Los patriotas de Boston Como parte de su ya manifiesta cruzada por llevar a la pantalla grande historias verídicas recientes (siempre usando a Walhberg como protagonista), Peter Berg se mete esta vez en las entrañas de Boston para contar, con lujo de detalles, los hechos acaecidos en dicha ciudad en 2013, en que dos hermanos fundamentalistas conmocionaron a la sociedad con un violento atentado en el último tramo de una tradicional maratón. Patriot´s Day reafirma lo ya sabido: Peter Berg es uno de los directores más talentosos y perfeccionistas de su generación, de esos que se involucran en el proyecto desde la incepción literaria hasta la sala de edición. Como resultado, la película se destaca en múltiples aspectos, que básicamente pueden resumirse en 2: el narrativo, con un guión brillantemente esquematizado y el cinematográfico, con variados recursos de dirección, entre los que predomina la cámara en movimiento y una soberbia edición. Como si las virtudes de la cinta fueran pocas, cabe mencionar que el reparto es espectacular, con grandes nombres dando cuerpo a protagonistas no estelares y con Mark Walhberg liderando el hilo argumental, quien básicamente hace lo suyo. No es un misterio del cine el idilio entre Berg y Walhberg, sino más bien una relación conveniente y simbiótica. El actor produce y protagoniza los proyectos del director, aportando dinero y audiencia. Patriot´s day es una imperdible versión de lo ocurrido en Boston en 2013, narrada excepcionalmente a través de múltiples personajes y filmada con muchísimo talento. Quizás fue pormenorizada por su evidente tinte patriótico, pero para mi gusto es imperdible.
El maratón de Boston. El problema de las películas basadas en hechos reales, más aun cuando se trata de hechos trágicos y recientes, es como esos hechos, conocidos por todos, pueden afectar el resultado artístico de la obra. Día del atentado cuenta lo ocurrido durante el maratón de Boston en el año 2013, cuando dos hombres hicieron explotar dos bombas caseras al costado del último kilómetro de la carrera. El maratón de Boston, que se corre en lunes feriado de Patriot´s Day, es el maratón más antiguo en actividad que hay en el mundo y uno de los eventos de dicha disciplina más importantes que existen. Atletas de todo el mundo participan de esta carrera a la que solo se puede ir clasificando por tiempo o por invitación. El atentado, que costó varias vidas, desató una búsqueda veloz de los culpables que también se convirtió en parte de la historia. ¿Pero había en este evento una película que valiera la pena contar en forma de ficción? La respuesta que da Día del atentado es que sí. Por supuesto que la historia es interesante, dolorosa, impactante, pero el cine de ficción tiene reglas y no todos los eventos, por más importantes que sean, se convierten en un gran film. De hecho, hay cientos de ejemplos de cómo se hacen malas películas con grandes historias. Peter Berg, un director con algunos buenos films en su haber, tuvo que aunar dos guiones: por un lado el lado dramático de la historia y por el otro la trama policial. Para completar la efectividad, el personaje protagónico de Tommy Saunders (Mark Wahlberg) es un personaje de ficción que reúne a varios policías de la vida real que formaron parte de los eventos. Esa decisión demuestra cuanta importancia le han dado a la construcción cinematográfica sin traicionar el espíritu de la historia. El drama es intenso, impactante, y Berg no es pudoroso a la hora de describir la dureza del momento del atentado. Pero la trama policial es la que hace la diferencia. La película no tiene una o dos escenas de suspenso, sino muchas, y todas son de una tensión muy alta. Sepa el espectador algo sobre la historia o la ignore por completo, el relato es apasionante. No hay manera de distraerse, el ritmo del film no le impide ser muy dramático, al contrario, pero está claro que es lenguaje del cine de género lo que le permite cumplir con objetivo de hacer una gran película. Pasó muy poco tiempo desde aquel día trágico, pero la respuesta de la ciudad de Boston fue tan contundente que ya se pudo hacer una película (más de una en realidad, porque Stronger, otro film sobre el atentado ya fue filmada) sin que sea una herida abierta. La solidez de los actores, la habilidad para reconstruir aquellos eventos, el pulso para el drama y la acción policial hacen de Día del atentado una película impecable, sin fisuras. Si Día del atentado no fuera tan buen policial, seguramente sería una película pesada, solemne, sentenciosa. Pero si no fuera tan dramática, tan contundente y tan clara en los eventos que toma, sería una película de acción algo irresponsable. Es saludable que la película elija la fusión de ambas cosas, porque consigue con creces que ambos aspectos se potencien mutuamente.
Dos contra el imperio Las secuencias de acción de la segunda mitad de Día del Atentado constituyen los únicos elementos interesantes de esta obra testimonial que cae en el chauvinismo barato y unos cuantos momentos tediosos que describen personajes de poco peso dramático… Un problema muy común del cine norteamericano de nuestros días es la excesiva duración de las propuestas mainstream en general, ya no sólo de las epopeyas de aventuras sino también de buena parte de la producción dramática estándar. Más allá del metraje de más con vistas a -supuestamente- justificar la experiencia de ver a los representantes del “star system” o a sus reemplazos contemporáneos, los CGI, en pantalla grande durante el mayor tiempo posible, lo cierto es que la estrategia no repercute en un progreso en el desarrollo de personajes y/ o en la profundidad de la trama, más bien todo lo contrario: tenemos films cada vez más y más largos, repletos de diálogos estereotipados, situaciones redundantes y enmarcados en una estructura con introducciones eternas, un núcleo poco convincente y un clímax que casi siempre termina apelando a fórmulas que ni siquiera se saben aprovechar. Estas son las tribulaciones de la fallida Día del Atentado (Patriots Day, 2016), el segundo opus nacionalista del año de Peter Berg luego de Horizonte Profundo (Deepwater Horizon, 2016), la cual a su vez vino a complementar a la previa e interesante El Sobreviviente (Lone Survivor, 2013). En esta oportunidad el actor reconvertido en director aplica el mismo esquema naturalista/ obrerista de Horizonte Profundo pero los resultados distan mucho de ser igual de satisfactorios, ya que el atentado de la maratón de Boston del 2013 no es para nada homologable a la explosión en 2010 de la tristemente célebre plataforma petrolífera Deepwater Horizon. Mientras que en éste último caso la película correspondiente sí señalaba a la empresa como responsable de la tragedia, hoy por hoy en cambio caemos en el chauvinismo barato estadounidense de siempre como único punto de apoyo del relato.Día de Héroes: Dos contra el imperio 1A pesar de este esperable silencio sobre las causas del ataque perpetrado por los hermanos chechenos Dzhokhar y Tamerlan Tsarnaev, quienes detonaron dos bombas cerca de la línea de llegada matando a 3 civiles e hiriendo a otros 264, a decir verdad los 133 minutos de Día del Atentado se vuelven interminables en función de las triviales “historias de vida” que introduce -sin convicción ni astucia narrativa- el guión de Matt Cook, Joshua Zetumer y el propio realizador; como las de las víctimas, las de los policías que investigan o se ven involucrados en el incidente y la de algún que otro pobre diablo que se topa con los responsables durante su huida. Se notan las buenas intenciones de Berg y su pretensión de que la patriotería esté acotada al “homenaje” a los amputados y los inefables representantes de la ley, no obstante la insignificancia de los primeros y la soberbia insoportable de los segundos los convierten a ambos en caricaturas anodinas y de este modo los golpes bajos quedan muy expuestos en su ambición de ganarse al espectador sin construir nada valioso. Como en casi todas las películas norteamericanas que cubren cualquier acto terrorista, aquí no encontraremos ni una sola palabra que ayude a comprender el sustrato del Islam radicalizado que motivó el atentado, los execrables bombardeos de Estados Unidos en Irak y Afganistán y los propios desajustes psicológicos de los dos artífices de la acometida. Otro problema serio pasa por la decisión de incorporar un protagonista ficcional, Tommy Saunders (Mark Wahlberg), un sargento de policía que debería funcionar como una suerte de vínculo entre el FBI y los uniformados de Boston, aunque el asunto en todo momento se siente forzado y fuera de lugar. Berg vuelve a demostrar su destreza para las secuencias de acción y en lo que respecta a la determinación de no volcar la balanza por completo hacia el campo del thriller hecho y derecho, coqueteando en cambio con el registro testimonial… sin embargo la jugada le sale mal y termina reivindicando -paradójicamente- el esfuerzo de los Tsarnaev y todo lo que lograron en su lucha artesanal contra el imperio estadounidense.
Impecable e imperdible producción donde todo es tan exacto gracias a que los reales protagonistas como Jeff Pugliese, Ed Davis y Dun Meng participaron en la realización del film.. Lo único que es pura fantasía es....
Más allá de su patriotismo, y discurso pro yanqui hacia el final, la realización de Peter Berg logra, con un estilo de captura de imágenes cercano al documental, por la mediatización de las mismas y el movimiento continuo, que no sólo logra generar la tensión necesaria para su propuesta, sino que, además, construye el verosímil necesario para su seguimiento. Un elenco multiestelar, encabezado por Mark Wahlberg, potencia esta historia vista mil veces, pero que se apoya mucho en los hechos reales acontecidos durante la maratón de 2013 de Boston. Berg construye a los personajes durante todo el primer tramo, para luego mezclarlos y aventurarlos a la decisiva resolución sobre el atentado y cómo este los afectó. Propuesta dinámica que atrapa desde el primer momento.
