Conciencia y ciclo infinito Caso curioso el de Si no Despierto (Before I Fall, 2017), un film que sale relativamente bien parado en el rubro “adolescentes atravesando circunstancias fantásticas”, tan de moda hoy en día, pero que nunca puede despegar del todo a partir de una premisa de base algo remanida aunque siempre interesante, capaz de convertir a la rutina de cualquier personaje en un juego de supervivencia en donde la más pequeña modificación trae aparejada incontables consecuencias. Específicamente hablamos de la estrategia narrativa centrada en someter al protagonista de turno a vaivenes temporales/ existenciales que le permitan mirarse a sí mismo y obrar en función de una determinada meta, la cual por lo general tiene que ver con quebrar la maldición de lo que suele ser un ciclo infinito de repeticiones. Aquí el miedo a la muerte se transforma en su opuesto, la pretensión de encontrarse con la parca. Desde ya que los rasgos por antonomasia del concepto vienen de la mano de Hechizo del Tiempo (Groundhog Day, 1993), la que a su vez sirvió de inspiración para una catarata de propuestas semejantes que incluye a Primer (2004), Los Cronocrímenes (2007), Triangle (2009), En la Luna (Moon, 2009), 8 Minutos antes de Morir (Source Code, 2011), Al Filo del Mañana (Edge of Tomorrow, 2014), Predestination (2014) y Project Almanac (2015), entre otras. A pesar de que resulta indudable que el opus sobrepasa el nivel estándar de los productos destinados al segmento teen, al mismo tiempo no le alcanzan los méritos para imponerse como una obra realmente valiosa y/ o para ofrecer una perspectiva más compleja que la promedio en el mercado actual: el hecho de retomar el tono light de la película de Harold Ramis le juega en contra porque el subgénero se oscureció mucho desde entonces. A través de una impronta que nunca se decide entre la autosuperación del egoísmo y las fábulas espirituales, ahora por suerte sin mezclarse con lo cristiano culposo tradicional ya que el viaje de la protagonista apunta mucho más a llegar a un estado de sabiduría símil nirvana, el relato nos presenta una y otra vez el mismo día de una chica que perece en un accidente automovilístico y no puede romper el loop sin importar lo que haga (si evita las circunstancias de su fallecimiento y opta por una alternativa, igualmente al día siguiente continúa presa de los acontecimientos de la jornada anterior). Así las cosas, el mundo de Samantha (buen trabajo de Zoey Deutch) se reduce a su familia, novio y amigas, y de golpe se viene abajo cuando luego de una pelea en una fiesta con Juliet (Elena Kampouris), una víctima de bullying por parte de las señoritas, la joven “muere” en un choque misterioso. La directora Ry Russo-Young y la guionista Maria Maggenti construyen un pulso narrativo estable y prolijo aunque terminan abusando de los clichés y latiguillos de los productos adolescentes (diálogos superfluos, escenas descriptivas demasiado extensas, “ceremonias de iniciación” para cada minucia, mucho pop hiphopeado estridente, edición general de índole publicitaria, etc.). En lo que respecta a la metamorfosis de Samantha de burguesa individualista y malcriada a ángel de la bondad y el sacrificio que comprende que la satisfacción suele pasar por ayudar al prójimo, la realización cumple con dignidad a nivel ideológico pero sorprende desaprovechando a Juliet, el personaje más interesante de la historia, y a Kent (Logan Miller), un chico que trata de acercarse sentimentalmente a Samantha. En Si no Despierto la conciencia que la protagonista tiene del engranaje fantástico, léase el regresar siempre al principio, vuelve a abrir la puerta al detallismo y al arte de descubrir que los que nos rodean son mucho más complejos que lo que nos gustaría admitir, inaugurando a su vez la posibilidad de un fuerte cambio de perspectiva personal…
¿Si pudieras volver a repetir un día de tu vida, que cambios harías? Esta es una de las premisas vitales de 'Si no despierto', transposición cinematográfica de una novela juvenil de Lauren Oliver, que interpela sin tapujos el tema del bullyng. Sam (Zoey Deutch), es una adolescente que tiene vida una soñada. Vive en una bella casa, con sus padres y su hermanita menor. Está a punto de terminar la preparatoria y junto a su grupo de amigas son las más populares de la escuela. Hasta que un día, el 12 de febrero, irrumpe en su existencia un hecho inexplicable. Tras sufrir un accidente con sus amigas, de regreso de una fiesta fallida, Sam despierta nuevamente el 12 de febrero. Y así repetidamente, día tras día, se verá atrapada en un bucle temporal, que la hará manifestar todo tipo de comportamientos y visibilizar a hechos, y personas, que tiene a su alrededor, pero que nunca antes había podido apreciar. Como un chico, no popular, sensible y tierno que siempre la admiró, o el molestar y burlarse de compañeras distintas a ella. Con una estructura narrativa efectiva, ya vista antes en el cine, como la de la maravillosa Hechizo del tiempo (1993) de Harold Ramis, y un bien utilizado lenguaje adolescente, Si No Despierto, es una propuesta que sale airosa en comparación a otros exponentes emocionalmente pueriles, que se empatan con su temática y género. Es cierto que gira en torno a un argumento tan visitado como lo es el del bullyng, pero lo novedoso es que aquí se aborda el tema desde el punto de vista del acosador, sin eludir una crítica a la protagonista, a través de su rotundo cambio de perspectiva. Como Sam logra, poco a poco, aprehender el sufrimiento ajeno, consecuencia de su arrogante personalidad. Si No Despierto, además de estar correctamente narrada, delimita muy bien los personajes. Ni blanco, ni negro, todos tienen matices, como sucede en la vida diaria. Por momento son monstruos manipuladores y en otros se evidencian sus pesares, sus problemas, sus debilidades. Seres que evolucionan como pueden, más que como quieren. A pesar de sus aspectos remanidos, y los estereotipos, la película logra afrontar una problemática tan repetida y necesaria como la del acoso escolar, conectándose honestamente con el público adolescente, eludiendo prejuicios y toda clase de pornografía sentimental.
Existencialismo teen Más allá de las dudosas cualidades y calidades de un film destinado al consumo adolescente, que no repara en esquivar toda la galaxia de estereotipos y lugares comunes que hacen de la fórmula un discurso repetitivo pero eficaz, Si No Despierto puede insertarse dentro de un contexto donde la palabra frustración y suicidio se conectan directamente con el universo teenager como un intento de respuesta a muchas inquietudes actuales y propias de una etapa en la que el sentido del aquí y ahora no se vive con intensidad. El trillado recurso del tiempo en bucle, es decir la repetición constante de un tiempo en un mismo espacio, nos remite desde la nostalgia a aquella maravillosa comedia dramática Hechizo del Tiempo (Groundhog Day, 1993) y luego con el correr de las décadas a otras películas que tomaron la premisa para reformularla hasta el infinito y más allá. Como sucede con esos filmes deudores de la original, en este caso ocurre exactamente algo parecido pero la víctima de turno, Samantha (Zoey Deutch), es una mojigata adolescente. Superficial como sus amigas, quien forma parte del grupo de las “populares”, en un típico colegio yankee donde el bullying se dirige por parte de ellas hacia Juliet (Elena Kampouris) y se acentúa aún más en un típico día que terminará, luego de una fiesta, en tragedia. La voz en off como recurso narrativo -siempre desde el punto de vista de Samantha- impone al relato un ritmo donde las revelaciones del fenómeno sobrenatural (Samantha despierta siempre el viernes de esa semana a la misma hora haga lo que haga) conllevan desde lo implícito una búsqueda espiritual mezclada con las consabidas dudas existenciales, donde la presencia de la muerte se encuentra más próxima, así como la necesidad de aferrarse a lo afectivo en un simpático “carpe diem pop”. No obstante, las buenas intenciones de la directora Ry Russo-Young y la guionista Maria Maggenti alcanzan para evitar que la trama recaiga en un loop de superficialidad como la que se encontraba al comienzo en la presentación de Samantha y sus tribulaciones, antes de partir. La insalvable moraleja porque en definitiva este cine pre fabricado debe dejar un mensaje roza un terreno de ambigüedad pero no por mérito del guión, sino por la prisa de caer en la corrección política en lugar de preguntarse porqué existen películas como ésta.
