Cuestión de universos A pesar de no haber visto Mi Villano Favorito, puedo analizar su secuela a partir de este no tan pequeño detalle. Todas las películas son universos y acceder de forma tardía a uno de ellos es algo incómodo: es tener que ajustarse a códigos, tradiciones, identidades que ya fueron contadas con anterioridad. La experiencia debe ser inmediata y hay que ser rápido en conseguir una identificación, sino nada tiene demasiado sentido...
Parece que las vacaciones de invierno en el cine nos van a recibir con muchas segundas partes. Hace 15 días se estrenaba Monsters University, la precuela de la tan querida Monsters Inc., y este jueves muchos esperan la nueva entrega de Mi villano favorito, que por suerte no se hizo esperar mucho. Las segundas partes a veces fueron buenas En este esperado regreso nuestro protagonista tiene un lugar diferente, mientras que en la anterior película conocíamos a Gru como un villano planeando su próxima fechoría, en esta ocasión las intenciones de él son otras, ya se encuentra instalado con sus tres pequeñas y se ha convertido en un padre modelo. Su próximo emprendimiento poco tiene que ver con la maldad, está haciendo grandes pruebas para establecerse como un gran empresario de las jaleas y mermeladas. Ya nada nos queda de ese temible villano que vimos en el comienzo de esta historia. Las 3 adoradas hijas de Gru también tienen una misión, bastante más estratégica que la de su padre, y es conseguir una mamá para ellas, una novia para Gru. Ese es el panorama inicial de la familia, que luego es trastocado por una llegada inesperada. La liga Anti Villanos necesita a nuestro ex villano para capturar a alguien aún más malo, más inescrupuloso de lo que era Gru en sus mejores años en acción. Así conocemos a Lucy, una entusiasta nueva agente que recluta al protagonista de mala manera. Con un plan bastante efectivo para eliminar al malvado, Gru y Lucy se establecen en un centro comercial, donde investigan a cada uno de los propietarios de locales con el fin de descubrir al malhechor. Otra ronda por favor Es dificil contar el argumento de una película como Mi villano favorito 2, mientras que en la primera parte de esta saga se seguía una línea muy clara y se desarrollaba de manera recta, en este nuevo film es distinto. La película se abre mucho, se desprendes varias ramas de la historia inical, lo que puede lograr que el espectador se quede con ganas de saber más, se abren muchas puertas y unas pocas son cerradas de manera efectiva. Otro punto en contra fue el uso de los queridos Minions, todos los amamos, esas tiernas criaturitas amarillas se ponen al espectador en el bolsillo. Sin embargo como dice el dicho, el que mucho abarca poco aprieta, es evidente que los responsables de la película se dieron cuenta que la posta eran los amarillentos amigos, así que hicieron uso y abuso de ellos. Por un lado estoy de acuerdo, por otro lado creo que hubiese sido más efectivo esperar a 2014 cuando se estrene la película exclusiva de ellos; logran sacar el foco del verdadero protagonista. Vale aclarar, los pequeños aman con locura a los minions y ninguno de ellos percibirá mucho lo que yo considero un error; tal es así que al final de la película los niños que se encontraban en la sala se fueron hasta la pantalla, solo para chequear que ningún minion hubiese salido de la pantalla. En esa acción también influyó mucho el uso del 3D, que si bien durante toda la película lleva un ritmo parejo, sobre el final muestra lo mejor que tiene, y uno se queda con ganas de más. Conclusión Muchos sabrán que esta humilde crítica no es una gran fanática del cine infantil, hago excepciones a películas brillantes y con un contenido apto para todas las edades, como la anteriormente nombrada Monsters Inc. o Mi vecino Totoro, o una de mis preferidas de animación: Toy Story, la saga completa por supuesto. Puedo decir entonces que Mi villano favorito II es una películaválida, divertida y efectiva, tanto para adultos como para niños.
Un papá genial Lo primero que entendemos en el comienzo de Mi villano favorito 2 (Despicable Me 2, 2013) es que el genio malvado que era Gru (voz original de Steve Carell), que en la primera parte había robado nada menos que la luna, quedó en la historia, y en su lugar hay un tierno padre de familia que se desvive por sus tres hijas. La prueba más contundente de esto es la transformación de su laboratorio, que ahora es una especie de fábrica de Willy Wonka, destinado a fabricar mermelada. Sin embargo, como consecuencia de un encargo de la Liga Anti Villanos, que lo contrata como espía en un shopping, Gru conocerá el amor con la agente Lucy (voz original de Kristen Wiig), y su nueva vida dará un vuelco. Si en la primera película la novedad pasaba por el desdibujamiento de la figura del archivillano (igual que Megamente, igual que el doctor Doofenshmirtz), en esta secuela el personaje de Gru se nos aparece mediocre, predecible, más parecido a un personaje de Adrián Suar que a un villano de Disney. No así el resto de los personajes: El Macho, uno de los personajes, es una caricatura acertadísima acerca del paradigma de lo latino, o el Dr Nefario (voz original de Russell Brand) que mezcla el Alfred de Bruce Wayne con el Doctor Strangelove. Al igual que los pingüinos de Madagascar, o Scrat en La Era de Hielo 4, los Minions, las criaturas que ayudan a Gru, se desenvuelven con independencia de la película, tanto es así que su spin off ya tiene fecha de estreno: diciembre del año que viene. Con la versatilidad de los Oompa Loompas de Tim Burton, y los movimientos de los marcianos de Toy Story, plantean un humor casi mudo, a la vez simple de formas y complejo de expresión, que recuerda la tradición clásica del slapstick. Es tan importante la presencia de los Minions, que definen tanto el bando bueno como el malo: el plan del villano de la película los incluye como parte fundamental de su plan de dominación mundial. Con momentos de brillante surrealismo – como cuando El Macho, antiguo villano, en un acto supremo de virilidad, se arroja a un volcán en erupción vestido con dinamita y montando un tiburón- y el protagonismo apto para todo público de los Minions, Mi villano favorito 2 supera la difícil tarea de hacer reír simultáneamente a más de una generación.
Hace unos años “Despicable Me”(USA, 2010) ingresaba al universo cinematográfico como algo más que una película infantil. La cinta, dirigida por Pierre Coffin y Chris Renaud, nos mostraba a Gru, un villano malvado, con un ejército de secuaces (minions), que era “rescatado” del lado oscuro por tres huerfanitas. Altas dosis de ironía y humor negro completaban la propuesta. ¿Y cómo se puede continuar con esta historia?, pues tomando de nuevo al villano con su ejército de secuaces, sus tres hijas adoptivas, incorporando a una bella compañera y pasarlo al lado luminoso ya de manera definitiva. Si el mundo necesita un héroe, ¿qué mejor que un villano? “Mi villano favorito 2” (USA, 2013) es una cinta de animación que se toma en solfa a aquellas tradicionales películas de espías y armas secretas, cual saga de “Austin Powers” (USA, 1997-2002), “Superagente 86” (USA, 1965-1970) o “Top Secret!” (USA, 1984), para citar sólo algunos casos, y logra mantener el suspenso y la diversión a lo largo de todo su metraje. De más está decir que ésta no es una cinta sólo para niños, aunque el protagonismo otorgado a los minions lo haga parecer así, acá la aventura es para todas las edades, que encontrarán no solo la alegría amarilla de los secuaces de Gru, sino que podrán disfrutar de una aventura con suspenso como las grandes producciones con actores reales. “Mi villano…” arranca cuando inexplicablemente desaparece una base operativa del polo ártico y con ella un suero llamado PX41 que provoca mutaciones en quien se lo aplica. La liga antivillanos (LAV), con la agente Lucy Wilde, lo reclutan para poder investigar en un centro comercial cuál de los dueños de los locales está detrás de la desaparición del suero. Con una pastelería (“Bake my day”) como fachada de sus operaciones, Lucy y Gru intentarán desmontar la red que desde el mal controla las desapariciones del PX41 y los minions (que verán como su amable personalidad se transforma en irascibles y violetas pequeños monstruos), y de a poco el vínculo comenzará a afianzarse entre ambos. En el medio hay una crítica descarnada a la sociedad de consumo y al mercado de “solos y solas”. Las hijas de Gru y una vecina a toda costa intentan conseguirle pareja (las tres huerfanitas creándole al padre un perfil en citas.com es antológica). Pero nuestro protagonista, el gruñón villano de nobles sentimientos, a quien le cuesta relacionarse con la gente, ya tiene a Lucy, la agente fanática de la violencia y el suspenso, en vista. La dinámica que logran ambos personajes, quienes en su V.O. cuenta con las voces de Steve Carrell más la incorporación de la ex SNL Kristen Wiig (en un papel muy similar al sketch Surprise Party) es el capital adicional para la cinta de animación. Para divertirse y compartir en familia, esta nueva entrega del villano preferido de todos resulta hasta más entretenida que su primera película y atención cinéfilos con los guiños a clásicos del género del terror y suspenso (“Body Snatcher” para citar sólo un caso).
