En pleno auge de las películas superheroicas, Fox le da una nueva oportunidad al primer equipo marveliano tras dos películas fallidas. El director Josh Trank hace borrón y cuenta nueva, pero el resultado, lamentablemente, sigue siendo el mismo. “Los 4 Fantásticos” (Fantastic Four, 2015) es una película que atrasa, por lo menos, un par de décadas. Esa es la primera impresión que genera este reboot a cargo del director Josh Trank, cuyo debut cinematográfico fue de la mano de una gran película superheroica como lo es “Poder Sin Límites” (Chronicle, 2012). Ahora se entiende tantos meses de idas y vueltas, y cruces entre el realizador y los productores. Obviamente, Trank no tuvo la libertad suficiente para impregnarle su propia visión y estilo a una historia que termina siendo bastante sosa y llena de baches argumentales. Estamos en el año 2007, Reed Richards es un pequeñín superdotado lleno de sueños e ideas brillantes. Lo que uno no puede entender es cómo este mini genio acude a una escuela normal donde nadie estimula sus talentos, sino todo lo contrario (una vez más, estamos en el año 2007 no en la década del cincuenta). Las locuras de Reed llaman la atención de su compañero Ben Grimm, un chico bastante marginado que encuentra en su nuevo amigo un salvoconducto para su miserable vida hogareña. Con la ayuda de Ben, Richards logra materializar su más grande invento, un teletrasportador de materia que, tras siete años de arduo trabajo, consigue trasladar los objetos y traerlos de vuelta. El descubrimiento de Reed (Miles Teller) no logra entusiasmar a sus profesores, pero llama la atención del doctor Franklin Storm (Reg E. Cathey) que enseguida lo recluta para llevar a cabo un experimento parecido, pero a una escala muchísimo más grande. Así descubrimos que aquellos objetos que desaparecían y luego volvían, iban a parar a una dimensión paralela, un lugar que los científicos vienen estudiando desde hace rato en busca de nuevas fuentes de energía, pero todavía no han podido acceder a él. Reed tiene la clave de todo y deberá trabajar en equipo con Sue Storm (Kate Mara) y Victor Von Doom (Toby Kebbell), el joven que dio origen a este proyecto y salió dando un portazo cuando no le siguieron el juego. Al final también se suma Johnny Storm (Michael B. Jordan), el habilidoso hijo del doctor que vive bajo la sombra de su padre y su hermana adoptiva. Ya vamos a mitad de la película y, en realidad, no pasó mucho que digamos, por eso los hechos que continúan se nos presentan tan apresurados y llenos de huecos como para justificar un comienzo, un nudo y un desenlace. Redondeando, los primeros experimentos resultan de maravilla, sólo falta probarlo con una valiente tripulación y, ante la perspectiva de que la NASA ocupe su lugar, los tres muchachitos (más la visita de Grimm), deciden convertirse en conejillos de Indias y viajar al denominado planeta Zero. Obviamente, todo sale mal, Victor no vuelve para contarla y los tres miembros restantes son alcanzados por la poderosa fuerza energética del lugar, al igual que Sue que los espera en el laboratorio. La catástrofe obliga a los militares a tomar el control, y a los cuatro jovencitos sobrevivientes a lidiar con algunas extrañas y poderosas habilidades adquiridas que resultan más una carga que una bendición. No seguimos adelante porque terminaríamos contando toda la película, aunque en realidad no hay mucho más para agregar ya que el relato carece de un verdadero conflicto. Sí, es una historia de origen que igual se queda corta y para justificarse agrega un villano a último momento. Tampoco nos permite relacionarnos con los personajes o sentir que haya una verdadera unión entre ellos para dar, finalmente, vida a este cuarteto superheroico. A la película le falta humor -no olvidemos que lidiamos con un grupete mucho más joven- y le sobra un dramatismo tan forzado que molesta. A nadie le importa si los efectos están bien o si las actuaciones son correctas, porque en definitiva hay una historia que sustente esta película que se derrumba escena tras escena. Por eso “Los 4 Fantásticos” parece un producto de otra época, una donde este tipo de aventura de ciencia ficción comiquera hubiera llamado la atención solamente por su premisa, y no uno de hoy en día donde estamos plagados de superhéroes en todas sus formas y colores. El problema tampoco pasa por su “sencillez”, sino por su incoherencia y su solemnidad cuando debería abusar de su condición de reboot con protagonistas “adolescentes”. Al menos sus antecesoras se destacaban por el absurdo y te robaban alguna sonrisa torcida cuando te descuidabas. “Los 4 Fantásticos” tiene elementos para destacarse (un director que promete y un gran elenco) y lograr una buena historia sin exageraciones, pero el destino quiere que el cuarteto de Marvel siga meando fuera del tarro y ocupe su lugar en el panteón comiquero junto a otros desastres como “Linterna Verde” (Green Lanter, 2011) o “Batman & Ronin” (1997). Al menos Joel Schumacher intentó justificar los bati-pezones. Dirección: Josh Trank Guión: Simon Kinberg, Jeremy Slater y Josh Trank Elenco: Miles Teller, Michael B. Jordan, Kate Mara, Jamie Bell, Toby Kebbell, Reg E. Cathey, Tim Blake Nelson.
Un Ridley Scott a medio camino Era indudable que el nuevo reboot del grupo fantástico sería un paso al frente respecto de sus dos predecesoras, con un gran elenco formado por Miles Teller, Michael B. Jordan, Toby Kebbel y Kate Mara, el film dirigido por Josh Trank logra el primer híbrido entre el estilo superhéroes mezclado con ciencia ficción, pero se queda corto en el balance final. El tono oscuro y de suspenso que se vive en las escenas futuristas apocalípticas de la última X-Men Days Of Future Past se siente durante este film -mismos productores y estudio -20 Century Fox-- pero mucho más protagonista. Una vez que los personajes resuelven el problema para crear el viaje interdimensional y son afectados por lo que encuentran allí, de nuevo en la base de operaciones son tratados como fenómenos de una forma muy oscura, varias secuencias de este estilo dark recuerdan a algún momento tenso en Alien, el octavo pasajero -1979-, tal vez la primera en su estilo único de ciencia ficción y terror. Sin embargo, he aquí donde radica uno de los problemas del film, este nunca termina de abrazar el estilo híbrido, y al final se decide por un tono más heroico, con estridente música, más representativo de Marvel/Disney. Un punto mayúsculo en su mejora en relación a las entregas originales es Victor Von Doom, el antagonista, ahora encarnado por Toby Kebbel, una de las más sólidas actuaciones y junto a Miles Teller, en los zapatos de Reed Richards, son los personajes en los que más se explora y, no por nada, son los que más logran hacerse querer a lo largo del film, hasta se entiende el motivo por el cual Víctor termina siendo Doom, y por qué no avalarlo. Al igual que Ben Grimm, “La Mole” -Jamie Bell-, quien es presentado como amigo de la infancia de Reed y justifica completamente a la evolución de los personajes a lo largo de sus andanzas. Otro punto en contra tal vez sea la ligereza con la que el film avanza pasada la introducción, tanto Johnny Storm -Michael B. Jordan- como su hermana -esta vez adoptiva- Sue Storm -Kate Mara- son presentados en muy acotadas escenas y sobre todo en Jordan se nota que el estereotipo vence y sólo se refleja como un “badass” que consigue poderes sobrehumanos. En cuanto a su hermana, “La Mujer Invisible”, encuentra facetas muy diferentes en su personaje, primero muy fría y luego sí alcanza el papel de una especie de interés amoroso de Reed Richards -como los comics mandan-, pero el cambio en su personalidad tal vez fue demasiado drástico para los meros 100 minutos de película. En resumen, hay un tono ciencia ficción rondando en el aire de la película que de haber sido explotado con mayor eficacia tal vez tendríamos una nueva arista dentro del mundo de las películas de superhéroes. Los 4 Fantásticos -2015- merece el beneficio de la duda y redimirse -o hundirse- con una segunda entrega, ciertamente la merece mucho más que su predecesora de una década atrás.
Fuimos varios los que nos miramos al terminar la función de prensa de LOS CUATRO FANTASTICOS como buscando algún tipo de explicación. ¿Qué pasó? ¿Esto fue todo? De todavía seguir dándose películas en formato 35mm. uno podía pensar que se olvidaron de pasar un rollo de filme. Pero no, así que no había mucho donde rebuscar: esto era todo. Un colega lo definió de una manera justísima: pareció un piloto para una serie de televisión. Entiendo que el objetivo debe haber sido otro, pero el resultado se parece mucho a eso. Hecha en dimensiones mucho menores a las usuales en el cine de superhéroes –algo que no es necesariamente un problema–, la película presenta los personajes y muestra su conversión en lo que todos ya sabemos que son durante alrededor de una hora para terminar presentando un villano en la última media hora. Y listo. Si no es una serie de TV cuyo próximo episodio sale la semana que viene, algo salió mal acá. Juro que había olvidado por completo cuando entré a ver la película las controversias que existieron con su director, Josh Trank, quien aparentemente tuvo una relación muy difícil con sus productores durante el rodaje, al punto que esa fama circuló y al director de PODER SIN LIMITES lo terminaron apartando del proyecto de hacer una de las películas del nuevo universo STAR WARS. Muchas veces, de hecho, esos rumores suelen no tener nada que ver con el resultado final de una película. Pero en un punto de la película lo recordé. Tenía que haber pasado algo para que ésto sea lo mejor que se pudo presentar como reboot de una franquicia que tenía dos bastante recientes y muy flojas películas. fantasticfour1De hecho, la película no empieza mal. Con ciertas reminiscencias “spielberguianas”, el filme muestra a Reed Richards como un niño entre excéntrico y superdotado que sueña con construir una máquina que transporta materia de un lugar a otro. El que lo ayuda a conseguir materiales es su compañero de escuela, Ben Grimm. Años después, con los personajes ya interpretados por Miles Teller y Jamie Bell, siguen intentando hacerlo con mejores resultados que entonces aunque todavía un tanto impredecibles. En una exhibición de ciencia son contactados por el Dr. Franklin Storm (Reg E. Cathey, de HOUSE OF CARDS) y su hija adoptiva, Sue (Kate Mara), quienes están trabajando en un proyecto parecido en una empresa y Reed es contratado para colaborar con ellos. Luego aparecerá el otro hijo de Franklin, el algo descontrolado Johnny (Michael B. Jordan) y otro oscuro y perturbado geniecillo, Victor Von Doom (Toby Kebbell). Casi media película se irá en todo este proceso, que culminará en un viaje en el que las cosas salen mal y los viajantes vuelven modificados para siempre: Reed con su elasticidad, Johnny con la posibilidad de volverse una bola de fuego, Ben convertido en una mole de piedra y Sue, capaz de volverse invisible. Y así, durante un buen rato, cada uno lidiará a su manera con sus extraños poderes hasta que el mítico Dr. Doom (Victor, que nunca pudo regresar del viaje) se acuerde que le toca aparecer como el villano de la película antes que se termine. THE FANTASTIC FOURSi bien se agradece la brevedad del enfrentamiento final –y hasta el tono Clase B medio berreta de esa pelea–, da la sensación de que a la película le falta (o le sobra) un acto, como si lo que hubiéramos visto fuera una larga preparación sin casi remate. Se sabe que esta línea de personajes de Marvel no pertenece al llamado MCU (el Marvel Cinematic Universe de los AVENGERS y compañía), sino que por cuestiones de derechos están en la misma órbita que los X-MEN, sociedades ambas de Marvel con Fox. Y, en ese sentido, es valorable que busquen otro tono y una dimensión más humana para sus productos. El problema es que acá no se sabe muy bien cuál es. El tono “spielberguiano” del principio se pierde, la película se vuelve seria y grave, pero al final lo que queda es una especie de criatura pequeña armada con retazos y sin demasiada personalidad propia. Ni como piloto de serie de TV convence…
No tan fantásticos Resetear y barajar de nuevo. Sumar talento desde lo actoral para ver si con buenas actuaciones se logra despertar el interés en una historia que no logró aún su trasposición correcta. La industria intenta recomponer algunas sagas de esta manera, y Los 4 fantásticos (Fant4stic, 2015) de Josh Trank, no escapa a una lógica que en vez de fortalecer a un producto lo termina resintiendo y debilitando, con una ambición que no termina de cuajar del todo. Si en las anteriores adaptaciones del comic creado por Stan Lee y Jack Kirby lo desacertado fue el tono, casi irrisorio, en esta ocasión el error principal es dotar de un aura pesada a una de las historias más coloridas, dinámicas y con un timming preciso que el noveno arte supo dar. El guión de Simon Kinberg y Jeremy Slater se ubica en el momento en que el ensamble de héroes aún no se conocía, y excepto Reed (Miles Teller) y Ben (Jamie Bell), los cuatro del título se conocerán cuando el Dr. Storm (Reg E. Cathey) decida que lo mejor que le puede pasar a un proyecto en el que trabaja sobre tele trasportación a un universo alterno es la incorporación de “carne nueva” con ideas nuevas para que puedan sacarlo adelante. Así es como Reed, con toda su impronta de científico enérgico, llegará con sus ideas sobre transportación de materia (en las que viene trabajando desde pequeño) aunando esfuerzos con Victor Doom (Victor Kebbel) y la joven hija de Storm, Sue (Kate Mara). Cuando el mecanismo está listo para ser utilizado, serán los propios jóvenes los que se subirán al sistema que los llevará a un destino incierto. Y justamente en ese viaje al planeta zero, es en donde por una intensa radiación, el grupo verá como sus cuerpos son modificados, y ante los intentos de las fuerzas militares por controlarlos, Reed decidirá escapar y mantenerse clandestinamente en el anonimato, mientras sus compañeros, se prestarán a un entrenamiento que los colocará a la vanguardia de las armas y equipos militares. Entre la linealidad de la historia, y la oscuridad de varias escenas, se relata este periplo espacial y la nueva identidad corporal que asumen los héroes, con una trama vacía que tampoco decide apoyarse en efectos especiales novedosos y contundentes, en una película que termina convirtiéndose en una sucesión de imágenes que no despiertan más que hastío y aburrimiento. El principal error de Los 4 fantásticos es asumirse pretenciosa y bucear nuevamente en los orígenes previos a la conformación del equipo, porque ahí en donde este film se asume épico y termina convirtiéndose en la copia mala de aquellas dos adaptaciones previas que, por irrisorias, tampoco terminaron por convencer a los fanáticos y al público en general. A seguir esperando la trasposición que logre captar el aura y espíritu de unos héroes para nada convencionales y que marcaron a fuego la infancia.
