priori, Liga de la Justicia tenía todo para fallar. De las tres películas que la precedían, dos habían sido muy criticadas tanto por fans como por la crítica, y la tercera, Mujer Maravilla, había sido un éxito con ellos, pero corrigiendo los errores de las anteriores y encontrando un camino propio que parecía no basarse en ellas. Del mismo modo, las dos películas fallidas, habían estado en manos de quien tenia la Napoleónica tarea de unir a esos personajes (Superman, Batman, Mujer Maravilla), y al mismo tiempo presentar dos nuevos (Flash ,Aquaman y Cyborg). Y como si esto fuera poco, terminando la post producción, cambiaron el director (de Zack Snyder a Joss Whedon) y se volvieron a filmar escenas, un síntoma que en general indica que la empresa, director o quien fuere no esta contento con lo que vio y trata de repararlo como sea (el ejemplo mas cercano de que estas cosas no salen bien es Suicide Squad). Así que con toda esta información en la cabeza, me senté a ver la película, rezando que no pasara lo que todo indicaba que iba a pasar. Y debo decir, que gracias a Dios, no paso. Si bien la película tiene problemas, y bastantes, es muy entretenida. Las escenas de acción esta bien realizadas, y el nuevo tono de la misma se hace ameno, descontracturado, y si bien todo el tiempo sabemos el peligro que corre el mundo, no apesumbra ni nos lo recuerda con personajes torturados, desmotivados y sufridos, como las anteriores. Claramente esto se debe a que DC tomo nota de lo que el publico quiere, y de lo que el material requiere, y, descaradamente copio la formula Marvel. Entre cada escena de batalla, hay una escena de construcción de camaradería, seguida de otra escena de introspección, seguida de una escena emocionante, para empezar nuevamente e ir contrayendo, de manera despareja pero constante, una historia entretenida que tiene algo para todos. No hay mucho mas para decir sin spoilear demasiado, y la verdad no tendría sentido. En unos días haré una crítica CON SPOILERS para así poder discutir en detalle lo que cada uno piensa, y ahí desatar todo nuestro nerdom. Solo queda decir que la película es entretenida, esta bien actuada (por la mayoría, no TODOS), se nota el cambio de tono con respecto al anterior de Snyder, y es un buen punto para que DC se ponga a pensar, y en vez de copiar a Marvel, conseguir un tono propio acorde a los materiales que manejan, y que cada película de Superhéroes no sea una copia de la anterior, con un tercer acto completamente realizado con efectos especiales, pantallas verdes y un rayo que cae del cielo.
Tras “Wonder Woman” (2017), el fenómeno de taquilla y empoderamiento que además catapultó a la fama a la actriz israelí Gal Gadot, Warner encontró una manera de narrar la riqueza que las páginas de los cómics de DC contenían. Hasta el momento, y excepto las trilogías de Batman dirigidas por Tim Burton y Christopher Nolan, no hubo en el último tiempo otras producciones que pudieran hacerle honor a los relatos que las historietas desplegaban en cada viñeta. Repasemos, “Catwoman” o “Green Lantern”, por citar sólo dos, de los muchos casos de adaptaciones desafortunadas, que fueron sumando, fracaso tras fracaso, una mirada completamente diferente a la necesaria por los espectadores frente a las películas de DC. En la vereda del frente, y apoyados en la experiencia y conocimiento de los estudios Disney, Marvel comenzó a proliferar en la pantalla, con una infinidad de versiones de carne y hueso de sus héroes que rápidamente se posicionaron en la taquilla y en las preferencias del público. Si Superman, Batman y la Mujer Maravilla, por citar tres de los íconos del universo DC, construían desde el papel infinidad de historias atrapantes, dignas de los mejores dramaturgos de todos los tiempos, cómo podía ser que el cine no pudiera capturar la esencia de los personajes y dotarlos de un contexto propicio para narrar sus aventuras. Pero Zack Snyder (“Batman Vs. Superman”) lo hizo, utilizando su carta blanca, tras varios productos fallidos, logró trasponer las reglas de cada uno de los superhéroes, sumando a The Flash, Ciborg y Aquaman, en la conformación del grupo que podrá poner fin a los males de la sociedad “La Liga de la Justicia” (2017) en una película potente y sólida. En esa manera de encontrar un estilo propio (aunque “robando” en el guion algunos tips a las películas de Marvel, principalmente el humor como relief de situaciones complicadas) ya desde la escena de arranque, un videoclip digno de MTV, con “Everybody Knows” de Leonard Cohen reversionado por Sigrid, la oscuridad se apoderará del relato y marcará el ritmo de la historia. Tras la muerte de Superman, el mundo ha comenzado a vivir una era de delitos imparables, a lo que se sumará la visita inesperada del villano “Steppenwolf”, un ser que desea a toda costa hacerse con tres poderosas cajas que le permitirán crear un nuevo orden en el universo y la Tierra. Pero claro está que no le será fácil, y menos cuando Batman/Bruce Wayne (Ben Affleck) junto con Diana Prince/Wonder Woman (Gal Gadot) comiencen a reclutar al resto de héroes necesarios para configurar el escudo que impedirá el reinado del mal de este ser. No contentos con lograr sumar a The Flash (Ezra Miller), Ciborg (Ray Fisher), Aquaman (Jason Momoa) irán más allá, recuperando la figura de Superman (Henry Cavill) para que el combo sea aún más atractivo. Allí donde sus predecesoras se quedaban, con la solemnidad de intentar ser lo más fiel posible a su origen, “La Liga de la Justicia” juega y entretiene, hace que los héroes se muestren más conflictuados que nunca, tomen alcohol (el whisky es la bebida preferida por todos) y piensen en todas aquellas cosas que en algún momento se prometieron hacer y hasta ese momento no las habían hecho por miedo o prejuicio. “La Liga de la Justicia” cumple con lo que otras producciones prometían y no podían sostenerlo por más de diez minutos, brillando en el mapa de películas de género y prometiendo mucha más diversión para próximas entregas.
El universo extendido de DC dio inició allá por 2013 con en “El Hombre de Acero”. Pero la aceptación de los críticos llegó recién con la increíble interpretación de Gal Gadot, que con su belleza y carisma logró cautivar al público en “La Mujer Maravilla” (2017) de Patty Jenkins, film fue la antesala de este gran evento que reúne a los superhéroes más emblemáticos de la marca. La cinta en sus inicios nos muestra cómo se fue reuniendo el equipo para conformar la tan esperada Liga de la Justicia. Los héroes que vemos en ella son: Cyborg (Ray Fisher), Batman (Ben Affleck), Superman (Henry Cavill), Aquaman (Jason Momoa), Wonder Woman (Gal Gadot) y Flash (Ezra Miller). El villano de la cinta es Steppenwolf y su ejército de Parademonios que llegan a la Tierra para apoderarse de las Cajas Madre, que son poderosos objetos con un poder destructivo inimaginable. Quiero resaltar la actuación de Ezra Miller que es muy cómica y que le da frescura a la cinta. Henry Cavill y Ben Affleck cumplen en sus papeles con gran acierto y Gal Gadot regresa para ofrecernos su talento y encanto. La dirección de Zack Snyder nos ofrece sus grandiosas escenas de acción que se aprecian mejor con slow motion, y la música nos mantiene en clima hasta la resolución de la cinta que nos trae los mejores efectos visuales. Dato extra: Hay que quedarse hasta el final ya que hay dos escenas postcréditos muy reveladoras que nos aseguran un futuro prometedor con los mejores superhéroes del planeta.
Se hizo justicia En Liga de la Justicia nos ubicamos algunos meses de la muerte de Superman (Henry Cavill). No parece haber esperanzas y los rostros de las personas nos muestran la total depresión. Carteles y pancartas inundan la ciudad en homenaje al hijo de Kriptón que se ha marchado. Toda esta situación es propicia para que una nueva amenaza llegue a la Tierra, queriendo destruir todo: Steppenwolf (Ciarán Hinds). Bruce Wayne (Ben Affleck) continúa salvando a la ciudad como Batman y sin el protector alienígena está preocupado por esta inminente amenaza que pueda superar sus habilidades. Con la ayuda de una base de datos tomada de Lex Luthor, y en conjunto a Diana Prince, a quien conocemos como Mujer Maravilla (Gal Gadot), intentará reunir a una liga de metahumanos. Tenemos al rapidísimo Barry Allen / Flash (Ezra Miller), que conoceremos en una secuencia cargada de sarcasmo junto a Wayne y marcará su tono durante todo el film; luego rastrea a Arthur Curry / Aquaman (Jason Momoa) en una remota ciudad costera del norte, quien en principio se siente reacio a formar parte (comparte muchas características con Wonder Woman); y el último será Victor Stone / Cyborg (Ray Fisher), quien no necesitará lo contacten y lo hace por su cuenta. No tardarán en ponerse de acuerdo los cinco que lo mejor es unirse antes que el apocalipsis termine con todo. Liga de la Justicia finalmente logró lo que esperábamos de las anteriores películas del Universo Cinematográfico de DC: un despertar gradual de los superhéroes a medida que se van dando cuenta de que necesitan dejar de comportarse como seres individuales y trabajar en equipo. Jason Momoa en su papel del Rey de los Siete Mares es quien otorga el costado más rockero: es un renegado y solitario que solo quiere vivir en su mundo. El personaje de Ezra Miller como Allen es quien lleva el control del humor: participa de la mayoría de las escenas de comedia del film (posiblemente con excesivas miradas a cámara), pero nunca choca la película ni se acerca al tono burlón de Marvel. Y Cyborg es quien se siente más anormal de todos y espera salir al mundo sin prejuicios de por medio. Ben Affleck como Batman luce majestuoso, pero a la vez se lo nota aturdido. Los años no llegan solos y se siente en el aire esa necesidad de dejar pronto el traje a un lado. Es físicamente vulnerable en comparación con los otros héroes que reclutó. Es Wonder Woman quien estará para animar un poco todo: su intervención en Londres contra un grupo de autoproclamados “terroristas reaccionarios” que invaden el Old Bailey y amenazan con una explosión con una bomba es una de las escenas más icónicas de la película. Le otorga ese toque surrealista, sofisticado y exótico. Como resultado, cada uno de los personajes tiene su momento para mostrarse y luce su potencial. Ninguno pisa a otro y es posible ver cómo muestran sus habilidades para enfrentarse a cada situación. El destaque es general. Todos caen muy bien, y no es algo que sea frecuente en películas sobre superhéroes. Respecto a los personajes secundarios, podemos hablar más de cameos que participación en sí: la Lois Lane de Amy Adams, la Martha Kent de Diane Lane, la Reina Hippolita de Connie Nielsen y el comisionado Gordon de J.K. Simmons, suman con creces a la historia. Posiblemente esperábamos un poco más de Lois, sobre todo por los acontecimientos que suceden en la historia. En cuanto a la historia, recordemos que esta película tuvo un pasar un tanto problemático: Zack Snyder, director original, tuvo que alejarse luego de una tragedia familiar y fue Joss Whedon quien tomó el control (se habla de entre el 15% y el 20% de la película). Por eso es posible que encontremos escenas muy marcadas y representativas de la identidad cinematográfica de cada uno de los directores. Podemos decir que el aporte de Whedon trajo la comedia y el esquema de colores que le faltaba a las películas de Snyder. Y el ejemplo del éxito de Wonder Woman debe haber jugado a favor para continuar con esa línea de humanidad: el film ofrece momentos significativos de humor que no resultan forzados y juegan a que conozcamos puntos en común entre los personajes. Y si bien decimos que Snyder y Whedon trataron esta vez de escapar de esa estética de Man of Steel y Batman v Superman para acercarse más al film de la princesa guerrera de las amazonas, desde la atmósfera y el soundtrack es posible viajar a clásicos consagrados de la franquicia, como el Batman de Tim Burton de 1989 y el Superman de Richard Donner de 1978: Danny Elfman logra integrar temas clásicos de los personajes a los propios de Hans Zimmer, haciendo una banda de sonido por demás interesante. ¿Y dónde puede estar el descontento? Para quien no es fanático de DC, le está faltando la historia del origen de tres nuevos héroes. Es entendible que no todos estén familiarizados con los personajes y sea forzada la forma en la que se unen a la liga (pocas palabras dando a entender que a Flash lo alcanzó un rayo o la procedencia de Aquaman). Pero, como todos bien sabemos, ya se están preparando las películas de cada uno en solitario, por lo cual de momento suena interesante el hecho de haber arrancado de la forma inversa. Por otro lado, es posible encontrar altibajos en el CGI: Steppenwolf por momentos no parece estar bien logrado y el excesivo uso de computadora le borra incluso gestos interesantes que podría llegar a manifestar el personaje. Es algo en lo cual abusan y deben mejorar, pero se salva con muchas otras escenas donde la acción se apodera de la historia. Aún así es lo más decepcionante de las dos horas de película. ¿Qué es lo que necesitamos ver en una película de superhéroes? Emoción, comedia, acción, giros inesperados… Y Debemos decir que Liga de la Justicia cumple con todo eso. Es una evolución en el desarrollo de sus personajes y del tono de la franquicia (más optimista en esta oportunidad) que Warner está preparando. Es una película de DC para disfrutar y sin esperar más que la correcta adaptación de un cómic de los mayores superhéroes que existen. Va por el camino indicado. Se hizo justicia.
Liga de la Justicia: “Volvamos a esos días felices en los que había héroes”. – Le falle en vida, no le fallaré en la muerte. Ayúdame a encontrar otros como tú. – Tal vez no quieren que los encuentren. – Verás que sí, y pelearán, tenemos que estar unidos. Batman v. Superman: Dawn of Justice (2016) Después del desastre que fue para la critica en general el Batman v. Superman: Dawn of Justice (2016), en la que no estamos de acuerdo aunque admitimos varios errores, pocos esperaban una reivindicación del universo cinemático DC creado por Zack Snyder y David S. Goyer. Era más escuchado el lamento que el acierto de esta propuesta, que a nosotros siempre se nos antojó arriesgada y en búsqueda de su propio tono. La salida intempestiva de Snyder a último momento por verdaderos problemas personales y la llegada de Joss Whedon (creador de la imagen que hasta hoy cultiva Marvel en sus producciones cinematográficas que inició con The Avengers en 2012) trajo también cierto alivio en los seguidores de las aventuras de encapotados en general. ¿Cual es la critica más escuchada al respecto de esta saga DeCeista? La falta de humor, el oscurantismo y lo retorcido de sus personajes, la visión pesimista de los héroes que parecía más parafrasear a Nietzsche con su “El hombre es una cuerda tendida entre el animal y el superhombre — una cuerda sobre un abismo”, que al espíritu que le impregnaran sus creadores y posteriores guionistas y dibujantes. Sí, es verdad, el retrato era mucho más adulto y se alejaba del Boy Scout de Superman, casi relacionándolo con el proceso que siempre había cubierto Batman, el pesimismo sobre el futuro de la sociedad, la delincuencia y nuestra siempre vigente inclinación a las sombras. Pero ahora y vista esta nueva entrega se antoja necesaria para comprender a donde querían llegar con los personajes. Las manos de Chris Terrio, guionista de la saga, en colaboración con Whedon hacia el final, supieron hacer de eso un excelente trampolín para lanzar a los personajes a una aventura donde su lucha sin cuartel se torna menos agoguera. Ahora existe la esperanza, fundada en el sacrificio de Kal-El. Una que toma Bruce Wayne como estandarte. El viejo rezongón vuelve a creer. El film inicia con una secuencia que se columpia entre lo tierno y lo nostálgico, el hombre de acero siendo entrevistado por dos pequeños, visto a través del lente de una cámara de celular. La última pregunta es el disparador para lo que vendrá. ¿Que es lo que más te gusta de la tierra? Para saltar, luego a una secuencia de duelo por la desaparición del superhombre al ritmo de Everybody Knows versionado por Sigrid, en la que veremos como continua un mundo sin él. No muy distinto al nuestro, claro, pero haciendo referencia a la falta de esperanzas, una que Kal-El ha representado para todos. El pordiosero borracho en la calle, con un cartel que reza “lo intenté” es demoledor. Pero realizado con el ritmo exacto para no sumirnos en la melancolía. Porque inmediatamente pasamos a Batman que lleva a cabo una investigación persiguiendo a uno de los acólitos del villano, un Parademonio. Todo parece indicar que van detrás de las famosas Mother Box, de las que tuvimos un vistazo en BvS. Y de ahí a la esplendida Diana Prince, esa Gal Gadot que da todo, y su enfrentamiento a un grupo terrorista radical, en la que hará gala de ese particular estilo de lucha, secuencia en la que aparece, para nuestra sorpresa un siempre eficiente Michael McElhatton (Roose Bolton de Game of Thrones). Entonces escuchará por primera vez sobre la venida del fin del mundo. Wonder Woman irá tras Batman para indagar más sobre lo planteado, dando comienzo a la aventura. Por un lado la búsqueda de aquellos que compartirán la carga de salvar al mundo de lo que se avecina y por el otro, la historia detrás de esos eventos. Así sabremos sobre la guerra contra Steppenwolf en la antigüedad librada por atlantes, amazonas y hombres. Recorreremos el universo DC, veremos algunos fanservice en forma de cameos y reuniremos a la liga. Uno de los aciertos de este film es que no se anduvo con ambages a la hora de encarar el conflicto, sin dilatarlo más de lo necesario, apresurando la presentación de los nuevos personajes, dándonos la oportunidad de conocerlos por sus acciones más que sus historias. Es la de Cyborg la que puede que haga agua por algunos lugares, pero compensan con un Barry Allen/The Flash, ejecutado por un jocoso Ezra Miller, su contrapunto exacto. Tiene el tan esperado humor, pero en la dosis necesaria que equilibra con la acción y el drama. Siendo Alfred, un estoico y bucólico Jeremy Irons, el que posee muchas de las mejores lineas para esa comicidad que intenta hacernos reír con casuales comentarios, más que con escenas de corte slapstick. Aquaman y el lazo también es un buen ejemplo. Las secuencias de batallas son la grandes protagonistas de esta película,como lo fueran en las anteriores, pero esta vez con el suficiente respiro para que el publico tenga tiempo de emocionarse con ellas, saborearlas. Es en la aparición del hombre de acero, no podemos dilatar más esto, que veremos por fin conformada esa liga que tanto nos hizo soñar de niños. Y ver por fin al que evoca la tan mentada esperanza, porque es lo que siempre caracterizó a Superman, su sentido del honor, si, pero por sobre todo su fe en nosotros, su inabarcable esperanza en que juntos podemos mejorar el chiquero en el que vivimos. Verlo sonreír, luego de que comprende lo que sucede es maravilloso, es un amanecer en esta saga. Pero tampoco se privará de enojarse, con esa increíble secuencia de su despertar, puro oro. A pesar de la cantidad de personajes, supieron darles el lugar y el tiempo exacto para no aburrirnos o desorientarnos, los amalgamaron alrededor de personajes como Martha Kent, Henry Allen, Lois Lane, la hoy futura reina Mera y el impostergable comisionado Gordon entre otros, para crear una realidad tangible de este universo que no para de expandirse. En fin, estamos ante un espectáculo entretenido con dosis equilibradas de humor, acción y drama, en la que lejos de tomarse con liviandad a los personajes a creado escenarios para una verdadera y prospera dispersión del universo DC. Sí, claramente pudo ser mejor, todo puede mejorarse, pero eso no le quita el merito de su búsqueda de identidad propia, de equilibrio en una historia que reúna a chicos y grandes en una fiesta de vuelos, trompadas y acciones nobles. De maduración y compromiso y por sobre todo de pasarla bien viendo una peli de superhéroes. Quédense para las dos escenas post-créditos hasta el último minuto, no se arrepentirán. Y para deleite de todos el soundtrack del inigualable Danny Elfman, tiene más de una sorpresa nostálgica que nos hará arrancar un par de exclamaciones. Estamos listos, es tiempo de unirnos a la liga.
Liga de la justicia: Todos para uno y uno para todos. El estreno del año, en cuanto a super producciones de cómics se refiere, logra un producto bastante más entretenido de lo que se esperaba, aún con varias fallas. La vara que ha puesto DC en materia de calidad y entretenimiento ha sido bastante baja en las últimas entregas de sus productos (“Batman vs Superman”, “El hombre de Acero”, etc) , y esto deviene en un yin-yan cinematográfico, en relación a “Liga de la Justicia”. Por un lado, no es mérito loable que esta nueva película sea mejor que sus antecesoras, porque como marcamos no hay mucho nivel que superar, pero aún así lo que se ve en pantalla no está nada mal, teniendo en cuenta que venimos de decepción en decepción, con la salvedad de la formidable “Mujer Maravilla”. Un acierto importante es que finalmente llegó el humor al universo DC, quizás el mejor super poder que tienen estos grandes personajes, ya que cuando la película se mueve en términos de comedia, logra sus mejores resultados (el personaje de Flash es clave en esto, una grata sorpresa la excelente interpretación de Ezra Miller), ahora cuando los integrantes de la La Liga se ponen a hablar en serio, con esos diálogos estereotipados. anunciados, monumentales, catedráticos, la película bordea en la cuerda floja, de la cual un chiste a tiempo la salva de no perder por knock out. La historia retoma desde el final de “Batman vs Superman”, donde el extraterreste de Krypton ha muerto. Con su ausencia, la ciudad se encuentra devastada, nadie cree en nada ni nadie, todos tienen miedo, y el caos reina por doquier. De ese miedo que se siente y huele en el ambiente, se alimenta Steppenwolf, el enemigo a vencer, muy flojo cabe decir este pseudo monstruo que planea destruir el planeta, no infiere miedo, ni respeto, y en algunos casos está mas para la burla que otra cosa. Al igual que su regimiento de bichos voladores, un desacierto también en materia de animación. Aún así, nuestro querido y culposo Bruce Wayne toma las enseñanzas de su difunto nuevo amigo Superman, y reúne a la tropa, para combatir a este especia de aliens que buscan reinar y destruir en la tierra, a través de unas cajas superpoderosas distribuidas en distintos lugares emblemáticos: donde reinan las amazonas, origen de La Mujer Maravilla, en Atlantis donde vive Aquaman, y en la tierra de los hombres, donde sucede la vida de Cyborg. El grupo conformado por Batman y su nueva aliada Diana Prince, la adorable y perfecta Mujer Maravilla, salen en busca de estos nuevos personajes que conforman la llamada Liga de la Justicia: Flash, impecable como mencionamos Ezra Miller en su papel, convirtiéndose quizás en el mejor personaje de la historia aquí contada, un majestuoso Aquaman, en manos del colosal Jason Momoa, quien ya demostró que no solo es un cuerpo gigante, sino que goza de buenos dotes actorales, y quizás el más flojo de los superheroes Cyborg, producto de un accidente en uno de los laboratorios de su padre. Así entonces saldrán estos poderosos a salvar el planeta y poder llevar la paz por que la tanto luchó Superman, son también de la partida argumental, Martha (todos vamos a recordar por siempre su nombre) la madre que extraña a su hijo, y la joven periodista Lois Lane, quien aún no puede recuperarse de la pérdida de su gran amor. Desde ya, muchos a esta altura, saben si el hombre con la S en el pecho aparece o no en esta entrega, pero nosotros no se lo vamos a contar, sí les vamos a decir que la película vale la pena, tiene varios errores de narrativa y los efectos especiales no están a la altura de lo que un super tanque como este demanda, sin embargo, cumple con entretener, los personajes son excelentes y la interacción entre ellos es lo que mejor funciona en la trama, aún cuando el argumento en sí, no tiene mucha coherencia. Con algunos guiños a los fanáticos incondicionales de DC, vale decir que lo mejor que este universo tiene para darnos son los personajes de La Mujer Maravilla, una líder nata a prueba de todo, y Flash, el hombre más veloz del mundo. Un mimo a esos fans, es la inclusión en la banda sonora de los temas clásicos inolvidables de Batman Theme de 1989 y el clásico de Superman de John Williams, lo que queda muy pendiente en cuanto a calidad es el trabajo de animación CGI, en el malvado de turno Steppenwolf, muy tosco todo y muy precario. Damos la bienvenida, entonces, a esta nueva visión del Universo DC, dotado de un humor y carisma por parte de sus personajes, y esperamos lo que venga en el futuro siga por esta misma línea un poco más luminosa y se vaya alejando cada vez más del fallido de Batman vs Superman. Dato de color, no se vayan cuando termina la película, hay dos escenas post créditos para seguir disfrutando un poco más de la liga de la justicia.
