Aunque la saga Crepúsculo terminó, la moda de adolecentes enamorándose de distintas criaturas está lejos de hacerlo, hoy le llegó el turno de las brujas. Hermosas Criaturas están basada en la novela para jóvenes adultos escrita por Kami Garcia y Margaret Stohl y pretende tomar el lugar que dejaron bacantes los vampiros. ¿Estará a la altura? Adorables Criaturas Ethan Wate es un joven con grandes ambiciones, definitivamente más grandes que el pequeño pueblo en que vive, donde nunca pasa absolutamente nada. Ethan no puede esperar a terminar el secundario y largarse de ahí para siempre. Todas las noches tiene el mismo sueño, donde se le aparece una chica a la cual nunca logra verle la cara. Este misterio se termina cuando entra al colegio Lena Duchannes, sobrina del hombre más rico del pueblo que a su vez vive recluido y nunca sale de su casa. Lena es la chica con la cual Ethan sueña todas las noches y al darse cuenta de esto comienza a seguirla hasta que ambos se enamoran. Allí Lena le confiesa a Ethan que es parte de una larga línea de “Casters”, algo así como unas brujas, y que dentro de unos pocos meses, cuando cumpla los 16 años, será reclamada por la fuerza de la Luz o la Oscuridad, sin que nadie puede hacer nada al respecto ya que ese es el destino de todas las Caster mujeres. A pesar de la negativa de la familia de Lena para seguir con esta relación por lo peligrosa que puede resultar para ambos, ellos deciden continuarla y luchar juntos para que Lenna sea reclamada por la fuerza de la Luz. El que puso vampiros, tendrá brujas. Hermosas Criaturas tiene un comienzo muy interesante. El film arranca con la voz en off de Ethan y en unos pocos planos nos muestran como es su vida y cuáles son sus ambiciones. Rápidamente nos damos cuenta de que Ethan espera mucho mas de la vida de lo que el pequeño pueblo donde vive le puede ofrecer. Ethan Wate está muy bien interpretado por Alden Ehrenreich, quien fue descubierto por Steven Spielberg en el batmitzvah de la hija de un amigo y luego fue recomendado a Coppolla para interpretar el papel principal de Tetro, la película que rodó aquí en Argentina. Ehrenreich encarna a su personaje con mucha soltura y frescura y se carga la pelicula al hombro en mas de una oportunidad. Por el otro lado tenemos a Alice Englert, quien tambien hace un buen trabajo como Lena. Pero aunque por separado ambos hacen un muy buen trabajo, juntos da la sensación de que pierden frescura y hasta es cuestionable la química entre ellos. En los papeles secundarios tenemos a gente como Emmy Rossum, Viola Davis, Emma Thompson y Jeremy Irons, quienes le dan a la película la credibilidad necesaria a pesar de los diálogos ridículos y forzados que les tocan en ciertas oportunidades. En la primera hora del film, Richard LaGravenese (su director y guionista) hace un muy buen trabajo presentando a todos los personajes y estableciendo un conflicto dentro de un contexto social más que interesante pero donde no se raspa mucho mas allá de la superficie, por lo cual queda un triste sabor a desaprovecho. Aunque llegamos a tener algunas escenas muy atrayentes que no siempre se dan en este tipo de films, pasando la mitad de la película pareciera que Hermosas Criaturas se transforma en otra cosa. Los efectos especiales toman el control y entramos en un territorio Crepúsculo el cual no termina hasta que los títulos empiezan a correr. De la mitad hacia el final la película se torna melosa y previsible, tirando a la basura todo lo que se había hecho bien en un comienzo. Conclusión A pesar de sus fallas Hermosas Criaturas va a dejar satisfecho al público al que apunta. Está más que claro que este film pretende ser el primero en una nueva franquicia pero sinceramente veo difícil que esto ocurra. Aunque comete los mismos errores que la saga a la cual pretende emular, el carisma de sus personajes principales la deja unos pocos pasos más arriba. Películas como está se vieron y se verán hasta el hartazgo en los próximos años y, lamentablemente, Hermosas Criaturas no tiene nada nuevo para ofrecer.
Ahora que la fatídica saga Twilight se acabó -al menos por un largo tiempo hasta que los productores juzguen adecuado una re-imaginación- y con Harry Potter terminada hace rato, los estudios buscan incansablemente un paliativo al nuevo tanque que compone The Hunger Games, y Warner Bros. parece haber encontrado el suyo en Beautiful Creatures, otra adaptación de una serie de novelas de fantasía que tiene todos los condimentos necesarios como para funcionar como cordial reemplazo de los vampiros por un aquelarre de pintorescos brujos y brujas. Para un comienzo de una posiblemente portentosa saga, Beautiful Creatures fuerza bastante sus chances de agradar a su público inmediatamente y apenas puede cumplir su cometido de establecer ciertas reglas dentro de su universo fantástico particular. Hay brujos en el mundo, llamados Casters, que se dividen en dos bandos, la Luz y la Oscuridad. Como parangones de la pureza y la negrura total se encuentran en los extremos dos grandes estrellas como Jeremy Irons en la piel de Macon Ravengood, el brujo negro que eligió la luz para guiar a su sobrina hacia la misma, y la inconmensurable Emma Thompson como Sarafine, la Oscuridad encarnada. El nudo en la trama esta vez no está del lado del galán sino de la damisela, un ser muy poderoso por el cual ambas fuerzas cósmicas pelearán con toda la artillería que tengan. El duelo de titanes entre los actores de renombre es uno de los aspectos más inteligentes y logrados del film, ya que claramente ambos se divierten mucho con sus papeles cuasi-esteotipados para los que no tuvieron ningún inconveniente en llevarlos hasta el extremo de lo caricaturesco. Es inútil no caer en la tentación de comparar a la pareja protagónica con la de su contrapartida vampírica, y allá en donde la dupla Stewart/Pattinson fallaron en crear una química convincente, los desconocidos Alice Englert y Alden Ehrenreich compran al espectador con su sencillez y su empatía adolescente. El guión del también director Richard LaGravenese a veces intenta mostrarlos demasiado bajo una halo de rebeldía, como al leer libros prohibidos en la comunidad retrógrada y religiosa en la que viven aunque en verdad sean realmente comunes y hasta de lectura obligatoria en otros lugares, así como también decae en ritmo luego de la primera hora, cuando los conflictos mágicos comienzan a surgir (¿será Lena parte de la Luz o de la Oscuridad?). Los secundarios de Viola Davis y una particularmente sensual Emmy Rossum ayudan a crear un dinamismo que en casi dos horas de metraje se hacen necesarios para sostener una trama que promete demasiado y se queda algo comedida. Con un claro objetivo demográfico en su mira, Beautiful Creatures es una agradable e interesante nueva historia fantástica sobre la que, con tiempo, podría llegar a construirse algo llamativo y vistoso. A la luz de cómo le fue en su atroz primer fin de semana de exhibición en los Estados Unidos, su futuro es incierto, pero al menos una buena base es lo que cuenta.
Indudablemente es difícil despegar esta naciente saga de “Twilight”... Dentro del universo de la literatura teen, se buscan nuevos productos para exportar al mundo del cine ahora que Bella y Edward se ha ido y para bien. Amores supernaturales se necesitan para entretener a la audiencia y ahora es el turno de apostar por “Beautiful creatures”, bandera de largada de una serie de cuatro libros,“The Caster Chronicles”, escritos por Kami García y Margaret Stohl (todo queda en familia no?). De más está decir que la industria apuesta fuerte a esta propuesta aunque, su ariete inicial está lejos de lo artísticamente auspicioso, aunque a su favor es superior a lo último del género, sin dudas. Hay que reconocerle al hombre detrás de las cámaras, Richard LaGravenese (“The fisher king” -esencial para mí allá por 1991- y la lacrimógena y olvidable “P.S. I love you”), que hizo una adaptación digerible de la primera novela (la escribió él). El universo de la obra está planteado más que aceptablemente y si bien hay elementos que caen con respecto al libro, la conexión funciona bien y el espectador se ubica rápido en tema. La vida en la Alabama rural, es difícil. Más, cuando en ese lugar, la vida es rutinaria y el hecho más divertido es recrear el aniversario de una batalla de la guerra de Cesesión, una vez por año. Eso sí, será aburrido, pero no crean que no hay secretos en él...La cuestión es que a esta páramo llega Lena (Alice Englert), una oscura y culta adolescente que pronto se transforma en el centro de las miradas del pueblito: su familia está emparentada con la brujería y sus compañeros de la escuela reaccionan mal con su arribo (y razones no les faltan)... Excepto Ethan (Alden Ehrenreich), quien es un atleta y simpático (simple, muy básico), chico del lugar, quien sabe que su vida está condenada al ostracismo si no hace algo para salir de ahí. Y Lena, llega en el momento justo: cómo no enamorarse de alguien tan distinto a uno cuando las ansias son romper las reglas? Lena está próxima a transformarse en una bruja (bueno, “Caster”) de calibre. Fue llevada allí por su tío (Jeremy Irons) y está siendo custodiada por su particular familia. Tiene poderes que crecen en ella y le cuesta controlarlos. Ehtan es un simple muggle, así que si bien le cuesta llegar a Lena, lo cierto es que ofrecen el clásico equilibrio para una historia de amor más bien clásica... Así es que Lena deberá decidir en un tiempo que lado (el bueno o el malo) será el que la reciba en sus filas mientras su amado mortal, luchará por acompañarla en la odisea. En ese camino, veremos algunos secundarios interesantes (Emma Thompson, un poco fuera de registro; Viola Davis, fantástica) que se ofrecen como rivales y aliados, en luchas dialécticas y físicas que preferimos no adelantar. Si, “Beautiful creatures” no va más lejos de lo que propone. A pesar de contar con un cast lujoso y tomarse el tiempo necesario para desarrollar su historia, nunca logra atrapar al espectador por completo. Logra, parcialmente, empatía con la pareja. No es un film que cobra vuelo ni sacude la butaca, no. Si, hay que reconocerle que cuenta su historia prolijamente y que tiene alguna secuencia simpática, más allá de que Lena y Ethan no tengan la química esperada. En el debe, también hay que decir que la resolución de la historia (sobre todo después de más de dos horas de proyección) podría haber sido mejor trabajada, ya que después de tan paciente construcción, nos queda débil y demasiado previsible. Si buscan entretenimiento y romance, quizás “Beautiful creatures” pueda serles un producto atractivo. Bajo la lupa del análisis minucioso, tiene sus falencias. Hay que saber que los fans de “Crepúsculo” (y similares) se sentirán cómodos con el relato pero el público más exigente no saldrá de sala conforme.