No deja de ser llamativo que hasta la fecha la única película que logró capturar el verdadero espíritu de los Cuatro Fantásticos haya sido Los Increíbles, de Pixar. El concepto de esta historieta siempre fue muy sencillo. Una familia disfuncional de superhéroes se dedica a salvar el mundo mientras sus integrantes hacen todo lo posible para no matarse entre ellos y llegar a fin de mes como el resto de la gente. Esta idea es lo que hizo que la revista se destacara frente a otras propuestas de Marvel y DC que tenían enfoques diferentes. Los estudios de Hollywood nunca terminaron de entender a estos personajes y la nueva película que llega a los cines es una enorme decepción para quienes somos fans de este gran clásico. Distorsionaron tanto a los 4F, con el fin de convertirlos en héroes más atormentados como los X-Men, que terminaron por quitarle a esta propuesta toda la gracia que tenía. Esta producción tomó vagamente como referencia dos cómics en particular. Ultimate Fantastic Four, una colección que surgió en el 2004 y presentó una versión más juvenil de estos superhéroes, y la miniserie Primera Familia, de Joe Casey (Vengadores: Año uno), que exploró con un poco más de dramatismo el origen del grupo desarrollado por Stan Lee en 1961. Este último título mencionado surgió como parte de la celebración del 45 aniversario de los 4F. En el campo de los cómics esas propuestas demostraron que los personajes pueden ser trabajados con un poco más de seriedad siempre que se respeten sus personalidades, ya que de otro modo el concepto del grupo pierde su gracia por completo. Un tema que jamás terminaron de entender los productores de Fox y el director Josh Trank. Este nuevo relanzamiento en principio se vio afectado por el desastroso casting que eligieron para darle vida a los superhéroes. Los actores son buenos, todos los demostraron en sus trabajos previos, pero acá formaron un equipo sin química donde no lograron conectarse entre sí y esto afectó muchísimo el film. Michael B. Jordan, quien interpreta a la Antorcha Humana, jamás logra entablar un lazo de hermandad con Kate Mara (Sue Storm), quien brinda una representación fría y desangelada de Sue Storm. Un elemento clave de esta historia. Más deprimente todavía resulta lo que hicieron con dos de los personajes favoritos del cómic como La Cosa y el Doctor Doom. Para cualquier fan de los 4F las nuevas representaciones que ofrece el director Trank son un puñal al corazón. La Cosa quedó relegado a un objeto de utilería al que le quitaron su carisma y sentido del humor. Ben Grimm sin sus comentarios irónicos es como Superman sin la capacidad de volar. El personaje siempre se aferró al humor para lidiar con su tragedia personal y esa es una cualidad que lo hizo tan humano y querible. Un monstruo de piedra que en varias oportunidades demostró tener más corazón que sus colegas masculinos. En la nueva película las clásicas chicanas a la Antorcha Humana, los comentarios sarcásticos a Reed, la ternura y protección que siempre manifestó ante Sue brillan por su ausencia y La Cosa es un personaje aburrido que no aporta absolutamente nada. Tampoco ayudó el fallido casting de Jamie Bell, un gran actor que fue escogido para el personaje equivocado. El tema del Doctor Doom califica directamente como un bochorno cinematográfico y el nuevo origen que crearon los guionistas es completamente idiota. En las películas anteriores también la pifiaron con este tema pero lo que hicieron en esta producción es terrible. Uno de los los antihéroes más complejos y fascinantes del universo Marvel en este caso fue representado como un típico villano acartonado de los Power Rangers que apenas aparece un par de minutos. El diseño del personaje encima fue horrendo y Doom ahora luce como una copia clase Z de Darth Vader. La película del 2005 (dirigida por Tim Story) estaba muy lejos de ser perfecta, pero al menos respetaba la esencia de los protagonistas. Chris Evans y Michael Chiklis, muy especialmente, la rompieron como la Antorcha Humana y La Cosa y el elenco tenía química. En este relanzamiento jamás se puede ver a los 4F como un equipo porque los actores no lograron conectarse entre sí. La escena final antes de los créditos es contundente en ese sentido. Cuando la historia termina te deja completamente indiferente sin ganas de volver a encontrar a este elenco en una continuación. Ahora bien, más allá de las objeciones que uno le puede hacer al film como fan del cómic, el trabajo del director Trank es realmente malo. La película de los Cuatro Fantásticos tiene menos acción que Superman regresa (no es broma) y esto es algo completamente inaceptable para una adaptación de este clásico. Hacia el final, después de una tortuosa introducción de 90 minutos, Trank se digna a brindar una maldita secuencia de acción que encima se resuelve de manera abrupta y no transmite ningún tipo de emoción. Los efectos especiales presentaron un trabajo decente y el diseño digital de La Cosa fue excelente pero con eso no alcanza. El film de los 4F debió ser una propuesta entretenida como Guardianes de la galaxia, que fusionó a la perfección el humor con la aventura y la ciencia ficción. De eso se trató durante más de 50 años este cómic. Reitero, las aventuras de una familia disfuncional de superhéroes. No debería ser tan complicado de entender. El enfoque exageradamente serio y dramático que le dieron a este relanzamiento no hizo otra cosa que brindar un film desapasionado y aburrido donde se nota claramente la falta de interés de los realizadores por estos personajes. Una producción fue muy manoseada por varios guionistas y productores que nunca tuvieron claro que hacer con estos superhéroes. Ojalá en algún momento los estudios Marvel recuperen los derechos cinematográficos para que finalmente se pueda hacer la película que estos gigantes del cómic se merecen. Sin la familia Richards no hubieran existido todos los personajes que vinieron después. Los 4F son los pilares de esta compañía y merecen una producción que les haga justicia en la pantalla grande. Algún día.
La dimension aburrida Al momento de anunciarse a los que encarnarían a los nuevos cuatro fantásticos, algo ya indicaba que nada bueno saldría de esta producción. De movida, hacer un reinicio ya sonaba innecesario, especialmente si no iba a estar a cargo de los que hoy manejan el universo Marvel. Cabe señalar que ni los X-Men ni Los 4 Fantásticos están bajo la órbita de Disney, que sí posee ya todo el resto del catálogo Marvel. Pues bien, para encarar esta nueva presentación del cuarteto los guionistas apelaron al viejo recurso de contar la niñez de los personajes hasta su post adolescencia. Y ahí se quedan, abúlicos, todavía inmaduros, listos para ser parte de un video de Pearl Jam. Tan poca gracia por parte del cuarteto protagónico es apoyada por un guión tedioso y redundante que recién a los cuarenta minutos de proyección ofrece algo parecido a la acción, para luego volver al tedio hasta llegar al clímax, resuelto con torpeza y apuro. Los efectos especiales son mediocres para estar a tono con toda la producción, al igual que la música incidental, obvia por demás. Un aparte para la estúpida correccción política que actualmente infecta a hollywood y que en esta oportunidad llevó a modificar el origen de uno de los personajes, todo para poner a un actor negro como protagonista. Discriminación inversa que le dicen, y de la que todavía no acusan recibo. Apenas podría destacarse la secuencia en la que los protagonistas sufren la mutación de sus cuerpos luego de visitar una extraña dimensión, y así Johnny es devorado por las llamas, Ben está cubierto de rocas y Reed ve como su cuerpo se estira, mientras Sue se invisibiliza. Sin gracia, aburrida, olvidable, así es esta película que se aleja de los cánones de calidad que Marvel impone últimamente a sus productos. Algo que Fox, en esta oportunidad, no está a la altura de ofrecer.
Volver con esta franquicia de Marvel, otra vez a los orígenes, para reinaugurar una saga, fue un riesgo que se superó sólo en parte. Tomar la historia de dos chicos leales desde la infancia y llevarlos a un superlaboratorio, sumado a los otros dos integrantes del grupo, resulta solemne, oscuro, con un argumento pomposo, casi sin humor. Hay buenos efectos especiales, los actores son talentosos pero desaprovechados: Miles Teller, Kate Mara y Jamie Bell.
Crítica emitida por radio.
LOS 4 FANTÁSTICOS es una revisión actual de la más antigua familia de superhéroes del Universo Marvel. Cuatro jóvenes inadaptados se teletransportan a un peligroso universo alternativo, lo que les confiere extraños poderes. Cuando sus vidas cambian de forma drástica e irremediable, deben aprender a controlar sus nuevas habilidades y trabajar en equipo para salvar al mundo de un viejo conocido que ahora se ha convertido en un temible enemigo. Acción, ciencia ficción, efectos digitales de última tecnología, al servicio de una historia que nos introduce en la génesis de este cuarteto mítico. Separada de las demás adaptaciones del cómic, pero respetando la mitología y la esencia de los personajes, el filme de JOSH TRANK busca empatizar con las nuevas generaciones de espectadores presentando héroes adolescentes y modernos en un Universo fantástico. Entretenimiento pochoclero para amantes de las historietas y el genero.
Cuatro no tan fantásticos Tal como ya ocurrió con El Hombre Araña, Batman, Superman y tantas otras franquicias, Fox también apeló con Los cuatro fantásticos al "borrón y cuenta nueva" con la idea de reiniciar con un elenco más joven una de las tantas sagas basadas en personajes surgidos de las historietas de Marvel. El resultado, esta vez, es a todas luces decepcionante. Josh Trank, que venía de realizar la exitosa Poder sin límites, fue contratado como coguionista y director de este reciclaje, pero aquí no alcanza jamás el nivel de provocación, desparpajo, creatividad y humor negro de su ópera prima. Más allá de algunas secuencias de acción y del despliegue de efectos visuales, esta nueva versión de Los cuatro fantásticos no trasciende casi nunca una sumisión absoluta a las fórmulas más elementales, una narración que no crece y se despliega casi por inercia, y una medianía que -en el terreno de los superhéroes- resulta no sólo preocupante, sino alarmante. El prólogo narra la historia de dos niños unidos en 2007 por la curiosidad, las ganas de probar sus invenciones (nada menos que una máquina para teletransportarse), pero también por la burla de sus profesores, de sus compañeros y de sus familias disfuncionales. Siete años más tarde, en medio de una feria de ciencias de la secundaria, Reed Richards (Miles Teller) y Ben Grimm (Jamie Bell) son descubiertos por el Dr. Franklin Storm (Reg E. Cathey) y convocados para que trabajen en el prestigioso Instituto Baxter. Allí, claro, conocerán a Sue Storm (Kate Mara), a Johnny Storm (Michael B. Jordan) y al futuro malvado Victor von Doom (Toby Kebbell). Las accidentadas misiones que emprenden los protagonistas en sus viajes a otras dimensiones los transformarán en los personajes que muchos fans de los cómics y las películas ya conocen. La descripción de los orígenes de las cuatro criaturas es apenas discreta. La segunda parte, cuando debe desarrollar un film de superhéroes con todas las letras, ni siquiera llega a eso.
Personajes que no encuentran su rumbo La historia vuelve a cero con el origen de los protagonistas, con lo cual recién promediando el metraje arranca la "acción". Con falta de emoción y de gracia, el film naufraga en el intento. El furor de los personajes de Marvel –impensable veinte años atrás- no se detiene, pero no todos los huevos están en la misma canasta y Los 4 fantásticos es uno de los cómics cuyos derechos cinematográficos están bajo el control de otro estudio. Fox tenía hasta el año 2015 para lanzar una nueva película o los derechos volvían a Marvel. Esto no dice nada sobre la película, que quede claro, pero a juzgar por el resultado en pantalla, las posibilidades de sostener una nueva serie es casi imposible. Bastante fallida fue la aproximación anterior a los personajes, aunque el comienzo al menos funcionó en taquilla. Del año 2005 y 2007 eran aquellos films que han quedado muy relegados dentro de la historia de los cómics llevados al cine. Acá se vuelve a empezar, de cero, con la historia de los personajes. Más de la mitad de su metraje le lleva a la película convertirse en una aventura de Los 4 fantásticos. Desde la infancia arranca el relato y luego de unos buenos minutos con aires de Steven Spielberg y su mirada de la infancia suburbana, la historia se empantana, se alarga de forma insólita el prólogo y la acción no llega hasta que es demasiado tarde. Una mejora en los efectos especiales y el diseño beneficia a los personajes, pero no a la película. Todas las escenas de acción contra el villano ocurren en un espacio tan anodino como feo y tampoco son muy espectaculares. La falta de gracia y encanto que tiene esta nueva película es casi curiosa. No hay emoción alguna y aunque son incluso familia o amigos de toda la vida, no hay espacio para la empatía con los personajes. La película tarda muchísimo en mostrar su juego y cuando lo hace no tiene gracia alguna. Habrá que ver cómo funciona en la taquilla para ver como sigue la historia. Pero es una pena que el director Josh Trank, que había hecho un film muy interesante como Poder sin límites (Chronicle) haya quedado apagado al frente de esta producción de alto presupuesto. Como dato extra que la aleja aun más del mundo Marvel, hay que mencionar que Los 4 fantásticos no tiene escena extra en los títulos de crédito. Una buena noticia, porque una escena más a una película tan fallida no lo vendría bien para nada. <
No es para tanto Se toma todo demasiado en serio, y cuando llega la acción, más que adrenalina da risa. Es increíble, pero impresiona el poder que tienen las palabras de Mirtha Legrand, ésas referidas a que el público siempre se renueva. Llegaron hasta Hollywood, donde los grandes estudios entienden que, cada tanto, deben arrancar de nuevo con alguna saga. El cambio tiene que ver con todo: se renueva el elenco, la historia original -generalmente son cómics- es una excusa y allí van, con mayor o menor suerte, empezando de nuevo. No piensan las nuevas sagas como han hecho con James Bond, que el actor cambia y ya van por las dos docenas de películas. No. Los 4 Fantásticos tuvo dos películas recientes, la primera no hace tanto, en 2005, y debido al inesperado éxito -verla hoy, con sus efectos especiales, da un poquito de risa, por lo que no lo recomendamos- y una secuela (L4F y Silver Surfer). Así que ahora no están Ioan Gruffudd, Chris Evans (que saltó a ser el Capitán América, y salió ganando, no se quemó, ni Michael Chiklis ni, ay qué pena, Jessica Alba). El principal escollo de esta película es que se toma todo en serio. Demasiado en serio. Al fin de cuentas, es la historia de cuatro jóvenes que adquieren distintos poderes que cambian su fisonomía, y eso se debe al contacto con un fenómeno extraño y fuera de nuestro mundo. O sea: no vamos a ponernos serios si el origen ya da para tomarlo en broma. Los 4 Fantásticos comienza con Reed y Ben de chicos y, hay que decirlo, parece seguir el aliento de Los Goonies o aquellas películas de los años ’80, en la que no todo era vértigo de entrada. Como que aquí la historia se toma su tiempo para desarrollarse. Pero llega un momento en el que de tan serio que parece todo, cuando llega la acción el contraste es rotundo, y le quieta encanto, si lo tuvo antes. Historia de científicos que creen que se puede realizar la teletransportación humana, no sólo de una habitación a otra, sino a otro punto del universo, tiene a Miles Teller (sí, el de Whiplash y coprotagonista de Los juegos del hambre) como el Hombre Elástico. Y, tal vez porque es el más conocido, le hacen explicar con palabras todo lo que las impagenes también relatan. Será por si los espectadores se entretienen mirando más el cubo de pochoclo. Otra explicación, no existe. Al escaso ritmo se le suma una trama tirada de los pelos (allí afuera en el universo quedó un resentido que querrá vengarse de los 4 Fantásticos, y del mundo también) y un final que da pie para nuevas aventuras, si esta película funciona en la taquilla. Si no, arrancará de nuevo dentro de otros diez años. Cómo sabe Mirtha.