¡Siganme, Minions! Vuelve Gru y con él vuelven Pierre Coffin y Chris Renaud, directores y guionistas de la primera entrega de la película. En esta oportunidad, acompañaremos al personaje interpretado por Steve Carell en una nueva aventura, pero con una variante: esta vez está del lado de los buenos. Gru aceptó trabajar para la Liga Anti Villanos y colabora junto a Lucy, una agente de la Liga, para atrapar a un villano que se robó una sustancia secreta. Basta con detenerse a pensar, por no más de dos segundos, para entender que el encanto de Mi Villano Favorito nunca pasó por su protagonista. El gancho siempre fueron los Minions y las tres nenas, principalmente la menor, Agnes. Son los personajes secundarios, los que acompañan a Gru, quienes se roban el corazón y las risas. Analizando la situación desde ese punto de vista, resulta llamativo que se proponga una secuela sin prometer mayor presencia de estos personajes, y es ahí donde radica la explicación del desencanto que acompaña al film...
La primera de Mi villano favorito fue un gran suceso y le encantó a la mayoría de los espectadores. En mi caso había sucedido todo lo contrario. Me había parecido que bastardeaban la adopción, y si bien quizás era algo menor dentro de la película me había molestado mucho y no la pude disfrutar. A la distancia quizás la pueda analizar mejor y simplemente creer que fue una mala interpretación, porque la charlé con muchos amigos (padres en su mayoría) y no vieron eso. Pero bueno, sacando eso, tampoco me rompió la cabeza. Ahora con la segunda parte cambia mucho el foco de atención. Acá si vi un centrado en la relación padre hijas y todo el humor puesto en las espaldas de los Minions. La relación adultos menores, es algo que fue maravilloso en la primera de Monsters Inc, y eso es una ayuda al guión muy importante. Acá está bien desarrollado y hay mucha ternura. Los Minions se vuelven locos y tienen libertad de acción, entonces también la película tiene buenas dósis de entretenimiento parejo. Muy buena calidad de imagen y un buen uso del 3D, que no hace abusos de pavadas, pero que tiene lo necesario para que los chicos tiren un par de manotazos a la pantalla. Y estratégicamente en los títulos de cierre hay mucho 3D, muy bien aplicado y de paso vendiendo la próxima película, que será directamente para los Minions. Párrafo aparte, se ve muy bien en el Imax... Mi villano favorito 2 cumple con lo que promete y entretiene a grandes y chicos (de todas las edades), algo vital para el mes de julio.
El malo que es rebueno Gru y las huerfanitas ahora están tras otro cerebro que desea conquistar el mundo. Así como Monsters University puso en evidencia que en Pixar las ideas también pueden escasear, Mi villano favorito 2 repite la fórmula de retomar personajes, ahondar en sus características pero no rodear a los gags, más que nada slapstick , humor corporal, de una trama que enganche o al menos sostenga en pie el interés por compartir la vida de Gru y las (ex) huerfanitas Margo, Edith y Agnes. Si la primera, estrenada en 2010, dibujaba carcajadas sorprendiendo por la maldad del protagonista, en contraposición con la ternura de las niñas a las que terminaba adoptando (o ellas a él, da igual), en esta secuela Gru aparece desdibujado, valga la paradoja, y el peso de las niñas disminuye, asumiendo los miniones, los ayudantes amarillos de Gru, un papel más preponderante. Que los miniones tengan en 2014 su propia película explica, en parte, esa resolución. El filme abre con una secuencia en el Polo Artico, donde un extraño imán se “lleva” un laboratorio super secreto. La liga antivillanos contacta a Gru -que había robado la luna, ¿se acuerdan?- para desenmascarar al culpable y apresarlo. Es que en el laboratorio se estaba elaborando un suero de transmutación, el PX 41, que podría ser el arma más devastadora de la Tierra. Mente criminal, padre ejemplar, vestido de negro con bufanda a rayas y nariz aguileña que justifica el uso del 3D cada vez que se lo ve de frente, a Gru le ponen como compañera a Lucie Wilde. Y mientras las chicas, que le están buscando pareja, creen que dieron con la indicada, Gru y sus Miniones van al Shopping donde el nuevo villano estaría enmascarado en algún local comercial. Hay momentos risueños, y los chicos más oequeños, principales destinatarios del filme, la pasarán bien. Lo dicho, cuando una película se realiza más por marketing y/o aprovechamiento de imagen, que por una buena idea, los resultados no suelen ser los esperados. Y en la comparación, pierde; no seguramente en lo económico, pero ésa es otra historia.
En la saga de Madagascar fueron los pingüinos. En la de La Era de Hielo , la ardillita Scrat. Y en la de Mi villano favorito , sobre todo en esta segunda entrega, son los Minions quienes se "roban el show". Los secundarios animados al poder, parece. En efecto, estas pequeñas, caóticas (y muy divertidas) criaturas amarillas que ayudan al ex malvado Gru devenido en sufrido padre de tres encantadoras huerfanitas son el principal argumento para recomendar una secuela que -en casi todos los otros terrenos- queda bastante lejos de la sorprendente y muy redonda película original de 2010, en la que el calvo protagonista de voz aguda se robaba nada menos que la Luna. En el arranque de este segundo film vemos al atribulado antihéroe organizando (y padeciendo, claro) una fiesta de cumpleaños infantil en el jardín de su casa. Además de haber formado una familia con las tres niñas (preocupadas porque el padre no arma pareja y ávidas por buscarle "candidata"), Gru ha desarrollado un emprendimiento para producir mermeladas y jaleas. Pero algo le falta... No pasará, por lo tanto, mucho tiempo hasta que vuelva a la acción, en este caso como agente encubierto de una organización secreta antiterrorista. Como el lector podrá imaginarse, aquí la cosa pasa por una trama de espías con evidentes referencias al universo de James Bond. En ese contexto, Gru tendrá una compañera de misión (la ampulosa Lucy Wilde) para desenmascarar a un malvado mexicano, Macho, que se ha robado un suero devastador capaz de convertir a los Minions en algo muy parecido a los Gremlins. La película dilapida valiosos minutos en explicar una y otra vez los traumas y fobias de Gru con el sexo opuesto, en generar la subtrama romántica con Lucy y en desarrollar -sin suspenso ni tensión- las escenas más propias del thriller en un shopping y en un restaurante. Si Gru se había destacado como un malvado decididamente querible en el film original, aquí se volvió un bueno demasiado común. Y el nuevo villano, Macho, luce muy estereotipado y bastante desdibujado. Lo que los directores Pierre Coffin y Chris Renaud no han perdido, por suerte, es su toque especial para el humor físico y para reírse de (y con) la torpeza ajena. Todos los personajes se lucen en plan slapstick , pero son los citados Minions los que se llevan todas las palmas y se convierten en dignísimos herederos de los clásicos personajes de Chuck Jones y Hanna-Barbera. Para completar su fenomenal faena, nos regalan al final dos notables covers ("I Swear", "YMCA") que dejan una sensación de satisfacción y alegría que el resto del film sólo consigue con cuentagotas. Lamentablemente, todas las copias que se exhibirán desde hoy (más de 250) son dobladas al castellano. A pesar de que el formato digital DCP permite la inclusión de subtítulos con mucha facilidad, no habrá versión con esa alternativa ni siquiera en las funciones nocturnas. Una pena, porque los espectadores adultos (los hay también en buena cantidad para el cine de animación) no podrán disfrutar del talento en las voces originales de intérpretes de la talla de Steve Carell, Kristen Wiig, Benjamin Bratt, Miranda Cosgrove, Russell Brand y Steve Coogan. No queda otra, por lo tanto, que soportar un doblaje que no es precisamente de los más logrados de los últimos tiempos...
Con lo justo y necesario para salvar el día Escrita y dirigida por el mismo equipo de la primera parte, la segunda Mi villano favorito es el triunfo de lo secundario, lo incidental, lo aleatorio, por sobre lo axial y principal, lo que ocupa el centro del relato. La historia importa poco, el rol del protagonista aparece desdibujado y ablandado, quienes lo rodean están muy “puestos”. Incluidos los Minions, esa especie de grageas vivientes gigantes y amarillas que en la primera parte se ganaban el corazón del público por la misma razón que el Coyote, los Gremlins o Hannibal Lecter: cada cual en su estilo, todos representan el ello, la potencia irresponsable del puro deseo. El problema es que los productores se percataron de tal cosa (los Minions tienen película propia en preproducción), corriéndolos hacia el centro del relato y dándoles más “letra”. Con lo cual la condición de comic relief de los Minions (es raro, pero es así: Mi villano favorito 2 es una película cómica con comic reliefs) queda “oficializada”. Y eso los vuelve funcionales y previsibles. En la primera parte, Gru tenía dos virtudes importantes: 1) era un misántropo que odiaba a todo el mundo y 2) era un científico loco, una especie de Coyote humano, capaz de inventar los dispositivos más disparatados y embarcarse en los planes más megalómanos. Robar la Luna, por ejemplo. Ahora, Gru es... un padre ejemplar de tres niños adoptivos. ¡Buh, Gru! El grandote amargo tiene todavía un problema por resolver: la falta de novia. Pero ahí está la agente Lucy (voz de Kristen Wiig, en las pocas copias subtituladas que se estrenan), típica torpe atropellada y noviable, para hacerse cargo de ese temita. Tan buenizado está el villano en esta segunda parte que es a él a quien una Liga de Antivillanos convoca para descubrir quién es el tipo capaz de convertir a inofensivos conejitos en bestias sedientas de sangre. El villano se esconde en un centro recreativo tanto o más horrible que el Parque de la Costa, con lo cual el ambiente en que transcurre la película se torna involuntariamente pesadillesco. En ese parque plástico, chirriante y lleno de atracciones acuáticas, hay un divertido peluquero con peluca, que considera al calvo Gru un “discapacitado capilar”. Y está, sobre todo, El Macho, musculoso bigotudo mexicano, de mucho pelo en pecho, notable bailarín de salsa (¿salsa mexicana? Ma’sí...) y con un hijo galancito, que revoleando el jopito conquista instantáneamente a la hija mayor de Gru (la gran Miranda Cosgrove, en copias subtituladas). Todo eso (el peluquero, El Macho, su hijo) está muy bien. Mucho mejor está el increíble gallo-perro guardián de El Macho (que no es de riña, sino uno común y corriente), de apariciones tan veloces e inesperadas como las de Droopy. Sumado a alguna monería efectiva de los Minions, a algún personaje ocasional como la rubia desgarbada y adolescentona con la que le consiguen una cita a un Gru con peluca y a la genialidad de la versión Village People de los Minions, toda esa acumulación salva el día, por más que la cosa no vaya a ninguna parte.
