Con Al Filo del Mañana (Edge of Tomorrow) Tom Cruise demuestra, una vez, que sabe como divertir a su audiencia. En un futuro cercano una peligrosa raza extraterrestre tomó a la tierra por asalto y al parecer ninguno de nuestros ejércitos puede hacerle frente. El Mayor William Cage (Tom Cruise)es un oficial que no ha visto ni siquiera un día de combate en toda su carrera militar y de repente es enviado a una misión casi suicida. Muerto en cuestión de minutos, Cage inexplicablemente se despierta una día antes de la batalla y deberá revivir este sangriento y violento momento muriendo y repitiéndolo una y otra vez. Pero con cada repetición las habilidades de combate de Cage inevitablemente comienzan a mejorar, y con la ayuda de Rita Vrataski (Emily Blunt), una guerrera de las Fuerzas Especiales, se convertirán en la única esperanza de la humanidad para derrotar al enemigo y dar por finalizada una guerra que tiene a la raza humano al borde de la extinción. Tom just wanna have fun ¿Que obtenemos si mezclamos las tramas de Invasión (Starship Troopers) y El Día de la Marmota (Groundhog Day)? ¡La respuesta es una de las películas mas entretenidas del año! Al Filo del Mañana está basada en la novela ligera japonesa All You Need is Kill, escrita por Hiroshi Sakurazaka y dibujada por Yoshitoshi ABe. Aquí Tom Cruise se pone en la piel de Cage, un soldado que está destinado a morir una y otra vez con tal de dirigir un ataque definitivo y ponerle punto final a una invasión extraterrestre. Es cierto que la historia puede no parecer de lo mas original, pero gracias a guión solido escrito por Jez Butterworth, John-Henry Butterworth y Christopher McQuarrie (ganador del Oscar por Los Sospechosos de Siempre, director de Jack Reacher) y una brillante ejecución por parte de su director Doug Liman, el film termina siendo puro entretenimiento pochoclero. Lo mejor que podemos decir sobre Al Filo del Mañana es que es una película honesta. Una película que nunca intenta ser algo que no es. Si quieren una critica socio-política o una metáfora anti-bélica, están buscando en el lugar equivocado. Tom Cruise solo quiere divertirse y nos invita a presenciar el espectáculo. En lo personal me hubiera gustado que aprovechen la oportunidad para decir algo mas, que no se conforme solo con ser un entretenimiento vacío. ¿Pero para que arreglar lo que nunca estuvo roto? Al Filo del Mañana sabe exactamente lo que quiere hacer y como lograrlo. Aquí Tom Cruise hace , básicamente, de Tom Cruise (es hora de reconocer que es un actor un tanto limitado que supo interpretar muy buenos papeles). Lo cierto es que Tom encara la película en piloto automático con todas sus muecas y mañas conocidas. Corre por todos lados, pierde el control, grita, hace chistes. O les gusta o no les gusta. Tómenlo o déjenlo. Emily Blunt es la heroína del relato, Rita Vrataski. Sin dudas es un interesante cambio de aire para Blunt, si bien el guión nunca la exige más de la cuenta la actriz encara con convicción un personaje duro y, al mismo tiempo, vulnerable. Nota aparte para el gran Bill Paxton, quien tiene una pequeña pero muy divertida participación repitiendo su escena una y otra vez a lo largo de toda la película. Como podíamos esperar, Al Filo del Mañana es un deleite visual. Los grandes efectos especiales están a la orden del día y no son nada menos que espectaculares, sobre todo en la escena el desembarco en la playa que hace eco al Día D y la Invasión de Normandía. La película también aprovecha sabiamente el formato 3D, creando una interesante profundidad de campo y nunca abusando del odioso recurso de arrojar cosas hacia la audiencia. Conclusión Comprate un balde de pochoclos, sentate en tu butaca y abrochate el cinturón, porque cuando Al Filo del Mañana arranca, nunca para! Aunque podríamos acusarla de entretenimiento vació, lo nuevo de Tom Cruise tiene muy en claro lo que quiere ser y se divierte con eso. Grandes efectos especiales y una buena cuota de humor ayudan a complementar una historia interesante y bien ejecutada por Doug Liman. Sin lugar a dudas es una de las películas mas entretenidas que podrán encontrar en los cines este año y es de visión casi obligada para los fanáticos de la acción y ciencia ficción.
Ciencia ficción obediente. All You Need is Kill es una novela de Hiroshi Sakurazaka de corte militar, que tuvo una primera transposición al manga y ahora al cine bajo el título de Al Filo del Mañana. Ya desde este título hay un descenso en los decibeles porque lo nuevo de Doug Liman (Go, probablemente su mejor película) focaliza en el relato antes que en las formas bien salvajes, y en la ciencia ficción antes que en la acción. Aún así, hay que darle crédito por la secuencia- homenaje al desembarco de Normandía, que se repite una y otra vez en el film. Si de relato e historia hablamos, hay que decir que Tom Cruise interpreta a Cage, un oficial de alto rango degradado a soldado que es depositado inmediatamente en una base militar en el medio de una guerra en Europa entre un ejército de coalición y los extraterrestres de turno. En la acción anticipada está la clave del film porque el soldado en cuestión vive un mismo día una y otra vez: a diferencia del querido Phil de Hechizo de Tiempo, para que eso suceda debe morir como única alternativa para reiniciar los hechos desde el momento en el que recae en la base militar. Cage pasa -luego de varios reinicios- de cobarde a un experto en armas, con la ayuda de una estrella mediática y patriótica, la sargento Rita Vrataski (la británica Emily Blunt). La unión de ambos personajes será inevitable, cada uno aprenderá del otro: ella de las visiones de Cage y él de las habilidades y destrezas en combate de ella. Si Al Filo del Mañana logra sortear algunos lugares comunes e insulsos de la ciencia ficción más hermética es por el humor casi quirúrgico del que se nutre la historia, porque ese don/ maldición del soldado Cage también funciona para liberar presiones y quitarle el halo de terrible seriedad con la que se suele empastar a las producciones de este género en los últimos tiempos, sin ir más lejos está el caso de Oblivion, del año pasado (también protagonizada por Cruise). Pero de humor no sólo se alimenta una historia y en esa zanja de la comodidad cae el film que sigue recto sin atreverse siquiera a descarrilarse mínimamente por lo oscuro ni por el lado de la clase B, al menos en espíritu. Incluso el humor, que aparecía como el único rasgo rebelde, se disipa a medida que la resolución de la historia apremia en el metraje. El oficio de Cruise, la presencia cada vez más aceptada en el cine de acción de Emily Blunt y la ausencia de solemnidad (en una historia que toca esa puerta más de una vez), encausan con saco y corbata otro producto de ciencia ficción, que si bien llena el casillero del entretenimiento, nos deja la reflexión de que algo como Titanes del Pacífico (estrenado el año pasado) se trata simplemente de una irreverencia entre decenas de ejemplos sumisos.
Al filo del mañana es la adaptación hollywoodense de la novela ilustrada All You Need is Kill, de Hiroshi Zakurazaka, que previamente se trabajó en un manga japonés. Una historia que estuvo claramente inspirada por la película Hechizo del tiempo (Bill Murray), algo que también se hace evidente en esta versión cinematográfica. El concepto del personaje que vive una y otra vez el mismo día hasta que comprende que debe resolver alguna situación en este caso fue desarrollado dentro de un marco de ciencia ficción, a través de un conflicto relacionado con invasiones extraterrestres. La película representa un gran regreso del director Doug Liman, quien ofrece el mejor trabajo de su filmografía desde Identidad desconocida, la primera entrega de la saga de Jason Bourne. En esta ocasión apostó a una producción más ambiciosa en términos visuales que sobresale en la realización de las escenas de acción. La primera secuencia con la que sorprende la trama, donde se presenta una especie de Batalla de Normandía futurista, es imponente y Liman hizo un gran trabajo al recrear el caos de una situación de combate, desde la óptica del protagonista que no está familiarizado en un principio con la violencia. Un condimento interesante de la historia es que Tom Cruise no interpreta al clásico héroe perfecto que suele encarnar en sus filmes, sino que con el transcurso del conflicto su personaje se adapta de a poco a la guerra que enfrenta la humanidad con unos bichos alienígenas. William Cage no es un soldado sino un publicista que trabaja para el ejército norteamericano y se ve obligado a lidiar con la violencia del campo de batalla sin ningún tipo de entrenamiento y experiencia en combate. El film, si bien parece una fusión de Starship Troopers (Paul Verhoeven) con Hechizo del tiempo, brinda una atractiva producción de ciencia ficción donde el director Liman hizo un gran trabajo con el suspenso del conflicto. Cada vez que la trama corre el riesgo de volverse redundante surge una nueva situación que complica a los protagonistas y de esa manera el argumento logra ser interesante hasta su conclusión. En esta cuestión también jugó un papel clave la excelente edición de James Herbert, frecuente colaborador del cineasta Guy Ritchie. La verdad que Tom Cruise está muy bien en esta película y hace una buena pareja con Emily Blunt, una actriz que no suele aparecer con frecuencia en este tipo de filmes. Salvo que directamente no te enganches con el género, no hay motivos para no disfrutar de Al filo del mañana que está muy bien hecha y ofrece un entretenimiento decente.
Hechizo del tiempo Hay muchas películas basadas en videojuegos y otras tantas que apuestan por una apropiación estética de esos mundos construidos con ceros y unos. Pero Al filo del mañana es quizás la primera que aprehende el zeitgeist gamer, apropiándose de todas y cada una de las particularidades de los 3D Shooters (desde Return to Castle Wolfenstein hasta el Medal of Honor, pasando por el Call of Duty y Doom) para hacer de las posibilidades del reseteo una norma narrativa. Dirigido por el irregular Doug Liman (Viviendo sin límites, Identidad desconocida, Sr. y Sra Smith, Poder que mata) y con guión de Jez Butterworth, John-Henry Butterworth y Crhistopher McQuarrie (este último autor del texto de Los sospechosos de siempre y realizador de Jack Reacher), el film comienza con una serie de imágenes de noticieros situando la coyuntura del relato: el mundo fue invadido por una raza de alienígenas y los humanos se defienden como pueden, perdiendo a cientos de miles de combatientes y gran cantidad de terreno a diario. En ese contexto, William Cage promueve la inscripción de nuevos voluntarios para la lucha, más allá de que en su vida pisó un campo de batalla. Poco importa: el tipo es Tom Cruise haciendo de Tom Cruise. Degradado después de un incidente con un superior, y sin saber muy bien cómo ni cuándo, Cage termina como soldado raso en el batallón que encabezará la ofensiva en terreno francés. El resultado es, claro está, su muerte. Pero no habrá túnel ni luz blanca, sino un nuevo despertar….en el día anterior. ¿Alguien dijo Hechizo del tiempo/El día de la marmota? Hay algo del clásico de Harold Ramis con Bill Murray en las eficientes dosis de humor, apoyadas en gran parte por la autoconciencia del montaje elegido por Liman y, por sobre todo, en la aproximación del protagonista a su flamante condición. Así, Cage dejará de lado el temor y el desconcierto inicial para sacarle el jugo al encierro temporal, convirtiendo a Al filo del mañana en lo más parecido a un videojuego que haya dado el cine, con el protagonista perdiendo y reiniciando su misión bélica una y otra vez, siempre buscando nuevas alternativas y valiéndose de los conocimientos previamente adquiridos. “Buscame cuando revivas”, le dice Rita (Emily Blunt, gran heroína de acción desde Looper: Asesinos del futuro), entreviendo las causas de la eficiencia de Cage en el campo de batalla. La irrupción de esa mujer-soldado, emblema de la resistencia, terminará darle forma a una premisa que aquí no conviene adelantar. Lo cierto es que, a partir de ahí, la dupla -ya con Cruise sin esa sonrisita de publicidad de dentífrico- encontrará una finalidad concreta a la reiteración temporal. Es cierto que una vez develados los mecanismos del fenómeno el film pierde aquella dosis de interés generada por el factor sorpresa, pero Al filo del mañana jamás deja de lado una creencia casi religiosa en la potencia de su historia, convirtiéndose en uno de los pocos tanques que articula con armonía las posibilidades técnicas de una superproducción con un desarrollo narrativo cuidado. Segura de lo que cuenta, arrolladora en su ritmo, coherente al evitar arbitrariedades y caprichos, consciente de sus aspiraciones masivas sin ser demagógica ni simplista y con una metralla de efectos especiales concebidos en función al desarrollo y no al revés, Al filo del mañana es, junto a Robocop, uno de los mejores exponentes del cine mainstream del año.
Game Over Los cobardes mueren varias veces, dijo Shakespeare, pero nunca tan literalmente como en Al filo del mañana (Edge of Tomorrow, 2014), en la que un cobarde debe revivir su primer y último día de combate cada vez que muere en el campo de batalla. Imaginen Hechizo del tiempo (Groundhog Day, 1993) como una película de acción y ciencia ficción, reemplacen al inestimable Bill Murray con Tom Cruise y se harán a la idea. El resultado es tan divertido como suena. Basada en la novela ilustrada japonesa “Todo lo que necesitas es matar”, la película se desarrolla a fines de una guerra entre humanos y alienígenas, específicamente durante el brutal desembarco tipo Día D en las costas de Alemania que decidirá el resultado de la guerra. El desertor Bill Cage (Cruise) es apresado y enviado al frente de batalla, donde muere en cuestión de minutos, pero no sin antes embeberse en sangre alienígena y adoptar su excepcional sistema inmunológico: retroceder el tiempo un día cada vez que muere. Por supuesto nadie le cree cuando al reiniciar día intenta advertir a sus comandantes de la emboscada, ni cuando avisa que su helicóptero se estrellará en momentos, ni cuando intenta desesperadamente salvar a sus compañeros de una muerte peor que la otra. Su única aliada es Rita “Full Metal Bitch” Vrataski (Emily Blunt), una veterana de la guerra que solía tener los poderes accidentales de Bill y consecuentemente es fácil de convencer y enlistar su ayuda al comienzo de cada nueva iteración del día. La invasión, los extraterrestres, los armazones de combate a lo Aliens, el regreso (1986), la presencia de Bill Paxton (siempre un gusto verlo) como el arquetípico sargento sureño y básicamente todos los elementos que componen Al filo del mañana son trilladísimos. La poesía, si quieren buscarla, yace en la subversión del mito de Sísifo condenado a rodar su roca cuesta arriba por la eternidad: el hombre moderno está bendecido por la memoria y la habilidad de aprender de sus errores, y por ello no está sujeto a otra voluntad que la suya. El concepto del “día que se repite indefinidamente” es una bonita fantasía, aún en medio de una guerra. Rinde al protagonista inmortal y tiñe a sus aventuras con un aire lúdico reminiscente a un videojuego. Si Cage comete un error, toma el camino equivocado, envía a su compañera al muere o se acaba el plazo de tiempo dentro del cual puede resetear el día sano y salvo, no tiene más que dejarse morir y reiniciar la partida. Las escenas de acción son excelentes y para variar hay una buena explicación para su impecable coreografía: Cage ha estado ensayando. La película luce un tenue humor negro: tenemos la comedia de la carrera de obstáculos imposible, el pequeño error de cálculos que desbarata la estrategia perfecta, y el personaje de Rita, que es tan perfeccionista que ante el menor inconveniente prefiere pegarle un tiro a su compañero y empezar de cero. Uno se pregunta cómo pueden llegar a lograr nada cuando el tiempo constantemente deshace sus acciones, y la respuesta es que no importan tanto como lo que aprenden de ellas. Su misión es terminar de conocer al enemigo y aprender cómo detenerlo por completo en un período no mayor a un día. Por otro lado tenemos el enojo de Cage al dedicar su existencia a ganar una batalla imposible, y su frustración al intentar entablar una relación con la persona que le ha acompañado en tantas aventuras y conoce a fondo, pero con quien no comparte ni un solo recuerdo. Por supuesto surge la posibilidad de manipularla con la información que él va juntando, y hay una buena escena en la que Cage le miente tanto a ella como al público para disfrutar de un pequeño resquicio en medio de tantas derrotas. Al filo del mañana no trae ideas nuevas, pero sabe elegirlas y desarrollarlas en direcciones atractivas y entretenidas, aunque sea superficialmente. La acción es intensa y posee una claridad y nitidez loables en la era de la cámara en mano y la mala iluminación que dominan películas semejantes. El guión, una de esas obras de ingeniería narrativa estilo Christopher Nolan, construye una historia con inteligencia sin caer en la repetición ni dar un paso en falso. Quizás el único tropiezo sea un final tramposo: otro emblema de Nolan. Por lo demás, Al filo del mañana merece cada grano de pochoclo ingerido en su nombre.
