva York están cargados y saturados de una forma bien repartida, a lo que le ayuda mucho el excelente 3D del film. En este aspecto es criticable los diseños de los personajes humanos, los cuales se quedan en lo genérico y típico de estas producciones. Por otro lado, los animalitos si son más creativos. El que se lleva el premio a mejor personaje es Snowball, un conejito psicológicamente inestable interpretado por Kevin Hart. Otro aspecto que tira abajo a la película son los dos protagonistas. ¿Por qué? Max es un personaje aburrido, cliché y poco interesante; mientras que Duke parece que fue agregado al guión a ultimo momento, ya que sus líneas son pocas e innecesarias. Los que se roban la atención son los personajes secundarios, los cuales tienen personalidades más que variadas. Hay de todo tipo: fiesteros, obsesivos, psicópatas, inútiles, etc. “La vida secreta de tus mascotas” es una película aceptable. Lejos de ser perfecta, la idea es creativa y tentadora. A pesar de utilizar una formula ya usada miles de veces, tener protagonistas pobres o algún que otro diseño aburrido, el film cuenta con momentos delirantes. Nobleza obliga a confesar que si llegan a anunciar una secuela, voy a estar bastante expectante de saber que les deparara a estas simpáticas mascotas ya que, al fin y al cabo, soy todo un Peter Pan.
Cumplidora y entretenida Propuesta para los Chicos Como dueño de una mascota, cada tanto se me pasa por la cabeza saber qué hace cuando está sola; si la misma hace algo más que dormir en distintos lugares o si se quedan expectantes ante la puerta durante horas. Partiendo de esta premisa, llega a las salas argentinas La Vida Secreta de tus Mascotas, una propuesta de animación que apunta a contar una historia con las justas dosis de entretenimiento y buena narración. Dog Story. Max es un perro neoyorkino que vive feliz y contento con su dueña Katie, que lo adora tanto como él la adora a ella. A pesar de esas tristes horas donde Max se queda solo cuando su dueña se va, es el idilio canino-humano perfecto… hasta el día que Katie decide traer a otro perro llamado Duke a la casa. Del mismo modo que un hijo único amenazado por la presencia de su hermanito recién nacido, Max tratará de sacárselo de encima, hasta que dicho intento los termina alejando de su hogar y embarcándolos en una frenética aventura junto a un malvado conejo para poder regresar al mismo. La estructura del guion no depara muchas sorpresas ni derrocha originalidad (de hecho, quienes tengan la memoria atenta se percatarán de que la trama es esencialmente Toy Story pero con perros), pero posee un desarrollo narrativo decente con protagonistas y antagonistas claramente definidos y desarrollados, con apropiadamente ejecutadas escenas de acción y que tiene reservados algunos momentos de humor. Es una historia que sabe que no está reinventando la pólvora, pero por lo menos la utiliza con eficiencia para entretener. Por el costado de la técnica, la película pone en práctica sus herramientas con una sobriedad tan similar al procedimiento de su narración. La animación está muy bien trabajada, los movimientos de cámara son dinámicos, los escenarios te sumergen correctamente en el universo de la historia y está apoyada por una decente utilización de luz y color. Cabe aclarar también que la música acompaña con propiedad. Por el costado de las voces que dan vida a los personajes, y aclarando que esta reseña se limita a la versión doblada al castellano que ví en la función privada, hay dignos trabajos del colombiano Andrés Lopéz como Max, Eugenio Derbéz como el conejo antagonista Snowball y el comediante argentino Campi en la voz de Duke. En lo que refiere a su uso del 3D debe decirse que hay escenas donde no se justifica del todo su necesidad, pero hay otras escenas en donde se aprovecha todo lo que puede ofrecer el formato, particularmente a la hora de jugar con el foco y la profundidad de campo. Conclusión La Vida Secreta de tus Mascotas es una narración correcta que mediante un acertado uso de sus recursos cumple con lo justo y necesario su propósito de entretener, lo que no es poco. No es una de esas películas imperdibles que serán bisagra en la historia de la animación, pero si tienen chicos, y cuentan con el tiempo y el dinero, es una distracción que no decepcionará si la eligen.