¿Hay equipo? Tras una larga espera marcada por la burla y la ironía, Liga de la justicia (Justice League, 2017) llega antes que nada para responder la pregunta de cuan buena o cuan mala es (en comparación al cine de Marvel, se entiende). No es una película que generalmente guarde muchas sorpresas: la más grata es que es relativamente entretenida. Una descripción apta y probablemente satisfactoria para los que quieran verla es que es el equivalente a jugar con muñequitos de nuevo. La primera hora de la película consta de los esfuerzos de Bruce Wayne (Ben Affleck) en juntar la Liga del título. Algunos se suman de entrada - Wonder Woman (Gal Gadot), Flash (Ezra Miller) - otros hacen acto de renuencia, como Aquaman (Jason Momoa) y Cyborg (Ray Fisher). La segunda mitad consta de resucitar a Superman (Henry Cavill), quien murió una de esas muertes inconsecuentes al final de Batman vs Superman: El origen de la justicia (Batman v Superman: Dawn of Justice, 2016), y detener una invasión alienígena. Lamentablemente el villano de la película no va a dar mucho de qué hablar. Es otro orco del espacio con armadura sobredimensionada y aires de grandeza, idéntico en apariencia a prácticamente todos los villanos de cuarta que han presentado por ahora Marvel y DC. Ciarán Hinds, el mejor actor en aparecer constantemente en cosas debajo de su talla, le pone la voz. Suple un ejército descartable de humanoides para que nuestros héroes maten sin culpa alguna y todos tengan algo para hacer durante la climática batalla final en una ciudad abandonada. ¿En qué se destaca la película, más allá del somero circo de superhéroes? La comparación anterior con los muñequitos es para nada condescendiente: Superman, Batman y sus camaradas exceden sus encarnaciones modernas, son íconos de la cultura pop y tanto de la historia del cine como de la televisión. Liga de la justicia honra la iconicidad de sus héroes y los trata como tales, evocando los emblemáticos temas de John Williams y Danny Elfman compuestos para Superman (1978) y Batman (1989), reconociendo su trayectoria y jugando con algunos mitos y viejos chistes sobre los personajes que han evolucionado a través del tiempo. Una escena en la que Superman desvía la mirada y ve a Flash, supuestamente tan veloz que es invisible al ojo humano, es más emotiva que cualquier otra escena de acción que depare la película, o el discurso trillado de Lois Lane (Amy Adams) haciendo cierre de caja al final. Batman soportando las cargadas de que no tiene súper poderes es casi tan gracioso como las cargadas a Aquaman (“¿Hablas con los peces?” le preguntan varias veces). Flash cuenta con un repertorio de chistes observacionales que dan vergüenza de pésimos, pero esa es paradójicamente la gracia del personaje, y Ezra Miller da la talla. Por su parte Gal Gadot continúa su vuelta olímpica como una excelente Wonder Woman. Relegados a rellenar el equipo, ni Aquaman ni Cyborg parecen muy importantes; ambos son estereotipos de estoicismo y heroísmo desinteresado. Como homenaje y celebración de sus queridísimos íconos, Liga de la justicia es entretenida; como película de superhéroes, es competente y harto rutinaria. No viene a cambiar las reglas de juego ni a dar vuelta el tablero; nomás sacar los chiches y lucrar con un fenómeno mientras se mantiene popular. Aún si la historia es de lo más esquemática e insignificante, hay demasiadas cosas buenas desperdigadas a lo largo - acordes, instantes, interacciones, papeles menores - como para sentirse ofendido o decepcionado por la existencia de Liga de la justicia. Y cierra con las dos escenas extra que uno ha llegado a esperar de este tipo de películas: una es un chiste, la otra una promesa para los entendidos de amenazas por venir.
Uno para todos y todos para uno Por fin ha terminado la espera para los fanáticos de los cómics de DC. Ha llegado el inicio de una primera saga (no animada) de Liga de la Justicia (Justice League, 2017), por suerte un aguarde breve en comparación a cuando éramos chicos y teníamos que esperar meses o incluso un año hasta que películas taquilleras como esta se estrenaran en nuestro país, ahora los estrenos son prácticamente simultáneos. Esta entrega de Liga de la Justicia inicia con un prólogo que retoma justo donde nos había dejado Batman Vs. Superman: El Origen de la Justicia (Batman Vs. Superman: Dawn of Justice, 2016), también dirigida por Zack Snyder al igual que El Hombre de Acero (Man of Steel, 2013). En un mundo con la ausencia de Superman, la violencia ha aumentado atrayendo así a otros males sobrehumanos, frente a los cuales un solo héroe ya no es suficiente por ende Batman, Wonder Woman, Flash, Aquaman y Cyborg deberán unirse. Hagamos un breve repaso histórico de la historieta. La Liga de la Justicia aparece por primera vez en los comics de DC en 1960, y su equipo original estaba conformado por Superman, Batman, Flash, Wonder Woman, Linterna Verde y Detective Marciano. En el 2011 en una reescritura del comic, el equipo se conforma por los mismos integrantes mencionados anteriormente -a excepción de Detective Marciano- con la incorporación de Cyborg, que ya había aparecido en otras ediciones como colaborador de la Liga. A principios del 2016 el cambio editorial con DC: Renacimiento, propone una Liga integrada por Superman, Batman, Wonder Woman, Flash, Aquaman, Cyborg y dos nuevos Linterna Verde. En conclusión, la película retoma varias versiones del comic a lo largo de los años creando su propia interpretación. Volviendo al filme, Liga de la Justicia logra unir con solidez y síntesis la trama individual de cada súper héroe en un gran entramado, en donde la historia previa de cada uno de ellos confluye en un mismo enemigo. En este caso, esto no era una tarea fácil ya que varios de estos personajes como Flash, Aquaman y Cyborg aún no tienen su película individual dentro de esta saga. Al respecto, Aquaman ya está en post-producción y se estrenará en el año próximo, y los largometrajes de Flash y Cyborg están anunciados para el 2020, al igual que la segunda entrega de Mujer Maravilla (Wonder Woman, 2017). Tras una hábil alternancia de la presentación de los héroes, si bien hay una unión general, por diversas similitudes podemos categorizar a algunos de ellos en dos grupos. Flash y Cyborg son los más jóvenes del grupo, ambos adolescentes en quienes se expresa de distintas formas el vínculo padre-hijo. Flash -al igual que los personajes de Marvel, sobre todo Spidey en Spider-Man: De Regreso a Casa (Spider-man: Homecoming, 2017)- y Quicksilver en X-Men: Días del Futuro Pasado (X-Men: Days of the Future Past, 2014)-, es el encargado de aportar comicidad a la trama, parece que en el universo cinematográfico de los comics los adolescentes funcionan como dispositivo cómico. Ambos jóvenes tienen particularidades debido a acontecimientos inesperados pero mientras que Flash está fascinado con ser un héroe, Cyborg por el contrario ve sus características más como defecto que como virtud, en su génesis, salvando la distancia, es una especie de Frankenstein posmoderno. La otra copla de súper héroes con similitudes está compuesta por Wonder Woman y Aquaman puesto que ambos poseen orígenes arcaicos y mitológicos vinculados a la antigua Grecia. La primera objeción que se desea destacar sobre la película está vinculada al tratamiento formal cosificador, sobre el personaje de la Mujer Maravilla, que no estaba presente en la versión de Patty Jenkins. Es notorio que a diferencia de Mujer Maravilla, este filme es dirigido por un hombre, ya que fastidian los planos con una altura baja de la cámara y donde la angulación es contrapicada cuyo único objetivo es focalizar sobre el trasero de la Mujer Maravilla interpretada por la actriz Gal Gadot. El punto débil más grande de dicho largometraje es común al universo del género del cómic, válido tanto para los filmes de DC como los de Marvel (a excepción de la que se considera siempre más profunda e inteligente que el resto, la saga de X-Men) es la paupérrima construcción del villano. Este género cinematográfico en auge que despliega un sinfín de spin-off suele recurrir de forma constante y poco original a villanos con fuerzas del inframundo de otros tiempos arcaicos u otros planetas que desean apoderarse del planeta tierra, transformándolo en un lugar oscuro para el hábitat de fuerzas malignas. Estas batallas suelen ser predecibles en sí mismas y en su desenlace, en la que es sabido siempre se requiere un equipo de superhéroes para derrotar al villano. En conclusión, La Liga de la Justicia no es una excepción de ello sino su reiteración más reciente donde, al igual que en otras películas del género, la fuente de poder maligna también es acompañada o proviene de un elemento. Por último, hay que reconocer que la película sabe alternar entre la emoción, la acción y la comedia –lo cual no es poca cosa- y que en definitiva entrega lo que se espera de ella que es entretenimiento y éste es superior a su precuela Batman Vs. Superman. Sin embargo, no aporta nada nuevo al universo del cómic en sí mismo, ni a la historia proveniente del cómic. Por supuesto, deja las puertas abiertas para la continuidad de una saga que desea hacer competencia a los Avengers, desplegando un sinfín de películas corales e individuales de cada súper héroe. Atentos queridos espectadores hay dos extras en los créditos finales, uno al comienzo de ellos que funciona como gag de clausura y otro hacia el final de los mismos que da continuidad a una próxima entrega de Liga de la Justicia.
Superman y cinco más Luego del traspié que significó Batman v Superman: El Amanecer de la Justicia (Batman v Superman, Dawn of Justice,2016) y la positiva recepción de Mujer Maravilla (Wonder Woman, 2017), DC sabía que se jugaba una parada importante con Liga de la Justicia (Justice League, 2017) en pos de enderezar su desparejo universo cinemático de una vez por todas, uniendo a sus personajes más emblemáticos dentro de un mismo film, buscando el visto bueno tanto de los críticos como de los fanboys. Siguiendo lo sucedido en BvS, Batman está determinado a reunir a todos los metahumanos del mundo -o superhéroes hablando en confianza- para armar una alianza que pueda hacer frente a futuras amenazas de gran calibre. El timming del mejor detective del mundo no pudo haber sido más oportuno porque Steppenwolf, el villano de turno, regresó después de miles de años y planea arrasar con nuestro planeta. El cómo es lo de menos: MacGuffin de por medio, Steppenwolf va sumando poder y deberá ser detenido antes de que se vuelva una fuerza imparable. De esta forma el relato irá alternando entre la conformación del equipo de superhéroes y los sucesivos intentos por detener al enemigo de turno y su legión de esbirros interdimensionales/interplanetarios. Sin el tono dramático y Snyderiano que daba forma a El Hombre de Acero (2013) y Batman v Superman, Dawn of Justice,2016) , La Liga de la Justicia elige el camino entretenido y dinámico para conformar su relato, uno que siempre prioriza la aventura por sobre lo tragedia y las intervenciones cómicas por sobre las penurias existencialistas. Se centra en un sólo villano y evita las múltiples líneas argumentales que suelen saturar la estructura narrativa en este tipo de productos. Como resultado, la sensación por momentos es la de estar ante una obra que por no arriesgarse termina siendo una más, sin ninguna secuencia memorable que se salga del fórmula ultra pasteurizada. El Flash de Ezra Miller se gana por mérito propio el mote de comic relief dentro del grupo y el espíritu liviano de lo expuesto permite que cada uno de los personajes tenga su momento jocoso. Y deberían otorgar un premio a aquel que logre identificar en qué escenas le eliminaron digitalmente el bigote a Henry Cavill, quien grabó algunas retomas mientras participaba del rodaje de la próxima Misión Imposible. Esa misma habilidad para las artes digitales juegan un poquito en contra en las secuencias de acción, donde el abuso de pantalla verde se hace bastante evidente; se dificulta como espectador la inmersión en el mundo ficticio cuando la hiperrealidad impide una asociación más efectiva con el entorno de acción. La simplicidad de la trama deriva en unos amistosos 121 minutos de duración total, convirtiéndola en la película de menor duración del universo DC. La salida de Zack Snyder y la llegada de Joss Whedon para finalizar la producción explicaría por qué varias escenas que vimos en los trailers no llegaron al corte final… salvo que haya un corte extendido esperando su lanzamiento en futuros medios. Siendo una mejora evidente respecto de la entrada previa, La Liga de la Justicia entretiene lo justo y necesario sin revolucionar el género “superheróico”, balanceando todo el drama y la acción que una película apta para mayores de 13 permite sin convertirse en una inversión de riesgo para el estudio. Y por supuesto hay escenas post-créditos, así que ningún fan debería dejar la sala hasta que prendan las luces…
HOY TE CONVERTÍS EN (SUPER)HÉROE El universo cinematográfico de DC se sigue expandiendo, de a poquito y sin mucho alboroto. Seamos sinceros, “Liga de la Justicia” (Justice League, 2017) venía flojita de papeles por varios motivos: el primero, su director Zack Snyder que, digámoslo de una, hizo estragos (y no en el buen sentido) con “Batman vs. Superman: El Origen de la Justicia” (Batman v Superman: Dawn of Justice, 2016) dividiendo las aguas entre críticos y fans. Segundo, una vara que quedó bastante alta después del estreno de “Mujer Maravilla” (Wonder Woman, 2017), coronando la historia de Diana como la mejor película del Universo Extendido de DC. Después vinieron los rumores, la partida de Snyder, la adhesión de Joss Whedon, la filmación de escenas adicionales y la mar en coche… que levantaron más sospechas sobre la calidad de la primera presentación en sociedad y en pantalla grande del dream team de la Distinguida Competencia. No los vamos a culpar si juntaron algunas dudas al respecto, pero el resultado final es muchísimo mejor de lo que cualquiera hubiera esperado. No, no estamos ante la mejor película de superhéroes de la historia, pero tampoco de la peorcita. Lo mejor de “Liga de la Justicia” es, justamente, eso: los héroes protagonistas que dejaron de lado tanto conflicto personal y mambo psicológico, y empezaron a abrazar este destino de salvadores de la humanidad sin que les pese tanto sobre los hombros. Snyder (DC y WB) aprendieron de sus errores y de sus propios personajes a relajarse, a disfrutar un poco y a madurar sin parecer tan solemnes. Estamos a mitad de camino, un gran paso para cimentar lo que se viene. Ya le ponemos fichitas a “Aquaman” (2018), “Shazam!” (2019) y “Wonder Woman 2” (2019) por supuesto, incluso a “Flashpoint” (2020) y la próxima peli de la Liga. ¿Por qué? Porque los personajes funcionan y este es sólo el comienzo. Ya sabíamos que la Diana Prince de Gal Gadot la rompe (y acá está mejor que nunca), o que el Batman/Bruce Wayne de Ben Affleck es una gran interpretación del justiciero de Gotham; pero esta era una prueba de fuego para Flash/Barry Allen (Ezra Miller), Aquaman/Arthur Curry (Jason Momoa) y Cyborg/Victor Stone (Ray Fisher), una que superaron con creces. Cada uno tiene una personalidad bien definida y se van notando los cambios a lo largo de este universo comiquero. Batman aprendió que la vida no tiene que ser tan oscura, aunque sigue siendo el más experimentado y cínico de todos; mientras que Diana ya no es la ingenua amazona que abandonó Temiscira hace cien años, pero tampoco es la guerrera pesimista que conocimos en “Batman v Superman”. La muerte del kryptoniano funciona como incentivo, por un lado para seguir ayudando a los más débiles de manera desinteresada, por el otro, tratar de sumar a más héroes teniendo en cuenta la amenaza que se está gestando. Aquellos archivos de Lex Luthor sirven como punto de partida para contactar con un políticamente incorrecto y reacio Aquaman, tipo que no duda en dar una mano, aunque no está tan convencido de su condición de atlante. Un Barry Allen hiperquinético y entusiasta que no sabe muy bien qué hacer con su vida y sus poderes, pero ve en la JL ese lugar para empezar a encontrar el rumbo. Y un Cyborg todavía desconcertado, y todavía más asustado, con su nueva apariencia y sus habilidades, que cambian de la noche a la mañana, haciéndolo cada vez más poderoso. Todos tienen sus problemas personales, pero en un punto deciden dejarlos de lado, intentar congeniar unos con otros y ver la forma de frenar la amenaza de Steppenwolf (Ciarán Hinds), villano extraterrestre que anda en busca de las tres Mother Boxes desperdigadas por la Tierra, una búsqueda que implica romper el planeta, obvio, y a cualquiera que le haga frente. Este conflicto es bastante simple y este maloso bastante genérico, pero lo importante de “Liga de la Justicia” son los superhéroes, y en eso la película no se equivoca. El equipo funciona, y hasta se divierten, hay buena química entre los protagonistas y a los actores se los siente cómodos dentro de sus personajes. Nunca sabremos si fue el guión de Chris Terrio (acá no hay ni una pisca de las incoherencias de David Goyer) o las escenas agregadas de Whedon lo que “simplificó” e “iluminó” la película, acotando la historia (no sólo en su duración), sumando más humor y menos disyuntivas, sin relegar a los personajes, e incluso dejando que los secundarios se luzcan en breves momentos. Ojo, no estamos diciendo que el film carece de problemas narrativos, la temible sobreexposición, o una catarata de efectos digitales que podrían suavizarse de mil maneras. Esta es una película de Snyder, y su estética -algunas veces extraordinaria y otras, cansadora- está bien presente, pero decidió alejarse de la solemnidad y las analogías religiosas para divertirse un poco más junto a sus héroes. Como ocurría con “BvS”, las primeras escenas de “Liga de la Justicia” se nos presentan un tanto desprolijas, apuradas y desconectadas, pero pronto la narración va tomando ritmo y deja que las acciones de los personajes encausen el camino de la trama. Acá no hay mucho misterio, ni sueños apocalípticos que confundan a los espectadores. Hay un malo y hay que detenerlo, y desde ahí se va construyendo esta historia. Tal vez demasiado simplista para los estándares de semejantes íconos comiqueros, pero esta es un pre-liga, digamos, y primero tienen que aprender a trabajar en equipo. Snyder, Terrio y Whedon nos presentan un montón de personajes nuevos (Mera, James Gordon, Henry Allen, Silas Stone) y ninguno desentona, incluso, aportan su granito de arena para desarrollar la personalidad de sus protagonistas, para nada bidimensionales. Curiosamente, y al contrario de lo que uno podría esperar, los que más fallan son aquellos que no pueden despegarse del estilo snyderiano. Te estamos mirando a vos Lois Lane, aunque a Amy Adams la sigamos bancando. Tenemos grandes personajes femeninos como Diana, Mera, Hippolyta y las amazonas en plan “guerreras hasta las últimas consecuencias” (y no, no es tan grave el vestuario de Michael Wilkinson, hay de todo y para todos los gustos), pero la reportera del Daily Planet es un manojo de sufrimiento y frases embolantes que viene en picada y haciéndose odiar desde “El Hombre de Acero” (Man of Steel, 2013). ¿Por qué? A lo largo de casi dos horas de película –el tiempo justo y, aunque muchas escenas de los tráilers quedaron afuera, no necesitamos una versión extendida para rellenar los agujeros- hay referencias comiqueras, guiños musicales cortesía de Danny Elfman (no, no están los cantos gregorianos y la “épica” de Hans Zimmer), algunas canciones que desentonan, y dos escenas post-créditos (sí, dos) que aportan simpatía y abren el juego para lo que se viene. Claro que no decimos nada porque SPOILER. La historia no es lo más flojito de “Liga de la Justicia”. Tiene inconsistencias, está un poco apresurada al principio, pero es mejor que la incoherencia de algunas de sus predecesoras. Lo que más molesta es la calidad de los efectos, un CGI de mala calidad y que por momentos abruma, y ni hablar de la pantalla verde que se ve a la legua. Detalles que no hacen a la trama, pero podrían convertir a “Liga de la Justicia” es una gran película, lo que no quita que sea un gran exponente superheroico (sí, hay diferencia). Snyder se contiene, baja un poco su tono más serio, suma momentos emotivos (aunque tal vez no funcionen para todos), y no puede esquivar el slow motion, pero nos entrega una aventura divertida, entretenida y llevadera, y sobre todo correcta, apoyadísima en su carismático grupo de protagonistas. Hay química, hay futuro para este universo extendido cinematográfico, hay equipo y, por supuesto, hay una gran liga justiciera.
La Mother Box que te parió! Liga de la justicia es el último film del Universo Cinematográfico de DC Cómics y lo integran un grupo de superhéroes, ellos son: Batman, Aquaman, Flash, Cyborg y Wonder Woman. Lamentablemente Superman no porque murió… y lo despiden con entierro y todo. Pero aparece Steppenwolf, un villano de aquellos, acompañado con miles y miles de temibles “insectosman metálicos” (Parademons) que llegan para hacer estragos. Bueno en realidad, están tras la búsqueda de ciertas cajas (altamente poderosas y todas ellas juntas ni te cuento) que están escondidas en diferentes rincones del planeta bajo la custodia de distintas castas. La bestia está logrando su cometido lo que le daría un poder horroroso, espantoso, inconmensurable y atroz. ¿Pero para que existe la liga? Luego de algunos dimes y diretes lograran ponerse de acuerdo para enfrentar el mal. Lástima que no los acompaña el difunto héroe de acero… Resumen: con un guión un tanto flojo salvando los primeros momentos de encuentro con detalles de humor y con un despliegue de imágenes más que interesantes, vale la pena ir a ver a este grupo de paladines. Todos juntos en pantalla grande y especialmente para el deleite de sus fans. Y ojo con tus miedos que se huelen a distancia…
Me pasa mucho que las películas o series de súper héroes en solitario me gustan (no todas), pero cuando esos héroes se juntan en un mismo producto, no me termina de convencer. Sé que no debería ser así. ¿Qué más emocionante que ver a tus héroes favoritos juntos? Lo sé, es una locura, pero me emociona y mucho en la previa, y cuando lo veo materializado, me quedo como “bueh”. Creo que esto pasa, sobre todo en este tipo de historias con súper héroes que los poderes se empastan y termina siendo una mezcolanza. Uno con tal habilidad ayuda con tal cosa, y otro se deja ayudar, pero ante la misma situación, cuando están solos lo resuelven igual. Es como que los poderes se activan más cuando están solos, que cuando están en grupo. En fin, es mi parecer en líneas generales y no estoy hablando sólo de Liga de la Justicia sino de cuando se unen distintos personajes que tienen su universo en solitario. Pero hablemos de “Liga de la Justicia”. Tras la “ok” Batman Vs Superman y la altísima vara que puso Wonder Woman, llega la esperada Liga de la Justicia. Por fin vemos a los “Super amigos” juntos en un film live action. La película es correcta, en materia de efectos especiales no hay mucho para objetar, aunque por momentos los efectos son demasiado exagerados e irreales. La falla más notoria es la del guión, una historia básica con un enemigo muy parecido a Batman Vs Superman (Doomsday), un gigante animado con mucha fuerza y poderes, muy difícil de superar (Steppenwolf), que se alimenta del miedo. Este ser que permaneció oculto durante más de 5000 años, reaparece para juntar unas cajas que le darán muchísimo más poder. Esto si la liga de la justicia se lo permite. Ante semejante amenaza Batman arma un equipo compuesto por Mujer Maravilla, Cyborg, Flash y Aquaman. Hay que destacar la química que tienen los personajes, pero los diálogos son bastante escasos y sonsos. Ezra Miller (Flash) tiene la parte de “comedia”, pero no termina de suceder. Por otro lado, mientras que la Mujer Maravilla en su propia película era una capa, inteligente, humana, guerrera y fuerte, aquí solo tira unas líneas que la hacen ver media hueca y se reduce a una linda chica según Aquaman. Bueno, su película fue dirigida por una mujer (Patty Jenkins), en cambio JL fue dirigida por un hombre (Zack Snydern), y sí, es un poco sexista, esto se puede ver en el cambio de vestuario de las amazonas, por ej. Ojo, a la hora de los papeles es la que más golpea, la que más lucha y la mejor de todas. Gal Gadot sostiene la película, le guste a quien le guste. Ezra Miller como Flash, me pareció simpático, pero también quedó reducido a un pibe de barrio que le pintó ayudar solo porque es veloz, pero no tiene idea de cómo manejarse en el rubro. Aquaman, es un personaje del que vimos poco pero me encantaría ver su historia en un film más estilo Wonder Woman. Ojalá que la película que se estrena el próximo año vaya por esa línea de historia de personaje. Batman, es siempre Batman y Cyborg es lo que menos me gustó de la película, más bien es un comentario a modo personal. Justice League tiene unos cuantos minutos de más. La historia es lineal y se tarda mucho en presentar los personajes, y ni siquiera se profundiza en los mismos. El acierto principal de Liga de la Justicia son los personajes y los actores elegidos para cada papel, principalmente Gal Gadot, quién ya confirmó que es la Mujer Maravilla (no hay otra) en su film;a y Jason Momoa a quien ansío ver en Aquaman. Ya los volveremos a ver juntos en una segunda película de la Liga, y sueño con una versión real en la que todos estén reunidos y que una voz en off diga “Mientras tanto en el salón de la justicia”. Definitivamente un film para ver en pantalla grande, agarrado de los pochoclos y sentados en la butaca hasta el final ya que hay dos escenas post créditos que te van a volar la cabeza.
