Avengers: Age of Ultron es una pieza clave dentro del armado de Marvel Studios, con lo que la presión sobre Joss Whedon para entregar un film satisfactorio era grande. A diferencia de la primera, una convergencia de todas las entradas en la Fase 1 cuyo objetivo era la puesta en marcha de la Iniciativa Vengadores, esta debe ser considerada un punto de partida. Y como una piedra angular en la disposición de un Universo Cinematográfico, la película debe cumplir en forma individual y en relación a un todo. No es una tarea fácil el encarar un proyecto de tamaña dimensión, que aborde a tantos personajes a la vez y que pretenda darles desarrollo y nuevos caminos mientras se lidia con la amenaza de turno. En ese sentido se trata del film más ambicioso del estudio a la fecha. Y su director hace una labor notable en timonear tamaña nave por la ruta deseada, consiguiendo una secuela a la altura de la original.
Llega finalmente a los cines una de las secuelas más esperadas del universo Marvel y espero no pincharles el globo a los ansiosos fans. O sí. De cómo sacarle dinero a adolescentes nihilistas Generalmente comienzo las reviews haciendo una sinopsis personal de la película, tomando únicamente el primer acto para no spoilear nada, pero el universo Marvel -astuto como un zorro- supo correlacionar tanto sus películas que el primer acto de Avengers: Era de Ultrón escapa al clasicismo presentador, por lo que obliga prácticamente a un consumo completo de todos los productos realizados desde 2008 a la fecha. Si hay algo de lo que sabe Disney es fabricar productos aptos para todo público y llevar a familias a las salas, sin embargo había una etapa del ser humano a la cual no le sacaban todavía el jugo necesario: la adolescencia. Por eso encontraron el nicho perfecto comprando Marvel Studios a fines del decenio pasado y crearon una envidiable estrategia de consumo compuesta, por ahora, de tres fases bastante fieles a los comics. Pero dejemos de hablar de producción y pasemos a la trama de Avengers: Era de Ultrón. Un Iron Man pasado de anfetas Los Vengadores tienen una compleja misión en Europa del Este, donde no sólo logran hacerse de una gema alienígena con un poder asombroso, sino que también quedan atentos a la presencia de dos extraños jóvenes que entorpecieron su trabajo: Wanda y Pietro Maximoff (interpretados por Elizabeth Olsen y Aaron Taylor-Johnson, respectivamente). Una vez de vuelta en casa Tony Stark/Iron Man (Robert Downey Jr.) ve en aquella piedra capturada su pasaporte para unas merecidas vacaciones de todo el sindicato de superhéroes. Junto a Bruce Banner/Hulk (Mark Ruffalo) retomarán el proyecto Ultrón, que consiste en la fabricación de un robot pacificador que detecta posibles amenazas y las elimina, todo esto a espaldas de Capitán América (Chris Evans), Thor (Chris Hemsworth), Black Widow (Scarlet Johanson), Hawkeye (Jeremy Renner). Las cosas no salen bien y Ultrón se cruza de vereda, se vuelve un librepensador con el objetivo implementado por Stark que es la paz mundial, pero no entiende de matices y buscará no solo la eliminación de los Avengers, sino también de toda la especie humana. Asimismo sale a la luz dentro del grupo que se estuvieron haciendo cosas por detrás y se generarán fricciones que, seguramente, se verán más acentuadas en las películas venideras del universo Marvel. De guión y otras cuestiones Si bien muchos esperan un guión bien construido y clásico propio de la industria, y similar a la primera entrega The Avengers, eso no pasará. Avengers: Era de Ultrón no es más que una transición, un puente al desmadre interno que se está por armar y muchos esperamos suceda finalmente en Captain America: Civil War, que constituye la tercera fase del universo Marvel. Tal es el carácter transitivo de esta película que en ningún momento el espectador sospechará que los Vengadores pueden llegar a ser derrotados por Ultrón, ya que los sabotajes a su perverso plan no tienen oportunidad ante los superhéroes. Lo único que podemos llegar a encontrar en esta película es una exacerbación de los recursos utilizados en la primera parte, incluso más allá de las risas pueden llegar a resultar fastidiosas las acotaciones sarcásticas previas a los golpes que dan y reciben. Poco puedo ahondar en este sentido porque exponer un análisis más profundo sería caer en spoilers. Respecto a la estética, no hay mucho que decir. Los efectos visuales son impecables al ojo del espectador, como ya nos tienen acostumbrados, pero no hay nada nuevo; aunque sinceramente desde mi humilde lugar no les recomendaría que vayan a verla en 3D ya que no le aporta absolutamente nada a la experiencia visual. A su vez cabe destacar que, como decía antes, Avengers: Era de Ultrón es una transición y tiene un leve giro hacia la oscuridad, característica que seguramente irá in-crescendo en las próximas entregas con un universo más sombrío y menos apto para infantes del que venimos viendo hasta ahora. Conclusión Avengers: Era de Ultrón no es lo que esperaba, evidentemente, sin embargo no puedo dejar de admitir que las más de dos horas de duración de la película se me pasaron volando porque sabe entretener y pasar el rato. Creo que estaremos ante la presencia de uno de los filmes del universo Marvel más flojos visto hasta el momento, confieso ser un tanto especial en lo que respecta a gustos (me gustó mucho Iron Man 3 y me planto con el que sea), aunque bien vale que si cuentan con la plata vayan ustedes mismos a las salas y saquen sus propias conclusiones. P.D: Pese a los rumores que anduvieron dando vueltas, quédense después de los títulos que hay una sorpresa, como siempre.