Otro Crepúsculo cinematográfico Hermosas criaturas es otra de amores nunca concretados entre chica y chico a causa de imposibilidades naturales. En este caso, se trata de Ethan Wate (Alden Ehrenreich), un adolescente que aspira a cortar con su vida pueblerina hasta que conoce a la misteriosa Lena Duchannes (la neozelandesa Alice Englert). Pero resulta que ella es una bruja y dentro de algunos meses deberá definir si ladea para el bien o el mal. Entre ellos estarán, además, la familia de ella y una comunidad apegada a la moral ultra conservadora que tanto parece gustarle a los jóvenes desde el boom Crepúsculo. Todo lo anterior daba para tomárselo poco en serio, pero el film de Richard LaGravenese, basado en el popular libro homónimo de Kami García y Margaret Stohl, viene rotulado como heredero de la saga creada por la mormona Stephenie Meyer, así que era de prever que no lo hiciera. En ese sentido, Hermosas criaturas cumple con lo prometido, pero en el peor de los sentidos: aburrida, densa, espesa hasta el hartazgo y siempre dispuesta a no pasarme jamás de la raya. Por allí también andan Jeremy Irons y Emma Thompson jugando a ser hermanos fantasmagóricos, los únicos que parecen no tomarse en serio un asunto que, claro está, no lo ameritaba.
El regreso al terreno de lo fantástico Siguiendo los pasos de la saga Crepúsculo (Twilight, 2008), Hermosas criaturas (Beautiful Creatures, 2012) es también la adaptación de un Best Seller fantástico para jóvenes adultos, en donde el tema principal gira en torno al amor prohibido entre un humano y un ser sobrenatural, y los obstáculos que estos deben atravesar para poder estar juntos. Hermosas criaturas cuenta la historia de Ethan (Alden Ehrenreich), un joven de 16 años que vive atascado en el pueblo conservador de Gatlin en donde nunca ocurre nada fuera de lo común, hasta la polémica llegada de Lena Duchannes (Alice Englert), la sobrina de uno de los fundadores del pueblo, Macon Ravenwood (Jeremy Irons), y de la que provienen distintos rumores, entre ellos, que se encuentra asociada a seres diabólicos. Ethan se siente inmediatamente atraído hacia Lena, y luego de comenzar una relación amorosa con ella, descubre que es una bruja (o Castor, como ellos prefieren llamarse) y a partir de este momento, decide ayudarla para prevenir que en su cumpleaños número 16 sea reclamada por el reino de las tinieblas. El film está contado desde el punto de vista de Ethan, lo cual es bastante inusual para este tipo de películas. Su personaje, interpretado con gran desenvoltura por Alden Ehrenreich, resulta una grata sorpresa, ya que el mismo aporta una cuota de carisma y de frescura que enriquece la estructura dramática. A diferencia de otras películas de este estilo en donde el espectador tiene la sensación de encontrarse ante adultos encerrados en cuerpos de jóvenes, Ethan actúa como un adolecente, con inquietudes y comentarios propios de un chico de su edad, y esto aporta los momentos más cómicos del film, logrando incluso funcionar en perfecta armonía con su pareja Lena, quien encarna por otro lado a la joven bajo constante presión como consecuencia del posible destino que la aguarda. Por otro lado, Emma Thompson, interpreta a Mrs. Lincoln, la madre del mejor amigo de Ethan, como una mujer religiosa que insiste en expulsar a Lena del pueblo. A esta se le agregan las interpretaciones de Zoey Deutch, como la ex novia de Ethan y de Link (Thomas Mann), que si bien actúan en base a estereotipos, logran llevar a cabo sus roles otorgándoles también un tinte cómico a los mismos. No podemos decir lo mismo del desafortunado personaje interpretado por Emmy Rossum, como la prima Castor de Lena, que al haber sido reclamada por las fuerzas del mal años atrás, nos muestra un personaje cuya seducción y maldad no deja nada a la imaginación, a un punto en que parece llevado al terreno de lo paródico. La belleza estética que presenta el pueblo ficticio de Gatblin, nos envuelve en el mundo de fantasía que propone Hermosas criaturas, destacando la construcción de la mansión de la familia Rosenwood, que mezcla un sombrío exterior gótico para introducirnos luego en un interior de estilo moderno y minimalista. Se presentan algunos giros en la trama sobre todo cerca de la resolución del conflicto, pero aún así no hay grandes sorpresas en este aspecto y tampoco contribuyen los efectos visuales, que si bien son correctos, no logran dejar al espectador boquiabierto. De todos modos, podemos afirmar que el director Richard LaGravenese consiguió llevar a la pantalla grande con éxito un Best Seller que atraerá principalmente a jóvenes adultos y al género femenino, y del que se esperará con ansias su segunda parte.
Es imposible hablar de Hermosas criaturas sin antes pasar por la Saga Crepúsculo porque es la comparación obligada. Muchos dirán que las historias son iguales pero que en lugar de vampiros y hombres lobo aquí hay brujas, y la verdad es que estarán en lo cierto. Esta adaptación del libro homónimo es otro intento de captar el nicho adolescente que formó un gran marcado con las diferentes sagas literarias de amor mezcladas con lo sobrenatural. Sin embargo, esta nueva propuesta no va a causar ni por asomo lo que las películas protagonizadas por Robert Pattinson lograron y no porque estas hayan sido geniales sino porque los productores supieron explotar mucho mejor a los actores a pesar de sus pésimas actuaciones. El principal problema de Hermosas Criaturas es el dúo protagónico. Entre Alden Ehrenreich, quien interpreta al humano Ethan Wate, y Alice Englert, quien interpreta a la bruja (llamadas Casters) Lena Duchannes, no hay química alguna y ese error es gravísimo y fundamental para vender el film y el futuro de la franquicia. En cuanto al resto del elenco no hay nada para destacar, Jeremy Iron, Emma Thompson, Viola Davis y Emmy Rossum cumplen. Tal vez sea la última mencionada la que tiene mejores momentos gracias a su sensual papel. Asimismo, el director Richard LaGravense hizo un buen trabajo con esta apuesta. Técnicamente el film es muy correcto y los efectos son decentes, lo mismo sucede con la historia (los que hayan leído la novela podrán decir que tan fiel es) con la particularidad que se explotó muy bien el tema la población sureña de Estados Unidos, incluso con buenos gags humorísticos. Lo principal que hay que tener en cuenta antes de ir a ver esta cinta es que es una película para adolescentes, para los mismos que disfrutaron la Saga Crepúsculo así que no se le puede pedir mucho y hay que juzgarla dentro de esos parámetros. Las chicas que se prendan con estas historias la pasarán bien y sus novios se quejarán, lo mismo sucederá con la próxima, si es que la hay.
El humano y la hechicera Una nueva saga se pone en marcha con esta adaptación del primer título de una serie de cinco novelas tituladas "Hermosas Criaturas" y escritas por Kami García y Margaret Stohl. La película apunta claramente al público adolescente que deja vacante la recientemente finalizada saga Crepúsculo, con la historia de un romance contrariado que despierta los conflictos de la trama. En Hermosas Criaturas un chico llamado Ethan Wate (Alden Ehrenreich) se cruza con una nueva alumna del colegio, Lena Duchannes (Alice Englert), y siente un flechazo instantáneo. El único problema es que ella es una bruja y guarda un oscuro secreto que la convertirá en poco tiempo en un ser de luz o de oscuridad. Habitando una casona destartalada por fuera y de moderno diseño por dentro, en la que convive con su tío protector (Jeremy Irons), Lena se convierte en el blanco de los ataques de compañeras y de todo el pueblo luego de extraños sucesos ocurridos en el colegio. Dos protagonistas que crecieron sin madre y que están vinculados sentimentalmente más allá de su comprensión, y una familia de hechiceros superiores, conocidos como Los Casters, que quieren separarlos a toda costa, son los motores de esta película que combina romance, maldiciones de antaño y fantasía. Como si fuera poco, también dirá presente una prima bruja que hará de la suyas. La película explota el tema de las parejas desparejas y algunos tópicos del cine de terror (los vecinos instalados en una vieja casona que despiertan miedo en el pueblo) pero desaprovecha los climas de intriga y misterio, colocando en un primer plano el relato romántico. Lo que llama la atención de una producción de estas características es el diseño de efectos visuales antiguos para los tiempos que corren y un desenlace poco emocionante -que deja la puerta abierta para una continuación- en donde el enfrentamiento con la bruja mayor encarnada por Emma Thompson pierde fuerza y dramatismo. Un producto que cuenta con buenos intérpretes como Jeremy Irons, Viola Davis o Emmy Rossum, pero que no alcanza para impactar o emocionar al espectador. En ese sentido, parece que las fuerzas de la oscuridad lograron su cometido.
Un buen libro con estética antigua En uno de esos pueblos americanos donde nunca pasa nada, Ethan es un adolescente más que lo único que quiere es dejar el lugar. Su monótona vida pueblerina cambiara cuando conozca a Lena. El sentimiento entre ellos surgirá desde el primer momento. Pero lo que no sabe Ethan es que Lena guarda un secreto, ella es Caster, una bruja, que cuando cumpla los 16 años, su naturaleza le dirá si seguirá los pasos de la luz o de la oscuridad con todo lo que eso conlleva. Esta es una muy breve síntesis de este film que tiene inmerso algunos momentos de aciertos y otros fallidos. Es que su director no pudo aprovechar una buena historia, un buen libro con buenas dosis de humor en el medio del romance y del suspenso que este genero necesita. Maneja muy bien los ritmos pero por efectos, por fotografía e incluso por algunas actuaciones, “Hermosas Criaturas” parece una película realizada algunas décadas atrás. Mas allá de esto, es un film que no aburre, todo lo contrario, las dos horas cinco de duración pasan rápido. Esto es porque la pareja principal logra una muy buena química entre ellos, tiene algunas muy buenas actuaciones secundarias y un libro interesante.
