Volver al pasado Llega el nuevo eslabón de la saga inciada en 1997 con la dulpla integrada por Will Smith y Tommy Lee Jones y, otra vez, con la dirección de Barry Sonnenfeld. Hombres de Negro 3 recurre a su acostumbrada fórmula: una combinación de ciencia-ficción, humor e intriga, y agrega los viajes en el tiempo como elemento diisparador de la trama. Al agente K (Jones) lo reportan como fallecido y su compañero, el agente J (Smith) debe transportarse al año 1969 (donde conoce a K joven, personaje encarnado por Josh Brolin) para averiguar lo qué sucedió y para salvar al mundo de una nueva amenaza. El villano de turno es Boris, "El Animal" (el comediante Jemaine Clement, de Mi villano favorito), un ser monstruoso que escapa de la cárcel en los primeros minutos del film. Ese comienzo es lo mejor de Hombres de Negro 3, que vuelve potenciada por la envolvente música de Danny Elfman y por tomas vertiginosas, motos revolucionarias y un toque sesentoso que lleva a los protagonistas hasta Cabo Cañaveral, donde se produce el lanzamiento del primer Cohete a la Luna. El resto se resume a un desfile de criaturas extraterrestres en un restaurante chino y en la organización gubernamental que lucha contra seres alienígenos camuflados en el planeta Tierra. El desenlace en las alturas (y el toque melodramático) no ofrece nada nuevo para una tercera parte que merecía un broche de oro impactante. Volver al pasado no siempre es buena idea...
El que volvió sin que lo llamen… 1997. Cuando empezábamos a recuperarnos de la destrucción alienígena en manos del desastroso Roland Emmerich con Día de la Independencia, aparecieron Spielberg y Barry Sonnenfeld para encontrarle una vuelta de tuerca al género de invasiones extraterrestres y de paso darnos una respuesta a la verdadera razón por la que nunca vimos un ET caminando entre los humanos. Los “Hombres de Negro” nos estaban protegiendo. Alegoría política acerca del miedo a lo extranjero y la inmigración, sátira militar canchera, ingeniosa comedia de ciencia ficción que parodia a las obras clase B de los años ’50, la primera entrega de esta saga era fresca, entretenida y divertida. Tenía algunos giros y gags bastante ingeniosos y se burlaba de algunas celebridades. Además, la química entre Tommy Lee Jones y Will Smith funcionaba muy bien. 2002. Se esperaba ansiosamente esta secuela. Sonnenfeld había demostrado que era un realizador ingenioso. Su talento para la comedia absurda y surrealista estaba impreso en las dos entregas de Los Locos Addams y además en la adaptación de la novela de Elmore Leonard, El Nombre del Juego. Sin embargo, el éxito no estaba garantizado. Su anterior obra, también con Will Smith, Las Aventuras de Jim West (decepcionante trasposición de la serie Wild Wild West) había sido un fracaso. Por lo tanto, cuando estrenó Hombres de Negro 2, se esperaba que el realizador, lograra retomar la línea de sus primeros trabajos. Pero no fue del todo así. Sin haber sido un total desastre, la secuela aportaba muy poco a la primera parte. El problema radicaba en un guión defectuoso con pocas sorpresas e ingenio. Solamente se destacaba la escena inicial (tributo al cine clase B de Ed Wood) y las dos últimas escenas, donde los personajes se burlaban de la ignorancia terrestre. 2012. El regreso de Hombres de Negro parece más bien una excusa para levantar un poco las carreras de Sonnenfeld y Will Smith, que en los últimos años estuvieron alicaídas. Por suerte, a Tommy Lee Jones nunca le faltó trabajo (como director a actor) lo que confirma la gran estatura y versatilidad artística del tejano. Tras pasar por las manos de notables guionistas como David Koepp y Jeff Nathanson (habituales colaboradores de Spielberg), el texto lo terminó firmando Etan Cohen, especialistas en comedias como Una Guerra Película. El resultado final, si bien es superior a la anterior entrega, es un poco decepcionante. Si bien es irreprochable que la narración es fluida y la acción, constante, el paso del tiempo ha hecho su trabajo, y como sucedía en la cuarta parte de Indiana Jones, el humor que en 1997 era efectivo, en esta entrega parece forzado y remilgado. Ya en el final de Hombres de Negro 2, Sonnenfeld que se caracterizaba por aportar un gran nivel de cinismo e ironía constante a sus películas, empezaba a dar muestras de agotamiento y adicionó una cuota de sentimentalismo medio cursi, que generaban como resultado un producto conservador. Este aspecto se incrementa en esta tercera parte. Boris, el Animal (Clement, destacado actor de El Vuelo de los Concord) es un extraterrestre que escapa de una prisión en la luna y vuelve a la Tierra para viajar al pasado y matar al Agente K (Jones, de reducida participación en esta entrega para destacarse) para que en el presente los habitantes de su planeta, puedan invadir el nuestro. Ante la desaparición de K, el agente J (Smith, funcionando en piloto automático con sus primeros trabajos) debe viajar a 1969 para que impedir que Boris mate al K joven y no se produzca la invasión actual. Para esto cuenta con la ayuda de un benévolo alien, Griffin, capaz de visualizar constantemente variados futuros al mismo tiempo. Con la aparición de estos personajes, la película toma un poco de vuelo, no tanto por la complejidad de los mismos, sino por las notables interpretaciones de Josh Brolin, imitando a la perfección cada expresión facial de Tommy Lee Jones, el acento sureño, el modo de hablar y aportando calidez y humanidad al personaje, y de Michael Stuhlbarg (Un Hombre Serio, Hugo Cabret), respectivamente, que demuestra nuevamente que es un actor con herramientas suficientes para robar escenas. Las expresiones faciales de este simil extraterrestre son divertidas, porque el personaje es sencillo, y Stulhbarg lo convierte en “adorable”. Sin embargo, en cambio, se extraña el aporte humorístico de Frank, el perro (bastante homenajeado igualmente) y de Z, a cargo de Rip Torn (octogenario y preso en la vida real). Desde el principio los Hombres de Negro se despiden de este personaje esencial, para la saga. Este tono funerario estará presente en el resto de la película. No solo es sentimentalismo, sino también melancolía. El humor parece haberse perdido en el camino. Tras la presentación del personaje de O (la nueva jefa, a cargo de Emma Thompson, en un rol bastante desaprovechado), se desarrollan un par de escenas de acción, pero el ingenio que caracterizó a la primera parte, empieza a encontrarse a partir de que J viaja a 1969. La transición temporal se utiliza como sátira de diversos momentos de la historia estadounidense. A partir de que se encuentra con K joven, la película comienza a levantar y se suceden diversas secuencias que cuentan con varios gags efectivos, especialmente aquellos donde se manifiesta el racismo de la sociedad de 1969. Sonnenfeld se ata a íconos de la cultura cómic y serial de la década para inspirarse a la hora de crear nuevos extraterrestres. Una forma de homenaje, acaso, a los dibujantes de la época. Se van sucediendo algunas escenas que provocan mayor risa que otras, especialmente la secuencia dentro de “La Fábrica” de Andy Warhol, en donde se satiriza al creador del Pop Art, gracias a un gran trabajo del comediante Bill Hader. Pero sobre el final, la película empieza a apagarse, se torna nuevamente cursi y sentimentalista, predecible y le falta una idea ingeniosa para darle el cierre. Justamente, las escenas finales de las anteriores entregas eran brillantes, pero a esta le falta esa chispa de creatividad y sorpresa que caracteriza de por sí al cine de Barry Sonennfeld. Aun siendo un producto mejor que la media de obras de ciencia ficción que se estrenan en las salas cinematográficas, Hombres de Negro 3, deja un sabor agridulce, como que en estos diez años se perdió la magia: el humor, la ironía, la química entre Jones y Smith, la conciencia de ser un producto clase “B”. No se necesitaba una tercera parte. Aunque, estaría bueno que haya una cuarta entrega capaz de devolver el ingenio y cinismo a estos “hombres” que defienden el planeta de la escoria del universo.
Volver al pasado Con reminiscencias a Volver al futuro (Back to the future, 1985), la saga alienígena revive en su tercera incursión en la pantalla grande, esta vez en 3D. Felizmente Hombres de negro 3 (Men in black 3, 2012) prioriza el desarrollo dramático de los personajes dejando en segundo lugar la explosiva carga de efectos visuales, presente de igual manera. Cuando Boris escapa de prisión, decide invadir la tierra y matar a quien le arrancase el brazo en el pasado, el agente K (Tommy Lee Jones en el presente, Josh Brolin en 1969), el agente J (Will Smith) buscará la forma de viajar en el tiempo e ir a 1969 a salvarle la vida a su compañero, detener a Boris y su invasión intergaláctica y entender algunas cuestiones irresolutas de su presente. La idea de utilizar la estructura de Volver al futuro para reinventar la saga de los hombres de negro funciona realmente. Porque le da un aire de novedad por un lado, y de reencuentro por otro. De novedad porque utiliza todas las tecnologías a disposición que son muchas mas que las vigentes en 1997 cuando la saga comenzó. De reencuentro porque desde la última aventura con los personajes en 2002 pasaron ya diez años. La estructura narrativa en dos temporalidades establece el juego del pasado con el presente constante, previendo un espectador atento a los giros de guión. A la vez tiende a fortalecer la relación entre el agente K y el agente J potenciando sus tópicos (uno recio, el otro charlatán). No es curioso que el mismo director de las dos películas anteriores Barry Sonnenfeld, se ponga nuevamente en la silla, y que la productora Amblin Entertainment, a cargo de un tal Steven Spielberg sea otra vez de la partida. Menos curioso si pensamos que la misma productora allá por 1985 produjo Volver al futuro. Lo mejor de la película es ver a Will Smith haciendo de Michael Fox al llegar a 1969, al recorrer la ciudad como si se tratara de un mundo a re-descubrir. Los hippies, los rebeldes motociclistas, la llegada del hombre a la luna, Los Rolling Stones, todos temas en boga en 1969, matizados por los hombres de negro.
Manteniendo intactos los preceptos estéticos y conceptuales del film original y su secuela, Hombres de negro 3 supera al menos la desbordada segunda parte, sin llegar a ser, de todos modos, una pieza brillante. La perfecta continuidad de estilo se debe fundamentalmente al aporte de Barry Sonnenfeld, responsable de ambos films anteriores, y de la pareja protagónica compuesta por Will Smith y Tommy Lee Jones, aunque en este caso se agrega un tercer personaje, con el que juega el número 3 del título. En realidad es uno de ellos en otra etapa de tu vida, a cargo de uno de los actores más requeridos y prestigiosos del cine estadounidense actual, Josh Brolin. No caben dudas que esta tercera entrega de la serie está afirmada en muy buenas ideas, pero no todas las líneas argumentales están bien aprovechadas. El habitual contenido de ciencia-ficción del film vuelve a estar combinado con la comedia, pero aún así algunas sorpresas relacionadas con el vínculo de los roles principales en el pasado le otorgan un inesperado toque sentimental y entrañable al asunto. En esos casos se aprecia algún aporte del productor, un tal Steven Spìelberg. El director de Los locos Addams vuelve a demostrar un buen timming para el humor y algunos toques de creatividad ayudado por un cuarteto de guionistas, que establecen que el agente J (Smith) deba viajar al pasado, al preciso momento del lanzamiento del Apolo 11, para rescatar a su coequiper, el agente K (Jones), intentando a la vez salvar al planeta de la amenaza de un alienígeno. Se producirán variadas ironías relacionadas con el tiempo, que acaso recuerdan planteos de Recuerdos del futuro (especialmente la parte 2) y Terminator. La recreación de época es uno de los ingredientes atractivos del opus 3 de la saga, junto con un trío protagónico en el que Will Smith cumple con creces lo que se espera de él.
