Un agujero en el cielo Si de algo sirvió Hombres de Negro 3 (Men in Black 3, 2012), fue para dejar en claro que ya pasó a mejor vida aquella ciencia ficción canchera con estructura de “buddy movie”, todo un subgénero que tuvo su período dorado durante las décadas de los 80 y 90. Si bien la película entretenía sin mayores pretensiones y resultaba relativamente digna, era innegable que el encanto infantiloide de antaño había desaparecido en gran parte, metamorfoseado en la actualidad en fórmulas aún más limitadas y esquemáticas que las del pasado. Hoy Hollywood intenta reflotar esta suerte de “policiales sobrenaturales” de influjo light con un exploitation no muy sutil de la franquicia encabezada por Tommy Lee Jones y Will Smith...
RIPD Policia del mas alla es RIPD Policia del mas alla es una película pasable si buscás pasar un rato ameno en el cine sin grandes pretensiones. La premisa está buena y arranca muy bien, pero a los pocos minutos que se da a conocer lo que es el RIPD, el ritmo y la novedad comienza a decaer lentamente ya que es poco lo que sucede como...
Rest In Peace Prácticamente incalificable, esta entrega irreverentemente absurda cuenta con la particularidad de poner al espectador en un estado que oscila entre el aburrimiento y la ira. Sentirse estafado tras ver R.I.P.D. Policía del más allá es algo sumamente lógico. ¿Qué intentaba hacer Robert Schwentke, su director, cuándo dio a luz semejante engendro cinematográfico sobrecargado de imágenes tan aparatosas como de secuencias sin sentido alguno? La película posee una edición realmente muy buena en lo que concierne a efectos especiales, pero puestos al servicio de la nada misma, se cae de maduro preguntarnos de qué sirven. La historia no tiene pies ni cabeza, es un carnaval de sandeces y chistes sin la más mínima gracia iterando una y otra vez en una suerte de vómitos, flatulencias y elementos escatológicos de la más baja calaña. Ryan Reynolds (con su repetida y única expresión de rostro) muere y extrañamente es abducido hasta el Departamento de Policía del Más Allá, donde encuentra como compañero a un veterano y experimentado Jeff Bridges. Su tarea es proteger a los seres vivientes de una diversidad de monstruos, cuyas almas vagan en pena negándose a partir del mundo en que habitan. En esta especie de copia barata de Men in Black, las incoherencias están a la orden del día, traspasando el límite de aquello que aún recurriendo al humor negro y siendo bizarro resulta atractivo y ameno para ver (Zombieland, por ejemplo), ocasionándonos únicamente desconcierto y rechazo ante cada una de las escenas que se presentan sin lógica ni dirección alguna. Tediosa, ridícula, torpe, enfadosa y disparatada, R.I.P.D. Policía del más allá reúne, como ninguna otra cinta en el año, todos los artilugios negativos habidos y por haber para culminar conformando una proyección que no encuentra el rumbo durante todo su metraje, sin enfilar hacia ningún lado. LO MEJOR: algunos recursos técnicos y efectos de edición. LO PEOR: cómo con tan solo 90 minutos logra aburrir. No tiene coherencia. Guión paupérrimo. Sin gracia. Estrepitosamente ridícula. De a ratos hasta infantil en sus gags. PUNTAJE: 2
R.I.P.D. es la adaptación fílmica de la novela gráfica homónima publicada por Dark Horse Comics, los mismos que dieron a luz títulos tales como Hellboy y Mystery Men. Como editorial independiente, a la gente de Dark Horse le gusta salirse del molde y ser experimentales... aunque aquí las cosas suenan demasiado conocidas y terminan siendo un reciclado de Hombres de Negro, sólo que con demonios en vez de alienígenas. En sí R.I.P.D. no es un filme demasiado terrible y sirve para pasar el rato; el problema es que la mitad de la gente involucrada el proyecto tiene una desidia tal que termina por torpedear su propia fuente de trabajo, como si a mitad de camino hubieran perdido toda la fe en la obra. La estructura de Hombres de Negro está trasladada casí sin modificaciones: otro policía reclutado por una oscura agencia que combate una amenaza tan secreta como sobrenatural, uso de armas especiales, una dupla compuesta por un oficial veterano y uno joven, un jefe extravagante que les asigna las misiones, una investigación que desemboca con la amenaza de extinción de todo el mundo conocido, etc. Si uno lo pone a la par, R.I.P.D. es mucho mejor que Hombres de Negro 2, pero palidece frente a las otras entregas de la saga de Barry Sonnenfeld. Igual es defendible porque tiene sus momentos, y porque el director Robert Schwentke - RED - es mucho menos exagerado que Sonnenfeld; pero... R.I.P.D. se topa con dos enormes problemas: el primero es que el protagonista no tiene ganas de actuar y se la pasa en modalidad de piloto automático. Yo no entiendo cual es el razonamiento de Ryan Reynolds, ya que incluso el tipo hace las veces de productor ejecutivo: ¿la responsabilidad del proyecto lo asustó?. ¿Sintió el tufo del fracaso de la historia?. ¿O es que su ego no resistió ver como Jeff Bridges le roba todas las escenas en las que están juntos?. Si Reynolds es anodino, el otro detalle mortificante son los efectos especiales, los cuales son abominables. Considerando la guarrada de millones de dolares que costó, resulta incomprensible que R.I.P.D. tenga FX del mismo calibre que las producciones hipermediocres del estudio The Asylum o los telefilmes del Sci-Fi Channel. La historia no es gran cosa. El tipo se muere, es reasignado al Departamento En Paz Descanse, el cual se ocupa de atrapar espíritus rebeldes que no aceptan su propia muerte, y recibe de compañero a un veterano cowboy malhablado, el cual en manos de Bridges resulta en un híbrido de The Dude y Rooster Cogburn. Aún cuando Bridges nunca fue demasiado de mi agrado, debo reconocer que acá el tipo se relame sobremanera con su papel de su vaquero bruto boca de cloaca, y es gracias a él que R.I.P.D. resulta mirable. Los tipos empiezan su rutina, Reynolds conoce los pormenores de la agencia, y pronto descubre pistas sobre su muerte - algo que tiene que ver con un artefacto todopoderoso inventado por el libreto -. Curiosamente el poli corrupto que lo liquidó resulta ser uno de los demonios que debe capturar. En el medio hay un fuerte tufillo a Ghost, la Sombra del Amor, con Reynolds intentando comunicarse con su esposa viva. El problema es que Reynolds y Bridges ocupan cuerpos sustitutos, los que se ven respectivamente como un viejo chino y una rubia infartante. Lástima que el libreto no decide ensalzarse con este detalle, ya que era un filón que daba para mucho. La acción es un disparate y la trama tiene su gracia, aún cuando uno reconozca que nada de esto es original. Es cierto que a veces los diálogos son anodinos, pero no duran demasiado y siempre tenemos alguna escena con Bridges o con Mary-Louise Parker (otra que se afila las uñas con su papel de burócrata maniática), los cuales siempre son más interesantes que el mismo héroe. Si uno no le da bola a la mala fama que la rodea, verá que R.I.P.D. es digerible y hasta disfrutable. No sé si vale la recomendación pero, si cayó invitado a su proyección, tampoco la pasará mal. Es una macana que no le hayan puesto un poco más de ganas, con lo cual el resultado habría sido superior. - See more at: http://www.sssm.com.ar/arlequin/ripd.html#sthash.dPm8ajmh.dpuf
Muerta antes de nacer Hay películas que están predestinadas al fracaso. O sea, todos los años surge ese film, que ni bien se filtran las primeras imágenes por Internet, es sabido que va a ser un resonado fracaso de crítica y taquilla a nivel mundial. Pasó con Las Aventuras de Jim West, pasó con Jonah Hexx, Linterna Verde, John Carter, Gatúbela, El Último Maestro del Aire, etc. No hay que ser un especialista. Simplemente se ve venir. Porque el elenco es incorrecto, porque la acumulación de efectos especiales no atrae como hace 20 años atrás, porque la historia no es apropiada para la adaptación cinematográfica o porque es demasiado pretenciosa desde que se le da luz verde. A veces, todo esto junto. Y por eso es adecuado que estos tanques predestinados a la basura vayan directamente al DVD cuando llegan a nuestro país. Es cierto que algunas veces los productos son mejores de lo imaginado – Guerra Mundial Z, por ejemplo – pero con R.I.P.D: Policía del Más Allá, se confirman las peores sospechas...
