Este intenso thriller de John Lee Hancock (El sueño de Walt), en donde un caso del pasado se entrelaza con uno del presente y en donde nada ni nadie es realmente quién dice ser, propone un viaje potente a la idiosincrasia de una sociedad que aún cree en sus propias mentiras. “La verdad está en los pequeños detalles”, dice Joe “Deke” Deacon (Denzel Washington), un hombre que perdió todo, que asumió sus errores, y que con la cabeza baja vuelve a su pueblo para retirar evidencia para un caso en su nueva morada, sin saber que ese retorno lo involucraría con un caso sin resolver de su pasado y que lo obligará a replantearse su vida. Hancock lo describe en cuerpo y forma, lo detalla, lo hace transitar cansinamente los espacios en los que otrora se manejaba como pez en el agua, pero en donde ahora no puede siquiera imaginar estar al frente él solo de una investigación. Por contraste, y en la ebullición que implica el retorno de este hombre a la fuerza policial, aparece Baxter (Rami Malek), un detective que deberá asumir la difícil tarea de guiar a un equipo ante una serie de muertes que aparentemente tienen mucho en común con casos anteriores. Aquello que primeramente se podría pensar como una buddy movie de opuestos, Pequeños secretos (The Little Things, 2021), la transforma en una épica narración en donde la puesta en valor de una cuidada reconstrucción de época, al mínimo detalle, posibilita transitar los senderos de los protagonistas empatizando con el hambre de gloria que poseen, sacrificando sus vínculos, su familia y sus objetivos. El guion propone, con pericia, el recorrer el género procedimental, el visitar lugares conocidos para el espectador, pero presentándolos con una estilizada mirada, colores fríos, y encuadres que se potencian con la utilización de travellings y paneos, y que no hacen otra cosa que hablar de un género que ha influenciado a que millones de americanos se volcaran a la fuerza policial como manera de subsistencia. Pero más allá de la forma, cuidada, precisa, en el contenido de la historia, se comienza a oscurecer todo aún más con la llegada de un sospechoso al relato (Jared Leto), que logrará unir aún más a estos opuestos para, desde ese momento, impulsar la intriga necesaria y el suspenso in crescendo hacia la resolución final. Pequeños secretos habla de seres perdidos en la difícil misión de revelar la verdad, mostrándolos vulnerables ante sí mismos, y con las mismas inquietudes y temores que la mayoría de los personajes que los rodean, y además, se permite transitar la intimidad de éstos, en donde, sin jerarquías o rangos, hay algo que los unifica y debilita. Descansando en notables actuaciones del trío protagónico, aún en la recurrencia del género, Hancock se permite revisitar climas y atmósferas, tomando lo mejor de clásicos para reposicionarlos como referencias y metas de su propuesta. En el camino, un doloroso proceso sin concesiones para los espectadores, con varios giros de guion y un final que termina de completar la obsesiva y detallada descripción de sus personajes, en una película que espera del público atención y complicidad.
La liviandad discursiva Hace ya bastante tiempo John Lee Hancock escribió una obra maestra como A Perfect World (1993), de Clint Eastwood, que en contraste con sus guiones posteriores no tiene nada de esa cuota de ingenuidad que asoma tanto en Pequeños Secretos (The Little Things, 2012) como en el resto de su filmografía. Esa falta de complejidad no es accidental, a Hancock le importa sobre todo lo narrativo; su Ray Kroc (Michael Keaton) de The Founder (2016) no pretende complejizar la dimensión histórico política ni que sus acciones y los espacios que habita impliquen algo más que su funcionalidad narrativa; por eso, más allá de que las acciones y las elipsis en The Founder sean esperables y por momentos ridículas o infantiles, sus dos horas pasan volando, suaves y cómodas. En Pequeños Secretos se repite el mecanismo conservador en lo narrativo y la liviandad discursiva pero todo fluye de manera un poco más áspera, Hancock trata de trasladar el malestar de la pareja protagónica, los policías Joe Deacon (Denzel Washington y su mueca de superado) y Jim Baxter (Rami Malek y su cara de llorón), a la puesta en escena; una puesta contrastada en luces, en estilos de vida, en edades, que al mismo tiempo lleva adelante una trama de coincidencias entre los dos policías y una historia circular: “el pasado se vuelve futuro, el futuro se vuelve pasado” repetirá varias veces Deacon casi como un baquiano. Joe Deacon es un cana maduro y consejero que fue degradado y está a un paso del retiro tal como su espejo, aquel personaje de Morgan Freeman en Pecados Capitales (Seven, 1995). Baxter es el que va a iniciarse, el Brad Pitt del 95, el que todavía no perdió la fe y se va a obsesionar con un posible asesino de mujeres en Los Ángeles. Las coincidencias con la película de David Fincher son muchas: la dinámica de la pareja de actores y personajes, el asesino serial excéntrico, las prostitutas asesinadas y los espacios urbanos utilizados son sólo algunas. La explosión del cine coreano post 2000 ya había reformulado aspectos de Seven en varios thrillers (The Chaser, de Na Hong-Jin, en el 2008 fue un ejemplo), pero es injusto decir que aquellas películas fueron meras reformulaciones como sí parece serlo Pequeños Secretos porque los thrillers industriales coreanos, sobre todo del período 2000-2010, en su mayoría son muy buenos independientemente de sus influencias. La coyuntura es otra y por eso la película de Hancock también remite a la interminable lista de series sobre asesinos seriales e investigadores que rellenan los catálogos de los servicios de streaming. No sólo porque las series policiales norteamericanas se acercaron superficialmente a la estética del cine sino porque Hancock no hace mucho para dar un valor diferencial que la corra un poco de su conservadurismo formal. Habría que cuestionar por qué llega a las salas esta cuasi remake de pulso débil y no llegaban ni llegan los thrillers coreanos ni tantas otras producciones por fuera de la industria yanqui; aunque claro que todos ya sabemos la falaz respuesta de las distribuidoras: “es la economía, estúpido”.
Pequeños secretos es un film que se estrena el próximo 8 de abril en los cines de argentina. Tenemos una serie de crímenes como protagonista, dónde en realidad los protagonistas son aquellos que investigan estos asesinatos y tratan de luchar contra sus propios demonio. Es un film correcto, que mantiene el interés y el suspenso, pero que a veces se siente como un espisodio extendido de cualquier serie sobre crímenes, y que al final sus elementos se enredan tanto que hace que el film predomine en lo confuso al final de su recorrido. La historia comienza muy bien, tenemos una escena inicial dónde una chica corre por su vida siendo perseguida por un hombre misterioso. Luego de eso tenemos un salto dónde un sheriff (Denzel Washington) debe viajar a otra ciudad para obtener una evidencia. Resulta que el era detective en homicidios en aquel lugar y se encuentra con la persona que está en su puesto, que es el personaje interpretado por Rami Malek. Ellos terminan trabajando juntos para encontrar a un asesino que le hace recordar al personaje de Washington a un caso que lo tiene traumado del pasado. Luego aparece el personaje de leto, que no deberíamos mucho decir de el , aunque se ha tomado el pecado de incluirlo en la portada del film, por lo que intuímos algo de lo que se tiene entre manos. En cuanto a las actuaciones podemos encontrar a cada uno de los actores haciendo un correcto trabajo en sus papeles, aunque puede que algunas decisiones de guión, termine confundiendo la razón de las acciones de cada uno. Si, acá podemos destacar a Jared Leto en su participación, aunque es probable que se lo termine usando mucho para el personaje de loco, aunque logra desde su registro actoral hacer un personaje perturbador, pero a su vez entrañable. El problema de pequeños secretos es que no sabe si quedarse en una historia de resolución de crímenes o en un drama personal de los personajes principales. Es un poco de ambas y no termina siendo nada a la vez, ese es el problema, porque a pesar de su ritmo lento, se hace llevadero a través de un buen manejo del suspenso y diálogos entre personajes que son interesantes. Pequeños secretos es una película correcta y no mucho más que eso, sus actuaciones son correctas y atractivas, pero el guión no acompaña para que estemos ante un film completamente disfrutable. La resolución está, pero creo que el que la vea tendrá la mismas confusiones que quien está escribiendo esta crítica.
