Puro entretenimiento made in Pixar La esencia de Pixar siempre está: esa cuestión de que a través de películas de animación se puedan narrar complejas historias que intercalen con éxito la aventura, la comedia, la cinefilia y lo emotivo. El tema era que con los últimos trabajos de la productora, el nivel de los films – a pesar de ser correctos - se encontraba en caída, debido a que tanto Cars 2 cómo Valiente no estaban a la altura de grandes obras como WALL-E y Up. Con Monsters University, todo este asunto se acomoda un poco más a la historia de Pixar, siendo que ésta nueva película vuelve a encontrar un ritmo avasallante para a través de una gran narración, proponer uno de los films más entretenidos de los últimos años...
Back to School Si a Monster University le agregáramos un poco de sexo, otro poco de drogas y alcohol, sin duda estaríamos viendo una comedia universitaria de los años 80, del grupo National Lampoons. Pero, teniendo en cuenta que Pixar y Disney se encuentran detrás de esta producción es previsible que no nos vamos a encontrar con un relato iniciático – coming of age – apuntado a un público netamente adolescente, sino a una aventura familiar, que lleva la firma de la productora que desde 1995 viene demostrando que se puede conseguir un film animado, de notable e innovadora factoría visual que tenga diversas lecturas dependiendo la edad del espectador...
Unidos por el espanto Era de esperar el regreso de estos dos simpáticos personajes salidos de la factoría Disney Pixar en esta historia que desmitifica los miedos infantiles y culmina con el principio de lo que fuera el suceso de Monsters Inc. Bajo la dirección de Dan Scanlon, Monsters University sigue los pasos de Mike y Sully, que bien representan a cualquier adolescente norteamericano que atraviesa su etapa educativa, el enfrentamiento que tienen con otras cofradías de monstruos inadaptados y los obstáculos típicos de la edad bajo la severa mirada de la decana Hardscrabble (en la versión en inglés cuenta con la voz de Helen Mirren). Mike lleva toda la vida soñando en convertirse en Asustador, pero sus planes cambian cuando se cruza el popular Sulley, un asustador nato. El film construye con humor y efectivos gags la convivencia de estos compañeros de estudios en la popular universidad, entre la competencia y la posterior expulsión. La trama sirve como la excusa ideal para resaltar los valores de la amistad y el compañerismo a lo largo de (excesivos) ciento diez minutos de metraje, donde conviven desde las coloridas monstruosidades animadas (como Art o Terri y Terry), con el universo más lúgubre de los temores que los somete a pruebas permanentes. El resultado es una película bienvenida, celebrada por los pequeños y por aquellos adultos que puedan recordar también sus años de estudio. Una película con impecables rubros técnicos y un universo de seres que, en definitiva, se parecen mucho a los humanos.
Pixar sigue siendo una fiesta... Con 14 largometrajes y varios cortos en su haber, Pixar tiene la pesada "carga" de haber concretado varias obras maestras. La factoría de John Lasseter y compañía ha fijado la vara tan alta con la saga de Toy Story, Los Increíbles, Ratatouille o WALL-E, por nombrar algunas, que cuando regala "apenas" una muy buena película como esta segunda entrega de Monsters (técnicamente una precuela), sentimos una pequeña decepción. Pero no seamos injustos: en otro contexto, en otras manos, un film con la alegría, el humor, la belleza y elegancia visual, y esos mil y un detalles por segundo que ofrecen estas nuevas desventuras de Mike y Sulley generaría un entusiasmo casi eufórico. Despejemos entonces las exigencias desmedidas para con cada nuevo estreno de Pixar y dejémonos llevar por una comedia a puro slapstick y simpatía concebida para el disfrute más puro y genuino. Ya conocimos en 2001 al hilarante y expansivo monstruo verde, enano y de un solo ojo, Mike Wazowski (Billy Crystal) y a su ladero, el grandote púrpura -y campeón entre los "asustadores"- James P. “Sulley” Sullivan (John Goodman). Ahora, es el turno de descubrir su pasado universitario, aunque primero hay un prólogo infantil de Mike (con aparatos en los dientes y todos los síndromes del freak) visitando la Fábrica de Sustos y jurándose que ese será su lugar en el mundo en el futuro. Luego, sí, llegará su ingreso a la Monsters University y, más precisamente, a la muy estricta y difícil Facultad de Sustos, donde el obsesivo y temoroso Mike conocerá al presumido y arrogante Sully. Los comienzos no serán fáciles para estos personajes de personalidades opuestas, que además sufrirán los abusos de la despiadada rectora vampírica Hardscrabble (la siempre genial Helen Mirren). Si esto les suena muy "Harry Potter", lo que sigue (una delirante competencia en equipos tipo Olimpíadas en la que ambos antihéroes participarán dentro del patético equipo del campus Oozma Kappa) también remite a la franquicia del joven mago de Hogwarts (y al subgénero "de college"). Aquí entra en debate el por qué Pixar ha entrado también en el juego de las sagas y las referencias a otros productos de la cultura popular, cuando antes sorprendía con historias 100% originales. Esto no significa que Monsters University sea una película sin ideas ni capacidad de sorpresa. Al contrario: fluye con una liviandad y soltura tales que sus 102 minutos se me pasaron volando (y con un corto previo que comentaré aquí mismo). Dan Scanlon, veterano artista de storyboards de Pixar, construye una comedia que es una locomotora, una montaña rusa llena de acción (el 3D está bien aprovechado pero no agrega demasiado), gags físicos y diálogos ingeniosos. Atributos que no alcanzan para elevarla a la categoría de joya, pero sí para ubicarla como un seguro (y merecido) éxito destinado al consumo familiar masivo. Para redondear este comentario, dos recomendaciones: si no van con niños, busquen las salas que por la noche dan la película subtitulada (yo ví la versión original y las voces son gloriosas). Y lleguen a tiempo para ver Azu-lado (The Blue Umbrella), corto sobre la historia de amor entre... ¡dos paraguas! en medio de una lluvia. Con coreografías propias del musical y una animación hiperrealista, se trata de una suerte de homenaje a Los paraguas de Cherburgo que resulta otra pequeña gema visual y narrativa de Pixar en envase pequeño. Una sana costumbre.
La traición a la tradición Pixar es un estudio de animación que revolucionó para bien la historia del género. Monsters Inc. (2001) fue uno de los títulos más logrados y queridos de dicho estudio. La combinación de comedia de amigos al estilo Martin y Lewis y la ternura infinita que la película poseía era una combinación difícil de resistir. El anuncio de una secuela de un film así podía generar desconfianza, pero teniendo en cuenta los buenos antecedentes de Toy Story y la capacidad de Pixar uno podía ser más abierto. Pero esta vez la confianza ha sido traicionada. El grave problema es que Monster University no es una secuela, sino una precuela. Se le llama precuela a una película realizada después de la original, pero cuya historia transcurre en el pasado de dicho historia. No todas las precuelas están mal, pero hay un problema insalvable en este caso debido a la manera en que los personajes evolucionaban en el film del 2001. Toda la lógica del mundo de Mike y Sullivan se caía cuando conocían a una nena que no les tenía miedo. Todo giraba y no había vuelta atrás. Retroceder la historia a la época en que ambos personajes se conocen en la universidad carece de cualquier valor dramático o interés. Seamos claros: Nada de lo que aprendan tendrá sentido porque ya sabemos que está mal, que es un error, que todas sus certeza se cayeron –para bien- cuando conocieron a la nena en Monsters Inc. Lo único que justificaría este disparate sería, claro, que el discurso del film fuera que en la universidad no se aprende nada bueno. Dudo que esa sea la idea. Para peor, toda la película se construye sobre un océano de clichés universitarios que, aun con tono de parodia, no dejan de ser clichés sumergidos en la más pura rutina. El espectador generoso les regalará algunas risas, pero dependerá mucho de la voluntad del espectador ya que el film por sí mismo no puede hacerlo. Imposible reírse en esta película de Pixar, la menos simpática de toda su historia. Este error conceptual, este pasado sin valor dramático, se ve muy empeorado por un acto deleznable y sin retorno por parte de uno de los dos protagonistas. La redención –obligada- es apresurada y no tiene fuerza alguna. Por primera vez Pixar no solo pierde toda emoción y dramatismo, sino que además hace agua en la ética. El espectador que tenga muy presente Monsters Inc. (2001) entenderá muchas más cosas de Monsters University que aquel que no la recuerde. Pero lamentablemente, podrá comparar ambas y se dará cuenta de cuan decepcionante y poco interesante es esta precuela. Aconsejo buscar una versión con las hermosas voces de Billy Crystal, John Goodman, Steve Buscemi y Helen Mirren. Y quedarse, si tienen ganas, a ver la escena extra al final de los títulos. Pero para ser sinceros, ni siquiera esa escena podrá levantar nuestro ánimo.
Dentro de la notable producción animada de Pixar, que ya cuenta con catorce largometrajes y un ramillete de cortos únicos, hay algunos hitos indudables. Dos de ellos, en los que la imaginación y la concepción de personajes fueron excepcionales, son Toy Story, que dio pie a dos geniales secuelas y Monsters Inc. Esta última estaba enriquecida, además, por estupendas criaturas y un andamiaje expresivo formidable. Propiciar con este producto una segunda entrega en formato de precuela no parecía una mala idea, pero tampoco demasiado buena. Quizás aquél patrón de monstruos programados para aterrar a niños en pleno sueño, que en Monsters University los vemos en pleno aprendizaje y entrenamiento para tal fin, ya no sorprende tanto. El primer film exprimió a fondo y con destreza todas las alternativas posibles que le deparaba esa ecuación. Ni tampoco divierte tanto ya, debido a que en algunos puntos –que aquí se acentúan al ver precarios muñecos que remedan niños en los “simuladores” universitarios al margen de la “empresa” Monsters Inc.–, se trata de una representación no demasiado estimulante. El film original disimulaba sus aspectos tétricos, que aquí quedan más expuestos. Monsters University es ágil, artísticamente impecable y cuenta con algunos buenos gags, pero ubicar a los personajes en una supuesta época universitaria resulta forzado, y a poco de comenzar el film resultan notorias las dificultades para otorgarle interés a la trama. Por otra parte los localismos acerca de las costumbres estudiantiles en Estados Unidos, como las “iniciaciones” y otros tópicos, adaptados a los monstruitos, por más satíricos que sean, no tienen tanta gracia para nosotros. Existen también tributos a films de terror y otros, medianamente logrados. Este año precisamente se relanzó en 3D Monsters Inc. y se han destacado tres piezas del género de muy buena factura como la brillante Los Croods, Ralph y El reino secreto. Esta nueva Monsters no llega ni por asomo a ese nivel, y quizás nuestra Metegol se meta entre lo más destacado del 2013. Mientras tanto, la diversidad de extraños seres es lo más disfrutable de esta propuesta, y los chicos que se apasionaron con ellos en Monsters Inc. van a saber apreciarlo.
Muchos nos preguntábamos a la salida de la proyección, porqué Pixar no decidió seguir adelante con la historia trazada en la exitosísima "Monsters Inc", y en cambio, generar una "precuela" de la historia de Mike y Sulley instalada en el universo de las facultades americanas. Es cierto que la riqueza de los personajes, le permitía a priori, hacer cualquier apuesta, pero cuanto menos, hay que reconocer que el encuadre elegido (la vida en un campus universitario) apunta más al público del norte, que del sur. Lo cual, no es un tema menor. "Monsters University" es una muy buena propuesta de animación, técnicamente impecable, sólida en todos sus rubros, aunque el setting donde transcurre la acción hará que su llegada a los espectadores de esta región quizás no tenga la fuerza esperada dado que por estos lares, la vida universitaria dista mucho de esta que se muestra. La película nos presenta a nuestra pareja de asustadores profesionales (recuerden que la original data del 2001), en el año en que comenzaron sus estuidos superiores. Mike (Billy Crystal en la versión original), es un estudioso y aplicado alumno que quiere destacarse y convertirse en un as de lactividad. Pero, ya sabemos, ese no es el fuerte de nuestro verde amigo Wazowski. No señor. Su capacidad reside en su disciplina y tesón para aprender desde lo teórico y usar el medio a su favor. Nada más, por lo cual ya en las primeras clases se evidencia que de no suceder un milagro, tendrá un difícil camino para graduarse. Sullivan viene de tradición de monstruos famosos y cree que portando "apellido", podrá abrirse fácil en ese mundo. No señor. Error. A poco de adentrarse en el ritmo de la facultad, no lograrán sostener la cursada (un exámen eliminatorio planteado por la decana Hardscrabble -Helen Mirren en la versión en inglés- lo impedirá) aunque verán en unas curiosas olimpiadas en el receso de navidad, la posibilidad de mostrar que pueden retomar la carrera para seguir en busca de su sueño. Para ello, deberán unirse a otros estudiantes, que no son de los más capaces para la tarea (mas bien son el descarte) e intentar formar un grupo coordinado y hábil para imponerse a otras fraternidades. Lo central de la trama son estos eventos, la competencia contra otros equipos (eso si, muy coloridos) mucho mejor preparados (a todo nivel) que ellos. Nuevamente se juegan los tópicos clásicos de las películas familiares, la superación personal, la amistad, la resilencia y el trabajo en equipo. Mike y Sulley son opuestos (y complementarios, a la vez) y el relato los acompaña en su recorrido por la vida en el campus y las pruebas que el torneo demanda. Podrán vencer a sus rivales y reincorporarse al programa universitario de asustadores? "Monsters University" se luce en los momentos en que focaliza en las diferencias y apela a la ternura. Se hace fuerte y cobra altura cuando juega con los gags físicos y despliega el carisma de los personajes. Y evidencia dificultades cuando se instala en el discurso de autoayuda y superación personal. Abundan las sonrisas, pero no las risas (a diferencia de la anterior) aunque hay que reconocer que Pixar no resigna calidad: la animación es excelente. Desde ya, es una producción que no defrauda. Sólo nos queda esperar que aquel proyecto de secuela del 2005 ("Monsters, Inc. 2: Lost in Scaradise", donde nuestros héroes visitaban el mundo de los humanos para llevarle un regalo de cumpleaños a Boo) cobre forma o que los guionistas desarrollen otra idea para continuar con la franquicia. Veremos. Lleguen temprano a sala, porque Pixar nos regala otro corto delicioso, "Azulado", sobre la historia de dos paraguas, que no tiene desperdicio.