Los pasados posibles A veces resulta que el negocio de las secuelas en Hollywood trae gratas sorpresas como Hombres de Negro 3. Esto se debe básicamente a dos factores: la mediocre segunda parte de esta versión del comic de Lowell Cunningham, estrenada hace 10 años, era fácilmente superable por una tercera parte futura con tan sólo ajustar el guión más que la dirección correcta de Barry Sonnenfeld y en segundo lugar que transcurrida esa década de ausencia cierta nostalgia por volver a ver a la dupla encarnada por Will Smith y Tommy Lee Jones, léase J y K respectivamente, hacía más que rentable el proyecto del regreso, valiéndose -claro está- de la vedette del 3d para agrandar el menú. Sin preámbulos, lo que realmente funciona en esta nueva entrega, dirigida otra vez por Barry Sonnenfeld y que cuenta con el guión de Etan Cohen, David Koepp, Jeff Nathanson y Michael Soccio, es la historia que apela al recurso de los viajes temporales para remontarse a los años 70 y dar rienda suelta a la imaginación y a la idea retro para introducir la versión de K joven, interpretado por el gran Josh Brolin, a quien se le sumarán personajes como Andy Warhol (Bill Hader) entre otros, con significativos cameos de Tim Burton o Lady Gaga por citar los más representativos. También, la participación de la versátil Emma Thompson, quien interpreta a O, interés amoroso del joven K en el pasado -donde aún no había adoptado ese halo de rectitud, seriedad y parquedad-aporta la frescura necesaria para que el humor inocente fluya. Pero si hay algo que realmente edifica el relato es haber consolidado el vínculo entre J y K, tanto en lo que al presente respecta como en el pasado que domina la mayor cantidad del metraje. Esa amalgama de humor, acción y emoción son claves para que Hombres de Negro 3 encuentre un rumbo y no se pierda en digresiones o guiños que muchas veces afectan la armonía. La premisa opera de pretexto para justificar el viaje hacia el pasado, pues J (Smith) deberá salvar al joven K (Josh Brolin) de caer en las garras de Boris el animal (Jemaine Clement), un extraterrestre que fagocita planetas y a quien K había capturado y encerrado en una cárcel construida en la luna. Pero al escapar, Boris puede viajar al pasado y alterar el curso de la historia con graves consecuencias para nuestros hombres de negro y mucho más aún para el planeta tierra. Así las cosas, la receta bien aplicada rinde sus frutos y esta tercera parte es sin lugar a dudas la mejor de la trilogía, con un Will Smith un tanto más contenido pero siempre gracioso, al que le queda perfecto el rol si es que a su lado continúa el contrapunto con Tommy Lee Jones y el hallazgo del casting: Josh Brolin.
La cultura pop en la máquina del tiempo. En tiempos donde el abuso de los efectos especiales y el 3D parecen pisotear al relato cinematográfico, resulta unaagradable sorpresa el encontrarnos con esta nueva entrega de los Hombres de Negro en la cual el desarrollo de los personajes y la historia toma nuevos bríos narrativos. La historia comienza en nuestros días con la fuga de una prisión lunar de un malévolo personaje alienígena llamado Boris el animal (interpretado por Jermaine Clement) quien pugnará por su venganza contra el agente K (Tommy Lee Jones) a través de un viaje al pasado donde logre matarlo para así dar rienda suelta a sus planes de invasión extraterrestre. Mientras tanto la única solución posible a la latente amenaza se encuentra en las manos del agente J (Will Smith) quien deberá viajar al año 1969 para evitar los planes de Boris. Aquí es donde la acción se pone interesante y nos permite repasar la historia norteamericana con guiños hacia su idiosincrasia: el lugar de los hombres de color en los sesenta , la estética de la década son elementos que arrancaran sonrisas entre los espectadores. Un rejuvenecido agente K (en la piel del parco Josh Brolin) será el encargado de acompañar al joven agente J por las oficinas sesentosas de los hombres de negro. Luego la misión los llevará, en un sublime pasaje, a “La Fábrica” donde veremos el génesis de la cultura pop norteamericana en las instalaciones mismas del estudio de arte de Andy Warhol (interpretado por Hill Hader) en Manhattan. Así las cosas asistiremos al verdadero origen del Viagra , el nacimiento del movimiento pop (su autentico origen) , la juventud de Mick Jagger y otros detalles mas relacionados a la historia personal de los protagonistas. La tercer entrega de la saga levanta el nivel de su predecesora inmediata, sin llegar a recobrar los brillos y el humor ácido de la primera. De todas formas es una propuesta válida para recordar que los hombres de negro siempre estarán aquí para limpiar la escoria del universo.
La segunda de Hombres de negro me había parecido aburrida, por lo que de esta tercera parte esperaba algo similar, con el robo del 3D. Y disfruto cuando lo que uno espera negativamente sale mal. Son gratas sorpresas. No es un peliculón, pero entretiene. Está bien hecha, no se si vale la pena en 3D, porque lo que logra es ser una película entretenida por lo que muestra en si, y no por como lo muestra. Tiene menos bichos extraterrestres que las dos anteriores y se centra mas en los personajes con mucho humor Es muy bueno lo de Josh Brolin manteniendo el personaje de Tommy Lee Jones y Will Smith está como siempre. Todo lo referido al viaje al pasado es muy gracioso y por si alguno dice que se parece a una película... se equivoca, ya lo vimos en varias a eso, y no por eso esto deja de ser bueno. Pero lo que realmente disfruté y mejoró mi evaluación final, fue la vueltita de tuerca que le dieron para cerrar la película. Fue un buen broche. Es una simple película para entretenerse en una tarde con pochoclo, pero además de los efectos especiales y los "marcianos", terminó siendo un buen cuentito. Para mi eso es lo positivo.
Hombres de negro es un auténtico fenómeno que retrata lo impredecible que puede ser el mundo del arte y el entretenimiento. Estos personajes tuvieron su origen en 1990 con un cómic, creado por Lowell Cunningham que hasta el día de hoy es recordado por haber sido uno de los fracasos comerciales más grandes que existieron en la industria de la historieta norteamericana en las últimas décadas. La primera miniserie de tres números publicada por la editorial Malibu pasó por las librerías sin pena ni gloria. Cuando Marvel compró esa compañía en 1991 sacaron otra miniserie de tres episodios que tuvo el mismo destino. Sin embargo, en Hollywood hubo un par de productores, entre ellos Steven Spielberg, que le veían potencial al concepto que presentaban las historias de los cómics y decidieron adaptarlo en el cine. La película se convirtió en la gran revelación taquillera de 1997 y consolidó a Will Smith como estrella de Hollywood. Pasaron 15 años de aquella producción y la nueva entrega vuelve a demostrar que cuando los personajes están respaldados por una buena trama los hombres de negro pueden brindar un gran entretenimiento. La tercera parte es un film completamente superior a la continuación que vimos en el 2002 y me animaría a afirmar que presenta el mejor argumento de la saga. Pese a los cambios de guionistas que tuvo esta producción se las ingeniaron para brindar una película redonda que combina muy bien la ciencia ficción con el humor y ofrece todo lo que uno podía esperar de una propuesta de este estilo. La idea de jugar con el concepto del viaje en el tiempo fue un gran acierto y es uno de los elementos más divertidos del conflicto. Por otra parte, el trabajo de Josh Brolin como la versión más joven del agente K es brillante porque capturó a la perfección muchos elementos de la interpretación de Tommy Lee Jones, pero al mismo tiempo le dio al personaje otros matices, ya que encarna ese rol en una etapa diferente de su vida. Está muy bueno también como trabajaron el concepto de la trama en el marco del año 1969 donde hay muy buenos momentos de humor relacionados con algunas personalidades famosas. Con logrados efectos especiales y un buen uso del 3 D (es recomendable para mi verla en ese formato) Hombres de negro 3 ofrece un digno entretenimiento y hasta sorprende con un final emotivo que aporta un elemento interesante a la relación de los protagonistas. Cine pochoclero del bueno.
Cuando un amigo se va... Abarca un divertido viaje a los años ‘60. Había que volver sobre los Hombres de negro , después de que se los retomó una vez (la secuela, de 2002) y el resultado no había sido todo lo satisfactorio que los fans hubieran querido. Pero el mismo director de la original y la segunda parte (Barry Sonnenfeld) volvió a la carga, y hay que decirlo: le salió mejor que lo que podía esperarse. Es que la película no falla allí donde debe dar en el blanco: las escenas de acción con las distintas clases de extraterrestres, el humor, los efectos especiales. Y ni importa que el suspenso sea ínfimo, porque está Will Smith, que ya demostró ser capaz de hacerse cargo de llevar adelante cualquier guión, por más inverosímil que parezca. Para los que no están familiarizados con la Agencia, los Hombres de negro son los encargados de mantener en línea, digamos, a los extraterrestres que, sí, están entre nosotros, la gran mayoría disfrazados de humanos. Como pasaba en las anteriores, ahora descubrimos qué luminarias son en verdad alienígenas -Lady Gaga, Tim Burton-, y pasado el gag, vamos a la trama. Si el Agente J (Smith) no hace un viaje al pasado para evitar que un demente extraterrestre, llamado Boris, el animal (el neozelandés Jemaine Clement), asesine al agente K (en el presente, el insufrible Tommy Lee Jones; en los años ‘60, Josh Brolin), bueno, las cosas no serían como son ahora, una invasión alienígena terminará con la Tierra y así no habría quién pagara por ver esta película en las salas 3D. Entonces J emprende el viajecito, y allí surgen los momentos más jocosos, ya que la comunión de Smith con Brolin es sumamente efectiva, permite conocer por qué el agente K es tan caracúlico y otras cuestiones que no conviene aquí revelar. Y Boris, que escapa de una prisión en la luna -un dato no menor es que J viaje en junio del ‘69- tiene las características de Edgar (Vincent D’Onofrio en la película original). Tiene humor, es despiadadamente horrible, le falta un brazo y cuenta como aliado a un pequeño bichito que también se las trae. Han pasado diez años, hay nuevos personajes (la jefa de los agentes ahora es Emma Thompson) y la cosa sigue por los andariveles habituales, es cierto. No será original, pero sí por momentos muy divertida. La ironía, los guiños y sobre todo Will Smith vuelven al filme un entretenimiento placentero.
La tercera parte de la serie recupera el humor y el absurdo del primer film Cerca de quince años pasaron desde que se estrenó Hombres de negro , una comedia delirante, repleta de momentos absurdos y una de las más exitosas adaptaciones de un cómic a la pantalla grande. Los muchos méritos de la comedia de ciencia ficción protagonizada por Tommy Lee Jones y Will Smith -y el gran suceso en las taquillas del mundo- obligaron a una desastrosa secuela que alejó a los agentes K (Jones) y J (Smith) del cine. Pero ahora están de vuelta y en su mejor forma. Hombres de negro 3 es una comedia para toda la familia, algo sentimental y que se adscribe a una fórmula probada en el primer film de la trilogía pero evita convencionalismos, y eso la separa de muchos de los productos de Hollywood pensados con espectador preadolescente en mente. Aunque no descuida a su público más joven, la historia escrita por Etan Cohen ( Una guerra de película ) se anima a construir situaciones humorísticas para adultos. Pequeñas referencias de política e historia del siglo XX entremezcladas con las fantásticas criaturas de Rick Baker resaltan en una historia que comienza en una cárcel lunar con la fuga de Boris El Animal, cuyo nombre y aspecto lo delatan desde el vamos como el villano de la película. El extraterrestre es un viejo conocido del agente K, responsable de apresarlo en 1969, fecha en la que el taciturno personaje de Jones cambió -para peor- para siempre. Así lo cuenta O (Emma Thompson), la nueva jefa de la agencia secreta encargada de monitorear la actividad extraterrestre en la Tierra. Preocupado por los más que resecos modos de su compañero, el agente J -un Smith que despliega morisquetas algo forzadas para un intérprete de su edad- se topará con más misterios que revelaciones. Claro que todo cambiará cuando el horripilante Boris, interpretado por Jemaine Clement, la mitad del dúo de comediantes y músicos neozelandeses de Flight o f the Conchords, consiga un adminículo que le permite viajar en el tiempo, retroceder hasta 1969 y modificar su destino y el de su planeta con ínfulas conquistadoras. Hacia el pasado también irá el agente J, que aterrizará en 1969 para encontrarse con una versión más joven y menos hosca de su compañero K, que interpreta Josh Brolin. Con una actuación que consigue capturar todos los modismos de Jones sin ser una mera imitación, Brolin le inyecta nueva vida al relato, que por momentos se dispersa un poco y pierde su buen ritmo pero que nunca abandona el humor absurdo e inteligente al mismo tiempo.