Hace ya un tiempo que se leen artículos castigando al nuevo cine diciendo que se enfoca tan poco en el contenido, que más que ser narrativo se vuelve al arte de feria. Soy una defensora no de los efectos, pero de entender que están aquí para quedarse. Simplemente no quiero terminar mirando un montón de pantallas verdes o azules porque el contenido es nulo. Hay veces que funciona: Gravedad no tenía el argumento más complejo, pero lograba construir un ambiente, un cine de “clima” si se quiere, que hacía que los efectos fueran funcionales a la historia y no un conjunto de estímulos. Pero esto no tiene nada de gravedad, excepto que a los primeros 20 minutos cae y es imposible remontarla. Basada en una historia trillada sin ni una vuelta de tuerca nos encontramos con Cage, un soberbio mayor del ejército que lo único que hace es juntar voluntarios para la guerra contra los extraterrestres pero que jamás piensa en ver esta cuestión realmente cara a cara hasta que un general decide enviarlo. En el trayecto se encuentra con la muerte en forma de unos aliens robóticos arácnidos pero que en realidad son organismos, que cuando los mata se mete dentro de su sistema ¿Cómo? Controlando el tiempo. De esta manera Cage (Cruise) tiene que encontrar la forma de detenerlos, entonces vuelve a vivir una y otra vez la misma batalla (sin tener la genialidad del Día de la Marmota), con una lógica de videojuegos en la que él aprende de sí mismo (sin ser Corre Lola Corre), en entornos generados por software y estudio, sin una pisca de gracia de locaciones (o sea, aniquilando el buen cine), simulando un nuevo Desembarco de Normandía, pero esta vez los nazis son xenoformes. Las actuaciones realmente dejan mucho que desear. Siendo que todos tienen que actuar y responder exactamente lo mismo, el único que aparentemente cambia de actitud es Tom Cruise, pero no sólo estamos un poco pasados del cuarto de hora para hacer del pobre hombre de oficina a aguerrido soldado, sino que no tiene nada con qué sostenerse. Blunt es una sargento con pocas expresiones, pocas ganas de hablar y una terrible combinación de primero y segundo nombre que no sabemos si queremos que viva después de los primeros diez minutos. La verdad es que me cuesta entenderlo. La película está a cargo de Doug Liman, el mismo que dirigió “Identidad Desconocida” y el guionista es Christopher McQuarrie, el mismo de “Los sospechosos de siempre” en un largometraje que de verdad parecería amateur si no tuviera tanto dinero en efectos. El film, entonces, termina siendo una serie de efectos de sonido robóticos (porque nunca nos imaginamos que las armaduras robóticas pueden sonar así) y un exceso del 3D (claro que con esto la cosas sólo pueden explotar hacia el espectador) y unas ciudades apocalípticas que poco tienen de creativo. Lo único que está al filo del mañana es la imaginación. Para este caso, muerta.
Matar. Vivir. Matar. Vivir. A ver si de una vez por todas entendemos que los japoneses son los que la tienen más clara en cuanto a Sci Fy y robots. Son los únicos capaces de crear cuentos con los que nos dejamos seducir y atrapar y con historias que apelan a un recuerdo nostálgico de la infancia y que hacen que lo único que queramos al salir del cine es ponernos una armadura y salir a matar bichos y extraterrestres por todos lados. “Al filo del mañana” (USA, Australia, UK, 2014), dirigida por el experimentado Doug Liman, es una adaptación de la novela ligera “All you need is kill” del japonés Hiroshi Sakurazaka y que tiene como principal atracción a soldados luchando contra unos letales seres llamados Mimics (nada que ver con la película de Guillermo Del Toro) en medio de una “confusión” sobre la realidad. Al frente de todo estará el Mayor Cage (Tom Cruise) un semi ñoqui, que deberá aceptar la inevitable decisión del ejército de enviarlo a luchar. Y esto a pesar de gritar a los cuatro vientos que el sólo sabe de hablar frente a cámaras y organizar buena publicidad para la fuerza. Luego de que lo arresten se despierta de golpe en medio de una base militar sin posibilidad de reclamo alguno y mientras intenta convivir con las nuevas tareas de su cargo (lo bajan a soldado raso) deberá adaptarse a una situación que nunca pensó vivir. En el frente, aparentemente, los Mimics (con capacidad de anticipación y reemplazo de seres) ya sabían del desembarco que iban a hacer las fuerzas de la resistencia y aniquilan a todo el pelotón, Cage (Cruise) incluido. Pero luego de morir, el Mayor se despierta nuevamente, en el mismo lugar en el que se encontraba al comenzar el día, y sin comprender que sucede o por qué pasa eso arranca su rutina en la base nuevamente. Otra vez los Mimics lo matan y sucesivamente asistiremos a eso que al cine tanto le gusta contar, de vidas paralelas, sueños que se entrelazan con la realidad y rutinas repetitivas que en el momento que el que las vive comienza a tener todo controlado es hasta divertido. Pero Cage no estará solo, hay una máquina asesina, tan mortal como los Mimics llamada Rita Vratavsky (Emily Blunt), tambièn conocida como el Ángel de Verdún, una de las pocas militares que logró aniquilar en determinado escenario a varios monstruos, y que lo ayudará a comprender el por qué de la reiteración de su día y la inmortalidad que posee y la capitalizará para poder derrotar a los extraterrestres. Vratavsky (Blunt) en algún momento de la guerra también pasó por ese trance, y junto con el Dr. Carter (Noah Taylor, siempre efectivo), un científico tildado de loco, guiarán a Cage en la búsqueda del Mimic omega, a quien deberán aniquilar para terminar con la plaga que está extinguiendo y arrasando a los hombres. Elogio a la tecnología, aunque por momentos la crítica por la sobreexposición a la misma está presente, el filme aprovecha la generación de imágenes por ordenador y la fuerza del 3D para potenciar las escenas de acción y lucha con los Mimics y también el carisma de sus protagonistas. Además de Cruise y Blunt una serie de personajes secundarios con características y particularidades bien marcadas, por ejemplo el Sargento cascarrabias (Bill Paxton), el soldado irracional y competitivo (Jonas Armstrong), entre otros, que conformarán el contexto de relaciones con las que Cage deberá convivir y lidiar en ese eterno día en loop. Gran espectáculo visual y una trama atractiva que prioriza la acción sobre el diálogo hacen de “Al filo del mañana” una buena propuesta para seguir soñando con mundos, realidades y posibilidades de vida diferentes. PUNTAJE: 7/10
Calificación puesta, pronto redactada.
Cuando el cine de gran presupuesto de Hollywood modelo 2014 parecía hundirse en la mediocridad y la catástrofe (El sorprendente Hombre Araña 2, Godzilla, Maléfica) llegó Tom Cruise -otra vez- para rescatarlo. Cruise es no solamente uno de los mejores actores de su generación, sino que además ha sabido elegir con gran criterio las películas en las que ha participado. Pocos pueden ostentar tantos grandes films, tantos grandes directores en su legajo (Coppola, Scorsese, Spielberg, Kubrick, De Palma, entre otros). Por otra parte, hablar de "su generación" puede ser engañoso: aquí Cruise hace pareja con la excelsa Emily Blunt, que nació en 1983 (cuando él ya era la estrella de Negocios riesgosos). Cruise no parece agotarse ni envejecer, y su energía suele transferirse con pocas excepciones al cine del que forma parte. Uno casi podría decir, ante cada película del actor: "Confíe: es un Cruise". En Al filo del mañana, el actor es un especialista en medios que está en el ejército porque, bueno, necesitaba trabajo, pero lo suyo no es la pelea. Hay una invasión alienígena. Esto es un problema global. Y hay una heroína ya establecida (Blunt). La película dispone estos elementos y logra un ensamblado casi perfecto entre componentes de Hechizo del tiempo (Groundhog Day, con citas directas en diálogos y en modos de hacer avanzar el montaje y la comprensión del relato), de La guerra de los mundos y de -tal y como ocurre en el western- el camino de construcción del héroe y la prueba de su valía para merecer a la mujer. Hay un entramado heroico (Cruise será el hombre común puesto en circunstancias extraordinarias), así como uno de acción, de aventura y de historia: coordenadas de la Primera (Verdún) y la Segunda Guerra Mundial (el desembarco en Normandía), más un armado de diálogos precisos, cargados, rítmicos. No se habla de más en esta película. No hay acción en exceso. La narración retoma situaciones con gran sentido del resumen y la concisión, y durante un ochenta por ciento del relato estamos ante una de las más grandes películas de ciencia ficción del nuevo siglo, con una conciencia clarísima de las habilidades de los videojuegos, de su velocidad, de su movimiento, de los reflejos necesarios, de la memoria física y de cómo integrar eso a un relato cinematográfico. La secuencia final y la resolución no están a la altura de la progresión y de la perfección anterior, y es por eso que la película no alcanza una estatura mayor. Pero esta cercanía con la perfección, esta inteligencia para entretener y divertir -distraer con acción, humor, timing- son motivos de celebración vengan de donde vengan, sea del director Liman (que tiene bodrios como Sr. y Sra. Smith y alguna buena como Bourne), de la magia de Cruise o del gran guionista Christopher McQuarrie (Los sospechosos de siempre; Jack, el cazagigantes). Que McQuarrie haya guionado también Operación Valquiria y escrito y dirigido Jack Reacher, ambas con Cruise, podría ser un indicador del origen de los méritos de Al filo del mañana.
El día que la marmota pasó a ser héroe Como en el clásico de Harold Ramis, el soldado encarnado por Cruise despierta cada mañana para vivir lo mismo, pero con una lógica de videojuegos en la que mejora para vencer a sus enemigos, en un recreo narrativo liviano, veloz y con gracia. Súmense a una base narrativa deudora de las repeticiones temporales de El día de la marmota (o Hechizo del tiempo) las imágenes bélicas de Invasión -Starship Troopers (menos su componente de sangre y tripas explícitas), agréguese una pizca de Alien o bicharracos similares y condiméntese con las habituales dosis de imaginería digital: así se tendrá una idea más o menos cabal de Al filo del mañana. O no tanto, porque si una película nunca es igual a la suma de sus partes, este film de acción futurista dirigido con mano firme y resultados inusualmente tersos, nobles y transparentes deja en claro, rápidamente, que sus evidentes inspiraciones le sirven para subirse al trampolín y nunca para imitar o, menos aún, robar a destajo de glorias ajenas. En otras palabras, el último vehículo de ese eterno galán y muñeco de acción de carne y hueso llamado Tom Cruise es también un objeto casi en extinción en el mainstream de gran presupuesto estadounidense: liviana entre mares de solemnidad, veloz entre tanto diálogo aclaratorio, autoconsciente y rebosante de humor solapado. Doug Liman, director de artilugios olvidables como Jumper y Sr. y Sra. Smith, había demostrado tener lo que se necesita en Identidad desconocida, clásico reciente del cine de acción y suspenso y punto de partida, hace ya más de diez años, de la saga cinematográfica de Bourne. Basada en una exitosa novela sci-fi del autor japonés Hiroshi Sakurazaka, Al filo del mañana es no sólo una película que fija la mirada en un futuro hipotético, imaginando un planeta Tierra invadido por unos seres tan indescriptibles (algo así como pulpos plateados con decenas de tentáculos) como letales. También mira hacia el pasado, consciente de una tradición que llega hasta los seriales de ciencia ficción y acción de los años ’30 y ’40, plan ideal para chicos y adolescentes en las tardes de sábado de antaño. A poco de comenzada la proyección, resulta claro que el mayor Cage (Cruise) no se destaca precisamente por su heroísmo o las habilidades para el combate: es una suerte de publicista del ejército norteamericano. Pero a poco de llegar a Londres para ultimar detalles del esfuerzo propagandístico bélico, un general inglés (Brendan Gleeson) le quita insignias y galones y lo manda derechito al frente de batalla, rebajado al rango de soldado raso y condenado a una muerte segura. Cosa que ocurre al toque, apenas llegado al teatro de operaciones, con esos velocísimos bichos arrasando con transporte, armas y seres humanos. Pero... sorpresa: Cage despierta exactamente en el mismo lugar y momento del día anterior. Como le ocurría a Bill Murray en Groundhog Day, aunque sin Sonny y Cher de fondo. Y así todos los días, durante ¿meses?, ¿años?, ¿siglos? Poco importa por cuánto tiempo o las razones del intríngulis (algo tiene que ver el hecho de haberse salpicado con sangre alienígena, como un Sigfrido del futuro),aunque en el camino el caballero pasará de cobarde y torpe recluta a gallardo y perspicaz guerrero, con la ayuda de una señorita vencedora en –literalmente– miles de batallas, la siempre pagadora Emily Blunt. Ingeniosa a la hora de esconder esas paradojas y agujeros lógicos inherentes a todo relato sobre viajes en el tiempo, Al filo del mañana avanza con velocidad y seguridad durante los primeros 70 minutos, animándose a la repetición de planos e incluso de escenas enteras con gracia, elegancia y una bienvenida dosis de humor, que hace de la primera encarnación de Cage poco más que un monigote en película ajena. A diferencia del gran film de Harold Ramis, las variaciones en la repetición no están aquí ligadas al plano del desarrollo y crecimiento emocional o filosófico como a la lógica de los videogames: en cada nueva vida el jugador/protagonista avanza un poco más en las entrañas del juego y mejora sus habilidades para vencer obstáculos y enemigos. Pero –a no confundirse– la estructura del film de Liman es fundamentalmente una encarnación contemporánea de la narración clásica, donde cada nuevo paso y evolución está marcado por un avispado uso de las elipsis y la relación causa-efecto. El héroe llega con el caballo un poco cansado al último acto, cuando la trama desarma la posibilidad del retroceso a foja cero, y tal vez haya que buscar las razones de esa fatiga en la entrega a ciertas concesiones al manual del lugar común, del cual se había sabido escapar hasta ese momento. Es durante la última media hora que los guionistas deciden sacar un grupo de incondicionales del protagonista como un as bajo la manga y las escenas de acción comienzan a parecerse a tantas otras en el cine contemporáneo, incluyendo como subtrama el inevitable interés amoroso que, afortunadamente, ocupa el tiempo justo y necesario, sin terminar de caer en cursilerías. Pero si el vidrio se empaña un poco, es cuestión de retroceder en el tiempo y recordar lo visto hasta ese momento, un recreo narrativo que está varios puntos arriba del grueso de ese cine de acción grandote y pesado que –en loop ad infinitum– puede verse casi todas las semanas.
Otros días para morir Tom Cruise vuelve a incursionar en ciencia ficción con esta historia –de estructura similar a El día de la marmota– en la que la raza humana es amenazada por una invasión alienígena. Qué Tom Cruise ha construido la más sólida de las carreras cinematográficas actuales no es un misterio. Tampoco es un secreto que lo haya hecho por su talento personal, pero también por su habilidad de elegir bien con quién trabaja. En esta ocasión el director es Doug Liman, el mismo que inauguró la saga de Jason Bourne en Identidad desconocida. El guionista es Christopher McQuarrie, ganador del Oscar por Los sospechosos de siempre y autor y director del gran film protagonizado por Tom Cruise Jack Reacher. Al filo del mañana es una nueva incursión de Cruise en la ciencia ficción. La película, llena de escenas de acción, está ambientada en una guerra en Europa contra una invasión alienígena. William Cage (Cruise) es lo más alejado a un héroe al comienzo de la historia, jamás ha estado en batalla y de pronto se encuentra –muy a su pesar– en el frente mismo. Pero en la primera batalla descubre que el futuro le tenía guardada una sorpresa. Muere y al instante vuelve al día anterior. Esto ocurre un número impreciso de días, tal vez cientos, tal vez miles, en los que él irá aprendiendo cómo resolver las claves que le permitirán ganar la batalla. Su compañera de aventuras es Rita Vrataski (Emily Blunt) la más famosa guerrera del ejército que lucha contra los aliens. Esto es sólo el comienzo del film, posiblemente uno de los más entretenidos que veamos este año. Todo esto contado con un gran sentido del humor, con un montaje brillante tanto en su ritmo como en sus cientos de elipsis de gran efectividad. Un plano define un día entero, una imagen muestra el fracaso en cada intento. En una estructura que recordará a Hechizo del tiempo, también conocida como El día de la marmota (Groundhog Day) y a Cuestión de tiempo (About Time), la película muestra un proceso de aprendizaje, de maduración. Elogio del profesionalismo, la tenacidad y al heroísmo, la película sorprende de punta a punta sin detenerse jamás en detalles irrelevantes. Elige el sobre entendido al subrayado y apela con mucha sutileza a las situaciones de angustia y dolor que subyacen en toda la trama. Se trata de una narración perfecta y contundente, como se supone debería ser el cine llamado de entretenimiento, como suelen ser las buenas películas. Tom Cruise sabe lo que hace y lo demuestra una vez más.