Peter Berg, prolífico director de cine y TV (filmó episodios de series como Bloodline, The Leftovers y Ballers), se reunió con su actor fetiche Mark Wahlberg luego de El sobreviviente y Horizonte profundo para esta película coral que reconstruye desde distintos puntos de vista el atentado ocurrido en abril de 2013 durante la maratón de Boston. Los primeros 40 minutos son notables, pero luego cede a la tentación de la frase altisonante, la imagen metafórica y la máxima de autoayuda. “Dedicado a todos los heridos, a los que brindaron primeros auxilios y a los médicos y policías que demostraron coraje, compasión y dedicación durante los trágicos eventos de abril de 2013”. Esa leyenda, escrita sobre una placa negra, es la imagen previa a los créditos finales de Día del atentado. Su funcionalidad es más bien nula, ya que si había algo que podía desprenderse del film de Peter Berg era justamente su carácter de homenaje. Con “los trágicos eventos de abril de 2013” se refiere al atentado ocurrido durante la maratón de Boston de aquel año, que dejó un saldo de tres muertos y 260 heridos, casi todos en sus miembros inferiores debido a que las dos mochilas que contenían explosivos estaban en el piso. Ese contexto signó el presente de la ciudad del este de Estados Unidos y agigantó aún más el fantasma del terrorismo. En vísperas de aquel domingo empieza Día del atentado, una suerte de relato coral compuesto por las historias de un grupo de personajes durante esa jornada (policías, heridos y victimarios). Entre todos ellos destaca la figura del policía Tommy Saunders (Mark Wahlberg), un devoto marido que está pagando un castigo laboral y tendrá en la maratón su último deber antes de volver a su puesto original. Si uno pudiera desglosar una película por bloques, el de los primeros 40 minutos estaría entre lo mejor del año. Berg solía ser uno de esos directores de la industria apenas eficaces y ruidosos, pero en los últimos años ha venido depurando un particular ojo para construir vértigo en situaciones concentradas en tiempo y espacio: basta recordar la materialidad y la tensión de Horizonte profundo, otro título basado en hechos reales y con Wahlberg haciendo de laburante (da perfecto en el rol de “hombre común sometido a situaciones extraordinarias”). Aquí aumenta la apuesta mediante un uso magistral del montaje paralelo y de una cámara en mano que, a la manera de Paul Greengrass, se invisibiliza en medio del caos. Pasado el caos inicial y la llegada de un grupo del FBI al mando del agente DesLauriers (Kevin Bacon, notable), el film mantiene su ritmo trepidante mostrando los primeros pasos de la investigación a puro nervio. A medida que las pistas empiecen a volverse concretas, el relato irá dándole más protagonismo a los responsables del atentado, dos jóvenes de origen checheno a los que el film les concede rápidamente el rol de “malos”, característica que significa también la primera luz de alerta de lo que vendrá. Y lo que vendrá es un vuelco deliberado del film hacia una zona de emotividad y efectismo cargada de diálogos altisonantes, grandes verdades y máximas de autoayuda del estilo “el amor vence al odio”. Berg cambia imágenes nerviosas y urgentes por otras inflamadas por el peso metafórico: allí está la captura del último sospechoso mostrada en cámara lenta y en contrapicado para comprobarlo. El resultado es, entonces, una película de acción muy buena durante su primera hora, y una fábula burda sobre la superación de adversidades, una elegía obvia a una ciudad que ya no es durante la segunda. Cada espectador decidirá con cuál de las dos partes quedarse.
El patriota Esta vez nos toca hablar de Día del atentado, un nuevo film que pone a Estados Unidos como el objetivo para que los terroristas intenten enviar un mensaje mediante bombas y asesinatos, pero con la particularidad de que este es un caso real y no una película de acción exagerada como vimos estos últimos años. Sí, suena totalmente a típica película americana, pero hay que ser conscientes de que es un film producido en el seno de Hollywood, y si ellos no pueden darse el gusto de hacer cuanta película pro patria quieran, ¿quiénes somos nosotros para impedírselo? De hecho varios films que fueron catalogados así, si uno los miraba de forma objetiva, resultaban buenos. Lamentablemente esta vez no es el caso. Lo que tira abajo como producto a Día del atentado no es su exceso de patriotismo, sino que como film, no cuenta nada interesante o nuevo a un espectador no norteamericano, que ya se cansó de ver estos proyectos sin alma, plagados de estrellas y que solo buscan lucrar con el sentido patriótico de un público acotado a determinado país. Así vemos como se desperdicia a actores como Mark Wahlberg, John Goodman o J.K.Simmons en un elenco repleto de caras conocidas que aporta poco y nada a la trama, ya que nunca llegamos a conocer demasiado de ellos, y que cuando la historia se pone peligrosa para estos personajes, nunca nos interesa qué les pasa. Peor aún es la dirección de Peter Berg, quien jamás crea tensión o suspenso desde la cámara, usando planos que cualquiera sin mucho conocimiento utilizaría, y desperdiciando la oportunidad de poner al espectador con los pelos de punta a sabiendas que hay una bomba que todos desconocen y que va a arruinar la vida de muchísimas personas. Cuesta encontrarle cosas positivas a Día del atentado (que en su nombre original se llama burdamente Patriots Day). Quizás algún tiroteo entre los policías y los responsables del atentado, aunque a esa altura de la película, poco le interesa al espectador quien vive o quien muere; ya que para hacer las cosas aún peores, el film es largo (más de dos horas) y se siente eterno. Día del atentado no peca de patriota, sino de tediosa y repetida. Siempre sentiremos que esto ya lo vimos y no precisamente en los noticieros. Y si se tiene en cuenta el potencial que había para hacer algo interesante, no nos queda más motivos que decir que estamos ante un film aburrido.
Peter Berg (“Deepwater Horizon”, “Hancock”) nos brinda este film sobre el atentado terrorista de la maratón de Boston de 2013, que dejó un saldo de tres personas muertas y otras 260 que resultaron heridas. La película cuenta dichos acontecimientos y también pone el foco sobre la posterior investigación para detener a los autores intelectuales y materiales del suceso. “Día del Atentado” (“Patriots Day”) se suma a una larga lista de relatos con tintes patriótico-nacionalistas, que buscan conmover al espectador contando con lujos de detalles la perspectiva norteamericana de los atentados terroristas. Lo cierto es que muchos de estos retratos resultan poco verosímiles o de escaso interés para el público internacional, sin embargo, en esta ocasión el patriotismo no llega a ser tan grotesco como en otras películas y la cinta se ve beneficiada por componer un drama intenso y un policial atractivo que llevan al espectador a una experiencia cinematográfica satisfactoria. Peter Berg contó con un elenco de lujo en esta ocasión, compuesto por Mark Wahlberg (con quien se ve muy cómodo trabajando y repite la fórmula de “Deepwater Horizon”), J K Simmons, Evan Rachel Wood, John Goodman, Michelle Monaghan y Kevin Bacon. El director en esta oportunidad demostró un gran talento para desarrollar una historia coral, que sigue a varios personajes, pero cuyo hilo narrativo es llevado adelante por Wahlberg. Si bien como es habitual en estas ocasiones, donde en algunos momentos el guion parece que se tambalea por la gran cantidad de personajes a desarrollar, el buen manejo del suspenso, el gran trabajo de edición que posee la película y un vertiginoso uso de la cámara, nos meten de lleno en el atentado. El problema de este film y de varios de su estilo, es que al adaptar hechos reales y exponer puntos de vista, se puede ver comprometido el objetivo de la obra (ya sea como obra artística o como entretenimiento). No obstante, el resultado logra ser satisfactorio al poder combinar el drama con el policial y los eventos reales con la ficción o construcción cinematográfica (el personaje de Wahlberg es un personaje de ficción). El acto terrorista se ve retratado como lo que es: crudo, duro y difícil de tolerar, por lo que resulta ser bastante acertado. Por otro lado, algunos diálogos y sentimientos expresados por los personajes suelen ser momentos nacionalistas exacerbados y le quitan un poco de credibilidad al film. “Día del Atentado” es una propuesta cinematográfica que parecía innecesaria, pero resulta ser disfrutable, ya que da muestras de que se puede hacer cine político o con tintes nacionalistas sin exagerar o terminar cayendo involuntariamente en el ridículo o las risas. Puntaje: 3/5
Día del atentado, de Peter Berg El director Peter Berg es uno de esos realizadores considerados confiables para Hollywood, un artesano sin grandes características distintivas pero con un pulso firme para la acción, como lo demostró en El reino, El sobreviviente y Horizonte profundo. Con Mark Wahlberg trabajó en estos dos últimos títulos y en Día del atentado la dupla vuelve a mostrar su efectividad a partir de una historia real, el atentado con dos bombas en la maratón de Boston que dejó como saldo tres muertos y más de dos centenares de heridos. La puesta está centrada en Tommy Saunders (Wahlberg), un descangallado sargento de policía con una pierna destruída que tiene debe velar por la seguridad de la competencia como agente raso y de uniforme cumpliendo un castigo. La historia no pierde de vista a Saunders pero se abre en un relato coral que traza un breve pero preciso perfil de los personajes que van a estar involucrados en la tragedia -hay que decir que el estereotipo de gente feliz hasta el momento trágico se repite bastante-, incluidos los dos hermanos de origen checheno autores del atentado. Con momentos de cámara en mano y un nervio que transmite la tensión de lo que va a venir -a la manera del inglés Paul Greengrass, responsable de films como Domingo sangriento, Vuelo 93, Jason Bourne-, Día del atentado cumple de manera extraordinaria con el suspenso que genera en cualquier espectador mínimamente informado que aguarda el ataque, que sabe más que los protagonistas. Las bombas llegan y el mazazo, aunque esperado, no deja de ser sorprendente, con cuerpos dislocados, miembros amputados y la manera precisa de mostrar el desconcierto luego del ataque. Lo que sigue es la investigación a cargo del agente del FBI Richard DesLauriers (Kevin Bacon, siempre creíble de saco, corbata y tomando decisiones), el llamado al sargento en desgracia que va reconstruyendo el posible recorrido de los terroristas, las especulaciones políticas, la presión de los medios y la cacería. Para el final la evidente carga ideológica de Día del atentado se duplica y hay unos cuantos golpes dirigidos directamente a conmover de manera berreta al espectador, momentos que poco tiene que ver con el resto de la película, que en conjunto no deja de ser un buen trhiller que no oculta sus intenciones de rendir un homenaje a las víctimas y sobre todo, a una ciudad que se sobrepuso a la adversidad. DÍA DEL ATENTADO Patriots Day. Estados Unidos, 2016. Dirección: Peter Berg. Intérpretes: Mark Wahlberg, John Goodman, Kevin Bacon, J.K. Simmons, Michelle Monaghan, Rachel Brosnahan, Alex Wolff, Melissa Benoist, Michael Beach y Khandi Alexander. Guión: Peter Berg, Matt Cook y Joshua Zetumer. Fotografía: Tobias A. Schliessler. Música: Trent Reznor y Atticus Ross. Edición: Gabriel Fleming y Colby Parker Jr. Duración: 133 minutos.