El padre de la Justice League en el cine, Zack Snyder escribe y dirige la primera unión de los héroes más importantes de DC Comics con naturalidad y conocimiento de sus cartas. Los protagonistas tienen muy buena química entre ellos y eso es lo más importante para disfrutar. Finalmente DC Films y Warner Bros. Pictures presentan Justice League, el sueño de muchos, hecho realidad. Batman, Superman, Wonder Woman, Flash, Aquaman y Cyborg juntos por primera vez en live action. Han pasado muchas adaptaciones de los dos iconos más importantes de DC Comics, pero nunca una de la Liga de la Justicia. Esta película se trata del último trabajo de Zack Snyder, luego de idear un proyecto cinematográfico que comenzó con Man of Steel (2013) y Batman v Superman: Dawn of Justice (2016). Parte del guión está escrito por el propio Snyder que contó con la colaboración de Chris Terrio (Argo). Distendidos, confiados y con el aprendizaje de lo que fue su último trabajo en conjunto, la película presenta una historia más amistosa, divertida y épica de los hijos de Zack. Un reparto completamente seleccionado por la visión del director de Watchmen y 300, con papeles como los de Ben Affleck y Gal Gadot con aprobación unánime del público en sus películas anteriores, y actuaciones como las de Henry Cavill que sirven para confirmar que el hombre de Jersey es la versión contemporánea de Superman que todos merecen. Brillantes sorpresas en Ezra Miller, Jason Momoa y Ray Fisher como los nuevos que interactúan en pantalla. Después de presentarse en escasos segundos de Dawn of Justice, llega el momento para nuevos héroes que debutan en la historia del cine. El velocista escarlata de este universo es Barry Allen, un joven que todavía debe aprender mucho sobre sus poderes y que intenta buscar su lugar en el mundo. Su papel en la película es fundamental para distender, hacer reír y asombrar con sus increíbles habilidades. Zack demuestra una visión diferente para el uso de la speedforce con rayos azules y electricidad que rodea el cuerpo del héroe. Su paso en la película es triunfal y también se merece su propia película. Un diferente, con mucho estilo y actitud rockstar es Arthur Curry, más conocido como Aquaman. Importante para brindarle un sello único al equipo, el Rey de los Océanos recoge mucho de su etapa comiquera en New 52 a cargo de Geoff Johns, con un Arthur que debe convivir con la ignorancia de todos a su alrededor, pero que pese a su actitud jodida, siempre se comporta como un verdadero héroe. Importante en el equipo, se lleva una de las mejores escenas de la película y presenta un plato de bienvenida para lo que será su aventura en solitario en 2018. Sin disfraz como sus compañeros, pero con un muy buen CGI. Quizás uno de los menos populares en la historia del equipo original de Justice League, pero fundamental para los tiempos que se viven. Más máquina que hombre, Ray Fisher quien en la vida real derrocha amor y carisma, como Cyborg/Victor Stone sorprende con una de sus primeras actuaciones en la pantalla grande y quizás de las mejores. Siente el personaje y la rompe. Es la gran sorpresa del equipo. Una de las cosas más notables de la película es la evolución y el cambio de personalidad en Batman. Profundamente afectado por la muerte de Superman, el caballero de la noche deja de ser el vigilante que vive con odio para intentar dejar todo en la cancha con tal de defender al mundo. Se siente culpable por la caída del último hijo de Krypton y se olvida de su típico egoísmo para reunir al equipo. Al ser uno de los mejores jugadores de la Liga, el director disfruta hacer grandes escenas que siguen demostrando que su elección y su visión para el personaje son las indicadas y las más fieles para su historia. Jeremy Irons lo sigue acompañando bien como Alfred y se acerca aún más al mayordomo picante que merece un Bruce Wayne de la altura de Batfleck. JK Simmons no tiene ningún problema para interpretar a James Gordon, en su poco tiempo de pantalla, brilla y nos da esperanzas para verlo en la futura película del Dark Knight. La película tiene un potencial enorme como si de una bomba atómica se tratase, con todos los héroes luchando en varios escenarios contra un villano de turno (Steppenwolf) y su ejercito de Parademons que sirven de excusa perfecta para unirlos por primera vez. La amenaza no destaca, pero si es imponente el poder y la historia detrás de sus objetivos con las cajas madres. Hay escenas épicas con toda la mitología del universo DC estallando en una batalla visualmente impresionante y también nuevos vistazos a la isla de las Amazonas y al reino de Atlantis. No hay respiro en la cinta, todas las escenas encajan y avanzan naturalmente en la historia. A diferencia de muchas de las últimas películas del género, este film está realizado en 2D y sin cámaras IMAX. De igual manera, hay un gran nivel de detalles y de efectos visuales, principalmente en la primera parte de la película en donde se nota de manera obvia la visión y el trabajo fílmico de Zack Snyder. No defrauda y como en todas sus películas, tiene una escena inicial para quitarse el sombrero. Las únicas fallas de Justice League se empiezan a notar en algunas escenas y momentos que fueron agregados en los famosos reshoots. Desde remates de chistes innecesarios, sobre-actuaciones en algunos momentos y cambios bruscos en personajes que venían demostrando una personalidad al comienzo del film y que terminan mostrando otra al final. También se siente la ausencia de Hans Zimmer en la banda sonora de la película, acostumbrados a relacionar una película de DC con la maestría del compositor alemán. Danny Elfman, encargado de la música en Batman (1989) de Tim Burton, regresa para acompañar a la Liga en su primera aventura del cine. La música no está nada mal, hay algunos guiños a los temas clásicos de Batman, Wonder Woman y Superman, pero en momentos en donde la película necesita un acompañamiento épico, se queda muy atrás y con poca explosión musical. Con sus contratiempos y con la gigante presión que contaban antes de su lanzamiento, la nueva aventura de los héroes de DC Comics en la pantalla grande cumple en entretenimiento, valora los sentimientos de sus fans e intenta complacer a todos conectando todo más simple y natural de la mano de Joss Whedon. Una película que podría ser definida como un 75% de Zack Snyder y un porcentaje restante del trabajo en conjunto para poder aprobar y seguir pensando en el futuro.
Para aquellos fanáticos de los superhéroes ver esta película, de antemano y antes de juzgarla, ya los transporta a una paraíso soñado hace mucho tiempo. Tener en una misma película a la Mujer Maravilla, Batman, Aquaman, Flash, Cyborg y a Superman resucitado, ya es algo que para ellos hay que ver si o si. Y no les importara que el guión de Chris Terio y David S. Goyer sea simplón, con algunos errores y que no les significó un esfuerzo de originalidad. Un malo que viene por tres cajas que juntas generan el poder de decidir la dominación de nuestro mundo. Ni tampoco que el mas malo del film sea una creación de CGI sin matices, sin humor, rígido y temible. Será que el director Zack Snyder, obligado por los altos directivos a que la película dure como máximo dos horas, decidió ir directamente a los bifes, a la acción, a los buenos efectos especiales, a escenas que brillan y todos contentos. Igual la película hasta que se forma el equipo de los buenos vacila un poco. Se luce Wonder Woman, se simpatiza con Flash, Batman se muestra canoso y desgastado, pero empeñoso, es inquietante la presencia de Aquaman y Cyborg es el único con una historia detrás. Claro que Superman murió y resucitarlo es uno de los momentos fuertes del film, además de las amazonas y una Gal Gadot que se impone. La liga junta funciona, es la parte más vertiginosa del film, la que le asegura una aceptación del público adicto al mundo de los superhéroes. NO LEVANTARSE AL FINAL DE LA PELICULA: Hay dos agregados. Uno muy breve. Y el otro, cuando nos comimos todos los créditos que son muy largos vale la pena porque Luthor aparece por primera vez y no con buenas intenciones. Amas a los superhéroes y te encantan a más no poder: Aquí los tenés juntos y revueltos. Una diversión con defectos pero efectiva.
Liga de la justicia, de Zack Snyder Por Jorge Barnárdez Superman ha muerto. Bueno para esta película ha muerto hace apenas un año, ha muerto pero Batman apenas se atreve a decir que se encuentra en otro estado, A la hora de la negación, los superhéroes son muy humanos. La muerte de Superman ha sumido a la raza humana en la desesperación y el abandono. Para colmo de males el mundo se encuentra ante un peligro inminente ya que al enterarse de la muerte del Kryptoniano despierta el interés de un verdadero destructor de planetas, un villano temible llamado Steppenwolf. El asunto es que Bruce Wayne/ Batman utiliza los servicios de Diana Prince (Wonder Woman) para rastrear un grupo de superhéroes que lo ayuden a controlar el crimen y llegado el caso unirlos. Así que se van sumando a la tarea del hombre murciélago Aquaman, Cyborg y Flash. Batman es bastante antisocial por lo que el armado de un grupo no es su especialidad y cuando las papas queman se ve en la obligación de romper el orden natural si es necesario para salvar Metrópoli y el mundo entero. Todo lo que agreguemos sería un enorme spoiler así que dejemos acá el relato de lo que pasa en La liga de la justicia y metámonos en cómo se cuenta todo esto. Sabemos que DC no termina de acomodarse a esta etapa del mundo en la cual su competidora Marvel ha logrado a través de los X Men y los Avenger, coparle la parada del mundo del cine. Wonder Woman, estrenada hace unos meses parecía haber transformado la inercia con la que venían las películas del universo de Batman y Superman que esta Liga de la justicia resulta decepcionante. Alguien parece haberle dicho al ceremonioso y formal Zack Snyder que el humor había resultado bien a la hora de revitalizar las películas de Marvel, por lo que se ve que llamaron a los graciosos de la productora para que mecharan chistes en algunos momentos, pero no se produce la magia y salvo por algunos buenos remates, las buenas intenciones naufragan frente a un elenco que no demuestra que sus personajes funcionen o tengan empatía entre sí. Una pena, pero habrá que esperar era ver que decisiones toman los productores con el envarado Batman de Ben Affleck, si van a desarrollar esa especie de Hombre Araña que es el Flash adolescente de esta película y si tendrán la valentía suficiente para hacer una película con Aquaman. LIGA DE LA JUSTICIA Justice League. Estados Unidos. 2017. Dirección: Zack Snyder. Guion: Chris Terrio, Joss Whedon. Intérpretes: Ben Affleck, Gal Gadot, Ezra Miller, Jason Momoa, Ray Fisher, Henry Cavill, Amber Heard, Amy Adams, Jesse Eisenberg, J.K. Simmons, Jeremy Irons, Shalini Peiris, Connie Nielsen, Robin Wright, Diane Lane, Kiersey Clemons, Billy Crudup, Ciarán Hinds, Daniel Stisen, Samantha Jo.
Publicada en edición impresa.
Después de años de expectativas, la cristalización de un proyecto que habíamos empezado a fantasear con el lanzamiento de Man of Steel (2013), finalmente se ha concretado: La liga de la Justicia. En la primera escena de la película, dos niños entrevistan para su videoblog a un sonriente Superman luego de rescatar a decenas de personas en un incendio. Tan sólo basta con el tono claro del plano subjetivo y el ángulo contrapicado de la cámara para revelar la admiración de los pequeños ante la cercanía de un Superman, cordial y contento de lo que está haciendo. Inmediatamente, los créditos iniciales se suceden entre un barrido de imágenes que nos recuerda que Superman ha muerto salvando a la humanidad, dando lugar a las preguntas que impregnan y hacen a la Liga de la Justicia como película ¿El mundo necesita a Superman? ¿Necesitamos esperanza? ¿Quién puede inspirar a la humanidad? La ansiada súper producción de Warner Bros convoca a algunos de los más grandes personajes de DC Comics: Batman, Wonder Woman, Flash, Aquaman, Cyborg, ¿y acaso el retorno de cierto muchacho criando en Smallville? Ante todo, los populares superhéroes necesitarán superar sus comunes dificultades para consagrarse como la última línea de defensa ante las hordas de Steppenwolf, el emisario de una milenaria amenaza cósmica. El escenario de La liga de la Justicia es similar a la mayoría de las películas de su género, no reinventa la rueda. Pero se ajusta idóneamente al patrón impuesto por Los Siete Samurái, que, tomado literalmente, presenta a un enemigo demasiado formidable para ser derrotado por un único protagonista, debiendo reunir a otros héroes para cumplir su misión. Con el equipo ensamblado para la ocasión, el resto es un itinerario bien conocido por todos, incluso para el público más secular. Injustamente estigmatizado, toda producción encabezada por Zack Snyder genera controversia por tratarse de un realizador de rigor más estilista que narrativo. Lo concreto es que en Liga de la Justicia, Snyder emplea su oficio – con sensatez – en una película de tono más ligero que Batman vs Superman (2016). El resultado final es una película con momentos de necesario alivio proporcionado por instancias de comicidad y mucha aventura, cuya fuerza principal está en la química entre los actores, la dinámica del equipo y el carisma de los personajes. Finalmente, una tragedia familiar acabó alejando a Zack Snyder del proyecto y, en su lugar, se decidió convocar a su colega Joss Whedon (Buffy, Firefly, Avengers) para ponerse al frente de la puesta a punto de la súper producción, editar e incluso grabar escenas extras para cerrar los cabos sueltos de la historia. La simplicidad de la trama en un nivel macro, funciona correctamente. No hay lugar para una doble lectura, sustrato o alegoría política que lo valga. Es sólo un villano haciendo fechorías de índole cósmica y superhéroes haciendo lo que mejor saben hacer: enfrentarse abnegadamente cualquier adversidad. Liga de la Justicia equivale a dos horas un emocionante espectáculo que entretiene y deja al espectador con una nota optimista. Todo el elenco hace un buen trabajo, y los actores parecen estar cómodos en sus respectivos papeles. Ben Affleck aporta un costado muy creíble y sincero, para un Bruce Wayne/ Batman, que irónicamente – aunque no gratuitamente – presenta cierta reminiscencia a los padecimientos físicos de los sacudones y golpes recibidos en acción, tal como décadas atrás hiciera a regañadientes un maduro Harrison Ford con Indiana Jones. Gal Gadot resulta rutilante, en una interpretación de Wonder Woman plena de matices que la vuelven magníficamente convincente como la líder y corazón de la Liga de la Justicia. El Aquaman de Jason Momoa se presenta como una especie de vaquero petulante, un personaje que destaca como el centro de algunas de las mejores secuencias de acción de la película. La presentación de Ezra Miller como Flash difiere mucho de la esencia de la viñetas del velocista escarlata, pero resulta efectiva en la dinámica de la película (la referencia a Pet Sematary no tiene precio). Por último, Ray Fisher hace de su Cyborg el personaje más taciturno y pleno de dilemas internos a resolver antes de unirse al grupo de superhéroes. La mayor ventaja de Liga de la Justicia reside en el guión Chris Terrio y Joss Whedon, su sencillo – aunque no por eso menos intenso – ejercicio narrativo, resulta mucho más limpio, sin las ambiciones y estridencias que un sector del público y la crítica supieron objetarle a Batman v Superman con anterioridad. La aventura que convoca a los superhéroes DCistas, consta de una estructura bastante directa que desde su primer acto pone en tema al espectador, presenta a los nuevos personajes en sus respectivos contextos, y ubica fehacientemente los acontecimientos respecto de todo aquello que ha sucedió en las películas anteriores. Al mismo tiempo, subraya la importancia que poseen en la trama los misteriosos artefactos resguardados en nuestro planeta por humanos, amazonas y atlantes, conocidos como cajas madres/Motherboxes, , objetos de deseo de Steppenwolf, el cósmico villano de turno dispuesto a terraformar el planeta desde una sigilosa invasión que ya ha comenzado. En el segundo acto, se pone énfasis en el encuentro e interacción de los miembros de la Liga; y, el tercero, se sirve de toda emoción disponible para lograr una rimbombante resolución de la aventura. Todo ejecutado de un modo sencillo, directo y efectivo. Liga de la Justicia pone al descubierto una reflexiva postura de Warner y DC Comics que, consciente de las críticas de Batman vs Superman (2016), capitaliza idóneamente las virtudes manifiestas en Wonder Woman (Patty Jenkins. 2017). En conclusión, la empatía con cada uno de los personajes de DC es lo que permanece con el público y deja una buena sensación al salir del cine. Liga de la justicia, adhiere a un tono menos estridente en su narrativa y estética, sin que esto signifique una Marvelizacion de los exponentes del universo cinematográfico de DC. Persiste el drama inherente a todo superhéroe, pero endulzado con una buena cuota de ironía y humor que afianza el espíritu fuerte e independiente de un conjunto de películas que se planta decidido a despejar la penumbra, ajustando así el curso de su narrativa audiovisual hacia un destino más promisorio.
ACLARACIÓN: las palabras a continuación están escritas por un fanático total de Superman y DC Comics, y que esperó toda su vida por una película de La Liga de la Justicia, así que la siguiente crítica puede estar algo viciada… Mucho que decir sobre la Liga de la Justicia, tanto que los más fans estaremos años debatiéndola y analizándola. Y este es un primer análisis. Lo primero que me sale es escribir desde el corazón. Es imposible que no se apodere de mi el niño de 10 años que veía a Los SuperAmigos y soñaba con una película de ellos de carne y hueso (con Christopher Reeve por supuesto). Por lo tanto este film es un sueño hecho realidad y un orgasmo de placer para los más fans porque contiene algunas de las secuencias más esperadas por todos nosotros para contemplar en la pantalla grande. Se invoca a Jack Kirby y su Cuarto Mundo, la serie animada de Bruce Timm y muchos guiños más que pasan muy rápido y no serán notados por lo que no son del palo. Y ahí una de las primeras diferencias que voy a señalar con respecto a Batman v Superman, cuyos guiños eran mucho menos inclusivos y dejaban al espectador promedio completamente afuera por secuencias enteras. Este film es mucho más ligero, con menos vueltas, menos pretensiones y mucho más lineal. Por lo que seguramente será mucho mejor recibido que las predecesoras de Zack Snyder a un punto más alineado con Wonder Woman de Patty Jenkins. Es divertida sin llegar a ser estilo Marvel y tiene solemnidad. Eso está muy bien balanceado. Cada uno de los personajes tiene su momento genial y el público se engancha. Ezra Miller sorprende y tapa dudas sobre su elección, el carisma de Jason Momoa sale de la pantalla, Ray Fisher está muy bien. Ni hablar de Gal Gadot, cuya Wonder Woman es cada día más inmensa y desata más y más pasiones. ¿Ben Affleck? La gran incógnita de este elenco. Hay un bajón notorio en su interpretación y me pone muy triste… Ojalá siga siendo Batman, porque es el mejor que ha existido y va a ser muy difícil de superar. De Henry Cavill no puedo hablar por razones obvias, al igual que de miles de detalles que quisiera comentar pero son spoilers así que me los guardaré. Entre ellos una escena que no me gustó para nada e incluso odié. En lo que si me voy a detener, y a modo de explicar un poco, es en el tono raro e hibrido que posee la película. Para ello hay que hacer un breve repaso: el rodaje de Justice League comenzó tan solo unas pocas semanas después del estreno de Batman v Superman, película a la cual le fue muy mal con la crítica y que dividió las aguas con los fans cuyas vertientes tendieron más a los molinos de los que la odiaron. Allí se abrió una verdadera grieta muy extremista, que por un lado tomó a Zack Snyder como un Mesías por un lado y un demonio por otro. Al no alcanzar la recaudación esperada por Warner se hicieron cambios un tanto abruptos en el tono y se reescribieron escenas en pleno rodaje. Pero el gran cambio vino cuando la película se encontraba en fase de post producción y Zack Snyder renuncia debido a una tragedia familiar. Es Josh Whedon quien tomó las riendas ahí, re-filmando unas cuantas cosas (se dice que un treinta por ciento) y acentuando ese tono más ligero que se había buscado por el Estudio y que parece que Snyder no entregó en el primer corte. La consecuencia se nota en la pantalla y esa es mi principal objeción. Porque si bien en estilo es un film Snyder, en diálogos es Whedon. Una colisión que por momentos funciona muy bien y que por otros no. De todos modos, mi mayor objeción es que se nota mucho la tijera. Muy editada para que dure menos de dos horas, lo que hace que muchas situaciones se resuelvan fácil, que no se profundice y que los vínculos entre los personajes no se desarrollen lo suficiente. La película cuenta con la ventaja de que el público conoce muy bien a la mayoría de los personajes, no hay que explicarles mucho. Algo que no sucedía en la Fase Uno de Marvel con las películas individuales de cada héroe hasta llegar a Avengers. Mucho de lo filmado quedó afuera, muchos subplots y backrounds de personajes. Incluso algunos actores que rodaron sus escenas ni aparecen. Otro dato no menor es que esta iba a ser la Parte Uno de una doble entrega y que iba a tener otro final. Todo se cambió para que cierre bien, pero en el camino se perdieron muchas cosas y conexiones con Batman v Superman que ahora no tienen sentido alguno. Whedon sumó a Danny Elfman como compositor, y ahí otra de las patas medio flojas porque se nota el laburo a las apuradas a tal punto que se robó a sí mismo partituras de Avengers y el tema de Batman de Tim Burton. Así como también incluyó pases de John Williams y su icónico Superman Theme. A la música le falta épica. Cumple y punto. Pese a todo esto, y que da para un análisis mucho más extenso, la película es un goce absoluto. Lloré dos veces de la emoción, y la sonrisa aún permanece. No me la puedo sacar de la cabeza. Es un sueño hecho realidad. Aunque prefiera como película a Batman v Superman y esté en contra de muchas cosas que hicieron aquí con la obra de Snyder, Liga de la Justicia es la culminación y al mismo tiempo un nuevo comienzo de un Universo DC magnífico y soñado. Vayamos por más: por una secuela mejor, por Ben Affleck como Batman, otra de Superman en solitario y todo lo que ya está planeado/anunciado que no es poco. Mientras, disfrutemos de esta fiesta para los fans.