Modelo de ciencia ficción pensante Basándose en el manga y la novela "All you need is kill" de Hiroshi Sakurazaka, el productor de las película del espía Bourne, Doug Liman, consiguió uno de los más originales films de ciencia ficción de las últimas décadas. Y no es que no existan influencias a lo largo de toda esta increíble película, que podría describirse muy elementalmente como una mezcla de "Invasión" (Starship Troopers) de Paul Verhoeven, con "Hechizo del tiempo" de Harold Ramis, dado que Tom Cruise está en medio de una batalla decisiva contra una invasión alienígena que se repite una y otra vez debido a un extraño fenómeno temporal. Sólo que hay fuentes literarias y cinematográficas más sutiles, empezando por la novela "Matadero 5" de Kurt Vonnegut, filmada brillantemente por el director de "El golpe", George Roy Hill, en donde luego de un contacto con extraterrestres un hombre debe acostumbrase a vivir su vida en orden no cronológico. En "Al filo del mañana", el que sufre la repitición de un día clave en su vida y la vida del resto de la humanidad es un cínico encargado de propaganda bélica que, cuando debe luchar como un militar común y corriente, es enviado como desertor a la primera línea de combate, lo que lo pone en contacto con una de las principales entidades extraterrestres, que para ganar todas sus batallas, tiene la posibilidad de resetear el tiempo de modo tal de volver a revivir un combate sabiendo toda la estrategia de su enemigo. Por algún motivo, la aparición del desertor que ni siquiera sabe usar su sofisticado traje de guerra robótico introduce el factor humano en la ecuación, por lo que a partir de ese momento el protagonista también se contagia del don de revivir ese día clave una y otra vez, tratando de ganar la batalla en una especie de juego de ajedrez imposible contra un ser más inteligente que conoce todas las jugadas. Tom Cruise es un actor subvaluado quizá por demasiado exitoso, pero desde clásicos como "Leyenda" de Ridley Scott hasta la más reciente "Oblivion" sabe elegir los mejores proyectos de género fantástico, y éste es uno en el que se puede lucir especialmente, dados los cambios que sufre su personaje a lo largo de las pesadillescas repeticiones. La película comienza con hermetismo y humor (tono que se repite bastante sobre todo durante la primera mitad), con Cruise tratando de eludir sus obligaciones en el frente de guerra . En el segundo acto explota todo con una de las escenas de ciencia ficción más contundentes de la historia del cine (para colmo extraordinariamente filmada en un vertiginoso 3D). Y lo mas increíble es que, luego, esa batalla de dimensiones épicas inconcebibles antes de la existencia de los efectos digitales, se repite con distintas variaciones unas ocho veces, aunque es difícil llevar la cuenta dado el ritmo endiablado que tiene este film en el que nadie que la vaya a agarrar por la mitad en el cable podrá entender absolutamente nada. Es que al aprendizaje del protagonista de cómo resetear el tiempo incluye docenas de pruebas y errores que vuelven a "Al filo del mañana" un tour de force de narración precisa y, sobre todo, de montaje. Obviamente por las características del guión, el montaje debe hacer saltar a los personajes de una repetición en el tiempo a otra de forma permanente, y de hecho, justamente para no perder tiempo de proyección, el director en algunos casos hace sinapsis de algunas repeticiones dejándole lugar al espectador para que entienda que los personajes han repetido esa escena en cuestión más de una vez tratando de llevar su misión imposible a buen término. La película está excelentemente actuada por un elenco donde también se luce especialmente Emily Blunt, y que también incluye a dos grandes actores como Bill Paxton y, sobre todo, Brendan Gleeson. Por supuesto, más allá de todo, como la clave es la repetición de un mismo día a través de una Europa futurista devastada, los personajes aprenden tanto a perfeccionar ese día que la segunda mitad del film no se parece casi en nada a la épica de la primera parte. Esta es una de las películas más imaginativas que se puedan encontrar en este momento en cartel, y es toda una prueba de lo fascinante y divertida que puede ser la ciencia ficción pensante.
Tremenda cinta de acción y ciencia ficción, una especie de HECHIZO DEL TIEMPO sofisticada, cargada de escenas que cortan la respiración. Una montaña rusa de adrenalina que el viejo y querido TOM CRUISE maneja a la perfección, poniéndole cuerpo y alma a un héroe humano e implacable. EMILY BLUNT esta a la altura de las heroínas más poderosas del séptimo arte combinando fuerza con sensualidad. Un entretenimiento fílmico que no da respiro, para pochoclear con ganas.
Retroceder Siempre, Rendirse Jamás Desde que el querido y recordado – eterno – Harold Ramis estrenó su clásico Hechizo de Tiempo (1993) con el no menos querido Billy Murray, surgieron innumerables imitadores que pretendieron usar la misma lógica para relatos puramente de ciencia ficción o thrillers fantasiosos. La premisa era similar a la de Volver al Futuro. ¿Si podrías regresar todas las veces que desees en el tiempo, a un día particular y repetirlo, que cosas cambiarías para mejorar tu futuro? Los viajes en el tiempo existen desde que H.G. Wells escribió “La Máquina del Tiempo”, pero justamente películas como las de Zemeckis y Ramis fueron las más exitosas y recordadas, siendo al mismo tiempo, las que menos elementos de ciencia ficción contenían (al menos la primera y tercera parte de la trilogía de Marty Mc Fly). ¿Por qué? Porque la ciencia ficción era meramente una excusa para darle un giro original a comedias románticas – o en el caso de Volver al Futuro 3 – un western humorístico. El grave error que cometieron siempre los imitadores de ambos clásicos es que prefirieron priorizar lo más obvio – los viajes en el tiempo, tener a personajes más pendientes de los viajes que del conflicto interno que los aquejan – que la metáfora del film. Hace unos años, Duncan Jones – hijo del viajero interstellar David Bowie – se animó a repetir la fórmula en 8 minutos antes de Morir, un thriller que se agotaba… a los 8 minutos, ya que la fórmula terminaba siendo remanida, monótona y absurda. Al Filo del Mañana tiene una premisa más cercana al film de Jones que de Ramis. En un futuro no muy lejano, se libra una batalla con extraterrestres que destruyen la mitad de Europa. Gracias al triunfo de la Capitana Rita que logró derrotar a los monstruosos bichos – mezcla de Aliens, Especies y los robots de Matrix - los humanos han ganado una pelea, pero no la guerra. Ahora se acerca el Día D, y se espera una invasión que empezaría en el sur de Francia. Un capitán estadounidense, William Cage (Cruise), ministro de propaganda, es enviado al frente, en contra de su voluntad, junto a un pelotón suicida. Ni bien pisa la playa, Cage es asesinado por uno de los alienígenas. O así se supone que sea. Cage despierta el día anterior vivo. Pronto se da cuenta que empieza a revivir todos los sucesos del día, una y otra vez hasta que consiga derrotar la fuente extraterrestre. Ayudado por la famosa Rita (Blunt) y un científico medio loco (siempre eficaz Noah Taylor) cuya función es darle explicaciones a los espectadores que siempre necesitan respuestas, Cage deberá morir constantemente y repetir su día para cumplir la misión. La clave es no sobrevivir. El guión escrito por varias manos y basado en el cuento japonés “All You Need is Kill” de Hiroshi Sakurasaka, tiene las suficientes vueltas de tuerca para no caer en la monotonía de 8 minutos… La estructura recuerda más a un video juego de estrategia, con un personaje dando vueltas por diferentes escenarios, y que cuando muere tiene la capacidad de revivir y superar los obstáculos que no superó en la vida anterior. Doug Liman, su director consigue varios méritos. En primer lugar, le aporta suficiente humor al entrenamiento de Cage – ridiculizando el comportamiento de Cruise, una suerte de Joel Goodsen (Negocios Riesgosos) de 50 años, con sonrisita compradora incluida – y jugando con el rol de estrella del actor, como había hecho con Brad Pitt y Angelina Jolie en Sr. y Sra. Smith. Por otro lado, le da bastante vertiginosidad y dinamismo al relato, aportando pocos descansos al espectador, dejando a un costado posibles subtramas románticas o sentimentalistas que tanto le gustan a Cruise en otras películas. Es el triunfo de Liman sobre el protagonista, en ese sentido. La frialdad de Emily Blunt le otorga un carácter casi masculino e irónico al personaje, que la actriz ya ha mostrado con solvencia en El Diablo Viste a la Moda entre otros films. Aun, con una diferencia de 20 años de edad, la química entre el actor de Misión Imposible y Blunt es bastante verosimil, especialmente, porque Liman prefiere sugerir intentos de “levante” por parte de Cage, antes que mostrarlos en primera mano. La muerte no obtiene un rol solemne, sino una oportunidad de volver a jugar. Los breves instantes caricaturescos de Bill Paxton y su pelotón también consiguen quitarle seriedad al film. Mezclando Hechizo de Tiempo con Matrix y Rescatando al Soldado Ryan – escenas calcadas de film de Spielberg – Al Filo del Mañana termina siendo una obra entretenida, que no pretende ser más de lo que es. Liman siempre es más efectivo que inspirado a la hora de dirigir, y esta vez no es la excepción. En los últimos 20 minutos, la película decae un poco y se convencionaliza, pero aún así, el resultado es bastante atractivo. Lo suficiente para revivirla, posiblemente, una segunda vez.
Para vivir, hay que morir (o la vida es un videojuego bélico) El teniente coronel Bill Cage (Tom Cruise) no es un soldado, a pesar de portar un uniforme. Jamás pisó un campo de batalla. En realidad es un publicista, dedicado a enhebrar estrategias de marketing para conseguir la mayor cantidad de reclutas posibles en una guerra de carácter mundial frente a una raza alienígena, los mimics, que han invadido buena parte de Europa y amenazan con extenderse al mundo. Los ejércitos del planeta han unido fuerzas para enfrentarse al enemigo, en una batalla a todo o nada. Es ahí, en la primera línea del frente, donde es enviado Cage, de forma bastante arbitraria, por el general Brigham (Brendan Gleeson), a pesar de no tener la más mínima experiencia de combate. Cage muere pronto, muy pronto, en una batalla en la playa donde el fracaso se percibe fácilmente, porque el enemigo parecía haber anticipado el plan diseñado por los humanos. Pero antes de morir, consigue matar a un alienígena distinto a los demás. Y contra toda lógica, se despierta un par de días antes, como si todavía no hubiera muerto. Eso le vuelve a suceder, una y otra vez. Como Bill Murray en Hechizo del tiempo, no le queda otra que volver a vivir los acontecimientos que condujeron a su muerte. Y a través de una soldado, Rita (Emily Blunt), que supo adquirir el mismo don (o maldición) que él, se dará cuenta de que puede ser la clave para torcer el destino trágico de la batalla y vencer a los invasores de una vez por todas. Lo contado en el primer párrafo es la premisa de Al filo del mañana, que puede parecer un poco enredada, pero que es insertada en el relato con suma fluidez, haciéndose cargo de su lógica plenamente lúdica y repetitiva, de videojuego bélico, con la división de niveles, la etapa de entrenamiento, la capacidad de recurrir a distintas armas, la posibilidad de elegir distintos caminos, la aparición de compañeros de “juego” o “batalla” y el enfrentamiento final con la criatura más poderosa. En esto influye la aptitud de Doug Liman, un realizador nada extraordinario, pero con la destreza para adaptarse a la estrella que le toca dirigir. Su carrera, en especial desde el comienzo del nuevo milenio, está compuesta esencialmente por vehículos destinados a resaltar a determinadas figuras, objetivos que él supo cumplir básicamente a puro ritmo: Identidad desconocida, con Matt Damon; Sr. y Sra. Smith, con Brad Pitt y Angelina Jolie; y Poder que mata, con Naomi Watts y Sean Penn, son películas que siguen a cuerpos que no se detienen, que avanzan y embisten contra las dificultades. Son historias de acción, incluso a través del thriller político, como en el último caso. Su único film realmente fallido es Jumper, pero porque Hayden Christensen no es una verdadera estrella (carece de carisma como para serlo) y el guión está tan estructurado que le quita toda chance de espontaneidad y dinámica. Al filo del mañana confirma esta tendencia en la filmografía de Liman: es un relato que jamás encuentra un semáforo en rojo, a pesar de ir y volver en el tiempo. Casi no hay reflexión -aunque hay una interesante visión sobre las diversas formas del discurso militar-, y si la hay, es a través de la mirada, de la acción y el contacto con el otro, mientras que el diálogo está permanentemente en función de la progresión de lo que se está contando. Pura fisicidad, apela a sensaciones primarias, encuentra su nobleza en su simple propósito de entretener y necesita como el agua de la presencia no sólo de Cruise sino también de Blunt. El primero (que aún con los armatostes que porta su personaje sigue corriendo como ningún otro actor en el cine) aporta su flexibilidad para evidenciar los mecanismos de la figura típica del héroe: acá se lo ve construyendo (y construyéndose) ese arquetipo, fallando muchas veces hasta perfeccionarse, cayendo en el ridículo en numerosas ocasiones, pasando de ser un neto individualista, sólo preocupado por sí mismo, a un individualista que acciona en base al interés no por la humanidad, sino por la otra persona, ese ser especial que sacude su mundo. La segunda demuestra que se puede adaptar al género que sea: ya trabajó en comedia, en drama, en historias románticas y de época, y acá es perfectamente funcional a lo que se narra, generando una inmediata empatía en el espectador a través de un personaje trazado con simpleza pero que jamás pierde autonomía. Todo esto consolida lo que probablemente es en el fondo Al filo del mañana: un film romántico sobre un tipo que se va enamorando de una mujer a medida que la ve morir, decenas y hasta cientos de veces. El amor puede tener muchas formas, y una de ellas es una película de tiros, explosiones y extraterrestres malos, donde morir es seguir viviendo.
En menos de dos semanas ya tenemos en la cartelera dos películas que se animan a jugar con los viajes en el tiempo en sus tramas. La primera es X-Men: Days of Future Past y la segunda es la que nos compete, el festín de acción futurista que parece un nuevo subgénero en el cual Tom Cruise se siente bastante cómodo -no olvidemos el pequeño traspié en la no muy bien recibida Oblivion del año pasado-. No había manera de escaparle en las salas de cine a la nueva apuesta de Warner, los avances inundaban cada película con imágenes explosivas de un soldado momentos antes de un desembarco estilo Día D en Saving Private Ryan para después saltar a una mezcla de géneros con influencias pesadas a Groundhog Day y pizcas de Starship Troopers. Estamos hablando de originalidad cero, por supuesto. Hollywood ya no se trata de traer frescura en nuevos proyectos, sino saber reciclar con tino y jugar al Doctor Frankenstein, preparando el armatoste pochoclero que gane espectadores cuando se estrene comercialmente. El director Doug Liman no es ajeno al cine de acción y ha entregado productos interesantes -The Bourne Identity-, curiosidades -Mr. and Mrs. Smith- y bodrios infumables -Jumper- pero con Edge of Tomorrow vuelve a todo vapor con una historia por demás entretenida, que regresa una y otra vez en sus pasos pero nunca se tropieza. En un verano boreal apilado con grandes sorpresas, y con un verano siguiente ocupadísimo, hay que dejar algo en claro y es que Cruise es sinónimo de buen cine de acción. Uno podrá no quererlo ni hacerle monumentos a su calidad actoral, pero in Tom we trust podría ser un buen hashtag para definir el buen sabor de boca que nos deja en esta aventura, donde le pone el cuerpo y su ligero sentido del humor a una cruenta invasión alienígena que tiene el poder de jugar a gusto y placer con el tiempo. Repetir el mismo esquema no es un problema de la película, donde el guión de Christopher McQuarrie y Jez y John-Henry Butterworth no cae en vueltas de tuerca facilonas y funciona como una máquina bien aceitada. Tampoco la brutal y acelerada edición abusa de efectismos baratos. No es raro que Liman haya convocado a los hermanos de nuevo -trabajaron juntos en el drama político Fair Game- ni que McQuarrie se lleve muy bien con Cruise -escribió y dirigió Jack Reacher y será el director de Mission: Impossible 5-. Cuando un equipo trabaja bien, se nota, y todos los engranajes se mueven al mismo tiempo, casi con ritmo de coreografía, como lo hacen Tom y una aguerrida y fantástica Emily Blunt, a quien le sienta muy bien el papel de heroína y epítome de la defensa humana frente a la catástrofe. Edge of Tomorrow, por si fuera poco, tiene un diseño de producción que alucina, y basta con ver el primer desembarco para admirar el trabajo que se llevó a cabo en un ataque violento y sin cuartel, como cualquier desembarco en tiempos de guerra debe lucir. Los escenarios son lo suficientemente caóticos para generar estupor y los momentos de calma sirven como perfecto lapsus para reagrupar las ideas. Con una duración de casi dos horas, que la trama fluya con ligereza y se llegue al final con la mente intacta, indica que Liman hizo un trabajo soberbio con las escenas de acción y que el guión fue lo bastante claro para entender la trama y disfrutar dentro de ella, y no fuera. Calladita -bueno, no tanto, la campaña de marketing es sumamente invasiva- y sin muchas ínfulas, Edge of Tomorrow es lo que se considera una excelente ocasión para disfrutar de una ingeniosa y apabullante salida al cine, donde la sala no para de temblar por los disparos y explosiones en pantalla, y donde al finalizar la película uno no puede evitar salir con una leve sonrisa en la boca.