La ceremonia Hermosas Criaturas es una de las nuevas apuestas de Summit para "la nueva gran saga adolescente post-Twilight"; pero así como tiene puntos de contacto con ésta -basada en una franquicia literaria para "jóvenes adultos", elementos sobrenaturales, la historia del primer amor- es lo suficientemente sólida como para diferenciarse (para bien) de la historia sin fin de vampiros que brillan a la luz del día. En principio, la materia prima en la que se basa -la serie iniciada por el libro homónimo escrito por Margaret Stohl y Kami García- que plantea un tono gótico sureño para adolescentes. El cambio de los bosques fríos de Seattle a los pantanos de Carolina del Sur permite el juego camp de referencias al carácter excéntrico de los habitantes de la zona, fieles -aunque sea por una tradición basada en la inercia nostálgica- a ciertos valores de la vieja Unión de Confederados (como comenta el protagonista, siguen dramatizando batallas de la Guerra Civil americana con la esperanza de que alguna vez cambie el resultado). Al pueblo (ficticio) de Gattlin llega un día Lena Duchannes (la casi debutante Alice Englert, hija de Jane Champion, directora de La Lección de Piano), envuelta en el mismo misterio que rodea a su pariente residente en el pueblo, el "viejo" Ravenwood (Jeremy Irons, como un caballero sureño de punta en blanco) y al resto de la familia, a la que los locales le achacan toda clase de leyendas. Muy lejos de la realidad no están, como pronto descubrirá Ethan (Alden Enrenreich, antes visto en Tetro), que no se desanima por la habladurías del pueblo -compuesto por una mayoría de católicos fervientes- en sus intentos por socializar con Lena. Una vez que la relación romántica entre los dos se instala (rápidamente, siguiendo las reglas de este género), Lena -verdadera protagonista del film, pese a estar narrado por su partenaire- le confiesa a Ethan que es la descendiente de casters (o hechiceros) cuyos poderes se acrecientan a medida que se acercan a su cumpleaños número 16, donde se determina si se dedicarán a la magia blanca o la oscura. En el caso de las mujeres de la familia, no pueden elegir por ellas mismas, bajo el eufemismo de que "su naturaleza decide por ellas". A esto se le agrega dos amenazas latentes: la caster malvada Sarafine que quiere llevar a Lena para su bando y una maldición familiar que la parejita principal investigará pese a que varios indicios (un relicario que aparece de la nada, sueños que tiene Ethan) ya nos den la pauta en los primeros diez minutos de todo lo que va a ocurrir en el resto del film. La película no se distingue por un enfoque original en la dirección, cortesía del veterano Richard LaGravanese (responsable de PD: Te Amo, pero también guionista de Los Puentes de Madison). Sin embargo, tiene mucho mejor potencial como saga que la antes mencionada Twilight. Tanto la historia original como el guión (también a cargo de LaGravenese) crean un universo mitológico bastante más rico, donde las mujeres no son simples espectadoras de los eventos sobrenaturales, si no las que llevan las riendas -pese a la premisa- y el personaje de Lena es presentado como la caster más poderosa hasta ese momento, por lo que sus decisiones pueden cambiar no solamente el rumbo de su historia. Summit evidentemente está al tanto de este potencial e invirtió un mayor presupuesto en el elenco, donde además de Irons están Emma Thompson y Viola Davis, a la que -pese a sus nominaciones al Oscar- le siguen reservando papeles menos interesantes: en este caso la que explica todos los potenciales baches de la historia. Los tres "adultos", junto a Emmy Rossum (que interpreta Ridley Duchannes, la "chica mala" de la familia), están más que predispuestos a jugar con los giros referenciales y toques camp del guión que LaGravenese les reserva y que hacen que la primer hora del film mantenga un ritmo creciente. Lamentablemente, en la segunda mitad esto se desdibuja, gracias a la repetición de flashbacks filmados como reconstrucciones históricas baratas de especiales de cable, las explicaciones redundantes (que redundan) y los efectos por CGI (donde la empresa parece mantenerse reacia a desembolsar más dinero) reservados a las apariciones de Sarafine, que reducen considerablemente su factor de amenaza (aunque para ser justos, el guión deja bien claro desde un principio que el peligro mayor en definitiva es la protagonista, a la que su destino potencial la convierte en una bomba de tiempo -sí, como cualquier chica adolescente). La pareja principal tiene mucho más carisma que lo que dejaban entrever los trailers. Englert se desenvuelve bien en el lugar de protagonista y Enrenreich logra manejar el balance entre sentido del humor y dramatismo romántico adolescente de su personaje. Y esto último abunda, incluyendo referencias forzosas a escritores como Vonnegut y Bukowski para ser la prima cool de la familia Summit. Pero aún así, siguen siendo adolescentes más interesantes y verosímiles que los taciturnos acartonados de la saga Twilight. Al menos estos tienen sangre caliente.
Brujerías inocuas para adolescentes En Hollywood se desesperan por encontrarle reemplazo a las sagas literarias que se han adaptado al cine con cierto suceso comercial (el artístico nunca parece ser prioritario). Para tomar la posta de Crepúsculo, una berretada que en un par de años ni la adolescente más fanática recordará sin sentir un poquito de culpa, la productora Alcon Entertainment ha adquirido los derechos de la denominada The Caster Chronicles que consta de cuatro libros: Beautiful Creatures, Beautiful Darkness, Beautiful Chaos y Beautiful Redemption. En principio las novelas de Kami Garcia y Margaret Stohl presentan algunos puntos en común con Crepúsculo: una parejita central de aspecto juvenil que debe superar un montón de obstáculos para estar juntos; el concepto tradicional de pueblo chico, infierno grande; dos o más grupos antagónicos que llevan adelante la historia y hasta ahora no muchas más coincidencias. Porque Hermosas Criaturas, la primera novela, adopta una temática diferente a Crepúsculo: la brujería. Lo importante es observar cómo se desarrolla la misma y qué novedades nos tienen reservadas las autoras. No habiendo leído los libros sólo me queda expresar mis sensaciones con respecto al filme que cuenta con un director sólido y un guionista fantástico: ambas funciones a cargo de Richard LaGravenese (Pescador de Ilusiones, La Princesita, Los Puentes de Madison). Si este hombre se hubiese hecho cargo de algún título de la saga Crepúsculo… bah, no exageremos, ni un mago hubiese logrado el milagro de hacer una buena película con la soporífera obra de Stephenie Meyer. Después de todo Bill Condon, responsable de las penosas dos últimas partes de Twilight, también era un reputado guionista y correcto realizador y demás está decir que fracasó en el intento… Para ser absolutamente sincero Hermosas Criaturas no deslumbra ni es un producto memorable por motivos que ya voy a enumerar. Lo que sí tiene para ofrecer es talento y profesionalismo en la figura clave del adaptador, el mencionado LaGravenese, que sabe escribir diálogos con ingenio, frescura e inteligencia. Si algo no le falta a su trabajo es buen gusto y sentido del humor. Además hay otro acierto esencial para que nos creamos cuanto acontece en la pantalla: dos actores protagónicos que estén a la altura de lo que se espera de ellos. A diferencia de los anodinos Robert Pattinson y Kristen Stewart, la dupla compuesta por Alden Ehrenreich (que estuvo en la Argentina hace unos años filmando Tetro a las órdenes de Francis Coppola) y la neozelandesa Alice Englert (hija de la cineasta Jane Campion, la de La Lección de Piano) quizás no provoquen un revuelo hormonal entre el público teen pero aportan una química excelente e indudables condiciones actorales. En rigor ella pasa por quinceañera a duras penas (alcanzó los 18 el pasado año) y él, con 23 años cumplidos, definitivamente no lo parece. No obstante, la magia del cine permite que estos detalles ocupen un segundo plano a medida que nos vamos introduciendo en el relato. El reparto que se seleccionó para rodearlos tampoco es para despreciar: Jeremy Irons, Viola Davis, Margo Martindale, Emma Thompson y la sensual Emmy Rossum llevan a cabo sus roles con suma facilidad concediéndole a la producción una pátina de bienvenido prestigio actoral. El problema con esta primera entrega que firma LaGravenese hay que buscarlo por lo minimalista que resulta el guión. Sin haber leído la novela no puedo adjudicarle toda la culpa al director de Posdata, te amo pero está claro que el desarrollo de los personajes absorbe unos cuantos de los 124 minutos que dura el filme. Muy poco sucede que no pueda ser narrado inclusive en un episodio televisivo estándar. Afortunadamente tanto el personaje de Ethan Wate como el de su media naranja Lena Duchannes están maravillosamente escritos y aún mejor actuados lo cual compensa las limitaciones de la línea argumental. Que no es mala, insisto, sólo insuficiente para llenar más de dos horas de película. Un aspecto complementario que les da material para trabajar a los intérpretes es la ambientación sureña: la acción transcurre en Gatlin, un pueblito ficticio situado en el estado de Carolina del Sur, de activa participación en la Guerra de Secesión. Esta particularidad es de vital trascendencia histórica para sus habitantes que la celebran todos los años con una recreación bélica que enfrenta a las dos facciones que desangraron al país entre 1861 y 1865. De la trama se puede anticipar que gira en torno a la llegada a Gatlin de la joven Lena (Alice Englert), oveja descarriada de una familia tradicional del lugar entre cuyos fundadores se encuentra su abuelo. Habiendo sido expulsada de varias instituciones educativas la adolescente causa revuelo al ingresar al aula del colegio del pueblo donde conoce a Ethan (Alden Ehrenreich), un muchacho con inquietudes que sueña con marcharse a una ciudad grande ni bien se reciba. Jeremy Irons es Macon Ravenwood, el desamorado tío y tutor de Lena. El apellido Ravenwood es mala palabra para los pobladores de Gatlin: todo el mundo sabe que en esa familia la brujería es algo perfectamente normal… y temible al mismo tiempo. En verdad, como se encarga de aclarar la maléficamente bella Ridley Ravenwood (Emmy Rossum), el asunto es que al cumplir los 16 años cada integrante de la familia debe enrolarse para las fuerzas del Bien o del Mal. Los hombres pueden elegir a voluntad un bando pero las mujeres dependen de su naturaleza. Y Lena, que está cerca de ese fatídico día, desconoce para qué lado de la balanza se inclinará. En este momento crucial de su vida se encuentra la chica cuando se cruza con Ethan. En un comienzo son todas burlas pero detrás de esa pose rebelde y obstinada hay una vulnerabilidad que sólo Ethan percibe. De aquí al amor sólo puede haber un paso… y un millón de motivos para abandonarlo. En base a esta relación que va creciendo con una fuerza tremenda Hermosas Criaturas encuentra el tono adecuado para enganchar al espectador. Más que el argumento lo que seducen son los personajes y las complicaciones que deben enfrentar para sostener el vínculo amoroso. Cada uno evaluará si este esquema apenas salpimentado por unos pocos efectos especiales bien puestos alcanza para seguir de cerca una saga que inevitablemente deberá crecer y sofisticarse en los próximos capítulos. Como puntapié inicial no está nada mal…
Con el final de la saga Crepúsculo y el éxito de taquilla que fue la primera entrega de la trilogía de Los juegos del hambre, era sólo cuestión de tiempo que otros libros apuntados al público femenino adolescente llegaran a la pantalla grande. Por suerte, el primero en la lista de los estudios de Hollywood resultó ser Hermosas criaturas, que puede compartir espectadores con sus antecesoras, pero poco tiene del tono meloso de la primera o el pesimismo de la segunda. Romántico sin ser empalagoso, el film tiene un conflicto central que, a pesar de poner en juego las fuerzas del bien y el mal en el mundo, también consigue retratar las vicisitudes del primer amor y las dificultades de la adolescencia con una frescura, humor y ciertos toques de realismo que sorprenden, especialmente porque en el núcleo del relato hay una dinastía de hechiceros afincados en el sur de los Estados Unidos, más precisamente en el somnoliento pueblo de Gatlin, escenario ideal del gótico sureño que aquí se vuelve sugerente atmósfera gracias al trabajo del director Richard LaGravenese y, especialmente, el director de fotografía, Philippe Rousselot (El gran pez), que lo aprovechan para contar la historia de amor entre Ethan (Alden Ehrenreich) y Lena (Alice Englert). AMORES BRUJOS El muchacho lee sin parar (de Matadero cinco de Kurt Vonnnegutt a Trópico de Cáncer de Henry Miller) mientras pena la muerte reciente de su mamá y sueña con salir de su pueblo natal, en el que nada sucede nunca. Hasta que llega ella, la sobrina huérfana de Macon Ravenwood (Jeremy Irons), el hombre más poderoso del lugar en más de un sentido. Acusados de brujería y tan temidos como criticados por los fanáticos religiosos del pueblo, los familiares de Lena tienen mucho que ocultar, y ella también. Aunque no conviene revelar demasiado de la trama detrás de los secretos de la protagonista, el que conozca algo del género sabe que a pesar de los impedimentos del mundo de los humanos y el de los hechiceros el amor adolescente prevalecerá, al menos en principio. Pero Hermosas criaturas va algo más allá que el resto de las películas de su género, porque además de contar con un elenco secundario de lujo que incluye a Irons, una divertidamente desatada Emma Thompson y la siempre brillante Viola Davis, consigue presentar a un par de adolescentes interesantes, entretenidos y carismáticos más allá del derrotero de su romance a lo Romeo y Julieta con hechizos, confusas maldiciones y excéntricos familiares.
