Whodunnit o ¿Quién lo hizo? es un tipo de narración popularizado por autoras como Agatha Christie. En sus transposiciones cinematográficas siempre plantearon escenarios elegantes y una galería de personajes de lo más variopinto. En este contexto se adentra Rian Johnson para aportar una mirada contemporánea a este particular subgénero literario y cinematográfico con Entre Navajas y Secretos. Más Allá del Misterio Entre Navajas y Secretos ofrece una fluida y estructurada narrativa de misterio que sucumbe no pocas veces al humor, y aun no menos veces al políticamente incorrecto. Dicha trama es llevada por personajes con idiosincrasias claramente marcadas y todas al servicio -ya sea a favor o en contra- de la temática que plantea la película: la de hacerse a uno mismo más allá de los medios que puede ofrecer su familia. Es precisamente cómo desarrolla esta temática lo que hace de su condición de Whodunnit solo un detalle superficial, que ayuda a poner a los espectadores en los asientos. Lo que en realidad hace Entre Navajas y Secretos es llevar el concepto más allá. Es decir, del Whodunnit (¿Quién lo hizo?) hacia el Whydunnit (¿Por qué lo hizo?). Este aspecto es el que ayuda a que película cale más hondo en nuestra apreciación de los personajes y en ese terrible defecto de carácter que es la codicia, la cual puede ser desvergonzadamente expuesta o pudorosamente oculta, pero plantea que al final del día todos la tenemos. Porque esa codicia esta apuntada hacia lo material y lo material da poder, y si hay algo que atemoriza a los miembros de esta familia es el hecho de que alguien a quien ellos consideran inferior tenga más poder que ellos. Una señora mojada de oreja a ciertas actitudes xenófobas que tristemente imperan en la actualidad. Por desgracia, estos detalles trajeron como consecuencia un defecto que contribuye a que la película alargue su bienvenida más de lo usual. Una contra que si bien puede quitarle puntos no mancha lo que -como un todo- es una narración muy lograda. En materia visual, Entre Navajas y Secretos tiene un exquisito trabajo de cámara y montaje que siempre encuentra maneras innovadoras de rodar el clásico interrogatorio entre el detective y los sospechosos, lo que sumado al trazo escénico registrado por los mismos, da la riqueza de puesta en escena que hace destacar al film. Todo apoyado por un diseño de producción que remite indudablemente a los clásicos del subgénero en el que se inscribe. En materia actoral, el variado ensamble interpretativo consigue destacar, teniendo grandes momentos Jamie Lee Curtis, Toni Collette, Christopher Plummer y Chris Evans. Sin embargo, los que se llevan la película al hombro son definitivamente Ana de Armas, como la enfermera de la víctima, y Daniel Craig, como un astuto investigador privado. Si Rian Johnson es inteligente le creará más de una aventura después de está.
Fragmentos de la verdad El director y guionista Rian Johnson en Entre Navajas y Secretos (Knives Out, 2019) regresa al mejor nivel artístico de su carrera, aquel de Brick (2005) y Looper (2012), dos exponentes del neo film noir que se disfrazaban de drama púber y ciencia ficción respectivamente, lo que también implica que el señor se aleja de las bastante fallidas Los Estafadores (The Brothers Bloom, 2008) y Star Wars: Los Últimos Jedi (Star Wars: The Last Jedi, 2017), la primera un proyecto personal y la segunda un mega encargo de la Walt Disney Pictures: aquí retoma en general uno de los engranajes narrativos más antiguos de las novelas, las películas y las puestas teatrales de misterio, el llamado Whodunit (“¿Quién lo ha hecho?”), y en particular las comedias detectivescas en la tradición de Crimen por Muerte (Murder by Death, 1976), Trampa Mortal (Deathtrap, 1982) y sobre todo Clue (1985), odiseas que se ubicaban a mitad de camino entre el homenaje cariñoso a Agatha Christie y la estructura macro de ¿Quién Mató a Harry? (The Trouble with Harry, 1955). El catalizador narrativo es el hallazgo de Harlan Thrombey (Christopher Plummer), un rico novelista especializado en relatos policiales, con la garganta cortada en lo que parece ser un suicidio en su mansión, circunstancia que deriva en una serie de entrevistas a su familia por parte de dos oficiales, Elliott (LaKeith Stanfield) y Wagner (Noah Segan), y un detective privado llamado Benoit Blanc (Daniel Craig), un personaje tan sagaz como bizarro. En un inicio los principales sospechosos de haber matado al señor son Richard Drysdale (Don Johnson), yerno de Harlan y esposo de su hija mayor Linda (Jamie Lee Curtis), quien engañaba a su mujer y había sido descubierto por el anciano, Joni (Toni Collette), la nuera de Thrombey y esposa de su hijo fallecido, Neil, la cual le robó 400 mil dólares destinados a la educación de su retoño, Megan (Katherine Langford), y finalmente Walter (Michael Shannon), el hijo menor de Harlan, quien fue despedido de la editorial de su padre durante los momentos previos a su fallecimiento, en la fiesta de la parentela por su cumpleaños 85. El punto fuerte de la película funciona también como su mayor debilidad, léase la decisión de Johnson de revelar muy pronto -luego de la primera media hora de un metraje total de 130 minutos- lo que ocurrió y la responsable del asunto, nada menos que su enfermera personal uruguaya Marta Cabrera (Ana de Armas), quien le inyectó accidentalmente 100 miligramos de morfina y así desencadenó que Thrombey por protegerla a ella y a su madre indocumentada (Marlene Forte) pergeñe un complejo plan para exculparla y maquillar el “problemilla” como un suicidio, a sabiendas de que la dosis administrada es mortal. La vuelta de tuerca de turno, que por cierto de original no tiene nada y ya ha sido utilizada en incontables ocasiones, deja muy expuesto a Johnson en lo que atañe a su destreza como narrador para levantar una trama en donde gran parte de las circunstancias del crimen están sobre la mesa, entregándonos luego un desarrollo vinculado a los esfuerzos de Cabrera para no ser atrapada por Blanc y al enigma de quién es el verdadero culpable en las sombras. Por suerte Johnson no pasa vergüenza en función de su sutil autosabotaje, en esencia una resolución que le quita mística a la incógnita de fondo pero posibilita que el film salga del clásico ambiente cerrado de los Whodunit -en este caso la mansión del finado- con el objetivo manifiesto de incluir una subtrama de chantaje sobre Marta que por supuesto está homologada a su condición de ingenua/ inocente sobrepasada por la situación y obligada a nadar en una pileta repleta de tiburones con la insignia Thrombey, entre los que también encontramos a Hugh “Ransom” Drysdale (Chris Evans), el nieto de Harlan e hijo de Linda y Richard, un playboy de lo más egoísta y pedante. Luego del primer acto el realizador y guionista vuelca todo el andamiaje retórico hacia el personaje de Ana de Armas y juega largo y tendido con su imposibilidad de mentir (si lo hace vomita, lo que desde ya agrega una dimensión psicosomática a su supuesta pureza intrínseca) y con su carácter de heredera universal del anciano (provocando que la familia en su conjunto la señale como homicida). La mayoría de los diálogos son astutos y certeros y el ritmo jamás se estanca en escenas superfluas o instantes tontos que no suman al retrato de los personajes y sus motivaciones, siendo de especial interés el hecho de que el sustrato cómico está bastante contenido ya que tiende a evitar las caricaturas y opta en cambio por una ironía relacionada con la mezquindad, el maquiavelismo y la generosa hipocresía del clan. En este sentido, Johnson se sirve de su perspicacia y de una puesta en escena minimalista para enfatizar una y otra vez que muchas veces la familia consanguínea puede ser una pesadilla -o unas sanguijuelas, como en este caso- y que lo que verdaderamente se debe rescatar son los amigos, los afectos y las personas de confianza, sobre todo unos marginados sociales hoy vinculados a los inmigrantes. Sin llegar a ser la maravilla que prometía su genial elenco, Entre Navajas y Secretos es un muy buen representante de ese suspenso sardónico de impronta retro que sabe acumular los distintos fragmentos de la verdad hasta que la gran torre está completa…
Luego de dirigir una película titánica como Star Wars: Los últimos Jedi, Rian Johnson decidió —para sorpresa de muchos— abocarse a un proyecto de una escala mucho menor, pero no por ello falto de ambiciones y desafíos, algunos de ellos de igual o incluso mayor tamaño que los del controvertido Episodio VIII. Titulado Entre navajas y secretos para el estreno local, Knives Out representa —entre otras cosas— el regreso de Johnson a sus raíces como un cineasta creativo, apasionado por los géneros y con un innegable talento para replicar sus elementos, subvertir sus fórmulas e infundirles nueva vida cuestionando su construcción. El género abordado en su film más reciente no es otro que el whodunnit, un tipo de policial de raigambre literaria y cuyos exponentes cinematográficos son —tristemente— tan escasos como esporádicos. Desde el minuto cero, Entre navajas y secretos se inscribe en su tradición, y lo hace con una claridad y fluidez notables. En su primera media hora, Johnson se enfrenta a la tarea —nada sencilla— de, por un lado, dar inicio al relato y sortear el tono de su registro (siempre liviano y plagado de humor, pese al cruento suceso que dispara y encauza la trama); y, por el otro, de presentar a su numeroso y heterogéneo reparto de personajes (estableciendo, además, sus respectivas conexiones con el difunto, motivos posibles para querer deshacerse de él y otras tantas trifulcas familiares que enriquecen el escenario aún más). Con un admirable poder de síntesis y un montaje atinado, Johnson logra todo esto en un tiempo inaudito, y pronto nos vemos habilitados a trazar nuestras propias teorías respecto de quién o quiénes podrían haber perpetrado el supuesto asesinato. Sin embargo, a los pocos minutos de comenzado el juego detectivesco, el crimen es resuelto. No en su totalidad, obviamente; pero una buena parte de la incógnita es respondida. Probablemente, muchos lean esta clausura —¿prematura?— de la investigación como una falencia por parte de Johnson. No obstante, al superar la sorpresa inicial que dicha resolución inevitablemente acarrea, uno puede vislumbrar cuál es la verdadera intención detrás de ella. Lejos de tratarse de una negligencia en un intento por repetir las operaciones arquetípicas de un whodunnit, Johnson apuesta —tal como lo había hecho en Brick y Looper: Asesinos del futuro— por poner en jaque nuestras expectativas y, apelando a nuestros conocimientos del género, llevarnos hacia un nuevo destino narrativo. Es cierto, el crimen puede haber sido resuelto, pero sólo ante los ojos del espectador y no ante la mirada inquisitiva de Benoit Blanc (el simpático detective de indescifrable acento que encarna Daniel Craig). Por esta razón, y mientras el personaje analiza los cabos sueltos en un segundo plano, el foco del relato recae sobre los hombros de su verdadero protagonista: Marta Cabrera, la enfermera de buen corazón interpretada por Ana de Armas, una talentosa actriz a la que —gracias a su labor en este film— seguramente veamos más seguido en los próximos años. Entonces, habiendo virado el punto de vista de la narración, Johnson procede a profundizar otras líneas dramáticas y —sin dejar que el cadáver de Christopher Plummer se enfríe— la película deja de lado el policial de investigación para adentrarse, en cambio, en el terreno del thriller hitchcockiano. La resolución del crimen a la Agatha Christie cesa de ser el hilo conductor y el segundo acto se desenvuelve, por el contrario, siguiendo una lógica de ocultamiento de la información; base indiscutida de la construcción del suspenso según Hitchcock. Al principio, este cambio radical en el eje de la narración puede resultar un tanto extraño e inesperado; pero, una vez aceptada la audaz decisión de Johnson, uno empieza a notar cómo el film se ve beneficiado por ella: los conflictos familiares proliferan y se intensifican, nuevos factores —y personajes— entran en juego, y la resolución final se hace desear cada vez más. De cualquier modo, cabe aclarar que el director nunca abandona del todo la estructura del whodunnit: la manipula y suspende, pero sólo lo hace momentáneamente y para saciar su interés narrativo, ya que —hacia el final— regresa a ella con todos los giros, contragiros y, claro, con la ansiada explicación del detective iluminado que uno espera y demanda de este tipo de relato. De más está decir que ni Entre navajas y secretos ni su flamante investigador privado decepcionan; aunque lo mismo también podría decirse del resto del elenco y, particularmente, de la ya citada De Armas, de un inmejorable Chris Evans y del siempre destacable Don Johnson. Por último, es curioso que el estreno de Entre navajas y secretos ocurra de manera casi simultánea con el de Boda sangrienta, teniendo en cuenta que se trata de dos películas que apelan a los géneros para satirizar y ofrecer una ácida crítica social. Desde sus respectivos registros y con mucho humor, ambas señalan conflictos de clase, prejuicios raciales y otros temas en boga sin jamás caer en el panfleto, prescindir de su innegable carisma o descuidar sus contundentes finales. Asimismo, el film de Rian Johnson lo hace propiciando un nuevo y grato reencuentro con el whodunnit; un género que, con este film y los esfuerzos de Kenneth Branagh (Asesinato en el Expreso de Oriente y su secuela, Muerte en el Nilo, a estrenarse a fines del 2020), parece estar atravesando una suerte de renacimiento. Tal vez sea muy temprano para asegurarlo; pero tan sólo su posibilidad ya es digna de ser celebrada.
Al final… lo primero es la familia. Nos encontramos ante una película de misterio, en la línea de películas como Clue (1985). Hay un asesinato y como si de un juego de misterio se tratase, nosotros junto al detective Benoit Blanc, tendremos las piezas delante de nuestras narices para ir reconstruyendo el caso. El muerto, es el escritor Harlan Thrombey, novelista exitoso y multimillonario. Su muerte parece un suicidio, pero hay cabos sueltos que dejan la sospecha de que pudo haber un asesinato. ¿Pero quién es el culpable? Ahí es donde entra en escena nuestro detective, quien debe realizar su investigación sumergiéndose en cada de las diversas personalidades de los integrantes de la familia del muerto y también en la de sus sirvientes. Y creerlo o no, todos tienen un secreto que puede convertirlos en potenciales asesinos. El director Rian Johnson llega en forma, en ésta, su quinta película. Habiendo debutado con la interesante Brick (2005) y logrando una interesante cinta con Looper (2012), también fue el responsable de unos de los capítulos más controversiales de la Saga Star Wars (Si, es el que dirigió Star Wars Episodio VIII: El último Jedi -2017). Acá, logra mantener el misterio y engancharte en la historia, creando un guión compacto, con buenos giros, toques de humor ingeniosos y actuaciones de primer nivel. La película cuenta con una especie de dream team de actores que logran desenvolverse de la mejor forma: Están Christopher Plummer, Jamie Lee Curtis, Toni Colette, Daniel Craig, Chris Evans y Don Johnson, entre otros y cada uno está impecable. Recomendable si te gustan los juegos de mesa, Agatha Christie y las historias de misterio clásicas. No te aburre ni un poco a pesar de su duración de un poco más de dos horas.
Asesinato en los tiempos de Clue Rian Johnson escribe y dirige Entre navajas y secretos (Knives Out, 2019), pero la verdadera autora es Agatha Christie, cuyas 66 novelas detectivescas establecieron un género, lo desarrollaron, perfeccionaron, subvirtieron y finalmente canonizaron, con el detective Hercule Poirot a la cabeza de 33 de ellas. Si algo ha demostrado Johnson en su obra es su maña por la subversión del género, algo que mancilló su incursión en Star Wars pero que aquí se justifica y agradece. Al cabo subvertir expectativas es el fundamento del whodunit (“quién lo hizo”). La trama gira en torno a la muerte del patriarca de una extensa familia disfuncional, Harlan Thrombey (Christopher Plummer), un exitoso escritor de novelas de asesinatos que es hallado muerto en sus aposentos tras haberse aparentemente suicidado. La mansión, descrita efectivamente por alguien como “un enorme tablero de Clue”, alberga un elenco pintoresco de sospechosos: su hijo Walter (Michael Shannon), su hija Linda (Jamie Lee Curtis), su esposo Richard (Don Johnson), su nieto Ransom (Chris Evans), su nuera Joni (Toni Collette) y su cuidadora Marta (Ana de Armas), por mencionar algunos. La policía, asistida por un idiosincrático investigador sureño llamado Benoit Blanc (Daniel Craig), entrevista a la familia uno por uno. Todos tienen buenos motivos para matar a Harlan o para esconder información. La historia se presenta como un misterio tradicional, completo con un tono de farsa y una estética anticuada, pero pronto comienza a subvertir las convenciones del género al resolver rápidamente ciertas incógnitas y plantear otras insospechadas. Despojada de absolutismos, la trama vadea un lodazal de mentiras blancas y medias verdades. Hay varios giros y ni uno solo se siente tramposo. Mientras tanto, la trama va cobrando dimensión como metáfora clasista a medida que se profundiza la complicada relación que tiene la familia Thrombey con lo que llaman “la servidumbre”. Muchas historias plantean un eje de odio y desprecio; la afectuosa condescendencia con la que los Thrombey tratan a Marta y su familia es mucho más convincente, porque refleja cuan poco les importa. El odio y desprecio se lo reservan para tratarse entre sí. Hay algo de la visualidad de Wes Anderson en el humor de la película, construyendo algunos gags con simetría y profundidad de campo, pero el registro exagerado de la farsa es lo que permite a los actores robarse sus escenas, interpretando versiones exageradas o contrarias a sus acostumbradas personalidades (Curtis es ruda, Collette es fatua, etc.). Se destaca Daniel Craig, quien ya había hecho de palurdo sureño en La estafa de los Logan (Logan Lucky, 2017) y aquí interpreta una especie de dandy pánfilo y sofisticado. Aún sin ser oficial, Entre navajas y secretos es mejor adaptación de una novela de Agatha Christie que algo como Asesinato en el Expreso de Oriente (Murder on the Orient Express, 2017), la cual oscilaba entre ser una adaptación tediosamente literal y recurrir a exabruptos de acción banal. Es mejor por virtud de continuar la tradición de jugar con las reglas del género, acatándolas y modernizándolas simultáneamente. Dobla las reglas sin romperlas, engaña al espectador sin hacer trampa, le da lo que quiere pero también algo nuevo.