“Para qué arreglarlo, si no está roto”. Traducido sería: para que cambiar una fórmula que funciona a las mil maravillas. Ese es el regustito que deja en la boca “Avengers: Era de Ultrón” (Avengers: Age of Ultron, 2015), una nueva entrega de esta mega franquicia marveliana que comparte universo y que cosecha éxito tras éxito desde el año 2008. A no malinterpretar, esto no es algo malo, pero tampoco es lo mejor del mundo. La idea es entretener a un público masivo y de todas las edades, y recaudar billones en el proceso. En ese aspecto, el suceso del dream team comiquero está asegurado, tras un poco más de dos horas de acción sin respiro y un repertorio de humoradas que se conjugan a la perfección. ¿O no tanto? Las dos películas del UCM (Universo Cinemático de Marvel) que se estrenaron durante el 2014 parecían querer expandir las fronteras creativas y estéticas gracias a la visión de sus directores: “Capitán América y el Soldado del Invierno” (Captain America: The Winter Soldier) de los hermanos Russo y “Guardianes de la Galaxia” (Guardians of the Galaxy) de James Gunn, triunfaron (en parte) gracias a que desbordaron el molde y trataron de impregnarle a los superhéroes un estilo más personal. Esta estrategia parece estar bien para las películas en solitario y las nuevas propuestas, pero cuando se trata de la niña linda del baile, Joss Whedon saca el manual del bolsillo y lo sigue al pie de la letra. No hay cambio, no hay revolución, estamos ante “Los Avengers Recargados”, un formato repetido que no intenta/no quiere/no puede (ustedes elijan) aportar nada nuevo a un subgénero cinematográfico que está en lo más alto de la ola. Whedon parece obligado a llevar adelante esta instancia, todo lo que le divertía en la primera entrega, ahora resulta desgastarlo. Pero, una vez más, esto no es algo malo porque, en definitiva, funciona. Si algo demostró el papá de Buffy es que los superhéroes de Marvel son, ante todo, divertidos, patea traseros, nerdos y tipos muy capaces a la hora de arreglar los quilombos que ellos mismos comenzaron. Por ahí viene la mano de “Avengers: Era de Ultrón”, una trama que no se puede describir demasiado sin spoilear el resto, pero que básicamente se centra en un “experimento” fallido. Acá, el hombre (o sea, Tony Stark) juega a ser Dios y, obviamente, el tiro le sale por la culata. La idea es crear un programa “pacifista” que, a la larga, pueda contener todos los quilombos para que los vengadores puedan retirarse y disfrutar de su jubilación. Pero una extraña combinación de factores dan vida a un villano imparable cuyas ideas van para el otro lado. Ojo, Ultrón no quiere destruir el mundo, quiere mejorarlo, con todo lo que ello implica. Los muchachos (y muchacha) están listos para dar pelea y, mientras tanto también deben lidiar con los “mejorados” de Hydra. La malvada organización sigue haciendo de las suyas en algún ficticio país de Europa Oriental, su nueva arma secreta son los gemelos Wanda y Pietro Maximoff (Elizabeth Olsen y Aaron Taylor-Johnson), dos huerfanitos con poderes que sólo quieren venganza. Léase “mejorados” y no “mutantes”, para que no haya confusión con el otro Pietro de los Hombres X. Desde el minuto cero, la película de Whedon es un cúmulo de acción sin respiro, frases cancheras y los típicos chistecitos de turno. La suma de Ultrón ¿pretende introducir? ciertas cuestiones éticas, filosóficas y hasta religiosas, que se quedan por el camino bajo un montón de explosiones, tiros y patadas. Marvel tiene un villano a la altura, pero lo desaprovecha hasta cierto punto, así como al genial James Spader que le pone la voz a este “ser” inteligente. No caben dudas de que “Era de Ultrón” pertenece a este universo. El director y guionista se encarga de recordárnoslo a cada momento al agregar (o nombrar) a cuanto personaje se paseó por la franquicia hasta ahora. Algunos están ahí de forma totalmente anecdótica, otros, que habían quedado en un segundo plano en la primera entrega (¡Hola Clint Barton!) tienen su momento, pero uno termina preguntándose ¿de dónde salió todo esto? Atrás quedó la trama de “Capitán América y el Soldado del Invierno”, ojo, no desentona, pero tampoco se preocupa por explicar algunas conexiones. Suponemos, eso vendrá en el futuro. Así, “Ultrón” termina siendo una secuela de “Avengers” con algunas alusiones al resto de este universo. Todo lo que funcionó en la primera, vuelve a hacer efecto porque se repite: su estructura, la interacción entre los personajes e, incluso, algunos chistes. Whedon logra armonizar una infinidad de personajes y situaciones sin llegar al extremo del pastiche de “X-Men: La Batalla Final” (X-Men: The Last Stand, 2006), pero no parece tan equilibrado como “X-Men: Días del Futuro Pasado” (X-Men: Days of Future Past, 2014), si buscamos un punto de comparación. Es como si Joss hubiera dicho: “me despido a lo grande y con todo”, más gente en pantalla, más destrucción, más quilombo, pero para ello debió dejar algunas cuestiones por el camino. Los momentos más geniales vienen de la mano de nuevos personajes (hasta acá llegamos con los spoilers), un poquito de aire fresco al lado de los superhéroes que ya nos conocemos de memoria. No voy a ser injusta, el que quiere diversión, entretenimiento y acción desenfrenada, la tiene y de sobra. Eso es Marvel y sus coloridos personajes. Lo que molesta es la falta de innovación, la repetición constante, las pocas ganas de entregarle a un público que lo está viendo “todo” y cada día se vuelve más “sofisticado”, algo diferente. Ni siquiera desde los visual, donde muchas veces a la pantalla verde y las imágenes digitales se le notan demasiado los hilos. Obvio, es una de superhéroes con poderes, pero esa no es excusa para intentarlo, muchachos. Si “The Avengers: Los Vengadores” (The Avengers, 2012) es LA película superheroica por excelencia, entonces “Era de Ultrón” es sólo una secuela y, en parte, un retroceso en el territorio ganado por otros films marvelianos, pero sigue manteniendo el mismo espíritu juguetón que agrada a los fans y a la audiencia en general que, en definitiva, es lo único que importa.
Vuelven los sábados de súper acción A esta altura las películas de superhéroes de Marvel – Iron Man, Capitán América, Thor, etc. – han formado la serie de televisión más grande y costosa jamás consagrada en la pantalla grande. Habiendo producido 10 películas (secuelas, spin-offs, remakes) en los últimos 6 años, y con otros 10 estrenos ya programados de acá al 2019, uno se pregunta qué impacto podría tener Avengers: Era de Ultrón (Avengers: Age of Ultron, 2015) en el colosal esquema narrativo de Marvel. Si hemos de aceptar el fenómeno como una serie de TV, hemos de aceptar que su principal función es mantener el status quo, y que “Avengers 2” se parece más a un final de temporada que a una película “con forma de sí misma”. Recapitulando a partir del final secreto de Capitán América y el soldado del invierno (Captain America: The Winter Soldier, 2014), los Vengadores atacan la base de operaciones de un barón nazi (con monóculo incluido) en uno de esos países balcánicos inventados llamado “Sokovia”. Si no sienten una mezcla de gracia y ternura por la infantilidad de esta propuesta, no desperdicien un segundo más en la sala, porque éste es el cénit intelectual de la película, la cual pasa por la africana “Wakanda” (al sur de Zamunda, seguro) y termina en una ciudad flotante. Los Vengadores son Iron Man (Robert Downey Jr.), el Capitán América (Chris Evans), Thor (Chris Hemsworth), Bruce “Hulk” Banner (Mark Ruffalo, y los plebeyos agentes Black Widow (Scarlett Johansson) y Hawkeye (Jeremy Renner). Lucharon contra alienígenas en The Avengers: Los vengadores (The Avengers, 2012), y ahora luchan contra robots, los cuales están liderados por el epónimo Ultrón. Creado por Tony Stark para el bien, el androide se pasa del lado del mal, engendra un ejército robótico y se alía con otros dos recién llegados, los gemelos Pietro (Aaron Taylor-Johnson) y Wanda Maximoff (Elizabeth Olsen). Pietro tiene el poder de la velocidad sónica, Wanda tiene el poder de la conveniencia (lee mentes, crea alucinaciones, mueve cosas con la mirada, etc.). Ultrón tiene potencial como villano gracias la voz de James Spader, quien cede su melifluo barítono al androide y hace de él un personaje carismático y algo tenebroso (se lo introduce como una marioneta renga). Potencial que termina perdiéndose dadas sus aburridas diatribas acerca de las limitaciones del ser humano y la inevitabilidad de su extinción. No hay carácter o personaje debajo de estas reflexiones, sino una villanía elemental al nivel de Skeletor. Además el personaje tiende a perder su temible compostura con (inexplicables) gestos y exabruptos de esta índole: IRON MAN: ¡No puedes crear mediante la destrucción! ULTRÓN: Claramente nunca hiciste un omelette. En Avengers: Era de Ultrón, todos se creen graciosos. Todos hablan como secretarias irritadas. Todos se quejan de lo que les toca hacer. Todos están capacitados para detener el fragor de la batalla con alguna observación astuta. Iron Man, otrora la excepción en el género, se ha convertido en la regla con la que Marvel mide y recorta su panteón de superhéroes: todos se balancean entre el sarcasmo y el capricho. No quita que muchos de los chistes se ejecuten exitosamente, pero reduce a los personajes a una única e intercambiable personalidad. Más allá de las remodelaciones superficiales, la trama sigue siendo más o menos la misma, y requiere que los Vengadores aprendan a confiar entre sí (de nuevo) y trabajar en equipo (de nuevo). En este aspecto, Avengers: Era de Ultrón es igual de débil y fuerte que su predecesora. Por otra parte, las secuencias de acción son abundantes y muy divertidas, y el combate es un poco más variado ahora que los Vengadores utilizan sus ataques en conjunción, y la acción no se guarda para la media hora final como en The Avengers: Los vengadores, sino que está esparcida equitativamente a lo largo. Lo que los fans quieren saber es qué tan buena es la película en relación al extenso catálogo de Marvel. La respuesta es que en muchos aspectos es mejor que The Avengers: Los vengadores, aunque la historia parece más relleno que otra cosa, diseñada específicamente para contener el aire hasta la próxima película, con personajes que evolucionan poco y nada y un villano de turno que no termina de convencer. El foco de Marvel siempre está en el sex appeal de sus superhéroes; los villanos no son personajes sino poco más que obstáculos en su camino. Y así concluye el nuevo episodio de los Vengadores de Marvel, sin cortes comerciales y con una valiosa lección sobre el poder de la amistad para que los chicos se lleven a casa (eso o la imagen de Iron Man martillando la quijada de Hulk con su puño neumático, lo cual es el momento más cool de la película, salvando el letal combo escudo-martillo del Capitán América y Thor). Regresen el año que viene para ver la tercera parte de la serie del Capitán América, y el año siguiente para ver la tercera parte de la serie de Thor, y en tres años para ver la primera mitad de las dos mitades del “final”, el cual lanzará su segunda mitad dentro de cuatro años.