Un director de cine de acción y un actor que se destaca por el mismo género. Al filo del mañana parte desde un principio de una fórmula segura. Tom Cruise será o no querido por sus excentricidades, nos gustará o no su rostro bonito, lo consideraremos o no un actor talentoso, pero si hay un género donde sabe moverse con desenvoltura es en el cine de acción. Y Doug Liman es el director de “Bourne Identity” y “Mr. And Mrs. Smith”. Pero "Al filo del mañana" es más que una película de acción. Es una película de extraterrestres, por momentos con mucho humor, pero que también, por el lugar donde transita su argumento principal, a veces puede rozar casi el tedio. Es que en Al filo del mañana, tras ser obligado a combatir, Cage (Cruise) mata a un extraterrestre con un extraño poder y a partir de allí cada vez que se muere (que no van a ser pocas, pues el peligro está a su alrededor constantemente) vuelve a despertar para revivir ese último día nuevamente. Pero además, el momento en que despierta es clave. Justo después de obtener un exitoso reconocimiento es forzado (sí, el giro un poco también) a pelear en el campo de batalla, un lugar en el que un hombre como él, ordinario, al que ni siquiera le gusta la sangre, no está preparado en lo absoluto. Si a eso le sumamos que vivimos en un mundo donde las armas que se utilizan son casi como robots, más bien extensiones del cuerpo humano, pero máquinas al fin, y este es un conocimiento que tampoco tiene, todo se convierte en una pesadilla para él. Hasta que un rostro conocido, una mujer, una guerrera, hace algo más que mirarlo desde un afiche o a su lado en el campo de batalla robándole la batería extra que tenía. “Encuéntrame cuando despiertes”, le dice cuando nota por lo que él está pasando, y lo sabe porque a ella también le sucedió. Sí, es imposible no acordarse de “El Día de la Marmota”, aunque acá lo romántico casi no existe (bueno, ya habrá un momento para eso), y todo se reduce a la acción entre personas que ya son prácticamente máquinas y seres de otro planeta, en un estilo que rememora a la vez, los videojuegos. La mujer de armas tomar es ni más ni menos que la británica Emily Blunt, que demostró que en el cine todo lo puede, pasando desde comedias románticas, a películas de época y luego a otras de acción o ciencia ficción. Es más que un rostro bello. Y si bien es bastante más joven que Cruise, la pareja no desentona, aunque nunca termina de convencernos. Quizás porque es Cage el que se tiene que encargar día a día, como en la película “Como si fuera la primera vez” ya que estamos de referencias, de acercarse a ella. Mientras él ya le conoce cada movimiento, no porque sea un experto, sino que porque ya vivió cientos de veces la misma escena, lo mismo que sucede con su progreso en la guerra, para ella es siempre un desconocido al que sabe que todavía no conoció, si es que eso tiene sentido. “Lo que te voy a decir suena loco. Pero a medida que continúe va a sonar cada vez más racional”. Cruise está más que seguro de sí mismo e impregna esa confianza cada vez con mayor medida en el personaje que le toca interpretar entre tanta muerte y despertar siguiente. Con algunos altibajos y un 3d apenas aprovechables, el film pone en el centro a Cruise y lo deja hacer lo que mejor sabe hacer, correr, disparar, y regalarnos una sonrisa compradora. El lugar a donde nos lleva la trama, aquel al que hay que llegar para resolver la película, es lo menos interesante del film. Todo sucede rápido, de manera poco creíble, casi como un modo apresurado de resolverla. Pero en el medio hay mucha acción, algo de humor y mucho Tom Cruise, le pese a quien le pese.
No es la clásica película alienígena Con algo de “Hechizo del tiempo”, Tom Cruise trata de salvar a la Tierra, una y otra vez. Se puede ser repetitivo y novedoso. Se puede atrapar al espectador con recursos que ya conoce. Al filo del mañana, del estadounidense Doug Liman (El caso Bourne), lo logra. Cruce de thriller, comedia y ciencia ficción, la película es una adaptación de All You Need is Kill, libro del japonés Hiroshi Sakurazaka. En pantalla Tom Cruise (William Cage) y la cautivante Emily Blunt (Rita Vrataski) combaten, casi solos, contra la invasión alienígena que ha puesto a la humanidad en peligro. No es la clásica película alienígena, y el responsable de que eso ocurra no es otro que Tom Cruise. Publicista, devenido en militar con alto rango, llega a Londres en representación de los EE.UU. para coordinar un ataque crucial. Pero él, que sólo ha visto la guerra por televisión, es degradado y acusado de desertor. Misión suicida, va en primera línea a combatir a los mimics , curiosos extraterrestres que arrasan la Tierra. Cruise muere en el primer intento, y por un hecho fortuito vuelve al día anterior. Así, una y otra vez. Pasa a una cinta de moebius, otra dimensión. El recurso es viejo, está en Hechizo del tiempo, con Bill Murray. Pero aún así, las sucesivas muertes de Cruise tienen salidas ingeniosas, con gags discursivos e interpelaciones borgeanas. Es una película entretenida, pero si el espectador quiere pensar, puede hacerlo. Hay guiños históricos también. Rita Vrataski, el personaje de Blunt, obtuvo una única victoria contra los invasores en Verdún, referencia ineludible al sangriento episodio del Primera Guerra Mundial. Y Rita es la única que entiende a William (su antítesis es el personaje de Bill Paxton). “Búscame cuando despiertes”, le dice ella antes de una de sus muertes en batalla. Y así van construyendo su relación. Cada vez que Will muere, vuelve a empezar y busca a Rita, que lo entrena y educa. Juntos pasan niveles como si fuese un videojuego para salvar a la humanidad. Y Cruise se va convirtiendo en héroe sin quererlo, pero sin dejar de ser Cruise. Tuerce los hechos en base a la experiencia y el aprendizaje que le permite la repetición. Bajo esa trama los mimics quedan en un segundo plano. Sí, hay alfas y omega, y un microbiólogo que los estudia. Hay tiros y acción con gran despliegue tecnológico (verla en 3D). Pero la historia es otra: entretener y pensar cómo cambiarías las cosas si pudieras manipular el tiempo. Una demostración de capacidad narrativa, una manera de contar una que ya hemos visto cuyo logro es exacerbar la repetición y contar una historia.
El día de la peli marmota La vidriera de Hollywood vuelve a exhibir a Tom Cruise, uno de sus productos más taquilleros, y lo hace mediante un filme caprichoso, mediocre e irrespetuoso de su propia lógica. Esta vez Cruise es William Cage, un pedante publicista al servicio del ejército estadounidense quien -con el cargo de Mayor- se encarga de armar las operaciones mediáticas tendientes a dejar a las fuerzas armadas bien paradas ante la sociedad. Es tiempo de una invasión alienígena que ya tiene tomada toda Europa y amenaza con tomar el planeta completo. Con la velocidad que exige el relato de esta era, Cage es enviado al frente para luchar contra la amenaza extraterrestre. Por motivos que el espectador descubrirá al ver el filme, si decide hacerlo, el Mayor Cage comienza a reiniciar su día de reclutamiento, una y otra vez, como Bill Murray en "Groundhog Day" cada vez que sonaba su despertador y se escuchaba a Sonny & Cher en la radio. Obviamente, hay que exterminar a los malvados y escurridizos alienígenas que atacan a la Tierra y, más obviamente aún, para eso está el Mayor que dará su vida una y otra vez para intentarlo. En la misión no está solo, le acompaña la delgadísima y esta vez nada sensual Emily Blunt; en un rol absolutamente olvidable dentro de su carrera. Los efectos especiales están a la altura de lo que hoy ya es moneda corriente dentro de la industria, nada del otro mundo. Con buen ritmo, el director entretiene y distrae, pero no lo suficiente como para impedir que se note lo poco original de la propuesta. Sin dudas, el hecho que sea Cruise el protagonista de este filme, con todo lo que eso conlleva en términos contractuales, hace que el guión no tenga un final más interesante y coherente con la trama. Al fin y al cabo, esta películas no son más que trajes a medida para la estrella de turno. Que les queden bien es lo que importa, el resto no.
Es una superproducción que lo tiene todo, un argumento redondo, la utilización de efectos especiales espectaculares, dos protagonistas con buena química -Tom Cruise y Emily Blunt- y la traducción ajustada trepidante de la acción de un videogame al lenguaje cinematográfico. La tierra invadida por alienígenas está a punto de perder la última guerra. Un promotor de las bondades del ejército es degradado y puesto en combate, lo matan pero antes asesina a un extraterrestre: por eso esta condenado a revivir una y otra vez la misma situación, pero en cada repetición aprenderá y mucho para vencer al enemigo y de paso enamorarse. Entretenida del principio al fin.
Una historia original e inteligente, donde el protagonista Tom Cruise tiene que morir unas 134 veces. Una vez más Tom Cruise ingresa en el mundo de la ciencia ficción (en 2013 se estrenó “Oblivion”; “La guerra de los mundos” en 2005 y “Minority Report”en 2002), en una batalla épica y llena de acción. Aquí es el Mayor William “Bill” Cage, un oficial que nunca ha estado en un campo de combate y un día por ordenes de sus superiores es enviado abruptamente a una misión suicida. A tal punto que a los pocos minutos de ingresar en una lucha salvaje es asesinado, pero luego despierta y se encuentra fuera de la secuencia de tiempo, deberá revivir este sangriento y violento momento y rememorar el mismo combate salvaje una y otra vez, luchando constantemente. En las distintas batallas se encuentra como si fuera su salvadora, una guerrera de las Fuerzas Especiales Rita Vrataski (Emily Blunt, “El hombre lobo”) y en cada encuentro hay que vencer al enemigo, los humanos están a punto de desaparecer la raza extraterrestre habita la Tierra y se encuentran en todas partes. Ésta invasión fue llevada a cabo por unas criaturas tipo arañas alienígenas. Está inspirada en la novela ligera “All You Need Is Kill” de Hiroshi Sakurazaka, cuenta con la adaptación cinematografía del Director Liman, el mismo de "Jumper", con saltos en el tiempo y "The Bourne Identity" del que tiene algunos elementos, contó con una producción de 175 millones de dólares y el guión fue escrito por John-Henry Butterworth, Jez Butterworth, y Christopher McQuarrie (ganador del Oscar por “Los Sospechosos de Siempre”, director de “Jack Reacher” protagonizada por Cruise). En esta ocasión con alguna similitud a las películas “Invasión”, “Guerra de los Mundos”, entre otras. Se va mezclando thriller, acción y ciencia-ficción, contiene giros divertidos y sorprendentes, con un gran ritmo estrepitoso que no para, mucha adrenalina, impresionantes imágenes en 3-D, ofrece muchas bombas, persecuciones tiros y está llena de efectos especiales, y escenas espectaculares: el desembarco en la playa, la Invasión, el sobrevuelo del helicóptero, entre otras.; la banda sonora resulta un poco monótona, cuenta en el reparto con otros actores como: Bill Paxton, Brendan Gleeson, Jonas Armstrong, Jeremy Piven, entre otros. Puro entretenimiento, bien pochoclera y constituye una historia ideal para los amantes de la ciencia ficción.
Desde hoy, jueves, otra super estrella del cine internacional se suma a la gran pantalla... es el turno de Tom Cruise, quien junto a Emily Blunt, te van a llevar de viaje una y otra vez al futuro y al pasado. Con muchos toques de "El día de la marmota", "Matrix", "Alien" y alguna que otra película mas, "Al filo del mañana" propone diversión, acción y una muy buena interpretación por parte de Tom. ¿Te gusta pasar tiempo jugando a la play? Tom te propone morir y volver a comenzar la partida una y otra vez, modificando los actos que tuvieron errores... gran propuesta, super videogame. Recomiendo que la veas en 3D, los efectos especiales son espectaculares y realmente te vuelven loco. Doug Liman, su director, que viene de dirigir "Sr. y Sra. Smith", "Jumper", y la genial "The Bourne Identity" (esta última ya tiene 12 años), demuestra que el género (ciencia ficción) le sienta muy bien. Hablando de la historia, cierra por todos lados, y te va a entretener. Una típica película pochoclera para disfrutar con amigos.
Un film que no da respiro y se puede ver más de una vez “Al filo del mañana” es un film de ciencia ficción con muchísima acción y humor, ideal para los amantes de este genero. El teniente Cage, era un publicitario que luego de la invasión extraterrestre perdió todo y se alista en el ejército como asesor de difusión y prensa. Cuando los humanos, de mano de la guerrera Rita Vrataski (a quien llaman la maquina de matar por lo realizado en esa batalla), los comandos conjuntos de los ejércitos de todo el mundo con base en Londres, deciden hacer una envestida total contra estos seres extraterrestres para terminar con esta plaga que esta comenzando a tomar a todo el mundo. Como el Tte. Cage no quiere ir lo declaran desertor y lo mandan al frente de batalla. Allí se da cuenta que lo que en realidad era una envestida, era una emboscada de los extraterrestres y que es una masacre. Allí antes de que lo maten lograra matar a un extraterrestre y la sangre de este al mezclarse con la propia lo hará cambiar dotándolo de un don muy especial. Un don que podrá hacer ganar la guerra pero para eso tendrá que hacer varias veces un gran sacrificio. Es difícil dejar de contar sin dilucidar la trama, trama que a los 10 minutos de película ya se revela, pero que el film lo lleva con una maestría que hace que cada escena clonada de otra sea totalmente diferente a la original. Así ira pasando la película hasta la batalla final. El film tiene un trabajo de montaje increíble, una fotografía maravillosa y muy buenos efectos y acción, muchísimas acción. Es un film que salvo algún momento en una carretera, no da respiro. Un film que tiene en Tom Cruise un gran trabajo. Desde el cobarde Tte. Cage que comienza el film hasta el que se tiene que poner al frente de la batalla, uno va viendo ese proceso de manera clara. No es, como suele pasar a veces que uno no sabe cuando fue el cambio, aquí, muy bien trasmitido al público tanto por Cruise como por el director, va siguiendo su proceso. Doug Liman (director entre otras de la muy buena “El caso Bourne”, de la exitosa “Blancanieves y el cazador” y de “Sr. Y Sra. Smith” con Jolie y Pitt”) demuestra una vez mas que sabe mucho de efectos, de acción y e humor. “Al filo del mañana” tiene como plus mucho humor (irónico, frontal y, a veces, negro), pero ese humor le da el respiro que el film necesita entre tanta acción. “Al filo del mañana” es un film parea no perderse, Los que lo vean van a entender que la película se puede ver una vez, y ver una vez, y ver una vez...