Risas al servicio del amo La vida secreta de tus mascotas es una desopilante propuesta animada que indaga en lo que hacen los animales cuando sus dueños no están. Desde el título mismo que le puso Illumination Entertainment (la productora que creó a los Minions) queda en claro que las mascotas tienen una vida secreta. Los animalitos caseros no se quedan toda la hora acostados frente a la puerta mientras esperan que sus amos vuelvan del trabajo, sino que llevan una vida bastante parecida a la de un adolescente cuando queda solo en casa. La desopilante La vida secreta de tus mascotas, dirigida por Chris Renaud y Yarrow Cheney, tiene como protagonista principal a Max, el perro más afortunado de Nueva York, un terrier petiso y mimado que vive con su joven dueña Katie, quien todas las mañanas lo deja solo porque tiene que salir a hacer sus cosas. El primer inconveniente surge cuando Katie trae a vivir a casa a Duke, un perrote mechudo de color café que fue abandonado. Y ese enfrentamiento entre los dos perros de distintas razas es también el primer acierto del filme. Es muy gracioso ver cómo Max se muere de celos y cómo empiezan a marcar territorio mientras rompen todo. Este primer momento tiene timing y la dosis justa de gags para despertar la carcajada. El segundo inconveniente surge cuando Max y Duke se pierden en la ciudad y van a parar a un callejón sin salida donde son interceptados por unos gatos pendencieros. Y no sólo eso: al huir de las garras felinas son atrapados por el control animal, lo que da pie a la aparición de los otros personajes, los verdaderos enemigos: un conejo pequeño secundado por un cerdo, una iguana, un gato y un bulldog con bozal. La historia se transforma en una aventura imparable y efectiva, y desata una catarata de chistes infalibles a cargo de una fauna tan simpática como bizarra. La caterva de animales malos (“los desechados”) vive en las cloacas de la ciudad y se alimenta del odio contra los humanos. Es así que queda diseñada una suerte de lucha de clases animal que enfrenta a las cómodas mascotas que viven felices con sus dueños y los marginados que no tienen cabida en ese mundo. El problema del filme radica en que se trata de una propuesta inofensiva que amaga con tomar una actitud combativa pero termina tomando el camino del conservadurismo más naif y reaccionario, ese que se conforma con la comodidad del hogar burgués. Para tener en cuenta y llegar temprano a la sala: la película empieza con un divertido corto protagonizado por los minions.
Lamentablemente solamente los primeros y últimos minutos, y una escena por el medio de la proyección muestra lo que este film falsamente vende: las travesuras que hacen nuestros queridos animalitos en nuestro hogar cuando están solos. El resto es una....
CONTRA LA SOLEDAD La vida secreta de tus mascotas, la nueva producción de Illumination, tiene al menos un par de buenas ideas que son puestas en escena de manera totalmente fragmentaria a la narración central: son el prólogo y el epílogo, donde de alguna manera el bello diseño visual se impone y se da la mano con el montaje y con una interesante construcción psicológica de los personajes. Lo que allí se ve es la premisa del film, que es la indagación en lo que hacen las mascotas a espaldas de sus dueños, pero que es más una motivación para lo que ocurre en el nudo de la historia, que no es más que una aventura convencional que pone en juego -eso sí, a puro movimiento- una noción fundamental del cine animado contemporáneo como es la amistad. Claramente la película de Yarrow Cheney y Chris Renaud sufre un poco el drama de no poder extender narrativamente una idea de origen, pero suple eso en forma de múltiples invenciones felices, que tienen que ver con personajes sumamente lunáticos y chistes de un timing perfecto. La vida secreta de tus mascotas era una idea que se desarrollaba mucho mejor en forma de cortometraje. Sin embargo lo que hay es un largo, y bajo esa estructura es que hay que analizar el film. Y si La vida secreta de tus mascotas ingresa en un mercado saturado de cine animado mainstream, que va desde productos refinados y sofisticados como los de Pixar (casi siempre) a otros más efectivos desde su impronta humorística sin mayores complejidades, lo más interesante que tiene para ofrecer son sus novedades, que afortunadamente las tiene. Y esa es la buena noticia. En primer caso, hay que rescatar como una marca autoral de Illumination la utilización del color, de tonalidades brillantes y de formas estilizadas que dan una idea de golosina interminable. Y es un dulzor que no empalaga, porque desde la construcción de personajes y situaciones existen rugosidades y excentricidades varias. A eso se suma una mirada sobre el espacio urbano como en ninguna otra película dentro de este registro, con una Nueva York que es un personaje más y que exhibe a partir de sus diferentes niveles esos mismo quiebres que reconstruyen un entramado social que fortifica la idea de grupos y de comunión entre diferentes que la película exhibe sutilmente. Y lo de la sutileza es fundamental, porque La vida secreta de tus mascotas aprende aquello de que el cine es movimiento, básicamente, y que ese movimiento tiene que ser suficiente para justificar un mundo, sus criaturas y sus moralejas. La forma en que se va dando la amistad entre los perros protagonistas, Max y Duke, tiene que ver precisamente con lo físico, con cómo uno pone el cuerpo por el otro en determinado momento, y nunca se subraya todo esto por medio de diálogos. Aún en sus ambiciones medidas de ser un correcto divertimento, la película es una aventura bastante sabia, contada con solidez y con la creatividad como para construir personajes carismáticos por un lado y delirantes por otro, como ese conejo que lidera un grupo de animales algo enojados con el resto del universo. Y otra marca de Illumination a esta altura, es la inteligencia para asimilar que la falta de profundidad en los conflictos psicológicos de sus personajes invita a -sin obviarlas- desarrollar ligeramente las subtramas dramáticas. Porque no se trata de pereza como en el caso de la saga de La era de hielo, sino de una decisión bien precisa de presionar el botón de la emoción moderadamente. En esta jugada se resigna mucho de lo imperecedero de una película (raramente se trate de películas que se potencien con nuevas miradas), pero se fortifica una idea de cine luminoso, juguetón y divertido. Un cine del presente que no busca de ninguna manera la trascendencia, pero que no por eso se recuesta en la comodidad. Incluso en ese epílogo mencionado anteriormente hay algunas instancias de real belleza, visual pero también conceptual, que tiene que ver con el entramado social que refleja la película, integrado por gente mayormente solitaria que vive a la sombra de una ciudad siempre gigante (no caprichosamente son muchos los planos de personajes contemplando la ciudad, de espaldas al plano). En ese marco surge la amistad, irracional entre humanos y mascotas. Pero fundamentalmente la exploración de la psicología perruna, esa devoción entre servicial y heroica, como un remedio contra la soledad.