Un asesino serial de mujeres siembra el terror en Los Angeles y mientras el joven detective Jim Baxter (Rami Malek) soporta la presión y trata de resolver los casos, Joe Deacon (Denzel Washington), otro policía cerca del retiro que cumple sus funciones en una comisaría en las afueras, que debe viajar a la ciudad para realizar un trámite judicial por otro caso, termina involucrándose en la investigación y lo que es más importante, saldar algunas cuentas con su pasodo que tiene que ver con el lugar que ocupa el novato Deacon. Son dos antagonistas que rivalizan por cuestiones de método, con diferencias de orden generacional y hasta de educación, una serie de elementos del policial clásico que Pequeños secretos honra a medias, apelando a buena parte del manual del género aunque con alguna vuelta interesante, que tiene que ver con Albert Sparma (Jared Leto), un fanático de la criminología y del procedimiento policial que claro, es además el principal sospechoso. Con un puñado de referencias que se asientan principalmente en el cine de David Fincher, empezando por la ícónica Pecados capitales y también de la serie “Mind Hunter”, dos narraciones que tenían que ver con la naturaleza de los asesinos seriales y ambas con una pareja dispar pero complementaria a la fuerza que tratan de entener las motivaciones de los asesinos, la película es moderadamente innovadora cuando se decide, después de un relato sinuoso y desparejo, a dar vuelta el espejo e indagar en la conducta de los investigadores: Deacon con una brillante trayectoria que quedó trunca -de a poco y dificultosamente se irán develando las causas- y Baxter, tan brillante como su antecesor y con las mismas probabilidades de seguir su derrotero de errores. En ese sentido el veterano policía no solo se convierte en una pieza fundamental para llegar hasta Sparma (buena caracterización de Leto) y dejar asentado que es el principal sospechoso, sino que por encima de la investigación, convertirse en una guía del joven detective y una contención para que no siga sus pasos y sobre todo, para que la obsesión por el trabajo no devore su vida. La otra inovación del relato a cargo de John Lee Hancock (director de Emboscada final y Hambre de poder, guionista de Un mundo perfecto y Medianoche en el jardín del bien y del mal, ambas de Clint Eastwood) es hyasta cierto punto involuntaria y se trata de alinear a tres actores actores con registros bien diferentes. No hay sospresas con el trabajo de Washington, siempre solvente y aquí con una interpretación llena de matices para dar cuenta de la devastación del personaje, pero Malek es exactamente lo opuesto, componiendo desde la ampulosidad y el clisé más estándar. Lo que demuestra el buen manejo de actores de Hancock tal vez sea el equilibrio que logró con Leto, que demuestra ser un pivote eficaz entre los protagonistas y que contra todo pronóstico, hace un trabajo medido con un personaje que podría ser en sí mismo un festival del desborde y la sobractuación. El balance final es que Pequeños secretos el de trhiller decente, que con pequeñas variaciones el espectador probablemente haya visto varias veces, pero como dice desde hace décadas una añeja presentadora de la televisión argentina, “el público se renueva”. PEQUEÑOS SECRETOS The Little Things. Estados Unidos, 2021. Dirección y guion: John Lee Hancock. Intérpretes: Denzel Washington, Rami Malek, Jared Leto, Sofia Vassilieva, Natalie Morales, Terry Kinney, Michael Hyatt, Kerry O’Malley, Sheila Houlahan, Joris Jarsky, Dimiter D. Marinov, Jason James Richter. Fotografía: John Schwartzman. Música: Thomas Newman. Distribuidora. Warner Bros. Duración: 127 minutos.
Pequeños secretos es un thriller policial de media tabla. O sea, no llega a deslumbrar, pero tampoco sentís que perdés el tiempo viéndolo. Su mayor problema se encuentra en lo que se denomina como “pacing”, que son los tiempos y transiciones entre una escena y la otra. Esto no fluye del todo bien y por momentos se hace largo. Da la sensación de que hay escenas de relleno para llegar a las importantes. Sin embargo, el trabajo del guionista y director John Lee Hancock es correcto para generar las atmosferas necesarias de intriga e incluso tensión en ciertos momentos. Por ello el film no es malo y hay mucho potencial. Pasa que no termina de explotar tampoco por la historia. Entiendo que no todo puede ser a lo David Fincher, pero la comparación es inevitable. En cuanto al elenco, Denzel Washington está bien, pero a reglamento, interpretando - una vez más- a un policía acechado por sus propios demonios. A Rami Malek le cuesta defender su Oscar en esta oportunidad. Sus gesticulaciones y tono de voz están fuera de lugar. Pero el que se lleva los aplausos es Jared Leto. Siempre genial en todo lo que hace y aquí no es la excepción pese a lo trillado de su personaje. En definitiva, el film da para pasar el rato, pero no hay que pretender mucho más que eso.
Estamos en 1990. El veterano ex-detective Joe Deacon (Denzel Washington) cumple tareas de oficina en el Condado de Kern por un caso del pasado que no pudo resolver y que lo llevó a ese puesto, además de sumirlo en una situación de tristeza y resignación permanente. Deacon es enviado por su Jefe a Los Ángeles a recopilar información para una nueva seguidilla de crímenes que siguen un mismo patrón y que ya se llevó varias jóvenes. Algunas fueron encontradas y otras siguen desaparecidas. Al llegar se topará con Jimmy Baxter (Rami Malek) un joven detective experto en Homicidios que cuenta con gran empuje y osadía, cuasi soberbio. Las circunstancias los llevarán a trabajar en equipo, aunque al principio se miren con desconfianza. Como propuesta es interesante, sobre todo si tenemos en cuenta que el elenco es un lujo. Pero a veces, eso no alcanza, porque lo que define a un film es su guion y cómo ejecuta. Con esto quiero decir que hay mucho potencial desperdiciado. Sparma (Jared Leto) es un técnico de electrodomésticos que se convierte en el principal sospechoso, y aprovecha cada minuto para demostrar su talento, reconocido con una Nominación a los Golden Globes como Mejor Actor de Reparto este año. Lo más interesante de la película son los "pequeños detalles" a los que hace alusión el título. Porque esos detalles dicen mucho, aunque aquí no hayan sido aprovechados del todo. El film de John Lee Hancock se adentra en el trabajo de los detectives desde su fuero más íntimo, cuanto se involucran, el manejo de la culpa, los errores y las obsesiones. Por momentos vi semejanzas con "Seven" (David Fincher) aunque está muy lejos de esa joya, tan bien interpretada por Brad Pitt y Morgan Freeman en 1995. Aquí el elenco también es bueno, pero Malek no está a la altura de la dupla Washington-Leto y el guion tiene demasiados giros que no rematan con la contundencia necesaria. Una lástima. TITULO ORIGINAL: The Little Things ACTORES: Denzel Washington, Jared Leto, Rami Malek. Natalie Morales. GENERO: Thriller . DIRECCION: John Lee Hancock. ORIGEN: Estados Unidos. DURACION: 128 Minutos CALIFICACION: Apta mayores de 13 años con reservas FECHA DE ESTRENO: 08 de Abril de 2021 FORMATOS: 2D.
Tras el éxito de El silencio de los inocentes, los años 90 nos dieron el ascenso de un nuevo monstruo cinematográfico: el asesino serial. La década no se privó de saturarnos de films análogos, aunque solo Pecados capitales reprodujo su impacto. El propio Denzel Washington protagonizó dos: El coleccionista de huesos y Poseídos. Esta nueva película nos devuelve a ese pasado no solo porque trata sobre la persecución de un asesino serial en 1993, sino también porque el guion fue escrito durante ese momento y permaneció tres décadas sin rodarse. La inescrutable razón por la que logró materializarse ahora es quizás el mayor misterio de este film. La historia es abiertamente deudora de los dos clásicos mencionados, con varias escenas calcadas de ellos, incluido su clímax, en el que el detective novato enfrenta al asesino en el desierto. Como los clones de aquella década, éste no aporta variantes e insiste con los tópicos habituales y lóbregos acerca de la imposibilidad de hacer justicia. Denzel Washington ejerce su habitual solvencia para el rol del policía veterano, desencantado y deprimido. Sin embargo, Rami Malek, como el compañero más joven y que aún cree en la eficacia de la ley, resulta tan afectado que parece teletransportado no ya desde otro film sino desde otra galaxia. Se entiende que debe “dar” cool y remoto, pero parece como si fuera un alien de sexualidad fluida que aún no entiende bien cómo se comportan los humanos. La naturalidad de Washington multiplica la anormalidad de su casting. La política de géneros del film es también un regreso a otra era, dado que aquí las mujeres son víctimas, asistentes o esposas, y esto sella el anacronismo generalizado.
Un policial sobre un asesino serial protagonizado por Denzel Washington. El “abstract” narrativo de Pequeños secretos podría ser el mismo de alguna de varias películas encabezadas por el actor en los años ’90, como El coleccionista de huesos. Y es justamente en esa época, con sus monitores de tubo gigantes y teléfonos de línea, que transcurre esta historia acerca de un policía que regresa a sus orígenes para seguir asesinatos muy similares a los de unos años atrás. Con su ambientación lúgubre, un tono sepulcral y un sospechoso al borde de la locura, los ecos de Pecados capitales y El silencio de los inocentes –los referentes más recordados del género– resuenan durante las dos largas horas de la última película del director de El sueño de Walt. Como en el film de David Fincher, los protagonistas son una pareja de policías en edades y etapas de sus carreras opuestas: Deke (Washington), de salida luego de varios años con un ascenso trabado a raíz de su carácter, vuelve a Los Angeles para recolectar unas pistas, mientras que Baxter (un estereotipado Ramy Malek) intenta continuar con su franca escalada en la fuerza. Y, también como en Pecados capitales, el joven dejará de desconfiar de su colega para unir fuerzas en una investigación que los llevan hasta un técnico de heladeras llamado Albert (Jared Leto, siempre intenso y sobreactuado), iniciando así la búsqueda de rastros y huellas para atar los distintos cabos sueltos. Y cabos sueltos hay de sobra. Pequeños secretos es uno de esos policiales hechos de taquito, sin demasiado esfuerzo y con varios lugares comunes orgullosamente transitados. Una película tensa y atrapante, además de la enésima muestra de solvencia absoluta de Washington, a quien a estas alturas de su carrera cuesta no imaginarlo vestido con un uniforme y armado.