La diferencia como fortaleza Parece mentira que hayan transcurrido más de diez años desde que Pixar desmitificara el horror máximo de los niños tornándolo adorable: el monstruo que se esconde en el ropero no es otra cosa que un asustador profesional que obtiene energía de los gritos que surgen de los pequeños espantados. Con esta premisa innovadora y rupturista llegaban a nuestras vidas Mike Wazowski (aquel adorable ser de un solo ojo y verborragia incesante) y James Sullivan un enorme peluche bicolor irreverente, que nació para ser un asustador nato y profesional. Con ellos el gran mito de la sociedad norteamericana centrado en lo que los closets ocultan parecía llegar a su fin generando aquello que por generaciones sonaba imposible: la empatía con el monstruo, la reinvención de los clásicos relatos para asustar niños. Pero como toda nueva historia que se precie era probable tener unos años después entre nosotros la génesis misma de esa factoría de monstruos y así poder entender cómo aquellos seres habían sido capacitados para lograr su importante tarea. Por eso llega hoy a nuestra pantalla Monsters University: una precuela que nos muestra la infancia y adolescencia universitaria de nuestros dos héroes monstruos (por más contradictoria que parezca la expresión). Aquí podremos conocer a un pequeñísimo Mike, eterno estigmatizado por ser el “diferente” y poco apto, segregado por sus congéneres -convengamos que no ser apto como monstruo si es la escala más baja de la degradación de un ser vivo-. Su mayor ambición es lograr ser aceptado y reconocido como uno de los más grandes asustadores y será la facultad de sustos el lugar indicado para demostrar que con dedicación y esfuerzo los destinos pueden torcerse por más esquivos que los mismos sean. Por su parte Sullivan sin dedicación ni esmero parece tener el éxito ganado por su sola estampa y presencia aterradora, así será como ambos personajes tan opuestos pero con tanto que aprender el uno del otro se verán unidos para dar pelea en medio del ámbito hostil universitario. Pixar extrapola el típico modelo de conflicto norteamericano adolescente y lo lleva a lo que tal vez sea un desfile incesante de seres monstruosos en el sentido menos literal del término. Estará así presente el bullyng (o acoso escolar), la estigmatización del diferente, las pandillas, las novatadas y será en medio de este ambiente donde tanto Mike como Sullivan deberán lograr no sólo definir sus destinos sino demostrar que no siempre los menos populares son los perdedores o los menos aptos. Pero no estarán solos en esta tarea y para variar serán los representantes de la fraternidad menos glamorosa de la universidad, y de esta diferencia tomarán la fuerza motora para intentar lograr lo imposible: vencer a los aceptados y ser la voz de los monstruos desclasados. Pixar se ha aggiornado a los tiempos que corren y hoy por reconocer que el sueño de los niños ya no pase tal vez por ser príncipes o princesas, sino por simplemente poder seguir las ambiciones y las metas en medio de un ambiente de respeto. Y tal vez por eso desde la más temprana edad ya trata de que esos niños que ven sus films no sólo aprendan a amar a los monstruos sino que optimicen sus propias diferencias para convertirlas en ese elemento distintivo que les permita crecer, desde la diversidad. Un dato más para los padres que acompañen a los niños a las salas: con anterioridad al film se estrena el corto The Blue Umbrella (Azu –lado) una autentica mini obra de arte y conmovedora historia de amor entre dos paraguas coloridos en medio de un mundo gris (nuevamente lo diferente como virtud). Imperdible.
Universitarios que asustan La precuela más esperada y soñada Monsters University (2013), llega a las salas para remontar al espectador a los comienzos de esta ciudad monstruo, a los momentos universitarios en los que se conocen los dos personajes animados que protagonizan la saga. Y no defrauda a nadie. No llegar tarde a clases, aprender a asustar y recibirse de “asustador profesional” en la Facultad del Miedo, es el objetivo de los personajes en esta nueva aventura. Pero, más aún, es una vuelta hacia atrás, volver al pasado de Mike, a sus comienzos como estudiante universitario. Pasado en el que va a conocer a quien será su amigo más preciado, el gigante peludo y asustador nato, Sullivan. El espíritu de competencia de los personajes se pone a prueba cuando deciden trabajar junto a una banda de monstruos inadaptados e inexpertos, buscando replantear su expulsión del Programa de Sustos de la Universidad. De eso trata Monsters University, de conquistar a un público que aprendió a querer a estos dos monstruos simpáticos, pero en esta oportunidad a través de anécdotas que permiten conocer más en profundidad sus personalidades y talentos de la infancia y adolescencia. Aventura y mucho color es la apuesta de los estudios de animación Disney-Pixar para encantar otra vez a su público luego de doce años del gran éxito logrado en su primera entrega Monsters, Inc (2001), película en la que conocimos a los empleados de la fábrica de miedo más famosa. Todos siguieron recordando a Mike Wazowski “Mickey” y a James P. Sullivan “Sulley” a principios de este año cuando se reestrenó en 3D la primera parte, para ahora sorprender con una película que cuenta cómo empezó todo. Monsters University propone un viaje a una fantasía monstruosa porque se sabe que de ahí provienen los mejores asustadores de niños y, por qué no, los mejores comediantes.
Monstruo se nace o se hace? Pasaron casi doce años desde la primer incursión de Pixar en la dimensión de los monstruos que se escondían en nuestros placards cuando éramos niños, donde conocimos a Mike Wazowski (Billy Cristal) y a Sulley (John Goodman). Sin embargo, en el universo Pixar-Disney el tiempo vuelve hacia atrás y Monsters University nos lo presenta en sus años universitarios, antes de ser amigos. El film se perfila así como una historia de origen al mismo tiempo que una película sobre la experiencia universitaria (género tan americano como el pastel de manzana, en el inconsciente colectivo de E.U.A.). El prólogo de Monsters University es a su vez una historia-de-origen-dentro-de-la-historia-de-origen, que nos muestra cómo surgió el deseo de Mike Wazowski por ser un asustador, en una visita escolar al que será su futuro lugar de trabajo, Monsters, Inc. El mini Wazowski queda impresionado por lo que generan los asustadores: entre los suyos, la admiración (después de todo, son los que proveen la energía para que funcione todo), y entre los niños humanos, el horror absoluto, la confirmación de que sus temores nocturnos no son en vano. Los asustadores son los rock stars de ese mundo, (o mejor dicho) son como ídolos deportivos, porque más allá de la técnica, tienen que tener una "condición natural": ser terroríficos para los parámetros humanos. Ese día, el único ojo de Mike, abierto de par en par, absorbe todo lo que puede con asombro y maravilla. Esta mirada infantil, de descubrimiento por primera vez, que predominaba en (y llevaba a otro nivel) el film anterior mientras explorábamos Monsters, Inc. y sus protagonistas interactuaban con Boo, es reemplazada por la del adolescente y joven adulto que encara el resto de su vida, como Mike al ingresar a Monsters University. El deseo y la determinación por ser asustador y la mirada impresionable de Mike permanecen en un principio. Las cosas abandonan el color rosa (y se ponen azules y púrpuras) cuando conoce a su principal competencia por la atención de los profesores en clase: Sulley. Grande, capaz de gruñidos guturales y con un padre leyenda entre los asustadores, es el opuesto del estudioso y voluntarioso Mike, quien tiene todas las de perder. Para complicar aún más la existencia de Mike, ambos caen en desgracia tras un incidente en un examen y son expulsados del programa de asustadores por la decana (Hellen Mirren). El popular Sulley es echado de su fraternidad de elite y el dúo queda por primera vez bajo la misma condición de marginados. Así llegamos al núcleo del segundo acto de Monsters University: la redención mediante otra instaladísima institución estadounidense, la "sana" competencia. La única chance de los protagonistas de ser reincorporados al programa es ganar la Olimpíada de sustos, un enfrentamiento entre las fraternidades del campus. Para ello, se unen a Oozma Kappa, la agrupación de descarte de la universidad. Sus integrantes son estereotipos del género "universitario" que varían desde insoportables (Terri y Terry, dos cabezas en un cuerpo), pasando por aceptables (Don, el ex vendedor de mediana edad que le da una segunda chance a la facultad y Squishy, quien vive con su madre en la casa que sirve de acomodación para la fraternidad) a poco novedosos, pero que funcionan, como Art, el idiota encantador (casi como un Animal de Los Muppets pero sin torso ni problemas de ira). Aunque el ritmo narrativo nunca baja y los tiempos cómicos se mantienen (a veces a fuerza de participaciones de personajes de la película original, que bordean el exploitation) es todo bastante predecible: pruebas en principio imposibles para un grupo visto como inferior por los demás y atado con alambre, el proceso de aprender a trabajar juntos y el desarrollo de la amistad entre Mike y Sulley, cuando van dándose cuenta que funcionan mejor complementándose que oponiéndose. Tal vez uno como espectador se malacostumbró, pero el nuevo producto de Pixar carece del elemento de asombro que brindaban producciones previas (como sí ocurre en el inicio del corto previo al film, Azu lado, que da la pauta de una de las posibles tendencias futuras de la animación: el hiperrealismo). El vacío generado por la inexistencia de la relación trinómica Mike-Sulley-Boo de Monsters, Inc. se intenta rellenar por el escritor y director Dan Scalon (junto a Baird y Gerson, la dupla de la Monsters original) con un sin fin de personajes delineados satisfactoriamente, pero con la única función de ofrecer chistes de una línea y ocupar ese espacio vacante de la interacción novedosa entre los dos amigos y una nena humana. El mundo ajeno de los monstruos a descubrir por el espectador se encuentra normalizado a tal punto que está predominado por las instituciones: ya no sólo la fábrica, si no el establecimiento educativo, a su vez predominado por organizaciones como las fraternidades. Sin embargo, tras un segundo acto bastante típico, el tercero y su resolución constituye el núcleo de lo "innovativo" del film, y pasa por la "enseñanza" requerida por el género de películas (originariamente) destinadas al público infantil. Al mismo tiempo regresivo (al marcar insistentemente sobre las condiciones biológicas naturales para ejercer ciertas funciones dentro de la sociedad) toma por el otro lado una actitud bastante sorprendente para con las instituciones que establece durante las primeras dos partes del film (principalmente la universidad), pero siempre sin abandonar una perspectiva funcionalista sobre los roles a cumplir (otra importante tradición estadounidense). Lo que subyace es más afín a la crisis del joven adulto -más en un contexto económico donde los "sueños" y "vocaciones" (o como capitalizar nuestros intereses en un trabajo) son derribados todos los días- y que entra en la zona gris entre pragmatismo y conformismo: a veces ( la mayoría) lo que soñamos de chicos para hacer con nuestras vidas no es lo mejor para nosotros -al menos, exactamente como lo soñamos, si no una versión distinta de ello. Tal vez eso explique la decisión de situar la historia en ese momento de las vidas de Mike y Sulley. Después de todo, quienes eran los espectadores más chicos de Monsters, Inc. cuando fue lanzada, en este momento están iniciando su vida post adolescente y planteándose las mismas cuestiones que sus protagonistas.