Primero sorprendieron con ese tremendo drama bélico que fue El sobreviviente, luego dieron una cátedra de cine catástrofe en Horizonte profundo y este año en Día del atentado, el director Peter Berg y Mark Wahlberg ofrecen la mejor película que hicieron juntos hasta la fecha. En esta oportunidad la trama brinda una extraordinaria recreación del atentado del maratón de Boston, ocurrido el 15 de abril de 2013, y la histórica cacería de los terroristas que durante una semana casi puso a esa ciudad al borde de la Ley Marcial. Si estos hechos no estuvieran documentados con imágenes de noticieros y testigos uno podría creer con facilidad que la trama fue una invención hollywoodense, sobre todo por los acontecimientos delirantes que se dieron en el transcurso de unos pocos días. Al igual que en sus filmes anteriores, Berg le escapó a las exaltaciones patrioteras y los panfletos políticos para centrarse en las historias de vida de las personas que vivieron de cerca la odisea del atentado y la cacería de los terroristas. El director en este caso presenta una construcción muy minuciosa de cómo se llevó a cabo la investigación para poder identificar a los criminales. Su relato en un comienzo abre numerosas líneas argumentales, que en principio parecen no tener relación, hasta que el conflicto se encarga de cruzar las vidas de todos esos personajes. El film está dividido en dos partes muy bien definidas. En el primer acto se describe el momento del atentado y sobresale la manera en que el director Berg inserta al espectador en el caos de las explosiones, a través del personaje de Mark Wahlberg, quien se luce otra vez en un rol dramático. Luego el eje del relato se enfoca en la investigación y en esta parte nos encontramos con el gran atractivo de este estreno. Me refiero a la tensión y el suspenso con el que Peter Berg lleva adelante la trama, pese a que los hechos son de público conocimiento. Aunque sepas como va a terminar la película, Día del atentado consigue mantenerte pegado a la pantalla por la tensión con la que se desarrollan los hechos. No es sencillo generar grandes momentos de suspenso con una historia que es de público conocimiento y la labor de Berg merece ser destacada en este aspecto. Si bien no hay un protagonista específico, el reparto incluye a figuras como Kevin Bacon, John Goodman y J.K. Simmons, quienes logran tener sus momentos destacados. La película aborda los hechos reales con inteligencia y respeto y nunca explota la tragedia humana a través del melodrama. Me encantó Día del atentado y seguramente terminará en mi lista de favoritas de este año. Si disfrutaron en el pasado de El sobreviviente y Horizonte profundo no dejen pasar esta nueva producción de Mark Wahlberg que es excelente.
La carrera más larga El actor noventero devenido en director Peter Berg completa su ”trilogía patriótica” pro-yanqui con Día del atentado (Patrios Day, 2016). Al igual que en El sobreviviente (Lone Survivor, 2013) y Horizonte profundo (Deepwater Horizon, 2016) vuelve a hacer equipo con Mark Wahlberg para retratar un hecho verídico que tocó de cerca al pueblo estadounidense: el atentado de la maratón de Boston. Con un mix de hechos reales y personajes ficticios se nos presenta el antes, durante y después del atentado perpetrado el 15 de Abril de 2013 por dos hermanos Tamerlán y Dzhojar Tsarnáev en el que murieron 3 personas y hubo múltiples heridos, lo que derivó en una cacería humana de 4 días en busca de los responsables. El esquema coral que involucra al propio Wahlberg junto a otras estrellas clase A como John Goodman, Kevin Bacon, J.K. Simmons, Michelle Monaghan y Melissa Benoist, entrelaza múltiples historias que tienen lugar durante la tragedia y retrata lo sucedido desde distintos ángulos, en pos de aumentar el realismo. La inclusión de material verídico registrado durante el atentado no hace otra cosa que sumar valor agregado a la propuesta. Por una vez Mark Wahlberg puede aprovechar con justificación geográfica y guionística su acento nativo de Boston, para interpretar irónicamente al único personaje ficticio de este film basado en hechos reales. Tomando como norte el libro de Casey Sherman “Boston Strong”, la película -a pesar de su propio título- evita en gran medida la tentación de caer en el cliché del patriotismo chavacano de bandera americana ondulante en el viento, y de manera similar a lo hecho en Horizonte profundo pone mayor énfasis en retratar la unión de una comunidad de hombres y mujeres enfrentando la adversidad. La baja concentración de patriotismo por fotograma también se hace evidente en la representación que se hace de las fuerzas especiales norteamericanas y la facilidad con que los procedimientos “de manual” puede irse al demonio en un segundo, dejando todo librado a la desprolijidad más absurda. Una película correcta que se mantiene dentro de sus cabales sin olvidarse nunca del peso de aquello que se está narrando.
Es la reconstrucción minuciosa de los atentados que ocurrieron en la maratón de Boston el 15 de octubre de 2013.Lo que hace el director Peter Berg que es también coguionista con Matt Cook y Joshua Zetumer es armar cronológicamente lo que ocurrió con foco en un grupo de historias individuales y luego el enorme operativo que sello la ciudad en la búsqueda de los dos hermanos que planearon y construyeron las bombas caseras. Tres muertos y 264 heridos, muchos mutilados, fueron el resultado trágico. Con un elenco encabezado por Mark Wahlberg, también productor, junto a Kevin Bacon, John Goodman, J.K. Simmons, Michelle Monaham entre otros, todo esta armado como un rompecabezas, entre dramas de muertos y heridos, los clichés habituales en series televisivas, con el enfrentamiento entre las fuerzas policiales locales y el FBI, el espectacular operativo realizado en un hangar para descubrir con cámaras callejeras a los autores, y el impresionante rastreo por toda la ciudad para dar primero con uno y por fin con el menor. Con un suspenso bien manejado y apelando siempre al orgullo de una ciudad que realiza esa carrera en un día patriótico (que es el título en ingles) y que se unió emocionalmente para recuperarse del estupor, las heridas y el dolor. Muy para el mercado estadounidense pero por la difusión que tuvo seguro funcionara en todas las audiencias. De ritmo sostenidos, con mucha factura de miniserie, como falso documental, entretiene sin fisuras aunque constantemente llegue a lugares comunes en el género.
Había una vez un director cuya ópera prima prometía una visión negra e irónica del American Way Of Life. Peter Berg debutaba en el cine allá por 1998 con Malos Pensamientos, la película que demostró que Cameron Diaz era más que una rubia tonta, la que trajo de regreso a Christian Slater por un rato, la que nos contó como un grupo de amigos de suburbio tratan de ocultar un homicidio culposo en una despedida de solteros con tal de mantener un status quo. Claro, a esa ópera prima tan prometedora le siguió algo bien diferente, salvando simples productos de aventuras como El Tesoro del Amazonas o Hancock (y a esta había que releerla entre líneas), Peter Berg se dedicó a ser una suerte de Michael Bay con un poco menos de presupuesto y ruido, un poco. Un puñado de films de manual que imprimen un patriotismo a ultranza por sobre la historia, que acumulan clichés y, sobre todo, una deliberada trilogía que lo unió al actor Mark Whalberg, y que con Día del atentado parece llegar a su fin. El sobreviviente, Horizonte Profundo y Día del Atentado comparten en común un director, un protagonista, estar basadas en hechos reales que revisan personajes heroicos de la ciudadanía común estadounidense, y hacerlo con el mayor trazo grueso patriótico posible además de una imponente puesta en escena. En esta ocasión se sigue la historia del atentado ocurrido en la maratón de Bostón de 2013. Antes de cruzar la meta, detonaron dos explosivos caseros que causaron casi trescientos heridos y tres muertos. El film de Berg, con guion escrito a cuatro manos (incluyendo la del propio director), sigue la fórmula clásica que ya nos presentó en Horizonte Profundo, los personajes antes del hecho, la maratón en sí misma, y el foco principal en la investigación posterior para dar con los responsables. Durante cuatro días se dio caza a los responsables que terminaron siendo los hermanos Tsarnáev. Para este fin, se recurre tanto a personajes reales como ficticios, los que pondrán un mayor énfasis a lo que se pretende presentar. Nuevamente nos referimos al anterior film de su director, un elenco grande y de nombres llamativos intentan hacer la diferencia. A Whalberg se le suman J. K. Simons, Melisa Benoist, Kevin Bacon, Michele Monaghan, y John Goodman entre un largo etcétera que intenta contar la historia desde diferentes ángulos. Los personajes que interpretan a los policías e investigadores si bien se presentan de modo diferentes, todos tienen carisma. Se apunta a mostrarlos como personas reales, a presentarlos en un entorno, y lejos de ser superhéroes. Ya no son los años ochenta, ya no se nos presenta a esos héroes solitarios frente al mundo, ahora prevalece el trabajo en equipo y hasta se permiten ser imperfectos… aunque los villanos siguen siendo tan extranjeros y ridiculizados como siempre. Durante sus más de dos horas (que, aunque tienen dinamismo se sienten y se pudieron achicar) hay un intento por no ser tan explícito con el patriotismo, se lo muestra solapado, entre línea. Sin embargo, sobre el final, y en los momentos en los que se olvida de ser disimulada, las líneas de diálogos patrióticas e imágenes alegóricas pueden sobrepasar cualquier verosímil. Su apartado técnico es discreto y hay escenas de acción que se destacan por su articulado manual. Puede resultar entretenida si se toman los recaudos necesarios, pero nada que perdura en nuestra memoria, su medio término no colabora. Día del atentado es prolija, no llega a aturdir, pero fuerza todas las tuercas para causar emoción y que nos den ganas de besar la bandera, lástima que no sea nuestra bandera.
Si por el título original (Patriots Day) y el tema (el atentado terrorista en la maratón de Boston en 2013) te imaginás una película patriotera de reivindicación la gran nación del norte, vas a llevarte una sorpresa con este largo film, nueva colaboración entre el director Peter Berg y el actor Mark Wahlberg -también productor- después de Horizonte profundo y El único sobreviviente. Claro que algo de eso hay, pero lo primero que sorprende aquí es lo bien y lo originalmente contada que está esta historia que el espectador ya conoce, durante el antes, el durante y el después de las bombas que dejaron tres muertos y casi trescientos heridos. Un relato que se presenta abierto, desde la líneas de varios personajes que tendrán distintos roles cuando pasa lo que pasa, y un policía local como protagonista, Wahlberg. Un ex alcohólico, con algunos problemas personales, al que envían como parte del equipo de seguridad apostado en la línea de llegada de la maratón. Los dos jóvenes terroristas también forman parte de ese fresco de personajes, en un armado de piezas que permite seguir en paralelo la carnicería que se prepara y que atrapa desde el minuto uno. La detallada secuencia del estallido de las bombas, con imágenes más crudas de lo esperable, y ciertamente poco sutiles, parece seguir la misma lógica, incluyendo la labor de los médicos de emergencias, los policías y la gente como parte de ese relato colectivo que se escribe como reacción al terror. Pero la mayor parte de la película está dedicada a la cacería que vino después; un policial, entonces, antes que una evocación del atentado sobre el que además se evitan cargas políticas. El manejo de situación, entre las distintas autoridades locales y el FBI que llega a hacerse cargo, con Kevin Bacon a la cabeza, sucede entre las fuerzas de la ciudad de Boston que discursean acerca de la protección de sus calles y ciudadanos. En esa cacería hay una secuencia larga y notable de puro crescendo: desde el descubrimiento y rodeo en puntas de pie de un sospechoso hasta una verdadera batalla campal, en un suburbio de casas ajardinadas. El sistema, y el proceso, de busca y captura resulta fascinante en manos de Berg, cuando se trata nada más, y nada menos, que de gente capaz haciendo su trabajo policíaco. Que uno no pueda sacarle los ojos de encima es mérito de un director capaz de dosificar y ordenar su relato para que suene como una orquesta afinada, llevándonos de la nariz hasta el emotivo cierre. En ese último tramo están las mayores debilidades de la película, que pone en boca de sus protagonista largos discursos sobre el amor capaz de vencer al odio, y cosas por el estilo. Discursos innecesarios, porque la potencia del relato y la emoción de sus imágenes finales podían transmitir todo eso por sí solas y sin ayuda.
