“Si los hermanos Russo nos deslumbraron con ‘Infinity War’, con ‘Endgame’ simplemente nos volaron la cabeza”. Es difícil describir la espectacular performance de estos dos grandes directores que nos presentan, por cuarta vez, una obra digna del universo cinematográfico de Marvel (MCU). Este famoso dúo, junto al notable productor de todo este mundo, Kevin Feige, nos hacen atravesar una gran variedad de emociones a lo largo de los 181 minutos que tiene de duración y nos van guiando hacia el final de otra etapa, una era que arrancó hace 11 años con “Iron Man” (2008) y concluirá su tercera fase con la película N° 23 de la saga, a estrenarse en unos meses, “Spiderman: Lejos de Casa” (2019). Después de los hechos ocurridos en “Avengers: Infinity War” (2018), los Vengadores sobrevivientes deberán tratar de recuperarse de su terrible derrota ante Thanos y, a la vez, lidiar con las consecuencias que dejó “La Decimación” al eliminar la mitad de toda la vida en la Tierra y el resto del universo. Para ello, deberán unir fuerzas, recibiendo toda la ayuda posible, para lograr reparar el daño causado por el Titán y restaurar la paz una vez más. Ya pasada más de una década en la que nos dedicamos a ver y vivir cada una de las historias que nos presentó el MCU, acostumbrándonos al heroísmo de sus personajes y a la fuerte figura que cada uno representa, “Endgame” desde el comienzo invierte los papeles y nos presenta un film lleno de drama con una cantidad considerable de comedia y una dosis de acción que nos haría saltar de la butaca. En él, gracias al increíble trabajo en el guion de Christopher Markus y Stephen McFeely, algunos protagonistas nos enseñan una faceta desesperanzada en la primera mitad de la película, que poco mostraron en sus anteriores apariciones y otros mantienen, o hasta a veces exageran un poco según la trama lo requiera, personalidades joviales y bufonas a lo largo de la cinta, que no necesariamente actúan de manera negativa pero que nos desvían ocasionalmente del ambiente generado en cada situación, de manera intencional, para no llorar desde un primer momento. Y es que esta película nos incursiona en un mar llantos, risas, gritos y aplausos, como nos ha hecho sentir anteriormente, solo con la diferencia de que, esta vez, vislumbramos el final. Un final que no deja que desear en cuanto a musicalización, impecable y concisa, como ya es de esperarse de Alan Silvestri, acompañado de una fotografía y efectos especiales, que transforman cada escena en una obra maestra, más allá de cualquier tropezón que lleguemos a vislumbrar a ojo de lupa. En síntesis, “Avengers: Endgame” (2019) se transformará, sin dudas, en la película favorita del MCU para muchos, ofreciendo más de lo que puede esperar cualquier fan de este universo, nivelando nuestra balanza de emociones que desequilibró en un primer momento “Avengers: Infinity War” (2018) y, como siempre, dejándonos con ganas de mucho más.
Llegó el evento cinematográfico del año, el cierre de toda una era para el Universo Cinemático d eMarvel. En el año 2005 Kevin Feige tuvo un sueño: la creación y desarrollo de una mega franquicia comiquera compartida, que reuniera a todos (o casi todos) los héroes de la ‘Casa de las Ideas’. “Iron Man - El Hombre de Hierro” (Iron Mna, 2008) fue la patada inicial del Universo Cinematográfico de Marvel (o MCU), un éxito instantáneo que elevó hasta la cima, incluso, a personajes de la B de las páginas de los cómics. Nadie puede ser lo suficientemente miope para ignorar el suceso de este modelo, una fórmula que muchos quisieron imitar, pero pocos lograron, porque acá siempre hubo una visión clara y a futuro de lo que se pretendía para la franquicia. La suerte consiguió que más temprano que tarde, Tony Stark, Hulk, el Dios del Trueno, Capitán América y Spider-Man, entre tantísimos otros, se agruparan bajo el mismo paraguas de los estudios Marvel y Disney, una movida que, obviamente, les permitió a los realizadores mantener el control de sus criaturas cinematográficas, sin tener que rendirles cuentas a otras compañías. El marketing, los presupuestos elevados y el talento delante y detrás de las cámaras hicieron su magia para que, después de más de diez años y 22 películas, el MCU se convirtiera en la franquicia más exitosa de todos los tiempos, una marca imborrable dentro del género y un elemento esencial de la cultura pop que unió a varias generaciones. Tenemos historias brillantes, otras muy buenas y unas cuantas irregulares (bah, bastante flojitas), pero todas cumplieron un cometido: presentar en sociedad a estos personajes tan queridos y contribuir constantemente a la construcción de este universo cada vez más expandido. Desde que Nick Fury (Samuel L. Jackson) se le acercó a Tony Stark (Robert Downey Jr.) con la famosa “Iniciativa Avengers” en la cabeza, Feige sabía que tenía algo grande entre manos y puso todo su esfuerzo para llevarlo a buen puerto. Pero hay algo que trasciende los números de taquilla o los puntajes de la crítica, y esa es la inversión que hicieron los fans, y el público en general, a lo largo de esta década de aventuras superheroicas donde, muchas veces, eligieron un bando y apoyaron a sus personajes favoritos. Cada una de las instancias los trajo hasta acá, la conclusión de una etapa (ahora conocida como la Saga del Infinito) que pretende cerrar este ciclo y abrir uno nuevo para los protagonistas y las historias que traerán a cuestas. Porque claro, esto no se acaba. “Avengers: Endgame” (2019) es el fin de muchas cosas, de entrada, la resolución de una trama que (seamos sinceros) quedó bastante abierta después de los sucesos de “Avengers: Infinity War” (2018) y el temido chasquido de Thanos (Josh Brolin). Tras juntar las seis Gemas del Infinito, el Titán logró su propósito: balancear el universo erradicando a la mitad de la población. Un hecho que, ante sus ojos, tiene la debida justificación, pero no deja de carecer de unas cuantas aristas morales. En resumen, todos salieron perdiendo, incluso más los que sobrevivieron a esta caprichosa selección natural. Esta nueva instancia encuentra a varios de los supervivientes lidiando con lo que acaba de pasar y buscando una solución inmediata para intentar revertir lo sucedido entre la pena y el dolor. Unos veinte días después del suceso, Steve Rogers (Chris Evans), Black Widow (Scarlett Johansson), Thor (Chris Hemsworth), Rocket (Bradley Cooper), Rhodes (Don Cheadle) y Bruce Banner (Mark Ruffalo) creen tener un plan entre manos, pero el fracaso parece inevitable porque el destino no es algo que se pueda torcer así, tan fácilmente. Si para ese entonces, los Avengers ya no estaban quebrados (física y emocionalmente), esta es la gota que termina rebalsando el vaso, dispersando sus destinos para intentar reconstruir, junto con el resto del mundo (y la galaxia), un futuro que parece bastante esquivo. Mensaje en una botella Y sí, “Avengers: Endgame” es un spoiler detrás de otro, y en estas escuetas líneas vamos a omitir una infinidad de detalles (más o menos como los tráilers de la película, je). Lo concreto es que la historia de Anthony y Joe Russo (y el guión de Christopher Markus y Stephen McFeely) nos traslada cinco años después, donde la población todavía intenta sanar sus heridas y seguir adelante, al igual que nuestros héroes, muchos concentrados en su trabajo justiciero, y otros tantos en sus nuevas y mundanas vidas, alejados de las aventuras y las misiones peligrosas. Pero entre la desesperanza de algunos, la perseverancia de otros y una vueltita de tuerca, surge una nueva posibilidad y ahí es cuando el equipo se TIENE que volver a juntar y confiar en este plan mucho menos improvisado que podría lograr invertir el juego... o empeorar muchísimo más las cosas. El tiempo no siempre sana las heridas, y la confianza no siempre sobresale entre los Vengadores, pero acá se trata de dejar de lado cualquier diferencia, culpa y baja autoestima para permitir que los héroes sean héroes una vez más, cueste lo que cueste. Los hermanos Russo, fieles a su reputación, entregan algo más que una aventura superheroica. A ellos les tocó tomar la posta de Joss Whedon para seguir desarrollando el camino de estos personajes, cada vez más complejos y humanos, con sus fallas y sus virtudes. “Endgame” es la conclusión perfecta para “Infinity War” y estos primeros diez años, dejando que cada protagonista tenga su momento de lucimiento, pero sobre todo de redención e introspección para confrontar sus miedos y sus errores, y encontrar esa nueva (o vieja) razón por la cual luchar. Estamos ante algo que no es simplemente una secuela o una película superheroica que puede analizarse fuera de contexto (sorry, espectador casual), es la parte de un todo, la última pieza de este gran rompecabezas, el evento que debe amalgamarlo todo y salir bien parado. ¿A dónde van los desaparecidos? Ahí es donde reside su épica y donde se lucen sus mejores elementos, entre ellos, la destreza de los directores a la hora de la acción y los grandes enfrentamientos (acá grande debería ir con mayúsculas); el timing para la comedia de sus guionistas, demostrando una vez más que no hace falta ser solemne a cada momento (aunque no todos los chistes son bien recibidos y a veces la exageración gana la pulseada); la profundidad de sus personajes principales porque este es su recorrido, y la habilidad de mezclar géneros y mantener el ritmo a lo largo de casi tres horas de película. En medio del drama y el dolor de gran parte del primer acto, terminamos disfrutando de una clásica y entretenida historia de atracos -donde el plan se desarrolla, se ensaya y se ejecuta muy al estilo y la cacheres de “La Gran Estafa” (Ocean's Eleven, 2001)-, para luego volver a la épica de la batalla que un desenlace como tal se merece, manteniendo un perfecto equilibrio entre las partes. No todas las decisiones narrativas se aplauden de pie, ni los efectos especiales funcionan -algunas elecciones son un tanto “polémicas”-, así como ciertos momentos grandilocuentes, tan celebrados como forzados (los charlamos en una review con spoilers). El saldo siempre es positivo y hasta se siente una película menos apresurada que su antecesora. Los Russo toman sus pequeños riesgos, sobre todo cuando se trata del tono que quieren imponer y el cierre que le quieren dar a sus protagonistas, pero no dejan de jugar un poquito a lo seguro. Claro que esto tampoco es tan malo, es el modelo al que se apegaron y el cual les devolvió el éxito. Seguramente, muchos de ustedes saldrán lagrimeando del cine por el simple hecho del espectáculo atestiguado. Una reacción más que válida porque, en definitiva, “Avengers: Endgame” lo es. Es una recompensa a la lealtad, una fiesta para el fan, para el amante de los superhéroes y para aquellos que vienen bancando este proyecto desde el año 2008, en las pelis y en la tele. Cueste lo que cueste Y ahí es cuando surge mi disyuntiva a la hora de poner un puntaje, un numerito que no dice mucho más de lo que ya está escrito más arriba, sino que lo resume. La realidad es que mi inversión en estos personajes, estas historias y este universo cinematográfico no es emocional, sino más bien un objeto de análisis que no siempre toca las mismas fibras que las del espectador. Acá me siento un tanto distante y la subjetividad puede jugarme en contra (porque juega mal en ambos sentidos, eh), nublando ese juicio final que no me permite considerarla LA mejor película de superhéroes de todos los tiempos, sino UNA de las mejorcitas, más aún si la tomamos como “cierre de franquicia”. Un cierre redondo que no deja muchos cabos sueltos ni tampoco muchos indicios de lo que nos depara el futuro del MCU, y tiene como prioridad rendirles el debido homenaje a cada uno de estos protagonistas, aunque no se esfuerza con otros tantos personajes. Si “Avengers: Infinity War” se centraba en Thanos y su propio recorrido, acá los Russo dan vuelta la tortilla y cambian el foco hacía el lado de los buenos, logrando una conclusión balanceada que se hace eco de este enorme universo compartido recargado de guiños, referencias a montones, fantasía, ciencia ficción y héroes tan estoicos como vulnerables.
Tres horas y cuarenta horas al mismo tiempo “Avengers: Endgame es una genialidad”. Fue el primer pensamiento que se me cruzó por la cabeza cuando vi la nueva película del Universo Marvel. En dicha escena dos personajes se pelean por sacrificarse. Es un momento donde el suspenso va un crescendo hasta llegar a un desenlace lacrimógeno. Aunque debo decir que fue lacrimógeno para mí, no tanto porque en el cine lloro con cualquier cosa -incluso lo he hecho con películas horribles que simplemente supieron donde golpearme- sino porque para poder llegar a esos niveles de emotividad necesité inevitablemente conocer mucho a esos personajes. Desde ya que si conozco mucho a esos personajes no es tanto por esa película en sí (no aparecen demasiado en esas tres horas), sino porque había visto a estos personajes en films previos de Marvel. De ahí que cuando salí de la sala se me ocurrió la posibilidad de imaginarme estar visionando esta película sin haber visto ninguna película anterior de la saga de superhéroes, y llegué a la conclusión (bastante obvia por cierto) que de haber ignorado cualquier film previo no habría entendido ni por cinco segundos ni una sola cosa de lo que estaba pasando en Endgame. Yo mismo, que he visto casi todos los largometrajes de Marvel, me perdí un par de referencias a otras películas anteriores porque no vi la segunda parte de Guardianes de la galaxia ni Capitana Marvel. Así es como, por ejemplo, me vi totalmente perdido cuando la película hacía una referencia a la relación que la Capitana tenía con Nick Fury. O sea, entendí esa relación de amistad pasada, pero cuando en la película vemos la imagen compungida de la capitana viendo la imagen de Fury me fue imposible conectar con esa emoción. Da la impresión que para poder disfrutar este film plenamente no sólo hay que ver la precuela Infinity War (que claro, es inevitable a la hora de entender este film), sino también Iron Man, Guardianes de la galaxia, Thor, el díptico de Ant-Man, Avengers, Avengers: La era de ultrón y algunas más. Películas sobre las cuales Avengers: Endgame no sólo hace guiños laterales sino que construye la lógica de escenas enteras. Ver Avengers: Endgame es como ver tres horas y cuarenta horas al mismo tiempo, es una película que se construye de anteriores, como la cabeza de un monstruo del entretenimiento enorme que se dedica a mostrar acción, emoción y carisma. Es tan efectivo el monstruo que Marvel construyó su propio espectador cinematográfico (entre los que estoy incluido, claro). Uno que se queda hasta los interminables títulos de crédito hasta poder ver unos treinta segundos de película más, uno que volvió a millones de espectadores obsesivos con los spoilers (ya ni siquiera del final, sino de prácticamente cualquier cosa que pase en la película) y uno que finalmente termina viendo su universo como si fuese una serie de televisión, donde cada película termina siendo un anticipo de un final más grande. No lo digo esto peyorativamente, construir un monstruo así no es fácil. DC, su triste rival, quiso hacer algo parecido y le fue espantosamente mal. Y básicamente creo que es así porque fallaron ahí donde la Marvel triunfó. Marvel se construyó con actores tremendamente carismáticos y talentosos, algo en lo que DC falló parcialmente dándole el rol del legendario Hombre de Acero a un intérprete dueño del carisma de un trapo. Todos los actores que integran los Avengers en cambio tienen un carisma y un talento actoral a mi entender indiscutible. Robert Downey Jr. es de esos actores hiperexpresivos y con un costado melancólico que lo vuelve inevitablemente magnético. Es -cualquiera lo sabe- un intérprete que podría tener hoy varios Oscar de la Academia de no haberse dedicado a un cine al que la Academa le importa casi nada. Chris Evans, en tanto, es uno de esos actores de corte clásico, dueños de una sobriedad tan extraordinaria que hace imposible que uno reconozca de inmediato que es un gran actor. Lo digo muy en serio, basta con ver la evolución del actor desde la primera Capitán América hasta ahora y notar cómo va cambiando en cada película hacia una expresividad cada vez más desencantada. De hecho, en Avengers: Endgame hay una escena notable desde el punto de vista actoral en el cual Steve Rogers intenta convencer a un conjunto de personas que luego de la desaparición de la mitad de la humanidad ahora la vida debe seguir. A Evans solo le basta bajar un poco la mirada y bajar mínimamente el tono de voz para dar cuenta de que el contenido de su discurso no tiene nada que ver con lo que está sintiendo realmente. También Marvel se dio cuenta, a diferencia de DC, que el cine de superhéroes tiene algo de absurdo en sus propios planteos y que muchas veces el camino del humor suele ser tremendamente efectivo. Endgame lo sabe también y plantea, más de una vez, el chiste entre lo épico de un personaje y ciertos gustos a los que uno podría llamar “simples o banales”. Ahí están las referencias al amor por la cerveza de Thor (que en la pelicula tiene consecuencias insospechadas) y un chiste con selfies que de todos modos ya estaba expuesto de manera más breve en un gag extraordinario de la encantadora Thor: Ragnarok. Y así, entre películas más o menos buenas (y un par genuinamente excelentes), más o menos personales de directores muy o algo capacitados que hicieron películas con sello propio o sin ningún tipo de sello llegamos hasta Avengers: Endgame, filmada por dos hermanos a los que el sello propio les importa nada. Y el resultado es una película de personajes -muchos- despidiendo en realidad una etapa entera de una industria que va a tener que resignificar sus películas de algún modo después de esto. Es un film, si uno lo piensa, extrañamente crepuscular, de ahí que quizás la acción tarde mucho en arrancar, que algunos superhéroes estén notablemente cambiados y con una actitud que refleja agotamiento. De hecho, es un tono crepuscular que a la película le sienta bastante bien, al punto tal que cuando en la primera hora y media del largometraje se inserta un momento de acción gratuito (una pelea de Capitán América con alguien que no conviene develar) el film pierde en su primera parte un poco de interés. No es lo único que pierde interés en la película: Thanos, de los pocos villanos interesantes que tuvo Marvel, está acá mucho más desdibujado que antes, y aquel personaje trágico de Infinity es acá apenas un ser muy grandote y muy fuerte que como tantos otros villanos de este tipo de cine quiere destruir el mundo. El foco acá está en los superhéroes: no en uno, no en dos, sino en una tremenda cantidad de ellos que interactúan más o menos en la pantalla, y a los que de pronto Avengers: Endgame juega a agregarles algún “feature”: ¿Qué tal si un superhéroe tiene una hija? No importa si no está mucho tiempo en pantalla con esa hija, basta con verlo con esa chica en dos o tres escenas para que el planteo sea nuevo. Hay un Thor con dos martillos, aunque no tiene demasiado sentido que tenga dos armas dentro de la lógica de la historia. Lo importante es que tenga dos martillos. Ah, y hay otro personaje que puede manejar este martillo además de Thor, no tiene en verdad mucho sentido que lo haga pero lo importante es ver a otro personaje con ese martillo. Junto con todo esto, claro, hay superhéroes, superhéroes y superhéroes, exhibidos frente a uno como una juguetería móvil y mostrando que quizás Marvel fue la primera productora que se dio cuenta de que los superhéroes eran un género en sí mismo. Digo esto pensando en lo que señaló alguna vez Rick Altman en su excelente libro Los géneros cinematográficos. Allí Altman decía que la noción de “género puro” muchas veces era absurda, y que muchas veces los géneros no eran otra cosa que una marca visual o una figura que se repetía en distintas películas. Ahí está el western para probarlo. ¿Qué tiene que ver en verdad un melodrama como Johnny Guitar, con una comedia como Río Bravo o un drama político como Un tiro en la noche?, sencillamente la iconografía asociada al western. La Marvel advirtió que lo que convertía a los superhéroes en un género era la presencia de un superhéroe. Así que hizo comedia familiar con un superhéroe (Ant-Man), comedia absurda con un superheroe (Thor: Ragnarok); película de espionaje con un superhéroe (Capitán América y el soldado de invierno), y tragedias familiares con superhéroes (Pantera Negra). Al final, lo importante es que haya un superhéroe como factor de venta. Y la venta les salió por ahora perfecta. Uno lo nota justamente en una escena climática y épica de la película donde vemos a casi todas las criaturas Marvel juntas, una detrás de la otra. Y el problema es que son, de nuevo, tantas, que en su mayoría se vuelven intercambiables. No es nada terrible que una película sea industrial y sería ingenuo pensar que eso sea malo, pero el problema de Avengers: Endgame es que uno no puede parar de ver a la industria y su poder todo el tiempo haciendo que buena parte de los personajes que habitan allí tengan mucha menos importancia de lo que uno cree. Acá hay una necesidad de que esté todo, de que se muestre todo, y por supuesto de narrar todo lo que se pueda para poder concentrar todo lo que tiene que contarse en una duración de tres horas. De este modo, Tony Stark decide abandonar una vida triste pero también apacible mediante una sola charla con Pepper Potts, una sola charla que va a hacer que el personaje pueda tomar la decisión clave para que la trama avance y lleguemos lo más rápido posible a la acción. A punto tal llega esta suerte de liviandad en términos dramáticos que pensaba, incluso saliendo del cine mientras la mencionada escena del sacrificio volvía a mi cabeza, que si en la película se hubiera sacrificado un personaje en vez de otro, no se habría alterado tanto este film. Por eso será que el plano final es tan hermoso y es quizás el punto más alto de la película. Porque -sin adelantar demasiado- es un momento que importaba para un personaje con características particulares, y es una osadía hermosa que una película en clave gigantesca tenga hacia el final un gesto casi de felicidad minimalista, pero es una osadía licuada entre muchas otras cosas más o menos buenas, más o menos originales. Después de Endgame terminará pasando algo con Marvel: o comenzará otra etapa igual de exitosa, o será el fin de un sistema al que llamarlo popular queda chico. Marvel, en suma y no hace falta decirlo, ha cambiado la industria, y ha moldeado a un espectador. Avengers: Endgame es la representación perfecta de ese poder. Lo dije al principio de este escrito y lo vuelvo a decir ahora: Avengers: Endgame es una genialidad, es la concreción de una productora que ha cambiado la forma de concebir el cine comercial; una obra maestra del marketing y el producto de consumo. Lo que no creo en todo caso es que eso la haga una buena película.
Finalmente llegó el final, lo que muchos esperaban y lo que muchos otro también pero no querían que llegase (yo estoy en este ultimo). Avengers: Endgame llega para marcar un antes y un después en lo que refiere a película de superheroes y la forma de contar una historia que lleva mas de 10 años en su realización y mas de 20 películas interconectadas de alguna u otra manera. Te compartimos nuestro análisis libre de spoilers.
“Una cosa… Si alguna vez ustedes tienen hijos y uno de ellos cuando tenga ocho años accidentalmente le prende fuego a la alfombra de la sala de estar, no sean tan duros con él”. MM “Allí donde crece el peligro crece también la salvación” Existe un escaso número de films de ese subgénero que podríamos denominar de “superhéroes” que sobreviven el clima fanático que los rodea y trascienden fehacientemente en nuestro recuerdo. Posiblemente, éste quizás logre ser una de esas raras excepciones. Infinity War (2018) había dejado un universo en ruinas. La devastación no abría paso a la duda y los personajes heroicos transitaban entre la desesperación, la furia y la culpa. Endgame (2019) comienza justo ahí, con el dolor a derrota en el aire, con la herida aun abierta intentando mostrar cómo -psicológicamente hablando- cada personaje tramita ese duelo acorde a lo que su personalidad le permite. En ese sentido, la película exhibe un tono muy acertado en la exposición de vulnerabilidades. El deber kantiano del buen Capi (Chris Evans) está bien contrastado con el estado de desamparo, soledad y despecho de otros personajes. A cada uno se le dedica un momento, pero no solo para ponernos en “estado de situación” o cumplir airosamente con el “fan service” sino, más bien para permitir al espectador participar de ese estado de desolación e impotencia. Para muchos personajes, lo realmente patético o doloroso, antes que la pérdida provocada por Thanos (Josh Brolin), resulta de todo ese presente que les toca vivir ahora y que no deja de conmovernos: una cartografía del vacío. Y es justamente ese abismo el que moviliza a los héroes a actuar de la forma que pueden (en franca oposición a lo que quieren/deben) con un plan que lejos está de ser original. Sin embargo, es tal el pacto con el espectador que, hasta cierto punto, se admite esa idea remanida. O mejor aún: la falta de novedad o ingenio deja de importar a la hora de contrarrestar al Mal porque lo que interesa es la eficacia. Por otro lado, la película misma acierta en la autoparodia del proyecto (se recurren a gags e intertextualidades con otros filmes) y por ello, no solo sale ilesa sino fortalecida. El nunca-original-plan establece una potente narración en espejos: es la escena hogareña que abre Hawkeye (Jeremy Renner) y que continúa en otra casa, la de Tony Stark (Robert Downey JR). Más adelante, se encabalgarán propositivamente la escena de Thor (Chris Hemsworth) en Asgard con otra escena de Tony (esta vez la de la base militar) y la conclusión magistral a manos de la escena final del Capitán. Todas estas imágenes mencionadas responden a una misma matriz dramática que nada tiene que ver con una solemnidad distante sino con la pequeña tragedia interna dada en la imposibilidad de cambiar el destino. El ámbito de lo doméstico/lo familiar/lo privado se pone en juego con tanta intimidad y desgarro como lo harán las batallas y las escenas de acción. Los héroes se ven tentados a fundirse en un abrazo familiar e infinito que los libere de sus responsabilidades. A fin de cuentas, siempre se trató de amor. Incluso hasta el entrañable Capi se permite una transgresión que será celebrada llevándose el corazón de los fanáticos. Infinity War tuvo como protagonista a Thanos: sus motivaciones, su proyecto, su lucha y, finalmente, su victoria. Endgame respeta a rajatabla su nombre por lo que todos los héroes son necesarios y resaltan en la lucha, aunque, como es lógico, unos se lucen más que otros. A propósito, cabe enumerar algunos detalles atendibles. La disparidad entre el Capitán y Tony ha evolucionado reflejando la madurez de los personajes. Las motivaciones de cada uno, así como la visión del mundo unilateral, han dejado el conflicto hormonal (con el que eran mostradas en los primeros filmes) y dan lugar a pareceres más respetuosos y profundos respecto al prójimo y a la vida en sí, por lejos las mejores interacciones de la película seguidas a las de Hulk (Mark Ruffalo) y Ant-Man (Paul Rudd). Otros personajes continúan recurriendo al humor para sobrellevar la tristeza, como es la esencia de Ant-Man o el cínico Rocket Racoon (Bradley Cooper). Luego tenemos el altruísmo humilde de Black Widow (Scarlett Johansson) o la violencia como respuesta frente a la derrota del Dios del Trueno. La dignidad del Mal continúa apareciendo en esta entrega. La voz del villano está retratada de manera correcta ya que no hay inmadurez ni infantilización. Los matices aparecen en el registro adecuado, por lo que es posible llegar a una aprehensión de cierta filosofía de la destrucción enmarcada desde una elección cognoscitiva. La carencia de desmesura propicia, en cierto sentido, el enaltecimiento en la construcción del adversario. Un antagonista que puede actuar, pero también sentarse a esperar. Las escenas de acción de Infinity War resultan bastante difíciles de superar, pero, aun así, el ritmo del film hace que las tres horas pasen sin aburrimiento. Todas las subtramas (una más entretenida que otra) se van imbricando, abren terreno hacia la resolución final con pericia y fluidez. Endgame ofrece un cierre prolijo y sentido. Una declaración final de amor al cine de superhéroes y al mismo tiempo, un testamento con todas las letras.