Algunos se quedan sentados firmemente todo el día detrás de la puerta a esperar que sus dueños regresen de trabajar; otros prenden la batidora para darse masajes o asaltan la heladera de sus dueños para no comer su alimento balanceado; y hay quienes tienen gustos musicales muy particulares cuando se quedan solitos en casa. Porque nosotros queríamos saber, el nuevo film animado del estudio responsable de “Mi Villano Favorito” y “Minions” nos responde la siguiente pregunta: ¿qué hacen nuestras mascotas cuando no estamos? Dentro de este contexto, la trama de esta producción dirigida por Chris Renaud y Yarrow Cheney, se desarrolla en un edificio ubicado en Manhattan, Nueva York, en el cual vive un perrito llamado Max (voz en inglés de Louis C.K./voz en castellano de Andrés López), cuya vida como mascota mimada da un giro de 360 grados cuando su dueña, Katie (Ellie Kemper/Natasha Dupeyrón) trae a casa a un descuidado perro mestizo llamado Duke. En la versión original, presta su voz Eric Stonestreet de “Modern Family” mientras que en la doblada, el comediante argentino Martín “Campi” Campilongo le impregna al personaje su identidad argentina, detalle que cuesta escuchar porque estamos acostumbrados al castellano neutro. En medio de una salida junto a su distraído paseador, son capturados por Control de Animales, por lo que ambos tienen que dejar su rivalidad de lado porque descubren que un malvado conejito blanco llamado Bola de Nieve (Kevin Hart/Eugenio Dérbez) los libera a cambio de su trabajo en la conformación de un ejército de animales abandonados con el objetivo de vengarse en todas las mascotas felices y sus dueños. Con una premisa similar a la de “Toy Story”, “La Vida Secreta de tus Mascotas”, que tuvo una excelente apertura en los Estados Unidos (recaudó más 103 millones de dólares), resulta ser un entretenimiento asegurado para grandes y chicos. Tiene momentos muy logrados (en cuanto a historia, gags y animación) pero en otros decae un poco. Sin dudas, todos los que posean una mascota verán reflejadas situaciones de la vida diaria de sus amigos de cuatro patas. Corto “Mower Minions” Previo a la proyección del film, en todas las salas se proyectará el nuevo cortometraje de los Minions, titulado “Mower Minions”, dirigido por Glenn McCoy. En esta ocasión, los pequeños seres amarillos necesitan recaudar 20 dólares para comprar una licuadora para bananas que vieron en la televisión. Para ello, deciden cortar el césped en una residencia de ancianos. El resultado es hilarante.
En "La vida secreta de las mascotas", los creadores de “Mi villano favorito" indagan en el secreto mundo de perros y gatos cuando no están a la vista de sus dueños Hilarante y simple, es el filme perfecto para las vacaciones de invierno. Un perro que no se mueve de la puerta hasta que llega su dueño o un gato que duerme todo el día. Víctimas de la viralización de videos, la gran pregunta de los que tienen mascotas de qué hacen sus animales cuando nadie los ve, fueron en algunas ocasiones contestadas pero como nos gusta desde niños soñar que hay algo más en las cabezas de estas especies domesticadas, es casi un placer culposo descubrir una película que cual “Toy Story”, imagine las historias que las mascotas ocultan. Todo comienza en Max, perro que adora por sobre todas las cosas a su dueña Katie. Su vida marcha perfectamente hasta que Katie decide llevar al callejero gigante Duke (en la versión doblada con voz de “Campi”) a vivir con ella para que sea compañero de Max. Por sus problemas de convivencia, ambos se harán la vida imposible pero intentando deshacerse del otro, terminarán encerrados en camino a la perrera. Cuando un grupo comando rescata a un bulldog enjaulado, en la desesperación por escapar el dúo dice que fueron abandonados y que mataron a sus dueños, para ser rescatados por el líder del grupo Snowball, y sus secuaces. Mientras tanto, los amigos de Max, varios gatos, perros y un pajarito, irán a rescatarlo, topándose con varios problemas en el camino. Una simple historia de enredos que disfrutarán tanto chicos como grandes, principalmente basado en los lugares comunes de la relación entre amos y mascotas. Con dos de cal y una de arena, la productora “Illumination Entertainment” creó las dos partes de “Mi villano favorito”, pero en su contra también realizaron “Minions”, con mucha especulación y poca fortuna, como para tener en cuenta sobre la estructura y comedia de situación con la que nos encontraremos. Hilarante y simple, es el filme perfecto para las vacaciones de invierno.