Un chiste que ya se agotó Mi villano favorito (Despicable Me, 2010) era un fallido film de animación que buscaba sumarse a la gran pelea de esta clase de cine por el mercado internacional. No tenía muchas ideas interesantes, e incluso algunas cosas parecían directamente plagiadas de otras películas anteriores como Monsters Inc. El cambio de sentido del inocente villano devenido en bueno, era también un recurso propio de los nuevos tiempos. Y para delicia del merchandising y buscando encontrar algo efectivo como la ardilla de La Era del Hielo, estaban los Minions, qué también parecían ser primos de los aliens de la máquina de Toy Story. La secuela de aquel film llega ahora a la pantalla para recuperar el éxito a la vez que darle una nueva vuelta de tuerca. Aquel villano, ya dedicado a la crianza de sus tres hijas, y con sus inefables Minions con algo más de tiempo libre y todos los chistes fáciles habidos y por haber están fuera de los conflictos del primer film. Pero un conflicto debe aparecer y Gru (recordemos que quienes la vean en inglés disfrutarán de la voz de Steve Carell) es convocado por una liga antivillanos para combatir al nuevo villano de turno. Esto permite incorporar personajes, escenarios y situaciones nuevas. Los Minions tienen muchas más escenas delirantes, y no siempre muy justificadas, pero apuestan a la risa fácil del espectador y alguna que otra vez seguro lo obtendrán. Y obviamente la incorporación más importante es el personaje de Lucy (Kristin Wiig en la voz original), la agente antivillana que trae todos los nuevos y chistes y los cambios en el mundo de Gru. Con un poco más de ritmo y con mayor variedad de situaciones que Mi villano favorito esta segunda parte resulta algo mejor, pero está muy lejos de ser una gran película y no llega tampoco a ser una película recomendable. Y por cierto, debo decir algo: no me gustan los Minions. «
Paternidad y Minions En esta secuela de "Mi Villano Favorito", lo vemos a Gru ya asumido en su rol paterno, con sus tres hermosas hijitas Margo, Edith y Agnes. Habiendo renunciado a su profesión de malvado trata de encontrar un nuevo lugar en el mundo como dueño de un local de muffins en el mall de la zona. Fabricante de jaleas y padre full time, se encarga con cariño y dedicación de sus princesitas y hasta organiza cumpleaños, siempre con la ayuda de los minions. En medio de esta nueva vida, Gru es tentado para trabajar en una secreta y complejísima organización contra el crimen, cuya misión es encontrar una peligrosa fórmula que ha sido robada de un laboratorio. Así aparece Lucy, una agente que le asignan como compañera de trabajo, y que como protagonista femenina de la historia, se convierte en una posible figura materna para las nenas, y en el amor de Gru; lo que aporta ternura y humor a la película, ya que el antiguo villano no tiene demasiada experiencia en estas cuestiones. El 3D es impecable, y la misma estética redondeada y accesible de la primera parte está ahora aún más consolidada, con personajes tiernos de ojos grandes, y malvados gordos y narigones. Visualmente adorable, con mucho humor físico, y una historia simple, la película va a lo seguro, apunta al público más pequeño, y se apoya en la gracia de los Minions para lograr una seguidilla de gags, de los que también pueden reírse los padres. Sin dudas, son los pequeños personajes amarillos quienes se roban la película, con esos sonidos extraños, realizando toda clase de actividades, desde las tareas del hogar hasta una coreografía de Village People, y siempre asistiendo a Gru. Los Minions hacen la diferencia, aportando no solo humor, sino también un toque surrealista, que logra que la película sea algo más que una historia infantil y melosa.
Gru, el villano que conocimos en la primera entrega ha mutado en un padre ejemplar, y ahora ha cambiado las armas sofisticadas por exquisitas mermeladas. Este es el gran cambio que encontramos con la cinta original. El resto se mantiene en el nivel de excelencia de la primera parte: personajes bien delineados, gags efectivos, colores brillantes, decorados hipnóticos y una trama que entretiene y divierte desde el primer fotograma. A su vez, Los Minions, esos simpáticos seres amarillos, han ganado protagonismo, tocándoles en suerte las escenas más hilarantes del filme. Una trama surrealista que logra aunar a varias generaciones de espectadores en una misma comunión cinematográfica. Animación de calidad para grandes y niños.
Si la primera tenía el encanto de un villano sin atenuantes al servicio del mal, rendido a la ternura de sus hijitas adoptivas, aquí en la segunda parte es un padre ejemplar que utiliza a su ejército de robotitos para fabricar comestibles y es tentado para combatir el mal, mientras el amor llama a su puerta. Un entretenimiento de primer nivel.
Amasando se ablanda a cualquier Gru. Evidentemente los responsables detrás de los films animados tienen las garras más que afiladas en este último tiempo. No sólo por lo voraz de la competencia entre realizadores de un estudio y de otro, sino por la calidad con la que van progresando película tras película. Cuando uno creía que las ideas podían llegar a agotarse, surgen nuevas y mejores técnicas y estrategias de realización, lo cual logra que hasta las segundas partes puedan ser tan o más buenas que las primeras. Y de eso quería hablar. La facilidad con la que los animadores se agarran de aquello que a los espectadores nos gusta, hace que las ocurrencias sean cada vez más asombrosas. El ejemplo óptimo lo obtuve con Mi Villano Favorito 2 (Despicable Me 2, 2013). Gran desarrollo de los personajes, con el ojo extremadamente puesto sobre esos pequeños chizitos amarillos llamados Minions. Son miles, pero sin embargo cada uno tiene su aspecto, personalidad, ¡Y hasta nombre propio! Carcajadas garantizadas en esta secuela de la historia en la que los parámetros normales se dieron vuelta y quedaron cabeza para abajo. El protagonista no es el héroe, sino el villano. Ese villano se llama Gru (voz de Steve Carell), y su maléfico plan es robarse la luna. Sin embargo, en medio de ese ambicioso proyecto que desarrolla junto a su ejército de bananitas y a su incondicional ayudante (el Dr. Nefario), tres niñitas huérfanas invaden su vida. La segunda parte retoma un tiempo después de que el corazón de Gru fuera ablandado por esas nenas tan locas y preguntonas, como tiernas, que ahora han crecido un poco y tienen personalidades un tanto más definidas. El ex temible villano, se refugia en su chalet como buen padre de familia, jubilado de sus antiguas obligaciones… Pero extrañando ser aunque sea un poquito malo. Le llegará entonces la oportunidad, cuando conozca a Lucy, una aspirante a villana tan plagada de artimañas como él solía serlo. Pero este encuentro no es para nada casual, ya que el jefe de una corporación ‘anti villanos’ los reclutó para atrapar al responsable de crear un peligroso suero que al ser inyectado en cualquier criatura, la convierte en un violento espécimen. Gru no resistirá la tentación y regresará a las andadas, pero esta vez, como el ‘goodfella’. Como les decía, la segunda parte mejoró la franquicia y reforzó las ya sentadas bases para un spin off de minions en 2014. Y ya era hora de que esas criaturitas de idioma indescifrable se subieran al trono de las risas y el cariño del público, tanto infantil como adulto. Otro aspecto que siempre da un poco de miedo, es el agregado de nuevos personajes, que podrían empañar un poco la trama que solía tener el film. Sin embargo, el aditivo a Mi Villano Favorito aprueba el examen de audiencia. Lo único que se vivió en la sala de cine fue un clima de absoluto disfrute, gracias a las interminables locuras y ocurrencias de los enanitos amarillos. El guión es cien veces mejor que el de 2010, e infinitamente superior en escenas hilarantes, en su mayoría gracias al trabajo dedicado a la explotación de ciertos personajes. La música es otro de los condimentos que se destacan, con una perlita final que no tiene desperdicio. No quiero exagerar, pero creo que es el mejor momento de la película, y eso que cada uno de esos 98 minutos de cinta son igualmente disfrutables. @CinemaFlor
Gru debe seguir siendo malo Gru está dulcificado. Ese aire diabólico tan atractivo de ‘Mi villano favorito’ inicial, sólo se mantiene en algunos estallidos de violencia. La factura técnica de la película es impecable, tiene abundantes efectos especiales, buen ritmo, disparatadas pero deliciosas actitudes de sus personajes, gran protagonismo de los ‘minions’ y el encanto adicional de las huérfanas. Nuevamente Gru, el villano parecido al Acertijo (de la saga de Batman), que conocimos en el filme anterior, de gran éxito comercial, es el protagonista de esta segunda parte. En la actual Gru se convirtió en un ex villano, dedicado a ser padre de las tres pequeñas huérfanas, Margo, Edith y Agnes, pero la tranquilidad del hogar se ve alterada cuando lo convoca la Liga Antivillanos, para introducirlo nuevamente en el oscuro submundo, en el que trabaja una organización criminal que aspira a apropiarse del universo. En realidad, Gru quiere estar tranquilo, pero justo se le va su amigo el doctor Nefario y llega este pedido. Y en forma particularmente insistente, representado por la pelirroja Lucy, eficiente colaboradora de la Liga. HEROE DULCIFICADO Gru deberá acceder y fielmente acompañado por sus amigos los ‘minions’, tan amarillos y locos como siempre, comenzará una aventura llena de imprevistos y obstáculos. Lo que notamos en este segunda película animada, es que Gru está dulcificado. Ese aire diabólico tan atractivo de ‘Mi villano favorito’ inicial, sólo se mantiene en algunos estallidos de violencia. Su ingreso a la civilidad olvidó la Luna como trofeo (que tenía pensado robar en la película anterior), aceptó el ingreso a un restaurante temático y a publicitar de alguna manera los nachos (tortilla mexicana) como un atractivo alimento para ahogar penas. Como compensación, atisbamos algún flash al pasado en el que descubrimos a Gru niño, víctima del ‘bullying’ (acoso infantil) y aún presa fácil de la depresión, la que no le permite atreverse a iniciar un romance con la singular Lucy. POSIBLE ROMANCE La factura técnica de la película es impecable, tiene abundantes efectos especiales, buen ritmo, disparatadas pero deliciosas actitudes de sus personajes, gran protagonismo de los ‘minions’ y un detalle que se intensifica en las producciones para chicos, la constante alusión a éxitos televisivos pasados y las referencias musicales netamente orientadas a padres, tíos y abuelos de los pequeños asistentes. La secuencia romántica, casi en el final, donde se parodia a películas orientales y animés reconocidos, es un excelente ejemplo de esto. Buen humor, no demasiadas novedades y el encanto adicional de las huérfanas, bien ilustrado, en la escena de Gru deseándoles buenas noches a las pequeñas es de una gran ternura. También se muestra una fugaz referencia a la integración sexual, en un diálogo entre Gru y la pequeña Margo. Entre los nuevos personajes y en el consabido guiño a México está la presencia de Macho, como otro malvado de potente trazo. En este caso, disfrazado de boxeador enmascarado, tradición muy apreciada por la idiosincrasia azteca.