Estamos en paz Cuando me senté a ver esta película, estaba dispuesto a ver algo malo pero lo suficientemente entretenido como para pasar el rato. Uno sabe de esas películas, hay diversos géneros según la persona pero la categoría es siempre la misma, una categoría a la que hemos denominado “pochoclera”. Y muchos también tenemos películas que volvemos a ver en un estado en particular en las que solo nos interesa mirar una pantalla un rato, sea en un cine o en la casa. Esa era mi primera impresión de R.I.P.D.: “voy a mirar algo que no exija mucho esfuerzo intelectual de mi parte, algo más o menos entretenido para una tarde de lluvia”. Y en realidad con lo que me encontré fue con una película que me sacó unas cuantas carcajadas. Iba a usar el hecho de escribir sobre esta película para hablar sobre los cómics convertidos en película -que es lo que es R.I.P.D.- y hacer como un comentario generalizador sobre que en su gran mayoría son una berretada que pierde la esencia de las historias y a veces el punto por completo. Todo este prejuicio de mi parte sale de que en esta película actua Ryan Reynolds, quien ha sido participe de un par de las ya nombradas berretadas, específicamente X-Men Origins: Wolverine como Wade/Deadpool y Linterna Verde como linterna verde. Me iba extender sobre este asunto, e incluso leí el comic, y ya me la veía venir: “Esta película va a ser un embole”. R.I.P.D. trata sobre Nick (Ryan Reynolds), un policía corrupto de Boston que es asesinado y en vez de mandarlo al cielo lo mandan al Rest In Peace Department, donde él y su compañero Roy (Jeff Bridges) tienen que capturar almas que se escaparon del infierno. La película da mucho lugar a la comedia, sobre todo gracias al genio de Jeff Bridges. Algo digno de comentar es que los miembros del RIPD en el mundo de los vivos tienen identidades falsas, o sea, la gente los ve con otros cuerpos: Nick está atrapado en el cuerpo de un anciano chino y Jeff Bridges es… un minón. Hasta sus armas son vistas de manera diferente por los vivos, la de Ryan Reynolds parece ser una banana y Jeff Bridges dispara a las almas en fuga con un secador de pelo. Es, al final de cuentas, una película muy divertida (sobre todo si uno la ve ligeramente intoxicado) y creo que no se merece estar en la misma bolsa que otras películas basadas en comics. En realidad, esto no es tan sorprendente porque esta película es de Robert Schwentke, que hace tres años atrás dirigió RED, otra película basada en un comic de Warren Ellis, en la que actuaba también Mary-Louise Parker (que también conocemos por protagonizar la serie Weeds, o por Angels in America junto Al Pacino y Meryl Streep) junto a Bruce Willis, John Malkovich y otros. O sea que no es solo un director con experiencia dentro de este tipo de adaptaciones, sino que es un director con experiencia dirigiendo a grandes actores. Entonces, la respuesta a la pregunta “¿Miro esta película?” es otra pregunta: No sé, ¿te gusta reírte?
Los cazafantasmas Este cóctel de ciencia-ficción y acción juega con los cambios de identidades y trae a la mente del espectador títulos como Hombres de Negro y Cowboys vs. Aliens, entre otros. Con un tono ingenuo y monstruosas criaturas que amenazan la tranquilidad de las calles de la ciudad, R.I.P.D Policía del más allá cuenta la historia de la típica pareja despareja de policías (el experimentado y el inexperto, papeles a cargo de Jeff Bridges y Ryan Reynolds), dos agentes muertos que son enviados del "mas allá" por el Departamento de Policía con una misión: enfrentar a almas destructivas que quieren quedarse en la "pacífica" tierra. El film de Robert Schwentke sólo acierta cuando el humor dice presente, ya que los personajes usan cuerpos humanos para pasearse cómodamente en su misión terrenal: una chica rubia infartante en el caso de Bridges y un anciano oriental de la mano de Reynolds. El resto es una lucha sin cuartel a la manera de Los Cazafantasmas, con una banda de villanos liderados por el siempre eficaz Kevin Bacon. Con aires de western (el papel de Bridges es un sheriff) y con indisimulable predilección por el "mix de géneros", tal como el director mostrara en RED con mejores resultados, la película queda a mitad de camino entre los combates con muertos peligrosos (como en el comienzo) y el policial con un difícil caso por resolver. Todo con estética de comic. Sin embargo, lo mejor ocurre en la escena final, cuando los protagonistas...
Basada en el comic homónimo y protagonizada por Ryan Reynolds y el siempre genial Jeff Bridges nos llega R.I.P.D. Policía del Mas Allá, una película con muchos problemas y pocos aciertos, pero que gracias a su divertido concepto y acertadas actuaciones nunca termina de caer. Muerto al llegar Nick (Ryan Reynolds) es un policía de Boston que junto con su compañero Hayes (Kevin Bacon) deciden robar unos cuantos kilos de oro durante un allanamiento. Carcomido por la culpa, Nick decide devolver el oro pero aprovechando la confusión de un tiroteo es asesinado por Hayes. Así Nick terminará en el Cielo, donde le harán un extraño ofrecimiento. A cambio de perdonar sus pecados y evitar un juicio que podría enviarlo al infierno, deberá formar parte del R.I.P.D. (Departamento de Policías de Quienes Descansan en Paz). Casi sin dudarlo Nick acepta la propuesta y es asignado como compañero de Roy (Jeff Bridges), un ex Sheriff del Lejano Oeste. Juntos comenzarán a investigar un caso que podría estar extrañamente conectado con la muerte de Nick y que amenaza a toda la humanidad. La muerte le sienta bien En esta época es casi imposible no llegar a una película como R.I.P.D. un tanto sugestionado por todo lo que se leyó en internet previamente. La película se estrenó hace algunos meses en Estados Unidos, donde resultó un estrepitoso fracaso comercial y fue destrozada por la crítica. Sabiendo esto con antelación, entré a R.I.P.D. esperando poco y nada, pero debo decir que fui gratamente sorprendido. R.I.P.D. está muy lejos de ser una película perfecta, incluso sus falencias son más que sus aciertos. Pero así y todo la película funciona, al menos en el más básico de los niveles. Aunque el concepto detrás del film no derrocha originalidad, si da lugar para explorar unas cuantas ideas divertidas. El desarrollo de los personajes es casi nulo y la historia roba de cuanta película de accion y ciencia ficción se vio en los últimos años, desde Hombres de Negro hasta Los Vengadores. Entonces ¿Por qué funciona R.I.P.D.? Primero y principal: Jeff “The Dude” Bridges. Aunque su papel como el Sheriff Roy está lejos, muy lejos, de ser una de sus mejores caracterizaciones, es lo suficientemente buena como para ponerse la película al hombro y robarse cuanta escena aparezca. Lo mejor que podemos decir de su compañero Ryan Reynolds es que a diferencia de lo que sucede en gran parte de su filmografía, aquí no resulta insoportable y acompaña como es debido. Sin dudas otro punto a alto de R.I.P.D. está en el aspecto visual. Una correcta fotografía va de la mano de impresionantes escenas de acción y un gran despliegue de efectos visuales, que muestran su peor cara cuando los “monstruos” aparecen en escena. Aquí sucede algo similar a lo que ocurrió en Soy Leyenda con Will Smith, donde a pesar de gran parte de la película mostraba fantásticos efectos generados por computadora, cuando aparecen malos se los ve poco trabajados y casi caricaturescos. Aunque no soy un gran fanático de las conversiones 3D (de hecho, es todo lo contrario), uno debe admitir que la tercera dimensión le agrega algo de encanto a R.I.P.D. Esta brilla sobre todo durante los primeros minutos de la película, cuando el personaje Reynolds es asesinado y todo se congela a su alrededor. El actor recorre el set pasando frente a explosiones y armas disparándose hasta que finalmente es llevado al cielo. Conclusión Aunque en los papeles R.I.P.D. tiene todas las de perder, gracias a un inspirado Jeff Bridges, un puñados de escenas bien logradas y otras con alta dosis de acción, la película termina siendo una divertida e inofensiva manera de pasar 90 minutos, pero no mucho más que eso.