Finalmente, habemus equipo Finalmente DC Comics ha logrado lo que venía buscando desde hace largo tiempo: reunir en pantalla a sus principales superhéroes, tarea que iniciara no sin pocas turbulencias con Man of Steel y la más reprobable Batman vs Superman. Sin embargo, el repunte experimentado con todo lo bueno que vimos en Wonder Woman era el camino a seguir para los realizadores de esta producción que estaba llamada a ser la última oportunidad para la convivencia en el mismo universo cinematográfico como ya nos fue presentado de Batman, Superman, la Mujer Maravilla y los que acá se suman: Aquaman, Cyborg y Flash. ¿Oportunidad aprovechada o nueva decepción? Pasen y vean. Para hacer un análisis de esta Liga de la Justicia, podríamos empezar por tocar esos puntos claves que de antemano sabíamos que la película debía resolver: la presentación en sociedad de los tres nuevos integrantes del grupo justiciero, su armónico (o no) acuerdo para unirse contra un enemigo común, la elección de ese enemigo y su peso narrativo propio y, claro está, el tema Superman. El primer acierto de la película consiste en empezar por el antagonista. Con bastante sencillez en el relato y la grandilocuencia necesaria desde lo visual, rápidamente nos enteramos de la presencia en la Tierra de Stepenwolf, otrora conquistador de mundos, implacable, que encontró su fin en nuestro planeta gracias a la unión de sus distintas civilizaciones como las amazonas, los hombres y los habitantes de la Atlántida. Su poder, dividido tras su caída, ahora amenaza con reunificarse con el objetivo de completar la tarea que alguna vez inició. Listo. Villano, secuaces, plan maligno y medios para lograrlo, adentro. Y esto, apoyado en la relación que ya se empezó a construir en las películas anteriores entre Batman y la Mujer Maravilla (sumado a los atisbos de introducción que también habían hecho con Aquaman, Cyborg y Flash) allana el camino para que lo natural sea seguir por la conformación de la tan ansiada Liga. Y todo esto que parece obvio y lógico no siempre lo es, prueba de ello fue la gran desorganización narrativa vista en Batman vs Superman y sus inconexas líneas argumentales. Acá se rigen por el libro y eso está muy bien, aporta orden. Después, también de forma simple y sin complicarse innecesariamente, empezamos a conocer a los nuevos. Flash, que combina el desparpajo y ese humor naif pero efectivo con una infancia y una situación familiar conflictivas; Aquaman, con su actitud rebelde y humor cool -también necesario- pero con su carga de responsabilidad en la situación que se les presenta a todos; y Cyborg, tal vez el más conflictivo de todos a causa de un origen que lo lleva a renegar de sus habilidades, es el que aporta seriedad y racionalidad a la cuestión, características que, además, lo convierten en el perfecto catalizador para romper los climas angustiantes y de tensión con una broma de los otros que lo involucre. Desde los hechos, todos son presentados en su punto justo y, desde las formas, si bien queda muy claro el espíritu de cada uno, se nota un pequeño desbalance con Aquaman y una escena musical algo discordante respecto del resto. Pero apenas. Ahora sí, ya resuelto el tema organizativo (que, repito, no es algo menor porque sienta las bases de todo lo que sigue en una película de dos horas y porque, además, estamos tratando con personajes clásicos y que ya conocemos en múltiples formatos; su tratamiento no es cualquier cosa) podemos pasar a las cuestiones de fondo. Y, como no podía ser de otra manera, esto depende de Batman. Creo que el principal acierto de la película es que nos ofrece a un Caballero Oscuro, multifacético como ya sabemos que puede ser, en su versión colaborativa. Esto es: desde la logística, la toma de decisiones y asegurarse de que cada uno cumpla su función. Me encargo yo, aun cuando esto implique que los flashes y las tapas de los diarios sean para los otros. De esta forma, Aquaman y Flash rodean muy bien al grupo principal y encuentran los momentos justos para incluir sus humoradas; Cyborg juega un rol crucial en la solución del problema central de la historia y puede desarrollarse como personaje a partir de esos muy interesantes conflictos que lo acompañan; la Mujer Maravilla, dada la ausencia de Superman, ocupa el rol principal cuando hay que ir al frente (me permito un pequeño paréntesis para celebrar la enorme presencia en pantalla que este personaje supo construir, transmitiendo siempre la sensación de que ella sola puede con todos) y ese rol se construye a partir de su relación con Batman, que sabe dónde pincharla para sacarla de sus propios temas personales para que asuma su rol de líder y sabe que debe correrse para que esto ocurra; y finalmente tenemos el factor Superman (de su regreso sólo diré que está muy bien resuelto dada la sensibilidad que este tema presuponía), punto en el que Bruce Wayne vuelve a mostrar su grandeza, una grandeza amenazada permanentemente por su orgullo siempre latente pero que logra prevalecer a partir de los valores fundacionales que hacen de Batman la leyenda que es. En términos de guion, solo faltaría señalar el tono más bien frío de la resolución final, justificado esto en parte por un antagonista no demasiado potente y la puesta del foco, cosa inevitable, en el grupo protagónico y el bache narrativo, tal vez el más grande de la película, que se presenta a la hora de sumar a Superman al grupo, no fácticamente porque ya dijimos que eso está bien, sino sentimentalmente y desde los valores que lo impulsan a sumarse a la causa de la Liga. A lo dicho, hay que agregar que actoralmente los protagonistas están a la altura ya que responden perfectamente a los roles descriptos que sus personajes plantean y que sí logran sostener en pantalla. El Batman de Ben Affleck tiene esa sutileza del trabajo en las sombras, Henry Cavill le suma a toda la presencia de Superman esa sensibilidad que logra complejizar a un personaje muchas veces presentado como plano y unidimensional, Ezra Miller la rompe con su despreocupado e hilarante Flash, Jason Momoa por ser el menos conocido del grupo es el que más sorprende con su Aquaman arrogante y cínico, afortunadamente muy alejado del rubio insulso de la serie animada, Ray Fisher ofrece un Cyborg correcto y que sabe su función en el grupo a la perfección y finalmente Gal Gadot una vez más vuelve a brillar con luz propia con su Mujer Maravilla que realmente es el alma de esta Liga de la Justicia. Un agregado no menor a este elenco principal lo componen los nombres de quienes secundan a los personajes principales, entre quienes se cuentan a Amy Adams (Lois Lane), J. K. Simmons (James Gordon), Robin Wright (Antiope), Diane Lane (Martha Kent), Billy Crudup (Henry Allen, padre de Flash), Jesse Eisenberg (Lex Luthor) y Jeremy Irons (Alfred). Y ojo, hay que quedarse hasta el final de todo porque esta Liga de la Justicia incluye dos escenas post créditos. Casi un siglo de series, películas y comics nos ha presentado un sinnúmero de superhéroes, tantos que hay para todos los gustos. Pero esa mística que tienen Batman, Superman y la Mujer Maravilla no la tiene nadie. Y eso se ve en esta película.
La liga de la justicia: al trabajar en equipo, los superhéroes de DC ganan en humor y adrenalina Tras los fracasos artísticos de Batman v. Superman: El origen de la justicia y Escuadrón suicida, y de los múltiples problemas de producción (Joss Whedon reemplazó a Zack Snyder en la parte final del rodaje tras el suicidio de la hija de éste último; Danny Elfman se hizo cargo de la música en lugar de Junkie XL, que a su vez ya había sustituido a Hans Zimmer; el costo final se disparó hasta llegar a 300 millones de dólares), que Liga de la Justicia sea "apenas" una película aceptable es una buena noticia. La propuesta es básica: presentar a cada uno de los personajes principales, Batman (Ben Affleck), Mujer Maravilla (Gal Gadot), Flash (Ezra Miller), Aquaman (Jason Momoa) y Cyborg (Ray Fisher), oponerles un malvado todopoderoso como Steppenwolf (una creación con técnica de captura de movimiento y voz de Darth Vader a cargo de Ciarán Hinds) y una lucha por la posesión de distintas cajas que, unificadas, podrían tener una fuerza devastadora. Quizás la apuesta más osada sea la ausencia inicial de Superman (Henry Cavill), pero mejor no adelantar demasiado. Liga de la Justicia es a DC Comics/Warner lo que The Avengers fue a Marvel/Disney; es decir, la posibilidad de reunir a sus superhéroes "titulares" en un mismo film con la idea de que, más allá de las diferencias que puedan tener, unan fuerzas para combatir al Mal y, de paso, recuperen parte del esplendor perdido con vistas a futuras películas individuales. Aunque pierde claramente en la comparación (al menos con la primera Avengers, de 2012) porque el humor funciona con cuentagotas (hay remates de diálogos al borde del ridículo), porque lo de Affleck y Cavill es de una inexpresividad llamativa, porque muchos personajes secundarios a cargo de notables intérpretes están completamente desaprovechados e incluso se notan ciertos desajustes en la edición y en el acabado de los efectos visuales, Liga de la Justicia contiene hallazgos en los personajes de Mujer Maravilla, Aquaman y Flash (el típico joven nerd que funciona como comic relief) y cumple con lo que promete: no se sale un milímetro del libreto, de la fórmula prefijada, y regala muchas y adrenalínicas secuencias de acción. Snyder dice haber tomado al clásico Los siete samuráis (1954) como principal fuente de inspiración, pero si no se advierte en Liga de la Justicia demasiado de la maestría del japonés Akira Kurosawa, al menos esta vez hay bastante menos densidad y solemnidad que en su Batman v. Superman. Como siempre, conviene quedarse para las escenas "sorpresa" en la mitad y al final de los créditos de cierre. La última entrega, además, varias pistas para la continuación de esta película. El show debe seguir. La única máxima que Hollywood nunca deja de aplicar.
Vengan juntos Con Superman muerto y sepultado, Batman recluta a Mujer Maravilla y más superhéroes. En fin. Luego del cataclismo que significó Batman v Superman el año pasado –igual, recaudó más US$ 850 millones en todo el mundo- esta Liga de la Justicia implicaba o representaba saber dónde quedaban parados no sólo los personajes, si no DC Comics en el plano cinematográfico. Muerto y sepultado Superman (sí, como Cristo, al que tanto se lo emparentó en El Hombre de acero), Bruce Wayne/Batman sale a reclutar superhéroes para que el malvado de turno (Steppenwolf) no se apodere del planeta. Vemos al comienzo cómo la ausencia del falso Dios Superman ha dejado a Metrópolis en manos del vandalismo, así que mejor que Batman se apure. Con la ayuda de Mujer Maravilla –en más de un sentido: la película individual del personaje estrenada hace 5 meses ayudó y mucho a que DC Comics resurgiera-, y de tres nuevos superhéroes (el anfibio Aquaman, Cyborg, un atleta que quedó mitad humano mitad máquina y The Flash, que básicamente lo que hace es correr), El Encapotado sale a combatir al malo con cuernos, voz grave y su séquito de extraterrestres que parecen mosquitos . Hay hasta un gag con una niña que toma un aerosol matamosquitos. Pero la pregunta del millón de dólares es por qué hacen falta no dos, ni tres, ni cuatro (ni cinco...) superhéroes en un solo relato. Ultimamente, ni las películas que llevan el nombre de un héroe en el título lo tiene a él solito. Lo que ocurre con Liga de la Justicia es tal vez un síntoma del cansancio muscular, creativo y de ideas. La trama es simple y las peleas, sencillas. Si Batman v Superman era pretendidamente oscura, Liga de la Justicia es light. Funciona como un espejo que devuelve la imagen al revés. Tampoco funciona como secuela per se, aunque arranque después. Si una duraba dos horas y media, ésta apenas sobrepasa las dos, con créditos incluidos. Menos, a veces, es más. El director Zack Snyder debió abandonar el rodaje cuando tenía el 80% filmado por el suicidio de su hija. Y no deja de ser paradigmático que haya sido Joss Whedon, el director de Avengers, de la contra Marvel, quien lo completara. Liga…, es menos bombástica que Batman v Superman, tal vez el toque pop de Snyder está un poco ausente. Y aquí The Flash cubre el rol que Spiderman tenía en la última Avengers, el del jovencito que entra al equipo, pero como no tiene la fuerza de sus compañeros, es el comic relief, la salida graciosa. Es el side kid. Puede gustar, o no. ¿Por qué no funciona Liga de la Justicia? Porque los personajes no tienen carne, piel, sino musculatura. Nadie pide a un cómic en su traslado a la pantalla que se aleje de la incongruencia (a los superhéroes los pueden moler a palos y siguen como si nada; Mujer Maravilla salva de un ataque terrorista a civiles con un timing para rebotar balas infalible e increíble, y así), pero sí coherencia interna. El estilo visual de Snyder perdura, y el que trabaja más de la cuenta es Danny Elfman desde la banda sonora. Del Batman de Tim Burton a esto, más que ascender aquí ha hecho otra cosa. No es que se juzgue al Batman de Snyder y Ben Affleck por extrañeza del creado por Christopher Nolan en su trilogía. Aquí no hay sustento, y tal vez fuimos demasiado permisivos con Batman v Superman, porque esta película, con todo, hasta parece mejor. Fanáticos, quédense hasta el final de los títulos. No es que lo que pasa sea para aguantarse los 7 minutos de créditos, pero hay dos escenas intercaladas, la segunda adelanta y mucho lo que vendrá a futuro.
Se unen los superhéroes (Aquaman, Flash, Ciborg, Wonder Woman, Batman y Superman), para salvar al mundo del mal. Este film se encuentra dirigido por el exitoso cineasta Zack Snyder (“300”, “Watchmen”, “Batman v Superman: El amanecer de la justicia”), su trama resulta divertida, este director es un experto en este tipo de técnicas, con el fin de hacer sobresalir algunas secuencias se utiliza muy bien la cámara rápida y lenta, todos los personajes tienen muy buena química, contiene muchos momentos graciosos, escenas de acción espectaculares. El film es puro entretenimiento y posee una paleta de colores diferente, la música está bien pero no es memorable, aquí lo que falla es el guión porque no alcanza. Conto con un presupuesto de 300 millones de dólares. Hay que quedarse hasta el último de los créditos porque hay dos escenas extras.
El equipo se reúne por primera vez para luchar contra su peor enemigo: las expectativas. Luego de varios intentos fallidos, este año 2017 parece ser el año en que las películas basadas en el universo DC estarían a la altura de las circunstancias. No está de más recordar el increíble éxito de taquilla y crítica que fue ‘Wonder Woman’ dirigida por Patty Jenkins. Por ello, la expectativa que generó el estreno de ‘Justice League’ después de la primera incursión cinematográfica de la amazona era enorme. El film reuniría a los héroes más grandes de los cómics en una aventura que tiene la difícil tarea de continuar lo cosechado por la última entrega de DC como así también hacer olvidar lo que vino por detrás. ‘Batman v Superman’ sería muy mal recibida y ‘Suicide Squad’ simplemente era una pésima ‘cosa’, mientras que ‘Man of Steel’ se encontró en un sitio divisorio entre fans y crítica. El dia al fin llegó, y el resultado final es positivo para este viejo fanático de DC que obtuvo lo que esperaba. básicamente, ‘La Liga de la Justicia’ es un capítulo de la serie animada de Bruce Timm pero live action. Esto seguramente va a molestar a más de uno que esté esperando algo más ambicioso como lo fue ‘Batman v Superman’ pero la realidad es que para mi lo único que necesitaba era ver a mis heroes preferidos luchar contra un villano X por el futuro de la humanidad. Esto no evitó que hubiera momentos más humanos y de introspectiva. De hecho, una de estas escenas me hizo caer una lágrima por todo lo que implica para estos personajes la situación que viven, pero estoy seguro que pocos van a apreciarlo de la manera en que yo lo hice. Con esto queda claro que no es una crítica objetiva, pero las críticas son opiniones y se puede ir al carajo la objetividad. Estoy hablando de humanos extraordinarios que visten armaduras y mallas para cumplir con su trabajo, no es lugar para hablar de vanidades. En ese aspecto, ame la película de principio a fin y estoy listo para verla muchas veces más. Sobretodo porque Zack Snyder tomó un paso atrás y se nota. Más allá del apartado visual, esta película se siente más Whedon y agradezco. Si bien la idea de un film épico con ambiciones filosóficas no está mal, es algo que debería venir más adelante en el proceso. Ver a Batman y Superman pelear porque tienen una lucha personal sobre lo que la humanidad de cada uno implica es algo que se tiene que reservar para la película n° 10, no la segunda. Por esa razón, ‘Justice League’ está también muy cerca de ser un reinicio para el universo DC en el cine que de ser el evento comiquero como lo fue ‘The Avengers’ hace unos años. En ese sentido es donde más sale lastimada la película porque durante todo su metraje tiene una constante lucha interna sobre tratar de justificar lo que vino antes y renovar lo que está por venir. En algunas escenas Batman habla de Superman como si hubieran luchado juntos por años y la realidad es que lo conoció por media hora y siente constante culpa por la muerte del kriptoniano cuando esto tampoco fue algo que le sucedió a él. El tono está por todos lados y es una lástima porque realmente este debería haber sido un film que signifique un antes y un después en términos de franquicia, pero no pudo ser. Y esto es todo lo que puedo decir en términos “objetivos”, pero pasemos a otra página. Como dije, la película logró hacerme llorar porque para mi los personajes de DC no son solo ficticios y comiqueros, son familia. Y ver a Batman decir cosas como “El mundo necesita a Superman y el equipo necesita a Clark” son diálogos que espere toda mi vida. O ver el rol de ‘madre’ que toma Wonder Woman con el equipo, sobretodo con Cyborg y Flash, son momentos que espere ver toda mi vida. Por ello quiero verla mil veces más, porque cada momento me habla a mi personalmente y no puedo dejar mi fanatismo detrás. Quizás lo más flojo fue Steppenwolf como villano. Creo que no hacía falta que sea necesariamente un personaje 100% CGI, porque esto lastimó un poco su caracterización. Pero es un film que se enfoca en sus héroes, y no en los villanos. Steppenwolf es el medio para un fin, y nada más. Los parademons no son diferente de los chitauri en ese sentido, y no me sorprendería ver que en futuros films de DC la tecnología que dejaron atrás los soldados de Darkseid sirva para alimentar los planes malvados de personajes como Lex Luthor. Al final del día, ‘La Liga de la Justicia’ es una fiesta a la cual nadie debería faltar, sobretodo si sos fanático de DC como quien les escribe. Es divertida, tiene diálogos que son realmente memorables y sobretodo la química y dinámica de grupo que tienen estos héroes no tiene desperdicio. Si bien las dos horas de metraje se pasan volando, es de agradecer que podemos pasar este tiempo con los fundadores de lo que significaron los cómics a lo largo de los años. Marvel habrá llegado primero en cine gracias a Avengers, pero esto tampoco existiría sin la Liga de la Justicia, y al final, los que salimos ganando somos nosotros, los espectadores. Nota: 9.5 La primera incursión de la liga en el cine es rápida y explosiva, como una piña de superman. llena de diálogos y momentos que le van a tocar el corazón a más de un fan, este film de Snyder y Whedon significa también el reinicio de una franquicia y hoy más que nunca, como fan de Dc, no puedo esperar ver qué nos depara el futuro.
La redundancia ante todo No hacía falta demasiado para superar a Batman v Superman: El Origen de la Justicia (Batman v Superman: Dawn of Justice, 2016), tanto uno de los peores representantes de esta catarata de bodrios de superhéroes de las últimas décadas como una de las peores películas del Hollywood industrial de los últimos años. Y aquí ocurre exactamente lo que se vislumbraba que sucedería: Liga de la Justicia (Justice League, 2017) es de hecho un poco mejor que la anterior pero eso no quiere decir que estemos frente a un producto realmente potable, más bien todo lo contrario considerando lo repetitivos y paupérrimos que vienen siendo los opus de las factorías DC y Marvel. Hasta el enroque narrativo de la saga vuelve a ser el mismo de siempre, con un trabajo previo que la iba de “serio” -aunque terminaba sepultado por su propia torpeza- que ahora le pasa la posta a una obra hueca y muy insulsa. Desde ya que la generosa mediocridad de un lado de la pantalla encuentra su correlato del otro lado de la misma, con un séquito de lobotomizados que siguen consumiendo estos mamarrachos y hasta los celebran como quien aplaude su propia necedad y/ o sumisión acrítica como bípedo cooptado por el mainstream más perezoso y nulo, adepto a construir films completamente inofensivos e intercambiables entre sí. Una vez más la fórmula de turno pasa por salvar a la humanidad de un villano del que sabemos poco y nada, en esta oportunidad llamado Steppenwolf (Ciarán Hinds), a través de la recolección de uno o varios “cosos”, ahora unas cajas de poder -o algo así- que están dispersas en distintos puntos del planeta, para que finalmente nuestros paladines pongan las cosas en su lugar y hagan respetar el orden occidental y cristiano vía una andanada interminable de CGIs pomposos. La dialéctica de los eslabones idénticos (todas las realizaciones son iguales cual botella de Coca Cola) y la ponderación de la “marca superhéroes” ante todo (a expensas -por supuesto- de cualquier lógica dramática, desarrollo de personajes o mero interés humano válido de fondo) constituyen las únicas banderas de esta camada de tanques con fecha de vencimiento cada vez más próxima, porque hasta los paparulos que los consumen se están empezando a cansar de que los profetas del marketing y la publicidad les vendan la “gran epopeya en 3D” y los resultados nunca pasen de los clichés redundantes, las one liners más quemadas, el humor obvio y pueril, una estética símil comercial de detergente y en general todo ese colorinche berreta de un digital llevado al extremo de la impersonalización decadente y una estupidez que descuida olímpicamente la dimensión creativa y su riqueza. A decir verdad los factores que nos rescatan del desastre total son la presencia de algunos actores (siempre es un placer toparse con Jeremy Irons y Amy Adams) y la intervención de Joss Whedon en el guión y la dirección, en éste último caso luego de que el cineasta original Zack Snyder tuviera que abandonar el proyecto por el suicidio de su hija (Whedon nunca fue una luminaria pero por lo menos se encarga de que la película no aburra a niveles insoportables, como sí lo hacía Batman v Superman: El Origen de la Justicia). Ben Affleck como Batman copia más o menos bien a Christian Bale, Ezra Miller es un excelente actor que está desperdiciado como un Flash que hace las veces del “adolescente gracioso”, Jason Momoa (Aquaman) y Ray Fisher (Cyborg) aportan el componente exótico/ políticamente correcto del film con personajes anodinos, y Henry Cavill como Superman y Gal Gadot como la Mujer Maravilla continúan siendo más modelitos publicitarios que actores en serio. Liga de la Justicia es un trabajo tan olvidable y fallido como alejado de cualquier sustrato mínimamente humano e interesante, ya que estamos ante una montaña rusa de estereotipos y situaciones de manual que parecen autoprogramadas para implosionar a fuerza de nunca terminar de ofrecer una aventura realmente exuberante ni -mucho menos- terminar de decir algo sobre el tópico contemporáneo que sea. Que los productores hayan contratado al otrora genial Danny Elfman, hoy un compositor raquítico, y que le permitiesen incluir el tema principal de Batman (1989), gran obra de otro que cayó en desgracia, el por hoy hiper mediocre Tim Burton, es un hecho que pinta muy bien la nostalgia castradora y aséptica de buena parte de la industria cultural de nuestros días, esa obsesionada con promediar hacia abajo y eliminar cualquier amenaza real en pos de reemplazarla con monstruos vacuos que funcionan más como un picahielos en la nariz que como un escapismo a la vieja usanza…
CONFORMISMO Y PROMESAS A esta altura del partido, el universo cinematográfico de DC ya se parece a la Selección Nacional: si el equipo dirigido por Sampaoli no gana ni gusta, sólo nos queda conformarnos con algún chispazo aislado, alguna gambeta de Messi y una vana esperanza de que el futuro quizás sea mejor; las sucesión de películas del sello de superhéroes generan cada vez menos expectativa, con lo que sólo queda conformarse con que los films no sean malos y nos hagan pasar un rato razonablemente entretenido. Quizás por eso Liga de la Justicia, en su intrascendencia, no termine molestando mucho. En cierto punto, teniendo en cuenta los numerosos problemas de producción que afrontó el film, el balance no es tan malo. El proyecto afrontó una gran cantidad de escollos: la mala recepción para Batman vs Superman: el origen de la justicia, que llevó a realizar cambios en el guión; el suicidio de la hija de Zack Snyder, que lo obligó a dejar la producción cuando estaba cerca de completarse, siendo reemplazado por Joss Whedon, quien también agregó retoques al guión; y hasta la bajada de línea por parte de los ejecutivos del estudio para que el metraje no pase de las dos horas. En un punto, esta última decisión lleva a que Liga de la Justicia sea una película bastante concisa: le cuesta juntar al equipo de superhéroes y terminar de delinear su conflicto central, pero en cuanto lo logra, ya no se aparta de él y no se desvía en otras potenciales subtramas. Esa linealidad lleva a que el film no aburra aunque tampoco llegue a ser un divertimento potente. Claro que esa concisión y linealidad le quitan toda posible ambición. Batman vs Superman era un desastre, pero por lo menos era un desastre que buscaba delinear una mirada propia y decir unas cuantas cosas sobre el heroísmo, el Bien y el Mal, la violencia y los legados. Se podía decir que había algo de riesgo aún en el medio de una complacencia permanente desde los guiños y referencias. En cambio, Liga de la Justicia es la nada misma: hay un supervillano llamado Steppenwolf al que, a partir de la ausencia de Superman, se le abren las puertas para conquistar el planeta; una convocatoria de Batman y la Mujer Maravilla para que Aquaman, Flash y Cyborg se unan al grupo destinado a luchar contra la nueva amenaza; una previsible vuelta de Superman; un aún más previsible enfrentamiento con el antagonista… y no mucho más. Todo en Liga de la Justicia es acumulación y despliegue superficial, mientras Ezra Miller tira muchos chistes y sólo algunos funcionan; Ben Affleck ya insinúa que quiere retirarse de su papel como Batman; Gal Gadot cumple como la Mujer Maravilla pero no mucho más; Jason Momoa como Aquaman parece tomarse todo muy poco en serio (y lo bien que hace); Ray Fisher se toma su rol como Cyborg muy en serio y hace mal; y Henry Cavill hace de Superman pero pareciera querer estar en el rodaje de Misión: Imposible 6. En el medio, aparecen por ahí Billy Crudup como Henry Allen (prometiendo tener más tiempo en Flashpoint), J.K. Simmons como el Comisionado Gordon (prometiendo tener más tiempo en The Batman), Amber Heard como Mera (prometiendo tener más tiempo en Aquaman) y Joe Morton como Silas Stone (prometiendo tener más tiempo en Cyborg). Todos prometen en Liga de la Justicia, mientras piden que nos conformemos con un film que pareciera no tener en cuenta buena parte de lo que ya ha entregado el cine de superhéroes. Y no nos referimos sólo a lo que dio el Universo Cinemático de Marvel o las más recientes películas vinculadas a los X-Men. El film de Snyder/Whedon no se da por enterado ni de las Batman de Burton, como si pensara que sólo basta con presentar a los superhéroes porque todos los fanáticos van a aplaudir. Es un retroceso hasta los tiempos del Superman de Richard Donner, que era una película correcta pero sin gracia. Película extremadamente conformista, Liga de la Justicia va a lo seguro y cuenta lo suyo de manera apenas fluida en parte por pereza, pero también por temor a causar nuevas decepciones. Es un film irrelevante que, como la Selección Nacional, patea la pelota hacia adelante y espera que un eventual salvador rescate a todos. Mientras tanto, las ideas no aparecen y sólo hay una vacuidad alarmante.