La primera película de los estudios Illumination Entertainment (Despicable Me, Minions, Hop, The Lorax) que elige preguntarse lo mismo que Pixar en Toy Story ¿qué es lo que hacen cuando nos vamos?" en este caso las mascotas, en aquel, eran los juguetes. La vida secreta de tus mascotas es (para empezar con las comparaciones odiosas) más graciosa que Zootopia y más fresca que Buscando a Dory. En un Manhattan gloriosamente dibujado, el film se centra en la vida de Max (voz de Louis C. K. que lamentablemente no disfrutaremos en la versión local). Un día Katie -su dueña- lleva a casa otro perro, el fornido Duke, y la rivalidad se produce instantáneamente. Y ese es casi todo el conflicto de la película. Max y Duke terminan fuera de la vivienda, lo cual los lleva a conocer a un pequeño conejito,que conduce una revuelta de animales de compañía abandonados, mientras tanto el variado grupo de amigos de Max inician la búsqueda de su amigo por todo New York. La acción no para un minuto y los chistes tampoco. Hay una atención al detalle no solo en la animación sino también en el guión, algo que van a disfrutar especialmente los dueños de mascotas. La vida secreta de tus mascotas no busca dejar un mensaje, ni complacer a los adultos que acompañan a los niños, la película se focaliza en un sólo objetivo, divertir a todos por igual y lo logra sin que nada resulte forzado. Una comedia redonda que pone a Illumination en el podio de los grandes estudios de animación. El corto que precede La vida secreta de las mascotas es Mower Minions, confirmando que la torpeza y simpatía de los minions funciona mucho mejor en pequeñas dosis.
No se puede dejar de mencionar el corto Minions Jardineros que se proyecta antes de que comience el film, es muy ingenioso y festivo, un slaptiks con todas las letras. Nuestros amigos amarillos se antojan de una licuadora que hace deliciosos batidos de banana, por lo que se les ocurre embellecer el jardín de sus vecinos para recaudar dinero y así comprarla. A partir del momento en que recortan el césped ocurren, en sucesión, todo tipo de gags físicos desopilantes. Imposible parar de reír. La vida secreta de tus mascotas muestra una singular idea de cómo se comportan un grupo de mascotas citadinas. La acción transcurre en una colorida y nostálgica New York, cuando sus ocupados dueños se van de casa. Tenemos desde un caniche punk, una gata golosa, un basset hound discapacitado, un conejito desquiciado, hasta una pomerania pomposa que está enamorada de Max, el protagonista. Debido a que la dueña de Max trae otro perro (enorme y peludo) a casa comienzan los conflictos y cambios de rutina. Ambos canes, en uno de sus paseos diarios, terminarán perdidos en las alcantarillas, donde viven las mascotas marginadas, abandonadas por sus dueños. Si bien el argumento es básico y no tiene la complejidad de uno de los realizados por Disney - Pixar, el film funciona y divierte. Los personajes son muy queribles y la ambientación en colores pasteles colabora confiriendo mayor calidez. Estamos ante una narrativa que respira cierto aire de cuento clásico, que se construye a partir una sucesión de hechos entrelazados, en modo acción/consecuencia, que generan gags cómicos muy efectivos. La vida secreta de tus mascotas es una película acogedora que, más allá de ciertos estereotipos y clichés narrativos, sale airosa a fuerza de su dinamismo y simpatía.
Escuchá el audio haciendo clic en "ver crítica original". Los domingos de 21 a 24 hs. por Radio AM750. Con las voces de Fernando Juan Lima y Sergio Napoli.