Un policial con Denzel Washington, Rami Malek y Jared Leto. ¿Qué puede fallar? La propuesta genera entusiasmo hasta que recordás que Hollywood atraviesa una de las peores crisis creativas de su historia. Un detective experimentado (Washington) y su compañero novato (Malek) investigan el caso de un asesino serial. La idea es trillada pero ya sabemos que está todo inventado y siempre pueden surgir diversas maneras de narrar con creatividad un concepto conocido. No es el caso de Pequeños secretos que sobresale por su infame grado de pereza a la hora de abordar el género noir. Genera indignación que con semejante equipo de actores no hicieran el menor esfuerzo por evadir todos los lugares comunes que tiene la premisa argumental. La película es un robo obsceno de filmes clásicos de los años ´90 que todos conocemos de memoria y vimos infinidades de veces. De hecho, ni siquiera puedo citarlos porque le arruinaría el visionado a quienes tengan ganas de conocer este estreno. Si menciono uno de los títulos van a sacar enseguida el destino final al que llega la historia. Una frustración enorme porque la dupla que forman Washington y Malek es realmente muy buena, el problema es que los reunieron en la producción equivocada. No se puede decir lo mismo de Jared Leto, quien vuelve a caer en una de sus interpretaciones desconcertantes. Sabemos que tiene talento y puede actuar y a veces sobresale con muy buenos trabajos, como los que ofreció como en Réquiem por un sueño o Dallas Buyers Club. Sin embargo, en ocasiones también derrapa con sobreactuaciones, como la que brindó con el Joker en Escuadrón suicida o el marginal que encarna en esta propuesta que se pasa de freak. Un trabajo donde parecería que intentó canalizar los personajes alocados de Nicolas Cage y no funcionó. Leto llama demasiado la atención con sus expresiones exageradas, que encima es parte de un argumento malo. No obstante, más desconcertante todavía resulta la gente que lo elogia por hacer estas cosas. La dirección corrió por cuenta de John Lee Hancock, quien hace poco hizo un film decente para Netflix, como fue The Highwaymen, con Kevin Costner y Woody Harrelson. Lamentablemente el guión que concibió para Pequeño secretos es muy pobre y se siente un refrito de propuestas conocidas del pasado. Hasta cualquier episodio de La Ley y el Orden tiene más profundidad. Pese a todo, es justo mencionar también que hay dos características positivas que merecen ser resaltadas. En primer lugar la labor de Washington, quien se desempeña como un remador olímpico y logra hacer llevadera la película con su interpretación. Si llegás hasta el final sin quedarte dormido es por él y la energía que le pone a su labor dentro de un proyecto donde el argumento no lo ayuda en absoluto. Por otra parte sobresale la fotografía de John Schwartzman, quien le otorgo a la obra una estética pulp y noir muy atractiva, que por momentos remite a los típicos cómics de Greg Rucka. No hay mucho más para destacar. Tiene un primer acto decente con la presentación de los personajes principales y luego cae en el tedio absoluto al no proponer nade interesante con la premisa argumental. Dentro del género en la actualidad se pueden encontrar series de televisión mucho más elaboradas.
GRANDES FALLAS Según indican distintas fuentes, John Lee Hancock escribió la primera versión del guión de Pequeños secretos hace casi treinta años. Es decir, el film recorrió un larguísimo trayecto desde su esbozo inicial hasta su efectiva concreción. Por eso no deja de llamar la atención que el producto final que tenemos en pantalla luce hecho a las apuradas, o por lo menos sin un posicionamiento claro que lleve adelante su argumento bastante enredado. Y es una pena, porque el subgénero de asesinos seriales puede ser sumamente atractivo si es llevado con inteligencia y seguridad, y más aún si tenemos en cuenta lo que podía aportar la presencia de Denzel Washington en el policial. La película, situada en 1990, vuelve a apelar a un molde ya utilizado miles de veces, como es el de la pareja un tanto despareja y obligada a trabajar en conjunto forzados por las circunstancias. Aquí tenemos a Joe Deacon (Washington), quien supo ser un detective de Los Ángeles pero ahora es un ayudante del Sheriff de un pequeño condado. Cuando lo envían a la ciudad para buscar una evidencia, lo que parecía un mandado rápido, termina arrastrándolo a la búsqueda de un asesino serial a partir del momento en que Jim Baxter (Rami Malek) le pide ayuda en el caso. Esa búsqueda se transforma en obsesión para ambos, ya que el principal sospechoso (Jared Leto) prueba ser tan escurridizo como manipulador. Se podría inferir que en el escenario espacio-temporal elegido por Hancok para el film hay una voluntad por dialogar con un conjunto de tradiciones que supieron ser dominantes entre los ochenta y los noventa. Quizás esa ciudad inmensa y ese momento de creciente incertidumbre podían funcionar como filtros para releer los códigos del policial a la luz del presente. El realizador ya había recurrido a similares operaciones narrativas y estéticas en Emboscada final, Un sueño posible, Hambre de poder y El sueño de Walt, todos films enfocados en personajes que persiguen metas de forma casi obsesiva. Pero si esas películas -aún con sus altibajos- aprovechaban hechos reales para encontrar un verosímil consistente, acá hay un relato completamente ficcional que nunca luce creíble. Es que si bien Hancock había mostrado a lo largo de su carrera ser un artesano competente aunque algo lineal en su forma de filmar, acá quiere manifestarse como un autor con una visión bien definida sobre el mundo. Y esa mirada que pretende transmitir es de una oscuridad casi absoluta, con dos protagonistas torturados por el pasado y el presente, y un antagonista que se comporta como un depredador. Sin embargo, esa pretensión se revela como completamente banal, porque Hancock no encuentra un límite para la solemnidad y las remarcaciones: desde la exagerada transformación de Leto (que monta un nuevo show, como casi siempre), hasta las visiones de Deacon de fantasmas de jóvenes asesinadas, pasando por varias frases de supuesta trascendencia. Todo es ceremonioso y forzadamente lento en Pequeños secretos, hasta llegar al aburrimiento. Cuando arribamos a los últimos minutos del film y su vuelta de tuerca -totalmente antojadiza-, nos damos cuenta que toda la trama estaba en función de querer transmitir un discurso y una mirada sobre el mundo. Una marcada por el tono desesperanzador, pero también por la despreocupación por contar un relato con nervio y tensión. De ahí que solo quede algo parecido a un mal y extendido capítulo de True detective. Quizás no estaría mal que Hancock retorne a las historias verídicas.
Warner Bros apuesta por un policial negro con actores estelares y una puesta en escena que de entrada es sumamente interesante. Rami Malek, Denzel Washington y Jared Leto protagonizan esta producción dirigida por John Lee Hancock. Un detective (Rami Malek) recién llegado a la ciudad debe atrapar a un asesino en serie. Para esto acudirá a la ayuda de un policía (Denzel Washington) casi retirado que tiene mucha experiencia en estos crímenes. La película se encasilla en el género policial negro, con ambientes muy oscuros y personajes afectados por su pasado oculto. Tiene un estilo que fue utilizado con frecuencia en los años noventa, en producciones como “Seven” y “El Coleccionista de Huesos” donde incluso Denzel Washington interpreta un papel muy similar al que vemos en “Pequeños Secretos”. El film empieza bien, con este estilo clásico que mencioné, pero luego de la primera mitad se derrumba todo aquello construido. Desde el guion se intenta dar una vuelta de rosca que haga a la historia diferente al resto, pero no funciona, se hace intensa y por momentos no atrae lo que estamos viendo. El resultado de esta mezcla de estilos entre algo clásico y algo innovador hace que el largometraje se quede a medio camino en una nebulosa difícil de reparar. Las actuaciones son lo más destacado de la película. El papel que interpreta Rami Malek es muy correcto, lo mismo para Washington. Todas las luces quedan puestas en Jared Leto que realiza un trabajo espectacular, dándole vida a un personaje misterioso y sumamente perturbador. La música y dirección están correctas, incluso algunas escenas de tensión están muy bien construidas, el principal problema se encuentra en el guion. Es interesante lo que se intentó construir, con una premisa muy atractiva, con una vuelta de rosca que intenta mostrar las consecuencias de ser detective y un elenco extraordinario, pero lamentablemente se queda a medio camino. Por Leandro Gioia
Tres ganadores del Oscar, como Denzel Washington, Rami Malek y Jared Leto encabezan el elenco de Pequeños secretos, el nuevo filme de John Lee Hancock, el realizador que le hizo ganar su premio de la Academia a Sandra Bullock por Un sueño posible. El thriller es un género que resulta atrapante cada vez que una película le da una vuelta de tuerca. Si no se queda en la investigación de un crimen, los buenos por un lado, los malos por otro. Pero puede haber más. Denzel Washington, cuando no busca dramas más profundos, ama los personajes que, de este lado de la Ley -a veces, no tanto- investigan casos difíciles, crímenes irresueltos. Ama atrapar al asesino. Sea en Día de entrenamiento, o postrado en una cama (El coleccionista de huesos), al tipo le calza perfecto el traje del oficial que pone las cosas en su lugar. Y si repasamos la filmografía de Washington, al menos buena parte de la más reciente, vemos que a diferencia de la de su hijo John David (el de El infiltrado del KKKlan, Tenet y Malcolm & Marie), a Denzel le gustan los personajes tortuosos más que torturados. Y Joe “Deke” Deacon es así. Pudo ser un tipo al que ascendieran, pero no. Y ahora, más cerca del retiro, acepta un reto junto al más joven e iracundo -bah, tiene rabietas- Jim Baxter (Rami Malek). Están tras un asesino serial. Un tipo que “mata por placer sexual”, pero que no viola a sus víctimas -todas jóvenes- . Y tendría un modus operandi similar al que Deacon no pudo atrapar hace unos años. "Son los detalles los que importan. Te agarran por los detalles", le da cátedra Deacon a Baxter. Sabrá por qué lo dice. Pequeños secretos tiene una estructura similar a la de tantas películas que hemos visto en las que dos policías muy diferentes se encuentran ante un caso difícil. Pero lo bueno del filme es que pega una vuelta de tuerca justo cuando parecía que se sumaba, nomás, a la lista de thrillers que, sí, están bien, podés verlos y luego, a otra cosa. Transcurre en los ’90, y sin develar demasiado ni spoilear absolutamente nada, recuerda a Zodíaco, de David Fincher, y por momentos a Pecados capitales -y no solo por lo del policía mayor negro y el más novato blanco-, otra del director de la hoy candidata al Oscar Mank. Hay un sospechoso, que sí, es como los sospechosos de siempre. Un hombre algo desalineado, de pelo largo, grasoso y que seguramente si le miramos detenidamente la dentadura al personaje que compone Jared Leto, le veamos rastros de comida. Leto sería el villano perfecto, el que cerraría la investigación. Pero no tienen pruebas para incriminarlo. La película, aparte del giro que decíamos, y que la levanta como una grúa, tiene las actuaciones de los tres nombrados -Malek cansa un poquito con sus ojos saltones a lo Freddie Mercury- y la música del gran Thomas Newman. El compositor de Belleza americana, Buscando a Nemo, Skifall y 1917, que de las 15 veces que fue candidato al Oscar nunca se lo llevó, apoya desde la columna sonora al filme. ¿Que el auto gira y Denzel no mueve el volante? ¿Que de noche hay luna llena, pero ilumina solo una parte de lo que se ve? Son detalles. Pero también, cómo puede predisponer al espectador el cambio de un título, por mínimo que fuere. No es lo mismo Pequeños secretos, como se estrena en Latinoamérica, que Pequeños detalles, como se la conoce en España. No es algo menor, y si ven la película lo comprenderán.