Fórmula catódica. El arranque de este reboot de Los 4 Fantásticos promete direccionarse hacia nuevos rumbos, en comparación con las dos películas anteriores de estos personajes de la factoría Marvel. La amistad, la adolescencia curiosa y las ideas sobre cambiar el mundo parecen conformar un cóctel narrativo, pero el director Josh Trank (Poder sin Límites) nivela para abajo al encapsular la historia de Reed (Miles Teller, de Whiplash), un estudiante de último año de secundaria reclutado por una organización científica luego de que, en una feria de ciencias escolar, parece haber esbozado una máquina que transporta materia a otra dimensión. En ese lugar hace pareja de investigación con Sue (Kate Mara), a los que se les suman un joven científico de cierto prontuario rebelde, Victor Van Doom (Toby Kebbell) y Johnny Storm (Michael B. Jordan), el hijo del Dr. Storm, el líder de esta ambiciosa empresa que tiene -por supuesto, dentro del esquema hollywoodense- intereses militares. A diferencia de otras películas de superhéroes que trabajan una “foja cero” de la historia, en este intento de Fox por revitalizar una de las sagas de comics superheroicos se presenta un grado cero demasiado arraigado a las convenciones televisivas de estos tiempos (ver las transposiciones de DC como Flash o Arrow, incluso Daredevil de la propia Marvel), que estiran la cocción de sus personajes; es decir, se hace foco en las transformaciones de hombres y mujeres ordinarios en superhéroes. En esta oportunidad, la fórmula no funciona por abusar de los procedimientos fotográficos de la TV en el uso de los planos y por presentar diálogos más preocupados por la transmisión de datos para el espectador más desprevenido que por hilar dramáticamente una historia. Ni siquiera se genera una simbiosis entre Miles Teller y Kate Mara, una apuesta previa en función de la cual se podía aspirar a una renovación, esta vez efectiva, de esta franquicia. Mientras que en Poder sin Límites el director Josh Trank jugaba a mostrar a sus personajes en un mundo que les era ajeno, acá sus criaturas son las que parecen distanciarse de él, como si fueran más una propiedad del estudio que produce la película. Así es que este reboot destila demasiada lógica y poca inventiva, la cual apenas se asoma hacia el final, y deja entrever que podría haberse tratado, al menos, de una buena película clase B. Un intento fallido parado en medio de la calle, un verdadero híbrido que peca de claridad ideológica, en términos cinematográficos. La sensación final es de haber visto un trailer de noventa minutos o un piloto de una serie, un verdadero llamado de atención para el cine ya que la invasión catódica de superhéroes puede haber comenzado con esta película.
"Tragedia familiar" ¿Cómo es posible que, en pleno auge del cine comiquero, sea tan difícil adaptar a la pantalla grande toda la riqueza que presenta el primer grupo de superhéroes de la historia de Marvel? Creados en 1961, “Los 4 Fantásticos” surgieron como la primera respuesta seria y amenazante al éxito cosechado por Batman y Superman de parte de Marvel. Sin embargo, estos maravillosos personajes rápidamente se convirtieron por meritos propios en el grupo de superhéroes más importante de la denominada “Casa de las Ideas“, allanando el camino para las futuras creaciones de la histórica dupla conformada por Stan Lee y Jack Kirby. Si bien el equipo liderado por Reed Richards se destacó gracias a una cualidad única por aquel entonces (eran los primeros superhéroes que no poseían identidades secretas) también fueron los encargados de introducir al universo Marvel los diálogos plagados de chistes, el drama humano en la vida de los distintos personajes y los combates espectaculares frente a villanos de alto calibre. Esta es la famosa formula que luego se repetiría con el mismo éxito en los cómics de Spiderman, Hulk, Iron Man y Thor (todos ellos creados en 1962) y que sería explotada al máximo de la mano de los X-Men a partir de 1963. O sea, tranquilamente podemos afirmar que sin “Los 4 Fantásticos” Marvel jamás hubiera llegado tan lejos dentro y fuera de las viñetas. Y es por ese mismo motivo que resulta irónico y triste que en la actualidad estos personajes estén al borde de la extinción y el olvido. Recordemos que el año pasado Isaac Perlmutter, el actual CEO de Marvel, canceló por tiempo indefinido los cómics de “Los 4 Fantásticos“, dejando en evidencia la disconformidad de la empresa con la decisión que tuvo Fox de concretar una nueva película de estos personajes. A tal punto llegó este mensaje que The Punisher hizo volar por los aires al elenco del film de Trank en uno de sus cómics, en un acto de cobardía que solo deja claro una cosa: Los actuales directivos de la compañía en su puta vida leyeron un cómic de “Los 4 Fantásticos” y no tienen la más remota idea de lo crucial que fueron para miles de fanáticos de las historietas. De todos modos, esta película también presenta errores groseros en su realización. El director Josh Trank (responsable de la más que correcta “Poder sin limites“) hace agua por todos lados en su primer gran proyecto cinematográfico y ofrece un producto sin alma, carente de sentido y completamente obsoleto de cara al futuro de estos personajes en la pantalla grande. Resulta increíble como “Los 4 Fantásticos” logra superar los niveles de ridiculez y aburrimiento que presentaron en su monento las peores producciones hechas con personajes nacidos en los cómics. Creo que si hoy tuviera que elegir entre volver a ver el film de Trank o la patética “Gatubela” de Pitof (protagonizada por Halle Berry), definitivamente me quedo con la segunda. Al menos tenía escenas de acción más logradas (no esperen encontrar nada de eso en este film) y estaba protagonizada por actores con más onda que Miles Teller, Kate Mara, Michael B. Jordan y Jaime Bell. Creo que con esa comparación dejo bastante claro lo mala que es “Los 4 Fantásticos“. Sin embargo, sería injusto decir que Trank es el único responsable de este desastre. Si bien en los últimos meses varios portales prestigiosos informaron que Fox no quedó para nada conforme con el trabajo detrás de cámaras del realizador (a tal punto que terminaron aportando su granito de arena para dejarlo afuera de la lista de directores que se harán cargo de la futura antología de “Star Wars“), también hay que ser conscientes de algo: El boicot ideado por Marvel para volver a tener en su poder los derechos cinematográficos de estos personajes funcionó de forma perfecta y por eso estamos frente a un proyecto mal parido destinado al fracaso. Frente a ese inevitable panorama, creo que sería muy justo que dentro de poco tiempo Marvel entre en razón y le devuelva a “Los 4 Fantásticos” toda esa grandeza que que se merecen por haber escrito con letras mayúsculas la historia dorada de la compañía. Y la verdad es que, como un lector acérrimo de las aventuras de estos personajes, lo único que me resta decir de esta nueva película es lo siguiente: Reed Richards, Sue Richards, Johnny Storm, Ben Grimm y Victor Von Doom no necesitaban ser desenterrados para tener que atravesar un segundo velorio.
Superar a la dupla de películas de Tim Story del 2005 y 2007 no era tarea muy difícil. En la era de la lucha colosal entre Marvel y DC, el costado amable del grupo de superhéroes se volvió obsoleto con el tiempo, aún más que sus pobres efectos por computadora. Pero el resultado final del reboot, sorpresivamente, está demasiado lejos de ser un paso adelante en la saga, y hasta se queda corta en resultar un espectáculo pochoclero digno de sostenerse por sí solo. La tarea de Josh Trank venía avalada por su estupendo debut con Chronicle en el 2012, y todo el secretismo detrás del proyecto auguraba dos posibles resultados: confianza plena en el producto o un temor severo a lo que tenía entre manos el estudio Fox. Lamentablemente, y a medida que pasamos el tiempo conociendo a los nuevos personajes, hay algo que va encajando poco a poco y es que Fantastic Four no tiene alma. Es una película tan fría y calculada, afanosa en crear un mundo en el cual el cuarteto se pueda mover, que termina siendo muy funcional, "un patrón", como bien dice Sue Storm en un momento. Culpa de este patrón y de un rígido guión por parte de Trank, el novato Jeremy Slater y el curtido Simon Kinberg -ha escrito las X-Men desde la tercera entrega- es que los protagonistas lucen acartonados, cada uno cumpliendo una función básica. Por más carisma que Milles Teller, Kate Mara, Michael B. Jordan y Jamie Bell hayan demostrado por separado en su carrera, juntos no terminan de generar la química necesaria para funcionar como una unidad bien engrasada. No hay fraternidad entre Sue y Johnny, cuando su nexo conector -uno hijo biológico, la otra adoptada- prometía un costado humano interesante, no hay romance suficiente entre Reed y Sue, y la camaradería entre Reed y su amigo de toda la vida Ben Grimm hace aguas cuando éste último es forzado por cuestiones del guión a ser partícipe del todopoderoso experimento que sale -como siempre- mal. Decir que Bell está desaprovechad es poco. Y qué decir del Victor Von Doom de Toby Kebbell, que interpretó vía animación al excelente ¿villano? de Dawn of the Planet of the Apes el año pasado y acá se despacha con un antagonista carente de emoción y peligro, con un diseño barato que parece una copia burda y masculina de la omnisciente S.H.O.D.A.N del videojuego System Shock 2. Es una referencia algo opaca, pero quienes sepan de lo que hablo, verán las comparaciones isntantáneamente. No está mal que se le quiera dar un costado más serio y centrado a la historia de los Cuatro Fantásticos, pero cuando la fórmula se nota a la legua y toda la información está masticada y servida en bandeja al espectador, hay algo que no salió bien. Si a eso le sumamos la carencia de escenas de acción -se deja el plato fuerte para el final y aún así no es suficiente- pero se cuenta con un más que decente diseño de producción y efectos CGI, el híbrido no termina de dinamitar la saga pero tampoco genera la emoción necesaria para querer seguir viendo más aventuras del grupo. De hacer los ajustes necesarios para un futuro, la inminente secuela prevista para el 2017 podría resultar un avance abismal con respecto a esta pobre reimaginación. Lo que le falta a Fantastic Four es soltarse un poco el pelo, como dice el dicho, y relajarse. Solo así puede volverse mas relevante, porque potencial tiene, y mucho.
Con la belleza de Chronicle (dirigida por Josh Trank) en nuestro recuerdo dificil era esperar que Los Cuatro Fantásticos fuera el tremendo fallido cinematográfico que terminó siendo.La libertad artistica en materia del films superheroicos ya ha sido objeto de arduos debates con el reconocido caso de AntMan donde las diferencias creativas de Edgar Wright terminaron alejándolo de su propio proyecto y parece ser que este film es otro claro ejemplo de las limitaciones al tiempo de someter la creatividad a la industrialización. Los cuatro fantásticos tiene un arranque interesante que luego de pierde en un universo de equívocos narrativos.Un niño Reed Richards, entusiasta inventor, trata junto a su amigo Ben Grimm de encontrar la forma de transportar materia orgánica de un punto al otro. Tras arduos años de investigación su prototipo es presentado en el marco de una feria cientifica donde es reclutado por Franklin Storm quien ve el potencial de este joven y le propone auspiciar económicamente su labor. Así como se conforma un equipo de trabajo adolescente compuesto por Reed Richards (Miles Teller), Sue Storm (Kate Mara), Johnny Storm (Michael B. Jordan) y el rebelde Victor Von Doom (Toby Kebbell) todo parece funcionar sobre rieles en el proyecto de teletransportación solo que ahora sabemos que los objetos en realidad son enviados a una realidad paralela con condiciones climáticas similares a la del planeta tierra. Y es entonces cuando estos jovenes, algo pasados de copas, toman una decisión absurda que modificará para siempre sus vidas dotándolos de poderes no queridos: ser los primeros en visitar esa extraña dimensión paralela. Pero obviamente algo sale terriblemente mal en el viaje y nada es como lo esperaban. Y lo que sale mal no es el viaje sino el guión que termina cayéndose con la misma velocidad y torpeza que lo hace el cuerpo de The Thing. Cuatro jovenes dotados de poderes que no establecen ninguna relación con los mismos, ni con sus pares. Toda la magia que sobrevolaba Chronicle en esas hermosas secuencias de autodescubrimiento, se encuentran totalmente ausente en este torpe reboot que parece estar hecho a las apuradas. No existe motivación alguna para un villano ad hoc, surgido de un extraño Deus Ex Machina que no termina de convencer al espectador, ni desde lo narrativo ni desde lo visual.Lo que se hizo con Victor Doom en este film califica como un auténtico desatino, una desprolijidad indignante que lo hace parecer un mal cosplay de certamen de disfraces. 650_1200 Los cuatro fantásticos es una película que atrasa por lo menos veinte años con un guión pobre y con actores con oficio, pero sin ningún tipo de química ni dinámica grupal.Una verdadera lástima que aún no exista un film que retrate con justicia las aventuras de este grupo de superhéroes atrapados en una puja de derechos comerciales.Muchas cosas pueden faltarle a una propuesta de este tipo, pero lo que es difícil de concebir es ingresar al universo marvelita y entregar un producto sin alma, sin pasión. Los cuatro fantásticos es justamente eso: un film apático, sin pulso narrativo y carente de toda la mística que debe rodear a uno de los primeros productos de la factoría del gran Stan Lee y eso si que es imperdonable.