Nuevo film animado de Illumination Entertaiment que intenta explorar que hacen nuestras mascotas cuando nos vamos de casa a diario, con un relato que transcurre en la ciudad de Nueva York. Estos son los protagonistas: el primero es Max, un simpático y tierno perrito cuya dueña es Katie, quién lo encontró en una oferta de cachorros gratis. Max es leal, juguetón, travieso, y su único problema es que Katie se va de la casa todos los días y él se queda solito esperando su regreso porque la extraña mucho. Gidget es una perrita color blanco y vecina del edificio de enfrente al de Max. Ella lo saluda todos los días y se queda embobada mirándolo desde su ventana porque está enamorada de él. Chloe es una gata color gris, muy obesa, que como no le gusta el alimento balanceado suele investigar en la heladera para engullir otras delicias, y es la mejor amiga de Max. Mel es un perrito muy inquieto, obsesionado con las ardillas que habitan el árbol que está frente a su ventana. Alitas es un pícaro pajarito que disfruta jugando a volar muy alto frente a la pantalla del televisor. Buddy es un perro salchicha que utiliza la batidora que está sobre la mesada de la cocina como masajeador personal. La mayoría vive en el mismo edificio, excepto Gidget, y todos los días se reúnen en la casa Max. A ellos se suman Norman, un hamster que no recuerda a que departamento pertenece y deambula por los conductos de ventilación pasando de tanto en tanto por la casa de Max, y Leonard, un perro muy fino de color blanco, de buena posición social, que suele dar fiestas secretas para sus amigos y escucha heavy metal cuando su dueño no está en la casa. Todo va bien para Max hasta que Katie le trae a Duke, un enorme y lanudo can que ha rescatado de la perrera y con quien deberá compartir su espacio y a su dueña, pero al principio el pobre Max se siente amenazado por la presencia de Duke y no se llevan bien. Luego algo sucede que los aleja de su hogar y es ahí cuando ambos comprenden que solo trabajando juntos podrán encontrar el modo de volver a casa. Mientras tanto, Gidget descubre que Max ha desaparecido, para encontrarlo le pide ayuda al resto de las mascotas del edificio, y se les unirá en la búsqueda un halcón llamado Tiberius y un perro anciano que anda con unas rueditas. Así este peculiar grupo vivirá una aventura extraordinaria y alocada, enfrentando a Snowball, un conejo demente y psicótico, que vive en las cloacas junto a otros animales mucho más extraños, como un cerdo tatuado, algunos reptiles, otros perros y muchos gatos callejeros, quienes odian a los humanos y desprecian a las mascotas. Una comedia entretenida con tiernos personajes que más de uno podrá identificar con sus propias mascotas, aunque en este caso todo lo que ocurre es más exagerado que lo que podría suceder en la vida real. La animación 3D es de gran calidad y los responsables del film son los mismos productores de “Mi villano favorito” y “Mi villano favorito 2”, Chris Meledandri de Illumination Entertaiment y Janet Healey. Los directores son Chris Renaud y Yarrow Cheney. El guión fue escrito por Brian Lynch, Cinco Paul, y Ken Daurio. La película se exhibe en 2D en las 2 versiones: inglés con subtítulos y doblada al castellano, en ésta última diferentes artistas latinos ponen voces a los personajes, entre ellos se halla el argentino Martin “Campi” Campilongo que dobla a Duke. En 3D sale solo doblada. Antes del film se proyecta un corto de los Minions titulado “Jardineros”, muy divertido, donde los famosos personajes amarillos hacen de las suyas.
Tras su estreno la semana pasada, era número puesto que El buen amigo gigante de Steven Spielberg sería la perlita de las vacaciones invernales, pero no era esperable que la distancia con los nuevos tanques (en términos de calidad, claro, no de números finales) fuese tan grande. La vida secreta de tus mascotas, la apuesta de animación de la semana, es el último invento de Chris Renaud, creador de los Minions. Nada, ni siquiera el corto de Stuart, Kevin y compañía que se proyecta antes de cada función, podría asociar al humor absurdo y slapdash de Mi villano favorito con la discreta simpleza del nuevo film. Cuando los dueños salen a trabajar, el perro Max (voz de Louis C.K.) y sus amigos mascotas tienen por costumbre salir a pasear por Manhattan. Max se agarra un entripado el día que su dueña aparece con Duke (Eric Stonestreet), un perro más grande y ventajero, si bien torpe, que quiere ganar el favoritismo hogareño pero no le da el piné (en la versión doblada, su voz la hace el comediante Campi). Pronto Max domina la situación, cuando durante otro paseo resultan secuestrados por la banda de Snowball (Kevin Hart), un conejo desquiciado, probablemente inspirado (aunque más light) en Blue, el conejo heroinómano de Fritz the Cat (Ralph Bakshi sobre el cómic de George Crumb, 1972). Snowball y su pandilla son una suerte de cruzados contra el yugo humano; en cambio Max, el protagonista, aboga por la sumisión. Si existe un segundo mensaje, como en la brillante Zootopia, es un mensaje conservador. Pero La vida secreta de tus mascotas no es Zootopia, ni mucho menos Toy Story, film del que extrae la idea de “autonomía en ausencia del amo”. Es apenas un largo prolijo, cándido y escaso de dinámica, envasado al vacío y con salida directa al público infantil; dos escalones por encima de Baby TV.