¿Qué pasaría si tuvieses un solo día para cambiar absolutamente todo? Samantha Kingston tiene todo: Amigas perfectas, el chico perfecto y un futuro aparentemente perfecto. De pronto, todo cambia. Luego de una fatídica noche, Sam despierta sin un futuro. Atrapada reviviendo el mismo día una y otra vez, comienza a cuestionarse qué tan perfecta era su vida realmente. A medida que comienza a desentrañar el misterio de su vida, inesperadamente truncada, tiene también que develar los secretos de la gente más cercana a ella y descubrir el poder de un solo día para marcar una diferencia, no sólo en su vida, sino en la vida de aquellos a su alrededor. Antes que se quede sin tiempo para siempre. A cargo de Ry Russo-Young y basada en el libro homónimo de Lauren Oliver, Si No Despierto es una película que entretiene y que para los/as adolescentes que viven estas situaciones, les va a llegar profundo y con un mensaje claro: “las decisiones que tomás en tu vida afectan las vidas de los demás” y “nunca es tarde para cambiar”. Para los adultos, va a ser como ver “El Día de la Marmota“, pero con adolescentes odiosas (Sí, más que Bill Murray en el papel de Phil). Ninguna de las actrices falla en su interpretación, pero al estar basadas en estereotipos adolescentes típicos, es muy fácil sentir que son actuaciones genéricas: Sam (Zoey Deutch), la bonita e inocente protagonista, la conflictiva hija de padres divorciados (Halston Sage), la asiática estudiosa (Cynthy Wu) y la amiga ebria y fiestera (Medalion Rahimi). Resumiendo, Si No Despierto es una típica película para adolescentes, que los va a entretener y dejarles un mensaje positivo sobre la vida y las consecuencias de sus actos. Recomendable para dejar a las hijas y sus amigas en el cine mientras los adultos se clavan un pedazo de torta en algún café.
En esta producción nos encontramos con un mediocre y tedioso drama adolescente sobre unas chicas ricas que viven con angustia, cuyos problemas se resolverían si tuvieran que limpiar baños en McDonald´s. Un mes como empleadas de la casa del payaso Ronald y sus padres se ahorrarían fortunas en terapia. Si no despierto es una película basada en una novela juvenil que robó de manera descarada el concepto de El día de la marmota (Groundhog Day) con Bill Murray y lo combinó con Chicas pesadas, la comedia protagonizada por Lindsay Lohan. La diferencia es que el conflicto erradicó por completo el humor y desarrolló los mismos conflictos con personajes trillados y detestables. La directora Ry Russo- Young no hace nada por aportarle una identidad propia a la historia, que no deja de ser una copia mala del film de Harold Ramis para chicas de 14 años. Los personajes son extremadamente superficiales y no generan ningún tipo de empatía porque cada una de las actrices encarna un estereotipo burdo de los relatos con adolescentes. Desde la alumna maltratada, que tiene un peinado raro porque es “artista” hasta las bullies populares, todos los lugares comunes del género aparecen representados en estos personajes. Una lástima porque el reparto reunido es bueno e incluye artistas talentosos como Zoey Deuth (¿Tenía que ser él?) y Logan Miller (The Walking Dead), quienes tienen poco para hacer con un guión tan pobre. No hay ningún atractivo en ver los melodramas tontos de un grupo de chicas superficiales que viven dentro de una burbuja. Si la intención era copiar El día de la marmota al menos se podían haber esforzado en encontrarle una vuelta original al concepto de aquella clásica comedia. Un auténtico bodrio para el olvido.
Homenajeando (o robando) a El día de la marmota (1993), Si no despierto toma la fórmula en la cual la protagonista revive una y otra vez el mismo día sin importar qué haga. Lo interesante aquí es la mezcla de coming of age y drama adolescente que va desde los temas más superficiales hasta verdaderos problemas como el bullying. En tiempos en los cuales una serie tal como 13 reasons why (de Netflix) acapara todas las miradas y debates, esta película está en total sintonía. A priori podría haber sido un film muy tonto y lleno de clichés pero la directora Ry Russo-Young esquivo todo con gran maestría ejecutando un guión conciso y sin demasiado divague. La puesta es muy simple y chata, y eso también hay que decirlo, pero en el balance final la película sale ganando. Zoey Deutch es una de las actrices en ascenso que más laburos viene pegando en Hollywood, y si bien aún no ha hecho algo significativo que la ponga en el tendem de estrella hay que prestarle atención. Aquí está muy bien como la adolescente Sam, donde pasa por diferentes matices hasta llegar al climax. Y hablando de climax, el final es otro de los grandes puntos fuertes del film del cual no puedo escribir por razones obvias. Es muy fácil pegarle a esta película si se la analiza a la ligera pero si uno la observa de manera un poco más minuciosa descubrirá un buen film que tiene una declaración para hacer a través de un metalenguaje muy simple. No es la típica película dirigida hacia el público adolescente. Una grata sorpresa.
La lección Basada en el best seller teen de Lauren Oliver, Si no despierto (Before I Fall, 2017), es una versión aggiornada de Cuento de Navidad, clásico en el que una lección debe ser aprendida por alguien para poder avanzar y, de alguna manera, recomponer y volver a un estado anterior en el que el personaje central se encontraba. Acá la lección es para Samantha (Zoey Deutch), una joven popular, bella, a la moda, que sólo desea compartir jornadas de baile y alcohol con sus amigas, desatender a su familia y pensar en debutar sexualmente con su novio, uno de los “chicos malos” de la secundaria. Cuando una noche, regresando de una fiesta en la que atormentan y humillan a una de sus compañeras junto al resto de su grupo, tiene un accidente automovilístico y su vida cambiará drásticamente viéndose envuelta en una situación particular: despierta siempre en el mismo día que antecedió al choque sin poder modificarlo. Así, la realizadora Ry Russo-Young irá desandando los pasos de Samantha, en la previa a la fiesta que desencadenó su situación, mostrando cómo la joven irá atendiendo a cosas que hasta hace horas le habían parecido imperceptibles, pero que claramente han tenido que ver con aquello que la ubicó en esa situación y que también entiende que debe modificar para regresar a su vida pasada. Si en Hechizo del tiempo (Groundhog Day, 1993), Bill Murray veía en el repetirse eternamente el día en el que despertaba una oportunidad para sacar provecho de aquello que justamente en ese día le había ido mal, acá la chance de revivir la jornada de un ciclo circular eterno, sirve para analizar y autoexigirse un cambio a la protagonista, que ubica al relato en otro plano, con una temática asociada a la moral que atraviesa toda la narración. Ry Russo-Young descansa en el carisma de Zoey Deutch y sus amigas para potenciar una idea muchas veces vista, pero que suma un tema urgente, el bullying como disparador de una historia que no por poseer vetas de relato fantástico elige quedarse en ese género, prefiriendo acomodarse en el drama para generar un verosímil que se aleja de la concreción de pesadillas. La directora apela a planos amplios para centrar la historia en el apacible, en apariencia, pueblo en el que Samantha vivirá mil veces el mismo día, un lugar plagado de árboles, montañas y niebla, que además funcionan como motivos de la trama al sumarlos, principalmente, en los momentos de revelación de la verdad de la protagonista y de las acciones que toma para cambiar el destino de sus allegados y el propio. La selección musical, además, coincide con la búsqueda de un espectador joven, que disfruta de reconocerse en el relato a través de usos y costumbres, el mismo que ha devorado de una pasada los episodios de 13 Reasons Why (2017), serie de Netflix, que también tiene como temática el bullying y que, al igual que Si no despierto, intentan concientizar sobre una problemática cada vez más recurrente entre niños y adolescentes y que exige un pronto tratamiento en la vida real, más allá de campañas de difusión y la proliferación de historia que lo toman como disparador de la acción.