Despicable Me 2 es, ante todo, víctima de un error de criterio o de una lectura parcial de su público. A las claras, los personajes que más han resaltado desde la llegada al cine de la película original en el 2010 han sido los minions, motivo por el cual tendrán su propio spin-off a partir del 2014, con una producción enteramente dedicada a ellos y a sus orígenes. Al ser algunas de las criaturas animadas más reconocibles del último tiempo, Chris Renaud y Pierre Coffin, los directores de la primera, han decidido dejar en sus manos la totalidad de la secuela, lo que provoca su mayor limitación. A falta de mejores ejemplos y con la abismal diferencia que separa a una de la otra, Mi Villano Favorito 2 sufre de aquello que complicaba a The Hangover Part II y a sus detractores. Si la película es en extremo divertida, ¿por qué criticarla? No es fácil emprenderla en contra de estos adorables personajes amarillos, principalmente porque todo lo que hacen es gracioso, el problema es que han excedido su propia premisa y, en ese sentido, ya no coexisten dentro de este universo. Los minions no eran Despicable Me, sino una parte dentro de un todo en el que lo central era la relación de Gru con las niñas y su consecuente alejamiento de los motivos malignos. Ellos eran obreros a las órdenes de un amo protagonista, no los personajes centrales de la historia, algo que tanto la dupla de realizadores como los guionistas de la primera –Ken Daurio y Cinco Paul-, perdieron de vista. Despicable Me 2 divierte y lo hace bien. Más allá de que no se pueden oír las voces de Steve Carell y Kristen Wiig –peor aún hubiera sido si Al Pacino continuase a bordo-, el arte se impone para ofrecer una efectiva propuesta animada dentro de un nicho que cada vez se vuelve más exigente. Ágil, dinámica, con buenas secuencias de acción –la apertura es sublime-, una efectiva musicalización a cargo de Pharell Williams y con una paleta que explota en pantalla cada color del espectro, es una película original que tiene la rara cualidad de ser graciosa cada vez que lo busca. Con tantas cosas a su favor, el gran problema no es el enfocarse en los minions, que como se dijo dan en el clavo en cada oportunidad, sino el hacer a un lado al resto de los personajes para ello. A excepción de un romance para Margo que la hace resaltar, las tres niñas brillan por su ausencia si se considera que encabezaron la primera, con una Edith que prácticamente no tiene voz y con un aprovechamiento parcial de la fantástica Agnes –esa suerte de Boo de Monsters, Inc. pero con plena conciencia de todo lo que pasa a su alrededor-, que si bien logra descostillar de la risa o emocionar con un solo parpadeo, tiene algunas participaciones ocasionales. Lo más notorio del cambio de enfoque se evidencia en la figura de Gru, quien tampoco termina de ser lo central de la película que se refiere a él en su título. La primera apelaba a su humanidad e instintos paternos, esta le encuentra la vuelta para girar en torno a otras cuestiones del corazón y así darle un tinte romántico. Lamentablemente su historia de amor con la alocada Lucy Wilde no termina de cerrar, porque el propio Gru acaba convertido en un secundario de su propio film. Despicable Me 2 trae risas, acción y más del doble de minions que necesitaba, no solo a causa de que tienen su propio proyecto en marcha, sino porque para hacerlo tiene que renunciar al desarrollo del resto de sus personajes.
La premisa de la primera Mi villano favorita era casi perfecta: un prestigioso villano entra en crisis y se enfrenta a una inesperada paternidad. La película, además, tenía unos excelentes personajes secundarios (las tres nenas huérfanas, el aprendiz de malo Vector) y, sobre todo, las criaturitas por las que es recordada: los minions, mezcla de ayudantes maléficos y simpáticos brutos. La secuela, sabiendo que carece del villano de la anterior y, por ende, de sus hilarantes intentos de sembrar el caos (Gru se encuentra definitivamente retirado y ahora es un empresario de mermelada), se hace fuerte con los aciertos de la primera: las nenas ganan en protagonismo, y los minions tienen prácticamente una película diseñada a su medida (y eso a pesar que dentro de muy poco habrá una película solo con ellos, Minions, que cuenta su pasado bajo las órdenes de otro villano). Pero, para ser precisos, el título local dejó de ser exacto y, en cierta medida, el original también: ahora que el personaje abandonó sus planes malvados y colabora con las fuerzas del bien, ya no hay villano ni ningún verdadero “yo despreciable”; Gru, si bien todavía resulta un personaje cómico gracias a su excentricidad y su eterno desfase con el mundo que lo rodea, conserva poco del malo que supo ser y se parece más a un neurótico algo extravagante al que le va mal con las mujeres. El giro funciona, sí, pero a la sombra de la anterior Mi villano favorito la fórmula revela rápidamente sus límites: el nuevo Gru, preocupado por las citas y por su calvicie (como podría estarlo el George Constanza de Seinfeld), causa menos gracia, y los minions tienen demasiados gags a su cargo; la película abusa de ellos y por momentos los bichitos amarillos, contra cualquier pronóstico posible, llegan incluso a aburrir. Los nuevos personajes se suman bien a la historia principal, y en especial Lucy, con su cuerpo largo, torpe y peligroso, es uno de los logros de la secuela. Eso sí, Mi villano favorito 2 debe ser una de las películas de animación que mejor se ven: sus tonos brillantes y vivos; sus ciudades, shopping, casas y restaurantes coloridos; sus superficies lustrosas; sus cielos siempre límpidos y celestes; todo eso, sumado a la fluidez impecable del movimiento y a la gracia y la expresividad de los gestos, hacen de la película una experiencia visual sin precedentes, superior a cualquiera de sus predecesoras, incluso a algunas visualmente notables como Megamente o Madagascar 3. En última instancia, si los chistes se repiten o falta el villano carismático de la primera, todavía queda la posibilidad de deleitarse con las imágenes increíbles de la película, que de eso también se trata el cine.
Entretiene igual que el original En el año 2010, la primera parte de este film de animación digital fue toda una sorpresa en la taquilla, y realmente hay que reconocer que cautivó a chicos de todo el planeta con su idea de volver simpático al típico villano de película de James Bond. En en este caso, de Austin Power, ya que un punto de falta de originalidad de todo el asunto es que el protagonista, Gru, se parece casi un poco demasiado al Dr Evil que protagonizó Mike Myers en las tres películas de esa saga (y las similitudes no son sólo en lo físico, sino también en los conflictos y en el estilo de muchos de los gags). Pero, lógicamente, al no tener un nemesis heroico, el protagonista terminaba entendiendo y queriendo a los niños que al principio detesteba a más no poder (casi tanto como a sus pillos nerd-droides, que aquí reaparecen y se roban algunos de los mejores chistes del film). En todo caso, aquí el villano es despertado de su tranquila existencia casi bonachona para su nivel por un equipo de lucha antivillanos que debe enfrentar a un tipo realmente malísimo al que no podría combatir sin la asistencia de alguien que tenga una lógica criminal parecida. Asi es que el villano favorito de otrora ahora no quiere dominar el planeta sino salvarlo de un colega peor. El equipo técnico es el mismo, pero luego del éxito previo, aquí hay mas presupuesto y una excelente animación, además de un uso inteligente del 3D digital, que se aplica especialmente bien a los gadgets típicos del cine de espías pasado de rosca, dando lugar a gags realmente eficaces para chicos sin dejar de divertir a los adultos que los tengan que acompañar.