Fantasmas de negro En el momento y lugar adecuados, R.I.P.D. Policía del más allá (R.I.P.D., 2013) podría haber sido una buena película de acción/comedia/fantasía, pero llega unos 16 años después de Hombres de negro (Men in Black, 1997), que nos enseñó que hay agencias paranormales que velan por nuestras aburridas vidas, y 23 años luego de Ghost, la sombra del amor (Ghost, 1990), que nos enseñó cómo funciona el amor – y todo lo demás – desde el más allá. Consideren a R.I.P.D. Policía del más allá la cruza bastarda entre estos dos fenómenos de la cultura pop, que no le han dejado a la película mucho más para decir. La película comienza de la peor forma posible, con una persecución que echa por la borda cualquier sensación de asombro o intriga que una dirección más sabia hubiera podido cultivar. El fugitivo es un deforme monstruo obeso que salpica flema en 3D. Los perseguidores son el joven, heroico, bello y recientemente asesinado oficial de policía Nick (Ryan Reynolds) y el tosco e igualmente occiso sheriff Roy (Jeff Bridges, repitiendo su performance de Temple de acero). Ambos trabajan para el Departamento de Policía Mortal, cazando almas fugitivas entre los mortales. El drama de Nick es que ha dejado detrás a una viuda sexy. El de Roy es que en un momento pierde su sombrero. Nick y Roy, en paz descansen, no hacen una buena dupla cómica. La película se cree que está jugando la carta de la “pareja dispareja” porque uno de los policías es un novato y el otro es un veterano, pero olvida darles personalidades interesantes – siquiera contrarias – y la relación no es particularmente vitriólica, mucho menos graciosa. El personaje de Nick resulta un contrapunto cómico mundano para el estrafalario Roy, y sentimos que los chistes son despedidos a medias y sin demasiadas ganas. La única gracia viene de la mano de Mary-Louise Parker, embotellada en un rol secundario, y el hecho de que Nick y Roy deambulan entre los mortales utilizando avatares disparejos a su sexo, raza o edad. La película no explora este concepto más allá del gag visual, pero para el caso no explora nada de nada y toma la ruta fácil hacia tiroteos, persecuciones de auto y raudas explicaciones sobre cómo funciona este universo en particular que, a pesar de extenderse durante toda la película, no llegan a cubrir la mitad de las preguntas que uno pueda llegar a tener. ¿Cómo escapan estas almas fugitivas del purgatorio? ¿Por qué la comida india les transforma en monstruos? ¿Cómo mantiene el RIPD su existencia en secreto cuando los persiguen a plena luz del día? ¿Por qué no sufren perjuicio por ello, y por qué no hay ningún plan de contingencia, algún tipo de neuralizador divino? ¿Por qué el villano hace lo que hace, sabiendo lo que sabe, y cuántos deus ex machina entran en su bolsillo? Y ya que estamos, si la película fue filmada hace 2 años, ¿por qué no actualizar mientras tanto los efectos digitales en postproducción? Ante una comedia sin gracia, una fantasía construida a desgano y una trama que delata cada uno de sus obvios pasos, este es entretenimiento del más elemental. Nos quedamos con la adrenalina edulcorada de tiroteos que no matan a nadie, la reiterada habilidad de Jeff Bridges de personificar picardía y vagancia al mismo tiempo (esta vez inyectado con un poco más de lástima), y las ganas de reírnos de algún que otro chiste que es gracioso la primera vez pero no a la quinta o sexta.
Veo gente muerta (y una película ídem) En 2010 el alemán Robert Schwentke dirigió la muy simpática RED, comedia de acción con espíritu de cómic. Apenas tres años después estrenó uno de los flops (artísticos y comerciales) más tremendos del Hollywood reciente (costó 130 millones de dólares y recaudó “centavos”). Es que casi con los mismos elementos (humor, vértigo y origen de historieta) los resultados son casi opuestos: nada funciona en esta propuesta de los guionistas de Furia de titanes que remite (y hace añorar) a Los Cazafantasmas y Hombres de Negro. Ryan Reynolds es un detective de Boston asesinado por un colega corrupto (un malvadísimo Kevin Bacon) que termina en una suerte de purgatorio dentro del R.I.P.D. (Rest in Peace Department), la de policía del más allá del título que coordina Mary-Louise Parker y donde tendrá como compañero a un viejo cowboy (un desatado Jeff Bridges). Los gags a-la-buddy-movie nunca funcionan, el 3D es distractivo y sólo quedan en pie el show a pura exageración del gran Bridges y el trabajo vía CGI para concebir gigantescos y horrendos monstruos que los protagonistas deberán cazar. Demasiado poco para una película que costó mucha plata, pero tuvo muy pocas ideas.
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El outlet de men in black Cuando uno ha vivido en situaciones económicas apremiantes muchas veces tuvo que comprar marcas alternativas o lo más triste aún en un denodado esfuerzo por obtener algún objeto operacional terminábamos comprando una copia barata y burda. Así aparecían los pantalones de gimnasia de dos tiras, las zapatillas Adodas, Noke, etc. En muchas ocasiones y por los motivos más variados la industria cinematográfica hace exactamente lo mismo: como si el público fuese ese hijo al cual desean satisfacer y ante la imposibilidad de hacerlo le ofrece lo más parecido que encuentra o puede llegar a idear. Basada en un comic de Dark Horse, R.I.P.D policía del más allá funciona como un híbrido entre Hombres de Negro y un film de entidades fantasmales. El personaje interpretado por Ryan Reinolds (con el histrionismo al que nos tiene resignados) es un policía que muere en una redada, emboscado por su compañero corrupto, interpretado por Kevin Bacon. Así, su alma es elevada al Departamento En Paz Descanse, algo así como un limbo donde habitan policías muertos violentamente, quienes luego son reasignados para realizar diversas tareas en la tierra. Así es como se le asigna como compañero a Roy Pulsipher (Jeff Brigdes), un veterano alcalde que pronto empezara a replicar la dinámica de la dupla “ viejo gruñón – joven inexperto” que otrora fuera el encanto principal de la saga Hombres de negro. En este caso la química de la pareja funciona por el gran oficio de Bridges para interpretar cual papel que se le ponga enfrente y generar una empatía casi instantánea que hasta incluso nos permita olvidar lo mal actor que es Ryan Reinolds (lo que no es un mérito menor). El esqueleto narrativo de Hombres de negro es clonado en este film, donde la única diferencia es que el objetivo a capturar no es ya un alienígena sino un ser endemoniado y una historia de revancha en manos del personaje de Reynolds. Fuera de eso, la propuesta es idéntica a la primera entrega de los Hombres de Negro sólo que más de una década después. El director Robert Schwentke, quien nos entregara otra adaptación mucho más interesante del mundo del comic al cine como fuera Red, en este caso no llega a encontrar la identidad definitiva de la apuesta que jamás llega a instalarse como un producto con una propuesta interesante y suena a un desfile incesante de CGI sin ningún respaldo narrativo que lo sostenga.
Uno puede intentar imaginar como fue la reunión en la que un productor logró convencer a los ejecutivos de los estudios Universal de que era una buena idea adaptar el cómic de culto R.I.P.D. a la pantalla grande. Seguramente utilizaron como referencia la película Hombres de negro (también traspuesta de la historieta), en la que tanto se inspiraron. Como en aquella trilogía, acá hay una agencia secreta que se ocupa de cazar criminales que no pertenecen a este mundo. En el caso de los films protagonizados por Tommy Lee Jones y Will Smith eran extraterrestres, mientras que aquí se trata de las almas de los muertos que se niegan a dejar la Tierra. Claro que si la premisa suena más o menos entretenida -así la deben haber vendido sus realizadores-, su ejecución resulta exactamente eso: una ejecución. Todo comienza con unas escenas algo frenéticas que muestran la vida y la trágica muerte de Nick (Ryan Reynolds), un policía corrupto destinado a trabajar en una comisaría celestial atrapando malvivientes sobrenaturales para evitar irse al infierno. Ahí se encontrará con su nuevo compañero, un sheriff del Viejo Oeste, interpretado por Jeff Bridges. Esta introducción al relato resulta poco agradable de ver en gran medida por la fallida conversión al 3D, algo que no mejora demasiado en su desarrollo, que incluye la insulsa interpretación de Reynolds y la raras decisiones actorales que tomó Bridges. Transformando su estereotipado personaje en una parodia, el ganador del Oscar y el director Robert Schwentke ( RED ) logran lo que parecía imposible: ensombrecer el magnetismo de Bridges. Algo similar sucede con Mary-Louise Parker, la jefa de la policía celestial, cuyo personaje es gracioso o levemente entretenido durante los primeros cinco minutos que aparece en pantalla; pero el hechizo no dura más que eso. Y es lo mejor del film. Lo peor: el diseño digital de los fantasmas/monstruos demasiado parecidos a los de Los cazafantasmas sólo que casi 30 años más tarde.