DESPERTARES El drama adolescente se pone sobrenatural en este Día de la Marmota versión 2017. Si no despierto (“Before I fall”) es la última película basada en un best seller joven adulto (de Lauren Oliver) que inspirada en problemáticas reales intenta, con un ingrediente sobrenatural, contar una historia emotiva y genuina. Y sorprendentemente lo logra. La película abre con la impoluta Sam Kingston (Zoey Deutch) despertándose impecable media hora después de las seis de la mañana del 12 de febrero, el “Día de Cupido”, como han bautizado en la secundaria de la exclusiva región del Noroeste norteamericano, donde las mansiones, las zonas boscosas y las montañas construyen escenarios de ensueño. Sam y sus tres mejores amigas Lindsay (Halston Sage), Ally (Cynthy Wu) y Elody (Medalion Rahimi) son un grupo de populares malcriadas mala onda que parecen salidas de "Mean Girls" (2004). Amorosas entre ellas, el mote de “perras” les corresponde en el buen sentido (que usan ellas) y el malo (que usan todos los demás). Y aunque cualquiera del resto de sus pares mataría por un día en sus zapatos, el primer acto de la película es duro de tragar por el rechazo que genera el cuarteto. En el “Día de Cupido” los alumnos se envían rosas con mensajes que se reparten durante las clases, creando un verdadero concurso de popularidad y alienando a parte del alumnado. Como una compañera gay (Liv Hewson) proclama, es un “infierno heteronormativo” – que además les permite a las chicas obtener nuevo material para hostigar a Juliet (Elena Kampouris), un claro estereotipo de “la loca de la escuela”. Pero todo cambia para Sam cuando después de una fiesta ella y sus amigas se ven involucradas en un accidente automovilístico que supuestamente termina con sus vidas. Y digo supuestamente porque, aprovechando el ambiente lúgubre y digno de The Twilight Zone que la ruta que cruza un brumoso bosque otorga, Sam se despierta en su cama, a las 6:30 del 12 de febrero. Y que comience la repetición. Como si de un “Groundhog Day” (1993) para adolescentes se tratase, Sam revivirá el día una y otra vez, cambiando las variables (cambiando incluso ella misma) hasta encontrar la razón por la que este fenómeno está sucediendo y cómo salir del loop. Por supuesto, como se imaginarán, antes de ser popular Sam era una chica cariñosa, atenta y amable con todos. Y lentamente empieza a comprender que en realidad lo que cambió fue su forma de ver el mundo que la rodea, donde encontrará la clave para todo. ¿Cliché? Por supuesto. Sin embargo entre la guionista Maria Meggenti y la directora Ry Russo-Young construyen un melodrama oscuro pero sensible. Una paleta de colores fría de tonos azules aleja a la película de la estética “Disney” que podría haber tenido mientras explora temáticas como la hermandad, el bullying y el suicidio sin abandonar el romance y los momentos melosos con la familia y amigos. Incluso esos personajes tan despreciables del comienzo empiezan a mostrar elementos reales, a desarrollar sus propias realidades y dejar en claro que todo ese odio proyectado es un espejo de sus propias inseguridades y temores. Gran parte del crédito se lo lleva el excelente trabajo de Deutch, construyendo una Sam que aunque por momentos parece una muñeca de porcelana consigue que nos interesemos por la historia y el resto de los personajes, como Kent (Logan Miller), el amigo de la infancia devenido en admirador secreto. Todo el elenco hace un buen trabajo con los personajes, que pasan de unidimensionales estereotipos a personas de carne y hueso con vulnerabilidades e intereses creíbles. Hasta los dos adultos con más de una línea de diálogo tienen algo para ofrecer: la eterna Jennifer Beals como la madre de Sam y un profesor que casualmente está enseñando a su clase acerca del mito de Sísifo (quien debía empujar una piedra enorme cuesta arriba por una ladera empinada una y otra vez). Quizá le falte un poco de lógica y explicación al fenómeno que está viviendo Sam, que se desarrolla y se resuelve sin demasiado cuestionamiento. Pero es un detalle que solo a algunos molestará. Si no despierto es una película de manual, pero agrega elementos propios y buenas actuaciones adolescentes (algo que no abunda) para construir un relato que va de menor a mayor y deja un mensaje que vale la pena escuchar respecto de la búsqueda de nuestro lugar en el mundo y cuáles son las consecuencias de nuestros actos, por más insignificantes que parezcan. Vale para una noche de sábado.
Si No Despierto: ¿Lo que ha de suceder, sucederá? “…Porque fue entonces cuando me di cuenta de que el tiempo no importa. Fue entonces cuando comprendí que hay momentos que duran para siempre. Aunque ya hayan pasado, siguen ahí; aunque mueras, esos momentos continúan suspendidos, girando, extendiéndose eternamente. En ellos cabe todo. En ellos reside el sentido…” Before I Fall – Lauren Oliver – Con guión de Maria Maggenti y que dirige Ry Russo-Young (cuyo último trabajo fue Nobody Walks, en 2012), la cinta está basada en la novela original de Lauren Oliver, una joven escritora estadounidense que tiene publicada la trilogía Delirium (de la que Fox realizó un piloto en 2014 con Emma Roberts y Billy Campbell y que no prosperó). En principio el 12 de febrero es sólo otro día en la acomodada vida de la joven Sam, pero resulta que va a ser el último. Intentando revivir su último día durante un tiempo, Sam intentará desentrañar el misterio alrededor de su muerte… y descubrir todo lo que está en peligro de perder. Historia que nos recordará desde el comienzo al clásico fantástico “Hechizo del Tiempo” (Groundhog Day – 1993) en cuanto a la base del relato; esa constante repetición de un día en la vida del personaje, que por sí mismo deberá descubrir cuál es el fin de ese extraño encantamiento. Solo hasta ahí, porque si Bill Murray lo encaraba con un delirante paso de comedia, aquí, en Before I Fall, se hace con un dejo de melancolía. Como una otoñal elegía al sentido de la vida, puesto en la piel de una adolescente. Una que Zoey Deutch, como Samantha, realiza con una exquisita performance. Una niña consentida y distante, popular y de un corazón que parece haberlo olvidado. Es un drama para jóvenes y adolescentes que logra dejar un mensaje sincero y sentido sobre nuestros actos, por cómo resolvemos los conflictos y de lo que somos capaces de realizar cuando entendemos que poseemos la oportunidad de enmendarlos. Allí dentro están ellos, los problemas que toda juventud padece, el bullying se apropia de populares y demases, pero hay algo interesante en todo ello; los que fueron víctimas se descubren hacedores, quienes son perseguidos fueron alguna vez amigos. Lejos de la fría división que crearon 13 Reasons Why (2017) aquí la historia es que la crueldad ha estado en nosotros desde que éramos los vilipendiados, más amargo aún, porque se ve que nada se aprende hasta que es demasiado tarde. Tema recurrente de la pantalla grande: esa chance de poder, con perspectiva, resolver lo que estropeamos al elegir en la intensidad del momento. Tal vez, porque todo está dicho, es cómo lo hacen lo interesante del film, que se sostiene a base de una cuidada producción, que eligió ese azul invierno como filtro, invierno de final y promesa de futura primavera. Michael Fimognari, en la dirección de fotografía, logra esa sensación que no abandona a los espectadores en ningún momento. Los pasillos de la secundaría, las calles, todo se inunda de un crepúsculo. Samantha lidiará con su destino en un repetido día, comprenderá que no es cómo lo termina, aunque sea de la manera más trágica, si no de qué manera llega a él. Todos saben cómo ha de terminar la vida, lo interesante es de qué forma llegaremos a ese final. En definitiva una historia que captará el interés de los adolescentes y jóvenes, pequeña, nostálgica pero no carente de emoción.