Fiebre amarilla Los minions son un invento fenomenal. Eso está más que claro. Tienen la lógica de un personaje de Chuck Jones y la composición física de un sin sentido. Por eso, que su humor es espontáneo, sorprendente, desaforado: al no pertenecer al reino de la convención, sus resoluciones son inusitadas, te sacan una motosierra de la nada, reaccionan de formas que uno no imagina. Son, en ese sentido, casi una definición ontológica de lo que el dibujo animado sin visos veristas debe ser: una reversión de la realidad por la vía del absurdo. Incluso, con una sexualidad indefinida que aquí resulta más exacerbada que en el primer film. Y Mi villano favorito 2 viene a demostrar la felicidad que provocan cuando -como debe ser- los directores Pierre Coffin y Chris Renaud los dejan correr libres, sin ataduras, hasta con el culo al aire. Por otra parte, queda en evidencia que con su sola presencia son capaces de sostener ellos solitos una película bastante deshilachada como esta. Como que uno piensa constantemente mientras la mira: “dale, ¡hagan la película de los minions y ya!”. La promesa, recién, en los créditos finales. Mi villano favorito fue uno de esos films animados que uno celebra, pero que teme que ante el éxito obtenido y la mecánica industrial del cine animado, se convierta en un aparato a repetición. El temor pasaba porque, evidentemente, aquella película era auto-conclusiva, se cerraba sobre sí misma: el protagonista era un hombre malvado y cínico, incapaz de demostrar amor, que por la intrusión de tres huérfanas terminaba convirtiéndose en un padre amoroso. La película hablaba, detrás de ese humor desaforado que proponían los minions y de esa burla al cine de espías a lo James Bond, que ser padre es algo no necesariamente genético, sino que se puede construir, edificar de la forma que a uno le parezca. De paso, tenía bellos momentos de cine, como aquella secuencia en la que el protagonista Gru robaba la Luna. No había, por lo tanto, un conflicto más para explotar. O, de haberlo, debía estar muy bien construido para justificar la existencia de una nueva película. La opción más potable, era hacer una buena película de acción con elementos de comedia. Un Kung fu panda, ponele. Pero no. Mi villano favorito 2 intenta una suerte de conflicto con la posibilidad de encontrarle novia a Gru, solterón con tres hijas. Eso, que potencialmente podría estar bien desarrollado, se desarma enseguida cuando las consecuencias de aquello -la búsqueda de compañía amorosa para el ex villano- están trabajadas sin inteligencia ni corazón, y sí mucha rutina. Y para colmo de males, la trama de acción que debería sostener esto también es bastante tirada de los pelos y está torpemente trabajada. Por eso, que Mi villano favorito 2 parezca por momentos una película perezosa, hecha para tapar un bache dentro del mecanismo industrial del cine animado. O del cine a secas. Lo cual, en todo caso, era previsible (leer crítica de Mi villano favorito). Por suerte, claro, tenemos a nuestros héroes amarillos. ¿En verdad son héroes? No se sabe. Ellos actúan desde la anarquía aunque, sí, le rinden total honor a su jefe Gru más allá de estar pasándola bomba en una isla donde son recluidos luego de ser secuestrados. Hay que reconocerlo: no sólo los minions son graciosos (su talla, su voz, sus gestos, su forma de moverse los hacen impecablemente cómicos), sino que todas las ideas que los rodean y sobre las cuales actúan, son originales y delirantes. Si Coffin y Renaud, y sus guionistas (Ken Daurio y Cinco Paul) decidieran aplicar el mismo rigor absurdo al resto (algo de eso asoma por momentos en la psicótica Agnes o en el villano El Macho), Mi villano favorito 2 podría haber sido una celebración de la comedia anabólica a lo Madagascar 3, pero es esa indefinición en el tono la que hace que el film luzca sin balance. Para colmo de males, los minions están más en pantalla y el impacto se hace más que evidente. En serio, traigan la película de los minions ya y dejen a Gru tranquilo, ahora que es un señor respetable con su esposa y sus hijas.
Para Gru, la villanía no es una cuestión de ambición personal sino deportiva. O lo era: el primer film tenía como tema la paternidad, la necesidad de cuidar de otros, la diversión de volver a la infancia con los propios chicos. En este segundo film (que es americano solo por el capital, pero cuyos realizadores son franceses y saben poner el acento más allá de lo puramente espectacular) el tema original se maneja con plácida continuidad -que no con autoplagio- y Gru pasa en la acción del mundo de los “malos” al de los “buenos” porque las circunstancias se lo exigen. Con este horizonte sólidamente planteado por el guión y la libertad para la invención gráfica, los gags se suceden con precisión, los “minions” (esos cosos amarillos) se vuelven cada vez más icónicos y cómicos y los comediantes que prestan las voces -si la escucha en idioma original- resultan auténticos creadores de humor. Una película bella y divertida, cuya única, noble pretensión, es ser recordada entre sonrisas. Nada mal.
Condenado a hacer el bien Los Minions. Así se llaman los simpáticos, veloces al hablar y un poco bruscos responsables de la campaña publicitaria que puede convertir a Mi villlano favorito 2 en un éxito que iguale o incluso supere a la primera película de esta franquicia, que llegó a colocarse en el puesto 72 entre las películas más taquilleras de todos los tiempos en EE.UU. Esos inclasificables seres amarillos se robaron las miradas en las colillas, y desde mucho antes del estreno parecen estar invadiendo el planeta, dominando desde las hamburguesas hasta los emoticones de Facebook. Pero estos pequeños se reparten el protagonismo en la historia principal de la trama. Gru es un villano que luego de descubrir el amor por tres niñas huérfanas en la primera parte se ha regenerado y vive sólo para ellas. Pero como suele suceder en las películas de malos, él no ha perdido las mañas (como que manda al perro a hacer sus necesidades sobre las flores del vecino) y el pasado vuelve un día a buscarlo. En esta oportunidad, lo convocan para resolver un misterio. En el Polo Norte, una nave imán se ha llevado una base científica completa, arrancándola de cuajo del hielo. Gru debe enfrentarse a rufianes de su talla. La película va corriendo así en un formato que mezcla la comedia negra, con el thriller, y por supuesto con la fantasía, sin comprometerse demasiado en serio con las emociones. Los colores, el sonido, los tipos y funciones de los personajes son buenísimos. Realmente, se puede tomar conciencia viendo esta clase de productos de por qué impera la era de lo audiovisual, y es que no hay dudas de que el capital y las neuronas se ocupan de ofrecer experiencias sensoriales que entran sobre todo por los ojos, creando formas, texturas, atmósferas y escenarios francamente sorprendentes. El humor es la regla a seguir en la película, y el slapstick (los chistes físicos) tienen un buen despliegue con los Minions. Por ejemplo, en la escena (que ya se vio en el tráiler) en que uno de ellos es arrastrado por un vehículo, primero por el piso y luego por el aire, y por el medio de las calles de un vecindario. Una propuesta que quizá no tiene el fuego sagrado de los mejores exponentes de la animación, pero que de todos modos resulta bien entretenida.
En pocos días llegan las vacaciones de invierno y tenemos la posibilidad de elegir una buena cartelera dentro del género de animación, que los adultos también podrán compartir. Esta primera historia comenzó en 2010 bajo la misma dirección, obtuvo una muy buena recaudación de unos 540 millones de dólares aproximadamente en todo el mundo y como todos sabemos si esto ocurre se transforma en secuela. Ya la primera secuencia es muy atractiva: en el polo ártico un imán gigante se lleva gran parte de un laboratorio, queda todo destruido, durante esos minutos se ven situaciones muy graciosas y asombrosas por ese objeto gigantesco que se lleva todo. Mientras sucede esto, quien era el súper villano Gru (con la voz de Steve Carell en versión original-la voz en español Florentino Fernández) ahora es padre de familia de aquellas tres tiernas huerfanitas: Margo, Edith y Agnes, viven todos juntos a los divertidos Minions. Gru solo se dedica a las niñas, quienes tienen diferentes edades. Lo vemos muy dedicado al hogar, viviendo una serie de situaciones muy divertidas durante el festejo del cumpleaños de Agnes. Hace cualquier cosa para que todos lo pasen lo mejor posible. Además se encuentra en un micro emprendimiento junto al Doctor Nefario produciendo mermeladas y jaleas. Pero su tranquilidad es interrumpida cuando es llamado para una misión, encontrar al malvado mexicano “Macho”. Este tiene en su poder un suero que cuando lo aplica a sus víctimas las transforma en bestias feroces y salvajes y así podrá dominar al mundo. Al mejor estilo de las películas y series de espías, como James Bond o Superagente 86, tiene una compañera llamada Lucy (con la voz de Kristen Wiig en versión original -Patricia Conde, el doblaje en español). Juntos se enfrentan a una gran aventura desde un auto sofisticado que se transforma en submarino, en avión, buceo con tiburones, un volcán en erupción, luchar contra todo tipo de peligros, hay mucha lucha, tensión, espionaje y suspenso. Ellos deberán proteger sus vidas y la de otros, pero también se enfrentan a los adorables Minions, que dejaron de serlo por ser parte del experimento y ahora son bestias salvajes de un pelaje púrpura y dientes grandes. Hay que lograr aplicarles un antídoto para que vuelvan a ser como antes. Gru, Lucy y las niñas forman un gran equipo con el fin de combatir el mal, pero tampoco se deja de lado el amor, la ternura, la relación entre padre e hijas y las sorpresas. Están los problemas que tiene Gru en mostrar su amor y las dificultades en declararse a Lucy. Llena de guiños para los adultos, sketches muy cómicos dentro de los créditos finales y con la yapa que ofrecen con mucho humor los Minions. Visualmente es bellísima, todos los efectos visuales se encuentran potenciados por la tecnología en 3D, por lo tanto vale la pena verla especialmente en este formato. Una pena que muy pocas copias sean subtituladas dado que cuentan con las voces originales de: Steve Carell, Kristen Wiig, Benjamin Bratt, Miranda Cosgrove, Russell Brand y Steve Coogan.