Para disfrutar plenamente otro gran acierto del cine animado Uno no puede estar muy seguro del lugar que ocuparán las obras de arte en la historia a los efectos de su análisis. Al ser contemporáneas a nosotros es difícil tener un concepto abarcador de una época. Sería como hacer una suerte de futurología fútil, pues serán las generaciones venideras las pasibles de clasificar este presente. Lo que sí podemos tener es un antes y un después claramente marcado en el género de animación, y eso ocurrió en 1995 cuando se estrenó “Toy store”. Aunque haya un puñado de antecedentes, esa obra maestra cambió para siempre la mirada, la estética, la profundidad de los guiones y hasta las tendencias de un público que de ahí a esta parte y hacia adelante, difícilmente será capaz de aceptar otra estética diferente de las tres dimensiones que desterraron prácticamente todo lo anterior. Ya casi nadie piensa en hacer cortos animados como los de los ’40 ó ’50 de Warner, o los clásicos de Disney. Hay excepciones por supuesto. pero para un cine cercano al de autor y muchas veces lejos de estar apuntado a los chicos. En esa estética, se volvió fundamental contar con guiones e ideas que atrajesen al mismo tiempo a los niños y a los adultos. A unos, por la forma, y a otros, por el contenido. La vara está alta, pero por suerte “La vida secreta de tus mascotas” logra salir más que airosa y destacarse como uno de los estrenos que seguramente tendrá candidatura al Oscar 2017. El armado de los primeros siete u ocho minutos es de colección y muy cercano a “Toy Store”. Nueva York, montaje de varios dueños de casa despidiéndose de sus mascotas. Perros, gatos, peces, pájaros, etc. En esa compaginación brillante se instala la idea rápidamente. ¿Qué hacen los animales domésticos cuando los humanos se van? De ahí pasamos a una impronta de relato costumbrista mientras se van presentando los personajes: Max (Louis C.K., doblado por Andrés López), el protagonista, tiene por vecinos a Gidget (Jenny Slate doblada por Mónica Huarte), Chloe (Lake Bell doblada por Ana María Simon), Mel (Bobby Moynihan doblado por Jesús Guzmán) y Buddy (Hannibal Buress doblado por Chumel Torres). Cada uno con su idiosincrasia conforma este pequeño universo en la gran ciudad. La trama gira cuando Duke (Eric Stonestreet doblado por Campi), un perro inmenso en estado de abandono adoptado por la dueña para darle un compañero a Max. Los celos harán que ambos, enfrentados, se pierdan en la calle y deban aunar fuerzas para tratar de volver a casa convirtiendo a “La vida secreta de las mascotas” en una potencial “buddy movie”. Ya de por sí venía funcionando bien la idea de un guión que intenta avisar que las mascotas sufren ante la ausencia de atención, pero a partir del punto de giro de la trama todo se sublima al descubrir que en el submundo, debajo de las calles de la ciudad, hay un grupo enorme de animales unidos por el resentimiento que les provocó el hecho de haber sido abandonados, y en causa común para vengarse de los humanos. Su líder es Snowball (Kevin Hart doblado por Eugenio Derbez), un conejito blanco, con ínfulas mafiosas, pero extremadamente divertido. En estos dos ámbitos se cuenta una rivalidad impuesta por las circunstancias, pero subyacente en el texto cinematográfico, porque en definitiva son dos tribus separadas socialmente por tener o no tener correa. Más allá de esto, los directores Chris Renaud y Yarrow Cheney se despachan con una gran diferencia estética que incluso podría leerse como diferencia de clases. Los protegidos y los desprotegidos. Los marginales del sistema y los que pertenecen al mismo de manera inconsciente e ignorante de la realidad que viven otros pares. Uno podría admitir, tal vez, que “La vida secreta de las mascotas” no se propone deliberadamente esta profundidad, pero estar, está. Gags de todo tipo salpican de humor una película eminentemente de aventuras, bien montada y con ritmo sostenido, incluso en las transiciones. Obviamente hay personajes queribles que quedan flotando con la sensación a secuela. Eso se verá en el futuro. Por ahora es disfrutar de otro gran acierto del cine animado.