Si No Despierto, es la adaptación de la novela homónima del 2010, escrita por Lauren Oliver, cuyo principal publico eran adolescentes. Esta película, es, básicamente, una combinación de El Día de la Marmota, con Chicas Pesadas, con algunos toques de Corre Lola Corre, El Efecto Mariposa y Donnie Darko. Dicho esto, la película tiene un pequeño gran problema: todas las mencionadas ya existen, y son sustancialmente mejores que esta. La historia nos muestra a Sam, una chica con una vida acomodada, en un pueblo chico de USA, casi idílico. Una familia perfecta, amigos, novio, etc.… básicamente el sueño del adolescente americano. En el día que la película relata, ella tiene todo planeado. Ir al colegio, ir a una fiesta con sus amigas, estar con su novio, y así, seguir con su vida. El problema es que a la noche, algo terrible pasa, y ella se vuelve a despertar ese mismo día… el día que va a morir. Si bien la premisa es atractiva, la película falla, por todos lados. Ya de movida nos damos cuenta los puntos que la directora quiere que recordemos. La canción que suena en la radio, las diferentes horas que “casualmente” le preguntan a la protagonista, las cosas que se le caen a personas alrededor de ella, los personajes raros que señalan y obviamente cobraran relevancia mas adelante, la dinámica del grupo de amigas, con la alfa dura, pero que internamente esta herida, la protagonista, que es del grupo popular, pero no lo fue siempre y es piadosa, y las dos seguidoras de ambas, con cero personalidad, pero que estan para “exponer” de manera obvia lo que pasa por si no nos dimos cuenta, con diálogos explicativos sin sentido (el mejor ejemplo es una de ellas explicando la teoría del caos en el almuerzo sin que tenga nada que ver con el contexto). A todo esto, se suma la pretenciosa manera en la que esta filmada, los enormes lugares comunes en los que cae, la monótona voz en off de la protagonista, que trata de transmitir una sensación de tragedia y profundidad constante, pero en cambio hace planas las actuaciones, y la frutilla del postre, el final mas torpe e incoherente que esta película podía tener. Si la película es un reflejo de la novela, sinceramente no puedo entender el éxito, habiendo tantos mejores ejemplos (como mínimo los antes mencionados) de historias similares. Sinceramente, me gustan este tipo de historias. Entre con expectativas al cine, y me fui desilusionado.
Como en la película “Hechizo del tiempo” de 1993, (Groundhog Day, con Bill Murray y Andy MacDowell) a la protagonista de este film le pasa lo mismo, sin saber por que esta condenada a vivir una y mil veces el mismo día. Pero la adolescente en cuestión ese día que se supone es el de su debut sexual, donde se juntara con sus tres amigas de siempre para gozar de su “popularidad” y para burlarse de los demás, con un final accidentado, será a oportunidad para volverse más mala y después la mejor de todas. Condenada a la misma jornada pero con favores extras. Un productor dedicado al público adolescente, con todos los lugares comunes de los colegios secundarios de EEUU que hemos visto hasta el cansancio. Las divinas y los freaks, los excesos en las fiestas regadas de alcohol, la belleza de los protagonistas, los secretos. Un material demasiado frecuente, con supuestas audacias, como en una telenovela donde todo es previsible.
Samantha es una adolescente ganadora. Vive en una casa espectacular y cada mañana, ella y su grupo de amigas van a la secundaria vestidas con esmero, escuchando música, haciéndose selfies y hablando de chicos. En el colegio reciben miradas de admiración y, claro, se divierten odiando y burlándose de la chica diferente, de la loser. Basada en una novela, con el bullying como tema central, Si no despierto tiene un planteo astuto: después de que, en una fiesta, terminan humillando físicamente a la distinta, Samantha empieza a repetir cada día el mismo día. Sí, como en Hechizo del Tiempo/Día de la marmota. Si los primeros veinte minutos de chicas vacías y vanidosas hablando de nada son soporíferos, la perspectiva de volver a verlo una y otra vez asusta. Pero Samantha está en ese bucle para aprender la lección, y lo que sigue es el proceso por el cual primero entiende y segundo intenta modificar lo que pasó. En principio, para liberarse de su hechizo temporal. Pero después, porque va tomando distancia de sí misma y su estúpido círculo, entiende que fue mala y se vuelve tan buena que hasta le regala tiempo a su hermanita, a la que ignoraba. Absurdo, pero con una intriga que no deja de funcionar. Claro que Si no despierto podría haber manejado una dureza más acorde con su tema en lugar de que todo se vea tan lindo, seguro y acogedor.
El castigo de la eterna repetición En Hechizo del tiempo, el personaje de Bill Murray tenía que revivir el mismo día una y otra vez. A fuerza de prueba y error encontraba la mejor forma de vivirlo y eso lo liberaba del maleficio. En manos de Murray y el director Harold Ramis, la repetición tenía sorpresas constantes y era muy placentera. Es difícil no ponerse nostálgico pensando en esa obra maestra al ver Si no despierto. Esto sucede porque la película de Ry Russo-Young, basada en el best seller de Lauren Oliver, tiene la misma premisa y estructura que aquella, pero llevada al terreno del drama adolescente. En este film la repetición es castigo no sólo para su protagonista, sino para el espectador, que es sometido a revivir varias situaciones de diversión y sufrimiento de pobres niños ricos del noroeste de los Estados Unidos (misma zona, mismos bosques y clima lluvioso que Crepúsculo). Zoey Deutch hace lo que puede como Samantha, una adolescente linda y popular que queda atrapada en un mismo día, sin ninguna explicación. Tras la primera reacción de sorpresa, Samantha pasa a la desesperación y luego la frustración hasta llegar a entender que la repetición le permite descubrir lo que estaba ante sus ojos y no sabía apreciar: su familia, sus amigos y hasta el chico nerd que está enamorado de ella desde siempre. Como si fuera el negativo de Hechizo del tiempo, Si no despierto es una parábola obvia y bastante aburrida.
¿Puede un maravilloso final salvar un film regular? Si no despierto es una peli dirigida por Ry Russo-Young basado en un bestseller de Lauren Oliver. La historia transcurre en algún lugar soñado de los Estados Unidos, precioso barrio de casas amplias y bellas, un mundo de jóvenes estudiantes, donde quien lleva el relato es Samantha (Zoey Deutch) su relación con la familia, su novio, sus intimas amigas, la escuela, en definitiva, vemos su apasionada vida como adolescente. Pero un determinado día su vida cambiara drásticamente. Ese viernes ella se despertará una y otra vez viviendo -o reviviendo- todo aquello que sucedió esa misma jornada. Sería el último día del “resto” de su vida. Como estar encerrado/condenado para volver a vivir esas horas una y otra vez, y finalmente despertarte en el mismo espacio/lugar sin que nada de lo “otro” haya cambiado. Todos nuestros actos en la vida, por más pequeños que sean, tienen una razón de ser, un origen. Y de alguna manera esos actos modificaran nuestro presente y aún más nuestro futuro. Pienso que ese es el planteo más interesante que propone Before I Fall. La forma es que esta desarrollada la cinta tiene mucho que ver con el modo de contar las series actuales, como es 13 reasons why (uno de los éxitos de Netflix). No solo porque tiene elementos del estilo videoclip, la forma que se mueve la cámara, la música que acompaña, dejando pequeñas puertas abiertas que demandarán respuesta a futuro, pero más que nada por los temas que aborda que incluyen la amistad, el bullying y el suicidio. Por momentos se te va a hacer tediosa y aburrida, por momentos te va ilusionar, también desilusionar, te va angustiar con esa horrible sensación que causa el ahogo, por momentos la vas amar y claro está también pienso que la odiaras. Por momentos te sorprenderá y te llevará a la emoción, tal vez como la vida misma. “Become who you are” reza un cartel en reiteradas ocasiones. Con respecto a la pregunta de más arriba mi respuesta es sí, ese final revalida todo el contenido.