El menos malo de los malos Los directores Pierre Coffin y Chris Renaud dan por supuesto que los espectadores ya conocen a los personajes y entran de lleno en el tema; lo abordan exactamente en donde quedó la primera película y no se toman demasiado tiempo en volver a presentar a los personajes. Todos sabemos que Gru ya no es el supervillano que comenzó el primer relato y que las tres simpáticas huerfanitas han sido adoptadas por el ex malhechor y viven en su casa. Sin embargo, los directores aciertan al presentar rápidamente a un nuevo personaje: la agente Lucy Wilde, quien no sólo acompañará a Gru en la misión sobre la que hace eje la trama sino que, obviamente, planteará la posibilidad de un romance con el protagonista. Claro que todo esto no es otra cosa que un gran pretexto para las intervenciones de los esperados "minions". Es que estos pequeños seres amarillos componen un interesante personaje colectivo que protagoniza los momentos más logrados del filme. Son, además, completa y deliciosamente incorrectos, por lo que todas las situaciones en las que se ven envueltos resultan divertidas y originales. Merece destacarse el acierto en la elección de las canciones ("hits" de antaño) que apoyan determinadas escenas de los pequeños demonios; se trata de esos típicos guiños hacia la platea adulta que siempre están presentes en este tipo de producciones. Y aunque a esta altura de los acontecimientos resulte un lugar común, no pueden dejar de señalarse la excelencia de la resolución técnica, los alardes de imaginación del concepto visual y la perfección de las expresiones con las que logran dotar a cada uno de los personajes. Hay una vieja máxima en el teatro que recomienda a los actores no trabajar "ni con perros ni con niños", porque seguramente se "robarán" escenas. La aparición de los "minions" en la pantalla obliga a reformular la advertencia: "si te toca aparecer junto a los 'minions', nada podrá salvarte de un discreto segundo plano".
La gracia de los malos "Mi villano favorito" sorprendió hace tres años con unos héroes de estilo bastante infrecuente en el cine de animación. Gru, el protagonista, era justamente el malo de la película, además de desaprensivo, insensible y nada sociable. Su objetivo era nada menos que robar la Luna, con la ayuda de un científico loco, el doctor Nefario, y los Minions, unos seres que demostraban tener el ADN de Gru detrás de su aspecto simpático de cilindros parlantes e hiperquinéticos. Ahora regresan todos, pero en el camino perdieron parte de su gracia. No es que no resulten atractivos, y allí está todo el arsenal de recursos de la comedia física y las réplicas ásperas de Gru, ahora convertido en un padre dedicado de las tres hermanitas huérfanas y empresario en ciernes de una industria de lo más legal. Gru es convocado por la Liga Anti Villanos para aprovechar sus conocimientos de la mente criminal. Es el único capaz de identificar a alguien que robó una fórmula que convierte a quien la consuma en un monstruo peludo y voraz. En la misión lo acompaña Lucy, una especie de Chica Bond llena de gadgets y muy intrépida. Sin perder la calidad técnica, la película muestra la versión domesticada de este héroe, que a pesar de los años y su aburguesamiento, sigue siendo querible.
Mi villano favorito 2 es una imperdible y divertidísima película, con un final festivo, ideal para que pueda disfrutar la familia completa o todos aquellos que gusten de las películas de animación con calidad que entretienen no sólo con gags y humor físico, sino que también con una historia bien armada. Los nuevos personajes están muy bien delineados, sobre todo el de ...
En 2010 los realizadores Pierre Coffin y Chris Renaud presentaban “Mi villano favorito”. En aquella oportunidad veíamos básicamente cómo Gru (voz de Andrés Bustamante –en inglés Stevce Carell-), un súper villano se transformaba en súper héroe merced al amor de tres niñas huérfanas a las que pretendía usar para un plan maléfico y así ser el peor (mejor) malo del planeta. Más allá de la “originalidad” del guión, la historia contaba con los Minions (voz del brillante Ricardo Tejedo –en inglés son los propios directores-), unos simpáticos personajes pequeños, con forma de cápsula amarilla, idioma propio y un comportamiento exageradamente ecléctico. Eso sumado a un movimiento “titiritesco” y bromas pesadas construían los segmentos más graciosos de la película. Vivos como el hambre, en Hollywood llegaron a la conclusión de que la popularidad de los Minions era lo que ameritaba una secuela de una narración que ya había cerrado bien. Así, la segunda parte arranca con Gru, pero lentamente todo se va desviando hacia los chiquitos hasta convertirlos casi en protagonistas. El villano es convocado por una organización anti-malos para encomendarle una misión que rechaza de plano. Entretanto, alguien planea utilizar a los Minions como ejército inyectándoles un químico que los potencia (además de cambiar a color violeta). Si en estado natural son hiperactivos, con éste experimento se transforman en una suerte de monstruos al estilo Gremlins (1984). Hay alguna subtrama con un ex villano y una chica que enamora a Gru, pero básicamente todos los gags se apoyan en los Minions. Y funciona. “Mi villano favorito 2” no da tregua con los gags y sólo hace falta entrar en el código para no parar de reír. Incluso en los títulos que sirven además como la presentación de una posible película sobre ellos. De hecho ya están construidos y cuentan con la popularidad suficiente como para despegarse por completo de esta franquicia. Buen ritmo narrativo, subtramas que aportan a la comicidad, y en nuestro caso el doblaje es más que acertado con la excepción de Lucy, la compañera de Gru, que en el doblaje de Andrea Legarreta parece estar en otra frecuencia que la que proponen los movimientos y las expresiones del original. Pero es sólo un detalle. El entretenimiento y las secuelas están asegurados.
Esta segunda entrega de Gru, aquel súper villano megalómano y diferente que terminaba transformado en bueno y con una paternidad totalmente inesperada convirtiendo al film en una de las revelaciones en el mundo de la animación 3D en 2010, nos trae ahora a un ex malvado abocado completamente a las tareas paternas de sus adorables niñas, acompañado de los impredecibles Minions y un grupo de nuevos y divertidos personajes. Redimido del mal y abocado a la crianza de las niñas y su nuevo emprendimiento, una fabrica de mermeladas, Gru será sorprendido por la liga antivillanos que solicita imperiosamente su ayuda para atrapar a un criminal que planea gobernar el mundo gracias a un antídoto secreto. Chris Renaud y Pierre Coffin repiten en la dirección de esta nueva comedia de aventuras que pasa de transitar del thriller de espías a la excéntrica comedia romántica con asombrosa naturalidad mientras los Minions se convierten en verdaderos protagonistas A diferencia de la primera entrega, pierde importancia la figura del villano y con ello un poco la acción, recurriendo mas a la historia de amor y un catálogo de gags divertidos a cargo de los Mininos que mantienen la frescura y vuelven al film tan entrañable y divertido como su antecesor. La gran novedad es la introducción de la estrambótica agente secreta Lucy Wilde (personaje al que presta su voz Kristen Wiig), cuya química con Gru comienza a vislumbrarse pasada la mitad del film, pero que se equilibra con el protagonismo de las niñas que lideran el simpático arranque y luego van difuminándose con la excepción de Margo. Ya no esta la madre de Gru, un personaje de la primera entrega con bastante carisma y un referente muy importante para él, pero aparece un villano mexicano apodado El Macho que pondrá a prueba sus valores. Mi villano favorito 2 vuelve a reflejar la importancia de la unión familiar sobre todo y aquella moraleja conocida que predica no valorar a los demás por su aspecto exterior, porque lo mejor de nosotros mismos lo llevamos dentro. La profundidad del 3D y la gran calidad visual permite apreciar el diseño de los personajes a cargo de Carter Goodrich, quien trabajó en Monsters Inc o Buscando a Nemo, y cuyos dibujos aquí no sólo tienen gracia, sino que están creados con una elegancia que ya había mostrado en Ratatouille. Pero el 3D se luce verdaderamente en los créditos finales, cuando se hace palpable que en breve llegará el spin-off protagonizado en exclusiva por esas criaturas adorables con las que uno podría quedarse embobado durante horas sin importar lo que realmente estén haciendo. Vale destacar, sobre todo en la parte final, un toque de humor francés con una escena musical muy divertida protagonizada por los Minions en ese idioma, cuyas voces están a cargo de los propios directores del filme, y una magnífica banda sonora donde suenan temas interpretados por los Minions, como la hilarante versión de "I swear" de Boyz II Men o "YMCA" de los Village People.