Si bien todos saben que no soy amante de precuelas y secuelas, el genero de animación parece comportarse diferente. Tenemos 3 Toy Story, las cuales son brillantes y no podemos esperar a la segunda parte de Buscando a Nemo. Si bien, si nos alejamos un poco de Disney o Pixar podemos ver que Madagascar o La Era de Hielo, comienzan a ponerse rancios, tampoco son malas sus secuelas. Por eso una precuela de Monsters Inc. ¡no es para nada una mala idea! ¿O si? SUEÑOS DE PESADILLAS Si bien ambos proagonistas son centrales en la historia, podemos notar que Monsters Inc. esta un poquito mas centrada en Sully y como su amiga Boo rompen el paradigma personal primero. De amistad con Mike y luego del mundo de los monstruos. En esta precuela, veremos que esta un poco mas centrada en el genial Mike protagonizado por Billy Crystal. Mike, de chico es una bola verde llena de amor, y no asusta a nadie, aun asi, se propone ser un asustador. Es el sueño de su vida, y vivirá para el hasta que entre en la universidad. Por el contrario Sully es un portador de apellido, engreído, arrogante y confiado pronto se dará cuenta que con ser grandote y con cara de malo no alcanza. Ambos se conoceran por las malas y no trabaran amistad de inmediato. Y es es bueno. Es mas por el contrario, Randall, interpretado por Steve Buscemi, sera el compañero de cuarto de Mike, y en principio lo veremos como un cuatro ojos bonachon y cercano a Mike. Shocking! Obviamente las cosas no tardaran en ponerse peludas (je), y pronto Mike y Sully estarán luchando por no irse de la Universidad. EL AJENO Y EXTRAÑO CAMPUS Los argentinos tenemos un aproach a la universidad completamente diferente del norteamericano. No tenemos ni campus ni fraternidades o hermandades. Nada de eso, por eso cierto caudal de chistes de MU si bien no tendremos problemas para entenderlos, quedaran MUY lejos de nuestra idiosincrasia. No obstante, la película es consciente de esto, y no malgasta demasiado tiempo en esto, si no que lo utiliza para setear el entorno y nada mas. Es mas en cierto punto se reirá bastante del sistema ridículo yanqui de fiestas descontroladas y gente “cool”, “in” o “it”, versus “loosers”. Pero ojo, esto no es tampoco la venganza de “La Venganza de los Nerds”, ¡para nada! Pero no esta demás remarcarlo. Sobre todo en una década DIRIGIDA por Nerds. Hace rato que el winner forzudo esta dorando hambuerguesas en el “Mac” y los nerds triunfando en “Mac”. ¿Me explico? Aun así, entendiendo y pasando por arriba la autoconciencia de la película, las bromas sobre las fraternidades funcionan y son graciosas. GO OOZMA KAPPA! LA RISA COMO PREMISA Monsters University es por lejos la película mas cómica que dio Pixar-Disney, y no lo digo por lo graciosa que sea (que es mucho), si no porque usa y abusa de los gags como ninguna otra película. Y la verdad que esta bueno, hay momentos donde uno puede relajarse, estirar los pies, dedos cruzados detras de la nuca y reirse a estallar. Sabemos que sobre el final vendrá lo “heavy” de la historia, así que ¿por que no reirnos un buen rato? Los gags se amontonan uno atrás del otro, hay slaptick, gags, golpes, chistes, aluciones a pelis famosas de terror, etc. Todo al servicio de hacer reir, y no es algo menor, ya que no todas las películas de estos muchachos son asi. A ver… Con “Buscando a Nemo” la pasas bien, pero tiene momentos bajón, con el principio de “Up” tenes ganas de tirarte al riachuelo, ni hablar de Toy Story 3 donde terminas llorando como un nene de 12 años. Nada de eso pasa en MU y es muy bueno. Ojo que Sully y Mike tienen un viaje, cambian, son tocados y cambian sus paradigmas, para bien o para mal. Nada pasa tan a la ligera, es mas muchos de los chistes son del estilo: “Ja ja ja… pará, ahhh. Ja ja ja”. Nada esta puesto al azar, sobre todo las risas. CONCLUSIÓN Monsters University añade y suma al universo de Mike y Sully muchos personajes, colores y situaciones. Todos a quienes espero ver en una tercera entraga. Helen Mirren, Dave Foley y Alfred Molina son geniales en sus roles. Y que decir del groso de John Goodman, quien es la voz exacta para Sully. Esta película es buena, entretenida y comica por donde se la mire, y si bien poco hable del apartado técnico es porque a esta altura no hay mucho que agregar de un producto Pixar-Disney, eran geniales hace 15 años, son geniales hoy pero con mas y mejor tecnología. Quien piense que esta película sobra o esta demás, esta completamente equivocado. Todo este universo rico es realmente muy disfrutable. Obviamente hay escena después de créditos, y atención a toda la secuencia en “nuestro” mundo, porque realmente es genial. Si son amantes de Pixar-Disney NO podes perderte Monsters University. Asi de simple.
La lamparita de Pixar se está apagando y si los directivos del estudio no la cambian pronto se van a quedar en la oscuridad. Monsters Inc fue uno de los clásicos más lindos de esta compañía que se estrenó en un momento complicado del país a fines del 2001. Los que tengan buena memoria recordarán que Disney llegó en su momento a lanzar una promoción donde podías ver la película por 2 pesos! La buena dupla que formaban Mike y Sully, la relación con la nena Boo y la crítica a la burocracia del mundo corporativo fue brillante y generó que los personajes se ganaran el corazón de los espectadores. Por esa misma razón esta nueva película resultó un poco decepcionante. La primera impresión que te deja es que la hicieron exclusivamente para llenar un bache en la cartelera 2013 en lugar de traer de regreso a los monstruos como se hubieran merecido. Es claro que el film no contó con la atención y dedicación que le dieron a las continuaciones de Toy Story donde se encargaron de desarrollar los personajes con elementos nuevos y argumentos atractivos. Si bien la película es un poco mejor que Cars 2, es justo destacarlo, la realidad es que esta producción está a la altura de otras continuaciones olvidables de Disney como las que se hicieron con Tarzán o La sirenita. Resultó una decisión muy poco feliz que trabajaran la trama a través del maldito concepto de la precuela, que en muy pocas ocasiones aporta algo importante a la obra original. El público ya sabía quienes eran Mike y Sully por lo que no era necesario explicar cómo se conocieron y sus andanzas en la universidad. Por este motivo el film tiene muy poco que ver con la historia original. Acá plantean una comedia de enredos colegiales donde están ausentes todos los elementos emotivos y graciosos que disfrutamos de la primera entrega. Desde los aspectos técnicos es inobjetable y seguramente los chicos la van a disfrutar, pero no es un estreno que califique entre las mejores películas de animación que llegaron al cine este año. Después de Valiente donde se la jugaron con explorar una propuesta distinta a lo que solían hacer en esta compañía, Monsters University es un paso atrás para Pixar.
El inicio de una gran amistad Cuando se informo que “Monsters Inc.” iba a tener una nueva película muchos estábamos a la expectativa de que iban a mostrar. Nuevamente la gente de Disney sorprende con lo que es la precuela de aquel maravilloso film que hace conociera hace más de 10 años y que hace pocos meses se reestrenara en 3D. Aquí comienzan a develarse algunas cosas como el saber de donde nace la amistad entre dos seres tan diferentes como Mike y Sulley o donde nace la inquina de Randy con la pareja. Igualmente “Monsters University” es mucho más que eso ya que vuelve a ser un canto a la amistad, la fortaleza del realizar trabajo en equipo y, lo que no es poca cosa, el reconocer y aceptar el talento y la vocación que cada uno tiene. Todo esto en un film lleno de humor y frescura, con esos personajes entrañables que otra vez vuelven a divertir a grandes y chicos. Un párrafo aparte es para el corto “Azul-ado”, una historia llena de ternura que precede al film mostrando un nivel técnico tan grande que, de no ser por los protagonistas uno no se da cuenta que es animación. “Monsters University” es una muestra, a su vez, de lo que ha avanzado la industria en sus aspectos técnicos en estos años, acompañado por un guión concreto y sólido que no tienen fisuras y que cubre todo lo que uno esperaba de este reencuentro con los queridos personajes. Un film para chicos desde 4 o 5 años en adelanta, ya sean, chicos, adolescentes y jóvenes que conocieron a los personajes en su infancia, y a para los mayores que acompañaron a sus hijos y que hoy como ayer, van a seguir amando a Mike y Sulley. Cabe avisar que después de los títulos, como viene pasando en muchas películas, hay una escena más que vale la pena ver. Por todo esto “Monsters University” es el inicio de una gran amistad entre Mike y Sulley y entre estos y el público, una amistad que, seguramente, perdurar por los años.
¿Asustador se nace o se hace? Hace doce años Pixar creaba en "Monsters Inc." un universo que existía del otro lado de las puertas de los placares de todas las habitaciones de niños del mundo: el universo de los monstruos, que obtenían la energía para sus ciudades de los gritos de horror de los pequeños humanos a quienes se encargaban de asustar. Este nuevo filme, la precuela de aquel, cuenta cómo Mike Wasawski y James P. Sullivan se conocieron para luego formar el célebre dúo invencible de asustadores profesionales. Y claro, todo empezó en la Universidad. Mike es el nerd de la historia, que quiere ser asustador a fuerza de lectura. Sulley en cambio es el bravucón confiado en el poder del apellido familiar (una larga tradición de asustadores). Nada podía hacerlos más diferentes. Sin embargo una torpeza los coloca en el ojo de la dura decana Hardscrabble (en la versión en inglés su voz es interpretada por Helen Mirren), y deberán probar si tienen lo que hace falta para graduarse. Como en la primera entrega, los creadores del filme se dedicaron a profundizar el universo monstruoso, esta vez haciendo foco en la vida universitaria. Las fraternidades, las materias, los profesores, el comedor escolar, todo está cuidado y presentado con mucho humor. Un humor que no hace demasiado uso de los guiños a los adultos, y así resulta más familiar, pero que muchas veces hace referencia a "Monsters Inc.", para beneplácito de los fans. El desafío era no fallarle al espíritu de la película original. Y si bien se pierde el factor sorpresa que tiene aquella, en la que el espectador conoce por primera vez este mundo particular, se puede decir que está a la altura. Las personalidades de los personajes se respetan, hay algo de emotividad, mucho humor, y si bien no hay un “malvado”, sí están los chicos rudos, o “bullies” de la fraternidad contraria, que se encargan de que el camino al éxito no sea llano para Mike y Sulley. El valor de la amistad, el saber descubrir el talento oculto en el otro, son algunos de los temas que se van abordando. Por otro lado es destacable la escena que hace directa referencia a las películas de terror, respondiendo a la pregunta acerca de cómo asustar adultos. Sin llegar al conmovedor final de su predecesora, “Monsters University” es divertida, dinámica, y entrañable.
Pixar hizo un puñado de obras maestras: las tres Toy Story , Monsters, Inc ., Buscando a Nemo , Ratatouille . También hizo algunas muy buenas películas y unas pocas de las otras. Lo extraño es que había encadenado dos flojas seguidas. Luego de su cumbre absoluta ( Toy Story 3 ) vinieron la automática Cars 2 y la muy fallida Valiente . Por eso se esperaba la precuela de Monsters, Inc . con cierta ansiedad. Y Pixar fue a lo seguro: hizo una muy buena película sobre un universo preexistente y de fuerte consistencia. No apostó por la originalidad ni por ampliar el mundo narrado -como pasaba con las nuevas entregas de Toy Story -, sino que decidió aportar variaciones sobre lo conocido. En Monsters University el centro es la educación del monstruo: el camino del héroe es un camino de aprendizaje. Conocemos a Mike de niño y a Sully de joven: ambos quieren ser asustadores profesionales. Ya sabemos que lo lograron porque, obviamente, vimos Monsters, Inc . Lo que importa, entonces y como siempre, es el cómo. La vida universitaria del que no estaba destinado a ser asustador (por aspecto, por herencia) y del que sí (por mandato familiar). Por supuesto, la vida universitaria es la vida universitaria estadounidense, con sus costumbres, sus tradiciones, sus taras, sus ritos, incluso con los parques entre las facultades. El mundo de los monstruos es un mundo competitivo y capitalista. La de los monstruos es una sociedad en la que -con fallas y con tropiezos- se terminan premiando el talento, el esfuerzo, la perseverancia, el respeto por las reglas. Algunas de las decisiones de los nuevos personajes (notable el de la decana Hardscrabble, con la voz en inglés de Helen Mirren) y también de los ya conocidos marcan claramente la visión del mundo que propone Monsters University . Incluso, en un punto, el camino de Mike y Sully hasta podría interpretarse como el camino de Pixar. De diseño visual impactante, animación perfecta y chistes de alto nivel (aunque no constantes), la principal objeción que se le podría hacer a Monsters University es cierto esquematismo: al no tener que describir un mundo nuevo (eso era Monsters, Inc .), la narración pesa más y descansa en el formato de "torneo" y de la enseñanza de "trabajar en equipo". Pero los 110 minutos de Monsters University están cargados de ese nivel de gracia que Pixar hizo que consideráramos normal -y que obligó a otras productoras a esforzarse más y así mejorar el nivel del cine de animación en general- y que nos malacostumbró. El porcentaje de obras maestras de Pixar sigue siendo alto, pero Monsters University no lo aumenta, aunque sí incrementa el coeficiente de felicidad en el mundo. Y la secuencia final de sustos es un homenaje brillante al arte de asustar en el cine: al esfuerzo, la planificación y la artesanía que, unidos al talento, generan esas emociones que vamos a buscar a la sala oscura.