El imperio contraataca Tras veintiún películas Avengers: Endgame significa un cierre para muchos personajes tan queridos por los fans de Marvel. La batalla de Infinity Wars había dejado muchas bajas importantísimas y el grupo sobreviviente diezmado intenta desesperadamente localizar a Thanos y reconstruirse con la obtención de las gemas del infinito, pero la derrota ha hecho que los lazos no sean los mismos y la idea de unirse para luchar es cuando menos lejana. Es innegable que la fórmula Disney Marvel es redituable y han sabido trascender película a película variando entre tramas a veces mejor que otras pero el resultado ha acompañado siempre en la taquilla mundial y eso amigos no es poca cosa. El dúo de directores que lleva cuatro films sobre sus espaldas parece saber a la perfección cuales son las líneas argumentales para hacer de Endgame un viaje increíble. Nos vamos a encontrar con historias a las que les faltaba desarrollarse un poco más y era necesario en personajes como Clint Barton (Jeremy Renner), por ejemplo, que tiene una subtrama muy interesante dentro del film y abren un futuro para la inminente serie que lo va a poner como protagonista en Disney+. Cabe destacar que las tres horas que dura Endgame mantienen la atención y no decae en ningún momento. Párrafo aparte para personajes como el de Tony Stark (Robert Dawney Jr) y Steve Rogers (Chris Evans) que han transitado su relación en pantalla con roces desde Civil War pero realmente siento que es en esta película donde mejor marcadas quedan esas diferencias: siempre vimos a Steve como alguien que busca hacer el bien de una manera insoslayable pero en este caso vamos a ver cómo ese cuestionamiento post eventos en la derrota de Infinity War lo exponen como alguien que ha subestimado un poco esa idea de protector de la tierra en un careo que tiene con Tony y que me parece más que interesante como planteo de esas ideas, dos tipos que entienden un mismo problema de maneras muy diferentes y aun así llegan a entenderse. Avengers Endgame es un evento que genera algo particular en la cultura pop de este tiempo y uno puede entender a través de sus personajes y el viaje evolutivo en muchos casos el por qué la espera tan frenética por ver el cierre, respecto a lo técnico los efectos están bien logrados salvo algunos detalles que a mi gusto siguen haciendo ruidos sobre todo las escenas de Hulk (Mark Ruffalo) que tiene momentos donde el abuso de CGI puede hacer un ruido, el elenco es enorme pero puedo decir que los directores han sabido darle lugar a casi todos y creo que todo eso que esperábamos ver de alguna manera u otra pasa,van a salir satisfechos con la participación de sus héroes preferidos en esta trama. Quizás el personaje que siento más desaprovechado sigue siendo Thor que estuvo bien en el evento anterior y acá vuelve a verse algo ridiculizado y me apena un poco ya que es un de mis preferidos de siempre. Para hablar del tercer acto y cierre me gustaría detenerme a hablar de algo que a muchos pseudoperiodistas especializados les molesta hablar y es de la épica en películas de superhéroes trayendo a cuentas que la necesidad narrativa requiere gran mayoría de veces de su uso y Endgame lo tiene primero con una batalla descomunal con todos los héroes interactuando en escena logrando emocionar. No creo exagerar en decir que esa escena plasma un viaje de once largos años y eso es algo que todos debemos aplaudir , dejando de lado las rencillas zonzas de ser fan de una editorial o la otra. A veces suelen aparecer frases sueltas por parte de gente que no logra disfrutar del todo esta clase de cine diciendo que el cine de superhéroes ya no es rentable, y qué puedo decir yo que a mi edad me siento feliz de vivir en este tiempo donde puedo elegir qué ir a ver al cine y con quiénes. Considero que mientras el cine logre lo que Avengers Endgame logra dentro y fuera de la ficción tendremos muchísimos más momentos como este a futuro. No queda mucho más que recomendar mucho este fin de viaje, disfruten con amigos, solos o en pareja y las veces que quieran de ver a sus personajes preferidos. Considero que la película les va a encantar y se van a emocionar muchísimo porque también es tiempo de despedidas. Aclaro que la película no contiene escenas post créditos. Quizás también sea un modo de decir que este es un adiós, pero no el fin. Que a veces para vencer es necesario entender la derrota y soltar el bienestar propio si el fin amerita un bien común y lo que sea que eso cueste.
Nos encontramos frente a uno de los acontecimientos cinéfilos esperado por décadas. Pacientemente construído por Marvel a lo largo de diez años. Con muchísimos títulos, grandes personajes y un legado que ha logrado conmover al público de todo el mundo y de todas las edades, basado en una simple premisa: impulsar los valores del heroísmo, el trabajo en equipo y la resilencia. Y hoy, parte de ese universo comienza un proceso de reconfiguración. Lo que implica, tristeza, por lo que ya no estará. Y renovada esperanza, por los que seguirán haciendo leyenda (en términos cinematográficos, por supuesto), dentro del MCU. La "fase 3" ha llegado a su fin, y eso implicará, necesariamente partidas. Y nuevos escenarios. La pregunta es, ¿está a la altura este "juego final" de todo lo construído hasta hoy? ¿Logrará satisfacer a sus fans y a los seguidores de los comics con este cierre? En principio, la factoría tiene claro como generar productos de alto impacto. Desde ya que para esta cinta, han invertido una cantidad de dinero impresionante y se nota en todo momento. El reparto incluye a actores jóvenes, maduros y hasta adultos mayores, todos de prestigio y gran recorrido... y todos dan el presente. La cantidad de estrellas que verás difícilmente puedan estar presente en una misma cinta si no fuera una creación colectiva potente, en la que nadie dudaría sumarse, por la popularidad y el prestigio que le ofrecerá...No te los nombro a todos, pero estremece. Claro, la primera pregunta se da en forma natural: ¿Se complementan bien? Ahí ya entramos en un terreno difícil de resumir. Me atrevo a decir de a ratos. No es simple que tantas primeras figuras compartan escenario. Hay un recorte en los de primera línea, pero todos, juegan en función de equipo y más allá de algunos desniveles, la trama genera sus escenarios, sin problema. La unidad (podría decirse) es más fuerte que los egos. Sin embargo, algunos personajes se toman las cosas en serio, y otros, no tanto. Eso lo sabemos y le da sabor al producto. Pero ofrece un costado débil en ciertos momentos álgidos de la trama. Desde ya, si no tenés toda la información previa, el film puede costarte. Esta es la frutilla del postre pero para llegar hasta aquí hay que haber cursado unas cuantas materias en la última década... Desde el punto de vista técnico, todo se encuentra en el nivel esperado. Hay que tener en cuanta que sin contar "Captain Marvel", el MCU ha facturado más de 17 mil millones de dólares. La franquicia que ha barrido con todo, no se detiene en los números finos. Resuelve. Argumentalmente, no se puede discutir mucho sobre "Avengers: Endgame". Más que nada porque los debates, a esta altura, deberían estar con información centrada en la trama y como bien entendemos, en esta oportunidad, el secreto los ayudará a conectarse mejor con la película. Conexión que implicará tres horas de duración y un poco más. Que se les pasarán volando, por supuesto. Sí, puedo decirles, que por lo que significa, emocionalmente, hay en ella mucho espacio el sentir. La trama, inicia justo en donde habíamos quedado en la entrega anterior. La secuencia ofrecida, que presenta a Hawkeye, en familia, indica la dirección que tomará el film desde el instante cero. Creo que este fragmento marca a fuego el tono del film. Thanos dejó a la tierra sin la mitad de sus habitantes y en consecuencia, el dolor que atraviesan aquellos que quedaron con vida es infinito. Ellos están quebrados, dolidos en grado extremo y encontrandose con un vacío existencial, terrible. Ya vimos el poder del gran villano en la cinta anterior, destruyendo y modificando el planeta con su decisión. Thanos, el ahora gran verdugo de la humanidad, posee todas las gemas y todo el poder. Los Avengers, desconcertados ante lo sucedido, apenas logran juntarse para sobrevivir juntos a semejante trauma. Algunos, han tenido suerte, otros, han sido separados de sus seres queridos y deambulan erráticos por el mundo. Hasta que encuentran una luz de esperanza, en una serie de hechos fortuitos que podría abrir una posibilidad loca, para reestablecer, lo que el villano de turno, desbalanceó. Es importante también decir que "Avengers: Endgame" explora el sentir de manera distinta a todas sus predecedoras. Trae tristeza, dolor, impotencia, pero también, como toda cinta del MCU, hay arrojo, compañerismo, solidaridad, humanidad en grado extremo. Busca equilibrarse todo el tiempo, con las dosis habituales de humor, pero no se engañen. Es una cinta muy nostálgica y eso define el tono general de la historia que presenta. Es más, si bien el peso de las actuaciones recae en los viejos conocidos, esta es una cinta donde todo está permitido. Las licencias, caen, y es probable que vean situaciones novedosas que en entregas anteriores no hubiesen podido tener lugar. Porque aquí, los hermanos Russo (Anthony y Joe), desde la silla principal, tiene claro que esta en la cinta en la que todo puede suceder. Soltamos las riendas y que la batalla, elija su mejor escenario. El carisma de sus personajes centrales hará el resto. Para contrarrestar el desastre que armó Thanos, todos sabemos que se se necesita uno mayor. Y de eso trata "Endgame". De apostar a lo imposible. Conectarse con quienes luchan codo a codo por los mismos ideales y no dejarse llevar por los enemigos gigantes y poderosos. Si son seguidores de la franquicia, ya tendrán su entrada, día y hora para la ceremonia. Saben lo que van a ver. Pero recuerden, que como todo cierre, a veces las cosas no salen como uno espera. Quizás la resolución del conflicto medular les guste, pero no se puede negar que los últimos veinte minutos, apelarán a todo el capital obtenido en los últimos años, para dejar el listón, lo más alto posible. No es una obra maestra, pero significa tanto para una generación, que podría llegar a serlo.
Lo primero que voy a decir es que, como todas las demás, esta crítica no contiene spoilers. Y tampoco contiene ningún detalle de la trama, por que cualquier cosa que se diga es un spoiler. Sin embargo si voy a comentar sobre lo que esta película genera. En primer lugar no hay que considerar a Endgame como una película por que no funciona así. Es el final del evento cinematográfico más importante de esta generación. Tenemos que agradecer que somos contemporáneos a las películas de superhéroes en general, pero sobre todo, a Marvel Studios. Tampoco podemos considerarla una película más por que no tendría sentido si no es gracias a las 21 películas anteriores, por lo cual, es imposible verla sin haber visto, por lo menos, las mas trascendentales. Calificarla es difícil, pero a pesar de que tenga algunas fallas -que quedan opacadas por los grandes momentos- decidí ponerle un 10, por un lado, por que es algo nunca antes visto con escenas épicas, sobre todo una que va a quedar para la historia del cine en general. Por otro lado, es el cierre que este ciclo necesitaba. Puede gustar más o menos pero nadie puede negar que es el broche perfecto para una saga de películas casi perfecta. Avengers: Endgame es una montaña rusas de emociones. Se transita por la sorpresa, la alegría, la euforia, la tristeza, la incertidumbre (no precisamente en ese orden) y tengo que reconocer que lagrimé por 2 emociones completamente opuestas, así que si tienen un mínimo afecto hacia lo que hizo Marvel en estos 11 años lleven pañuelos. Mucho se habló también de su duración. 3 horas parecerían demasiadas, pero la verdad ni se sienten. Es más, podría haber durado 2 horas más y por nada en el mundo te levantarías de la butaca. Un dato para tener en cuenta es que no tiene escena postcreditos, pero los propios créditos iniciales son una sorpresa en sí mismo. Por el momento no hay mucho más para agregar en esta “review”. Con el tiempo podremos comenzar a comentarla con más detalles y spoilers y debatir como podrá continuar este universo, pero por lo pronto y como un fanático agradeciendo a Stan Lee, Jack Kirby, Jon Favreau, Kevin Feige, Joss Whedon, James Gunn, Los hermanos Russo, Chris Hemsworth, Scarlett Johansson, Jeremy Renner , Mark Ruffalo, Chris Evans, Robert Downey Jr y todos los actores, directores y directivos que hicieron que este universo cinematográfico sea posible y hacernos sentir todas las emociones antes mencionadas por más de 11 años. Avengers Assaemble
En contra de lo que dictaría la norma, esta crítica va a ser muy breve, si se tiene en cuenta que la película dura más de tres horas y, además, probablemente nos encontremos ante el evento cinematográfico de una generación. Es casi imposible hablar de Avengers Endgame sin spoilear, y el film merece un desglose muy minucioso. Pero tal cosa no se puede hacer. Así que solo comentaré mis sensaciones de este estreno, y lo que significa, y significará. No se puede hablar de situaciones, ni de personajes ni de resoluciones. Absolutamente nada. Solo voy a decir que, de principio a fin, alucinás. La cinta te pega de varias maneras. Desde la sorpresa y el asombro, hasta lo emocional. Es imposible que no llores, al menos dos veces, si te gustan estos personajes. Avengers Endgame es demoledora en todo sentido, y un evento cinematográfico en sí mismo. Sin dudas, el más importante de una generación. Aquella que estaba en la primaria cuando vio Ironman en 2008 y hoy, 11 años después, ya son fan consagrados y jóvenes adultos. Incluso, me animo a decir que, tal vez, es la película (de genero fantástico) más importante, y más esperada, desde que se estrenó Star Wars Episodio I en 1999. Hay un antes y un después de esta película. No solo en el Universo cinematográfico de Marvel, sino en el género de superhéroes. Son 11 años de historia y 22 películas que confluyen. Una verdadera proeza. Aplausos y admiración eterna para Marvel por haber logrado esto, y mucha suerte la de nosotros por ser contemporáneos. Ahora, a esperar y disfrutar la siguiente década. (Nota: a diferencia de todas las películas de Marvel, ésta NO TIENE escenas post créditos)
Final de juego. La espera acabó. La película más esperada de Marvel llega a las salas recargada hasta los dientes para dejar satisfechos a los millones de espectadores que un año atrás quedaron devastados por Thanos. ‘Avengers: Endgame’ apela a la épica y se presenta como el evento cinematográfico del año. Tengo que decirlo: no soy fanática de los cómic, ni de Marvel ni del cine de superhéroes. Es así: este cine te gusta o no te gusta y no hay nada que hacer. El lado positivo de esto es que puedo hacer una crítica desprovista de emoción, aunque suene frío. ¿Se puede hablar de ‘Avengers: Endgame’ cuando no sos fan? Por supuesto. Es solo otra mirada. Dicho lo anterior, ‘Avengers: Endgame’ es una suerte de banquete: toda la carne al asador, tras un año esperando la gran cita. Ante todo, es una película de 3 horas -con todo lo que eso implica- que supera con éxito el desafío de mantenerte atento y entretenido. A diferencia de otras películas del género donde la estructura pareciera no poder librarse de pelea-llanura-chiste-pelea-chiste-llanura y así una y otra vez, ‘Avengers: Endgame’ deja un poco de lado la batalla continua para buscar la estrategia. Y está bien: ya está visto que a Thanos no se lo derrota a puro golpe. Menos destrucción, más planificación. La película es consciente de su propia épica y la remarca con planos y con música: ‘Avengers: Endgame’ está dedicada a los fanáticos, ellos que han hecho de este cómic el más exitoso del cine, mientras Batman y Superman quedan, por un momento, relegados a un pasado donde eran todo. DC tiene a los más famosos, pero Marvel ha conquistado el cine gracias a la suma de las partes. Habrá mística, habrá duelos (en las dos acepciones de la palabra) y llegará el final del juego. Puntaje: 8/10 Duración: 181 minutos País: Estados Unidos Año: 2019
El estreno de una película como Avengers: Endgame desnuda un fenómeno muy propio de esta época. Vivimos en tiempos de absolutos. Lo mejor de la historia, lo peor de la historia. El término medio pareciera no existir. El tomate es uno rojo o uno podrido, pulgar arriba, pulgar abajo. Lo que tengas para decir no importa, dame estrellas. Ponerle un 7 a una película equivale a decir que no es gloriosa. Para ponerle un 6 le hubieras puesto un 2. Me hubieras dicho lo mismo. Uno ve que el público se ha visto arrastrado hacia esa lógica, el problema más grave es cuando son los colegas los que caen en ella. Hay una necesidad de exacerbar opiniones. Necesito mayúsculas más grandes para expresar mi parecer. El 10 no me alcanza. La coherencia pareciera entenderse como tibieza. Y eso, evidentemente, no genera Me Gusta. Hay que alimentar a la bestia, dándole exactamente lo que quiere leer.
Lamentablemente esta no debería ser una crítica, porque no me gustaría hablar sobre el desarrollo de la película aunque no contenga spoilers. Voy a hablar sobre el film Avengers Endgame como el suceso que es, más bien retratando mis impresiones sobre el mismo, que puede servir para aumentar o no el hype que este genera. Es así como llega a culminar una fase, que a lo largo de los últimos años nos han brindado con la presentación y unión de muchos de sus personajes. Thanos ha logrado ser el villano definitivo, quien nos dejó una bomba en Infinity War, y que en esta fase final, el objetivo era reparar todo el daño ocasionado, que obviamente tendrá consecuencias. Si hay algo que caracteriza a Avengers Endgame es la imprevisibilidad, porque a lo largo del año hemos tenido cientos de teorías sobre lo que podía llegar a suceder, y más allá de que nuestros pronósticos pudieron ser acertados o no, este film tiene la capacidad de sorprender en numerosas ocasiones. Otro aspecto más que caracteriza a Endgame es la emotividad, si , es el capítulo más emotivo de la saga. Todos sabemos que algo está terminando, es la finalización de toda una construcción, aunque los films de Marvel todavía sigan produciéndose, seguramente por un nuevo rumbo. Los personajes parecen que están al tanto de que algo está por terminarse, ese sentimiento de que “ya nada será igual” , así que para los más sensibles, a no olvidarse los pañuelos. Que el equipo de los vengadores haya sido reducido ante el inminente chasquido de Thanos, le ha sentado muy bien a esta historia. Es así como la historia nos permite hacer un repaso sobre lo que sucedió en el MCU en sus capítulos anteriores, estableciendo una conexión de todas sus historias de una forma más simplificada y que ha efectuado muy bien. Sus tres horas de duración no se hacen para nada largas, puede que sea debido a su imprevisibilidad antes mencionada , ya que deja a uno expectante sobre lo que llegara a suceder. Quizá el único adelanto que puedo llegar a dar , es que el film tiene un ritmo pausado en relación a la acción, lejos de ser un aspecto negativo , esto sirve para preparar la batalla final sin que nada resulte apresurado. El humor característico de Marvel obviamente está presente, sobre todo en su primer tramo, que por cierto no viene nada mal su alivio cómico para anticipar la montaña de emociones que el film genera. Obviamente que no es una película perfecta, en su historia existen algunas lagunas, que más bien serán para un análisis posterior y lleno de spoilers. Pero aún así eso no importa. Endgame sigue siendo la perfecta culminación que nos dejó Infinity War, gracias Thanos. El trabajo realizado por Anthony y Joe Russo es soberbio por la capacidad que han tenido para unir todas las piezas y construir un arco narrativo propio y que funciones para cerrar un fase, casi de una forma definitiva. Del apartado técnico no hay mucho que decir, tanto su música como sus efectos visuales están mejor que nunca, dejándonos su último y épico momento de acción. Sepan disculparme si no he hablado sobre los personajes o el desarrollo de la historia, creo que lo fundamental es ir a verla sabiendo poco de ello. Solo aquí vengo a dar mi opinión para aquellos ansiosos que andas buscando repuestas sobre si la película está a la altura de las expectativas, y claro que lo está. Puede parecer una frase cliché, pero Avengers Endgame es una montaña de emociones, que logra despedir una etapa de una manera gloriosa. Simplemente vayan a emocionarse y cuidado con los spoilers… Calificación 9/10
Hubo una idea: reunir a un grupo de personas extraordinarias, para ver si podíamos convertirnos en algo superior, para cuando nos necesitaran... pudiéramos librar las batallas que ellos nunca pudieron.
El cuarto mes de éste año nos trae lo que podríamos dar en llamar la película más esperada del 2019: “Avengers: End Game”, con una duración de 181’, excepcionalmente sin créditos post-finales. Si bien no relataré el argumento en forma completa para no spoilear absolutamente NADA, sí cabe señalar que éste film se destaca por características que otras películas de Marvel no han tenido. La historia deviene de “Avengers: Infinity War” y en éste caso los supervivivientes (todos ellos héroes aquí reunidos en su totalidad) tratarán de hacer lo posible e imposible para lograr juntar las seis Gemas que se encuentran en poder de Thanos. Bajo el guión de Christopher Markus y Stephen McFeely y la dirección de los hermanos Russo convergen en la cinta todas las emociones que un espectador pretende obtener de una historia cinematográfica, esto es: acción a raudales, humor, efectos visuales que resultan imponentes, y una dosis de drama que no viene mal para sacarnos alguna lágrima durante la vasta duración del producto final. Corresponde merituar las actuaciones de Robert Downey Jr., Chris Evans, Scarlett Johansson, Mark Ruffalo, Chris Hemsworth, y Paul Rudd entre los cientos de figuras que integran el elenco, quienes construyen en forma detallada con una precisión de agujas de reloj, aquellos personajes que les fueron encomendados. Todo lo que se ve en pantalla es superlativo y perfecto. Finalmente menciono los rubros técnicos, absolutamente de avanzada, no pudiendo ser mejores, y la música que constituye un requisito fundamental de lo que será un éxito cinematográfico, de la mano de Alan Silvestri. https://www.youtube.com/watch?v=PyakRSni-c0 ACTORES: Robert Downey Jr., Chris Hemsworth, Brie Larson, Chris Evans, Mark Ruffalo. Evangeline Lilly, Karen Gillan, Josh Brolin, Scarlett Johansson, Jeremy Renner, Michelle Pfeiffer , Gwyneth Paltrow, Hiroyuki Sanada, Don Cheadle. GENERO: Comic , Aventuras , Acción . DIRECCION: Anthony Russo, Joe Russo. ORIGEN: Estados Unidos. DURACION: 183 Minutos CALIFICACION: Apta mayores de 13 años FECHA DE ESTRENO: 24 de Abril de 2019 FORMATOS: Imax, D-BOX, 4D, 3D, 2D.
Más de lo mismo Avengers: Endgame nos duele como espectadores, como consumidores de cine popular estadounidense e incluso como consumidores de cultura pop en general. Porque este universo de Marvel no se presta ni para el juego de las referencias exceptuando las del propio universo. La nueva Avengers -como las anteriores- es un producto cerrado que se autofesteja; no importa el cómic como no importa el cine, lo que importa es haber consumido todos los audiovisuales de su universo. Marvel gestionó un serial para un fandom acrítico en el que nunca importó el desarrollo de los personajes sino la cantidad, como tampoco importó el suspense o el desarrollo de una historia, sino sólo la espectacularidad de ciertas secuencias aisladas y sin demasiada cohesión. En el caso de Endgame, escenas de acción similares en su búsqueda de épica a las batallas campales reimaginadas por Tolkien. A diferencia de Infinity War, hay un agregado de sensiblería y efectismo lacrimógeno que no es funcional a la mínima trama porque a pesar de que la película dura tres horas, no se trabaja ningún vínculo entre los personajes, generando una vez más -y como pasó en varias películas anteriores de este universo- la falta de empatía. Endgame es una continuación directa de Infinity War, y, como aquella, se basa vagamente -entre varias fuentes comiqueriles más- en el cómic Infinity Gauntlet de Jim Starlin. Todo pasará por tratar de resolver el (medio) apocalipsis que generó Thanos, un villano que a diferencia de otros de Marvel, pero sobre todo de DC, no pareciera tener demasiadas motivaciones para la destrucción del mundo. En Avengers: Endgame se potencia aún más la visión maniquea que muchas veces tiene el universo de los cómics. A diferencia de, por ejemplo, los villanos de las Batman de Nolan, Thanos no tiene discurso. Si en The Dark Knight Rises (2012), por dar sólo un ejemplo, Nolan utilizaba -desde su óptica de derecha liberal y a través de Bane- conceptos ligados al marxismo, en esta saga de Avengers el malo no expone sus motivaciones para la búsqueda de poder (más allá de una mínima idea malthusiana); la destrucción se genera como un capricho, con un chasquido de dedos. En ese sentido, su vacío discursivo, consecuencia también de su vació argumental, es aún mejor por su sencillez para las ambiciones de Marvel (y ahora Disney) de venta total, de fuego artificial y cine inmaterial para un público que supo moldear y hacerlo sentir parte de un momento del cine mainstream norteamericano que seguramente será recordado como el más pueril.
Salvar el universo, contentar a los fans. 11 años, 22 films, todo un recorrido que hizo crecer a los personajes del ambicioso MCU (Marvel Cinematic Universe) y llevarlos al punto final de una etapa y una era de tanques superheroicos con Avengers: Endgame. La pieza final que no reluce como esa perfecta y poderosa gema del infinito que fue Infinity War, pero que le brinda a los más acérrimos fans de Marvel todo lo que podían querer. Una forma de ganarse la aprobación del público con un cierre efectivo de la saga, aunque sacrificando en el camino parte de los logros y el cambio otorgado por las acciones y la tridimensionalidad del gran villano Thanos (Josh Brolin). Los hermanos Russo, quienes han sabido demostrar con creces lo excelentes narradores que son, abren el film con otra de las tantas víctimas que perecieron ante el fatídico chasquido de Thanos. La familia de Clint Barton/Hawkeye (Jeremy Renner) se vuelve un recordatorio del cariño de los personajes y de lo que se perdió en los trágicos eventos del film anterior. A partir de allí, en los primeros minutos, los Russo relatan con maestría y un fuerte peso dramático el lugar que ocupan los sobrevivientes y los abatidos héroes perdedores. Todos tienen alguna pérdida, todos tienen culpa, responsabilidad y lamentos por aquellos que ya no están, y el film logra que el factor dramático haga avanzar a los protagonistas, volviéndose un ejemplo para los que aún siguen con vida, al mismo tiempo que se encuentran perdidos dentro de la tragedia, incluso a cinco años de los hechos de Infinity War. Los icónicos y fuertes personajes que representan a los mayores héroes del Universo aquí son vistos por vez primera como seres vulnerables, alicaídos, carentes de fe y sin soluciones para lo ocurrido. Si antes conocíamos a Thanos como alguien nefasto con un trasfondo que ayudaba a entender sus acciones, aquí los héroes no son vistos más que como humanos, con sus fallas y la carga del dolor. De manera inteligente se nos presenta a los personajes más poderosos sin la iconografía o la presencia que los aleja de la realidad del espectador. De esta manera, Steve Rogers/Capitán America (Chris Evans) es alguien que aún lucha contra los fantasmas de su pasado y su presente, al mismo tiempo que lidia también con los problemas de quienes lo rodean. Tony Stark/Iron Man (Robert Downey Jr.) se encuentra abatido y carente de fuerzas para luchar, a la vez que la prioridad deja de ser salvar el día sino cuidar a su reciente familia, y el alguna vez Dios del trueno Thor (Chris Hemsworth) es solo alguien que perdió su imponente aspecto físico y se dio a la bebida. Si bien el último personaje funciona como un excelente alivio cómico, el ahora gran Lebowski de Asgard mantiene el humor con el que fue dotado en su tercer film bajo la dirección de Taika Waititi, pero la decadencia física y espiritual que funciona como gag a la vez sirve como otro aspecto del duelo de los personajes. Y si bien todos los aspectos que rodean a este nuevo abordaje de los personajes es de lo mejor que tiene el film, el mismo comienza a fallar en base a dos factores. Por un lado, el hecho de que el villano sea vencido a los pocos minutos, algo que es sorpresivo pero que pierde la columna vertebral que antes le dio el equilibrio y tono justo a la tragedia griega de los Avengers. Y aunque más adelante en la trama se vuelve a contar su presencia, ningún momento del personaje en pantalla posee la fuerza o relevancia que poseía cuando lo conocimos. Por otro lado, la misión de viajar a distintos puntos del pasado para recuperar las gemas del infinito y poder traer de regreso a todos los caídos no termina de funcionar. La aventura goza de grandes momentos sumamente increíbles, allí tenemos secuencias como la batalla cuerpo a cuerpo entre el Capitán America del presente y el pasado, el vaivén de acción donde Clint y Natasha (Scarlett Johansson) optan por sacrificarse en pos de una gema, o el debate metafísico y moral sobre la alteración de la línea temporal que mantienen Bruce Banner (Mark Ruffalo) con la mística The Ancient One (Tilda Swinton). Pero la aventura en sí misma no termina de convencer en términos narrativos ya que le juega en contra el hecho de que todos los eventos que se llevan a cabo, con sus idas y vueltas, carecen de sorpresa y evidencian el tono esperanzador de que el éxito esta vez pertenece únicamente a los héroes. Así, no hay amenazas muy grandes ni riesgos para el equipo. Sí, en el camino perderán a dos de sus integrantes más importantes, pero a diferencia de la emotividad lograda con la catástrofe universal, aquí todo lo esperado para satisfacer a los fans está servido en bandeja y la estructura del film termina siendo llevar a cabo una misión que es cumplida satisfactoriamente. Ni siquiera se cuenta con la química tan bien lograda anteriormente entre personajes muy disímiles, a excepción del regreso de la gran dupla cómica de Thor y Rocket (voz de Bradley Cooper). Sin embargo la emoción está enfocada en celebrar la fuerza de los protectores más que en relacionarse al desarrollo o a lo que tiene para decir el film. Lo que ocurre es que a nivel forma y contenido la propuesta no posee demasiado; Avengers: Endgame apuesta a lo seguro y toma caminos poco arriesgados. A su vez, lo que sucede con las decisiones mencionadas es que, además de contentar a las masas que glorifican y dependen de estos héroes —haciendo que también estas deberían haber caído bajo el poder del titán loco —empobrecen al personaje del villano que se presenta desdibujado. El film pierde, en el camino, ese logrado nuevo acercamiento a los personajes al volver a los estereotipos y al triunfo de los Avengers, no solo como vencedores ante la oscuridad sino también corrigiendo lo ocurrido, borrando el peso dramático de los hechos y de los hombros de sus personajes. De allí que lo más acertado cerca de su conclusión resida en lo que personajes como Tony y Steve significan para sus seres queridos, para el público, pero por sobre todo lo que significó toda la aventura vivida—no solo lo que implica a Avengers: Endgame, sino remarcando todo el paso a lo largo de los distintos films. Así, su significado y su recuerdo prevalecen y se refuerzan sin necesidad de grandes actos heroicos sino en relación a la humanidad de ellos y los vínculos formados —sea Tony formando una familia o Steve disfrutando de la vida que nunca pudo tener. Por ese motivo, es cuando los Russo recuerdan dónde está el verdadero valor de los héroes, más allá de cualquier acto de salvación cósmica, que le brindan al film sentimiento y relevancia en su punto final. Entre tanta grandiosidad y valentía que no escapa del lugar común y que funciona como mero entretenimiento, también hay lugar para actos pequeños que engrandecen al universo. Algo tan simple, como bailar con alguien querido.