Una falsa heredera Malas nuevas para los sub-16 habitués de las salas cinematográficas. Justo cuando los gurises terminaron de digerir el desenlace de Crepúsculo, los popes del marketing empezaron a recortar la figura de la heredera de la saga sobre el horizonte hollywoodense. Eso sí, herencia limitada únicamente a los aspectos negativos. Porque Hermosas criaturas no tiene un ápice de la autoconciencia vislumbrada en algunos momentos de las últimas dos entregas de la historia del vampirito y la humana, sino más bien todo lo contrario. Se trata de un film conservador, aburrido, plúmbeo, confuso, extenso (dos horitas), narrado con desgano, pesadumbre y gravedad, basado en la primera entrega de una (otra) serie de best-sellers juveniles sobre chico y chica que se aman pero no pueden concretar por cuestiones genéticas irreversibles. Salvo que, tal como ocurría en las adaptaciones de los libros de la mormona Stephenie Meyer, uno de los integrantes de la pareja (ella, claro: no sea cosa que alguien entrevea un atisbo de progresismo en el sacrificio masculino) esté dispuesto a dejar todo por el otro. Nobleza obliga, hay que reconocer que el primer cuarto de hora del film de Richard LaGravenese, el mismo que supo guionar la imperecedera Los puentes de Madison, pero también Posdata, te amo y Agua para elefantes, promete. Allí se ve a un adolescente (Alden Ehrenreich, de quien se dice que Spielberg lo descubrió en el bar mitzvah de un amigo de su hija) apresado en un pueblo tan aislado que las películas llegan al cine cuando ya están en DVD, tal como grafica su voz en off en el mejor, y quizás único, chiste a lo largo de todo el metraje. En ese contexto marginal, la Iglesia es bastante más que un símbolo, ya que ejerce poder de policía, prohibiendo libros e incluso rigiendo los comportamientos de los lugareños más jóvenes. Tanto es así que la noviecita del protagonista es capaz de rezar en medio de una clase ante una alumna nueva proveniente de una familia maldita. Una buena idea ante ese panorama hubiera sido llevar el film para el lado de la comedia ácida y políticamente incorrecta. Al fin y al cabo, en ese ambiente escolar-religioso hay materia prima suficiente para un buen capítulo –o varios– de, por ejemplo, South Park. Pero cuando el protagonista se fije en la ominosa y lacónica víctima del bullying queda claro que Hermosas criaturas no hará uso de esa opción. Incluso podría decirse que hace exactamente lo contrario, ladeándose hacia un tono sepulcral para narrar las vicisitudes sentimentaloides de esta bruja adolescente que dentro de algunos meses, cuando sople las 16 velitas, recibirá un llamado para definir si se posiciona del lado de la Oscuridad o de la Luz. Mientras tanto, no puede enamorarse de un mortal, así que ajo y agua. Lo mismo para el espectador, que a estas alturas debería saber que Kami Garcia y Margaret Stohl escribieron cuatro libros más, uno de los cuales se llama Hermosa redención.
Hechizos adolescentes Esta nueva saga tiene un desarrollo más adulto, logrados efectos especiales y no es tan empalagosa como su antecesora “Crepúsculo” La industria del cine no deja de sorprender. Cuando parecía que los huérfanos del amor sobrenatural de la saga Crepúsculo deberían penar en el recuerdo de Bella Swan y Edward Cullen, asoma Hermosas criaturas, una fresca e interesante propuesta del director Richard LaGravenese, un experimentado guionista en el género amoroso. El filme gira en torno a Ethan Wate (Alden Ehrenreich), quien no es el típico galancete de tiras adolescentes: su mirada crítica de la vida, un humor ácido y un análisis láser de las situaciones lo ubica en un plano de antihéroe y maduro por su corta edad. La pérdida de su madre lo acercará inconscientemente a Lena Duchannes (Alice Englert), la “freak” del curso. Todos (obvio, menos Ethan) se burlarán de ella por su retraída personalidad, vestimenta, conducta. Y un descuido mágico de la joven la pondrá en la mira del pueblo. Ante el rechazo por sus supuestos poderes, aumenta la atracción de Ethan hacia ella. Es capaz de todo, está cegado por amor. Wate es un lector empedernido y aspirante a escritor (no por casualidad su tutela está a cargo de la bibliotecaria del pueblo); ella es presa en una particular mansión donde su interior muta. La misión de Ethan será liberarla de la opresión de su clan, una familia de casters (léase, brujos o magos del nuevo milenio). Lo que no sabe el muchacho es que el destino de su amada está sellado por un poderoso solsticio en el cual las fuerzas del Bien y del Mal pelearán para llevarla de su lado. Uno de los condimentos interesantes del filme es el huraño (aunque benévolo) Macon Ravenwood, el poderoso caster a cargo de Jeremy Irons. Su personaje es una cruza del Marqués de Sade y el Conde Drácula, que buscará alejar a Ethan de su amada. Otro personaje destacable es la dualidad de Sarafine y la Sra. Lincoln (Emma Thompson), como así también Ridley Duchannes (Emmy Rossum), la apetecible prima de Lena a bordo de un bólido rojo. El humor llega en cuentagotas, pero suma muchísimo: la broma acerca de Greenpeace y otra sobre Nancy Reagan desacartona a este filme de amor sobrenatural y guiños “crepusculares” (basado en una novela exitosa, elementos del más allá, atracción adolescente), aunque a diferencia del fenómeno literario de Stephenie Meyer, Hermosas criaturas tiene un desarrollo más adulto, logrados efectos especiales y no es tan meloso (y empalagoso) como su antecesor. Esto ayudaría a captar a un público diverso y dejar de lado la inocencia y predecibilidad con la que se desarrollan este tipo de películas para el público joven.