Entretenimiento y, también, buen cine La historia de la génesis de “Los 4 Fantásticos” está muy bien filmada, con especial imaginación y originalidad para algunos detalles de la dirección de arte y los efectos especiales. Todas las películas sobre personajes de Marvel -y a esta altura ya casi siempre hay una por mes-, la gran cualidad de la nueva "Los 4 Fantásticos" es la seriedad con la que se toma la historia de estos cuatro jóvenes mutados luego de ser expuestos a la energía de un fallido viaje a otra dimensión. De hecho, casi se podría decir que el director Josh Trank se toma todo el asunto demasiado en serio, lo que no está nada mal por el rigor narrativo que exhibe en la primera mitad del film, que confluye hacia el viaje a otra dimensión, aunque le quita algo de diversión a las posibilidades de la acción sobrenatural una vez que los protagonistas ya han adquirido sus superpoderes. El film comienza con un prólogo muy anterior a los hechos conocidos, cuando el futuro hombre elástico es un chico, que en el colegio, cuando el profesor le pregunta qué quiere hacer cuando sea grande, le explica que va a inventar la teletransportación. El pequeño Reed Richards encuentra un inesperado aliado en un compañerito que vive al lado de un desarmadero de chatarra, es decir Ben Grimm, el futuro gigantón llamado The Thing. El tiempo pasa y, ya de adolescentes, en una feria de ciencias, los dos chicos siguen metidos en el tema de la teletransportación, lo que llama la atención de un científico dedicado a ese tópico, nada menos que el padre de los dos Fantásticos Johnny y Sue Storm. La película crece hasta su mejor y grandiosa escena del desembarco de los jóvenes científicos en el llamado Planeta Cero, una tierra extraña de otra dimensión. La escena es formidable, maravillosa y aterradora y, lamentablemente, es un climax que no se repite en una película demasiado contenida, que a nivel argumental, es prácticamente lo opuesto de la segunda parte de "The Avengers", que intentaba contar demasiadas cosas a la vez, mientras que ésta se limita a narrar minuciosamente el surgimiento de estos héroes que recién asumen su verdadera identidad en la última escena. La película está muy bien filmada, con especial imaginación y originalidad para algunos detalles de la dirección de arte y los efectos especiales. Las actuaciones, correctas, no son precisamente el fuerte del film. En cambio, el trabajo de montaje combinado con el antológico score musical de Marco Beltrami y Phillip Glass (todo un lujo para Marvel) consigue que el director ofrezca momentos de auténtico buen cine.
Los 4 Fantásticos es una película de la cual nada se esperaba, y aunque no llega a decepcionar completamente, es justamente eso es lo que nos da: nada. Empeorando lo mediocre o Los 4 Fantásticos Convengamos de entrada que Los 4 Fantásticos no son de los superhéroes más queridos. De los cuatro, solo dos héroes son mas o menos queridos, La Antorcha Humana, y The Thing, tal cual es el verdadero nombre de La Mole. Los otros dos, meh. Y esa es la historia de esta película. Un guion meh, con actuaciones meh, con un desarrollo meh, y con efectos meh. Aun así, le alcanza con NADA para superar a sus predecesoras. De hecho, pienso que debería ser ese el tagline en el poster de la película: Los 4 Fantásticos. Mala, pero aun así mejor que las dos anteriores. Conocemos la historia de inicio de los héroes y del Dr. Doom hasta el hartazgo. Acá lo único que cambia es que en vez del espacio es otra dimensión a la que viajan. Donde habrá, quien sabe por qué, una fuente inagotable de poder. Una vez que los muchachos lleguen allí, un accidente a-la-La Mosca hará que tengan nuevos poderes. Aun así esto es incoherente hasta para una película de ciencia ficción. Antorcha se prendía fuego y La Mole tenia piedras en su pod al momento de regresar a la tierra, por lo cual la fusión con sus poderes es coherente, digamos... Pero ¿Reed Richards? y ¿Sue Storm? Bien, ahí la coherencia se fue al tacho. Porque nada de esto pasa con ellos. Mucho menos coherente es el Dr. Doom, a quien no solo se le da poder ilimitado, si no que de pronto quiere destruir la tierra. ¿Por que? Pues, porque sí. ¿Por que más seria? Remándola en dulce de leche Los actores hacen lo que pueden. Miles Teller y Kate Mara actúan de manera sobria con lineas con las cuales no se pueden lucir. No hay momentos épicos, tristes, de redención. Nada. Los actores hacen lo que pueden con un guión tan pobre como la dirección. De hecho todo es tan berreta que prácticamente no pasa NADA en toda la película. Solo tres cosas suceden: 1- Reed Richards descubre el viaje interdimensional. 2- Viajan clandestinamente y consiguen súper poderes. 3- Victor Doom amenaza toda la tierra y los 4 Fantásticos deben detenerlo. Fin. Nada más. Solo eso. Les aseguro que lo del medio es relleno, es entretiempo, es tirar la pelota al corner para que corran los minutos. No hay in crescendo, no hay desarrollo de personajes, no hay empatia y la poquita diversión que hay viene de las poquísimas escenas de acción que tiene la película. No más de tres, les aseguro. La peli como excusa No solo se rumorea que el director Josh Trank (Poder sin limites) fue básicamente un imbécil durante el rodaje (rumor que cobra fuerza vista su salida del spin-off de Star Wars), si no que esta película tiene el sólo propósito de mantener los derechos sobre la franquicia. Recordemos que si pasa determinado tiempo sin que Fox haga una película con Los 4 Fantásticos, los derechos volverían a Marvel. Y sería genial, pero nunca va a pasar. Porque cada tanto vamos a tener estas apestosas excusas de película simplemente para mantener los derechos sobre los personajes. Aun así, no entiendo por que no hay más esfuerzo y dedicación a la hora de hacer estas películas. Es realmente una falta de respeto a fans, y sobre todo a los personajes en sí. Y no me refiero al cambio de color en un personaje, ya que ni siquiera llega a molestar. Me refiero en lo chato y poco lúcido de un guion realmente opaco y chiquito. Incluso de Marvel mismo boicotean a Los 4 Fantásticos, cancelando el cómic para que sea una película obsoleta. Conclusión Los 4 Fantásticos es realmente una calamidad. No como película en si, sino como idea. Como concepto de hacerla para no perder los derechos. Desde ahí falla en todo lo que viene para abajo: guión, dirección, efectos y actuaciones. Todo esta al servicio de un fin que ni siquiera es absolutamente monetario, lo que la transforma en un producto poco cuidado. La película podrá ser disfrutada (hasta ahí) por niños jóvenes, o por quien quiera vaciar la mirada durante algún tiempo frente a una pantalla, pero de ningún modo esperen un producto de la talla de Marvel, no lo van a encontrar. Están avisados.
Un nuevo comienzo para este grupo de superhéroes de Marvel. Mucho más tranquila en humor, tratando de actualizar a la familia más antigua de este sello de cómics. La historia es contemporánea al público y vamos a conocer a Reed Richards, Ben Grimm, Sue Storm, Johnny Storm, Victor Von Doom, desde que eran pequeños, pasando por su adolescencia y adquiriendo esos poderes que los harán "fantásticos". No son los héroes que conocimos en los dibujitos animados ni tampoco los de la historieta, básicamente, porque es su origen. Reed aparecerá empecinado en construir una máquina que teletransporte materia, en principio inorgánica y luego, su gran desafío: ver en persona dónde van esas cosas que se desplazan en el espacio y por qué vuelven con arena adherida. Para estos experimentos caseros, en un barrio bajo de Nueva York, Reed necesita piezas y allí comienza su amistad con Ben, al que ya conoce de su curso escolar y tiene un desarmadero de autos y máquinas en el mismo vecindario. Ben se une al proyecto que cada vez que se pone en movimiento deja sin luz a todo el barrio y con las protestas de sus padres y vecinos. Las quejas también se hacen notar en el colegio: es en la feria de ciencias cuando frente al desprecio de su profesor, que no cree en el potencial de Reed, el Dr. Franklin Storm y su hija Sue se acercan al chico prodigio y lo becan para desarrollar el invento en industrias Baxter. Hasta allí, nada de super poderes. Al grupo se une otro "hijo" de Storm, que es bastante rebelde y se mete en problemas por correr picadas, Johnny. Él no quiere trabajar en el laboratorio porque siente que no es tomado en cuenta por su padre al mismo nivel que con los otros alumnos destacados. Sin embargo, es brillante y al encontrarse con Reed, congenian para que Johnny se una al equipo. Víctor es un personaje más oscuro del que se revelará su especial interés por salvar al planeta de una destrucción autoinflingida por el sistema al que él rehuye. El proyecto de Reed completa sus propias investigaciones y el que luego se convertirá en villano, en este punto compartirá sus conocimientos y su talento para llegar al universo paralelo, origen de todos los poderes. Efectos muy bien logrados. Una primera parte con mucha información y no tanta acción como en otras pelis del estilo. Podrá preguntarse uno si esta idea no es redundante y en mi opinión diría que no, que está contado desde otro lugar, que los actores elegidos funcionan en su rol para que haya química y se reconozca a los 4 Fantásticos en su piel. El elenco tiene varios actores conocidos por sus intervenciones en series de TV recientes y otros que han fascinado desde la pantalla grande: Milles Teller (como Reed Richards), por ejemplo, actuó en "Whiplash", que tan buena crítica cosechó y fue nominada al Oscar como mejor película; también participó en la remake de "Footloose" y en la saga "Divergente", "Insurgente". Luego tenemos a Kate Mara (como Sue Richards, hija adoptiva del Dr. Storm), fue la periodista entrometida de "House of Cards", actuó en "Entourage" yen "24" (temporada de 2006). Michael B. Jordan, jugará el papel de Johnny, La Antorcha Humana, y en esta ocasión, será afroamericano pues es el único hijo biológico de Franklin Storm. Josh Trank ya había dirigido a Jordan, antes de convocarlo para esta peli, en "Chronicle". Además, participó en la serie "The Wire". Completando el cuarteto, tenemos a Jamie Bell, como Ben, al que le ayudó interpretar en el año 2000, en la aclamada Billy Elliot, a un niño que aspiraba a ser bailarín, ya que para interpretar a la mole de piedras, tuvo que utilizar zancos y un poco mantener el equilibrio como si estuviera bailando. En cuanto al que pasa al lugar de villano, Toby Kebbell, participó en "El Planeta de Los Simios: Confrontación" y tuvo una intervención en un video juego de "La Guerra de las Galaxias", no es un dato menor y ya les diré el porqué. El director de esta reversión, como mencioné anteriormente, es Josh Trank (también es coguionista). Lo de "La Guerra de las Galaxias" tiene que ver pues su realización para You Tube “Stabbing at Leia’s”, fue un fenómeno de las redes sociales que obtuvo más de 10 millones de vistas en línea. Luego vino "Poder Sin Límites" (Chronicle) una inspiración para la actual "Los 4 Fantásticos". Ya se sabe que está en proceso de producción la secuela y que se estrenaría en 2017. A este filme se lo puede condenar con que deja al espectador con ganas de más; eso sería positivo. Digámoslo de otra manera: tiene sabor a poco. Si bien el diseño de producción se acerca bastante a X-Men: First Class (con quien comparten productores), hay sólo una leve brisa de lo que aquello fue. Les anticipo que pueden levantarse antes de que salga el último crédito (no hay anticipos) y lo único que les puedo dejar picando es que descubran si Stan Lee hace o no su cameo como con sus otros paladines de la justicia a los que creó en la historieta y luego llevó a la pantalla grande. Según cuentan las malas lenguas, es posible que esta peli se haya concluido y lanzado al mercado precipitadamente para no perder la licencia de Marvel. Veremos si es verdad cuando llegue el 2017 y tengamos la segunda parte.
Los héroes se volvieron serios e indolentes El principal problema (entre varios) de esta nueva versión de Los 4 Fantásticos son las comparaciones, porque en todas sale perdiendo. A veces la diferencia no es tanta, como ocurre al medirla contra las versiones anteriores de este equipo de superhéroes de Marvel Comics. Porque, es cierto, los dos episodios anteriores tampoco eran gran cosa, pero ofrecían una perspectiva más luminosa, carismática y más pop de sus personajes, lo cual volvía más disfrutables a esas dos películas de 2005 y 2007. En esta nueva versión, más apagada y oscura en todo sentido, incluyendo lo fotográfico, sucede que, salvo en contados momentos en donde el humor consigue colarse con efectividad, todo es serio, tortuoso, indolente. Un carácter que podría pensarse deriva del hecho de que esta vez los héroes son poco más que adolescentes, con sus conflictos y dramas; pero no. Porque la adolescencia es más esa apatía: hay un desborde lúdico y una pulsión festiva que estos cuatro personajes tienen inhibidos. Sin dudas, las decisiones de casting tampoco ayudan a empatizar con ellos. No se trata de que los actores sean malos, sino de a quién, por ejemplo, se le puede haber ocurrido que Jamie Bell, aquel encantador nenito bailarín de Billy Elliot, que no es ni alto ni corpulento, podría ser La Mole. Ahora, si la comparación es con otras películas de acción recientes, ya sean de superhéroes (Antman) o no (Misión: Imposible; Mad Max, Furia en el camino), la diferencia se vuelve abismo. En Los 4 Fantásticos la acción no sólo se demora debido a la excesiva construcción inicial de los personajes, sino que cuando llega parece desarrollarse casi de compromiso, como llenando un formulario. En el camino se lleva puesto al personaje del villano, el Doctor Doom, que parecía tener para decir cosas más interesantes que los cuatro héroes juntos. La película se libra de él y de sus buenas razones de modo burocrático y sumario, volviendo a poner aquello que incomoda del lado de la locura, aunque se trate de argumentos sólidos y atendibles.También es interesante analizar el uso (el mal uso) que se hace de la corrección política. Un impulso que lleva a impostar un gesto de amplitud que, justamente por ser calculado, deja en evidencia su condición de mera pose. Porque incluir a un chico negro dentro del equipo representa una pluralidad étnica y cultural mal aplicada, que mete ruido en la línea y obliga a digresiones de compromiso para justificarla. Y termina siendo una muestra de cinismo, en tanto queda claro que dicha decisión no obedece a un orden ético o moral legítimo, sino a un prosaico mecanismo de marketing. Un mecanismo manipulador, porque detrás de su aparente torpeza parece haber un análisis minucioso de daños y beneficios posibles a la hora de ver con cuál de los personajes se perdía menos a la hora de pintarlo de negro.