Un relato novelesco que nada tiene que envidiarle al Hercules Piorot de Agatha Christie. "Entre navajas y secretos", la nueva apuesta de Rian Johnson, es un 'Must See' que reinventa el género y nos invita a descubrir ¿Quién es el asesino? En la mañana después de su fiesta de cumpleaños número 85, el acaudalado escritor de novelas de misterio Harlan Thrombey (Christopher Plummer) es encontrado muerto en su propiedad. El famoso detective sureño Benoit Blanc (Daniel Craig) se alista en el caso y desconfía de un juego sucio. A medida que se acerca la lectura del testamento y la investigación se calienta, la familia de Harlan, que se empeña en su dinero, comienza a revelarse como mucho más intrigante y competitiva de lo que parecen. La película se nos presenta como un tablero de Clue sobre la mesa. Todos son sospechosos y junto a Blanc tenemos que empezar a mover las piezas para hallar al culpable. Con un ritmo atrapante, no podemos despegar la vista de la pantalla ni por un segundo. Todo suma a la narrativa, debemos hallar pistas nuevas. Rian Johnson escribió este relato teniendo en cuenta cada detalle. Se llevan al máximo los clichés del género y se rompe con el molde, cosa que solo alguien con conocimiento puede hacer. Se puede leer también un subtexto político que ataca sutilmente al clasicismo con algunos diálogos memorables. Daniel Craig se destaca interpretando al astuto investigador privado rodeado de un elenco de lujo que no decepciona. Chris Evans, Jamie Lee Curtis, Michael Shannon, Toni Collette, Lakeith Stanfield, Ana de Armas (como la genial enfermera de Thrombey que no puede mentir), Don Johnson, Katherine Langford y Christopher Plummer. Todos se convierten en sospechosos en su debido momento con sus conductas misteriosas y diálogos astutos, sumándole intriga a la cinta. Quizás me hubiera gustado ver un poco más de cada uno, pero el ritmo del film lo hace imposible. Juntos ofrecen un dominio de escena, química y timing admirable. El talento se extiende al detrás de cámara con un exquisito trabajo en la elección de los planos y un montaje que resalta la puesta haciendo destacar cada escena. El diseño de producción es más que atinado y nos transporta rápidamente al clásico policial inglés. Lo único criticable de la cinta es la decisión del director de Brick (2005) y Looper (2012) de revelar muy prematuramente quién lo hizo. Esto me desanimó bastante pero sirve de puntapié para transformar al clásico ‘Whodunnit’ (¿Quién lo hizo?) en un ‘Whydunnit’ (¿Por qué lo hizo?) y abrir paso a la segunda parte del film. Arriesgado pero certero. "Entre navajas y secretos" es una combinación de buenas decisiones. Espero con ansias que Johnson aproveche sus logros y los traslade a una secuela. Aprovechando que Daniel Craig tira la toalla como James Bond, ¿Por qué ahora no regalarnos unos años como Benoit Blanc? Por Matías Villanueva
Con guión y dirección de Rian Johnson, llega un film muy esperado, plagado de estrellas, ese es el primer atractivo, todos son megastars y hace que las ganas de verlos juntos sea un plus. Un film noir, que comienza con la muerte de Harlan Thrombey (Christopher Plummer), un escritor millonario de relatos policiales, el más vendido, quien es descubierto con la garganta cortada y un cuchillo en sus manos, en lo que parece haber sido un suicidio, al finalizar la fiesta por su cumpleaños 85. A partir de allí, dos policías Elliott (LaKeith Stanfield), Wagner (Noah Segan), y un detective privado llamado Benoit Blanc (Daniel Craig), se encargarán de entrevistar a su extensa familia, ya que todos tienen algún motivo para desear su muerte y hay cosas que no cierran. Fue realmente un suicidio? La familia se compone por la controladora Linda (Jamie Lee Curtis) su hija mayor, casada Richard Drysdale (Don Johnson), quien estaba teniendo una amante y estaba siendo extorsionado por Harlan. Ellos tienen un hijo, Hugh “Ramson” Drysdale (Chris Evans), muy arrogante y mantenido, la frívola Joni (Toni Collette), nuera de Thrombey, viuda de su hijo Neil, quien le había robado 400 mil dólares pertenecientes a la educación de su hija, Megan (Katherine Langford), y Walter (Michael Shannon), el hijo menor fracasado que heredó la editorial de su padre pero fue despedido antes de morir por diferencias conceptuales. Harlan, a pesar de tener hijos, nueras, yernos y nietos, en la única que confiaba y con la que pasaba más tiempo era con su enfermera, la confiable Marta Cabrera (Ana de Armas), en quien recae todo el peso de la película, y es de alguna manera, responsable de una parte del drama, pero no quiero spoilear nada, porque está tan bien narrada, tiene tantos giros y es tan sorprendente que vale la pena que el espectador descubra que pasó con Harlan y su familia, que efectúe la reconstrucción de los hechos paso a paso, mediante permanentes flashbacks, junto a Benoit Blanc. Es una historia de misterio clásica, que jamás aburre, a pesar de sus dos horas. Nos recuerda mucho a la gran Agatha Christie y sus grandes historias en donde todos sospechaban de todos. Algunos diálogos son memorables y el elenco de lujo no decepciona. La escenografía, la mansión sinuosa llena de arte y objetos que han llenado sus historias y la elección de planos hace que sea un trabajo digno de disfrutar. ---> https://www.youtube.com/watch?v=OOp-7VzY_Zg TITULO ORIGINAL: Knives Out DIRECCIÓN: Rian Johnson. ACTORES: Chris Evans, Jamie Lee Curtis, Ana de Armas, Daniel Craig. ACTORES SECUNDARIOS: Toni Collette, Katherine Langford, Michael Shannon, Christopher Plummer. GUION: Rian Johnson. FOTOGRAFIA: Steve Yedlin. MÚSICA: Nathan Johnson. GENERO: Policial , Drama . ORIGEN: Estados Unidos. DURACION: 130 Minutos CALIFICACION: No disponible por el momento DISTRIBUIDORA: BF + Paris Films FORMATOS: 2D. ESTRENO: 12 de Diciembre de 2019 ESTRENO EN USA: 22 de Noviembre de 2019
Crimen, trama, comedia... El espectador encontrará en Entre navajas y secretos (Knives Out) una sagaz actualización del género de misterio -apodado en inglés whodunit- inspirada principalmente en las novelas y adaptaciones al cine de Agatha Christie. La película pasa a ser el estreno -en lo que a la producción estadounidense se refiere- más interesante de la temporada (quitando la inexcusable El irlandés) y confronta directamente lo que será el fenómeno mediático y desbordado de las navidades, a saber: la última entrega de Star Wars (Star Wars: El ascenso de Skywalker). Pues bien, ante una mastodóntica saga de aventuras sucedánea, tildada no pocas veces de remake oculto, Entre navajas y secretos sabe recrear -que no imitar- los elementos fundamentales de los clásicos del suspense y el misterio adaptándolo a nuestros días -algo que el director ya supo llevar a buen puerto con su temprana Brick (2005), que llevaba el noir al colegio secundario-, y haciendo funcionar la historia en base a un tono de ligereza muy medido: es importante que el espectador capte enseguida este tono cómplice y entre en el juego de los arquetipos, la ironía y la caricatura. El punto de partida lo tenemos en el fallecimiento de un afamado escritor, Harlan Thrombey (fantástico Christopher Plummer), cuyo aparente suicidio reúne en su mansión a toda una caterva de advenedizos y, a la sazón, familiares. Pero la presencia del distinguido y excéntrico investigador Benoit Blanc (un soberbio Daniel Craig) junto a los dos agentes que dicen realizar una investigación rutinaria, parece apuntar a que hay algo raro en la muerte del anciano Harlan. Los familiares son interrogados sobre la noche de los acontecimientos -precisamente la celebración del cumpleaños del anfitrión- y se van presentando ante la cámara en relación a los demás e inevitablemente, exponiendo sus propios pareceres sobre el destino del inmenso legado editorial y la fortuna de Harlan. Confinados en la codiciada mansión -que recuerda al escenario del más ingenioso duelo criminal, Juego mortal (Joseph L. Mankiewicz) recargada de fetiches, colecciones de objetos, libros y expectantes bustos y figures- desfilan por la pantalla una serie de efectivas representaciones -si bien dramatizadas, con la exageración justa que exige la caricatura-, de reconocibles tipos modernos a quienes se dirigen no pocos dardos de crítica ácida: desde una poderosa Jamie Lee Curtis como hija mayor y autoproclamada salvaguarda de la herencia familiar; su marido, un arribista Don Johnson; pasando por un siempre solvente Michael Shannon como el torturado hijo menor, Walt, en pugna por los derechos exclusivos de la obra de su padre, junto a un engreído Chris Evans y una fabulosa Toni Collette, la superficial nuera erigida influencer. La labor coral de sus intérpretes -se ha comentado un fantástico ambiente en el set- es una de las facetas en que brilla especialmente la película, poniendo el broche el trabajo de una talentosa Ana de Armas, centro involuntario del apresurado huracán de codicia e intereses. Conviene resaltar la apuesta por la comedia, el tono ligero, que no debe sino elevar la valía de la película. Su director aprovecha para dejar que sus propios personajes se retraten como ávidos clasistas, desacomplejados reaccionarios y en definitiva egoístas despolitizados hechos a sí mismos -cuando no, trolls y kamikazes virtuales-; fotografía de una sociedad frívola y mediatizada, tensionada e insolidaria -las soflamas patéticas sobre la inmigración-, esperpento de la estadounidense y por hegemónica, extensible a la occidental. Una propuesta lúdica, cómplice, llevada a cabo con buen hacer, deliciosamente escrita y contada. Rian Johnson demuestra una escritura de guion brillante y, partiendo de un homenaje al género de misterio, lo lleva un paso más allá, lo retuerce y amplía, resultando a la vez tremendamente ortodoxo: cuando parece que la mecánica del misterio y la narración pierden fuelle, acontece una maravillosa restitución, una nueva solución ingeniosamente expuesta en boca de Benoit (si Ana de Armas es la voluntad de la película, a Daniel Craig le corresponde ser el organizador del relato). El tipo de narración nos podrá recordar a las célebres Crimen por muerte (Murder by Death, Robert Moore, 1976) o Asesinato en el Orient Express (1974), eso sí, exenta del toque siniestro de Lumet, y en comparación con la reciente versión de Kenneth Branagh, la apuesta de Entre navajas y secretos está mucho más conseguida: el gran acierto es precisamente su modernización y que lejos de adaptar un texto concreto consigue atrapar el espíritu de la narración. Un film en el que montaje es fundamental a la hora de acentuar los golpes de efectos, resaltar detalles, y como manda el género, retroceder una y otra vez para contar los distintos puntos de vista.
Un moderno trhiller con doble filo la comedia y el misterio.Crítica Entre navajas y secretos La película estadounidense “Knives Out” exprime el género de ficción detectivesca; con un misterio a puertas cerradas. El director Rian Johnson propone un creativo whodunit, donde el investigador privado Benoit Blanc (Daniel Craig) intenta romper el silencio de la familia Thrombey con una asistente, la enfermera Marta Cabrera(Ana de Armas). Por. Florencia Fico. El argumento es sobre el momento en que el reconocido novelista de misterio Harlan Thrombey(Christopher Plummer) se lo halla fallecido en su mansión, luego de su festejo con parientes en su cumpleaños número 85, el incisivo y educado detective Benoit Blanc(Daniel Craig) es curiosamente seleccionado para averiguar el crimen. Se trasladará en un entramado de rastros no tan certeros y los poco convincentes relatos interesados para para poder llegar a la verdad sobre la muerte del autor. Rian Johnsonn como realizador y guionista dispone un escenario de juego estratégico donde cada personaje tiene asignado una intención de provecho económico con la herencia del difunto Harlan. No es al azar que Johnsonn tome como referencia el pasatiempo del personaje; quien usa el “Go” en largas partidas con su cuidadora Cabrera. En éste entretenimiento hay un mensaje subliminal el que encierro para el control de un territorio en éste caso las finanzas y el acorralamiento a Marta quien siempre es la principal sospechosa bajo la “regla del asesino” que dice que el destinatario de la sucesión no puede ser su homicida. Con el whodunit lo que hace es insertar la pregunta: ¿Quién lo hizo? y promover el interés en reconstruir la escena del delito. Desde lo narrativo el argumento está bien sustentado en tácticas discursivas con gran carga tensional. Asimismo observaciones que hacen un rico texto del filme que traslada al público situaciones: cómicas, sarcásticas, emotivas, asombrosas y giros de timón en la investigación lo que la hace intrigante hasta el final. La música de Nathan Johnson se traslada a la época del jazz de Frank Sinatra con el tema “I’m gonna live till I die”. Sigue la sintonia ludica del filme con su composición: “Van a decir «¡Qué tipo!» Voy a jugar para el cielo”. Además cuando Benoit escucha las declaraciones de cada testigo toca una tecla del piano, casi incitando una alegoría a El Corazón delator de Edgar Allan Poe . Un sonido que desespera a todos los familiares y empleados de la lujosa casa. Steve Yedlin encargado de fotografía juega con la figura y el fondo lo que se relaciona a lo oculto y lo visible, la iluminación y las sombras que dan ese aspecto sombrío e inquietante, el zoom y cámara lenta que dan vibración a la cinta la hacen ágil y fluida. Los picados y contrapicados ponen evidencia las personas que se ven intimidadas o su alto estatus social. En cuanto al reparto sobresalen el actor Daniel Craig en el papel de Benoit quien deslumbra con un bien marcado acento británico como también sus inolvidables trajes y un gesto inquisitorio estridente.La actriz Ana de Armas como Marta Cabrera recrea a una enfermera disparatada y chistosa, el artista Chris Evans como Ranson un nieto insolente e interpreta a un villano muy crápula. Además la majestuosa Jami Lee Curtis encarna a “Linda” una hija sarcástica y protectora de la familia, otra joya del elenco es Toni Collette hermana de Linda despliega una mujer con mucho desparpajo y delirante. Por último el célebre actor Christopher Plummer expone un sagaz papel como padre que bien puede haberse muerto en la película pero es un flashback constante. Es una película para los seguidores de Sherlock Holmes, James Bond y Agatha Crhistie. Aunque se adapta a cualquier espectador con ansias de curiosidad. El seguimiento del caso por parte de los detectives es un simpático laberinto; donde el reparto y la diversión no escapan del punzante misterio. Y demuestra un tema subyacente la mirada despectiva a la inmigración en Estados Unidos. Puntaje:80.
El reconocido y millonario novelista Harlan Thrombey (Christopher Plummer) es encontrado muerto después de la celebración de su cumpleaños. Un excéntrico y minucioso Detective, Benoit Blanc (Daniel Craig), ha sido contratado para hacer la investigación del caso. ¿Quién mató a Thrombey? Todos los integrantes de su familia y también sus empleados podrían ser sospechosos. A medida que avanza la trama se van viendo las cuentas pendientes y los intereses creados de cada uno de ellos. El viejo escritor no tenía una buena relación con sus familiares. Sin embargo, la figura clave de toda la historia será Marta Cabrera (Ana de Armas) la enfermera de Harlan Thrombey. Menospreciada por la familia, con un gran secreto por confesar, ella estará en riesgo si acaso pone en duda el destino final de gigantesca herencia. La película insiste, tal vez demasiado, en la idea de que esta joven de nombre latino (pero no por eso nacida fuera de Estados Unidos como se menciona muchas veces) puede que sea más noble que aristocrática familia Thrombey. Claro que se trata un Whodunit tradicional, incluyendo al raro detective. La pregunta ¿Quién lo ha hecho? (Who’s done it?) sintetiza todo el chiste y el entretenimiento de la historia. Aun con sus bajadas de líneas, la idea es parecer una novela de Agatha Christie o Arthur Conan Doyle, aunque en un tono más bien tosco y bastante grotesco. Algunas actuaciones del enorme elenco (en el también están Jamie Lee Curtis, Don Johnson y Chris Evans, entre otros) son sobrias, pero otras son verdaderamente una vergüenza. El rol más ridículo se lo lleva Daniel Craig, que parece tan preocupado por dejar atrás a James Bond que elige ser todo lo contrario a la elegancia, la sutileza y la actuación clásica. Su sueño de ser un actor versátil no se concreta aquí. El resto es una historia ingeniosa pero a la vez demasiado conocida, donde el director busca, una y otra vez, guiños que muestren que domina el material y a la vez que su talento está muy por encima de él. Donde podría brillar el mecanismo de relojería de un guión y un elenco impecable, Rian Johnson vuelve a querer lucirse mostrándose más que la película. Esa parece ser su marca de fábrica, y a decir verdad es muy mala.
El “quién lo hizo” es un subgénero que desde la novela policial hasta las películas ha generado una cantidad innumerable de propuestas. Introduciéndose en él y con una mirada supra, que estimula con humor e ironía el juego propuesto al espectador para saber quién es el asesino, hay cierta soberbia que le juega en contra a este entretenimiento que seguramente hará delirar a las audiencias a partir del mega elenco que posee.
La hora final del día estaba reservada para el preestreno de «Entre Navajas y Secretos» de Rian Johsnon (Knives Out su original) con un elenco de notables en un film del género Who done It (Quien lo Hizo?) para contar la historia de un crimen y la búsqueda del asesino. Daniel Craig, Jamie Lee Curtis, Toni Colette y Christopher Plummer se reúnen en una casona en la que se desarrollará esta historia.