Un amor sobrenatural contado como se debe Al lado de todas las últimas películas de vampiros adolescentes que no muerden, y fantasías teenagers dispuestas como sagas, esta «Hermosas Criaturas» es «Cumbres Borrascosas». Más allá de que la comparación no es muy feliz, sobre todo porque al lado del fenómeno de «Crepúsculo» cualquier producto sale bien parado, lo cierto es que este romance sobrenatural es original por donde se lo mire, y su resolución es tan brillante en lo narrativo como deslumbrante en lo visual. Y en especial, algo que no es nada común, está excelentemente actuado, lo que no llamaría tanto la atención en una película donde actúan pesos pesados como Jeremy Irons y Emma Thompson, pero que sí sorprende por tener por protagonista a una chica prácticaemnte desconocida. Esta pequeña bruja, Alice Englert (hija de la directora Jane Campion) es todo un descubrimiento y es una de las principales razones por las que esta película funciona tan bien. Basada en un libro de Kami Garcia y Margaret Stohl, el argumento tiene de todo, incluyendo extraños conflictos familiares, profecías fatídicas imposibles de quebrar, momentos auténticamente terroríficos, sentido del humor y, sobre todo, una historia de amor profunda y emocionante. La acción transcurre en un pueblo sureño dominado por los fanáticos religiosos siempre preocupados por tratar de prohibir libros en las lecturas escolares, donde hasta «Matar un Ruiseñor» sigue sin estar aprobado del todo como material de estudios. En ese contexto, un chico dedicado a leer «Matadero 5» de Kurt Vonnegut sueña durante meses con una mujer misteriosa a la que quiere besar en medio de truenos y centellas, aun sabiendo que cuando la besa, muere. Y la chica finamente aparece en el pueblo, es la sobrina del misterioso descendiente de los fundadores del lugar, que vive recluido en su mansión, y al que nadie quiere, por sus supuestos tratos con poderes demoníacos. La chica tampoco es muy querida, e incluso es discriminada por ser miembro de esa familia poco cristiana, pero al chico no le importa mucho porque le hace conocer un escritor nuevo y probablemente prohibidísimo, Charles Bukowski. Además de sus audaces elecciones literarias, la chica realmente tiene poderes sobrenaturales, que aún no sabe utilizar del todo bien, pero que aparentemente son más fuertes que el de sus propios familiares. El asunto es que la chica está próxima a cumplir 16 años, y en ese momento, sin que ella tenga poder de elección, será reclamada por el lado oscuro o por el lado luminoso. Y en ese contexto, el descubrimiento del amor con un tipo común y corriente puede desatar el infierno, algo que ya ocurrió. La trama se va desatando de a poco, y está tan inteligentemente armada como para que el espectador tenga que ir descubriendo paso a paso, a medida que el director Richard LaGravenese le vaya queriendo mostrar, los detalles más ricos y originales, que incluyen varias escenas fantásticas de antología, así como perturbadoras alucinaciones y rituales paganos plasmados con descripciones realmente verosímiles. Hay imágenes de un vuelo imaginativo y de una solidez técnica notable a lo largo de todo el film, gentileza de la colaboración entre el realizador y uno de los directores de fotografía mas talentosos de las últimas décadas, Philippe Rousselot, responsable de la imagen de films de arte como «Therese», y de obras maestras tan masivas como «Charly y la fábrica de chocolate» de Tim Burton. Las actuaciones de todo el elenco son parte importante de esta historia de amor. Y aparte del trabajo memorable de Alice Englert, hay que avisarle a los fans de Jeremy Irons que por ningún motivo se vayan a perder el film. Irons brilla como nunca en el papel del tío hechicero, y desde la primera y formidable escena en que aparece, casi le roba la película a la bruja de su sobrina.
Un entramado muy misterioso Es una película para adolescentes en la que el amor y la brujería son dos de sus temas principales. Un hecho a destacar es el humor y algunos, pocos, atractivos personajes, como el doble papel que hace Emma Thompson. La novela original -"Beautiful creatures"- en que se basa la película, vendió cifras estremecedoras, desde que salió en los Estados Unidos. El norte era crear un éxito entre adolescentes como "Crepúsculo", el filme sobre los jóvenes vampiros. Aquí la historia pasa por un chico de pueblo, Ethan Wate (Alden Ehrenreich), que aburrido en su pequeño mundo de Carolina del Norte, conoce a la misteriosa Lena Duchannes (Alice Englert), miembro de una poderosa familia de la zona. A través de uno y otro encuentro en la escuela secundaria del pueblo, Ethan inicia una relación con la joven y se enamora. Ella le confiesa que es Caster, algo así como una Bruja. Le comenta que está al borde de cumplir dieciséis años, cuando las Casters, se enfrentan a la posibilidad de ser elegidas para formar parte de la luz o la oscuridad. Al escuchar esta confesión, Ethan se da cuenta que debe enfrentar una relación arriesgada. MALOS Y BUENOS "Hermosas criaturas" es una película para adolescentes en la que el amor y la brujería son dos de sus temas principales. El guión a cargo del mismo director Richard Lagravenese, carece de profundidad en el diseño de los personajes y en definir las características de la zona en la que viven. El resultado es que todo queda en un "limbo" light de efectos especiales. Un hecho a destacar es el humor y algunos, pocos, atractivos personajes, como el doble papel que hace Emma Thompson, cuyo lado bueno es Mrs. Lincoln y el lado malo es Serafine, una fanática religiosa que amarga al pueblo con sus sermones. Jeremy Irons hace de Macon Ravenwood, un tío brujo y Viola Davis, la misma de "Vidas cruzadas", es Amma, una especie de ama de llaves que esconde más de un secreto. UNA PAREJA El problema de la película que está bien realizada formalmente, es que su pareja adolescente protagónica no convence demasiado. Alice Englert (Lena Duchannes), hija en la realidad de la recordada directora de "La lección de piano", Jane Campion, tiene una personalidad artística interesante, pero su relación con un actor que carece en absoluto de carisma, Alden Ehrenreich (Ethan Wate), no resultan convincentes. En síntesis, el Sur estadounidense como telón de fondo -recordemos las cosas que se hicieron con la Guerra de Secesión y sus personajes en el mundo de Hollywood, empezando por "Lo que el viento se llevó"-, su historia, sus personajes relacionados con la magia y la brujería, condensan una gran riqueza que en este filme no se perciben. Más allá de que su historia guarda cierta semejanza con la saga de "Harry Potter".
Una nueva saga comienza En un principio fueron Romeo y Julieta, los adolescentes enamorados de Verona, cuyo amor no podía concretarse por las enemistades entre sus familias. Llegado el tercer milenio, el concepto de amor imposible se actualizó, y ya no se trata de simples mortales con conflictos parentales. Ahora la idea es concebir romances de seres sobrenaturales con vulgares humanos. La fórmula funciona, como lo probó la saga de "Crepúsculo", y ahora la repite, en otra versión, "Hermosas Criaturas". Por empezar, aquí el mortal es el muchacho, Ethan (Alden Eirenreich), quien se enamora de una compañera de escuela recién llegada al pueblo, Lena (Alice Englert), que es una bruja, aunque se denomina a sí misma (y a los suyos) “caster”, algo que no se explica demasiado, pero que vendría a ser la corrección política del mundo de la magia y los superpoderes. La trama de esta primera película (está basada en el primero de cuatro libros, así que probablemente resultarán cinco películas si la taquilla acompaña), gira en torno al decimosexto cumpleaños de Lena, cuando será reclamada por la luz, o la oscuridad, y los intereses familiares que hay alrededor de esa situación. Un condimento especial es el pueblo en el que viven, una pequeña comunidad del sur de Estados Unidos, pacata y muy religiosa. Allí celebran anualmente el aniversario de una batalla de la guerra de Secesión, y todos los habitantes sospechan, en realidad están seguros, de que la familia de Lena no es ordinaria. Eso le da un poco más de brillo a ciertos papeles secundarios, y toques de humor al global de la película. Es filme está bien realizado, y el valor principal son las actuaciones de Emma Thompson, la vecina que lidera la pacatería del pueblo, aunque en realidad esconde algo más, y de Jeremy Irons, el tío protector de Lena. Ellos aportan la cuota de calidad, en una decisión muy acertada por parte de sus productores, que así la diferencian de otras películas, que parecen realizadas sólo como objetos de marketing. Al margen de lo fantástico del género, Irons y Thompson creen en lo que están haciendo, actúan mostrando que saben hacerlo, y logran así que el espectador también participe desde un lugar más crédulo, que se deje llevar un poco. La historia funciona, las actuaciones son creíbles, no hay tanto rodeo sobre los mismos tópicos como en "Crepúsculo". Aceptable para el público general, y los adolescentes, de parabienes con una nueva saga por seguir.
Hay desesperación por encontrar un sucesor de los fenómenos de Harry Potter y Crepúsculo. A Hollywood se le va notando de a poco esa necesidad de hallar una franquicia multimillonaria que lleve adolescentes a mansalva a las salas de cine. Dejando de lado la primera entrega de Los juegos del hambre (con segunda peli a estrenarse a fin de año), en los próximos meses llegarán Cazadores de sombras, Warm Bodies (con el ridículo titulo local de Mi novio es un zombie) y otras historias de amor juvenil regado de hormonas en ebullición y con fenómenos sobrenaturales de telón de fondo. En Hermosas criaturas tomamos el romance de la historia de vampiros y los brujos del ex niño mago para una combinación que puede llegar a exasperar al público adulto pero que ya se ha ganado, en principio, a buena parte de la platea femenina adolescente. Aquí, a diferencia de otros relatos, el “normal” es el muchacho en cuestión: Ethan Wate acaba de perder a su madre en un accidente, sueña con ser escritor y marcharse del pequeño pueblo que lo vio nacer. Todo cambiará, de manera literal, cuando llegue a su vida Lena Duchannes, la sobrina de un misterioso hombre heredero de los padres fundadores del poblado de Gatlin. La atracción dará paso al amor, un amor que viene de generaciones pasadas y unido a una terrible maldición que ellos irán descubriendo con el paso de los días a medida que se acerca el cumpleaños dieciséis de Lena. Esa noche, cuando sume un año más a su vida, las fuerzas de la luz y de la oscuridad de debatirán por ver cual de las dos reclamará el poder de la joven. Hay un dato clave: Lena no es una adolescente más, es una Caster, una de las brujas más poderosas sobre la faz de la Tierra. Pieza a pieza se va conformando un rompecabezas que hará que las seguidoras de la versión literaria de esta saga de amor fantástico se vean atrapadas por sus trasposiciones al cine durante algunos años. A pesar de ello, los realizadores decidieron no descansar sobre los laureles de un best-seller y depositaron su confianza en grandes actores para roles secundarios que apuntalan a la joven pareja. Por allí aparecen Jeremy Irons, Emma Thompson (villana desaforada que confirma su increíble talento aún en las películas que menos material tienen para hacerla lucir), Emmy Rossum (sensual y divertida contrafigura de la heroína) y la siempre correcta Viola Davis. Buena decisión.