Más que en los secretos grandes o mínimos, la verdad se cuela en los detalles, especialmente si estamos en los 90, sin celulares ni perfeccionados perfiles de ADN y hay que descubrir a un asesino serial. Al talentoso autor y director John Lee Hancock le interesa instalar con destreza climas y lugares, comienzo impactante y escalofriante, y luego internarse en la psicología de dos policías tan opuestos que se parecen: La vieja escuela de investigación, el universitario con mucho futuro. Pero en esos dos hombres con historias tan distintas, está el germen de la obsesión y el correrse de los límites de la ley para internarse en casos que se transforman en una cuestión personal y oscura, el conflicto entre lo que se debe hacer y la justicia por mano propia. Con ese objetivo y en una filmación elegante, de muy lograda ambientación, de mostrar cómo es Los Angeles surcada de autopistas, de casas bajas, de barios arbolados, lejos de la postal turística, se mueven estos intrigantes seres, a cargo de grandes actores. El personaje de Denzel Whashington un hombre con un pasado imborrable, un caso que lo obsesionó, lo llevó a cometer errores que él pagó con un divorcio, un operación de corazón y el desprecio de sus pares. Lo suficiente para llamar la atención del atildado investigador que encarna Raimi Malek en su caso más difícil. Una historia turbadora, que no es fácil, que incomoda al espectador, que se preocupa menos por saber si se hizo realmente lo debido, o de hallar al culpable, que por la evolución de quienes ejercen la ley. Espesa, intrigante, llena de detalles, de poca información y hechos contundentes. El trío de grandes actores se completa con el increíble Jared Leto y una composición donde pone en juego su capacidad de mimetizarse con un ser de hielo, desafiante y provocador.
Jared Leto atormenta a Denzel Washington y al público Pequeños secretos, la última película de Denzel Washington y dirigida por John Lee Hancock, es un fracaso. Lo que podría haber sido una película interesante resulta ser nada más que una deslucida estafa de Se7en. A veces hay destellos de algo más, pero The Little Things está restringida por su discurso de procedimiento policial, un tiempo de ejecución demasiado largo y una trama que nunca se cumple. La película se esfuerza tanto por ser impredecible y misteriosa que se pierde. Comienza con un automóvil siniestro que sigue a una joven que conduce adelante, y esta escena llena de tensión es lo más destacado de la película, pero a partir de ese momento, es mediocre. Por más misteriosa y tensa que resulte al inicio, no excusa la total falta de interés en volver con ese testigo, que aparece pero es olvidado inmediatamente después. Este es un caso y un punto de sus problemas narrativos, es como si Hancock hubiera olvidado que tenía que hacer una película coherente. Pequeños secretos es una completa pérdida de potencial, ya que intenta desesperadamente ser la película de David Fincher. Jared Leto interpreta a la contraparte literal del misterioso personaje de Pecados capitales, interpretado por un actor que no será identificado. El misterio del asesino en serie de la película sigue paso a paso a la película de Fincher y, reflexionando, es muy pobre. Los giros y vueltas no son reveladores, construyendo un final que es obvio y con los ojos en blanco. Intenta mantener el misterio ambiguo y mantener a uno adivinando, pero en sus intentos de ser misterioso, sus tropos de la historia cuelgan como un pulgar dolorido. La historia sigue a Joe Deacon (Washington) y Jim Baxter (Rami Malek), dos funcionarios encargados de hacer cumplir la ley, que unen fuerzas mientras comienzan a buscar a un asesino en serie que ha ido acumulando progresivamente un número de muertos en Los Ángeles. A medida que rastrean al asesino, se hace evidente que Deacon está ocultando algo a medida que profundiza cada vez más en el caso. Embrujado y recordando un caso en el norte, debe enfrentar su pasado para ayudar con los eventos que siguen. El mayor problema es la escritura y la dirección de Hancock, que sin saberlo es formulista. Pierde el control sobre la narrativa que intenta crear, pero no ayuda que el elenco esté trabajando al mínimo de sus habilidades. Washington es bueno, quizás la única parte decente de la película. Sin embargo, no resulta nada más que bueno. Pequeños secretos es solo un paseo por el parque para el actor ganador del Oscar. Los principales problemas de elenco se encuentran en Rami Malek y Jared Leto: Malek no convence, solo pronuncia las líneas escritas de una manera algo sombría y realiza algunas acciones discretas. En última instancia, no impresiona, pero es Leto la gran decepción: interpreta a un “aficionado al crimen” inteligente, sombrío y supuestamente omnisciente, que es obviamente el asesino (¿o no?). El papel del cortador de galletas escrito para él intenta ser inquietante, pero se queda corto como casi ridículamente obvio. Leto y su papel encajan en el estereotipo contemporáneo del asesino en serie del criminal ingenioso y astuto. No es nada nuevo ni atractivo. La película rara vez atrae visualmente, y el director de fotografía John Schwartzman no logra capturar la atmósfera de Los Ángeles de los 90. Básico en esencia, los pocos momentos estéticamente cautivadores ocurren cuando la película replica y reinventa una escena del crimen de Se7en. La dinámica entre los dos protagonistas nunca es tan interesante, uno podría caer en una intriga ocasional con el personaje de Washington, pero ¿juntos? En realidad no. Tan pronto como se presenta Leto, la película pierde repentinamente todo lo que había construido y se convierte vívidamente en un derivado de una película popular en la que Pequeños secretos no tiene nada. Eso es en su detrimento, ya que su enfoque se confunde y se siente como una imitación fallida.
La importancia del detalle. Años 90´, el sheriff Joe “Deke” Deacon (Denzel Washington), quien otrora fuera un investigador leyenda en Los Ángeles, regresa al ruedo para ayudar en un caso sobre un asesino serial de mujeres, cuyo modus operandi es muy similar a de crímenes cometidos en el pasado. Un caso que toca muy de cerca a nuestro sheriff, causante de un triple by pass en su corazón, así como que se refugie (en su profesión) en un pequeño pueblo del condado de California. Abierto a esta nueva investigación, se aliará al joven jefe de policía de Los Ángeles, Jim Baxter (Rami Malek), tan obsesionado como él en sus mejores (y peores) épocas, por atrapar al cruento asesino. Claro que el principal sospechoso de los aberrantes hechos, Albert Sparma, está interpretado por Jared Leto (nadie mejor para hacer de tipo raro). Una historia que comienza como un típico policial, donde surgen muchas pistas y se genera intriga, con una puesta en escena precisa, que gradualmente se irá tornando más y más íntima e intrincada. Nuestro protagonista tiene secretos, y estos salen a luz conforme el asesino no se detiene. Fantasmas del pasado que han desmoronado la vida personal, corporal y psíquica de Joe. Tal espejo, Jim parece estar embarcado en el mismo sino, por lo que Joe hará lo imposible para que esto no suceda. Es que son crímenes muy violentos: mujeres jóvenes destrozadas sin piedad alguna. La impotencia se hace carne y daña. De lo estrictamente racional y policial, pasamos a un thriller existencial, sin nunca perder una acción noir, podríamos decir. Una acción morosa y por momentos solemne, donde todo el tiempo se palpita que algo grande está a punto de suceder. La película narrativamente está bien estructurada, así como bien desarrollados los personajes. Quizá si peca de algo, es de una mirada un poco soslayada en relación a las verdaderas victimas del conflicto, las mujeres. Se centra tanto en emocionalidad y en los pesares de los protagonistas, que queda desdibujada la motivación, aquello que los impulsó a llegar a ese estado (¿o es solo una cuestión narcisista?). Por otra parte, se agradece la vuelta de tuerca final, qué si bien puede parecer un tanto forzada, pone en el tapete ciertas cuestiones morales y hasta qué punto hay verdades absolutas.