Copia descarada y falta de humor. Como los malos sueños, las malas películas también pueden volverse recurrentes. Es lo que pasa con Si no despierto, el poco imaginativo cuarto trabajo de Ry Russo-Young, uno más dentro de la lista de aquellos que se inspiran en Hechizo de tiempo, obra maestra de Harold Ramis y una de las comedias más soberbias de la historia del cine. Aunque en este caso la inspiración deviene en copia descarada, no sólo de su idea central sino de la estructura y del arco de transformación que recorre su protagonista. Porque, básicamente, se trata de lo mismo, pero sin ningún humor. Un personaje, en este caso una adolescente a punto de terminar la secundaria, se encuentra atrapada dentro del mismo día, sin ser capaz de romper ese lapsus de tiempo replicante. La diferencia es que acá no sólo nada tiene gracia, sino que se trata de un drama con pretensiones de lección moral para manipular la culpa de algún nene bien mal aprendido. Porque eso es lo que son Samantha y sus tres amigotas insufribles, pegadas al estereotipo de chicas populares y huecas que repiten ad infinitum cientos de school movies estadounidenses. Es cierto que a esa edad a una gran mayoría de chicos y chicas lo único que le importa es sacarse la calentura y cagarse de risa de todo, incluso de sus pares, pero la superficialidad de estas cuatro es supina. Sin embargo, ahí está el único logro del film, que necesita convencer al público de la completa vacuidad de sus criaturas, para que el vía crucis moral que está a punto de comenzar tenga algún sentido. Es el día de San Valentín y esa noche se supone que Samantha perderá la virginidad con su novio, un ser tan superficial como ellas pero en el envase de machito winner. Un nabo, bah. Pero Samantha es pretendida además por un chico menos llamativo aunque infinitamente más humano, al que ella desdeña casi tanto como con sus amigas desprecian a Juliet, la freaky del colegio, una especie de Carrie White desempoderada. Es cierto que Si no despierto no es la única película que se sirve de las ideas de Ramis, pero es la que peor y más alevosamente lo ha hecho. Porque Samantha recorre un camino idéntico al de aquel periodista cáustico encadenado a presentar una y otra vez a la marmota Phil: primero es estupefacción y luego horror lo que siente ante la posibilidad de vivir para siempre el mismo día. Y de ahí al absurdo, a agotar todas las posibilidades (buenas y malas) de vivir siempre lo mismo, para al fin descubrir cuál era la razón de ser de ese limbo. El colmo de los horrores: la voz en off de la protagonista explica todo, revelando cada sentimiento y cada epifanía barata que la protagonista va viviendo a medida que avanza en ese loop, como si su obvia transformación en escena no fuera suficiente. Alcanza con imaginar a Bill Murray explicando Hechizo de tiempo durante la proyección de la película para entender que se trata de una pésima decisión, que le quita al relato de raíz la poca potencia que pudo haber tenido.
Una historia que se encuentra orientada a un público juvenil femenino. Aquí la protagonista va viendo varias veces el mismo día con algunos problemas o descubrimientos que puede solucionar, esto se encuentra relacionado con vivir vidas paralelas o viajes a través de agujeros de gusanos, algo similar vivía Bill Murray en “Hechizo del tiempo” (1993). Cuantas veces a uno les gustaría volver a vivir para solucionar algunos errores cometidos, dar amor, ser más bondadosa y comprensiva. En un principio la película tiene buen ritmo, es cautivante e interesante, pero al tener algunas fallas narrativas termina siendo agobiante. Sin contar con un gran presupuesto, "Si No Despierto" a la hora de elegir una salida con un novio o amigas puede resultar una buena alternativa.
Mala copia de una película exitosa Una de las mejores comedias negras protagonizadas por Bill Murray era "Hechizo del tiempo", sobre un reportero metido en un "loop" temporal que por algún motivo repite infinitamene el día más aburrido de su vida. Aquel film de Harold Ramis se llamaba en inglés "Groundhog Day", o sea "El dia de la marmota". Y este nuevo melodrama teenager sobre una chica que repite infinitamente un día trágico bien podria llamarse "El día de la marmotita". Es que los personajes creados por la escritora Lauren Oliver en su best seller para el mercado adolescente "Before I Fall" son tan típicos que podrían pasar por integrantes de un reality show del canal MTV si no fueran tan ñoños. En tal sentido, el principal problema que tiene esta novelita fantástica es que durante casi los primeros 45 minutos lo que sucede es tan obvio que la chica realmente llega a dar pena, pero por las razones equivocadas. Bill Murray sólo demoraba un par de actos para darse cuenta que podía acometer cualquier cosa demente, total no tendría consecuencias, pero a Zoey Deutch le lleva un rato bien largo. Por suerte en un momento lo advierte y el asunto se vuelve más entretenido, hasta llegar al final boy scout sobre las virtudes de ser bueno y, entre otras cosas, no hacer bullyng. Una película que sólo puede interesar a un reducido target de adolescentes.
El repetir el mismo día una y otra vez es un concepto tan maravilloso que, desde El día de la marmota, muchas películas y series han usado dicho artilugio narrativo para explorar diferentes vetas. La última en hacerlo es Before I Fall, adaptación de la novela homónima que agrega a la ecuación una dosis intensa de Mean Girls, con mucho menos humor, y de la reciente 13 Reasons Why para quitarle el velo una vez más a esa terrible etapa de la vida que llamamos escuela secundaria, con un giro decididamente sobrenatural.
Si no Despierto sabe al público al que apunta y ofrece una propuesta atractiva para ellos, lamentablemente su desarrollo lento y sus numerosos clichés ahuyentarán al espectador casual. En los últimos tiempos la industria cinematográfica se ha encontrado con una mina de oro lista para ser explotada por la maquinaria de Hollywood. Las novelas best-seller juveniles. El público young adult consume ávido estas historias y se demuestra siempre fiel y dispuesto a la hora de recibir una adaptación. Agotadas las grandes sagas que presentaban mundos mágicos llenos de aventura y una rica mitología (Harry Potter, Percy Jackson), los mundos distópicos o apocalípticos donde un grupo de jóvenes normales debe sobreponerse a los peligros y emerger como héroes (Los Juegos del Hambre, Maze Runner); el siguiente paso lógico era apuntar los cañones a las historias más pequeñas e íntimas. Novelas como Bajo la Misma Estrella (The Fault in Our Stars, John Green), Las Ventajas de Ser Invisible (The Perks of Being a Wallflower, Stephen Chbosky) o Si Decido Quedarme (If I Stay, Gayle Forman) mostraron relatos más intimistas de coming of age y auto-descubrimiento que hacen hincapié en temas realistas y conectados con dilemas que los adolescentes enfrentan día a día como el bullying, los desórdenes alimenticios, problemas familiares, etc. La autora Lauren Oliver gozó de un gran éxito con su trilogía de novelas distópicas Delirium pero Before I Fall, su primer novela, es la primera en llegar a la gran pantalla. Samantha Kingston (Zoey Deutch) es una adolescente normal. Ella y su grupo de amigas disfrutan de salir de fiesta y divertirse siendo populares y hermosas. Además la pasan bien burlándose del resto y propinándoles una saludable dosis de bullying a los demás, especialmente a Juliet (Elena Kampouris), la freak artista del colegio que parece ser el blanco favorito de Lindsay (Halston Sage), la líder del grupito de amigas. Sam está en pareja con Rob (Kian Lawley), uno de los chicos más deseados de la escuela. Él es un imbécil, pero eso no importa, es lindo y las demás chicas envidian a Sam por eso. La vida perfecta de Sam sufre un cambio rotundo cuando ella y sus amigas mueren en un accidente automovilístico… y milagrosamente Sam despierta ilesa, pero el día volvió a empezar. Todos los eventos de ese 12 de febrero vuelven a repetirse exactamente como sucedieron antes y Sam debe evitar su propia muerte y la de sus amigas. Grande será su sorpresa cuando ella descubra que no importa lo que haga, el día siempre vuelve a repetirse. La joven está atrapada en un loop interminable y a pesar de todos los cambios que haga, siempre que el reloj pase las 23:59 del 12 de febrero, todo volverá a empezar. La repetición constante le permitirá ver en perspectiva todos sus errores, sus malas actitudes y la ayudarán a convertirse en mejor persona y ver más allá de su vida al estilo de Mean Girls (2004). Si no Despierto presenta una propuesta para nada original (aquellos que hayan visto Groundhog Day entenderán) pero muy efectiva y claramente apuntada a un público young adult. El film se siente eterno en su primera mitad, ya que obliga a recorrer en detalle todo el día de Sam hasta el momento del accidente. Sabiendo que la historia se basaba en la repetición la directora Ry Russo-Young podría haber ahorrado unos buenos minutos acortando escenas poco importantes que no terminan teniendo peso en la trama. Desde el costado interpretativo la película y el guion no exigen demasiado a los actores. Zoey Dutch, una joven actriz que viene en ascenso, se pone el film al hombro y cumple en su rol de protagonista. El guion adapta bien el libro y maneja de manera inteligente las moralejas y el aprendizaje de la historia para que no se sienta como un sermón de moral, pero no puede evitar caer en algunos estereotipos demasiado obvios de la caracterización teen (la chica mala hipersexualizada, la loca bullyada, el chico frienzoneado con corazón de oro, el novio idiota, etc).