En la ¿última? película de esta “fase” de la saga de superhéroes de Marvel, los Avengers clásicos tienen su larga y por momentos emotiva despedida tras más de una década de aventuras intergalácticas. El film funciona mejor cuando apuesta por la relación entre los personajes y la emoción que en las usuales e interminables escenas de batallas. Cualquier elogio que pueda hacerle a AVENGERS: ENDGAME va a sonar en realidad como una crítica. Y de las negativas. Es que todo lo que me parece celebrable en el film es lo que puede llegar a tener de poco atractivo para el público masivo. Me gusta que tenga relativamente pocas escenas de acción a lo largo de sus casi tres horas, que sea más importante la relación entre los personajes que la complejidad de la trama, que sea comprensible y fácil de seguir sin necesidad de tirar 300 villanos y subplots por ahí. Es, para los parámetros de Marvel, clara, sencilla, específica, concreta y emotiva. Y eso no es poca cosa. De hecho, la longitud de la película (dura tres horas) no tiene tanto que ver con la complejidad de la trama ni con la extensión de las escenas de acción (salvo una, la clásica super batalla por el universo todo que ocupa buena parte de la última hora) sino con el tiempo que se le dedica a cada uno de los personajes clásicos y veteranos de la saga: Iron Man, Capitán América, Thor, Hulk y, en menor medida, Black Widow y Hawkeye. La película no reparte su tiempo entre las docenas que pulularon por INFINITY WAR. No, después de todo ya saben qué pasó con muchos de ellos. En ENDGAME, como en la selección argentina de fútbol que jugó el Mundial 2018, los protagonistas son “los históricos”, algunos de los cuales acaso se despidan al final de la faena. O eso parece, nunca se sabe en estos casos (me refiero a los futbolistas, obvio). Buena parte de los personajes que empezaron a tomar fuerza en los últimos años tienen una participación bastante menor aquí, como si toda la película fuese una suerte de gira de despedida de un supergrupo de rock progresivo de los ’70. Todos están pasaditos de años, los trajes les quedan medio ridículos, cada uno hace un solo que la gente aplaude y al final hay media hora de fuegos artificiales. Y todos nos vamos a casa contentos. Para los nuevos superhéroes –política, racial y sexualmente adecuados a los tiempos que corren– será el futuro Marveliano de los años ’20. Los viejos se retiran haciendo lo que saben. Deconstruidos, si se quiere, pero aún haciendo los mismos viejos chistes de café de siempre, como la barra de POLEMICA EN EL BAR. De trama no voy a hablar nada porque todo puede ser considerado SPOILER por lo que solo diré que empieza, pasan cosas y termina. Tiene muchos, demasiados finales, muchos de los cuales parecen armados digitalmente en posproducción. Pero algunos de esos cierres son, considerando las circunstancias, bastante emotivos. Hay algunos buenos chistes y otros muy rancios pero lo que prima en cierto modo es una suerte de auto-nostalgia, como si la película, siguiendo con las comparaciones con la gira de una banda de rock, tocara un par de temas de cada uno de los discos previos pero en versiones “alternativas”. En vez de ENDGAME podían haberla titulado THE DELICATE SOUND OF THUNDER y quedaba perfecto. En ese sentido, lo más destacable es esa circularidad que va de la trama a la propia construcción del universo Marvel. Si esto les parece SPOILER pasen al párrafo de abajo, pero creo que todos imaginan que la trama de la película incluye, de algún modo, una idea de viaje en el tiempo para tratar de evitar lo que sucedió al final de la película anterior. Ese complicado sistema es aquí un buen disparador para ejercitar una nostalgia autorreferente que los que vieron todas las películas previas decenas de veces apreciarán muchísimo. Los Russo, en ese sentido, lograron inscribir la propia nostalgia en la trama y disimularla lo suficiente hasta volverla, literalmente, orgánica. Otra vez, como nadie quiere leer nada que pueda ser considerado spoiler, esta crítica acaba acá diciendo que ENDGAME es larga –tiene más finales que EL SEÑOR DE LOS ANILLOS: EL RETORNO DEL REY— pero no se excede, salvo en la confusa batalla usual del final en la que por mucha tecnología que se aplique sí o sí hay que volver a las piñas, improbabilidades de esas que te superan por lo absurdas. Y, fundamentalmente, que es celebrable por apostar por una vez a la emoción, a la conexión humana entre los distintos personajes, dejando que la acción pase a un segundo plano. Sí, lo sé y lo dije al principio: es el peor de los elogios que seguramente un fan quiere escuchar, pero es lo que a mí más me gustó de esta larga y extraña aventura sin un verdadero final a la vista.
Hoy no hay crítica. Debido a la cantidad de sorpresas que prepararon los hermanos Russo para esta producción y la enorme carga emocional que tiene el final de esta etapa de la franquicia la mejor recomendación que se le puede hacer a la gente es la siguiente. NO LEAN NINGUNA RESEÑA. Ni siquiera las de esta página, no escuchen a nadie en radio ni en televisión y puedo asegurarles que vivirán una experiencia inolvidable. Me parece muy injusto que los críticos tomen contacto con el film sin ningún tipo de reacciones previas ni comentarios y después el público general y en especial los fans sean bombardeados con videos explicativos y análisis que arruinan por completo un evento tan especial. En este momento publicar una reseña sin spoilers es un ejercicio inútil que no aporta más que un compendio de generalidades y lugares comunes que no sirve para nada. Por el contrario, les adelanta inevitablemente la clase de espectáculo que van a encontrar. Mi propuesta es que vean esta película como lo hicieron los críticos, sin ningún tipo de información. Entiendo que es difícil porque la tentación de saber algo es enorme, pero la recompensa es mayor y la experiencia que habrán vivido luego no se las quita nadie. Ya vendrá en los próximos días el momento del debate y las reseñas pero ahora es el tiempo de disfrutar. Abracen la incertidumbre de no saber absolutamente nada. Vivan con entusiasmo la previa del momento, en lugar de enloquecerse por saber cosas de la historia, ya que los espera algo muy grande. Si no tenés la entrada, mejor todavía, entonces disfrutá el hecho de poder comprarla, la cola para entrar a la sala y todo el hype que está completamente justificado. Probablemente después saldrán del cine con ganas de expresarse y vendrá la descarga emocional y las críticas. Sin embargo, estoy convencido que ahora hay que dejarle a la gente que viva la experiencia con la menor información posible. Por todo lo expuesto, al menos de mi parte, hoy no hay crítica. GRACIAS HERMANOS RUSSO.
Ronda Dos Avengers: Endgame (2019) cierra definitivamente el final que Avengers: Infinity War (2018) dejó abierto y con ella concluye una saga de 11 años y 21 películas de superhéroes marca Marvel. Pero “conclusión” y “definitiva” son palabras extrañas en el glosario de Disney: sumado el inminente estreno de Star Wars: Episodio IX (Star Wars: The Rise of Skywalker, 2019), la compañía bate el récord de amagar “conclusiones definitivas” para seriales taquilleros que no tiene ningún interés en liquidar. Héroes “caídos” como Spider-Man, Black Panther, Dr. Strange y los Guardianes de la Galaxia ya tienen estrenos programados tan pronto como para dentro de dos meses, y no hay límite para la cantidad de ciencia ficción barata que puede subtitularse “Una Historia de Star Wars”. La realidad es que lo único que concluye con Avengers: Endgame son algunos contratos. La película es una épica tecnicolor de tres horas que ostenta un enorme reparto y espectáculo de efectos especiales rebosados del acostumbrado sentido del humor sarcástico y autorreferencial Marvel. Se distingue de su antecesora con algunas subversiones inesperadas, como un prólogo que rápidamente encausa la trama hacia un atractivo desconocido, y una estructura invertida: en vez de converger varias tramas en un mismo punto, la historia parte de un punto en común y se expande en varias direcciones cual serial de aventuras. El segundo acto tarda en llegar pero cuando lo hace renueva la cinta de energía, marcando un ritmo fluido y entretenido. Esencialmente la película es un homenaje a toda la franquicia, dado que los Avengers deben viajar en el tiempo (es decir, a sus películas anteriores) para birlar las Gemas del Infinito y con su poder revivir a todos los muertos al final de Avengers: Infinity War. No es el plan más inteligente pero sí el más divertido, porque redunda en secuencias en las que los Avengers del presente deben infiltrarse en el pasado y revivir sus Grandes Hits desde otra perspectiva. No es un secreto, lo admiten varias veces: están interpretando su versión de Volver al futuro 2 (Back to the Future 2, 1985). El Universo Marvel siempre ha bancado en la nostalgia del espectador por la cultura pop de los ‘80s, pero a una década de sus inicios ya puede bancar en la nostalgia por sí mismo. Cada una de estas películas termina inevitablemente con la misma batalla entre Avengers y bichos computarizados, y ésta no es la excepción. A nivel espectáculo Avengers: Endgame no se reserva nada nuevo para el clímax, el cual consiste de despliegues de poder asombrosos que no parecen tener impacto alguno cuando más se los necesita. El verdadero impacto yace en la culminación de los arcos de personajes longevos como Tony Stark (Robert Downey Jr.) y Steve Rogers (Chris Evans), quienes finalmente hacen catarsis y cuyas personalidades dirigen la película. Otros personajes igual de longevos pero menos afortunados obtienen finales anti climáticos, como Black Widow (Scarlett Johansson) y Thor (Chris Hemsworth). Hay entretenimiento liviano, pasajero y de sobra en Avengers: Endgame, la cual es dirigida de manera competente e impersonal por los hermanos Anthony y Joe Russo. Pero su película es apenas la punta de la pirámide MCU; la sensación final es que cualquier mérito no es propio y debe ser aceptado en nombre de las veintitantas películas - muchas de ellas superiores - que la preceden. Lo que hace Avengers: Endgame es cosechar el impacto emocional de más de una década de un híbrido de cine y televisión, por un lado premiando a sus leales espectadores con un grand finale y por otro prometiendo más de lo mismo pero con otra mano de pintura.
No habrá spoilers en esta crítica. Puede leerla tranquilo hasta el final. Y hablando de final, el de Avengers: Infinity War era devastador, para fans y personajes protagónicos de la saga. Con el chasquido de sus dedos en el guante con las seis gemas del Infinito, el malvado Thanos había hecho desaparecer y vuelto cenizas a la mitad de la población del planeta Tierra y, entre ellos, a varios de los Avengers. Pero si nada es para siempre, el público entrará a la sala con hipótesis y esperanzas varias y diversas: ¿Era irremediable? ¿Harán clones? ¿Podrán de alguna manera resucitarlos? ¿Era cierto? ¿Era un sueño, o sea, una pesadilla? Sea como sea, haya muerto quien lo haya hecho -antes, o después… algunos actores han hablado ya de que éste sería el final del camino de sus personajes-, los fans saben que están ante una gran despedida dentro de este universo fantástico, surrealista o absurdo, como quieran llamarlo. Y no quedarán defraudados, porque el final es, sí, espectacular, conmovedor. ¿Inolvidable? Tal vez. Son tres horas que parecen dos, o menos. Hay que ver la manera en que se enfrentarán a Thanos quienes sobrevivieron a su ataque y no se esfumaron. Esto es, los “primeros” u originales I ron Man, quien escuchó de boca de Doctor Strange, antes de entregar la gema verde -atención: la del tiempo- que tenían una opción en 14 millones para vencer, Capitán América, Thor, Black Widow, Hulk y HawkEye, quien se había separado del grupo para estar con su familia, y aparece en la escena inicial. Ellos y cuatro más serán los diez que intentarán que esa opción entre millones se convierta en victoria. Claro que Avengers: Endgame será disfrutable para quienes conocen a los personajes de la saga. Definitivamente es recomendable volver a ver Infinity War, para tener más frescos algunos conceptos. Y aquéllos que nunca se acercaron al Universo Cinemático de Marvel (MCU, por sus siglas en inglés) no entenderán mucho, y se perderán infinidad de guiños y apariciones sorpresas, y no podrán revivir y gozar, deleitarse con momentos imperdibles que pasaron en algunas de las 21 películas que la precedieron. Nostálgicamente o no. Como terminaba Infinity War (Nick Fury -Samuel L. Jackson- texteaba en su pager, mandaba un mensaje a… y aparecía un logo) se dejaban pistas. Lo mismo que los finales después de los créditos de dos de las películas de la saga, con personajes que no estaban en Infinity War y que están en el afiche de Endgame (Ant-Man y Capitana Marvel), así que por ahí vendría la cosa. Pero ¿cómo habrán tomado la derrota, o parcial derrota, cada uno de los Avengers que siguieron con vida? La forma en la que encuentran una manera de derrotar a Thanos es medio cantada y vista en infinidad de oportunidades -hasta un personaje enumera los ejemplos cinematográficos en que ocurrió, o los guionistas recurrieron a ella-, y dentro de ella, se pudo haber optado otra -que también se menciona en los diálogos-, pero no es precisamente la novedad lo que prima en Endgame. Sí lo son la acción, el drama y el humor, conviviendo estos dos últimos de manera concisa. No hay que ser demasiado perspicaz para imaginar que sí, habrá un último combate, una enésima batalla entre los buenos y los malos, de talla épica como toda saga se merece, de Star Wars a El Señor de los anillos pasando por Harry Potter. Y dónde sucederá, también es fácil de adivinar. Pero lo sorprendente -alguna sorpresa deparan los hermanos Joe y Anthony Russo, que dirigieron, y los guionistas Christopher Markus y Stephen McFeely- es que a los pocos minutos todo parece resuelto, para bien o para mal, para dar un giro y mil giros en cada situación. Y más de uno tendrá su reencuentro con algún personaje central de su pasado. Habrá sacrificios, cómo no, porque hay que vencer, cueste lo que cueste. Habrá duelo, habrá legados. Tampoco vamos a spoilear si hay escena postcrédito o no. Los fans se han (nos hemos) quedado siempre sentados viendo pasar cientos de nombres en pantalla aguardando algo. Eso nos une, eso nos revelaba algo por venir. Si nada es para siempre, y todo concluye al fin -este crítico descree de ello-, la melancolía de Avengers: Endgame perdurará en la memoria emotiva de los fans por más de un motivo. No hay que ser mago ni superhéroe para entenderlo.
Una despedida a lo grande. Así podría definirse a Avengers: Endgame , esplendoroso cierre de la saga y de toda una etapa del Universo Cinematográfico de Marvel (MCU) que se inició hace ya más de diez años ( Iron Man data de 2008). Cuando llegan los títulos finales (cabe indicar que esta vez no hay escenas post créditos) aparecen los nombres de... ¡45! figuras, todas de notable trayectoria en Hollywood, aunque varias de ellas tienen apenas un par de planos y parlamentos durante las tres horas de película. De la China a Bertotti, todos los famosos que fueron a ver Avengers: Endgame Es que, si bien son Los Vengadores originales los auténticos protagonistas de esta fiesta (con aportes no menores de otros superhéroes como Capitana Marvel, Hawkeye o Ant-Man), nadie se queda fuera de esta celebración. Porque es cierto que hay en el film algunos momentos trágicos, esos inevitables sacrificios que cimentan y subrayan el heroísmo, pero este "final de juego" nunca pierde su espíritu lúdico, su veta melancólica y una emotividad que pocas veces se había alcanzado en el MCU. Desde situaciones intimistas sobre las relaciones familiares de los personajes hasta la épica batalla que se produce cerca del final, en Avengers: Endgame hay prácticamente de todo: acción, humor, romance y drama. Es imposible en este contexto que el film de los hermanos Joe y Anthony Russo resulte todo lo sólida y coherente que el cinéfilo más tradicional puede exigir, pero al mismo tiempo -aun en su inevitable acumulación- regala varias de las secuencias más intensas y conmovedoras de la franquicia. Es cierto que todo cierre, toda culminación conlleva de por sí una carga emotiva adicional, pero en esta suerte de viaje de egresados, de concierto de despedida de una gran banda, la mayoría de las actuaciones y de las resoluciones de los conflictos terminan siendo satisfactorias, por más que el cliffhanger de Avengers: Infinity War se resuelva apelando a un recurso a esta altura bastante remanido como el de la máquina del tiempo (con chistes varios sobre Volver al futuro incluidos) y que tenga más finales que las sagas de Peter Jackson ( El señor de los anillos y El hobbit). Así planteadas las cosas, Avengers: Endgame resulta -más que nunca- un ritual, una experiencia de catarsis colectiva, un tributo y el canto del cisne para ciertos personajes tanto en lo individual como en la interacción grupal. Son tres horas que los fans seguirán con aplausos, risas y, sí, con llantos. Preparen los pañuelos.
Y llegó el final de la esperada película que reúne a todos los superhéroes de Marvel, después de 22 títulos y con gran desfile de figuras. Después de la destrucción ocasionada por el villano Thanos, que terminó con la mitad del Universo, los personajes se ven erráticos, abandonados y divididos enfrentando la tragedia. El comienzo de Avengers: Endgame muestra a Ojo de Halcón, reunido en familia, y devastado cuando éstos desaparecen sin dejar rastro, y a Iron Man varado en el espacio. Dirigida por Anthony y Joe Russo, el último eslabón de la extensa saga que esperan los fanáticos, no se aparta demasiado de lo que planteaba el film anterior, Avengers: Infinity War. Esta película es la pieza final de un gran rompecabezas en el que todo está conectado. En la nueva aventura, la narración se toma su tiempo para plasmar la debacle de los superhéroes, que deberán en esta ocasión reunirse y, a la vez, dividirse en grupos para recuperar las Gemas del Infinito y combatir a su peor enemigo. El relato se reserva acción y despliegue visual en su tramo medio y el desenlace presenta el tono nostálgico que merecía esta despedida. Quizás resulta imposible empatizar con todos los personajes que van desfilando por la pantalla y que el público conoce a la perfección -como la reaparición de Capitana Marvel, filme aún en cartelera- pero cada uno tiene su momento: Thor está sumido en la comida y el alcohol y entrega momentos de humor efectivo; mientras Hulk.... Y si, la trama se reservas -dos- sorpresas. Plagado de referencias y guiños a las anteriores producciones del universo Marvel, con viajes en el tiempo y diferentes escenarios que alimentan la historia y pueden cambiar el rumbo de los acontecimientos, el filme prosigue su marcha con Viuda Negra, Capitán América, Ant-Mant, también dicen presente Pantera Negra y las criaturas de Guardianes de la Galaxia. Todos luchan contra el Mal y arrastran dramas personales y familiares en este desenlace que se extiende casi por tres horas y deja como legado un universo invencible.
Luego de que Thanos cumpliera su cometido de desaparecer la mitad de la vida en el universo, los Vengadores se reagrupan para poder revertir la situación. Con nuevos aliados y un plan de ataque claro; los héroes más poderosos de la Tierra se preparan para la batalla más importante de sus vidas. Tenemos que decirles que Vengadores: EndGame es bastante difícil de reseñar, ya que como dijeron los propios Hermanos Russo, todo lo visto en los trailers se limitaban a los primeros veinte minutos de película; así que cualquier cosa que podamos decir más allá de la sinopsis, podría ser considerada spoiler, y un eventual linchamiento a este pobre redactor. Así que hablaremos del film en un aspecto más general. EndGame es distinta a Infinity War en varios aspectos. El primero y principal, es en el tono de la película; siendo esta Vengadores algo más cercano a una heist movie, con planes e improvisaciones constantes, que a una cinta plagada de acción donde se le hacía honor al War del título de la cinta anterior. Otra cosa que, si podemos contarles, es que los dichos de los Russo sobre que ésta es una película centrada en el equipo original, son ciertos. Gracias al tono que posee, Vengadores: EndGame no solo funciona como una cinta de atracos, sino que es un mimo, una caricia a los personajes que fundamentaron el MCU, y que queramos o no, tenían que pasarles la posta a los nuevos superhéroes. Con esto no decimos que estamos ante una carnicería de héroes “viejos”, pero el tono a despedida se palpa durante las casi tres horas de metraje. Y sobre esto último; en ningún momento se siente la extensa duración. Al tener que planear e improvisar de forma constante, el guion compensa la reducida acción con escenas muy bien planteadas, y que van a ser el goce de los fans más acérrimos del MCU. Con esto no queremos decir que no hay secuencias de pura adrenalina; pero sí que están en cuenta gotas. Eso sí, cuando se llega al clímax, sean fanáticos o no de este subgénero, no va a poder soltarse de los apoyabrazos de la butaca; porque nunca se vio algo parecido en films de superhéroes. ¿Estamos ante una película perfecta? Sin duda que no. De hecho, quien les habla, prefiere a Infinity War por sobre EndGame. De hecho, podríamos enumerar varios momentos donde uno si los piensa demasiado bien, no terminan de cerrar, pero por suerte no dejan de ser detalles sin gran peso en la trama. Esto no quita que estemos ante el cierre de una era; y que los responsables de llevar todo a la gran pantalla, lo sabían, y por suerte estuvieron a la altura de las circunstancias. ¿Hay escenas emotivas? Si ¿Hay buenos gags? También. ¿Está bien actuada? Definitivamente sí. Los actores sabían que la gente esperaba que den todo de sí, y lo hicieron. Vengadores: EndGame es la perfecta conclusión para Vengadores: Infinity War, es el cierre de una fase que nos dejó más cosas positivas que negativas, y a un puñado de nuevos héroes que esperemos, estén a la altura del grupo original, y del legado que nos dejan.
[REVIEW] Avengers: Endgame. Entre tragedia griega, sacrificios, aventuras y epicidad culmina una Era. La nueva Era Dorada de los Superhéroes. Hablar del Marvel Cinematic Universe sin hablar de más de una veintena de películas sería ilógico. Esto es un nuevo hito en la historia de la cinematografía mundial. Ya no hay lugar para el crítico de pelo gris que habla sobre un film en particular y lo analiza reflotando vieja poesía o clásicos inoxidables. Esto es una franquicia que, si no se ve como se debe (ergo, TODAS LAS PELÍCULAS QUE LA COMPONEN), no se disfruta. No se siente. No se vive. Y no son secuelas, son partes de un todo. Es como leer cómics, y el lector asiduo lo sabe: si te perdiste un tie-in, literalmente te perdiste una parte de la historia o el evento del momento. Pero como dijo Samuel L. Jackson en su papel de Nick Fury allá por el 2012 en Avengers: «Hubo una idea. Reunir a un grupo de seres extraordinarios…». Esta frase podríamos ponerla en la boca de Kevin Feige, el gran ideólogo del nuevo cine superheroico. Un cine que mueve masas. Seas fan (y es la Era de los Fans) o no, no podés quedar afuera de estos eventos. Recuerdo una pareja de personas de más de 50 (diría 60) años que estaban delante mío en la fila para sacar una entrada, allá por el 2012, y ver esa nueva película de Marvel. Se preguntaban sobre los personajes, que quién era quién o cuál. Ahí llegué a entender, por vez primera, el aparato que se estaba creando y la magnitud que tendrían estas hazañas. Y todo comenzó con una «idea». Iron Man (2008) no sólo reflotó la carrera de un ex-adicto Robert Downey Jr., sino que hizo que Tony Stark y el actor fuesen indistinguibles. No se sabe donde comienza el actor y termina el personaje. Tanto es así que mucha de la impronta de «Robertito» fue a parar a las viñetas que salieron luego de esta película. Kevin Feige, Marvel y Disney supieron plasmar un cómic en la pantalla grande y, la mayoría de la gente que nunca leyó un historieta, ahora se ve inmersa en una. Probablemente sin darse cuenta. Esa es la magia del Universo Cinemático Marvel. Y esta semana, llega a su fin. Un fin con un sabor agridulce. Todo concluye al fin… Luego de los eventos de Avengers: Infinity War (2018) el mundo quedó abatido. Nuestros héroes (los que quedaron vivos) tratan de sobrellevar la pérdida de la mejor manera que pueden. Hasta que un nuevo brote de esperanza vuelve a levantarlos de la silla para iniciar el camino que los llevará a la redención y al sacrificio. Hablar de Avengers: Endgame es MUY difícil. Ya lo escucharán o leerán en otros colegas también, por eso voy a tratar de contar mi experiencia y lo que pueden llegar a esperar del film. La película tiene tres tramos muy marcados: el primero sería el recorrido del duelo que nuestros héroes y toda la humanidad tiene que atravesar luego del chasquido de Thanos. La segunda, más «aventurera» y, la tercera, el conflicto final. Estos tres arcos tienen en sí mismos sus propios ejes y conflictos pero, también, interactúan entre sí. Esto es lo mágico que hicieron los hermanos Russo y como Avengers: Endgame es una carta de amor y un cierre brillante a la tercera fase del MCU (aunque digan que Spiderman: Far From Home en realidad es el cierre). La película está llena de referencias y personajes. No solo de las películas para el cine, sino de todo el MCU en su totalidad. Hay momentos que recorren de una u otra manera estos 11 años de andamiaje fílmico y comiquero. Allí, donde nadie pudo lograrlo, siempre estuvo Marvel. Y por eso estos 11 años se ven reflejados en 3 horas de metraje. 3 horas que no parecen tales y que les da un cierre definitivo a esta Saga del Infinito y abre varias puertas hacia un futuro incierto. Pero si siguen en el mismo camino, tendremos MCU para rato.
El grand finale. Luego de casi un año de espera finalmente estamos ante la culminación de la saga más larga de la historia del cine. Un hecho sin precedentes, sin lugar a dudas. Desde su desarrollo, los fans se mantuvieron expectantes ante la finalización anunciada y pese a que por momentos esta película resulta algo previsible en la trama, es la primera vez que se nota la huida y el silencio total en redes sociales, búsquedas de anticipos, como si la idea fuese quedar sorprendidos con este final de la franquicia de los Avengers. Sin entrar en zonas de spoilers, algo que dificulta un análisis con más espesura, se destaca el excelente trabajo de los estudios Disney durante estos 11 años, donde la conclusión no pudo ser más épica tratándose de un “The End” a la altura del desafío para que Avengers pase por la puerta grande en cuanto al destino de muchos de sus personajes. Obviamente, el trato hacia algunos de ellos pudo haber sido más respetuoso y sin adelantar el descontento absoluto sobre uno en particular. Sin embargo, hay sorpresas y giros extraños en muchos referentes, dato que seguramente dividirá aguas entre fanáticos. Los puntos indiscutibles por ejemplo son los impecables efectos especiales, donde compensa los de Capitana Marvel que dejaban bastante que desear. En cuanto a la historia, pese a que dura 3 horas, cada una funciona como un acto diferente y uno siente que el tiempo vuela. Y si vamos al argumento, su simpleza lleva a rescatar únicamente la presentación de diferentes personajes a lo largo de la década. Las escenas de acción y los chistes no faltan, son los necesarios y marca registrada de Marvel/Disney. El final para muchos de Los Vengadores es digno y sólo queda la súplica para que a partir de las series próximas como lanzamiento del servicio streaming se conserve el estatus y estándar medio de lo que se pudo disfrutar antes de los rumores de fusión empresarial y las abruptas salidas de productos consumibles y desechables. En resumen, Avengers: Endgame es un show comiquero que contentará tanto a los fans como a los que no son de leer cómics y realmente se disfruta.
Película evento, tal vez el más esperado del año, el cierre de una época, el cierre de una etapa clave para la configuración de una generación de espectadores que disfruta de la acción y las historias inspiradas en héroes y que en este relato de tres horas y algunos minutos más potencian su origen lúdico recuperando algo así como la búsqueda del tesoro y la “escondida” para apelar a la nostalgia por la infancia y sus momentos de dispersión y goce enmarcando todo con su reivindicación del héroe y el trabajo en equipo.