Veo gente muerta Cosa de historieta. En R.I.P.D. Policía del más allá dos difuntos pecadores se salvan de someterse a juicio y ser condenado al infierno a cambio de integrar una misteriosa fuerza: el Departamento de Policías de Quienes Descansan en Paz. Si suena ambicioso el nombre de la unidad no imaginen al enemigo: los “muertidos”, almas en pena que se camuflan entre las personas y pueden tomar formas horripilantes. Un soplón tendrá una boca enorme y otros despellejarán sus ropas al mejor estilo Hulk, de lo más colorido de esta película que representa la estética comiquera de la editorial Dark Horse, firma que publicó la historieta que da nombre al filme. Aquí al argumento no se le encontró la vuelta adecuada y más teniendo en cuenta que posee una estructura similar a Hombres de negro, pero con la diferencia que el Agente K (Kevin Brown por Tommy Lee Jones) y el Agente J (James Edwards III por Will Smith) eran la antítesis, aunque se destacaban actoralmente en conjunto. En esta película jamás sabremos si el actor Ryan Reynolds (en la piel de Nick) está feliz o triste, es muy opaco lo del canadiense en comparación con la correcta actuación de Jeff Bridges -Roy-, un alguacil del Lejano Oeste quien se “come” la película. El malvado en cuestión es Kevin Bacon (como Hayes, símil Sebastian Caine de El hombre sin sombra) quien busca que los habitantes del inframundo dominen la Tierra. Lo peculiar es que cuando la pareja protagonista baja a la Tierra para combatir a los seres (a la caza de piezas de oro), sus apariencias no son las mismas a las de su anterior vida: Nick es un anciano oriental (el inefable James Hong) cuya “arma” es una banana (sí, leyeron bien) y el recio de Roy es… la modelo Marisa Miller, quien no dice una sola palabra, su escultural cuerpo habla por sí solo. Los momentos donde se ve a los “dobles”, son los escasos lapsos entretenidos del filme, como si fuese necesario “disfrazar” a los actores para tener éxito. Vale posarse en las escenas en donde todo se detiene, como si fuese una maqueta. Allí es cuando el 3D se pone bonachón para darle un poco de profundidad al filme. O los continuos tributos a Los Cazafantasmas que tiene su mayor reflejo cuando en el cielo se abre un gran agujero por encima de una torre: sinónimo ineludible a la obra maestra de 1984 a la cual al director Robert Schwentke no le importó emular. Solo le faltó cruzar los rayos.
Policías que luchan contra los muertos El director Robert Schwentke (el mismo de Red, con Bruce Willis) encaró una original y arriesgada comedia de hechos sobrenaturales, donde un policía asesinado es asignado a un equipo de oficiales muertos que buscan almas. Basada en el cómic de Peter M. Lenkov, R.I.P.D. (Rest in Peace Departament) es un clásico policial de dúo pero ambientado en el género fantástico. Un policía corrupto pero arrepentido, Nick (Ryan Reynolds), es asesinado por un compañero y, para su sorpresa, es asignado a un departamento de policía conformado por policías muertos, algo así como un purgatorio. Su misión será atrapar almas escapadas del infierno que deambulan por la Tierra. Aprovechará entonces para resolver ese caso, mientras sigue los pasos de su colega asesino (Kevin Bacon, brillante). El compañero de Nick en su trabajo será Roy (Jeff Bridges, en un tono delirante), un cowboy con el que recorrerá la ciudad. Lo mejor que tiene esta película es su tono insólito, cómico e inverosímil, en una apuesta de mucho mayor riesgo que el promedio de películas basadas en cómics. Con gran sentido del humor, con espacio para la sorpresa, con un despliegue visual que no le teme a la falta de lógica, R.I.P.D. Policía del más allá consigue alejarse de la pereza habitual de las películas, a veces logradas, a veces no, que buscan entregar un espectáculo tibio y sin salirse de las reglas. Al trío protagónico mencionado hay que sumarle una gran actuación de Mary-Louise Parker, que suma delirio y deja en claro el estilo de la película. Es verdad que la película por momentos parece evocar títulos como Ghost (por aspectos de la trama, no por el tono o la estética) y Hombres de negro (en su estilo de comedia dentro del mundo del cine fantástico) y que no todas sus ideas son originales.Pero sí queda en claro que aun sin ser una película impecable sus búsquedas son interesantes, sus actores son excelentes y la trama se sigue con interés, además de proporcionar genuino entretenimiento. Que quede claro, entretiene porque sus personajes son interesantes, porque su historia nos importa, porque sus temas tienen valor. Eso sí, su tono humorístico no es para todos los gustos, porque la película tiene una apuesta al absurdo que la acerca a la lógica del cómic pero la aleja del producto masivo de sencillo consumo. Con limitaciones y todo, R.I.P.D. Policía del más allá es muestra de algo que a veces la cartelera comercial no ofrece: una mirada distinta, en definitiva: una apuesta.
Polis from heaven El horrible monstruo animado que presenta el filme en el inicio debería servir de advertencia. Es tan berreta la animación digital que solo predispone para lo peor, y lo peor sucede. Afortunadamente pasa rápido, sin llegar a aburrir. La historia nos muestra a Nick, policía y amante esposo que muere en un operativo e inmediatamente va a parar a una jefatura policial en el más allá. Allí lo espera Proctor (Mary-Louis Parker) jefa del organismo que recluta a Nick y le asigna un compañero, el indomable Roy Pulsifer, sheriff en el siglo XIX dedicado ahora a capturar espíritus que molestan en el mundo de los vivos. Con algo de "Men in Black" y otro poco de "Ghostbusters", la historia descarta cualquier atisbo de originalidad hasta en la construcción de uno de sus personajes principales, el de Bridges, quien decidió autohomenajearse reciclando a su osco personaje de "Temple de Acero". Vale la pena disfrutar de la gracia de la histriónica Parker que se luce en sus breves apariciones, y también -por qué no- de un Jeff Bridges que autoreferente y todo ofrece los mejores momentos en un filme intrascendente por demás.
Basado en un comic de culto, el filme fusiona varios generos como la ciencia ficción, la acción y el suspenso. JEFF BRIDGES y RYAN REYNOLDS tienen quimica y juegan a la típica pareja de policías tan clásica del cine americano. Algunos efectos digitales correctos, y secuencias de alto impacto visual, no alcanzan para redondear un filme que suena reiterativo y demasiado parecido a HOMBRES DE NEGRO.
La sigla pertenece a la frase “Rest in peace departament”, el departamento para que descansen el paz los monstruosos muertos y seres del inframundo que quieren mezclarse con los humanos. Con mucho de Hombres de negro, con grandes efectos especiales y en 3D, lo espectacular, aunque no muy original, gana. Un gracioso Ryan Reynolds tiene como compañero a un desatado Jeff Bridges y juntos combatirán a un malísimo Kevin Bacon. Entretenimiento liviano para pasarla bien sin exigencias.
Otro estreno de esta semana basado en un cómic desconocido. A RIPD lo descubrí hace unos años porque tenía que ver con el policial que en este caso se combinaba con elementos fantásticos. La trama presentaba un concepto parecido al de Hombres de Negro, pero el conflicto estaba mucho más encarado por el lado del policial negro, más que la aventura de ciencia ficción. La historieta, publicada por Dark Horse, fue escrita por el productor de cine Peter Lenkov, responsable del clásico de Stallone, El demoledor, quien además es productor de CSI: Nueva York. Esta adaptación para el cine resultó decepcionante por dos motivos. En primer lugar RIPD en la pantalla grande perdió identidad y no supieron capturar el estilo de policial negro que tenía la trama en la historieta. El público que nunca leyó el cómic al ver esto va a pensar que es un robo de Hombres de Negro y tienen toda la razón del mundo, porque en definitiva términó siendo eso en el cine. Lo loco es que en este caso el propio Lenkov que creó a estos personajes fue el productor y no supo hacerle justicia a su propio trabajo. El otro inconveniente que me parece indefendible es el tema de los efectos especiales que son BOCHORNOSOS. No se puede entender que una producción hollywoodense con Jeff Bridges para el cine tenga los efectos digitales mediocres que se ven en esta película. Hay personajes que parecen gráficos de videos juegos mal hechos. Uno puede dejar pasar estas cosas en esos filmes bizarros clase B, hechos con dos mangos, que produce el canal SyFy, pero en una producción que costó 130 millones de dólares esto es inaceptable. Es evidente que en este caso alguien se quedó con un vuelto porque desde lo técnico deja mucho que desear. Desde lo visual la película es fea y hay muchas escenas donde los efectos digitales, claves en esta historia, se ven muy truchos. Por otra parte el concepto del departamento de policia de muertos fue pobremente desarrollado que era uno de los puntos fuerte de la historieta. La verdad que en materia de adaptaciones de cómics RIPD califica entre lo peor que se hizo en los últimos años junto con Jonah Hex. La diferencia es que en este caso el film dentro de todo zafa un poco más por la interpretación de Jeff Bridges, quien hace llevadera la historia, pero no es una buena película y desperdiciaron un material que daba para mucho más. Una pena.