En busca de un pasado reparador Las presencias de Will Smith, Tommy Lee Jones, Josh Brolin y Emma Thompson no alcanzan para salvar la película. Lo más interesante es su arista filosófica, al plasmar una idea latente en el cine actual: la importancia del “tiempo” en sus diferentes niveles operativos. Podrá enrostrárseles a los hacedores de Hombres de negro 3 su apego a lo vacuo, el atraso formal hasta la era pre-Avatar que implica el uso del 3D como mero chiche audiovisual, la indefinición tonal entre buddy movie, ciencia ficción y drama con moraleja incluida, e incluso la incapacidad para atar al gestual y verborrágico Will Smith, cuya mejor película sigue siendo aquella en la que menos habla, la distópica Soy Leyenda. Pero no se les puede criticar el desconocimiento de las bases teóricas de la materia cine: “El prerrequisito de un chiste es que sea gracioso”, dirá en algún momento el agente J (Smith) ante la flamante ejecutiva de la agencia secreta encargada del control alienígena, la agente O (Emma Thompson en plan “laburo para llegar a fin de mes”). La frase es la validación de que los ¡cuatro! guionistas encabezados por Etan Cohen (el mismo de las excelentes La idiocracia y Una guerra de película) apoyaron la cola en la silla y estudiaron. Lástima que no lo suficiente para saltar el largo trecho entre el dicho y el hecho. No sería de extrañar que un partidario del Tea Party se embelese con el planteo inicial del film de Barry Sonnenfeld: una cárcel de máxima seguridad en la Luna, a metros de la banderita eternamente tersa plantada en 1969, en la que se recluyen los despojos más peligrosos para la paz en la Tierra. O en Estados Unidos, lo que para Hollywood, se sabe, es prácticamente lo mismo. Pero la tecnología siempre es falible, y Boris El Animal escapa rumbo a este planeta para vengarse de su verdugo carcelario, el agente K (Tommy Lee Jones), sin vinculación aparente con la coyuntura argentina. Giros argumentales y fracturas del tiempo mediante, J descubrirá que su compañero murió en acción a manos del malvado de turno hace cuarenta años. ¿Hay alguna solución? Sí, claro, si no no habría película: regresar hasta la época del Apolo 11 para evitar la pérdida de su futuro camarada. Lo más interesante de Hombres de negro 3 es su arista filosófica. El film de Sonnenfeld hace carne una idea latente en las series y el cine mainstream actual, en lo que quizá sea un coletazo tardío del 11-S: la preponderancia del tiempo en sus diferentes niveles operativos. Esto es; su capitalización (El precio del mañana), un desplazamiento narrativo a una temporalidad pretérita más piadosa que la contemporánea (desde Eastwood hasta Scorsese, pasando por Roland Emmerich e inluso J. J. Abrams en Súper 8), la implementación de microrretornos (8 minutos para morir), todas ideas aquí presentes y vertebradas por las aspiraciones de reparar en el pasado errores de consecuencias gravosas en el presente. El problema es que esa significación surge de un film anodino, que derrapa con un volantazo de supuesta profundidad psicológica de los personajes y que busca suplir con efectos especiales la ausencia de una mínima comicidad. Esa que los guionistas tan bien conocen, al menos en los papeles.
La aventura del salvador del futuro Una vez más, a diez años de su último periplo, los agentes J y K vuelven a hacer lo imposible para defender al planeta. Con hábil mano del director Barry Sonnenfeld y efectos en 3D, Will Smith y Tommy Lee Jones entretienen. Hombres de negro no fue una película de ciencia ficción más, Hombres de negro surgió en una época donde la ciencia ficción había perdido originalidad. Con un sentido del humor brillante y sorpresivo, la película era no sólo una gran comedia, sino también una gran película de ciencia ficción. No había duda de que además de ser un gran entretenimiento, la película era fiel al género al tratar varios temas serios con simpático ingenio. Las migraciones y el miedo al extranjero era uno de los tópicos principales del film, y a partir de allí la historia ensayaba una burla a las instituciones y las costumbres de una sociedad. Will Smith y Tommy Lee Jones hacían una pareja perfecta y el director Barry Sonnenfeld aportaba su estética delirante a la aventura. Sonnenfeld, que dirigió la secuela y también esta tercera parte, ya había realizado Los locos Addams pero también había sido director de fotografía de los primeros films de los hermanos Coen, como Educando a Arizona y De paseo a la muerte, entre otros films. En esta nueva entrega de los casos de los agentes J (Will Smith) y K (Tommy Lee Jones) la historia conduce al primero de ellos en un viaje en el tiempo, con el fin de salvar la vida de su compañero. Si K es asesinado, todo el destino de la humanidad estará en peligro a merced de una invasión alienígena que dominará la Tierra. Así J vuelve a los años sesenta y se encuentra con un K más joven (Josh Brolin) pero igualmente malhumorado y osco. La comedia y la aventura de ciencia ficción están, obviamente servidas a partir de esta ingeniosa vuelta de tuerca y no son pocos los momentos en los que la diferencia entre décadas da buen resultado para el humor, en particular la aparición de Andy Warhol. Aunque ni la segunda parte de Hombres de negro ni esta nueva versión están a la altura de la original, igual hay que decir que acá las cosas funcionan mucho mejor que en la segunda y que a pesar de perder algo de brío hacia el final, va a ser difícil que alguien no sienta simpatía por los personajes. Algunos rostros conocidos, entre ellos Emma Thompson, varios cameos y por supuesto las citas a los films anteriores, cierran un paquete amable y divertido, que como era de esperar, llega en formato 3D.
Un divertido viaje a los "60 Nuevamente los conocidos "Hombres de negro" en acción. Aquellos inspirados en la historieta de Lowell Cunningham reaparecen y tratan de ocuparse de los extraterrestres molestos. La conocida serie de ciencia ficción, retoma los personajes del agente K y el oficial de policía James Edward, pero esta vez con una nueva vuelta de tuerca. Según nuevos informes K murió hace más de cuarenta años y su amigo el oficial James decide ir a buscarlo al pasado. Sí, a 1969, cuando un extraterrestre bastante tosco y gruñido venido de la Luna lo mató. La solución será que antes que el encuentro mortal se produzca, James logre matar al futuro asesino que viene de prisión. De lo contrario, el mundo será destruido. Y así nuestro agente, lanzado desde el mítico edificio Chrysler, aterriza en medio de una sociedad hippie, con chicas de pelo batido, muchachos de gran pelambre, impactantes minifaldas y hasta la presencia de Andy Warhol, que, forma parte de uno de sus tradicionales happenings. Pero no sólo eso, va asistir con un Mr. K joven, que por supuesto no lo reconoce, al lanzamiento de la Apolo 11 desde Cabo Cañaveral. NUEVOS PERSONAJES El filme está dirigido por Barry Sonnenfeld, que tiene que remar bastante para sacar adelante una nueva entrega de la serie, perdida la originalidad de los inicios. A pesar de todo, se mantiene el excelente diseño de producción, elegante y sesentista en este caso, con una cuidada reproducción de una Nueva York todavía racista, con hippies, happenings, incluída la "estrella" pop Andy Warhol, rodeado de sus obsecuentes habituales. Hay buen ritmo, efectos especiales de primera, excelente música, el humor es fresco, los personajes nuevos son promisorios como el bueno de Griffin, un alien visionario, que recuerda algo a Robin Williams y es interpretado por Michael Stuhlbarg, al que se suma la bestia Yaz (Jemaine Clement). Y hay una sorpresa emocional que hace comprender mejor la relación entre los agentes J y K. La dupla Will Smith y Tommy Lee Jones, a los que se suma Josh Brolin en un logrado Mr. K joven, mantiene una buena química y por supuesto los efectos especiales abundan y son de primera línea.
A toda agencia le llega su K Los agentes de negro vuelven y esta vez a la fórmula le agregan un viaje por el tiempo, y un nuevo actor, Josh Brolin, quien interpreta al agente K. En esta misión deben atrapar a un marciano criminal que se escapó de una prisión en la luna, pero para hacerlo el agente J (Will Smith) viaja en el tiempo hasta 1969, cuando el agente K atrapó por primera vez al villano. En el camino deberán proteger a un alienígena que a cambio los ayudará a encontrar y atrapar al nuevo malo en cuestión. El cambio de época le agrega un giro interesante a esta nueva entrega y mucho material para hacer humor. Así vemos a policías más racistas que los actuales, hippies, panteras negras y Andy Warhol, entre otras características sesentosas. Básicamente es más de lo mismo, pero la fórmula sigue funcionando. Es un cóctel de acción, muchos efectos especiales, comedia, y todo sostenido por un buen guión que sabe donde agota y cuando tiene que innovar, y en general lo hace con diálogos entretenidos con acertados toques de humor. Los tres actores principales cumplen perfectamente con su rol, y la buena química entre ellos es una parte importante de la película. Entre los roles secundarios se destacan Michael Stuhlbarg, como Griffin, un alienígena que puede hacer extrañas mezclas de presente, pasado y futuro; y Emma Thompson, como la agente O.
Volver a Volver al futuro Impresiona: pasaron 15 años desde la primera Hombres de negro y Will Smith está igualito. Tommy Lee Jones, no tanto. Quizás por eso esta vez, por una vuelta narrativa que toma cuerpo en un viaje en el tiempo, lo reemplaza Josh Brolin ¡Y funciona! Sí, la pareja policía copado-policía gruñón funciona en sus dos versiones, tanto cuando se trata de hacer chocar la elasticidad relajada de Smith con esa cara borroneada en piedra que tiene Jones ahora, como cuando a Smith le toca conocer a un agente K que tuvo tiempos menos duros y más humanizados, allá por los ´60. La excusa, como casi siempre, importa poco: hay un villano que desde hace décadas está recluido en una prisión de máxima seguridad ubicada en la Luna (linda idea, ¿no?, que además da lugar a un comienzo realmente atractivo); ese villano, pura maldad hiper diseñada, tiene una boca en la mano rodeada de garras que parecen dientes (espeluznante), dientes que parecen garras y más garras aún en las patas, que usa para impulsarse y agarrarse del suelo como un animal. Un buen villano y un buen par de protagonistas que se quieren pero no se soportan no está nada mal para empezar (y menos en una película que tiene producción ejecutiva de Steven Spielberg), así que Hombres de negro 3 pisa sobre terreno firme para empezar a desarrollar su historia mega delirante que se vale, con los buenos y clásicos chistes tontos de por medio, de un argumento de viaje en el tiempo casi calcado de Volver al futuro. La misión consiste en regresar al icónico 1969 para salvar al agente K, y la excusa le sirve a la saga (que de por sí tiene a su favor la idea de poner alienígenas disimulados en los lugares más imprevistos, lo que la convierte todo el tiempo en una especie de caja de sorpresas), por un lado, para explotar -literalmente, como pequeños petardos caseros- bromas como la que hace de Andy Warhol (buena elección) un agente camuflado que se hace pasar por artista y pide por favor que se termine su misión porque “ya se me están acabando las ideas, pinto bananas y latas de sopa”. Al mismo tiempo, el agente J (Smith), curioso por entender cómo su compañero se convirtió en ese muro contra el que choca todo lo humano, está feliz de redescubrir a K en un pasado más amable que incluye una sorpresa conmovedora de verdad sobre el final, tanto como puede serlo una película para ver con chicos o como chicos.
Dos Caras Más allá de cualquier calificación, esta entrega de Hombres de Negro parece anacrónica. Pasaron diez años y demasiadas películas importantes desde su última parte. No necesariamente han sido mejores, pero el panorama es distinto al de una década atrás. Pasaron las sagas de Harry Potter, Crepúsculo, Narnia y, recientemente, Los Juegos del Hambre – que va por sus continuaciones - también crecieron las adaptaciones de superhéroes (muchas de ellas, notables, como El caballero de la noche, Iron Man o la segunda parte de Spider Man). En 2012, lejos de su último film, Hombres de Negro estrena su nueva secuela. Si existe un desafío artístico consiste en sobrevivir en la actualidad con historias aceptadas por la crítica y el público (como sucede ahora con Los Vengadores). Por otro lado, si existe un desafío comercial consiste en asegurar ganancias a partir de una saga que muchos parecen haber olvidado. Ahora bien, Hombres de Negro 3, contra todo pronóstico, funciona bastante bien. La historia pretende ser compleja pero no hay nada que no se haya visto con anterioridad. En especial en Volver al Futuro, que funciona como base para el conflicto principal. El agente J (Will Smith) debe viajar en el tiempo para impedir que un criminal extraterrestre elimine al agente K (Tommy Lee Jones en la actualidad, Josh Brolin en el pasado) y lleve a cabo una invasión alienígena. Se observa que, a diferencia de las demás películas de la saga, ésta se concentra en un nivel narrativo con ciertas alteraciones producto de los cambios temporales. Es cierto que el film de Robert Zemeckis funciona mejor en todos los aspectos. Hombres de negro 3 apenas esboza una visión sociocultural -en este caso, de la sociedad de fines de los ‘60-. Solamente hace mención a las modas de la época o a algunos personajes clave (es interesante la aparición de Andy Warhol, interpretado por Bill Hader) en la historia de EE.UU. El resto es superficialidad estética y eso es un demérito: el relato podría aprovecharse teniendo una visión crítica del pasado (recurso que siempre da buenos resultados) pero elige no hacerlo. No es de extrañar que todo parezca anclado en un estado temporal inexacto. Es decir que, si la película no lo mencionase, el cambio de tiempo demandaría una mayor atención para notar que el protagonista no está más en el mundo actual. Hay dos partes notoriamente diferentes: por un lado, por momentos todo funciona en piloto automático, apoyándose en el carisma de una estrella como Will Smith. A su vez, son numerosos los segmentos torpes, de sutileza rústica y comedia anticuada. Por otro lado, cuando Sonnenfeld se arriesga, el relato fluye con naturalidad como en los mejores momentos de El Nombre del Juego -su mejor film-. Es decir, con gracia, dinamismo y escenas muy bien ejecutadas. De ahí se desprende la acción, los viajes en el tiempo y la química con el personaje de Josh Brolin. También hay una secuencia, cerca del final, de una carga emotiva bastante interesante e inusual en la saga: una escena íntima, lograda, ajena a cierta pereza que caracteriza a la narración. Cuando elige ser honesta, Hombres de Negro 3 llega a niveles interesantes. Niveles que, con una mayor decisión, podrían haberla hecho una mejor película.