El tanque “norteamericano” de cada semana Hace dos semanas fue “Godzilla” y la pasada un nuevo capítulo de “X-Men”. Ahora es el turno de “Al filo del mañana” (“Edge of Tomorrow”), o si se quiere la nueva de Tom Cruise. Las distribuidoras norteamericanas, conocidas en la jerga cinematográfica como “majors” (Buena Vista, Fox, Warner, Universal, Paramount, Columbia/Sony), están muy bien organizadas a nivel de sus estrenos. No sólo en los Estados Unidos sino también aquí programan sus novedades de manera de evitar excesivas superposiciones en un mismo jueves. Últimamente se viene dando un fenómeno que hace algunos años no ocurría consistente en el estreno casi simultáneo en USA y Argentina. Lo de “casi” responde a dos causas principales. La primera es que en nuestro país el día de estreno es el jueves y allá los viernes. De manera que muy a menudo se conocen un día antes en Argentina los tanques (grandes producciones) norteamericanas. La segunda es que a veces, sobre todo hacia fin de año y a menudo por exigencias del Oscar, llegan más temprano en el hemisferio norte. “Al filo del mañana” curiosamente llega ocho días antes a la Argentina, pues su estreno en Estados Unidos está previsto recién el viernes 6 de junio. Fue dirigida por Doug Liman cuya irregular carrera incluye a la fallida “Sr. y Sra. Smith”, la discreta “Identidad desconocida” y la algo mejor “Poder que mata”, inmediatamente anterior a la que acaba de estrenarse. Basada en “All You Need is Kill” del japonés Hiroshi Sakurazaka, que empezó siendo una novela y luego fue adaptada al comic, remite inevitablemente a “Hechizo del tiempo”. Tanto Bill Murray en la película de Harold Ramis como Cruise aquí viven repitiendo un mismo día un gran número de veces en extraño fenómeno temporal. Pero el parecido termina aquí pues el género de ambos films es muy diferente y éste es de ciencia ficción. Nuestro héroe, el mayor William Cage, en verdad es un cobarde publicista que obtiene un rango militar pese a que no soporta la sangre. Incluso es arrestado en Londres por orden del general Brigham (Brendan Gleeson), al negarse a viajar a Francia donde tropas alienígenas (los Mimics) están invadiendo dicho país. De golpe despierta y tras rápido entrenamiento se ve embarcado arriba de uno de numerosos helicópteros militares que se dirigen a la costa francesa. La explosión en la nave lo obliga a tirarse de la misma y lo que le espera abajo es una verdadera masacre, con extraterrestres que parecen gigantescos arácnidos en situación victoriosa. En pleno combate se cruza con Rita Vrataski (Emily Blunt), una valiente mujer soldado a la que se conoce como el “Ángel de Verdún” por su valentía. Cuando Cage está a punto de morir despierta y todo comienza de vuelta (entrenamiento, helicóptero que explota, encuentro con Rita, etc). Pero lo que va cambiando es su forma de actuar en el campo de batalla. Experimenta una verdadera “curva de aprendizaje” (como en los videojuegos) que le permite al ex cobarde ir modificando su estrategia. La acción inicial del film se repite más de cinco veces, con variaciones que en algún momento producen una sensación de monotonía o cansancio en el espectador. Por suerte hacia el final tanto Cage como Rita llegan a superar el día que se ha venido repitiendo tantas veces. Es el momento en que él afirma “no he vivido este nuevo día” a lo que ella agrega “si nos quedamos aquí moriremos”. Emily Blunt sobresale en el rol central femenino y en roles secundarios se destacan Bill Paxton (Sargento Farell) y Noah Taylor (Dr. Carter). La sonrisa de Cruise con que se cierra “Al filo del mañana” es como un guiño al espectador alejándolo de un final convencional. Los efectos especiales están bien utilizados y si bien hay algo de “déja vu” de otros films de ciencia ficción, los amantes del género saldrán satisfechos. El mayor mérito del film es el intento, parcialmente logrado, de ser original evitando repetir argumentos trillados.
"Una vez más" A los 51 años Tom Cruise logró consolidar su propio subgénero cinematográfico donde lo único que está garantizado es el entretenimiento. Basada en la novela “All you need is kill” de Hiroshi Sakurazaka, “Al filo del mañana” es una eficaz mezcla de los mejores elementos que supieron ofrecer hace ya unos años films muy distintos entre sí como ser “Starship Troopers”, “El día de la marmota” y “Rescatando al Soldado Ryan”. Pese a todos los pronósticos, el resultado de tamaña combinación, es una producción compacta que ofrece muy buenos momentos de humor, dentro de una película de ciencia ficción con aires del mejor cine bélico. En “Al filo del mañana” no existe la profundidad argumental que presumía “Minority Report” ni tampoco el costado dramático que presente en “La guerra de los mundos” (ambas dirigidas por Steven Spielberg). Sin embargo la nueva incursión de Cruise en la ciencia ficción quedará en el recuerdo por ser una de los trabajos más logrados, entretenidos y espectaculares dentro de su larga y exitosa carrera. Lejísimos queda la correcta, pero lenta y más humana, “Oblivion: el tiempo del olvido” de Joseph Kosinski, estrenada el año pasada en nuestro país con la presencia del mismísimo actor en un evento sin antecedentes. Doug Liman (director de notable talento, pero con una filmografía bastante irregular) en esta oportunidad concibió una de las películas más entretenidas, dinámicas y explosivas del año apoyándose, no solo en el carisma de sus dos actores principales, sino también en un excelente apartado técnico que obliga al espectador a disfrutar de esta película dentro de una sala de cine. Las logradísimas escenas de acción (donde por lejos se destaca el primer y espectacular desembarco militar en costas europeas) combinan un excelente trabajo de edición, fotografía y musicalización realizado por James Herbert, Dion Beebe y Christophe Beck respectivamente. También vale la pena resaltar el enorme diseño de producción y vestuario, ya que todo el trabajo que hicieron con las naves, los aliens y los trajes militares es impecable. Ver a Emily Blunt, dentro de un exoesqueleto, matando extraterrestres con una espada, además de ser algo único e irrepetible, es por lejos una de las mejores combinaciones que ofreció el año en materia de acción. En definitiva, “Al filo del mañana” es una propuesta netamente pochoclera, sin grandes pretensiones y cumple un objetivo tan claro como sencillo: entretener de forma genuina a un público bastante amplio. Lo que se dice, una película 100% Tom Cruise
¿Qué pasaría si todos los días te levantaras y vivieras el mismo día en una suerte de constante estado de Deja vu? Bill Murray y Harold Ramis se encargaron de mostrarlo en clave de comedia en Atrapado en el tiempo (también conocida como El día de la marmota). Y el joven director Ducan Jones ya experimentó exitosamente con una temática similar en 8 minutos antes de morir. Ahora bien, ¿qué sucedería si el planeta se encontrara al borde de la extinción por parte de unos invasores alienígenas y la clave de la salvación es nada menos que Tom Cruise disfrazado de supersoldado viviendo una y otra vez el mismo día? Al filo del mañana es lo que sucedería. Y quizás para sorpresa de varios, vale la pena averiguarlo. Hace mucho tiempo que el cine parece aproximarse sigilosamente a los videojuegos por la vía de lo formal más que por contenido, poco más y las películas empezarán a concluir con un Game over en vez de un The End. Pero Al filo del mañana parece desafiar el prejuicio de que eso es necesariamente malo. En esta oportunidad se nos presenta una interesante y audaz estructura narrativa más cercana a un videojuego de lo que Hollywood jamás se ha atrevido a estar. Partiendo de la base de que el protagonista vuelve a vivir el mismo día cada vez que muere, esto da pie a que conforme avance la historia, el personaje irá perfeccionando su accionar como cualquier aficionado a los videojuegos que se topa con ese nivel imposible que solo la infinidad de reiteraciones permitirá que supere. Doug Liman (director de Identidad desconocida y la un tanto más condenable Jumper) se siente cómodo retratando a un personaje ambiguo que carece de toda chapa de héroe y parece disfrutar de hacer morir a su protagonista un centenar de veces de modos inesperados, estúpidos, jocosos y horribles. La conjunción de todos estos elementos que a decir verdad no son exclusivamente originales, termina encontrando una voz propia que convierte a esta superproducción en un exquisito ejercicio de reiteración y dignificación de un buen guión. Tom Cruise, con una irregular carrera en materia de Ciencia Ficción, puede levantar sospechas sobre el producto al quedar asociado a una producción de esa calaña, y es que ofrece argumentos tanto para sus admiradores como para sus detractores. Pero pareciera que su nueva película podría llegar a lograr que varios se pongan de acuerdo. Luego de ver los afiches, trailers y publicidades varias uno bien podría pensar que se trata de otro blockbuster descerebrado donde Cruise intenta salvar al mundo, pero por fortuna no lo es. Pero ante todo la mayor virtud del film es que en sus 113 minutos de metraje no hay un solo lugar para el bostezo.
Un bautismo de fuego en loop. Consideremos por un instante a los sectores más prejuiciosos y ensimismados de la crítica y el público, esos que suelen moldear sus expectativas ante el proyecto ocasional en función de los dos o tres opus que recuerdan del responsable máximo de turno, como si no existiesen ejes diacrónicos y sincrónicos para sopesar y como si el “copiarse a sí mismo” fuese la única opción posible al momento de la creación artística/ industrial. Mientras que los realizadores arrastran el fantasma del “autor” sobre sus espaldas y la repetición puede llegar a ser un rasgo de estilo con una mayor o menor preponderancia, los actores en cambio respetan el proceder del “trabajador asalariado”, por lo cual a nivel profesional casi siempre privilegian el componente original frente a la seguridad que brinda el autoplagio. Prosiguiendo con esta línea de análisis, debemos obviar la innegable inteligencia comercial de Tom Cruise (guste o no, desde comienzos de su carrera ha logrado imponerse como una gigantesca máquina de facturar, característica que lleva cuatro largas décadas sin modificaciones) y un histrionismo que nunca llegó a deslumbrar (su talento interpretativo siempre fue más bien escueto y los años simplemente le han dado un oficio manifiesto). ¿En qué medida Al Filo del Mañana (Edge of Tomorrow, 2014) es un vehículo para el cincuentón? Chequeando estética y proporciones varias de los afiches de sus últimas obras tendremos una pista clara al respecto, incluida la excelente Oblivion (2013), pero a decir verdad nunca conoceremos el grado de libertad que el señor suele conceder a “su equipo”. Ahora bien, luego de ingerir y escupir inmediatamente ese paupérrimo “sentido común” cinematográfico, sólo queda en pie la película en sí, el centro autónomo del que nadie debería apartarse a la hora de juzgar a conciencia un producto de esta índole. La premisa básica reproduce la estructura del “eterno retorno” nietzscheano aunque en esta oportunidad vaciado de contenido y aplicado a la muy de moda ciencia ficción de “invasión alienígena”. Aquí Cruise personifica al Mayor William Cage, una especie de relacionista público intra Fuerzas Armadas, algo así como un mandamás -en lo que a campañas de reclutamiento se refiere- al que el recio General Brigham (Brendan Gleeson) asigna para encabezar la “avanzada definitiva” contra unas alimañas de múltiples tentáculos y velocidad sin igual. Gracias a la poca predisposición para el combate de Cage, Brigham rápidamente lo declara desertor y lo envía sin más al frente de batalla, donde muere con la sangre de uno de los enemigos cubriendo su rostro y sin mucha dignidad que digamos. De hecho, ese será el disparador para un bautismo de fuego en loop que implicará no sólo un cúmulo de resucitaciones traumáticas sino también el descubrir la dialéctica/ funcionamiento de la situación, los pormenores de un conflicto cósmico que se intuye perdido de antemano y el desentrañar qué papel juega Rita Vrataski (Emily Blunt), una heroína de la contienda que guarda la clave para el destino de Cage y todos los involucrados en esta jornada que comienza militarista/ chauvinista y luego se vuelca hacia un relativismo de corte humanista. Vale aclarar que la sencillez de la propuesta es francamente abrumadora, ya que en esencia hablamos de una mixtura en extremo convincente entre Hechizo del Tiempo (Groundhog Day, 1993) y 8 Minutos antes de Morir (Source Code, 2011), dos joyas indelebles del subgénero “maldiciones temporales”. La dirección de Doug Liman es prolija y en el guión se nota la mano maestra de Christopher McQuarrie, sobre todo en los toques recurrentes de humor negro, un verosímil cauteloso y una extraordinaria administración de la tensión dramática que sabe cuando bajar las revoluciones narrativas. El film aúna la épica personal del protagonista con la coyuntural de una destrucción inminente, construyendo en el trajín un ejercicio maravilloso en coherencia procedimental y entretenimiento para las masas…
La marmota de Cruise Volvía en subte de ver la película sin la más mínima idea de qué escribir. Salí por la escalera mecánica, que no funcionaba, y en el primer escalón mi cuerpo reaccionó como si de todos modos fuese a subir sin ningún esfuerzo, víctima de la inercia. Ahí todo se volvió un poco más claro. Al filo del mañana, probablemente como todas las películas de ciencia ficción hollywoodenses, propone esa misma premisa: automatizar al cuerpo para un recorrido sin desafíos emocionales o intelectuales ni tropiezos y con un destino claro e inconfundible. Claro, a veces no funciona, como la escalera, y otras, dicho mal y pronto, entretiene. Dirigida por Doug Liman –responsable de la saga Bourne con Matt Damon–, Al filo del mañana tiene como protagonista a Cage (Tom Cruise), un antihéroe que se ve obligado a pelear en una guerra contra una invasión alienígena junto a una heroína –Blunt, objeto de la inevitable historia de amor– y algunos estereotipados personajes extraños, que confrontan con la idea de soldado convencional, pertenecientes al “Escuadrón J”. La novedad de la película, por así decirlo, está en utilizar el mismo recurso que El día de la marmota: Cage vive una y otra vez la pelea final tratando de encontrar el modo de ganar la guerra. Pasando, si se pudiese, por alto la repetición y no inocente idea de un héroe estadounidense que debe salvar a la humanidad y el final poco jugado –seguramente parte de la ecuación para no incomodar al público–, la sucesión de efectos especiales y escenas de acción permiten llegar al desenlace, como cualquier escalera mecánica en funcionamiento.
El nuevo filme de Tom Cruise y Emily Blunt ofrece buena acción con un argumento ingenioso y un ritmo creciente y sostenido. Una de las mejores películas de acción estrenadas en lo que va del año. Suena como la leyenda de una afiche promocional, pero no deja de ser cierto: Al filo del mañana tiene la forma de esos milagros que de vez en cuando ocurren en Hollywood: una buena historia, bien contada y entretenida desde el principio hasta el final. El argumento podría describirse como la trasposición de la idea de Hechizo del tiempo al género bélico: un soldado que despierta una y otra vez para revivir las mismas situaciones en un campo de batalla donde se enfrenta a un ejército de alienígenas. La noción de la física teórica de que el tiempo es reversible, extraída de los manuales de divulgación científica, ha inspirado decenas de películas de todos los géneros (algunas de ellas clásicas, como Volver al futuro o Terminator), y hay que decir que Al filo del mañana es digna de ese linaje (al menos bastante más digna que X-men, días del futuro pasado, también en cartel). La fórmula del director Doug Liman (El caso Bourne) para que el mecanismo recurrente funcione está asociada al ritmo con que se presentan las repeticiones y variaciones de la situación inicial. Mediante las dosis justas de novedades que se introducen en cada ocasión, la historia avanza como si fuera un complicado videojuego en el que los obstáculos deben superarse no sólo a fuerza de un extenuante entrenamiento sino también de mucho ingenio. En ese sentido, el personaje de Tom Cruise es perfecto, porque no es presentado como un héroe. Todo lo contrario: se trata de un militar publicista a quien una serie desafortunadas de malentendidos empuja al frente de combate. Más acorde con la figura de una heroína es el papel de Emily Blunt, una sargento que se ha revelado como una máquina de matar extraterrestres en un batalla anterior. La sociedad entre ambos forjará un excelente dúo protagónico, en el que los roles débil-fuerte no coinciden precisamente con los tradicionales femenino-masculino. Ellos aprenderán el uno del otro la clave para salir del círculo temporal en el que están atrapados. Con varias escenas de acción más que logradas y un ritmo creciente y sostenido (que parece potenciarse gracias a esa especie de recurrente fatalidad en la que ambos personajes están inmersos), Al filo del mañana cumple con la promesa implícita de resolver cada uno de los problemas que se plantea y lo hace con las mejores armas del gran cine de acción.
"Pensé que podía ser un pastiche entre la impronta militar sci-fi de Starship Troopers, el vestuario de Elysium y el recurso del bucle temporal que ya vimos en varias películas. Pero, si bien se alimenta de muchos otros filmes, Al filo del mañana tiene vuelo propio y está buenísima". Escuchá el comentario. (ver link).
El mito del eterno retorno El futuro de la humanidad se juega en plena invasión alienígena. Bill Cage, degradado de su condición de mayor del ejército a soldado en la primera línea de fuego, queda atrapado en un bucle temporal que lo lleva a vivir el día de la batalla una y otra vez. Las historias interesantes y bien contadas abundan por estos tiempos en la televisión. O en cinematografías que rara vez -por no decir casi nunca- visitan nuestras pantallas. “Al filo del mañana” es interesante y está muy bien narrada. Poderosos puntos a favor entonces. Ni Doug Liman ni sus guionistas (Christopher McQuarrie y los Butterworth, Jeremy y John-Henry) descubrieron la pólvora. La columna vertebral de la ciencia ficción se nutre de convenciones que “Al filo del mañana” no desdeña. Al contrario; las usa con ingenio y honestidad. Las inteligencias colectivas alienígenas y las paradojas temporales son tópicos transitados por autores de todas las latitudes. Aquí constituyen el corpus de la historia. Liman sabe desarrollar thrillers. “Al filo del mañana” corría el riesgo de desbocarse, de aturdir. El director ajustó las riendas por medio de una edición prolija, trepidante sin resultar excesiva, precisa sin volverse confusa. Y otro as que Liman saca de la manga es el humor, una vuelta de tuerca en sí misma. Hay química entre Tom Cruise y Emily Blunt y ese es un activo de la película. Si en “Oblivion” Cruise había jugado con la clonación, aquí protagoniza su propio “Día de la marmota” (ineludible clásico noventoso, en ese caso una comedia y con Bill Murray despertando una y otra vez en el mismo día). Claro que acá el loop es de lo más angustiante. El campo de batalla es una vorágine idéntica al día “D”. No será Normandía ni habrá nazis al frente, pero en la playa al otro lado del Canal de la Mancha aguardan unas máquinas de matar que riegan la arena de sangre. Sobre todo de la de Cruise, quien lentamente se irá dando cuenta de qué va la guerra y cuál es la clave que aguarda al final del camino. También puede -y debe- leerse “Al filo del mañana” como un blockbuster pletórico de acción. Cruise se calza el uniforme que más le gusta: el del héroe que salva el planeta. Digamos que esta vez le queda bien.