"Los 4 fantásticos" no le hacen honor a su nombre "Los 4 Fantásticos" debutaron en los cómics en noviembre de 1961, en The Fantastic Four #1. Básicamente la trama consistía en que cuatro personas eran expuestas a rayos cósmicos durante una misión científica en el espacio exterior y obtenían superpoderes. El grupo estaba conformado por Reed Richards (el Sr. Fantástico), que podía estirar su cuerpo como quería; Sue Storm (la Mujer Invisible), que puede generar campos de fuerza y hacerse invisible; Ben Grimm (La Mole), que posee fuerza sobrehumana debido a que está hecho de roca; y por último Johnny Storm (la Antorcha Humana), hermano menor de Sue que puede envolver su cuerpo en llamas y también volar. Los 4 Fantásticos fue el primer equipo de superhéroes creado por Stan Lee y Jack Kirby y pertenecen a la llamada Edad de Plata de los Cómics, cuando se introdujeron muchos recursos de ciencia ficción en los orígenes, poderes o aventuras de los personajes. La creación de este grupo le trajo muchas alegrías a Marvel Comics, ya que fue uno de los títulos que ayudó a que la compañía pasara a ser una pequeña división de una editorial al monstruo que es ahora. El cómic fue adaptado varias veces: tuvo cuatro series animadas (1967, 1978, 1994 y 2006), y cuatro películas (1994, 2005, 2007 y la que nos compete). Y como alguien que carga con una maldición a cuestas, esta nueva adaptación de uno de los grupos más exitosos y lucrativos que tuvo y tiene el Noveno Arte vuelve a fracasar en su intento de conquistar la pantalla grande. El film comienza presentándonos a un muy joven Reed Richards que, con elementos de su propia casa ha sido capaz de construir un teletransportador. Esto lo logró con la ayuda de su amiguito Ben Grimm. Los dos niños logran transportar cosas inanimadas, pero no traerlas de vuelta. Siete años más tarde, Reed (Miles Teller) y Ben (Jamie Bell) lo han logrado, lo que ellos no saben es que mandan los objetos a otra dimensión. Esta información se las da Dr. Franklin Storm (Reg E. Cathey) y su hija adoptada Sue (Kate Mara). Reed recibirá financiación para perfeccionar su invención, y contará también con la ayuda de Johnny -hijo de sangre de Storm-, capaz de construir lo que le pidan; y Victor Von Doom (Toby Kebbell), un genio científico que tenía un proyecto similar al de él. El grupo logra su objetivo y mandan un chimpancé a otra dimensión y lo traen de vuelta. Los muchachos hacen el mismo viaje pero un accidente hace que adquieran superpoderes (los que ya explicamos) y Victor queda perdido en esa dimensión. Un año más tarde, Reed, Sue, Johnny y Ben deberán trabajar en equipo para detenerlo cuando retorne para acabar con este mundo. El director Josh Trank, que llegó a dirigir este film gracias a la sorprendente Poder sin Límites (Chronicle, 2012), nos entrega una película, sosa, pesada, que durante una hora trata de construir algo que no llega a ser ni original ni novedoso. El guión, producto del mismo Trank, Simon Kinberg y Jeremy Slater, es aburrido, poco interesante y ni siquiera tiene una pizca de humor, tan característica de las películas de superhéroes. El elenco es bueno, basta repasar sus carreras, pero el material que tienen para construir sus personajes es casi nulo: no tienen mucho vuelo dramático ni algo interesante para explorar en ellos. Lamentablemente, el relanzamiento de este grupo no es de la mejor manera. Nuevamente sucumben en la pantalla grande. Lo único "fantástico" que pueden demostrar es si, después de este bodrio, hacen la secuela anunciada para 2017. Si eso sucede, que Dios y Stan Lee se lo demanden.
A veces los pioneros no tienen suerte. Los 4 Fantásticos es un caso especial: a principios de los ’60, este grupo de superhéroes le dio un fuerte impulso a Marvel Comics en la industria del noveno arte y más allá. El Hombre Elástico, La Antorcha Humana, La Mujer Invisible y La Mole cautivaron a generaciones de lectores e influyeron en más de un artista. Como todo lo que tiene éxito en las viñetas, pasó a la pantalla grande, y ahí comenzó la mala racha. Primero fue una adaptación en 1994, producida por Roger Corman; el bajo presupuesto y la dudosa calidad la convirtieron en un placer culpable -muy culpable- para los fanáticos que vieron copias en VHS (los negativos fueron destruidos por la propia Marvel). 2005 fue el año de la versión cinematográfica made in Hollywood, a cargo de Tim Story. Si bien tenía su simpatía, recaudó mucho dinero y hasta produjo una secuela dos años después, nunca generó demasiado entusiasmo entre los seguidores del cuarteto, mayormente debido a un irregular casting -Chris Evans, la Antorcha de turno, tuvo mejor fortuna como Capitán América- y a una falta de espíritu. Aunque el tráiler y los datos revelados presentaban poca fidelidad a la historieta, Los 4 Fantásticos prometía una reinvención al estilo del Batman de Christopher Nolan, con una impronta seria y realista. Además, el director elegido fue Josh Trank, que venía de filmar la sorprendente Poder sin Límites, acerca de personajes de carácter superheroico. La premisa es la de siempre, pero con algunos cambios, empezando por el rejuvenecimiento de los personajes. Reed Richards (Miles Teller) pasa del colegio secundario a integrar un programa ultrasecreto que trabaja en algo que él ya venía desarrollando de chico: una máquina para transportar materia a otras dimensiones. Allí colaborará con Johnny Storm (Michael B. Jordan), su hermana adoptiva Sue (Kate Mara) y Víctor Von Doom (Toby Kebbell), un genio rebelde. No tardarán en viajar a una dimensión de paisaje rocoso, con una fuente de energía que los transformará para siempre. Trank no ocultó la influencia de David Cronenberg, sobre todo de La Mosca, lo que se nota en los primeros cuarenta minutos: una máquina teletransportadora, un triángulo sentimental (puesto de manera sutil, pero está), el descontento y el alcohol como motores para hacer ellos mismos el experimento que los cambiará físicamente (justo en ese momento Reed llama a su amigo Ben Grimm, interpretado por Jamie Bell, quien devendrá en La Mole). El director también quiere hacer hincapié en cómo los militares y el gobierno pretenden hacer uso de estos -ahora inusuales- jóvenes para misiones especiales, al tiempo que desarrolla más tecnología capaz de permitirles ir por más de aquella energía poderosa. Pese a la prometedora búsqueda de Trank, el resultado final es chato, sin vuelo, con chispazos de detalles interesantes en las escenas intimistas, pero tan aburrido como desganado cuando llega la acción, que es muy escasa. Los efectos especiales están por debajo de los que pueden verse en los tanques actuales, aunque no hay un abuso de la tecnología digital. Sin embargo, el mayor error es desperdiciar una mitología tan icónica y a actores de la talla de Teller y Mara. Tampoco se debe olvidar que Doom, ya convertido en villano, está aprovechado pocos minutos, y mal (se lo extraña a Julian McMahon, el Doom en los films de 2005 y 2007, seguramente el mayor acierto de casting en todos estos intentos de adaptaciones). Los 4 Fantásticos merecería en el cine un visionario que sepa darle una identidad definida, con pulso para las peleas y los diálogos, como Richard Donner con Superman, Tim Burton y Nolan con Batman y Sam Raimi con El Hombre Araña. Por ahora, sólo queda un producto de ideas arriesgadas pero poco y nada inspirado. Teniendo en cuenta el funcionamiento de Hollywood, no pasará mucho para que surja una nueva oportunidad en las salas para estos ídolos de la cultura pop.
Sin contar la producción clase-B de Roger Corman de 1994, éste es el tercer intento de crear un “blockbuster” por parte de Hollywood, y lamentablemente es también uno más fallido. Lo que es peor es que el fracaso es tan sonoro, que da ganas que “la tercera sea le vencida” al menos para que Fox deje de intentar revitalizar este constante intento de franquicia. El director Josh Trank, que venía de la sobrevalorada “Chronicle”, se pone detrás de cámara con una solemnidad y tono que entiende por “oscuro” lo más literal de la palabra: escenas poco iluminadas y colores desaturados. Pero los personajes, lejos de la historieta que les dio vida, más que profundos y repletos de dilemas parecen más bien aburridos y desganados. La historia es un nuevo reboot en forma de “origen de los héroes”, pero no tiene demasiado que contar que el espectador ya no sepa, y para colmo lo hace con notable sopor y pretendida grandeza. No es el problema que a “Los cuatro fantásticos” le falte humor (que a Marvel/Disney le funcione no quiere decir que sea la única fórmula permitida), pero sí lo es que le falte diversión. Los cuatro del título se convierten en lo esperado casi para el tercer acto de la película, padeciendo los vaivenes de una estructura narrativa que se detiene primero en un pasado común (la amistad entre el pequeño Reed y Ben en el colegio primario), luego salta hacia un presente intermedio que dura más de lo necesario, y posteriormente avanza a “un año después”, donde la verdadera acción parece comenzar a desarrollarse. “Parece” porque es recién ahí donde surge el villano, el Dr. Doom, en otra pálida adaptación de un personaje que poco tiene que ver con aquel en el cual está inspirado. Josh Trank, ante la apabullante mala prensa recibida, ya salió a argumentar que “el corte que no le dejaron hacer los estudios” es mucho mejor y que éste sí le hubiese fascinado a la crítica. Excusas vanas que, sin embargo, no comprenden el tedio de lo que sí quedó en la versión oficial de la película.
Ni súper, ni héroes, ni nada Hay apenas dos ideas que funcionan en este reboot innecesario -vistos los resultados- de Los 4 fantásticos. Primero, un prólogo con una fuerte impronta “spilberguiana”, con dos de los protagonistas en su infancia de suburbios, involucrados en un experimento científico algo ridículo. El tono es el adecuado, hay humor y cierto aire nostálgico en las imágenes. Y luego, mucho más adelante en el film, la presencia de un villano irascible, con una forma bastante particular de eliminar a sus víctimas (y especialmente violenta para los cánones de estas películas de superhéroes), que puede relacionarse sin problemas con la anterior -e infinitamente mejor- película del director Josh Trank: Poder sin límites. Pero lo que allí era el clímax de una construcción de personaje perfecta, aquí aparece como un recurso de última mano, para insuflarle algo de vida a este producto llamativamente anémico. Evidentemente Los 4 fantásticos no tienen suerte en su traslación al cine. Si bien personajes de Marvel, los derechos pertenecen a Fox, y la productora no ha podido encarar con acierto la experiencia de este cuarteto con poderes algo Clase B como el de estirarse o convertirse en una roca. Sin embargo, y más allá de que las anteriores dos películas (2005 y 2007) fueron muy castigadas por la crítica, creo que en ellas había una apuesta deliberadamente pop, infantil y hasta demodé, que sin ser una maravilla al menos defendían con orgullo sus ambiciones de segunda línea. No buscaban lo trascendente, gran dilema del género, sino más bien la aventura casi de dibujito animado (la segunda se ponía un poco más oscura y mejoraba con el personaje de Silver surfer). En eso, terminaban siendo muy superiores a esta nueva producción, que por el camino de la seriedad queda más ridícula: porque sigue siendo Clase B, pero sus intenciones son evidentemente más amplias. Salvo en la última escena, donde un poco se hace cargo de esa cosa más chapucera que la historia de base pide a gritos: es una historia de grupo, de diferentes que terminan unidos por su “rareza”, de descastados del sistema que buscan divertirse con sus poderes. Nada de eso se ve aquí. Decíamos que hay apenas dos ideas interesantes, pero ninguna de las dos toman cuerpo (el prólogo no alcanza para construir el vínculo entre el hombre elástico y la mole; y la violencia del villano es apenas un efectismo no demasiado desarrollado) para hacer sistema, son apenas pasajes perdidos dentro de un film que tiene como mayor acierto el de no estirarse irremediablemente. Fundamentalmente Los 4 fantásticos es una película con problemas de guión y de estructura, y lo curioso es que no se debe a pereza creativa sino a una decisión explícita (hay calculadas elipsis temporales, por ejemplo): el film de Trank narra en poco más de hora y media aquello que en las películas de superhéroes suele ocupar su primera media hora: presentación de personajes, evento que produce la adquisición de un poder, aparición del villano y explicación de su plan malévolo. Por el contrario, Los 4 fantásticos dilata todo esto, se constituye de esos mismos giros, pero a lo largo del relato. Por ejemplo, el villano recién aparece cuando queda media hora. Esto, que por un lado permite observar una relectura del género y una disposición -si se quiere- arriesgada de los elementos habituales, termina siendo en la práctica un error absoluto, porque es desconcertante en el mal sentido y porque el resultado final es el de un borrador algo tedioso: uno espera que haya algo después de los créditos porque si no, no se entiende (por ejemplo, no hay plan malévolo, toda la película es el experimento científico que sale mal). Si la película no aburre es porque, precisamente, estamos esperando esos giros que no llegan, y la espera opera como una extraña forma de elipsis. Es curioso lo fallido que resulta todo esto, porque Trank había trabajado con acierto -y más- los tópicos de adolescentes y superhéroes en Poder sin límites, los mismos elementos de los que se nutre y con los que se atraganta esta superproducción sin alma. Lo que en aquella era un atractivo y oscuro abordaje del género para reflexionar sobre la adolescencia y sus miedos en un mundo contemporáneo y en extremo vanidoso, que encima sostenía con inteligencia el recurso gastado de la cámara en mano, aquí está totalmente imposibilitada de reflexionar sobre nada. Sus jóvenes mal delineados son intrascendentes, los conflictos carecen de interés y los vínculos impiden que uno se emocione o sufra por el destino de los héroes. Los 4 fantásticos es una película totalmente descartable.