Emitida también por Radio La Red y en www.partedelshow.com.ar “Dia del atentado” cuenta los ataques terroristas que ocurrieron en la maratón de Boston en 2013. La primera media hora (y algo más) es de alto impacto y sumamente atrapante, con estética documental y un ritmo vertiginoso. La película pasa después a un correcto tono policial con menos originalidad pero resulta igualmente atendible, por sus actuaciones y pese a su patrioterismo. Dirigida por Peter Berg. Con Mark Wahlberg, John Goodman, J.K. Simmons y elenco.
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Día del atentado: retratar el alma de una ciudad Basada en los hechos reales del atentado en la maratón de Boston de 2013 y la investigación y persecución de los terroristas responsables, Día del atentado es una película con grietas, quiebres, desniveles notorios, y está lejos de ser el mejor exponente del director Peter Berg. Sin embargo, aun este caso, el realizador logra algo así como una pintura del alma de una ciudad, un retrato colectivo para nada descartable. Hay que tener en cuenta que la película anterior del director fue la muy buena Horizonte profundo, también basada en un caso real y con un elenco no sólo notable, sino además noble. Pero si en esa película había una bienvenida concisión narrativa y líneas que hacían sistema en cuanto al crecimiento de la tensión, aquí -al haber más personajes y al decidirse por una construcción menos arquetípica- se llega a más de dos horas de relato con potencia intermitente. Aún con las objeciones planteadas, Berg sigue haciendo un cine que no es el típico de la línea de tanques de Hollywood: aquí no hay espectacularidad vacía -el momento del atentado es afortunadamente sobrio- y hay confianza en la carga emocional clásica en la gestualidad de los actores, desde los trabajadores Wahlberg y Monaghan hasta la garantía del aplomo de Goodman y Simmons. Y, además, tenemos la confirmación de que Kevin Bacon es uno de los mejores, uno de los que entendió el arte de Clint Eastwood como actor: no fue casualidad que haya sido el mejor en Río Místico.
Una de héroes y patriotas Hay crudeza en algunas escenas y un elenco de renombre, pero algo no termina de cerrar. A contramano de lo que sucede en la Argentina, donde sí abundan los documentales de cabezas parlantes sobre actos terroríficos -la voladura de la AMIA, el atentado a la Embajada de Israel-, los estadounidenses suelen ser rápidos de reflejos a la hora de hacer filmes, digamos, de ficción basado en hechos reales atroces. Con Vuelo 93, de Paul Greengrass, sobre las Torres Gemelas, y ahora, a casi 4 años del ataque terrorista durante el maratón de Boston de 2013 llega Día del atentado (Día de patriotas, mucho más acertado el título original, no sólo porque el maratón se corre para celebrar esa jornada en los EE.UU., sino porque también el filme con Mark Wahlberg hace centro en los héroes tras las explosiones). Pero Wahlberg no es “el” héroe, o al menos no es el único. La película arranca poco antes de que los hermanos Tsarnaev, musulmanes, hicieran detonar dos bombas en ollas a presión, que ocasionaron tres muertos -uno de ellos, un niño de 8 años- y más de 260 heridos. Algunos de gravedad, como testimonia en primeros planos el filme de Peter Berg. Pero la estructura del filme no se circunscribe al atentado, sino que prosigue en la búsqueda antes que la persecución de los terroristas. La caza duró varios días, y allí sí interviene Saunders (Wahlberg), un policía con pocos pelos en la lengua y una lesión en la rodilla izquierda, que es de esos tipos que tanto le gusta enaltecer al cine hollywoodense. Habrá a quienes les parezca un exceso de patriotismo algún momento de alguna escena en particular, pero si lo que cuenta el filme estrenado en enero en los Estados Unidos sigue al pie de la letra los hechos reales, hay muchos responsables que no quedan demasiado bien parados. La película tiene un elenco que ciertamente testimonia el esfuerzo detrás de la producción. Wahlberg es oriundo de Boston y fue quien se puso el filme al hombro. Por eso llamó a Berg, con quien ya había hecho dos películas basadas en hechos reales (El sobreviviente, acerca del militar caza talibanes Marcus Luttrell, y Horizonte profundo, la explosión de una plataforma de perforación de petróleo). Kevin Bacon, John Goodman, Rachel Brosnahan (House of Cards), Michelle Monaghan (True Detective) cumplen roles de agentes o ciudadanos comunes en este producto que no es telefilme ni docudrama, pero que precisaba algo más para resultar real o al menos creíble.
Martin Richard, Krystle M. Campbell y Lü Lingzi fueron las víctimas del atentado del 15 de abril de 2013 en la maratón de Boston. Dos bombas caseras que explotaron cerca de la línea de meta, mientras la carrera finalizaba, mataron a tres personas e hirieron a más de 280. En Patriots Day, el director Peter Berg apuesta a la acción, al homenaje y al mensaje antiterrorista. Para conseguirlo repite la fórmula de Deepwater Horizon: historia catastrófica verídica con un poco de Mark Wahlberg.
La tragedia en la maratón de Boston narrada con pericia Mark Wahlberg y el director Peter Berg, que ya habían trabajado juntos en la historia del desastre petrolero de "Horizonte profundo", se vuelven a reunir para una crónica rigurosa del atentado a la maratón de Boston de 2013, enfocándose en cada uno de los protagonistas de este terrible episodio, tanto las víctimas como los terroristas, los policías y los agentes del FBI que investigaron, con el énfasis en la minuciosidad y en los detalles. El resultado es brillante, uno de esos escasos thrillers que logran generar tensión a pesar de que el espectador conozca la resolución de los acontecimientos. En ese sentido, el director sabe cómo equilibrar esta película coral con excelentes actores como John Goodman, J.K. Simmons o Kevin Bacon en los papeles más disímiles, además de lograr que toda la ciudad de Boston sea protagonista. Y el suspenso se intensifica más en las escenas relativas al raid criminal posterior al atentado de los terroristas, con impresionantes escenas violentas en sus enfrentamientos con la policía. Por supuesto, "Patriot's Day" es también un film político, pero éste es un hecho que surge de la naturaleza de lo que se narra y no debido a bajadas de líneas surgidas del guión.
El director Peter Berg lleva a la pantalla grande un hecho real que conmocionó al mundo. Como cada año, la ciudad de Boston conmemora el Día del Patriota con una maratón en la que participan miles de personas. Pero en 2013 ocurrió un atentado que dejó un saldo de tres muertos y casi 300 heridos. En ese escenario, el accionar del policía Tommy Saunders (Mark Wahlberg) y del agente especial Richard DesLauriers (Kevin Bacon), entre otros, permitió encontrar a los victimarios luego de varios días de búsqueda. Día del atentado (Patriots Day, 2017) recrea lo ocurrido de forma efectiva. Porque además del hecho concreto, detalla las horas posteriores y la difícil captura de los terroristas. El film comienza la noche anterior al atentado, mostrando la vida de algunos de los futuros sobrevivientes (interpretados por actores). Esa cercanía que se genera le imprime sensibilidad e identificación, aspecto que se consolida al ver y escuchar los testimonios de las verdaderas víctimas al final de la película. Lo más interesante del film de Berg es que le permite al espectador conocer cómo fue la logística que permitió identificar a los agresores entre la multitud. Y también algunas fallas que surgieron en ese proceso. El interés que genera se mantiene, aunque el final sea públicamente conocido. Probablemente, lo que no termina de convencer es la mirada norteamericana con la que se narran los acontecimientos. Aunque es entendible que sea así, quizás hubiera sido acertado dar más datos sobre el origen de los terroristas y la ideología que los incita a actuar de esa forma. Cabe destacar los efectos técnicos utilizados para recrear las persecuciones y el ataque. El despliegue de producción es importante, al igual que el elenco, integrado por Wahlberg, Bacon, John Goodman, J. K. Simmons, Michelle Monaghan y Melissa Benoist. Día del atentado es un homenaje a las víctimas y a las personas que permitieron descubrir quiénes eran los culpables. Además de una oportunidad para conocer y reflexionar sobre lo ocurrido.
Con un interesante guión armado a partir de hechos reales llega el estreno de Día del atentado (Patriot’s Day) con una impecable dirección a cargo de Peter Berg. En el año 2013 dos hermanos fundamentalistas cometen un terrible atentado colocando dos bombas caseras al costado de la tradicional maratón de Boston donde había una multitud de personas dejando un saldo de 3 personas muertas y 264 heridos (entre deportistas y espectadores). El uso de la tecnología mediante las cámaras desplegadas en la ciudad, el armado velozmente de un lugar como base por las fuerzas especializadas para que se den respuestas rápidas a lo sucedido, las persecuciones policiales por la ciudad para encontrar y arrestar a los asesinos, la cámara que no se detiene y por momentos aparentando un noticiero en vivo, logran con Dia del Atentado un inquietante ritmo. Las escenas más emocionantes son cuando se entremezclan las imágenes verídicas de la maratón y también cuando finalmente conocemos las victimas reales de aquel espantoso episodio. El elenco está muy bien elegido y los parecidos físicos son perfectos. Atrapante e imperdible film donde queda claro el mensaje para el orgullo de los norteamericanos y para quienes se animen a atacarlos: que se van a reponer al dolor y que serán implacables cayendo con todo el peso de la ley sobre los responsables.
Cuenta con una trama interesante, donde se mezcla muy bien el drama y el policial, con imágenes impactantes, se van logrando escenas llenas realismos, como sabemos se encuentra basada en hechos reales vamos viendo situaciones dolorosa, tiene suspenso, tensión y muy buen ritmo. A Mark Wahlberg esta como protagonista y productor, además ya ha trabajado con este director en “Horizonte profundo” (2016); “El sobreviviente” (2013). Un destacado elenco secundario: Michelle Monaghan, J.K. Simmons, John Goodman. Un homenaje a las víctimas y a quienes fueron los héroes.