John Lee Hancock, director de «The Founder» (2016), «Saving Mr. Banks» (2013) y «The Blind Side» (2009) nos presenta un policial situado en Los Ángeles de los años ’90 que además de presentarse en ese contexto, el mismo guion fue escrito por Hancock al principio de esa década. Esto le juega un poco en contra ya que presenta varias similitudes a otros grandes policiales de la época como «Seven» (1995) o «The Silence of the Lambs» (1991). Esta película de Hancock toma varios elementos de estas y otras películas de asesinos seriales y los implementa en un relato que comienza bien, pero empieza a naufragar del segundo acto para adelante. El largometraje comienza presentando un posible secuestro de una joven que atraviesa el desierto en su auto durante la noche, y otro vehículo parece seguirla bien de cerca hasta que intentan atraparla en una estación de servicio. No vemos bien que pasa en ese momento, en esta especie de introducción de serie policial, y la acción nos traslada al presente donde se informa que un asesino serial ya se cobró su segunda víctima, y el detective Jim Baxter (Rami Malek) se encargará de la investigación. Baxter es un joven talentoso que se está abriendo paso a niveles agigantados dentro de la fuerza y comienza a intentar darle caza a este astuto asesino. El mismo contará con la ayuda de Joe Deacon (Denzel Washington), un sheriff al borde del retiro que tuvo su paso por la policía en el puesto de Baxter y tras un incidente decidió irse a un condado más apartado y oficiar de Sheriff. Esta pareja dispar (la cual sigue emulando de manera directa a los personajes de Brad Pitt y Morgan Freeman en «Seven») colaborará para intentar resolver el caso. El film aglutina una enorme cantidad de lugares comunes que ya vimos en mejores relatos y otros del montón, dentro de los mejores ya mencionamos la película de Fincher y la de «The Silence of The Lambs», pero también recicla elementos de otros thrillers menores como es el caso de «The Bone Collector», protagonizado por el mismo Washington. Si bien el dúo protagónico logra dar actuaciones correctas, e incluso Jared Leto no desentona en la composición de su excéntrico personaje, ciertas conexiones entre ellos se sienten forzadas y poco desarrolladas como para terminar de resultar verosímiles dentro de la diégesis de la historia. El giro del final también resulta poco convincente y algo tirado de los pelos (incluso aquí se pueden ver la mayor cantidad de coincidencias de este film con «Pecados Capitales» con una escena similar a la de la caja ocurriendo también en el desierto) aunque resulta interesante ver el comportamiento de los personajes en dicha situación. «Pequeños Secretos» resulta ser una película regular que se nutre de otros grandes thrillers noventosos y a la cual le juega en contra contar con un guion desarrollado en esa década ya que ciertos elementos se notan como fuera de época o desactualizados respecto a los avances socioculturales que tuvimos en estos 30 años. Una oportunidad fallida teniendo tanto talento delante y detrás de cámara.
Secuelas de la indecencia. Crítica de “Pequeños secretos” El realizador John Lee Hancock desarrolla un filme con un thriller psicológico enigmático, demencial y terrorífico Florencia Fico Hace 20 mins 0 2 La película “Pequeños secretos” promete una obra con toques de policial negro donde los oficiales de la ley ponen a prueba su ética profesional y personal mientras un asesino serial en la piel del actor Jared Leto moverá sus bajos instintos. Por. Florencia Fico. The Little Things (Pequeños secretos) (2021) | Cine Didyme-Dôme El filme estadounidense “Pequeños secretos” trata sobre un sheriff (Denzel Washington) y un detective de homicidios (Rami Malek) tendrán que ser compañeros de investigación para hallar juntos a un curioso asesino serial. La dirección de John Lee Hancock transporta al espectador a un rompecabezas detectivesco, con toques de filme Neo Noir. Retoma la esencia de las películas oscuras y duras sobre dramas policiales. Rami Malek archivos | La Estatuilla El guion de John Lee Hancock narra un filme donde la jerga investigativa hace de marco para el seguimiento de los casos delictivos. El filme está impregnado de la cobertura policial. Donde los principales protagonistas Joe “Deke” Deacon, alguacil adjunto del condado de Kern y el detective Jim Baxter exponen los tras bambalinas, que los operativos de investigación dejan en la psiquis ya sea: traumas no resueltos, paranoia y trastornos obsesivos en los oficiales de la ley. Asimismo, con la presencia de los delitos, se marca cómo es la situación en el ámbito de seguridad estadounidense; si bien la película está ambientada en los años 90′ es tan cercana a la actual; exhibe una frecuente delincuencia ligada a: los agresores sexuales, asesinos en serie y la desaparición de mujeres. Además el encubrimiento de las fallas en las pesquisas, las negligencias detectivescas que terminan siendo escondidas, las fuerzas de seguridad en convivencia con el crimen casi aproximándose en su texto Hancock propone un amplio margen para el policial negro. Pequeños secretos con Denzel Washington, Jared Leto y Rami Malek - TVCinews La fotografía de John Schwartzman emplea capturas aéreas en plena persecución entre detectives y los presuntos asesinos asimismo aprovecha las diversas locaciones en la naturaleza. Captura figura y fondo lo que causa una constante vigilia para el el espectador. La iluminación es fría y juega con las luces – sombras o la penumbra en la que viven los personajes. La posición de la cámara es vertiginosa e inestable como la película. La musicalización de Thomas Newman usa instrumentación a base de cuerdas como pianos en diversas potencias que aumentan la sensación atemorizadora y violines dando mas intensidad a la atmósfera aterradora, a la vez una percusión que intimida al público. También se recolecta los temas hit de la época en los 90′ como Roam de la banda The B-52’s y otros ritmos más provenientes del jazz, disco y melódicos para contextualizar un filme de época. Cines Argentinos | La web de cine más visitada de Argentina Los que se destacan en el reparto son los actores: Denzel Washington como “Deke” quien con su gestualidad y mirada indescifrable provocan intranquilidad en cualquiera, dotando a su personaje de una personalidad intrigante y curiosa. Rami Malek en la piel del detective Baxter brinda un porte elegante, intelectual y sensible; y Jared Leto completa la película con una composición estruendosa como un delincuente sarcástico, impetuoso y excéntrico. Jared Leto busca papeles extraños El filme de John Lee Hancock entrega una película policial zigzagueante, donde el componente psicológico de los protagonistas, enriquecen la experiencia cinematográfica. Una cinta que mantiene el suspenso y suma pizcas de terror para favorecer una trama difícil de entender. Puntaje:65 Dirección Reparto Guion Música Fotografía El filme de John Lee Hancock entrega una película policial zigzagueante, donde el componente psicológico de los protagonistas, enriquecen la experiencia cinematográfica. Una cinta que mantiene el suspenso y suma pizcas de terror para favorecer una trama difícil de entender. User Rating: Be the first one ! FacebookTwitterGoogle+LinkedInCompartir por correo electrónico Florencia Fico Licenciada en Periodismo. Especializada en rubros como: cultura, televisión, científico e investigación. Asistente de Cátedra en Arte y Estética UNDAV. Miembro del Club de Graduados. Redactora en Revista Combativas. “Pinocho”, de Matteo Garrone, con el regreso de Roberto Benigni. Crítica Publicaciones relacionadas ¿Testigo del castigo, activista para la próxima lista o cómplice para la muerte?. Crítica de Que sea ley. 1 octubre, 2019 Netflix 2021: Los primeros estrenos del nuevo año 30 diciembre, 2020 WandaVision llegó a Disney+ 15 enero, 2021 Deja una respuesta Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con * Nombre * Correo electrónico * Web Guardar mi nombre, correo electrónico y web en este navegador para la próxima vez que comente. Mira también Cerrar Entrevistas Gonzalo Calzada: “Hay un apogeo del cine de género de terror en Argentina” 21 marzo, 2018 Reciente Popular Comentarios Secuelas de la indecencia. Crítica de “Pequeños secretos” Hace 20 mins “Pinocho”, de Matteo Garrone, con el regreso de Roberto Benigni. Crítica Hace 15 horas “El refugio” de Sean Durkin. Crítica. 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Reseña emitida al aire