Se hizo justicia Luego de los trágicos sucesos ocurridos en Batman Vs Superman (2016), Bruce Wayne (Ben Affleck) deberá reclutar un equipo para hacer frente a una amenaza que atemoriza a toda la tierra. Junto a su nueva aliada, Diana Prince (Gal Gadot), se unirán a su fila un grupo de metahumanos con habilidades únicas: Aquaman (Jason Momoa), Cyborg (Ray Fisher) y Flash (Ezra Miller) para tratar de cambiar el destino del planeta. Después de traspiés como Batman vs Superman y Suicide Squad (2017) pero con la buena recepción y producción de Wonder Woman (2017), el Universo Extendido de DC emprendía su momento definitivo para probar si estaba a la altura de la historia de sus héroes con sus adaptaciones en el cine. Motivamos por diferenciarse del productor Marvel cómico, humorístico y funcional, el director Zack Snyder optó por imponer un ambiente más espeso, dramático y oscuro para esta versión fílmica de los héroes de Dc Comics, aunque en su realización no obtuvo los mejores resultados con sus anteriores películas. Liga de la Justicia es una película simple, lineal y que tiene un solo objetivo en mente: presentar de forma fluida, carismática y natural al equipo que vio su primera aparición en The Brave and the Bold № 28 de 1960. Desde este lugar, Liga de la Justicia funciona debido a la gran caracterización de Ben Affleck, Gal Gadot, Ezra Miller, Jason Momoa, Ray Fisher, Henry Cavill para codificar la esencia y presencia de sus personajes en el tiempo que aparecen en pantalla. Liga de la Justicia no emprende un desarrollo superlativo de cada uno de ellos ni en profundidad, pero sí deja entrever de manera satisfactoria sus personalidades, conflictos y complicidades. Alejada un poco del dramatismo ya visto en BvS, Liga de la Justicia cuenta con muchas situaciones cómicas, diálogos bien definidos y aprovechados, la gran mayoría, por parte de Miller y su Flash inexperto y más relajado. No es menor el dato que el último tramo de la película fue dirigido por Joss Whedon (The Avengers – 2014) debido a un problema personal importante de Snyder. Tanto la paleta de colores como ciertas escenas de la película fueron modificados por Whedon en este afán por alejarse de la oscura impuesta por el director de BvS, pero a ciencia cierta se desconoce hasta qué punto interfirió con la noción del director principal. En una estructura narrativa lineal y muy simple, Justice League no innova, presenta desafíos nuevos o sale de los lugares comunes: todo es una excusa para reunir al grupo de héroes, a veces con situaciones demasiados ingenuas, descuidas o evidentes para que esto ocurra. Tal vez sea vea un poco descuidado el uso reiterativo del CGI y presente varios problemas a lo largo del film. Sin embargo, Liga de la Justicia entretiene gracias a sus grandes escenas de acción y el carisma de cada uno de sus personajes. Con los focos puestos en Ben Affleck como cabeza de grupo e imagen tanto del equipo como del DCEU, el brillo de la película está sin lugar a dudas en Wonder Woman. Gal Gadot brilla por luz propia por encima de sus demás compañeros, encaminándose –ya desde su película en solitario- como lo mejor de este universo y la línea a seguir en cuanto a la composición de su personaje. Wonder Woman es la líder natural, el superhéroe definitivo bajo una interpretación ideal por parte de Gadot. En este punto, el villano Steppenwolf (Ciaran Hinds) no trascendió para ser un némesis importante para La Liga, con motivaciones superficiales y pocos construidos para implementar otro grado de empatía o funcionalidad en pantalla. Liga de la Justicia es una película con muchos fallos en la dirección y en el guion, más cercano a lo común sin aportar nada nuevo a los films del género. Por otro lado, es un buen paso hacia adelante y firme en el desarrollo del DCEU, con una gran presencia de sus personajes y en su conexión como grupo que, en definitiva, es lo que el público espera.
Cómo salvar al mundo y hundir al cine. El nuevo producto del director de Batman vs. Superman confirma los malos augurios de uno de los proyectos más conflictivos de Hollywood. Liga de la Justicia es la película-morbo de la temporada pochoclera. Su rodaje empezó poco después del estreno Batman vs Superman: El origen de la Justicia, con los consabidos cortes, parches y reescrituras que todo fracaso genera en los proyectos posteriores de una franquicia. Así y todo a la gente de Warner no les cerró el nuevo tratamiento del director Zack Snyder, e incorporaron como guionista a Joss Whedon para que hiciera lo mismo con el universo Marvel: masajearle las cervicales, abrirle los chacras a nuevas energías, descontracturarle los nudos a ese guion que, como el del encuentro de los dos encapotados más famosos, se hundía en la gravedad y la transcendencia. El suicidio de la hija adolescente de Snyder dejó al responsable de Los Vengadores a cargo de las retomas y ajustes finales –aunque sólo acreditado como coguionista– de una producción cuyo presupuesto terminó por los 300 millones de dólares, casi el doble de Mujer Maravilla. Muchos verán Liga de la Justicia, entonces, con el secreto placer de confirmar en pantalla los malos augurios de uno de los proyectos más conflictivos de Hollywood de los últimos años. A ellos debe decírseles que mejor se queden en casa, porque al lado del ladrillazo de BvS ésta es una obra maestra. Pero, claro, para eso tampoco hacía falta demasiado. El estudio Warner había prometido un ensamblaje perfecto entre ambas miradas. Difícil lograr una homogeneidad partiendo de una disputa artística entre la épica innegociable de uno, con sus largos travellings en cámara lenta y regodeos visuales como marcas registradas, y la gracia desprejuiciada del recién llegado. Basta haber visto media hora de Los Vengadores y otro tanto de BvS para identificar qué porción del corte final corresponde a cada director. Snyder debe haber rodado el 80 por ciento y, por lo tanto, su tono adusto e imágenes estilizadas se imponen sobre el juguetón y pop Whedon. Al primero se le puede atribuir una narración llamativamente desnorteada para los cánones de Hollywood, una que dedica sus buenos minutos a presentar a Aquaman (Jason Momoa), Cyborg (Ray Fisher) y Flash (Ezra Miller) para después sacar de la galera a un malvado que justifique su inserción la dinámica grupal. A todos ellos los habían ido a buscar Bruce Wayne/Batman (Ben Affleck) y Diana Prince/Mujer Maravilla (Gal Gadot) después de la muerte de Clark Kent/Superman para algo que en principio no se sabe muy bien qué es por la sencilla razón que no hay conflicto en puerta. O Wayne tiene poderes de clarividencia además de mucha mucha plata, o hay un boquete en ese guion visiblemente manoseado. Con el malo llega, al fin, lo más parecido a un nudo narrativo. El objetivo es que el tal Steppenwolf –hermano vocal del gutural Darth Vader– no junte tres cajitas cuya unión podría desatar lo más parecido a un apocalipsis. Quienes lo impedirán son esos muchachos y esa muchacha que repiten varias veces que lo suyo es “salvar el mundo”. Nada de andarse con chiquitas ni resoluciones terrenales. Con una reducción considerable aunque insuficiente de parlamentos sobre la Justicia, el Bien, el Mal y demás temas importantes, Liga… es, como Thor: Ragnarok, una transición. Lo curioso es que ocurre dentro del mismo metraje: Superman empieza a tirar chistes, Batman a cambiar traumas por canchereadas, Flash pasa de inocencia a estupidez y Aquaman se vuelve un rudo simpático. Contradictoria y neurótica, la película se vuelve más liviana e incluso leve, fugazmente divertida. Como si el porcentaje Whedon estuviera concentrado en la última media hora, la culminación se da no con una sino con dos escenas pos créditos.
Después de la muerte de Superman -Henry Cavill-, el caos amenaza con instalarse en todo el planeta en este nuevo eslabón del universo DC dirigido por Zack Snyder -Batman vs. Superman: El amanecer de la justicia-. En esta entrega, el malvado Steppenwolf y sus alados secuaces se alimentan del miedo para fortalecerse y, para poder combatirlo, Bruce Wayne/Batman -Ben Aflleck-, ayudado por el siempre fiel ayudante Alfred -Jeremy Irons-, recluta a un equipo de metahumanos: Mujer Maravilla -Gal Gadot-, Aquaman -Jason Momoa-, Cyborg -Ray Fisher- y Flash -Ezra Miller- para formar un verdadero escudo contra el Mal. La aventura de Liga de la Justicia comienza de manera atrapante con la acción de cada uno de los populares personajes, que son el corazón de la propuesta y los que mantienen el interés de una historia que no ofrece demasiadas sorpresas, pero que cuenta con el marco de un ritmo endemoniado y parafernalia visual. A la hipnótica presencia de Gadot como Wonder Woman, se suman el histrionismo y la gracia de Ezra Miller en su papel de Flash, entregando frescura a mucha de las escenas. Por su parte, Ben Affleck, algo mayor para el personaje de Batman, imprime solemnidad y desgano a su criatura nocturna. La acción se alterna entre Ciudad Gótica, Metrópolis, la isla de las Amazonas y un mundo amenazado en el que los civiles se ven desprotegidos ante criaturas sobrenaturales. El guión escrito por Joss Whedon y Chris Terrio une los caminos de estos superhéroes en una historia que combina acción, persecuciones, escapes y muchas peleas cuerpo a cuerpo, pero la magia del CGI le juega en contra a personajes que pierden carnadura, como es el caso del villano de turno. La película se guarda una sorpresa y permite el desfile de secundarios como Luisa Lane -Amy Adams-, la madre de Clark Kent -Diane Lane- y el comisionado -J.K Simmons-, además de dos escenas post créditos que adelantan lo que vendrá. Los fanáticos de DC encontrarán lo que buscan en esta película en la que el combo hace lo suyo.
El universo de DC hace años que viene fallando en su intento de emular al universo cinematográfico de Marvel. Quizás ahora que los muchachos de la gran M empiezan a fallar y a parecer cómicos standaperos en desgracia, DC con productos de apenas 6 puntos pueda comenzar a equiparar la ecuación. Después de la gran película que fue Wonder Woman, llega con mucha expectativa Liga de La Justicia. Y lo hace con mucho hater preparado a odiarla y mucho fanboy preparado a defenderla. Aquí es donde radica el tema. Esta crítica en cuestión es eso, una review de una película. No examina un universo, o cuán acertados son tales o cuales personajes. Y ahí es donde Liga De La Justicia puede encontrar un camino, al menos medianamente favorable. Un Cortometraje de dos horas: Estructuralmente hablando, Liga de la Justicia parece un cortometraje de dos horas, como diría alguien por ahí “agarra y empieza”. Esto que en otra película sería una falta severa y grave, aquí no lo es tanto, ya que corta lo que presumiblemente era un primer acto tedioso con olor a Snyder, y nos mete de lleno en la acción del segundo acto con olor a reshoots de Whedon. Y está bien. No obstante, siguiento la línea de coherencia de la review, Liga de La justicia es una película mediocre. No hay vueltas. No se puede ocultar. A nivel argumental y a nivel cohesivo. Se notan los huecos que dejó el reducirla a dos horas, se notan las costuras de las manos de dos directores. Sin embargo cumple con su único objetivo como película mainstream: divierte. Divertime que me gusta: Liga de la Justicia, pese a todos sus defectos, cumple con el sagrado precepto de entretener. La acción es uno de sus puntos altos, y si bien algunos CGI se ven un poco… MAL, son sus personajes quienes mantienen arriba la peli. Bats ya está comprobado que funciona con la conducción de Affleck, lo mismo pasa con la Diana de Gal Gadot. Cyborg es discreto y Momoa compone un Aquaman sacado y con mucho caracter, realmente una buena adisión. Flash es el que más aguas divide. Y la verdad que en cierto punto no entiendo a los fans. Se la pasaron quejándose del universo oscuro que heredamos de Nolan y su gran trilogía. Está bien, DC se pasó de rosca con el ASCO de Suicide Squad, pero creo que Flash es un personaje necesario. Es el comic relief necesario en DC, un tipo capaz de hacer sonreir a Batman no sobra en ningún equipo. Hay que dejar el odio de lado, ver la peli como entretenimiento, y realmente entretiene. Conclusión: Sin brillar y sin sobrarle nada, Liga de la Justicia cumple con lo que promete, entretiene. Sus personajes llevan adelante la historia, y si bien sufre de tener un antagonista flojo y WB realmente “pecheó” cuando podía hacer la épica e introducir más personajes necesarios y estelares de lo que “debería” ser una Liga de la Justicia, no es un desastre. Hay lugar para mejorar, hay guiños a esos otros personajes a los cuales hago alusión, y por ende hay esperanza a que haya una mejor liga de la justicia en el futuro. Liga de la Justicia cumple con lo justo, y eso es bueno. A los Marvelianos acostumbrados a morfarse los créditos, les digo quédense que hay dos escenas post creditos. Por otro lado, aquellos que vayan con expectativas por haber visto “ciertas” escenas en los trailers, les comento que muchas de ellas no están en la película, incluida la de Alfred hablando con alguien que no vemos, escena que despertó MIL conjeturas. Como dije, “pechearon”.
Los superhéroes no entretienen como antes Superman ha muerto, y la noticia empieza a traer personajes desagradables a la Tierra para aprovechar su desaparición y tomar el poder. Pero Batman, que aún se siente culpable por la muerte de su colega, empieza una campaña para unir a todos los superhéroes y defender nuestro planeta. El problema con la "Liga de la Justicia" es que, en este caso, la unión no hace la fuerza. La participación de algunos superhéroes funciona mejor que la de otros, y así es que cómo la Mujer Maravilla ya se encuentra cómoda dentro de la historia desde la película anterior (en la que Superman peleaba con Batman), también está Flash que aparece solamente para hacer chistes bobos (algunos muy divertidos, eso sí), y Cyborg, que no se siente a gusto en su cuerpo biónico, no aporta demasiado. El que tiene un par de escenas buenas es Aquaman, dado que Jason Momoa es un buen actor y está más suelto que el mismo Ben Affleck, quien tal vez nunca debió personificar a Batman. En todo caso la búsqueda y unión de superhéroes para enfrentar al malvado Stepenwolf (Ciaran Hinds, otro buen actor desaprovechado) termina fragmentando la historia en una serie de anécdotas y luchas llenas de efectos especiales, pero no siempre interesantes. Por más que le duela a CD Comics, los Avengers de Marvel funcionan mejor.
La Liga de la Justicia consolida el renacimiento cinematográfico de la compañía DC en el cine, que meses atrás se inició con Wonder Woman. En esta producción hubo un enorme esfuerzo de los realizadores por corregir el tono de la historia y todos esos elementos que se le habían objetado a Batman Vs. Superman. El resultado es una celebración del género que nos permite disfrutar a estos legendarios personajes desde la vereda del sol. Atrás quedaron los conflictos deprimentes y simbolismos teológicos para brindar una propuesta de fantasía y aventuras que se acerca más a su fuente original e inclusive evoca el espíritu que tuvo la Liga en las series animadas de Bruce Timm. De hecho, durante varios momentos del este film sentí que estaba viendo un capítulo extendido de Justice League: Unlimited y valoro el hecho que los realizadores no tuvieran reparos en mimar un poquito a los lectores de cómics. El director Zack Snyder, con la colaboración de Joss Wedon, en este caso presenta una película que retrata con más fidelidad los valores esenciales de cada personaje y hay momentos muy emocionantes. En mi reseña deBatman vs. Superman había mencionado que el problema con el Hombre de Acero no era Henry Cavill, sino el enfoque que le daba Snyder al superhéroe. Algo que se termina por confirmar en esta película. Cuando Snyder permite que Superman se comporte como Superman, en lugar de presentarlo como un emo torturado e inseguro, la magia del kriptoniano renace otra vez. En la Liga finalmente podemos ver a Cavill divertirse más con el personaje, quien asume el rol de liderazgo que le corresponde en esta franquicia con algunas escenas fabulosas. Lo mismo ocurre con Batman, donde Ben Affleck se consolida con la encarnación más comiquera del cine. Ese perfil de sociópata sanguinario, que estaba más cerca del Punisher que del justiciero de Gotham, quedó erradicado y su personalidad evoca al Bruce Wayne de la historieta. Wonder Womanpor su parte toma más protagonismo de lo esperado en la historia y si bienGal Gadot brinda otra gran interpretación se percibe un leve cambio en el retrato de la heroína. Si Patty Jenkins hubiera estado a cargo de esta producción dudo mucho que su cámara enfocara en primer plano el trasero de la actriz como lo hace Snyder en este film. Algo que me dio gracia porque esto sucede también en los cómics según el artista que ilustra a la princesa amazona. Entre las nuevas incorporaciones, Jason Momoa la rompe con un extraordinario Aquaman que está en perfecta sintonía con el presente excepcional que vive el personaje en la historieta. En este punto se nota una gran influencia de Geoff Johns, guionista estrella de DC, quien se desempeña como director creativo de Warner Bros en esta franquicia. Lo que ocurre con la Liga es que a diferencia de las recientes producciones de Marvel, uno se sienta a ver la película y reconoce la esencia pura de estos superhéroes. La mano de Johns se nota mucho en este tema y por eso la experiencia logra ser tan amena. Cyborgtuvo el mismo tratamiento y el actor Ray Fisher logra una fiel representación de su papel, que captura la personalidad del héroe en el cómic de los Titanes escrito por George Pérez. La Liga le queda grande al personaje pero al menos es funcional al grupo y la verdad que no molesta. No puedo decir lo mismo de Flash que en mi opinión es lo más decepcionante de la película. Es difícil comprender por qué convirtieron a Barry Allen en Peter Parker cuando Aquaman y Cyborg mantuvieron sus personalidades originales. Ezra Millercompone un Flash inocente e inseguro, víctima del "Síndrome Richie de It", donde no para de hacer chistes en toda la maldita película. Las encarnaciones del personaje que se vieron en la televisión hasta la fecha son completamente superiores y por ese motivo el enfoque del héroe en este caso hace ruido. El tema con Miller es que cuando deja de hacerse el gracioso y entra en acción tiene momentos formidables. Su personaje se llama Barry Allen pero en realidad es el Wally West de la serie animada Justice League: Unlimited. Otro elemento donde se nota la influencia de Bruce Timm. Aclaro que a Flash no lo detesté para nada como al Thor idiota de Chris Hemsworth, pero es el personaje nuevo que menos me entusiasmó. Simplemente me hubiera gustado ver al Barry Allen original, eso es todo. Joss Whedon y la música de Danny Elfman. Aunque la Liga es una película de Zack Snyder la intervención de Whedon se percibe especialmente en tratamiento del humor y los diálogos. Algunos chistes funcionan mejores que otros (por lo general los malos son los de Flash) pero hay un balance impecable en esta cuestión y el film nunca entra en el terreno de la comedia. Toda la interacción entre los héroes está muy bien trabajada y el director de los Vengadores contribuyó a equilibrar esa oscuridad y pesimismo que tenían previamente los trabajos del director. En lo referido a los aspectos más técnicos está es una obra de Snyder donde sorprende con algunas escenas impactantes. La invasión de Steppenwolf a la isla Themyscira y el combate con las amazonas se destaca entre las mejores secuencias de acción que vi este año en el cine. Finalmente podemos ver a la reina Hipólita (excelente Connie Nielsen) en un rol destacado y lo mismo ocurre con la breve escena en Atlantis donde Amber Heard presenta una impecable caracterización de Meray nos deja entusiasmados para ver más de ella en la película de Aquaman. El impacto de ver a todos estos personajes juntos logra ser emocionante y creo que en esto jugó un papel importante la música de Danny Elfman. Su banda sonora potencia ese sello comiquero que tiene el film de un modo especial. Si no te emocionás cuando suenan las melodías de la película de Batman de Tim Burton y del Superman de Richard Donner esta temática no es lo tuyo. Son momentos sutiles pero muy poderosos por la carga emocional que acarrean. Especialmente después de la decepción que había sido Batman vs. Superman. Debilidades y objeciones de la Liga de la Justicia. Si bien el entretenimiento que ofrece la película de Snyder es contundente, el film está lejos de ser perfecto y tiene algunas fallas que sería ridículo ignorar. Un gran problema que afecta a la Liga es que la trama se desarrolla de un modo muy acelerado y apenas le da respiro a los nuevos personajes para que puedan presentarse con mayor solidez. Muy especialmente en el primer acto, antes que se forme la agrupación, se nota que este film fue masacrado en la edición. Ezra Miller confirmó hace unos días en una entrevista que Snyder había filmado una escena donde Barry exploraba su conexión con la fuerza sobrenatural que le otorgaba los poderes al personaje y quedó afuera de la película. Es decir que el director exploró mejor a los nuevos superhéroes pero la decisión de Warner en presentar un film que no superara las dos horas afectó bastante su narración. El conflicto central también se resuelve muy rápido y la gran amenaza del villano termina siendo intrascendente. La Liga tampoco pudo escaparle al gran talón de Aquiles que tiene el género en el tratamiento de los antagonistas. Al igual que ocurre con los filmes de Marvely otras propuestas de DC, el malvado Steppenwolf si bien es funcional a la historia no tiene una presencia relevante y su papel es olvidable. El tema es que la película tenía que enfocarse en la reunión de los héroes, la presentación de los nuevos personajes y la resolución de la muerte de Superman en apenas dos horas. Se hace imposible con esa limitación de tiempo que encima el villano tenga un mayor desarrollo. Demos gracias que al menos Steppenwolf no tiene monólogos de stand-up. Por otra parte, como ocurrió con todas las superproducciones de este año, con excepción de El planeta de los simios, la calidad de los efectos digitales es bastante irregular y hay varias escenas que no quedaron muy bien y se ven artificiales. Snyder se maneja bien con la acción en pequeña escala en las escenas que retrata peleas con los superhéroes, pero cuando las batallas adquieren una mayor dimensión, la calidad del CGI atenta bastante contra su obra. La Liga no es perfecta y se le puede objetar también algunas cuestiones argumentales, pero con todas sus fallas es una película que tiene el corazón en el lugar indicado y no puedo dejar eso de lado. Después de ese exponente infumable de idiotez que fue Thor: Ragnarok, con esta producción me permito tener ciertas indulgencias por el cariño con el que aborda los personajes y el tremendo entretenimiento que brinda. Hay un montón de cosas para mejorar pero la franquicia está bien encaminada y te deja con ganas de ver más. Recomiendo quedarse hasta el final de los créditos finales ya que hay dos escenas adicionales. Sin revelar detalles puedo mencionar que en la primera incluyeron un lindo homenaje comiquero que robará varias sonrisas y la otra se concentra en hechos que se desarrollarán en el futuro. Si son seguidores de estos personajes en los cómics no vayan a buscar la película perfecta. Déjense llevar por esta reunión histórica de superhéroes que durante muchos años fue un sueño inalcanzable. Ahora que se concretó hay que disfrutarla en una pantalla de cine con todas sus virtudes y debilidades por lo que realmente es; una celebración cinematográfica de todo lo que amamos en el mundo DC.