En una época en la que si una película funciona, ya hay una secuela en desarrollo, la saga Men in Black supone una anomalía. El tiempo, aspecto determinante para esta tercera, es un factor principal a la hora de definir al trabajo en torno a los Hombres de Negro, siendo que entre la apertura y el cierre de la trilogía hay un lapso de 15 años. No por nada se dice que el tiempo cura las heridas: si la secuela del 2002 dejó un mal sabor de boca como una deslucida imitación de las formas de la primera, Barry Sonnenfeld y equipo contaron con una década a su favor para dar vuelta la historia y recuperar el humor y las mañas de la original. Los viajes hacia el pasado no suponen un tema nuevo, no obstante se mantienen como un tópico difícil del cual salir bien parado. En este sentido, Hombres de Negro 3 se hermana con aquellas películas que han delineado los fundamentos de cómo hacerlo para el resto de la historia, la saga Volver al Futuro. Ese juego que se lleva adelante con el conocimiento del público implica que los chistes no sean explícitos; el encontrar u omitir la risa está en manos del espectador. De esta forma queda en uno, por ejemplo, el percibir como algo nulo o trascendental la incorporación del gran Bill Hader como Andy Warhol, del mismo modo que podría funcionar o no que el Doc Brown encontrara insólito que en los '80 fuera presidente Ronald Reagan o que Chuck Berry hallara su sonido ideal gracias a la interpretación de Marty McFly. La incorporación de Etan Cohen (Idiocracy, Tropic Thunder) como guionista supone un acierto para una producción que a base de comedia supera las expectativas y logra sobreponerse a las turbulencias de la primera media hora. Con buenas dosis de humor variado, sea físico, anclado en los '60 o de aquel que funciona por repetición, la película se permite además cierto desarrollo de sus personajes, rompiendo el caparazón de K y revelando el costado más humano de sus agentes. Más allá de estos aciertos, hay algunos elementos que pueden ser cuestionados, empezando por un villano poco atractivo cuyas habilidades parecen irse moldeando a las necesidades del desarrollo o un extraterrestre conocedor de todos los futuros posibles que se convierte en una excusa básica para hacer avanzar la trama. La buena química que Tommy Lee Jones y Will Smith demostraron en las dos anteriores, se ve puesta a prueba con la incorporación de Josh Brolin, quien sale airoso como un joven K, más suelto y abierto al diálogo. A esto debe sumarse nuevamente la participación de Rick Baker, cuyo gran trabajo es una de las marcas registradas de la trilogía. El esfuerzo que el talentoso artista dispone para alienígenas de estilo retro que quizás tienen un segundo de pantalla caminando por el fondo, da una pauta de lo que se puede esperar con Men in Black III: una película que, como la original, no pone el humor en la cara del espectador, sino que espera que uno esté lo suficientemente atento como para encontrarlo.
Que tema el cierre de trilogias… Uno a esta altura ya no sabe que esperar. Esta aventura con toque psicodelico sesentoso/setentoso tiene su onda, sin llegar a ser la vieja gloria que Will y Tommy supieron conseguir. Barry Sonennfeld dirige por tercera vez al duo, veamos como le fue… Para Atras en el tiempo. La historia nos vuelve a poner frente a los agentes K (Tommy Lee Jones) y J ( Will Smith), sus aventuras frente a los alienigenas que quieren hacer bardo en el planeta. Esta vez aparece un Alien feo grandote e imparable que tras escapar de la prision en la luna decide hacer la gran Biff Tannen y viajar en el tiempo a desacomodar todo en el pasado. Este Alien se llama Boris el Animal. El cual es uno de los puntos altos de la peli por como esta pensado e interpretado. Este Boris es un antiguo enemigo de K, el cual volvera con sed de venganza. Tras desatarse el desastre sera el momento de que el agente J vuelva al pasado a enmendar todo. Si son perspicaces, ya se daran cuenta cual es el desarrelgo, ¿no? Al llegar, J se pondra a trabajar con la version joven del agente K, genialmente compuesto por Josh Brolin. Lo que hace este buen hombre imitando a Tommy Lee Jones es sencillamente brillante. Muy bueno en serio. Y hasta ahi de trama. La peli tiene un factor “Toy Story 3?, el cual servira como cierre para la saga. 1969 La peli en los papeles se ve bien, pero el tema es que falla bastante. Es lenta, y demasiado lineal. Las anteriores MIB se caracterizaban por desplegar un gran universo de personajes. MIB3, si bien tiene situaciones de orden galactico, es mas pequeña, se centra en los personajes principales, y eso, por otro lado, si bien resta explosiones por minuto, suma profundida a los personajes. Dos personajes que antes se presentaban bastante vacios de pasado, mas alla de una u otra referencia. Entonces, la cadencia necesaria para contar este tipo de historia no es la misma que la de una pelicula de accion. Y no esta mal, porque si se hubiera contado a otra velocidad, los buenos momentos emotivos que tiene esta peli, se habrian perdido. Excelentes vueltas de tuerca que hacen recordad gigantes de los viajes en el tiempo, como Volver al Futuro o 12 Monos. Los ultimos 10 minutos son geniales en ese aspecto. Y si bien no carecen de accion, lo nodal de lo que sucede, pasa por el lado del corazon. Y esta bien. Prestarle atencion al personaje de Griffin, ya que no solo obra como explicacion nesesaria para Holywood en toda pelicula que tenga viajes en el tiempo (siempre nos trata de opas Holywood, en Back To The Future 2, incluso el Doc Emmet Brown nos hizo dibujitos en una pizarra por si no lo entendiamos),este Griffin es una especie de Obvserver de la serie Fringe, pero con mucha mas onda. Es el que va a explicar los pocos aspectos que pueden llegar a ser confusos. Los Guiños de siempre. Como era de esperarse MIB3 mantiene el nivel de guiños alto como siempre; Lady Gaga es un alien, Yao Ming es un alien, todas las modelos del universo vienen de un planeta llamado Glamouria y demas. Excelente el tramo donde aparece Andy Warhol, tanto por el cameo de Bill Hader, como por la situacion en si misma. Atencion a la base central de los MIB cuando J entra a ella en 1969. Todos los aliens que hay por alli dando vueltas son como en las viejas series de Star Trek, con ropajes brillantes y todo! Realmente GENIAL!!! Tambien aparecen robots al estilo The Black Hole de Disney o Lost in Space. Muy buena la inclusion de todos estos guiños. Otra cosita para agregar es la inclusion de Emma Thompson como la agente Oh, la cual reemplaza a Rip Torn como el agente Zed al mando de los Hombres de Negro. Muy poquito de ella, una pena. Y lamentablemente mucho menos de David Rasche, (Sledge Hammer para los amigos), como el agente X al mando de los Hombres de Negro en el año 1969. Conclusión. La peli en si misma no es genial, pero tampoco es mal. Quizas uno esperaba mas, pero no hay que enojarse con su constitucion, en absoluto. Es su enfoque el que la hace parecer como que desentona con sus hermanas mayores. Es de esas peliculas que tardan en asentarse dentro nuestro. Estoy seguro que si mañana me preguntan si me gusto, seguramente mi respuesta seria que me gusta mas que hoy. Y de eso se trata MIB3, de lo relativo que es el tiempo para todos, para los participantes, obvservadores y desprevenidos. No va a pasar a la historia, seguro, pero, en definitiva, la sonrisa que tengan al salir del cine, problablemente les crezca con el correr del tiempo…
Por problemas con la edición electrónica del periódico no se pudo obtener el texto de la crítica.
Todos viajaremos a los años 60 para conocer algunos secretos. Un Film lleno de efectos especiales sorprendentes y con cameos a famosos. Cuenta con la dirección de Barry Sonnenfeld (es el mismo de las dos anteriores en 1997 y 2002) y la producción de Steven Spielberg, protagonizada por: Tommy Lee Jones y Will Smith que vuelven a encarnar sus clásicos personajes, esta vez acompañados por Josh Brolin y Emma Thompson y con la participación de varias figuras, como Lady Gaga, David Beckham, Justin Bieber y Tim Burton (cameos de famosos). Todo comienza cuando vemos a Boris, el Animal (Jemaine Clement), un extraterrestre que arma un buen despliegue para escaparse de prisión en la luna y vuelve a la Tierra para viajar al pasado y matar al Agente K (Jones) y es cuando otros habitantes también invaden nuestro planeta. En la Tierra como siempre se encuentran trabajando los agentes K y J, todo supervisado en esta oportunidad por la Agente O (Emma Thompson), pero algo pasa y el Agente J (Smith) busca al agente K (Lee Jones) y no lo encuentra por ninguna parte. Cuando habla con otros integrantes de la agencia, le informan que K murió hace cuarenta años, es cuando el Agente J descubre que todo es plan de Boris-el animal, el villano de turno, cuyo su plan destruir el planeta a partir de la muerte del Agente K. Rápidamente asociarás un poco esto con la película “Volver al futuro”, por lo tanto el Agente J viajara al pasado a 1969, todo para salvar al Agente K (al ser más joven es interpretado por Josh Brolin) y luego regresar al presente; casi siempre es atractivo viajar en el tiempo. Todos viajaremos en el tiempo, como también lo hicimos alguna vez en el “Túnel del tiempo”, tiene una muy buena ambientación, (es algo que Hollywood lo realiza muy bien), con toques de los sesenta, por ejemplo tenemos el lanzamiento del primer cohete a la Luna, los movimientos hippies, entre otros hechos; destacamos la música de Danny Elfman; la trama gira en torno al origen y la relación entre K y J, con alguna sorpresa y un poco de melodrama. Se combina ciencia-ficción, humor e intriga, criaturas extraterrestres, seres alienígenas camuflados, muchos efectos especiales infaltables, en esta tercera parte trabaja menos T Lee Jones, la nueva jefa a cargo es Emma Thompson, ambos personajes bastante desaprovechados y pese al gran despliegue tiene un momento que baja. Si sos seguidor de la saga o te gusta la ciencia ficción, la podes ver en 3D o en 2D y subtitulada o doblada al español.