Tras las pistas acertadas. Rian Johnson se aleja de universo "Star Wars", para traernos una divertida historia que recicla el género de las antiguas películas de crimenes y suspenso. La trama gira en torno al famosísimo escritor de novelas de misterio Harlan Thrombrey (Christopher Plummer), quién después de su fiesta de cumpleaños número 85, aparece muerto. Todo parece indicar que es un suicidio, y los policías locales también lo creen; pero el brillante detective privado Benoit Blanc (Daniel Craig) no está tan seguro. Duda que pueda ser una puesta en escena de un asesinato… y ciertamente todos los miembros de la excéntrica familia Thrombrey son potenciales sospechosos. Están su impetuosa hija Linda Drysdale-Thrombrey (Jamie Lee Curtis) y su marido Richard (Don Johnson). Luego la esposa del fallecido hijo de Thrombrey, Joni (Toni Collette), que posee un imperio de autoayuda. También el hijo menor del escritor, Walt (Michael Shannon), quién dirige su editorial; y la oveja negra de la familia, Ransom (Chris Evans), retoño de Linda y Richard. El hecho es que mientras Blanc más investiga el caso, más intricado se torna todo. De alguna manera este cuenta con la guía de Marta (Ana de Armas), enfermera y muy amiga de Thrombrey, quien tampoco escapa de ser sospechosa. Sería como una especie de Watson para su Sherlock Holmes, en esta historia que rinde homenaje a las cintas de misterio a lo Agatha Christie, además de funcionar como una comedia vertiginosa. El guion de Rian Johnson se estructura a partir de giros y vueltas de tuercas. Todas las escenas contienen una revelación; tal puzzle, revelaciones racionales y meticulosas. Entre Navajas y Secretos también es una invitación a que el espectador juegue y se divierta junto a un notable elenco que brilla tanto de forma grupal como individual. Si te gustan las clásicas historias de misterio, agudiza tu olfato de detective y prepárate para descubrir al culpable en este relato que te mantendrá atrapado hasta el final.
Un caso muy enredado “Entre navajas y secretos” (Knives out, 2019) es una película de misterio con toques de drama y comedia dirigida, escrita y producida por Rian Johnson (Looper, Star Wars: los últimos Jedi). Protagonizada por Ana de Armas (Blade runner 2049), el reparto se completa con actores de renombre tales como Daniel Craig, Don Johnson, Jamie Lee Curtis, Toni Collette, Christopher Plummer, Chris Evans, Michael Shannon, LaKeith Stanfield, Katherine Langford (Hannah Baker en “Por trece razones”), Jaeden Martell (Bill Denbrough en “It”), K Callan, Edi Patterson, Riki Lindhome, entre otros. La cinta tuvo su premiere mundial en el Festival Internacional de Cine de Toronto. Con motivo de su cumpleaños número 85, el escritor de novelas de crímenes Harlan Thrombey (Christopher Plummer) invita a su extensa familia a pasar una agradable velada en su formidable caserón. A la mañana siguiente, el ama de llaves Fran (Edi Patterson) abre la puerta del cuarto de Thrombey para dejarle el desayuno y, para su sorpresa, se encuentra con que el anciano ha muerto. Una semana después, el reconocido investigador privado Benoit Blanc (Daniel Craig) se instalará en la mansión para interrogar a los familiares de Harlan y tratar de hallar pistas alrededor del caso: ¿fue un suicidio o alguien de los Thrombey tenía motivos suficientes como para asesinarlo? Ya tuvimos varias películas enfocadas en dilucidar quién es el responsable de un asesinato. Como un ejemplo reciente tenemos a “Asesinato en el Expreso de Oriente” (Murder on the Orient Express, 2017), cinta basada en la novela homónima de Agatha Christie que también contaba con un elenco de estrellas de Hollywood. No obstante, Rian Johnson fue capaz de honrar al género aportándole frescura y originalidad, ya que el director decidió cambiar la estructura narrativa usual de este tipo de historias. En vez de darnos la revelación entera en el desenlace, Johnson se arriesgó a mostrarnos qué es lo que ocurrió con Harlan Thrombey entre el primer y segundo acto del filme, sin perder ni un ápice del interés que tan bien supo construir en el espectador durante el comienzo. Con un buen balance entre comedia y drama, y una atmósfera claustrofóbica que funciona siempre que la historia se desarrolla dentro del caserón, la película se destaca no solo por su ingenioso guión sino también por sus actuaciones. Era probable que, como pasó con la adaptación de la novela de Agatha Christie, al tener tantas figuras reconocidas en el reparto, muchas no tuvieran suficiente tiempo en pantalla para destacarse. Por suerte, este no es el caso de “Entre navajas y secretos” puesto que a cada actor se lo nota en la misma sintonía: muy comprometido con lo que se quiere contar. Aparte de las geniales interpretaciones de Toni Collette, Jamie Lee Curtis y Chris Evans, los que verdaderamente sobresalen en esta ocasión son Daniel Craig y Ana de Armas. Nadie se veía venir que esta última fuera la protagonista, sin embargo al ponerse en la piel de la enfermera Marta Cabrera la actriz cubano-española demuestra que tiene lo necesario para estar en el rol principal. Por otro lado, Rian Johnson creó un relato que contiene una fuerte crítica social alrededor del ego estadounidense y la problemática de los inmigrantes indocumentados. No se puede comentar mucho sobre esto debido a los spoilers, pero sí podemos decir que al desarrollar la temática de una forma sutil pero reflexiva, el plano final logra ser potente, perfecto y poderoso. Con un guión que no subestima al espectador, giros narrativos inteligentes, personajes atrapantes y un montaje exquisito, “Entre navajas y secretos” consigue dar una vuelta de tuerca innovadora al género. Cuando todo llega a cuadrar, no podrás escapar de las ganas de ir a verla otra vez.
Rian Johnson (el encargado de la polémica Star Wars Episodio 8) dirige y escribe esta película que se enmarca dentro del género de whodunnit… ¿qué? Sí, este es un sub-género, ese heredado de las novelas de Agatha Christie, de Sherlock Holmes donde un asesinato sin resolución pone en jaque a un grupo variopinto de personajes que tienen (en su mayoría) las razones para llevar a cabo tamaña atrocidad. En este caso el misterio, las vueltas de rosca, el relato divergente a través de relatos de culpables lleva el metraje adelante con hidalguía a pesar de superar las dos horas. En la mañana después de su fiesta de cumpleaños número 85, el acaudalado escritor de novelas de misterio Harlan Thrombey (Christopher Plummer) es encontrado muerto en su propiedad. El famoso detective sureño Benoit Blanc (Daniel Craig) se alista en el caso y desconfía de un juego sucio. Todos son sospechosos y sospechosas y, a medida que se acerca la lectura del testamento y la investigación se calienta, la familia de Harlan, que se empeña en su dinero, comienza a revelarse como mucho más intrigante y competitiva de lo que parece. Porque ante todo, la familia Thrombey es una foto de lo que es la sociedad: personajes empáticos, rastreros, ladrones, anodinos, mentirosos, bondadosos… hay de todo, cada uno parece cumplir un rol actancial en un modelo que se parece mucho a lo que sucede en las reuniones familiares de fin de año. Hasta uno de los personajes es un troll de derecha en redes sociales, habrase visto. Pero no sólo eso, sino que esta familia es estelar con los ya nombrados Daniel Craig y Christopher Plummer, más Chris Evans, Jamie Lee Curtis, Michael Shannon, Toni Collette, Lakeith Stanfield, Ana de Armas, Don Johnson, Katherine Langford y Jaeden Martell. Y no sólo esto, además cada uno de los actores y actrices están a la altura, enalteciendo el relato con una tridimensionalidad que se agradece mucho para sobrellevar el ida y vuelta que tiene la historia, y haciéndonos creer cuando los héroes se convierten en villanos y viceversa. Entre Navajas y Secretos es una película de actores, que los tiene como piedra basal y a la vez fertilizante, demostrando que Rian es un gran director de actores logrando ecualizar las diferentes energías y escuelas actorales en un mood muy propio y particular que, como dije antes, enaltece el relato. Tanto Daniel Craig como Ana de Armas son los motores principales, pero se agradece mucho la incorporación a mitad de la película de Chris Evans y todos los matices de Toni Collete. Cómo toda historia de misterio, uno puede ir intentando adivinar lo que sigue, pero las vueltas de tuercas van moldeando la tensión de manera muy prolija y nos ofrece un plano final que dan ganas de aplaudir y ponerse de ese lado de la mecha por siempre. Entre Navajas y Secretos parece haber salido de otros tiempos, de la época del star system con figuras de relevancia, planos y tiempos prolijos, y una trama que entretiene y nos invita a pronosticar lo que viene como si fuésemos la persona del clima, pero todos y todas sabemos… casi siempre vamos a fallar.
Cuando el año parece estar culminando llega a los cines Entre navajas y secretos (Knives Out), la nueva pelíucla de Rian Jonhson que reune a un gran elenco con actores de varias generaciones en un policial de enredos y suspenso que sabe combinar el estilo Agatha Christie con humor. La trama gira en torno a la misteriosa muerte de Harlan Thrombey (Christopher Plummer), un exitoso y millonario novelista, justo en la noche de su cumpleaños número 85. Es tal el misterio que desencadena esta muerte que todos sus exéntricos familiares tienen motivos para ser sospechosos del crimen: su hija Linda (Jamie Lee Curtis) quiere heredar la mansión, su yerno Richard (Don Johnson) oculta una infidelidad que Harlan conoce, su otro hijo Walter (Michael Shannon) desea mantener el legado familiar dirigiendo la editorial, su nuera Joni (Toni Collette) desea recibir dinero para la “educación” de su hija luego del fallecimiento de su esposo y también está su nieto Ransom (Chris Evans) con quien sabemos, discutió fuertemente esa noche. A partir de allí, dos policías, Elliott (LaKeith Stanfield) y Wagner (Noah Segan), junto con la ayuda de un meticuloso y también exténtrico detective privado llamado Benoit Blanc (Daniel Craig), se encargarán de entrevistar a su extensa familia para encontrar al culpable, ayudados con las declaraciones de Marta (Ana de Armas) la enferemera de Harlan y la única con una coartada. La película está narrada de una forma no lineal, con idas y vueltas, trazando un paralelismo con los enredos de la trama. De hecho, a la mitad de la película ya conocemos la verdad del crimen, pero esto no hará mas que generar nuevas incognitas y varios momentos gloriosos. Poco hay para decir de las actuaciones de un elenco de todos actores consagrados, que van desde quienes triunfaron en los 80s como Jamie Lee Curtis y Don Johnson, hasta más contemporaneos y en puro pico de sus carreras como Chris Evans, así como también aquellos que de apoco están comenzando a marcar su nombre en como Ana de Armas, quien se carga gran parte de la película junto a Daniel Craig. Además de ser una gran película de suspenso con muchos toques de comedia, también funciona como una crítica social hacia la clase aristocrática, retradados acá como una familia exentrica, un tanto ignorante que solo les importa sus intereses a contraposición de la “servidumbre”, representada por Marta, que solo queire hacer su trabajo y proteger a su familia. La película que Johnson (criticados por algunos por dirigir The Last Jedi y el episodio de la mosca en Breaking Bad) dfirigió y escribió, tiene varios momentos inverosimiles llevados hasta el extremo -como uno en particular que involucra el vómito- y algunos giros extraños sobre el final. Gags que en cualquier otra película se la podría críticar pero que acá no hace más que seguir unas relgas del juego planteadas por el director y que alimentan a esta joyita que -con sus licencias- homenajea a lo mejor del cine policial ysin que nadie la llamara, se coloca entre las mejores del año.
EL CINE COMO JUEGO Vaya uno a saber si Entre navajas y secretos logra que el querido subgénero del whodunit recupere su vida en la pantalla grande, pero lo cierto es que en su nueva película, Rian Johnson ha sabido construir un juguete muy divertido, capaz de sobrevolar con coherencia la estructura típica del policial de misterio británico, tener amor por las tradiciones y, claro (porque en el fondo es un director con aires autorales), cierto aire renovador. En la película, un famoso escritor de novelas de misterio y multimillonario se ha suicidado. Sin embargo, hay algunas dudas sobre ese episodio: para algunos se trata de un asesinato. Así es como un par de agentes policiales y un detective privado (uno de esos detectives más grandes que la vida) se dedican a entrevistar a hijos, nueras, yernos, nietos y empleadas del muerto en la casona en la que vivía. Como suele ser regla en este subgénero, Johnson utiliza los primeros minutos de película para presentar personajes y delinear sospechosos. Lo hace con un gran trabajo de montaje y siempre con un aire entre juguetón y autoconsciente de lo hiperbólico de todo asunto. Con una filmografía de lo más ecléctica, que se va paseando del indie al mainstream sin problemas, Johnson tiene como mayor defecto, tal vez, el hecho de querer hacerse notar en cada decisión que toma. Entre navajas y secretos no es la excepción, pero es bien cierto que este tipo de películas hacen de cierto exhibicionismo su virtud: como que la mostración del recurso es el combustible que usa el mago para que su truco no sea evidente. Y en el whodunit hay mucho de acto de ilusionista: hay que sembrar múltiples sospechas, tratando de estar siempre unos pasos delante del espectador. Uno de los peligros que corren ciertos géneros y subgéneros tradicionales es la distancia irónica con la que se los suele mirar desde el presente, pero Johnson esquiva esa postura todo lo que puede. En su película hay humor, pero siempre relacionado con los personajes y sus actitudes entre miserables y ridículas. Johnson deja atrás la solemnidad y la trascendencia habitual de su cine, y construye un relato en la mejor senda de los policiales de misterio a lo Agatha Christie o Arthur Conan Doyle. Confeso admirador de este tipo de historias, se lo nota divertido con cada vuelta de tuerca que el guión propone. Otra de las reglas impuestas por el cine para este tipo de relatos es la del elenco kilométrico en estrellas, algo heredado del vodevil (no de gusto la mayoría de estas historias se centran casi en un único espacio). Como no podía ser de otra manera, Johnson se rodea de varias figuras, entre las que encontramos a Chris Evans, Ana de Armas, Jamie Lee Curtis, Toni Collette, Don Johnson, Michael Shannon, Keith Stanfield, Christopher Plummer y Frank Oz, aunque el que sobresale es Daniel Craig como el detective Benoit Blanc. Craig se muestra gracioso como nunca, en un personaje de lo más lúdico y virtuoso, uno de esos sabuesos que siguen cada pista hasta el final y que parecen quebrados hasta segundos antes de descubrir al asesino. Al respecto, Johnson aporta un giro de guión sorprendente en la mitad de la película que quiebra cierta lógica del whodunit y que nos invita a ir mucho más del descubrimiento del asesino. Porque en el fondo, Entre navajas y secretos es una película sobre una familia terrible, horrenda, una sarta de seres materialistas y egoístas capaces de lo peor con tal de quedarse con la fortuna del viejo. Y esa mirada satírica incluye a los más reaccionarios y fascistas herederos como a los más progresistas, aunque incapaces de distinguir si la empleada doméstica latina es brasileña o ecuatoriana. La mirada sobre la inmigración y su vínculo con la alta sociedad termina siendo el gran misterio resuelto de esta divertidísima película.
Entre navajas y secretos es un homenaje a los clásicos misterios de Agatha Christie, con mucho de parodia pero sin limitarse a ella. Con inteligencia, el guionista y director Rian Johnson construye un misterio con varias vueltas de tuerca que logra ser intrigante y atractivo aun para aquellos que conocen al pie de la letra las reglas del género. En realidad, será mejor incluso para quienes están acostumbrados al juego de adivinar quién es el asesino. “Este tipo vive en un tablero del Clue”, dice uno de los personajes sobre la mansión del escritor de misterio Harlan Thrombey, en uno de los tantos guiños al espectador. La casa y todos sus minuciosos detalles son parte de esa construcción en la que se lleva al máximo cada uno de los clichés del género, pero sin vaciarlo de sentido. El escritor de 85 años, interpretado por el siempre fabuloso Christopher Plummer, parece haberse suicidado, pero algo no termina de cerrarle al inspector Benoit Blanc, encarnado con un extraño acento y elegancia cómica por Daniel Craig. A partir de entonces comienza una investigación en la que los Thrombey se revelan como una familia más complicada de lo que parecía a primera vista. Todos tienen secretos que resguardar y cada revelación va agregando un nuevo ingrediente a la investigación. No sólo Craig y Plummer ofrecen actuaciones sobresalientes sino también todo el resto del elenco, que es la prueba perfecta del poder de un buen casting: Jaime Lee Curtis, Don Johnson, Toni Colette, Michael Shannon y Chris Evans son algunos de los miembros de la familia, mientras que Ana de Armas es la enfermera de Thrombey. Pocas veces se puede notar tan claramente, como sucede en Entre navajas y secretos, que los actores y el director están disfrutando al máximo de su trabajo. Es imposible resistirse a compartir ese goce con ellos. Más allá de los enormes talentos a cargo del film, tanto detrás como delante de la cámara, el ingrediente secreto de Entre navajas y secretos es su espíritu de auténtico amor por el clásico policial inglés. Rian Johnson, fanático de Agatha Christie, le escapa a la canchereada y encuentra una forma elegante de reírse con el género y no de él.