¿Cuántos superhéroes se necesitan para salvar al universo? Al parecer, al universo cinematográfico de DC no lo salva ni la Liga de la Justicia, pese a la presencia escénica de Wonder Woman, el carisma de Aquaman y el intento -a veces fallido- de humor de Flash. La Liga de la Justicia reúne dos íconos sobreactuados (Affleck y Canvill), un modelo feminista (Gal Gadot), un Thor acuático (Jason Momoa) y dos superhéroes que no podrían sostener sus propias películas (Miller y Fisher). Eso sí, DC supera a Marvel en algo, La liga de la Justicia tiene el peor villano que se haya visto en un film basado en cómics. Otra vez, Zack Snyder nos abruma con una trama pobre y efectos CGI redundantes. Un poco de ligereza en el guión hace la experiencia más llevadera, pero no alcanza. El guión de Chris Terrio y Joss Whedon (basado en una historia de Terrio y Snyder) muestra a los miembros de la Liga de la Justicia como un grupo de inadaptados sociales que necesitan aprender el valor del trabajo en equipo para salvar al mundo. Pero aunque la historia es un tributo a la fuerza de la colaboración, la película en sí es un ejemplo de como demasiadas visiones creativas pueden arrastran un proyecto en direcciones opuestas. Ambos Snyder y Whedon han realizado buenas películas basadas en comics por separado; en conjunto, sus habilidades se anulan, la predilección de Whedon por el humor socava el tono grandilocuente de Snyder. Sus estilos simplemente no se cuadran. A medida que la Liga se une, la película se desmorona. Gadot sigue siendo todo un modelo de virtud como la Mujer Maravilla, pero aquellos que apreciaron cómo en su película la directora Patty Jenkins se negó a tratarla como un objeto sexual, probablemente notarán que Snyder y Whedon caen en el cliché de tomarla desde ángulos de cámara semi voyeurísticos. Affleck, por su parte, se ha relajado un poco desde Batman v Superman, pero su Bruce Wayne sigue luciendo obligado a regañadientes a salvar al mundo, tal vez sea un espejo de como se siente el actor de tener que interpretar al encapotado. Liga de la Justicia es una actualización del universo DC que busca encauzarlo con toques de humor. Sin embargo, una película que pretende ser la culminación de un clásico de DC parece en cambio una preparación para otra secuela. El signo de los tiempos, un cine serializado incapaz de crear una historia autoconclusiva.
Uno de los eventos cinematográficos más grandes del año, La liga de la justicia, de Zach Snyder, presenta un entretenimiento divertido, ágil, aunque algo flaco. En esta carrera par a par que llevan la factoría Disney/Marvel – Warner/DC, los primeros desde el 2012 contaban con una ventaja, haber unido a todos sus superhéroes en una misma película multiestelar. "Los vengadores" se convirtió en objeto de deseo y satisfacción para todo el público comiquero que quiere ver a sus personajes preferidos en la pantalla. A DC le llevó más tiempo, comenzó con El hombre de Acero a armar su propio universo conectado, y ya el año pasado amagó el multievento con "Batman Vs Superman" para finalmente rematarla con lo que hace años se viene esperando, "La liga de la justicia". Durante este tiempo los fans a favor y en contra se hicieron oír. Mientras que a Marvel la taquilla le sonreía más, a DC, según los seguidores le quedaban cosas por aprender. La Liga de la Justicia tiene como propósito principal ese contento, intentar darle a su público lo que buscaban y les reclamaban. A diferencia de "El Hombre de Acero", "Batman vs Superman", y un poco menos "Mujer Maravilla", "Liga de la justicia" resulta un film liviano, pasatista, que tiene por meta principal entretener antes que ser una película enorme. En definitiva, ser el tanque de temporada y a esperar el próximo. Algo similar a lo que ocurre con las películas de la vereda de enfrente. Olvídense de los planteos filosóficos-morales, de la épica enorme, del despliegue fotográfico para enamorar los ojos, y de las historias con varios ribetes, Liga de la justicia va al grano. Ubicada inmediatamente después de los hechos de Batman vs Superman, todavía se lamenta la desaparición de Superman (Henry Cavill). Batman (Ben Affleck) y Wonder Woman (Gal Gadot) intentan reorganizarse, pero la amenaza de un nuevo ataque, posiblemente alienígena, está latente. tanto, una nueva fuerza renace en Temiscira ante los ojos horrorizados de las Amazonas. Steppenwolf (con la voz de Ciarán Hinds), un conquistador de tierras que convierte a todos en temibles criaturas nocturnas, despierta y solo quiere conseguir unas “cajas con poder” suficiente como para dominar todo el planeta. Batman y Wonder Woman no podrán enfrentarlo solos, y deberán reclutar a quienes ya habían investigado en la anterior película. Así, harán su aparición Flash (Ezra Miller), Aquaman (Jason Momoa), y Cyborg (Ray Fisher), cada uno con una carga histórica y una personalidad diferente. Esto es lo que hará Liga de la justicia, crear un grupo heterogéneo. De este modo, su tono es balanceado. Batman es la seriedad, Wonder Woman el toque old fashion, Aquaman la arrogancia, Flash la comicidad, y Cyborg lo sombrío. ¿Y Superman? Habrá que verla para saber qué es lo que sucede. El guion de Chris Terrio y Josh Whedom (integrado a último momento) plantea la típica unión de fuerzas y presentación de personajes. Durante la primera hora el film se resiente con una edición algo entrecortada, a la que le falta cohesión. Son escenas sueltas, cual viñetas, que van saltando de escenario en escenario, preparándonos para lo que vendrá después. Luego, llegará la hora de la acción y la aventura, y ahí sí, la propuesta terminará por definirse. Los personajes están bien delineados, y aunque los ya conocidos tienen mayor peso en la historia, los nuevos tendrán su lugar de lucimiento en la película, y de importancia en la historia global que se plantea. Hay guiños para los fanáticos, y escenas para bajar el ritmo y que no todo sea un martilleo. También encontraremos bastante humor y referencias a la cultura pop tan de moda, pero nunca se configura como una comedia, ante todo es un film de aventuras y acción. El villano y el rubro visual quizás san sus puntos menos destacables, Steppenwolf no será un villano memorable, Como sucedía en X-Men: Apocalipsis, es más lo que se dice de él que el temor que infunde. Recargada en efectos visuales, aun en momentos en los que no hubiese sido tan necesario (sobre todo en una escena puntual cerca del final), visualmente luce algo plástica. Se viene diciendo desde hace rato, la sobrecarga de CGI está perjudicando al cine de gran presupuesto. Zach Snyder (y luego Josh Whhedom para retoques de último momento) armó una película sin grandes pretensiones, que no se complejiza, y ofrece dos horas que pasan rápido y se disfrutan como un buen divertimento. No subestima a su público y tiene en cuenta a los fans. Si es verdad que hace décadas se espera una película en la que estos héroes se reunieran, Liga de a justicia es menos enorme y sustanciosa de lo que pudo haber sido. Aun así, es un producto que no decepciona.
El DCEU (DC Extended Universe) desde el estreno de El Hombre de Acero poco a poco se fue fortaleciendo, con algún que otro tropezón en el camino (Escuadrón Suicida), pero luego levantándose con grandeza (Mujer Maravilla), ahora llega la tan esperada película de la Liga de la Justicia, un film en donde los máximos exponentes de DC Comic unirán fuerzas por primer vez en la gran pantalla en una película que promete quedar en la historia. Tras el deceso de Superman, la humanidad ha perdido ese símbolo de la esperanza que veían reflejado en el hombre de Krypton, ahora sin su presencia física, Bruce Wayne junto a Diana Prince están en lo búsqueda de personas con habilidades especiales, entre estos nuevos reclutas esta Barry Allen, un joven con la capacidad de correr a máxima velocidad, Arthur Curry, un hombre capaz de controlar el agua a su antojo y Victor Stone, un joven que tras un accidente quedo convertido en un ser mitad maquina, mitad humano, este es el equipo que evitara una futura invasión alienígena que se aproxima a nuestro planeta, dicha invasión está liderada por Steppenwolf junto a una horda de Parademons, que están en busca de las Mother Box para sembrar el caos en la tierra. Liga de la Justicia es la película que finalmente junto a sus principales héroes en un misma cinta por primera vez y el resultado es más que satisfactorio, no hay manera de describir la alegría que fue verlos a todos ellos juntos, un sinfín de emociones me invadieron, es cierto que en “Batman v Superman: El Origen de la Justicia” la historia era más narrada con algún que otro momento pochoclero, pero eso era solo una introducción a lo que estaba por venir. Los amantes comiqueros saldrán más que satisfechos de la sala viendo una película que no defrauda en ningún momento y que se disfruta de comienzo a fin. Si la aparición de Batman en la anterior cinta hizo que se te erizara la piel, acá transmitirá el doble de sensaciones gracias a la buena interpretación de Ben Affleck, Gad Gadot como Mujer Maravilla continúa siendo esa mujer que inspira a sus pares, desde que se anuncio a Ezra Miller como Barry Allen/Flash tuvo mi aprobación de manera inmediata, el personaje suyo es de los mejores de la cinta, aportando por momentos su inocencia y su humor característico, tuve mis dudas con respecto a Jason Momoa y Ray Fisher, el primero me gusto el estilo que se le dio, mientras que a Fisher como Cyborg al comienzo me molestaba su actitud de siempre parecer que sufre, por suerte en el segundo tramo de la cinta el personaje cambia totalmente para bien, el personaje del que nada pudimos ver en los afiches y tráiler promocionales vuelve y es digno de aplausos, un regreso con gloria para uno de los personajes más importantes en la historia de los comics; Ciaran Hinds poniéndole la voz y el cuerpo a Speppenwolf esta mas que bien, sus razones no quedan bastante claras, eso uno de los contras en la cinta. Zack Snyder tuvo que dejar la dirección de la película en sus últimas instancias por problemas personales, en su lugar llego Joss Whedon (Los Vengadores) que termino agregando algunas escenas extras y encargándose de la postproducción, también se lo nota en el tono de la película, hay escenas que son muy características del visionado de Zack Snyder, como por ejemplo ver a Batman arriba de una gárgola, pero también se nota la mano de Joss Whedon, posiblemente aportando alguna que otra escena de humor. La ausencia de Hans Zimmer y Junkie XL se nota, en su lugar llega Danny Elfman, un tipo que la tiene bastante clara en este género, pero particularmente no ofrece nada novedoso, apela un poco a la nostalgia con las partituras del Batman de 1989 de Tim Burton y con la música de John Williams para con el Superman de Christopher Reeve, buena jugada por parte del compositor, pero no está a la altura de lo que los ofreció la anterior dupla en “Batman v Superman: El Origen de la Justicia”. La edición y el CGI tampoco fue del todo bueno, se nota que quedo mucho material afuera, crucemos los dedos para cuando salga la edición para coleccionistas tengamos una versión con todo ese material dejado de lado, en cuanto al CGI solo me molesto en dos o tres momentos. En definitiva, Liga de la Justicia es la película de DC que tanto necesitábamos, llego para quedarse, una cinta con grandes momentos de acción y con humor sin caer en lo ordinario, con personajes más que interesantes y un regreso triunfal para el héroe de la capa roja, atentos que hay dos escenas postcreditos, una bastante simpática haciendo referencia a un comic y la otra totalmente inesperada y sorprendente.
La Liga de la Justicia es un caso raro donde, a pesar de estar presentes todos los elementos destinados a fracasar (múltiples guionistas, cambios a último momento, problemas de producción, etc), el producto final funciona, a fuerza de entretenimiento capaz de distraer sus torpezas. Parece apenas un decente y mediano logro, pero es mucho más que eso: vale recordar que su pariente más directo, Batman v Superman, fue un desastre de monumentales proporciones, que recién pudo ser corregido cuando su colega Mujer Maravilla (Wonder Woman) supuso un éxito de crítica y público, también a principio de este año. De claro corte Marvel a la hora de mezclar historias (nos referimos únicamente al cine, ya que en historietas fue DC -nobleza obliga- quien inició la propuesta), La Liga de la Justicia es un rejunte de superhéroes que deciden unirse para salvar al mundo de…. alguien. Vaya uno a saber quién o quiénes, porque no tenemos tanta información al respecto como para retenerla: resulta que hay un tal Steppenwolf que destroza mundos porque, aparentemente, está enojado. Eso es todo lo que debemos saber. Sí, seguro, el personaje es más interesante en versión papel y tinta, pero aquí no tiene desarrollo como para que lleguemos siquiera a comprender la magnitud de su ira. Ira que, lógicamente, no puede ser controlada por tan sólo un superhéroe sino varios, y ahí es donde impera la necesidad de desarrollar una Liga de la justicia. Ben Affleck repite su rol como Batman, artífice de esta reunión de consorcio de talentos extraordinarios, y lo hace ya no desde la solemnidad sino desde un costado más ameno y comprensivo. Tiene sentido: su oscuridad y resentimiento, en parte, llevaron a la muerte de Superman en el anterior capítulo, y el hombre no puede más que sentirse culpable y querer remediar este hecho. La Mujer Maravilla (Gal Gadot) no tarda en razonar la propuesta de Bruce Wayne, mientras que Aquaman, (Jason Momoa) que por fortuna hace mucho más que hablar con los peces, y Cyborg (Ray Fisher) no parecen del todo convencidos. Sí lo está, por otro lado, Flash, que en verdad lo hace porque realmente necesita amigos. No es ningún spoiler adelantar que Superman terminará siendo también de la partida (está en el afiche del film, no hay excusa para irritarse) y que su rol será clave a la hora de dar por concluida la ira de Steppenwolf. Zack Snyder dirige pero con la ayuda de Joss Whedon, quien abordó el proyecto tras complicaciones personales del primero, y también metió mano en el guión. Whedon, conocedor de las historias multiprotagonistas (es, después de todo, el responsable de los Avengers), corrige así un poco el rumbo que DC venía tomando a la hora de entremezclar personajes. Uno de los problemas del film, sin embargo, es que por momentos se nota el cambio de tono: podemos decir con precisión qué partes corresponden a Snyder y qué momentos tienen el sello de Whedon, aunque afortunadamente nunca llegan a molestar, en una película donde siempre está pasando algo.
Diez años tuvieron que pasar desde el intento fallido que supuso Justice League Mortal -la película que iba a marcar la primera adaptación para la pantalla grande de la Liga de la Justicia, a manos de George Miller– hasta Justice League, el film de Zack Snyder que al fin presenta al team up de héroes de DC Cómics. Esta reseña no va a detenerse en el circo mediático que acompañó a la película, sino que es acerca de ella.
Después de mucho tiempo de espera –vidas enteras para muchos fanáticos-, La Liga se unió. Hoy llega a los cines la esperada Justice League de Zack Snyder, con la colaboración de Joss Whedon para completar un estimado 20% del film, dado que por razones personales el realizador no pudo finalizar el proyecto por su cuenta.
Con más humor que Batman vs. Superman y Wonder Woman, la reunión de los superhéroes de DC Comics apuesta por un argumento lineal y consigue, entre el tsunami de efectos digitales y espasmos de acción, entretener y divertir -con acento en Flash-, durante dos ruidosas horas. Un reglamentario preparatorio para la secuela.
El club de los superhéroes solitarios La esperadísima Liga de la Justicia no tiene nada que se salga de la fórmula ya probada en Batman v Superman: El origen de la justicia y Mujer Maravilla. Como aquellas dos, es una película despareja, con algunos pocos momentos de inspiración y muchos donde el bochinche de efectos especiales, los diálogos intrascendentes y las situaciones ligeramente estúpidas ganan la batalla. El director Zack Snyder es un consagrado esclavo de Hollywood que hace lo que puede. Más no se le pude pedir. Lo que resta por decir también se ha dicho antes. La distribución de los planos, la estructura argumental, las escenas de acción, la historia son muy parecidas a las de anteriores entregas de DC. La lucha de los superhéroes contra el villano poderosísimo de turno es el centro de la trama. Lo único que cambia son las motivaciones de los villanos, aunque no tanto. Con su casco con cuernos y su enorme hacha de fuego, el gigante Steppenwolf viene de otra dimensión en busca de las Cajas Madres para dominar el mundo. El personaje luce amenazador e invencible, aunque predecible y algo torpe, casi como el resto. Una de las constantes de las megaproducciones de DC es el grosero trazo grueso, la notoria tosquedad con que delinean a sus protagonistas, siempre al borde del ridículo. La novedad es justamente la incorporación de los nuevos personajes: Barry Allen/Flash, Victor Stone/Cyborg y Arthur Curry/Aquaman. La expectativa estaba en ver cómo quedaban ensamblados en la historia. Snyder no se complica: dedica la primera hora de la película a presentar a cada uno de los integrantes de la liga, como sucedía en Escuadrón Suicida (David Ayer, 2016). Acá también la presentación es anodina y rutinaria, pero lo que salva del aburrimiento absoluto a ese primer momento es la gracia joven de Flash (el más inocente, ocurrente y curioso de todos), interpretado por un convincente Ezra Miller. En la segunda parte, dedicada al enfrentamiento de la liga contra Steppenwolf y su ejército de bicharracos voladores, los efectos computarizados están a la orden del día. Snyder dosifica con mucha cautela el humor y las escenas de acción, quizás los dos elementos más destacables de la película, acertando al alejarse de los productos humorísticos de la marca Marvel. Pero Liga de la Justicia desaprovecha algunos elementos que hubieran enriquecido la historia. La escena en la que el Hombre de Acero se enfrenta a sus propios compañeros es un momento que no está lo suficientemente aprovechado. La trifulca se resuelve rápidamente y de manera mecánica y simplona. Las actuaciones también son débiles: Ben Affleck tiene cara de piedra y un cuerpo trabado, casi inamovible (y en ningún momento se nota la aflicción que supuestamente siente por lo que está sucediendo). Y lo mismo pasa con Gal Gadot, que siempre está posando para el GIF. De todas maneras, lo importante de la película es su costado más lúdico, esas luchas de los personajes que se parecen mucho a cómo hacíamos pelear a los muñequitos con los que jugábamos en la infancia. Liga de la Justicia es eso, un juego cinematográfico para niños adultos. Y es también, o por eso mismo, una correcta película olvidable de superhéroes.
El universo DC se sigue expandiendo tratando de alcanzar el universo de Marvel, compitiendo contra este y…quedándose en el camino. El ritmo parece ser dos por año, el año pasado Escuadrón y Batman Vs Superman. La primera bastante más baja que la segunda. Este año WW y JL, al contrario del año pasado la primera es mejor que la segunda. No es una mala película, pero conociendo al universo DC en pantalla grande (amo el de pantalla chica) fui con las expectativas a un nivel medio/bajo y por suerte no salí decepcionado. Con mucho más humor que BvsS, la mayor parte a cargo de nuestro velocista amigo (me gusta mucho más Gustin) quien no está mal, pero no me gusto el enfoque que le dieron. Gal que la sigue rompiendo con su Mujer, Affleck que para mí hace un excelente Batman (hay que entender que no es el Batman de 20-25 años, ya lleva 20 siendo el murciélago, y esto hace que su Batman sea interesante). Momoa que hace bien su Aquaman pero le faltó exprimirlo más en esta película. Fisher que interpreta a Cyborg lo hace bien, y nos queda Superman. Su actuación fue empeorando a lo largo de las películas. En ésta última, no le creo nada. Voz demasiada forzada y expresiones que me hacen acordar a Joey Tribbiani (smell the fart acting), está claro que no van a hacer un nuevo casting, esperemos que mejore Cavill. Buenas escenas de acción, con algunas resoluciones fáciles, pero las peleas están bien, los slow motion con la velocidad de Barry, las escenas bajo el agua con Arthur. Interesante forma de “introducir” algunos personajes que sólo aparecieron en foto anteriormente. Buena banda sonora que acompaña y a veces desentona. El CGI que se vuelve obvio por momentos, una película con un gran presupuesto no debería tener este tipo de problemas. Algo que me molestó durante toda esta espera de la película fue que WB intente hacerse el misterioso con la resurrección de Superman. Todas las personas que siguen la película, saben que es algo que iba a pasar. Mi recomendación: Buena extensión del DC universo, los que gustan de los comics, véanla en el cine de ser posible.
Ligas menores Si bien al encontrarse con una película se debería dejar de lado los rumores previos que circulan sobre el rodaje y juzgar lo que ve sin condicionamientos, en el caso de La Liga de la Justicia es imposible mirarla y no pensar en un artefacto problemático y armado a pedazos, como un Frankestein salido de directores diferentes y de un estudio desesperado por entregar un producto lo más complaciente posible para llenarse los bolsillos de plata y hacer más secuelas y spin-offs. Después del fracaso critico de Batman vs Superman y de El Escuadrón Suicida (con La Mujer Maravilla apenas aprobando), el universo cinematográfico de DC se propuso hacer una suerte de corrección de rumbo, lejos del tono operístico y solemne de aquellos films y emulando más al vecino de enfrente: los superhéroes coloridos y felices de Marvel. Difícil encontrar esa ligereza en el director Zack Snyder, encargado de la mayor parte de las películas de la compañía y propenso a un fuerte estilo visual, con cámaras lentas y planos calcados de los cómics, y a los diálogos y las actuaciones tan serias que bordean el ridículo. Al parecer una tragedia familiar hizo que Snyder se aleje del proyecto a poco de iniciada la post producción, llevando a que Warner Brothers contrate al marveliano Joss Whedon para que entregue su conocido toque de ingenio y camaradería entre héroes que llevó a Los Vengadores a convertirse en un éxito mundial. El problema es que mientras en aquella película ya sabíamos quiénes eran Thor, Iron Man y Capitán América antes de que se unieran, en La Liga de La Justicia se nos presenta a personajes como Aquaman, Cyborg y Flash que, sin películas previas, aparecen poco desarrollados, mientras que el Batman de Ben Affleck se ve demasiado perdido y teniendo que compartir pantalla con otros superhumanos, y La Mujer Maravilla solo aporta su belleza y grandes dotes para las luchas cuerpo a cuerpo. Pero lo peor de La Liga de la Justicia, además de su diseño visual lleno de fondos falsos y del exceso de animación digital, es su villano, una suerte de Dios todopoderoso llamado Steppenwolf que quiere conquistar el mundo haciéndose de tres “cajas madre” (no es chiste, esto). Su look salido de un videojuego medieval, sumado a sus patéticos monólogos sobre el fin de la humanidad, resumen todo lo que está mal con La Liga de la Justicia, que más que una película parece algo hecho de compromiso por un comité para salvar las papas a último momento. Batman vs Superman era flojísima, pero al menos se trataba de una película de un director con una visión particular del mundo de los superhéroes. Ni eso se puede encontrar en este producto de Cajita Feliz.
Crítica emitida por radio.