Asustadores con marca de fábrica El nuevo producto de Pixar es una divertida comedia infantil, pero no alcanza a ingresar al Olimpo de films como Toy Story, Wall-E y la misma Monsters Inc, de la que funciona como precuela. Las voces son de Billy Cristal, John Goodman, Steve Buscemi y Hellen Mirren. Si puestos ante casi cualquier película uno de los caminos habituales para abordarla es a través de la figura de su director, con las creaciones de Pixar ocurre que es el propio estudio el que ocupa ese lugar. Aunque muchos de los directores de sus grandes películas hayan acabado por convertirse en hombres importantes dentro de la industria del cine, el elemento que las reúne en un corpus cinematográfico no son los nombres propios, sino la marca de fábrica. Es lo que ocurre con Monsters University: no interesa si está firmada por el novato Dan Scanlon (cuyo único antecedente es el falso documental Tracy, que puede verse gratis y de manera legal en Vimeo), ya que se trata de la última película del estudio del veladorcito saltarín. Justamente esa marca en el orillo que suele garantizar un alto nivel es también la mejor herramienta para sostener las objeciones que se le pueden hacer a la película. Aunque no son muchas, ni alcanzan para evitar que el balance sea positivo, ahí están. Ocurre que aquella primera ventaja con la que corren las películas de Pixar –la de pertenecer– puede convertirse en el primer lastre, porque no siempre se puede estar a la altura de joyas como la trilogía Toy Story, Wall-E o Buscando a Nemo. Monsters Inc. también forma parte de este grupo, hecho que se convierte en una segunda ventaja problemática para Monsters University, ya que no sólo se le exige que funcione por su condición de producto Pixar, sino por su carácter de secuela de una película maravillosa. Aunque en este caso lo correcto es hablar de precuela, ya que los eventos que se narran son anteriores a los ocurridos en la película anterior. Un detalle que deriva en el primer indicio negativo: cuando es más importante contar qué pasaba en la primera película para poder explicar lo que ocurre en ésta, ya hay algo que no está del todo bien. Si en Monsters Inc. la historia pasaba por la amistad entre Mike y Sulley, dos monstruos que trabajan en la empresa que da título a la película, acá se cuenta cómo estos mismos personajes llegan a conocerse en su juventud, como alumnos de la institución que titula a la segunda película. Monsters Inc. es un cuento ingenioso que imagina una explicación falazmente racional para el muy estadounidense mito infantil del monstruo en el placard (los chicos de la Argentina suelen esconder ese tipo de temores bajo la cama, y hasta se conforman con la más simple de las oscuridades). Según esta explicación, la energía que liberan los gritos de los chicos al ser asustados puede ser envasada para utilizarse como fuente energética en el mundo de los monstruos. Pero al mismo tiempo el trabajo es muy riesgoso, ya que los humanos son tóxicos para los monstruos y se debe evitar el contacto físico con ellos. Dentro de esa estructura hay monstruos asustadores (Sulley es uno de ellos) que trabajan en equipo con otros, encargados del trabajo más bien técnico de la cosa (Mike). Los roperos son entonces los portales que ligan ambos universos paralelos. Si el primer film respondía al molde de las buddy movies con los dos amigos haciendo frente a un problema inesperado, Monsters University se remonta al tiempo en que ambos se conocen siendo alumnos de la carrera de asustadores, enfrentados por incompatibilidad de caracteres. Mike es estudioso y sueña desde chiquito con ser asustador, aunque no tiene condiciones; en cambio Sulley es el heredero un poco fanfarrón de un linaje dotado naturalmente para eso. Al ser expulsados de la carrera por pelearse durante un examen, el único modo que encuentran para ser readmitidos es ganar las olimpíadas del susto, competencia en la que se verán obligados a formar equipo con otros descastados de la universidad. Aunque este tramo se dedica a recrear una serie de escenas bien conocidas de las películas de universitarios, las mismas han sido coreografiadas a puro slapstick y están llenas de un humor ágil que combina, como el grupo de nerds que integran el equipo de Mike y Sulley, lo inocente con el absurdo y el sinsentido. El último tramo, con vuelta de tuerca ética y final con ascenso social incluidos, continúa manejando con precisión el diseño de los gags, sumando alguna situación emotiva. Sin embargo, ante la necesidad de que todo cierre de manera satisfactoria, la resolución de algún modo traiciona parte de la lógica interna del universo creado. Si bien es cierto que la primera película hacía algo parecido, aquel hecho formaba parte esencial de la base narrativa y el relato mismo era capaz de justificarlo satisfactoriamente. En cambio acá el desenlace parece una improvisación al paso (un poco de eso se trata la secuencia mencionada) no del todo eficaz. Detalles como éste impiden que Monsters University ingrese al Olimpo Pixar. Así y todo no deja de ser una formidable comedia infantil, como nadie más que Pixar es capaz de hacer.
La amistad y la competencia Esta Universidad de los monstruos muestra cómo se "formaron" o "deformaron" Mike y Sulley, aquellos personajes que conocimos en la anterior película "Monsters. Inc." (2001), en la que se mostraba a una empresa que reclutaba asustadores profesionales. Mike es un susto él solo, su cuerpo es de color verde, con patas y tiene un solo ojo -como si fuera un cíclope-. Mientras Sulley se parece a un orangután, es muy alto y su pelo es azul. Luego de que Mike decide proponerse ser el mejor asustador de la zona, se dedica a trabajar frente al espejo y un buen día logra ingresar a la Monsters University (MU), en la que sus alumnos se preparan para ser los mejores asustadores. Toda la parafernalia de la universidad, desfila frente a los nuevos. Ahí están los que serán famosos y los que nunca podrán asustar a nadie. Mike Wazowski, se siente orgulloso de ser un universitario y espera estudiar lo suficiente para llegar a convertirse en el mejor de su clase. EL COMPAÑERO DE CUARTO Su compañero de cuarto, es todo lo contrario, es vago y aprovechador. Se llama Sulley y opina que Mickey no logrará nada, porque no tiene el talento innato del que dispone él, que es un "buen asustador". Pero Mike persiste y logra ingresar a uno de los clubes universitarios, para los menos populares, pero al menos le permite tener un respaldo para cualquier competencia. Mike lucha y estudia en esa Universidad, en la que Hardscrabble, la decana, que hace estremecer a los alumnos con su sola presencia, desconfía de sus condiciones. Y a pesar de la confianza que Mike depositó en él mismo, no puede imaginar las aventuras que le aguardan en su dura lucha para convertirse en un asustador de primera línea. Dan Scanlon, que participó en los argumentos de "Cars" y "Toy Story 3", le aporta capacidad de síntesis y un ritmo envidiable a este relato. UN "NERD" INGENUO ¿Qué es lo que atrae especialmente en "Monsters University"? El original diseño de sus personajes, en el que Mike resulta algo terrorífico y Sulley, se convierte en el más simpático. Pero lo horrible de la figura de Mike, se compensa con esa sensación que transmite de un "nerd" ingenuo y aventurero. El resto de la fauna universitaria resulta desopilante, tanto por la apariencia física, como por las actitudes disparatadas de las que son protagonistas. Claro que si hay un persona terrorífica dentro de esta entretenida "fauna" universitaria, es Hardscrabble, la decana, mezcla de murciélago y gusano, muy alto y esbelto, con un vozarrón temible, que le es prestado nada menos que por la admirada Helen Mirren. Con un clima de bullicio e ironía, el filme tiene un encanto especial, que se impone a través de la simpatía que transmiten sus personajes, aunque carece del ingenio de la mencionada "Monsters Inc.". Mensajes como la necesidad de estudiar para mejorar, la importancia de la amistad, la observación que se hace de los alumnos y aspectos como el "bullying" (maltrato escolar), o las presiones generales, que se reciben en cualquier casa de estudios, son temas de esta película que merece verse.
No hay Mike que por bien no venga. Bienvenidos a la Universidad de los sustos. Aquí aprenderán las técnicas necesarias para convertirse en los héroes del mañana. Cuanto más tenebroso sea tu aspecto, mejores chances tienes de quebrar la marca del asustador mediante gritos desgarradores de niños tóxicos. Desde que era apenas una pequeña y tierna bolita verde, Mike Wazowski (voz de Billy Crystal) soñó con este momento cada día de su vida, y la visita a la planta de ‘Monsters Incorporated’ selló su destino para siempre. El cuchurrumín sabía para lo que estaba hecho, aunque el camino por recorrer no fuera nada fácil. La nueva película de Pixar que funciona como precuela del éxito de 2001, es una gema del cine de animación. Digo esto porque reconozco que no tenía la fe suficiente de que Monsters University estuviera a la altura de su antecesora, pero me equivoqué. Comenzamos en el primer día de clases de Mike en la universidad, conocemos el campus de ‘MU’ (who, by the way, rules), hacemos un recorrido por las distintas clases que se dictan y las comodidades del edificio (incluido el menú basura de la cocina), nos presentan al compañero de cuarto y lo más importante: le echamos un vistazo a las famosas Fraternidades. Suena el despertador a las 6 am y llega el tan ansiado primer día de clases. El tragalibros de Mike Wazowski conoce a James P. Sullivan (voz de John Goodman), de los Sullivan más exitosos en la historia de la universidad y el resto… Bueno pues, ya saben. La historia de este flamante y monstruoso film, se centra en una competencia a la que nuestro héroe color esperanza decide anotarse para demostrarle a la directora de su facultad (la Señora Dean Hardscrabble, voz de Helen Mirren), que Wazowski nació para ser asustador. Para ello necesitará unirse a alguna de las fraternidades. Como buen sabelotodo de institución educativa; es el hazmerreír del lugar, por ende sus opciones se limitarán al producto sobrante. Los cuatro fenómenos tendrán como yapa a Sulley, que sorprendentemente se verá obligado a formar parte de este tan glorioso como somnífero team ¡WooHoo! Comienzan las ‘Sustolimpiadas’ y el equipo ganador de esta feroz competencia, recibirá como premio un pase especial para el año lectivo y más importante aún, el respeto de sus pares y el renombre colgado en un cuadro en los pasillos de la universidad. El agregado de nuevos personajes vale la pena, gracias a que cada uno tiene sus características especiales muy bien marcadas. El perfecto retrato de la vida de campus universitario en la sociedad norteamericana, es una delicia animada, y los nuevos gags divierten desde el principio. La respuesta a cómo es que el Mike nerd y el Sulley rebelde llegaron juntos a ‘Monsters Incorporated’, se mantiene en vilo durante toda la trama, y eso la hace aún más interesante. Los desafíos que plantea la competencia son totalmente originales, y crean todo un mundo que sienta las bases de las técnicas más aclamadas y utilizadas para asustar niños. Aquí entenderemos, por ejemplo, por qué los adultos no deben ver a los monstruos, aunque el ya famoso pejelagarto Randall (voz de Steve Buscemi) lo vivió en carne propia. Lo que más me entusiasmó, es que el tono de la película se orienta al público que creció con estos monstruos; en aquél entonces yo contaba con 13 años, y hoy tengo 25. Si podés, mirala en idioma original, ya que Billy Crystal y John Goodman están imperdibles. Hay nuevo corto de apertura y escena pos créditos, atentos todos al dato. Y si bien las enseñanzas son muchas, hay una que es muy importante: Hagas lo que hagas, no entres a ese clóset. Rooooaaaaarrr.
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Los nuevos monstruos Los personajes Mike y Sullivan ahora son más jóvenes, y no se llevan bien al comienzo de su paso por la Facultad de Sustos. Algo está sucediendo con Pixar, No hay más que ver sus últimas películas (Cars 2, Valiente y Monsters University, que estrena hoy), para advertir que a esa excepcional usina de idas frescas e historias originales -la misma que nos convenció que los juguetes hablan y tienen vida propia (Toy Story) e hiciera un filme con una primera media hora sin diálogo (WALL-E) y varios etcéteras- se amesetó. Toy Story tuvo dos secuelas, Cars, otra y ahora nos cuentan cómo se conocieron Mike y Sulley. La sorpresa y originalidad de las propuestas, últimamente, viene en los cortos que anteceden a sus tanques (Azu- lado, que precede a Monsters… es, otra vez, imperdible). Nadie alzaría la voz si no fuera porque la gente de John Lasseter ha dado muestras de elevar la animación al difícil combo de aunar entretenimiento y arte. Claro que Monsters University entretiene, tiene muchos más gags físicos ( slapstick ) que la original, está bien, pero no sorprende. En Monsters, Inc. (2001) la presencia de Boo, la nena que atravesaba la puerta que conectaba su dormitorio con la fábrica de energía en Monstrópolis, era una vuelta de tuerca ingeniosa y disparadora. Aquí no hay presencia humana. No hay confrontación ni empatía con “algo” conocido. No hay proyección con el personaje. Todo es monstruoso. El monstruito verde, de forma redonda y con un solo ojo, con braquets incluidos, visita la fábrica de niño y se jura que ahí es donde quiere estar cuando sea grande. Algo como un nerd -lo maltratan e ignoran hasta en el ómnibus que lo deja a las puertas de la Universidad-, Mike quiere probarse que tiene pasta, o lo que tengan los monstruos adentro, para ser un buen asustador. El mejor. Quienes recuerden Monsters Inc., sabrán que terminará como ladero de Sullivan, más grande, peludo y púrpura, que, como es hijo de un famoso asustador, es displicente y algo engreído y no se esmera en el estudio. Mike y Sulley comienzan siendo uno la antítesis del otro. El esfuerzo y el talento natural confrontan, como luego lo harán en una suerte de Olimpíadas de susto contra otras confraternidades dentro de la Facultad de Sustos. El mensaje es claro: juntos podemos, separados, qué haremos, y con otros monstruos que más que asustar, dan pena, se enfrentarán a los mejores para poder seguir estudiando en la Universidad. No, no es que reinvente las comedias colegiales. Y tampoco es que Mike haya entrado a Hogwarts, la escuela de Harry Potter, aunque hay juegos en los que están los malos y los buenos, Monsters University es como los jueguitos de los estudios Disney. Una catarata de estímulos, visuales, con un 3D que esta vez no aporta mucho más al disfrute. Formalmente, los dibujos son bárbaros -los nuevos monstruos, sus desplazamientos, el colorido, la estructura neoclásica de la Universidad- y si no fuera porque uno le pide más a quien sabe que puede exigirle, no nos asustaría tanto. Ah, a no moverse cuando termina la película y empiezan los títulos, que la cosa sigue...