Mi noble favorito Si bien es difícil superar (o igualar) el nivel de la primera entrega referente a las aventuras de Gru y sus “secuaces”, Mi villano favorito 2 no se queda tan atrás logrando una muy buena performance a base de un entretenimiento y una espontaneidad destacables. En esta oportunidad, nuestro protagonista se aleja de sus maléficos y originales planes para dedicarse al cuidado de las tres huerfanitas que lo ablandaron en la primer película y también a la producción de jaleas muy poco gustosas. La liga anti villanos contacta a Gru para tratar de hallar y capturar al creador de un suero de transmutación que puede ocasionar un caos en el mundo, indexándole como compañera a Lucy, con quien nuestro ex villano comenzará a involucrarse sentimentalmente. El punto fuerte del film se aloja en el divertidísimo y acelerado ritmo que posee el relato, dejando vacante el bostezo y el aburrimiento; y el aspecto clave radica en las apariciones de los Minions, probablemente los bicharracos más simpáticos y carismáticos de las últimas cintas de animación. Los monstruitos amarillos cobran mayor participación en la proyección y compran al espectador a partir de su encantadora, graciosa y extrovertida naturalidad para desenvolverse en cada escena que les toque hacerse presentes. Si bien resultaba más agradable ver a nuestro personaje principal como un “canalla querible”, este nuevo costado más noble no le sienta nada mal y no le hace perder toda su mística atrayente. Mi villano favorito 2 goza, además, de una musicalización fuerte y dinámica, incluyendo en una secuencia temas pegadizos como Where Them Girls At de David Guetta y Don´t Stop The Party de Pitbull. LO MEJOR: los Minions, la animación (como siempre). Graciosa, con un ritmo impecable. Funciona en niños y adultos. LO PEOR: la idea o trama no es de lo más original. No supera al primer film. PUNTAJE: 7,4
Repetirse con talento La empresa de animación Illumination Entertainment no es precisamente una productora “independiente” -habría que analizar y discutir qué puede denominarse hoy con ese término-, su creador Chris Meledendraki fue nada menos que el presidente de la 20th Century Fox Animation, y estuvo detrás de proyectos de la talla de La era del hielo, Robots, y Horton y el mundo de los quién. Cuando se abrió de la Fox, Meledendraki creó esta nueva compañía con la financiación de Universal Pictures, utilizando sus vías de distribución. De todas formas, Illumination asegura mantener el control creativo como una productora independiente. Para dispersar un poco las sospechas y prejuicios que despiertan las secuelas, conviene decir que este no es tan sólo otro caso de un éxito comercial que se repite buscando exprimir aún más una gallina de huevos de oro (bueno, en parte seguramente lo sea), sino que parece distanciarse del refrito o del espectáculo inflado e inútil ofreciendo sus buenas dosis de inteligencia, gracia y desenfado. En primer lugar, conviene decir que no se acudió a otro cineasta para dirigir esta secuela sino que los mismos Pierre Coffin y Chris Renaud, -los mismos de la primera entrega- son quienes llevaron adelante el proyecto, y que los libretistas también son los mismos de aquélla. Así que se puede hablar de un equipo creativo idéntico y sumamente consistente. Y es algo que se nota. También se nota que parte del éxito de la primera entrega fueron los "minions", unos acólitos humanoides cilíndricos y amarillos que parecen seguir órdenes pero que ante todo se rigen por el principio de placer, divirtiéndose con sonidos de pedos, desplegando maldades entre sí, aprovechando toda oportunidad de entregarse a la juerga. En consiguiente, los minions tienen un protagonismo especial, funcionando como contrapunto humorístico a la trama. Nota aparte: estos personajes van a protagonizar un largometraje ya anunciado, Minions, seguramente incurriendo en la errónea concepción de que los personajes secundarios pueden ser centrales (recordar las muy olvidables Timón y Pumba, Tinkerbell, El gato con botas). Lo que en Mi villano favorito funcionaba y muy bien, la sagacidad de los personajes orientada a hacer el mal, sus inventos excéntricos, infantiles y delirantes, su encanto a pesar de todo ello y la fuerza del gag bien concebido (instancias humorísticas carentes de diálogos, es decir, basadas en la pura acción) aquí se encuentra muy bien desplegado y dosificado. Los personajes tienen todos su espacio, su perfil y su encanto particular incluidos los nuevos, algún villano divagante y una impetuosa y torpe agente secreto que trae la excusa de un nuevo amorío. Si bien la anécdota no es el colmo de la originalidad, la película funciona como entretenimiento por todos estos elementos atractivos y dispersos, que son estructurados hábilmente y con buen ritmo en un guión coherente. Y si alguno no queda del todo satisfecho, esos minions haciendo sus irresistibles covers de “I swear” y “YMCA” en los últimos tramos seguramente lograrán ganárselo. Publicado en Brecha el 12/7/2013
Rise of the Minions "Despicable Me" fue una historia animada que sorprendió gratamente en 2010 por 2 factores fundamentales. El primer factor de éxito tuvo que ver con la vuelta de tuerca en la que el villano, que se supone debía ser doblegado al final del film, fue en realidad el héroe de la trama y se convirtió en padre soltero de 3 huérfanas más tiernas que colchón de peluche. El segundo factor tuvo que ver con la introducción de unas criaturitas increíblemente divertidas llamadas "minions", las cuales formaban parte del ejército personal de Gru, el villano-héroe. En esta secuela se respeta de manera muy inteligente la fórmula ganadora, sin el factor sorpresa de la primera es verdad, pero compensando esa falencia con una participación más activa de los minions, que a esta altura ya son casi personajes protagonistas, al menos los que tienen nombres como Kevin, Dave y Phill. Hay algunas secuencias que verdaderamente sacan una carcajada al espectador, sobre todo las que tienen a los minions como centro de la acción (atentos al número musical sobre el final). El personaje de Gru (Steve Carell) sigue siendo efectivo y aporta mucho al humor, igual que el Dr. Nefario (Russell Brand). Quizás las niñas se vieron un poco más relegadas en esta historia, algo que a algunos fans podría molestarles. Agnes, la niña más pequeña, fue la que se terminó llevando los mejores momentos en esta segunda entrega. En esta ocasión, nuestro villano favorito se mete en el mundo del espionaje para ayudar a una elite anti-villanos que se dedica a rastrear y apresar chicos malos. En la aventura conoce a la agente especial Lucy (Kristen Wiig), una obsesiva mujer con la compartirá algo más que la tarea de apresar al villano de turno, el cual se dispone a crear un ejército de criaturas salvajísimas y tenebrosas (?). Todo el disfrute pasa por relajarse, dejarse llevar por el humor físico de los personajes y aventurarse en una historia bien disparatada de héroes y villanos. También si sos de los que disfrutan de los chistes en su idioma original, vas a tener que armarte de paciencia ya que prácticamente ninguna sala, al menos en la ciudad de Córdoba, la está proyectando en inglés. Un entretenimiento de invierno que a criterio de quien escribe, es mucho más divertida y original que la reciente "Monsters University".
Un juego con números a favor No siempre las spin-off de sucesos de taquilla resultan tan exitosos y con razones como sus antecesores. En ocasiones, la continuidad de una película parece agarrar a los guionistas sin cartas suficientes y obligados a sacar argumentos de la nada para empardar y, de ser posible, superar el golpe de suerte inicial. El caso de Mi villano favorito 2 se encuentra en el lado opuesto del juego y viene con todas las de ganar, a pocos días del comienzo de las vacaciones de invierno en la Argentina, donde acorde con la corriente norteamericana este título logró superar los números de taquilla de Monster University, la secuela de Monster Inc. (ver grisado). A diferencia de la cinta de Disney, el título de Illumination Entertainment que distribuye Universal Pictures se armó de un argumento imaginativo, que enlaza con el de 2010, colocando a Gru en las funciones de un ex-villano en procura de rehacer su vida, motivado por su rol de padre de las huérfanas Margo, Edith y Agnes. El nuevo padre se dedica a hacer funcionar su familia --lidia con las necesidades de una preadolescente, y las travesuras de dos niñas que procuran conseguirle una cita-- más un nuevo emprendimiento de jaleas ladeado por el doctor Nefario y su ejército de Minions, cuando un laboratorio secreto completo es robado, junto con una pócima que podría producir un caos de caer en las manos equivocadas. Como antiguo villano, Gru es convocado de manera poco ortodoxa por la Liga Anti-Villanos (AVL), quien lo obliga a asumir una misión de riesgo junto con la nobel agente Lucy Wilde. Pero Gru ya no está solo y, ante los nuevos obstáculos y los antiguos aliados --ahora rivales-- que se le presenten, contará también con una familia que le es incondicional. Con buen ritmo, un reparto equilibrado de la acción entre los protagonistas y la inmejorable actuación que se reserva a los hilarantes Minions, el relato se desenvuelve con agilidad. La factura de animación de esta cinta fue y sigue siendo de primera línea, impecable en sus versiones 35 milímetros y 3D, una constancia desde los títulos iniciales hasta el fonus track de "la audición de Minions" que se reserva para los créditos finales. Quedarse cinco minutos más en la butaca, aunque las luces de la sala se estén encendiendo vale la pena. Una tercera película llamada Minions , que se centrará principalmente en los secuaces amarillos de Gru antes de que se hayan conocido, se anuncia para el 19 de diciembre de 2014. Hasta entonces, vale ponerse al tanto de la propuesta de esta cinta, uno de los claros éxitos animados del año que irrumpió en pantalla con todos los números a favor.