“Avengers: Endgame”, de Anthony Russo y Joe Russo Por Jorge Bernárdez Kevin Feige y los hermanos Russo se aseguraron un lugar en las enciclopedias de cine y lo hicieron con armas mercantilistas pero nobles, lo cual es consistente con la historia del cine que es un arte compuesto por las distintas ramas, lo más creativo de la técnica y por el negocio que mueve todo. La invención del Universo Expandido de Marvel, compuesto por un total de 22 películas de las cuales las principales son las cuatro que reunieron los personajes más conocidos de ese universo para enfrentar distintos enemigos -que finalmente eran todos movidos por un villano principal-, conforma un arco perfecto de narración. Es cierto que alcanza con dar un vuelta por youtube para descubrir que no todas las películas son consistentes y que algunas cosas que han pasado hacen dudar de que siempre haya estado todo tan pensado y bajo control, pero a esta altura no nos vamos a poner tan quisquillosos. Cumpliendo con lo que se conoce como el camino del héroe llegamos a Avengers: Endgame con la propuesta de terminar no solo la aventura que empezó con la película anterior, sino de darle a todos los protagonistas una razón de ser. Avengers: Endgame retoma la historia donde había quedado y hay que decir que está compuesta de tres partes bien diferenciadas. En la primera todos vivimos del duelo de lo que ocurrió después de que Thanos eliminó a la mitad de la humanidad, la segunda es un plan alocado de salvación con sorpresas para todos los gustos y una tercera parte épica, donde la historia llega a su fin culminando la tercera fase de este universo expandido. El elenco multitudinario es aprovechado al máximo, hay momentos íntimos que permiten un acercamiento a los personajes y a sus universos, hay mucho humor y llegado el momento en la sala el espectador se queda mudo mirando la pantalla. Por supuesto que este juego final se disfruta mucho más si uno vio la mayoría de las películas, pero funciona perfectamente sin ese conocimiento. De todas maneras es imposible eludir el hecho de que estamos frente a un evento que está más allá de lo cinematográfico y que lo que Marvel propone es una experiencia que acompañó al espectador durante una década. Por eso en esta película se vuelve sobre las anteriores para echar luz sobre algunos hechos del pasado y tratar de corregirlos y que los protagonistas vuelvan sobre cierto momento de sus vidas, y además, que vuelvan personajes que alguna vez pasaron por las vidas de todos ellos. Todo está hecho para el deleite del espectador avispado, hay easter eggs (momentos o situaciones que son más de lo que parecen) para los más freaks y hay homenajes de todo tipo, así que es imposible que el que se siente en la butaca no se sienta sacudido en más de un momento. Llegamos al final de una etapa y todo final tiene algo de tristeza, el camino del héroe siempre necesita algún sacrificio. Los Avengers están de vuelta para dar una batalla final y cumplir con la misión que les fue encomendada desde un principio. Marvel, Feige y los hermanos Russo hacen cine popular y festivo, el cine que le gusta a la gente y que agradece. AVENGERS: ENDGAME Avengers: Endgame. Estados Unidos, 2019. Dirección: Anthony Russo y Joe Russo. Guión: Christopher Markus y Stephen McFeely. Elenco: Robert Downey Jr., Chris Evans, Mark Ruffalo, Chris Hemsworth, Scarlett Johansson, Jeremy Renner, Don Cheadle, Paul Rudd, Brie Larson, Josh Brolin. Producción: Kevin Feige. Distribuidora: Buena Vista. Duración: 181 minutos.
El final soñado por los fanáticos El desenlace de la saga de superhéroes de más de 10 años es todo lo que quieren sus fanáticos: gags, guiños y referencias que los hacen disfrutar de cada segundo de las tres horas de película. Provincia de Kunar en Afganistán. En un camino de tierra, aparecen algunos vehículos militares estadounidenses, y comienza a sonar "Back in black" de AC/DC. En uno de ellos, Tony Stark sostiene un whiskey con hielo. Segundos más tarde, tras una emboscada, Stark es secuestrado. Es el fin del magnate de la guerra, y el comienzo de "Iron Man", primera película del MCU, estrenada el 2 de mayo de 2008. Si este relato le es familiar al lector, es que forma parte de la gran familia de Marvel, al menos en el espectro cinematográfico. Ese, además fue el punto de inicio de un recorrido de 11 años, 22 películas, tres fases y ganancia de millones de dólares y fans alrededor del mundo. El primer paso en el camino del héroe. La factoría Marvel fue, antes que nada, una editorial de comics creada en 1939 y del que salieron muchos superhéroes famosos, pero en 2008, con el filme protagonizado por Robert Downey Jr. la empresa comenzó su carrera en la pantalla grande, creando una de las franquicias más importantes y redituables de todos los tiempos. Es difícil catalogar una película simplemente como "buena" o "mala", cuando en realidad hablamos del desenlace de una historia -o varias- que generó tanta emoción y apego en una enorme audiencia. Desde ayer a la noche, con su estreno anticipado, muchos fans llenaron las salas para ver "Endgame", algo que se repetirá esta semana (en la que, inauditamente, Disney prohibió que se vendan entradas 2x1 o con descuentos para tener más recaudación) y las venideras, en las más de 600 salas en las que tendrá funciones. Y lo harán con la misma emoción con la que muchos asisten a una final de fútbol, o a ver un concierto de su artista favorito. Vestirán remeras de sus héroes favoritos, aplaudirán, gritarán y llorarán. Y no es un pronóstico, sino más una estadística probable, por lo que sucedió en la mayoría de los 21 largometrajes vistos. Iron Man (Downey Jr), Capitán América (Chris Evans), Thor (Chris Hemsworth), Hulk (Mark Ruffalo), Viuda Negra (Scarlett Johansson) y Hawkeye (Jeremy Renner) se despiden en lo que, probablemente no sea la película del año, pero sí el evento cinematográfico de 2019. "Infinity war" había terminado con la derrota de los Avengers y todos sus colegas (Black Panther, Spider Man, Dr. Strange, Guardianes de la galaxia, La Bruja Escarlata, Vision, El soldado de invierno, Falcon y War Machine) a manos de Thanos, quien había prometido que al tener sus seis gemas del infinito lograría un equilibrio mundial con el chasqueo de sus dedos, desapareciendo exactamente a la mitad de la población del planeta. Algunos héroes desaparecieron, otros quedaron varados en el espacio y otros padecieron la derrota con culpa. La única esperanza en ese momento fue un llamado desesperado de Nick Fury (Samuel Jackson) a Capitana Marvel (Brie Larson), a quien conocimos hace algunos meses. Con ese contexto larga "Endgame", en donde la premisa inicial será encontrar a Thanos para destruirlo y tratar de revertir las consecuencias fatales de su "armonía". Primeramente hay que mencionar que, al ser más un "evento" que un simple filme porque justamente es una reunión de todos los superhéroes que vimos a lo largo de las 21 películas, todos estarán presentes de alguna u otra manera. Por ello, es necesario confirmar que este desenlace es lo que todos los fans podrían soñar. Es todo hecho por y para ellos, con gags, guiños, referencias y recuerdos que los harán disfrutar de cada segundo de las tres horas que dura. En "Endgame" no hay respiro. Cada escena tendrá drama, acción o diversión. Dentro de esos cánones, el filme es completamente lógico: sucede todo lo que debería, incluso en los vuelcos y situaciones inesperadas (aunque parezca una contradicción) y aún así funciona. Lo que contará la película, más allá de la trama que no se debería adelantar por el pedido de "Endgame sin spoilers" de la distribuidora (algo fútil porque una obra cinematográfica debería valer más que el solo hecho de sorprender desde su trama), es que todo concluye al fin, y que, literalmente, el final es también parte del viaje. Esto debe contentar y aliviar al espectador, dándole un crédito enorme al público que construyó el éxito. Al hacer semejante aseveración, lo hace partícipe de todo, y de allí hay que retomar el término "parte de la familia Marvel", que aunque parezca una exageración, todo fan sensible, sabrá de qué estamos hablando.
La película de superhéroes más esperada El filme marca el final de una etapa que cambió para siempre la forma de ver y hacer el cine de superhéroes Tras varias películas individuales de héroes míticos como El Capitán América, Thor, Iron Man y otros menos famosos como Ant-Man o Pantera Negra, de reuniones y fusiones de los personajes Marvel y crear un atlas fílmico en donde todas las historias están conectadas entre sí, llega el capítulo final, la película de superhéroes más esperada del milenio, el final del juego. Avengers: Endgame es más que tres horas de diversión fílmica, es una declaración de principios de la factoría Marvel, un testamento hecho película, la frutilla de un pastel que cambió las reglas de la industria del entretenimiento y puso a los superhombres surgidos de las viñetas en lo más alto de la cadena alimenticia de la jungla cinematográfica. Play (Tráiler de la película) Y así como el universo cinematográfico de Marvel tiene sus reglas, sus propios tiempos argumentales y tópicos, este final (que dará paso a un nuevo comienzo) se vale de estos trucos para darle vida a un metraje extenso, pero atrapante y un argumento que tras las sorpresas de Infinity War parecía imposible de remontar. El largometraje presenta a los sobrevivientes del chasquido de Thanos intentando sobrellevar sus pérdidas personales y a la vez entender cómo funciona este nuevo mundo desolado y falto de esperanza. Los miembros del team de héroes principales tienen a lo largo del filme su momento de lucimiento, en algunos casos de manera individual y en otros formando equipo con uno o varios colegas. En esto hay un gran acierto de los hermanos Russo, que utilizaron toda su sapiencia como narradores para contar historias personales de los personajes, darles su momento de valentía y de redención y que todas las piezas de este enorme rompecabezas formen una fotografía perfecta. Los miembros del elenco de la película de Marvel Studios ‘Avengers: Endgame’ posan durante una ceremonia en la que plasmaron las huellas de sus manos en el Teatro Chino de Hollywood en Los Ángeles (EFE/Nina Prommer) Los miembros del elenco de la película de Marvel Studios ‘Avengers: Endgame’ posan durante una ceremonia en la que plasmaron las huellas de sus manos en el Teatro Chino de Hollywood en Los Ángeles (EFE/Nina Prommer) Visualmente es tan imponente como su predecesora, los efectos no lucen excesivos ni artificiales (un mal de muchas películas de ficción actuales) y el diseño de arte tiene varios puntos altos, como los nuevos trajes ya vistos en el tráiler, que respetan la paleta de colores, pero le dan un aire de sofisticación a sus portadores. Los Avengers más veteranos lógicamente, y por tratarse del epílogo de una larga familia de largometrajes, tienen especial trato y presencia, participando de todos los subgéneros que la historia transita: aventura, suspenso, acción, comedia y sí… drama. Párrafo aparte para la poderosa presencia de los personajes femeninos, con la recién llegada Capitana Marvel liderando una punta de lanza emocionante y rupturista. Particularmente existe una secuencia (el espectador la descubrirá fácilmente) que es un fresco y funciona como metáfora del lugar de importancia que ocupan las mujeres en este nuevo mundo que transitamos y particularmente en los cómics llevados al celuloide. Con pocos puntos bajos, particularmente, algo que puede distraer (sobre todo al público más neófito o no tan pasional) es que a pesar que la tensión no decae nunca, el conflicto argumental podría haberse resulto en una duración más razonable. Y también hay que decir que algunas secuencias melodramáticas abusan de golpes bajos buscando la lágrima fácil. Más allá de estos detalles, hay sin dudas un especial interés por parte de Marvel en que la película funcione como un fan service y vaya que lo hace. Paradójicamente Endgame no es el final del juego, las semillas sembradas a lo largo de la última década han germinado, los superhéroes y sus cultores, tan vilipendiados en el pasado, se terminan de egresar con este filme, como figuras esenciales ya no solo de la "cultura pop", sino también, del séptimo arte en general. Algo que han logrado y mantendrán "cuesto lo que cueste".
Once años después, la epopeya del Universo Marvel llega el fin de una etapa en "Avengers: Endgame", de Anthony y Joe Russo, un más que digno cierre a un evento cinematográfico sin precedentes. A diferencia de otras ramas artísticas, el cine tuvo su nacimiento de la mano de los Hermanos Lumiere como un espectáculo de entretenimiento. Más allá de su evolución artística, y de las consideraciones encumbradas que uno pueda hacer; el cine, por génesis, es entretenimiento, y sobre todo, espectáculo. Se pueden decir todo tipo de cosas respecto al mega emprendimiento que Marvel Studios inició en 2008 con la última escena de "Iron Man". Pero es innegable, se planeó un gran evento masivo que excede a lo meramente cinematográfico, aunque en el séptimo arte halla su epicentro. Con películas buenas, y otras no tanto, Marvel/Disney tejió una enorme telaraña de películas, la cual parece estar dando el cierre de un punto con "Avengers Endgame", la segunda y última parte de esa historia que hace un año "Avengers Infinity War" dejó a todos con la intriga a partir de su “abrupto” final abierto. Basta con ver los números de pre venta, las filas interminables para comprar una entrada hace ya un mes, la catarata de comentarios en redes, y hasta nefastamente el aprovechamiento de las salas de quitarla de todo tipo de promociones; para darse cuenta que "Avengers: Endgame", no es una película más. Entonces, lo primero que hay que aclarar para calmar las aguas frente a la espera, es que sí, "Avengers: Endgame" está a la altura de este furor provocado. Entrega todo lo que esperan ver, y quizás, algo más. En épocas de comentarios inmediatos en redes, y el fervor por querer adelantar más de lo necesario, vamos a tratar de contar cómo viene esta entrega sin arruinar ninguna sorpresa; tarea difícil, ya que está llena. "Infinity War" nos había dejado con la mitad de los habitantes del Planeta Tierra desaparecidos en manos de Thanos y su guantelete, quien con un chasquido los esfumó a todos, incluidos varios superhéroes. La tarea de los sobrevivientes, disgregados en diferentes puntos del planeta y el universo será ahora revertir ese accionar y poder frenar un acontecimiento que Thanos (Josh Brolin) ya cometió ¿cómo lo van lograr? No lo van a saber por acá. Los dos líderes principales, Tony Stark/Iron Man (Robert Downey Jr.) y Steve Rogers/Capitán América (Chris Evans) fueron parte de los sobrevivientes, y aunque sus posturas siguen siendo distintas, las diferencias esta vez se harán a un lado, para unir fuerzas. Es más, el peso del liderazgo, o el protagonismo, no será tan marcado en esta ocasión, repartiendo los tiempos en casi iguales proporciones e importancia con Natasha Romanoff/Black Widow (Scarlett Johansson), Bruce Banner/Hulk (Mark Ruffalo), Rocket Racoon (voz de Bradley Cooper), Clint Barton/Hawkeye (Jeremy Renner), Thor (Chris Hemsworth), y hasta James Rhodes/War Machine (Don Cheadle). También se estará a la espera de la aparición y participación de Carol Danvers/Capitana Marvel (Brie Larson) como posible salvación ¿Lo será? ¿Tendrá el peso necesario? En "Avengers: Endgame" se siente permanentemente el aire despedida, de gran rencuentro final para bajar el final, y eso ya de por sí, la hace emocionante para quienes siguieron las películas. Paralelamente, en sus tres horas de duración, los hechos están bien dosificados como para que no falte nada, y así el ritmo vaya variando, pero siempre esté ocurriendo algo. Habrá algún bache en el que la cosa no avance demasiado, luego de la finalización del primer acto (bien marcados), y antes de arrancar el segundo; algo totalmente esperable en una película que tiene mucho para contar y cerrar. Hay acción (con grandes batallas que nunca llegan a lo convulsivo), intriga, aventura tradicional con búsqueda del tesoro incluida, mucha épica (algo que siempre se le criticó a Marvel por escasear), dramatismo real, y comicidad acertada mucho más medida y en los momentos adecuados que otras veces en donde el gag funcionaba como interrupción. Tambien habrá mensajes muy correctos respecto a la no hegemoníade los cuerpos, y una escena clave de feminismo que irá a para directo a las imágenes GIF de acá a algunos meses. La emoción por saber quiénes llegarán a este rencuentro, quienes estarán en la fiesta de graduación, será inmensa, y prepárense para ver mucho más de lo esperado. Todos los personajes ganan en construcción respecto a sus participaciones anteriores; inclusive el villano Thanos (que ya había demostrado en Infinity War se el villano que Marvel necesitaba) presenta alguna nueva faceta. Entre los actores también se siente la camaradería, complicidad, y química necesaria. Ya se sabe, estas no son películas para que se luzcan los actores; y acá todos están a la altura de la propuesta con carisma desbordante. Inclusive aquellos personajes, como Hawkeye o War Machine que siempre fueron claros secundarios, esta vez, se suman en paridad. Hay algún desnivel llamativo frente a algún personaje; sinceramente, algo que se esperaba, y está bien que así haya sido, su participación acotada es funcional a lo que la película propone. Tampoco le pidan un mayor análisis, hay algún hueco, o agujero en su lógica, pero ninguno es tan grande como para afectar el disfrute. "Avengers: Endgame" es un gran espectáculo hecho con emoción, corazón, a gran escala, con todo lo necesario para no subestimar a su público. Aún sus eternos detractores notarán que fueron oídos y se intentó resarcirlos. Al final de cuentas, las tres horas pasaran más rápido de lo que esperaban. En las salas se escucharán aplausos, frases para vitorear, y secuencias enteras que formarán parte del recuerdo. Marvel le pone un broche de oro a esta epopeya del entretenimiento y nos invita a celebrar a todos. La cosa se hizo esperar, tuvo sus momentos bajos, y sus highlights; pero como dice el dicho, lo mejor se guardaba para el final. "Avengers: Endgame" es la película que se necesitaba.
Avengers EndGame la película más esperada del año cierra un ciclo y nos deja con mucho hype luego de 3 horas emocionantes. Ironman, Cap. América, Thor, Hulk, Black Widow, Nebula, Hawkeye y AntMan serán los personajes encargados de protagonizar la historia principal, aunque también podremos ver actuaciones secundarias como las de Cap. Marvel, Máquina de Guerra, Okoye, Rocket Raccoon, entre otros. Luego de los sucesos en Infinity War, los vengadores unirán fuerzas con los pocos héroes supervivientes que quedaron vivos después de ser derrotados por Thanos. Tony Stark se encuentra varado en el espacio junto a la alienígena Nebula quienes intentan sobrevivir lo más posible y las comunicaciones de la nave destruidas, les es imposible contactar con alguien en tierra hasta que un nuevo héroe se une al equipo y ayuda a nuestros héroes. De más está aclarar los detalles en efectos especiales característicos de la saga, no solo para las explosión, vehículo, ciudades y peleas, también podremos verlo en algunos personajes creados con FX como es Rocket, Thanos y Groot. Punto positivo: Tendremos un cierre a la pelea con Thanos, la película es muy graciosa y nos mantiene siempre expectantes en la pantalla. Punto negativo: luego del hype que nos dejó capitana Marvel en la película anterior, esperaba verla cumpliendo un papel protagónico pero solo pudimos verla en escenas muy puntuales.
Bueno: ESTO NO TIENE SPOILERS. Lo que se puede decir con esta película es: Los hermanos Russo hicieron algo totalmente diferente a lo que esperábamos. Se tejían mil teorías, y como siempre puede haber alguno/a que haya atinado a la respuesta correcta. Se pueden haber hecho conjeturas con imágenes que hace más de un año se filtraron, pero es una película totalmente personal y con algunas búsquedas interesantes para este género. Pero a título personal: Avengers Endgame no es mejor película que Infinity War. Los que quedaron atrás En la mitología bíblica, durante el apocalipsis hay una etapa llamada “La Tribulación“, donde luego que los bautizados y santos desaparecen para ir al cielo, el grupo de los “dejados atrás” deben vivir en un mundo oscuro donde la mayoría perdió a sus seres queridos. Algo así cómo si un titán loco chasqueara los dedos y eliminara a la mitad de la población viva del universo… La película arranca depresiva, gris, triste… algo a lo que no estamos acostumbrados (hasta en los peores momentos había un halo de esperanza), como bien reza Steve Rogers en el trailer: “perdimos, y no estamos acostumbrados a perder”. Una decisión jugada la de los hermanos Russo (uno de ellos tiene un cameo al inicio de la película), que los emparenta más al inicio de Justice League de Snyder que al bello mundo multicolor de Marvel. ¿Luego? Una serie de casualidades ponen en movimiento una maquinaria que podría estar o no dentro de las 14 millones de posibilidades que vio el Doctor Strange y que llevarán a los miembros que sobrevivieron hacia aventuras por separado. Algo similar a lo que vimos en Infinity War. Revisitando Greatest Hits, y los otros… Es una película íntegramente realizada para los fanáticos. Uno tiene que haber ido con toda la info de las anteriores 21 películas para estar a tono con todos los ribetes narrativos que atraviesa la trama. Pero no hablamos de haber visto las películas de Avengers (que según la lógica sería lo único necesario), sino esas películas muy criticadas del mismo universo, que tienen datos que serán de vital importancia para el desarrollo de esta historia. Cómo si fuera una suerte de banda que lleva a cabo su tour de despedida, los hermanos Russo interpretan los temas musicales que hicieron gigante a este universo cinematográfico (hola New York 2012) y esos temas que sólo los fanáticos más recalcitrantes pueden llegar a defender (¿alguien dijo Thor 2?). Lo complejo de la trama, la excesiva duración (le sobra media hora, SEGURO) y los guiños constantes a historias y personajes del pasado lo vuelven un espectáculo gigante para los fans de la primera hora, y una película a ser evitada por los que “alguna vez vi una de Marvel, ¿está Batman ahí?”. Algunos momentos de Girl Power y otras discusiones sobre la belleza hegemónica En la película hay una batalla (no vamos a decir más que eso), y tiene un momento de sororidad (como ese tan genial que vimos en Infinity War), pero lamentablemente no funciona tan bien, se nota forzado, para la hinchada. Puede que con cierto público a pie sea efectivo (en la sala una chica gritó “era hora”), pero para una construcción de cupo femenino todos sabemos que Marvel aún se encuentra en el debe y forzar una escena con Girl Power no es cambiar las cosas de raíz. Otra de las cosas que deja entrever esta película: van a tener que encontrar una forma de trabajar el personaje de Captain Marvel, una suerte de Deus Ex Machina bíblico que sólo aparece cuando se necesitan las armas nucleares. Sí es de destacar el papel de Nebula, que crece mucho y es (junto con Loki) de los personajes que más crecieron en el MCU. Ahora, hay varios personajes que cambian y uno me hizo sentir muy empático porque pone en tela de juicio discusiones sobre la belleza física hegemónica en un universo cinematográfico donde todos son rubios, flacos, musculosos y menemistas. Ahora uno de los personajes es obeso, y mientras lidia con el dolor de la pérdida también termina aceptando su lugar sin por eso adelgazar. ¿El mundo que viene será de los gorditos? ¡Que vengan los matchs en Tinder! Lo que sea necesario hacer… La película es un inicio es un final. Tiene momentos épicos y necesarios luego de años y años de espera. Es el espectáculo definitivo, ese que remonta al inicio del cine en teatros, donde se ponía una moneda para maravillarse con mundos más allá del nuestro. Ahora hay que ver como sigue la nueva fase (¿será fase 4?), después de ese epílogo que será Spiderman: Far From Home, como se reconvertirá en otra cosa. Algunos terrenos quedaron fértiles, veamos si Kevin Feige sigue con mano firme llevando el espectáculo más allá. Resumiendo: oscura, sorpresiva, épica, larga, enreversada, compleja, atolondrada por momentos y en otros se detiene en algunos puntos que deberían pasarse por encima, pero dentro de sus fallas (que no son pocas) refuerza lo importante de este universo: sus personajes. “Mundos morirán, mundos vivirán… y el universo DC nunca será los mismo” rezaba el anuncio en los 80s de Crisis en Tierras Infinitas, esa saga seminal que cambió el mundo de los comics para siempre. En el cine eso se lo lleva Marvel y estas tres fases cinematográficas superheroícas. Con sacrificios, aventuras, épica y lo que sea necesario hacer…
Una historia grabada a fuego en la memoria del cine Quitarle todo el valor al final de un viaje para dárselo al propio camino es poético, y sí, suele tener sentido. Pero cuando se hace una inversión de 10 años en narrativa, el retorno de dicho esfuerzo debe verse reflejado en algo más que un cliffhanger. Con esa idea en mente se embarcaban los hermanos Russo en una de las misiones más complejas que ha visto la historia del cine. “Vengadores: Endgame” debía ser una bestia polifacética capaz de satisfacer deseos tan dispares como incompatibles. ¿Cómo responder a una empresa así? Como siempre lo han hecho los directores; Saliéndose por la tangente para proponer temas que ni siquiera estaban en la conversación. 44 horas y 58 minutos después de poner la primera piedra del edificio, Marvel Studios se arroja al precipicio para atar cabos sueltos, parchear haciendo justicia en determinados puntos de su universo, y plantar semillas de cara al futuro. La única forma posible de hacer eso pasaba, claro, por dar una respuesta al desalentador final de “Vengadores: Infinity War”, pero no desde la posición belicosa de dicha cinta. Los directores encuentran en el propio chasquido de Thanos una excusa bien traída para ralentizar el ritmo buscando la exposición por encima de la acción. “¿Qué hacemos cuando todos se han ido?”, rezaba una pancarta presente en el tráiler. Esa es la verdadera respuesta a la que se enfrentan los Russo. No de un segundo asalto, ni siquiera de una venganza -paradójicamente-, sino de una solución a tanto dolor. Todos han perdido, y eso se siente desde el minuto uno de metraje. “Vengadores: Endgame” abandona el aire de épica que portaba su precuela, y se ciñe a un tono mucho más melodramático que permite enfatizar el peso de los diálogos desde el punto de vista sentimental. Algo que solo funciona gracias al contexto en el que llega la película; Un viaje acumulativo de una década que los directores toman como base para tratar al fan desde una posición aventajada. Esto no es una nueva saga. Aquí no hay ni presentaciones ni explicaciones tediosas. Es el cierre de una etapa construido en base a un conocimiento que se da por absorbido. Ahora bien, a pesar de adoptar un tono predominantemente más narrativo, la película sigue sin renunciar a la esencia del propio UCM. Destila un aire único en todo el universo, pero sigue conectado por el mismo lenguaje común construido durante los últimos años. Las interacciones entre determinados personajes son tal y como esperan los fans de los cómics, y como podrían esperar los espectadores de las películas previas. En ese sentido la coherencia en la evolución de los héroes es meritoria, teniendo en cuenta que hablamos de un reparto casi interminable de héroes con bagajes y experiencias únicas. Ese es el nudo que logra resolver la película de forma milagrosa. Mientras en “Infinity War” nos topábamos con un montaje milagroso trufado de acción, en esta ocasión hablamos de una quimera narrativa en busca de ese equilibrio imposible. Pero al igual que ya sucedía el año pasado, el balance se vuelve a quedar una vez más fuera de alcance. El hueco dejado por los caídos en combate es tomado por Capitán América, Viuda Negra, Hulk, y compañía, pero entre todos ellos sigue habiendo personajes con más protagonismo que otros. Los hermanos Russo no se plantean “Vengadores: Endgame” como una tarta a repartir para contentar a los fans. La historia siempre prevalece y la participación del reparto solo cumple un papel funcional. ¿Necesitamos a Rocket para conectar con el dolor de Thor? Recurrimos a él. ¿Necesitamos a Nébula para recuperar a Thanos? La tenemos en pantalla. La trama principal está medida con pulso de cirujano, y apenas hay momento para el aburrimiento. Pero eso también lleva al ostracismo a determinados héroes que por un motivo u otro no tienen demasiada importancia para la misión. Esto lleva a un reparto del protagonismo completamente dispar, alejado en gran medida de lo que la comunidad de fans se espera encontrar. Ciertos personajes se quedan con dos escenas escasas que no llegan al minuto, mientras que otros acaparan tramos completos de metraje. De hecho, las tres largas horas de película no sirven tanto para desplegar una batería incesante de combates, sino para que los directores vayan jugando con este puzle de propósitos en busca de combinaciones sorprendentes. ¿Sale bien la apuesta? No se puede decir que el trabajo de los Russo durante los dos primeros actos sea impecable. En determinados momentos se enredan más de lo necesario dando vueltas en torno a los mismos conceptos, y en otros pecan de condescendientes ante una trama menos compleja de lo que parece. Un problema que de no ser por el interés que suscitan los propios protagonistas, podría haber terminado por estropear el conjunto. Pero claro, con un elenco así cualquier obstáculo es insignificante. La tensión-aunque maquillada- se va gestando en una exposición larga (mucho), para llegar a un desenlace que, sí, lo justifica todo. Cada una de las decisiones tomadas encuentran su explicación en la verdadera joya de “Vengadores: Endgame”; Un clímax de tal carga sentimental que resulta complicado sobrellevar sin acabar con lágrimas en los ojos. Tristeza, alegría, emoción, miedo, esperanza. El cóctel de pulsiones que recorren el cuerpo es casi indescriptible. Aquí es donde realmente confluyen los 10 años de narrativa, y donde los fans, que vienen buscando prolongar las sensaciones de “Infinity War”, reciben su tan deseado regalo. El UCM termina colando como un embudo todo lo que ha creado en un épico final capaz de cerrar algunos arcos, abrir otros, y marcar un punto de inflexión del que no se escapa absolutamente nadie. De por medio no faltan las referencias -evidentes- a las viñetas, y alguna que otra frase rimbombante capaz de erizar la piel hasta del más insensible. Cierto es que este broche de oro goza de una intensidad mayor que el de “Infinity War”, pero si funciona con más impacto no es solo por su propio desarrollo. La tediosa marcha de más de dos horas, que sirve de antesala para el cierre, se revela como un trampolín más que efectivo que logra exponenciar todo lo que aparece en pantalla. ¿Es todo lo que se esperaba del final? Sí, y mucho más. La película toma contacto de tierra de forma tímida y renqueante, pero con el paso de los minutos se va haciendo más y más fuerte hasta sobrepasar cualquier expectativa posible. Y es que a pesar de contar con un respaldo más que sólido, los Russo lo deciden apostar todo arriesgando en no pocas ocasiones, y volcando una pasión que excede lo visto en cualquier otro blockbuster de las últimas dos décadas. El “what ever it takes” espumea en un festival de fanservice que eleva la experiencia hasta cota inimaginables. Claro que el sacrificio para llegar hasta ahí deja por el camino a algunos en un doloroso segundo plano, y a otros retratados de forma estúpida desde la comedia -mucho más presente en esta ocasión-. Pero “Vengadores: Endgame” no era ni la película de Thanos -protagonista en la precuela-, ni la de ningún otro personaje en particular. Era el cierre de una historia, que tras 10 años conquistando corazones, ahora logra grabarse a fuego en la memoria del cine y en la de todos los fans. Gracias.