El cine tiene pocos subgéneros tan poco afines al público infantil como las películas sobre fraternidades universitarias. Las fiestas repletas de alcohol y sexo suelen ser los platos fuertes de las películas. Por supuesto que nada de eso puede encontrarse entre las chiquilinadas de Monsters University, precuela de aquel éxito de Pixar de la década pasada. La película es otra buddy movie donde el nerd Wazowski y el juerguista Sulley deberán llegar a un acuerdo si quieren recibirse y volverse asustadores profesionales. A Pixar le siguen funcionando los mismos mecanismos narrativos de siempre, pero tal vez ya sea el momento de que el estudio de Disney aprenda trucos nuevos.
Monstruos con vocación de nerds Monsters University”, la secuela de “Monsters Inc”, ratifica que los estudios Pixar/Disney siguen creando historias animadas que combinan buenos guiones, personajes queribles, humor y técnicas de animación perfeccionadas. Los Muppets tienen compañía. Si usted conoce a las criaturas de Jim Henson acordará que nada en el mundo se pareció a esos muñecos y que ellos lograron algo grande en la televisión y luego en el cine y en otras áreas. Eran desastrosos, tiernos, originales, y nos hacían acordar a nosotros mismos. ¿Qué más se podía pedir de ellos? Pero aquello ocurrió en 1976 y hoy otro es el entretenimiento estrella de los niños. El cine animado. Y en este rubro Monsters University acaba de meter un pleno y detrás marchan los estudios Pixar y Disney. Ya se dijo en todas partes. Esta es la precuela de la película que vimos en 2001. Aquí los monstruos están en la universidad, formándose para ser los mejores asustadores del barrio y entrar a trabajar en la fábrica de energía de la ciudad. Mike Wazowsky y James P. "Sulley" Sullivan están en la nómina de estudiantes, pero tienen por delante un escollo muy importante: los han echado del programa de reclutamiento. Se lo ganaron por pelear entre ellos, y porque la rectora se parece bastante a un mal bicho. Pero hay una salida. Limarse las garras y las asperezas, y entrar en las "sustolimpiadas" con un equipo plenamente disfuncional de monstruos nerds, como ellos, para ganar la reincorporación. La propuesta es magnífica porque los contadores de cuentos norteamericanos conocen todos los secretos de las historias de estudiantes. Si a eso le sumamos un genial manejo de la técnica de animación, ya queda poco por agregar. O eso parece. Porque también alzaron su voz los que, con algo de razón pero un poco de exageración, quieren colar el certificado de defunción de Pixar. Dicen que Disney la devoró porque desde que la compró está haciendo muy buena secuelas y precuelas pero muy poca escuela en materia de imaginación, pues no ha generado historias tan originales como Buscando a Nemo, Toy Story o Wall-E.Queda mucho hilo en el carrete para la historia de Disney y Pixar y por lo pronto hay que celebrar que tras 12 años de espera, haya resultado una película tan cómica, alocada y humana como esta. La fauna de monstruos se ha ampliado y no tiene desperdicios (ya se los almorzaron a todos). Los temas visitados por el argumento siempre están vigentes. La música es contagiosa (pandémica). Los colores y el coloreado, inspiradores. Ahora, además de Muppets, hay Monsters para rato.
MONSTERS UNIVERSITY, funciona como précuela de MONSTERS INC. y nos descubre cómo Mike y Sulley superaron sus diferencias y se convirtieron en inseparables. El filme revive la mística de la original, logrando mostrarnos a los protagonistas en sus primeros años, creíbles desde lo estético, pululando en un mundo de color, cuyo diseño obviamente homenajea a las películas universitarias, con sus fiestas descontroladas, el campus y las bromas pesadas. El desarrollo del argumento, dinámico, entretenido, plagado de chistes y guiños para adultos, hacen del visionado del filme, una experiencia que se puede y debe disfrutar en familia.
La precuela de esos bichos adorables, Mike Wazowsky y Sulley, dos perdedores en la universidad que aprender a ser asustadores y, por sobre todo, amigos. Tierna, bien hecha, un entretenimiento para toda la familia, que si bien no llega a la altura de la sorprendente primera, resulta un deleite.
¿Dónde se estudia Administración de Empresas? Que los estudios se hayan vuelto corporaciones para las que cuentan más los balances cuatrimestrales, las cotizaciones en Bolsa y los márgenes de ganancias no es ninguna novedad, pero cuando uno se da cuenta que le sucede a una empresa como Pixar no puede evitar sentir cierto fastidio. Es que desde hace ya muchos años que Pixar logró posicionarse como esa pequeña y milagrosa empresa en la que lo creativo iba de la mano con lo comercial, un estudio que -casi sin hacer concesiones a la industria del refrito- lograba películas que eran clásicas y exitosas a la vez. Y verlo actuar con la misma lógica calculada de una multinacional del entretenimiento resulta un poco irritante. No seamos ilusos: hace muchos años que Pixar es una multinacional del entretenimiento, pero da la impresión que recién cuando empezó a sacar a la luz los resultados de su adquisición por Disney que el asunto quedó en evidencia. Disney compró Pixar en 2006, y como cada proyecto de animación toma unos cuatro años en completarse, se puede pensar que los títulos post-fusión son TOY STORY 3, CARS 2, BRAVE (que no es secuela, pero tiene todas las marcas de estilo Disney) y esta MONSTERS UNIVERSITY. Antes de esta racha, sólo TOY STORY 2 calificaba como secuela sobre diez películas. monsters3La conclusión es sencilla: Pixar pasó de ser un estudio creativo y original a ser un “brand” creativo y original de una megaempresa. Hoy, da la impresión, las decisiones se toman desde otro lado y ya no de parte del mismo grupo de personas que dio a luz BUSCANDO A NEMO, WALL-E o UP. ¿Alguno de ustedes se imagina a Pixar, hoy, haciendo una película como RATATOUILLE? Parece imposible. Los balances comerciales de la temporada seguro bajarían un buen porcentaje en relación a la ya anunciada secuela de NEMO. Ahora bien: más allá de que las decisiones sobre qué películas hará Pixar las tomen en Wall Street y no en Emeryville, California, desde allí los genios creativos del estudio hacen lo imposible por encontrarle la vuelta a esta trampa mortal en la que están insertos. Y MONSTERS UNIVERSITY es la prueba de eso: podrá ser una película innecesaria, cínica y calculada, pero eso no quita que sea muy entretenida y divertida ni que tenga un humor y un ingenio por encima de la media de la animación hollywoodense. La magia de Pixar hoy se reduce a sacar conejos de la galera, a inventar dentro del marco de lo probado, a no tomar riesgos y poner en el mercado el mejor producto posible. Y eso, sin dudas, lo siguen haciendo. ¿Hasta cuándo? Habrá que ver… monsters4Es que si uno mira MONSTERS UNIVERSITY con cierta desconfianza lo primero que siente es que el asunto consiste, simplemente, en tomar a los queridos personajes de MONSTERS INC. y ponerlos a vivir una historia que no es más que una cruza de LOS JUEGOS DEL HAMBRE con HARRY POTTER, con algunos toques de las comedias de college tan populares en los Estados Unidos. Es, en ese sentido, aún más calculada que CARS 2, secuela sólo justificada por la obsesión fierrera de John Lasseter. Sin nada particularmente novedoso en la trama -que se centra en cómo los muy distintos Mike y Sulley terminan uniéndose y haciéndose amigos al juntarse forzosamente con un grupo de los más débiles de esa Universidad en una Olimpiada de sustos-, los creativos de Pixar encuentran la vuelta desde los diálogos y gags puramente visuales para darle cierta frescura y amabilidad a la experiencia, al punto que al rato de estar viendo la película uno se logra olvidar de buena parte de sus pruritos para disfrutarla como, bueno, como si fuera la primera. monsters2Sin llegar a la grandeza de TOY STORY 3 -la única saga cuyas secuelas están realmente justificadas y son mejores que buena parte de las películas originales de Pixar-, MONSTERS UNIVERSITY está a la altura de la original de 2001: el humor funciona, los personajes son entrañables, la animación es perfecta. Los que esperamos más de Pixar, los que creemos que es un estudio que está para cosas más importantes que ser competente, eficiente y efectivo no podremos evitar sentirnos un poco decepcionados por la maquinita de cálculo en la que se convirtió. Da la impresión de que en esa Universidad, Mike y Sulley más que aprender a asustar tomaron cursos de Administración de Empresas… A los más chicos, claro, todas estas elucubraciones les importarán muy poco y MONSTERS UNIVERSITY será un exitazo de enormes proporciones, aquí y en todo el mundo. Pero, a la larga, algo se irá perdiendo. Es que el legado también cuenta, aunque casi siempre queda fuera de agenda en las reuniones de accionistas. El problema, ahora, es que ya nadie piensa que Pixar es infalible. Ya nadie piensa que Pixar es una empresa romántica de genios creativos que hacen lo que quieren y cómo quieren (seguro que no lo era, pero lo parecía). Aún haciendo películas dignas, pasables y aceptables, ya Pixar dejó de ser la garantía de la Gran Calidad de la Animación Estadounidense y varios estudios -que aprendieron todo o casi todo de ellos- hoy se atreven a pelearle el título, algo impensado hace unos cinco, diez años. Eso sí: los números seguirán cerrando, hasta que no queden más originales por exprimir. Ahí, veremos…
Hay quienes prefieren ver secuencias lógicas que coincidan con sus preconceptos antes que considerar una producción bajo sus reales méritos. Por ese motivo hay quienes han buscado plantear que Monsters University es otro ejemplo en el declive que ha comenzado en Pixar. Esto es, con Cars 2 como su película más fallida a la fecha y Brave como un trabajo que ni siquiera parecía obra de la compañía, la nueva aventura de Mike y Sulley sería la confirmación de una tendencia a la baja. Se ha volcado mucha tinta virtual respecto a este asunto que no solo es una fabricación de los "especialistas", sino que además es el reflejo de cómo para probar un punto se es capaz de ignorar toda evidencia. El motivo de esta afirmación es que la primera precuela de la compañía se inscribe, a las claras, entre los múltiples logros que esta ha tenido hasta la fecha. Es cierto que no es un clásico animado, como sí lo son la mayoría de las apuestas del estudio, y que no está a la altura de su antecesora Monsters, Inc., no obstante se trata de una apuesta sólida dotada de todos aquellos elementos que han llevado a Pixar a ser lo que es. En principio está repleta de personajes adorables, sean conocidos por el público o no, capaces de arrancar sonrisas al espectador de forma permanente. Esto es porque, al igual que las de superhéroes dejan de ser valoradas simplemente como tales y empiezan a anotarse dentro de géneros como el drama y el suspenso, el estudio no ofrece una película de animación, sino una lograda comedia universitaria construida a partir de ese recurso. Lo que mal puede entenderse como un repertorio de clichés, es en realidad un homenaje a la tradición del cine norteamericano de décadas atrás, el de las fiestas de estudiantes, las fraternidades, las bromas al decano y la venganza de los nerds, películas que cada vez tienen menor salida –generalmente al formato hogareño- por la evidente falta de recursos. Monsters University los tiene y sabe cómo usarlos, presenta a dos reconocibles amigos inseparables en la época en que eran enemigos jurados y los pone a trabajar juntos en una historia que rebosa de buen humor. Dan Scanlon tiene además el buen tino de evitar los lugares comunes como para ofrecernos un argumento distinto, con algunos lineamientos básicos que permiten hacer correr la trama pero luego dando los giros necesarios como para que se trate de una apuesta diferente, especialmente a medida que se llega al final. La película tiene además uno de esos grandes lujos que también se da la saga Men in Black, el uso de centenares de personajes extraños que simplemente caminan alejados de la acción, parte de un fondo en el que las figuras son otros. Sí, Monsters University puede tener menos corazón que el que otras producciones animadas del estudio han mostrado, no obstante es una muy buena película que demuestra que no solo hay ideas frescas, sino también que cuando se recuperan otras de años pasados, hay más que la búsqueda de un ingreso seguro y se pueden asumir nuevos riesgos. El origen de la amistad entre Wazowski y Sullivan está muy lejos de ser la evidencia de que la compañía ha entrado en un declive, sino que es todo lo contrario. Pixar está muy lejos de tocar su techo creativo.