Acción patriótica. Los atentados terroristas en suelo norteamericano, cada vez más comunes desde inicios de este siglo, tienen la particularidad de estar dirigidos a centros neurálgicos y profundamente emotivos para ese país. La construcción del orgullo americano se funda en gran parte a través de símbolos y tradiciones; es por ello que la masacre atestiguada por los ciudadanos de Boston durante la histórica maratón de la ciudad, y (peor aún) durante la festividad del “Día del Patriota”, no solo tuvo su costo en sangre sino que también golpeó muy fuerte a la cada vez más frágil identidad estadounidense. Día del atentado es en buena medida un film que busca resaltar la aparente indestructibilidad del espíritu yankee a través de una narración anclada en personajes básicamente perfectos y moralmente intachables. Basta con leer el título original (Patriot’s Day, es decir, Día del Patriota) y la flamante bandera del poster para entender que el patriotismo y la cursilería no van a faltar en el metraje dirigido por Peter Berg, cineasta que ya ha entregado dos cintas con la misma impronta como El sobreviviente (desastre militar) y Horizonte Profundo (desastre petrolero). Las producciones de Berg tienen dos costados, por un lado, el que resalta lo bueno que es ser yankee, y por el otro, el que entrega escenas de acción espectaculares con un trabajo impresionante de sonido y FXs. Le faltaba un día para retirarse: Día del atentado presenta a una variedad de personajes involucrados de manera fortuita o intencional antes, durante y después del ataque. Berg utiliza el hecho de la masacre como un momento bisagra en la vida de los protagonistas, nos muestra sus impecables y envidiables rutinas dentro de la ciudad. Es una representación idílica donde hasta los propios terroristas parecen vivir sin preocupaciones en un mundo privilegiado. La prolijidad del relato no alcanza para anular lo trillado que resultan estas introducciones, y parecen un recurso inserto con el fin de buscar empatía con victimas, heridos y agentes de seguridad varios. Wahlberg, protagonista y productor, se exhibe a si mismo como el eslabón más débil de un reparto impresionante que incluye a unos correctos pero desperdiciados John Goodman, J.K.Simmons y Kevin Bacon. La película deja en evidencia que la especialidad del director está en el terreno del thriller y la acción realista, estética que puso en boga Paul Greengrass hace casi una década. Tanto la reproducción del atentado como la operación de inteligencia posterior, es realizada con un notable cuidado por el suspenso, ritmo dramático y espectáculo visual. La tensión aumenta y se mantiene durante la segunda mitad del metraje, hasta que finalmente Berg decide destruirla con una hermosa alegoría de cómo podemos volver a vivir seguros y orgullosos en los Estados Unidos de América. Conclusión: Día del atentado en definitiva es una buena película de acción atrapada en una vacía y cursi oda a las instituciones norteamericanas.
La película protagonizada por Mark Wahlberg se basa en el ataque terrorista de la maratón del Día del Patriota en Boston. Cada vez más la realidad se impone e inspira relatos basados en hechos reales. Si tenemos en cuenta que en lo que va de 2017 se han perpetrado más de 20 ataques terroristas en diferentes países del mundo, no asombra que el terrorismo se haya convertido prácticamente en un género cinematográfico. Día del atentado cuenta la historia del ataque terrorista durante la maratón del Día del Patriota en Boston, Estados Unidos, el 15 de abril de 2013. El tema, controvertido y delicado, nos lleva a preguntarnos si no será demasiado pronto para ficcionalizar un hecho tan dramático que, por otro lado y en términos de narración cinematográfica, sólo funciona si no se tienen tan presentes los hechos. En este caso, la utilización de imágenes reales le quita espectacularidad a la ficción y delata una intención más cercana al simulacro o a la reconstrucción cronológica de los hechos que a una puesta en escena. Policías, militares, políticos, civiles y maratonistas se ven representados como parte activa de una comunidad y de un "nosotros colectivo" de personas que tienen en común no sólo esta tragedia compartida, sino un orgullo y una unión bostoniana que resultará potenciada, según el director, gracias a este ataque. Es precisamente en ese último punto donde reside lo interesante de esta película, que no descansa en los lugares comunes sino que destaca la pluralidad de los protagonistas y logra correr el foco de "un otro" como potencial amenaza a un otro solidario y presente. Interesantes resultan, asimismo, los momentos en los que se muestra a la policía equivocándose y en shock, a los militares abrumados y a los políticos en pánico. En un momento alguien le pregunta al personaje que encarna Mark Wahlberg (policía local) si él piensa que el ataque podría haber sido evitado. Él responde: "En esta guerra del Bien contra el Mal, del amor contra el odio, la única manera que tenemos de defendernos es el Amor. Es lo único que no pueden tocar. Podemos buscar a los responsables, agarrarlos y matarlos y aun así nos atacarán. Tenemos bombas al lado nuestro y es el amor el que nos alimenta y la única manera en la que podemos ganar". Buen epílogo para esta película patriótica que reacciona al terrorismo con una suerte de impotencia desapasionada, calma y hasta resignada ante muy probables futuros ataques y que descansa en el amor y la solidaridad.
Carrera contra la muerte Día del atentado intenta contar una historia de heroísmo colectivo luego del ataque durante el Maratón de Boston en 2013, pero el resultado es torpe. El 15 de abril del año 2013 fueron detonadas dos bombas caseras entre la muchedumbre que miraba el Maratón de Boston. Tres personas murieron y hubo varios heridos graves. Día del atentado cuenta esa historia intentando poner el acento en el héroe colectivo, en la solidaridad de la ciudad hacia las víctimas y en el trabajo en equipo para dar con los culpables, pero la ambición choca contra un guión desordenado, que hace aparecer y desaparecer personajes desprolijamente, y que termina deshilachando lo que había arrancado como un buen thriller. Si bien la película es bastante coral porque tiene la intención de, como dije antes, homenajear al héroe colectivo, los guionistas pusieron un héroe inventado: se trata del sargento Tonny Saunders (Mark Wahlberg), que va a funcionar como el representante de todos los policías que fueron vitoreados en Boston luego del arresto del terrorista sobreviviente. El prólogo nos introduce a Saunders y al resto de los personajes, ellos sí reales: el sargento Jeffrey Pugliese, el estudiante chino del MIT Dun Meng, el matrimonio de Jessica Kensky y Patrick Downes, el oficial Sean Collier, los hermanos Dzhokhar y Tamerlan Tsarnaev y Katherine Russell, la mujer de Tamerlan. En muchos casos, no sabremos casi hasta el final cuál es el papel que van a jugar en la historia. Tomemos como ejemplo el caso de Dun Meng. Un tímido joven chino que se anima a invitar a salir a una chica. Sus escenas no tienen nada que ver con el conflicto central y aparecen esporádicamente construyendo una mini-trama paralela. Después cumplirá un papel importante, pero hasta ese momento su presencia solo genera confusión y fastidio. De todas maneras, la primera mitad de la película se parece bastante a un capítulo de Homeland o de 24. El momento del atentado y las escenas posteriores, cuando entra en escena el agente del FBI Richard DesLauriers (Kevin Bacon) están contadas con agilidad y la cosa parece que puede funcionar si uno no se pone muy exigente. La típica rivalidad entre la policía local y el FBI, el hallazgo de un policía raso observando videos, la desesperación de los sobrevivientes, todo funciona muy bien. Pero después empiezan a entrar esos personajes que parecían desubicados y que están para ilustrar la tesis final de la película: que fue la ciudad de Boston la que venció a la maldad terrorista. No está mal la idea, pero el modo en que se la lleva a cabo es chapucero y torpe. Y por si no bastara ver a J.K. Simmons fumando un cigarrito y patrullando las calles de Watertown sin ningún motivo aparente hasta que casi al final hace su gracia, tenemos que ser testigos de un epílogo demasiado largo con leyendas explicativas, escenas documentales, fotos y dedicatorias. Está muy bien buscar la emoción y el patriotismo, más cuando se cuenta una historia real de emoción y patriotismo. Pero no es tan fácil reflejar en una película el heroísmo de toda una ciudad. No es casual que los mejores momentos de Día del atentado sean aquellos que se parecen más a una serie de ficción que a la realidad.
La película de Peter Berg se centra en el atentado con bombas en la Maratón de Boston de 2013. Efectista pero muy efectiva, narra paso a paso lo que sucedió antes, durante y después del hecho, transformándose en un homenaje a la ciudad que en esos días atravesó una de las situaciones más tensas y difíciles de su historia. A cuatro años casi exactos del atentado que tuvo lugar en Boston, en medio de la maratón tradicional de esa ciudad, llega DIA DEL ATENTADO, una película que intenta recrear el antes, el durante y el después de esas duras jornadas que vivió la ciudad. Combinando historias reales con algunos personajes ficticios, lo que hace Peter Berg –un avezado y muy consistente realizador de películas de acción y suspenso que generalmente tienen algún tinte patriótico, como EL SOBREVIVIENTE o BATALLA NAVAL— es construir una mirada panorámica sobre ese suceso, una que apunta a describirlo desde distintos ámbitos y puntos de vista. El papel protagónico recae en Mark Wahlberg, pero es solo uno de los muchos personajes del filme. Se trata de un policía de Boston un tanto indisciplinado, bebedor y con problemas personales al que, casi como castigo, mandan a trabajar cuidando el sector de llegadas de la consabida maratón. Es él quien resulta ser el hombre que no solo estará entre los primeros en responder cuando las bombas estallen sino que seguirá siempre en la primera línea de persecución de los culpables del atentado, tanto ayudando a encontrarlos via cámaras de seguridad como en los enfrentamientos y demás situaciones del final. Pero el filme incluye también varias historias de vida de personas que –salvo que uno conozca el caso real en todos sus detalles– no sabemos bien qué rol tendrán hasta que son atravesados por la situación. Algunos serán víctimas de las bombas, otros ayudarán en la búsqueda y detención de los culpables, otros tendrán imprevistos roles en distintos momentos de la trama y así. El filme, además, no oculta el punto de vista de los terroristas: los vemos desde el principio preparar sus bombas, ir hacia la maratón y los seguimos casi paso a paso en lo que sucede después. Berg es un gran narrador, algo que ya ha demostrado en varias películas previas. Si bien no es lo que se puede llamar un realizador sutil, tiene muy claros los recursos visuales que debe utilizar para contar su historia y un elenco de actores talentosos (Kevin Bacon, John Goodman, J.K. Simmons, Michelle Monaghan y otros) para agregarle potencia dramática. Y es por eso que DIA DEL ATENTADO, aún sabiendo todo o buena parte de lo que va a pasar, es muy efectiva en casi todos sus pasos. Si bien se pueden discutir algunas elecciones estéticas (las escenas del atentado en sí son, para mí gusto, excesivamente cruentas), Berg y Wahlberg tienen en claro que su principal objetivo es hacer una película sobre Boston y sus habitantes, sobre la fuerza, la intuición y el coraje que manifestaron durante esos días de persecución y miedo. DIA DEL ATENTADO trata de no ser una película política en el sentido de analizar las causas relacionadas a este tipo de actos criminales o terroristas. Puede que la pintura de los culpables del atentado sea un tanto simplista y que la de los policías de Boston se pase de “folclórica” (son casi el cliché de la policía de Boston), pero el acento siempre está puesto en la crónica y en hacer avanzar el relato. También, claro, en sus escenas de persecución y enfrentamientos, entre las que se destaca claramente una que tiene lugar promediando el filme y que –bombas y disparos mediante– transforma las calles de un suburbio de Boston en un caos que parece salido de una película bélica. Acaso lo más inusual del sistema narrativo de DIA DEL ATENTADO tenga que ver con la forma en la que estos diversos personajes secundarios van siendo introducidos y cómo su suerte o papel en la historia va siendo revelado. Pero queda claro con el correr de los minutos que todos ellos forman parte de este homenaje a la ciudad que la película propone. ¿Efectista? Seguramente. Pero muy efectivo también.