Universal ha pisado terreno poco estable en cuanto a animación se refiere. Frente a los gigantes Pixar y Dreamworks, mediante su filial Illumination Entertainment, apenas fundada en el 2007, justo para el estreno de la primera parte de Mi Villano Favorito, en el 2010. Y aunque a Hop, el conejo de pascua no le fue bien, y El Lorax ha sido infravalorada, sin duda la euforia provocada por unos series extraños de color amarillo con forma de habichuela ha sido su pilar al que buscan explotar hasta el cansancio. De Pierre Coffin (Mi Villano Favorito), llega la secuela de Gru y sus secuaces, quienes, después de la adopción de las tres pequeñas Margo, Edith y Agnes, han corregido el camino del mal y ahora se dedican a hacer Mermeladas. Sin embargo, la agente Lucy Wilde, de la Liga Antivillanos, solicitará su ayuda para detener los planes de un nuevo villano que planea conquistar el mundo. Sin duda, aunque la película cuenta su propia historia, cada momento en el que aparecen los minions son de risa segura. Copiando un poco la fórmula de la Era de Hielo, con la ardilla Scrat, sus apariciones son espontáneas y si bien siguen cumpliendo su función como personajes secundarios como los ayudantes de Gru, ellos tienen sus propios momentos de locura y escenas que son del gusto de todos (o de casi todos). Pero se nota a leguas que son las estrellas y que casi todo el peso de las escenas hilarantes cae en ellos (salvo un par de intervenciones de la agente Wilde). Y si no les gustan los minions, el próximo año llega su propia película. Se agradece de sobremanera que, en medio de tantas películas infantiles que siguen la misma fórmula, mi villano favorito no caiga en el cliché de que "la familia es lo importante". Ojo, es cierto que hay un par de situaciones que lo defienden (el poema de Agnes y la escena final), pero el filme no se basa en eso. Aunque esto para muchos es un punto en contra, pues todos los filmes de animación deben llevar una moraleja -o al menos nos han acostumbrado a ello- en mi personal punto de vista, es bueno que una película cumpla lo que ofrece: risas con un guión simple. Hay que reconocer que esa es su principal falla: la ausencia de una trama más sólida y un villano que no aporta absolutamente nada a la trama, así como historias secundarias de relleno, pero aún así, se puede disfrutar de una animación sencilla sin pretenciones más altas que las de entretener a los pequeños y adultos por igual. El 3D no aporta mucho, así que es prescindible Recomendación aparte, es que la vean en su idioma original, el inglés, pues al momento de hacer el doblaje al español, se pierden muchos chistes con los personajes diciendo ciertas palabras en español, lo cuál aumenta un par de momentos más de risa.
De Malo a Bonachón "Yo he visto mucha gente mala convertirse en buena, pero nunca un bruto convertirse en inteligente" (Juan Domingo Perón) Cualquier cinéfilo recuerda que en "Terminator" (1984, James Cameron), Arnold S. era villano odioso, pero en su segunda aventura fílmica logró su transformación a casi un héroe más bueno que Lassie y el "Quaker" juntos... bien con Gru, el personaje de esta peli ha ocurrido lo mismo. Ahora el experto en sofisticado armamento se ha abocado a ser padre de sus adoptivas hijas (3) y prefiere dedicarse a un emprendimiento de dulces y mermeladas caseras, pero es obvio no podrá abandonar las aventuras y los peligros en ciernes así nomás. Junto a una agente secreto (en el doblaje la estupenda comediante Kristen Wiig de "Saturday night live" y hacedora de la buena comedia fílmica: "Damas en guerra") deberán enfrentar a un villano de raíces latinas que creían desaparecido y también protagonizar el divertido romance que todos esperan, que de última la sociedad no muestra simpatía por los hombres solos como padres...-de hecho este mensaje deja boyando al periodista de espectáculos argento Polino que si lo cree y está en eso, pero afortunadamente Argentina no es tan reaccionaria socialmente como USA-, volviendo a la crítica de esta propuesta digamos que pese a todo, los que decididamente se roban estrepitosamente la peli son los personajitos tan divertidos de los "Minions" -ayudantes de Gru-, que como manda Hollywood tendrán pronto su película en solitario. Algo curioso, los segundones parecen ser quienes más resaltan hoy en el cine de animación, recuerden los pingüinos de "Madagascar", la ardillita de "La Era del hielo" o al Gato con Botas de "Shrek". Por lo dicho es divertida y mucho, no supera a la primera pero no fallará a la hora de ser elegida para ser disfrutada en familia.
Como sucede en varias películas de animación, los personajes secundarios son mucho más interesantes, divertidos e importantes que los protagonistas. Esto es lo que pasa en "Mi Villano Favorito 2", una propuesta colorida y entretenida, en la que los minions se roban los mejores y más lúcidos momentos.
Ya estoy cansado de ver malas historias pobladas por personajes interesantes. Si le han puesto tanto cuidado al desarrollo de los caracteres, ¿qué tanto les costaba esforzarse un poco más y proveerles una trama decente?. Incluso a esta altura diría que me conformo con historias recicladas de segunda mano, tomadas de filmes más famosos y reproducidas de manera casi textual. Ello es lo que ocurre en Mi Villano Favorito 2, la esperada secuela de uno de mis títulos animados favoritos. Mientras que la película es muy divertida por la gran cantidad de gags que posee, por el otro lado el desarrollo de la historia apesta, con el agravante que los nuevos personajes que aparecen en la entrega bordean lo insufrible. Usualmente las secuelas son versiones 2.0 de los filmes originales: toman lo que los convirtió en un éxito, lo maquillan, lo expanden, y lo vuelven a vender como una versión mejorada. Aquí ello no ocurre - Gru ya no quiere robar el mundo ni ser el malvado más famoso del planeta, sino que se ha resignado a las tareas hogareñas con tal de disfrutar de la compañía de las tres nenas que ha adoptado -, con lo cual la franquicia se ve forzada a pisar terreno nuevo y completamente diferente. Eso mata bastante la efectividad lograda en la primera película - la del villano gruñon que termina por descubrir que tiene un corazón enorme -, y lo obliga a meterse en una trama trivial con pasos de comedia propios de una sitcom. Todo el aspecto emocional del original se ha diluído y aquí, para compensarlo, han intentado reemplazarlo con el incipiente romance entre Gru y una atolondrada agente secreto, la cual es tan divertida como un martillazo en los testículos. De todos los diálogos que le corresponden a la chica (voz de Kristen Wiig) el 90% bordea lo insufrible: o son chistes malos o son boberías sin gracia, o son exageraciones molestas. Imaginen a una versión femenina (y pasada de cafeína) de Mike Myers, disparando sin cesar chascarrillos insoportables y estirando hasta el infinito los remates que supuestamente son graciosos. Hasta el trío de huerfanitas ha sido relegado a un papel decorativo, ya que la trama se centra en Gru y la molesta agente encubierta. Al menos las intervenciones de las huérfanas tienen su gracia - en especial cuando la mayor empieza a flirtear con el galán adolescente del shopping, algo que termina por poner de la nuca a Gru -, y por lo menos tenemos a los minions - esas hordas de incompetentes secuaces que parecen clones amarillos de los Tres Chiflados -, los cuales sacan a flote la película. Pero la historia es rebuscada y está mal desarrollada, como si la hubieran escrito a las apuradas en una tarde de domingo. A uno le da la sensación que en realidad los libretistas primero crearon los gags y después buscaron algún tipo de pretexto que sirviera para engancharlos con saliva en una especie de contexto. Por eso hay chistes pero no hay desarrollo de personajes, y el argumento está traído de los pelos, todo lo cual termina afectando el punto fuerte de la franquicia - que era la emoción que despertaban estos personajes -. Me reí mucho con Mi Villano Favorito 2, simplemente porque desborda de chistes, pero debo reconocer que está plagada de fallas y no llega ni a la mitad de la estatura del original. Los personajes conservan intactos su carisma, pero los nuevos son harina de otro costal. Hay un pedante jefe del servicio secreto (el que parece una versión exagerada y rolliza de Edward Fox), y hay un desbordado villano latino al que le gusta disfrazarse como wrestler mexicano (voz de Benjamin Bratt, el que tuvo que reemplazar de apuro a Al Pacino, quien había grabado hasta el final sus líneas y, en un ataque de divismo, decidió retirar su nombre del proyecto). Ninguno de ellos tiene chispa. Por suerte están los chistes y la fantástica animación digital, la cual está llena de detalles y es impactante. Pero en donde se queda corto Mi Villano Favorito 2 es en el apartado más barato, y es la falta de ideas. Si eligió ver o alquilar Mi Villano Favorito 2, sin dudas la va a pasar bien. Pero si usted amó al primer filme, verá que la secuela se queda muy corta. Aquí hay muchos chistes y un cálido reencuentro con personajes deliciosos, pero poca emoción y escasa originalidad. En todo caso es un espectáculo tibio recargado de pirotecnia, sólo que ésta no apunta a donde debería: el corazón mismo del espectador. - See more at: http://www.sssm.com.ar/arlequin/villano-favorito-2.html#sthash.rqOL8Ax4.dpuf