Ser superhéroes no es una actividad tranquila. Implica un nivel de stress importante y más cuando se hace en equipo. Supongo que esa es la premisa del segundo capítulo de “Avengers” en el que ya pasó el momento de la conformación del grupo y ahora algunas empatías y modos de resolver los conflictos hacen ruido entre los Vengadores a la hora de enfrentarse a la difícil tarea de ser la policía mundial. Sí, esta entrega hace foco en las cuestiones de unidad, en las diferencias entre quienes son “humanos” y quienes gozan de súper poderes y plantea como cuestión de fondo que incluso habiendo tenido nobles intenciones, algunos límites no deben cruzarse. Ya sabemos que las historias personales de cada uno van haciendo su desarrollo (Iron Man, Captain America, Thor, más la serie Agents of Shield) y llega el momento de volver a la actividad. Recordemos que a Tony Stark (Robert Downey Jr), le preocupa mucho la idea de que la paz finalmente llegue al planeta para así retirarse a vivir una vida tranquila de una buena vez (no lo culpamos, bastantes problemas ha tenido en las tres entregas de su saga). Cuando los Vengadores arrasan un laboratorio fortificado de Hydra y sus enemigos en Europa Central encontrarán el cetro de Loki, una especie de espada que tiene una gema de rareza única con la que se han hecho experimentos. Dentro de ese circo, hay dos mellizos (Pietro y Wanda, alias Quicksilver y Scarlet Witch) con habilidades especiales, criados bajo las normas de experimentos con humanos que comienzan a perfilarse como rivales difíciles de tratar. La cuestión es que Stark junto a Banner decidirán acelerar la investigación sobre dicho artefacto, con la idea de crear un organismo capaz de traer, progreso y paz para la tierra de los hombres. Pero… algo sale realmente mal y se acuna nada menos que a Ultrón, un ser único cuya visión es pacificar al mundo, a través de una destrucción total. Sin anticipar mucho más del argumento, hay que decir algunas cosas sobre como Joss Whedon pensó este film: se percibe aquí una clara intención de humanizar los conflictos y abrir este costado más empático al público que reclama una buena historia, más allá de la espectacularidad de los efectos especiales que ya conocemos. Y ahí es donde toma la decisión de fortalecer los roles de carne y hueso (Black Widow, Hawkeye, la cara simple del doctor David Banner) en detrimento de los poderosos (Capitán América, Thor y Tony). Las subtramas que atraviesas las discusiones no siempre están bien logradas y en esa corriente, lucen más quienes mejores actúan, con gran espacio para el lucimiento de Scarlett Johansson, Jeremy Renner y Mark Ruffalo. El villano (con la voz del genial James Spader) está correcto (aunque menos cínico de lo esperado) y el resto del cast (con muchos nombres importantes –otros conocidos como el regreso de Nick Fury y algunos roles que se desarrollarán más adelante en la fase 3 con todas las letras, creemos) no aporta mucho más que lo justo y necesario para que el film sea el tanque que todos esperaban. “Avengers: age of Ultron” es un producto esperable, en el que se intenta ir más allá de la espectacularidad visual pero que no termina de ser redondo, aunque es entretenido y continúa la buena senda de todos los productos que Marvel viene trayendo al mercado. Whedon cumple en un film que está bien, aunque quizás no logre conmover al espectador neutral exigente que se acerque a ella.
"A marcha firme" El enorme desembarco cinematográfico de las distintas aventuras de los superhéroes más importantes del universo de Marvel consigue nuevamente de la mano de Joss Whedon su impresionante “punto y aparte”. Una vez más, llegó la hora de barajar y dar de nuevo. Con notables diferencias respectos a su antecesora directa, “La era de Ultrón” levanta la mira y apunta muchísimo más alto en materia convergencia de universos e historias, erigiéndose así como una propuesta casi exclusiva para los lectores de cómics y los seguidores acérrimos de las diferentes películas de estos personajes. Así que si tu idea es ingresar al mundo de los superhéroes recién con esta producción, estás completamente al horno y la única opción que te queda es ponerte al día. Si bien las comparaciones siempre son odiosas, a la hora de analizar “Los Vengadores: La era de Ultrón” es inevitable no hablar de la primera entrega de “Los Vengadores”. ¿Por qué? Porque definitivamente no existe nada que se asemeje a estas películas dentro del cine. Ambas películas siguen siendo las mejores representantes de un género que atraviesa su etapa dorada; el cine de superhéroes. Para diferenciarse del film del 2012, y no caer en la mera repetición de formulas exitosas, Whedon utilizó un enfoque más complejo, serio y ambicioso que su anterior trabajo. Es decir, “La era de Ultrón” es un film más complejo, con menos humor y muchísimo más arriesgado desde su argumento. En primer lugar, acá tenemos un villano mucho más cerebral, más organizado y menos impulsivo que Loki (Tom Hidleston). Ultrón (James Spader) no busca subirse desesperadamente al ring para enfrentar al poderoso grupo de superhéroes, sino que los desafía a una “partida de ajedrez” que incluye conspiraciones, traiciones y planes perfectamente ejecutados. En este sentido, “La era de Ultrón” es un producto mucho más complejo y presenta un ritmo que puede resultar lento para aquellos espectadores que solo buscan grandes escenas de acción. Igual, quédense tranquilos; Acá también hay escenas inolvidables. La apertura del film con la batalla en la montaña, la pelea entre Hulk y el Hulkbuster en África y obviamente la monstruosa y exagerada batalla final contra el ejército de robots de Ultrón (en un escenario impensado) te van a dejar con la mandíbula por el piso. Párrafo aparte para el as bajo la manga de Whedon en esta película: Visón (Paul Bettany). Si bien no llega para ocupar un lugar similar al que tenía Hulk en la primera película, todas las apariciones de este hipnótico personaje te sacan una sonrisa. Y no sería justo profundizar demasiado sobre cómo lo insertaron en la trama y hacía donde quieren llevarlo tan temprano. Solo déjenme decirles que con él Marvel se asegura un futuro fantástico. Con respecto al humor, Whedon levantó un poco el pie del acelerador y convirtió a “La era de Ultrón” en un film que lejos de festejarse como una “reunión de amigos” se consolida como un fuerte choque entre las distintas personalidades de los héroes que está también atravesado por una tormenta de emociones imprevistas. La decisión de ofrecer tan solo pequeños chistes (algunos muy buenos) en esta secuela va de la mano de la gran ambición que persigue el nuevo film de Marvel y que no es otra que transformarse en un producto más adulto, dramático y emotivo que todas sus producciones anteriores. ¿Será este el camino que recorrerán los nuevos films del universo cinematográfico? Yo espero que sí. Finalmente, en relación a la arriesgada línea argumental que presenta “La era de Ultrón”, si sos un fanático con los papeles al día solo basta con mencionar dos cosas; Tenés que tener sí o sí recuerdos frescos de “Iron Man 3” y “Capitán América y el Soldado de Invierno” para no llevarte sorpresas con la aparición de personajes y ciertas situaciones, mientras que en segundo tenés que estar atentos a los evidentes guiños hacia la fase 3 de Marvel, ya que “Black Panther”, “Civil War” y “Thor: Ragnarok” sientan sus bases en esta película. Mi párrafo final, cómo fanático de los cómics y de los superhéroes, no puede ser más que un agradecimiento; Gracias Josh Whedon por hacer que toda una generación disfrute una vez más en la pantalla grande algo tan épico, glorioso y entretenido. Gracias por reunir nuevamente a Los Vengadores.