Tengo un solo problema con Día del atentado: su esencia. Porque la película está muy bien lograda en todo sentido pero me costó mucho como espectador tragarme toda la parafernalia norteamericana en esta ocasión. Por lo general no tengo drama con esto y lo defiendo mucho desde el punto de vista lógico de quienes son los responsables y hacia qué público apuntan originalmente. Incluso este estreno está más que justificado desde el mismo título -original- Patriots Day (Día de Patriotas, que es una fecha de conmemoración) pasando por el punto de vista ultra nacionalista de agentes de policía y FBI, y la utilización de material de archivo mezclado con la ficción. Todo esto causó que me costara conectarme con los personajes y sentir la historia muy ajena y por eso le resto puntos. Ahora bien, también debo decir que la escena del atentado me inquietó bastante. Está muy bien filmada y actuada. Peter Berg, quien ya había mostrado gran habilidad en el manejo de subjetivas en Lone survivor (2013) lo vuelve a hacer pero en un escenario más familiar tal como lo es una ciudad y con imágenes más desgarradoras por tratarse de civiles muertos. Y aún sin mostrarlo directamente, es espectador siente que ve a un niño muerto. Muy bien manejados los tiempos y la música, tanto en los dos primeros actos como en el tercero que es cuando el film se convierte en un policial de búsqueda. Mark Wahlberg hace un gran laburo y con varias capas, no solo la del héroe. Y prácticamente el peso actoral entero recae en sus hombros aún estando muy bien acompañado. Kevin Bacon, John Goodman, J.K Simmons, Michelle Monaghan y Melissa Benoist, elenco de lujo, se lucen en sus roles secundarios. En definitiva, Día del atentado es una muy buena película pero que a algunos espectadores le puede generar una rabieta el exceso de patriotismo norteamericano. Fuera de eso, es muy entretenida y con una gran factura técnica.
Patriotismo extremo En la era de los atentados, donde casi todas las semanas ocurre un acto terrorista, llegó “Día del atentado”, una propuesta cinematográfica que no se diferencia mucho de lo que se ve en los noticieros televisivos a diario. El filme se estrena justo cuatro años después del atentado con dos bombas en el maratón de Boston, uno de los ataques más devastadores en Estados Unidos, después del ocurrido el 11 de septiembre de 2001, que dejó tres muertos y más de 200 heridos. El director Peter Berg lleva adelante un relato fiel a la tragedia que fusiona ficción y realidad, en la que utiliza recursos documentales con imágenes reales de un discurso de Barack Obama o del momento en el que se captura al asesino. La historia se sitúa en la previa del maratón donde de repente, todo se tiñe de fuego y sangre por las explosiones de dos bombas caseras puestas por dos jóvenes musulmanes. A partir de esta tragedia, el filme se focaliza en la búsqueda exhaustiva de los asesinos, como una cacería que no hace más que mostrar el odio y la guerra entre oriente y occidente: todas las fuerzas de Estados Unidos contra dos personas con bombas caseras. Lo cierto es que, más allá de ser un filme que cae en el excesivo patriotismo y el estereotipo de “todos los musulmanes son asesinos y los americanos buenos”, hay múltiples factores que hacen que sea un filme digno. Primero, el elenco estelar con Mark Wahlberg a la cabeza, Kevin Bacon, J.K Simmons y John Goodman y segundo, la dosis de suspenso que flota durante los 135 minutos es muy lograda y mantiene al espectador rígido en la butaca, aún sabiendo cómo termina la historia.
Después de “Horizonte profundo”, el realizador Peter Berg vuelve a contar un hecho terrible de la historia reciente de los EE.UU. (allí fue un enorme derrame de petróleo; aquí, la bomba en el maratón de Boston en 2013). En ambos casos, el actor es Mark Wahlberg, que ha construido a la perfección el personaje del hombre común en circunstancias extraordinarias y casi fuera de control. Berg tiene una primera virtud: construir un elenco que funciona como una máquina, donde nadie da una nota falsa, incluso si son intérpretes con estilos diferentes. Justamente: armoniza esas actuaciones como los colores en un tapiz. Luego, el uso de la cámara casi como si se tratara de un periodista, de alguien que registra lo que sucede un poco sorprendido, como si no se tratara de algo reconstruido. Ese realismo es el que les da más fuerza a los personajes, porque creemos en lo que vemos, más allá de que se base en un caso real. Y por último, comprende que la única forma de que ciertas ideas queden es entreteniendo, transformando ese mundo aparentemente real en una especie de campo de juegos donde se libra una lucha más arquetípica, esa del bien y el mal, sin olvidar que se esconde detrás de intereses y mezquindades en todos los bandos en conflicto. Un espectáculo, pues, al que no le faltan ideas.
Maratón de la muerte A partir de la construcción de una ficción basada en hechos reales bastantes recientes, el director Peter Berg nos narra el atentado ocurrido durante la tradicional carrera de 42 kilómetros en Boston el lunes 15 de abril de 2013 y sus consecuencias inmediatas. La maratón de Boston es la más antigua del mundo en actividad, desde 1897, y una de las que pertenece a las consideradas “majors” junto a Londres, Nueva York, Tokio, Berlin y Chicago. Miles de corredores de todo el mundo se hacen presentes año a año, manteniendo el interés de manera casi inexplicable, desde 1988 sólo tres no africanos pudieron ganarla. Transitando durante los 133 minutos que dura el filme en perfecto equilibrio entre los eventos trágicos vividos y la parábola que inspecciona, deambula entre el policial y el drama. La estructura que utiliza el realizador ya establecida por el guión es clásica, progresiva, primeros minutos introduciendo a los personajes, incluyendo el sargento Tommy Saunders (Mark Walberg), posiblemente el único no real, pero que condensa en su figura el accionar de varios miembros de la policía de Boston en esos momentos. El resto serán los participes necesarios del relato, de víctimas fatales, victimarios, heridos y quienes se hagan cargo de la investigación. Nada se sabe hacia dónde apunta la narración hasta que comienza a establecer elipsis temporales, bastante ajustadas. De manera tal que puede subdividirse el relato en tercios, el primero la presentación de los personajes, sus virtudes y algunos defectos; el segundo en la instalación del espacio físico donde se desarrollaran las acciones, la maratón y el atentado, la actitud solidaria de quienes pueden hacerlo y los que deben; el tercero se establece en la investigación, persecución y detención de los autores y cómplices. La habilidad del director es permanecer siempre sobre esa delgada línea divisoria, como si estuviese transitando por un techo a dos aguas, cualquier desliz hubiese provocado desbarrancarse para alguno de ambos lados, si se hubiese inclinado hacia el policial podría aparecer como una falta de respeto, terminar como una producción de género sin demasiados valores para rescatar, pues perdería el interés que establece el drama. Si por el contrario hubiese elegido el narrar los hechos dramáticos se hubiese podido transformar en difícil de ver, solemne, quizás, pretencioso, aburrido, ¿Casi rayando el patrioterismo barato? En este punto aparece el montaje, su diseño y su concreción como la vedette del film, sobre todo en las escenas de acción pura, las que se establecen durante la maratón, y específicamente en el mismísimo atentado, sin regodearse promiscuamente en las imágenes. Sin embargo son las actuaciones las que ayudan a sostener la historia desde lo dramático, atravesando cuestiones morales, éticas de responsabilidades varias, por parte de quienes se fundan como los responsables de la investigación, persecución y detención de los terroristas. Desde el gobernador de Massachusetts hasta el testigo de origen chino, casi clave secuestrado por los dos hermanos terroristas, pasando por el comisionado de la policía de Boston, o el agente especial del F.B.I. a cargo de la investigación, (John Goodman y Kevin Bacon, respectivamente). No hay superhéroes, hay hombres comunes haciendo su trabajo, y otros que se involucran por solidaridad inmediata en respuesta a la devastación emocional que produjo el atentado, eso se siente. No hay patrioterismo, se puede oler con mala intención algo de esto, pero no es la intención de sus hacedores, ni por casualidad. Si pone de manifiesto el orden del fanatismo en el cuerpo de los hermanos que llevan a cabo el atentado, uno más que el otro, tampoco falta la mujer, madre, esposa del mayor de los hermanos, todavía hoy investigada en su posible participación de manera activa. Transcurrido cinco días de los hechos, los perpetradores eran capturados, uno, el mayor, falleció en el enfrentamiento con los policías, el otro, ya sin posibilidades de escapatoria, se entrego al día siguiente. Desprovisto de golpes de efectos o golpe bajo, sincero, y muy bien contado se establece como una de los mejores filmes que se atreven a enfrentar hechos reales de esta magnitud en un mundo cada vez más peligrosamente acostumbrado a los mismos. Llamémosle atentados en Londres, Madrid, Paris, o el ataque con “La madre de todas las bombas” lanzada por orden del presidente de los EEUU, Donald Trump, contra Afganistán, y que el periodismo todo se regodea con las imágenes de hecatombe que produjo. (*) Producción de 1976, realizada por John Schlesinger.