El instinto les funcionó No es la originalidad, sino más bien el aprovechamiento de los personajes y la decidida apuesta por el humor físico lo que hace disfrutable a “La vida secreta de tus mascotas”. Es que la nueva producción de Illumination Entertainment, la compañía que tiene en su haber la creación de “Mi villano favorito” y “Minions”, fantasea con una idea que no es nueva (¿Qué hacen las mascotas cuando sus dueños no están en casa?) pero lo hace con tal convicción que es imposible no rendirse ante la catarata imparable de chistes (básicos, pero eficaces), gags bien hilvanados y animación de alto nivel. A diferencia de otras propuestas recientes de animación, más predispuestas a correr riesgos, la trama está moldeada sobre lugares comunes y jamás se adentra en territorios desconocidos. Max, un perro sin pedigree ni pretensiones, tiene una existencia idílica con su dueña Katie. Cuando ésta trae a casa al bonachón Duke (doblado al castellano por el humorista Campi, quien le otorga un curioso perfil que incluye algunas expresiones propias de esta parte del continente, como la interjección “che”) percibe una amenaza. La tensión entre ambos provoca una situación límite, que los lleva a involucrarse con un grupo de ex-mascotas resentidas con los seres humanos, lideradas por el conejo Snowball, que se mueven por las cloacas de la ciudad ideando planes de dominación global, tan delirantes como los de Pinky y Cerebro. Dinamismo y caracterización El film, perspicazmente ambientado en Nueva York, contiene apuntes satíricos sobre determinados fenómenos y tendencias sociales: la migración de hipsters a Brooklyn, el snobismo que expresa a veces la elección de las mascotas (al respecto, hay una mirada interesante respecto al desprecio que se ejercita sobre ellas cuando pasan de moda), las costumbres de la juventud de clase media -influidas por las pantallas de todos los tamaños- y la postura radicalizada de ciertos grupos marginales. Por desgracia, no se profundiza mucho en estas cuestiones. La fortaleza central de “La vida secreta de las mascotas”, además de su dinamismo -en el que todos los personajes interactúan en sus correrías-, radica en la caracterización tanto de los protagonistas como de la vasta galería de secundarios. Los realizadores se toman el tiempo necesario para describirlos con detalle, lo cual contribuye a la buena sintonía con los espectadores. Cualquiera que haya disfrutado con “Toy Story” (a la cual esta nueva apuesta de Illumination debe mucho en su concepción argumental) o incluso con las más clásicas “101 dálmatas”, “La dama y el vagabundo” y “Oliver y su pandilla”, encontrarán muchos motivos para el disfrute. Un dato de color: la película conquistó -según consigna el sitio especializado www.filmaffinity.com- el mejor estreno en la historia en Estados Unidos, con 103 millones de dólares de recaudación, para una película que no es secuela, remake o reboot, sino una idea original. El récord lo tenía la oscarizada “Intensamente”, de Pixar, que en 2015 se lo había arrebatado a “Avatar” de James Cameron. Los “Minions” en acción Junto a “La vida secreta...”, se estrenó el cortometraje “Mower Minions”. Aquí, las pequeñas criaturas amarillas desean conseguir dinero para comprar una licuadora y para eso se dirigen a un asilo de ancianos, donde realizarán distintos trabajos de jardinería, con la torpeza que ya constituye su marca registrada. En cuatro minutos, se intenta una mullida crítica a la sociedad de consumo, pero lo que queda en pie en definitiva es una intensa sucesión de gags demasiado prosaicos. Desde su concepción misma, los minions tenían más vocación de secundarios que de protagónicos. Entregados a su líder, funcionaban muchísimo mejor que librados a sus fuerzas. Ya la película de 2015, aunque fue un rotundo éxito de taquilla, parecía un exceso. Este pequeño filme reafirma este agotamiento argumental.
Si tuviéramos que definir La vida secreta de tus mascotas en una palabra, esta sería sin lugar a dudas "compradora". Desde su irresistible arranque con vistas aéreas de Nueva York, hasta los últimos gags durante los títulos de cierre; este nuevo suceso comercial de la factoría Illumination Entertainment es simplemente arrasador. Yarrow Chenew y Chris Renaud, diseñador de producción y co director de las dos entregas de Mi villano favorito, se colocan al frente de esta aventura animada que propone un subidón sin pausa. Conocedores de los niveles de estímulo y excitación del espectador infantil modelo 2016, los realizadores no andan con vueltas y despachan un arsenal de personajes y gags de probada eficacia. En el centro de la escena está Max, un simpático perrito que tiene un amor sin límites hacia Katie, la amorosa chica que lo adoptó de la calle. Sin embargo, esa convivencia idílica pronto se verá amenazada cuando llegue un nuevo integrante al hogar, el enorme y peludo Duke, otro desamparado al que la joven ha rescatado. También hay varias mascotas vecinas, y un simpático combo de travesuras que despliegan cuando sus dueños salen de casa. Pero el asunto no se detiene aquí. La reticente dupla canina irá estrechando su vínculo cuando se zambulla en una odisea callejera, que incluirá el constante escape de la perrera y el encuentro con un escuadrón de animales rebeldes liderados por el villano conejo Snowball. No hay lugar para subtextos ni demasiadas