La buena idea de hacer una precuela con un argumento elaborado, de excelente ritmo y lleno de diversión hace que poco importe que Monsters University no ofrezca nada original ni rompa ningún molde. Niños felices 100% garantizado. La historia está bien pensada ya que tiene y trasmite el espíritu de los clásicos films de adolescentes estudiantes...
Mundo con miedo y héroes corajudos Muchos adolescentes que hoy tiene cerca de 18 años recordaran cuando en diciembre de 2001 se estrenaba en Argentina “Monsters, Inc.” con la dirección Pete Docter, David Silverman y Lee Unkrich. Además obtuvo un Premio Oscar a la Mejor Música, Canción Original Randy Newman por la canción "Si no te tuviera a ti" (“If I Didn't Have You”). Un grupo de asustadores (por separado) ingresaba por las noches a las habitaciones de los niños. El mejor monstruo era James P. Sullivan un grandote peludo de piel azul con lunares de color violeta que luce dos cuernos, su ayudante y amigo es Mike Wazowski de color verde, obstinado, tuerto y muy divertido. Y todo se complicaba cuando la pequeña niña Boo, ingresaba a este mundo. Esta se re- estrenó en febrero de este año pero en 3•D Ahora llega la precuela de aquel gran éxito, estos protagonistas ya han crecido, como muchos que hoy son adolescentes (como citaba anteriormente), pero también la podrán disfrutar y pasar un buen momento otros pequeños y los adultos. James P. Sullivan “Sulley” y Mike Wazowski van a la Universidad, este gran de amigos entrañables que se acerca al estilo de “Toy Story”. La historia se centra un poco más en el personaje de Mike Wazowski (voz original en inglés de Billy Crystal y en español José Mota), esta criatura verde, llena de amor que no puede asustar a nadie, tiene varios sueños, es muy estudioso y ahora ingresa a la Universidad, su compañero de cuarto es Randall Boggs (Steve Buscemi). Allí se encuentra con James P. Sullivan “Sulley” (Voces inglés/español: John Goodman / Santiago Segura), es vago, vive de fiesta y no entablan una amistad rápidamente. Pronto todos se encuentran compitiendo en unas olimpiadas de asustadores, en un principio no son grandes amigos, pero con el transcurrir de los días, ellos deberán forjar su amistad y se convertirán en grandes amigos aunque una situación los llevará a complicar sus vidas. La historia contiene nuevos giros, es muy atractiva, con personajes más coloridos, como siempre una estupenda banda sonora, es mas aventurera y muy entretenida, fiestas y bailes, algo de descontrol, diálogos logrados, llena de humor, tiene todos los clichés, se hacen referencias a varias películas de terror, visualmente impacta nuevamente y el 3•D le da un toque especial. Cada uno de los personajes e intérpretes se destacan con el bocadillo justo como: Joel Murray (Don Carlton), Pete Sohn (Scott “Squishy” Squibbles), Charlie Day (Art), Sean Hayes (Terri), Dave Foley (Terry), Helen Mirren (decana Hardscrabble), Alfred Molina (profesor Knight), entre otros. Si viste la anterior es aun mejor porque te quedarán algunas situaciones más claras, de lo contrario igual la vas a pasar bien. La trama resalta una vez más los valores como: la amistad, el amor y el compañerismo. Habla de los miedos, las presiones y contradicciones de la edad. Te recomiendo que llegues temprano porque comienza con un corto titulado “Azu-lado” (The Blue Umbrella), con una muy buena coreografía, colorida, una estupenda historia de amor entre dos paraguas en medio de una lluvia intensa. Como ya nos tienen acostumbrados hay que ver hasta el último de los créditos porque hay yapa.
Asustar niños no es tarea fácil Tanta imaginación y tamaños aciertos en la resolución visual pueden resultar agobiantes. El desfile de monstruos de todo tipo, tamaño y pelaje se convierte en un reto al espectador, que lucha para no perderse ningún detalle de lo que se ve en la pantalla. La empresa es, desde ya, imposible de concretar por la variedad y la cantidad de elementos que se ofrecen en cada fotograma. Sin embargo, la frescura del relato y el ritmo de la narración convierten a esta nueva producción de Pixar en una experiencia que se disfruta desde el comienzo hasta los títulos finales. Es cierto que, en esta oportunidad, el guión carece de la originalidad y de las reflexiones profundas que siempre aparecen en las historias que narran las películas de esta factoría. Pero no lo es menos que el entretenimiento, la diversión, el humor y las excelencias visuales están presentes en cantidad y calidad. También los adultos que acompañan a los niños descubrirán guiños y referencias a otros filmes (propios y ajenos) que seguramente pasarán desapercibidos a los más pequeños; y esta es, también, una marca de fábrica de Pixar. Mike y "Sulley" son en este filme jóvenes estudiantes que pretenden ser "asustadores" profesionales; el entrañable huevo verde lo intentará desde el empeño y el sacrificio, y el grandote peludo aprovechará sus dotes naturales. Pero lo más importante para ambos será que (no sin tropiezos) comenzarán a complementarse para convertirse en la épica pareja de "asustadores" que se conoció en "Monsters, Inc" (2001). Pixar ya ha acostumbrado al público a un "bonus"; esta vez, se trata del corto "Azu-lado", una especie de nostálgica historia de amor entre dos paraguas bajo la lluvia. Vale la pena llegar temprano al cine para no perdérsela; es de esos productos capaces de provocar sensaciones similares en espectadores separados por casi seis décadas de edad. Es lo que pudo comprobar quien esto escribe con su circunstancial compañero de butaca en la tarde del jueves; es el tipo de milagro que logra el cine, siempre y cuando haya de por medio talentos como los que promueve y nuclea Pixar.
Sí, de lo mejor del año. Un remanso entre tanto ruido y tanta tristeza. La “precuela” de esa obra maestra que es “Monsters Inc.” hace honor a su precedente y –después de la decepcionante “Cars 2” y la despareja “Valiente”– a lo mejor de la casa Pixar. Este film cuenta cómo Mike y Sully pasaron de adversarios a amigos, pero es casi lo de menos, apenas el dispositivo narrativo de base para un film que trabaja y comenta las constantes de cierto triunfalismo americano, ese que muchas veces envicia las mejores ficciones. Aquí Mike Waszowski, el verde polifemo redondo (con la maravillosa voz de Billy Crystal) quiere ser un gran asustador, pero sabemos que no tiene lo que se necesita. Sully (con la también maravillosa voz de John Goodman) es un asustador innato, que descree del esfuerzo.
Héroes de la clase laburante Mike y Sully han sido, desde siempre, los héroes de la clase trabajadora de Pixar. Piensen en el resto de las películas de la compañía y descubrirán que nunca dos laburantes, que es lo que Mike y Sully representan, fueron protagonistas. Por eso, que Monsters INC. pueda ser considerada LA sátira social de Pixar -Wall-E también lo era a su modo, pero lo laboral no era el centro del relato; aquí sí lo es-: cuando aquella película culmina y sus diversos niveles se clarifican, lo que queda es una mirada sobre las corporaciones y sobre cómo las mismas pueden ser modificadas y subvertidas. Es, claro, una película idealista como lo es toda la obra de Pixar: ellos piensan en un mundo que debería funcionar de tal manera, un mundo inclusivo y en el que el esfuerzo general motiva un cambio positivo para los individuos. Y siempre, pero siempre, ese esfuerzo sirve sólo si se lo hace en equipo y está direccionado desde los bordes de la sociedad: el acuario-prisión de Buscando a Nemo, los juguetes anacrónicos de Toy Story, la chatarra de Wall-E. Por eso que es hablar muy a la ligera si se analiza a Monsters University como una precuela innecesaria porque ya conocemos lo que pasa con los personajes o si sólo nos quedamos en eso que moviliza la trama: Mike Wazowski y su imposibilidad de asustar. Monsters University no sólo es una gran película -divertida, fluida y sumamente reflexiva-, sino además una película que respeta lo mejor del espíritu de la compañía y que amplía el universo de la primera, en vez de calcarlo a sabiendas del carisma de los personajes. Mucho se habla por estos días de lo nocivo que resulta para Pixar haber sido absorbida por Disney. En primera instancia, creo que es una lectura simplista; en segunda instancia, creo que se da por hecho apresuradamente que Disney es malo per se. Lo que sí es notorio en Pixar es que agotadas aquellas historias originales que trabajaron en sus primeros años, les está costando inventar nuevos universos. Por eso, las secuelas y precuelas. Y si bien desde el prejuicio esto nos puede significar falta de ideas, en la práctica queda demostrado que no es tan así: ninguna secuela o precuela Pixar ha sido una repetición conformista. Lo que se ve siempre, es una apuesta, un riesgo. Y si como en el caso de Cars 2 las cosas salen fatídicamente mal, es porque la apuesta es fallida no por pereza creativa. En el caso de Monsters University estamos ante una película que no calca la original sino que retoma a los personajes y los pone a jugar en un universo nuevo. Y otro detalle: cada vez más, Pixar está pensando sus historias en el contexto de subgéneros del cine. Si Toy Story 3 fue una película de fuga carcelaria, si Cars 2 una de espionaje a lo James Bond, Monsters University es una de vida universitaria, de ámbito escolar, subgénero revitalizado en los últimos años por High School Musical o Glee, aunque a su manera Harry Potter también lo era. Es verdad que Monsters University podría ser una película con personajes nuevos, pero también es cierto que recurriendo a Mike y Sully, ingresamos al relato de otra forma. No hay que explicar a los protagonistas, ni siquiera ese objetivo que tienen en común -trabajar en Monsters INC.- sólo ponerlos a jugar en un contexto de película universitaria, con sus fraternidades y competencias deportivas. De ahí, el sentido del subgénero: la vida universitaria es muy diferente en los Estados Unidos a como la entendemos por aquí, sin embargo es un concepto tan impreso por el cine que se nos hace reconocible. Y acaso para los que acusan a este film de facilista o falto de riesgo, piensen en lo que ocurre en la última media hora, piensen en ese bello y adulto diálogo que sostienen Mike y Sully en el mundo real, junto al lago y bajo la Luna, también en la secuencia de puro clímax del final, que es una clase magistral de puesta en escena, de cine de terror y de trabajo en equipo. Si eso es ser perezoso, ¡caramba, quiero ser perezoso como estos muchachos! Monsters University parece seguir el camino de Wazowski: su sueño por convertirse en asustador en Monsters INC. A su manera lo es, pero si sólo hubiera sido eso, la película demostraría su vacuidad: sabemos, al fin de cuenta, quienes vimos la primera película que aquello que representa Monsters INC. no es más que una fachada, que no importa tanto asustar y que hacer reír es lo válido. Por eso, es revelador el final -que no contaremos aquí- y que se resuelve magistralmente con una sumatoria de fotos: lo que importa es cómo nuestros héroes llegaron a trabajar ahí, esa moraleja final que no está gritada, que no tiene carteles luminosos para ser enseñada, que se ejemplifica en imágenes, con ritmo cinematográfico. Y es una verdad tan bella que emociona, y que le devuelve a Pixar ese gran cine que siempre lo caracterizó. El film pone en confrontación dos ideas básicas de las películas de ámbitos educativos: el nerd que representa Wazowski, con su pulsión didáctica y su egomanía ilustrada, contra el vago deportista que representa Sully, aunque con un conflicto muy interesante como es la herencia de un linaje familiar de grandes asustadores al cual defrauda con su actitud hedonista. Es decir, el esfuerzo contra el talento innato, tópicos habituales del cine Americano. Lo que hace más interesante y más compleja a Monsters University es que no termina de definirse por ninguno de los dos: no hay esfuerzo que alcance si el objetivo es el errado y sólo se confía en el conocimiento mecanizado, no hay talento que sirva si hay un desdén por el aprendizaje. En definitiva, hacerse de abajo, luchar, ser creativo, trabajar. ¿Conocen alguna película infantil que les enseñe a los chicos el valor del esfuerzo y el trabajo? Mejor, no el trabajo sino el laburo. Porque bien sabemos que laburar es muy difícil a trabajar. ¿Pixar se volvió socialista? No sé si tanto, pero si hilamos muy fino es como si los muchachos de Lasseter decidieran homenajearse recreando su propia historia a través de esta película. Por si fuera poco, Monsters University cumple todos los objetivos posibles: 1- tiene un diseño visual alucinante y bellísimo, genera placer absoluto; 2- villanos inteligentes y que pueden tener giros sorpresivos: esta Hardscrabble es clara heredera del Anton Ego de Ratatouille; 3- tiene humor, chistes perfectos, es alegre, vital y móvil; una película que es la felicidad misma; 4- narrativamente funciona a la perfección, dura 110 minutos y se va en un soplido; 5- es clara referente del universo Pixar, con su galería de personajes encantadores, su corazón irredimible, su mezcla de emoción y amabilidad, su inteligencia y su universo creativo donde el mal está presente, pero la apuesta es por la honorabilidad y la honestidad; 6- es fiel al universo de Monsters INC. y su historia es sumamente coherente y lógica en relación a aquella, retomando el espíritu y el tono original pero profundizando en la psicología de sus personajes; extra bonus: el corto que la antecede, Azu-lado, es sencillamente hermoso por la simpleza de su historia y la precisión (técnica y formal) con la que está contada. En definitiva, Pixar en estado puro. Purísimo.