El gran desafío Algunas veces ciertos eventos cinematográficos vienen con un paquete de expectativas tan grandes que puede resultar intimidante. No sólo desde su cumplimiento en taquilla, sino en mantenerse fiel a un grupo de fans tratando también de crear nuevos. Y cuando las condiciones del lanzamiento de una película son tales, estar a la altura de estas expectativas se vuelve no sólo un desafío sino una obligación. Pero no se preocupen, “La Era de Ultron” pasó la prueba con honores, y Joss Whedon nos demuestra por qué es el amo supremo del Universo Cinematográfico de Marvel. Sin dejarnos ni un momento de respiro, la película empieza desde bien arriba con una secuencia en la que los Vengadores buscan recuperar el cetro de Loki de las manos del Von Strucker. ¿Se acuerdan la escena post créditos de Capitán América y el Soldado del Invierno? Y enseguida nos introducen a las nuevas incorporaciones del UCM: los gemelos Maximoff. Es un gran mérito que cuando pensábamos que el equipo estaba cerradito con moño y todo, puedan introducir nuevos personajes. Y lo bien que lo hacen, con historia y emocionalidad pero sin que resulte excesivo, aplausos. Por otro lado, también es mérito profundizar a los héroes que ya conocemos. Por primera vez, vemos más en su interior. Podemos escarbar bajo la superficie de sus orígenes, sus miedos, y todo eso que se esconde detrás de esa fachada de héroes. Y esto es especialmente notorio en Ojo de Halcón (Jeremy Renner), un personaje que siempre fue bastante secundario pero que ahora pasó a las grandes ligas. Lo mismo puede decirse de la Viuda Negra (Scarlett Johannson). Y esto es importante, porque no tienen películas individuales y nos merecemos saberlo todo de ellos. Esta labor introspectiva de cada uno de los Vengadores viene acompañada por un tono general más adulto de la película respecto a la primera entrega. Gana en seriedad y le viene como anillo al dedo, vemos unos superhéroes más maduros y con conflictos internos. Incluso los miedos que nunca esperamos de Iron Man (Robert Downey Jr.), o los que todos conocían –pero nadie mencionaba mucho– de Hulk (Mark Ruffalo). Y hace todo esto sin perder el humor tan característico de Marvel. Si bien se criticó esto, es necesario oxigenar la tensión que nos trae sabernos en un planeta al borde de la destrucción. Hablemos ahora del villano, Ultron (James Spader). Me incomodó un poco porque sus justificaciones son muy lógicas, al menos al principio. No es la primera vez que Whedon juega con la línea que separa los héroes de los villanos, pero esta vez se encuentra especialmente bien manejado. Crea picos de tensión que nos hace preguntarnos más de una vez cómo son las cosas. Uno puede hacer algo horrible con la mejor intención, ¿no? Eso es siempre intrigante. Y por supuesto no podemos dejar de mencionar al elefante en la habitación, el secreto mejor guardado de esta película: Visión (Paul Bettany). Con una introducción más que impecable y un poder apabullante, siguiendo con el mismo juego, estaremos gran parte del tiempo preguntándonos si Visión es bueno o es malo. Pero es sin duda es impresionante y dejará boquiabierto a más de uno. El guión de Whedon no deja ni un solo cabo suelto ni peca de previsible. El tire y afloje en la línea entre buenos y malos le da un punto extra al compararla con otras entregas del UCM. Ahora hay temas que no están explicitados y la resolución se vuelve menos obvia por lo que fuerza al espectador a quedarse pensando un poco más. Además, deja cada jugador en su posición para el próximo partido: “Infinity War” (2018 y 2019), que promete ser la convergencia entre todo lo que las diferentes entregas vienen anticipando. Como quien no quiere la cosa, ya vimos cuatro de las seis Gemas del Infinito, y es seguro que sabremos más de ellas antes de 2018. Pero no nos adelantemos tanto. “La Era de Ultron” superó las expectativas y dejó la vara muy alta para la próxima. Sencillamente es fantástica. Agustina Tajtelbaum
Mejor juntos que revueltos Resulta difícil hablar de los Avengers, en su segunda aventura (recordemos que la tercera vendrá dentro de tres años y dividida en dos), sin caer en la tentación del spoiler por lo que esta crítica simplemente tocará algunos detalles que no afectan a la trama. Lo único que se puede decir es que el trabajo en equipo, es decir, la coordinación de las habilidades de estos superhéroes, Iron Man (Robert Downey Jr.), Capitán América (Chris Evans), Thor (Chris Hemsworth), Hulk (Mark Ruffalo), Hawkeye (Jeremy Renner), Black Widow (Scarlet Johansson), The Vision (Paul Bettany), Scarlet Witch (Elizabeth Olsen), Quicksilver (Aaron Taylor-Johnson) es uno de los elementos predominantes en todas las ideas de acción del guión. Esta aclaración obedece a dos motivos: allí reside la mayor virtud de Avengers, la era de Ultron y su mayor defecto, porque hay secuencias donde todo sobra, desde los personajes que intervienen hasta el tiempo empleado en el desarrollo. El otro elemento que encuentra más trabajo desde el punto de vista del guión radica en la diseminación de las escenas espectaculares, donde realmente el 3D no se destaca ni deslumbra -pero tampoco molesta- a diferencia de lo que ocurría en la primera entrega en la que toda la apuesta se encontraba recién en la última mitad. Los chistes y el humor ocupan un espacio demasiado importante y no son solamente objeto de Tony Stark, por lo cual a veces desentonan cuando nadie se espera que Thor salga con alguna ocurrencia y cara de circunstancia y mucho menos aún que Ultron (voz de James Spader) remate alguno de esos diálogos cursis con un chascarrillo al estilo Iron Man, aunque sea creación del mismísimo Stark. Sabido es que en el universo Marvel los villanos no reciben un tratamiento muy profundo y simplemente aparecen como obstáculo ante las misiones de los superhéroes. Pero en este caso la fórmula se invierte, pues para Ultron el grupo de elite es simplemente una piedra en el zapato, teniendo en cuenta que su objetivo y plan maquiavélico apunta a la aniquilación de la especie humana para re ordenar la tierra. Obviamente, el dreamteam liderado por Iron Man, mal que le pese al Capitan América, se lo tomará muy personalmente y a partir de allí todo lo que se espera y algún plus divertido para esta franquicia cinematográfica que parece haber encontrado la clave para ganarse a los fans y no sucumbir frente a las largas esperas, aunque la aventura se exceda en tiempo por lo menos unos veinte minutos.