Hombres de Negro fue el tanque sorpresa allá por 1997, opacando a superproducciones más promocionadas en ese momento. Esta historia sobre una agencia secreta encargada de mantener el orden entre los extraterrestres que llegan a la Tierra tuvo varias claves de éxito: el carisma de Will Smith, su química con Tommy Lee Jones, la dirección del gran Barry Sonnenfeld, un guión divertido y políticamente incorrecto, y criaturas espaciales creadas con CGI y maquillaje, pero que siempre están al servicio de la narración. En 2002 llegó Hombres de Negro 2 que, si bien recaudó millones, no estuvo a la altura de la primera parte debido a que calcaba la premisa de aquella y adolecía de una sobredosis de efectos especiales. Luego de una década, los Men in Black regresan a la pantalla en Hombres de Negro 3. Esta vez, J (Smith) y K (Jones) deben enfrentar a Boris, el Animal (Jemaine “The Flight of the Conchords” Clement), un salvaje alienígena dispuesto a vengarse del veterano del dúo por haberlo mandado a prisión 40 años atrás. Y el villano tiene un plan muy concreto para lograr su objetivo: viajará al pasado para cambiar la historia. K desaparece de golpe, producto de una paradoja temporal, y J también deberá ir a 1969 para volver a corregir el destino de su amigo y, de paso, impedir una invasión por parte de Boris. La película tiene un tono más melancólico ya que toca temas como la amistad, el pasado, la muerte. Todo esto en el marco de una historia entretenida, todavía sin la genialidad ni la frescura de la primera, aunque sin abusar de los FX como la segunda. La mayoría de los chistes están bien o son algo obvios, pero hay dos por encima de todos: un niño que confunde a J con Barack Obama (el presidente de los Estados Unidos dijo que querría a Will para interpretarlo en alguna biopic, cosa que le da sentido a la broma), y el hecho de que Andy Warhol (Bill Hader) resulte ser un Hombre de Negro infiltrado (un acierto, ya que hubiera sido más predecible darle el rol de un ET). Además, hay una mirada ácida de la cultura de fines de los ’60 y la situación político-social de Estados Unidps —hippismo, racismo, etc.— y queda demostrado, una vez más, que la premisa de los viajes temporales nunca pierde su atractivo. Will Smith se entrega de lleno, como siempre. Tommy Lee Jones, el eterno parco del cine, aparece menos ya que quien más tiempo está en pantalla es su versión de 1969 (Josh Brolin, en una perfecta caracterización). De esta manera, podemos ver que K no siempre fue un amargado agente y que un hecho específico lo marcó para el resto de su vida. Emma Thompson ingresa a la franquicia en el rol de O, la nueva jefa de los protagonistas. Al igual que K, también podremos conocer a la versión juvenil del personaje interpretado por Alice Eve. Lamentablemente, O no es aprovechada en ninguna de las dos versiones, a pesar de haber tenido un romance con K. Por otro lado, Michael Stuhlbarg se roba sus escenas como Griffin, un tierno extraterrestre que ayudará a nuestros héroes. Imposible no mencionar la mínima aunque simpática aparición de David Rasche, siempre conocido por la desopilante serie de culto Martillo Hammer. Hombres de Negro 3 es un film menor, que funciona en piloto automático pero cumple lo suficiente para divertir un rato. Eso sí: también hace pensar que Sonnenfeld, Smith y Jones podrían haber hecho un producto todavía mejor, como en los viejos buenos tiempos.
Diez años después de la anterior entrega de la saga, vuelve la división de agentes secretos más extraña de la ficción: los encargados de mantener en orden las relaciones con los alienígenas que viven en la Tierra (y sus parientes lejanos) sin que el resto de los humanos se den cuenta de la peculiar convivencia. En esta oportunidad, la tercera aventura, un boglodita que fuera encarcelado por el agente K (un muy arrugado Tommy Lee Jones) logra escapar, y viaja en el tiempo para cambiar su destino, y así el de toda su civilización. Para evitar las consecuencias de esta alteración histórica, el agente J (Will Smith), el único que se da cuenta de lo que sucede, lo perseguirá, en uno de los mejores viajes en el tiempo que haya visto. Los guionistas elegieron un año peculiar y bastante colorido para situar la acción en el pasado: el agente J debe viajar al 15 de julio de 1969, un día antes del lanzamiento del Apollo 11, y esta fecha no es accidental, sino que justamente ese cohete será el vehículo para poder instalar el escudo protector de la Tierra contra posibles invasiones extraterretres (es que no todos son amigos, ¿se acuerdan?). Lo difícil será lograrlo, considerando que el enemigo se duplicó: ya no sólo hay que luchar contra su versión en esa época, sino con la más actual,que está por llegar. Digamos que innovó Barry Sonnefeld pero tampoco tampoco tanto. Al margen de las razones lógicas para la elección de la fecha, no se puede negar que los '60 siempre son interesantes para mostrar, y los guionistas lo saben. Referencias a las complicaciones raciales, un Andy Warhol muy particular, y un giro en la misma historia del béisbol confluyen para darle a este capítulo un aire distinto. En cuanto a los actores, se destaca Josh Brolin como el joven agente K, siempre rígido y estricto, pero aún no tan parco y reservado como su futuro ser. También aparece Emma Thompson como la agente O, actual directora de la agencia. Lo destacable de Thompson es la capacidad que tiene para hacer cualquier tipo de papel, desde dramas a comedias, películas menores y masivas, todo con la misma calidad y altura. Dirigida como las dos anteriores por Barry Sonnenfeld, y producida por Steven Spielberg, hay una suerte de vuelta a la idea de la primera película. Con las habituales referencias a los famosos que en realidad no son terráqueos (esta vez le toca a Mick Jagger, por ejemplo), ésta es una versión un poco menos escatológica, y por cierto mucho menos babosa que sus precedentes, pero igual de entretenida.
Viajando en el tiempo El trío conformado por Barry Sonnenfeld, Will Smith y Tommy Lee Jones se calzó el traje negro luego de 15 años para combatir una invasión extraterrestre, que solo podrá ser evitada si el Agente J (Smith) viaja al pasado para salvar la vida del Agente K (Lee Jones) y extermina a un peligroso alienígena que busca evitar por medio de un viaje en el tiempo ser encarcelado. El comienzo dubitativo de esta tercera parte hacía temer lo peor. Con una torpe y brusca narración, con momentos de humor totalmente desnaturalizados y faltos de gracia (como la escena de Emma Thomson imitando la inolvidable secuencia protagonizada por Steve Carell en Todopoderoso, pero con un resultado que roza el patetismo), con secuencias de acción totalmente impostadas y mal llamadas, estos primeros minutos posicionaban a Hombres de Negro 3 con grandes chances de ocupar el podio a la peor película del año. Pasados esos olvidables momentos Hombres de Negro 3 comienza su repuntada con el viaje al pasado a cargo de Will Smith. Allí es como si empezara otra película donde el humor fluye enérgicamente con incluso algunas ácidas críticas hacía varios destinatarios que realzan el valor de la producción. Es que la saga Hombres de Negro (que de alguna manera volvió sin que nadie la necesitara/llamara luego de una segunda parte bastante irregular) necesitaba una renovación o algo que apartara la sensación de que ya no quedaba nada nuevo por contar dentro de esta franquicia, pero la curiosidad de la película es que esa especie de innovación se da yendo al pasado, un argumento de lo menos innovador y complejo de implementar con buenos resultados, y cambiando el rostro a uno de sus principales protagonistas. Cuando J viaja al pasado se encuentra con un nuevo K que es llevado adelante por Josh Brolin. Es justamente ese personaje el encargado de darle frescura a la saga con un K más flexible y demostrativo, y también se forma una gran química con Smith (que de nuevo demuestra que es una gran opción como comediante con otra buena performance), pero siempre logrando respetar la esencia que Tommy Lee Jones le imprimió en las anteriores entregas. De alguna manera es atrayente y a la vez interesante como la tercera parte funciona con medidas que a simple vista parecen cambiar todo, pero que a la vez no cambian demasiado los atributos que la primera parte supo demostrar en el pasado. Incluso guarda para el final una sorpresa que funciona por completo, y que tranquilamente si no hubiera sido llevada y contada con determinación, pulso y sutileza podría haber llevado a la película al fracaso absoluto. Sus buenos momentos de humor, su conciente parentesco con esa obra maestra del cine como Volver al Futuro y su bien llevada renovación son algunos de los puntos que posee Hombres de Negro 3 para ser un buen retorno a nuestra pantalla que de no ser por su errático comienzo se hubiera convertido en una de las mejores propuestas de este año.
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Sin documentos En 1997 se estrenó la primera Hombres de negro y en 2002 la segunda. Esas dos hicieron, juntas, más de mil millones de dólares de taquilla en todo el mundo. Quintuplicaron lo invertido y realmente fue un acto de justicia, porque la idea de la película era buena, el guión dinámico y divertido, los diálogos cargados de buen humor, los efectos especiales novedosos, y los protagonistas principales muy carismáticos, quienes además lograron mucha química en la pantalla. Todo viene de un cómic creado en 1991 en EE.UU. Todas las adaptaciones al celuloide tienen la misma estructura: una agencia no gubernamental estadounidense dedicada a la caza de extraterrestres ilegales escondidos en la ciudad de Nueva York. Dos de sus hombres más brillantes, el agente J y el agente K, son los encargados de algunos de los casos más difíciles. En esta oportunidad, un caso particular obliga a J realizar un viaje en el tiempo hacia 1969, al día del lanzamiento del primer cohete que llegará a la luna, para intentar salvar a K de la muerte y, también, para detener a un alienígena que da inicio en esa fecha a una invasión extraterrestre que recién llegará en el futuro. Una trata entretenida que sólo tiene algunos mínimos nudos un poco vidriosos, pero que maneja con habilidad las idas y vueltas constantes, provocando incluso algunas sorpresas. Dos de sus guionistas principales son reconocidos en el ambiente: David Koepp y Etan Coen. En total fueron cuatro. Pasaron 10 años desde aquella secuela y, pese a la gran cantidad de tiempo, el equipo volvió a reunirse casi intacto, algo tan difícil de lograr como lo obtenido sobre la pantalla, donde casi todo sigue como entonces, es decir sin "envejecer", como se dice en la jerga del arte. Steven Spielberg vuelve a ser uno de los productores. Barry Sonnenfeld el director. Tommy Lee Jones y Will Smith los dos hombres de negro. Los chistes tiene casi el mismo corte de los primeros. Los efectos especiales son idénticos. El diseño de las criaturas sigue siendo de lo mejor. En resumen: los seguidores pueden estar bastante tranquilos con lo que encontrarán.
El futuro está en el pasado Uno de los principales hallazgos de esta saga fue la idea de naturalizar la presencia de alienígenas de todo tipo y especie en la Tierra. En efecto, en aquella primera entrega (hace ya 15 años), se presentaba a los agentes K y J tratando de contener a los extraterrestres que violaban el acuerdo de "discreción" y hacían demasiado evidente su presencia en nuestro planeta. Esta idea central provoca una suerte de liberación mental para que los creativos de los estudios cinematográficos den rienda suelta a su imaginación y entreguen una fauna de seres estrafalarios no sólo en su aspecto exterior, sin que su aparición asombre a nadie. El otro acierto está en la conformación de la pareja de agentes: la elección de Tommy Lee Jones y de Will Smith en los roles centrales asegura diversión y momentos de humor más allá del propio libreto. Esta tercera entrega de la saga ofrece algunas innovaciones y suma atractivos a la receta original. A la presencia de Emma Thompson como la jefa de la agencia en la que trabajan "K" y "J", se agrega la aparición de Josh Brolin como el joven agente K, en la década del 60. Hasta esa época viaja el agente J, en persecución de un supervillano extraterrestre que quiere vengarse de K asesinándolo en el pasado. Desde el punto de vista del guión, en esa incursión por el pasado están los momentos más sabrosos, no sólo por la reconstrucción de un momento ya histórico (el lanzamiento de la primera misión a la Luna) sino porque abre una serie de posibilidades de especulación sobre el tema de la incidencia en el futuro (o sea, de nuestro presente) de alguna modificación en el pasado. Algo que la saga "Volver al futuro" puso de moda hace ya varias décadas. En esta oportunidad, este giro argumental presenta un escenario más que propicio para el desarrollo de las aventuras de los agentes, y potencia la eficacia de la fórmula humor+aventuras+ efectos especiales. La propuesta resulta entretenida, amena y divertida, lo que no es poca cosa al tratarse de una tercera parte y habiéndose cumplido tres lustros desde el estreno de la primera entrega. Las escenas de acción están resueltas con espectacularidad (subrayada por la técnica del 3D) y la presentación de estrafalarios seres sigue a la altura de las anteriores películas de la serie. Y, para los que gustan dejar volar los pensamientos y las especulaciones mientras miran el filme, a no perderse la participación de Griffin, el personaje que interpreta Michael Stuhlbarg, Este ser, que puede ver (y, a veces, mostrar a los terrestres) varios futuros posibles en forma simultánea, resulta sencillamente delicioso.