Lo mejor de esta película es que Tom Cruise ha recuperado el tono que le faltaba en la olvidable Oblivion (y que no le faltaba en la muy buena Jack Reacher). Aquí es un soldado inexperto y torpérrimo en medio de una invasión extraterrestre que se ve obligado a repetir, una y otra vez, el mismo día fatal. Pero encuentra la forma de ir perfeccionándose en la repetición gracias a una soldado (Emily Blunt) que le va enseñando cosas. Por cierto, el “loop” temporal y todo lo que sucede tiene su giro sorpresivo, de esos que cambian lo que vemos pero también lo aclaran. Los defectos de la película se encuentran en la tendencia a la elefantiasis del realizador Doug Liman, que siempre intenta un golpe de más. Esta mezcla de Hechizo del tiempo con cualquier film matabichos padece de un problema solo a medias resuelto por el enorme Cruise: Liman cree que “humor” es meter un chiste entre la sangre y confunde “seriedad” con “solemnidad”. De todos modos, el ingenio del guión y la humanidad que proveen los actores hacen del film casi memorable.
Luchas imaginarias y piñas reales Tiene el formato narrativo de los videos juegos y recupera, entre vistosos artificios, una vieja ilusión de los hombres: la de volver atrás en el tiempo para poder cambiar lo que hicimos mal. Reiniciarnos. Eso le pasa al mayor Cage (Cruise), un militar que jamás pisó un campo de batalla y al que mandarán castigado al frente de una guerra que la humanidad viene perdiendo por goleada. Una terrible invasión -¡otra!- nos amenaza. Unos asquerosos extraterrestres avanzan a paso firme sobre la pobre Tierra. Nada los detiene. El mayor Cage, en su primer encontronazo, muere, pero se contamina con sangre forastera y entonces, a partir de ese momento, cada vez que muera, revivirá. Y Cage aprovechara cada resurrección para adelantarse a los hechos y mejorar el futuro. El tema abreva en la ciencia ficción y roza en alguna medida la religión y la filosofía. El filme, liviano y chispeante, nos habla de un héroe forjado contra sí mismo, que pinta al destino como un ejercicio en constante formación y que sabe mezclar lucha, alguna sonrisas y la promesa de un mañana mejor. Buen libro y eficaz resolución. No es oscuro ni confuso, como tantas otras películas sobre raras amenazas y raros salvadores. No es larga, no explica demasiado, es llevadera, los efectos especiales ayudan y Tom Cruise demuestra otra vez que elige muy bien a esos antihéroes a quienes la casualidad y el destino los transforman y los redimen. Volver para reiniciar. Hacer como las computadoras y los juegos. Conseguir vidas de repuesto para rehacer lo que anduvo mal. Ese es el viejo sueño de una humanidad sin borrador que jamás tendrá la chance recomenzar. Al final, Cage perderá su inmortalidad, aunque podrá empezar a disfrutar de una nueva vida, sin resurrección a la vista, pero sin extraterrestres y con una linda rubia.
Ciencia Ficción de la buena, que nos plantea ideas renovadas, que nos entretiene, nos lleva a mundos nuevos, nos pone en situaciones nunca antes exploradas; y nos hace además reflexionar sobre las mismas. Tom Cruise se lleva muy bien con la ciencia ficción y este es otra perla en su historial del género. Un filme muy recomendado. Escuchá la crítica radial completa en el reproductor debajo de la foto.
Sí, Tom Cruise es un crack. Bendecido por algún poder o dios extraño, al igual que Midas, todo lo que toca lo convierte en oro. Es de esos actores de estirpe clásica, que suelen desplegar un minimalismo gestual notable, infalible. Es un Clint Eastwood más empático y con mejor sentido del humor. Funciona bien en la comedia, en el drama y, su predilecta últimamente, la ciencia ficción. Al Filo del Mañana (basada en la novela ligera All You Need is Kill del japonés Hiroshi Sakurazaka), es una película que se vale del time travel, recurso bastante frecuentado por cierto cine de ciencia ficción (ya sea como bendición o como maldición). Exponentes hay varios y variados: desde Volver al Futuro hasta la reciente X-Men: Días del Futuro Pasado, pasando por la excelente El Día de la Marmota, La Jetée, 12 Monos y las más o menos regulares El Efecto Mariposa, Regresiones de un Hombre Muerto y Cuestión de Tiempo, por mencionar algunas. En todas, el recurso estaba puesto al servicio de algo más y, casi siempre, el viaje en el tiempo tenía un efecto moralizante: había que volver al pasado para corregir el presente, para salvar a alguien de una realidad espantosa, angustiante, incluso si eso implicaba resignar la felicidad propia. Lo que importaba era salvar al otro, buscar esa línea temporal que se acercara a los deseos del protagonista y de su entorno, pero sin perder de vista que cada modificación en el tiempo pretérito cambiaba colosalmente el rumbo de la historia. Al Filo del Mañana no tiene ese elemento moralizante; la premisa es simple: Tom Cruise (Bill) es un inexperto oficial del ejército de Estados Unidos -en plena guerra con un enemigo de otro mundo- que se ve obligado a ir al frente a pelear contra los mimics, una suerte de monstruos-máquina estilo La Guerra de los Mundos. El tema es que él no sabe pelear, menos que menos manipular un arma o matar a esos bicharracos. Pero, a partir de su primer encuentro no demasiado afortunado con el enemigo, tendrá la posibilidad de volver una y otra vez al día de su muerte y así aprender, a fuerza de repeticiones y cambios de estrategia, cómo vencer (parcialmente) al enemigo. En el medio, Emily Blunt (Rita), una excelsa soldado de las fuerzas especiales que alguna vez tuvo el mismo don que Bill. Ella será la encargada de entrenarlo y juntos terminarán concretando el plan que los acercará a la victoria, aunque nunca nos sea mostrada. La idea es tentadora: volver al pasado una y otra vez, a un momento clave de nuestra vida, y corregir cada error que cometimos, probar caminos alternativos, idear nuevas estrategias y, si no funcionan, volver atrás e intentarlo de nuevo. El paraíso del conductismo: volver al pasado para corregir la conducta y evitar el trauma presente. La idea es tentadora: volver al pasado una y otra vez, a un momento clave de nuestra vida, y corregir cada error que cometimos. Hasta acá todo bien, porque Tom y Emily garpan (no confundir con un verbo similar que acá no aplica; better luck next time, Tom) juntos y por separado y la iteración (repetición), si bien al principio agota un poco, después se vuelve entretenida y funcional a la relación entre ambos y entre Tom y su escuadrón. Pero la sensación que queda está relacionada con algo que viene sucediendo en cierto cine de ciencia ficción: 1) Hollywood celebra, por una y millonésima vez, el espíritu intervencionista y bélico de las potencias centrales, mediante fantasías distópicas en las que hay que salvar al mundo de un enemigo externo, siendo ellas las únicas capacitadas para tal fin, ya sean los rusos, los alemanes, los medio-orientales o los habitantes de otro mundo. Da igual: la amenaza está ahí afuera y solo las potencias son capaces de doblegarla. 2) En los ochentas, una época políticamente conservadora y reaccionara, el cine de ciencia ficción, especialmente el clase B (pero también el cine mainstream industrial, con Encuentros Cercanos del Tercer tipo, 1977, ET, 1982, Enemigo Mío, 1986, por solo mencionar algunos casos), supo ser reactivo y denunciar los males de la sociedad de esa época. Era un cine pesimista, que no daba lugar a finales felices, sino que planteaba un futuro desolador, del que no había salida, ni como individuo, ni como sociedad. Carpenter terminó siendo el mayor exponente de ese tipo de cine, y llevó al extremo esta visión en cada una de sus películas, en las que el enemigo era la sociedad y al individuo no le quedaba más remedio que luchar por su supervivencia, siempre solo, siempre aislado (Fuga de New York, 1981, La Cosa, 1982, Starman, 1984, They Live, 1987). Al Filo del Mañana pertenece a otra tradición del cine de ciencia ficción –además de tratarse de un producto mainstream-, una tradición que denuncia ciertos abusos institucionales pero lo hace de manera deshumanizada, y con un espíritu absolutamente optimista. El individuo aislado puede ser la clave de la salvación de la sociedad y del mundo. El Estado sigue siendo incapaz de resolver pero un individuo puede proporcionar ese tan deseado final feliz (vimos recientemente esto en ejemplos fuera del género como, por ejemplo, Argo). 3) Como mencionamos antes, el tema de la deshumanización viene de la mano de la falta de desarrollo de personajes. Al Filo del Mañana es un islote, una película que se centra en el recurso, en el time travel, como premisa casi única, y relega a un último plano la parte humana y el contexto. Los personajes son gélidos, fríos, y parecen no tener pasado ni contexto, sino ser meros títeres dentro de una historia que no se propone más que mostrar un cacho de un futuro distópico. Ni el crack de Tom Cruise ni la hermosa y carismática Emily Blunt son suficientes para darle alma a una película gélida, correcta, entretenida, pero gélida. Hay algo que falta, que sabe a poco. Acaso habría que revisar un poco esa ciencia ficción de la que hablamos. Ojo que el toque del Rey Midas se puede volver en contra: si todo lo que se toca se convierte en oro, puede que entonces todo termine siendo frío, metálico y blando.
Tal vez por la escasa cantidad o calidad (me niego a pensar que todo está dicho) el cine de ciencia ficción es probablemente uno de los más “refritados”, junto con el de terror. Es curioso porque sentarse a pensar e imaginar un futuro para la raza humana, sea o no en términos apocalípticos, debería servir para precisar, entre otras cosas, por qué y cómo hemos llegado a la situación planteada. Hay mucho para preguntarse sobre cómo modificar el presente para augurar un futuro menos desértico en todos los términos posibles. De una producción de Hollywood sobre un futuro apocalíptico que incluye una invasión extraterrestre uno ya sabe que el gen de la idea no es para la filosofar, sino para vender todo el pochoclo que se pueda. Por eso, es en los antecedentes de los creadores de donde uno se puede agarrar para vislumbrar las posibilidades de ver entretenimiento puro o algo más. Veamos entonces. El director es Doug Liman, hombre de cal o de arena si tenemos en cuenta buenos pergaminos como “Identidad desconocida” (2002), el inicio de la saga de Bourne en 2002, aceptable manejo de humor y acción con “Sr y Sra. señora Smith” (2005, o la muy olvidable “Jumper” (2008). Los guionistas son tres: Christopher McQuarrie, guionista que aburrió mucho con “El turista” (2010) pero entretuvo bien con “Operación Valkiria” (2008), y los hermanos Jez y John-Henry Butterworth, quienes ya habían trabajado con éste director en aquella “Poder que mata” (2011), con Naomi Watts y Sean Penn. Así las cosas., el lugar que ocupan la idea y el argumento no será tan importante aquí. El mundo está en crisis luego de una invasión extraterrestre, todo esto explicado en algunos segundos con flashes de noticieros de todo el mundo de forma tan rápida como poco concreta (¿no se cansan de este recurso?). Por supuesto el ejército de los Estados Unidos está, como siempre, bregando por la democracia, el american way of life, etc. Hay que recuperar el orden como sea. Rápidamente se avanzó en la tecnología para combatir a los bichos que son una mezcla de pulpos mecánicos inyectados con cocaína de la mala. Se mueven tan rápido que apenas se pueden ver como para corroborar el plagio de diseño de los centípodas de “Matriz” (1999). En fin. Cage (Tom Cruise) es un militar con el talento suficiente como para haber podido evitar el campo de batalla y a la vez convertirse en un carismático lobbysta a favor de la exterminación. Pero un día, yendo a Londres, el General Grighman (Brendan Gleeson) lo manda carrera march a encabezar las tropas que revivirán el día “D”, casi 70 años después en el mismo lugar. Pavada de referencia histórica, pero sucede que a los aliens les encanta el aire parisino, o el buen vino, y ni que hablar del arte a juzgar por el lugar en donde deciden instalar el núcleo de la invasión. Defecado en los pies, y contra su voluntad, el bueno de Cage baja a la playa, esquiva un par de cosas y muere. Inmediatamente después, despierta nuevamente en el momento previo a ser incorporado al batallón iniciando así un constante reinicio de la misma secuencia una y otra vez hasta poder entender qué pasa a través de Rita (Emily Blunt), quién servirá de guía al novato y al público. Aquí es donde la memoria del espectador acudirá raudamente para responder de dónde le suena esta idea entretenida si, pero con grandes diferencias. “Hechizo del tiempo” (1993) inquietaba con humor sobre la rutina, el desaprovechamiento del tiempo y la autenticidad del ser, y “8 minutos antes de morir” (2011), si bien está lejos de la anterior, al menos dejaba picando esta sensación del ejército norteamericano explotando a sus hombres hasta gastar lo poco que queda de vida digna. “Al filo del mañana” esquiva con éxito cualquier planteo de este tipo dejando descansar su esencia en la acción continua, en algo de humor, y en la progresión del personaje principal cuyo tránsito de holgazán acomodado al héroe que salva el día es notable. Sólo por estos detalles la película no sigue el camino de “Invasión del mundo: Batalla Los Angeles” (2011), pero claro, nada puede ser peor que aquella. La temática de ciencia ficción necesita renovación de ideas. Mientras tanto la sensación es que todo se parece.
Reciclaje con replay Hay un oficial del Ejército estadounidense sin ánimo guerrero empujado a la violencia por un superior (que pareciera encarnar el deseo de los productores del film, para quienes sin combates no habría película) y un extraño fenómeno por el cual este soldado bienintencionado muere y renace todo el tiempo, volviendo a lo que ya vivió con la posibilidad de modificarlo. Es el pretexto para divertir con un film efectivo, menos original de lo que parece. La idea del eterno retorno ya ha sido empleada en otras películas –el caso más emblemático es Hechizo del tiempo (1993, Groundhog day, de Harold Ramis)– y, de la misma manera, muchas veces hemos visto extraterrestres con la forma de bichos viscosos como los que atacan a la humanidad en Al filo del mañana. La envoltura, aquí, es una sucesión de peripecias, armamentos sofisticados, aviones que caen y furor militar, con una estética herrumbrosa y futurista que recuerda a productos como Mad Max (1979, George Miller) aunque con el vértigo de un videogame, incluyendo esa alternativa de reiniciar y mejorar el juego. Está claro que el resultado es consecuencia de un proceso de reciclaje, que apenas disimula su fruición por la vocación bélica de los países poderosos y aligera sus ambiciones con algo de humor. También es evidente que el film no sería lo que es si no tuviera como protagonista a Tom Cruise, estrella de fotogenia perenne y hábil para asimilar a su carrera de los últimos años proyectos livianos de apariencia moderna y vulgaridad esquiva (Misión: Imposible, Minority Report, La guerra de los mundos y otros). Su partenaire en esta ocasión es Emily Blunt, inevitablemente masculina y sudorosa (lo que vuelve pétreo el beso de rigor). Graciosa y menor, basada en una novela de ciencia ficción de Hiroshi Sakurazaka, Al filo del mañana ciertamente deparará dificultades cuando se edite en DVD y el menú deba dar pistas sobre las escenas a buscar.