FOSA COMÚN Algunos creen que hay vida después de la muerte. Y aunque parezca loco, también hay laburo después de la muerte. Eso averiguamos en R.I.P.D. – POLICÍA DEL MÁS ALLÁ (R.I.P.D., 2013), film en el que el protagonista, el detective Nick Walker (un Ryan Reynolds más cara de nabo que nunca), es asesinado en el cumplimiento de su deber y, en vez de irse a descansar al Paraíso, se incorpora al Departamento de Policía del Más Allá. Como parte de esta organización, que reúne a otros canas difuntos, deberá buscar y capturar a todos los muertos que se niegan a dejar el mundo de los vivos. Así, Nick se unirá al veterano y amargado Roy (Jeff Bridges), un cowboy que -oh, sorpresa- no quiere saber nada con tener un compañero. Mientras intentan resolver sus diferencias, estos dos agentes de la Ley descubrirán que las fuerzas del mal han puesto en marcha un plan muy jodido. Sí, así como leen, la historia de esta buddy cop movie sobrenatural, con inevitables reminiscencias a la saga HOMBRES DE NEGRO, es bastante simple: la relación entre Nick y Roy es trilladísima, el villano principal es totalmente unidimensional y las secuencias de acción no ofrecen nada nuevo. Uno de los grandes problemas del film está su argumento: al ya estar muertos, los protagonistas son indestructibles, por lo que no sufren daño alguno al caer desde edificios o al ser aplastados por camiones. Sólo al final aparecen unas armas borra-almas que suponen una amenaza para ellos, pero hasta entonces, nada puede pasarles. Y aunque esto es usado con fines cómicos, la ausencia de un peligro real para los héroes es totalmente contraproducente para la narración. Como vemos, en R.I.P.D. – POLICÍA DEL MÁS ALLÁ, los defectos se apilan unos sobre otros, como si se trataran de cadáveres en una fosa común durante épocas de peste: lamentables intentos humorísticos, una sub-trama romántica bastante chata, un Jeff Bridges en piloto automático (por más onda que tenga, prácticamente repite su personaje de TEMPLE DE ACERO) y unos efectos digitales que no siempre funcionan son otros de los aspectos que hacen de este uno de los estrenos más putrefactos del año.
Basado en un comic de Dark Horse, esta película podría definirse como una mezcla entre "Hombres de negro", "Ghost" y "Los cazafantasmas", con Ryan Reynolds como un policía no demasiado limpio que muere asesinado por su compañero Kevin Bacon, y en vez de ir directamente al infierno merece una oportunidad sirviendo con el cuerpo de "Policías del más allá que se ocupan de combatir los espectros delincuentes que quieren seguir cometiendo sus fechorías entre los vivos. La tarea no es fácil y junto a su nuevo compañero y maestro Jeff Bridges,el protagonista debe tratar de adaptarse a esta nueva existencia de ultratumba mientras intenta revelar el plan criminal del hombre que lo mató y que ahora acecha a su esposa. Por supuesto, lo más divertido del film son los coloridos efectos especiales paa retratar los delincuentes espectrales, y las técnicas increíbles que usan estos policías para sacarlos de su disfraz de seres humanos comunes y corrientes. Pero lo mejor, sin duda, es Jeff Bridges componiendo un indescriptible cowboy de ultratumba que debe acostumbrarse a que el resto de los mortales lo vea como una apetitosa rubia (a Reynolds, en cambio, lo perciban como un anciano chino). Todo no se puede, y más allá de los estupendos efectos especiales y algunas espectaculares escenas de acción, las subtramas con el villano Kevin Bacon y su plan para que los muertos vuelvan a caminar sobre la tierra lucen bastante similares a los de otras películas. Pero, al menos, este "Policía del más allá dura unos sintéticos 96 minutos y siempre tiene un gag visual a mano para entretener al espectador, aunque por momentos parezca que el que más se divierte es Bridges, que inclusive tiene la oportunidad de cantar tanto durante el film como en los créditos del final.
Más frío que la lápida de su tumba ¿Estaremos llegando al fin de la moda comiquera en el cine? Los números indican que todavía hay mucho para exprimir (en el buen y en el mal sentido) en el mundo de la historieta, pero lo cierto es que productos como R.I.P.D. - Policía del más allá se pasean con un andar algo cansino. Basada en la novela gráfica Rest in Peace Department, de Peter M. Lenkov, el largometraje dirigido por el alemán Robert Schwentke (el mismo de Red y Plan de vuelo) no tiene como centro de gravitación a ningún superhéroe de ocasión aunque, dadas las circunstancias de la historia, sí es cierto que los protagonistas terminan salvando al mundo del desastre más absoluto. La cosa viene por el lado de los vivos y los muertos, más cerca de Los Cazafantasmas que de los undead de Romero, y los encargados de ordenar el caos son dos policías arquetípicos, exponentes tardíos de la buddy movie, aunque con una característica sobresaliente: están más fríos que la lápida de una tumba. Es que su vida en la Tierra terminó hace un tiempo, pero su trabajo policíaco continúa desde el más allá. Resulta que hay espíritus que se resisten a abandonar los placeres terrenales y se la pasan correteando entre los vivos como si tal cosa, camuflados bajo la piel de un ser humano vivito y coleando. La misión de los miembros de R.I.P.D. es, precisamente, atrapar y llevar a los “deados” (como los llaman afectuosamente) de vuelta al lugar que les corresponde. Puede sonar complejo, pero la trama del film es de lo más sencillo del mundo y hay incluso algo infantiloide en todo el asunto, más allá de las humoradas “para adultos” del film. Comedia desembozada que nunca se toma a sí misma en serio, R.I.P.D. parece una de esas películas filmadas en automático pero en la cual los actores la pasaron bomba delante de la pantalla azul (debidamente rellenada por los especialistas en efectos especiales en la etapa de posproducción). Tal parece ser el caso de Jeff Bridges, que en la piel de un miembro de la fuerza ultraterrena, muerto hace más de dos siglos –un auténtico sheriff del Lejano Oeste trasplantado–, se manda un festín de la brocha gorda y el histrionismo al palo. Algo parecido, aunque tres o cuatro cambios por debajo, hace Kevin Bacon como el villano titular, uno de esos canas corruptos que, colmo de males, se despacha a su compañero de armas (Ryan Reynolds) en plena misión. Uno de los gags más simpáticos gira alrededor de la apariencia terrenal del dúo de héroes, ciertamente alejada de su versión original, pero el guión lo repite en tantas ocasiones que termina transformándose en un chiste pesado. Film de alto presupuesto que, sin embargo, se autodefine con orgullo como berreta, a R.I.P.D. le faltan tres elementos esenciales para llevar a buen puerto la propuesta: gracia, ritmo e imaginación. Aunque, como están las cosas, en plena era de extensas superproducciones con ambiciones filosóficas dignas del más profundo de los pensadores, se agradecen tanto su falta de pretensiones como el metraje reducido.
Con Jeff Bridges solo alcanza Algunos en la redacción de Fancinema manejamos la siguiente teoría: toda película donde trabaje Amanda Seyfried es mala, o cuanto menos mediocre (excepto Chicas pesadas). Para constatar esta afirmación tan sólo hay que chequear la lista de sus trabajos en IMDB: la rubia de ojos saltones es casi infalible. Me gustaría ampliar un poco esta teoría: Ryan Reynolds es la versión masculina de Amanda Seyfried, siendo su participación en casi cualquier proyecto cinematográfico una garantía de mediocridad. Y lo curioso es que ninguno de los dos es particularmente malo para actuar, son actores promedio que parecieran impregnar todo lo que tocan con su aura medio pelo. En lo que concierne a R.I.P.D. – Policía del más allá, no es lo peor en lo que se ha visto involucrado Reynolds, pero no gracias a él sino más bien al ritmo disparatado y bastante entretenido que le imprime el director Robert Schwentke a la narración y también a la participación del maravilloso Jeff Bridges. R.I.P.D. nos cuenta la historia de Nick (Reynolds), un policía un tanto corrupto que es asesinado en medio de un operativo por su mejor compañero y amigo Hayes, que es interpretado por Kevin Bacon. A estas alturas todo el mundo debería saber que no se puede confiar nunca en Bacon, cuya única labor en cualquier película siempre es hacer el mal; o se vuelve loco (El hombre sin sombra), o traiciona (R.I.P.D.), o es el enemigo de turno (X-Men: primera generación), o vota por Nixon (Frost/Nixon). Entonces Nick muere y de repente aparece en una oficina celestial donde le dicen que tendrá que trabajar en una agencia que se dedica a controlar que las malas almas no se escapen de su ruta al infierno. Allí conocerá a Roy (Bridges), quien será su compañero, y juntos terminarán descubriendo que un caso que parecía de rutina es parte de algo mucho más grande. Hagamos lo que hicieron todos los críticos del universo al hablar de esta película, es decir, enumerar las similitudes que tiene con Hombres de negro: las dos son adaptaciones de un cómic, las dos son una buddy movie (película de compañeros que empiezan llevándose mal y terminan llevándose bien) mezclada con elementos sobrenaturales y de ciencia ficción y… sí, R.I.P.D. es en principio Hombres de negro pero con muertos en lugar de aliens. Pero si hilamos un poco más fino, nos damos cuenta del principal problema de R.I.P.D.: Hombres de negro tiene como fundamento explorar la relación entre Tommy Lee Jones y Will Smith, dos personajes absolutamente opuestos. A R.I.P.D. le cuesta realizar la misma operación, simplemente porque Bridges lo acapara todo, es al mismo tiempo Will Smith y Tommy Lee Jones, lo que da como resultado un personaje desquiciado, una especie de Rooster Cogburn, de Temple de acero, pero sin moral y con un poco de merca encima. En consecuencia, no queda lugar para Reynolds, a pesar de que la historia que Schwentke esboza lo tiene como principal protagonista. Por suerte el realizador de RED se da cuenta de lo liviano que es lo que tiene para contar y acelera la cosa. Trata superficialmente los conflictos morales y las relaciones de Nick con su novia y con su amigo, pues a nadie le importa. Agrega unas buenas secuencias de acción, se apoya en Bridges y le da como resultado un artefacto divertido que se disfruta y se olvida. También nos deja una certeza: si Bridges estrenara al menos una película por año, el mundo sería un lugar mejor.