El fracaso de las fórmulas ¿Otra película de superhéroes? Sí. ¿Otra película de superhéroes de Marvel? Sí. Pero esta no forma parte el Marvel Cinematic Universe y se nota. El MCU, con todos su defectos, tiene en el superproductor Kevin Feige un guardián inteligente que si bien atenúa algunas virtudes y apaga los posibles destellos de originalidad y brillantez de sus diferentes directores, tiene la capacidad de lograr en sus películas un mínimo de calidad y, sobre todo, un tono claro y relativamente uniforme. Es lo bueno y lo malo que tiene. Pero Los cuatro fantásticos es catastrófica. No sé nada acerca de los cómics y mi único contacto con el cuarteto de superhéroes fue a través de los dibujitos animados de Hannah-Barbera cuando era chico y por lo tanto no entiendo -ni me importa, la verdad- por qué el cine no ha podido adaptar con éxito esta historia, pero lo cierto es que este reboot de Josh Trank -responsable de la interesante Poder sin límites- pifia en todo: tono, historia, acción y actores. Si es culpa de él, del guión, de los actores o de la compañía productora que estuvo hasta último momento toqueteando el libro, imposible saberlo. Los problemas de la película ya eran legendarios antes de su estreno y cierta prensa del espectáculo se regodeaba en los chismes de producción y había decretado que la película era mala desde antes de verla. Hay que decir que, en este caso, tienen razón. El problema principal de Los cuatro fantásticos es que se toma una hora de película para el prólogo: cómo el científico Reed Richards y sus compañeros Johnny y Sue Storm y Ben Grimm llegan a sufrir un accidente que los expone a la radiación y les da poderes. El modelo pareciera ser -quizás involuntariamente- el de Batman inicia, pero mientras en la película de Nolan la historia del asesinato de los padres y el entrenamiento por parte de Ra’s al Ghul es fascinante y hasta cierto punto mucho más interesante que lo que viene después, en Los cuatro fantásticos uno siente todo el tiempo que está mirando el prólogo de algo, una narración que es como un trámite que se demoró demasiado. Pero hay algo peor: Batman inicia dura 140 minutos y Los cuatro fantásticos apenas 100. Es decir: al final de ese prólogo largo y aburrido, la película ya se está terminando. El último acto, al que uno llega hastiado pero con la esperanza de ver un poco de sangre y sudor, parece el de una película clase B. Todo es chiquito y sin pasión. Suelo criticar los finales de las películas del Marvel Cinematic Universe porque sacrifican la originalidad en aras de una grandilocuencia que no sirve para nada. Destruyen Nueva York sin inventiva. (Salvo Ant-Man.) Los cuatro fantásticos no tiene, desde ya, inventiva, pero tampoco tiene grandilocuencia. Cuando termina la película, con una especie de cliffhanger que da pie a una continuación, da la sensación de que nunca empezó, de que lo que acabamos de ver debería haber sido el “previously on” de la película verdadera o de que, editado a quince minutos, el prólogo de otra cosa.
No cumple con las expectativas: flojo debut de los "Los 4 Fantásticos" El relanzamiento de Los 4 Fantásticos sigue sin hacerle honor al cómic, aun cuando la intención sea respetar el espíritu original. Talón de Aquiles del gesto de adaptar la historieta al cine, Los Cuatro Fantásticos se merecen todavía una aceptable versión que les haga justicia, incluso después de este flamante relanzamiento de la Fox –productora responsable de la más digna franquicia dedicada a los X-Men- dirigido por Josh Trank (Chronicle). La moción de poner a un ascendente director indie en los controles emula al de Marc Webb con el Hombre-Araña, pero aquí el pase al mainstream es menos esplendoroso: no hay nada fantástico en Los Cuatro Fantásticos, una tímida y dubitativa intención de respetar el espíritu de las geniales e imaginativas creaciones de Stan Lee y Jack Kirby. Reed Richards (Miles Teller, el baterista de Whiplash) es un joven de ambiciosas aspiraciones científicas que quiere descubrir el misterio de la teletransportación. El Dr. Storm (Reg E. Cathey) ve en él a un talento y lo convoca para trabajar en su instituto Baxter codo a codo con su hija adoptiva Sue (Kate Mara) y Victor Von Doom (Toby Kebbell). Los varones del experimento –a quienes se suman Ben Grimm (Jamie Bell), amigo de la infancia de Reed, y Johnny Storm (Michael B. Jordan), hijo rebelde y propenso a las picadas de Storm- se portan mal: cuando todos duermen aprovechan para pasar al otro lado del portal cuántico hacia un mundo árido habitado por radiaciones verdosas que los afectan. En el camino pierden a Von Doom en un abismo y al volver contagian a la sorprendida Sue, con lo que la mutación es completa. Pasada una hora emergen las criaturas, todo lo que el filme parece tener para mostrar, y de hecho ahí la cuestión se agota. Las posibilidades plásticas de un hombre de goma, una antorcha humana, una mujer invisible y un gigante de piedra son despreciadas por la perezosa tecnología digital con La Cosa como principal saldo: su cuerpo, salido de una pesadilla de Pixar, parece hecho más de crocantes galletas chips que de dura roca. Después vendrán escenas de acción apresuradas y elipsis torpes que impiden construir toda épica, diálogos ceremoniosos, embestidas de música clásica y un villano –el mismo Von Doom convertido en el nihilista y robótico Dr. Doom, mezcla de Hombre Bicentenario y Terminator- que quiere acabar con el mundo sin pena ni gloria. El aggiornamiento –Sue escucha Portishead, Reed se saca selfies y tiene Instagram y protagoniza un lamentable ¡plop! final, el Johnny Storm de piel negra suma corrección multicultural cool- tampoco hacen más fresca una adaptación que al confundir respeto con pacatería acaba traicionando el aura original. El resultado: un ingenuo y aburridamente romántico filme de ciencia-ficción y aventuras. Superada la etapa de congraciar a los fans del noveno arte en el salto cuántico hacia el séptimo, los filmes de superhéroes deben buscar otros portales creativos si pretenden resultados fantásticos.
Los 4 fantasticos es un fiasco donde sólo se salvan los primeros minutos. El elenco tiene cero carisma, y ninguno de los personajes logra empatía con el espectador. Lo único rescatable de esta película es el hecho de poder enterarse del origen de las habilidades super humanas de estos jóvenes, siempre y cuando no seas un...
Crítica emitida por radio.
El más frustrante de los regresos “Los cuatro fantásticos” cometió el peor de los pecados que puede achacársele a una película de superhéroes: es mortalmente aburrida. Se tomó en serio a sí misma y se sintió obligada a dar mil explicaciones. Eso sólo puede hacerlo Christopher Nolan dirigiendo al Guasón de Heath Ledger, de lo contrario es una ridiculez. Y pensar que el tutorial lo regalan los estudios Marvel. Si Josh Trank hubiera copiado la receta de “Guardianes de la galaxia” y “Ant Man” hoy estarían brindando todos felices y no lamentando uno de los fiascos más notorios del año. La franquicia empezó de nuevo, se supone que con la intención de elevar los estándares de calidad marcados por las entregas de 2005 y 2007. A la luz de la experiencia, las predecesoras son infinitamente mejores. ¡Y estaba Jessica Alba! Estos 4 fantásticos no tienen química, seguramente porque nadie entiende muy bien lo que está haciendo ni lo que ocurre. Inexpresivos a más no poder, Miles Teller, Jamie Bell y Kate Mara ruegan para que todo se termine rápido. Michael B. Jordan, quien carga con la polémica suscitada por ser el primer Antorcha negro (hay gente que discute mucho sobre estas cosas) intenta ponerle pilas, y nada. A Toby Kebbell le toca encarnar a uno de los peores villanos que se recuerden. Hay un problema básico: la historia es malísima y desde allí resulta imposible repechar la cuesta. “Los 4 fantásticos” es tan apática y previsible que hasta se da el lujo de retacear las escenas de acción (¡en una película de superhéroes!). Mejor así, porque puestos a luchar provocan entre risa e indignación. Cuando un estudio como Fox invierte tantos millones de dólares se supone que los proyectos quedan sometidos a un testeo exhaustivo. ¿Nadie se avivó de que la película es una melodía que conduce a los espectadores a desperdiciar dos preciosas horas de su vida?
Se acusó a las dos películas anteriores con estos personajes de ser “demasiado comedia”. Y resulta que son buenas comedias de aventuras (el dúo Chris Evans-Michael Chiklis será extrañado para siempre). Este “relanzamiento”, por parte de un director interesante que había dado una vuelta de tuerca al tema con Sin límites, es -justamente- limitado. Hay algunos cambios (la Antorcha Humana es afroamericano, en fin...) que no tienen demasiado sentido y, si los efectos especiales son mejores que aquellas dos lindas comedias, se trata de un mérito de ingeniería más que de realización. La historia sobre lo que implica tener un poder especial y tremendo queda esta vez a mitad de camino, a pesar de una buena primera mitad que desemboca en el trompis megafantasioso de rigor sin que por ello crezca en dramatismo (el megatrompis de la primera Los Vengadores, por ejemplo, era pura catarsis de humor y transparencia). No es una película más de superhéroes: es una menos.
Si los filmes son alimentos del alma, las películas de superhéroes serían golosinas. Estas deben ser sabrosas, grasosas, llenas de calorías, y muchas veces insalubres inclusive, algunas pueden tener algunos nutrientes, pero no se consumen por ese motivo. Lamentablemente Los 4 Fantásticos no es una golosina, es más bien una galleta sin sal. No alimenta mucho, no nos deja saciados, y no es sabrosa. No tiene los condimentos cocinados en su punto justo para entusiasmarnos, ni para saciarnos, ni para llenar nuestras expectativas. Tiene gusto a poco. Los 4 fantásticos no es un filme malo per se, es en todo caso un filme fallido. Tiene buenos ingredientes; a saber, buenos actores concorrectas interpretaciones, buena calidad técnica, no tiene huecos de guion que sobresalgan, ni escenas que estén mal filmadas, mal editadas, o con inconsistencias lógicas marcadas. Pero tampoco tiene acción, ni efectos especiales sorprendentes, ni emoción, ni humor, ni escenas espectaculares, ni aventura, ni la emoción del descubrimiento. Ante la falta de entusiasmo que genera, se convierte en un filme bastante soporífero, que garantiza que en cada función de trasnoche haya al menos un miembro de la audiencia que termine cayendo en los brazos de Morfeo. Quienes no se duerman frente a la espeluznante falta de estímulos del filme en cuestión, es muy probable que lo consideren aburrido, o en caso de que la vean en casa, de que abandonen el visionado. Y ese es el peor pecado que puede cometer un filme de superhéroes, no brindarnos entretenimiento. Los 4 Fantásticos son un grupo de superhéroes que luego de hacer un viaje a otra dimensión, vuelven traumáticamente, pero con poderes. Cada personaje tendrá una habilidad distinta; estirarse en el caso del protagonista, convertirse en un ser volador rodeado de fuego en otro personaje; ser invisible y crear campos de fuerza en el caso de la mujer; y ser de roca, súper fuerte y aparentemente indestructible, en el único personaje que no es científico pero hace el viaje igual. En ese viaje perderán a uno de los científicos del grupo, bastante asocial, que luego de un año en esa dimensión vuelve superpoderoso, deformado, maligno y con intenciones de destruir y matar todo; un villano totalmente unidimensional y sin una motivación clara. Además de tener problemas la construcción del personaje del villano, el Dr. Doom, tiene una aparición muy tardía que deja a la película huérfana de un conflicto durante cerca de una hora de metraje, por ende el dramatismo del filme se ve reducido. Y sin un conflicto claro, dos tercios del filme sufren un vacío emocional que hiere de muerte a la cinta, que solo podría ser salvada en el último acto con un clímax atronador, espectacular, dramático y épico; el cual no llega nunca y muestra una batalla final apurada, poco creativa, anodina y sin profundidad, lo cual decreta el deceso final del interés del espectador y por ende la muerte del filme, muy probablemente también de la franquicia, y quizás la de la carrera del director inclusive. Si la historia de inicio de estos superhéroes fuera más interesante, la película podría haberse salvado, aun cuando no hubiera muchas escenas de acción, y el final no fuera épic. Con personajes más interesantes y una historia de inicio rica en detalles, podría haber pasado lo que sucedió con Iron Man, que dejó gusto a poco en la acción, pero dejó bien establecido al personaje para futuras secuelas. También en Batman Begins hay mucho tiempo de espera para que salga el héroe, pero esa espera está matizada por escenas de drama humano realmente interesantes, que desembocan de manera lógica en el personaje que todos conocemos, y además luego de tomarse ese extenso tiempo para construir el personaje, vienen a continuación varias secuencias que cierran la película con acción de primer nivel, dramatismo y espectacularidad, valía la pena la espera. Pero aquí muchos dirán ¿esto es todo? y será una pregunta más que válida. En definitiva, con solo 2 escenas de acción y breves para lo que uno espera; este filme que debería ser una rica golosina cinematográfica, es un producto desabrido y poco apetitoso, no se le puede echar solo dos cucharadas de azúcar a un lo que debería ser un postre hipercalórico. No es un filme malo en el sentido concreto de la palabra, no es una comida quemada, o con ingredientes podridos, o que esté rancia, o que tenga hongos, o de mal gusto; es un producto con buenos ingredientes, bien cocinados, pero mal condimentados y mal presentados, que no nos deja gusto a nada, que no es sabroso, que no nos nutre y ni siquiera nos engorda. Es un filme que fotograma a fotograma, nos va decepcionando muy paulatinamente; mientras nos vamos dando cuenta que pagamos por comer una rica torta, pero terminamos comiendo una galleta sin sal. Cristian Olcina
Cuatro jóvenes pueden salvar al mundo a través de sus superpoderes. Los 4 Fantásticos son un grupo de superhéroes que aparecen como cómics estadounidenses creados por Marvel y que se comenzaron a ver años anteriores en diferentes películas. Ahora nos encontramos con esta nueva versión dirigida por Josh Trank (“Chronicle”) y protagonizada por: Miles Teller (“Whiplash: Música y obsesión"), Kate Mara (“127 horas”), Jamie Bell (“Billy Elliot"), Michael B. Jordan (“Chronicle") y Toby Kebbell ("RocknRolla"). Se centra en cuatro jóvenes marginados que se teleportan hacia un universo paralelo y peligroso que altera sus cuerpos de maneras aterradoras. Ellos son: Reed Richards (Miles Teller), Ben Grimm / The Thing (Jamie Bell), Sue Storm (Kate Mara) y Johnny Storm (Michael B. Jordan). Ahora que sus vidas han sido transformadas, este equipo debe aprender a utilizar sus nuevos poderes de manera conjunta para rescatar a la Tierra de uno de sus ex-amigos, ahora transformado en un peligroso rival. Esta nueva versión, con un elenco más joven y que mantiene la estructura y el infaltable villano de turno que aparece cerca del final Victor von Doom (Toby Kebbell), tarda mucho en aparecer y se demora demasiado con otras situaciones. Su ritmo resulta un tanto desparejo, contiene poco humor y un pobre guión. Para destacar los muy buenos efectos especiales, fotografía y los elementos que provocan la acción. Puro entretenimiento, pochoclera de principio a fin e ideal para los amantes del género. Con un final que te da la pauta que la historia continúa y cuyo estreno se encuentra previsto para el 14 de julio de 2017 en Estados Unidos.