This is the end... Luego de una impaciente espera luego del final "abierto" en Avengers: Infinity War ha llegado su secuela Avengers: Endgame, el desenlace del conflicto universal planteado por el villano extraterrestre Thanos. Con esta película llega el final de la saga o al menos de una generación tal como se la conoce tan aclamada por sus múltiples fanáticos. Por Denise Pieniazek “Of our elaborate plans, the end Of everything that stands, the end No safety or surprise, the end I'll never look into your eyes again” The end, The Doors. La película Avengers: Endgame (2019), es la cuarta entrega de la saga, que a su vez vendría a ser la segunda parte de Avengers: Infinity War (2018). Repasemos brevemente, ésta es la película número veintidós dentro del Universo Cinematógrafico de Marvel (MCU), el cual comenzó en el 2008 con la primera entrega individual de Iron Man, uno de los personajes más queridos por el público. Desde el comienzo debemos destacar con honestidad que el MCU ha sido sumamente ingenioso por conectar tanto los filmes corales de Avengers como los de los superhéroes protagónicos (en sus películas individuales), en historias paralelas con puntos de cruce que a su vez respetan sus temporalidades. Este siempre ha sido un acierto de la saga, el de unir todo como un gran rompecabezas que ha sabido generar gran fanatismo en el público actual, sobre todo en los jóvenes, volviéndose así una industria cultural sobre sí misma. Avengers: Endgame inicia con un prólogo que muestra al personaje de Hawkeye, quien se había retirado de las batallas, justo en momento de conflicto con el que finalizaba Avengers: Infinity War. Luego veremos a los Avengers que han sobrevivido a esa batalla, con un salto temporal posterior que será el inicio de la acción propiamente dicha. El equipo conformado por Iron Man, Capitan América, Black Widow, Capitana Marvel, Hawkeye, Ant Man, Hulk, Thor, Nebula y el pequeño mapache Rocket, será el encargado de hacer avanzar la acción e idear un plan posible de revertir el daño causado por el villano Thanos en la entrega anterior, al obtener las seis gemas del infinito. Mediante el trillado recurso del viaje en el tiempo, predecible pero bien empleado en esta ocasión (incluso se mencionan y burlan a otras películas de la cultura popular que tratan dicha cuestión) este equipo de superhéroes se divide para viajar en el tiempo a varios puntos específicos que se conectan entre sí -sobre todo refiriendo a la primera entrega de la sagaThe Avengers, 2012- para proteger las piedras preciosas, que recordemos remiten a seis aspectos distintos de la existencia. En esta odisea con vaivenes temporales, algunos de los superhéroes estarán duplicados debido al paralelismo temporal, produciendo efectos de comicidad que distienden una trama, que es psicológicamente más profunda que en otras entregas. Ante la pérdida de varios seres queridos en la película anterior, ahora los superhéroes más que motivaciones heroicas o narcisistas poseen motivaciones sentimentales, de tal índole que algunos de ellos harán grandes sacrificios. A pesar de la extensa duración de tres horas que posee Avengers: Endgame, ésta resulta muy entretenida y dinámica, manteniendo intrigado al espectador sin volverse densa. Sin embargo, se considera que algunas cuestiones de su resolución y selección del tiempo presente del relato en su desenlace no terminan de encajar de forma armónica. Es decir, que quedan algunos pequeños cabos sueltos o detalles para el espectador más puntilloso, a pesar de ello el relato funciona y se sostiene dentro de su propia lógica. Mientras en entregas anteriores el esquema era reiterativo y poco original en su conflicto, aquí, aunque ese modelo general sigue presente, es utilizado de forma más audaz y es necesario debido al acierto de dividir este conflicto en dos filmes. En consecuencia, un elenco coral y su desenlace en apoteosis, si bien es exagerado y grandilocuente, tiene sentido dentro de su lógica descomunal de una guerra de las galaxias, además de otorgar a los expectantes fans lo que desean, compilando la esencia de varios años compuestos por tantos filmes. Si nos detenemos a analizar desde la simbología del color los posters de Avengers: Infinity War y su continuación Avengers: Endgame encontramos este desenlace descifrando sus tonalidades: mientras que en el primer afiche hay un predominio de la tonalidad cálida y rojiza, la cual simboliza el peligro, el estado de alerta, en el segundo predomina el azul, representando la armonía y la calma. Por lo tanto, Avengers: Endgame es la clausura de esta saga, pero no de este universo cinematográfico que seguramente encontrará la forma de seguir explotando esta industrial cultural masiva. Generalmente los comics aparecieron en periodos de guerra o crisis sociales, habría que preguntarse ¿por qué en este siglo las películas de superhéroes vuelven a tener semejante relevancia en el público? En conclusión, si bien no es una eclosión de originalidad Avengers: Endgame es entretenida y emotiva. Es el final de una generación de Avengers tal como los conocemos, y aunque no hay escenas extras como nos tiene acostumbrados el MCU, es posible el traspaso a una nueva generación de Avengers, no sólo más jóvenes, sino en donde otros aspectos de la sociedad actual se hacen latentes como las diferencias étnicas, raciales y de género.
Avengers: Endgame es el perfecto desenlace para una aventura que duró más de 10 años. Épica, emotiva e inolvidable, una carta de amor a los personajes y para sus fanáticos. Después del genocidio provocado por el Titán Loco en el final de Infinity War (2018), el mundo entró en un micro clima cinéfilo lleno de HYPE y fanatismo que no se conocía desde aquel famoso cliffhanger en Star Wars: The Empire Strikes Back (1980). Ese suceso, que mantiene en vilo a los fanáticos de Marvel desde hace un año, está próximo a terminar y será hora de ver qué fue lo que sucedió con los héroes que han sabido ganarse los corazones de los espectadores desde hace más de diez años. Estos héroes que, si bien tienen sus capacidades, poderes y habilidades especiales, siguen siendo terrenales. Ellos se equivocan una y otra y otra vez, pero siempre han demostrado que tienen lo necesario para recuperarse de la derrota y salir triunfantes de su próximo reto. Aunque todo eso cambió cuando apareció Thanos. El mejor antagonista que el MCU presentó en la gran pantalla, quien se ganó un lugar dentro de la cultura popular “villanesca” y quien pese a sus pocas y breves apariciones en el resto de las películas de Marvel, logró una conexión inmediata con el fandom con solo poder verle el perfil en aquel primer vistazo suyo en esa primera escena post créditos de Avengers (2012). Pero de aquel primer grupo de Vengadores que defendió con alma y vida las calles de NY, pocas son las cosas que se mantienen iguales. Algunos perdieron seres queridos, otros perdieron ojos y hasta incluso hay quienes se revelaron contra sus propios colegas por posturas netamente ideológicas. Este grupo que comenzó con un ex vendedor de armas narcisista, un semi dios amante de la guerra, un profesor con graves problemas de temperamento, dos espías – una rusa realmente letal y otro con gran ojo a la hora de usar el arco y la flecha- y un soldado genéticamente modificado que lo único más grande que su escudo es su corazón y optimismo, ahora deberá afrontar la misión más compleja y determinante frente al único enemigo que no solo logró vencerlos, sino también doblegarlos en alma y espíritu. En Avengers: Endgame (2019) los sucesos provocados por Thanos (Josh Brolin) en la película anterior, seguirán teniendo consecuencias para el universo y es por eso que el grupo de Vengadores originales compuesto por el Capitán América/ Steve Rogers (Chris Evans), Thor (Chris Hemsworth), Hulk/Bruce Banner (Mark Ruffalo), Black Widow/Natasha Romanoff (Scarlett Johansson) y Hawkeye/Clint Barton (Jeremy Renner), jugarán su última gran carta para poder recuperar de las cenizas a sus seres amados. Pero claro que ellos no podrán hacerlo solos y es por eso que precisarán más ayuda y a ellos se unirán Rocket (Bradley Cooper), War Machine/ Rhody Rhodes (Don Cheadle), Ant-Man/Scott Lang (Paul Rudd) y la reciente incorporación de la Capitana Marvel/Carol Danvers (Brie Larson). Pero antes de dicha misión, este nuevo equipo intentará recuperar de las entrañas del espacio a Iron Man/Tony Stark (Robert Downey Jr.) y Nebula (Karen Gillan). Otra vez a cargo de los hermanos Russo (Joe y Anthony) la épica conclusión de este viaje de más de 10 años, 22 películas y casi un centenar de personajes, llega a su fin. Luego de que Kevin Feige, el arquitecto de toda esta estructura, haya bautizado a estas películas como la “Saga del Infinito” y que los directores hayan confirmado que este film iba a estar centrado totalmente en los Vengadores originales, todo suponía que esta sería una historia que no solo cerraría el arco iniciado en la entrega anterior, sino que también marcaría un punto de inflexión para el futuro del MCU. Esto es así, esta película es el cierre de una etapa para los Avengers y está lograda de una forma que roza la excelencia. En todos los aspectos posibles (narrativo, visual, actuaciones), la película logra estar a la altura de las expectativas y sin dudas quedará en la historia como una de las más recordadas. Yendo por partes, la película cuenta con un guion escrito por Christopher Markus y Stephen McFeely, los mismos guionistas que supieron trabajar con la dupla de directores en la entrega anterior y en las recordadas Captain America: Civil War (2016) y Captain America: The Winter Soldier (2014). Este guion está increíblemente bien escrito, balanceando a la perfección los momentos dramáticos, con los de humor y con los de acción. Obviamente el aspecto dramático toma un rol preponderante por sobre los otros dos (aunque humor tenga muchísimo) y ahí esta una de las grandes diferencias con la película anterior. Acá desde un primer momento, prologo mediante, se deja ver que el tono del film será mucho más intimo y oscuro que el de otras entregas. Como en este basto universo casi todo esta compartido, todos los pasajes de humor tienen un estilo muy Taika Waititi, todo lo referido a lo espacial tiene las características visuales de las dos películas de James Gunn, ahora re-contratado para finalizar su trilogía de los Guardianes, al mismo tiempo la selección de las canciones utilizadas también parecen extraídas de una de sus películas. Todo en esta película parece ser familiar en relación a otras y es por eso que esta saga es tan exitosa. Eso sí, algo que los Russo saben explotar de manera excelente son las coreografías de pelea y mejor para ellos es mientras más personajes hay. A su juego los han llamado. Ellos logran combinar lo mejor de estas tres esencias y de esta manera conforman un único relato donde todo es explotado de manera brillante. Las interacciones de los personajes están perfectamente delineadas y llevadas a cabo. Esa química que entre varios miembros del elenco pudo verse por pequeños lapsos en Infinity War, aquí son explotados de la mejor manera y deja una sensación de comodidad entre ellos y ésta es transmitida fuera de la pantalla. Una ventaja con la que contaron los directores y guionistas tanto acá como en la película anterior es que los personajes no necesitaban desarrollo, ni introducción y directamente pudieron concentrarse en el desarrollo de la trama. Una trama que puede parecer medio engorrosa y su ejecución cuestionable, siempre analizado narrativamente. La reiterada explicación de algunos términos o situaciones y la poca profundización en otros, puede provocar una ligera confusión en el espectador y así perderse en la trama. Ese es el único punto flojo en cuanto al guion que tiene la película, prácticamente nada. Visualmente la película es impecable. El despliegue que logran conseguir al crear el espacio, los diferentes planetas y sus atmósferas, criaturas, rejuvenecimientos y envejecimientos mediante CGI, contexturas físicas, absolutamente todo es creíble y parece real. Mucho se criticaron los flojos efectos que tuvo la película de Captain Marvel (2019) y ahora hasta aquellas imperfecciones logran quedar en el olvido. La imagen de Thanos sigue siendo de características similares pese a que el Titán lleva un nuevo atuendo. No caben dudas de que éste seguirá picando en punta en los rankings de creaciones marvelitas en la gran pantalla. Bien podría esperarse que a esta altura las actuaciones no brinden u otorguen nada nueva, sin embargo en esta oportunidad cada actor, con Robert Downey Jr. a la cabeza, tiene la mejor actuación de su carrera. Sin ningún animo de exagerar o desmerecer a los demás, lo que él hace podría catalogarse como una masterclass de actuación. Con su personaje empezó este universo y él logra ponerse esta película en el hombro y cargarla sin ningún problema. Irónico, irreverente, canchero, apasionado, trastornado, dramático y completamente desesperanzado son algunas de las tantas facetas que tiene afrontar su personaje a lo largo de la película y todas son cumplidas a la perfección. Otra gran performance es la de Paul Rudd, uno de los más nuevos del elenco ya ha sabido ganarse al público por su facilidad casi innata para hacer reír con apenas una mirada y en esta oportunidad, para bajar los niveles de dramatismo y seriedad, su participación es brillante y necesaria. Avengers: Engame puede llegar a considerarse como la película de Marvel que vaya a quedar en la historia, no solo por ser un punto y aparte en lo que al MCU se refiere, sino también por lo que ha generado en más de una generación de fans y eso no puede quedar de lado a la hora de hacer un análisis. El fenómeno Avengers ya es algo que ha trascendido lo cinematográfico y quedará en los registros como la saga de aventuras y ciencia ficción que hizo movilizar a millones de personas para ver sus películas en los cines, para ver las anteriores y que verás las que seguirán, porque si bien en esta oportunidad hay una historia que termina y terminará definitivamente, continuará habiendo historias marvelitas que contar con nuevos personajes, nuevas familias y nuevas generaciones por conquistas con grandes experiencias.
Al final de la película Avengers Infinity War (2018), Thanos había concretado su cometido: cosechar las gemas del infinito, eliminado al 50% de las criaturas vivientes del universo, estableciendo un inquietante balance entre la vida y la muerte. Al comienzo de Avengers Endgame encontramos doblegados a los héroes que sobrevivieron la tragedia, sus familiares y muchos de sus amigos ya no están junto a ellos – la sensación de la pérdida trasciende la pantalla- y es mucho más complicado vencer a Thanos en este momento. Pero hay una esperanza, por pequeña que parezca para recuperar las gemas y deshacer lo que hizo Thanos. Marvel Studios, claramente ha construido un macrorelato impresionante y sin paralelo, con cineastas y guionistas que en 10 años han tenido un papel importante que desempeñar llevando a la pantalla grande el universo basado en los cómics de Stan Lee y Jack Kirby. Avengers Endgame es una carta de amor -claramente con un tono muy nostálgico- a la épica (super)heroica, al mito moderno originario de la cultura pop. Con Avengers: Endgame, es hora de decir adiós. Tres horas de saludos, para ser precisos, con los que el Universo cinematográfico de Marvel se toma el tiempo de juntar todos los hilos sin enredar el sentido de la historia que quiere contar. Y cierra una fase épica, fundacional, muy amplia, conflictiva, a veces repetitiva pero con perlas y picos que resultan insuperables. , después de diez años. Avengers Endgame es el otro lado en el que descansa el largo arco de los personajes que nos han acompañado hasta este momento. Un final del arco iris en el cual hay oro, pero también hay lágrimas. El único spoiler que me permito develar es que esta vez no hay escena post créditos. Como se anunció, también veremos el último cameo de Stan Lee. Avengers Endgame de los hermanos Russo es una película sobre conflictos, con Thanos, el gran villano, que es humano y, al mismo tiempo, lejano de cualquier humanidad. Un personaje que busca la paz para no sentir más la furia ciega que lo consume. Pero también es una película sobre el derecho que todos tenemos para ser felices, para vivir nuestras vidas. Esta es una película de Iron Man y Capitán América, una película también sobre Thor y Black Widow y Hawkeye. Donde el resto de los Avengers concienzudamente sustentan la estelaridad del grupo fundacional. Los héroes de este ciclo de Marvel han construido una red de relaciones, conflictos y contradicciones que alcanza todo su potencial en Avengers Endgame, trabajando el aspecto psicológico e interpretativo de los actores, en su capacidad para mostrar las emociones, el sufrimiento, la alegría, los momentos de vacío que el miedo en el corazón de los héroes más poderosos de la tierra. Destaca un virtuosismo narrativo que apenas con dos pinceladas en un cameo de apenas unos segundos, o un par de escenas a lo sumo, es consistente con el rol y la historia de muchos personajes, logrando así una contribución lógica al desarrollo del capítulo final de esta épica macrosaga cinematográfica.
La última entrada de la taquillera serie de “Los Vengadores” es una de las más ambiciosas superproducciones de Marvel. Tal vez por eso es también una de las más flojas o, para ser sinceros, de las menos buenas de todas las películas del estudio fundado por Stan Lee. Para empezar hay un problema de base con la duración de tres horas. Por más fan que se sea de Marvel y sus superhéroes, hay que reconocer que las andanzas del Capitán América, Iron Man y Thor no es “La guerra y la paz” ni “Lawrence de Arabia”, y que plantear un relato con estos personajes como si fuera algo épico y trascendente ya es empezar con el pie izquierdo. Luego, una película de esta duración necesita otro ritmo narrativo, y si bien durante los comienzos del prólogo los directores Anthony y John Russo parecen querer plantear un ritmo más reflexivo, promediando el film ya el espectador se sentirá metido en la vorágine del film anterior. Para colmo, la trama ahora implica un viaje en el tiempo que permitiría ganar la guerra con Thanos perdida en la película anterior, por lo que en verdad muchas secuencias son sólo variaciones de cosas ya vistas. Pocas veces una película de Marvel tuvo un banda sonora tan anodina, llena de melodías insulsas y lacrimógenas, y por sobre todo, tan poco humor. En este sentido, si bien hay algunos chistes, casi hay una hora entera de proyección en la que nadie sentirá una sola risa en toda la sala. Es obvio que ningún fan de Marvel querrá perderse la resolución de “Avengers”. Como siempre, hay imágenes impresionantes y detalles argumentales para cada uno de los personajes de siempre, esta vez con un gracioso Thor beodo y momentos emotivos con el millonario Stark (Robert Downey Jr.) que viajando en el tiempo logra encontrarse con su propio padre en una de las buenas escenas de una película que podría haber salido mucho mejor.
El fin de una era Avengers: Endgame (2019) es una película de superhéroes dirigida por Anthony y Joe Russo. Co-escrita por Christopher Markus y Stephen McFeely, esta producción constituye el vigésimo segundo filme dentro del Universo Cinematográfico de Marvel, siendo el desenlace de la Saga del Infinito. El reparto incluye a Robert Downey Jr., Chris Evans, Chris Hemsworth, Karen Gillan, Scarlett Johansson, Paul Rudd, Josh Brolin, Jeremy Renner, Mark Ruffalo, Gwyneth Paltrow, Brie Larson, entre tantos otros. Luego de los trágicos eventos ocurridos en Avengers: Infinity War (2018), en donde Thanos (Josh Brolin) con solo chasquear sus dedos logró eliminar a un 50% de los seres vivos del planeta, los superhéroes restantes se encuentran devastados. Con una última esperanza de revertir lo acontecido, ellos diseñan un plan: juntos irán en busca de Thanos, le robarán el guante y usarán las Gemas del Infinito para que sus seres queridos regresen. Sin embargo, al estar cara a cara con el déspota originario de Titán se toparán con algo sumamente inesperado. Todo llega a su final y este es el momento de la saga que comenzó allá por 2008 con la primera entrega de Iron Man. En aproximadamente diez años conocimos las historias en solitario de diversos héroes tales como el Capitán América, Hulk, Thor, Ant-Man, los Guardianes de la Galaxia, Spider-Man y la más reciente Capitana Marvel. Además, tuvimos las películas de los vengadores, donde éstos unieron sus fuerzas para derrotar al enemigo de turno. No obstante ninguno fue tan fuerte y poderoso como Thanos, por lo que la continuación de Infinity War se esperaba con muchas ansias teniendo en cuenta también que la cinta marcaría la culminación de una etapa dentro de Marvel. Se podría hablar largo y tendido sobre esta película pero al hacerlo los spoilers serían inevitables y arruinarían la experiencia cinematográfica. Lo que sí se puede afirmar es que Avengers: Endgame está hecha para los fanáticos que crecieron con estos filmes y se encariñaron con los diversos héroes. Con un cierre sumamente digno a los superhéroes iniciales, lo que genera que otros tantos casi ni tengan tiempo en pantalla, las tres horas de duración nunca llegan a sentirse ya que el espectador logra estar metido en la historia en un 100%. La película hace un bello homenaje a sus filmes y personajes antecesores, así como despliega un humor que encaja a la perfección con la personalidad de cada héroe. Entretenida a más no poder, el filme consta de un buen equilibrio entre escenas muy épicas de acción, división de tareas en grupos y momentos emotivos que traspasan la pantalla. Sin decir más, Avengers: Endgame es una cita obligada al cine para todos los que ya vieron las aventuras de este grupo de héroes que llegó a convertirse en familia. El asombro, las risas y las lágrimas están garantizados.
Son tres horas de duración y un minuto. Este dato más que asustar a sus fanáticos, los moviliza y hacen bien. Este final de juego de Avengers tiene condimentos realmente emocionantes, la suficiente acción y el cierre de historias épicas como pocas veces se ha visto. Ya se sabe que en el mundo del comic todo es posible, como revivir, rejuvenecer, viajar en el tiempo, encontrarse a sí mismo en un corredor cuántico, luchar contra uno mismo en una versión distinta, elegir donde quedarse y otras fantasías que hacen soñar a los humanos comunes y corrientes con posibilidades maravillosas. Los guionistas Christopher Marcus y Stephen McFeely, con los directores Anthony Russo y Joe Russo más un gran equipo creativo le encontraron la vuelta. Todos saben que esta película es la culminación de todo el universo cinematográfico de Marvel, saben que en el film anterior Thanos destruyó la mitad del universo y desbasto la población de la tierra, los superhéroes intenta un último esfuerzo. Y cuando Ant Man aparece en el universo cuántico, se abren las posibilidades de esta gran aventura. Los realizadores se toman su tiempo para ubicar donde esta cada amado personaje, lo que les pasó y lo que les pasa, el principio para la ansiedad de los espectadores se alarga, pero cuando la acción se pone en movimiento no para y el final es, realmente a toda orquesta. Y los momentos emotivos, muy fuertes son los mejores del mundo de los comics en el cine. Preparen los pañuelos. Mas no sería justo contar, odiamos los spoliers. Como siempre Robert Downey Jr se luce poniendo el cuerpo a un personaje ideal para él. Pero Chris Evan sorprende, igual que Scarlett Johansson. Ni hablar del villano de Josh Brolin y el humor del último Thor. Pero justo es decir que cada advenger tiene su momento de gloria, para que ningún seguidor se sienta defraudado. El lanzamiento mundial es apabullante, nuestro país participa con un record de salas y la invitación a una diversión épica está al alcance de la mano, una invitación que para muchos será absolutamente irresistible.
Como si fueran estrellas de rock En el supuesto capítulo final de la saga de los súperhéroes Marvel todos los personajes tienen su momento para concretar su despedida. “¡Estás en pedo!”, hubieran respondido a coro los ejecutivos de Disney que en 2009 concretaron la compra de Marvel si alguien les decía que, diez años después, la que todo indica que será la entrega final de Avengers –si los superhéroes vuelven una y otra vez en los comics, ¿por qué no habrían de hacerlo en el cine?– sería el fenómeno planetario que es. La Argentina, al menos en este aspecto, no es la excepción a la regla. Todo lo contrario: esta madrugada hubo funciones de trasnoche en las principales salas del país, y a partir de hoy Endgame romperá un nuevo récord ocupando 630 de las alrededor de 900 pantallas del territorio nacional. Una misma película proyectándose en el 75 por ciento del parque de exhibición y con serias chances de quedarse con el 90 por ciento de la recaudación de la taquilla durante el próximo fin de semana, según coinciden varios analistas y sitios especializados. ¿Cómo escribir sobre una película que trasciende ampliamente esa condición? ¿Qué decir acerca de este Superbowl cinematográfico sin caer en el tan mentado spoiler, término que, entre los cierres de Game of Thrones y Avengers, debería ser rotulado como “Palabra del año” por Fundación del Español Urgente? Que los directores Anthony y Joe Russo y la compañía de Mickey se queden tranquilos contando billetes, porque se necesitarían todas las páginas de este diario para enumerar la infinidad de sucesos que ocurren a lo largo de las tres horas de Endgame. Síntoma de la tiranía del argumento que impera en Hollywood, el menú es amplio, multitarget e incluye desde viajes en el tiempo hasta la inevitable batalla final contra el malvado Thanos, pasando por las primeras puntadas de lo que será el futuro del mundo Marvel luego del cierre de esta etapa. “Soy inevitable”, dice un par de veces el mejor villano de este universo, el único que, a la manera del Joker de Heath Ledger en Batman: el caballero de la noche, hizo de la maldad un hecho político eliminando a la mitad de la humanidad simplemente porque a su parecer sobraba gente en la Tierra. La película comienza inmediatamente después de esa desaparición masiva. Lo hace atravesada por un aura crepuscular que rápidamente mutará en otra cosa: imposible que Iron Man, Thor, Hulk y compañía tiren a la basura diez años de Universo Cinematográfico de Marvel (MCU, por sus siglas en inglés) dándose por vencidos así nomás. Con esa resurrección como norte, Endgame propone un cierre acorde a la envergadura mastodóntica de la saga. Un cierre de proporciones bíblicas, de ambiciones desmesuradas que, como los discursos de los políticos de cara a las próximas elecciones, apunta directo al corazón de los convencidos. O al menos a la de quienes conozcan lo ocurrido en las 22 películas que hasta ahora componen el MCU, en tanto la principal operación narrativa consiste en hacer confluir una multiplicidad de referencias a personajes, escenas y situaciones vistos a lo largo de los últimos diez años. Que esa confluencia se dé en términos armónicos, que trascienda la mera acumulación de guiños para adquirir un sentido dramático, habla de un guion que podrá tener unos cuantos agujeros y arbitrariedades, pero también el ingenio suficiente para hacer de ese carácter metadiscursivo el motor del relato. Como en toda la saga, la estructura se apoya en dos pilares. Por un lado, la interacción entre personajes que a estas alturas se conocen al dedillo sirve para varias secuencias volcadas a la comedia que funcionan perfecto. No por nada el segundo acto de Endgame es lo más gracioso de Marvel desde Thor: Ragnarok y transmite la sensación de que el grupo de actores con amplios pergaminos en el género de las risas (Robert Downey Jr, Chris Hemsworth, Paul Rudd) tuvieron vía libre para divertirse de lo lindo con diálogos veloces y filosos. El segundo pilar son las peleas a gran escala. Lo de “gran escala” es literal, ya que aquí no hay muchas escenas de ese tipo pero las que hay están hechas a todo trapo, con un despliegue visual tan inaudito como abrumador que preludia una extensa secuencia final en la que todos los personaje tienen su momento para desfilar por la pantalla y concretar su correspondiente despedida, como si fueran estrellas de rock tocando los bises finales del último concierto.