EL DIA DE LOS PATRIOTAS Es interesante observar como el cine norteamericano revisita sus tragedias mas recientes, bien éstas sean las Torres Gemelas, la masacre de Columbine o las más recientes a cargo de Peter Berg: el derrame petrolero de Deepwater Horizon (2010) o el atentado en la maratón de Boston (2013). Michael Moore (Farenheit 9/11), Gus Van Sant (Elefante), o Paul Greengrass (Vuelo 93), entre otros, desarrollaron – y probablemente el cine mainstream lo siga haciendo – sus visiones siempre con el foco palpable y empático en las inocentes víctimas, ya sea retratadas como héroes o afectados directos, pero siempre víctimas. Y esto probablemente se deba a que lo único rescatable de estas tragedias son precisamente los desinteresados que responden ante éstas. Sin embargo, esta mirada introspectiva del cine norteamericano sobre la sociedad que habita usualmente no distingue la delgada línea entre la solidaridad humana y la victimización de un gobierno que no se cansa de fabricar, en la realidad y la puesta en escena, enemigos por doquier para alcanzar objetivos económicos que largamente sobrepasan las aspiraciones del ciudadano promedio. Día del Atentado aborda los hechos ocurridos en la Maratón de Boston de abril del 2013, donde dos terroristas estadounidenses de origen checheno detonaron dos bombas caseras que dejaron un saldo de tres muertos y casi 300 heridos. La introducción nos presenta a Tommy Saunders (Mark Wahlberg), un sargento que a partir de una suspensión disciplinaria es asignado a cubrir el evento en cuestión. Una vez consumado el hecho – que es montado junto a imágenes reales del atentado – empieza la cuenta regresiva a la caza de los culpables. Aquí es donde la película de Berg encuentra su tono y donde mejor funciona, en ese raid intenso donde se entrecruzan tres vertientes: la investigacion del FBI con el agente especial DesLauriers (Kevin Bacon), el escape a New York para un segundo atentado de los hermanos Dzhokhar y Tamerlan Tsarnaev, y la travesía de Saunders en busca de los terroristas. A partir de aquí, Día del Atentado no baja el ritmo y se convierte en un thriller intenso gracias a la crudeza de la camara en mano, los registros de la vida real y el pulso narrativo que no abandona la apuesta en ningún momento. Esto le permite despegarse del marco dramático principal y prácticamente permitirle al nudo de la historia extrapolarse a una segunda película. Recién para el tramo final afloja previsiblemente el ritmo y no parece poder contener el discurso bienpensante que elogia ese espíritu nacionalista estadounidense tan identificable y en general recalcitrante, no tanto por su contenido sino por su ejecución. Uno de los mayores aciertos de las películas que tratan estos acontecimientos se dio en la Elefante (2003) de Van Sant, donde los hechos de Columbine eran retratados desde un lugar casi neutral, distante, sin juicios. Porque hechos como estos ahora y, en ese entonces, indefectiblemente hablan por sí solos.
El MARATON DE LOS QUE SABEN MANTENER EL RITMO Cuando en su momento me tocó ver El sobreviviente, alegato bélico sobre un pelotón de soldados norteamericanos acorralado en territorio enemigo, me sorprendió que además de la crudeza de las imágenes, la narración tuviese un ritmo sostenido y adrenalínico que la colocaba por encima de la media, sobre todo por lo poco atractivo que me resulta el género bélico si no se lo trata con cierta originalidad. Peter Berg no era un director a quien recordaba particularmente, salvo por la brillante comedia negra Malos pensamientos (1998) con Christian Slater y Cameron Díaz, pero sí referenciaba más como actor en series como Alias o Comando especial, entre otras intervenciones en largometrajes. Con los años además se convirtió en un productor prolífico y un director irregular con piezas como Batalla naval o Rundown. Pero en su rol de director, y luego de la buena recepción de la nombrada El sobreviviente, se animó a seguir la sociedad con Mark Wahlberg como estrella y a repetir la fórmula en Horizonte profundo, que narra el accidente catastrófico en una plataforma petrolera marítima y luego, dados los buenos resultados de crítica y público ahora repite la fórmula con Día del atentado, que resulta ser un tercer acierto. Para algunos, fuese intencional o no, ha completado una verdadera trilogía. Es evidente que Peter Berg aprovecha lo mejor de los tres mundos en los que se involucra y conoce (producción, actuación y dirección), sin dejar de prestar atención a las preferencias del público lo cual lo convierte en un realizador idóneo y prolijo. Y lo que se ha convertido en un género tan favorito y recurrente como lo es el de “hechos basados en casos reales”, elegido por directores consagrados como el mismísimo Clint Eastwood, es también un estandarte que Berg levanta y se posiciona como uno de los que mejor lo lleva a cabo. Día del atentado comienza narrando la historia de Tommy Saunders (Wahlberg), un policía con algunos problemas pasajeros de salud que complican su cobertura en la mítica maratón de Boston del día de los patriotas y que también pondrán en riesgo a su familia cuando dos hermanos fundamentalistas decidan atentar contra el público asistente al evento detonando dos bombas caseras. Pero luego la historia va posándose alternativamente entre algunas de las víctimas, los mismos terroristas y hasta las autoridades involucradas, logrando que la narración por momentos se haga coral. De hecho el engaño mayor es que el personaje de Wahlberg sea una fusión entre varios de los héroes intervinientes en ese incidente, mientras que el resto son personajes fielmente retratados de sus homónimos reales, que luego aparecerán en los créditos en clips documentales, juego al que los realizadores adeptos de este género ya se han acostumbrado demasiado (basta con ver Sully o Hambre de poder entre otras para comprobarlo). Esta decisión de ser tan acotado en cada una de las historias personales, a pesar de la cantidad de involucrados y la duración moderada de la película, es acertada y habla de la pericia del director para condensar los diálogos y situaciones que por lo general, requieren de más desarrollo para la necesaria identificación con el espectador. Pero la estrella real del film es la cámara, el movimiento y estética que por momentos nos hace creer que tenemos a Paul Greengrass manejándolas con su estilo de documentalista frenético que imprime acción agobiante y desbordada. Berg acierta una vez más con esto y logra que nos metamos en la piel de los involucrados y juguemos a seguir los pasos de los investigadores que quieren, necesitan y se ven obligados a encontrar a los culpables para lograr algo de paz en la ciudadanía. La crudeza de las imágenes luego del atentado sigue la línea de El sobreviviente y se hace necesaria. Las participaciones de los carismáticos e imponentes John Goodman, Kevin Bacon y J.K.Simmons hacen memorable la historia, así como el inusual personaje de Melissa Benoist (Superchica) como la esposa fundamentalista de uno de los terroristas. Quizás pueda molestar un poco el nacionalismo exacerbado y el deseo de revancha explícito que reina en los últimos minutos, pero no podemos dejar de reconocer que es una respuesta natural del ciudadano medio norteamericano y la película no puede dejar de reflejarlo, sea como testimonio o como regodeo de ese sentimiento que muchos “patriotas” enorgullece. En el caso de Peter Berg, es mejor creer que su orgullo pase por lo solvente de su trabajo. Día del atentado no es la mejor muestra de su género pero sí una película de referencia en cuanto a cómo un suceso real y contemporáneo puede ser recreado como entretenimiento sin resignar rigor histórico. Y que el verdadero atentado no sea morir de aburrimiento en la butaca.
El nuevo film del realizador Peter Berg (Horizonte Profundo), Día del Atentado (Patriots Day), retrata el trágico ataque durante la maratón del día 15 de Abril del 2013 en la ciudad de Boston. Con Mark Wahlberg encabezando el elenco compuesto por Kevin Bacon, John Goodman, Michelle Monaghan, etc. Día del Atentado muestra no sólo los esfuerzos en encontrar a los culpables sino también la marca que dicho evento deja en la vida de las victimas y victimarios. La película gira en torno al oficial Tommy Saunders (Wahlberg), un personaje ficticio que conecta las historias verdaderas del sargento de policía Jeffrey Pugliese (Simmons), el comisionado de policía Ed David (Goodman), el agente del FBI Richard DesLauriers (Bacon), las víctimas Jessica Kensky (Rachel Brosnahan) y Patrick Downes (Christopher O'Shea) y los victimarios, los hermanos Tsarnaev (Alex Wolff y Themo Melikidze), etc. Utilizando un formato de cinema verité, el realizador Peter Berg pone un tono sobrio y realista al film, con una cuidadosa recreación de los eventos desde el vestuario y el diseño de producción hasta el uso de material de archivo para acercarse a la realidad de esos días. Día del Atentado tiene música compuesta por Atticus Ross y Trent Reznor (Red Social), una banda sonora nerviosa, tensa y oscura, con muchos elementos electrónicos, que refleja perfectamente el tono de la película. Día del Atentado rinde homenaje a la ciudad de Boston, a las víctimas y a los miembros de las fuerzas policiales logrando un relato sin demasiada manipulación emocional. La cinta se enfoca en el procedimiento policial de manera intensa y vívida, logrando que los 133 min. de duración no se sientan.
La película se sostiene gracias a sus grandes actuaciones, un guion bien implementado y algunas decisiones de dirección que suman al producto final. Hay algunas aristas que deben quedar claras antes de mirar un film como Día del Atentado (Patriots Day, 2016), la más preponderante es que cualquier película estadounidense que tenga en su trama un atentado, que además ocurre en la tierra del no muy querido Trump, es que se caerá inevitablemente en momentos de patriotismo absurdo y americanadas en exceso. Lo bueno, es que este nuevo proyecto de Peter Berg (Batalla Naval, 2012) si bien tiene todo esto, va más allá. Para empezar, la película comienza con cierto desorden al querer presentar los puntos de vista de algunos de los participes en el atentado original, sin ningún tipo de sentido o guía introductora. El metraje va cobrando mas sentido cuando la historia avanza desde la perspectiva Mark Wahlberg, aún así el cambio de perspectivas y situaciones es constante hasta tal punto que llega a marear y puede hacer que los espectadores pierdan el foco. La historia avanza y los arcos argumentales van entrelazándose, cosa que produce un hilo conductor mucho mas sólido, cuando comienza toda la barbarie que se produjo en Boston, allá por el 2013. El manejo de Berg con la violencia sin morbo y con un muy buen toque estético, hace que todo aquello que podría parecer repulsivo por su crudeza, no lo sea y se digiera fácilmente por el público. Imponiendo un corte al mejor estilo “documental”, por la honestidad y el realismo. Este realismo artificial queda de lujo al momento en el que las cámaras de Hollywood se mezclan con las distintas filmaciones de las cámaras de seguridad originales, extractos de los noticieros locales y nacionales y hasta con un discurso del por aquel entonces presidente, Barack Obama. Otro de los puntos altos de la película es su basto repertorio de estrellas, entre ellos J.K. Simmons (Whiplash, 2014), Kevin Bacon (Footloose, 1984) y John Goodman (El Gran Lebowski, 1998), quienes hacen que el relato sea mas fluido con actuaciones donde demuestran su calidad pese a los pocos momentos donde entran en acción. De la mano de enfrente, ha sorprendido el papel no muy relevante de Melissa Benoist (Supergirl, 2016) que interpreta a la mujer de unos de los terroristas musulmanes, responsables del atentado. Día del Atentado es una película que se queda a mitad de camino en el intento de transmitir un hecho sumamente oscuro que le pasó a sociedad norteamericana, con todo el gran potencial cinematográfico que esta historia tiene. Si bien la tensión y el dramatismo están presentes, no llega al punto máximo en el momento del clímax del relato y es ahí fundamental tener ese pequeño plus.