CONTRA LA ESCORIA DEL PASADO Nadie espera que un alien se le aparezca en el jardín. Es decir, para muchos es posible que haya vida en otros planetas, pero es tan difícil que pase algo así que nadie lo está esperando realmente. Del mismo modo, hay secuelas que nadie aguarda, continuaciones que nadie pidió: pasa con esas franquicias que casi habíamos olvidado que existían, como si alguien nos las hubiera borrado de la cabeza con un neuralizador. Y con la saga de los Hombres de Negro es casi una suerte que haya pasado: después de la flojísima segunda parte, ya ni siquiera pensábamos en la posibilidad de una tercera. Pero HOMBRES DE NEGRO 3 (MEN IN BLACK 3) llegó. Vino en son de paz, dispuesta a corregir los errores y a limpiar la escoria del pasado. El hecho de que nadie esperara (mucho de) este tercer film es un buen punto de partida: con esta película, que recupera el espíritu de los inicios de la saga, nos sorprendemos de lo bien que la pasamos. HOMBRES DE NEGRO 3 repite algunas cosas ya vistas (no se anima a dar un gran salto), pero divierte con su buena mezcla de humor, acción y ciencia ficción. La historia comienza cuando Boris, un criminal extraterrestre bastante jodido, escapa de una prisión de máxima seguridad y viaja en el tiempo, hasta 1969, para matar a la versión joven del agente K (Tomy Lee Jones), responsable de su encarcelamiento. J (Will Smith) regresa al pasado para intentar salvar a su compañero y así evitar una invasión alienígena. Todo está listo para que otra vez seamos testigos del buen trabajo en equipo de la dupla. Sin embargo, K es otro, pero en realidad es el mismo. Me explico: Tomy Lee Jones es reemplazado por el actor Josh Brolin, quien interpreta a K con varios años menos. Esta nueva incorporación al elenco le hace bien a la saga: otorga frescura pero sin que las cosas cambien mucho ¿Cómo es eso? Bueno, es notorio que Brolin, que tiene buena química con Smith, estudió la actuación de Tomy y logra componer de forma sólida al juvenil K con gestos imitados a la perfección. Will Smith es puro carisma. Con sus monólogos post-neuralizador, expresados con mucha soltura, el actor demuestra que sigue en forma para hacer comedia. Además, su variado repertorio de muecas, sonrisas y miradas también aportan bastante al humor presente en todo el film. Con respecto a las demás actuaciones, no hay mucho para decir: Emma Thompson y Alice Eve (ambas hacen de la agente O con diferentes edades) están poco tiempo en pantalla. Aunque Smith y Brolin son el centro de la gravedad del film, Michael Stuhlbarg aparece y sorprende, como un satélite inesperado, con su buena composición del alien Griffin, personaje que resulta ser más importante de lo que parecía en un principio: Stuhlbarg/Griffin habla de futuros posibles y nos encandila con su verborrea y con ese brillo de otro mundo en sus ojos. En HOMBRES DE NEGRO 3 hay algunos elementos de la fórmula que se repiten: la investigación del caso, la forma agresiva con la que interrogan a los aliens (hilando demasiado fino es curioso que nos sigamos riendo de una metodología que casi podría decirse que hace apología de la violencia policial y de las torturas), los tiroteos (que no representan demasiada amenaza para nuestros protagonistas: sus armas son demasiado poderosas) y el uso del neuralizador son todas secuencias bien realizadas pero que no dejan de ser muy similares a lo ya visto en las películas anteriores. Hay, sí, dos momentos para destacar: el viaje en el tiempo (una de las pocas escenas donde el formato 3D se aprovecha) y la batalla final, que se desarrolla en un impresionante escenario. Pero la novedad viene más por el lado visual: hay un buen trabajo de ambientación cuando J vuelve a 1969 y también se destaca el diseño de los aliens (uno de los fuertes de la saga), especialmente cuando J se encuentra en el pasado y vemos que los extraterrestres se parecen bastante a la manera en que eran representados por la cultura popular en esa época (un genial homenaje). El guión es simple, sin demasiadas complicaciones, y tiene algunas fallas. A las ya mencionadas, puede añadirse que el villano es bastante chato, sin mucho desarrollo, a pesar de visualmente es muy atractivo con esas garras en todas partes y el chobi que le sale de la palma de la mano. En el argumento también hay elementos algo forzados, pero resulta interesante que se haya decidido profundizar más en la relación de la pareja de agentes. En definitiva, aunque se pueden hacer algunas pequeñas objeciones, HOMBRES DE NEGRO 3 es una película graciosa y entretenida. Es que, como dicen en el planeta Xjsdfblon 4, “wijgosdwer aselxp cbsjduepaldjfn jdka cxxkmdoerdkfvzv klllocsql”.
Hombres de negro III es una oportunidad imperdible para pasar un muy buen momento en el cine con amigos o en familia, hayas visto o no las otras dos entregas. La resolución que le dan a la historia en el año 1969 está muy bien pensada y va a dejar a la mayoría de los espectadores encantados. El guión está bien realizado y no es un relleno para una parafernalia de efectos especiales....
Es lo mismo... con distinta intensidad (peor!) Muchos de los que vayan a ver "Hombres de Negro 3" -que al tener copias subtituladas es un lanzamiento que incluye también al público más menudo de la familia- no tengan ni idea de la "Hombres de Negro" original. Dado que la entrega anterior de la saga data de diez años atrás, cualquier niño o preadolescente que concurra al cine no puede haber vivido también en pantalla grande, lo que fue el suceso y el fenómeno de la primer entrega, también de la mano del director Barry Sonnenfeld. Quizás la habrá visto en video, en DVD o en televisión, pero por primera vez se acercará a estos particulares agentes en formato cinematográfico y adicionado además el tan moderno 3D que parece venir bien para la/cualquier ocasión. Sonnefeld, quien tambien ha firmado otros grandes éxitos de los '90 como "El nombre del Juego" con Travolta, Renée Russo y Danny de Vito y "Los Locos Addams" y que últimamente tenía un trayectoria en películas para televisión, elige volver al formato de la pantalla grande para una tercer entrega de la serie. No hay nuevas ideas? Es preferible volver a una fórmula que ya tienen cierto público fiel asegurado? Es necesario seguir dando vueltas de tuerca a personajes que dificilmente tienen mucho más para decir? Algunas de estas preguntas quedarán respondidas satisfactoriamente en esta tercera parte y otras, lamentablemente, no saldrán tan airosas. Si bien los personajes se adaptan a una nueva vuelta de tuerca en la trama, básicamente el efecto sorpresa que tenía la primera no parece estar presente y en esta nueva entrega hay poca originalidad y mucho de cliché. Hay un dejo de "Es todo lo mismo, más de lo mismo" y básicamente la falta de agudeza en el guión se compensa con algunos momentos de mucha acción, abundantes efectos especiales, persecuciones, suntuosos escenarios, investigaciones enigmáticas, alienígenas poniendo en peligro a los humanos, una pizca de visión futurológica de lo que será el mundo y seres de lo más extraños que viven camuflados entre nosotros. Los agentes K y J vuelven nuevamente a mostrarnos lo duro de su trabajo (la escena en un restaurante chino es una de las más logradas del film, con muchos efectos y muchísimo ritmo) combatiendo a fuerzas alienígenas en la tierra. Pero eso es solamente el marco para recordarnos o para introducir al nuevo público en la historia. Porque el punto fuerte de "Hombres de Negro 3" no es precisamente el trabajo que desarrollan en el presente sino un viaje que deberán emprender al pasado. Boris el animal -el último blogodita, un papel a cargo del sorprendente Jemaine Clement que hasta meterá miedo en el público más menudo- escapa de la prisión lunar en la que lleva encerrado varios años, más de treinta, abriendo esta entrega con una vertiginosa, dura e impactante primer escena. Apenas salga de esa prisión de máxima seguridad, Boris no dudará ni un segundo en ir a vengar a quien lo dejó sin libertad allá por 1969: el agente K. Cuando K misteriosamente desaparezca y J viva como en una realidad paralela, donde todos dan por muerto a su compañero desde hace ya muchos años, decide regresar a ese punto de la historia y tratar de ver qué es lo que realmente ha pasado. Obviamente que cualquier acto que pueda modificar en ese pasado, afectará a su presente. Suena conocido? Si, es una estrategia utilizada una y mil veces desde "El Efecto Mariposa" y mucho antes y por supuesto mucho después. Pero para darle un toque más interesante hay un elemento adicional: no solamente J tiene que ir a modificar algo del pasado para salvar a su irónico e introvertido compañero, sino que como plus, podrá redefinir algunas situaciones de su propia historia, a las que podrá comprender a partir de conocer ciertos elementos con los que no contaba en sus recuerdos. Todo el elenco sabe bien lo que hace: están Will Smith como J y Tommy Lee Jones (que le pasó en la cara, le operaron mal las bolsas ????) como K, haciendo su trabajo impecablemente y haciendo una buena dupla como en toda "buddy movie" que se precie de tal. En esta parte de la saga incorporan a Josh Brolin como K cuando era joven (se parecen muchísimo y realmente está logrado el efecto deseado) y la participación especial de Emma Thompson como la agente O (con un kilo de maquillaje encima -aflojen!- y en un papel que sinceramente dista de sus grandes actuaciones en "Sensatez y Sentimientos" "Wit" o "Realmente amor" pero bueno, todo el mundo tiene que llevar plata a casa...). La trama privilegia esta historia de volver al pasado para solucionar, arreglar, reparar, ciertos momentos y tratar de entender la historia en general pero básicamente la historia individual. Se interna en situaciones lindantes con el new age y una parte demasiado sensiblera, dejando completamente de lado lo que se suponía que fuese una película de acción y llena de aliens extraños, quienes sólo aparecen como figuritas decorativas pero que no tienen ninguna relevancia en la trama. Si bien el regreso a los '60 justamente da para un suntuosidad visual y para poder jugar con el humor (es muy divertido ver el prototipo de los aliénigenas de los '60 comparados con los actuales) y las referencias a personajes célebres, es también donde la película pierde ritmo y se torna sumamente explicativa y hasta moralista. Tiempos muy lentos para lo que se espera de un film de esta factura, diálogos pecando en algunos momentos de ser demasiado suntuoso y salpicados de discurso metafísico, lo que más puede reprocharse a "Hombres de negro 3" firmada por Etan Cohen es la falta de humor y de ironía que tenía el original. Es justamente esa pizca de humor y de locura lo que hizo de este producto un gran éxito en su momento, no tomarse nada demasiado en serio, sino jugar hasta en los límites del absurdo. Si bien es un producto en el que obviamente la inversión rinde sus frutos en los rubros técnicos y en el diseño de la imágen, vuelve a fallar a nivel guión con una historia que no termina de cerrar ni de adaptarse totalmente a una película de este estilo y que decepciona a los más seguidores de la saga. Fallida aunque con momentos interesantes, sería más estimulando que parte de la inversión se disponga a encontrar alguna chispa de idea nueva, diferente, fresca, a la que el público vuelva a convertir en un HIT como lo fue hace 15 años atrás la primera entrega de estos Hombres de Negro. Ahora todo suena a lo mismo, aunque con distinta intensidad (peor, para mi gusto).
Menos mal que, cada tanto, vuelven estos tipos. Es cierto: la antigua novedad de ver esa mezcla de ciencia ficción y comedia, de dibujito animado y juego puro de actores ya no está y sabemos a qué atenernos. Pero Barry Sonnenfeld -ocasional gran director- parece estar siempre muy seguro de lo que hace con estos agentes de inmigración extraterrestre. Hay muchos gags, Tommy Lee Jones siempre es un gran payaso que lo disimula, Josh Brolin logra capturar ese tono en su “versión joven” y Will Smith es uno de los mejores comediantes de las últimas décadas sin la menor duda. Algo más: Hombres de Negro nunca fue una “saga”, nunca apeló al drama continuado (eso que arruinó Piratas del Caribe en su tercer film) sino simplemente el retrato de las aventuras disparatadas de dos caracteres muy atractivos, de dos actores que crearon un supremo dúo cómico. Basta con haber respetado eso -comprenderlo- para tener una película fresquísima y desintoxicante, un film lleno de efectos especiales donde lo más efectivo es lo que hacen los actores.