Ensamble autoconsciente. Las transposiciones de Marvel marcaron un lineamiento del “deber ser” para los demás pasajes de las historietas al cine, a partir de la primera película de Los Vengadores. Desde entonces todas las películas sobre héroes y superhéroes de esta editorial cobraron una trascendencia superadora del simple supuesto nicho de fanáticos de los comics. Ya no es necesario haber pasado por el lenguaje historietístico para adentrarse sin temor en este mundo, el cual en apariencia necesitaba de un fanatismo extremista para entenderlo: todo eso quedó atrás. No obstante, siempre hay una cima y más allá de eso, nada más. Los Vengadores: Era de Ultrón podría ser, al menos, el punto de estancamiento de una fórmula o de una estrategia de recursos que ya proponen un estilo propio, al que se lo puede asociar a la manera de encarar superproducciones en el cine industrial del Hollywood actual. En esta segunda parte, lo primero que se evidencia es el agotamiento de la sorpresa que generaba la primera película al mostrar el ensamble de todos estos superhéroes, algunos de ellos ya tenían una y hasta dos películas en modo solistas; los casos Iron Man, Thor y el Capitán América (probablemente la secuela, El Soldado de Invierno, haya sido la mejor de las películas de la franquicia). Tal valoración se puede sostener desde el siguiente argumento: Whedon no pierde un segundo, abre el telón con una batalla fuera de lugar que funciona como prólogo (a pesar de ser una película de casi dos horas y media), los personajes ya están en movimiento y peleando contra los malos en un país ficticio de Europa Oriental. Allí descubren que hay dos gemelos “mejorados” contra los que deberán medir fuerzas y cuyos poderes se asemejan más a personajes de X-Men. Wanda (Elizabeth Olsen), la más fuerte de los dos, tiene el poder de leer la mente y presentar el futuro a los otros delante de sus ojos, y Tony Stark (claro, Robert Downey, Jr.) ve el peor escenario posible: todos sus compañeros caídos, luego de una batalla. Es así que su perfil de científico loco se impone, por lo que busca la creación de inteligencia artificial para cuidar al mundo de cualquier ataque y -como todo personaje de esta calaña- su invento se le vuelve en contra: nace Ultrón (en la voz de James Spader), un ser tangible/ intangible capaz de meterse en las redes sin que nadie se lo impida. El único objetivo es la destrucción del mundo o -en términos narrativos- la mejor excusa para reunir a todos estos personajes y ponerlos nuevamente en acción. Los Vengadores: Era de Ultrón parece, en términos formales, una tautología del mundo Marvel, y solo la secuencia del Hulkbuster (el traje creado por Tony Stark para “amansar” a Hulk) se desprende de la media de las secuencias de acción ya vistas en la película anterior. Aquí el gigante verde luce verdaderamente con el espíritu de las historietas, algo que nunca lograron ni Ang Lee ni Louis Leterrier en los films en solitario del personaje. Además, este fragmento es en el que mejor funciona la articulación entre acción y humor, una fórmula binaria que emerge como el caballo de batalla principal de la película. Whedon sabe mejor que nadie que la fortaleza está en los personajes, en el humor y en una dinámica de aventuras rellena de CGI. El creador de Buffy, la Cazavampiros promete, cumple y dignifica con absoluta autoconciencia.
La imagen ganadora en Avengers: Age of Ultron, ese momento que llena de adrenalina, ya pudo verse en el último trailer y está presente en los primeros cinco minutos de la película: ese glorioso salto en slow motion donde el sexteto vengador ataca sin piedad a sus enemigos. Con esto no quiero decir que la bombástica secuela no tenga una gota de emoción en todo su recorrido, pero con las expectativas tan altas y con la exigencia que se le insufló día a día al director Joss Whedon, el resultado es lo que todos esperaban, pero por otro lado puede haber un pequeño gusto amargo cuando la película termine. Sin perder ni un sólo segundo de tiempo, el guión del propio Whedon pone a los Vengadores en el campo de batalla, invadiendo el territorio de la imaginaria nación de Sokovia, hogar del Barón Strucker y residencia provisoria del Cetro de Loki. También vemos en acción a los gemelos Pietro y Wanda Maximoff, a los que se los separa instantáneamente de su naturaleza X-Men con un diestro movimiento de guión, sencillo pero que funciona. Strucker no es una amenaza poderosa para el grupo, pero sí lo es Wanda, que instila una imagen de terror en Tony Stark, que lo empuja a darle la espalda a su grupo y, con la ayuda de Bruce Banner, intenta crear un escudo de paz mundial que fracasa estrepitosamente. Hola, Ultrón. Ultrón es lo más parecido que tiene el universo Marvel a Skynet, una mente artificial que se hace poderosamente inmensa con la ayuda de Internet, y prontamente está en todos lados. Lo que Skynet no tenía -una personalidad- Ultrón la tiene, con la convincente y un toque sexy voz de James Spader, que le da corporeidad al personaje aunque el villano no posea un cuerpo de carne y hueso. Whedon dijo en entrevistas que Spader fue la primera y única opción que consideró para Ultrón y es imposible no creerle. La voz del actor crea un peso alucinante y le da potencia a la amenaza, aunque para ser un constructo artificial a veces puede tener demasiada personalidad, e incluso hasta soltar un par de chistes, made in Whedon. Lo que nos lleva al siguiente punto: Age of Ultron se ahoga en humor. Desde el guión, Whedon dispara a morir una cantidad aplastante de one-liners para todos y cada uno de los integrantes del grupo y el resto del elenco. Este humor simplista es el centro neurálgico de la carrera del director y, por ósmosis, de Avengers. Funciona porque distrae y resulta cálido, pero contrastado con la amenaza latente sobre el mundo, hay algo que genera una fricción importante. Le falta un poco del cinismo lúgubre que tanto se le critica a DC Comics, un poco de mala leche, pero no mucho se le puede pedir a Disney, la casa que alberga a Marvel. Con esto no digo que el universo compartido tenga que ser pesimista, pero una pizca no le vendría nada mal. En este punto, ningún villano parece estar a la altura de los Vengadores, e incluso la amenaza de Ultrón no es enemigo de medida para ellos. El riesgo latente de Thanos se presenta como el enemigo final pero ¿mientras tanto? Ultrón les da pelea, pero lo que está en juego no es tan interesante como lo que pasó y lo que vendrá. Mientras tanto, el espectáculo de la acción ocupa toda la pantalla y los sentidos. Durante dos horas y veinte minutos que se sienten como si fuesen quince minutos, el poder de Whedon se siente delante y detrás de la cámara. Delante, porque ya malacostumbró a la platea a esperar una avalancha de efectos asombrosos, y escenas de combate a todo vapor, pero el verdadero talento se encuentra detrás, humanizando a los personajes y dándoles vida a través del guión. La semilla de la discordia y el nacimiento de Ultrón es generada por el ego del Tony Stark de Robert Downey Jr., y hay una pequeña rendija al futuro con el disentimiento entre Stark y el Capitán América de Chris Evans que llevará a su punto álgido en Captain America: Civil War. La historia romántica de la Viuda Negra y Bruce Banner reside en la química entre Scarlett Johansson y Mark Ruffalo. La trágica historia de los gemelos Maximoff está unida al pasado de Tony Stark y, finalmente, se vislumbra la vida del Clint Barton de Jeremy Renner, detrás de la máscara de Hawkeye. Si vamos al caso, las visiones que genera una primeramente villana Elizabeth Olsen en los Vengadores afectan mucho más que las consecuencias más próximas de Ultrón. Todo pasa por el costado humano del grupo y es ahí donde reside la maestría de Whedon, donde inevitablemente Age of Ultron se convierte en una gran secuela, que funciona mas allá de sus costosos efectos especiales y sus lujuriosas persecuciones por el mundo, escenas que todos esperábamos y que ya no impresionan como antes. No se puede negar que Age of Ultron es el espectáculo que todos estaban esperando, pero la sensación de que es un mero tránsito entre continuaciones para llegar al gran clímax le quita un poco de ese sentimiento de evento cinematográfico. En cuanto a lo que está en juego, previos productos de Marvel lo han hecho mejor, pero se agradece mucho que Whedon no se haya visto arrastrado en la vorágine de tantos personajes juntos, e incluso introducir nuevos y no intentar superar lo que hizo antes.