Si la industria cinematográfica per sé es un engranaje intrigante que se mueve por la plata y termina entregando algunas curiosidades, lo de la Marvel ya es un caso aparte. Puede pasar de un tiro al aire a un verdadero hallazgo (caso “Ant-Man: El hombre hormiga” este año), o de un producto medianamente sólido y de buena factura, con posibilidades de expansión, a un insólito (¿caprichoso?) relanzamiento con poco tiempo de diferencia como es el caso de “Los 4 fantásticos”, el estreno de esta semana. Esta nueva propuesta para la pantalla grande, luego de la realizada por Roger Corman en los ‘90 y las dos de 2005 y 2007, ya en pleno reinado del universo Marvel, parece apostar por una construcción completa de la historia de Reed Richards desde que era pequeño, como si la intención fuese lograr un compromiso y una empatía del espectador (por supuesto de los fans también) por el sólo hecho de conocer todo su derrotero. El comienzo promete, es cierto. Con un estilo narrativo “inspirado” a lo Steven Spielberg como productor de “Los exploradores” (1985), o de J.J. Abrahams en “Super 8” (2011), “Los 4 fantásticos” arranca con Reed (Owen Judge) como un niño de inteligencia superlativa que con toda soltura se anima a pararse frente a la clase y anunciar su sueño de ser el primer hombre en tele-transportarse de la historia de la humanidad. Si es para llegar de un punto a otro porque está harto de esperar el colectivo, o cualquier otro motivo, es difícil de saber. Pero él quiere lograr eso y ¡chau! Esto en complicidad con su compañero Ben (Evan Hannemann), quien no entiende mucho, pero le toma cariño y lo sigue hasta un fallido intento que deja sin luz a todo el barrio. Luego de estos primeros 30 ó 35 minutos una elipsis nos lleva a ocho años después, y también a cambiar todo el estilo que pasa de los referentes anteriores a poco más que un formato meramente televisivo al punto de dar la sensación de estar dirigida por otra persona. Sigo. Estamos en el gimnasio cubierto de la escuela secundaria con un Reed adolescente (Miles Teller) que ha llegado junto a Ben (Jamie Bell) con su experimento a la feria de ciencias en donde, pese a salir todo mal, es tomado por Franklin Storm (Reg E. Cathey), junto a su hija adoptiva Sue (Kate Mara), para ofrecerle una beca en la fundación con la intención de financiar el proyecto. Alguien cree en él. Allí conocerá a Johhny Storm (Michael B. Jordan) y a Victor von Doom (Toby Kebbell), y si bien hacen equipo a regañadientes luego se verá que van por caminos diferentes. Insólitamente, luego del éxito del invento, y ya encaminados hacia el clímax, la estética vuelve a cambiar, pero esta vez se agrega una relativa falta de pericia para comandar escenas de acción apoyada por un guión que, dado como venía el relato, se precipita como si se hubiera cortado el chorro de plata para hacerla. Siendo “Los 4 fantásticos” un producto de Marvel de tercera o cuarta línea, son demasiados lujos para darse en estos tiempos resultadistas. Más allá del guión, hay tres puntos fundamentales para que una producción de superhéroes funcione, lo que aquí a nadie parece importarle. El primero, los conflictos internos y los puntos oscuros de los personajes. En este aspecto la Marveles tan especialista en construirlos desde la historieta (X-Men, El hombre araña, Iron Man, etc.) como éste director en esquivarlos. Y los esquiva tan bien que los posibles ejes dramáticos (algunos muy interesantes) apenas quedan mencionados, a saber: Reed es superdotado en el seno de una familia indiferente y que no lo entiende; Ben pertenece a un hogar de pura violencia doméstica; Sue es adoptada; Johnny suele revelarse a los mandatos; por si fuera poco, Doom se aísla del mundo y vive en su propia burbuja de repulsión. Nunca el realizador (casi debutante) Josh Trank, ni los otros guionistas (además de él) Simon Kinberg y Jeremy Slater, supieron como explotarlos. El otro punto fallido es de dirección actoral (también responsabilidad de Josh Trank). Salvo en la primera parte cuandoBen y Reed son chicos, nunca se logra un vínculo sólido en éste cuarteto, ni tampoco con el inminente villano, y eso que estamos frente a buenos actores, en especial Miles Teller. El tercer punto pertenece al aspecto visual. Será que la vara está demasiado alta en este siglo, y como espectadores estamos mal acostumbrados, pero en varias oportunidades se nota mucho el “truco”, como ese corte por croma mal digitalizado y diseñado del mundo paralelo, o el verde fluo “setentoso” que está acompañado por una banda sonora de extraña mezcla (¿qué hacen Marco Beltrami y Philip Glass componiendo para esto?) Hablar del resto no tiene sentido. Si la cosa sigue por obra y gracia de la taquilla, la buena noticia es que sólo puede mejorar. Es raro decir esto de una producción de Marvel: “Los 4 fantásticos” es inconsistente, superflua, aburre y falla en casi todo.
De fantásticos nada… Los Cuatro Fantásticos (Fantastic Four, Josh Trank) es mala, pero mala con ganas. Para ser honesto, nunca leí el comic y estoy lejísimos de ser autoridad en el tema. Con este hecho podría darle beneficio a la duda e intentar justificar esta horripilante producción a través del desconocimiento pero sería faltarles el respeto a Uds., nuestros lectores. Estoy convencido que las adaptaciones deben comprenderse como complemento de la totalidad de la obra en sí, por lo que investigando en Wikipedia pude entender el porqué de tanto fanatismo alrededor de esta familia disfuncional de superhéroes. Para mi sorpresa, descubrí que desde sus inicios formaron parte de los primeros personajes en mostrar un lado humano -sensible y vulnerable- alejándose de los arquetipos y convenciones de la época. Obviamente como todo comic, pasó por infinidad de restarteos y universos paralelos, asumiendo nuevas y locas historias de origen. Por esto y sumándose a la movida de Marvel Ultimate Alliance (video juego de rol de acción) esta producción tomo como referencia principal Ultimate Fantastic Four, colección que surgió a mediados del 2000, presentando una versión juvenil de nuestra bienhechora familia. Pero dejando de lado las referencias, este último reboot falla en varios niveles. La trama es floja y aburrida, las secuencias de acción tardan una eternidad en aparecer y cuando lo hacen encima son pésimas, los efectos especiales están años luz de ser espectaculares, la puesta en escena es demasiado trucha; como si se hubiese filmado todo en la misma locación. De hecho la parte más entretenida es el principio, cuando ninguno obtuvo sus poderes, e inmediatamente luego de este suceso la película entra en caída libre. Rebosa de sinsentidos y está simplificada al máximo, causando un efectos somníferos en los espectadores. El único acierto a medias fue el ligero tinte oscuro que quisieron darle a la historia, cosa que tampoco se pudo conseguir del todo por ser calificada para mayores de trece años. Los 4 Fantásticos rebosa de sinsentidos y está simplificada al máximo. Por otro lado, si en las entregas anteriores Jessica Alba te pareció frígida y acartonada, en comparación con este nuevo elenco, es Lionel Messi. Nunca logran generar una mínima química entre ellos. Reeds Richard (Miles Teller) y Sue Storm (Kate Mara) te congelan el corazón. La antorcha humana (Michael B. Jordan) debe ser uno de los pocos afroamericanos sin onda y esa idea de hermanastros no funciona para nada, totalmente perjudicial para la trama. La Mole (Jamie Bell) está bastante bien solo hasta que pasa a ser una animación computada. Por último, Victor Von Doom (Toby Kebbell) más que un súper villano, erudito y genio científico, poseedor de habilidades místicas, control telepático, fuerza sobre humana, campos de fuerza y una armadura sin igual; parece el hijo mimado, retardado y caprichoso de Darth Vader. En definitiva, habrá que seguir esperando por una adaptación digna de este equipo mítico de superhéroes.
Los 4 fantásticos ya cuentan con dos intentos de llevarlos al cine. La primera, en los 90, desconocida, mientras que la segunda, la conocemos todos, con un reparto encabezado por Jessica Alba y Chris Evans (hoy mejor conocido como el Capitán América), en donde predominaba el humor y donde Doom fue reducido a un simple personaje que controlaba la electricidad (y se quejaban de Electro...). Posteriormente, la secuela con el Silver Surfer prometía, hasta que decidieron convertir a Galactus, uno de los villanos más tenebrosos de Marvel, en una simple nube de polvo. Por eso, debido a las malas críticas, decidieron hacer un reboot de la mano de Josh Trank, director novato, cuyo único éxito, Chronicles, trata sobre unos jóvenes que adquieren poderes y aprenden a usarlos mientras se graban a sí mismos. Por ello, muchos decidimos darle la oportunidad. Si están al tanto de lo que sucede en la internet, sabrán que el mismo Trank fue quien armó revuelo al decir, después de conocer el histórico 9% de aceptación en Rotten Tomatoes (el más bajo para una película de héroes), que el estudio arruinó la "fantástica visión" que había tenido de estos héroes. Sin embargo, y es una crítica generalizada, aunque el film dista mucho de ser lo excelente que nos prometieron, tampoco es lo peor. Acá entra lo mucho o poco que crean en conspiraciones para explicar que Disney, actual dueño de Marvel, haya iniciado una campaña de desprestigio para recuperar los derechos de este equipo, no por nada incluso en los cómics también fue cancelada su serie. Y no, no es tan mala la película. Sin embargo, reconocemos que, efectivamente, el proceso de edición se cargó a la película. Todo empieza bien, como una historia de orígenes: tenemos el proceso de crecimiento de Reed y Ben, la aceptación de Sue y su relación con un carismático Johnny. No importa su edad, apariencia, raza y todos los estereotipos que en un principio parecían negativos. Creen en lo que hacen, saben actuar y les creemos. De igual manera, Víctor inspira respeto y temor, aunque después las motivaciones se pierden un poco. Y cuando consiguen sus poderes, es cuando todo empieza a desmoronarse: efectos muy malos, peleas internas poco creíbles, el típico sacrificio para "unirlos como equipo" que se ve venir desde que comienza el filme, y la batalla fina, que es una auténtica burla. Cuando aparece Víctor y escapa, parece que por fin estamos ante el verdadero Doom. En despliegue de poderes, en actuación, personalidad y deseos de matar, estamos muy bien. Pero posteriormente, una batalla ridículamente corta -un golpe de cada quién y se acabó- y oscura, en donde se nota toda la edición tan mala que hicieron y el por qué decidieron casi de último minuto no convertirla al 3D tira abajo lo que parecía algo no tan malo. Y si son un poco curiosos, también se darán cuenta que muchas de las escenas de los avances ni siquiera llegaron al corte final. Entonces, si las quejas del universo Marvel de muchos directores giran en torno a la poca libertad que les otorgan con tal de que encajen en la historia que han construido, ¿cómo se le puede llamar a lo que hace Fox para mantener los derechos de sus personajes y al no respetar la visión de un director a quien se supone contrataron por sus ideas frescas?
La apuesta de 20th Century Fox por expandir su elenco de superhéroes llega a los cines de la mano de Josh Trank. Con un elenco prometedor, un guión con potencial y una productora experimentada en materia superheróica, los Cuatro Fantásticos estrenan su primer reboot en el cine. Esta era la oportunidad de Fox por consagrarse como un verdadero rival de Marvel Studios, con personajes y mundos lo suficientemente fuertes como para plantarle cara al MCU. Una verdadera lástima que no haya sido suficiente para consagrar a esta legendaria franquicia. Protagonizada por Miles Teller, Kate Mara, Michael B. Jordan, Jamie Bell y Toby Kebbell, un cast bastante sólido si tenemos en cuenta el historial de cada uno. Si no fuera por el mediocre guión con el cual los actores debieron trabajar, su calidad podría ser reflejada de una mejor manera en el film. El desarrollo de personajes se ve aplanado por una historia que no tiene idea hacia dónde dirigirse, comenzando con una primera mitad insostenible, un nudo interesante y un desenlace más corto que los pantalones de la Mole. El cómic de los Fantastic Four es conocido y renombrado por ser el corazón mismo de Marvel. Sus personajes engloban todo lo que sus autores, la dupla de oro conformada por Stan Lee y Jack Kirby, soñaron con hacer en el mundo de las historietas. Viajes cósmicos, humanos comunes y corrientes salvando el mundo, historias de amor, acción, drama y aventura. Desgraciadamente nada de esto se ve reflejado en la pantalla grande. maxresdefault (1) No hay nada malo con un cambio de enfoque, de hecho la trilogía de Batman a cargo de Christopher Nolan supo dar sus frutos. El problema radica en una crisis de identidad en la cual se ve sumida la película, al querer priorizar el tono oscuro pierde puntos por el simple hecho de que los personajes no combinan efectivamente con el mismo. El resultado se torna una ensalada de oscuridad, poderes y genéricas frases hechas. 37069 Lo peor de todo es que durante el transcurso del largometraje se pueden notar ciertos puntos altos en la trama y las ideas que estaban detrás del proyecto. Existen leves momentos oscuros que suman mucho y son fieles a los cómics, pero la prolongación del tono es lo que flaquea a la hora de llevarlo a la pantalla. Los primeros 40 minutos son extremadamente difíciles de soportar, con unos personajes insertados uno por uno sin mucho contexto y a una figura paterna forzada que sólo sirve para tirar frases que sirvan a la hora de editar el trailer. A diez años de su debut oficial en la pantalla grande, los Cuatro Fantásticos siguen sin una identidad fiel y digna de su contraparte historietística. Los elementos superficiales del cómic pueden encontrarse pero la esencia del mismo brilla por su ausencia. Y lo peor de todo es que Marvel canceló la serie regular de los personajes para no generarle publicidad gratis a Fox.