Da lo mismo que sea en un castillo o en el Expreso de Oriente: pongan un cadáver y un montón de sospechosos y allí habrá suficiente como para armarse un festín, de un lado y del otro de la pantalla. Indudable fanático de las novelas de misterio de Agatha Christie, el guionista y director Rian Johnson parece tomarse un respiro de los filmes de acción -Looper, con Bruce Willis, Star Wars: Los últimos Jedi-, relajarse y gozar. Johnson no sólo dirigió sino que imaginó la historia y la guionó. El escritor de policiales Harlan Thrombey (Christopher Plummer) parece que no se ha suicidado, sino que ha sido degollado por alguno de los que estaba en su mansión en la noche de su cumpleaños número 85. La policía investiga y, con ellos, llega un detective privado de nombre Benoit Blanc, y al que el candidato al Globo de Oro Daniel Craig le impone presencia, acento y hasta un humor medido. Como debe ser. Son los sospechosos de siempre: hijos, nietos, un yerno, una nuera -todos potenciales herederos-, el personal doméstico y la enfermera particular de Harlan. Desconfiado, Benoit interroga a cada uno, y Johnson permite al espectador saber más que él, y descubrir cómo muchos mienten y tienen escondida alguna razón para haber deseado la muerte del escritor. Entre navajas y secretos rinde homenaje a ese género exquisito que es el policial inglés, donde las vueltas de tuerca y los pasos de la investigación van dando nuevos giros y pistas para descubrir al asesino (o asesinos). Si hasta un personaje ve Reportera del crimen (Murder, She Wrote), con Angela Lansbury en su televisor, y en castellano. Porque Marta Cabrera, la enfermera salvadoreña cuya madre ingresó ilegalmente a los Estados Unidos, ha sido como una confidente de Harlan. Y el personaje que interpreta la cubana Ana de Armas (Blade Runner 2049, y que volverá a trabajar con Craig en la nueva de Bond, No Time to Die) tiene la particularidad de que no puede mentir. Si lo hace, tiene arcadas y vomita. Qué mejor asistente para Benoit. Lo dicho: Entre navajas y secretos se ve con placer, por más que en algunas transiciones se noten las costuras. Y como también es un filme “de actuación”, el elenco numeroso tiene como para divertirse. Sumen a Chris Evans, Jamie Lee Curtis, Don Johnson, Toni Collette, Michael Shannon, Katherine Langford (13 Reasons Why), Jaeden Martell (It) y hasta Frank Oz como el notario que deberá leer, cómo no, el testamento. Hay muchos motivos para ir a ver esta película. Disfrútenla.
«Knives Out», el film más reciente de Rian Jonhson («Looper», «Star Wars: The last Jedi», «Brothers Bloom») recupera una de las fórmulas más conocidas y utilizadas de las novelas policiales y las películas de misterio: el whodunit o whodunnit. Este término proviene de la contracción en una sola palabra de la pregunta inglesa Who has done it? o Who’s done it? («¿Quién lo ha hecho?») y hace referencia a una variedad de trama compleja dentro de este tipo de relatos de intriga, en la que un enigma o una especie de rompecabezas es su principal característica de interés. En otras palabras, el misterio del relato reside en descubrir quién es el asesino o quién fue el culpable. En este subgénero se proveen al lector/espectador los indicios acerca de la identidad del autor del delito, para que pueda deducirlo antes de la solución que se revela sobre el final del relato. Por lo general, la investigación suele ser realizada por un detective aficionado o profesional, frecuentemente con grandes poderes deductivos y un intelecto privilegiado. En la literatura tenemos infinidad de ejemplos entre los que se destacan las novelas de Agatha Christie y Sir Arthur Conan Doyle con grandes figuras detectivescas que se encargan de desentrañar los misterios detrás de ciertos asesinatos o delitos. Estos son Hércules Poirot y Sherlock Holmes. El film de Johnson busca revivir ese viejo procedimiento, el cual también utiliza para homenajear al mismo Poirot (de hecho, el personaje del investigador interpretado por Daniel Craig lleva el nombre de Benoit Blanc que nos remite al famoso detective belga de Agatha Christie) pero a su vez utilizando un estilo narrativo más fresco, moderno y vertiginoso. El largometraje cuenta la historia de la familia Thrombey, la cual se ve envuelta en una investigación policial cuando el renombrado novelista de misterio Harlan Thrombey (Christopher Plummer) es encontrado muerto en su mansión, justo después de la celebración familiar de su 85 cumpleaños. El inquisitivo y cortés detective Benoit Blanc (Daniel Craig) es misteriosa y anónimamente reclutado para investigar el asunto. Se moverá entre una red de pistas falsas y mentiras elaboradas por los familiares de la víctima, para intentar descubrir la verdad tras la muerte del escritor. La familia será interrogada uno a uno para ir poniendo a prueba sus coartadas y sus posibles motivos. Entre ellos se encuentran: Linda Drysdale (Jamie Lee Curtis), la hija mayor de Harlan y esposa de Richard, «Walt» Thrombey (Michael Shannon), el hijo menor de Harlan y esposo de Donna, el principal encargado de manejar el negocio de venta de novelas de su padre, Joni Thrombey (Toni Collette), la viuda de Neil, el hijo fallecido de Harlan y madre de «Meg» Thrombey (Katherine Langford), nieta de Harlan que cursa estudios de arte financiados por su abuelo; Hugh Ransom Drysdale (Chris Evans), el rebelde hijo de Linda y Richard y nieto de Harlan, Jacob Thrombey (Jaeden Martell), nieto de Harlan e hijo de Walt y Donna que está muy involucrado con el mundo de la política, Richard Drysdale (Don Johnson), el esposo de Linda y su principal apoyo en el manejo de su compañía, entre otros. Además de sus familiares cercanos, formaran parte de los sospechosos Frances (Edi Patterson), la ama de llaves de la mansión y Martha Cabrera (Ana de Armas), la enfermera y amiga de Harlan. Poco a poco irá surgiendo la información (tanto verdadera como falsa) para que el espectador vaya elaborando sus teorías sobre quién es el culpable, no obstante, uno de los aciertos de la cinta radica en que varios pasajes también recurren al humor y a la parodia para hacer al relato todavía más atractivo e interesante. Esos toques de comedia que sirven para relajar, sorprender y descomprimir (cuando es necesario) nos remiten a películas como “Murder by Death” (1976) y “Clue” (1985). Es así como Rian Johnson construye un relato sumamente atrapante y envolvente en el cual se revela prácticamente a la media hora cómo habría fallecido el escritor, pero abriendo otra vez varios interrogantes en otras direcciones. Casi como si tomara como base el whodunnit para reinventarlo y armar un derivado más fascinante y sugerente. Todo esto no hubiera sido posible sin el minucioso e impecable trabajo de guion del propio Johnson, así como también el compromiso del elenco que se lo ve intensamente compenetrado con la historia. Realmente hay que destacar el trabajo de Craig y Armas que sacan a relucir todo su talento actoral para la ocasión. Por supuesto, que Curtis, Collette, Plummer, Evans y cía también logran brillar en sus roles secundarios. Por otro lado, hay espacio para el absurdo y lo bizarro con el objeto de homenajear a las obras antes citadas con asuntos tales como que el personaje de Martha vomita cada vez que miente o es obligada a mentir por alguno de sus empleadores convirtiéndola prácticamente en un detector de mentiras humano, así como también espacio para la reflexión política y social sobre ciertos tópicos como la ignorancia, la xenofobia, la discriminación, la inmigración, entre varias otras cuestiones. Asimismo, nos encontramos con diálogos inteligentes y un ritmo acelerado que no da lugar a que la trama se estanque o se pierda en el gran número de personajes con el que cuenta. En los apartados técnicos cabe destacar la exquisita fotografía de Steve Yedlin (habitual colaborador de Rian Johnson) y su diseño de producción que juega con una estética anacrónica donde se mezclan vestuarios y decorados más antiguos (en lo que rodea a la mansión y a la familia en sí) con un contexto/entorno moderno. «Knives Out» es una de las grandes sorpresas de este año donde se pone de manifiesto que este género todavía tiene mucho para dar si se cuenta con un gran guion y un talentoso director que lo respalde. A su vez, sirve de prueba de que se puede lograr una correcta mixtura entre misterio y comedia con el sustento de un elenco comprometido con la tarea.
Rian Johnson se reivindica – parcialmente – dirigiendo una película que indaga sobre el whodunit – género policial del ¿quién lo hizo? – de una forma original, innovadora y graciosa. ¿Quién mató a Harlan Thrombley? El elenco de Knives Out funciona como un terremoto. Daniel Craig, Ana de Armas, Tony Collette, Chris Evans, Don Johnson, Michaell Shannon, Jamie Lee Curtis, LaKeith Stanfield, Jaeden Martell y en el rol de patriarca, Christopher Plummer, logran que la película no se detenga un segundo al brindar grandes actuaciones con escenas claves para cada uno de ellos. Knives Out es una película coral absoluta. De todas formas sólo reinan tres nombres en este asunto y esos son: Daniel Craig, Ana de Armas y Christopher Plummer. Craig demuestra que el rol de James Bond no le queda encasillado, en varias ocasiones pasadas logró dar maravillosas interpretaciones en papeles que no se asemejan en nada con el espía inglés, es más, su talento de largo rango muestra una disposición a futuro para volver a interpretar a Benoit Blanc – el ingenioso detective detrás del misterio de los Thrombleys -; por otro lado Ana de Armas acude a la desesperación como una víctima de las circunstancias, y a la vez, ofrece otra faceta desconocida en su corta pero prestigiosa carrera; por último se encuentra Plummer que no desaprovecha su limitado rol y logra ser lo suficientemente relevante para que el espectador note sutiles sorpresas hasta el rumbo final. El misterio está a la orden y Rian Johnson mueve las piezas adecuadas para que todo se resuelva poco a poco. Se buscan resultados pero también se descubren otras sorpresas y con la ayuda de Bob Ducsay en montaje, la amenaza de la persecución lleva a todo participante a un juego de múltiples gatos y un solo ratón. El humor abunda sin embargo, no domina al misterio. Los 130 minutos de duración consiguen una base solida, no obstante se podrían perder algunos minutos para agilizar la marcha; estamos hablando de una película que trae a mención Clue (1985) – dirigida por Johnathan Lynn – pero Knives Out accede a la crítica social para que se incluya en el motivo del crimen. Al parecer Johnson no puede contener su lado partidario y aprovecha a tirar piedras al gobierno de turno de los Estados Unidos. Esto es una lástima porque los comentarios políticos distraen y no llegan a nada, todo queda en: ah, claro, palito al gobierno!. Knives Out es una divertida película de misterio y es una gran opción para disfrutar en pantalla grande en este cierre de año. Las respuestas se hacen esperar, pero gracias a su elenco es una dulce espera llena de sorpresas. Todo está a la vista, sólo hay que prestar atención. Valoración: Muy Buena.
La herencia de la tía Agatha.
Entre Navajas y Secretos: Afilado misterio a resolver. Un crimen, dinero, una familia disfuncional, divertidos personajes, gran elenco y un misterio intentando ser resuelto por un magnífico detective, son los cuchillos con los cuales el director hace malabares sin cortarse. El director Rian Johnson es mucho más que Star Wars: Episode VIII – The Last Jedi (2017). Con esta película Knives Out, que dirigió y escribió, demuestra que puede realizar una película elegante y atractiva como una daga, que apuñala como un cuchillo bien afilado. Una simple premisa de un crimen a resolver se convierte en un enredo intrincado cuando aparecen los otros elementos en cuestión, la familia rica con personajes estupendos y dinero, mucho dinero. Este film vuelve a traer el clásico género de misterio, a lo Sherlock Holmes, con vueltas de tuerca interesantes y un elenco magistral. Rian Johnson también trajo consigo Looper (2012) una película bastante original, y Brick (2005); algo que demuestra que es uno de los directores de estos últimos tiempos a tener en cuenta. Además de apreciar cómo usa antiguos trucos cinematográficos para aprovechar al gran elenco que reunió, en donde actores y actrices interpretan a personajes duros, atractivos, misteriosos, mentirosos y muy entretenidos. Hablamos de la familia disfuncional Thrombey que sufre un hecho trágico que involucrará a todos. Todos son sospechosos, y a la vez no. Con el faro del maestro Christopher Plummer estos actores y actrices se desempeñan en sus roles perfectamente. No hay tantos intercambios entre ellos, sino más bien cada uno brilla en su papel con pequeños momentos, que son suficientes para hacer mover la trama, lo importante de la película. No es una obra que se ve obnubilada por los protagonistas, sino más bien que los usa de tan buena manera que pasan desapercibidos en el buen sentido. Desde Katherine Langford, LaKeith Stanfield, Jaeden Martell, Toni Collette, Don Johnson, Michael Shannon y Jamie Lee Curtis hasta la sorprendente Ana de Armas, siendo la que ayuda al personaje de Plummer, un hilarante Chris Evans como la oveja negra de la familia, y un papel muy destacable para el misterioso detective privado Benoit Blanc de Daniel Craig. Sin estropear la trama, es una clásica historia de develar el misterio, con la habitual explicación de todo lo que sucedió hasta el final. Cada familiar oculta y demuestra sus caras ante los detectives. Algo que jugará con nuestras mentes, como con la de los demás personajes. Entre ellos hay muchas discusiones y charlas sobre dinero, hasta temas políticos bastante actuales como los inmigrantes. Es ahí donde el personaje de Ana de Armas cobra mucha importancia, cuando ninguna sabe si es de Uruguay, Paraguay o Ecuador. Hay humor con respecto a esa mirada estadounidense, como también hacia el tema de la ambición, las mentiras, y las dolorosas verdades. Las resoluciones de intrigas previas a la resolución final se dan a conocer bastante rápido. Algo astuto de realizar ya que varias han sido vistas en otras películas o novelas del género. Además mantiene al espectador atento, sin dejar de pensar un momento. Aunque el último acto puede resultar una forma retorcida de resolver el problema, todo cobra sentido gracias al humor y los personajes que conocimos a lo largo de dos horas y diez minutos que pasan rápidamente. Las pocas locaciones, un detective muy persistente que lleva la película como el mejor, y un misterio que no se logra descifrar hasta el final sirven como cuchillos muy filosos y bellísimos, con los cuales Rian Johnson hace malabares sin cortarse. Teniendo en cuenta que quizá últimamente los espectadores no quieren pensar demasiado en el cine, esta película quizá no reciba los halagos correspondientes. Esperamos equivocarnos. Hay bastante diálogo y explicación pero mezclado con situaciones cómicas y muy buen ritmo. Detalles que la hacen muy entretenida. Si te gustan las obras enigmáticas, donde la intriga es la pieza central sostenida por grandes actores y actrices, y una prolija puesta en escena, esto es lo tuyo sin lugar a dudas.
El prestigioso detective Benoit Blanc y su equipo entran en escena para tratar de descubrir por qué murió el novelista Harlan Thrombey a pocos minutos de haber terminado la fiesta de su cumpleaños número 85. Esa es la premisa de Entre navajas y secretos, que llega a las pantallas de los cines argentinos con una intrincada y entretenida trama que invita a que el espectador complete el “juego de mesa” junto al protagonista (aunque este, quizás, esté un paso más adelantado).
Rian Johnson, después de dirigir filmes de géneros tan diferentes como “Los Estafadores – The Brothers Bloom” con Adrien Brody y Rachel Weisz, la notable “Looper: Asesinos del futuro” y recientemente, uno de los capítulos de la saga de Star Wars con “Star Wars: Los últimos Jedi”, se pone no sólo detrás de la cámara sino a cargo de guion para dar vida a una comedia de suspenso como “ENTRE NAVAJAS Y SECRETOS”, que se presenta como una nueva vuelta de tuerca al clásico “whodunit” (Quien lo hizo?). Todos los elementos están puestos al servicio de que la receta funcione perfectamente y Johnson es muy hábil como para distribuir las piezas del rompecabezas y seguir ese mecanismo de relojería que remite al mejor estilo de Agatha Christie, en donde una serie de personajes se encuentran atrapados en un lugar cerrado, se comete un asesinato y cada uno de ellos tiene suficientes motivos como para ser el perfecto asesino. Dejando de lado la flema inglesa que le imprimía la legendaria Christie a todos sus personajes, Johnson apuesta a un estilo más cercano a la comedia, con algunos momentos de situaciones disparatadas que hacen pensar a otra referencia más contemporánea como “Clue - Los siete sospechosos”, aquel divertido filme con guion de John Landis basado en el juego de mesa homónimo. En el centro de la historia aparece Harlan Thrombey, un famoso escritor de novelas de misterio y dueño de una importante fortuna, quien reúne a toda su familia en su imponente mansión para festejar todos juntos su cumpleaños número 85. Pero al día siguiente, aparecerá muerto en su habitación y todo parece indicar que aparentemente se ha suicidado. Rápidamente llegará la policía para comenzar a investigar el caso y junto con ellos, acudirá el investigador Benoit Blanc (a cargo de Daniel Craig) quien comenzará a entrevistar a cada uno de los miembros de la familia dentro de la mansión, en ese típico procedimiento que dentro del cine y la literatura referencia inevitablemente al infalible Hércules Poirot, el detective que ha protagonizado 33 novelas de Agatha Christie y más de 50 relatos cortos que lo han convertido en un perfecto ícono para este tipo de relatos y a quien Rian Johnson rinde un perfecto homenaje. Uno a uno iremos escuchando los testimonios de su hija Linda (Jaime Lee Curtis explotando cada arista de su personaje), que ha hecho una extensa carrera en el mercado inmobiliario avalada por su padre, pero que carga en sus espalda con el peso de un marido algo vividor (Don Johnson) y el bon vivant de su hijo Ransom (Chris Evans). Conoceremos también a su hijo Walter (Michael Shannon, a cargo quizás de un papel menos sobresaliente) que concurre al cumpleaños con su esposa y su hijo adolescente y también está presente Joni, su nuera (Toni Collette), viuda de su tercer hijo que sigue en contacto con la familia y asiste con su hija, la nieta de Harlan, Meg (Katherine Langford a quien vimos en la serie “13 reasons why”). Una de las piezas fundamentales que completan el cuadro y que se encuentra fuertemente involucrada es su enfermera Marta (Ana de Armas, a quien vimos en “Blade Runner 2049” y a quien pronto veremos en “No time to die”, la última producción de la saga de James Bond), que fue la última que lo ha visto con vida cuando subió a su habitación para darle la medicación. No solamente será una pieza fundamental dentro de la historia por lo que suceda a partir de esa dosis de medicación sino que su papel dejará al descubierto la ostensible diferencia de clases que se plantean a partir de este personaje (quien además tiene una importante diferencia de edad con Harlan y de quien los hijos presumen que puede haber habido algún íntimo flirt) y los lazos familiares más convencionales, que hacen que la frase de “te queremos como si fueses de la familia” pase a ser, sencillamente, una de las sentencias más irónicas dentro de la historia. En esa lucha de poder, toda la familia comenzará a dividirse y a apartarse del duelo para interesarse fundamentalmente en el testamento que dividirá entre ellos la fortuna que ha amasado este magnate dentro de la industria editorial, con la publicación de sus propios libros. Poco a poco y con mucha inteligencia y destreza, el guion de Johnson va develando las motivaciones que tiene cada uno de los personajes para ser el potencial asesino de Harlan: aparecen, tangencialmente, la presencia de los pecados capitales y descubriremos que dentro de la mansión aparecerán rápidamente la avaricia, la ira, hay soberbia, un toque de lujuria y por sobre todo, la envidia atraviesa notablemente a más de uno de los asistentes. Dos piezas fundamentales como el excelente manejo de los flashbacks y de los diferentes puntos de vista que irán reconstruyéndose en los interrogatorios, serán las que nos permitan como espectadores, ir completando ese rompecabezas propuesto dentro del tablero del juego que el guion irá desplegando a través de los momentos claves que tengan cada uno de los personajes dentro de la historia. Indudablemente “ENTRE NAVAJAS Y SECRETOS” no solamente es sólida desde el entramado de sus historias internas, sino que las actuaciones de un elenco de estrellas soñado, permiten que cada uno de los personajes sea completamente creíble y tenga el peso necesario dentro de esa trama coral que plantea Johnson alrededor del asesinato. Tanto Jamie Lee Curtis como Toni Collette tienen momentos de especial lucimiento dentro del elenco femenino aunque son Don Johnson y Daniel Craig los que entregan composiciones mucho más complejas y que juegan permanentemente al filo del desborde, logrando la contención exacta para que sus criaturas luzcan verosímiles y reales. También sorprenden dentro del nivel de excelencia que logra el elenco, la dupla más joven a cargo de Ana de Armas y Chris Evans y la desopilante participación de K Callan (recordada por “American Gigolo” “Un toque de distinción” o como la madre de Superman en la versión televisiva de “Lois & Clark” en plenos ’90). Lo único que puede objetarse es una extensión de más de dos horas que no la favorece y que, dentro del esquema que propone, se apega demasiado en los clásicos del género que pretende homenajear, y el intento de modernizar y versionar la propuesta, se logra sólo parcialmente: Johnson incluye mucho más humor y acierta en algunos tonos novedosos en los diálogos y sobre todo en la construcción de los personajes adolescentes de la familia, que escapan a las convenciones del género y le permiten despegar de la receta clásica. “ENTRE NAVAJAS Y SECRETOS” es un producto brillante que reúne a un gran elenco pero que, de todos modos, no termina de tomar nuevos riesgos para crear una versión que se apoye en los grandes clásicos pero que presente innovaciones profundas para poder relanzar el género acorde a los tiempos que corren.