Llegamos a un punto de la llamada “historia cinematográfica” que el estreno de películas tales como Avengers: La Era de Ultrón pasan a ser eventos. No solo a nivel taquilla, algo totalmente obvio a esta altura, sino a como marcan épocas y tendencias en realización, apreciación y promoción de cine. Los falsos intelectuales denostan estás películas y le restan importancia, por dios que equivocados que están. Más allá de que si es una propuesta que le hace mal o no al arte de realizar películas -eso es otra discusión- es indudable que estamos atravesando una época dorada en materia cine de superhéroes. En este contexto y con demasiada expectativa llega la secuela del film de este género que más éxito ha tenido y perteneciente al estudio más exitoso y con más perspectiva del momento (Marvel). La vara estaba muy alta y a mi gusto no fue alcanzada. Principalmente porque ya no tenemos la sorpresa de ver a todos los héroes juntos por primera vez y también por la construcción de la historia y el poco desarrollo de los personajes. Además le faltan partes icónicas. En cuanto a la historia, si bien es muy consistente y dinámica, empieza con mucha acción de golpe y se extraña el armado del equipo. Por otro lado se nota que se metió mucha tijera para recortar escenas y los que sufrieron en ese proceso fueron los plots individuales de todos. El primer corte de la película era de tres horas y media y lo que vemos en el cine son 140 minutos, o sea que se sacó mucho. Las secuencias de acción son alucinantes y no fueron a lo obvio que sería más destrucción que en la primera película (tirar más edificios abajo) sino que complejizaron las peleas y desafíos. Ultrón, si bien menos pintoresco que el Loki de Tom Hiddleston, funciona como villano, cuestión clave en las películas de superhéroes. Y en cuanto al elenco, ya funciona como el mejor de los relojes suizos, cada uno en su lugar y con los tiempos e intervenciones justas y ahora con el aditivo de profundizar un poco más en Hawkeye (Jeremy Renner) y Black Widow (Scarlett Johansson), gran acierto por parte de Joss Whedon porque el resto de los héroes tuvo y/o tiene films individuales. Y hablando de Whedon, si bien ésta no será recordada como la mejor de sus obras hizo un gran trabajo para mantener un nivel de realización maravilloso entre tanta competencia, incluso con él mismo. Pese a todo esto, los más puristas del comic podrán quejarse por ciertas cuestiones tales como que Ultrón aquí es creado por Tony Stark y no por Hank Pym como es originalmente, pero la justificación es buena. Los fans de las películas de Marvel, que cada vez son más e incluso con un público femenino apabullante, saldrán más que satisfechos de las dos horas de adrenalina y la escena inter-créditos (no hay escena extra luego del rodante final esta vez). En fin, podemos analizar mucho este estreno, desde un punto de vista nerd, desde uno comercial, desde uno cinematográfico y desde uno industrial, pero lo cierto es que se trata de entretenimiento puro y bien hecho para explotar los sentidos en el cine, algo de lo cual no me puedo apartar a la hora de analizar y puntuar el film.
El mundo vuela en pedazos La secuela de los superhéroes unidos para combatir a un enemigo en busca de un cuerpo trae espectacularidad, nuevos personajes, humor y una escena extra entre los créditos finales. Un comienzo vertiginoso muestra desde los primeros segundos a los superhéroes luchando en un bosque y desplegando cada uno sus habilidades en esta esperada secuela de los personajes de Marvel. Tony Stark -Robert Downey, Jr.- intenta reiniciar un programa para mantener la paz pero las cosas salen mal y esta energía liberada en busca de un cuerpo se transforma en un enemigo impensado y poderoso, Ultrón -con voz de James Spader- que quiere dominar la Tierra. Con este esquema, Avengers: Era de Ultrón reúne a Iron Man -Downey. Jr.-, Capitán América -Chris Evans-, Thor -Chris Hemsworth-, Hulk -Mark Ruffalo-, Viuda Negra -Scarlet Johansson- y Ojo de Aguila -Jeremy Renner, a quienes se suman personajes nuevos: dos hermanos -Elizabeth Olsen y Aaron Taylor-Johnson- que arrastran conflictos del pasado y ostentan enormes poderes, formando un nuevo blanco de batalla. Desde la búsqueda de un metal extraño en Oriente, mentes dominadas y hasta un poder desparramado capaz de hacer volar a la Tierra en pedazos, la trama juega con sus secuencias espectaculares -ya sea en el aire, a bordo de un camión o de un tren- pero nunca deja de lado el humor y las frases que sirven de remate para cada una de las apariciones de los superhéroes. También el martillo de Thor se convierte en el centro de una escena muy divertida y este personaje trae todo un confuso pasado mitológico a un presente transformado por constantes cambios. Para delicia de sus fans, el film tiene obivamente una escena agregada entre los créditos y un nuevo cameo de Stan Lee en una fiesta donde lo llevan en andas. Todos los personajes tienen su lucimiento, dejan al descubierto nuevas facetas y aterrizan en una casa de campo donde la mujer de Clint/Ojo de Aguila, espera el retorno de su esposo. Esta continuación abre un nuevo panorama de peligros reservados para la próxima entrega, vuela a muchos metros de altura con hazañas similares a las de Superman y entrega a un grupo de reclutados que serán parte de la agencia SHIELD. No es poco para el nuevo eslabón de los salvadores del Universo, entre escudos, rugidos y muchos golpes.
El enemigo nace de una creación de Tony Stark, una inteligencia artificial que llega a una conclusión: para el plan de paz que sueña su creador, hay que eliminar al género humano. Contra ese enemigo, los vengadores tendrán que ser un equipo más unido que nunca y enfrentar sus propias dudas. Para los seguidores es un plato fuerte, entretenido, un poco arrevesado, pero que en sus dos horas veinte tiene todo. Especialmente se lucen Mark Ruffalo y Robert Downey.