Ante la noticia de que Kick-Ass 2 no verá la luz en los cines de Argentina, uno no puede más que sorprenderse de que la misma distribuidora haya priorizado estrenar R.I.P.D., una adaptación de un cómic poco conocido –no solo en nuestro país, sino que también en el de origen- centrada en una pareja despareja y protagonizada por actores populares, al igual que los es 2 Guns, película que tiene su salida comercial el mismo día. Se trata, nada más y nada menos, que del fallout de la explosión en torno a las transposiciones de historietas al cine, la lluvia de partículas generada tras el boom del género en la pantalla grande. Al igual que Bullet to the Head, otro notorio fracaso, suponen la búsqueda por parte de los estudios de propiedades novedosas, fuera de los universos de Marvel o DC Comics, capaces de disparar nuevas franquicias cinematográficas o de pegar en un público sediento de personajes nuevos. Pero como en el caso del terror found footage o del paso de novelas románticas/fantásticas para jóvenes adultos, no todas las producciones así pueden ser garantía de éxito. Hay películas condenadas desde mucho antes de conocerse las primeras imágenes y es difícil que logren sacarse ese peso de encima. World War Z es la excepción a una regla que indica que la mala publicidad en torno a un tanque posiblemente lo lleve a la perdición. Y R.I.P.D. se cuenta entre estos últimos. Con un presupuesto estimado en 130 millones de dólares, es extraño que Universal Pictures haya comenzado su campaña publicitaria apenas tres meses antes del estreno comercial, cuando la producción había comenzado dos años antes. La compañía apostó por este producto de la editorial Dark Horse, pero pareció hacerse evidente que la plata estaba puesta en un caballo perdedor. Sin funciones de prensa para los críticos norteamericanos –con lo sensibles que estos son-, se buscó evitar que esta sea un fracaso en la crítica pero que igual tuviera solvencia en la taquilla. Nada de eso se logró, dado que hay quienes la han llamado la peor película de la historia y además resultó en un desastre comercial. Lo que ocurre es que R.I.P.D. carece de méritos. Es entendible la convocatoria de Robert Schwentke como director, ya que él tuvo a su cargo RED (2010), otra comedia de acción basada en un cómic poco conocido que resultó en un éxito sorpresivo de recaudación y disparó una secuela, no obstante en este caso dista de tener un logro similar por ofrecer un producto que en ningún momento abandona la medianía. En primer lugar, una dupla carismática de protagonistas es clave. Denzel Washington y Mark Wahlberg en 2 Guns pueden venderme acciones en Blockbuster, algo que en ningún momento termina de generarse con Ryan Reynolds y Jeff Bridges. Valoro al primero por seguir intentándolo, a pesar de ser un probado pesticida para las adaptaciones –Green Lantern, X-Men Origins: Wolverine y van-, pero curiosamente el principal problema es respecto al segundo. Siendo que la última película que lo tuvo en pantalla fue la enorme True Grit, es imposible no notar el piloto automático con que el actor interpretó a su Roy, el cual remite permanentemente a Rooster Cogburn y no nos deja sumergirnos en su personaje. Hay química entre los dos y su vínculo funciona, pero no puede dejar de sentirse reciclado. El guión de Phil Hay y Matt Manfredi, dupla cuyo prontuario incluye Æon Flux o Clash of the Titans entre otros delitos, es caprichoso y acomodaticio. Si bien tiene un material fuente en el cual sostenerse, este no es particularmente fuerte y ellos no hacen nada para apuntalar sus debilidades. Sus diálogos no son ingeniosos, los efectos no lucen para nada acordes a la inversión que se hizo, le falta comedia, acción de la buena y si a todo esto se suma la carencia de inspiración a la hora de entregar cada pasaje, el combo no aporta nada para ser algo irresistible. Sin ser un producto completamente malo, es llevadero y vistoso, tiene suficientes falencias como para justificar su suerte. Ninguno de los involucrados es capaz de dispersar el tufo a Men in Black del cual está cargada la película y ese es uno de los grandes errores, porque no es que van de la mano sino que R.I.P.D. está muchos cuerpos atrás. Es, lamentablemente, una confirmación de lo que tiempo atrás se suponía… que su destino ya venía explícito en el título.
VideoComentario (ver link).
Roy y Nick se conocen después de la muerte de Nick. Así es. Tras extinguirse, Nick descubre que hay vida después del fin, y que no perderá su trabajo. Antes era policía. Ahora lo sigue siendo, pero debe cazar a ciertos villanos del más allá que quieren invadir la ciudad de Boston primero, y luego el globo completo. Policías del más allá es demasiado parecida a Hombres de negro. Tan parecida, que alguno hasta puede sentir que lo engañaron con la propuesta de ver un “estreno”. A saber: hay dos agentes de la ley, uno veterano (Jeff Bridges) y otro novato (Ryan Reynolds). Los dos se llevan a los tumbos, y tiene diálogos y experiencias graciosas. Los dos deben combatir a seres de otro mundo. En MIB eran extraterrestres. En Policías del más allá, personas que murieron y quieren volver a la Tierra para tomarse revancha. Ambos se reportan a un cuartel general, que es una especie de enorme hangar oficial subterráneo lleno de seres extraños. Más aún. La caracterización de los muertos vivos es casi la misma que la del alien encarnado por Vincent D’Onofrio, el que llega para destruir a los humanos, que parece una especie de Frankenstein inflado y más deforme. Porque no es lo mismo hacer una película del mismo género que hacer una especie de remake no declarada. Sería como ir a la avant premiere de una película sobre un grupo de científicos y dos niños que viajan a una isla para estudiar a unos dinosaurios resucitados con ADN, a los que quieren encerrar en un parque de diversiones. Estaríamos viendo casi un calco de Parque Jurásico, ¿no? Pero, veamos lo bueno: la acción, si bien no es tan abundante, es buena. La última parte de la historia es bastante electrizante. Una batalla callejera en una ciudad asediada por varios tornados, con persecuciones y logradas escenas de chatarrería coreográfica. Inmediatamente, un duelo de varios protagonistas en la azotea de un edificio, con muchos efectos especiales y dosis de dramatismo. Jeff Bridges por supuesto está de este lado de la línea en Policías del más allá, pese a que el doblaje nos priva de su particular entonación. Y también funcionan algunos de los gags. No todos, pero los suficientes como para llegar hasta el final.