"Entre navajas y secretos", el placer de un buen enigma Con el punto de apoyo fundamental de un guón preciso y sin costurones, Rian Johnson dirige un típico film de "quién lo hizo" distinguido por un elenco formidable. El viejo y querido whodunit está más vivo que nunca. Inmortalizado por Agatha Christie en sus relatos articulados alrededor de la búsqueda del autor de un crimen con innumerables sospechosos, este subgénero policial vuelve a los primeros planos de la pantalla grande con Entre navajas y secretos, filmada por ese nuevo niño mimado de Hollywood -dirigió el Episodio VIII de Star Wars y ya está contratado para una nueva saga de tres spin off- llamado Rian Johnson. Y protagonizada por un grupo de reputados actores y actrices de todas las generaciones que podría disputarle el premio a elenco del año a El irlandés: la nómina incluye al veteranísimo Christopher Plummer (cumplirá noventa pirulos este viernes), Jamie Lee Curtis, Don Johnson, Toni Collette, Chris “Capitán América” Evans, el siempre retorcido Michael Shannon y un Daniel Craigdevorado por su porte jamesbondiano. Un casting de estas características es el primer gran acierto de la película, en tanto el whodunit se caracteriza por una multiplicidad de personajes con peso en el relato que, al tener caras familiares, favorece al seguimiento de las innumerables vueltas de tuerca de un guion pensado hasta el último detalle. Lo de “último detalle” no es hiperbólico. Al menos en una primera mirada -probablemente la percepción cambie ante el hilado fino de una segunda- no aparece fisura alguna en el entramado argumental, así como tampoco resoluciones hechas al voleo o sacadas de la galera. Lo que habla de Johnson como un guionista que evita la tentación de salir por arriba del laberinto de interés cruzados, saltos temporales y constantes cambios de puntos de vista entre esos hombres y mujeres que podrían o no estar mintiendo para salirse con la suya. Porque –regla básica del género– a medida que avance el metraje se descubrirá que todos los integrantes de la familia Thrombey (hijxs, nietos, yernos, nueras) tienen algún motivo para deshacerse del escritor Harlan (Plummer, que desde Todo el dinero del mundo es la encarnación perfecta del patriarca millonario), quien aparece con la garganta chorreando sangre en su habitación a la mañana siguiente de la fiesta de su cumpleaños 85. En juego hay unos cuantos millones de dólares, un caserón donde es más fácil perderse que encontrarse y los derechos intelectuales de su vastísima obra, entre otros elementos que sacarán a la luz las peores miserias familiares. A la manera de la serie Succession, esto abre las puertas a una observación no exenta de cinismo de las peores miserias de la clase alta cuando hay dinero de por medio. Sin embargo, por la disposición de la sangre y la ausencia de evidencia concreta, todo indica que se trató de un suicidio. Pero, ¿por qué se mataría alguien que no había dado indicio alguno de su decisión? Eso es lo que intentarán develar dos policías, uno de los cuales, fascinado con la obra de la víctima, operará como notable comic relief de una película que pisa con firmeza el terreno policial pero sin descuidar el de la comedia. Como guía fungirá Benoit Blanc (Craig actuando en modo parodia), un detective privado que huele desde el minuto uno que nada es lo que parece. Empezando por el hecho que lo contrataron de manera anónima, dejándole un sobre lleno de billetes en su casa. Nominada a tres Globos de Oro, entre ellos el de Mejor Película – Comedia o Musical, Entre navajas y secretos entraña una complejidad nodal a la hora de escribir sobre ella: es muy difícil hacerlo sin caer en el tan mentado spoiler. Solo se dirá que habrá innumerables interrogatorios a cargo de un Blanc atento al mínimo detalle, versiones coherentes aunque con retaceos informativos y una chica latina (la cubana Ana de Armas) que supo ser la cuidadora de Harlan y, si bien no asoma como sospechosa por la ausencia de intereses en esa muerte, da toda la sensación que no dice todo lo que sabe. A partir de esos elementos Johnson construye una película que combina la intriga con la sátira, lo detectivesco con lo lúdico, la mirada social con el placer de un cuento muy buen contado.
Viejo millonario muerto en su cumpleaños, familia sospechable y una nube de pecados de sexo, corrupción, hipocresía y robo salpicando la mesa de parientes son suficientes elementos para desencadenar un policial. Si a todo esto le agregamos un investigador astuto (Daniel Craig), una enfermera heredera (Ana de Armas), más un nieto joven en actitud de vagancia (Chris Evans), tenemos "un Agatha Christie" casi original. Y aludimos a quien cultivó como un exquisito rosal la novela policial porque esta película reúne todos los ingredientes de sus clásicos de misterio, desde "Crimen en el Expreso de Oriente" a "Eran diez indiecitos". Así "Entre navajas y secretos" responde, como esas novelas, a la unidad de lugar (el fabuloso "castillo" familiar), a la gran cantidad de sospechosos (toda la familia) y al amplio número de indicios presentados en la trama. El humor no se ve tan elegante como en la narrativa de Agatha Christie. Es que, en el caso de la película de Rian Johnson, también escrita por él, la sonrisa surge ante las comparaciones con la realidad, tan actuales. Conservadurismo, nacionalismo y regresión pueden tomar la forma de un colonialismo retrogrado (actitud frente a los inmigrantes) o la confianza mesiánica en la superioridad nacional, características que se repiten también en el mundo del espectáculo, desde los glamorosos miembros de la familia de "Dinastía" (versiones televisivas del "80 y 2017), a la de Logan Roy, de la muy actual serie "Sucesion" de HBO (los "culebrones" no desaparecen, se transforman). TRADIONAL Y MODERNO El director Rian Johnson ("Star Wars: Los Ultimos Jedi"), con inteligencia, estructura en formato convencional (policial negro) una situación límite que aqueja a un grupo familiar. Al interés por develar el misterio del posible crimen se agrega el exhibicionismo de los Drysdele, un festín de excesos psicológicos sospechosamente parecidos a la fauna contemporánea de la que formamos parte. A esto se suma un elenco de "capos de la actuación", desde un dúctil ex James Bond metido a investigador (Craig), hasta dos carismáticas actrices, una ex del cine de horror, Jamie Lee Curtis ("Halloween", "La Niebla") y la otra, estrella casi oculta del cine independiente ("En tus zapatos", "Pequeña Miss Sunshine"). Por no hablar del recordado Christopher Plummer. Una sorpresa inesperada, con buen ritmo y cuidado formal.
En un momento en que el olvidado género de crimen y misterio cinematográfico parecía navegar entre las adaptaciones sin alma y repletas de naftalina como Asesinato en el Expreso de Oriente(2017) y la sosas parodias al estilo Misterio a Bordo de Netflix, finalmente nos encontramos ante algo distinto. Tras su estreno en el 34° Festival de Cine de Mar del Plata, llega a la cartelera Entre Navajas y Secretos (Knives Out), un murder mystery aggiornado a nuestros tiempos a quien el cineasta Rian Johnson logra darle una magnifica y entretenida vuelta de tuerca. La historia gira alrededor de la muerte del aclamado novelista Harlan Thrombey (Christopher Plummer), un anciano propietario de una lujosa mansión y principal sostén económico de su insaciable familia. La mañana posterior a la celebración de su cumpleaños número 85, el escritor es hallado en su cuarto sin vida y la policía parece convencida de que se ha tratado de un suicido. Sin embargo, el astuto detective Benoit Blanc (Daniel Craig) pronto intuye que detrás de aquella perfecta y cuidada puesta en escena se esconden ciertos secretos que lo llevan a pensar que alguno de estos excéntricos personajes del clan familiar ha cometido un crimen. El director de Looper: Asesinos del Futuro (2012) y de la controvertida Star Wars: Los Últimos Jedi (2017) realiza en esta ocasión un moderno y logrado homenaje a las populares historias policíacas de Agatha Christie y a aquellos filmes sobre misterio que lo inspiraron, tales como La Huella (1972) y Trampa Mortal (1982). La ironía y el panorama político actual son las claves de la película: Johnson se encarga de retratar con humor la xenofobia interiorizada, el machismo y las posturas progresistas que conviven en la Estados Unidos de la era Trump en este pequeño microcosmos que simboliza el hogar victoriano de la familia Thrombey. Todo esto sin dejar nunca de lado el estilo, los tropos y algunas características típicas de los personajes de los clásicos relatos de crímenes a los que el público se encuentra habituado. El guion de Johnson, con sus múltiples vueltas y resultados impredecibles, también es un punto fuerte a resaltar. En el momento en que uno cree que ya lo ha visto todo, el cineasta logra sacar de la galera de forma coherente y sin dejar espacios en blanco un nuevo aspecto que cambia totalmente la dirección de la trama. Dentro del reparto de lujo, integrado por actores como Toni Collette, Don Johnson, Jamie Lee Curtis, Chris Evans, Michael Shannon y el legendario y siempre correcto Plummer, la que verdaderamente logra destacarse es Ana de Armas, quien aquí interpreta a la enfermera latina y leal amiga del millonario fallecido. La joven actriz a a quien pudimos ver en Amigos de Armas(2016) y Blade Runner 2049 (2017) resulta una grata sorpresa, ya que lo que parecía un ingenuo e insustancial personaje secundario con poco para aportar termina colocándose en el centro de la historia. La gracia que posee tanto Collete y Curtis para la comedia, así como también lo bien que le sienta esta suerte de Poirot sureño a Craig, quizás no estén del todo aprovechados, pero en conjunto podemos decir que el elenco se muestra lo suficientemente rutilante. Entre Navajas y Secretos sin duda representa una satisfactoria bocanada de aire fresco e interesantes ideas bien ejecutadas dentro de este atrapante género con el que muchos de nosotros supimos crecer.
El famoso escritor de misterio Harlan Thrombey es encontrado muerto en su estudio, Así empieza una investigación a cargo del detective Benoit Blanc, donde tanto los hijos y nietos del difunto son sospechosos, así como su enfermera personal. Luego del desastre épico que fue Los últimos Jedis, Rian Johnsonvuelve a estrenar una película, provocando bastante curiosidad por parte de los cinéfilos. Mayor aun cuando se conoció el elenco plagado de caras conocidas, y la historia al más puro estilo Agatha Christie ¿Ente navajas y secretos es la redención de Rian Johnson? Podríamos decir que sí. No solo la dirección recae en Johnson, sino que también el guion, y podemos decir que estamos ante uno de esos films divertidos que nos van a sacar más de una risa, sobre todo por el carisma de los actores, más que por una historia bien pulida o trabajada. Y es que, viendo el casting, la mayoría de los actores son buenos y carismáticos, de esos que, con un guion decente, logran dar más que solidas interpretaciones. Y así es como en este apartado no vemos ningún punto flojo en la película, ya que todos tienen sus cinco minutos para lucirse. Aunque si podría decirse que algunos aparecen demasiado poco, o entran bastante tarde en escena (Chris Evans por ejemplo). A lo que nos referíamos con que la historia no esté bien pulida; es que como tiene que ser en este sub género, los giros y contra giros de guion están a la orden del día. El tema es que nunca en la película logramos tomar a alguno de los sospechosos como real perpetrador del crimen, porque dicha resolución se nos presenta a la mitad del film. Esto a priori es original, pero le resta bastante fuerza a lo que viene después, sobre todo al clímax. Lo mismo podemos decir sobre la elección de no centrar el protagonismo en el investigador, y si en otro personaje (Ana de Armas). Nuevamente Johnson cae en la trampa de hacer algo original, pero no poder sustentarlo con la misma intensidad durante toda la película, haciendo que por momentos las dos horas y monedas de duración, se terminen sintiendo. Entre navajas y secretos es una divertida película, con algunas buenas ideas de Rian Johnson a nivel guion, pero que no están del todo bien resueltas; algo que parece ser moneda corriente en el director y guionista. Si gustan de ver films con elencos plagados de estrellas, y reírse por momentos en el cine, es una recomendación segura.
Es una comedia con suspenso, un regreso al subgénero policial “whodunit” (contracción de la pregunta en ingles “quien lo hizo”) en el crimen realizado en un cuarto cerrado donde el culpable está ahí, cerca, y no será necesariamente el mayordomo, que será descubierto por un detective que viene del exterior. En una fastuosa mansión aparece muerto un escritor estrella, de cuya incesante colección de novelas de misterios vive la familia directa y aledaños. Parece un suicidio pero las sospechan rondas a un elenco de estrellas y el tono zumbón, ingenioso, que impera en toda la película es la característica del film, con guión y dirección de Rian Johnson. Con un estilo que nunca deja de lado la diversión y la irreverencia, con referencias a juegos de detectives, series famosas, la Agatha Christie de “Muerte en el Nilo” o “Asesinato en el expreso a Oriente”, a mismísimo Hitchcook, que pone al viejo estilo de misterio y muerte como un transporte disfrutable del principio al fin. El diseñador de producción por ejemplo, asistente de la serie Game of Thrones, hace que los miembros de la familia sean interrogados contra una “obra de arte” que parece la parte trasera del famoso trono de hierro. La figura clave, el detective es un Daniel Craig inspirado, acompañado por Jamie Lee Curtis, Don Johnson (siempre más talentoso de lo que siempre pareció), Cris Evans, Michael Shannn, Jaeden Martell, Toni Collette, y “el muerto” Christopher Plummer, que aparece en cada uno de los racontos. Una diversión inteligente y ajustada que da enorme placer ver.
Después de pasar por Star Wars, dejarla poco menos que detonada y con una grieta peor que la que divide a la sociedad argentina, Rian Johnson se dedicó a preparar un regreso con algo menos problemático, aunque esa idea esconde varias trampas porque su nueva película es una comedia policial que no es nada fácil de hacer. Entre navajas y secretos es una historia a lo Agatha Christie pero sin la elegancia de esas historias ni la gracia. Hay un escritor de novelas policiales, ya octogenario, que tiene una familia que vive de él y que la noche previa al cumpleaños del pater familias, se encuentra en estado deliberativos, algo está por pasar y muchos los saben. Lo que pasa esa noche es que Harlan Thrombey (Christopher Plummer) aparece muerto y todos los que participaron de la fiesta de esa noche son sospechosos. La policía investiga pero además está Benoit Blanc (Daniel Craig), que es un detective famoso contratado por un tercero que nadie sabe quién es. Las dos horas veinte minutos que se toma Rian para una comedia policial mas bien ligera resultan extenuantes, los giros de guión no se terminan nunca y es agotador ver al ex James Bond esforzándose por causar gracia en un papel podría haber sido realmente efectivo en manos de un comediante. No es que sea un desastre pero hay que recordar que Blake Edwards había hecho más o menos lo mismo y bien en Un disparo en la noche, en donde además el inspector era nada menos que Peter Sellers. ENTRE NAVAJAS Y SECRETOS Knives Out. Estados Unidos, 2019. Dirección y Guión: Rian Johnson. Intérpretes: Daniel Craig, Chris Evans, Ana de Armas, Jamie Lee Curtis, Michael Shannon, Don Johnson, Toni Collette, LaKeith Stanfield, Christopher Plummer, Katherine Langford. Producción: Rian Johnson y Ram Bergman. Distribuidora: BF + París Films. Duración: 130 minutos.