Hay que decirlo: Pixar lo hizo de nuevo La tan anunciada secuela de “Monsters Inc.” (2001) finalmente tiene su estreno en Buenos Aires. Hay que decirlo: Pixar lo hizo de nuevo. Parece ya una verdad de perogrullo, pero realmente vale destacarlo. Luego del Oscar por “Valiente” (2012) y una floja segunda parte de “Cars” (2007), había que ver como encaraban otra entrega de un producto ya instalado en la memoria colectiva de los espectadores. Como recordarán, Monstruópolis es una ciudad en una dimensión paralela en la que habitan monstruos. La energía no se obtiene de una planta nuclear sino de los gritos de susto provocados por ellos, cuando los Asustadores se escurren por las noches en los dormitorios humanos y les pegan un julepe de novela. La empresa a cargo de semejante tarea es Monsters Inc. “Monsters University” se sitúa algunos años antes, cuando Mike Wasowski era un niño y en una visita escolar a la planta descubre su vocación. Elipsis de por medio, vemos a Mike bajar del autobús que lo deja en la universidad del título, dispuesto de seguir adelante con su sueño de ser el mejor Asustador, casi ignoto de las circunstancias de su mundo, e incluso con cierto aire ingenuo que le impide ver (sanamente) sus limitaciones. Claro, en seguida entendemos que nos vamos a encontrar con todos los personajes de la original para ver cómo se conocieron. Sully viene de familia de asustadores y cree que con la portación de apellido alcanza. Los gags son varios, muy seguidos, muy graciosos, y con varios guiños a la anterior, además de cuestiones externas pero inherentes a la cultura universitaria, por ejemplo la formación de grupos o cofradías a las cuales los novatos quieren entrar para evitar el rechazo; los nerds que al final tienen su triunfo; profesores exigentes, y hasta hay un detalle delicioso cuando vemos a los monstruos tocar el pie de una estatua en la entrada del edificio principal. Así sucede en la vida real en la Universidad de Harvard, los estudiantes que quieren aprobar el examen de ingreso tocan el pie de la estatua para que les de suerte. Quizás lo mejor de esta segunda parte es que sobrevive por sí sola. El lazo con los personajes ya conocidos es fuerte, pero un guión bien trabajado puede lograr que sin haber visto nada antes, todo se comprenda y fluya independientemente. En aquella oportunidad, hace más de una década, estábamos frente a un guión que daba un palo a las empresas de entretenimiento sin escrúpulos, pues hacia el final de “Monsters Inc.” la vuelta de tuerca mostraba que se obtenía más energía de los chicos cuando se los hace reír que asustándolos. Pero principalmente trabajaba los miedos y como trabaja la mente para hacerlos más grandes, tanto de un lado como del otro, porque entre los monstruos y los humanos el miedo era recíproco. “Monsters University” trabaja entonces en cómo vencer los miedos y superar las adversidades. Por si fuera poco, la importancia del trabajo en equipo cuando se usa y se potencia lo mejor de cada uno. Las voces de la versión en inglés son los talentos (nuevamente) de Billy Crystal y John Goodman. Extraña el cambio de titulares en la versión doblada. En la proyección de prensa con chicos fue una de las primeras observaciones que escuché de los pequeños y es cierto. Algo de la cadencia se pierde en este actor lo cual para nada empaña el producto final. No llegue tarde al cine. El primer corto sobre dos paraguas es una delicia y por cierto, quédese hasta el final en los títulos, pues “Monsters University” le regala una última sonrisa.
Monsters University: Pixar vuelve a dar clases Después de los tragos amargos que fueron Cars 2 (2011) y Brave (2012), es fácil ponerse en la posición de “Disney arruinó a Pixar”, pero entonces ese punto de vista es discutible si analizamos lo que significó Toy Story 3, para muchos la mejor película de Pixar, inclusive luego de la unión de ambos estudios (2006). Se alega que la ‘falta de creatividad’ es lo que estaba marcando el nuevo camino de la ex compañía de Steve Jobs y sobre ese punto, uno puede ceder ante las críticas, dado que Monsters University es una precuela de Monster Inc. (2001). Doce años después de conocer a Mike Wazowski (Billy Crystal) y James “Sulley” Sullivan (John Goodman), ambos estudios se deciden por volver en el tiempo para contar cómo fue que el duo forjó su amistad. Mike, de mounstrito, tan pequeño como adorable, se promete a sí mismo que algún día asistirá a Monsters University para convertirse en un gran asustador. Su perseverancia de adolescente lo lleva hasta la universidad, donde conoce a un famoso por apellido, engreído y vago Sullivan, que al parecer tiene todos los requisitos para convertirse en un gran asustador a diferencia de Mike. Pero este, impulsado por su sueño y para demostrarle al mundo que su destino no es previsible, hará hasta lo imposible. A pesar de las grandes diferencias entre Mike y Sullivan, como Woody y Buzz (Toy Story), ambos emprenden un camino en el que aprenden de sí mismos, a través de lo que significa forjar una amistad, dejando sus diferencias de lado. Las cosas no salen como ellos y el espectador esperan, pero recorrer el camino valió la pena. Así como Mike tuvo que aprender que en algunos casos lo importante es el cómo y no el qué, Disney/Pixar nos enseñan lo mismo. Todo lo que vemos en MU no es nada que no conozcamos, a excepción de algunos nuevos personajes, que son tan divertidos como nuestros protagonistas. La historia es una mezcla de Harry Potter, con películas típicas norteamericanas de ‘college’ que relatan el proceso de ser diferente y marcar la diferencia en plena adolescencia. Entonces ¿por qué el cómo se vuelve relevante? Porque la historia está contada solo como Pixar sabe y no como lo haría Disney, que apelaría desde la historia al lado más sensible del espectador con muchos golpes bajos. La historia se mueve con demasiada gracia y liviandad como para darse cuenta de los 100 minutos que dura la película. Y como a mis trece años, Mike, Sulley y compañía logran sacar carcajadas como si la edad y la experiencia que acompaña no funcionaran como filtros. Ya hemos visto lo que Monster University tiene para mostrar, pero la naturaleza de estos personajes de Pixar hacen que no importe cuántas figuritas repetidas estemos viendo. Solo desearía que Monsters University hubiese llegado antes que Monsters Inc. y entonces poder evitar la crítica en cuanto a la creatividad de la historia y focalizarnos en la construcción de sus personajes y su universo tan único que hicieron poner en un peldaño bien alto a Pixar, hace doce años. Definitivamente Monsters University es un gran comienzo para Dan Scanlon como director, aunque no es seguro de que su película sea la favorita por encima de los anteriores títulos de Pixar, que sigue innovando y mejorando la calidad de animación, aún cuando el 3D sigue sin ser el fuerte (le recomiendo ver en 2D y en lo posible, en su idioma original). Párrafo aparte para el bellísimo corto Azu-Lado (The Blue Umbrella), una historia tan simple como magnifica. Un flirteo entre dos paraguas nace y se mueve al compas de la lluvia. Nadie mejor que Pixar podría haber retratado de forma tan única el romance del simple hecho de caminar bajo la lluvia y dejarse llevar.
(anexo de crítica) Hace algunos años los estudios Pixar y sus socios de Disney generaron, a mí modesto entender, una de las mejores películas de todos los tiempos, “Monsters Inc” (USA,2001). Con un planteo simple, original, divertido y fresco, además de contar con una serie de personajes inolvidables como Mike y Sully (que han permanecido vigentes en el imaginario popular y que generaciones que se incorporan al mundo del cine han sabido aquerenciar), hicieron historia. Con el recuerdo vívido de esta increíble cinta ver “Monster University” (USA, 2013) de Dan Scanlon, es un tanto problemático, principalmente por que la vuelta de tuerca de ubicar a los personajes en un campus universitario funciona pero de manera acotada. La incorporación de nuevos personajes hace que la película adquiera cierta distancia de su predecesora (por cierto “ART” es lo mejor de todos los nuevos dibujos del filme) ya que el recurso de las puertas de las habitaciones de los niños y el generador de energía a través de los gritos de susto ya está trillado. En “Monsters…” conoceremos la instancia en la que Mike y Sully se encuentran por primera vez y curiosamente son enemigos que luego deberán trabajar juntos en una olimpíada de sustos para poder mantener su lugar en la Universidad. La buddy movie de la primera entrega deja su lugar a la school movie, con todos sus clichés y motores narrativos (reconociendo fragmentos que bien podrían haber estado en la saga de “Harry Potter”, “High School Musical” ó “Pitch Perfect”-las perdedoras que intentan triunfar en una competencia-) y si bien tiene algunos gags muy efectivos, en otros la sonrisa apenas se asoma. Idealmente para un público infantil que no esté fanatizado con la primera entrega y que se identifique con la búsqueda de reconocimiento y popularidad de los más vulnerables, destaca su mensaje cual moraleja de fábula “lo importante no es ser temible para un monstruo, sino ser aceptable”.
Divertida, pero lejos de la primera Desde que el ahora casi universitario Mike Wazowski era un pequeño monstruo, soñaba con convertirse en asustador profesional; y él, mejor que nadie, sabe que los mejores asustadores provienen de Monsters University. Pero durante su primer semestre en MU, los planes de Mike son frustrados cuando se cruza con el as de los sustos James Sullivan, "Sulley". El descontrolado espíritu competitivo de ambos hace que terminen expulsados del Programa de Sustos de élite de la Universidad. Ambos se dan cuenta de que si pretenden lograr sus objetivos, deberán trabajar juntos y valorar a sus compañeros de grupo. Monster Inc. se estrenó en 2001 como producto de la asociación de las compañías Disney y Pixar. Su originalidad la convirtió en un clásico que merecía una secuela a la altura. En 2005 comenzaron las negociaciones, pero los desacuerdos entre el presidente de Disney, Michael Eisner, y el dueño de Pixar, el hoy fallecido Steve Jobs, disparó una serie de vaivenes que concluyó con el anuncio de la realización, cinco años más tarde, y la concreción de este estreno. ¿El retraso? ¿Esa sensación de que, conforme pasan los años, el clásico se vuelve imposible de equiparar? ¿Un guión hecho por patrón, donde lo que cambian son los personajes? Se podrían ensayar interrogantes más o menos perspicaces para encontrar respuestas a cierta sensación de insatisfacción que produce Monster University , un buen divertimento, magistralmente animado y con situaciones disfrutables, pero que no logra, siquiera, empardar a la original. Se asiste, en cambio, a una típica comedia de estudiantes, que compiten por el cetro de la popularidad cuando su estilo es más compatible con el de los eternos "nerds", que, condenados a ser los perdedores, tienen que tomar las riendas de su destino y demostrar que hay otras maneras de ganar; y que, aún perdidos, siempre hay una salida airosa para quien la busca.