La fenomenal “Pequeños Secretos” nos interpela como espectadores llevándonos a cuestionarnos si existe, en definitiva, una clara línea divisoria entre el bien y el mal. Esta indagación moral sobre la condición humana, que se centra en una investigación policial y en el cauce de las vidas privadas de los oficiales de la ley que llevan a cabo dicha pesquisa, nos arroja una considerable cantidad de preguntas sin respuestas. La hondura psicológica que ofrece la nueva película de John Lee Hancock nos remite a abordajes similares que el género ha realizado con anterioridad, como la imprescindible “Pecados Capitales”. En el presente film, conoceremos el modus operandi de un escurridizo asesino (¿uno o más?), también la incertidumbre que se posa sobre una serie de víctimas desaparecidas y masacradas. Por momentos la duda gravita sobre un asesino aún no identificado que replica a serial killers de antología. En este punto, cabe mencionar que la atención que cada guiño merece sembrará las claves que resuelvan (o no) la incógnita final. En “Pequeños Secretos” ningún plano desestima su valor simbólico ni ninguna línea de diálogo del guion prescinde de información que el espectador deberá codificar, exigiendo al máximo su atención. Pistas se nos revelarán en forma de guantes, maleteros, kilometrajes, llamadas misteriosas, objetos punzantes, latas vacías, botas, cruces, autos misteriosos y un sinfín de elementos íntimos como prueba del crimen. Sabremos también, que no hay acusación posible sin cuerpo de delito ni evidencia que no pueda ser plantada (o bala por accidente disparada luego desaparecida por arte de magia). En los pliegues de la historia se desliza la ambigüedad permanente, sin jamás abandonar su tono crítico hacia el abuso de poder de las fuerzas policiales, en franca directriz a una de las instituciones más cuestionadas de Estados Unidos, reescribiendo la típica historia policial de héroes y villanos enfrentados bajo los más previsibles antagonismos. Si se quiere, también, trama un pormenorizado replanteo argumental sobre las típicas películas buddy-movies: la dupla despareja de policía veterano versus novato que forman los personajes de Washington y Malek dista completamente del canon instituido por años. Las carreras y vidas familiares espejadas hasta la más llamativa coincidencia, entre uno y otro, no hacen más que confirmarnos la riqueza de detalles que pueblan un diseño de caracteres de perfecto acabado y en peligrosa sincronía. Veterano y especie en extinción de Hollywood, la artesanía de un director como John Lee Hancock, responsable de obras como “El Sueño de Walt” y “El Álamo”, remite al corte clásico de un Clint Eastwood y nos prueba la inteligencia de un thriller orquestado como una precisa pieza de relojería. Sobre su figura recae la responsabilidad de que el film jamás defraude. Recurriendo a los diálogos elaborados, aquí ninguna pista se verá librada al azar. Su conclusión no da respuestas tranquilizadoras ni conciliadoras, aspecto que nos habla de un final anti-convencional para lo que suele ofrecer la industria. Epílogo a un laberintico desarrollo argumental que al Hollywood del nuevo milenio parece ya no importarle. El acompañamiento musical no resulta un simbolismo menor. Canciones melódicas de la época conforman la banda sonora y parecen filtrarse con absoluta gracia en ambientes tan claustrofóbicos y macabros; también en tensas persecuciones tomando la carretera o haciendo de nuestro ánimo un puñado de nervios, testigos de los clásicos embotellamientos de tránsito en la siempre bulliciosa y colorida L.A.. Magnífica en sus rubros técnicos, vestuario y escenografía, laboriosos emplazamientos nos legan esta precisa adaptación de época, sobre una historia que el propio Hancock escribiera hace casi treinta años. Conozcan al mito, al hombre y la leyenda. Tan grato resulta ver nuevamente a Denzel (pasaron tres años de ausencia en pantalla luego de “El Justiciero”), arriesgándose a un producto poco convencional. El eterno magnetismo del oscarizado intérprete afroamericano muta bajo la forma de un lenguaje corporal de inusual tono sombrío. ¿Cuánto esconde y deja ver realmente el personaje de Denzel? Lejos de su habitual retrato del policía seguro de sí mismo y en control total de la situación, observamos capas de profundidad bajo la aparente calma: tras su máscara, los fantasmas y el andar cansino de un ser atrapado en su pasado asoman amenzantes, también su conexión paranormal como prueba de su inclaudicable obsesión. La gloriosa escena en la sala de interrogaciones paga la entrada. El peso de cuatro Premios Oscar se hace sentir (dos de Washington, uno de Malek y uno de Leto) rubrica una Masterclass de actuación e improvisación. Otorgando tiempo de lucimiento a sus más jóvenes estrellas, el film confronta la transformación física del siempre inmenso Jared Leto con la intensidad gestual del cada vez más sorprendente Rami Malek. Del primero, nos asombra su perversidad sin límites. Del segundo, empatizaremos con su grado de obsesión y compenetración a fin de desentrañar el misterio. Mientras la incógnita habita reinante en la tierra angelina, la eminente cuestión acerca de la fe y la maldad humana atraviesan tangencialmente el relato. A lo largo de sus dos horas de metraje, “Pequeños Secretos” nos agobiará con su atmósfera inquietante, adentrándose en la psicología de tres seres lúgubres bajo una fórmula probada: nadie es lo que aparenta ni nos conforma la posibilidad de aquel que dice realmente ser. Aún escudriñando el rostro de Leto y su enésimo tic gestual no sabremos, en el fondo, si nos encontramos frente a un fanático del culto de Helter Skelter (observamos un ejemplar guardado en su biblioteca), quien no es más que un psicópata que juega con los nervios de la cúpula policial. En un momento, el personaje del siempre inconmensurable Denzel dice: <<Son los pequeños detalles los que te atrapan>>: podría referirse tanto al criminal atrapado en su coartada como a nosotros espectadores, atrapados en tamaña intriga. Un seductor tour-de-forcé actoral nos provocará un cautivante desasosiego, para este auténtico juego de gato y ratón que posee el infrecuente acierto de no otorgar a su historia ninguna vuelta de tuerca de más, sabiendo que será la audiencia quien deba colocar las piezas del rompecabezas en el lugar indicado. Relato profano que recuerda también a la sordidez en su máxima expresión, presente en relatos cinematográficos previos como “Nightcrawler” y “La Dalia Negra”, la cosmopolita ciudad californiana aquí es dimensionada en su más profunda oscuridad. No hay ángeles en la ciudad de Los Ángeles.
Hay que reconocer que se extrañan los thrillers oscuros y profundos en la pantalla grande. Ultimamente estallan en los sistemas de streaming series de crímenes sin resolver, tramas macabras, policías atribulados y asesinos metódicos. La temática es un género muy transitado por lo episódico pero no abundan los relatos negros como en otras épocas. Y no es que todo tiempo pasado sea mejor, desde ya que no… La llegada entonces de «The little things» proponía una oferta interesante para estos tiempos, especialmente porque el trío de protagónicos ya ha demostrado su valor en numerosas oportunidades. A saber, nada menos que Denzel Washington, Rami Malek y Jared Leto. Tres estrellas que funcionan en estos «Pequeños secretos» como un triángulo que intenta retroalimentarse todo el tiempo, con dispar suerte. Rami Malek y Denzel Washington son dos policías muy distintos... o no? Escrita y dirigida por John Lee Hancock, ésta no es una película para estómagos débiles. Si bien no alcanza los niveles dramáticos de los films que la inspiraron («Seven», «Zodiac», por nombrar algunos), intenta presentar una historia con alguna vuelta de tuerca, disfrazada de fábula moral, sobre un frío asesino que viene descontrolando la ciudad. La historia presenta a Joe Deacon (Washington), un sheriff pueblerino que es enviado a Los Angeles para recolectar evidencias de un caso. A su llegada, entenderá rápidamente que hay un asesino en serie en la ciudad y eso despertará en él, emociones mezcladas. El detective encargado de llevar adelante la investigación será Jim Baxter (Malek), policía de oficio con mucho futuro pero con poca experiencia en situaciones tan complejas. La cuestión es que los crímenes comenzarán a sucederse y este equipo de distintos, deberá aunar criterios para dar con el responsable, antes de que su escalada violenta se vuelva incontrolable. Mas temprano que tarde, Deacon dará con un sospechoso singular, Albert Sparma (Leto) quien como ya podrán suponer, es dueño de un cinismo especial que obligará a los oficiales a poner todo su ingenio para determinar si es… o se hace (el asesino, digo). El problema principal del guión es que Hancock no logra plasmar sus buenas intenciones en diálogos que valgan la pena. Hay un juego que pretende ser cadencioso para la narración pero extrañamente con tamaños actores, las escenas lucen frías a todas luces. Los encuentros de los hombres de la ley con Sparma, no tienen intensidad ni misterio. Malek luce perdido todo el tiempo y sólo el oficio de Washington sostiene el interés por el recorrido. Leto tiene menos minutos y se las ingenia para mostrar una cara feroz y simpática (más o menos dentro de su registro habitual), pero lo más extraño es que en este triángulo no hay tensión. Apenas, algunas notas correctas dentro de una melodía que suena más que discreta. «The little things» es un film que promedia por debajo de lo esperado. Tiene un inicio prometedor, pero a medida que la trama avanza, el ritmo se va desdibujando hasta cerrar de manera poco imaginativa. No siempre, la calidad de los intérpretes garantiza un producto acorde a dicha condición, y quizás esta película sea el ejemplo perfecto para graficarlo.