sutilezas. El hecho de que la mencionada pandilla insurrecta viva en el submundo de las cloacas, con una declarada guerra contra los humanos y mascotas hogareñas; podría dar lugar a una suerte de lectura sobre las tensiones de clases, pero no, la película jamás renuncia a su esencia escurridiza y juguetona. Ni siquiera se detiene demasiado en alguna instancia confesional, como cuando Duke le cuenta a Max sobre su adorable vida en su anterior hogar. El film corre sin pausa y por momentos se transforma en una experiencia agotadora. "No se puede mantener a la gente riéndose por más de media hora y ser constante. Uno tiene que parar las risas y volver a empezar", decía Hal Roach (productor y guionista de las comedias de Laurel y Hardy). El tándem Chenew-Renaud pasa por encima de esa sabia premisa y se lleva puesto al público. Tal es así, que el clima que queda en la sala tras la proyección es electrizante. Es de temer lo que los niños puedan llegar a hacerle a sus mascotas en su brotado regreso a casa. Más allá de esto, hay algo que coloca a esta película por encima de su competidora de temporada La era del hielo 5. Si bien las dos acusan cierta falta de ideas, con más de una semejanza entre este film de Illumination y un clásico de Pixar como Toy Story; La vida secreta de tus mascotas sale airosa porque es fiel a su propuesta. Mientras el film de las criaturas prehistóricas acumula gags que paulatinamente van perdiendo su brillo, a la vez que ensaya un conflicto familiar que no alcanza a cobrar vuelo emotivo; estas mascotas neoyorquinas no tienen aires pretenciosos y son más eficaces en el oficio de hacer comedia. El universo visual de esta troupe de variopintos animales es también más inspirado que el del nuevo capítulo de la ardilla Scrat y sus secuaces. La paleta de colores y texturas con la que los animadores han trabajado es tan suculenta como deliciosa, y el uso del 3D cobra algunos momentos de verdadera intensidad. La banda sonora es otro golazo de la actual número uno en la taquilla de los cines del país. Taylor Swift, Queen, System of a Down y Beastie Boys; son parte de un soundtrack ecléctico en el que cada canción da en la tecla justa de la escena que acompaña. El insuperable carisma de los personajes secundarios termina de redondear el poder magnético de esta vertiginosa historia. Si bien el maléfico y delirante conejo se lleva buena parte de la atención de la platea, la pomposa perrita Gidget, ferviente fanática de culebrones televisivos; se destapa como una aguerrida heroína en su lucha por concretar su amor con Max. La vida secreta de tus mascotas no aspira a sumarse al panteón de los clásicos infantiles, pero tiene una impronta que va más allá de la fórmula. La película no solamente sabe de adrenalina, sino que sabe a adrenalina. The Secret Life of Pets / Estados Unidos /2016 / Dirección: Chris Renaud (co-dirección: Yarrow Cheney) / 87 minutos / Apta para todo público / Salas: Cinemark, Village, Cinemacenter, Tadicor, Cine Ducal, Cine Cervantes y Cine Universidad.
Divertida aventura mascotera "La vida secreta de tus mascotas" es una película de animación que por su temática y la buena promoción que tuvo generó bastante expectativas y obtuvo muy buenos resultados de recaudación en su estreno. ¿Qué es lo que hacen nuestros perros, gatos, peces, conejos cuando no estamos? ¡Compro! Los que la vimos en el cine disfrutamos mucho de sus personajes y como suele pasar, la magia de la sala logra que la alegría se contagie y entremos todos en una especie de complicidad en la que nos reímos y miramos entre nosotros para validar la diversión. Ya más frío, fuera de la sala y luego de una buena hamburguesa con papas y gaseosa, me puse a analizar un poco más la propuesta y algunas cosas saltaron rápidamente a mi mente. La trama es bastante básica. Gira alrededor del conflicto de celos que se genera entre uno de los protagonistas, Max, un perrito de departamento, y su hermano a la fuerza Duke, un enorme perro peludo y torpe adoptado de una perrera. A partir de la disputa entre ambos se genera todo un lío, ambos se pierden y sus amigos unen fuerzas para hacerlos volver a casa. No es la gran cosa digamos. Lo que más divierte y llama la atención es el tipo de humor que se usó, que va más allá del humor tranqui para niños y que escala a niveles realmente divertidos hasta para los espectadores más cínicos de la sala. De hecho el film recibió una calificación PG (parents guidance) por el tipo de humor más ácido que utiliza por momentos. Hay algunos muy buenos momentos que traen a escena cuestiones de la vida real como las pandillas (con un conejo gangster muy divertido), la irresponsabilidad de la gente que adopta mascotas y cuando se harta las tiran a la calle, el hecho de tener que ceder algunas comodidades para poder convivir con otros, etc. El guión es básico, pero tiene algunos buenos momentos de enseñanza junto a remates de humor que lo elevan. Su pilar más fuerte está en el carisma de algunos personajes como Max, el perrito protagonista, Snowball, el conejo vengador de animales desprotegidos, y Chloe, la gata obesa gruñona y cínica amiga de Max. Creo que si bien no es lo mejor en materia de animación que se va a ver este año, es un producto que cumple, divierte y regala algunos buenas reflexiones. Los más chicos se vana divertir seguro y los más grandes no se van a quedar atrás.