Quisiera un Avenger La película que reúne a los héroes más importantes de DC Comic está un escalón por encima de "Batman V Superman", pero no logra la solidez de los productos de su competidora Marvel Bruce Wayne / Batman y Diana Prince / Mujer Maravilla encabezan un equipo de superhéroes en el que reclutan a Flash, Aquaman, Cyborg y el resucitado Superman para combatir al poderoso Steppenwolf, un villano decidido a destruir el mundo. Ben Affleck en la piel del "hombre murciélago" luce en este filme un poco más irónico y menos solemne que en su debut frente a Superman. Parece haber una búsqueda de emparentar su personaje más con el millonario, excéntrico y mecenas Tony Stark de la saga The Avengers. De hecho la relación entre Wayne y el joven Flash (Ezra Miller) tiene puntos en común a la que sostienen Stark y Peter Parker. Play Gal Gadot como la Mujer Maravilla sigue siendo uno de los puntos fuertes del Universo DC. No solo porque es bellísima y el personaje parece haber sido confeccionado para ella, sino porque su historia personal y la manera en que se mueve dentro del argumento general es la más sólida y creíble de todo el equipo de superhéroes. Jason Momoa como Aquaman carga de humor y carisma al personaje y la película, pero por momentos parece que está haciendo una parodia del hombre de la Atlántida y no una composición. Alejado del original de los Cómics, es quizás la versión más libre de todos los que componen la Liga. Flash funciona como el "comic relief" de la trama, pero su exceso de chistes y "momentos graciosos, que no causan gracia" lo transforman en un personaje sin fuerza, uno de esos que funcionan mejor cuando no están en escena. Cyborg, sí que es una sorpresa. El menos popular de los integrantes de la Liga, es un ser cargado de angustia, odio, y ganas de redención que compone muy bien Ray Fisher y que termina siendo fundamental para el desarrollo del argumento. El villano, totalmente hecho en CGI, es de los peores que hemos visto en el cine de DC. Artificial, sin mucho atractivo, no resulta ni creíble ni amenazante, parece más salido de un videojuego que de unas páginas de viñetas. Otro punto bajo son los vestuarios: el traje de Flash es literalmente feo, luce como si fuera de otra producción con menor presupuesto. Batman tiene al principio del filme un vestuario poderoso, pero luego en el climax cambia por una especie de armadura que poco tiene que ver con la estética del personaje y que lo hace lucir fuera de forma. Visualmente, se nota un cambio en la paleta de colores, la fotografía sigue siendo fría y oscura, pero con más luz y brillo, en un claro intento por acercarse un poco a la cinta de Mujer Maravilla y alejarse lentamente de la atmósfera cultivada por Nolan. A favor, decir que la música de Danny Elfman recupera la oscuridad y la contundencia de la banda sonora de los filmes de Burton. Las escenas de acción son entretenidas y están muy bien rodadas, y el metraje al no ser extenso hace que el filme se torne llevadero. Para el final, unos renglones dedicados a Superman. Su presencia en la película está poco aprovechada, su regreso a este mundo es poco épico, y no existe en las dos horas de filme ni un solo instante en el que el "Hombre de Krypton" recupere la mística que el personaje desprendía en la piel de Christopher Reeve. Sin diálogos o secuencias ridículas como aquella en la que los dos máximos superhéroes descubrían que sus madres se llamaban igual (¡Marta sos la número uno!), la película es superior a Batman V Superman, pero aún está lejos de la solidez, coherencia y nivel artístico que se espera de esta franquicia.
Épica grupal Se trata de una de las películas más esperadas del año debido a todos los personajes que reúne. En el film, Batman, la Mujer Maravilla, Flash, Aquaman y Cyborg se unen luego de la muerte de Superman. La Liga de la Justicia es una de las películas más esperadas en todo el mundo, no sólo por los fans de los comics, sino por espectadores ajenos, incluso alejados de la temática cinematográfica. Todo esto se debe a que este grupo reunido es una congregación de los superhéroes más conocidos. En la Liga de la Justicia veremos a Batman (Ben Affleck), encargado de reunir a la Mujer Maravilla (Gal Gadot), a Flash (Ezra Miller), Aquaman (Jason Momoa), Cyborg (Ray Fisher) y a... ¿alguien más? La película comienza con el duelo por la muerte de Superman, que sucedió en “Batman vs. Superman” y que fue mencionada en la fallida película “Escuadrón suicida”. El relato es de un mundo sin esperanzas, pues Superman era quien representaba más fielmente ese sentimiento. El sobreviviente de esa batalla, que podía acabar con la Tierra, es Batman, que tras conocer la filosofía de su colega, entiende que no puede trabajar solo todo el tiempo y desea unirse a otros individuos con superpoderes para formar un equipo. Por eso la primera parte de la cinta es una necesaria introducción de esos personajes, de los que se destaca Flash, como el crédito cómico y hace recordar -en odiosa comparación para los fans de DC- al Spider Man de Homecoming, la más reciente del arácnido. El grupo no puede ni siquiera comenzar a conocerse, porque rápidamente tiene que enfrentarse a Steppenwolf, un ser todopoderoso, que reaparece tras miles de años y es un viejo conocido de la tribu de la Mujer Maravilla (Amazonas) y de los familiares de Aquaman (Atlántida), que intentará conquistar el mundo. El villano debe reunir tres cajas que le dan el poder para crear ejércitos del mal y crear el infierno en cada mundo que invade. Esas cajas se encuentran en distintas partes de la Tierra y la tarea de la naciente Liga de la Justicia será que el invasor no llegue a juntarlas. El enfrentamiento será, como siempre en estos casos, apocalíptico, y los superhéroes deberán unir sus fuerzas para salvar a la humanidad. Pero como necesitarán un esfuerzo extra, aprovecharán una de esas cajas que tienen en su poder para “traer” a alguien que los ayudará en esa misión. El filme parece ser más decente por jurisprudencia más que por mérito propio. El Universo DC pasó malos momentos con “Batman vs. Superman” y ni hablar de “Escuadrón suicida”, algo que mejoró con la buena apuesta de “Wonder Woman”, que dio un atisbo de esperanza a la franquicia. En ese contexto, “Liga de la Justicia” parece ser un paso adelante en este saneamiento, aunque padece cuando se la pesa al lado de sus contrincantes de Marvel. Al estar un paso atrás, el ingrediente cómico muy presente en “Liga de la Justicia”, a veces parece forzado porque es el esquema que Marvel convirtió en clásico para humanizar a sus protagonistas. La mezcla es, entonces, la épica casi institucional, pomposa y pedante de los héroes, con un par de gags que los bajan a la tierra, pero que no llegan a equilibrar la estructura, dejándola renga.
Liga de la Justicia es una película desprolija, desarticulada y esquizofrénica. Va un desglose: Steppenwolf, que está hecho completamente por CGI (a pesar de ser un tipo con una armadura), no tiene absolutamente ningún tipo de interés. Ninguno de los chistes, correctos en papel, funcionan en cámara. Ninguno. El timing está mal, los planos están mal, las actuaciones, en esos momentos, están mal. La desconexión entre la supuesta ligereza, con los chistes wannabe incluidos, y la propuesta estética (que es oscura, roja, claustrofóbica), da como resultado una película que no se entiende ni qué es ni qué quiere ser. La estética de la película (de nuevo) es fea. Todo es feo. Los colores (desaturados, obvio) son feos, la iluminación es fea, los planos son feos. Snyder, que no sabe filmar ni contar historias, por lo menos daba algún que otro plano mínimamente estético. Por momentos la película parece filmada por un amateur. La acción es de una falta de inspiración vergonzosa. Ninguna pelea tiene una coreografía que sea mínimamente interesante. Los poderes de los personajes están absolutamente desperdiciados, si es que son utilizados en absoluto (¿qué hace Aquaman además de ser fuerte y nadar rápido?). La sucesión de eventos (llamarle trama sería una exageración) está apuradísima. Los personajes pasan de A a B de un momento a otro a partir de motivaciones dudosas e inverosímiles. La utilidad de cada personaje dentro de la película es difusa. Basta de usar cubos como motor de tramas. Batman, “el mejor detective del mundo”, descubre que Aquaman y Arthur Curry son la misma persona porque al lado de Arthur Curry hay un dibujo de Arthur Curry siendo Aquaman. Steppenwolf explota una ciudad entera de Rusia, la rodea con una tormenta roja de destrucción y apocalipsis y la encierra en una burbuja azul de energía. Cyborg tiene que “hackear” algo para saber dónde está. ¡Prendan la tele y miren el noticiero! Ben Affleck se dio cuenta de que forma parte de algo que es medio una mierda y no se la banca demasiado. La pereza con la que actúa en todas las escenas en las que aparece es impresionante. Los demás actores están bastante bien, teniendo en cuenta las circunstancias. El problema es que Nada De Lo Que Les Pasa Me Importa. Aquaman tiene algún tipo de problema familiar que no está desarrollado. Flash tiene algún tipo de problema familiar que no está desarrollado. La Mujer Maravilla está triste por algo que sí me importa pero porque lo vi en otra película, una bien contada. Batman está con culpa por algo que hizo (pero que en realidad no hizo) en otra película (pero una peor que esta). Ah, y Cyborg tiene algún tipo de problema familiar que intenta estar desarrollado pero que No Me Importa (además de que es absolutamente inverosímil). El CGI en general es horrendo y barato. Liga de la justicia no tiene horizonte. Es una película sin dirección ni ideas propias (apenas si tiene alguna idea ajena). No sabe lo que quiere ser. Apunta a ser una apuesta segura y correcta y a duras penas consigue eso. Su trama es solo el esqueleto, despojado de cualquier tipo de contenido, de lo que debería ser la trama más elemental de una película de superhéroes. Es un bosquejo. Batman, Superman, la Mujer Maravilla, Flash y Aquaman son, indudablemente, los personajes más reconocibles de la cultura del siglo XX y, sin embargo, la primera adaptación al cine de su reunión es insípida, translúcida e irrelevante. No genera ningún tipo de emoción, ni siquiera indigna. Es más, la única indignación posible surge, justamente, de que no alcanza ni para indignarse.
Un film para ver, entretenerse un poquito, olvidarse y quedarse sin la más mínima ganas de que se haga una secuela. Los personajes de Aquaman, Cyborg y Flash no tienen tiempo como para hacer un desarrollo levemente interesante y los actores que los interpretan tampoco tienen...
En la anterior y bochornosa “Superman Vs. Batman” (2016), el oriundo de Kripton moría, en la presentación de este nueva incursión del cine derivado del comic lo vemos a Batman (Ben Affleck) tratando de formar un seleccionado de superhéroes para combatir el mal, aunque el malvado de turno todavía no haya sido presentado. Así de inconsistente e improcedente es todo el filme, claro que superar a su antecesora no era una tarea titánica, pero eso mismo no determina bondades para éste producto. La Mujer Maravilla (Gal Gadot) es la primera en ser reclutada, luego continuara con Cyborg (Ray Fisher), Flash (Ezra Miller), Aquaman (Jason Momoa), éste el único que nada quiere saber de murciélagos y otras plagas, hasta que la maravilla de Gal Gadot lo seduce. Presentado el personaje a combatir, Steppenwolf (Ciarán Hinds), con voz de ultratumba incluido como para generar algo del orden de lo posible en tanto destruir al mundo, sin lograrlo, claro, ni destruye el mundo, esto es previsible, ni genera la posibilidad. Steppenwolf puede aparecer gracias a la desaparición de Superman, si logra juntar tres cajitas desperdigadas por el mundo estará en condiciones de lograr su objetivo, tampoco se explican las razones de su accionar. La historia es demasiado pequeña como para mantener el interés del espectador, incluidos los fanáticos, por eso la producción depende casi exclusivamente de los espejitos de colores, léase efectos especiales, que no producen efecto alguno, ni son tan especiales en su factura. El seleccionado de superhéroes no podrán contra el malvado, deben recurrir a quien podrá salvarlos, que no es el Chapulín Colorado, sino el mismísimo Superman (Henry Cavill), lo que hay que agradecer pues es la excusa perfecta para que Lois Lane (Amy Adams) y Martha Kent (Diane Lane) iluminen la pantalla, junto a Jeremy Irons lo más placentero en tanto actuación del filme. Ben Affleck cumple, prolijo en su dobles de roles, Ezra Miller ha tenido mejores performances, Gal Gadot y Henry Clavill transitan frente a cámara del mismo modo que por una pasarela, gestos adustos y alguna que otra sonrisa, los demás son pura mascara o maquillaje. La producción es previsible desde su titulo, por lo cual era de esperar algo que cautive, y eso debería haber ocurrido desde la construcción del guión, que deriva en una estructura clásica del genero, sin nada que deslumbre o rompa con los cánones preestablecidos, todo inundado por un gigantesco catalogo de lugares comunes, en los que también cae la banda de sonido. Si ha esto le agregamos que han dejado cabos sueltos por doquier, como la que abre la película, con una pregunta a uno de los héroes de la que no hay respuesta y se espera que el texto termine por responder, pero no. Hasta se podría justificar tal desidia e imponer los problemas que tuvo la producción, desgracias personales incluidas, cambios obligados en los responsables o ponernos serios e intentar hacerlo desde la recurrencia de Michael Haneke, que siempre en sus filmes plantea interrogantes de inicio, que nunca resuelve, lo que seria una muy buena broma, pero no. Esta liga no llega ni a las medias…tintas
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Tres años después de su anuncio, y tras varios cambios de planes en el medio (¿se acuerdan que al principio iba a estar dividida en dos partes?), sumado a decenas y decenas de rumores, desmentidas, nuevos rumores, nuevas desmentidas, dos películas vapuleadas por la crítica y los fans (Batman v Superman: Dawn of Justice y Suicide Squad), y otra adorada por el mundo entero y que batió todos los récords (Wonder Woman), finalmente la Liga de la Justicia, el equipo de superhéroes por excelencia (todo bien con Marvel Comics, pero... dale, no hay comparación) hace su debut en la pantalla grande de la mano del siempre polémico y divisivo Zack Snyder. ¿Podrá Snyder corregir el curso que él mismo trazó previamente? ¿O el DC Expanded Universe está destinado a ser el perro que se persigue siempre su propia cola? Si estás leyendo esto es porque la ansiedad te supera y ya conocés bien a los personajes y sabés que, en esta ocasión, tras la muerte de Superman y con la amenaza de una invasión, Batman y Wonder Woman deciden armar un equipo e intentar hacerle frente a la situación. Listo, ya está. Ahora vayamos directo al grano y empecemos por lo peor que tiene el film. El primer acto sin lugar a dudas es el más flojo. Snyder y el guionista Chris Terrio caen en la trampa de querer presentar a todos los personajes brevemente y de la manera más escueta posible. En algunas instancias funciona bien, como con Wonder Woman y Batman (en una escena con una fotografía impecable, por cierto), pero porque ya los conocemos. En los otros casos, con los nuevos protagonistas, la narrativa trastabilla un poco. En ningún momento llega al nivel caótico de la presentación de personajes en Suicide Squad (gracias a Dios y la Virgen), pero no deja de ser irregular. Y este es quizás el mayor problema de toda la película: se ve obligada a introducir cuanto antes a varios personajes nuevos, de los cuales sabemos poco y nada (siempre hablando de lo que sabemos de ellos en el universo diegético de los films, no de nuestros conocimientos de años y años de leer cómics en el baño). Por ejemplo, la introducción de Mera (la bellísima Amber Heard) es notablemente chapucera mediante un diálogo con Aquaman que no puede ser más forzado e incómodo, como cuando en el cumpleaños de tu suegra terminás sentado frente a la tía insoportable y la vieja te saca charla toda la noche. Los realizadores tienen que hacer en el primer acto lo que no hicieron en tres películas. Claramente tenían todas las de perder. El otro gran punto desfavorable es... ¡sorpresa!... el villano. Perdón por ser tan directo, pero ya me tienen los huevos llenos con los villanos creados por CGI. No les pido que intenten algo como el paupérrimo Apocalipsis de Oscar Isaac, pero aflojemos con los grafiquitos por computadora, muchachos; especialmente en el DCEU. Como personaje, Steppenwolf amaga con tener algo más de relevancia al mencionar su pasado milenario y su relación con los Viejos/Nuevos Dioses... pero todo queda ahí, en menciones, sin mostrar casi nada más allá de la escena de combate inicial (la cual, hay que reconocerlo, se ve épica). En definitiva, Steppenwolf termina convirtiéndose en otro Doomsday más pero con un curso terciario y pronunciado acento británico. Aún así, a pesar de jugar contra el reloj, Justice League logra definir a los tres nuevos héroes con bastante claridad: Barry Allen/The Flash (Ezra Miller) es el novato que utiliza su humor para intentar disimular su inseguridad; Victor Stone/Cyborg (Ray Fisher) es el joven atleta que súbitamente ve modificado su prometedor futuro y no termina de encontrar su lugar; y Arthur Curry/Aquaman (Jason Momoa) es sencillamente el tipo que sabe que es groso y no se molesta en hacerse el humilde. Cada uno de ellos cumple con creces en sus interpretaciones, en especial Flash, con Miller interpretándolo como un joven inquieto y espontáneo que se ve sobrepasado por la situación pero igual se mete de cabeza; y Aquaman, con Momoa que va a terminar comiéndose al personaje como ocurrió en su momento con Robert Downey Jr. y Tony Stark; no sería nada raro que DC Comics dentro de unos años comience a modificar al Aquaman de los cómics para ir acercándolo a la versión de Momoa. Los otros ya son viejos conocidos: Diana es puro amor y heroísmo, mientras que Bruce la baja la espuma a su chocolate y se lo ve muuuucho menos agresivo; ¿quizás tiene que ver con que ya está viejo, o con la enorme culpa que siente el personaje por haberse mandado la cagada que desembocó en la muerte de Superman? No sé, digo. Pero incluso con este cambio de personalidad, si Batfleck no te gustó antes, eso no va a cambiar ahora. Lo que es mejor aún, la película no solo logra exhibir con claridad las personalidades de cada uno sino también sus habilidades especiales y su grado de poder. Hay una escena en particular donde lo demuestran de manera brillante y no podés evitar sonreír de oreja a oreja (en serio, a todo el grupo con el que la vi le fascinó). Ya hechas las presentaciones semi-formales, la narración se afirma poco a poco y logra un ritmo más estable gracias a la gran química que hay entre los miembros del equipo, que por supuesto funcionan como un engranaje bien aceitado ya de entrada; todo con esa inverosimilitud propia de un cómic de superhéroes. Desde el argumento, la trama es bastante simple y lineal, con las Mother Box empleadas como McGuffin para que ocurra todo lo que tiene que ocurrir. De hecho, y de manera algo sorpresiva en esta era hollywoodense de universos de franquicias, esa simplicidad se debe a que la historia prácticamente se enfoca en sí misma sin irse por las ramas, tratando de cuidar lo que tiene entre manos acá y ahora. ¿Recuerdan la escena de Batman v Superman donde Flash se le aparece a Bruce para advertirle de algo/alguien? ¡Bien por ustedes!, porque los guionistas no se molestaron en ofrecer la más mínima respuesta al respecto. Esta vez es todo mucho más directo y "a los bifes", sin preocuparse por plantar una docena de semillas para las eventuales secuelas y spin-offs (hay algo de eso, pero no es alevoso). Sus poco menos de 2 horas de duración impiden que la historia se vaya por las ramas mientras prepara el terreno para la película del primo espía de Alfred o cosas por el estilo. Finalizando el segundo acto, hay un punto en la trama que sin dudas será el más polémico (y que por supuesto no puedo especificar sin andar spoileando todo). A decir verdad, no es tanto el hecho per se, sino la forma. ¡Ni los propios integrantes de la Liga logran ponerse de acuerdo! En lo personal, sólo voy a decir lo siguiente: dadas las herramientas previas disponibles (léase "las cagadas que se mandaron en las películas anteriores"), a mí me gustó cómo lo llevaron a cabo. ¿Se podría haber hecho de otra manera? Probablemente. Pero eso tampoco garantiza que la otra manera hubiera sido mejor. La resolución elegida acá, aunque le falta algo de punch, es correcta y da lugar a una de las mejores escenas de toda la película (afortunadamente, no hay indicio alguno de ella en ninguno de los trailers y spots lanzados hasta ahora). Detrás de las cámaras, Snyder hace lo suyo pero esta vez se lo percibe mucho más contenido, sin abusar tanto de sus recursos. La mayor parte de la película tiene su filtro de color favorito, hay un mini-videoclip con música de Leonard Cohen y hasta vuelan naranjas en cámara lenta. Todo eso está, por supuesto. Es su sello. Sin embargo, la estética general es mucho más vistosa y menos opresiva que en BvS; ¡hasta me sorprendí que haya un combate a plena luz del día! Se le pueden criticar muchísimas cosas a Snyder, pero hay algo que no se le puede negar: visualmente es un gran director, con un estilo propio y bien definido (algo que, en lo personal, valoro muchísimo en un cineasta). Te puede gustar o no, pero que lo tiene, lo tiene. Por otra parte, es bien sabido que Joss Whedon (Avengers, Firefly) se incorporó a la producción luego de Snyder abandonara en la etapa final tras el suicidio de una de sus hijas, con el creador de Buffy encargado de retocar partes del guión, dirigir los reshoots y algo de la edición final. Cuánto escribió/dirigió Whedon, qué escenas puntualmente, es algo que por ahora desconocemos... aunque tenemos una ligera impresión de saberlo en algunos casos. "El colo" es especialista en darle un aire amigable y divertido a los diálogos grupales, y definitivamente hay de esos. Liga de la Justicia tiene un tono más... ¿luminoso?... que Batman v Superman, y con varios toques de humor que por suerte nunca llegan al punto de convertirse en una Thor: Ragnarok. Eso sí: los fans acérrimos del Hombre Murciélago que antes pusieron el grito en el cielo con que "¡Batman no mata!", ahora van a quejarse con que "¡Batman no hace chistes!". No obstante, es Aquaman quien termina aportando la escena más divertida de toda la película. Por último, es imposible no mencionar a Superman. Y no, NO ES UN SPOILER desde el momento en que Henry Cavill estuvo presente en toda la campaña de prensa y algunas imágenes promocionales. ¡Todos sabíamos que Superman iba a resucitar! Es por eso que, escuchando las críticas de los fans sobre la representación del personaje, esta vez sí tenemos al Superman que nos merecemos. No tengan la menor duda: si Diana es el corazón del equipo, la persona que trata de poner el paño de agua fría y que llega para mirarte a los ojos y decirte que todo va a estar bien (Gal Gadot te amo con cada cana de mi barba), Superman es el alma del Universo DC, la expresión de la bondad absoluta, la representación de que todos podemos, y debemos, dar lo mejor de nosotros mismos. ¡Este Hombre de Acero sí se puede ver! OK, excepto por ese maldito bigote borrado digitalmente. Más de una vez me desconcentré pensando "Che... SE NOTA, se le ve rara la boca". Ah, y creo que está de más decirlo a esta altura con las películas de superhéroes, pero aún sigo viendo pánfilos que se levantan y se van apenas arrancan las créditos. Hay dos escenas post-créditos, las cuales, y a diferencia de que ocurrió con Thor: Ragnarok, sí valen la espera. Especialmente la primera, que representa todo lo maravilloso y genial de DC Comics. VEREDICTO: 7.0 - CON "S" DE ESPERANZA Lo lamento por los fanboys que esperaron durante años, pero esta no es la película definitiva del género. Ni tampoco es mejor que Wonder Woman. De todas maneras, Liga de la Justicia logra quizás el mayor objetivo que se propuso: corregir el curso del tono general del Universo DC luego de la sombría y algo tediosa Batman v Superman. Con una gran química entre los nuevos héroes (Flash y Aquaman la rompen), algunas escenas de combate muy bien logradas y una cuota de "humor ligero" que nos recuerda a algún episodio de Justice League Unlimited, se trata de una película totalmente disfrutable, entretenida y que no se te hace larga en absoluto. Todavía les queda bastante camino por recorrer a Warner Bros. y DC. Pero trajeron de regreso la luz y la esperanza a su universo cinematográfico. Y eso no es poca cosa.