Muchos héroes en un plato Cada nuevo estreno de un film basado en héroes de comic me hace pensar que con los años, esta era de la cultura popular será estudiada como se estudian los héroes clásicos de la mitología griega. La diferencia, si acaso esto ocurre, es la falta de poesía y de belleza que caracteriza a muchas de estas películas. Si el universo de los comics ya es inabarcable, el de los films basados en superhéroes, y en particular los de Marvel, promete convertirse en un conjunto cada día más difícil de abarcar. No tanto por el tiempo físico, sino por lo abrumadoramente irrelevantes que se vuelven película tras película. Marvel multiplica su universo hasta límites insospechados. Las películas van conformando un cuerpo enorme, donde el número de héroes comienza a parecerse al de las historietas, los planes a futuro son aun más abarcadores. Hoy el mundo del cine se ha casi fusionado con el mundo del comic. Esto no habla ni bien ni mal de Los Vengadores: Era de Ultrón, tan solo es el contexto en el cual esta película se ha hecho. Muchos superhéroes juntos, más todavía que en el film anterior, muchos actores famosos para interpretarlos también. Pero sin embargo hay algo en el exceso de estas películas que no termina nunca de cerrar. No es un exceso placentero, no es que la película posee mucho cine ni que marca un estilo claro y definitivo. No, para nada. Por momentos la estética es casi nula, visualmente como un largo dibujo animado mal hecho, sin gracia. El plano secuencia inicial, sin ir más lejos, es estéticamente muy feo, los efectos especiales en ese momento se ven muy mal. La ausencia de belleza de esta película es para alarmarse. Es increíble que durante dos horas no haya momentos de genuina belleza. Pero increíble o no, lo cierto es que no la hay. El cine de superhéroes parece que se volvió un lugar feo. La trama es un poco mejor que la del film anterior, al menos está un poco más enfocada, las subtramas, como siempre, son demasiadas. Pero utilizando como centro a Hulk y a Iron Man, la película logra darle a la trama un poco más de coherencia y solidez. Juntos están buscando una forma de paz definitiva, que proteja al planeta de un ataque exterior, pero las cosas toman un giro inesperado y una nueva amenaza se cierne sobre ellos y el mundo. Es realmente un enorme avance para la técnica cinematográfica la manera en la que algunas imágenes, en otra época impensables, hoy se ven con total realismo en los momentos más espectaculares del film, pero como ya fue mencionado, hay otras imágenes que parece retroceder hacia formas menos logradas, más torpes, como si en lugar de nuestros héroes tuviéramos torpes animaciones de bajo presupuesto. Si las imágenes no terminan de funcionar, menos lo hacen los diálogos, todos en la búsqueda de lo ingenioso o gracioso, sin lograr ninguna de las dos cosas. Tampoco la parte dramática tiene interés alguno, al contrario. A pesar de las muchas lecturas que uno intente hacer, no hay nada profundo o coherente en las ideas del film, no hay una mirada uniforme ni una mirada del mundo. Los héroes se multiplican a un número que ya podrían armar un torneo de fútbol de treinta equipos. El que mucho abarca poco aprieta y Marvel se podrá quedar con el mercado del cine, pero no su alma. Y sí, claro, hay una escena durante los títulos de crédito del final. Solo una, así que luego de verla, pueden irse.
Dos miradas ante una misma expectativa Los consumidores de historietas, y en particular del universo Marvel, sentirán que La era de Ultrón es lo que buscaban, pero en realidad es poco lo que esta entrega le aporta a la saga de los Avengers, con varios de los males del cine de acción moderno incluidos. Con toda la parafernalia que rodea a los productos de Marvel que quedaron dentro de la órbita de Disney –a partir de que la compañía del ratón comprara a la de superhéroes en 2009–, puede decirse que Avengers, La era de Ultrón era la película más esperada de los últimos años. Al menos hasta que hace unos días se conoció el nuevo avance de La guerra de las galaxias VII: El despertar de la fuerza. Varios motivos justificaban la expectativa. Primero, el cuidado que mostraron los responsables de este universo en cada una de las películas que involucran a sus personajes, todas ellas de buen nivel. Luego, el tremendo rendimiento en las boleterías del primer episodio de esta saga, Avengers: Los Vengadores (2012), que se ubicó con comodidad en el tercer lugar de la tabla mundial de recaudaciones de todos los tiempos, sólo detrás de Titanic y Avatar, éxitos inalcanzables de James Cameron (aunque es probable que la recién estrenada Rápidos y Furiosos 7 se meta pronto en esta discusión). Claro que cuando el interés previo es tanto, cierta desilusión puede ser un efecto colateral. ¿Pero ocurre eso con La era de Ultrón?Hay dos maneras de resolver este dilema y tienen que ver con el punto de vista que se elija a la hora de evaluar la película. Si el asunto se mira desde el lugar del consumidor de historietas y en particular de las aventuras de este grupo de justicieros, la respuesta será que no. La era de Ultrón responde no sólo al desarrollo que venían teniendo los personajes en las películas anteriores, sino que representa una buena adaptación de los universos ideados por Stan Lee y Jack Kirby para el comic en la década del ’60. Está claro que este es el punto de vista más amable, pero no el único.Porque corriéndose de esa superficie no es mucho lo que la nueva entrega le aporta ni a la saga ni al total del universo cinematográfico de los Avengers. Sobre todo porque adolece de los males del moderno cine de acción para las masas, en donde es más fácil identificar los actos en los que se divide la estructura del relato por las ciudades que en ellos se destruyen (tres en total, o cuatro si se cuenta la ciudadela fortificada de la escena de apertura) que por sus quiebres dramáticos. La destrucción de ciudades se volvió un tópico recurrente del cine norteamericano y es fácil asociar la tendencia a la tragedia del 11-S, como si la realidad hubiera empujado a la ficción a la compulsión por poner una y otra vez en escena la más dolorosa herida que el pueblo estadounidense ha recibido en su historia. ¿O alguien recuerda el uso sistemático de este recurso durante el siglo XX?El resto de la película es aquello que transcurre cuando los héroes no están ocupados en romperlo todo como única alternativa para salvar al mundo. Y ahí, en esas charlas de amigos reunidos, en donde abundan las chicanas, el humor, las respuestas rápidas e ingeniosas, pero también las muestras de afecto que son el verdadero poder que mantiene unido a este grupo de héroes, justo ahí donde la película se vuelve humana, es donde está lo mejor de ella.