En estos días donde las productoras de Hollywood están desesperadas por hace dinero, cualquier libro que se publique y esté dirigido a un público de adolescentes superficiales y conformistas es una buena excusa para facturar. Los resultados artísticos no interesan demasiado. En este caso nos encontramos ante una saga no editada en nuestro país titulada “Caster Chronicles” de Kami García y Margareth Stolh. Los libros se titulan “Beautiful Creatures”, “Beautiful Darkness”, “Beautiful Chaos” y “Beautiful Redemption”. En Estados Unidos las seguidoras de esta serie, que son en su gran mayoría mujeres, quedaron indignadas con esta adaptación cinematográfica que aparentemente arruinó la historia. No lo sé, tal vez, las obras literarias sean mejores que la película, aunque de movida los títulos de los libros no se destacan precisamente por su creatividad. Para ir al grano, esto es peor que Crepúsculo. En la historia de los vampiros por lo menos te reías con los elementos cutres que tenían la trama y los personajes. Hermosas criaturas es un bodrio plagado de lugares comunes que nunca logra generar interés con la trama que propone ni con sus personajes. Es muy difícil sostener una propuesta de este tipo con una heroína que es un cero a la izquierda durante todo el conflicto y un protagonista masculino que reacciona como una loca histérica cada vez que se pone nervioso. El personaje de Ethan Wate parece más el amigo gay de la protagonista que su pareja sentimental. En otras palabras, es absolutamente imposible de comprar que este muchacho pudiera tener una relación sentimental con la bruja adolescente. Por qué motivos una chica que tiene poderes especiales y un alto grado de percepción podría sentirse atraída por semejante idiota que vive desmayándose ante cualquier peligro es un misterio cinematográfico sin resolución. Lo interesante es que más allá del guión esto también se refleja en la química de los dos protagonistas que es inexistente y además no están al mismo nivel. Alice Englert es una buena actriz que lleva su rol con mucha decencia y convicción a diferencia de Alden Ehrenrich que no puede actuar. Otra sorpresa de este film es que los actores veteranos también están horribles. Jeremy Irons tiene varias películas malísimas en su carrera como Dungeons & Dragons y no es la primera vez que se lo ve en una producción mediocre, pero sí sorprende el caso de Emma Thompson. Si nos ponemos a hilar fino en su filmografía este creo que es por lejos el peor papel de su carrera. Acá brinda una interpretación exageradamente sobreactuada en donde nunca queda claro si encaró su personaje de villana en joda o le salió así porque no supo como componerlo. Es muy raro ver a una actriz de su talento haciendo papeles del cine clase B. Por otra parte la propuesta de fantasía que presenta Hermosas criaturas es completamente aburrida y nunca se llega a explorar demasiado el mundo de las brujas de este relato. La protagonista más allá de pasarse horas leyendo libros en su entrenamiento como hechicera nunca hace nada interesante y tampoco se ve envuelta en una aventura que logre generar interés. El director Richard Lagravenese presenta un trabajo muy correcto desde la realización (en ese sentido sí es superior a los filmes de Crepúsculo) pero es el guión mediocre el que tira abajo esta producción. No puedo dejar de destacar que el espíritu de Charles Bukowski se debe estar revolviendo en la tumba al saber que sus obras fueron mencionadas en esta película. El mal karma del viejo Chinaski sin duda se cobró una deuda con la existencia de este film. Si a alguien le interesa descubrir una buena saga de fantasía prueben con la trilogía de Maite Carranza, “La guerra de las brujas” (editada en nuestro país) que es una gran autora que escribe argumentos para lectores con neuronas y no subestima al público adolescente. Hermosas criaturas es otro bodrio para el olvido.
El mayor sacrificio por amor Fuente de inspiración y triturador de prejuicios, a veces, el cine norteamericano. Una muestra más es Hermosas criaturas, típica película de la industria para jóvenes proclives a los picos emocionales que combina romance, brujerías y literatura. Y que, además, viene precedida por el prestigio de su autor y director, Richard LaGravenese, que fue nominado a un Oscar por el guion de Pescador de ilusiones (aquel filme de 1991 con Jeff Bridges y Robin Williams). La historia está ambientada en un pequeño pueblo del sur de Norteamérica, de esos en los que muchos chicos y chicas no quieren envejecer. Allí se está moldeando la personalidad de Ethan, un muchacho al que no le cuadra la ideología general de su pequeña comunidad, y desea escapar de ahí para estudiar en la universidad y convertirse en escritor. Tal vez por eso Ethan sea el único que se engancha con la personalidad de Lena Duchannes, una pálida chica de la que todos hablan por lo bajo, que un día se aparece como nueva alumna del secundario con un libro de Charles Bukowski bajo el brazo. Ethan se acerca a Lena y descubre a su primer amor, pero también a una bruja, que junto a su familia espera el momento en el que se convertirá en mujer y se volcará definitivamente hacia el bien o hacia el mal, según el destino o el azar de la comunidad de las brujas lo decida. Pero esa no es la única piedra en el zapato de la pareja. También aparecerán dos hechiceras del lado oscuro para sembrar la duda en Lena, por la supuesta imposibilidad de mantener una relación con un simple mortal, y tratan de transformar el sufrimiento en ira. Fluidez, suspenso y sorpresa, buenos efectos especiales, diálogos cargados de humor, banalidad y profundidad en buen balance, y actuaciones de primer nivel, hacen de esta propuesta algo interesante y distinto para el público juvenil, y también para algún otro espectador que quiera sumarse. La Gravanese, el director y guionista del filme, es el mismo hombre que hace algunos años adaptó el libreto de una película romántica de culto, Los puentes de Madison, como así también fue el creador de los textos de películas como Pescador de ilusiones (Terry Gilliam), El señor de los caballos (Robert Redford), o El espejo tiene dos caras (Barbra Streisand).
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Me enamoré de una bruja En la tranquila población de Gatlin pocas cosas encuentra el joven Ethan para entusiasmarse. Mientras espera el momento de entrar a la universidad para alejarse del pueblito, conoce a Lena, una enigmática muchacha que lo cautiva pero que esconde más de un secreto. Desde hace ya bastante tiempo Hollywood padece una sequía alarmante de ideas originales para sus películas; es por eso que se precipita con avidez sobre nuevas versiones de viejos filmes, adaptaciones de productos de filmografías extranjeras, series televisivas capaces de despertar la nostalgia y, sobre todo, sobre éxitos editoriales con buena aceptación entre el público juvenil. Y si la historia en cuestión pertenece a una saga de varios volúmenes, el filón resulta irresistible. Por eso, los productores de este filme se lanzaron a la realización de esta versión de la primera de cuatro novelas de las autoras Kami García y Margaret Stohl que, desde su edición a fines de la década pasada, ha mostrado excelentes cifras de venta y de aceptación entre los adolescentes. Emparentada por este motivo con la recién concluida saga de "Crepúsculo" y con la hasta ahora muy exitosa serie de "Los juegos del hambre", este filme abre lo que será sin dudas al menos una trilogía sobre amores complejos entre jovencitos humanos y brujas (perdón, "casters") inmortales, adornado con reflexiones más o menos profundas sobre el bien y el mal, la luz y la oscuridad y otras antinomias. Si bien el esquema luce archiconocido, es cierto que el tratamiento cinematográfico es más que aceptable; la pareja de protagonistas salva sin problemas sus roles y resulta bien apuntalada por los adultos que completan el elenco (algo acartonado Jeremy Irons, siempre excelente Viola Davis y simpáticamente zafada Emma Thompson). La fotografía es excelente, los efectos especiales convencen y el ritmo narrativo está bien administrado, con algunos toques de humor que no van a quedar en la historia del cine pero que ayudan a distender el clima. Por lo demás, esta historia de amores imposibles que la literatura dramática ha transitado desde "Romeo y Julieta" hasta "Pobre diabla" (pregúntenle a alguien de más de 45 años si no conocen este último título) no encuentra en esta exposición matices particularmente novedosos. Las posteriores entregas de la saga dirán si fue o no un acierto comercial; este primer capítulo muestra buena factura y pocas novedades, pero eso poco tiene que ver con el éxito en las boleterías, que es lo que realmente les importa a los productores.
Buscando el crepúsculo no llegaré lejos Está claro que la adaptación de la saga literaria que arranca con Hermosas criaturas es una nueva búsqueda de Hollywood por conseguir otra franquicia rentable al nivel de Crepúsculo: hay un romance trunco por cuestiones fantásticas y de diferencia de “razas”, con brujas en vez de vampiros y hombres lobos, y una historia que promete extenderse en el tiempo y capturar a una generación con su espíritu romántico y leve. Salvo por Los juegos del hambre, no parece haber en el panorama inmediato un negocio a ese nivel. Una cosa llama la atención: cómo el mercado presiona para que algo se convierta en un fenómeno porque, convengamos, quién sabía por estas tierras y hasta la aparición de este film de la popularidad de la saga literaria de Kami García y Margaret Stohl. Pero estas obras intentan gestarse como fenómenos masivos antes que como películas, y poco importan las críticas negativas que puedan conseguir. El público está porque, de alguna forma, ese público ha sido domesticado para comerse el sapo de la autoimportancia con el que estos productos llegan a los cines. Y Hermosas criaturas está entre nosotros con ínfulas de tanque, aunque menor. Pero así como señalamos lo negativo de este tipo de propuestas, hay que decir que se observa en Hermosas criaturas cierta autoconciencia por más que el habitual guionista Richard LaGravenese no esté dotado especialmente para el humor y lo lúdico. Hermosas criaturas se sabe heredera de Crepúsculo y, también, que Crepúsculo fue un éxito impensado e imposible hoy: sus ideas de romanticismo, sexo y género atrasaban un siglo. Es por ese motivo que como hermana menor intenta impactar igual, pero tratando de modificar el trazo allí donde la otra fallaba. Es por este motivo que el romance del joven Ethan y la caster Lena (las caster son como brujas modernas) intente ser mucho más terrenal que aquel bobalicón de los vampiros anémicos, a la vez que el nudo central apunte a desarticular los mecanismos de la sociedad conservadora en un pueblo del interior de los Estados Unidos donde la Iglesia mantiene su fuerte influencia y la Guerra de Secesión es aún recordada en su iconografía. Curiosidad al margen: en 2012 Lincoln y ParaNorman también retrataron, a su manera, ese período de la historia norteamericana. Esta mirada un poco más “moderna” (siempre en comparación con Crepúsculo, se entiende: en comparación con Crepúsculo mi abuela de 87 años es moderna) indica que si los jóvenes protagonistas tienen sexo no importe demasiado: es verdad que no se ve, pero tampoco se sugiere que no exista o haya que esperar por algún designio de la naturaleza para tenerlo. Otro detalle interesante es que la pareja parece ser más vívida y menos afectada, y de hecho el protagonista masculino transita una cuerda de antihéroe adolescente torpe en la línea El aprendiz de brujo o Percy Jackson y los dioses del Olimpo. Y, por último -y de ahí que no entienda a parte de la crítica local que parece haber comentado el film en piloto automático- el film se permite un humor bastante zumbón sobre la vida en los pueblos y la torpeza de los discursos reaccionarios, alejándose bastante de los vampiros aquellos: en ese sentido, Emma Thompson se divierte de lo lindo con algunas líneas de diálogo como aquella en la que le desea lo peor a “los homosexuales, a los de Greenpeace” y cosas por el estilo, y hasta hay un gran chiste en el que se dice que a los únicos que los brujos le tenían miedo era a Nancy Reagan. Si en definitiva Hermosas criaturas no es una película mejor, es porque más allá de ciertas transgresiones no se anima a abandonar del todo ideas anticuadas sobre el amor y la necesidad de un otro para completarse (aunque seguramente eso estaría en el material original), porque no se entiende muy bien la relación entre la historia del país y lo que se cuenta en el presente, porque técnicamente es una película bastante pobre, con secuencias de acción muy mal elaboradas, porque LaGravenese demuestra que es un guionista/director que confía mucho en el poder de la palabra pero poco en el de la imagen, y porque los elementos fantásticos están manejados, a veces, con un nivel de arbitrariedad que impiden, aún dentro de la lógica de este tipo de relatos, creer el verosímil que se nos plantea. A juzgar por los resultados en taquilla es muy probable que Hermosas criaturas siga el camino de La brújula dorada; tampoco es que nos vayamos a preocupar demasiado pero con un director más apto y conocedor del género fantástico de seguro esta saga podría ser mucho más atractiva.