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Hechizo del tiempo Del director que comenzó una de las mejores sagas de acción, como fue Identidad Desconocida, llega esta superproducción hollywoodense encabezada por Tom Cruise que, mas allá de la simplicidad de la historia con huellas de muchos films y citas varias, logra ser lo suficientemente entretenido y visualmente atrapante para el espectador. La película trata una vez más, en tono apocalíptico, sobre invasiones alienígenas a la tierra en la que la humanidad lucha por su supervivencia. Un oficial, inexperto en combate y cuya función es solo animar a la gente a alistarse para combatir, es engañado y enviado a combatir al frente de batalla donde al eliminar a uno de los alienígenas consigue crear un bucle espacio-temporal que lo condenará a revivir una y otra vez la fatídica batalla. Pero descubrirá junto a una guerrera de las fuerzas especiales que dicho fenómeno le permitirá morir para revivir una y otra vez el mismo día hasta ir perfeccionando sus técnicas de combate e intentar salvar al mundo. Si bien la película está inspirada en el manga de Hiroshi Sakurazaka, una novela muy popular en Japón llamada “All you need is kill”, hay huellas y elementos de films como 8 minutos antes de morir, de Duncan Jones y Hechizo del tiempo, de Harold Ramis, protagonizada por Bill Murray (de las cuales toma el concepto de revivir cíclicamente el día), El juego de Ender (una gran fuente de energía que dirige a todos los alienígenas en la tierra), unas criaturas llamadas "Mimics" mezcla de Aliens con los centinelas vistos en Matrix III, una combatiente llamada "Full Metal Bitch" (mezcla de Lara Croft: Tomb Raider con Rambo), armaduras propias de un videojuego y hasta un homenaje al desembarco de Normandía. Liman y sus guionistas saben reciclar todos estos elementos y armar un rompecabezas donde la velocidad y el ritmo que le imprimen al relato ofrece suficiente diversión y entretenimiento para olvidarse de cualquier otro aspecto. Al filo del mañana apuesta a la sencillez de la historia, poniendo el acento en la evolución del personaje central en manos de Tom Cruise (un hombre del marketing alejado de la batalla cuya vida se trastorna y poco mas tarde deberá convertirse en un verdadero héroe), personajes secundarios descriptos con rapidez, ciertas dosis de humor negro que posicionan algunas escenas en lo mejor de la película y un diseño de producción y efectos especiales muy bien logrados. Sin mayores pretensiones y privilegiando siempre el ritmo del relato, consigue entretener y disfrutar de la acción y la ciencia ficción en su estado puro, reafirmando cierta tendencia actual de trasladar al cine una arquitectura de videojuego.
Vive… Muere… Repite Nueva y clara muestra de que el bueno de Tom Cruise no falla cada vez que le toca un protagónico. En la proyección de Doug Liman (realizador de films como The Bourne Identity), el reconocido actor de la saga de Misión Imposible es uno de los factores que mayor peso tiene a la hora de conquistar y hacer de este producto un entretenimiento que supere la línea de lo que se encuadra como simplemente “pochoclero”. Carisma innato para que el público simpatice y se sienta a gusto durante las casi dos horas de metraje repartidas entre acción, ficción y nervio. Al filo del mañana se ubica en un futuro no tan lejano, donde una raza prácticamente invencible de extraterrestres invade la Tierra. Cage (Cruise) es enviado al combate, siendo un comandante que no está preparado para tamaña misión vinculada al enfrentamiento. Lo extraño se da cuando al morir, a instantes de verse inmerso en la batalla, vuelve a aparecer al comienzo del día, en una especie de “reset”, repitiendo las mismas secuencias una y otra vez. Es entonces cuando deberá aprender a manejarse para sacar a flote la cuestión sin cometer errores vivenciados en episodios anteriores. Así como Bill Murray en Groundhog Day, nuestro protagonista comienza su jornada en cientos de oportunidades en el mismo lugar. Se sabe de memoria lo que le dirán sus compañeros y lo que sucederá en aquella playa en la que descienden, a pura adrenalina, a combatir con una especie de alienígenas de apariencia bastante diferente del común de cintas del género. Su desafío radica en encontrar la vuelta de tuerca necesaria al asunto para cambiar el porvenir y dejar de reiterar ese bucle temporal que, en leves y determinados pasajes, se hace algo cansino. Al filo del mañana se asemeja a un videojuego, en donde cada fallecimiento del personaje central oficia de “game over”. La partida se resetea (en este caso la maniobra corre por cuenta de Cage) y, mientras alrededor todo es igual al intento precedente, lo que se avecina depende de cómo nuestro héroe manipule las acciones para salir victorioso. Aquí no hay “checkpoints”, de modo que ante cada muerte se debe volver a comenzar desde el principio. La película entretiene a grandes escalas, tensiona al espectador y también emociona. El ritmo que le imprime Liman a cada escena resulta alentador como para no perder el punto de enfoque. Más allá del impecable trabajo de Cruise, vale destacar el lucimiento de Emily Blunt, en el rol de mujer fuerte y ensimismada con su cometido. Quien acompaña generando empatía con el público es Bill Paxton, cumpliendo, como siempre, con el papel que le toque personificar. Con muchas más pros que contras, con atinadas ocasiones en donde se apela al humor, el film sale airoso, dejando un buen sabor cuando los créditos aparecen. Una experiencia ideal para cine. LO MEJOR: las actuaciones. Gran labor de Tom Cruise, secundado de Blunt y Paxton. La historia, emocionante, con buena dinámica. Acción, efectos. LO PEOR: determinados momentos en que la repetición se hace un poco molesta. PUNTAJE: 8,3
Al filo del mañana es un gran film de acción y ciencia-ficción que solamente se puede disfrutar a pleno en pantalla grande. En muchas ocasiones este tipo de temática se desarrolla en forma muy confusa, pero en este caso cualquier espectador, sea un experto o un novato en films sobre una línea de tiempo repetida una y otra vez, va a entenderla sin ninguna dificultad, a pesar...
Voy, y vuelvo, y vuelvo, y vuelvo y... Thriller futurista donde el espectador se adentra en el mismo de una manera tan rápida como es infrecuente en el cine.Y hasta inmerso en una cierta rareza, fíjense: Tom Cruise es un mayor militar que prácticamente ha sido nombrado de prepo, y que ya en medio de un colosal ataque extraterrestre no tiene ningunas ganas de participar en la acción pero a veces no sirve cerrarse y eso se verá cuando es arrojado al centro de la acción, donde se libera el fuerte combate, y más raro es cuando se da cuenta que lo matan rápidamente y que cae en un agujero de tiempo que lo hará retornar una y otra vez incesantemente a la contienda. Claro que por la magia del cine y del género -pura Ciencia ficción-, ira entendiendo el porque de las cosas, y habilitándose para poder vencer a los invasores, junto a una guerrera calificada (Emily Blunt). Suerte de versión "Súper acción" de aquella inolvidable comedia "Hechizo del tiempo" (O su original "El Día de la Marmota)con cierta concomitancia es decir hay grado de comparación con aquél personaje de Bill Murray en el título citado y el de Cruise aquí. Tendrán ambos que ir y venir, y repetir hasta el cansancio lo ya transitado para poder llegar a manejar todo y salir de eso. Doug Iman logra atraparnos con su cuentito del tiempo, y la oferta fílmica viene bien provista de efectos, fotografía, actuaciones y todos los chiches atractivos.Posee un ritmo incesante, imparable, logrado aún más en su primera hora que en su desenlace, pero reconforta su originalidad avasalladora. No es una peli pochoclera más, el eje de narración hará no darle respiro al espectador, y pensar bastante, y que sin dudas que si uno vaya a verla, lo haga en un cine. Ese es el mejor lugar para disfrutarla.
El primer último día La presencia de Tom Cruise en el filme ya preanuncia cierto encuadre de género: un sufrido héroe que tendrá que salvar al mundo y resolver un enigma. Si “Oblivion” (también con su protagónico) jugaba con varios tópicos de la ciencia ficción de Phillip K. Dick (la memoria implantada, las vidas simétricas, etc.), “Al filo del mañana” arranca como visión a lo Paul Verhoeven de lo dickiano, con su compilado de noticieros sintetizando la situación inicial (¿alguien se acuerda de que “Robocop”, “El vengador del futuro” y “Tropas del espacio” empezaban con noticieros o comerciales?). El espectador puede reconstruir a través de flashes informativos que hubo una invasión de una rara alienígena a los que se llama mimics, por su habilidad para copiar las tácticas militares (traducidos aquí no tan correctamente como “mimos”, aunque algunos mimos parezcan extraterrestres): han caído en un meteorito y son una especie de conciencia gestáltica (lo que recuerda a “Tropas del espacio”), pero eso lo iremos viendo después. En los noticieros vemos al mayor William Cage (Cruise con toda la cara de chanta entrado que es capaz de generar), un responsable de comunicación del ejército, que cuenta sobre el novedoso exotraje (jacket) que usan los soldados humanos (lo primero que nos venden los afiches, y lo que pone un atractivo look de guerra futurista) y toda una campaña en torno a la sargento Rita Vrataski, que con poca experiencia y esa armadura se volvió una heroína en una batalla librada en Verdún (aquel legendario campo de batalla de la Primera Guerra Mundial). Volver a empezar El relato empieza cuando Cage va a Gran Bretaña, donde se prepara la ofensiva de las fuerzas de la humanidad que desembarcará en la Normandía francesa (como los aliados en la Segunda Guerra). El general Brigham (Brendan Gleeson con su mejor cara de inglés borrachín y mala onda) lo quiere mandar a trabajar al frente y ante la negativa, será embarcado como desertor. Doug Liman (el mismo que dirigió la saga de Bourne y Sr. y Sra. Smith) se luce en el desembarco, una mezcla del de “Rescatando al soldado Ryan” con algo de “Invasión del mundo-Batalla: Los Ángeles”, ya que no se ve al principio contra qué se está peleando, aunque cuando los mimics aparezcan se parecerán un poco a las criaturas de “Skyline: la invasión”. En el campo de batalla, Cage verá en acción a Vrataski (una Emily Blunt más mala y dura que cualquier alien, pero mucho más bonita), antes de morir los dos. Pero curiosamente Cage se despierta en esa misma mañana, cuando llega como desertor al campamento. Ahí empieza el “vive-muere-repite” de los afiches: Cage empezará a arrancar de nuevo el día, viviendo la misma batalla, hasta saber por qué (algo de ese secreto está en la habilidad y los méritos pasados de Rita) y cómo ahí puede estar la clave para vencer al enemigo. Al principio hay una cierta lógica de videojuego (en tal punto nos matan, así que en la próxima vida ya estamos preparados y seguimos un poco más), pero en distintos momentos Cage intentará caminos alternativos (alguno también recordará “El día de la marmota”, planteada en otra clave). Por suerte, el guión y el recorte de la dirección nos sintetizan el tormento de revivir, ver morir y morir una infinidad de veces (a veces sólo indicado por las cosas que ya sabe el protagonista). Lo importante es que de cada vivencia obtendrá una nueva información que será clave para la batalla decisiva, aunque con un giro sorpresivo sobre el final. Repetir hasta aprender Cruise aprovechará para evidenciar la evolución del personaje, de chanta a salvador de la especie, y Blunt mostrará que atrás de la “Full Metal Bitch” de los afiches (¿un chiste con “Full Metal Jacket”?) hay una mujer. Algún rato de lucimiento tendrán Bill Paxton (el áspero sargento mayor Farell), Noah Taylor (el doctor Carter, el que tiene la posta) y los inefables integrantes del Escuadrón J (Jonas Armstrong, Tony Way, Kick Gurry, Franz Drameh, Dragomir Mrsic y Charlotte Riley). Esta película se basa en la novela “All You Need Is Kill”, de Hiroshi Sakurazaka, sobre la cual Christopher McQuarrie, Jez Butterworth y John-Henry Butterworth realizaron un guión ingenioso y atrapante, más allá de que la explicación científica sobre el bucle temporal salga un poquito de la galera. Lo interesante en todo caso es cómo se emplea el recurso para explorar sus posibilidades. ¿La conclusión? Siempre viene bien una segunda oportunidad (o una milésima), aunque el costo a pagar no sea menor.
VideoComentario (ver link).
Hay mujeres que no sé si te las cruzás en la calle, así al natural, no sé qué te pasa si te las encontrás así, pero que en una pantalla de cine son una visión (esa palabra y lo que quiero que signifique sonarían mucho mejor en inglés). Además, el cine mismo sabe de estas cosas y se las arregla para darnos el gusto. Hay un plano de Emily Blunt en el film que se repite tres veces. No está en una posición del todo llamativa y tiene demasiada ropa, pero todo esto que intento explicar entra a jugar y les juro que la imagen te vuela la cabeza. Y ni siquiera está sonriendo. Emily es la de los personajes serios, ariscos, fuertes. Hay que remar toda la película para sacarle una sonrisa. A mi parecer no todo funciona bien en “Al filo del mañana” y es por eso que no es en vano la introducción levemente babosa. El público necesita esperar una sonrisa, un cruce de miradas; más si el destino del mundo está en manos de la cruzada de un hombre y una mujer. Él es Tom Cruise, y la historia es esa: el mundo se termina y solo ellos pueden salvarlo. Ambos actores se entregan al juego, y ahora vamos con eso. Resulta que la película propone un truco que ellos vuelven digerible. Se trata de un recurso ‘marmotesco’ (por “El día de la marmota” o “Hechizo del tiempo”, que si no la vieron háganlo ya; aunque con ver el trailer sabrán a qué me refiero) que se pasa de rosca y necesita un contrapeso. Porque Doug Liman es un director canchero, que cree que se las sabe todas. Sigue filmando la acción con la misma espectacularidad, con el ojo puesto en la búsqueda de impacto, y el resultado en ese campo es dispar. Sin embargo, a Liman le tocan guiones que le ofrecen algo más: personajes intensos y relaciones afectivas válidas de ser puestas en escena. Son esas cosas que el género de acción puede edulcorar (como en “Solo 3 días”) o puede desarrollar en su justa medida. No hay mejor ni peor camino, todo está en ‘cómo’ se lleva a cabo, y Liman toma la segunda senda. Aunque, siendo él un director canchero, tiende a no registrar esta característica en sus actores, y eso trae problemas. De una combinación de este tipo resultan films como “Sr. & Sra. Smith”. No se puede aparecer en pantalla sin la mínima reserva para la sorpresa, para el imprevisto. El espectador no va a interesarse pues el juego se queda del otro lado. “Entregarse al juego”, decía yo antes, implica eso, involucrar al espectador. Y Tom Cruise tiene un master en el asunto porque, aunque sabemos que se las sabe todas y que no se puede morir, las cosas le pasan de verdad: las buenas y las malas, las cómicas y las no tanto. Emily Blunt se adapta sin problemas a esta función, aportando además lo que señalamos al principio. No tiene que demostrarnos que es buena actriz todo el tiempo, aunque esta película la confirme como heroína de acción (si no fue eso lo que hizo en “Looper”, vi otra película). El resto del elenco cumple y el cuentito se cuenta bien, con un montaje con el dinamismo suficiente como para no quedarse dormido.
De Tom Cruise, un actor con imán de taquilla, llega el éxito del verano "Al Filo Del Mañana". Y decimos éxito no sólo por la taquilla, que ha empezado con el pie derecho, sino porque significativamente es, por mucho, el mejor estreno de lo que llevamos de verano fílmico. Cruise es el Mayor Cage, alguien que sólo da órdenes pero que nunca se ha metido al campo de batalla a pelear contra los Mimics, criaturas que llegaron del espacio a destruir a la especie humana y adueñarse del planeta. En una situación extraña para los ejércitos del mundo, no logran una sola victoria en ningún rincón del planeta, hasta que la Sargento Rita Vrataski (una espectacular Emily Blunt), "El ángel de Verdún", logra la primer victoria sirviendo de inspiración. Así, en un castigo por desobediencia, el mayor Cage es enviado a pelear en el Día D, el que ha de decidir el futuro de la humanidad, sólo para encontrar que ha adquirido un extraño poder: el de repetir el día. Con ayuda de Vrataski, deberá descifrar el plan del enemigo y acabar con él de una vez por todas. Suena trillada la premisa. Y como todas las películas que juegan con el tiempo y la ciencia ficción, tiene sus fallas. Pero no por ello deja de ser una cinta entretenida, disfrutable y muy por encima de los productos que se han presentado en época de blockbusters. Faltan muchos por venir, pero esta ha tomado la estafeta de primer lugar. No sólo Cruise es el héroe de acción (y uno muy poco común), sino que Blunt también se pone el traje de heroína y entre los dos patean traseros alienígenas de la mejor manera. Una experiencia que sin duda vale mucho la pena disfrutar en todo su esplendor en butaca de cine y palomitas en mano.
Publicada en la edición digital #262 de la revista.