Ya dijimos que esto es top 10 del año y, en serio, de lo más divertido que se encuentra en cine hoy. La historia arranca y, ya todos los que vimos el trailer, sabemos que hubo una muerte calificada como el suicidio del exitoso novelista de crímenes policiales, Harlam Thrombey (Christopher Plummer), la misma noche de su fiesta de cumpleños en la que toda su familia, sirvientes y su enfermera Marta Cabrera se hicieron presentes. Al mejor estilo del juego de mesa de misterios, Clue, y retomando las directrices de Agatha Christie, se transforma, una semana después, en una investigación por homicidio que involucra a todos los invitados de esa misma noche. ¿Cómo murió Thrombey? ¿És suicidio u homicidio? ¿Cuál es la resolución del tercer acto? Se sabe a mitad. ¿Termina todo ahí? ¿En realidad es todo tan así? Claramente no, y ESO es lo mas genial de todo. La película dirigida por Rian Johnson, encasillado en la polémica tras dirigir el episodio 8 de Star Wars pues es una saga tiene un espectador/a muy incendiario y pasional, es un claro ejemplo de que se puede hacer cine inteligente, divertido, extendido (2hs10min), complejo, llenarlo de gags y chistes a lo mainstream, y que no pierda ni una gota de pureza y originalidad. El excelente guión viene también de la mano de Johnson que apuesta al juego de introducir al espectador como parte esencial de la trama dándole un paseo por los vaivenes del misterio a resolver. En la primera que el público predice y resuelve todos los movimientos y aristas, con una narrativa magistral, no tarda en contradecirlos con giros de lo más graciosos que se apoyan en un repertorio de personajes espectaculares y grotescos en su composición. Del diseño de producción vamos a decir que tiene y se consigue todo lo necesario, desde la iluminación hasta todos los objetos dentro del escenario, para formar un parque de diversiones que guste a cualquier amante del género. El director y el público bien agradecidos están. Es hora de destacar la lista dorada de actores y actrices que son todas estrellas. Encuentran acá un refugio fuera de la pantalla verde y los trajes de spandex. Muy difícilmente se los ve por el común de películas que se presentan en festivales, y no de esa manera en la cadena comercial de multipantallas: Chris Evans, Daniel Craig, Ana De Armas (quizás el mejor apellido de la historia), Jamie Lee Curtis, Katherine Langford, Michael Shannon, Jaeden Martell, Frank Oz, Christopher Plummer, Don Johnson y Toni Colette. Para que se den una idea de lo que representa este reparto en el mundo del marketing dentro del cine es que en el póster oficial de la película requirió colocarlos a todos y a cada uno de ellos. El despliegue de personajes que se va formando en relación con el desarrollo de la trama es preciso, se podría decir que hasta medida con una regla milimétrica. No para de sorprender la transformación y la composición de cada uno que van desde lo más bondadoso y empático, por parte de la familia de Thrombey, hasta la repugnancia más grotesca y de relieve de lo que representa el ideal racial, clasista, xenófobo, de falsa meritocracia americana y, claro está, es todo un gran golpe en la cara a Donald Trump. Por parte de la minoría, es decir de los buenos, tenemos a dos oficiales de policía, interpretados por LaKeith Stanfield y Noah Segan, que hacen el papel de pupilos de Benoit Blanc (Daniel Craig), un sofisticado y respetado detective privado al mejor estilo Sherlock Holmes. Al lado de ellos actúa de asistente Marta Cabrera (Ana De Armas), una tímida y bondadosa enfermera, que es utilizada por los efectivos debido a su incapacidad de producir mentiras ya que, si lo hace, vomita. Literalmente. Se transforma entonces, sí, en una de las mejore películas del año por que es divertida en su elegancia e inteligencia, por un atractivo tanto visual como por su desarrollo narrativo; por su elenco, por su trama, por sus personajes y por generar en el espectador la sensación de ser parte, que es lo mejor que nos puede ofrecer el buen cine.
Los sospechosos de siempre. Conformando un híbrido entre las clásicas novelas detectivescas de Agatha Christie y el elemento lúdico de un juego de mesa como el Clue, el nuevo film de Rian Johnson ofrece al espectador una experiencia entretenida de suspenso que lo invita a desentrañar el misterio. Tomando casi todos los clichés típicos de esta clase de relatos, el film se desenvuelve a través de una fórmula clásica que al mismo tiempo permite reírse de sí misma, al mismo tiempo que se reescribe con la autoconciencia de los tiempos que corren. Si Entre navajas y secretos repite una variedad de situaciones y personajes conocidos infinidad de veces, lo interesante es la manera en que todo ello se desenvuelve de tal modo que resulta una re-lectura ágil y refrescante. Parte del logro reside en la historia, pero sobre todo en su abanico de entrañables personajes. Una excéntrica mansión. Un festejo familiar. Un extraño suicidio. Un sagaz investigador. Muchos motivos y muchos sospechosos. Todos estos reconocidos elementos de la narrativa policial están allí presentes con una mirada humorística pero homenajeando respetuosamente al género clásico al que pertenecen. Es por ello que a lo largo de su desarrollo, la historia se toma el trabajo de afianzar los estereotipos y recursos convencionales, agregándole a cada uno de ellos leves cambios con el fin de modernizarlos. Lejos de suponer una rivalidad entre lo clásico y lo moderno, el film se construye con un sólido guión que hace funcionar (o fusionar) ambos estilos de forma natural, algo que queda establecido desde un principio al reformular la figura del detective. Benoit Blanc (Daniel Craig) es la representación total del tradicional investigador —y no un vino como podría indicar su nombre—. Se trata de un detective con el intelecto de Sherlock Holmes y la elegancia y mirada experta de Hercule Poirot —o al menos en apariencia. Sin embargo, la encantadora presencia de Blanc y la investigación que lleva a cabo son parte de la ironía de un film que se encarga de no caer siempre en lugares comunes —y de hacerlo, al menos que sea con humor. Es así como el protagonismo principal se lo lleva —y se lo gana— el personaje de Marta (Ana de Armas). la enfermera y única amiga de Harlan Thrombey (Christopher Plummer), un exitoso escritor que creó una fortuna gracias a sus novelas de misterio y su firma editorial. Será su muerte la que de inicio a la serie de acontecimientos que ponen a Marta en su propio camino detectivesco. La eventos de la historia se sitúan principalmente en la mansión familiar de los Thrombey, haciendo uso de los distintos espacios para conectar los distintos encuentros, secretos y enemistades que mantienen entre sí todos los herederos del patriarca recientemente fallecido. La narrativa se desenvuelve alternando entre los interrogatorios de la investigación criminal y los sucesos de la noche en que Harlan muere luego de festejar sus 85 años. El relato juega en medio de un constante vaivén temporal que revela con suma gracia los conflictos y falsedades de todos los miembros de la familia. La variedad de carismáticos personajes incluye a la hija mayor Linda (Jamie Lee Curtis), que hace gala de su control y frialdad mientras su marido Richard (Don Johnson) le es infiel, el hijo de ambos Ransom (Chris Evans), un joven mantenido que nunca trabajo un día de su vida, el segundo en la línea de sucesión es Walt (Michael Shannon) a quien su padre le acaba de quitar la administración de la editorial, y Joni (Toni Collette), nuera de Harlan que se encuentra en quiebra y a la cual financiaba pagando los estudios de su nieta desde el fallecimiento de su tercer hijo. La fuerza y el atractivo principal de esta comedia de suspenso lo gana por el diverso y gran elenco que posee, todos los personajes cuentan con un gran carisma en pantalla nacido de la relación entre la elección actoral y la combativa personalidad de los personajes. Lo que Johnson hace con maestría es saber ponerlos en conjunto dentro de los distintos espacios y subtramas para que toda relación que se da entre ellos siempre funcione entre el caos y las falsedades. Egos, ambiciones y una marcada línea de pensamiento neoliberal son algunas de las descripciones que reflejan a la familia Thrombey. Ajena a esos aspectos, se encuentra Marta, una persona humilde, sincera, intolerante a la mentira ya que, cuando lo hace, reacciona vomitando. Un aspecto que además de cumplir su función humorística, sirve de elemento de tensión cuando el personaje debe ocultar la verdad en pos de resolver el misterio: el vómito como descripción de los valores de Marta y como respuesta directa a lo generado por la batalla familiar. Una de las primeras imágenes del film refiere a una taza de Harlan con la inscripción: mi casa, mis reglas, mi café. Bajo ese mandamiento territorial es que la historia se estructura según cómo los variopintos personajes marquen su territorio, apropiándose de lo material pero también de lo personal. Es así como todo lo que se sucede dentro de la mansión funciona como reflejo de su lugar en el mundo, tanto de los Thrombey como de Marta. La joven enfermera es una extranjera tanto dentro del país como de la familia para la que trabaja, a pesar del hecho de que son sus propios empleadores los que le informan que ella es parte de la familia. Contrariamente, ellos mismos se encargan de establecer una separación constante para con ella, dejando de lado los falsos buenos tratos. Sea desde el desprecio o desde la ignorancia, la familia refleja una xenofobia que resalta aún más cuando intentan equívocamente ser políticamente correctos, denominando a Marta siempre con una nacionalidad distinta: “es de Honduras, Paraguay, Colombia, Brasil”. Los aspectos negativos de la familia ganan positivamente en calidad de humor para el film. Entre cuchillos y secretos apela, a través de un guión sólido, a elementos clásicos para reescribirlos de forma moderna, lo que hace que posea un entretenido disfrute que le brinda una interesante vuelta de tuerca a este tipo de relatos. El excéntrico histrionismo de los personajes refuerza con gracia las problemáticas surgidas con el hallazgo sin vida de Harlan. Los tiempos del riguroso trabajo detectivesco a la perfección son dejados a un lado, y con ello los aspectos más acartonados toman nuevas dimensiones a través del ridículo, lo que termina ofreciendo erróneas conclusiones o estúpidas persecuciones automovilísticas. Rian Johnson homenajea al género y, al igual que el sentido de apropiación de los Thrombey, se divierte haciéndolo suyo. Su cine, sus reglas, nuestras risas.
Tras el controvertido episodio ocho de Star Wars (Los últimos jedi), el director Rian Johnson vuelve a la cartelera con una película muy entretenida que celebra el género clásico de misterio y evoca con cariño las obras de este estilo que brindaron autores como Agatha Christie, Gastón Leroux y Ellery Queen, entre otros. Cuesta imaginarme que un espectador que se devoró las intrigas del Padre Brown, de K.C.Chesterton o los casos de Hércules Poirot salga decepcionado del cine con esta clase de producciones que hoy se realizan con menos frecuencia en Hollywood. Si bien el argumento de este film le debe muchísimo a La casa torcida y Navidades sangrientas de Christie, por el modo en que se trabajan la dinámica de las relaciones familiares, Johnson no se le limita a homenajear a la autora inglesa sino que le aporta su propia visión y personalidad al desarrollo de la intriga. Como ocurrió con sus películas previas al cineasta le gusta subvertir los géneros que aborda, aunque no siempre el destino de los argumentos llegue a buen puerto. En el caso de Entre navajas y secretos elabora una intriga sólida donde aprovecha muy bien el reparto de lujo reunido en el que cada figura llega a tener su momento destacado. No obstante hay dos artistas que se terminan por robar la película con sus trabajos. Anna de Armas (Blade Runner 2049) brinda una interpretación fantástica con los diversos matices emocionales que le aporta a la enfermera que trabaja para el millonario asesinado, encarnado por Christopher Plummer. Por su parte Daniel Craig sorprende con su dominio de la comedia en el rol del detective Benoit Blanc que se desenvuelve en las antípodas del James Bond anti-heroe que lo hizo famoso. Un personaje que se expresa con un acento norteamericano sureño y nos deja con ganas de volver a encontrarlo en otros casos. Un detalle que particularmente me encantó de esta película es el modo en que Johnson combina dentro de la trama referencias permanentes a grandes clásicos del género. Desde la serie de televisión clásica Murder, She wrote con Angela Landsbury, al clásico film Murder by Death (1976) e inclusive un homenaje al glorioso Edward Packard y un recordado libro de Elige tu propia aventura (Ver Dato Loco). En lo referido a los aspectos técnicos Entre navajas y secretos se luce con su atractivo diseño de producción y la fotografía de Steve Yedin, frecuente colaborador de este cineasta. Otra virtud del film es que la trama tampoco se toma todo la intriga tan en serio y juega con algunas situaciones cómicas, donde sobresale una de las persecuciones automovilísticas más absurdas que se registraron en el último tiempo. Un tema donde el trabajo de Johnson flaquea y muestra tal vez su mayor debilidad es en el tratamiento del comentario social y político que se incluye en el relato. El director utiliza el conflicto para expresar una crítica hacia el gobierno de Donald Trump y la situación con los inmigrantes que a esta altura se convirtió en un lugar común que se repite permanentemente en el cine y la televisión de estos días. Este año el realizador coreano Bong Joo- Ho dio una cátedra en Parasite a la hora de explorar el choque de clases sociales con un subtexto donde permitía que el público pensara por su cuenta. Johnson es más agresivo en esta cuestión y le tira al espectador el comentario con una topadora, motivo por el cual la película no llega a ser tan inteligente como el pretende. Salvo por ese detalle puntual su nueva obra es una gran propuesta para pasarla bien con un exponente de este género. El Dato Loco: El personaje que encarna Christopher Plummer en el film se llama Harold Thrombey, una referencia al clásico de Elige tu propia aventura, ¿Quién mató al presidente? traducido en ediciones posteriores como ¿Quién mató a H.Thrombey? Un libro de esta colección que ofreció una propuesta diferente donde el lector debía investigar el asesinato de un empresario millonario.
Auspicioso regreso de la detectivesca y al nacimiento de un nuevo personaje “Volvió el policial” podría ser el entusiasta resumen de la sensación que provoca ver éste estreno. A dos jueves de terminar la temporada 2019, y con tres flamantes nominaciones a los Globos de Oro a entregarse el próximo 05 de enero, llega a la cartelera vernácula una nueva propuesta de misterio, detectives, una herencia, humor e intriga: “Entre navajas y secretos”. Eso sí, a priori tres cosas no ayudaban demasiado a dicho entusiasmo: el tráiler no generaba interés alguno, la traducción local del título que remite a una mala comedia sobre barberías, y el poster de difusión que parece una cruza entre Glee con una campaña de Benetton. A todo esto sobrevive el nuevo opus de Rian Johnson que pese al eclecticismo temático de su filmografía, siempre se las arregla para entregar productos interesantes y bien acabados, empezando por “Los estafadores” (2008), la notable “Looper: asesinos del futuro” (2012), y claro, todo el tinte épico de la ante última entrega de “Star Wars, Los últimos Jedi” en 2017. Lejos de los viajes en el tiempo y las espadas laser, el marilandés se metió de lleno a construir una pequeña gema de detectives que nos lleva a las mejores épocas de las novelas clásicas de Agatha Christie, que por lo general estaban cortadas por la misma entretenida tijera. Mansión de familia de mucha plata. Los Thrombeys son tradicionales y reconocidos hijos de un gran escritor de, precisamente, novelas de misterio desde hace muchos años pero… Un día el viejo Harlan (Christopher Plummer), posterior al festejo de su cumpleaños para el cual convoca a toda la familia, aparece muerto en su recámara, en lo que a pies juntillas parece ser un suicidio. Sin embargo, el Teniente Elliot (brillante, Lakeith Stanfield) debe hacer las preguntas de rigor a los integrantes de la familia. Uno de los interrogatorios con más humor que se pueda apreciar. Un humor que mana de un brillante elenco ocupado en dotar a sus personajes cierta sensación en donde conviven la culpa y la conveniente elección de las palabras para tratar de no mostrar sus verdaderos colores. Así, pasan su hija Linda (Jamie Lee Curtis), su intragable esposo Richard (Don Johnson), el vástago de ambos, Ransom (Chris Evans), Walt (Michael Shannon), el hijo que maneja la parte de publicación de las novelas de su ahora difunto padre y la hijastra Joni (Toni Collette) que salva su sensación de ninguneada quedándose con algún vuelto. Pero más allá de estos integrantes que por supuesto están interesados en saber qué va a pasar con la herencia, el guión del propio director centra el eje de su misterio en Marta Cabrera (Ana de Armas), la enfermera que con mucha paciencia cuidaba desde hacía bastante al viejo, y se había convertido no sólo en su ayudante sino en su persona de confianza. Cuando un guión de este género está bien escrito, como en éste caso, el espectador no puede evitar estar como en un andén, mirando el humo que está hacia el sur cuando en realidad el tren viene del norte. Todas las pistas están ahí para ser develadas con buen razonamiento, pero las genuinas distracciones hacen la verdadera magia. Por supuesto, esta historia tiene a su Sherlock, su Poirot, que en esta ocasión se llama Benoit Blanc (Daniel Craig). Este detective es presentado como “un consejero” para la dupla de policías que investiga el caso, pero tendrá eventualmente mucha más injerencia en la trama, en especial cuando esta pretende inclinarse hacia él como el dueño de la información. En él y en Marta están los verdaderos héroes de esta notable resurrección del género, más allá de la remake de “Crimen en el Expreso de Oriente” estrenada hace un par de años. A destacar varios trabajos en cuanto a la dirección de arte, banda sonora, y una estupenda fotografía de Steve Yedlin. Todo en este estreno funciona como un relojito y si antes destacamos en elenco completo, lo cierto es Ana de Armas, a quien vimos antes en “Blade Runner 2049” (2017), realiza un trabajo superlativo en esa constante expresión de mujer abrumada por el poder de los integrantes de la adinerada familia. porque en este trabajo actoral es donde encontramos la crítica social al cinismo de la clase alta. Ana de Armas ofrece certezas a lo que su personaje sabe, pero envuelta en una creciente fragilidad que transmite con sus expresiones y su cuerpo. Daniel Craig, a quien veremos en el próximo James Bond, funciona como un gran contraste frente a semejante caso, y su trabajo es preciso y a la vez muy intuitivo. Claro que gracias a una potente dirección de actores el trabajo se ve amalgamado y muy bien balanceado. Un auspicioso y saludable regreso de la película detectivesca que presagia el nacimiento de un personaje que vino para quedarse. Vaya al cine. Diviértase
Hay un conjunto de cineastas que se desvive por las tramas enrevesadas. Creen -quizás tengan razón- que es divertido construir laberintos con el cine. Shyamalan o Nolan, por ejemplo, y Rian Johnson, el tipo que hizo una joya en Looper y un despropósito en Episodio VIII. Lo segundo, porque las tramas de Johnson requieren un mundo cerrado en sí mismo y carecen de épica grupal, mientras que todas sus películas giran en algún momento alrededor del autosacrificio (nada más contradictorio con el luminoso legado de Star Wars). Pues bien, aquí incluso eso de morirse en pos de un bien mayor -en parte la “llave” de Looper- es parte central de la broma, como lo son los cuentos de los mil herederos sospechosos de matar a un millonario, que se ve que le gustan. Uniendo un conjunto de actores con ganas de jugar, una trama que pide a gritos ser enrevesada para poder reírse de y con ella, una pericia técnica notable para filmar y, sobre todo, la ligereza necesaria para que todo cuaje como un bello juguete, Entre navajas y secretos confirma que Johnson aún es un cineasta a tener en cuenta. Lo de Ana de Armas es buenísimo (y lo de Daniel Craig, de paso, también: cómo sabe divertirse don James Bond). Es raro ver cómo un cineasta pretencioso baja (un poco) su ideal laberíntico para compartir con el espectador una partida de su juego favorito. Una película hecha desde y para el goce.