El amor brujo Debo confesar que esta nota esta impregnada por la primera sensación que me produjo el filme, me sorprendió. Intento adentrarme en las películas sabiendo lo menos posible de las mismas, pero antes de comenzar la función un critico amigo me dijo: “….Mirá, que es la primera de una saga tipo Crepúsculo”. Eso hizo que me mal predispusiera a verla. Pero no, la historia transcurre en un pequeño pueblo, donde nunca pasa nada, y lo poco que pasa esta regido, controlado, supervisado, por la Iglesia, pero luego de transcurrido unos minutos vemos que el espacio físico más importante es la biblioteca. Este hecho, que no es aislado, estará propulsando la construcción de los protagonistas y a los personajes secundarios, de soporte y los laterales. La historia narra la relación casi imposible, tipo Romeo y Julieta, entre dos jóvenes, uno, un NYC (nacido y criado en el lugar), hijo de una familia influyente, el otro, una joven que llega para vivir con su tío, el hombre rico del pueblo, sobre el que se cierne una maldición sabida por todo el pueblo y negada por la familia. En ese típico pueblo sureño, donde la historia paso por el costado pero que no quedo inerme a los cambios tecnológicos, las salas de cine casi en desuso, pues los filmes llegan primero en DVD e Internet, es la forma de comunicación cotidiana hasta entre los habitantes del lugar. Pero Ethan Wate (Alden Ehrenreich) no es el adolescente pueblerino común, corriente y adaptado, fantasea con aventarse de su aburrida y monótona vida, donde todo es previsible y estipulado, hasta que conoce a Lena Duchannes (Alice Englert). La atracción es instantánea, mutua, acelerada, ella es concretamente la chica de sus sueños. Son tal para cual. El primer detalle de identificación entre ellos es que ambos son amantes de la lectura, de ahí su concurrencia a la biblioteca. Tampoco es casual los libros que leen, “Matadero 5” de Kurt Vonnegut, cuyos protagonista son niños inmersos en al segunda guerra mundial. Él quiere ser escritor, ella por su parte lee y le recomienda “Trópico de Cáncer” de Henry Millar, cuyo protagonista es un escritor que apenas puede sobrevivir. Este es uno de los pequeños grandes hallazgos del filme, ambas novelas tiene en coincidencia que fueron publicadas en los Estados Unidos en los años 60, la de Miller escrita en la década del 30, y luego de publicada fue prohibida por obscena, época de grandes cambios y tragedias en los Estados Unidos, recordemos el asesinato de Martín Luther King, sobre todo en ese sur discriminador, xenófobo, racista, que todavía sigue pagando las consecuencias. Hasta se podría hacer un paralelo entre este amor prohibido y aquellos que fueron castigados por concretarlos en ese momento y lugar. Volviendo a la película, él es un humano común y corriente y ella enseguida le confiesa ser una casper, no le agrada el término bruja, esa es la maldición que cae sobre su familia, pero aclara hay brujas buenas y brujas malas. Lena esta por cumplir 16 años, es el momento donde las fuerzas del bien y del mal se disputaran a la joven para llevarla para sus huestes, pero no sólo por eso, esto es así, la edad de los personajes esta estipulada para que sean verosímiles a sus actos y sus proyectos. Él tiene la misma edad, ambos concurren a la misma escuela y transitan por el último año, es el momento elegir una universidad para continuar los estudios. Él desea irse lo más lejos posible, secundado por su mejor amigo, hasta que la conoce a Lena. Claro, ahí cambian sus prioridades. El segundo punto, y no menos importante para que estos personajes, es que se proyecten uno sobre otro, es que ambos son huérfanos recientes. La gran diferencia con su paupérrima antecesora saga, la impresentable antes nombrada de “Crepúsculo”, es que si bien es un relato romántico, y hasta previsible, no es edulcorado, y a pesar que el tema principal es ese amor imposible, no desdeña entrar a jugar los conflictos internos de los personajes enfrentados a los cambios de ídolos, a la separación de ese mundo adulto protector, y al mismo tiempo enfrentados a un primer amor, ese que parece ser para toda la vida y que nunca se olvida. Circundando y apoyando a la pareja protagónica aparecen los otros personajes muy bien construidos y desarrollados, con pocos elementos, dado que están interpretados por grandes actores y parece que el director supo usar los recursos histriónicos de los mismos en pos de una economía discursiva, con unos pocos gestos esta todo aclarado. En primer lugar aparece el tío de Lena, Macon Ravenwood (Jeremy Irons), toda una versión humana de Shrek vestido con ropa vampiresas, quien no puede aceptar esa relación, cuyo detalle más significativo es que todo lo que sabe, lo sabe por Google, el buscador más usado de internet. Esa contraposición entre los jóvenes y los adultos de hoy, esos cambios de costumbre de apoyarse en la palabra, a dejarse llevar por las imágenes, léase, internet, TV, cine, etc. Por su parte, luego de la muerte de su madre, Ethan va a vivir a casa de su tía, la Sra. Lincoln (Emma Thompson), significativo apellido para un personaje discriminador, secundados por otros grandes actores como Viola Davies, la bibliotecaria, el ascendente Thomas Mann como el amigo de Ethan, o Emmy Rosum en el papel de la prima bruja de Lena. La otra gran diferencia es que este es un texto más inteligente, más adulto, con guiños y toques de humor que lo instalan por momentos como burlándose del mismo género al que adscribe. En cuanto a los rubros técnicos se destaca la dirección de fotografía a cargo de Philipe Rouselot, el mismo de “Charlie y la Fabrica de Chocolate” (2005), con una estética que hace resaltar los elementos más comunes del cine “gore”, el diseño de vestuario y la banda de sonido que dan otro tipo de sostén a la producción general. Tal fue la sorpresa que me lleve que al finalizar me sorprendí a mi mismo deseando ver la segunda parte.
El crepúsculo de las brujas A través de los mismos elementos que caracterizaron a la popular saga juvenil de "Twilight", llega ahora esta película de romance entre una bruja adolescente y un chico mortal. Una historia llena de lugares comunes que se agota muy rápidamente gracias a las numerosas impericias a la hora de armar el relato o a la exagerada superficialidad de la trama. Si bien esta película tiene el encanto de jugar con la brujería, la religión o las profecías, mucho del universo que construye queda a la mitad o termina siendo desaprovechado. El poder de las brujas nunca llega a ser comprendido completamente y la importancia de su división entre el lado bueno o malo del poder resulta muy débil. Los buenos viven aislados de la sociedad sin realizar ningún acto de bondad, mientras los malos, a excepción de algunos breves momentos, siempre parecen estar contenidos. Es decir, es poco creíble la supuesta falta de control en su destino, cuando todos parecen controlarse bastante bien. Por otro lado, la trama se construye de una manera demasiado pasiva e inactiva. Desde un comienzo se sabe que en el cumpleaños 16 de la bruja se va a conocer su destino por lo cual solo hay que aguardar hasta que tal momento llegue. Supuestamente la trama debe atraer por las instancias que la acompañan hasta su desenlace, pero muy rápido se constituye definitivamente la pareja entre los protagonistas haciendo que las múltiples escenas románticas esperando por el desenlace no narren nada de fondo. Las brujas antagónicas hacen poco y nada como para tener algo de influencia en el relato y el otro personaje importante, el tío, continuamente trata de evitar el romance pero su nula autoridad hacen que sus acciones o intentos no sean tomados en serio. Por lo tanto, el desarrollo de la película es absolutamente desechable. Sin embargo, algo que hace dentro de todo a la trama algo atractivo es la idealización del amor que los protagonistas interpretan en sus continuas escenas juntos. Esa idea de que estaban destinados a estar juntos, le da al relato un importante peso dramático. Sin embargo, la falta de una historia coherente perjudica muy notoriamente al romance. Me refiero al hecho de que no se entiende que las brujas malas intenten matar a su novio cuando la protagonista esta maldecida con convertirse al lado oscuro y cuya única forma de romper ese maleficio es con la muerte de un ser querido. "Hermosas criaturas" termina siendo una película de emociones desbordadas, acciones que no convencen y un universo al cual le faltaron muchos ajustes.