Esta nueva “sección” tomará en cuenta una serie de películas que no se colocan ni en el ámbito de los estrenos comerciales de la semana, ni de los filmes que pasan por festivales, ni el ya usado “no estrenos”, dedicado a películas que no llegaron a tener una salida comercial en la Argentina. “Crítica”, como sección, tomará el resto de las películas, en especial aquellas que por diversos motivos no pudieron reseñarse en el momento de su estreno y que luego las pude ir recuperando. Aquí entrarán también algunas películas relativamente nuevas (no los “clásicos”, esos van por otro lado) que por un motivo u otro no se comentaron en su momento. Dos aclaraciones: esta sección no pretende ser exhaustiva ni tomar todas las películas que veo después de su estreno, sino solo las que me resultan interesantes de comentar. Por otro lado, tomando en cuenta que son películas que ya circularon en salas y ahora están editadas (video, DVD, BluRay, online, lo que sea), las críticas tendrán más SPOILERS que lo habitual, ya que están también para comentarlas y discutirlas con espectadores que ya pueden haberlas visto. edge-of-tomorrowArrancamos con AL FILO DEL MAÑANA, película que me perdí durante su estreno ya que estaba de viaje (lo mismo me pasó con otros “tanques” que llegaron en mayo como las nuevas de CAPITAN AMERICA, X-MEN y GODZILLA, que llegaron acá en la época en la que yo estaba en Cannes, y que comentaré cuando las vea y si siento que hay algo para decir sobre ellas). Dirigida por Doug Liman, un cineasta bastante competente que ha hecho mejores y peores películas a lo largo de su carrera, el arma secreta del filme es el guión del también director Christopher McQuarrie, a quien conocemos desde LOS SOSPECHOSOS DE SIEMPRE. Basada en un comic japonés, la película cuenta con otra arma poderosa aunque no tan secreta. Estoy hablando de Tom Cruise, para mí uno de los mejores actores del cine norteamericano, uno de los que mejor entiende el rol del actor en este tipo de producciones, el de ponerse al servicio del espectáculo y del espectador, jamás intentando “fascinarlo” ni demostrarle nada, sino tratando de ser un conductor emocional para que el público pueda “meterse” de lleno en la película. Y en ese sentido, Cruise jamás decepciona, cumpliendo a la perfección con la tarea de transmitir la confusión inicial que siente este Mayor del Ejército Norteamericano, de apellido Cage, que pasa de ser el encargado de Relaciones Públicas a tener que ir al frente de combate sin tener la más mínima experiencia en el frente. edge-of-tomorrow--tom-cruisesEl “combate” no es del todo común ya que el mundo ha sido invadido por una suerte de criaturas intergalácticas, especie de arañas gigantescas que parecen arrasar con todo a su paso. Y una invasión a Europa parece ser el último intento medio desesperado de las fuerzas “aliadas” para detenerlos. Cage, inexperto en combate, es enviado ahí, pero en el primer enfrentamiento es literalmente bañado por un líquido viscoso de una de estas criaturas, asunto que termina dándole unos poderes bastante peculiares y que hacen recordar a la película GROUNDHOG DAY. Esto es: cada vez que muere en el campo de batalla vuelve a vivir, un día antes, y a atravesar la misma situación bélica cada vez. El se va dando cuenta, claro, pero para los otros es siempre la primera vez. El asunto avanzará por ese lado, con un Cage cada vez más experto y conocedor de lo que sucederá en las batallas, y de a poco asociándose con algunos aliados que lo entienden y tratan de sumarse a su manera de enfrentar el conflicto, que es tratar de encontrar otras salidas al choque bélico directo. Entre los que lo ayudan está Rita (Emily Blunt), un soldado que pasó por una situación similar a la de Cage y que es la única que puede ayudarlo a avanzar más allá de lo que parece un enfrentamiento insoluble e insuperable. Ella sabe un secreto, también, acerca de la “condición” de Cage, que marcará a fuego el resto del filme. La trama no solo es ingeniosa desde la construcción ya que logra adaptar ese giro humanista que tenía la comedia de Harold Ramis a un campo bélico. Si bien los resultados no son los mismos (la última media hora y, especialmente, el apurado final, no están a la altura del resto del filme), AL FILO DEL MAÑANA intenta ser para todo conflicto bélico lo mismo que era esa película para, digamos, la manera de enfrentarse a la vida. La idea del conflicto permanente e insoluble que no puede superarse porque tanto unos como otros insisten en permanecer “trabados” en el mismo asunto sin posibilidades de avanzar es una crítica política mucho más contundente que la de muchas películas que pretenden hablar más directamente del tema. edge-of-tomorrow-1Al tener como enemigos una raza de criaturas evolucionadas, el filme evita cualquier link directo con la realidad, pero no así con su lógica. Los conflictos bélicos se vuelven eternos y repetitivos porque funcionan como un deja vu permanente que nadie se atreve a cortar porque, en cierto modo, les da una razón para existir. La película no se atreve a ir demasiado lejos en esa teoría y por momentos peca de lo que critica: convertirse en una serie de largas secuencias bélicas continuas con un estilo cercano al videogame. Pero Liman sabe que Cruise sabe y que nosotros sabemos, por lo que va dosificando esas escenas en el filme de manera tal que promediando el relato ya la película logra volverse una de intriga, por un lado, una reflexiva, por otro, y –finalmente– una, en cierto punto, romántica. Tengo la impresión que sin su un tanto agotadora media hora final y sin ese cierre que parece querer apurar las cosas (o facilitar una posible secuela) estaríamos hablando de una película extraordinaria. Es cierto que es brillante: narrativamente sólida, visualmente impactante, políticamente inteligente. Tal vez –clásico problema de las películas bélicas norteamericanas– Liman no se atreve a ir lo lejos que debería en su hipótesis ya que toma en cuenta que el público en su país tampoco acepta demasiado bien la idea de que todo conflicto bélico es básicamente inútil e inservible, especialmente si no cambian las maneras de enfrentarlo. AL FILO DEL MAÑANA apuesta por la inteligencia en lugar de la fuerza bruta. Tanto en el cine, como en la guerra.
Sci-fy for Dummies Linda sorpresa nos llevamos la mayoría con este film del director Doug Liman ("Mr. and Mrs. Smith", "Fair Game") ya que por la temática y su promoción previa, no parecía ser un producto de gran calidad. "Edge of tomorrow" es un muy buen exponente de la ciencia ficción que toma varios elementos de otros productos y los combina de manera ordenada y entretenida. No inventó nada nuevo para el género, pero se las supo arreglar para poner en pantalla un producto muy bien narrado y con un buen trabajo audiovisual. A diferencia de muchas películas que vemos habitualmente, aquí los efectos especiales están subordinados a la historia y no al revés, un error bastante común en este tipo de films. Más allá de lo polémico que puede resultar fuera de cámara el actor Tom Cruise, es innegable que en lo que a cine se refiere, casi todo lo que toca se convierte en oro. Siempre es muy profesional y aporta una cuota de carisma muy grande en sus proyectos cinematográficos. "Edge of tomorrow" no es la excepción y nos muestra a un Tom embebido en su salsa, tratando de resolver el problema con gran intensidad y pateando traseros al por mayor. Acompaña la cada vez más versátil Emily Blunt en un rol que si bien no se destaca tanto, complementa bien al protagonista. En esta ocasión, la trama nos presenta un mundo futurista en el cual la humanidad está en guerra con organismos extraterrestres que tienen el poder de manipular el tiempo para aprender de sus errores y derrotarnos, al menos su líder, el Omega. En este contexto, sólo dos soldados (Cruise y Blunt) pueden darse cuenta de esto porque al ser asesinados por el Alfa, otro organismo extraterrestre de un rango menor que el Omega, contraen también la habilidad de volver y aprender de sus errores. La película tiene una mezcla de "Hechizo del tiempo" con Bill Murray, "Starship Troopers" de Verhoeven y hasta algunos toques de "Aliens" de Cameron. A priori un pastiche de este tipo puede dar la sensación de que el resultado final podría haber sido malo, pero la verdad es que se logró estructurarlo de tal manera que todos los elementos se alinearon a una buena historia, inteligente y con un gran ritmo en pantalla. La parte técnica es también muy correcta, sobre todo la que tiene que ver con recursos narrativos, planos y efectos especiales aplicados. Se podría decir que es un pequeño manual de cómo hacer una verdadera aventura sci-fy y no hundirse en el intento. Tome nota señor Bay. Son 113 minutos que se pasan bastante rápidos y dejan con ganas de conocer más en profundidad la historia de trasfondo. ¿Precuela en puerta?
Gears of War encuentra a Groundhog Day. Resulta curioso ver como la comedia de culto de Harold Ramis ha cobrado súbita vida en lso últimos tiempos, siendo objeto de inspiraciones / reciclados y adaptaciones de diverso calibre. Sea la serie Day Break, la recientemente vista Source Code, o ahora el caso que nos ocupa, lo cierto es que la premisa - una persona se ve atrapada en un bucle del tiempo y del espacio, siendo forzada a vivir la misma situación una y otra vez - sigue dando muestras que tiene tela de sobra como para seguir cortando y seguir pareciendo fresca. Y, en el caso que nos ocupa - planteada en un escenario de ciencia ficción, en donde el protagonista debe revivir constantemente el fallido asalto final contra una avanzada alienigena que amenaza dominar la Tierra en el corto plazo -, el filme de Doug Liman queda al borde de ser un clásico memorable. Lástima que el tercer acto se ve forzado y no encastra con la naturalidad y fluidez que mantenía toda la trama previa. Al Filo del Mañana es, como decía Hitchcock, una película de refrigerador. El espectador va a verla, se divierte un montón y - a la noche, cuando va a la heladera a buscar un bocadillo - comienza a caer en la cuenta de las pifias de lógica del argumento. Lo que intentaba decir Hitchcock, en todo caso, es que todo buen director que se precie debe pases de magia para camuflar los defectos de la historia y, si están hechos como corresponde, el espectador sólo terminará por descubrirlos una vez que pasen unas horas y haya bajado a niveles normales la adrenalina provocada por el espectáculo. Ahora, si el mago la pifia en un truco, se dispara automáticamente un proceso instantáneo de revisión - se pierde la suspensión de la credibilidad - y el espectador se dedica a cuestionar todo lo visto anteriormente. Al Filo del Mañana no es tan burda como para arruinar sus méritos previos pero, al llegar al climax, tambalea. Las acciones son algo traídas de los pelos, las decisiones de los protagonistas no son todo lo lógicas que debieran - al menos dentro del contexto de la historia -, e incluso abundan las casualidades. Después se encausa, pero por un momento pierde momentum. En sí, Al Filo del Mañana es como un viaje en el tiempo con una máquina descompuesta. Tom Cruise arranca siendo un cobarde, un charlatán y burócrata de escritorio que termina siendo obligado a ir al frente debido a su soberbia. Vive un día del demonio, con un sargento que lo bardea todo el tiempo (un delicioso Bill Paxton, sintonizando al militar pueblerino que hacía Slim Pickens en Doctor Strangelove), un escuadrón que lo odia y lo ve como un estorbo mortal, y un montón de armas de última generación cuyo funcionamiento desconoce. Al tipo lo tiran en un medio de un asalto masivo al estilo del Dia D (situado incluso en Normandía), y el flaco no dura menos de cinco minutos - revienta una mina y queda empapado por la sangre de un extraterrestre, la cual parece ácido como el que escupía el bicho de Alien -. La sorpresa está en que el tipo no muere, sino que su vida se resetea 24 horas, regresando al mismo momento en que lo arrestan y lo ponen bajo el mando del prepotente Paxton. Repite mas o menos lo mismo - pensando que es un deja vú o un mal sueño -, hasta que descubre que espicha... y vuelve al mismo punto de partida. Y así, una y otra, y otra vez. Después de varias decenas de veces el tipo se pone canchero, y sabe por dónde vienen las balas y caen las bombas... hasta que se topa con "el Angel de Verdún"; una heroína legendaria (Emily Blunt, pasada de anabólicos y con mas músculos que Sylvester Stallone y The Rock juntos) la cual lideró la única batalla ganada por los humanos. Y ella conoce el calvario que Cruise está pasando. A ella le pasó lo mismo en Verdún, cuando se salpicó con sangre alienígena. Al parecer la hemoglobina de estos bichos la pone en contacto con la mente colectiva que los maneja, la cual funciona como un jugador de ajedrez, acomodando sus piezas para la batalla y reseteando el tiempo cada vez que una partida no le conviene. Al estar contagiado con sangre alien, Cruise se ve y siente como uno de ellos - como un alfa, uno de los jefes de campo extraterrestre y los cuales no pueden morir, so pena que el cerebro central reinicie el tiempo una y otra vez -. Por otra parte el contacto con la mente central le permite visualizar la ubicación del mismo. Sólo es cuestión de identificar el lugar... y de poder salir con vida de la maldita playa de Normandia en donde se comete la masacre, para lo cual Cruise debe memorizar caminos, pasos, respuestas, tics, etc y repetir una y otra vez hasta que le salga bien. Acá es donde el filme entra en una vena de comedia negra, ya que Cruise la pifia todo el tiempo y - como Willie E. Coyote - resulta aplastado, bombardeado, baleado o atropellado de las mil y una manera posibles. Y tal como el conejito Duracell, todo se resetea y Cruise vuelve a andar,... y andar... y andar. Al contrario de Groundhog Day - en donde Bill Murray era un cretino atrapado en el hechizo del tiempo y sólo podía salir del bucle convirtiéndose en mejor persona -, aquí el protagonista no puede liberarse de su destino siendo mejor guerrero. Sin lugar a dudas aprende y hasta se vuelve un tipo valiente, pero muchas veces los caminos escogidos - largos y tortuosos - se convierten en callejones sin salida y el tipo debe reiniciar y probar otras recetas. Eso es lo que la diferencia radicalmente de Groundhog Day en donde siempre ocurria lo mismo; hay momentos en que Cruise se ve obligado a tomar un camino alternativo, basándose en información que solo él conoce y que proviene de una fallida experiencia anterior. Esto transforma a Al Filo del Mañana en una experiencia tan fascinante como inteligente. Y mucho se debe al talento de Doug Liman, el cual es un narrador impecable y evitar que el mecanismo central de la premisa - la repetición - se vuelve agotadora. Lamentablemente el tercer acto presenta problemas de coherencia con todo lo descripto en el desarrollo previo. (alerta spoilers). Si Cruise, al contagiarse con la sangre de un especimen alfa extraterrestre (algo así como el sargento de cada pelotón alienigena), se convertía en uno semejante, entonces habria varios alfas desperdigados por el campo de batalla y bastaba la muerte de uno de ellos (no sólo la de Cruise) para resetear toda la historia. Pero aún asumiendo que existe un único alfa, tampoco se entiende por qué Cruise retrocede hasta el dia anterior de la batalla y no, por ejemplo, hasta su infancia. Por otra parte la conexión con la mente extraterrestre debería alertar a ésta de los planes de Cruise de rastrearla y matarla (el filme muestra cómo el cerebro planea una emboscada pero, al estar interconectados, debería anticipar que la misma fallaría y que Cruise iría a buscar el aparato que lee mentes alienigenas). Pero, mas allá de estas dudas razonables, lo mas molesto es la velocidad con que convence a sus odiados compañeros de equipo para que lo acompañen en una misión suicida o que, incluso se sacrifiquen por él. ¿Cómo tomar por asalto el bunker del cerebro alien sin matar algún alfa y apretar el reset de la historia?. ¿Cómo un muerto puede revivir al empaparse con sangre alien?. ¿Por qué el reset lo lleva a otro momento antes de la invasión, y cuando aparentemente el cerebro está muerto?. Yo creo que el final podría estar compuesto por estas mismas piezas, pero narradas en otro orden o de manera mas pulida, y lo cual resultaría mas satisfactorio y natural. (fin spoilers) Yo creo que Al Filo del Mañana es otro de esos filmes brillantes que derrapa en la recta final. A veces esos derrapes se perdonan, otras veces resultan molestos. Aquí el filme es intachable durante el 75% del tiempo y luego tiene que hacerle un nudo a la trama, lo cual es complicado en vista de los sofisticado de la historia. A mi juicio el desenlace elegido no es el mejor y sirve para darle un cierre con cierto sabor artificial, lo que es una macana en vista de lo brillante que resulta todo el desarrollo previo. - See more at: http://www.sssm.com.ar/arlequin/filo-manana.html#sthash.JGAFaDFe.dpuf
Mirar, disfrutar, repetir. Es verdad que la propuesta inicial de Edge of Tomorrow no es nueva, que ya hemos visto algo muy parecido en Groundhog Day, primero, y algo relativamente similar en Source Code, hace apenas un par de años. También es cierto que los fundamentos argumentales que explican la dinámica de la película son bastante vagos, en especial para aquellos que necesitan filtrar todas y cada una de las historias por un tamiz de verosimilitud. Quizás Edge of Tomorrow no sea radicalmente original y consistente, y aun así, es una gran película de ciencia ficción. Sin poseer una trama excepcional, Edge of Tomorrow consta de una enorme ventaja en su género: un guion virtuoso. Son incontables los momentos en que uno se ríe o asombra a medida que la historia transcurre, gracias a un conjunto de secuencias brillantemente concebidas desde lo narrativo y luego eficazmente ejecutadas en la pantalla. Cinematográficamente hablando, a Edge of Tomorrow no le sobra ni le falta nada. Los personajes y la historia están muy bien presentados, las escenas de acción son contundentes y la edición es sublime. Todo esto, a ritmo perfecto. No existe siquiera un bache en que el espectador se distraiga y pierda el hilo de la película. No estamos hablando de una obra maestra de la ciencia ficción, pero sí de una gran entrega en el género. Edge of Tomorrow es cine puro, pensado para el entretenimiento y realmente muy bien logrado. Es una excelente propuesta para divertirse a lo grande.