La tarde más oscura Peter Berg, luego de la excelente Horizonte Profundo, vuelve a una historia real en Día del Atentado (Patriots Day) para contar el atentado en la Maratón de Boston ocurrido en el 2013. La Maratón de Boston es una de las carreras más importantes del mundo y además de los atletas que participan de dicha competencia, miles de ciudadanos acompañan la celebración en las calles de la ciudad. Dentro de ese magnífico ambiente de algarabía es donde Día del Atentado comienza a presentar los distintos personajes que serán participes de la tarde más oscura de Boston; partiendo desde las víctimas, los policías encargados de la investigación, y hasta los perpetradores del atentado. El paso del tiempo le ha venido muy bien a Berg. Es que el realizador de 52 años ha adquirido en sus últimas películas una solvencia y sobriedad que no había demostrado en el pasado. Horizonte Profundo es su obra cumbre, pero encontramos en Día del Atentado otra muestra de su excelsa narración. Lamentablemente, no tiene la sutileza de la estrenada el año pasado. Por momentos Día del Atentado subraya demasiado la carga heroica que ya tiene de manera intrínseca el suceso; hay varios diálogos grandilocuentes que podrían haber sido omitidos. Mark Wahlberg interpreta con aplomo ese rol de hombre común que le toca vivir una situación extraordinaria. El principal acierto del director es narrar la historia desde el interior, situando al espectador en el centro de la tragedia. No se puede ver con indiferencia Día del Atentado, el uso de cámara en mano por parte de Berg resulta fundamental porque es utilizado con inteligencia, y además, le aporta un realismo imposible de ignorar. Incluso la decisión de mostrar con crudeza los daños sufridos por las víctimas va de la mano con el citado realismo que imprime el realizador desde la puesta en escena. Es fascinante ver un relato donde se conocen la mayoría de los sucesos ocurridos, y aun así, resulta atrapante por la forma narrativa implementada. El elenco de Día del Atentado es el otro pilar fundamental en su éxito. Mark Wahlberg, John Goodman, Michelle Monaghan, Kevin Bacon y J.K. Simmons son los encargados de que el marco dramático aportado por Berg funcione a la perfección, ellos son el motor que tracciona el film. Wahlberg interpreta con considerable aplomo ese rol de hombre común que le toca vivir una situación extraordinaria. Esto no es novedad, hace rato que el actor de El Ganador se viene destacando en cada película que lo tiene en su plantilla. Día del Atentado confirma el momento de madurez que ha alcanzado Peter Berg, mientras que Mark Wahlberg sigue confirmando película a película, ser una garantía actoral.
Dia Del Atentado: Recreando lo real. Peter Berg vuelve a elegir a Mark Wahlberg para protagonizar su último film basado en una historia verídica, el atentado de la maratón de Boston en 2013. Como es de esperarse es un drama mezclado con thriller policial y altas dosis de patriotismo estadounidense. El 15 de Abril de 2013, durante una de las maratones más populares del mundo, en Boston, los hermanos Dzhokhar y Tamerlan Tsarnaev detonaron dos bombas en los metros finales de la carrera dejando tres muertos y cientos de heridos. La historia del film se centra en el accionar de la policía de Boston durante el atentado y sus esfuerzos para identificar y capturar a los agresores. Este tipo de films generalmente sirve para que Hollywood despliegue su patriotería por sus salas de cine y las del resto del mundo con una pieza de propaganda que generalmente se hace larga y cae en el golpe bajo en su búsqueda de emoción. Y si bien esta película cae en algunos de esos clichés y otro tipo de problemas, también nos entrega una historia en la que la tensión crece constantemente, las escenas de acción están muy bien ejecutadas y un gran elenco eleva personajes con cierta falta de desarrollo. Comencemos por lo positivo, Peter Berg y Mark Wahlberg hacen buenas películas juntos, tras El único superviviente (2013) y Horizonte Profundo (2016) ya se conocen de memoria y en sus colaboraciones sale a luz lo mejor del otro. Berg lleva a la perfección el ritmo de un film de 130 minutos con un puñado de escenas de acción, (las pocas que hay son las mejores la película) que se pasan volando, especialmente con la decisión de cambiar el foco directamente a los policías y los hermanos tras el primer acto, dándole una atmósfera de thriller de persecución clásico pero efectivo y estimulado por la gravedad del hecho que ameritaba dicha persecución. Por el lado de Mark Wahlberg, quien encarna al sargento Tommy Saunders, (un personaje ficticio basado en varios policías que participaron en los rescates e investigaciones del atentado) un oficial degradado que lucha con un problema crónico de rodilla mientras intenta recuperar su puesto previo al cumplir un “castigo” trabajando durante la maratón. Y esta vez Mark nos muestra no solo su lado simpático de tipo duro, malhablado y chistoso al que nos tiene acostumbrado sino que entra de lleno en el terreno dramático como pocas veces lo vimos en su carrera y se roba escenas en las que comparte pantalla con John Goodman y Kevin Bacon. Por otro lado, la película tiene varios problemas en relación con los antagonistas, quienes a pesar de tener un arco muy significativo dedicado a ellos y su situación familiar, nunca llegan a ser más que extremistas cuya justificación personal para realizar actos tan dañinos nunca se esclarece. Aún dejando opiniones mas políticas de lado, esta película carece de cierta crítica o al menos explicación para el accionar de estos hermanos, para no quedar en que simplemente son fanáticos islámicos, sobre todo teniendo en cuenta las escenas que se utilizan para mostrar el vinculo familiar. Aún así, Berg tiene pequeños momentos en los que refleja cierta crueldad e inutilidad de algunas de las fuerzas de seguridad, lo cual de a poco lo aleja del jingoísmo del que venía siendo acusado con films anteriores. En una especie de limbo esta el humor en este film, no es abundante ni está presente en las escenas más sensibles, pero más bien en parte durante la investigación y especialmente durante el mismo clímax de la película, y si bien estas líneas le agregan cierta liviandad a partes del film y son dichas con un timing de comedia perfecto, generalmente por Wahlberg, J.K. Simmons y Goodman junto con algún policía, no estoy seguro de que las escenas de mas tensión se hayan beneficiado con el uso de esa liviandad. Además del ya mencionado Mark Wahlberg, también destacan en sus roles John Goodman como el comisario de la policía Ed Davis y Kevin Bacon como el agente del FBI Richard DesLauriers, quienes a pesar de gozar de tanta participación tienen varios intercambios con Wahlberg . Además, Michelle Monaghan, quien personifica a Carol Saunders, la esposa de nuestro protagonista, también entrega una actuación dramática que nos recuerda a su participación en True Detective (2015). En conclusión, Día Del Atentado está hecho a medida de los fanáticos de las películas estadounidenses bien patriotas en las que los malos son bien malos y hay mucho balazo volando por doquier, pero para el que no busca eso en particular, el film igualmente resulta entretenido, emocionante, tiene un gran elenco e incluso cuanto menos es informativo sobre uno de los atentados más importantes de los últimos años.
La película narra los acontecimientos de la Maratón de Boston cuando dos terroristas detonaron bombas caseras Ed Davis (Mark Wahlberg) es un policía de Boston que deberá investigar los acontecimientos de la Maratón en 2013, cuando la explosión de varias bombas provocó un elevado número de víctimas y graves secuelas en los afectados. Así se verá inmerso en una carrera contra el reloj para cazar a los terroristas responsables del atentado. Elaborada por Peter Berg como un thriller de suspenso, esta es una conmovedora e intensa cinta que no solo homenajea a las víctimas y héroes de aquella tragedia, sino que además presenta los hechos con una enorme fidelidad histórica. El director Berg y el actor Mark Wahlberg se han especializado en los últimos tiempos en cintas dramáticas basadas en acontecimientos de la vida real y lo han hecho con estupendos resultados (tanto en El sobreviviente como en Horizonte Profundo). Pero en esté filme, han ido un paso más allá, logrando que la fusión de imágenes verídicas con secuencias recreadas conformen una atmósfera documental muy realista. Otro de los grandes aciertos del filme es no cargar las tintas sobre el terrorismo islámico y centrarse más en las razones y la personalidad de los dos hermanos criminales, responsables de la barbarie. Tensión, momentos de pura emoción y un final esperanzador hacen del filme una experiencia fílmica tan entretenida como sanadora.
El Día del Atentado: increíble crónica de una persecución El Atentado de la Maratón de Boston, ocurrido hace cuatro años, es el marco de esta gran película de Peter Berg que no sólo aborda la cuestión política sino también la historia de las víctimas. Una película coral ambientada en la semana de fatídico atentado de la Maratón de Boston es el lei motiv de la nueva obra del realizador Peter Berg, que cuenta con Mark Wahlberg nuevamente como protagonista tras Horizonte Profundo y El Sobreviviente. Con un título en inglés que hace referencia al “Patriot´s Day” –jornada en la que se realiza la maratón-, el film busca reflejar no sólo los hechos de manera objetiva sino que también se ocupa en sus más de dos horas de duración a retratar a varias de las personas que terminaron marcadas de una u otra forma por la tragedia en la que murieron tres personas, entre ellas un niño de 8 años. El lunes 15 de abril de 2013, dos mochilas que contenían sendas bombas estallaron entre la multitud que se agolpaba en la línea de meta de la carrera, en la que participaban personas provenientes de todas partes del mundo. Además de los fallecidos, las explosiones dejaron 260 heridos, muchos de los cuales debieron sufrir amputaciones en sus miembros inferiores debido a la altura a la que estaban los artefactos. La película comienza centrada en el personaje ficticio que encarna Wahlberg –que según cuentan los productores está basado en dos policías de Boston- pero luego se sale de ese camino tras los estallidos y se convierte en una suerte de novela en la que cada uno de los involucrados tiene su espacio. Y si bien Berg les da espacio a todos –y eso se nota en la longitud de la obra- se nota a simple vista que no era necesario contar la historia de vida de todos los agentes y directivos de la policía involucrados. Si a usted le parece que la película comienza de manera inmejorable, con el clima de exasperación que el realizador consigue en la primera hora (quizá menos), después verá como todo esta “ganancia” sirve para solventar la segunda parte. La trama transcurre a lo largo y ancho de todo Boston y se extiende a lo largo de los cuatro días que duró la cacería de los dos jóvenes terroristas que iniciaron los hechos, lo que puede dar una idea de la magnitud de esta historia. Mark Wahlberg en el rol de policía honesto que queda traumado por los actos se luce en esa primera etapa del film en el que muestra cómo un hombre normal puede salir delante de las situaciones más complicadas con sólo proponérselo; pero después su papel se desdibuja en favor de otros como el directivo del FBI que interpreta Kevin Bacon, los hermanos terroristas o la pareja que queda marcada físicamente por la tragedia en el hospital, o el policía asignado a cuidar el cadáver de un niño por horas. Hasta para eso hay tiempo pero como aportan su granito de arena a la historia, Berg lo dejó. Sin embargo, hay algo que hace que Día del Atentado sea disfrutable y es que es un film plagado de buenas intenciones y realizado por una persona muy capaz como Berg que no se deja amilanar por el obligatorio discurso patriótico sino que les da voz a todos, inclusive a los terroristas, para que dejen ver las causas de sus actos. Democracia cinematográfica.