Un muerto, una herencia, una familia y muchos secretos Se estrenó en Argentina, con tres nominaciones a los Golden Globes los premios de la prensa extranjera de Hollywood, Entre Navajas y Secretos (Knives Out, 2019) cuya atracción primera es la excelencia de su elenco coral compuesto por figuras como Christopher Plummer, Daniel Craig, Jamie Lee Curtis, Don Johnson, Toni Collette, Chris Evans, Michael Shannon y Ana de Armas. Por Denise Pieniazek Entre Navajas y Secretos (Knives Out, 2019) es un largometraje efectivamente escrito y dirigido por Rian Johnson -Brick (2005), The Brothers Bloom (2008), Looper (2012), Star Wars: Episode VIII,The Last Jedi (2017)- cuyas temáticas suelen involucrar el crimen. En Entre Navajas y Secretos, el crimen es tratado a través delgénero policial de enigma que mantendrá entretenido al espectador de principio a fin, a través de la excelente dosificación de la información y de las distintas vueltas de tuerca que presenta su resolución. El enigma: cómo ha muerto el personaje de Harlan Thrombey, un exitoso y adinerado escritor, patriarca de una familia, quien presuntamente ha sido asesinado. La familia y el entorno de Harlan (Christopher Plummer) es interpretado correctamente por un gran elenco coral de estrellas consagradas que se potencian mutuamente:Jamie Lee Curtis, Michael Shannon, Don Johnson, Toni Collette, Chris Evans y Frank Oz. El detective encargado junto con Marta, la enfermera de Harlan (Ana de Armas), de hacer avanzar la acción es interpretado por Daniel Craig quien por sus características de nacionalidad inglesa (cuan Sherlock Holmes) y personajes anteriores se ajusta al papel a la perfección. El detective Benoit Blanc utilizará como es característico del género su pensamiento racional basándose en las pistas, pero también -y aquí reside uno de los elementos originales del filme- en una de las testigos, la querida enfermera de Harlan, no puede mentir porque si lo hace será desenmascarada por un reflejo corporal: vomita. Por dicha razón el detective la utilizará constantemente, como así también el resto de los personajes. Asimismo, dicha característica física de Marta aporta gran comicidad al filme sin caer en las vulgaridades. Al respecto es difícil encasillar el relato en un solo género porque si bien prima el policial, la película tiene varios elementos de comedia y de drama, con un perfecto equilibrio entre todos ellos.Rian Johnson nuevamente demuestra que tiene un excelente manejo del “humor negro”, utilizándolo siempre oportunamente. Entre Navajas y Secretos es una propuesta muy bien lograda, sumamente entretenida y para nada vacua. Cada uno de los integrantes del entorno de Harlan poseen profundidad psicológica y los motivan distintas cuestiones, y como en el policial negro tradicional, la división entre buenos y malos se difumina a través de sus matices. En este gran elenco se destacan especialmente las actuaciones de Daniel Craig, Christopher Plummer y Jamie Lee Curtis. Un aspecto fundamental de Entre Navajas y Secretos es que casi toda la acción transcurre en la escena del crimen y este ámbito posee sus peculiaridades. Ese escenario en cuestión, es la mansión de Harlan la cual está llena de excéntricos y extravagantes objetos, que han sido de gran inspiración para sus libros. A su vez, algunos de éstos elementos de utilería funcionarán acumulativamente para el relato de Rian Johnson. Uno de los estilemas del realizador, en sus filmes, es la importancia de algunas piezas de papel en la acción y las reminiscencias al Film Noir. La mansión, además, configura simbólicamente el esquema actancial puesto que es este poderoso patriarca de quien todos obtienen ciertas ventajas. Tal como decía la taza personal de Harlan “(…) My house, my rules” (“Mi casa, mis reglas”), y por ende sus familiares deben ajustarse a sus imposiciones incluso post mortem. Por último, Entre Navajas y Secretos es una gran propuesta, puesto que el espectador como en la mayoría de los relatos del género del policial de enigma, es un “testigo”. Incluso uno de los aspectos más acertados del filme es que por momentos parece que el público posee más información que el propio detective. En consecuencia, el film es un relato muy sólido que no tiene cabos sueltos, y mediante su puesta en escena y excelentes interpretaciones es una propuesta que merece ser contemplada en una sala de cine, para compartir cómo los secretos de esta familia serán revelados.
El ascendente Rian Johnson (Star Wars, Looper, la próxima explotación de Star Wars) se propone desempolvar a Agatha Christie y las historias de enigma en torno de quién es el asesino. Aunque más que Johnson, lo vistoso de Entre navajas y secretos es el apabullante elenco de estrellas. Los nacidos y avenidos a la familia de un patriarca, un famoso escritor, Harlan Trombey (Christopher Plummer) que vive en una antigua casona en el campo, en la que aparece muerto. El equipo de policías, que incluye a un famoso detective privado (Daniel Craig, con extraño acento impostado), los entrevista uno a uno, mientras intenta armar el rompecabezas, porque el suicidio como explicación no cierra, especialmente para el detective. A su vez, como en los clásicos del género whodunit (quién fue), también es el espectador el que va armando sus propias hipótesis. Mientras observa las contradicciones entre lo que los protagonistas dicen a los investigadores y lo que realmente pasó. En una serie de picantes conversaciones, adornadas por los extraños objetos del misterioso pater familias. Dijimos Plummer y Craig. Sumemos: Jamie Lee Curtis, Chris Evans, Michael Shannon, Toni Colette y Ana de Armas, entre otros. Hijos, cuñados, hermanos, empleados. Todos con algún motivo para desear la muerte del señor, o al menos muy enojados con él. Mientras la cuidadora del escritor (Ana de Armas) aparece como la que estuvo más cerca de él, y más hasta último momento. Concebido para producir el placer de un juego entretenido, plagado de diálogos graciosos, chistes inteligentes, dichos por un elenco tan atractivo, Navajas y secretos cumple con la promesa. Con la dosis de parodia esperable, pero sin pasarse de la raya. Y aunque nunca queda del todo claro si el interés tiene que ver con esa puesta o con descubrir qué pasó con el pobre Harlan.
Rian Johnson nos trae un whodunit actualizado con un par de vueltas de tuerca y un elenco clase A.
Inteligente, divertida e intrigante. La nueva película de Rian Johnson es entretenimiento garantizado y su hermosa puesta en escena combinada con una maravillosa selección del elenco logran posicionar a esta película cómo una de las mejores del año. Rian Johnson suele ser un director que divide las aguas en cuanto a la consideración de sus obras ya sea en el público o en la prensa especializada. ¿Los motivos? Tener una visión diferente al resto, ni mejor ni peor, diferente. En ella la comedia tiene un papel preponderante sin importar el género que trate y por supuesto el uso de los colores es un “arma” estética que para Rian tiene mucha importancia (el rojo es su color predilecto). Pero como su visión no es para todos, Johnson también cuenta con una gran parte de público que defenestra en cuanto puede el trabajo que él realiza, casos puntuales hay dos y con mucha polémica detrás cómo Star Wars: Los Últimos Jedi (2017) o el famoso capitulo de La Mosca en Breaking Bad, que para muchos es considerado uno de los mejores episodios de la serie y para otros directamente el peor. Sin medias tintas y con todo el mundo agazapado y esperando expectante para venerar o defenestrar la obra del autor, llega Entre Navajas y Secretos (Knives Out), una película de misterio al mejor estilo de las novelas de Agatha Christie, en donde Johnson vuelve a imponer todo su estilo. El misterio de Knives Out comienza cuando Harlan Thrombrey (Christopher Plummer), un famoso y adinerado escritor de novelas de crímenes, es encontrado inesperadamente muerto. A pesar de que su deceso parece propio de un suicidio, la policía de la región empezará a realizar la pertinente investigación del caso entrevistando a la numerosa y problemática familia del escritor. Pero cuando todo pareciera indicar que no habría mayores sorpresas el Detective Benoit Blanc (Daniel Craig) aparecerá en escena para comenzar a atar algunos cabos sueltos en el caso y su principal punto de apoyo será Marta Cabrera (Ana de Armas), la enfermera y acompañante del Sr. Thrombey. Con su ayuda, Blanc no sólo comenzará a conocer más a fondo la noche en que se produjo la muerte sino también las debilidades y características que tiene la numerosa familia del ahora difunto escritor y empezará a cuestionarse si la muerte fue a fin de cuentas un suicidio o si alguien lo mató. A lo largo de las dos horas y diez de duración que tiene esta película, el guion de Rian Johnson demuestra que una cinta en donde la trama central es la resolución de un misterio no tiene por que ser algo solemne y oscuro, sino divertido y lleno de color. También da la nota en cuanto al eje central del misterio ya que a cada pre-concepto que puede ir generando el espectador Johnson da todas las vueltas de tuerca necesarias como para despistar a todos. Quizás ese sea su acierto más destacable, no caer en la fácil, siempre buscarle una vuelta para desorientar absolutamente a todos y de cómo consolidar un relato creíble y veraz sin perder ese touch “mágico” de un relato ficcional. Fuera de lo que es estrictamente de guion, Johnson también diagrama una belleza visual con una paleta de colores llena de vida y que en donde la utilización de cada color no es casualidad ni coincidencia. Lo mismo pasa con los planos y con la puesta en escena en cada encuadre. Todo tiene una significación extra, una doble mirada y una re interpretación posible. También hay que destacar que la película en ningún momento se torna pesada, si un poco larga por la cantidad de diálogos que posee pero nunca a tal punto que el espectador no logre divertirse viéndola. Un aspecto que le juega totalmente a favor a la película es la selección del elenco y la utilización de cada uno de los personajes que se ven en la cinta. Pocas veces una estructura coral logra ser tan eficaz en cuanto a su planificación y posterior ejecución. Todos tienen su momento de brillar y con todos se puede generar un vínculo inmediato por la naturalidad con la que cada uno de estos partícipes esta escrito, realmente parece una verdadera familia y eso es algo que no muchos directores o guionistas logran concretar en sus relatos. El elenco está compuesto por estrellas de primer nivel como : Christopher Plummer, Chris Evans, Jamie Lee Curtis, Toni Collette, Katherine Langford, Jaeden Martell, Michael Shannon y Lakeith Stanfield que adoptan con total normalidad su rol de personajes complementarios sin ningún tipo de problema. Aquellos que logran destacarse por sobre sus compañeros, por razones estrictamente de tiempo en pantalla, son Daniel Craig y Ana de Armas quienes en roles diferentes cada uno logra explotar al máximo sus habilidades y logran ser simpáticos desde el primer momento en que se los ve. Entre Navajas y Secretos es una de las mejores películas del año sin lugar a dudas. Inteligente y divertida, lo nuevo de Rian Johnson es una bocanada de aire fresco en un panorama en donde la industria ya no se juega por películas de este estilo.
Agatha Christie para el Siglo XXI Los 'murder mysteries' vuelven a estar de moda gracias a esta genial historia pergeñada por Rian Johnson. Después de su incursión en esa galaxia muy, muy lejana con “Star Wars: Los Últimos Jedi” (Star Wars: Episode VIII - The Last Jedi, 2017), Rian Johnson decide alejarse de las franquicias multimillonarias, pero no bajar el perfil. Canalizando su mejor versión de Agatha Christie nos trae “Entre Navajas y Secretos” (Knives Out, 2019), un ‘murder mystery’ o whodunit (novela policíaca) que juega, rompe y moderniza las reglas de este género. Johnson escribe, dirige y se rodea de un elenco increíble -Daniel Craig, Chris Evans, Ana de Armas, Jamie Lee Curtis, Michael Shannon, Don Johnson, Toni Collette, Lakeith Stanfield, Katherine Langford, Jaeden Martell y Christopher Plummer- para sumergirnos en el supuesto asesinato de Harlan Thrombey (Plummer), exitoso y muy adinerado novelista de misterio que acaba de celebrar su 85° cumpleaños junto a su familia. A la mañana siguiente, su ama de llaves (Edi Patterson) lo encuentra sin vida, aparentemente, habiéndose cortado a sí mismo la garganta. Mientras los Thrombey esperan por la lectura del testamento, el detective privado Benoit Blanc (Craig) -contratado por una figura anónima- entra en escena para investigar a los miembros de esta dinastía que, al parecer, tienen muchos secretos escondidos en cuanto a su relación con el patriarca se refiere. Uno a uno se entrevistan con Blanc y nos vamos enterando de sus trapitos sucios: un yerno infiel, una nuera estafadora y un nieto mujeriego y despilfarrador que quedó afuera de cualquier herencia. Todos tenían un motivo para deshacerse de Harlan, pero las circunstancias cobran un giro inesperado cuando Marta Cabrera (De Armas), enfermera del escritor, se convierte en la figura principal de este enigma. “Entre Navajas y Secretos” se rige por las convenciones y tropos más puros del género, pero en manos de Johnson y sus personajes -con su mezcla de absurdo y humanidad-, la historia se nos presenta como algo fresco y novedoso, cuyas vueltas de tuerca nunca dejan de ser entretenidas y desafiantes para el espectador. El realizador de “Looper: Asesinos del Futuro” (Looper, 2012) y algunos de los mejores episodios de “Breaking Bad” (2008-2013) -bueh, tal vez, del mejor- nos convierte en testigos del misterio, aunque también en cómplices de lo que ocurre en la pantalla. El gran Benoit Blanc en acción Dentro de este reparto coral, donde todos tienen su momento para brillar, incluso los que apenas expresan palabra; Craig, De Armas y Evans dan un pasito al frente y se corren de sus papeles habituales para interpretar a tres piezas claves de este rompecabezas cinematográfico. La mansión de Thrombey, y cada uno de sus recovecos, también juega un rol importante como si Johnson nos moviera cual fichas sobre un tablero de CLUE, pero un poquito más siniestro. Acá, el humor se desprende de las situaciones más irracionales y de los personajes, sin necesidad de forzar ningún chiste. Es más, “Entre Navajas y Secretos” carga con una sensibilidad no tan propia de estas historias que, muchas veces, se regodean en sus arquetipos. Por su parte, el director los abraza y los reconfigura siempre en beneficio de la historia y en el placer que nos da ver a estos actores lucirse en la pantalla. Cuando llega el momento, Johnson deja que cada uno muestre la hilacha y saque a relucir lo mejor y lo peor de sus alter egos, honrando esa tradición criminal que nos dejó los mejores exponentes fílmicos en la década del setenta, como el inalterable “Crimen en el Expreso Oriente” (Murder on the Orient Express, 1974). Todos son sospechosos hasta que se demuestre lo contrario Queda claro que Rian Johnson quiere divertirse y divertirnos creando un complejo y entretenido entramado que juguetea con la perspectiva, las pistas falsas y las complicadas relaciones familiares que se esconden a plena vista en este crimen por resolver. Claro, suponiendo que dicho crimen exista. Un interrogante que se mantiene casi hasta el último minuto, porque así de impecable es la construcción narrativa del realizador, que nunca se toma nada demasiado en serio (salvo su trabajo).
El director Rian Johnson (Brick, Looper, Star Wars: los últimos jedis) estrena Entre navajas y secretos, un thriller de misterio con muchos actores, mucho diálogo y más "vueltas que tuercas". La historia de Entre navajas y secretos nos ubica en la mansión de Harlan Thrombey cuando en su cumpleaños numero 85 invita a toda su familia. Lo acompaña su joven enfermera Marta Cabrera. A la mañana siguiente Fran, la ama de casa, encuentra a Harlan muerto con la garganta cortada. Alguien anónimo contrata al detective Benoit Blanc y comienza la investigación del caso para determinar si fue o no un suicidio. Rian Johnson basa toda su película en el género policial detectivesco con la temática whodunit o ¿quién lo ha hecho? El principal referente en la literatura ha sido Agatha Christie; experta en ir develando las pistas de un asesino a través de la investigación del famoso Hércules Poirot. Pero mientras que Christie no se jactaba de ser más inteligente que el lector en Entre navajas y secretos hay tantas idas y vueltas sobre un tema que pareciera que solamente están puestas para confundir al espectador y no tienen una justificación narrativa. El entretenimiento se basa principalmente en la actuación de algunos de los personajes como por ejemplo el de Ana de Armas, Chris Evans o por momentos Daniel Craig; el resto sólo exageran los diálogos o las situaciones en las que se enfrentan. El guion es meticuloso, eso hay que reconocerlo. Con tanto diálogo hay varios chistes que funcionan muy bien, los mejores son los que cierran cada escena; pero tampoco hay que exagerar una risa para sentirse parte de la intrincada trama que elabora el director. Hay un análisis de las clases sociales y cómo la familia trata de manipular o, a veces, ignorar a “la servidumbre”. No los ven como una amenaza y sólo sienten odio o rencor entre ellos mismos.