A principios de año, el PGA (Sindicato de Productores de Estados Unidos) le dio al productor y cabeza de Marvel Studios, Kevin Feige, el Premio Honorario David O. Selznick por logros destacados en la producción de películas. Este es un honor histórico que se le ha concedido a unos pocos: al ver Avengers Endgame no sorprenden en lo más mínimo las agallas de la entidad por poner a Feige a la altura de legendarias luminarias de la industria, incluso de aquellas que arrasaron en la época de oro del cine. El Universo Cinematográfico de Marvel vivirá, seguirá adelante (es dudoso, iluso incluso, que Disney haga tamaña adquisición sabiendo que tiene una fecha de vencimiento) y se hace difícil pensar cómo podrán igualar (superar es un escenario demasiado fantasioso) lo conseguido en lo que se dio en llamar The Infinity Saga. Feige puede irse a la tumba sabiendo que tuvo un papel fundamental, tan protagónico como el de sus estrellas, en un capitulo insoslayable de la historia del cine. Así es, leyeron bien, esta crítica tiene el valor de considerar a The Infinity Saga “un capitulo insoslayable de la Historia del Cine”. Le pese a quien le pese, tanto en el ámbito critico como en el de la realización. Una opinión que muchos considerarán irracional y hasta ignorante ¿Pero lo es? A ver: no nos engañemos, las intenciones comerciales saltan a la vista en esta clase de proyectos, y si hay algo que nadie puede negar es el enorme cortoplacismo que rige en gran mayoría de los mismos, motorizado por la necesidad de hacer billones de dólares en el menor tiempo posible. Si bien Marvel Studios tenía el dinero para ir por ese camino y no tienen el nivel de sacrificio de, digamos, una producción independiente, la paciencia de 11 años (o 22 películas) para construir toda esta convocatoria, es de admirar. Concedido, aquí no está el mérito de haber descubierto un guion original por el que nadie apostaba y terminó siendo una máquina de hacer dinero. Concedido, aquí se tenía la ventaja de tener detrás de sí una propiedad preexistente de enorme popularidad en el medio impreso. Pero las adaptaciones, incluso las más fieles, están plagadas de riesgos, y aunque tuvo tropiezos en su camino, el resultado, que es lo que importa categóricamente (y más aún en los términos que se propone Marvel Studios) es positivo. Tan positivo que se las ingenia para hacerle sombra a sus escasos defectos. Un Final Digno Avengers Endgame tiene tanto defectos como virtudes a nivel narrativo, ganando naturalmente la pulseada los primeros. No obstante, los mencionados defectos son una consecuencia lógica de la acción elegida por los protagonistas para resolver el conflicto principal. Un riesgo que la película no solo acepta, sino que abraza, no pocas veces con humor. Sin embargo, es necesario mencionar con una leve severidad, que el Thanos del primer film, aquel que supo ser un antagonista tan multidimensional, en esta continuación pierde muchas de aquellas dimensiones. Porque si bien en aquel film era la principal fuente del conflicto en cada escena, aquí es nada más un resabio; está por una necesidad más lógica que dramática. Las fuerzas antagónicas que ejercen presión sobre los protagonistas son otras, basadas más en el lidiar con los efectos secundarios del desenlace de la película anterior que por una acción directa del antagonista. Avengers Endgame es una película de tres horas y cualquiera que se meta en esa faena de escasa frecuencia en el cine comercial (mientras más corta la película más funciones, y por lo tanto más dinero), tiene que hacerlo convencido de que la extensa duración tiene un por qué. Habitualmente esa explicación, esa justificación, es el desarrollo de los personajes y los temas, cuestiones que para alcanzar su plenitud necesitan muchas veces de una cocción lenta. Estas dos cuestiones son palpables en Avengers Endgame, pero no es necesariamente el caso, ya que la extensa duración del film está justificada por un manto de acción y tensión dramática sin tregua. No estamos hablando de simples obstáculos; el riesgo es tan grande que cada conflicto es un revés enorme que pone en juego toda la operación. Reveses intensos que dicen presente prácticamente desde el arranque de la película. Si eso no es llamar la atención del espectador… engancharlo… atraparlo… no se qué cosa podría serlo. Para apreciar este film, y a riesgo de mencionar lo obvio, no solo es menester el haber visto las anteriores, sino el haber amado a los personajes. Pues para esos amantes está hecha. Esos amantes a los que Marvel Studios ha cautivado durante 11 años. Esos amantes a los que está recompensando con esta película. Si ustedes lectores están en ese grupo, esta crítica les garantiza con seguridad que estará pagando por toda una celebración… una fiesta si se quiere. Por otro lado, si no está en ese grupo y busca una película que pueda defenderse por su propio derecho más allá de una asociación con films previos, le será difícil sobrellevarla. Si le busca defectos, se los encontrará, y por ellos atacará teniendo absoluta razón, ya sea por simple derecho a la opinión o apreciación objetiva de lo que es la buena narrativa. Pero dentro de todo, al terminar la función no pocos sentirán ese pequeño momento de desolación, similar a cuando se termina de leer una larga novela. Ese momento donde se empieza a hacer memoria de todo lo vivido como espectador. Ese momento que te hace decir “¿Y ahora qué?” Una sensación que solo la puede otorgar un buen final, y esta película lo es.
Tres horas son pocas si uno piensa que se trata del cierre de veintitrés películas, todas conectadas entre sí. Toda la estructura de la película es eso, un giro final de tres horas luego del final abrumador de Avengers: Infinity War. Si volvemos al comienzo de todo, seguramente veremos que los films iniciales tenían mucha más vida propia que las que siguieron, ya demasiado pendientes de lo que ocurre en otros títulos. Avengers: Endgame es el cierre casi total de la fase tres del Universo Cinematográfico Marvel pero a la vez es la última película de la tetralogía de Los Vengadores (Avengers) que empezó con The Avengers (2012) y Avengers: Age of Ultron (2015), continuada con Avengers: Infinity War (2018). Tres horas son muchas si uno no ha visto al menos las cuatro películas de Avengers. Incluso sin Capitana Marvel todo es medio disparatado. Esto confirma lo dicho arriba, estamos frente al final de algo más grande, como el último punto giro de un enorme relato. Pero a diferencia de muchos otros títulos que tenían algo parecido, acá sí que uno se queda afuera sino tiene visto los títulos anteriores. Pasa de todo acá, hay una variedad de tonos y personajes sin precedentes. Queda claro que el esfuerzo es ambicioso pero el resultado es completamente desparejo. Muchos momentos bochornosos se alternan como muchos mediocres y un puñado de buenas escenas. Thanos sigue siendo un villano insufrible, que pone voz de personaje profundo y complejo y solo se queda con la voz. La lógica de mezclar personajes produce un estallido de cualquier lógica que salta en muchas escenas claves. Demasiados chistes, poco realmente sofisticados o inteligentes. Es decir: pocos chistes buenos, muchos muy innecesarios, además. Al final de Avengers: Infinity War (2018) había una sola cosa que se podía hacer para seguir la pelea contra Thanos. Todos sabemos de qué hablamos y es eso mismo lo que hace le guión de la película. Ese recurso es, posiblemente, el más perezoso que se pueda usar, porque a pesar de lo sofisticado que resulta en este caso, lo cierto es que es burlarse de los espectadores. Pero bueno, la supuesta osadía del film anterior debía ser borrada con un regreso al orden. Las cuatro películas de Avengers tendían al exceso de ridiculeces y a las batallas sin sentido estético o narrativo, Infinity War había levantado algo el interés en ese aspecto pero acá se vuelve al punto cero. Pero vayamos paso a paso. La escena inicial, incluso antes del cartel de Marvel Studios, nos muestra una escena sencilla y dramática con Hawkeye con su familia. Habrá escenas intimistas, momentos de comedia, espectaculares escenas con enormes explosiones y batallas descomunales. Entre un diálogo muy pequeño a un descontrol absoluto, la película busca combinar todos los tonos sin lograr funcionar en ninguno. Los protagonistas de los mejores momentos son el Capitán América y Tony Stark/Iron Man. Es porque sus personajes son buenos y sus actores también. Marvel tiene cuerda para rato, pero acá las acciones principales giran en torno a los Vengadores originales, los que hemos visto brillar en sus propias películas. Son veteranos, en todo sentido, aunque este aspecto no está del todo desarrollado, porque todo en la película tiene un buscado tono superficial, donde las escenas importantes parecen más chatas que las pequeñas y simples. Todo el epílogo del film hace acordar a El señor de los anillos: El retorno del Rey, película que insólitamente se llenó de premios, tal vez en honor a sus predecesoras. Pero claro, si lo que cuenta llevó más de cuarenta horas, que haya un epílogo muy largo tiene lógica. Tiene lógica pero igual es anticlimático y bastante vergonzoso. Tampoco los directores le dan a la película una estética marcada o un estilo visual. Es complicado hacerlo por todos los mencionados tonos y cambios que la película tiene, pero un realizador verdaderamente talentoso podría haberlos unificados. Avengers: Endgame no tiene estilo visual, mezcla tonos con resultados desparejos y no tiene valor alguno para quienes no hayan vistos las películas anteriores. Sin duda forma parte de uno de los universos cinematográficos de todos los tiempos y es un evento descomunal, pero eso no le suma nada como película, porque se nota que el evento supera al rigor cinematográfico.
Acción y nostalgia Y llegó el final de la saga. Luego de 21 películas, el mundo de Marvel para "Los Vengadores" toca su fin. Atrás quedan las increíbles aventuras de sus personajes obnubilados por la catástrofe que se desató sobre el Universo. Thanos, presente en algunas de las tantas aventuras fílmicas de los superhéroes, logró su cometido. Acabó con la mitad del universo y muchos de los afectos de los superhéroes. Reunidos alrededor del líder, Tony Stark (Iron Man), deciden que la mayor solución es aliarse, integrarse en una fuerza compacta para lograr quedarse con las Gemas del Infinito, gracias a las que Thanos logró apropiarse de todo. "Avengers Endgame" comienza con el entorno de la catástrofe y el fantasma de la muerte rondando, apropiándose de Tony Stark. Sin embargo, aquí el tiempo va a ser el gran protagonista del final de la saga porque los superhéroes se dan cuenta que la única manera de apoderarse de las Gemas de Infinito es dar vuelta el tiempo como un guante. Que esto que les comentan, que Thanos se apropió de las Gemas no ocurra. Y así toda la acción se centra en ese tiempo en reversa al que los protagonistas deben ingresar para lograr lo imposible. HUMOR Y EFECTOS Encuadrados en el núcleo del tiempo y la premisa del humor, una constante en los diálogos, el filme se abre en capas de distintos espacios y tiempos donde los personajes intentan que lo que en realidad ocurrió, no pueda ocurrir. Luego de una primera parte abundante en sentimientos de melancolía, recuerdos y emociones, la aventura revive. Con el concepto de unión y fraternidad como base, los superhéroes reanudan su misión a favor de la humanidad. La presencia de la gran familia Marvel permitirá cerrar algunas historias como la de Thor, guerrero asgardiano y dios del Trueno, que se reencontrará con su madre (Michelle Pfeiffer), o el playboy y filántropo de los Vengadores, Tony Stark (el gran Robert Downey), con su rubia prometida Pepper Potts. También habrá nuevas revelaciones con la presencia del Anciano Sabio (Tilda Swinton), la historia de las hermanas criadas por Thanos o el recordado Ojo de Halcón, arquero e integrante de la agencia S.H.I.E.L.D. Todo irá girando hacia la Batalla Final en que eclosionará el Universo Marvel con personajes de todas las áreas que reaparecen para dar formidable golpes a la par del inolvidable Hulk, la gran creación de Mark Ruffalo. Con los mejores efectos especiales, un aquelarre de monstruos peludos, ballenas gigantes y bicharracos que reptan se batirán con una marea humana de superhéroes. Ant-Man y la Viuda Negra, el Capitán América y el Hombre Araña, Pantera Negra o el Soldado de Invierno, y todos los superhéroes animarán un épico final. Un final con mucha nostalgia y oscuridad en el comienzo y la locura de la Batalla Final, con actores que nunca pueden olvidarse, como Robert Downey, Scarlett Johansson o Mark Ruffalo, y el pequeño mapache parlante.
Una promesa que no se cumple Al universo Marvel, con sus 22 películas, le sobra solamente una. Justamente la última, la más deseada, la que todos creían que sería la mejor película de la historia del cine de ciencia ficción. Esperada como la final de un Mundial de Fútbol o como un hipotético último recital de los Rolling Stone, "Avengers: Endgame" tenía expectante a los distraídos, a los cinéfilos y -obviamente- a los fans. Y el resultado es decepcionante por triplicado. No por la película en sí, que es ligeramente correcta, sino por todo lo que generó y no cumplió. Es que a Los Vengadores se los ve agotados. Tal vez con el tiempo se sepa que más de uno no quiso hacerla o estuvieron en desacuerdo con algo del guion, pero lo cierto es que se los ve fuera de tono, incómodos, a contratiempo. Como esos partidos de fútbol con viejas glorias, donde las remeras son desbordadas por las panzas, los pantalones apretados y los pases quedan a medio camino por no tener la potencia que exigen los campos de fútbol profesional. Así, desfilan Chris Hemsworth como Thor, Scarlett Johansson como Black Widow, Mark Ruffalo como Hulk, Don Cheadle como War Machine y, sobre todo, Robert Downey Jr. como Iron Man (en una de sus corridas da pena). Por contraposición, Jeremy Renner (Ojo de Halcón), que siempre fue el relleno del team, en esta ocasión se luce como ninguno. Claro que el guion los muestra derrotados porque el todopoderoso Thanos (Josh Brolin) en "Infinity War" los devastó, pero esa dejadez es algo que demuestran en sus rostros y en sus miradas, como diciendo: "ya no estamos para estos papeles, que termine todo rápido". UNA MALA PASADA "Avengers: Endgame" viene a cerrar la historia que comenzó allá por 2008 cuando se estrenó "Iron Man", donde un carismático Robert Downey Jr. ubicó a su hasta ese momento desconocido superhéroe al nivel de Batman o Superman. Le siguió "Capitán América, el primer vengador", y la historia se fue construyendo con las apariciones de todas las películas de Thor, Guardianes de la Galaxia, etcétera, hasta llegar a la última "Capitana Marvel". Definidos quiénes eran los malos, qué era S.H.I.E.L.D., por qué a Nick Fury (Samuel L. Jackson) le falta un ojo y de dónde salían los súper poderes de cada uno, sólo quedaba ver si la mitad de la troupe que seguía en pie podía vencer a Thanos, el villano más malo de todos. A sus directores, Anthony Russo y Joe Russo, pareciera que las ansias de espectacularidad les terminaron jugando una mala pasada. Sólo con repetir la receta de "Ultron", "Civil War" e "Infinity War" alcanzaba para dejar satisfechos a todos. Pero redoblaron la apuesta y dilataron la cinta hasta el hartazgo. Situaciones que parecían intrascendentes terminan siendo definitivas (ante una distracción el cine no permite volver atrás como Netflix), escenas extremadamente largas e, incluso, evitables; charlas desmotivantes, guiños recurrentes al pasado y un excesivo uso del humor, que la acerca más a la comedia que es "Shazam!" que a las irónicas Avengers. Un combo que termina haciendo de "Endgame", una película desacertada. PARTICIPACIONES Por su parte, resultan intrascendentes las participaciones de Black Panther (quien viene de ganar varios Oscar por su filme personal), Spider Man, Doctor Strange y la nueva joya Capitana Marvel, quien parecía tener mucha importancia y pasó sin explicación a un tercer plano. De los consagrados, desperdiciado Hulk fantasmeando todo el filme (no se entiende por qué hundieron a tan buen personaje) y los últimos resabios de Thor, Black Widow, Iron Man, Capitan América y Ant-Man. En resumen, el filme sólo le da a su público lo que esperaba en algunos pasajes de su batalla final. Matemáticamente hablando, quince minutos de 181. Estaba claro que sería el final de "Avengers", pero no tenía por qué ser así. Si hubiera sido a la inversa y "Endgame" hubiese sido la primera, ninguna de las siguientes 21 existirían. Y se trataría de otro gran fallido, como su pariente lejano "La Liga de la Justicia".
Es imposible expresar en palabras lo que Marvel ha conseguido con Avengers: Endgame. Es un filme monumental que concluye una saga monumental y que posee una energía monumental. Lo que empezó como un chiste interno – poner escenas post créditos en los filmes, anticipando la siguiente entrega y funcionando como truco publicitario – fue generando una serie de expectativas que terminaron rebalsadas por la masiva respuesta de crítica y público. Y cuando Los Vengadores llegó en el 2012, las cosas volaron por los aires. Marvel se convirtió en un peso pesado de la industria, el modelo a imitar y la máquina de hacer dinero que cosechaba toneladas de alabanzas del público y la crítica. Los pasos osados se convirtieron en planificación estructurada y ahora han llegado a la conclusión natural de una saga ultra épica, no solo por la perspectiva argumental del universo sino también por factores ajenos a la fantasía, elementos materiales, mas vulgares y realistas como es el paso del tiempo para los actores principales de la serie así como el costo astronómico de sus millonarios contratos. Quizás éste último dato – con gente que se despide del MCU – haya servido para elevar aún mas las expectativas de algo que de por sí iba a ser gigantesco. Pero, a decir verdad, Avengers: Endgame no es tan prolija e impactante como Guerra Infinita. Nada podrá superar ese final amargo y sorpresivo, el impacto de ver a Thanos triunfando, aniquilando a la mitad del universo y, con ello, a un grupo de los personajes mas amados del MCU. La misión de Endgame es levantar los corazones y producirte ese shock de euforia viendo como nuestro héroes dan vuelta la partida y derrotan a Thanos de la manera mas satisfactoria. Sí, el filme lo logra, pero a veces de manera reñida con la lógica y sepultando la emoción de un duelo individual en una tonelada de explosiones y efectos especiales. Entre eso, alguna que otra decisión creativa discutible sobre el aspecto / destino de algún personaje y un par de Deus Ex Machina, Avengers: Endgame triunfa pero no sin cometer algunas trampas (sin ir mas lejos el destino de Asgard, que en el comienzo de Vengadores: Guerra Infinita parecía estar sellado y que ahora posee una numerosa cantidad de supervivientes viviendo en la península escandinava). Uno de los principales problemas del filme es la existencia de Carol Danvers, la recién llegada al universo Marvel. Ella es tan superpoderosa que el libreto debe encontrar una excusa para sacarla temprano de cuadro, caso contrario el filme terminaría antes de la primera hora. Las apariciones / desapariciones de la Capitana Marvel son tan alevosas que sólo son perdonables por el sabor de la emoción, pero van en contra de toda lógica. El otro problema tiene que ver con el funcionamiento de cierta máquina, la cual sólo operaría con personas que tuvieran encima la partícula Pym, un detalle que el guión opta por desestimar para hacer que toda la flota del emperador Palpatine aparezca en el momento menos adecuado. Y después hay dos o tres personajes (y algún villano) que no se comportan como lo previsto, sea perdiendo el perfil heroico o su particular filosofía existencialista, u omitiendo datos esenciales para la resolución de ciertos acertijos indispensables para que la cruzada sea exitosa. Pero ello no quita que Avengers. Endgame no sea efectiva y emotiva, aún cuando en el Acto II – cuando los Vengadores se dividen en tres grupos, cada uno con su propia cruzada – sea algo estirado. El tema que sobrevuela todo el filme es el de los afectos, los amigos, la familia – de individuos vacíos por un presente de constante dolor y que encaran una misión suicida para recuperar a quienes se fueron; o de aquellos que deben sacrificar lo que han logrado tras el Apocalipsis, simplemente porque el bienestar de muchos se superpone al de uno solo -, y está presente en los arcos argumentales de Clint Barton, Tony Stark, Scott Lang (Paul Rudd está en modo dramático casi el 100% del tiempo) y hasta de Steve Rogers. En cambio a Thor lo persigue el fantasma de la impotencia, del no haber podido evitar a tiempo el desastre por una cuestión de mejor puntería en el desenlace de Guerra Infinita. Si el Acto II provee algo – además de los pertinentes McGuffins… odio hablar en clave pero tampoco voy a arruinar todas las sorpresas del filme – es la recarga emocional de nuestros exhaustos héroes, tomando fuerza del reencuentro con seres queridos porque les da el impulso necesario para seguir adelante con una misión en donde las probabilidades de éxito son casi nulas. AutosDeCulto, el portal sobre la historia de los autos Pero poco importan los problemas o detalles del filme cuando llega el clímax – tan ansiado desde el año pasado – y te sacude hasta la médula. A pedido del público Steve Rogers se da el lujo de gritar “Vengadores… unidos!” (Avengers assemble!) – algo que los fans pedían desde hace años – y el cine se viene abajo. Endgame tiene el honor de destronar a Aquaman y su final descomunal, poblando la pantalla con toneladas de ídolos, monstruos, naves y criaturas de todo tipo. Que el exceso obligue a muchos iconos a figurar como meros cameos mudos (y que la lucha esté filmada de manera algo desprolija, sin poder seguir demasiado las acciones de los personajes que nos importan como sí hacía Peter Jackson en las masivas batallas de la Trilogía del Anillo) no altera la emoción de la partida, de la lucha a muerte, de la sorpresa y la euforia. De la emoción, la tristeza y la victoria. Seré honesto: Avengers Endgame es la apoteosis del filme pochoclero. Y es también la apoteosis de la cultura nerd. Pero, por otra parte, es un filme que me inquieta profundamente porque toma decisiones muy importantes sobre algunos personajes principales (amen de que el paréntesis de cinco años que propone el filme pone automáticamente a todos los próximos filmes del MCU como obras de ciencia ficción porque transcurren en el futuro), y porque ahora Marvel se ve obligada a construir desde cero otra épica que no esté relacionada con Thanos como villano omnipresente. ¿Existe vida en el MCU después de Endgame?. Demoraron 10 años en construir este espectáculo monumental y usaron a los mejores personajes para ello, pero… ¿podrán repetir la movida?. ¿El año que viene seguirán los taquillazos Marvel?. ¿Cómo sería un nuevo filme de los Vengadores con tantos cambios en el staff?. Son interrogantes que atormentan al nerd que llevo dentro mientras mi corazón se emociona hasta las lágrimas con cada gesto heroico que Endgame tiene para ofrecerme en su última hora plagada de fotogramas inolvidables. Alejandro Franco, 26 de Abril de 2024
El final es parte del viaje Todo viaje tiene su final y el cine es un buen lugar para desarrollar todo este trayecto. De esta forma, Iron Man (2008) con Robert Downey Jr. imponía condiciones en el comienzo de una era en la cual gran parte de la audiencia colmaba las salas por ver a superhéroes en pantalla. Una fórmula del éxito, producida por Marvel Studios en conjunto con Disney, que atrapó al espectador promedio y lo llevó, poco a poco, a este nuevo universo cinematográfico. Un producto claro en sus marcas de fabricación realizado con acción, comedia, drama y grandes toques de humor. Así, Marvel Studios comenzó una era que diez años después y con más de dos decenas de películas, llega a su conclusión. Años en los cuales el desarrollo de cada uno de estos personajes acompañó, en menor o mayor caso, al espectador. En Avengers: Infinity War (2018), la antesala a esta resolución, se terminaron de construir los últimos puentes para un camino que en este punto, comenzaba su final. De la mano de Anthony Russo y Joe Russo, responsables de los films de mayor valoración tanto para la crítica como los fans como fueron Captain America: Winter Solider (2014), Captain America: Civil War (2016) y la propia Infinity War, Avengers emprendía su última gran proeza para marcar un hito en el género, como así también se lograra en The Avengers (2012). Analizar Avengers: Endgame (2019) únicamente como una película sin tomar en cuenta el marco en el cual se reproduce es perderse parte del carre de fotografías. Endgame es la conclusión de los arcos argumentales que los héroes fueron construyeron a lo largo de los films, tanto individuales como colectivos. Endgame se focalizó en los sobrevivientes a Thanos (Josh Brolin) y su locura, profundizando en los Vengadores fundadores. En la construcción narrativa y argumental, la película se basa en el fracaso y cómo cada uno de ellos decide sobrellevarlo. Un lugar incómodo y desconocido para los personajes, colmados de remordimientos y culpa. En este costado dramático los Russo nos sitúan desde la primera escena de la película. Un lugar hasta incómodo para el espectador ya que en estos diez años jamás se llevó a los personajes a este extremo. Con una duración de tres horas, los hermanos Russo se tomaron su tiempo para terminar de desarrollar el arco de cada uno de estos personajes. Robert Downey Jr., Chris Evans, Chris Hemsworth, Scarlett Johansson, Mark Ruffalo y Jeremy Renner llevan al extremo a sus personajes para un épica conclusión y despedida según el caso de cada uno. Avengers: Endgame se desarrolla bajo un buen pulso aunque, en cierto momento de la película, decae por estas licencias que se tomaron los directores al enfatizar este camino final del héroe y su desenlace. A su vez, distintas situaciones se sintieron forzadas para rindir tributo al fan y quedan expuestas en la película. Sin embargo, por el carisma de cada uno de ellos, se vuelve llevadero y empatiza con estos cameos, situaciones vistas en otras películas o diálogos claves y conocidos. Endgame es un repaso por este basto universo de diez años. Entre la emoción, el dramatísmo y el clarísimo humor al mejor modo Marvel Studios, Endgame pasa por los lugares comunes pero termina por cerrar el clásico camino del héroe con gran parte de sus personajes. A tal punto, los Russo aprendieron a no mostrar más que la esencia del film en sus trailer para dejar lo mejor de la película sin descubrir hasta pisar la sala. Nadie está preparado para la envergadura que conlleva una adiós de estas dimensiones y la película misma lo deja bien en claro: una jugada audaz por parte de los productores y los directores al proponer un marco de lo más inesperado y sorprendente, seas fanático o no de esta saga. Nadie está preparado para despedir a personajes tan carismáticos después de diez años, pero los Russo con Kevin Fage -director de MS- a la cabeza, decidieron soltarlos a tiempo. No obstante, Marvel Studios ya dejó ver parte del terreno a futuro pero sin dar una idea del todo clara con lo que va a venir después de Endgame. Hasta la decisión de no tener una escena post-créditos, -una marca característica que empezó a implementar a gran escala Marvel- no aparece en Endgame. Sería ilógico pensar que podría aparecer cuando ya no hay nada más para contar, por lo menos, de este ciclo de películas bajo el nombre de Vengadores.
Ya está, lo hicieron, llegó por fin Endgame, las cosas se terminan y al mismo tiempo los cambios – radicales en su gran mayoría – establecen un futuro incierto en este universo creador por Marvel. El regreso no es fácil ya que la última película sobre este grupo de heroes comiqueros puso un número de bajas considerable al llegar los créditos finales. En Endgame la situación retoma con un tono gris de desesperanza que trasciende los 5 años de los hechos acontecidos en Infinity War (2018) (y sí, en esos 5 años pasaron muchas cosas); el destello de esperanza que transmitía cada héroe se desvaneció por completo (pero claro, siempre está America…). Los Avengers originales regresan pero cada uno con su buena dosis de fracaso; cada uno lleva su carga y cada uno aún sufre por la derrota monumental de su última batalla. Endgame funciona como un eco constante de perdida para cada héroe en el primer acto de la película y todo esto funciona de manera asombrosa gracias a un ingenioso y dedicado trabajo realizado por los hermanos Russo; si Infinity War se trató de Thanos, Avengers: Endgame se trata de cada uno de los héroes. Tenemos muerte pero al mismo tiempo tenemos resoluciones que satisfacen al espectador de forma abrumadora. Hay que aclarar que a pesar de que la parca llega de manera definitiva para alguna de estas grandes figuras no todo desenlace resulta triste. La campaña de publicidad comunicaba un mensaje de «whatever it takes» (lo que sea necesario) y ese mismo whatever it takes culmina de forma sublime la realización de 11 años de gestación. Por mi parte defiendo ese minuto final de metraje (que es definitivo, sin post creditos) el cuál muestra una emotiva imagen final. Ironman, Hulk, Capitán América, Black Widow, Hawkeye y Thor defienden el título de «Vengadores Originales» cómodamente y todos ellos están muy bien acompañados de los talentos secundarios que Marvel fue dejando – cual migajas – a lo largo de los años; Rocket Racoon y Nebula acompañan bien pero el show es de los originales. A destacar: Hulk (Mark Ruffalo), Hawkeye (Jeremy Renner en lo que probablemente sea el mejor parado de todos a nivel actoral) y Thor ( Chris Hemsworth, que sigue sorprendiendo con su lado cómico). Para no ondear en la trama y adentrarse en el terreno de los spoilers Avengers Endgame utiliza un mecanismo complejo al atar cabos sueltos; esto podría ser un desastre pero el trabajo en papel realizado por Christopher Markus y Stephen Mcfeely se muestra épico, contundente y sí, con huevos. Avengers Endgame es la película definitiva del MCU. Los caminos futuros son prometedores, muchos llegan a su fin y otros pueden continuar sobre todo cuando el misticismo se apodera de esta saga de películas. Tal vez por primera vez el MCU se encuentra liberado, con numerosas posibilidades a futuro, y eso genera una grata incertidumbre en el espectador. Es seguro decir que la presencia de Thanos (Josh Brolin) fue definitiva para la saga. Avengers Endgame es un espectaculo complejo, entretenido y poderoso. La película no muestra miedo en ningún momento y se la juega a todo o nada; además ofrece lo que la gente quería ver, nada más y nada menos. Prepárense para un espectáculo cumbre que vale cada minuto y se despide con elegancia y con una emotiva nota final.