Cuando el relato no se condice con el nivel de animación Nada se le puede reprochar a Pixar desde el factor estético en este tipo de películas. Monsters University es un carnaval de colores y movimientos majestuosos en lo que respecta a darle vida a los personajes. Pero en la balanza, la historia y su dinámica quedan chiquitas en comparación con el aspecto técnico-visual que se nos presenta ante nuestros ojos. La narración nos remonta a la infancia de estos carismáticos monstruitos, permitiéndonos conocer la vida escolar de nuestro protagonista: Wazowski. Este pequeño esperpento verde de un solo ojo es continuamente aislado y poco tenido en cuenta por sus compañeros; no hacen más que crearle vacío a cada momento. Cuando visita la fábrica y es testigo de cómo ciertos experimentados de su especie brindan grandes saltos a sus “víctimas”, Mike decide que quiere ser asustador. Pero claro, su simpática y poco aterradora apariencia se torna el obstáculo más difícil de sortear cuando emprende su carrera universitaria. Y a partir de allí, el relato nos sumerge en el mundo académico, permitiéndonos conocer cómo comienza a edificarse la relación entre Wazowski y Sulley, el primero un destacado en lo que concierne en la teoría y táctica de los sustos; el segundo casi un experto por don natural en la práctica. Pero el problema en Monsters University se da en el ritmo del film: probablemente con mucho menos vigor y energía que otras entregas de Pixar, la dinámica no es la apropiada y la cinta cobra fuerza recién cerca del final donde se lleva a cabo la gran competencia de sobresaltos entre los diferentes equipos contendientes. Impecable desde la animación y con algunos buenos gags, la historia no termina de conectar al espectador por poseer (extrañamente en este género) ciertos aires de densidad que no hacen más que desenfocar la plena atención del público. LO MEJOR: estética, soberbia desde lo técnico. La contienda final. LO PEOR: no enriquece ni conmueve desde la narración. Le falta ritmo. PUNTAJE: 5,2
EL DESTINO DE PIXAR Desde que el estudio de animación fue succionado por Disney, las mentes ingeniosas dejaron de crear universos sofisticados donde cada pieza delirante encajaba con suavidad y encanto. Valiente es el ejemplo bisagra: ahí se aprecia cómo Disney derramó su tinta china sobre los monitores de Pixar. En Valiente, la deuda con los cantares de gesta es exclusiva de Disney, de su pereza retrógrada, de su fanatismo folklórico. Pixar, en cambio, tiene la excitación de un dios seguro. Inventa personajes en mundos imposibles y coherentes.
Divertida, colorida, y técnicamente soberbia, una buena propuesta para ir a ver con los más chicos, y por qué no para alimentar el niño interior que disfrutó de la primera aventura de Mike Wazowski y James P. Sullivan.
El texto de la crítica ha sido eliminado por petición del medio.
La batalla de los nerds Como muchos saben, hablar de la industria de animación Pixar es referirse a cine de calidad. Sus películas suelen figurar en las votaciones de críticos de todas partes del mundo como varios de los mejores estrenos del año. Sería ideal disfrutar de estos estrenos (cine honesto, bueno, vibrante) en condiciones dignas de exhibición, pero lamentablemente esto no es posible en el Uruguay. Al igual que el otro filme importante de animación de esta semana, Mi villano favorito 2, esta película es exhibida en más de veinte salas, pero solamente en copias dobladas al español. Es decir, el que quiera ver esta película tal cual fue concebida deberá esperar a que se edite una futura edición en DVD -quizá un par de meses-, quien quiera oír las voces originales de Billy Cristal, John Goodman, Steve Buscemi y Helen Mirren no tendrá chances de hacerlo en ninguna de las más de quinientas proyecciones semanales de este país. En fin, es una pena que los distribuidores decidan de antemano la forma en que nosotros y nuestros hijos queremos ver las películas, y es de temer esta reciente avanzada de doblaje en los estrenos -también en muchos casos para películas de consumo adolescente y adulto-. Si la idea es analfabetizar aún más a la población, el camino es el correcto. Pero vayamos a la reseña: precuela de la notable Monsters Inc, se desarrolla aquí una anécdota previa; la experiencia universitaria de los protagonistas y el arduo recorrido que debieron atravesar para consagrarse como “asustadores” profesionales. El universo paralelo presentado anteriormente es utilizado para plantear un ejercicio de género clásico, y con uno de los formatos más atractivos que suelen tener esta clase de aventuras: la competencia por etapas. Para demostrar de qué están hechos, los personajes deberán enfrentarse a otros grupos de monstruosos contrincantes, en una pugna en la que se resolverá quiénes son los más temibles asustadores de humanos de la Universidad: las cinco diferentes instancias están concebidas con toda la creatividad que caracteriza a Pixar, y el hecho de que varios de los personajes del bando principal sean en apariencia perfectos pusilánimes vuelven a cada desafío una auténtica proeza a cumplir. El final, una detallada y brillante orquestación por parte de los protagonistas en el arte de asustar puede ser visto como una hermosa metáfora de la creación artística y de la búsqueda por suscitar emociones. Resulta cuando menos curiosa la mirada sobre el oficialismo educativo: los talentosos protagonistas son castigados, catalogados como ineptos, estigmatizados o desplazados por parte del cuerpo docente. Lejos de la crítica integrada de JK Rowling en Harry Potter -en el colegio de magia y hechicería de Hogwarts existían injusticias y errores pero aún seguía siendo el mejor lugar para estudiar-, aquí la solución final significaría independizarse, vivir al margen de las reglas y, finalmente, hacerse de una carrera autodidacta por fuera de la institución. Esta visión anárquica resulta un matiz excepcional en lo que respecta a las producciones mainstream; Pixar nos tiene acostumbrados a estas pequeñas y bienvenidas salidas de tono.
2da vuelta de los monstruos más divertidos de la gran pantalla, aunque esta vez, vuelven con un sello más adolescente y paradójicamente, más serio. Esta es una precuela que se estaba esperando desde hace ya un tiempo y la verdad es que no decepciona, aunque debo decir que le faltó un poco más de humor y corazón que la original. Recuerdo haber llorado de la risa con algunas situaciones disparatadas vividas por Mike, Sulley y Boo en "Monsters Inc.", y en esta 2da entrega me divertí bastante pero no con la intensidad de la 1ra. También recuerdo la ternura que despertaban, sobre todo el personaje de Boo, y acá no encontré ese tipo de sensaciones ni algún personaje que cubra ese vacío que dejó la niñita. Quizás la falta de sorpresa haya sido un factor importante en el resultado humorístico, ya que ahora sabíamos de antemano la historia y la personalidad de los protagonistas. Otra cuestión importante creo que tuvo que ver con la falta de sensaciones que despierten la emotividad. Me faltó la conexión y el involucramiento que había logrado con el trabajo de Docter, Silverman y Unkrich. El prácticamente novato en dirección, Dan Scanlon, hace un trabajo bastante completo del universo "monsters" adentrándose en los aspectos más tridimensionales de sus protagonistas, mostrándonos su transformación de jóvenes estudiantes poco experimentados a verdaderos asustadores de cepa, pero sentí que en general se tomó demasiado en serio la tarea y en el proceso perdió un poco de encanto. Por momentos uno se siente que está ante un producto distinto, que toma aspectos de la amistad, la madurez y la redención con demasiada profundidad perdiendo de foco lo que verdaderamente es atractivo de los monsters, la comedia física y la ternura. La gran estrella de este capítulo es sin dudas el histérico monstruito verde, Mike Wazowski, alrededor del cual gira toda la trama principal y es el que se carga la peli al hombro. Los personajes secundarios, como los integrantes de la fraternidad ñoña Oozma Kappa (los O.K.), juegan un papel importante en el humor de la propuesta pero ninguno llega a ser demasiado entrañable o se destaca por encima de los demás. Lo mismo sucede con el personaje de Randy, futuro villano, que en esta entrega parece haber estado exclusivamente de relleno. En general se puede decir que es una buena propuesta para disfrutar de las vacaciones de invierno, pero no llega al nivel de la 1ra entrega ni cerca. Quizás para los más chicos siga siendo fantástica, ya que la factura técnica es excelente y se incorporan muchos más monstruos coloridos a la historia, pero los más creciditos encontrarán que si bien el producto cubre sus expectativas, no las sobrepasa.
"GRAN PRECUELA, A LA ALTURA DE LAS EXPECTATIVAS" Siendo "Toy Story" un hito al convertirse, en 1995, en la primera película de animación realizada totalmente por computadora, con "Monsters Inc.” Pixar se superó a sí misma en 2001. El peludo monstruo Sulley, un asustador de niños, estaba cubierto por tres millones de pelos, gracias a la depurada tecnología informática. No estamos ante una continuación del filme de 2001, sino ante una precuela, o sea, un filme creado después de una entrega original que tuvo éxito, pero cuya referencia cronológica se sitúa en el pasado. En esta se explican los orígenes de la amistad de Wazowski y Sullivan y cómo es que terminaron trabajando en la más grande compañía de sustos. Es así que después de muchos años de planeación y desarrollo llega a nuestras pantallas “Monsters University”, dirigida por Dan Scanlon, y magníficamente escrita por Pete Docter y Andrew Stanton. El filme arranca con la historia de Mike Wazowski desde que era un pequeño monstruo y antes de entrar en la universidad, desde que soñaba con convertirse en un Asustador y sabiendo que los mejores asustadores salen de Monsters University (MU). Ya crecido, durante su primer semestre en la MU, los planes de Mike se desbaratan al cruzarse con el popular James P. Sullivan, “Sulley”, un Asustador nato. Por culpa de su desenfrenado espíritu competitivo, ambos son expulsados del prestigioso Programa de Sustos de la Universidad. Y para empeorar las cosas, se verán obligados a trabajar juntos con una extraña pandilla de monstruos inadaptados... si es que quieren arreglar su situación. Esta producción tiene lo que toda película de animación debe tener: espectacularidad audiovisual con grandes visos de realismo en la textura de sus imágenes, personajes interesantes y graciosos (muchos nuevos agregados para esta nueva producción), además de una trama divertida y festiva (a pesar de ser más larga que su predecesora: 102 minutos, contra 88). Tal vez esos minutos de más resientan un poco el ritmo vertiginoso, con alguna que otra escena más reflexiva, pero no opacan el ingenio de la película toda. Para los que la vean en idioma original, se encontrarán con las voces de Billy Crystal y John Goodman en los dos roles protagónicos, más Steve Buscemi, Alfred Molina, Helen Mirren, Sean Hayes, Bonnie Hunt entre muchísimos otros. Vale la pena ir a disfrutarla!
Monsters on the Campus Uno sabe que la mayoría de los filmes de animación que se convierten en exitosos y logran buena cantidad de entradas, rápidamente son pensados en secuela, en su gran mayoría y con honrosas excepciones (Toy Stoy 3 por ejemplo), han sido inferiores, repetitivos y malogrados. A la productora "Pixar" parece que le bastó imaginar casi más de una década que hacía con algo tan notable como "Monsters Inc."(2001), que en su momento fué una de las mejores pelis de la empresa, y tan inteligente como significativa, si hasta tenía su lado crítico a las "corpos". Aquí han regresado ese hallazgo de simpatía y encanto, tanto del grandote multicolor Sullivan como ese "ojo" divertido llamado Mike Wazowski, y que ahora participamos de esta suerte de precuela, donde nos cuentan como empezó todo, donde se conocieron y algo de sus respectivos orígenes, y básicamente sus incursiones en los denominados "Campus" universitarios a donde concurren a aprender a ser genuinos monstruitos asustadores. En verdad no es que la nueva propuesta caiga en un páramo de falta de ingenio o carezca de ser entretenida, la cosa es que muchos imaginarán que sería algo superadora de su potente antecesora y ahí está el craso error. Porque si bien divierte, no posee la fuerza de aquella de hace 11 años atrás. El público demandante, siempre ansía una segunda parte tan bien lograda como la primera y a veces esa no suele ser la intención. Con muchísimo humor "slapstick" que parece heredado del mejor cine de tradición "Chaplinesca" o de Buster Keaton, este filme alcanza la categoría de ser una muy buena precuela.
Pixar es y siempre será el rey de la animación arrebatándole ese lugar de honor a Disney. Aunque la casa del ratón fue pionera y tiene clásicos inolvidables, cuando apareció la división de animación de pioneros en informática como Steve Jobs, empezamos a tener clásicos y películas absolutas como Wall-E, Buscando a Nemo y Toy Story. Dentro de esas historias, Monsters Inc., otra joya de la corona nos traía la historia de Mike Wasowski y James Sullivan, un par de monstruos completamente diferentes que se ganaban la vida asustando a las personas. Ahora, sumándose a la moda de Hollywood de hacer secuelas y precuelas, nos llega Monsters University con un defecto muy pequeño: no es un clásico. No podemos decir que no sea una historia original. Es como los denominados "spin off". Tomas a un personaje de una historia conocida y lo pones en un mundo aparte para contar otra historia. En MU, Mike es un adolescente que ha llegado a la universidad para matricularse en el programa de sustos y con ello convertirse en empleado de Monsters Inc. Para ello, deberá dejar atrás todos sus complejos y miedos y superar diversos obstáculos para llegar a su meta. Suena como una película cualquiera de superación. Y lo es. Y de hecho, ni siquiera es para niños, al tratar temas adolescentes (y hasta adultos), con momentos divertidos y geniales que valen mucho la pena. Mención aparte para la animación que es espectacular y bien cuidada en cada detalle, desde el aspecto de cada monstruo hasta los escenarios (mención honorífica para la biblioteca). Es buena. Bastante entretenida y muy divertida. Pero no, señores de Pixar. Ustedes tienen la culpa por habernos entregado productos tan memorables y poner el listón tan alto. Ahora cada vez que leemos "Pixar" como casa productora de nuevas películas, esperamos algo mejor. No algo como MU.
Publicada en la edición digital Nº 6 de la revista.
Publicada en la edición digital Nº 6 de la revista.
"...Está realmente buena la película , es un film efectivo, es un filme que les gusta a los chicos y a los grandes. Tiene la particularidad de ser emotiva, la primera de Monsters Inc. era como más de aventuras si se quiere..."
Publicada en la edición digital #252 de la revista.