Policías de muerte Por alguna razón hay algunos muertos que permanecen en la tierra escondidos de su condena, por lo tanto hay una fuerza policial dedicada a apresarlos y llevarlos a la justicia. A pesar de que la película en ningún momento aburre al espectador, su continúo desaprovechamiento de algunas pocas buenas ideas junto a la falta de una narración convincente termina creando una experiencia completamente vacía. La película se presenta como una clara mezcla de géneros donde la comedia, la acción y la fantasía se unen al subgénero del policial de parejas disparejas, para crear un combo atractivo. Sin embargo, ninguno de ellos funciona. La escenas de acción carecen de una coreografía atrapante que logre emocionar o demuestre grandes proezas por parte de los protagonistas. La comedia solo se ve reflejada en las buenas ideas que forjaron a la historia, pero nunca son llevadas a la práctica con gracia o elocuencia. Por su parte, la fantasía es un enorme agujero negro de preguntas sin responder, apenas se da un poco de información que mantenga algo de congruencia en el relato y el resto son solo baches sin contestar. Finalmente, aunque verdaderamente hay química entre el dúo principal, las interacciones entre ambos resultan infantiles, absurdas y torpes. Toda la película es una receta que probó ser exitosa en el pasado, pero que en esta ocasión fue preparada de la forma más descuidada y terminó en desastre. No obstante, en lo que representa una arma de doble filo, la historia se narra tan rápido que no da respiro para que el espectador se distraiga. Continuamente están sucediendo todo tipo de percances que obligan a prestar atención o, en otras palabras, entretienen. De igual manera, así como todo sucede demasiado rápido como para aburrirse también provoca que cualquier tipo de identificación con los personajes termine siendo nulo. Por lo tanto, cualquier dramatismo relacionado con la amistad, el romance o el peligro quedó descartado. Es decir, la película es un simple cartón vacío para mirar y desechar. Ni siquiera, los efectos especiales resultan estimulantes. Las criaturas provocan tanto asco por su fealdad como rechazó por su composición, mientras los tiroteos o peleas se ven completamente falsos. Si bien, al comienzo de la película, en sus primeros minutos, hay un poco de esperanza por un buen resultado, rápidamente todo se vuelve desilusión dado que la premisa era verdaderamente interesante y prometedora.
Hay en la adaptación a la pantalla grande de “R.I.P.D: Policía del más allá”(USA, 2013) de Peter Lenkov, por parte de Robert Schwentke un placer lúdico que se transmite no sólo a las imágenes (con una estética cómics casi fiel), sino, principalmente, a las actuaciones. Si bien Ryan Reynolds (Nick Walker) hace por enésima vez el mismo papel, racha que sólo quebró en “Enterrado” (España, 2010), Jeff Bridges (Roy Pulsipher), Mary-Louise Parker (Mildred Proctor) y Kevin Bacon (Bobby Hayes), se muestran divertidos y frescos, haciendo que esta película, que podría haber tenido un resultado fallido, eleven su calidad de producto. La historia que cuenta la película es simple, policía joven, enamorado de su mujer Julia (Stephanie Szostak) muerto en acción, es detenido antes de su juicio en el purgatorio por la agente Proctor para contarle los beneficios de trabajar en el departamento de descanse en paz de policía a cambio de buenas recomendaciones para su juicio. Su misión: encontrar en el mundo de los vivientes muertidos (seres muertos que insisten en esconderse entre los vivos) y exterminarlos. Nick aceptará, pero no trabajará sólo, porque en el departamento siempre se patrulla en conjunto, Proctor lo emparejará con Roy, un viejo alguacil del 1800 con costumbres muy arraigadas, fetiches (ama los tobillos de las personas) y una capacidad de intolerancia para trabajar en pareja increíble. En la tierra ambos tendrán otra apariencia –uno de los hallazgos del filme- (Roy una bestia rubia come hombres y Nick un anciano asiático) ya que una de las reglas (regla del universo) es que los miembros del departamento de descanse en paz, no pueden tener contacto con sus seres queridos. En plan buddy movie descubrirán casi sin quererlo un plan para hacer que los muertos, en vez de elevarse y tener un juicio celestial o infernal, regresen a la tierra a través de la creación de “El Bastón de Jericó” (destruido hace más de 300 años) y su inexplicable fuerza centrípeta. En la antinomia simpatía/rechazo de la pareja protagónica “R.I.P.D…” encuentra su potencial, porque además posee un discurso basado en otros filmes que licua y que toma como referentes: “Arma Mortal”, “48 horas”, “Gosth, la sombra del amor”, “Evolución” y “Hombres de Negro”, pero finalmente encontrando propia identidad. Escenas dinámicas, puesta en escena, el artificio del 3D, efectos especiales y una dirección de cámaras extraídas de videojuegos de tiros (la escena cuando van a buscar al narco es un claro ejemplo de esto), hacen de “R.I.P.D: del más allá” una grata sorpresa dentro del género fantástico y de ciencia ficción.
Una pareja de policías muy especial baja a la Tierra para salvar a la humanidad. Un policía de Boston Nick Walker (Ryan Reynolds), siempre trabaja con su compañero Bobby Hayes (Kevin Bacon), un corrupto, cuando este no acepta continuar con los trabajos deshonestos lo mata. Es envíado a un especie de cielo, allí lo van juzgar por sus pecados y es entrevistado por Proctor Mildred (Mary-Lousie Parker) ella sabe todo sobre él, para reivindicarse de su pasado debe trabajar con su nuevo compañero Roy Pulispher (Jeff Bridges) un viejo salvaje, el encargado la ley del oeste .Era un alguacil, su aspecto es la de un vaquero, tiene experiencia de cientos de años, ahora forman parte de la RIPD, del departamento descanse en Paz. Ellos forman parte de un equipo de agentes de policía muertos vivientes de trabajo para el resto en el departamento de la Paz, ubicado en el Más allá. Su misión es proteger a este mundo de una serie de criaturas que se niegan a pasar tranquilamente al otro lado. Ellos juntos primero deberán liberar sus asperezas para poder cumplir con todas sus tareas, y la sorpresa está en la transformación de Nick y Roy. Esta cinta se encuentra muy bien editada, está llena de acción (luchas, peleas, persecuciones, tiros, entre otros), muchos efectos especiales, aventuras, el realizador mezcla la ciencia ficción con la comedia, logra entretener (muy pochoclera), Ryan Reynolds demuestra todo su carisma frente a su rol; Jeff Bridges y Mary-Lousie Parker (ella está poco aprovechada) expresan todo su profesionalismo e intentan salir airosos. La historia tiene algunas similitudes a “Los Cazafantasmas”,” Ghost, la Sombra del Amor “(con la relación del protagonista con su novia Julia interpretado por Stephanie Szostak), “Hombres de Negro”, entre otras. Se encuentra basada en un comic de Peter M. Lenkov, cuenta con una buena banda sonora original de Christophe Beck, pero sus gags son bastantes infantiles, comienza bien pero al carecer de un sólido guión no logra sostenerse.
Con buenos antecedentes como escritor y guionista de las series “24” y “CSI: Nueva York”, resulta atractivo una adaptación de algo salido de la mente de Peter Lenkov. Este es el turno de su historieta R.I.P.D. (siglas de Rest In Peace Department, cuya traducción literal sería División o Departamento de Descanse en paz) que aquí se estrena como “R.I.P.D. Policía del más allá”. La historia plantea una realidad paralela en la que cualquier policía que haya cometido algún acto de corrupción llega, al morir, a una suerte de purgatorio en el cual debe cumplir una condena antes de merecer el… ¿cielo? Como sea. Dicha condena consiste en volver al mundo de los vivos en un cuerpo aleatorio para identificar y eliminar almas que se niegan a “irse” y andan por la ciudad causando problemas. Nick (Ryan Reynolds) andaba en asuntos raros con Hayes (Kevin Bacon). En un allanamiento encontraron oro y se lo repartieron, pero ahora Nick anda arrepentido y renuncia al mismo poniendo en peligro la tranquilidad y estabilidad del “negocio” de su compañero. En una redada sucede algo que hará entrar a Nick en este mundo paralelo, y como ni la muerte ni la condena son cosa para cualquiera se lo encajan a Roy (Jeff Bridges). Comienza entonces la clásica Buddy Movie en donde uno es rudo, de pocas palabras, y con mucha experiencia en contraste con el otro, novato, abrumado por la sorpresa y algo torpe al principio. Claro, algo conducirá a Nick a entender lo que pasó y tratar de capturar al culpable de todo esto en el mundo de los vivos. “R.I.P.D. Policía del más allá” es una aventura planteada alla “Hombres de negro” (1997 y 2002), pero con su propia idiosincrasia. La comparación surge naturalmente por el tipo de enemigo al que los compañeros deben enfrentarse y la clase de relación que los une. Aún en un género como el de ciencia ficción la sustentabilidad de la trama y de la construcción de los personajes requiere de un cable a tierra de nuestra realidad para lograr comprometer al espectador con la historia. En este caso podría ser la muerte, la posibilidad de enmendar los errores y arrepentirse, soltar para poder vivir lo nuevo, etc. Elementos que permitan ahondar más profundo en las emociones de los personajes con los cuales podremos identificarnos. Sin embargo Phil Hay y Matt Manfredi deciden quedarse en la superficie del comic y apenas rozar una historia de amor que pintaba bien, pero queda trunca para transformarla luego en otra cosa. Así, la película se apoya en lo anecdótico y en respetar la estética de la obra en la que se basa. El nivel de producción hace pensar en la falta de presupuesto para ajustar los efectos visuales, al menos en contraste con cualquiera de Marvel, aunque no por eso estamos frente a una baratija. En todo caso la dirección de Robert Schwentke es pareja en lo técnico. El resto depende de un guión que no ayuda y debe depositar las falencias en el reparto que por suerte está bien elegido. Son esos trabajos los factores para hacer más llevadero lo predecible.