Dios está en las pequeñas cosas. Un elenco de figuras de renombre no alcanza para mucho si no tienen sobre lo que trabajar. Después de varios años viviendo tranquilamente en un pueblo de las afueras de Los Ángeles, Joe “Deke” Deacon (Denzel Washington) debe volver a la ciudad para cumplir con la formalidad de retirar del laboratorio un elemento de evidencia que necesita para encerrar a un delincuente local. Durante su breve paso por su antiguo lugar de trabajo, donde algunos de sus viejos colegas no parecen muy felices de verlo, tiene un cruce con Jim Baxter (Rami Malek), el joven detective estrella que ocupó su lugar cuando se retiró del cargo. La relación, que comienza como una competencia un tanto áspera, se convierte en una sociedad cuando Deke sospecha que la nueva serie de homicidios investigada por Baxter está relacionada con un antiguo caso suyo que nunca puedo resolver, el cual terminó por causar estragos en su vida personal y profesional. La revelación despierta antiguos fantasmas para Joe. En vez de regresar a su pueblo, decide quedarse investigando informalmente el caso con la esperanza de encontrar algo de paz. Pequeños Secretos poco interesantes Algo empieza a sonar mal cuando notamos que la única razón por la que la historia de Pequeños Secretos está situada a principios de los 90s es porque el guion lleva veinticinco años en el cajón de John Lee Hancock (The Blind Side, Hambre de poder). Es un sentimiento que empeora a medida que avanza la trama, no porque se sienta muy similar en tono y estilo a muchas otras películas del género ya realizadas hace veinte años, sino porque lo hace de forma incluso menos interesante, como si no hubieran existido o no hubiera podido aprender nada de ellas. pequeños secretos crítica pequeños secretos Con el misterio aparentemente resuelto bastante rápido, la simple trama policial de Pequeños Secretos pasa pronto a un segundo plano para darle más lugar a los personajes, especialmente cuando se revela a Albert Sparma (Jared Leto) como el antagonista de la dupla de investigadores, prácticamente al mismo tiempo en que Deke comienza con su investigación. Si tan poco misterio fue intencional o un efecto secundario de contratar a un actor famoso que aparece en todos los materiales promocionales de Pequeños Secretos (The Little Things) es algo difícil de saber desde afuera, aunque se merece el beneficio de la duda y asumir que fue lo primero. El problema con tal decisión es que para sostener el resto de la película los personajes a desarrollar necesitan ser interesantes, con algo para contar sobre sí mismos y el mundo que los rodea, algo que no sucede con ninguno de los tres protagonistas. Con mucho oficio, Denzel Washington interpreta al mismo veterano traumado que tantas veces le funcionó en el pasado, pero Malek encuentra muchas más dificultades para ponerse en la piel del altanero y religioso joven detective que interpreta. La dupla que conforman, como dos versiones del mismo personaje, no es del todo fallida pero nunca desarrolla una química que la haga funcionar de forma atractiva o al menos verosímil, en buena medida porque ambos se quedan en trazos gruesos. El duelo con el antagonista, que claramente debería ser el punto más alto de la trama, tampoco funciona. En parte, porque Leto parece haberse quedado con ganas de seguir interpretando a Joker y ofrece un sociópata caricaturizado, desaprovecha lo potencialmente más interesante de Pequeños Secretos justamente porque el guion no le ofrece un poco más de profundidad al personaje. Se nota que la idea era desarrollar un duelo mental y emocional entre él y los detectives más que llevar adelante la clásica sucesión de acertijos hacia la captura del asesino. Esto podría haber resultado atractivo si, en vez de dejar a cada paso hilos sueltos que nunca retoma, Pequeños Secretos se hubiera preocupado por darle cuerpo al trío protagonista como para que todo tenga sentido. Probablemente es en lo que más tendría que haberse fijado el director si tenía tantas ganas de emular a David Fincher. De esa manera Pequeños Secretos no se quedaría solo en un par de referencias estilísticas y sin acertar a los rasgos que realmente destacan cuando Fincher pone a un psicópata en pantalla.
Joe Deacon es un ex detective caído en desgracia, un caso del condado de Kern lo devuelve a Los Ángeles y lo que debería haber sido una tarea rápida de recopilación de pruebas se convierte en la búsqueda de un asesino serial. Junto con el detective Jim Baxter, Deacon, intentará resolver el caso y las deudas de su pasado. Pequeños Secretos es un thriller escrito y dirigido por John Lee Hancock y cuenta con las actuaciones de Denzel Washington, Jared Leto y Rami Malek, en los roles principales. Lo primero que tenemos que decirles es que estamos ante un film llano, que promete demasiado, pero cumple poco. Estamos ante una mala película, no, estamos ante una que se queda a mitad de camino. Vayamos a las actuaciones, Denzel Washington es un actor que se siente muy cómodo con el papel, es un veterano del género así que tenemos una actuación a la altura del veterano. Rami Malek tiene un personaje importante que logra mantenerlo en la mayoría del metraje, pero falla en momentos cruciales. Jared Leto nos saca el gusto a poco que nos dejó en su interpretación del Joker y nos da un personaje perturbado que sin dudas es el mejor de Pequeños Secretos. La dirección de John Lee Hancock es muy prolija, se ve bien, pero no hay innovación en tanto la estética de policial negro de los últimos tiempos y sigue la estética de los años noventa. Nada nuevo. Si bien las actuaciones son muy buenas y la dirección es prolija, Pequeños Secretos falla mucho en su historia y en la tensión narrativa necesaria, el tercer acto se siente muy insulso y no solo eso, también se excede en duración. En fin, Pequeños Secretos es un thriller llano que sobresale en las actuaciones, principalmente el trabajo de Jared Leto, y que mantiene una estética noventera canónica intentando darle una variación al género. Lamentablemente falla en su resolución y termina sintiéndose pesado.
Joe Deacon (Denzel Washington), un oficial de policía del condado de Kern, debe ir a Los Ángeles para recoger una evidencia. Pero estando allí queda involucrado en la búsqueda de un asesino serial. Jim Baxter (Rami Malek), del departamento del sheriff de Los Ángeles, quien está a cargo de la búsqueda, ve en el veterano Deacon una ayuda para resolver el caso. Ambos policías unirán fuerzas, pero el pasado de Deacon y las contradicciones de Baxter los pondrán en peligro a ambos. La película está escrita y dirigida por John Lee Hancock, responsable de los guiones de Un mundo perfecto (1993) y Medianoche en el jardín del bien y del mal (1997) dos clásicos de Clint Eastwood de aquella década. Como director Hancock es más desparejo, pero aun así su obra tiene interés. Su film anterior, The Highwaymen (2019) estaba muy bien. Aquí se mete en un policial lleno de elementos oscuros y un trío protagónico que muchos asociaron a Pecados capitales (1997) aunque este proyecto es anterior al film de David Fincher. Pero mientras que el clima y los personajes son dignos de atención, el casting tiene serios problemas. Es fácil imaginar la idea de juntar a tres ganadores del Oscar en una sola película. El problema es que sus estilos no son iguales y el guión no necesitaba justamente a algunos de ellos en sus roles. El policía veterano con un pasado traumático interpretado por Denzel Washington está muy bien, pero Rami Malek es un bochorno. No tiene un segundo en el cual el actor de con el personaje. Haber interpretado a Freddie Mercury en una película lo llenó de premios, pero también de tics intolerables. No parece el policía que interpreta, es un marciano en esta película. Y el villano, el sospechoso, el que tal vez sea el asesino cayó en manos de Jaret Leto. Su ambición no descansa, siempre encuentra la manera de estar peor. Se puso panza, se maquilló para estar distinto y hasta inventó una forma de caminar. Al verlo recuerdo a Alfred Hitchcock odiando a Charles Laughton por estas mismas cosas. Pero claro, Laughton era, a pesar de su exceso, un excelente actor. Jared Leto y Rami Malek juntos son un catálogo de lo que una película como esta no necesita. Justo ahora que Denzel Washington ha madurado y sabe como encontrar cada personaje sin fisuras, se cruza con estos dos. La más perjudicada es la película, porque es imposible entrar en la trama. Sin estos dos shows, la película podría haber funcionado un poco mejor. Pero esa película no existe, así que nunca lo sabremos. Algunas buenas escenas y pequeños detalles, valga el juego de palabras con el título original, le dan algo de dignidad al resultado completo.
Quiere vendernos a sus personajes con una seriedad profunda que es de manual, y se hace tan pretenciosa que falla en cada detalle. Jared Leto sigue en su pose excéntrica, pero por lo menos es el único motivado. Encima queda en falta por plagio.
"Los pequeños detalles, entre la transgresión y lo ineficaz" Por Denise Pieniazek Pequeños Secretos (The Little Things, 2021) es una película perteneciente al género policial, escrita y dirigida por John Lee Hancock, quien ya había incursionado en la temática criminal como guionista de Un mundo perfecto (A perfect world,1993) y Medianoche en el jardín del bien y del mal (Midnight in the garden of Goof and Evil,1997). También Hancock lo había hecho como director de la bien lograda The Highwaymen (2019), la cual reconstruía originalmente desde la óptica policial, el caso de los célebres criminales Bonnie and Clyde. En esta ocasión, en Pequeños Secretos la investigación policial se centra en un asesino serial de mujeres, lo que actualmente se llamaría un femicida. La película funciona a través de un triángulo en el sistema de personajes compuesto por un experimentado alguacil que está de paso -interpretado por el siempre sobresaliente y convincente Denzel Washington-, un detective en asenso y el favorito de la institución policial de turno (Rami Malek) y el presunto criminal (Jared Leto). El modo en que el asesino serial opera al colocar a sus víctimas como una gran puesta en escena y la investigación a cargo de un contrastado dueto policial, que difiere en edades, métodos de trabajo, clase social y etnia cultural, remite automáticamente a dos películas del género que se han destacado en la década del ´90, justamente en la misma época en que se ambienta el largometraje en cuestión, nos referimos a Siete pecados capitales (Seven, 1995) y El coleccionista de huesos (The Bone Collector, 1999), esta última también protagonizada por Denzel Washington. En las tres películas los duetos policiales son compuestos por blancos y negros, y por el contraste entre policías experimentados y jóvenes novatos. Pero la diferencia respecto con Pequeños Secretos es que una vez avanzado el relato de este thriller policial, comenzará a operar la figura del espejo entre el personaje de Joe Deacon (Washington) y Jim Baxter (Malek). En ese contraste entre la “vieja escuela” y la “nueva escuela” conforme avance la investigación se darán cuenta que tienen más en común de lo que creen, porque aquello que no es resuelto en el pasado tiene consecuencias en el futuro. En dicho sentido está muy bien dosificada la información que va obteniendo el espectador respecto del pasado del oficial Deacon y lo que se esconde detrás de esa sensibilidad que muestra, a diferencia de los otros policías, cada vez que aparece una nueva víctima. La película posee algunos problemas en el desenlace y en cuanto a la poca eficacia interpretativa de dos de sus protagonistas. Respecto a Rami Malek, quien, si bien nos había deslumbrado antes con su interpretación de Freddie Mercury, aquí sus gestos son sobreactuados y su trabajo resulta poco verosímil. Asimismo, Jared Leto privilegia la transformación física mediante la prótesis de maquillaje y el tono corporal por sobre la acción interna del personaje, lo cual también perjudica al guión a la hora de convencer al espectador en su totalidad, incluso resulta incrédulo que obtuviera una nominación a los premios Golden Globes. Sin embargo, a pesar de estos elementos negativos como resultante el filme es turbio, intrigante y entretenido, como en aquellos policiales en que el espectador sigue de cerca en complicidad con los detectives y va armando teorías mientras contempla. Finalmente, lo más destacable de Pequeños Secretos, que quizás es a su vez el problema que produce la falta de satisfacción total en el desenlace, es que realiza dos transgresiones al género policial tradicional. Por un lado, mediante una fuerte crítica a la institución de seguridad representando hombres de la fuerza que flagelan, que son vulnerables y se corrompen. En dicha película se construyen policías “rotos” por un sistema, como sucedía en En la cuerda floja (Tightrope, 1984) protagonizada por Clint Eastwood, salvando las distancias. En Pequeños Secretos hasta el más correcto de los policías puede desmoronarse mediante la impotencia simbólica que genera el mundo criminal. En adición, la fuerte crítica del filme también expresa como la institución policial no cambia, no se preocupa por la estabilidad emocional de sus agentes. Simplemente cuando no son funcionales a ese sistema se los aparta, porque se olvida que ante todo los policías son humanos. Por último, el giro inesperado del desenlace cuyo riesgo se agradece por otro lado termina dejando satisfecho al espectador porque no da respuesta a lo esbozado anteriormente. Aquella premisa que se repite durante el filme y que da título al mismo (en su idioma original) pronunciada por el personaje de Deacon (Washington): “…The Little things make you caught” (“Las pequeñas cosas son las que te delatan/hacen que te atrapen”), desafortunadamente queda desdibujada.