Esta es una nueva saga de dos adolescentes que entre hechizos, maldiciones, secretos y obstáculos, intentarán que triunfe el amor. Muchas historias en el cine apuntan al público adolescente, ya paso con: “Harry Potter y la piedra filosofal” (2001); “Crepúsculo” (2008); y todas estas se fueron transformando en saga. Con un atractivo muy especial, entre magia, fantasía y suspenso, esta es otra de las historias juega el romance entre humanos, vampiros y hombres lobo; están tuvieron un éxito rotundo y llegaron a su fin. Han dejado un espacio vacío, pero no por mucho tiempo porque ahora llega esta saga que es una adaptación del primer título de una serie de cinco novelas tituladas "Hermosas Criaturas" y escritas por Kami García y Margaret Stohl, ( Esta contiene cierta similitud a Crepúsculo); está dirigida por Richard LaGravenese ("Paris, je t'aime"; "El espejo tiene dos caras") los protagonistas: Alden Ehrenreich ("Lazos Perversos"; "Tetro") y Alice Englert ("Ginger & Rosa") y los actores secundarios: Emma Thompson, Jeremy Irons, Viola Davis, entre otros. Lo que se muestra en esta historia son personas sencillas en un pueblo del sur, un adolescente Ethan Wate (Alden Ehrenreich) que necesita nuevas aventuras y salir un poco de la rutina, hasta que a clase llega una compañera nueva Lena (Alice Englert), (amor a primera vista y tiene algunas cosas en común), es una bruja buena, pero no sabemos por cuánto tiempo lo será, es misteriosa, tiene algo escrito en su mano y luego conocemos que cuando cumpla 16 años su vida sufrirá ciertos cambios, ¿será suficiente el amor de Ethan? ¿Qué puede pasar con estos dos jóvenes? ¿Él está dispuesto a sacrificarse por amor? Y hay secretos. Varios interrogantes, intriga, fantasía, secretos y suspenso se van armando a lo largo de su relato, los efectos especiales están muy bien hechos, rodado en lugares rodeados de naturaleza, un humor ácido, con escenas contiene un toque gótico, pasa por la guerra civil y una lucha contra reloj. Entretiene del principio al fin, es una historia solida con una excelente fotografía, a pesar que la pareja protagonista aun no logra una buena química, es agradable y veremos como se resuelve esto en la próxima entrega. Hay un juego muy especial con personajes como: Jeremy Irons (Macon Ravenwood), Emma Thompson (Sra. Lincoln / Duchannes Serafine), Viola Davis (Amma Tredeau), Emmy Rossum (Ridley Duchannes), Deutch Zoey (Emily Asher ), Thomas Mann ('Link' Wesley Lincoln), Tiffany Boone (Savannah Snow), Eileen Atkins (Gramma Emmaline Duchannes), Margo Martindale (Tía Delfina), Pruitt Taylor Vince (Sr. Lee), Randy Redd (Reverendo Stephens), Robin Skye (la señora Hester), Rachel Brosnahan (Genevieve Duchannes). Las actuaciones se encuentran a la altura de las circunstancias.
Hermosas criaturas es sólo para los muy jóvenes que están dando los primeros pasos en este género o los muy fanáticos. La historia no está bien construida, ya que tal como dice el refrán: el que mucho abarca poco aprieta. Acá se mezclaron muchas cosas pero ninguna es lo suficientemente fuerte como para apasionar al espectador. La pareja protagonista tiene casi nada
A Richard LaGravanese lo conocemos más por sus guiones agridulces de Los puentes de Madison y El señor de los caballos que por su trabajo como realizador. Su característica central es la búsqueda de un equilibrio: no hay grandes villanos ni grandes héroes, sino que todo se mantiene en una especie de medio tono que reparte amabilidad a todos los personajes. Hermosas... es la historia de una joven bruja que llega a un asfixiante y ultra tradicionalista pueblo del Sur de los Estados Unidos y se enamora del “chico raro” y lector. Pero ella está a punto de cumplir 16 años, momento en el que sus poderes se volverán oscuros o luminosos. El problema central del film es que intenta mantener el tono de romance adolescente, de parodia -en cierto modo bastante evidente- de la saga Crepúsculo y de superioridad intelectual sin dejar de lado el espectáculo. Y el que mucho abarca, poco aprieta. Hay algunos aciertos -las escenas de Emma Thompson, por ejemplo- y un bello diseño de producción. Pero el romance -su emoción, más bien- se queda a mitad de camino.
¿Desperatará el interés del público joven? Hermosas criaturas es la adaptación del primero de cuatro libros escritos por Kami García y Margaret Stohl. Los otros tres se titulan Hermosa oscuridad, Hermoso caos y Hermosa redención . Los cuatro textos fueron identificados por los autores como "Saga de las dieciséis lunas". La historia se desarrolla en Gatlin, un pueblo de Carolina del Sur detenido en el tiempo, con doce iglesias y una sola biblioteca pública, donde hay libros prohibidos y reina el oscurantismo. Fue fundado por los antepasados de Macon Ravenwood (Irons), un anciano enigmático que posee una traza que recuerda al Conde Drácula. Según Macon, los habitantes de Gatlin se dividen en dos categorías: los "atascados" y los "tontos" que no se atreven a abandonar el pueblo. Uno que está harto de la monotonía pueblerina y sueña radicarse en Nueva York es Ethan Wate (Ehrenreich). Es huérfano, tiene diecisiete años, cursa el último año del secundario y es un apasionado lector de Matadero cinco , de Kurt Vonnegutt. Sufre una recurrente pesadilla nocturna en la que ve a una joven que lo espera en un campo de batalla de la Guerra de Secesión, pero un hechizo le impide acercarse a ella. Cabe acotar que en cercanías de Gatlin ocurrió, el 21 de diciembre de 1863, la batalla de Honey Hill. La vida de Ethan sufre un quiebre cuando en Gatlin aparece Lena Duchannes, una huérfana de quince años, sobrina de Macon, que se aloja en su residencia. Pero apenas arribada, comienzan a ocurrir hechos extraños. Ethan se enamora de Lena y aquí comienzan los problemas. Según su versión, ella pertenece a una antigua dinastía de brujos afincados en el sur de Estados Unidos, que se autodenominan "caster", están dotados de poderes sobrenaturales e impedidos de casarse con humanos "mortales". El 21 de diciembre Lena cumplirá dieciseis años, la edad en que accede a la condición de "mujer" y se define su estatus de "bruja buena" capaz de abrirse a la "luz", o de "bruja mala", que se mueve en la "oscuridad", donde no existe el amor. La incógnita forma parte de la intriga. Otros personajes claves son Amma (Davis), quien trabaja como bibliotecaria; la señora Lincoln (Thompson), quien también puede convertirse en Sarafina; y Ridley (Emmy Rossum), la exuberante prima de Lena, de la que se puede presumir que es una "bruja mala". Hermosas criaturas llega para ocupar el sitio en el imaginario fílmico que dejó vacante la saga Crepúsculo , en la que una "humana" se enamoraba de un joven vampiro. En este caso ocurre al revés: un humano se enamora de una bruja. La opresiva lógica del pragmatismo y la cultura "tecno" encontraron, como ocurría en aquella saga, una vía para justificar la celebración de lo sobrenatural y la aventura romántica. Hermosas criaturas pretende repetir esa variable, pero por los resultados obtenidos hasta ahora, no ha despertado el mismo interés en el público joven. Posee una muy buena factura técnica, pero la historia es irrelevante, reiterativa y con un escaso crecimiento dramático. Además, la telaraña de maldiciones y fuerzas oscuras que reinan en el seno de la dinastía Revenwood complican en exceso la historia primaria protagonizada por los dos adolescentes.
Desde que termino la saga de “Crepúsculo” y antes la de “Harry Potter” todos quieren ese lugar de privilegio de un público cautivo para hacer grandes negocios. Aquí, el amor adolescente cruza a un chico de nuestro mundo con una chica con poderes, que pertenece a una familia de brujos sofisticados y temibles. Show de efectos, el lujo de Jeremy Irons y Emma Thompson, pero lo que vale es la química de Alden Ehrenreich (Tetro) y Alice Englert. No está mal.
Tediosas criaturas Justo cuando uno creía que la saga Crepúsculo representaba a lo más bajo del cine adolescente, aparece una basura como "Hermosas Criaturas". Es tan, pero tan mala que me hizo extrañar con todo mi amor a Bella, Edward y Jacob. Es tan, pero tan mala que me daba vergüenza ajena estar en ese momento en la sala y daba gracias a Dios de que sólo éramos 5 personas presentes sufriendo con esta nueva saga teen. ¿Por dónde empezar?... Bueno, primero que todo no entiendo sinceramente que hacían ahí algunas figuras como Viola Davis, Jeremy Irons y Emma Thompson. Los dos últimos han ganado Oscars por sus actuaciones y en el caso de Thompson, también por participar del guión de "Sensatez y Sentimiento". Davis fue nominada en 2009 por "La Duda" y en 2012 por "Historias Cruzadas". Les pegó el viejazo y están pasando por una crisis profesional o tienen agentes muy estúpidos que les aconsejaron no quedarse fuera de la "nueva" Crepúsculo (ni cerca está de serlo). De cualquier manera les tienen que haber puesto mucho dinero, sino no se entiende como aceptaron trabajar en una historia tan superficial y mal contada. Los protagonistas son el agua y el aceite. Alice Englert (Lena Duchaness) le aporta un poco de naturalidad, carisma y misterio a su rol, mientras que Alden Ehrenreich (Ethan Wade) directamente se dedica a irritar a todos los espectadores con su pésima actuación y un risita que da ganas de trompear la pantalla. Los que asistan a verla se darán cuenta de qué estoy hablando. No tienen química y son menos creíbles que Robert Patinson y Kristen Stewart antes de ser novios en la vida real. La trama de base no era tan mala, una joven bruja llamada Lena (Englert) se muda a un pueblito en el sur estadounidense para recluirse y esperar por su cumpleaños número 16, momento en el que las fuerzas oscuras la reclamarán para formar parte de sus líneas. Su tío Macon (Irons) cree que su verdadera naturaleza es permanecer en el equipo del bien y que su poder innato la llevará a romper un vieja maldición y podrá decidir su propio destino. El problema fue la manera tan torpe y desvergonzada que utilizó Richard LaGravenese para narrar la historia. Ediciones mal hechas, momentos realmente empalagosos, de esos en los que uno siente caer un balde de almíbar directamente en la traquea, personajes caricaturizados que no aportan absolutamente nada a la historia, como por ejemplo la ex novia del protagonista a la que le dieron hasta un poster individual de promoción! Inentendible. LaGravenese dirigió "Posdata Te Amo" y "Escritores de Libertad", dos películas bastante buenas y bastante bien realizadas, por lo que también me desconcierta el desastre en que derivó "Hermosas Criaturas". Creo que el enfoque teen de la novela junto a la exageración de la productora para convertirla en la próxima "Crepúsculo" deben haber tenido bastante que ver. Lo único bueno es Emmy Rossum que está más linda que nunca. En fin, no se la recomiendo a nadie que quiera disfrutar de buen cine o entretenerse.
Publicada en la edición digital #248 de la revista.