Una vieja, buena y gastada idea Hombres de negro (1997), dirigida por Barry Sonnenfeld (al igual que su secuela y esta tercera parte), construía un universo propio desenfadado donde los humanos y diversas formas de vida extraterrestre convivían y eran conscientes los unos de los otros. El realizador aprovechaba las teorías de conspiración y los diferentes mitos acerca de los OVNI, dándoles una respuesta rápida original y con sentido del humor: sí, los extraterrestres existen, viven y se ocultan entre nosotros, y además hay una agencia que actúa a la sombra de todos los gobiernos del mundo y que se encarga de regular todos los asuntos intergalácticos. Con todo esto había bastante para imaginar y contar: una agencia burocrática que funciona casi como policía y aduana de ET´s, la conversión de James (Will Smith) en el agente J y la construcción de la relación con su compañero, el serio agente K (Tommy Lee Jones). Todo esto funcionó y divirtió, los dos actores demostraron gran química y todo ese universo creado servía, gracias a su extraña lógica, como excelente escenario para la aventura de sus carismáticos personajes. Sin embargo, 15 años después, luego de una exagerada y fallida continuación, la aparición de esta tercera parte de los Hombres de negro da una sensación de agotamiento y la sospecha de que quizás hubiera sido mejor que se quedara en su pedestal de “buen recuerdo de ciencia ficción de fines de los años 90, que fue superada por un mejor recuerdo de fines de los años 90 llamado Futurama”. Desde el comienzo, Hombres de negro 3 toma algunos virajes para acomodarse sin problemas sobre lo que va contar. Se eliminan un par de personajes de las anteriores entregas y se concentran nuevamente en la relación entre J y K, y de cómo ambos deberán perseguir a un extraterrestre mortífero que amenaza con destruir la Tierra. Entonces, si abstraemos un poco la idea, nos vamos a dar cuenta de que nos están contando lo mismo que en la primera parte. Obvio que hay matices: como se contaba en el tráiler, J viaja en el tiempo y tiene que volver a conocer en los 60 a un joven K, quien es interpretado por Josh Broslin. También se devela algo sobre el pasado de los personajes pero nada más. En esencia, Hombres de negro 3 cuenta lo mismo que la primera parte de la saga y, como era de esperar, no sólo ya no es tan efectiva. Tampoco logra actualizar un poco sus códigos y su espíritu, por lo que al verla se produce la idea de estar viendo algo anacrónico, o más bien envejecido. Probablemente ya no quedaba nada más para contar, y el enclenque guión de Etan Cohen se termina convirtiendo en una especie de capítulo televisivo. Porque, sin ser tan mala, Hombres de negro 3 es a esta saga lo que Terminator – La salvación a la saga del asesino mecánico. Es decir, una historia intrascendente que poco agrega y que tampoco es lo suficientemente consciente de sí como para ser al menos un divertimento descocado. Ni siquiera hay demasiadas secuencias de acción en Hombres de negro 3, aunque las que tiene están bastante bien resueltas. Para agregarle algunos buenos puntos, vale la pena comentar que contiene una muy buena actuación de Brolin y algunos buenos chistes, sobre todo los relacionados con Andy Warhol. Con todo, este film es tan entretenido como injustificable.
Casi como si fuese una disposición de trabajo cada vez que un filme de género genera (valga la plausible redundancia) buenos dividendos en las arcas de sus productores, es necesario realizar una secuela, dos, tres, o, como esta de moda ahora, “precuelas”. En este sentido hemos visto como muy buenas ideas originales han sido bastardeadas con el sólo propósito pecuniario, como ejemplos tendríamos “Volver al futuro” (1985) o “La momia” (1999), ambas poseedoras de dos continuaciones que no lograron ni acercarse a las bondades y efectos de sus originales. Tampoco es ingenuo iniciar, mencionar e incluir en esta critica de “Hombres de negro 3” los filmes anteriormente mencionados. La tercera entrega de la saga dirigido por Barry Sonnenfld tiene todos los elementos necesarios para ser incluida en esa misma lista Es verdad que por pequeños detalles, sobre todo estéticos, supera un poco en los resultados a la segunda, pues todas las sorpresas ingeniosas y humorísticas son recurrentes en esta ultima, pero ya no producen el mismo efecto en el espectador, son previsibles desde la construcción de la historia, el nuevo cuento, hasta la inclusión y desarrollo de nuevos personajes y sus inverosímiles justificaciones narrativas. Para no dejar cabos sueltos los responsables incluyeron la vedette del momento, particularmente en lo referente a los efectos especiales, el excesivamente sobrevalorado 3D, el cual no le agrega nada y, por el contrario, termina por ser hasta molesto, ya que si no te atrapa o te interesa el cuento el efecto visual pierde importancia. Han pasado 15 años de la original y 10 años de la segunda parte, y tal como si fuese un deja-vu, el Agente J (Will Smith) debe volver al pasado para rectificar la línea de la historia. En el presente introduce a Boris, el animal (Jemaine Clement) que luego de 40 años de estar preso en una instalación de máxima seguridad, emplazada en la luna, y como además sabemos que todo dispositivo de seguridad tiene sus fallas, se escapa y no sólo eso sabe de la posibilidad de volver al pasado para poder matar a el Agente K (Tommy Lee Jones) antes que este lo aprese. Hecho esto, el futuro, o sea el presente, tal cual lo predice el Dr. Emmett Brown en “Volver al futuro 2” (1989), se ha modificado, K ha muerto, Z el jefe no existe, y en su lugar aparece la Agente O (Emma Thompson). J puede dar cuenta de lo sucedido y decide viajar al pasado para detener a Boris, y la situación plantea una pregunta: ¿Cómo hizo J para ser parte de los Men In Black, si quien lo recluto hace 15 años murió hace 40? Pero estas son tonterías de lo verosímil o creíble o no. ¡Qué importancia tiene, si nadie se va a dar cuenta de ese detalle!….. J en el pasado, más exactamente en 1969, se encuentra consigo mismo de pequeño y con K muy joven (Josh Brolin), quizás sea este el punto más alto del filme. La creación de éste personaje por su interprete es extraordinaria, no sólo desde lo gestual corporal, sino también desde la voz, es exactamente igual a Tommy Lee Jones, y no aparece en los créditos el haber sido doblado en la voz. Son correctas las actuaciones de los protagonistas y al parecer Emma Thompson decidió divertirse mucho, sin esfuerzo, sin demasiado compromiso histriónico, y que además le paguen Es indudable que el director sabe como contar una historia, sabe dónde, cómo, cuándo y cuanto tiempo resulta necesaria una posición de cámara, un movimiento de la misma, lo cual redunda en lo efectivo de la estructura, pero todo termina siendo vacuo por el guión que no deja de ser un catalogo de lugares comunes. En contra de todo lo expuesto seguramente la taquilla demostrará que el resultado buscado fue obtenido, el cine, el arte, la sorpresa, quedo relegada.
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En busca del sueño del mito propio La voluntad de trilogía pareciera forzar esta "última" entrega de Hombres de negro. Cómic de trascendencia mayor a partir de su versión al cine, Men in Black tuvo un momento de esplendor con su primer film (1997), una secuela previsible (2002) y ahora, visto el capítulo tercero, un desenlace cíclico. Barry Sonnenfeld sigue en pie como realizador, responsable también de los buenos momentos vividos por Los locos Addams, con Raúl Julia y Anjelica Huston en sus protagónicos, así como de esa incombustible mirada sobre Hollywood que significa El nombre del juego (Get Shorty, 1995), sobre novela de Elmore Leonard. Entonces, Hombres de negro otra vez. Y nada que sorprenda. O, en todo caso, la virtud argumental cíclica a la que se ha aludido. El ciclo, figura temporal justa, deviene lugar preciso para delinear al mito. Cualquiera de sus puntos es final, también principio. Al buscar su lugar en esta rueda de tiempo, Hombres de negro 3 ubica su trasfondo mítico. Alcanzado éste, su historia podrá ser contada otra y tantas veces como sea necesario. Ahora bien, esto como desprendimiento de análisis del film, o como lugar primario desde el cual el guión hubo de ser escrito. Pero en lo que a cine refiere, esta nueva Hombres de negro no ofrece más que una aventura ramplona, con protagónico exclusivo de Will Smith. El agente J (Smith) sale en busca temporal del asesino del agente K (Tommy Lee Jones). Al menos desde lo que le supone su recuerdo inmediato del ayer, cuando K estaba allí donde ahora no, mientras todos dicen que hubo de morir hace cuarenta años. Así, el viaje en el tiempo. Año 1969. Con la luna a punto de ser visitada. Un villano que permite, justamente, un origen lunar (y rojo: su nombre es Boris). Y un K muy joven, con rasgos del gran Josh Brolin. (Puntos a favor para el actor, preciso en su recreación del personaje, con gestos que recuerdan de manera creíble al K "del futuro".) Si Hombres de negro tuvo uno de sus puntos de (re)encuentro felices en la interacción humorística con alienígenas (de historietas, de portadas de revistas de ciencia ficción), aquí poco y nada de ello. A excepción de algún cameo en segundo plano, con un extraterrestre colorido al teléfono. O la despedida a Z (Rip Torn), en palabras hoscas según K, o con jerga de otro mundo según O (Emma Thompson). Pero poco hay de gags, mientras mucho de acción à la Will Smith. Correrías diversas, con el fin de componer una duración de largometraje. Con efectos digitales que mejor si hubiesen sido especiales. La excusa del viaje retro podría haber permitido jugar con la imaginería de aquellos años, así como con la técnica de sus películas. Pero nada hay de ello, sino en todo caso más de lo mismo y peor. Es decir, es tan mala la calidad digital de la truca que, por qué no, podría dirigirse el dedo acusador al genio malvado de su productor: Steven Spielberg.
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Luego de 15 años del estreno de la primera película de la saga de "Hombres de Negro", basada en un poco exitoso cómic homónimo, esta tercera parte intenta, y lo logra, arreglar los errores de su antecesora y proponer un entretenimiento bien planteado, con actuaciones destacables y con un dramatismo que da un interesante giro al estilo y al tono de la película.
Evolución retro "Men In Black 3" vuelve bastante renovada y con ganas de revivir con todo la franquicia de acción humorística que enamoró a muchos fans allá por 1997. Retorna con algunos aspectos muy pulidos y acertados, pero todavía sostiene algunas fallas de la 2da entrega que fue bastante mediocre. El mismísimo Will Smith acepta en una entrevista reciente que le pifiaron con la historia de "Men In Black 2" y en esta 3ra entrega quisieron mejorar mucho la trama y el humor. Lograron con la incorporación de Josh Brolin (joven Tommy Lee Jones) una brisa fresca de carisma y nivel en el reparto, tanto que ya hay rumores de que las próximas cintas podrían concentrarse en el joven K con más de Brolin como protagonista. Otro aspecto positivo tiene que ver con el viaje en el tiempo, precisamente a fines de los años '60 lo que renueva toda la puesta en escena de la película, las armas, los medios de movilidad, las oficinas de los Hombre de Negro, el vocabulario y otras cuestiones que incorporan novedad a la trama pero con un aire retro. Y es que para revivir al producto necesitaban darle un toque nuevo a todo el paquete, cosa que creo lograron en muchos aspectos, pero se olvidaron de otros importantes. Algo que me molestó y percibí de calidad mediocre al igual que la 2da entrega fue el villano escogido. Boris "The Animal" se queda al medio del camino entre el divertidísimo y siniestro "Edgar" (Insecto) de Vincent D'Onafrio en "Hombres de Negro" y la aburridísima "Serleena" de Lara Flynn Boyle en la secuela. Tiene algunos aspectos notorios de crueldad y buenos efectos visuales relacionados con sus transformaciones, pero al humor se lo dejó olvidado en casa. Quizás deberían apuntar un poco más alto con el casting y contratar a una celebrity más carismática para el rol. Otro aspecto flojito fue el tema del humor en general... por momentos convence con recursos físicos, pero en otros te mirás con el lado como diciendo..."¿quiso hacer un chiste es así de gil nomas?". Creo que las producciones de este tipo si quieren sobrevivir al paso del tiempo deberían reinventarse cada vez más, buscando nuevas herramientas para mantenerse en la onda. El chiste racista ya fue... ¡A ponerle pilas!! Es un buen retorno, pero hay cosas que pueden mejorar y mucho.
Vuelven, con menos locura y más emotividad y una vuelta de tuerca. Ahí está Will Smith, lucha con bichos extraterrestres, especialmente contra un personaje temible. Pero el film apela a la sorpresa y la emotividad. Esta Tommy Lee Jones, pero poco. Porque el talentoso Josh Brolin lo encarna en su juventud en un trabajo sorprendente. Con un público cautivo, llega la tercera para sus fans.