De marmotas y chicas pesadas. Este drama adolescente es protagonizado por (casi) adolescentes y destinado exclusivamente a un público adolescente. Supongo que chicas de 14 o 15 años pueden llegar a disfrutarlo, aunque puedo asegurar que otras películas del género son más ingeniosas y no insultan a la inteligencia del espectador como lo hace ésta. Basada en la novela homónima de Lauren Oliver, esta historia es un robo bastante descarado a dos clásicas comedias del cine. El primero y más obvio es El día de la marmota (Groundhog Day), pero además la trama se combina con Chicas pesadas (Mean Girls), aquella película que protagonizara Lindsay Lohan. Todos los lugares comunes: El problema principal con Si no despierto es que su directora (Ry Russo-Young) no hizo nada para darle un giro verdaderamente creativo a una historia conocida y refritada. Desde las chicas populares y lindas que hacen bullying porque sí hasta el clásico novio fiestero, el típico perdedor tímido enamorado de la protagonista y la chica rara que está siempre desarreglada porque es antisocial y artista, la película cae en todos los lugares comunes del mundo. Sí admito que llega a nuestros cines en un momento idóneo, en tiempos donde el bullying es un tema caliente y series como 13 Reasons Why (de Netflix, la comentamos acá) acapara la mirada del público y genera temas polémicos para debatir. En ese sentido, Si no despierto llega con buen timing. Conclusión: Si no despierto es una fantasía juvenil sobre la benevolencia con un mensaje positivo para los adolescentes. Debería lograr satisfacer a la audiencia joven o los que buscan un entretenimiento pasajero. Sin embargo, es una película olvidable que va a pasar por la cartelera sin penas ni glorias. Zoey Deutch es una buena y joven actriz, y ha hecho algunas cosas interesantes en el pasado, pero acá no le dan demasiado para trabajar y su personaje es tan genérico como el resto del elenco. La repetición de la historia es un castigo tanto para la protagonista como para nosotros en el rol de espectadores. Poco sutil y con exposiciones obvias. Una lástima.
La sorpresa de la semana Está basada en la novela de Lauren Oliver y tiene como protagonista a una chica que queda atrapada en una pesadilla recurrente. Siempre es estimulante encontrarse con películas como Si no despierto (Before I Fall), porque abren las puertas del pasado reciente del cine a las nuevas generaciones. El filme dirigido por Ry Russo-Young, basado en la novela homónima de Lauren Oliver, tiene como fuente inspiradora una de las obras maestras de la década de 1990: Hechizo del tiempo (Harold Ramis, 1993). Los jóvenes que no conozcan la gema protagonizada por Bill Murray y Andie MacDowell verán como una novedad la propuesta argumental de este estreno, con ese día que se repite como un loop pesadillesco en la vida de los personajes. La joven Sam (Zoey Deutch) se levanta como todas las mañanas para ir al colegio. La pasa a buscar su mejor amiga en su camioneta y luego buscan a otras dos amigas más. En el colegio reciben rosas por el día de Cupido y se preparan para ir a una fiesta en la casa de unos de sus compañeros, interesado en Sam. En el almuerzo del colegio se dan tiempo para burlarse de la marginada del curso, a quien tratan de sociópata. Luego parten a la fiesta, pero la diversión dura poco, ya que en el mejor momento se arma una discusión fuerte con la excluida del grupo que llega sorpresivamente al lugar. Tras el incidente, las adolescentes deciden irse sin saber que en la ruta las espera un destino fatal. Si bien la película está basada en un best seller para público adolescente, demuestra una preocupación de índole cinematográfica más que comercial. Si no despierto juega en serio con el argumento de Hechizo del tiempo y, a su vez, se permite marcar una diferencia de fondo. Aquella era una película optimista, que al final mostraba la superación del personaje principal y su entrega sincera al amor. Si no despierto es pesimista, ya que Sam parece aceptar su destino al no poder librarse de ese bucle temporal. En principio, no cree que su personaje pueda cambiar su destino, por más que mejore como persona, como ocurría con la otra protagonista. En Si no despierto todo encaja a la perfección y la banda sonora tiene una lista de canciones pop pegadizas que suman puntos en el balance final. La película es también una reflexión sobre las consecuencias del bullying y una entretenida alegoría de la adolescencia, esa etapa de la vida donde se vive en un presente perpetuo.
Basada en la novela debut de Lauren Oliver, el film Si No Despierto (Before I Fall) de Ry Russo-Young está protagonizado por Zoey Deutch (¿Porque él?) y contiene un reparto joven entre los que se encuentran Halston Sage (Escalofríos) y Logan Miller (La razón de estar contigo). La realizadora Ry Russo-Young retrata temas como el bullying y el paso de la adolescencia a la adultez utilizando el formato del loop temporal perfeccionado por Hechizo del Tiempo (Groundhog Day) y Al Filo del Mañana (Edge of Tomorrow). La dirección de Russo-Young es firme y precisa mientras que el montaje, la fotografía y demás rubros también son recomendables. El guion sufre de cierta superficialidad al retratar a los personajes secundarios pero gracias a la performance de Zoey Deutch y a un montaje eficiente, Si No Despierto logra obviar algunas de estas falencias. Si No Despierto logra lo más difícil: mantener un tono consistente entre el suspenso y el drama adolescente, sin desviarse nunca ni caer en el melodrama fácil. Si No Despierto es un buen producto para adolescentes que logra hacer destacar a su estrella Zoey Deutch, quien puede llegar muy lejos en los próximos años.
Crítica emitida en Cartelera 1030 –Radio Del Plata AM 1030, sábados de 20:30-22hs.
¿A cuánta gente le gustaría poder volver a vivir un día, ese día tan especial en su vida? En este caso la protagonista de la película se encuentra en la repetición de un día (no por elección, ni porque sea el mejor) el cual tiene que vivir una y otra vez, sin entender porque, y tratando de sacar provecho lo mejor que se pueda de ese día, y también encontrar la solución a esta disyuntiva en la que se encuentra. La película parece predecible, pero sorprende con momentos intensos. Un buen guion (adaptado de una novela) ayuda a que la película mantenga el interés del espectador. Nos muestra a la adolescente modelo de estados unidos, con sus amigas cliches y sus “enemigas” también cliches, pero sin caer en los típicos estereotipos, los cliches son hechos de una forma más sutil y no cansadora. Me fue inevitable relacionar esta película con la serie que es sensación estos momentos “13 Reasons Why”. Fue inevitable porque toca temas muy parecidos, desde otro punto de vista, mostrando esas relaciones humanas, relaciones de los adolescentes con el maltrato y los amores que siempre estuvieron presentes, pero hoy en día parecen estar subrayados. La actriz principal Zoey Dutch hace un gran trabajo actoral mostrando tantas veces como la directora le pidió, cómo despertar el mismo día con distintos sentimientos. Su actuación ayuda a que la película mantenga el eje y sea entretenida. El resto del elenco no está a la altura de Dutch, pero no desentona. Lo más interesante son los giros que da la película en momentos que uno cree saber lo que viene o lo que va a pasar. Mi recomendación: Una película que si te gusto 13 Reasons Why, te va a gustar y podes verla en el cine sin sentir que mal gastaste dinero.
Un film bien realizado que cumple con lo mínimo indispensable para este tipo de historia. El relato está pensado para los jóvenes que son los que más se van a sentir tocados con el mensaje y con los conflictos de todos los personajes, pero la fantasía de despertarse día tras día en...