Casos de un pasado noventoso John Lee Hancock, reconocido por películas como El Novato (2002), The Blind Side: Un sueño posible (2009), El sueño de Walt (2013) y Hambre de Poder (2016), regresa detrás de la silla de dirección y como guionista con un enigmático thriller protagonizado por tres grandes actores: Denzel Washington, Rami Malek y Jared Leto, los tres ganadores de al menos un premio Oscar. La historia se centra en la investigación y búsqueda de un implacable asesino serial que azota a la ciudad de Los Ángeles, en una historia que nos recuerda a otras grandes películas del género, como El silencio de los inocentes (1991) y Pecados Capitales (1995), sin estar nunca a la altura de ninguna de las dos. En el caso, un veterano sheriff (interpretado por Washington) y un prometedor detective novato (Malek) deberán colaborador juntos para intentar detener al astuto criminal. El primero, demuestra una vez más su experiencia y solvencia en un personaje perseguido por oscuros traumas del pasado que volverán para entrelazarse con los problemas del presente. Por otro lado, el intérprete de Mr. Robot y Bohemian Rhapsody aborda su personaje de una manera particular, sin terminar de brillar en ningún momento. En el trío de protagonistas, es Jared Leto quien logra destacar con una interpretación que lo ha llevado a cambiar su voz, su aspecto físico y hasta sus gestos; se roba la escena cada vez que aparece -y de hecho fue reconocido con una nominación a los Globos de Oro-. Su escena cara a cara con Washington es sin dudas de los puntos más altos del film. A pesar de una pulcra puesta en escena y una cuidada reconstrucción de época, además de una detallada descripción de personajes, la propuesta no termina de superar su impacto inicial y pierde fuerza al tratar de ser más de una historia en una. Una película atrapante, pero que no sabe con certeza a qué puerto quiere llegar. Puntaje: 6/10 Por Federico Perez Vecchio
Crítica publicada en Youtube
Policial negro, policial clásico, de detectives, de asesino serial, con la siempre magnética presencia de Denzel Washginton, que algo de experiencia tiene en este rubro, para más atractivo. El director y guionista John Lee Hancock (The Blind Side, Saving MrBanks) desempolva este proyecto concebido hace décadas. Su protagonista es Deacon, un veterano retirado que vive en medio del campo. Un nombre legendario entre la fuerza, vuelto a la pecaminosa Los Ángeles por lo que parece un trámite burocrático. Claro que allí se encontrará con el pleno policial frustrado por la falta de resultados a la investigación en curso, la de un asesino serial de mujeres. El que lleva la batuta es el agente Baxter (el extraño Rami Malek, después de Freddy Mercury y el Oscar). Que es un buen poli pero no tanto como Deacon, así que le pide ayuda. Pequeños secretos (The little things en el original: Deacon insiste en que la verdad está en los pequeños detalles, las cosas chiquitas) se ve como policial casi reglamentario y chapado a la antigua. Sus algo más de dos horas de duración se hacen largas: hay una dedicación a los personajes que cuesta justificar, sobre todo en el caso del manierista Malek. Así como cierta morosidad en secuencias de crimen que más cercanas, a estas alturas, al cliché del género que a la búsqueda de algo original. Mientras el tiempo pasa y el asesino sigue suelto. Esto no es Zodiac ni Seven y el villano posible, Jared Leto, no es Kevin Spacey, el innombrable. Quizá contar una buena historia policial implica algo más que pasar de visita por sus tópicos. Denzel no puede con todo.
Estrellada por las luces de su marquesina Tres ganadores del Oscar juntos: Denzel Washington, Rami Malek y Jared Leto. Cuando aparecen películas con un cast de calidad y trayectoria aprobadas en Hollywood, todos los cinéfilos del mundo comienzan a poner dicho título en sus listas para que su estreno no se les pase por alto. La expectativa empieza a incrementarse cuando también se tienen en cuenta a quienes están detrás de las cámaras (Director, guionistas, los directores de fotografía y el compositor de la banda de sonido), y ese es el panorama con el que venía Pequeños Secretos, la nueva película de John Lee Hancock que nos lleva a los años 90 en Los Ángeles y nos sitúa en un panorama de desapariciones y femicidios múltiples para los que la policía local no encuentra salida. El Detective encargado de resolver estos casos es el incipiente oficial Jim Baxter (Rami Malek) que terminará solicitando la ayuda de Joe Deacon (Denzel Washington), un viejo detective que ahora ocupa un rango menor en un pueblo aledaño a la ciudad y que supo lidiar con un caso similar en su juventud. Juntos intentarán descifrar las pistas que dejan los cadáveres y al mismo tiempo lidiar con las secuelas que este caso, como aquel, supieron dejar en nuestros protagonistas. Por la propuesta establecida en un primer momento, nada de lo que nos pudiese ofrecer la trama sería algo que no hubiésemos visto antes en películas cómo, por ejemplo, las de David Fincher, pero sí con una gran calidad asegurada. Bueno, lamentablemente para todos y todas, las expectativas no sólo no son superadas sino que tampoco podrían ser alcanzadas cómo para definir esta película como mediocre, sino que peor. A lo largo de las dos horas de duración del film, las emociones son permanentemente opacadas con decisiones irrisorias de guion y empeoradas aún más (si, es posible) por algunas de las actuaciones de los protagonistas. Y eso al ser una constante y no una excepción le juega totalmente en contra al clima en el que la película quiere que entremos. Casi como un autoboicot. Joe “Deke” Deacon (Denzel Washington) interrogando a Albert Sparma (Jared Leto) La historia termina careciendo de importancia en su resolución ya que en el medio de la propuesta y sin ningún tipo de razón o sentido, nuestros protagonistas comienzan a actuar de maneras injustificables por el poco background que tenemos de ellos (incluso teniéndolo sería injustificable). Ahora bien, todo esto hablado desde su ejecución pero ¿está mal querer jugar a ser una cosa y terminar siendo otra? No, para nada. Pero las bases tienen que estar lo suficientemente bien establecidas como para que en el punto medio del relato todo logre tener un sustento comprobable para que el espectador tenga los conocimientos necesarios para que todo cierre. La parte estética es correcta, entre la fotografía y la música (que alterna buenas y malas), ya que el ambiente que quieren establecer es el correcto y su montaje y edición ayudan a pasar el suplicio que se cuenta. Claramente aquí el problema es de guion y una vez que eso falla es muy difícil cambiarlo. Claro que si al menos hubiesen actuaciones convincentes otro sería el cantar pero éstas tampoco están a la altura. Un Denzel Washington en piloto automático, actuando de lo que le gusta (o que al menos tanto tiempo hizo), Rami Malek haciendo un papel que no le sienta bien para nada y la participación de Jared Leto como el “villano” que, si bien deja todo en su rol, no está pulido lo suficiente y lejos de pensar “ bueno, quiero seguir viendo más de este personaje” lo único que el espectador puede hacer es preguntarse la razón por la cual su construcción es tan estereotipada e insulsa. ¿Qué es Pequeños Secretos? Una película fallida, inundada de clichés del género y una ambigüedad que no funciona para la duda existencial interna del espectador sino la duda superficial de no saber qué es lo que termina ocurriendo. Es posible que se consuma masivamente y en plan de disfrute y relajo, pero su recuerdo será fugaz cómo las estrellas que contrataron en lugar de mejores guionistas.