El Universo Cinematográfico de Marvel (UCM) alcanzó su punto más alto con el estreno de Avengers: Endgame. La película no sólo cumple con las expectativas, que eran muchas y muy altas, sino que las supera con creces. Si bien recientemente se conoció que Endgame no es la cinta que cierra la tercera fase del UCM –será Spider-Man: Far From Home–, sí es la despedida por la puerta grande de Los Vengadores. Quizá la película del arácnido que llegará a los cines en junio funcione como un epílogo de los hechos de Endgame. Pasaron cinco años de los eventos de Infinity War, donde Thanos reúne las Gemas del Infinito y elimina con un chasquido a la mitad de los seres vivos. Los superhéroes que sobrevivieron arrastran la carga de no haber podido detener al villano y el luto por los que ya no están. La aparición de Ant-Man y la posibilidad de viajar en el tiempo para revertir lo ocurrido reúne a los personajes y les devuelve la esperanza. Así es como Thor, Viuda Negra, Hulk, Ojos de Halcón, Capitán América y Iron Man se encuentran luego de años separados y con algunas tensiones por resolver (sobre todo entre “Cap” y Tony Stark). Los personajes que en Infinity War no tuvieron tanta participación, como el Capitán América o Viuda Negra, en Endgame desempeñan papeles cruciales. La película funciona como una síntesis perfecta de los personajes que vimos pasar a lo largo de las 21 películas anteriores. Todos confluyen en una trama que es clara pese a la complejidad de la cinta en particular y del UCM en general. Los viajes en el tiempo permiten recorrer momentos de películas anteriores y son un golpe al corazón para los fanáticos, con algunas apariciones y encuentros muy emotivos. Endgame dura unas imperceptibles tres horas. Es entretenida desde el minuto uno, no cae en ningún momento y sobre el final se despacha con una batalla épica, vertiginosa, con momentos súper emotivos y efectos especiales increíbles a los que ya estamos acostumbrados. La cinta de los hermanos Russo es una montaña rusa de emociones. En los 181 minutos que dura se puede pasar de la risa al llanto en un instante, sin que eso resulte extraño o forzado. Si es para ponerse quisquilloso, hay una escena en la batalla final que pretende ser un guiño al empoderamiento femenino. La situación termina quedando fuera lugar por estar demasiado subrayada. Por último, para los que suelen quedarse hasta que pasa el último crédito en la pantalla, no lo hagan: Endgame no trae escenas poscrédito. La decisión no hace más que generar más preguntas en torno a las películas que vendrán en la próxima fase del UCM. Difícil hacer especulaciones acá sin revelar lo que dejó la última Avengers que veremos.
Las actuaciones son todas muy buenas, aunque el humor sólo funciona cuando los intérpretes conocen de comedia. Cuatro estrellas. No porque no tenga fallas: las tiene (hay una hora de las tres que podría reducirse a la mitad o menos). Pero cuando funciona, funciona bien. El mayor defecto de la película es su dependencia emocional –no la trama: si no vio las 21 películas Marvel-Disney anteriores la historia se entiende bien, incluso hay un chiste que refiere a “Volver al Futuro II” para que se comprenda la parte “viajes en el tiempo”– del resto de lo filmado en este “universo”. Es difícil emocionarse con lo que le pasa a X si uno no tiene en cuenta que a X le pasó Y hace un par de películas. Y es cierto, eso es algo que no puede solucionarse. Dicho esto, aquellos momentos donde va creciendo la esperanza de vencer al Mal (así, con mayúsculas) y la resolución final del conflicto están a la altura de lo que se puede esperar para un blockbuster de gran presupuesto. Las actuaciones son todas muy buenas, aunque el humor sólo funciona cuando los intérpretes conocen de comedia (Paul Rudd, mejor que Mark Ruffalo, por poner un ejemplo). El problema es que el cómic siempre tiene algo de satírico, de ligero. (Leer también: Capitana Marvel) Y aquí eso solo aparece en cuentagotas, aunque quizás es el aire de la época –tan de discursos definitivos, tan de sentir que se vive al filo de la extinción, tan relativa– la que explique tanta melancolía un poco artificial.
Luego de una (no tan larga) espera de un año, el ansiado final de la historia iniciada en Avengers: Infinity War está aquí, con Robert Downey Jr., Scarlett Johansson, Jeremy Renner, Paul Rudd y todo el equipo en el reparto. Una vez más, Avengers Endgame tiene a los hermanos Anthony y Joe Russo como realizadores, con un guión de Christopher Markus y Stephen McFeely. El último capítulo (al menos de esta fase) muestra el resultado de la decisión de Thanos, con el mundo reaccionando a los eventos y con los protagonistas lidiando con su fracaso. Los héroes que no habían aparecido en Infinity War, Hawkeye y Ant-man, hacen su aparición aquí y ponen en marcha un nuevo plan para enfrentarse con su oponente. Entre solemne y frenético, el tono de Avengers Endgame oscila entre ambos extremos (siempre con unas dosis de humor esparcidas a lo largo del metraje, aunque en este caso un tanto más acotada) que, por momentos, hace tambalear al proyecto entero. Otro elemento que hace mella en el producto es su duración: unos eternos 181 minutos. Debido a que es la culminación de años de films de Marvel, Endgame es la encargada de dar cierre a todas las subtramas, personajes, situaciones, etc. lo cual hace que narrativamente falle por momentos. Más allá de sus falencias, Avengers Endgame es una buena conclusión a esta larguísima historia que se inició en el 2008 con el film Iron Man. Esta cinta le da un momento para brillar a varios de sus protagonistas y consigue ser una celebración de todo lo acontecido sin llegar a ser catártico ni importante. Vale mencionar, de todos modos, que es un producto hecho exclusivamente para fanáticos, o al menos para aquel que vio todas (sí, todas) las películas anteriores y tiene un buen recuerdo de las mismas.
Marvel cierra una historia que comenzó hace más de una década y que atravesó 22 películas en “Avengers: Endgame”, donde los héroes presentados a lo largo de la saga que sobrevivieron a “Infinity War” dan una última batalla contra el gran villano Thanos para volver el tiempo atrás. La expectativa, claro, era grande: ¿consiguió la comiquera estar a la altura? Lo analizamos a continuación. Aunque las películas de Marvel seguirán, “Endgame” es el cierre de una era, el final del recorrido para varios personajes que llevan más de una década en la pantalla de los cines. Los espectadores han crecido con esos personajes, se han enamorado de ellos, y “Endgame” les da un cierre emocionalmente satisfactorio, donde cada cual tiene su momento para brillar que el público en las salas aplaude a rabiar. La película es una celebración pop de una década de cine de superhéroes, y los fans salen chochos de esa fiesta: su inversión emocional de diez años ha dado rédito en ese gran final. “Endgame” centra su corazón en la celebración de estos personajes y sus historias contadas en 22 películas, por lo cual es, antes que el despliegue de efectos que se esperaba para esta superbatalla final por la salvación del universo todo, es una película sobre esos personajes, sus relaciones, sus temores y, sobre todo, sus fracasos, que preparan la escena para su final redención. El espectáculo final sigue siendo tan masivo y monótono como siempre (olas contra olas de personajes hechos por computadora, irreales) pero la batalla principal está al interior de los personajes, lo cual le da cierto peso emotivo a la cinta. Pero no todo es drama en “Endgame”: esto es una fiesta, después de todo, y a pesar de las bíblicas consecuencias de lo que afrontan los hombres y mujeres en spandex, “Endgame” es una cinta sorprendentemente liviana, que disfruta lanzando una batería de one-liners en momentos imposibles, coqueteando con el caper y hasta (alerta de spoiler) jugando a “Volver al futuro 2”, regresando a los sets de las viejas películas para un homenaje a esta saga infinita que, sí, es un golpe de nostalgia, pero finalmente resulta orgánico a la trama. Porque, algo que no siempre sucede en el universo Marvel, “Endgame” sabe lo que quiere contar y utiliza las herramientas y fórmulas del subgénero para contarlo, y no al revés. Es que todo cabe en la coctelera de tres horas de “Endgame”, un viaje (otra vez, spoiler) al pasado de forma literal y también simbólica: una estridente gira de despedida de esos personajes en los que invertimos decenas de horas. “Es como un largo show de despedida de un supergrupo de rock progresivo de los ‘70”, escribió el crítico Diego Lerer. “Todos están pasaditos de años, los trajes les quedan medio ridículos, cada uno hace un solo que la gente aplaude y al final hay media hora de fuegos artificiales. Pero igual la pasás bien” Está claro que “Endgame” es una fiesta a la cual todo el mundo está invitado, como demuestran ya los primeros números de la taquilla. Pero quienes llegan al cine cargando cierto escepticismo o agotamiento, notarán que más que una celebración, estamos ante una autocelebración, donde Marvel y sus personajes parecieran darse continuas palmadas en la espalda por su genialidad. Uno a uno se apilan los momentos de autogoce, momentos extasiados de heroísmo, de canchereo, de ese mal llamado “referencias”, hasta que, en el súmmum de este homenaje pasado de rosca, Capitán América proclama que su cola “es la cola de América”. En el marco de la celebración y gira despedida, y en el mismo sentido, todo está escrito y pensado para la ovación fan. Todos los personajes tienen su momento, pero muchas veces no se sienten momentos orgánicos a la historia, sino colados en el montaje para que tal o cual personaje brille en esta épica de tres horas: puro fan service. Incluso el triunfo final recae (alerta de spoiler) en manos del padre de todo, pero su victoria, para todo el operativo montado, y teniendo en cuenta incluso que fue profetizada, parece casualidad, azar. “Endgame” está plagada de momentos “de comité”, ordenados por la cúpula y necesarios para vender juguetes: acumula una sucesión de actos heroicos y cancheros sin demasiada relevancia al desenlace, como si no hubieran encontrado una forma de que todos los personajes tuvieran su momento, y que la sumatoria de esos momentos llevara al sacrificio final. Es que “Endgame” tiene mucho de película de comité: es el cierre de una era, y en juego está el universo, por lo cual debía tener un tono épico pero desolador, pero al tratarse de una fiesta no podían faltar la comedia de sitcom, la acción burbujeante de la parte media, los juegos y referencias continuos. Un juego de extremos tonales que no siempre está bien resuelto y que termina dispersando el peso emocional de algunos de sus momentos, y de la película toda, por pasar al siguiente gag. “Infinity War” habrá tenido una batalla infumable de cositos grises contra cositos multicolores, pero parecía tener más claro el tono de su elegía. Parte de los dictámenes del comité incluyeron además dejar el escenario preparado para lo que viene: un Universo Cinematográfico de Marvel encabezado por héroes políticamente correctos, cuya presentación y momentos de gloria extienden el ya abultado tiempo de duración de la cinta. La descarada venta de esta corregida imagen pública del estudio que pasó 20 películas sin dar el protagonismo a una mujer distrae de la celebración de la vieja escuela. Y abre un signo de pregunta sobre el futuro: ¿podrán estos personajes, más aggiornados a los tiempos que corren pero mucho más aburridos, continuar con el éxito de la comiquera? En su estreno, el jueves, “Avengers: endgame” marcó un hito al posicionarse como la película número 1 de la industria en su día de apertura con más de 311 mil espectadores. De cada 100 personas que fueron al cine, 95 eligieron esta esperada y última entrega de la saga de los héroes de Marvel. Marvel cumple con las expectativas y da a los fans lo que quieren. Los seguidores de la saga saldrán chochos, contentos con haber visto a esas viejas glorias pop: su inversión emocional de diez años tiene rédito, sobre todo en esa parte final de momentos épicos y largos adioses. Pero quien entre con escepticismo seguramente notará algunas notas desafinadas.
LÍNEA DE TIEMPO MARVEL Si Avengers: Infinity War funcionaba como un final de temporada con un enorme cliffhanger, podría decirse que Avengers: Endgame es el gran cierre de la serie –o más bien, de una etapa creativa-, por más que esté clara la intención de continuar con el Universo Cinemático de Marvel. Pero ambas, por más que se necesiten entre sí, que en buena medida dependen una de la otra, representan en buena medida opuestos no tanto estilísticos como narrativos. Tanto la primera escena como la última de Endgame presentan un tono claramente íntimo, personal, que indican otro tipo de apuesta en el relato, más centrada en la carga simbólica y especialmente afectiva que compone a los personajes, que en las decisiones del guión, que era lo que se imponía en Infinity War. El gran mérito de Joe y Anthony Russo, cuando tienen que ir desplegando todas las tramas y subtramas, es privilegiar a los personajes y, dentro de esa elección, saber establecer un recorte donde los que quedan al frente es la primera generación de Vengadores. Antes que nada, esta es la película de Iron Man, de Capitán América, de Viuda Negra, de Hawkeye, de Thor, que son personas que no solo ponen en juego sus capacidades heroicas, sino también sus legados y responsabilidades. Por eso la primera hora de Endgame se estructura alrededor de la desolación, la angustia y la pérdida. Como nunca antes en el subgénero de superhéroes, lo que vemos son las consecuencias de la derrota y la consciencia de ella por parte de los protagonistas, la necesidad de seguir adelante, de olvidar o al menos encontrar nuevos propósitos, pero también la imposibilidad de lograrlo. Contra los prejuicios, son estos pasajes los más interesantes y logrados del film, no solo por los riesgos tomados, sino también por las formas: los instantes de soledad, los espacios vacíos que delatan las ausencias, los raptos de humor que solo disfrazan el dolor. Endgame se toma su tiempo para precisamente hablar del tiempo, de cómo los personajes cargan con la mochila del fracaso. Pero Endgame debe, lógicamente, cambiar, mutar para ir hacia otro lugar y por eso entrando en su segunda hora se transforma en una película de robos, aventuras y viajes en el tiempo, donde el gran referente –aun desde la ironía- es Volver al futuro. Esa cita no es mero guiño, es más una declaración de principios, porque hay un componente esencial de esa saga que se toma prestado y es el de la melancolía, el saber que se interviene en un pasado que –para bien y para mal- ya no puede cambiarse o hacerse presente. Lo llamativo es que es las decisiones del presente donde el film empieza a hallar algunas dificultades, principalmente desde la empatía: hay eventos dramáticos, de alto impacto, donde los Russo no llegan a conmover, quizás porque lo que prevalece es la mirada hacia atrás, esa materialidad que les otorga carnadura a los personajes y no tanto lo que llevan a cabo en ese aquí y ahora que ya está mirando un poco hacia el futuro. Llamativamente, el despliegue de una línea de tiempo cinematográfica que es Endgame no se construye tanto desde la acción, sino desde el suspenso dramático y el puente que se establece hacia el cierre desde lo épico no llega a ser todo lo fluidamente necesario. Ahí es donde queda claro que el Universo Cinemático de Marvel es gigantesco y la película paga el costo –del cual se hace cargo, hay que reconocerlo- de privilegiar el arco narrativo de un puñado de personajes, mientras que la mayoría quedan relegados a roles de herramientas del guión o de declaraciones ideológicas bastante subrayadas –hay una escena plagada de discursividad feminista bastante torpe-. Cuando el film vuelve a lo íntimo, a lo personal, no solo es más efectivo, inteligente, sutil y hasta conmovedor, sino que ratifica con herramientas nobles el inmenso poder de Marvel Studios: de la mano de la visión de Kevin Feige y de un carisma indestructible de los actores, supo construir una textualidad propia, separada de los cómics originales y hasta en cierto punto inimitable. Avengers: Endgame es el final de todo, pero también el principio de todo, porque Marvel Studios en este momento es infinito.
Resulta difícil hablar de este film como película en solitario, ya que corresponde a la conclusión de 11 años de trabajo de parte de Marvel Studios. Es por ello que el relato trasciende más allá de sus 3 horas de duración, porque fue algo que Kevin Feige y compañía fueron planeando a lo largo de esta década. Es verdad de que las películas de superhéroes fueron creciendo y haciéndose más frecuentes a partir de este universo cinematográfico que fue creando la Casa de las Ideas, y podríamos también hacerlos responsables del agotamiento que parece estar generando la gran cantidad de propuestas de esta índole, no obstante, algo que Marvel tiene bien en claro, a diferencia de su competencia, es que se reinventa entrega a entrega y va escalando en espectacularidad, producción y entretenimiento. Esto hace que la película deje de ser una simple experiencia audiovisual y que se convierta más en un evento/acontecimiento a nivel social (algo que probablemente comenzó “Star Wars”, cinematográficamente hablando). Cierta gente verá esto como un aspecto negativo y muchos otros como algo positivo, pero la realidad es que todo esto se convierte en un fenómeno que puede llegar a transformar al cine a corto o mediano plazo. Mucha gente teme por el futuro del cine, en términos de ir a un lugar físico a visionar una obra audiovisual, por el avance del video On Demand y el contenido vía streaming, pero productos como el que hoy nos convoca hacen que se mantenga la propuesta de continuar yendo a las salas de proyección. Más allá de eso y de las políticas que deberían adoptar las salas de exhibición para que no haya un monopolio en cuanto a acaparamiento por parte de las superproducciones (lo cual es algo que no analizaremos aquí), sí es cierto que parte de la crítica generalizada examina estos relatos desde el fandom, perdiendo cierta objetividad a la hora de analizar la cinta. A continuación, intentaremos investigar este fenómeno sin incurrir en ese terreno pantanoso. “Avengers: Endgame” es la continuación directa de “Infinity War” (2018), la cual también fue dirigida por Anthony y Joe Russo, quienes antes de incursionar en los films de La Casa de las Ideas habían dirigido “You, Me And Dupree” (2006) para cine y más que nada habían trabajado en varios productos exitosos de la TV como por ejemplo: “Arrested Development” y “Community”. Esta pareja directora le otorgó cierta impronta cada vez que le tocó dirigir un capítulo en las diversas Fases de Marvel, siendo el más notorio el de “Captain America: The Winter Soldier” (2014), que además de ser una obra sumamente entretenida se encargó de establecer un comentario político más que interesante sobre el gobierno de los EEUU y sus manejos. En esta oportunidad, el largometraje retoma luego de los eventos devastadores que tuvieron lugar entre el enfrentamiento de los Vengadores y Thanos (Josh Brolin). El mundo está en ruinas mientras que el Titán Loco descansa luego de haber alcanzado el objetivo. Pero los héroes no se quedarán con los brazos cruzados, y se reunirán una vez más para intentar deshacer las acciones de su temible oponente y restaurar el orden en el universo sin importar cuál sea el resultado final. Claramente no se puede decir mucho más de la trama sin entrar en terreno de spoilers, algo bastante evitado por los fans más acérrimos así que dejaremos ahí cualquier cosa que pueda ser considerada como tal. En primer lugar, podemos decir que más allá de ciertas cuestiones clásicas que se le pueden criticar a este tipo de películas como por ejemplo: la sobre exposición de información, ciertas incoherencias relacionadas con la línea de tiempo de este escenario compuesto por 22 películas, ciertas vueltas forzadas y demás, el film se presenta como una épica conclusión de un trabajo gigante que fue desarrollado en más de 10 años. Un cierre más que digno para una etapa que va a estar repleto de emoción, nostalgia, drama, acción, humor y hasta algunas lágrimas derramadas para aquellos que hayan sido parte del viaje desde la primera hora. La trama es sencilla, sin demasiadas vueltas y con ciertos momentos esperables pero otros tantos sorprendentes para constituir una gran despedida y cambio de página para este grupo de héroes que seguramente irá mutando (no tanto por cuestiones narrativas de quién queda vivo y quién no, sino más que nada por las confirmaciones de varios actores de dar un paso al costado para continuar su carrera más allá de Marvel). Los guionistas Christopher Markus y Stephen McFeely fueron los encargados de pergeñar la ciclópea tarea de darle un final digno a esta fase, y el gran acierto de ellos (y de todo el equipo creativo detrás del MCU) fue el de haber priorizado el protagonismo de los héroes principales/originales de la primera película, los miembros fundadores de los Avengers. Ellos son Iron Man (Robert Downey Jr.), Capitán America (Chris Evans), Thor (Chris Hemsworth), Hulk (Mark Ruffalo), Black Widow (Scarlett Johanson) y Hawkeye (Jeremy Renner). El relato se enfoca en ellos y en sus relaciones interpersonales, dando lugar a ciertos momentos dramáticos bastante llamativos relacionados con la pérdida de sus afectos y con el hecho de convivir con el fracaso y la derrota. En sus 3 horas de duración la historia le dará mayor importancia a estas cosas más que a la acción desenfrenada de otras películas. Eso juega como un punto a favor más allá de que por instantes, y debido a todos los personajes que tiene que abarcar y todos los aspectos que intenta cerrar, la película pueda tambalear ante la mirada más inquisidora y minuciosa en términos de narrativa cinematográfica, pero lo cierto es que, dejándose llevar, la cinta se convierte en un espectáculo puro a una escala demencial donde reinará el humor, la acción, la emoción, escenas conmovedoras y varios momentos intensos. Además, la pieza audiovisual cuenta con un elenco estelar más que afianzado con una química innegable, donde se destacan principalmente Chris Evans y Robert Downey Jr como los dos líderes con miradas opuestas que tendrán que dejar sus diferencias de lado si quieren salir victoriosos y derrotar a Thanos de una vez por todas. Ambos serán los encargados de llevar adelante la trama y terminan redondeando grandes interpretaciones de sus queridos personajes en esta especie de epístola de despedida marveliana. Es cierto que muchos otros héroes no presentarán el tiempo de pantalla que muchos demandarán y algunos estarán brevemente en pantalla, pero la realidad es que sería prácticamente imposible desarrollar o exhibirlos a todos por igual, ya que son más de 45. Por otro lado, y si bien el humor de Marvel a ciertos espectadores les puede resultar excesivo, en esta oportunidad funciona para distender y para servir de contrapunto ante tanto drama junto. Incluso a veces cumple como fan service y para hacer guiños hacia la cultura pop y otros films como por ejemplo “Back To The Future”, “Bill & Ted”, “Terminator”, entre otros, por motivos obvios sugeridos por el trailer y por ciertos elementos vistos en “Infinity War”. En síntesis, “Avengers: Engame” es un film que por momentos sufre su gigantesca envergadura pero que se favorece de la espectacularidad ofrecida. Una película tremenda y gigante en todo sentido, un entretenimiento asegurado con varios momentos de ingenio, de comicidad y de emotividad. Un gran cierre para esta primera década de películas superheroicas que culmina de la mejor manera posible, a pesar de que en el trayecto (en todo el MCU no solo en esta película) muchas veces incurrieron algunas cuestiones argumentales que no terminan de cerrar, flashbacks forzados, etc. Un cóctel repleto de acción, efectos especiales impresionantes, momentos inesperados y unos instantes que llenarán los ojos de lágrimas a todos aquellos que vengan siguiendo la franquicia comiquera. Un final satisfactorio que nos deja expectantes sobre lo que ocurrirá a futuro, ya que Marvel dejó la vara bien alta, no solo para la competencia sino también para sí mismo.
Llega el cierre de la saga de superhéroes más ambiciosa de la historia del cine, te la vas a perder? Acá te dejo mi review SIN SPOILERS!
Mientras millones de personas en el mundo llenan toda sala de cine donde se proyecte el flamante tanque de Marvel, en Argentina el fenómeno se replica con un récord de asistencia en el día de estreno en 700 pantallas a lo largo y a lo ancho del país. Puede resultar un tanto abrumador que una sola película venda el 90% de las entradas que se cortan en estos días en los cines argentinos, con cadenas que están programando aquí en Mendoza cerca de 30 funciones diarias. Hay que decirlo sin vueltas, en la última década Marvel cambió el rumbo del consumo de films en las salas del mundo, apostando a cartas y fórmulas que exceden largamente los códigos del cómic y el lenguaje cinematográfico. La gran factoría ha dado en la tecla con la receta para conformar una enorme platea mundial, siempre ávida de devorar cuanta producción de superhéroes se estrene en cada temporada. No se trata de un nutrido pelotón de nerds, conocedores de cada detalle de los íconos de historietas, sino de una masa que disfruta de ser parte de una gigantesca comunidad fascinada por un espectáculo exuberante. Sin deslizar ningún spoiler, y ni siquiera anticipar elementos de la trama, es indudable que Avengers: Endgme marca un cierre por lo alto de una fructífera etapa de la usina Marvel, que va por más en la próxima década. Una película que a lo largo de tres horas reparte dosis de acción, emoción y nostalgia. Si bien es continuación de Avengers: Infinity War y forma parte de todo un conglomerado de más veinte películas, no hace falta ser un erudito para disfrutarla de comienzo a fin. Con un planteo narrativo old school, en el que priman los vínculos de familia, pareja y compañerismo; el film le da a la platea la chance de alternar entre la adrenalina y el lagrimón. Focalizada en sus personajes centrales: Iron Man, Capitán América, Hulk, Black Widow, Thor y Hawk Eye; esta entrega también cuenta con un nutrido pelotón de secundarios, sin generar un colapso de información ni subtramas innecesarias. Que los protagonistas emprendan una odisea en pos de un objetivo concreto sin tantos vericuetos y derivaciones, hace de esta película una experiencia disfrutable e integradora. Marcando el reparto más estelar del cine de las últimas décadas, este film incluye participaciones de nombres de la talla de Robert Redford, Michael Douglas, Michelle Pfeiffer, Tilda Swinton y William Hurt. Sumando el plus de una banda sonora irresistible, con canciones de Traffic, The Kinks y The Rolling Stones; estamos frente a una celebración de los triunfos de un poderoso equipo. Una película que cumple con todas y todos, dotada de pinceladas que remiten a premisas actuales como el empoderamiento feminista, y otras más clásicas como la lucha del bien y el mal. Todo bajo un manto de corrección política, muy a tono con una producción que pone en juego cientos millones de dólares de presupuesto. Frecuentemente, prensa y cinéfilos han comparado el fenómeno masivo del universo cinematográfico de Marvel con el de tanques como Star Wars, Harry Potter o El señor de los anillos. Pero lo cierto es que esas franquicias han girado completamente sobre una historia y personajes determinados, mientras que la factoría de superhéroes cuenta con un abanico de decenas de figuras, que dan lugar a sus respectivas sagas, y también a reuniones como la de Avengers, que funcionan como un compendio de grandes éxitos. A su vez, el triunfo de las películas de Marvel va por un camino muy distinto al de las aclamadas y legendarias producciones mencionadas. Mientras directores con fuertes rasgos autorales como George Lucas y Peter Jackson han estado al frente de las aventuras intergalácticas y los libros de Tolkien, la fábrica de héroes y heroínas en cambio opta por el permanente recambio de realizadores, borrando así cualquier atisbo de impronta personal. La clave del acierto en este pelotón de films marvelianos es justamente la imposición de la marca por encima de los nombres detrás de la cámara. De esta manera, es absolutamente lógico que estas películas sean ejecutadas por artesanos con oficio. Lo que sí es cuestionable en esta veintena de títulos iniciales es cierta pereza narrativa, ese afán de explicar más que desarrollar. Otra clavija que podría ajustarse tiene que ver con el ímpetu de unos villanos no del todo bien trazados. Thanos en las últimas Avengers es más una pieza de diseño que una criatura con una malicia avalada en un historial con sustento. Por último, también es cierto que la salida de algún o algunos personajes tiene más que ver con una cuestión de mercado, o hartazgo de una estrella tras haber acumulado unos cuantos millones de dólares, que con una plena justificación narrativa. Tal vez Marvel nunca se encamine a pulir dichos aspectos, y a juzgar por sus brillantes resultados de taquilla, es comprensible que no apuesten a mover mucho la aguja. Así y todo, la maquinaria funciona y entretiene con nobleza, motivo más que válido para augurar otra década triunfal para este emporio. A pesar de los tiempos oscuros que transitamos, una nueva generación se prepara para ingresar en la comunidad de devotos del mundo de los superhéroes. Nada podrá apagar la luz del gran espectáculo como refugio contenedor. Avengers: Endgame / Estados Unidos / 2019 / 181 minutos / Apta para mayores de 13 años / Dirección: Joe y Anthony Russo / Con: Robert Downey Jr., Chris Hemsworth, Chris Evans, Mark Ruffalo, Josh Brolin, Don Cheadle, Scarlett Johansson, Brie Larson.
Once años pasaron desde el estreno de Iron Man con Robert Downey Jr. Veinte películas dentro del universo de Marvel. Estos son datos y son necesarios para empatizar y entender Avengers: Endgame. Es claro que Avengers: Endgame, en sí misma y por sí sola, no podría funcionar. Necesita de todo lo dicho anteriormente para tener un contexto, por lo cual no haber visto nada del universo Marvel antes de esta película hará que el espectador se quede completamente afuera y si por casualidad no vieron alguna de las anteriores, claro está que a más de una cosa no le encontrarán sentido o empatía. Trataré en las próximas líneas de no revelar demasiado, pero de todas formas es algo difícil en una película que, todos sabemos, cierra un ciclo de historias y personajes.La duración de tres horas siempre, sea la película que sea, marca un punto. En el caso de Endgame esas horas no pesan, no cansan, son llevaderas. Sí se podrían sacar varios minutos (como unos cuarenta) pero está claro que, viendo la película, los directores no querían dejar nada (ni a nadie) afuera. En relación a este punto, prácticamente, todos los personajes que aparecieron en el universo Marvel, de una u otra forma, se harán presentes para este cierre cinematográfico. En relación a la historia, Thanos en Avengers: Infinity War chasqueó sus dedos con el guante del infinito y destruyó a la mitad de los seres vivos de la galaxia. En Avengers: Endgame los héroes que quedaron tratarán de derrotarlo y llevar adelante sus vidas. La banda sonora es, a diferencia de películas anteriores del mismo universo, mucho más sutil, con un trazo más fino, potenciando algunas escenas. Avengers: Endgame tiene sus fallas, tiene sus chistes forzados, tiene una duración mayor a la habitual. No es una gran película. Pero los hermanos Russo, sus directores, no pretendían que este fuera un gran film, o por lo menos eso creo yo.