COSQUILLAS AL BULLYING Basada en el best seller de Lauren Oliver, una escritora especializada en el público adolescente, y en pleno apogeo de la serie 13 reasons why, que gira sobre la temática del bullyng juvenil, llega Si no despierto, un drama sobrenatural que expone también la marginación existente entre jóvenes en el ámbito académico. Con la premisa existencialista de si se puede escapar del destino marcado y burlarlo, tenemos a Sam, una chica popular y de buen status social junto a sus amigotas ricachonas que maltratan al resto de sus compañeros del secundario. El narcisismo y la soberbia sobresalen en estas jovencitas a las que no les preocupa herir los sentimientos de los demás porque encuentran justificativo a todas sus acciones. Acciones que también se encuentran avaladas por la institución a la cual asisten, con tradiciones como el “Día de Cupido” donde anónimamente los alumnos reciben rosas. Lo que sólo sirve para demostrar lo sobresaliente que son ciertas personalidades por sobre otras: hay chicos que se quedan con las manos vacías y con algún trauma que comienza a sumarse. Sin embargo, el destino se encapricha con Sam para ofrecerle un final trágico pero a la vez la posibilidad de barajar y dar de nuevo. Así lo vivencia cuando todas las mañanas despierta 6:30 am para volver a vivir exactamente lo mismo de ayer. Y es que parece que estamos ante un capítulo de la serie británica Black mirror, aquí más edulcorado, menos oscuro y moralista. Se trata de un deja vú, un recurso explotado en muchos films que salieron al frente con dicha técnica desde el terror en Triángulo de Christopher Smith o una propuesta cargada de acción en 8 minutos antes de morir de Duncan Jones. En ambas películas los protagonistas estaban destinados a vivir una y otra vez las mismas experiencias, y trataban de cambiar el curso de las cosas a su favor. La directora Ry Russo-Young no explota demasiado bien esta técnica al fallar en su profundización y enriquecimiento de la breve historia de esta adolescente. Pudiendo explorar otras locaciones o ahondando más en los sentimientos de cada personaje que aparece, secundario o protagónico. A favor podríamos decir que contrasta perfectamente los paisajes montañeses del Norte de Estados Unidos en pleno invierno con una buena paleta de grises, blancos y algunos oscuros, generando un clima con cierto aire de crudeza y frialdad en el relato. Esto si comparamos inmediatamente con una fiesta extraescolar a la que son invitadas las chicas junto a otros compañeros, donde los espacios interiores se hacen íntimos. Con luces rojas y tenues los ambientes reducidos se vuelven libidinosos y descontracturados. Lugares donde los adolescentes aprovechan a ser “diferentes” o tratar de sacarse los rótulos impuestos en los pasillos del colegio. Como si de una mascarada de carnaval veneciano se tratase. Pero no todos pasan desapercibidos y los perdedores de siempre saltan a la vista. Puntualmente una joven tímida y algo desalineada cae en las fauces del grupete de “perritas” a la que Sam pertenece. Así es que como la líder del grupo enfrenta a esta muchachita y, discusión tras discusión, logra humillarla. Humillación que contagia a la mayoría de los integrantes de la fiesta contra una única e indefensa víctima. Un momento fugaz que recuerda a la Carrie de Brian Di Palma, pero esta vez sin el foco puesto en ese personaje acosado. Y allí comienzan los diferentes destinos de Sam de asumir diferentes posturas ante tales situaciones donde puede ganar enemistades y nuevas alianzas. Si no despierto entretiene tibiamente con un final algo abrupto y lejos de la excelencia. Escapa a tratar de forma seria una problemática como el bullying, pero sólo se remite a ser una tímida lección para el público joven y gestar conciencia a frenar situaciones agresivas e injustificables hacia potenciales víctimas del acoso estudiantil. Es como si la sociedad estadounidense alarmada con la creciente violencia en las aulas de los últimos 15 años -que muchas veces termina en suicidios o múltiples asesinatos- quisiera comenzar a fomentar un programa de solidaridad para con el otro. Y por una vía poco efectista que sin embargo está empezando a despuntar y apelar a las emociones y el sentimentalismo. Al menos, Si no despierto tendría mejor lugar en los colegios primarios y secundarios que en los cines comerciales. Y distan de la crudeza llana y simple que mostraban films de mediados de los 90’ y principios del 2000 como Kids y Bully de Larry Clark o Elephant de Gus Van Sant. Films que sólo se limitaban a reproducir ficcionalmente testimonios basados en hechos reales.
Uno puede imaginar a los ejecutivos que pensaron esta película: “Hagamos ‘Hechizo del tiempo’ pero onda ‘Bajo una misma estrella’, para adolescentes”. Bingo, dijo alguien y así fueron a buscar a una chica que despierta siete veces en su último día. Lo que hace que esta película no sea mala es que la actuación y la cámara buscan registrar, más allá del artificio, cierta autenticidad. Un encargo híbrido con algún rostro prometedor.
Siguiendo la tradición de llevar a la pantalla grande best-sellers de corte juvenil, Si no despierto repite viejos clichés y lugares comunes sumados a un mensaje algo contradictorio, en medio de un ritmo ágil adecuado para su target. Basada en la novela homónima de Lauren Oliver, Si no despierto se presenta como un drama con moral y moralina incluida que recorre los caminos de otras adaptaciones como Si decido quedarme, Bajo una misma estrella, o Ciudades de Papel. Protagonistas femeninas de edades que rondan los veinte años o menos (como el público al que apunta), un hecho muy dramático en el centro, un trasfondo romántico, y un modo no tan disimulado de bajar línea sobre determinadas cuestiones que hacen al ciudadano – estadounidense – bien pensante. En esta oportunidad nos ponemos en la piel de Samantha Kingston (Zoey Deutch) una adolescente con una vida tan ideal como prototípica. Se enfrenta a sus padres, en especial a su madre que intenta aconsejarla (obvio) ya que su padre apenas si figura (doblemente obvio); tiene una hermanita menor a la que ignora (triplemente); un grupo de amigas tan fashionistas como multiétnicas (ya me cansé de remarcarlo); y quiere perder la virginidad con el chico canchero de la escuela, aunque hay otro chico más timidón que la quiere (en fin, ya saben). En esa vida que transcurre como todo el imaginario de Hollywood presupone, ocurre un 12 de febrero crucial. Hay una fiesta, y Sam, como dijimos, quiere perder su virginidad en ella, pero algo va a ocurrir; en medio irrumpe el cliché que faltaba, la chica extraña y rechazada con aspecto de madre de Carrie White, y arma un escándalo que termina arruinando todo. Cuando las amigas se están retirando sucede lo peor, en la camioneta en la que viajan se cruzan con algo oculto en la carretera, chocan y… ¿mueren? Sí, y no. Inmediatamente suena la alarma del celular y nuevamente es la mañana de ese 12 de febrero en que Sam se despierta con una canción. Efectivamente, deberá revivir ese día una y otra vez, en un loop interminable; hasta que entienda el mensaje que ese bucle le quiere dar. Primero rechazará, se espantará, y terminará intentando los errores cometidos durante esas horas. La historia nos habla de otra inspiración, es imposible que por la historia que cuenta no se nos venga a la cabeza el clásico de la comedia moderna Hechizo del tiempo. La premisa es básicamente la misma, Bill Murray era un personaje con mucho que mejorar en su vida, que se encuentra encerrado dentro de ese día de la marmota hasta que aprende a brindarse a los demás y encausar su propia vida. Podríamos nombrar otras películas que siguen una estructura similar como Al filo del mañana o Cuestión de tiempo, pero es al film de Harold Ramis al que más se acerca. Claro, no tanto en el tono, allí donde primaba la comedia y el sarcasmo, aquí hay una estructura edulcorada de tono dramático simple y edificante, más cercano al de otro film que se dedicaba a repetir un día Antes que termine el día. Más allá de que las sorpresas y la originalidad no abunda, la historia se sigue con algún interés, Zoey Deutch tiene algo de carisma que remplaza algunas limitaciones interpretativas, y para los más grandes podemos contentarnos en tratar de reconocer a Jennifer Beals como la madre. Pero las piedras en el camino no terminan en los lugares comunes, la bajada de línea, que es normal en este tipo de propuestas, en esta oportunidad está subrayada por una voz en off telenovelesca, intenciones que la acercan demasiado a la movida actual de films pseudo-religiosos, pero sin religión aparente, y en definitiva un mensaje contradictorio o más bien negativo. En el mundo de Si No despierto no hay maldad y sobreabundan las buenas intenciones. Ry Russo-Young parece la opción más clara para dirigir esta propuesta, dado sus dos films anteriores ubicados en un mundo similar. Su puesta carece de gran inspiración, se limita a otorgar calidez, y un pase, nuevamente, muy similar a esos films como la reciente La cabaña, que “esconden” intenciones religiosas detrás de una historia genérica. Manteniendo bajas expectativas, la propuesta puede ser aceptable hasta acercarse a un final tan traicionero como descorazonado, dejando en claro sus intenciones morales por sobre las de presentar una película coherente. Con buenas intenciones, a veces, si solo hay eso, no alcanza.