Regreso con gloria del whodunit (policial de enigma) en el que un seleccionado de actores dejan en claro cuánto disfrutan del viaje...
Rian Jonhson rinde homenaje al clásico misterio de asesinato en su última película, Knives Out, una novela desenfrenada que se basa en una trama básica del género, pero que se ejecuta de manera elegante y entretenida.
Crítica emitida al aire en Zensitive Radio Nordelta
Desde lejos no se ve Como su chispeante protagonista (Daniel Craig), Entre navajas y secretos es caballerosa y delicada. Graciosa sin que al enigma se lo devoren los chistes. En 1814, el mismo año que George Stephenson construye su primera locomotora y Napoleón Bonaparte es enviado al exilio en la isla de Elba, Edgar Allan Poe inaugura el género policial con las aventuras de su detective Auguste C. Dupin. Protagonista de los cuentos Los crímenes de la calle Morge, La carta robada y El misterio de Marie Roget. Con esos relatos, y el personaje del detective científico y perspicaz, el escritor norteamericano no sólo funda el policial, también el subgénero del “policial de enigma”. Y en esa acción le abre la puerta a la parodia, de manera voluntaria o accidental. No es casualidad la fecha: este personaje nace con el avance de la ciencia criminalística como forma de investigar y resolver crímenes. En 1892, Sir Arthur Conan Doyle populariza este género y este perfil de investigadores con su Sherlock Holmes. Elemental, Watson. Que pese a protagonizar apenas una docena de relatos y algunas novelas quedó en la historia como la cristalización del detective excéntrico, de moral estricta. Obsesivo, caprichoso, desconcertante y capaz de ir desenredando los misterios en base a deducciones impensadas. Bien a tono con el furor por el positivismo científico, donde la gente de ciencia era mostrada superior al resto. Dentro de ese mundo y sus leyes hubo varias modernizaciones del género del policial de enigma, como las historias del Padre Brown del inglés G. K. Chesterton. Sin embargo la más exitosa e influyente fue Agatha Christie, cuando en los años 20 presentó a su detective Hercule Poirot. Una suerte de Sherlock Holmes, pero amable, que se hace el despistado y resuelve los casos más extraños. Con un singular tono jocoso e irónico que envuelven al detective y su ayudante, Christie renueva el género retorciendo aún más los crímenes y sus resoluciones. Con libros como Asesinato en el Orient Express, aquella novela en la que todos los sospechosos son culpables del asesinato. Pero, más allá de los engranajes narrativos, a Christie lo que interesaba era describir a una nobleza decadente y falta de fondos y una burguesía resentida dispuesta a matar por un poco de dinero. Rian Johnson se hace el famoso peinado recogido de Agatha Christie para crear en Entre navajas y secretos a su propio detective, Benoit Blanc. Interpretado por un Daniel Craig afilado como el cuchillo que cortará la garganta de la víctima: Harlan Thrombey (Christopher Plummer). Un escritor millonario de 85 años que carga con el interés desmedido de sus respectivos herederos. Un desfile de familiares miserables que giran ávidos alrededor de su fortuna como abejas en un panal. Personajes encarnados por actores no solo con exceso de carisma, sino también con un pasado cinematográfico y televisivo tan pesado que arrastran consigo los cadáveres de los íconos pop que han amado interpretar. Jamie Lee Curtis luchando contra Michael Myers en Halloween, Don Johnson con su camisa floreada y pelo al viento persiguiendo narcotraficantes en Miami Vice, Toni Colette luciendo un vestido blanco en La boda de Muriel, Michael Shannon y su reciente papel de torturador de monstruos en La forma del agua, Chris Evans defendiendo el bien en su traje de Capitán América. Y, a un costado de los beneficiados monetarios, también está Frank Oz, el hombre que le dio forma y voz a Yoda, y a tantas criaturas de Los Muppets. No es una elección menor: el espectador se pierde en esos rostros que protagonizaron películas que vimos una y otra vez hasta aprender los diálogos de memoria. Johnson, el director, nos distrae para que no descubramos la verdad que se esconde entre los objetos de antaño que brillan en el plano. La puesta en escena se nutre de esculturas de bronce y muñecos con gestos inquietantes. Alfombras persas y bibliotecas de madera oscura. Los encuadres están llenos de información, de datos valiosos que revelan el crimen. Johnson no hace trampa, es prolijo y dedicado como la joven enfermera de Harlan, Marta Cabrera (Ana de Armas). Un personaje clave en la historia. El director de Looper (2012) y Los estafadores (2008) no esquiva un tema que suele estar presente en el policial de enigma (o ‘'whodunit’’): el desprecio por las clases bajas y los inmigrantes. Al contrario, lo enfrenta y actualiza. Marta nació en Paraguay. Solo Harlan, su paciente y amigo, recuerda cuál es su país de origen. El resto de la familia comenta entre conversaciones que es de Uruguay, mientras otros dan por sentado que creció en Brasil. Johnson nos sienta en los ojos de una inmigrante discriminada por una familia rica en pleno gobierno de Trump. Es, sin dudas, la película más política del director que fue odiado por una horda de fanáticos cuando estrenó en 2017 Star Wars: Los últimos Jedi. En la primera secuencia un par de enormes perros corren en cámara lenta hacia la cámara. Detrás de ese trote salvaje se encuentra la mansión de ladrillos a la vista donde ocurrirá un crimen que tendrá, como en una novela de Agatha Chistie, mil y un vueltas de tuerca que nos tumbarán al piso con la fuerza que lo harían los perros entusiastas de Harlan. En esa imagen, una de las pocas filmadas en exteriores, se condensa el gran enigma y su resolución. Pero no es la única, la decoración de la casa habla por sí sola. Y uno tiene que ir encontrando esas pistas como si estuviéramos buscando a Wally y su sweater a rayas rojo y blanco en medio de una playa veraniega. En uno de los primeros cortos de Johnson también se oculta la explicación de Entre navajas y secretos: Evil Demon Golfball from Hell!!!, filmada en 1996, retrata a un joven que luego de asesinar a un hombre es perseguido por la pelota de golf de la víctima. Un objeto que pica y pica a su alrededor provocando que todos lo miren. Una posible versión de El corazón delator, de Edgar Allan Poe, donde el asesino no sabe convivir con los remordimientos. Aquel excelente cortometraje tiene como director de fotografía a Steve Yedlin, la misma mirada obsesiva que compone en fila para un lado y para el otro en cada plano de Entre navajas y secretos. Donde el centro de la trama es señalar a un culpable. Como el personaje chispeante de Daniel Craig, el Sr. Blanc, esta película coral es caballerosa y delicada. Graciosa sin que al enigma se lo devoren los chistes. Es, desde Evil Demon Golfball from Hell!!!, su film más potente y redondo. Capaz de hipnotizar al espectador con el sonido que despide una tecla de piano. La pelota de golf que coprotagonizó su corto de 1996 también está presente en Entre navajas y secretos. Solo hay que saber verla y escuchar.
por Nahuel Tulian "Elemental, mi querido Watson” Película que toma elementos de la serie de libros de Agatha Christie, mezclado con Sherlock Holmes, y diversas tramas de misterio y de “descubre al asesino”. El director y guionista de este film, el norteamericano Rian Johnson (Star Wars: Last Jedi, 2017) (Looper, 2012), nos trae una historia de crimen, misterio y una pizca de comedia negra, que se convierte en todo un éxito, ya que cada elemento de estos funciona a la perfeccion y se acoplan uno al otro. No por nada fue nominada al Globo de oro a mejor película en la categoría comedia o musical, y con nominación al Oscar por mejor guión original. Knives Out (2019), nos introduce en la misteriosa muerte de un famoso novelista que supo amasar su fortuna a base de su obra, Harlan Thrombey (Christopher Plummer). A Harlan le llega la muerte justo después de la celebración de su cumpleaños 85. A partir de aquí, se llevará a cabo la investigación de los sucesos a cargo de un peculiar y pintoresco detective, Benoit Blanc (Daniel Craig). En ese momento será asistido en su investigación por la enfermera y más íntima amiga del señor Thrombey, Marta Cabrera (Ana de Armas). El director hace un trabajo estupendo en el guión, consiguiendo que el espectador se cuestione todo. Participando así de la investigación, como un actor más. Llevando hilos de un lado a otro, confundiéndonos con respuestas que al fin y al cabo no eran tal como parecían, además se encarga de que en las 2 horas y 11 minutos de duración, el ritmo de su desarrollo, la trama y sus personajes conserven un ritmo atinado, brindando el tiempo pertinente para lograr una impronta única a cada personaje. Así como dejando entrever los intereses de cada uno y explicando el porqué de la relación que se tienen entre ellos. Son interesantes los diálogos, las miradas y gestos se convierten en una manera de comunicarse, convirtiéndose en un aporte a la intriga. Los escenarios son relevantes para lograr una atmósfera misteriosa, asimismo, las diferentes habitaciones de la mansión, como si fueran un homenaje a las películas noir de crimen y misterio. Lo visual va acompañado por una banda sonora excelente y una mezcla de sonido muy acertada llevada a cabo por Nathan Johnson. Las interpretaciones son destacadas, ya de por sí cuenta con un elenco de renombre con actores como Jamie Lee Curtis, Michael Shannon, Chris Evans, cada uno brilla en su papel. Las interacciones familiares es que más destaco de la película. "Knives Out es una película que nos invita a sentarnos y estar atentos a una narrativa que nos propone también dejarnos llevar de un lado a otro, nos permite enriquecernos de la historia y las actuaciones que tenemos delante, todo esto a un ritmo que nos facilita estar pendiente de todo lo que sucede con los personajes, ya que una acción desencadena en otra sucesivamente, y esto no se siente forzado en ningún momento." Puntaje: 8/10 Título original: Knives out Director: Rian Johnson País de origen: Estados Unidos Género: Drama | Suspenso | Acción | Whodunnit. Director: Rian Johnson Guion: Rian Johnson Fotografía: Steve Yedlin Edición: Bob Ducsay Dirección de arte: Jeremy Woodward Diseño de sonido: AL NELSON Música: Nathan Johnson Productor/es: Ram Bergman, Rian Johnson.
Rian Johnson se revela como un guionista endiablado, gozando cada línea de diálogo y proyectándola en su mente de director. Excluyendo a cineastas de impronta que jamás delegan sus guiones, pocas veces puede apreciarse esta sagrada comunión entre escritura y puesta en escena. Cohesión estética que le da cintura a Rian Johnson para apropiarse del género y ubicarlo en la delgada línea entre la parodia y el cliché. Esta rebeldía oscilante ya había sido aplicada en Star Wars: The Last Jedi bajo un esquema narrativo que rompía los automatismos de la saga. Desprendido del universo Star Wars, Rian Jonhson parece fortalecido por la disconformidad de los fans. Entre navajas y secretos no es una película asustada, al contrario, está llena de experimentación y ludopatía. Parte de este brío es deudor de su elenco, actuando bajo una misma frecuencia caricaturesca con reminiscencias al cine de Wes Anderson. Las escenas corales, sobre todo cuando las pasiones se desbordan, son una fuente loca escupiendo talento. El gran mérito de Rian Johnson consiste en pergeñar una trama enroscada hasta lo absurdo y mantener una narrativa limpia. La métrica del montaje debería ser objeto de estudio: los vaivenes en el tiempo no marean, las ueltas de tuerca se descontrolan pero no debilitan el interés y hasta la pieza más deforme encaja. Entre navajas y secretos también puede leerse como una réplica a la adaptación del 2017 de Muerte en el Expreso de Oriente, atada en demasía al clásico literario, sin exabruptos. Aquí Rian Johnson entrega una película fresca que hará feliz tanto al entusiasta de las películas de misterio como al que ya se cansó de las películas de misterio.
Hercule Poirot… Jacques Clouseau… y, a partir de ahora, Benoit Blanc. Otro super sabueso con un cerebro de aquellos y nombre francés (ok, lo de Clouseau es un chiste aunque el tipo siempre se las apañaba para resolver los casos de una forma u otra). La gracia en este caso es que a) el detective de nombre galo es de Kentucky y b) lo interpreta un británico que, para colmo, se regocija con su rebuscado acento sureño estadounidense. Y se nota que Daniel Craig disfruta como loco con el papel. Es como el primo mas urbano de la versión vaquera de Jeff Bridges (¿alguno recuerda su gloriosa sobreactuación en RIPD o Hell or High Water?). Ya Craig se había anotado un poroto con su rol de Joe Bang en Logan Lucky (que algún día podré terminar de verla) y acá le toca otro de tonada campesina pero de modales tan afectados que uno debe esperar a que termine una larga perorata de cinco minutos (como la delirante imagen de la dona dentro de la dona) para intentar captar lo que pretende decir. Y cuando se enoja y habla rápido, prácticamente no se le entiende. Se le enredan las palabras en su lengua. Por supuesto un personaje peculiar no hace de por si solo a un filme, pero Knives Out (Cuchillos Afuera, como cuando en el boxeo dicen “segundos afuera!” y dan luz verde para que los peleadores se destrocen en el ring) está plagado de ellos. Don Johnson – que viene remontando su carrera de manera olímpica – que hace de conservador racista y mujeriego, Jamie Lee Curtis como su cínica esposa, Michael Shannon como el fracasado al cual papi le tuvo que inventar un trabajo para que viva de algo, su hijo manuelero y nazi, la nuera viuda (Toni Colette) que está detrás de la fortuna, y el nieto playboy que es un tiro al aire (Chris Evans, intentando sintonizar su cómico interior como en la época de Los 4 Fantásticos), ninguno de los cuales se soporta y menos en un cuarto cerrado. Y está Christopher Plummer – glorioso, en 10 minutos en escena el tipo tiene mas carisma que todo el elenco junto – que es el escritor de novelas policiales de gran fama e increíble fortuna tras la cual están todos estos buitres. Por supuesto Plummer cuenta con una aliada: su super honesta enfermera Marta (Ana De Armas, que no solo tiene una química excelente con Plummer sino que brilla en cada escena en que aparece), la cual es incapaz físicamente de mentir ya que cualquier calumnia la obliga a vomitar. Plummer aparece muerto – ¿suicidado? – y los policías investigan con su santa pachorra pero es Blanc (Craig) – al cual alguien contrató anónimamente para que investigue el caso – el único que piensa que hay gato encerrado y que el suicidio no es lo que parece. Usualmente no soy fan de los thrillers de Agatha Christie – son plomizos, largos y tan elitistas… la gente rica mata por aburrimiento! – aunque reconozco que una densa y sólida trama policial, en manos del director adecuado, puede convertirse en una maravilla. Lo hizo Kenneth Branagh con su remake de Asesinato en el Orient Express y lo hace ahora Rian Johnson – lamiéndose sus heridas después de pasar por la franquicia de Star Wars – con Knives Out. El filme empieza con un whodunit a lo Agatha Christie… pero a los 30 minutos hay una revelación y la película pasa a convertirse en una de Columbo, de esas en donde sabemos quién es el asesino y vemos como el detective lo acosa mientras intenta esconder pruebas a lo loco (acá hay un par de momentos muy graciosos en tal sentido). Si ya sabemos quien es el responsable, ¿para qué seguimos con el misterio?. Entre Navajas y Secretos está plagada de vueltas de tuerca que, lo mejor de todo, se pueden seguir. Hay mucho chiste sutil intercalado – sobre todo, todo lo que tiene que ver con el volátil carácter de los herederos de Harlan Thrombey, sea el que ninguno acierta con la nacionalidad del personaje de Ana De Armas (lo que demuestra el desdén con que la tratan) hasta todo tipo de sugerencias, amenazas y mentiras que surgen después de leer el testamento del personaje de Plummer -, y bastantes sorpresas que no se ven venir. Hablar cualquier otra cosa sería revelar demasiado sobre un película que debe disfrutarse. Y sip, viene una segunda parte – bah, una nueva aventura de Benoit Blanc, el investigador con nombre de fino vino blanco – en camino, la cual espero con mucha ansiedad.
Un digno policial de humor negro ''Knives Out'' es una refinada comedia detectivesca que llega en plena temporada de estrenos oscarizados. Este nuevo film del director y escritor Rian Johnson (''Looper'', ''Star Wars: The Last Jedi'') es un buen homenaje a historias clásicas de Agatha Christie como ''El asesinato de Roger Ackroyd'' o ''Asesinato en el Expreso de Oriente''. Lo original es que Johnson escribió él mismo el guión completo de esta película, que si bien no creo esté a la altura de obras célebres y clásicas literarias del género policial, realiza un muy buen trabajo, elegante, que permite mantener muy interesados a los espectadores. La trama trata sobre desenmarañar el entramado de mentiras familiares que rodea la muerte del patriarca Harlan Thrombey (Christopher Plummer), un afamado escritor de novelas que aparece muerto en su hogar, aparentemente de un suicidio, la mañana siguiente al festejo de su cumpleaños. Los investigadores ya casi al concluir de que efectivamente ha sido un suicidio, se ven interrumpidos por la presencia de Benoit Blanc (Daniel Craig), un investigador privado de renombre que revuelve todas las coartadas para dilucidar dónde están la fisuras y descubrir la verdadera historia detrás de la muerte de Harlan. El film tiene un timing exquisito, para el relato en general y para aplicar los momentos de comedia negra cuando son necesarios. El reparto hace un gran trabajo, con nombres espectaculares como Toni Collette, Jamie Lee Curtis, Michael Shannon, Chris Evans, y los ya nombrados anteriormente. Uno de los mejores ingredientes que tiene el combo es su reparto sin dudas. Otra cuestión interesante que tiene es su dinámica, con idas y vueltas entre el presente y el pasado para repasar los eventos. Cada vuelta al pasado nos devela algo distinto, una pista nueva que nos pone cada vez más cerca de la verdad. Tiene varios giros en la trama que la hacen menos predecible, aunque el desenlace final pueda parecer un tanto agridulce para varios espectadores. Finalmente, la estética de la película es muy buena también. Una producción muy cuidada en los detalles, con un despliegue de colores y tomas que son una fiesta para los ojos. Muy recomendable.