A 10 años de la II (sí, ya pasaron 10 años) y dirigida como siempre por Barry Sonnenfeld, exhibe algo de “manufactura de producto veloz y trepidante” que puede cansar por momentos, pero esta serie siempre tuvo algo parecido a un alma de película: actores nobles, chistes de sobra (ese playón de extraterrestres es una gran fuente de humor en segundo plano), reglas claras para la ciencia ficción y la fantasía. Will Smith y Tommy Lee Jones logran –y mantienen– esa gran química basada en la distancia que impone el actor más arrugado de Hollywood. En esta tercera parte se agregan Emma Thompson y Josh Brolin, que hace de Tommy Lee Jones joven, en un fabuloso encastre de personalidad actoral. Hay más, sí, como toda la línea de análisis e interpretación que impone el guionista, pero esa es otra nota.
Hablar de la tan mal aprovechada franquicia de hombres de negro, nos tiene que remontar al lejano año de 1997, donde, basados en un cómic, y haciendo referencia a la leyenda urbana de los Hombres de Negro, agentes gubernamentales encargados de guardar el secreto sobre la vida extraterrestre a los humanos, llegó esta extraña mezcla de comedia y acción con Will Smith y un siempre carismático Tommy Lee Jones. Tuvieron que pasar 5 años, en el 2002, para que nos llegara una secuela con un desagradable sabor de boca. Y 10 años después, 2012, nos encontramos con la tercera parte de la saga, con un sin fin de rumores sobre si seguirá o fue todo lo que había que contar sobre la historia. Seamos sinceros. Si una continuación de una película tarda 10 años en llegar, puede deberse a diversos problemas, desde el guión (rumor que siempre se propagó por internet), actores, director, etc. Y siempre uno espera más de este tipo de películas al preguntarse que historia contará al no tener una línea argumental bien definida (las aventuras de los agentes J y K como hombres del gobierno bien podría ser material para una serie animada, como la que existió, pero nunca para películas sin un fin específico). De este modo, decidieron utilizar el recurso de salvamento de viajar en el tiempo, con el que se pueden contar "historias nunca antes vistas" y modificar lo que ya se había contado anteriormente. Es así que, ante una nueva amenaza, el agente J debe viajar al pasado para rescatar a su amigo K, brillantemente interpretado por Josh Brolin, quien supo copiar a la perfección cada gesto y cada detalle de Tommy Lee Jones, de las garras de un marciano que busca venganza. De esta manera, nos adentramos particularmente al pasado de K, donde conocemos los sucesos que lo convirtieron en la persona que es. Hay que decir que la mayor parte de la película es lenta. Los efectos son buenos (aunque nada del otro mundo que justifique el pagar un extra por el 3D), pero nos hace falta ese personaje entrañable. Nos hace falta ese algo que sólo la primera parte nos supo dar. Quizá sea frescura, quizá sea comedia sencilla, con referencias a la cultura popular (la presencia de Lady Gaga y Justin Bieber totalmente injustificada), con gags de la segregación racial. Algo falta para justificar 10 años de diferencia entre una película y otra. Y sin embargo, al final, nos deja la sensación de que explicaron lo que querían explicar desde un principio. Sin tantos rodeos y sin tantos giros hasta cierto punto confusos. Josh Brolin vale la pena. Y los últimos 10 minutos valen la pena por darte el pequeño detalle que, aunque no explica mucho ni aporta algo realmente impactante a la historia, si deja la nota sentimental. Pero sobre todo, algo que no sé si realmente intentaron hacer, o simplemente está presente como algo que siempre va anexo a las películas de viajes en el tiempo, es esa filosofía extraña del existencialismo, donde el tiempo se convierte en un personaje importante de la vida, donde puede pasar de ser algo inalterable, a algo producto de nuestras acciones. cada quién reflexionará. Personalmente, la recomendaría para rentar un fin de semana por la noche.
Dos filmes que apuestan a la espectacularidad y también la nostalgia. Uno va hacia el futuro y otro hacia el pasado. Los dos quieren rescatar algo que está en peligro. El humor se agradece, aunque no hay mucho más. Es un desfile de cosas sabidas trayendo personajes que dejaron su marca y siguen vendiendo. "Los vengadores" -un seleccionado de superhéroes que se deben esmerar ante un villano cinco estrellas- busca más la complicidad. Y al nuevo opus de "Hombres de negro" se le nota, por suerte, la influencia de Spielberg: propone un retorno, como siempre, al pasado para pagar viejas facturas y para emparchar un presente que pide algunas mejoras. Dos buenos productos.
No me gusta Barry Sonnenfeld. Me parece un tipo exagerado, un individuo que confunde lo cómico con lo grotesco. No me gustó para nada ver cómo masacró el humor blanco que caracterizaba la serie de TV de culto Los Locos Adams y lo reemplazó por una catarata de excesos visuales en su desabrida remake. Menos me gustó su segunda parte, ni tampoco me gustaron la mayoría de los filmes restantes de su obra - como Wild Wild West o ese engendro apocalíptico que fue RV, por el cual merecería el empalamiento perpetuo -. Si Sonnenfeld tuvo un momento de lucidez en su carrera, fue con Get Shorty y la primera Hombres de Negro: allí había una comicidad sutil, balanceada con un libreto inteligente. Después de eso la carrera de Sonnenfeld se sumió en una sucesión imparable de fracasos que terminaron por convertirlo en un proscripto de la pantalla. Ahora, después de 6 años de impasse, Sonnenfeld regresa con esta secuela tibia y poco entusiasta. Seguramente el cineasta debe haberle llorado la carta a medio Hollywood para recaudar apoyos y dólares que le dieran una chance de revivir su malograda carrera, justo con una franquicia que él mismo se encargó de enterrar en el fango en el 2002. Sin dudas los números han favorecido a Hombres de Negro 3, aunque buena taquilla no siempre es sinónimo de buena película. En el caso que nos ocupa las cosas son bastante dispares - no hay tantos gags ni son tan graciosos como debieran, pero al menos el libreto es imaginativo y hay un par de perfomances descollantes -, con lo cual el resultado final es más que nada simpático y tibiamente efectivo. La primera hora no es muy buena. Primero, porque Sonnenfeld vuelve a irse en vicio con los gags visuales (esa manía por el humor físico o slapstick) y, segundo, porque la perfomance de Tommy Lee Jones es extremadamente mala. ¿Qué le pasó a este hombre?. No sólo parece un muñeco de cera pintarrajeado y envejecido sino que es totalmente inexpresivo y carente de gracia. Es cierto que el personaje se siente melancólico y vencido, pero da la impresión que Jones estuviera tremendamente incómodo y trabajando a reglamento. Es posible que los numerosos problemas de rodaje - arrancaron la filmación con sólo un tercio de la historia escrita y, encima, hicieron un parate de varios meses en el medio - afectaran su humor y su interpretación. A Smith le pasa algo parecido, aunque el moreno logra recuperarse cuando la historia se planta en el pasado. Por contra, el que es una gozada es Josh Brolin, quien imita los manerismos de Tommy Lee Jones a la perfección (hace de la versión joven del agente K). El filme logra despegar cuando Brolin aparece en pantalla; a esto se suma la deliciosa perfomance del villano - un jugoso Jermaine Clement, el cual hubiera merecido más tiempo en pantalla - y un personaje secundario rico en posibilidades: un ser multidimensional (compuesto por Michael Stuhlbarg) capaz de ver todos los futuros posibles simultáneamente y con meses de anticipación. Es una lástima que el filme no se haya dedicado a explorar en profundidad todas las posibilidades que generan este hallazgo, y lo relegue a un rol anecdótico y casi decorativo. Hombres de Negro 3 sobrevive por Brolin y por esos personajes. Ok, hay versiones muy anticuadas de los chiches de alta tecnología que hemos visto en otras entrega de la saga, pero tampoco el libreto se ensalza con eso. Por contra, la historia comienza a ponerse cada vez mejor cerca del final, en donde empieza a funcionar dentro de los carriles propios del género de los viajes en el tiempo - con multiples opciones y paradojas temporales -. No es que haga algo novedoso sobre el tema, pero al menos lo resuelve de manera inteligente. En sí, Hombres de Negro 3 supera a la 2 por lejos; es más consistente y satisfactoria en términos de ciencia ficción, y es simpatica sin ser hilarante. Quizás Sonnenfeld haya viajado al Tibet y haya aprendido los beneficios de la mesura, en donde menos es mas, y lo óptimo no es siempre lo mejor (o lo más caro). Y aunque no es una gran película, al menos es un entretenimiento potable que uno puede recomendarle a un amigo sin poner en serio riesgo la amistad.
Luego de 10 años, Will Smith y Tommy Lee Jones vuelven a encarnar a los Agentes J y K -respectivamente- en esta tercera entrega de la saga "Hombres de Negro", la cual vuelve a ser dirigida por Barry Sonnenfeld (tal como lo hizo en las dos anteriores) y que por primera vez ha sido filmada para ser exhibida en formato 3D. Basada en la serie de historietas creadas por Lowell Cunningham, publicadas por Malibu Comics, y producida nuevamente por la compañía Amblin Entertainment de Steven Spielberg, la trama de "Hombres de Negro 3", si bien se inicia en la actualidad, pega un salto en el tiempo y nos traslada al pasado. Más precisamente al 15 de julio de 1969, año al que J (Smith) se ve obligado a "viajar" (o "literalmente "saltar") para salvar la vida de su intrigante y taciturno compañero K (Lee Jones) para corregir los eventos que lo conducen, a la versión joven de éste (interpretado por Josh Brolin), a una muerte segura. Todo comienza cuando un alienígena llamado "Boris, el Animal" (a cargo del músico Jemaine Clement), que pertenece a una especie muy peligrosa que tiene por objetivo destruir planetas, escapa de una prisión lunar e invade la Tierra para vengarse de K, quien hace más de 40 años fue el responsable de arrancarle un brazo y encarcelarlo de por vida, por lo que el villano viaja al pasado y lo mata, produciendo que desapareza de la línea temporal del presente. Atentos los espectadores con el asunto de los saltos en el tiempo. Tal es así que en la agencia secreta gubernamental que se dedica a monitorear la actividad extraterrestre en nuestro planeta, ahora dirigida por la Agente O (pequeña participación de la actriz británica Emma Thompson), recuerdan a K como un agente que falleció en el cumplimiento del deber cuatro décadas atrás; excepto J, quien es el único que lo recuerda y se pregunta qué le sucedió. Con la vida de su mentor y el destino del planeta en peligro ante una invasión, J se transporta a ese día para evitar que Boris cumpla su cometido. Claro que además, el personaje de Will Smith aprovecha la ocasión para poder conocer los secretos de su compañero -aquellos que no tienen nada que ver con el universo- para así saber qué lo llevó a ser tan irritable y reservado. A través de un buen ritmo y humor inteligente, la estructura narrativa de este entretenido film (supera ampliamente a su predecesora) profundiza la historia de estos dos personajes y la relación entre ambos y, lo más importante, el relato está por encima de lo que podría haber sido sólo una sucesión de chistes desparramados en medio de una seguidilla de efectos especiales funcionales sólo a las tres dimensiones. Otro aspecto para destacar, en lo que respecta a las actuaciones, es la labor del actor Josh Brolin encarnando al Agente K de 1969. Él aporta una interpretación intuitiva y sutil como un joven K, ya que canaliza los ademanes y la personalidad que el propio Tommy Lee Jones le imprime al mencionado personaje.
El rescate de una saga. La primera entrega de Men in Black fue un éxito gracias a su originalidad, su bien logrado humor y la composición de sus personajes. Su secuela, en cambio, fue un fiasco que careció de todas las virtudes de la primera, dejando en evidencia su exclusivo oportunismo comercial. Insospechadamente y luego de una década de la segunda, esta historia de agentes excéntricos y ultrasecretos llegó a ser una trilogía, y por fortuna, lo hizo con clase. Los hombres de negro están de regreso como en su debut, con un guión bien pensado que garantiza el entretenimiento a través de diálogos graciosos, personajes entrañables y una historia creativa. La magnífica química que logran Tommy Lee Jones y Will Smith esta vez se potencia con la introducción de Josh Brolin, que interpreta a un jóven K (poco que ver con La Cámpora) de manera soberbia. El otro nuevo personaje incluido en la historia, Griffin, también es una gran adición que le da frescura a esta tercera parte. Men in Black 3 redime la saga, volviendo a incursionar en la fórmula que supo darle buena fama a estos parcos sujetos vestidos de negro que protegen el mundo de los alienígenas. Hay humor, acción, mucha creatividad y alguna que otra sorpresa bien ideada. Casi imposible pasarla mal.