Video Review
Un comienzo positivo Llegó la gran promesa del universo cinematográfico de DC y por supuesto, como preveíamos, generó polémica y opiniones diversas en la crítica y los espectadores. Voy de lo general a lo particular marcando los aspectos positivos y negativos para que esta reseña sea lo más didáctica posible. Lo primero que sucede cuando uno termina de ver "Justice League" es una sensación encontrada de: Estuvo muy entretenida, épica, me encantaron los personajes nuevos (no todos), pero... podría haber sido aún mucho mejor. Las herramientas están, pero hay improlijidades de las personas a cargo del proyecto que no dejan que DC finalmente pueda posicionarse por encima de Marvel (fanboys, no me maten). En un balance general, el universo cinematográfico de Marvel supera al de DC en muchos aspectos. Como fanático de los héroes de DC es duro admitirlo, pero es la verdad. Este film tuvo dos directores con diferentes visiones, hubo regrabación de escenas, ediciones hechas a último momento, problemas ridículos como un bigote que debió ser borrado digitalmente, rumores de la salida de Ben Affleck del proyecto, un uso de CGI exagerado y más inconvenientes. La crítica especializada, que ya tiene un ensañamiento irrisorio y personal con los films de la dupla Warner-DC, se aprovecha de esto y se está haciendo un festín. Así y todo, la película igual cumple bastante bien con las expectativas del público y da esperanzas a que los tiempos sólo van a ir mejorando, pero por favor, ¡ORDENEN ESA SOCIEDAD! Somos exigentes, lo sabemos, pero este universo da para pasarle el trapo a Marvel en historias y profundidad, pero eso no se está logrando. Si vamos al film en sí, lo mejor es ver a estos super héroes de la infancia hechos realidad y todos juntos. Esto es lo que más emociona al fan. El diseño de cada uno de nuestros héroes es bastante bueno. ¿Los mejores del grupo? Wonder Woman, Aquaman, Flash y Superman (sí, aparece Superman lo cual creo que ni califica ya como spoiler y aún con el tema bigote). Gal Gadot la sigue rompiendo como WW, Jason Momoa es una gran incorporación y le da un aura muy canchera a la Liga, Flash aporta humor, frescura y juventud, y Superman es el héroe más épico que existe en el mundo. Me encantó en "Man of Steel" y me sigue pareciendo un personaje espectacular. ¿Los más flojos? Batman y Cyborg. Ben Affleck hace una personificación bastante acartonada y apagada. Se nota la diferencia de ganas que le había a puesto en BvS en relación a esta nueva entrega. Y Cyborg... en realidad no está mal, pero la personalidad que le dieron es muy gruñona y los efectos especiales de su traje distraen bastante del actor. No es malo, pero no se destaca con respecto a los otros. En cuanto al villano... creo que este es el punto más bajo de la película. En primer lugar porque se lo presenta bastante chato, con motivaciones poco profundas y sin una historia que lo haga conectar con el espectador. Es el malo que es malo porque sí. En segundo lugar, la decisión de hacerlo 100% digital fue un error. Al CGI le faltó bastante calidad en este personaje y por momentos parecía un muñeco. Poco creíble e inexpresivo. Me hizo acordar a los efectos especiales de "Beowulf", película animada de hace 10 años! Por último, creo que el guión a nivel general está muy bien, pero se notaron algunos baches con resoluciones un tanto torpes como la situación con Superman o el rescate de la familia rusa. Creo que DC va aprendiendo de sus errores y eso es bueno, pero también creo que debería ser más inteligente y apelar a lo que sabe puede funcionar mejor. Snyder es un director que siempre generará polémica y en este momento eso no le está sirviendo al universo cinematográfico. La nueva ola de directores como Patty Jenkins (WW), James Wan (Aquaman) y Matt Reeves (The Batman) deberían cobrar más importancia en la creatividad. Quedarse luego de los títulos finales que hay dos escenas post créditos. Una simpática pero poco relevante y otra bastante prometedora que a los fans les encantará.
El mundo sigue sin recuperarse tras la muerte de Superman. Y eso no es todo, Batman sospecha de una posible invasión extraterrestre, que está relacionada con la aparición de tres poderosas cajas. Así es como Bruce Wayne empieza a reclutar gente con habilidades únicas, para formar un súper grupo que le haga frente a la oleada de alienígenas hostiles; pero necesitarán también contar con la ayuda de alguien que ya no está entre nosotros, el mismísimo Hombre de Acero. Y finalmente llegó el día tan esperado, donde por fin podemos ver a los superhéroes más conocidos de DC juntarse en la misma película, luego de años de especulaciones y algunas malas decisiones. Pero como el hype era tanto, la gran pregunta que se va a hacer la mayoría es ¿La Liga de la Justicia es una buena película o el DCEU no tiene salvación? La película es buena, eso hay que aclararlo de entrada. Pero no podemos ser fanboys o necios y negar cosas evidentes que se ven mientras observamos cómo se forma uno de los grupos súper heroicos más conocidos de la historia. Y uno de los mayores motivos para que esto suceda es responsabilidad de los productores y su falta de organización. Inicialmente se había comentado que la cinta duraría casi tres horas, pero el corte final de Justice League es de dos horas exactas, haciendo que se noten los recortes y provocando en muchos momentos que la trama avance porque sí, a las apuradas, sin un desarrollo coherente o donde veamos que se desenvuelven como un verdadero equipo y no sólo tengamos en frente un grupo de superhéroes peleando cada uno por su cuenta pero en el mismo sitio. Esto se maquilla un poco debido a la enorme química que se observa entre los actores, donde todos por suerte salen bien parados en sus roles. Quizás se echen de menos más minutos de este imponente Aquaman en pantalla, o que algunos gags a cargo de Flash no sean tan pavotes (otros son brillantes). Eso sí, la tan temida presencia de Cyborg jamás termina afectando y nunca se siente molesto. Lo que sí debemos destacar y para mal, son los pobres efectos especiales. El film está sobrecargado de ellos, y más de una vez molestan y sacan al espectador de la película al notarse no del todo logrados. Y eso se hace más evidente aún con el villano del film, Steppenwolf. Tanto por su pobre acabado de CGI como por la falta de personalidad, podemos decir que estamos por lejos ante lo peor de La Liga de la Justicia. Los fans más acérrimos del comic seguramente saldrán saltando de alegría con algunas de las referencias al universo en papel del DCU, pero siendo un poco objetivos tenemos que decir que no estamos ante una película perfecta. Cumple con su cometido de entretener y de establecer de una vez por todas las bases del DCEU, pero algunas decisiones tomadas en producción, como un pobre trabajo en el CGI, le restan puntos. El debate está abierto y seguramente estemos ante una de las cintas más polémicas del año.
Las películas que viene desarrollando Warner Bros, pertenecientes al DCEU, no están teniendo buena repercusión a excepción de la trepidante “Wonder Woman” (2017). A partir de allí pensamos que la historia cambiaría, no obstante, “Justice League” trajo críticas mixtas. Es por ello que nos preguntamos: ¿Es realmente tan malo el film que reúne a los superhéroes más poderosos e icónicos del mundo? Comencemos indicando que esta entrega representa una mejora por sobre “Batman Vs Superman” (2016) y la pésima “Suicide Squad” (2016), lo cual no es decir demasiado realmente. Ahora bien, la película presenta varios inconvenientes que terminan restándole puntos a una experiencia cinematográfica que debería haber sido mucho más espectacular. Esta primera aventura de la Liga de la Justicia nos cuenta la historia tras los eventos de “BvS”, donde Bruce Wayne (Ben Affleck), motivado por la fe que había recuperado en la humanidad e inspirado por la acción altruista de Superman (Henry Cavill), consigue la ayuda de su nueva aliada, Diana Prince (Gal Gadot), para enfrentarse a un enemigo aún mayor. Juntos, Batman y Wonder Woman se mueven rápidamente para intentar encontrar y reclutar a un equipo de metahumanos que combata esta nueva amenaza. El problema es que a pesar de la formación de esta liga de héroes sin precedentes –Batman, Wonder Woman, Aquaman (Jason Momoa), Cyborg (Ray Fisher) y Flash (Ezra Miller) – puede que sea demasiado tarde para salvar el planeta de una amenaza de proporciones catastróficas. Esa amenaza estará representada por Steppenwolf, un Dios que viene a traer la destrucción de la Tierra mediante un ejército de Parademonios de Darkseid. Para ello deberá reunir las tres Cajas Madre en la Tierra, que se encuentran desperdigadas en Atlantis, Temiscira, y una que es ahora parte de Victor Stone, ya que se utiliza como elemento de una solución para reparar sus heridas antes de convertirse en Cyborg. La trama es súper sencilla sin demasiadas luces o ideas y presenta varias incongruencias en los aspectos narrativos, brindando un relato que argumentalmente no tiene peso. Básicamente tendremos una pelea entre los héroes y el villano de turno (que tiene muy poca fuerza y desarrollo, uno de esos malos cuyas motivaciones y/u origen no quedan claros), al mismo tiempo que la liga intentará revivir a Superman para poder afrontar el inminente apocalipsis. De esta forma, también seremos testigos de una continua sobreexposición de información para poder entender algunos asuntos que vienen del material de origen comiquero. Habiendo dicho todo eso, y con esas falencias narrativas que además se ven reflejadas en la condensación de la historia y en las retomas que mandó a hacer el estudio (otra vez lo volviste a hacer Warner, no cambias más), podemos decir que nos hallamos ante un producto sumamente entretenido y disfrutable. Entre el apuro del estudio por sacar el film cuanto antes, (Nolan comentó al respecto diciendo que cuando él planeó la trilogía de Batman, le habían dado tres y cuatro años para crear la secuela, y por eso podía dedicarle mayor atención al guion y a la narrativa) y los conflictos particulares de este largometraje (Zack Snyder tuvo que abandonar el proyecto por motivos personales y dejar la dirección en manos de Joss Whedon) es muy difícil pensar en un “mejor” resultado. Lo más destacable de la primera reunión de estos míticos personajes tiene que ver con la dinámica y la estupenda química que lograron los protagonistas. Funcionan muy bien como grupo, aún cuando por ahí no se los ve trabajar tanto en equipo (cosa que los Avengers sí lograron en sus films). Sin embargo, la búsqueda estética de DC si es mucho mejor que la que viene elaborando Marvel, ya que tiene un trabajo en la fotografía para lograr un clima/atmósfera particular, a veces ese entorno se ve perjudicado por un mal uso de las imágenes generadas por computadora y por algunos fondos artificiales, pero al menos hay una exploración en los aspectos visuales del film. Algo parecido pasa en la banda sonora, donde también se puede ver una gran construcción de identidad musical que deja en ridículo a cualquier producción de la casa de las Ideas (a excepción de “Avengers 1”). Cada personaje tiene su theme y variaciones del mismo que van sonando en momentos particulares donde cada individuo cobra un mayor protagonismo al de sus compañeros (también funciona bien el fan service de introducir las melodías de “Superman” (1978) de John Williams y las de “Batman” (1989) de Danny Elfman). En síntesis, “Justice League” es una película que a pesar de tener varias fallas narrativas, logra componer un relato entretenido y disfrutable. Un paso adelante en el universo de DC que viene fundando Warner Bros, que se beneficia del buen casting de sus personajes y la química que tienen entre ellos. Un film que logra encauzarse en el sendero de la búsqueda de identidad propia.
Zack Snyder (y un Joss Whedon parcial) nos traen la esperada reunión de los grandes símbolos del universo de DC. Justice League - título original - trata de dar un rastro de esperanza a un universo quebrado por sus inicios. La película por fin logra reunir de manera solida a los miembros más emblemáticos de DC; Cyborg, Flash, Aquaman, Wonder Woman, Superman y Batman - aún no hay rastros de Green Latern - crean esta alianza de héroes definitiva tras la amenaza de Steppenwolf en su intento por conquistar, destruir y crear a su imagen - noticia vieja ya - el mundo. Justice League posee un ritmo sumamente abrumador. Frenética en su desarrollo, la película no consigue anexar correctamente los puntos de su trama - los problemas de pre y post producción tienen mucho que ver en esto -. Estamos ante un film que tira toda la carne al asador de una forma desordenada y que hizo caso omiso a las numerosas advertencias que se le presentaban durante el proceso creativo. Vemos a nuestros héroes en toda su gloria, no obstante esa gloria no se siente - en gran parte - heróica. Los personajes son unidimensionales y se mantienen así durante toda la película - a excepción de Superman -, vemos acciones pero no las sentimos. El factor épico está, pero no bien plasmado en pantalla; también vemos numerosas coreografías de acción, muertes, y destrucción pero todo esto es vacío sin un objetivo claro y para subrayar: el villano de turno resulta débil en el ojo del público, éste aparece de la nada y se va de la forma que llegó sin lamentos y sin ovación, simplemente es una mancha en el espacio cuyo objetivo - gastadísimo - no genera el mínimo interés.(el gran Ciarán Hinds) - con respecto a los villanos de DC - es un manotazo de ahogado en vano. Con respecto al grupo de héroes las caracterizaciones son correctas. Wonder Woman (Gal Gadot) se lleva la película gracias a que el personaje goza de una muy buena introducción en su película en solitario; Batman (Ben Affleck) consigue una extensión aceptable de un personaje que hasta el momento cuenta con apariciones irregulares en pantalla grande; Cyborg (Ray Fisher) es una interesante nueva adición que se refugia puramente en sus origines para resultar, a futuro, aburrido al extremo; Flash (Ezra Miller) es el comic relief de la película, el idiota novato, y su background se refugia en tener un padre preso y que su cuerpo quema grasa en cantidades exorbitantes por su don; Superman (Henry Cavill) es el corazón del equipo, y trae lo necesario, la pieza faltante que el equipo necesita para destacarse y último pero no menos importante, el aburrido y desastroso estereotipo del rockero badass y punto débil de todo este lineup de héroe: Aquaman (Jason Momoa). En Justice League vemos por fin a estos personajes juntos en su primer gran misión en conjunto pero, ¿Se disfruta verlos por fin compartiendo pantalla? Si, claramente ¿Es la liga de la justicia que todos estábamos esperando? No fucking way. Hay que decir las cosas honestamente y esta película tiene una gran carga de factores externos que claramente perjudicaron el proyecto final, nos encontramos con un film que sufre por una cantidad de plotholes asombrosa, todo se encuentra puesto de manera apurada y desordenada; los personajes secundarios tienen cero repercusión en la historia - por ejemplo Jim Gordon fue una gran vendida de humo en el marketing - y todo queda como un "pudo haber sido mejor" en vez de "es entretenida y logra lo que quería". El alma de Justice League es una gran promesa que no llega a convencer en ningún concepto. Con dos horas de duración, la película tiene un runtime justo. Como anteriormente referí, Justice League es frenética no obstante resulta mediocre por el extenso recorte de escenas que (seguramente veremos en un futuro) tal vez podrían ayudar a un trasfondo previo a la acción. Todo se da sin explicaciones con conjeturas improbables y libradas a la suerte; si no tenemos a un plan que se basa en actuar por actuar, tenemos a un Bruce Wayne/Batman explicando hasta el hartazgo su objetivo de "juntar a personas especiales para evitar un ataque masivo" y llegando al colmo: Aquaman al parecer está enterado de toda organización a pesar de no estar presente en la "reunión justiciera de consorcio"; esto es literal, ya que tenemos al héroe resignado a miles de kilómetros de la acción, no está enterado absolutamente de nada y por alguna magia absurda del guión de Chris Terrio y Joss Whedon, aparece de la nada, en el momento exacto, para salvar la situación. Estas pequeñas cosas hacen que Justice League fracase en su intento de arreglar errores pasados y resulta una verdadera lástima ya que el entretenimiento pasa a ser defectuoso por el hecho de meter escenas cool sin relación y explicación alguna. Con grandes dosis de CGI la película dispersa el enfoque hacia lo que verdaderamente importa: los personajes. Una sobredosis de efectos rodean todo momento la película de Snyder, y todos ellos no convencen en lo absoluto. Un caso a destacar es la velocidad de flash: Cuando vemos a Barry Allen correr, no llegamos a convencernos de la velocidad que utiliza, sino que vemos a un Ezra Miller moviendo sus brazos y piernas de ridícula manera; Mismo es el caso de Steppenwolf, vemos al villano reírse, golpear y desatar su furia contra todo pero el efecto es tan artificial que tenemos a un gigante furioso reaccionando contra un fondo o objetivo trucho. Justice League es un entretenimiento estático, vemos acción sin repercusión; vemos grandes personajes por fin reunidos que no logran hacer "misión cumplida" y lo peor de todo es que vemos un universo cinematográfico formado, ya en su quinto intento, ser manejado con prueba y error y a estas alturas es algo imperdonable. Un acto heróico apurado y de relleno.
Hay una historia triste detrás de este film, la gran apuesta de Warner-DC para empatarle a Disney-Marvel con sus Vengadores. El nombre del director es Zack Snyder, pero tuvo que dejar la producción por la muerte de su hija. Y quien se subió al barco fue Joss Whedon, justamente el realizador de Los Vengadores, la competencia. Se nota: la oscuridad y los “temas sociales” que lastraban las otras películas de Snyder (El hombre de acero, Batman Vs. Superman) desaparece aquí y, aunque se trata de una película nocturna, las aventuras de estos superamigos son de una enorme ligereza, un recuerdo de un cine más ingenuo y humorístico. Al mismo tiempo, hay diálogos y chistes a veces filosos, pero ninguno de ellos tiene peso “adulto”, como aquella escena de Batman Vs. Superman donde Clark y Lois compartían un erótico baño de inmersión. Nada de eso: lo que hace que todo esto tenga sentido es que hay un montón de tipos disfrazados agarrándose a las piñas con un villano imposible, lo que es una mirada mucho más sana que intentar insuflarle “seriedad” a algo que, en el fondo, solo lo tiene de modo metafórico. Ahora bien, la ligereza es una virtud, pero hay algo de hecho a los ponchazos, hay secuencias de acción no demasiado bien resueltas, hay algo del humor que no termina de funcionar. Pero si el sentido de esta película era ver a todos los supertipos más famosos en acción realista, está cumplido.
Héroes reducidos a títeres Después de los problemas de producción que tuvo “La Liga de la Justicia”, poco se podía esperar de esta reunión cumbre de los superhéroes de DC Cómics. El director Zack Snyder, que le imprimió ese irritante estilo solemne a “Superman: Hombre de acero” y “Batman vs. Superman”, volvió a ponerse detrás de cámara, pero, para aligerar el tono, lo convocaron como coguionista a Joss Whedon, el director de “Los Vengadores”, el gran éxito de Marvel, la competencia de DC. El resultado es un Frankenstein al que se le notan mucho las costuras. La impronta pomposa y vacua de Snyder sigue primando, mientras que el humor que pudo añadir Whedon es tan superficial como poco efectivo. Acá se presentan nuevos superhéroes (Aquaman, Cyborg y Flash), pero el problema es el mismo: DC en el cine no sabe construir personajes ni los desarrolla, por lo cual es imposible sentir empatía por sus criaturas. Los personajes quedan reducidos a una marca registrada y un traje, y así sólo parecen títeres en medio de una historia que, para colmo, es inconsistente y esquemática. Además ya está probado que Ben Affleck no funciona como Batman y que Henry Cavill es un Superman de madera, entonces, ¿para qué seguir insistiendo?
Crítica emitida por radio.
Por fin DC Comics parece haber encontrado el camino para Marvelizar su universo cinematográfico. Claro, precisó importar a Joss Whedon, algunas peliculas mediocres para entrar en calor y que el destino le jugara una mala pasada a Zack Snyder – el suicidio de su hija que lo hizo abandonar el rodaje del filme que nos ocupa – como para que toda esta gente disfrazada se sintiera heroica, amigable y menos contispada. Y si los personajes son bárbaros, los actores formidables y la química de equipo resulta notable, lo que la DC aún precisa es un villano decente, un plan diabólico interesante y una casa de efectos especiales potable. Hay momentos en que la mediocridad de los FX te hace crujir los dientes, y eso que estamos hablando de un filme que desborda de efectos especiales. Comparada con El Hombre de Acero y Batman v. Superman, La Liga de la Justicia es un gran paso adelante en el camino correcto… pero aún está a miles de kilómetros de ese sólido sabor heroico y memorable que fue Mujer Maravilla. No hay nada memorable aquí. Hasta la banda sonora del pope Danny Elfman suena tremendamente genérica – y eso que se da el lujo (o la herejía?) de revivir su propio tema de 1989 de Batman, amén de la icónica tonada de John Williams de Superman 1978 siquiera por unos segundos -, y las batallas son caóticas e imposibles de seguir. La Warner / DC necesita urgente un nuevo editor y un director con menos desquicio para las secuencias de acción. Pero aún con todo ello La Liga de la Justicia no es el desastre que todos proclaman, o merece ese 40% que Rotten Tomatoes se empeña en adjudicarle (como pasa siempre, cuando un crítico norteamericano se ensaña con un filme, el resto le sigue en masa como si fueran lemmings, compitiendo por ver quién le adjudica el epíteto mas horrendo). Es simplemente una película pochoclera mas que pasable, con actores mas asentados en sus papeles (por fin Henry Cavill se siente como un verdadero Superman; Affleck sigue descollando como Batman; la Gadot destila confianza y carisma como la amazona que todos adoramos), y algunas incorporaciones muy eficaces: Ezra Miller es un ladrón de escenas constante con su Flash neurótico y desubicado, y Jason Momoa es un Aquaman badass y borrachín que no tiene reparos en irse de boca. La escena en donde se sienta sobre el lazo de la verdad de Diana y empieza a disparar los defectos del equipo no tiene desperdicio. El drama, en todo caso, es que hay mucha gente en un solo filme y el desarrollo dramático va a los saltos. La relación nuera – suegra de Lois Lane y Martha Kent está metida con calzador, y toda la carga karmática de Ray Fisher / Cyborg queda sepultada por la velocidad de los procedimientos. Digo: acá hay tres personajes nuevos cuyo origen está explicado en una charlita de dos segundos dicha al pasar, y hay gente a la cual le pasan cosas muy grosas. Ya sea la perdida de humanidad de Cyborg o (y no es ninguna sorpresa) la inesperada resurrección de Superman, sobre la cual Miller bromea aludiendo a Cementerio de Animales. Portal Datacraft: codigos postales, telefonos utiles, articulos de interes en tu revista digital El villano se ve horrible, habla sandeces, es tan genérico que solo inspira aburrimiento. El McGuffin de todo el asunto – las Cajas Madres, tres computadoras semivivientes capaz de destruir planetas enteros – va de los incomprensible a lo anónimo. En todo caso uno va a ver como estos tipos chapurrean entre ellos, se dan murra, bromean y salvan al mundo a último momento. Considerando lo que la competencia ha venido vendiendo desde hace años – léase, Marvel y la primera de Los Vengadores -, La Liga de la Justicia se ve increiblemente genérica. Yo me acuerdo de Loki parando en seco las flechas de Hawkeye, el sacrificio de IronMan al mandarle la bomba atómica a los Chitauri, el Shawarma, “Shakespeare en el Parque”, Hulk y Thor peleando en el helicarrier de SHIELD…. pero dudo que recuerde algo de La Liga de la Justicia 2017 la semana que viene, a excepción de Superman siguiendo por el rabillo del ojo a Flash (ante la mirada desorbitada de Ezra Miller), o Momoa diciéndole a la Gadot que está bien buena. Ok, vienen mejorando pero aún les falta mucho por limar para dar pelea mínimamente potable a la Marvel en un terreno en donde el gigante del logo rojo domina con holgura. El otro día ví como James Corden traía a Chris Hemsworth, Tom Hiddleston, Cate Blanchett, Mark Ruffalo y Jeff Goldblum a hacer una hilarante versión bajo presupuesto de Thor Ragnarok en un teatro (ante el delirio de los fans). Y se veía a un montón de actores serios divirtiéndose como chicos con sus personajes. Del mismo modo me resulta totalmente imposible imaginar a Affleck, Gadot, Momoa, Miller, Fisher o Cavill haciendo algo parecido, intentando bajarse del caballo del estoicismo que tienen impregnados sus papeles. Acá, al menos, sonríen bastante y son mas light, y mientras que eso es una buena señal, aún precisan encontrar un libretista que les de una historia decente, apasionante y memorable, la cual – lamentablemente creo – solo podrá ocurrir con aquellos filmes DC que sean fabricados fuera de la esfera de influencia de Zack Snyder. Hasta que llegue ese momento la DC seguirá produciendo filmes de superhéroes que parecen dirigidos por Michael Bay, en donde el sonido y la furia termina sepultando las buenas intenciones bajo una catarata de mediocridad y malos efectos especiales.