Juntos son dinamita Los miembros del Rest in Peace Department (RIPD) están condenados a hacer cumplir la ley, si no quieren ir a parar con sus huesos al infierno. Claro que hay un pequeño detalle: ya están muertos cuando reciben esa misión, sólo justificable por sus capacidades y destreza en su profesión. El creador de esta trama es Peter M. Lenkov, quien ya mostró su habilidad para fusionar acción, policial y ciencia ficción. Lo hizo en "El demoledor", con Stallone, y en "Soldado universal", con Jean-Claude Van Damme. En el caso de esta película protagonizada por Jeff Bridges y Ryan Reynolds se trata de un cómic suyo que se conoció con sus iniciales de "R.I.P.D." y al que en Argentina se le añadió la explicación (por si hiciera falta) de Policía del más allá. A la acción y la ciencia ficción Lenkov -pero sobre todo el director Robert Schwentke- intentó sumarle humor, con más o menos suerte. Quizás el problema con "RIPD" sea la cantidad de ¿tributos? ¿homenajes? que ofrece a algunos recordados filmes como la inmediata referencia a "Hombres de negro", "Los cazafantasmas", y hasta alguna línea cercana a la lejana "Ghost" y las clásicas películas de compañeros. Los compañeros serán Roy (Bridges), un sheriff del siglo XIX, y Nick (Reynolds) un policía de la actualidad. Ambos, ya en el otro mundo, tienen como misión mantener a raya a los muertos, seres que sólo ellos pueden identificar, que se mimetizan con los vivos y que quieren controlar el mundo. Bien resuelta técnicamente, son justamente las referencias y cierto desgano en los actores para encarnar sus personajes, así como un guión sin sorpresas, lo que dificulta que este filme explote su potencial.
Dos policías del más allá (sí, seamos redundantes, de eso se trata) son enviados a impedir que almas que no quieren pasar a mejor vida nos arruinen la nuestra. Y eso, nada más que eso con escenas de acción más o menos a reglamento, la inexpresividad cercana a la parálisis de Ryan Reynolds y, por suerte, el señor Jeff Bridges, que comprende que todo esto es una pequeña locura y la toma con la amabilidad y las ganas de jugar que corresponden. Desgraciadamente, es el único que se da cuenta de cómo enfrentar esta pequeña fantasía.
Comedia policial que no divierte "R.I.P.D." es una nueva adaptación al cine de un comic no muy popular y que mucha gente desconocía. Esto no es malo, pero sí representaba un riesgo grande de recaudación, sobretodo para un presupuesto de producción de 130 millones de dólares. Resulta que la idea de por sí no era del todo original, ya que se podían evidenciar varias similitudes con "Los Cazafantasmas" o "Men in Black", historias que claramente influenciaron en la escritura de Peter M. Lenkov, autor del comic en 2001. Más allá de esto, las vueltas de tuerca del Rest In Peace Department (RIPD), los actores seleccionados para dar vida a los protagonistas y el presupuesto destinado a su producción, parecían que iban a dar como resultado una buena comedia policial/fantástica que iba a modernizar de alguna manera la visión de "Men in Black"... bueno, esto no sucedió. El primer error garrafal de la propuesta fue pifiar en el humor que se utilizó. Los momentos de risas fueron tenues y contados con una sola mano, no hubo ninguna secuencia de gags realmente divertidos. Jeff Bridges (Roy) tuvo un protagonismo desteñido y Ryan Reynolds (Nick) no resultó tan divertido como se pudo ver en otros de sus trabajos cómicos. Por otro lado, el personaje de Mary-Louise Parker (Proctor) me pareció bizarro y débil, con copias claras de la personalidad de su personaje en la saga "Red". El único que me gustó como estuvo fue Kevin Bacon (Hayes), que con cada película que pasa, va fortaleciendo cada vez más su rol de villano en la gran pantalla. El segundo error, tuvo que ver con el eterno problema de decisión de géneros, ¿policial de acción o comedia policial?. Son pocos los que pueden combinar exitosamente estos géneros y lamentablemente Robert Shwentke, director de este trabajo, más allá de haberlo hecho bien con "Red", no estuvo a la altura del desafío. Para los fans de la fantasía y los buenos efectos, hay varios momentos de explosiones, muchos villanos delirantes bien diseñados y persecuciones automovilísticas varias que aseguran acción. Para los que no se conformen sólo con los aspectos técnicos, dejará un sabor amargo, de esos que nos dicen que podría haber sido una experiencia cinematográfica mucho más valiosa de lo que terminó siendo. No la recomiendo.
Un relato que pretende ser cómico Policías del más allá R.I.P.D. es una comedia con base en lo sobrenatural, basada en el libro de Peter M. Lenkov y publicado por Dark Horse entretenimiento, cuenta con Ryan Reynolds y Jeff Bridges como Nick Walker y Roy Pulsipher, dos policías de épocas diferentes, que se ven obligados a reunirse en el escuadrón de policías del más allá al que refiere el subtítulo. Nick perteneció al Departamento de Policía de Boston y era compañero de Bobby Hayes (Kevin Bacon), hasta que juntos decidieron quedarse con los trozos de una antigua pieza de oro encontrados en un operativo antidrogas. El arrepentimiento de Nick lo lleva a morir en manos de Bobby; y de allí a un juicio final adverso, sólo le media la chance de incorporarse a las fuerzas sobrenaturales que procuran atrapar a las almas pecadoras que huyen hacia la Tierra, a sabiendas de que les espera el infierno. La agente Proctor (Mary Louise Parker) lo presenta a su nuevo socio, Roy Pulsipher, un marshal que vivió en 1800. A desgano, Nick y Roy emprenden su viaje de vuelta a la Tierra, donde sus diferencias de personalidad, moral y costumbres se convertirán en la motivo de las --pretendidas-- situaciones cómicas. Se añadirá, además, el hecho de que los agentes del otro mundo no son vistos ni oídos en éste en su estado original, sino a través de un avatar, que para el caso de Nick será un anciano chino y para Roy, una despampanante rubia. Con mucho del estilo de Hombres de Negro --y algún pasaje de Ghost, la sombra del amor-- R.I.P.D. se encuentra a años luz del suceso, tanto en desarrollo narrativo, como en dirección de actores. Lejos de explotar ambos potenciales, se trata de un patchwork de comedia, acción, romance y drama con saltos entre unos y otros tonos, como si en la mesa de montaje se hubieran cortado y emparchado escenas a destiempo. Luego, y tratándose de quienes se tratan los estelares, resulta difícil comprender que no se hayan utilizado sus experiencias para construir los complementos necesarios para el funcionamiento de una buddy movie. Finalmente, el contraste entre la acción animada y la humana no resulta en pantalla, con efectos groseros cuando se los lleva a las tres dimensiones. Pobre, escasamente perspicaz y pretendidamente bizarra, Policías del más allá se transforma en un paseo desordenado entre sensaciones conocidas, sin el placer de la risa que se espera incluso de comedias menores.
Otra adaptación de un comic poco conocido, esta vez dirigido por el alemán Robert Schwentke y protagonizado por Ryan Reynolds y Jeff Bridges, junto a Kevin Bacon y Mary-Louise Parker. Probablemente en papel “RIPD: Policías del más allá” parecía una buena idea, juntar a Reynolds con Bridges, hacer un film parecido a “Hombres de Negro” pero con fantasmas en vez de extraterrestres y llenarlo con acción y humor. Para triunfar en la taquilla sólo hacía falta un poco de imaginación y una buena ejecución… Aparentemente la producción perdió rumbo en alguna parte del camino ya que este film no llega al nivel de “Hombres de Negro”, a pesar de tener a un reparto más que competente. El nivel de los efectos digitales se asemeja al de films de principios de los años ‘90. Los chistes llegan tarde por culpa de una edición poco efectiva, el villano de turno no es ni amenazante ni memorable y por último, el largometraje en sí carece de toda innovación y originalidad posible, relegándolo a la categoría de mediocre. Una frase de George Lucas que, parafraseando a Van Gogh, resume el estado de RIPD es “un film no se concluye, se abandona”.
"...No es una gran película; es muy entretenida, eso hay que reconocerle; la acción está bien, no le aporta absolutamente nada al cine, no les va a aportar absolutamente nada en sus vidas tampoco, pero si quieren pasar el tiempo probablemente los entretenga..." Escuchá la crítica radial completa en el reproductor, (hacé click en el link).
Publicada en la edición digital #255 de la revista.