Antes de comenzar esta review, quiero dejar en claro un único punto: no soy una gran lectora de comics. Ni por asomo. Lo más cerca que estoy de la historieta en general es haber leído Mafalda y Condorito en mi infancia. Pero, además de eso, estoy muy lejos de los (entiendo gloriosos) universos creados por Marvel y DC Comics. Habiendo aclarado ese punto, siento que tengo algo a favor a la hora de hablar de la película, y es el no estar atada a algo leído previamente. Me pasó con muchísimos libros que adoro y, a la hora de ser llevados al cine, la comparación es inevitable. Sin embargo, en este caso puedo centrarme exclusivamente en la película, sin tener en mi horizonte sus orígenes gráficos. La historia es muy tediosa y aburrida: inicia en la infancia de Reed Richards (de grande interpretado por Miles Teller, el pibe baterista de Whiplash) quien, ayudado por su amigo de la infancia Ben Grimm (en su versión adulta, Jamie Bell, de Nymphomaniac y Snowpiercer), comienza a desarrollar determinados avances tecnológicos que culminarán en una máquina que permite viajar a otras dimensiones. Dimensiones en las que, debido a inconvenientes en el viaje, ellos dos, junto con Victor (interpretado por Toby Kebbell, de Dawn of the Planet of the Apes), Sue Storm (Kate Mara, de House of Cards) y Johnny Storm (Michael B. Jordan, Chronicle) terminarán obteniendo sus poderes sobrenaturales. Hay un muy, muy, pero muy leve intento de dibujar un conflicto. Pero este conflicto no deja de ser individual, y es Reed tratando de remediar las modificaciones que han sufrido luego del viaje interdimensional. Error, garrafal error: si son un equipo, ¿no deberían actuar como tal? A lo largo de toda la historia, los cuatro protagonistas parecen cuatro hijos de un fallecido peleando por la sucesión mediante abogados: interactúan poco y nada, y a ninguno parece importarle mucho el otro. En un momento de la trama, se dan cuenta que volviendo a viajar a aquella otra dimensión, es posible que cada uno vuelva a su estado físico original. Y en esa dimensión paralela es que se enfrentan con un Victor ahora devenido en Dr. Doom, que había quedado olvidado en la primera misión porque ellos lo creyeron muerto y tuvieron que regresar. Un enfrentamiento completamente absurdo, que sucede en un lugar ajeno al planeta Tierra, totalmente irrelevante para cualquier ser humano. Es así como, sin ninguna trama fuerte que los sustente, sin ningún riesgo mayor a correr como consecuencia de sus acciones, transcurre el filme. No hay nada que reseñar porque no pasa absolutamente nada a lo largo de toda la película, son solo cuatro pibes con los poderes de Los 4 Fantásticos, pero sin ningún tipo de objetivo más que destruir a un resentido Victor que no significa un riesgo para nadie. Los actores, más allá de haberse consagrado cada uno individualmente, están muy lejos de formar una unidad. En ningún momento logran ser Los Cuatro Fantásticos: desde el inicio de la película, cuando son simples seres humanos en plena investigación científica, hasta el final, cuando ya han testeado cada uno sus nuevas habilidades, nunca son un equipo. Nunca hay una unión, una dependencia, nunca conforman un engranaje. Son como un equipo de Fútbol 5 conformado por cinco Maradonas: todos son fantásticos, todos tienen un poder sobrenatural, pero a todos les chupa un huevo el resto. Y creo que no, este no es el camino para mostrar a una hermandad de superhéroes que actúan en equipo. COMENTARIO METIDO DEL EDITOR (que sí es un viejo lector de comics): ¿La mejor película de Los 4 Fantásticos en cine? Sí, claro. La hizo Pixar en el 2004. Se llama Los Increíbles. VEREDICTO: 3.0 - FANTÁSTICA-CA Insisto, aún sin conocer el origen gráfico de los superhéroes, me sentí estafada. Los 4 Fantásticos sufre tres de los males más grandes del cine pochoclero hoy en día: ser un reboot, ni siquiera intentar contar una historia, y el "síndrome Michael Bay" (léase "explosiones sin sentido por doquier y predominio de los efectos visuales"). Y para terminar de indignarnos, hay una segunda parte anunciada para 2017 (bah, por ahora...).
Los 4 fantásticos, unas de las mayores incógnitas del año, llegó y una de las primeras cosas que voy a contar es que es mejor que los otras dos anteriores... realmente no quiere decir mucho, las otras eran como mínimo y estando de muy buen humor sufribles. En esta nueva tentativa llevada por FOX tenemos lo que se podría decir dos películas. Una que es lo que Josh Trank (Director) prometió en inumerables entrevistas, no una película de súper héroes, una película de ciencia ficción con toques de terror a lo David Cronenberg (muy poco pero está ahí). La segunda partes es la que me parece tiene la mano del estudio de por medio, una película que quiere ser de súper héroes toda desconectada con escenas de acción flojas, efectos especiales malos y apurados. La película que para los padrones de hoy es corta, tiene una hora y cuarenta minutos, pasa la mayor parte (una hora y veinte calculo), con la parte de origen, mostrando como surgió la amistad de Reed Richards (Miles Teller) y Ben Grimm (Jamie Bell), como es la relación Susan y Johnny Storm (Kate Mara y Michael B. Jordan ) con su padre, y como se crea la máquina de salto de dimensiones paralelas con la ayuda de Victor Von Doom (Toby Kebbell). Hasta ahí todo bien, la película se muestra en un tono de ciencia ficción con un toque de suspenso, hasta que llegan los poderes y se nota un poco la idea de ficción para el lado del terror. Particularmente pienso que está bien como se muestra la relación de los poderes con cada uno, principalmente con Reed que lleva todo el peso de la culpa de haber llevado a su mejor amigo a una situación que tiene consecuencias graves e irremediables para él. Pero cuando te estás acostumbrando con la idea de que los cuatros fantásticos van a mostrarse y a trabajar en conjunto, surge el villano transformado Dr. Doom. Ahí si que se viene todo abajo, en una caracterización que ya no sé cómo puedo calificar además de horrible, caricaturizado al máximo sin ninguna motivación a menos que sea destruir todo. En ese momento, los últimos 30 o 20 minutos, la película se transforma totalmente, cambiando el tono de ciencia ficción para una de súper héroes que te hace acordar a la versión anterior de los 4 fantásticos. El clímax final con la lucha de los 4 con Dr. Doom es totalmente apresurada, sin inspiración, monótona, triste. Por eso creo que tiene cara de que el estudio metió la mano e intentó cambiar el resultado final, pero como en 99,99% de las veces que eso ocurre termina mal, en este caso no podría ser distinto. Es una lástima constatar que con un director prometedor y un elenco tan bueno, terminemos con una película mediocre y que va a ser olvidada apenas salgas del cine.
Le hicieron bullying de más El reboot de "Los 4 Fantásticos" es uno de esos casos extraños en los que tanto críticos como espectadores se ensañan de más. El primer trailer promocional había generado buenos comentarios por el tono más serio y sofisticado que exhibía en comparación con la fallida saga anterior. En general se veía que se habían trabajado varios aspectos que hacían infantil y boba a sus predecesoras. Después empezaron los rumores de problemas en el set entre los productores y el director Josh Trank ("Chronicle"), y algunos de los actores también con el director. Esto se tomó como excusa de noticia y comenzaron los palos negativos hacia la película. Primero fue la prensa del entretenimiento, luego los "haters" de siempre que odian cualquier tipo de adaptación de comics al cine y finalmente el público. Vamos a lo importante: ¿la película es tan mala como la hicieron parecer? La respuesta es no. Tampoco es una maravilla ni cerca, pero es mucho mejor que lo que nos entregaron anteriormente. Los aspectos negativos que se manifestaron con más fuerza fueron los que tienen que ver con la narración, la edición y el tinte de película "de inicio" que la tornó un tanto repetitiva. La primera y la tercera cuestión se relacionan bastante, ya que exagerar en la energía puesta en contar como se gestó el cuarteto de héroes implicó que la narración fuera un tanto lenta. Con respecto a la edición, es bastante evidente que hasta la primera mitad del film no había tantos problemas, pero a partir de la segunda mitad, todo se vuelve más confuso y desprolijo. El mayor error: hacer aparecer al villano muy al final y sólo unos pocos minutos como si fuera alguien accesorio a la trama. Más allá de estos factores, que no son menores pero tampoco son suficientes para hundir del todo la película, me pareció que la historia que se plantea es interesante, que el enfoque que se le dio es adulto y permite que los mayores de 21 años nos involucremos más. Así mismo el equipo de actores que dio vida a los super héroes hace un buen trabajo y tienen química en pantalla. Por el lado de los efectos especiales, la mayoría son de muy buena calidad. ¿Es una de las mejores películas de super héroes que se pueden ir a ver al cine? No, la verdad que no, pero tampoco creo que sea un mal producto. Dejando de lado los problemas problemas internos que tuvo su producción, si hubieran afinado la narración y tenido un poco más en cuenta al público pochoclero que iba al cine esperando ver a sus ídolos en plena acción, creo que la reacción habría sido mucho más favorable. Tengo entendido que a pesar de los pésimos resultados de recaudación van a intentar sacar un secuela que arregle la impresión dejada por la primera entrega. Ojalá eso suceda y se pulan los factores flojos y las relaciones dentro del equipo. Si sos medio hater, onda que odias la mayoría de las adaptaciones de comics al cine, ni te gastes. Si sos un poco más abierto y objetivo recomiendo verla y formarte tu propia impresión.
Cuatro Fantásticos y nada de tiempo Esta nueva versión del cómic clásico de Marvel cuenta con nuevos intérpretes que no logran llevar a buen puerto una historia pergeñada a las apuradas. Para entender la siguiente crítica hay que tener tres puntos en cuenta: 1) En 1992, el productor alemán Bernd Eichinger le compró a Marvel Comics por 250 mil dólares la opción para realizar un filme basado en la historieta Los Cuatro Fantásticos (Fantastic Four) por medio de Neue Constantin. Como en 1992 no había podido realizar la película, Eichinger –que quería hacer valer su opción y renovarla- se unió con el productor Roger Corman, famoso por sus exitosos filmes de bajo presupuesto, y en un mes –y con un millón de dólares- llevaron a cabo la titánica tarea de filmar una obra que terminó quedando inédita por el bien de la humanidad. 2) En 2005, 20th Century Fox estrenó una versión moderna y fresca sobre el cómic–conocido entre los fanáticos como la Primera Familia por tratarse del súper grupo inicial de Marvel- y en 2007 llegó la secuela en la que se presentaba al personaje del Silver Surfer, con miras a hacer un filme sobre este ícono. 3) En 2009, Disney compró Marvel Comics pero el acuerdo no incluía las licencias vendidas a otros estudios como Paramount, Universal, Sony y Fox. Paramount y Universal arreglaron económicamente el regreso de esos personajes a Disney mientras que Sony decidió lanzar una remake de Spider-Man (el Sorprendente Hombre Araña de 2012) pero tras la desilusionante secuela de 2014, firmó un acuerdo de cooperación entre ambos estudios para "compartir a los personajes" y de esta manera el trepamuros aparecerá en la tercera entrega de Capitán América en marzo de 2016. Fox, por su parte, retuvo los derechos de personajes X-Men, Wolverine, Deadpool y debió negociar entre devolver a los Fantastic Four y Daredevil. Como este último personaje no había tenido una buena recepción en la taquilla, lo devolvió a Marvel (que estrenó este año una serie en Netflix que se convirtió en el mayor éxito del canal hasta el momento) y se quedó con la familia de superhéroes para renovar la licencia para lo cual debía lanzar un filme este año cueste lo que cueste. Y el costo para 20th Century Fox puede ser terrible ya que Los Cuatro Fantásticos probablemente se convierta con el tiempo en una de las películas basadas en historietas más aburridas de este género. Y todo se debe a una serie de caprichos inconcebibles. Vayamos por partes: la necesidad de hacer este film era tan grande que el estudio decidió innovar en todo sentido. Para esto, contrataron al director Josh Trank –cuyo único merito radicaba en haber realizado en forma casi independiente el film Poder Sin Límites (Chronicle), una suerte de Proyecto Blair Witch con seres superpoderosos- y al inexperto guionista Jeremy Slater, que más tarde fue reemplazado por Simon Kinberg, responsable de las nuevas películas de X-Men. Sin embargo, Kinberg parece haber llegado demasiado tarde al proyecto ya que toda la película parece obra de un grupo de estudiantes de cine con gran presupuesto, pocas ideas y muchas ganas de innovar. Para empezar, el film no respeta siquiera en esencia, el origen del grupo y vuelve a caer en la idea de que no sólo los Cuatro Fantásticos, sino también su némesis el Dr. Doom son producto del mismo experimento fallido, en el caso anterior un viaje espacial, y en este una teleportación a una dimensión extraña. La reincidencia en el villano elegido, algo que no le ocurrió ni siquiera a la remake de Spider-Man, lleva a pensar que los derechos del film no incluyen a los clásicos enemigos de los cuatro héroes o bien en una desconcertante falta de imaginación. El siguiente paso –y en esto radica la principal "maldición" que afecta al film- se basa en la raza de uno de los protagonistas. En las historietas, Johnny y Susan Storm son dos hermanos caucásicos que comparten fisonomía. En esta nueva versión, Johnny está interpretado por el ascendente actor afroamericano Michael B. Jordan mientras que Susan es la rubia Kate Mara, de House of Cards. Esto –que se explica en el film como un proceso de adopción internacional- cayó muy mal entre los fanáticos que ya desde el vamos se opusieron a esta elección. Sin embargo, Fox y Trank se opusieron a la oposición, quizá creyendo que menos y menos es más, pero la ecuación del cine es diferente a la aritmética. El resto del elenco lo componen Miles Teller (el de la Oscarizada Whiplash: Música y Obsesión) como Reed Richards y Jamie Bell como "La Cosa", mientras que Toby Kebbel compone a un inquietante Victor Von Doom (el único personaje destacable del filme) y Reg E. Cathey al Dr. Franklin Storm, el mecenas del proyecto que culmina en un desastre, en todo sentido. El apartado técnico, eso sí, demuestra esa teoría que indica que nos encontramos en una suerte de Edad Media digital, en la que los espectadores son analfabetos digitales que se nutren de productos manufacturados por máquinas y sin "corazón". Los efectos especiales cumplen de sobra con su cometido, eso sí. Es, sin embargo, en la construcción de la historia donde radica la principal falla. Los guionistas dividen una obra en "principio", "nudo" y "desenlace" en la que el primer ítem ocupa un cuarto de la obra, el segundo toma dos cuartos y la última parte queda para el tercer acto. Aquí el inicio dura dos cuartos y medio, el segundo acto uno y el desenlace se produce en apenas cinco minutos. Todo este menjunje deja un sabor a poco, como si todo se terminara apenas comenzada la aventura. Para darse una idea, entre el inicio del film y la obtención de los poderes de los protagonistas, pasan entre cuarenta y cinco y cincuenta minutos, y el filme dura poco más de ochenta. De esta manera, Cuatro Fantásticos podrá llegar a llevar a algunos desprevenidos al cine, apoyada por su campaña publicitaria, los pósters de la película y el tráiler, el más visto de la historia de la 20th Century Fox, pero de seguro los fanáticos se apegarán al boicot iniciado por Disney/ Marvel, que no sólo dejó de editar el comic sino que incluso se dio el lujo de "matar" a cuatro personajes con la cara de los actores del film en una de sus historietas y nada menos que con un misil. Y todo por un capricho.