Todo esto arrancó con Iron Man en el 2008, concluye con esta la número veintitrés, y como casi todos aquellos que venimos siguiendo estas historias a lo largo de los años llegamos con gran expectativa al desenlace final. Su desarrollo nos va dando sorpresas, varias referencias, homenajes y frases de otras películas. El despliegue es impresionante y contaron con un presupuesto de aproximadamente 400 millones de dólares (indudablemente fue muy importante contar con ese dinero ya que abre todas las puertas y allana todos los caminos). Con la dirección de: Anthony Russo y Joe Russo, logran un films de superhéroes inteligentes y bajo el increíble y muy sólido guión de Christopher Markus y Stephen McFeely, la historia nos va llevando por distintos momentos, nos habla de las relaciones humanas, del amor, la amistad, de la lealtad y del amor entre padres e hijos, entre otros. Vamos transitando distintos estados de ánimo: Te hace reír a carcajadas, emocionarte, tener nudos en la garganta, saltar en la butaca, aplaudir y hasta querer abrazar a todos los que hicieron posible esta película. Viajamos en el tiempo utilizando una estupenda paleta de colores, música y fotografía. Se encuentra llena de momentos gloriosos, posee un gran gasto de producción y un gran elenco, está llena de nostalgia, acción constante, es entretenida, bien épica, visualmente te deja boquiabierto, todos los rubros técnicos se destacan, impresionante las tres horas, para aplaudir de principio a fin, no tiene escenas post créditos porque no las necesita. Igual te vas a quedar para ver el sin fin de figuras de primer nivel que trabajaron en el film.
Uno sabe exactamente que va a ver cuando decide por este “género” de películas, lo esperable es pasar un rato entretenido, que esté bien contada, en el sentido de configuración de las escenas, un montaje acorde a todo esto. Es lo mismo que sucede con el cine de animación, el género en sí mismo despliega posibilidades de manera inherente, propias. que siendo de buena factura amplifica los beneficios, siempre cuidando que el guión sea mínimamente coherente, verosímil y no derrape Esto último es lo termina sucediendo, no tanto desde la construcción, desarrollo y progresión de los personajes (que son muchísimos), que si sucede, sino desde la estructura narrativa total y de cada uno. La mayoría de los diálogos, demasiados explicativos, banales y desde lo que puede leerse como un lavado de culpas por parte de la productora. En este orden la inclusión de lo políticamente correcto, desde una mirada actual, es inconmensurable, al punto de agotar al espectador y extinguirse en sí mismo. Entonces nos encontramos con que una de las variables importantes desde lo discursivo es dejar en claro que no realizan ningún tipo de discriminación, origen, raza, religión, color, sexo o elección sexual, ricos, pobres o clase media. No sólo eso, casi que ellos promulgan y promueven las diferencias casi como abanderados. El final de la película es más que elocuente en este sentido. Otro problema que presenta el texto fílmico, cuya duración es de 181 minutos, incluidos los créditos, es que no construye un relato, sino que intenta cerrar con todo aquello que había presentado y desarrollado, a medias en las anteriores. Por lo cual el espectador que no haya visto las predecesoras, o alguna de ellas, quedará fuera del relato, no sabrá de donde viene todo esto, las causas del estado actual. Todo se sustenta principalmente por las actuaciones, todas, empezando por Iron Man (Robert Downey Jr) quien supo constituir y desplegar un universo propio dando lugar a que los demás continúen por un camino allanado. En este punto cada súper héroe tiene características propias de un universo único que llevado a la generalización debería haberse amalgamado de alguna manera, pero la paleta de tonos nunca termina por integrarse como un algo aunado, luciendo desigual y trivial. Es así que cada personaje tiene su momento de lucidez, de intimidad, hasta de pelea y sacrificio, pero no otorgado de uno a otro, sin hilación, son arrestos individuales que terminan no favoreciendo a la progresión dramática, sino que se queda en la simple exposición. Tampoco ayuda la forma en que termina por aplicar el malvado de turno, sus elocuciones no dan cuenta de un goce en el mal, que no siente percibirlo, sino como justicia reveladora, que ni el mismo parece creerse. Hay un abuso de referencias y autorreferencias, alguna con clara intención de distender desde lo humorístico, que no terminan por lograrlo de manera eficiente. Por supuesto que en tanto rubros técnicos es impecable, las escenas de lucha, inmersos en el código ¨a priori¨, se muestran sumamente realistas, también posee en su haber un diseño de sonido impecable, incluyendo una banda de sonido superlativa. Pero todo esto es demasiado poco para la idea original, como un gran momento, la historia se merecía otra clausura, siempre sabiendo que nunca habrá un final definitivo.
Hace poco me di cuenta que me cuestan los finales. Cuando escribo y en algunos momentos de mi vida. Esto lo relacioné enseguida con varias series que tienen finales malos, y llegué a la conclusión que a veces apuramos los finales porque tienen que llegar, y no siempre terminan siendo satisfactorios para todo el mundo. Luego de tal aclaración debo decir que el final de esta era de Marvel me dejó un sabor agridulce. No me pareció un mal final, pero tampoco le final épico que esperaba. Pareciera que quiero quedar bien con Dios y con el Diablo, pero esta vez no tiene que ver con mi indecisión. Voy a tratar de evitar los spoilers, para eso está la zona de más abajo donde si verán muchos cuestionamientos, y también muchos aciertos que me parece que los hermanos Russo lograron. Tres horas que se me pasaron volando. Entre drama, risas y acción de la buena. De más está decir lo destacable que es la fotografía y la dirección de Joe y Anthony. Donde me parece que flaquea el film es en el guion, con algunas resoluciones un poco tontas o con sabor a poco. Del elenco no hay mucho para decir. Nadie se destaca, la mayoría vienen haciendo su papel hace años y no lo hacen mal. Todos están a un buen nivel, incluso los que aparecen poco. Tengo una fascinación por Brie Larson y su capitana Marvel que cada vez que aparece me pone la piel de gallina. Ahora sí, a la zona de spoilers. Mi recomendación: Ni hablar que deben verla fanáticos de Marvel, y en el cine. Zona de spoilers: Voy a tratar de ser lo más breve posible. Empecemos por lo poco que aparece el personaje más fuerte del MCU en este momento. Hablo de la Capitana Marvel. Ese personaje necesita más protagonismo, muchachos. Entiendo que era la película final del Cap, Viuda Negra (aunque la película en solitario de ella está en desarrollo) y de Tony (yo creo que Thor, Hawkeye y Hulk van a seguir bastante más), pero se concentraron tanto en cerrar la etapa que se olvidaron de ponerle más garra al nuevo comienzo. La resolución de la forma en que Ant-Man vuelve… ¿En serio? Sé que es una película de ciencia ficción, que cualquier cosa puede pasar pero…algo un poquito mejor che! Acá debo hacer mención a mi crítica de Ant-Man 2, en la cual le di un poco duro, pero era la base para que Endgame, sea lo que fue. Si no fuera por Scott y Hank, nada tendría sentido en este nuevo film de los Russo, por eso pido disculpas por mi mala crítica de ese film. La primera muerte de Thanos fue como muy simple, podría haber sido un poquito mejor. El guion tiene agujeros en cuanto al viaje en el tiempo (otra de esas resoluciones fáciles), por momentos hacían lo convenía para la historia. Me pareció que había muchos “justo”, con esto quiero decir que todo se inclinaba a favor de que las cosas salgan bien para los Avengers, cuando se veía complicada la situación aparecía una solución “mágica”. La pelea contra Thanos, cuando aparecen todos los que habían muerto (piel de gallina multiplicada por un millón) es fantástica, pero me parece que mejor fue la de Infinity War. Tendría que ver las dos de nuevo y comparar. Las miradas entre Doctor Strange e Iron Man, cuando le da a entender que este último tiene que sacrificarse son muy profundas. No voy a negar ni admitir que se me cayó alguna que otra lagrima cuando murió Tony. En el funeral, vi a un joven que no reconocí. Justo antes de Capitana Marvel. Tal vez miré mal, pero si alguien sabe quién, que me diga. Marvel tuvo la necesidad de ser políticamente correcto y poner una escena (ultra pequeña) donde todas las guerreras del MCU pelean contra Thanos. No me parece mal esto, el poder femenino es mucho más fuerte que el masculino (Capitana ♥) pero fue muy corta. Se notó que fue para “quedar bien”, y no porque realmente consideran que las mujeres sean más fuertes. Van por el buen camino, pero se quedan a media máquina. Vamos a hablar de ese Hulk medio humano y medio monstruo, y de ese Thor venido a menos. No hacía falta denigrar tan bajo al Dios del trueno. Creo que es físicamente imposible que Thor pueda quedar así, por más que esté 5 años comiendo pizza y tomando cerveza. Y el Hulk a medio camino…ay mi Dios! Había otros personajes para que nos riamos, no hacía falta hacer eso con Hulk. Hubiese preferido que Bucky sea quien tome el manto de Capitán América. Acá voy a tirar una gran suposición y voy a decir que el único motivo por el cuál eligieron a Sam es porque es afroamericano. Vieron que Black Panther funcionó bien, entonces se tiran para ese lado. Ojalá esté equivocado. ¡Que bien hecho que estaba Steve Rogers viejito! Me pareció que este fue el personaje con mejor resolución. Se merecía estar con Peggy Carter, ese amor era hermoso. Abusaron un poco de los momentos dramáticos los hermanos Russo. Podrían haber sido menos, y así que el film dure unos minutos menos.
Te puede llegar a gustar? Lo que unos pueden amar de esta historia es lo que a otros les va a molestar, como estos tres ejemplos: 1) si bien hay mucha historia, en el balance termina habiendo....
Luego de que Thanos chasqueara sus dedos y desapareciera a la mitad de las criaturas vivas del universo, los Avengers originales quedaron desperdigados, algunos perdidos pero todos desolados. En Endgame deben encontrar la forma de recuperar las gemas y revertir el chasquido y, más que una película, los hermanos Russo entregan un evento épico e inolvidable, un cierre digno a más de una década de universo cinematográfico.
Critica emitida en radio. Escuchar en link.
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La casa está en orden Después de reventar las taquillas de todo el mundo año tras año durante un poco más de una década, el plan de Kevin Feige por coronar al Universo Cinematográfico de Marvel como una de las franquicias más importantes en la historia de la industria finalmente alcanza una instancia cumbre con la épica “Avengers: Endgame”. Este episodio llega para ponerle un punto y aparte al ciclo de producciones que se iniciaron allá por el 2008 con la muy bien lograda “Iron Man”, y darle un cierre a los eventos sucedidos en “Los Vengadores: Infinity War”. Luego de que Thanos haga chasquear sus dedos con el Guantelete del Infinito y la mitad de la población en todo el universo desaparezca, los Vengadores sobrevivientes, junto a algunos aliados, deciden juntarse una vez más para derrotar a Thanos e intentar revertir el fatídico destino de sus compañeros. Si bien su antecesora demostraba un tratamiento de ideas más ordenado, en “Avengers: Endgame” nos encontramos con un desenlace que apuesta única y exclusivamente por el “fan service” como maniobra narrativa. Sus directores, los hermanos Anthony y Joe Russo, optaron por desplegar una gran cantidad de referencias y chistes constantes, apelando al entretenimiento bombástico de sus estrellas y el infaltable factor nostálgico (hablamos de un negocio de más de 10 años traducido en 22 películas). Fue tanto el hype generado alrededor de “Avengers: Endgame” que la campaña para prevenir spoilers puso alerta a todos los interesados en conocer cómo se definiría el futuro de esta saga que aún no se detiene (sus productores anunciaron que se sumarán más títulos durante los próximos años). El negocio de Marvel y Feige no tiene techo.
Desde que se lanzó la primera película en el 2012, la saga que reúne a varios héroes míticos, gozó de una popularidad creciente, sorprendiendo totalmente ya que no sólo los amantes del género o de los cómics estaban ansiosos por ver cada entrega, si no también se sumaban a la lista de fanáticos varios espectadores casuales. Es así como yo fui empujado a ver Infinity War, desconociendo totalmente de qué iba la historia. Personalmente no quedé muy satisfecho con la entrega mencionada, será porque no me caen bien los finales abiertos; el hecho de dejar en stand by la incógnita es algo que detesto, por eso suelo dejar de ver las series esperando que terminen todas las temporadas para poder agarrarlas de forma lineal – The Walking Dead sigo esperando por vos. Por eso mismo, cuando surgió la posibilidad de ver Avengers End Game, tenía muchas dudas, especialmente cuando me enteré que duraba tres horas. Sin embargo, luego de ver la película, mi opinión cambió rotundamente. La película comienza mostrándonos un inicio tranquilo. Ojo de Halcón se encuentra con su familia pasando una hermosa tarde cuando de repente desaparecen. Mientras tanto, se muestra el cambio en la tierra después de que la mitad de la humanidad desapareciera, bajo un ambiente caótico y apocalíptico. Viuda Negra atraviesa una crisis pensando qué hacer con su vida ya que los Avangers no cumplen más una función importante, mientras que Ant-Man regresa de un viaje en el tiempo sin tener conocimiento de todo lo que había sucedido. Cuando éste llega al cuartel de los vengadores, surge la idea de poder repetir este viaje cuántico, brindando la esperanza de deshacer el caos que ocasionó Thanos, por lo que gran parte de la película se basa en viajes en el tiempo, recorriendo míticas ubicaciones, en búsqueda de recuperar las gemas en su ubicación previa de estar en las manos de Thanos – o mejor dicho en el guante. Si bien al principio es confusa para quienes no gozaron la suerte de seguir las entregas anteriores de forma cronológica, la entrega es acertada a la hora de crear una conexión entre la historia de Infinity War y esta nueva historia, así cómo también es equilibrada en el momento de brindar emociones al espectador. Todos los que vean End Game se sentirán sumamente satisfechos, ya que no incluye demasiadas escenas de acción; transita varios aspectos a la vez, haciendo mucho hincapié en las emociones y las relaciones, incluyendo un poco de drama mezclado con tonos de comedia, para cerrar, luego, con geniales escenas de acción, muy bien logradas con alucinantes efectos especiales. A diferencia de Inifty War, End Game apuesta por preparar al espectador, sumergirlo en la historia, para que empatice con los personajes y luego entrar a un mundo lleno de acción, haciendo de la experiencia un poco más vívida. En ese aspecto, “End Game” es excelente. No sólo logra satisfacer a los espectadores casuales, si no que también brinda perfectamente al fan service, ofreciendo justamente lo que los fanáticos de la saga quieren ver, e incluso más. A su vez, también resulta eficaz para el público casual y puedo decir que he quedado totalmente satisfecho. Con el objetivo de ampliar mi visión crítica, consulté con diversas personas que la vieron, casuales y fanáticos, y algunos están más que satisfechos mientras que otros opinan que se debería volver un poco a la esencia de la anterior entrega, recortando las escenas de humor para brindar más acción pero sin embargo cumple con todo y para todos. No puedo indagar mucho en la historia, ya que tengo que brindar una crítica libre de spoilers, así que solo tengo para decir que es una película totalmente recomendable que se encuentra en camino para convertirse en la película con más recaudación superando a Avatar de James Cameron. Nota Final: 9 – Digna de ver, disfrutar, recomendar y de ocupar el número de uno de película mas taquillera.
Es bastante molesto tener que aclarar que esta crítica no contiene spoilers. En realidad ninguna crítica necesita de los tan mentados spoilers, y menos en este caso, donde lo mejor es la empatía que generan los personajes más allá de su destino o de la trama. La llegada de "Avengers: Endgame" no es un estreno más. Es una especie de acontecimiento. Es el final de una saga que empezó en 2008 con "Iron Man" y que se extendió por una década con 20 películas relacionadas entre sí. Es el fenómeno del cine visto como una serie en proporciones gigantes que inventaron los estudios Marvel, un experimento que resultó un éxito millonario y que tuvo el visto bueno de gran parte de la crítica. La pregunta del momento es si "Avengers: Endgame" está a la altura de las expectativas y de tanta parafernalia publicitaria. Y la respuesta afortunadamente es sí, y ni siquiera los excesos (la película dura tres horas) logran empañar el festejo. Los directores Joe y Anthony Russo pergeñaron un cierre tan ambicioso como enraizado en la tradición de la saga. Los pilares de la película son los mismos que sostuvieron a todos los filmes del llamado Universo Cinematográfico de Marvel: una combinación muy equilibrada de acción, humor, drama y escenas de batallas épicas. Aquí hay menos escenas de acción pero más interacción entre los personajes, que se lucen más cuando cruzan chistes y comentarios filosos que cuando intentan emocionar desde la seriedad y la nostalgia. ¿Es necesario haber visto todas o la mayoría de las películas de la saga para disfrutar de "Avengers: Endgame"? Y sí. Las referencias al pasado son múltiples, y nadie puede entender el cierre de una historia si no conoce su desarrollo. Es más, la película incluye todo un viaje en el tiempo, un trip nostálgico con guiños a los fans que se extiende demasiado pero que es parte central de la trama. Todos los superhéroes están invitados a este festín, y reunirlos en una historia coherente (que además debe contemplar la carga individual de los personajes centrales) fue un desafío que los hermanos Russo resolvieron con oficio y astucia. De todas maneras, hay que reconocer que el 90 por ciento del trabajo ya estaba hecho. El gran logro de los estudios Marvel fue hacer que estos personajes nos importaran más allá de sus superpoderes y sus hazañas. La construcción meticulosa de los personajes (además de un trabajo de casting excepcional) es lo que genera esa empatía tan singular con el público. ¿En cuántas películas uno puede ver al público aplaudiendo escenas, festejando, gritando de alegría o llorando sentidamente? En "Avengers: Endgame" eso pasa, y todo junto. Marvel ya está preparando la "fase cuatro" de su Universo y seguramente habrá más películas exitosas. Ningún final definitivo está a la vista, aunque los últimos minutos de "Endgame" son pura y certera melancolía.
Todo lo que empieza tiene que terminar. Al menos, de la forma en que lo conocemos. “Avengers Endgame”, como su título lo aclara, es la culminación de un impresionante universo cinematográfico que tiene más de 10 años, y que nos ha hecho pasar grandes momentos a lo largo de sus 22 películas (en algunas más que en otras). Esta nueva entrega de los superhéroes de Marvel es una secuela directa de “Infinity War”, pero también es un viaje, un recorrido cargado de nostalgia y guiños. La película tiene tres horas de duración, pero no hay por qué temer, el tiempo se pasa volando cuando una obra como ésta no te deja apartar los ojos de la pantalla. Una distracción y uno puede perderse hasta el más mínimo detalle. La historia está claramente dividida en tres partes, y a lo largo de la misma se van resolviendo tramas y cerrando paréntesis, preparando el terreno para un final épico, todo lo que esperan los fanáticos de Marvel. “Avengers Endgame” retoma, como ya hemos dicho, lo acontecido en “Avengers: Infinity War”, y el grueso de la película se centra en eso. La mitad del universo ha desaparecido con el chasquido de Thanos, tras conseguir las gemas del infinito, y depende de los Vengadores que quedaron vivos resolverlo. Cómo lo intentan, o si tienen éxito, aquí no lo vamos a decir, ya que mantenemos la intención de develar lo mínimo para no caer en los spoilers. El mayor acierto aquí es darle protagonismo a aquellos superhéroes que comenzaron todo. Es en ellos, de distintas maneras, que vemos las reacciones que han tenido luego de una contundente y titánica derrota. Miedo, pesimismo, melancolía, decepción, arrepentimiento y autocompasión y, principalmente, deseos de revancha. Puede reprocharse lo que los guionistas le han hecho a algunos personajes -especialmente a dos de los más importantes-, pero todo es producto de continuar el tono que se han visto en cintas anteriores. Mención especial para otros como Rocket Racoon, Ant-Man y Nebula; en ésta última vemos un personaje bien complejo y con un desarrollo interesante. Aunque el guión presenta algunos baches, algo entendible en un proyecto de esta magnitud. Opta por un inicio sorprendente que genera cierta confusión, y representa uno de los mejores momentos de la película -la cual está plagada de estos-. Reír a carcajadas, asombrarse, buscar un pañuelo para contener las lágrimas que pueden y van a brotar de los ojos de muchos, Endgame produce ésto y mucho más. El humor, marca registrada de Marvel en sus films, está aquí más presente que en Infinity War. El apartado técnico y los efectos especiales, son sobresalientes, al igual que las escenas de acción. Por último, cómo no mencionar a todo el elenco. Tenemos más de 30 actores de primera línea en una misma película asumiendo el rol que cada uno debe ocupar, sabiendo que tendrán sus momentos -otros no tanto- para dejar su impresión en esta catarsis visual y narrativa. Todo concluye al fin pero también nos deja las puertas abiertas para saber cómo la Casa de las Ideas encarará su próxima fase. Es un hasta pronto, de un género cinematográfico que no tenía precedentes y que encuentra en ésta una obra indispensable que ningún fanático debe perderse. Puntaje: 8 / 10 Por Federico Perez Vecchio
Un cierre redondito, redondito Llegó el esperado cierre de una saga gigante y titánica que nos entretuvo por más de una década. Es difícil siempre hacer un cierre porque las expectativas son tan fuertes y hay tanta diversidad de opiniones entre los espectadores que la mayoría termina haciendo agua en lo que a satisfacción del público en general se refiere. De todas maneras, Marvel ya ha demostrado su firmeza y consistencia en la mayoría de sus productos. En el caso de este "Endgame" es innegable el talento de los hermanos Russo para construir ese mundo titánico de super héroes y dotarlo de un guión interesante, que se deje ver y empatice más allá de la acción y el exhibicionismo con el público. Lo primero que puedo resaltar de esta película es la emotividad con la que se la dotó. Tiene momentos realmente melancólicos, de euforia, de tristeza, de sorpresa y de alegría. Lo mejor que tiene el film es que logra meter al espectador en una montaña rusa de emociones que agradecerá al terminar el metraje. Hay mucho fan service, es verdad, pero creo que logra un buen equilibrio entre lo que se esperaba ver y lo que quiere mostrar por motus propio. El seguidor de Marvel saldrá de la sala de cine muy contento con este trabajo. Si entro en los detalles, me pareció buena decisión tomar la premisa del reino cuántico de Ant-Man y darle la vuelta de tuerca para lograr los viajes en el tiempo. Creo que esto dio continuidad y coherencia al universo extendido construido. Otra cuestión que me pareció muy buena es el futuro post apocalíptico que le dieron a algunos de los personajes. Mención de honor para el gordo Thor y el Hawkeye justiciero despiadado. Creo que se animaron a jugar con los personajes y eso da un aire fresco a una saga que de a poco se fue atreviendo a cambiar. El caso más reciente fue el de "Thor: Ragnarok". Las muertes seleccionadas para este cierre, creo que terminan siendo impactantes y emotivas, jugadas también, y esto se agradece. A los espectadores nos gusta ver volantazos en la gran pantalla, y en esto Marvel no había sido el más temerario en los últimos años. Por lo general se ciñó a su fórmula de éxito. Acá creo que se animó a más y fue un acierto. Por último, esa batalla en la que se juntan todos de vuelta... INCREÍBLE. Una joyita moderna del séptimo arte que nos marca lo que ha crecido la tecnología. ¿Por qué no le pongo 5 estrellas? Porque la genialidad de hacer "Los Vengadores" allá por 2012 fue la novedad de poner esa cantidad de super héroes juntos en pantalla y hacerlos funcionar de maner cohesiva con un guión consistente. Este cierre pierde es efecto de impacto y creo que no supera a la primera película. Un gran cierre para una gran saga.
A todo o nada Parte del universo Marvel llega a su final en Avengers: Endgame, una cruzada de Iron Man y sus aliados para rescatar a la humanidad. Fueron 22 películas en once años, y una historia que llegó a su fin. La historia estuvo impresa con números como fotogramas, o más bien como cuadros de cómic. En la Argentina, Avengers: Endgame vendió cuatro veces más entradas anticipadas que su precuela, Avengers: Infinity War. Esta última, estrenada el año pasado, tuvo un presupuesto de 321 millones de dólares y recaudó 2.048 a nivel global. En Infinity War, el universo y los Avengers quedaron devastados. No es difícil imaginar que la recaudación del nuevo film superará con creces al anterior. Por eso, la distribuidora tomó sus recaudos. Spoiler fue la palabra tan temida. Durante las dos funciones privadas para periodistas que hubo en Buenos Aires, personal de vigilancia controló que nadie asomara una camarita. Asimismo, buena parte de los periodistas reaccionaba a las escenas como el público que asiste con un balde de pochoclos. Había una histeria atípica para una función privada. Y el ciclo final de la franquicia Marvel en cine se vivió como una fiesta a ambos lados de la pantalla. Los carteles del inicio mostraban la tipografía de Avengers mientras sonaba el clásico “Dear Mr. Fantasy” de Traffic, y en las siguientes tres horas de duración los personajes entraban y salían de todas las franquicias del gigante de historietas, con cameos de celebridades como Robert Redford, Michael Douglas, Michelle Pfeiffer, Rene Russo, Tilda Swinton, William Hurt y Natalie Portman. Si algo termina, que sea a lo grande. Es difícil, en ese sentido, reseñar Avengers: Endgame sin caer en el mínimo spoiler para el enardecido fan. Porque todo, desde el inicio, es un escenario cambiado. A un primer plano del estadio de los Mets, vacío y anquilosado, sigue la queja de que el equipo de béisbol no existe más, de que un símbolo de la cultura norteamericana ha desaparecido junto a la mitad de la población. Ese es el escenario que dejó Thanos, el archivillano que hizo su aparición en la primera The Avengers (2012) y tuvo todo su protagonismo en Infinity War. Para hacer un recap de la primera parte de esta saga, Thanos consigue las seis gemas del universo, las que aparecieron antes del big bang y otorgan un poder total a quien las posea. Infinity War trataba sobre eso, sobre las incesantes batallas entre Thanos y su ejército contra los Avengers y los Guardianes de la Galaxia por obtener una a una todas las gemas. Finalmente, el gigante púrpura las consigue y las activa en su guante; la mitad de la población del universo es extinguida junto a algunos personajes del universo Marvel, como Loki, Nick Fury, Doctor Strange y Spiderman. La primera escena de Endgame es una prolongación de este exterminio. Hawkeye (Jeremy Renner) está jugando en un prado con su mujer y sus hijas, cuando de pronto desaparecen. Todos excepto Tony Stark / Ironman (Robert Downey) fueron tocados por esta devastación. Clint Barton / Hawkeye busca el apoyo de Black Widow (Scarlett Johansson) y Capitán América (Chris Evans) para visitar a Tony Stark, líder espiritual del grupo, y conseguir su apoyo para un regreso de los Avengers. El truco, el deus ex machina de esta trama, es volver al pasado mediante un artilugio tecnológico que permita conseguir las seis gemas antes que Thanos, recluido en su planeta Titan. Pero viajar al pasado desataría una paradoja temporal, una alteración en el universo que también afectaría a los personajes involucrados. En ese escenario, Stark tiene todo para perder. En el actual, conserva a su mujer, Pepper (Gwyneth Platrow), y a su hija, y vive relajado en una estancia, lejos de su imperio neoyorquino. Pero Stark da el brazo a torcer y se une a la pueblada. Era inevitable, así son los héroes. Lo mejor de Endgame tiene que ver con el cambio que la obra de Thanos produjo en los personajes. Bruce Banner (Mark Ruffalo) ya no aparece como un humano sino como una mutación híbrida que conserva la inteligencia del doctor y la fuerza de Hulk, un grandote buenazo que se saca seflies con chicos en un restaurante. Y tal vez el mejor pasaje sea aquel en que Capitán América, Black Widow, Hawkeye y Banner visitan un poblado que reúne a una colonia de sobrevivientes de Asgard, mientras suena “Supersonic Rocketship” de los Kinks. El cuarteto va en busca de Thor (Chris Hemsworth), pero el blondo vikingo está completamente entregado a la bebida. Ebrio y panzón, Hemsworth brinda su mejor costado de comediante, con una barba desprolija y manchada por todo el alcohol que bebe de una pila de botellas. Es un Thor más cercano al “Dude” Lebowski que al musculoso superhéroe de la saga. Y así, los Avengers se embarcan en la improbable tarea de restablecer el universo. Varios saltos a diversos años (2012, 2013, 2014, incluso un 1972 con el último cameo de Stan Lee) verán la reaparición de Guardianes de la Galaxia, Pantera Negra y la inclusión a última hora de Ant-Man (Paul Rudd) y Capitana Marvel (Brie Larson), de quien se esperaba mayor protagonismo tras su película estrenada hace apenas un mes. Con todos sus buenos momentos (como una lucha final que recuerda a la épica batalla de Las dos torres, la segunda parte de Lord Of The Rings), el punto débil de Endgame es que parece un recurso de ahogado, algo tan fallido como el final místico de Lost. En Infinity War estaba todo lo necesario: el mal y el bien enfrentados, en su máxima expresión –y una ficcionalización de una teoría bien real: la reducción de la población frente al agotamiento de los recursos– junto a la unión de todos los cabos sueltos que dejaron, individualmente, las películas de superhéroes de Marvel. Endgame es, en comparación, forzada, ampulosa, grotesca. Casi innecesaria, de no ser porque en la ficción, al menos en la ficción fantástica, el bien siempre gana.