Una historia de superación con moraleja, para tratar el tema del bullying, desarrolla el drama adolescente Si no despierto. Si no despierto es la adaptación del bestseller para jóvenes Before I fall (Lauren Oliver) centrada en un día en la vida de Sam (Zoey Deutch), la perfecta chica popular del colegio. Ella, todas las mañanas, repite la rutina de ir a la escuela con el cuarteto de amigas del que forma parte. Todas son algo zorras, con mayor o menor escala de experiencia sexual y alto grado de voluntad para acosar a compañeros de clase a los que tildan de raros y perdedores. El bullying está a la orden del día como canal para liberar frustraciones y miedos, acechando al que se sale de la norma. Pero en la noche del 12 de febrero la vida de Sam cambia o, mejor dicho, se repite. Luego de una violenta fiesta con un incidente de acoso a una chica diferente al resto de la manada, la bella protagonista se accidenta con sus amigas y despertará una y otra vez en el mismo día. La referencia inevitable es Hechizo del tiempo (1993) de Harold Ramis, con el loop temporal que repite un día en forma infinita. La premisa de Si no despierto es casi igual a las etapas del modelo de Kübler-Ross: negación, ira, negociación, depresión, aceptación. Todo en un cuento para adolescentes con moraleja moral. No está mal que, en medio del auge de la problemática de acoso escolar, en la industria audiovisual estadounidense con series como 13 Reasons Why, hasta parte de lo visto en Big Little Lies (dos de los últimos productos que han tenido mayor aceptación), se machaque en mostrar este tema para ponerlo como centro de debate. Y Si no despierto lo hace con dignidad y fluidez. Aunque sea ineludible cierta esquematización y obviedades explícitas: como la mención, en la clase del día en la escuela, de la figura de Sísifo, aquel rey que en la mitología griega tenía como castigo llevar una gran piedra hacia la cima de una montaña y antes de llegar a la parte más alta la roca volvía a caer. Así el escarmiento es repetir la acción una y otra vez hasta el hartazgo, para aprender. Y es esa cinta de Moebius en la que se ha transformado ese día (el 12 de febrero), en el que Sam vuelve a despertar una y otra vez, lo que permitirá ahondar en el comportamiento de los que la rodean y en el suyo mismo. Así, atrapada en la repetición temporal, aprenderá sobre ella y sobre las motivaciones y conductas de su círculo de amigos, derrumbando el entramado de la crueldad del acoso escolar. Se sabe que las cosas se ven distintas cambiando de perspectiva. La directora Ry Russo-Young y la guionista Maria Maggenti edifican con prolijidad una fábula de superación adolescente que evita caer en la crueldad excesiva, aunque bordea el edulcoramiento de superar la muerte, transita algunos clichés pero pone en debate, casi desde la perspectiva del público al que va dirigido, el candente tema del bullying con bastante aplomo.
Extirpando de raíz la idea originaria, la del famoso y bien ganado filme “El día de la marmota” (1993) de Harold Ramis, toda una metáfora sobre la vida anestesiada por la rutina ridícula, en el que un hombre se despierta todos los días el mismo día para trabajar en algo que no quiere sin arriesgarse a los cambios hasta que se hace experto en ese día, ¿Sólo en ese día?. En esta nueva versión (ya hubo muchas), casi todas de regulares para malas, se centra en una adolescente signada por la fortuna. Sam (Zoey Deutch) tiene una supuesta vida soñada. Vive en una ciudad donde la realidad del mundo ni la roza, dentro de una hermosa vivienda, junto a sus padres y su hermanita menor. Su padre es el cómplice, su madre, como corresponde a la edad de ambas, el nudo de tirantez, su hermana menor es quien parece la molesta desde que nació. Cursa el último año de la preparatoria y junto a sus amigas constituye el grupo de las populares de la escuela, hasta que un día despierta y todo es un “deja vu”, ya visto, ya vivido, el recuerdo de la jornada anterior en forma de repetición. En este contexto es que el texto intenta dar cuenta de muchos temas, la amistad, el amor verdadero y ese que nos hace posar la mirada celosa de los/las demás, los proyectos individuales, la manipulación de los otros, el registro de otro, hasta llegar al tema que hace las veces de catalizador, “El bullyng” tan cotidiano como vergonzante. Lo medianamente interesante es que el punto de vista elegido no está ni desde la víctima ni desde el acosador, sino que lo instala en Sam, que no participa, sólo deja hacer como espectadora de los hechos, ¿Culpable por omisión? Pero esto sólo aparece muy tarde en el desarrollo. Antes la heroína deberá ir “arreglando” los yerros que se van acumulando desde que despierta hasta que termina. Los extremos son siempre los mismos. El filme termina por ser una mezcla de la anteriormente citada con “Chicas pesadas” (2004), planteando una reflexión sobre nuestros actos sin desarrollarlos demasiados. No busquen demasiadas bondades, el problema principal es la previsibilidad de todas y cada una de las acciones, anticipadas en el inicio por una voz en off. La de la protagonista. No aburre en demasía, pero al terminar es insulso, nada impacta. El título original “Before I Falll” se podría traducir como “Antes que caiga”, lo que podría darle otro punto de partida al análisis. Ni mejor, ni peor. Otro Da lo mismo verla que no. No cuestiona, no es conmovedora, emoción cero, no deja pensando, sólo una cuestión interrogativa. Si estos son los adolescentes medios yankees, ¿cómo puede ser que sus adultos dominen el mundo?
“Tal vez vos tengas un mañana o tal vez tengas mil, o tres mil o diez, pero para algunos de nosotros…sólo existe el hoy”. Así es como comienza la nueva película de Zoey Deutch “Si no despierto”, basada en la novela homónima y best-seller de Lauren Oliver, la cual fue dirigida por Ry Russo-Young y escrita por María Maggenti. La película está protagonizada por Zoey Deutch (Samantha Kingston), Halston Sage (Lindsay Edgecomb), Cynthy Wu (Allison Harris), Medalion Rahimi (Elody), Kian Lawley (Rob Cokran), Logan Miller (Kent McFuller) y Elena Kampouris (Juliet Skyes). Ahora bien, la película narra la historia de Sam, una chica bastante popular y sus tres mejores amigas, quienes se encuentran en el último año de preparatoria, preparándose para el día de San Valentín, donde es costumbre recibir rosas cada año. Más tarde, Sam y sus amigas son invitadas a una fiesta tras la cual, en su regreso a casa, sufren un accidente donde la vida de Sam, ya no volverá a ser igual, ya que a partir de ahora y sin saber por qué, su vida se repetirá una y otra vez como un “Déjà vu”. Aquí es donde comienza el drama con Sam, tratando de descubrir cómo salir de estos ciclos que se repiten todos los días en el mismo horario aparentemente. Es en esta búsqueda donde Sam comienza a darse cuenta de varias cosas en su vida, tales como su situación familiar, sus relaciones, pero, por sobre todo, comienza a valorar las cosas desde otro punto de vista diferente. Como nos adelanta el trailer, la película tiene similitud al film de Bill Murray, “El día de la marmota”, donde el protagonista también padece la misma problemática que Sam, repitiéndose sus días sin poder descubrir el por qué. Por otro lado, aquellos que disfruten de los videojuegos, tiene referencias similares en el videojuego “Life is strange”, donde la protagonista puede volver a días pasados y cambiar los sucesos de su vida (con algunos resultados y situaciones parecidas). En resumen, “Si no despierto” es una película para todo tipo de público, siendo no solo para los adolescentes, ya que nos brinda un mensaje muy interesante el cual es aprender a valorar las cosas que tenemos a nuestro alcance cada día, viviendo nuestras vidas como si fuera el último. Puntaje: 3.5/5