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Si el Monte Olimpo existiera, seguramente ahora estaría habitado por Los Vengadores. El extravagante equipo liderado por Tony Stark/ Iron Man (Robert Downey Jr.) se consagró en su primera película, allá por 2012. Una epopeya que, como todo espectáculo entretenido, dejó al público con ganas de más. Los Vengadores: Era de Ultrón demuestra que si algo saben los responsables de Marvel Films es satisfacer las demandas de los fanáticos. Tras una misión en Europa del Este, Tony, en colaboración con Bruce Banner (Mark Ruffalo) pone en marcha un mecanismo de inteligencia artificial denominado Ultrón (James Spader, con ayuda de captura de movimiento), programado para preservar la paz en el mundo y así ahorrarle trabajo a los superhéroes. Pero Ultrón adquiere conciencia propia y da inicio a su propia idea de paz mundial, que consiste en destruir a Stark y compañía y, de paso, también a todo ser vivo. Pronto los protagonistas serán desestabilizados por este engendro robótico, y deberán valerse de astucia y determinación para acabar con Ultrón y sus aliados: los hermanos Pietro y Wanda Maximoff (Aaron Taylor-Johnson y Elizabeth Olsen, respectivamente), cada uno con poderes que pondrán en aprietos a Los Vengadores. Las promesas de más espectacularidad, más peleas (la de Hulk contra un Iron Man gigante en África, deliciosamente demencial), más humor, más drama, más de todo, cumplidas con creces. Esta cualidad no implica que supere a su predecesora, pero sí lleva la historia y los personajes a un próximo nivel. En la primera parte, Tony Stark acaparaba los focos como en sus películas en solitario, pero ahora hay más participación y profundidad por parte de sus colegas, destacándose la atracción entre La Viuda Negra (Scarlett Johansson) y el Doctor Banner, y la vida privada de Clint Barton/ Hawkeye, donde Jeremy Renner deja en claro que bien podría sostener una película protagonizada por ese personaje. Incluso Thor (Chris Hemsworth), de mayor participación en el film anterior, continúa estando a la par de los demás. Todo esto, mérito del enorme Joss Whedon, director que sabe indagar en la psiquis de sus héroes sin descuidar las explosiones ni las referencias a la cultura pop, y siempre de una manera tan accesible para los entendidos como para los recién llegados. James Spader le da un encanto siniestro al villano del título. Es la tercera vez que él y Downey coinciden en una película: primero fueron amigos en la estudiantina de 1985 Tuff Turf y, dos años después, el blondo actor le vendía drogas a Jr. en Corrupción en Beverly Hills, fallida adaptación de la novela Menos que Cero, de Bret Easton Ellis. En cuanto a los hermanos Maximoff, Elizabeth Olsen sale mejor parada debido a que, además, su capacidad para manipular mentes incide en buena parte de la trama (la Bruja Escarlata es su apodo); Aaron Taylor-Johnson tiene un par de momentos como el hiperveloz Quicksilver, pero queda muy opacado por el resto. Sí es una presencia fuerte la de Paul Bettany. En realidad, el actor inglés venía participando como la voz de Jarvis, la computadora de Tony, pero aquí aparece delante de cámara en el rol de Visión, de quien no conviene dar detalles. Y no, nunca falta el cameo de Stan Lee. Los Vengadores: Era de Ultrón es una nueva orgía superheroica marveliana. Lo que uno espera, allí está, y en grandes y fuertes dosis. Hasta los aspectos menos geniales sigue funcionando a la manera de un reloj. La brevísima escena entre créditos es el puntapié para lo que será Avengers: Infinity War, a estrenarse en dos partes entre 2018 y 2019. Según las próximas andanzas de Los Vengadores y las de otros superhéroes, como el inminente Ant-Man: El Hombre Hormiga, habrá película de Marvel para rato.
Los héroes de siempre, los villanos de siempre, los espectadores de siempre Aunque algo desparejos, los films que forman parte del Universo Cinemático de Marvel son casi todos interesantes, con la excepción probablemente de Thor: un mundo oscuro. Y los seguirán siendo, aunque no deja de llamar la atención cómo los films en solitario de los distintos superhéroes terminan siendo mucho más atrayentes, a pesar de contar casi siempre con la falla de origen que supone ser introducciones al gran acontecimiento grupal que cierra cada Fase. Para que quede claro: si tomamos la Fase I, Iron Man, por ejemplo, es mucho más redonda que Los Vengadores, no sólo en el diseño de los personajes, sino también en la historia que cuenta. En lo que se refiere a la Fase II, Iron Man 3, Capitán América y el Soldado del Invierno y Guardianes de la Galaxia ofrecen muchas más capas de lectura, poseen mayor fluidez en su desarrollo y hasta son más impactantes que Avengers: era de Ultrón. Al ver Avengers: era de Ultrón, se entiende por qué Joss Whedon dijo que no quería dirigir la siguiente entrega (que estará dividida en dos partes) debido, entre otras cosas, al enorme compromiso y energía que demandaba cada proyecto. El film es una experiencia abrumadora, donde sólo algunos personajes -como Hawkeye, Viuda Negra y Hulk- consiguen tener verdadero espacio de lucimiento y tiempo para desarrollar sus conflictos. Es cierto que el realizador y los actores ya tienen determinados mecanismos sumamente aceitados, por lo que hay instancias de humor y acción que encajan dentro de la trama sin mayores problemas, pero la sensación general es que se repiten los dilemas éticos de los superhéroes -para qué y por qué luchamos, cuándo pasamos de ser héroes a villanos, si importan no sólo el fin sino también los medios- y las circunstancias que afrontan, sólo que están inflados a la enésima potencia. A pesar de todos los esfuerzos de Whedon para otorgarle peso, el planeta que es la Tierra, junto con sus habitantes, es apenas un campo de batalla, un lugar donde suceden un montón de cosas y nada más. Villanos Ese villano que es Ultrón prometía, pero su encanto más que nada termina basándose en el trabajo con la voz por parte de James Spader. Eso sucede en gran medida porque Avengers: era de Ultrón es un film de transición, un puente hacia lo que prometen ser las dos partes de Avengers: Infinity War, lo cual es raro, porque se suponía que tenía que ser el gran súper acontecimiento de la Fase II, la instancia donde confluían todas las tensiones desarrolladas en Iron Man 3, Thor: un mundo oscuro, Capitán América y el Soldado del Invierno y Guardianes de la Galaxia. Pero no, lo que tenemos es una película con un villano eventual, accidental, que repite el esquema de la gran mayoría de los antagonistas del mundo Cinemático de Marvel, es decir, la versión deformada y oscura del superhéroe, del cual copia su camino y conjunto de razonamientos para terminar en el lugar opuesto. En el caso de Ultrón, el juego de espejos se da con Tony Stark/Iron Man, su creador y a la vez enemigo principal: ambos recurren al pensamiento individualista y hasta egoísta, ambos se piensan como el centro del universo. Ese duelo de iguales es lo único que alimenta a Ultrón como personaje. Espectadores Queremos pensar que Hollywood es el gran villano dentro del panorama del cine, y tal vez lo sea, pero lo cierto es que todos juegan de acuerdo a sus reglas y eso le permite siempre terminar posicionándose como el héroe, con una cantidad inmensa de espectadores que se sienten sumamente cómodos e identificados con sus códigos y normas. La película apenas correcta y en extremo previsible que es Avengers: era de Ultrón lo prueba: dispone a repetición todas las estructuras conocidas, no aporta nada nuevo y entrega todo lo esperable, lo cual son sus defectos y a la vez sus virtudes, porque no alcanza grandes alturas pero tiene un piso atendible. Es un film con un público cautivo y fiel, que quizás cuestione algunos aspectos, pero luego acudirá nuevamente de forma masiva a la siguiente aventura, y hasta una crítica en su mayoría sumisa, que acompaña ciertas euforias sin desplegar argumentos que las sustenten. De ahí que ahora las expectativas para ver algo realmente nuevo radiquen en Ant-Man, por lo que puede aportar desde la más pura comedia, y Captain America: Civil War, por la confrontación política que promete. Mientras tanto, en Avengers: era de Ultrón los héroes, villanos y espectadores siguen yendo por la senda más habitual y menos riesgosa.
Crítica emitida por radio.
La hora de pasar la posta Un malvado malísimo, superhéroes luchando entre sí, alguna traición y la presentación de una nueva generación. En la nueva era de los blockbusters hollywoodenses, parece que la regla es más y más. Si los principales superhéroes de Marvel tenían sus películas individuales, hace tres años se los juntó en el cine. Eran seis (Iron Man, Capitán América, Thor -todos con sus propios filmes-, Hulk, Viuda Negra y Ojo de halcón) y lograron, juntos, convertir a Avengers en la tercera película más exitosa de la historia. ¿Cómo no repetir la reunión, y agregarle más superhéroes? Avengers: Era de Ultrón es el apresurado paso hacia el primer pase de antorcha entre los superhéroes. Algún intérprete ya no quiere saber nada -Robert Downey Jr.- y hay que renovar el staff de luchadores del Bien contra el Mal. Pero vayamos más lento que el ritmo que tiene la película, que no tiene preámbulo y va directamente a los bifes. El sexteto está lidiando contra los malos en clara desventaja numérica, pero eso nunca fue un problema que los efectos especiales y el guión no pudieran resolver. Esos primeros diez minutos de Era de Ultrón se parecen, sí, a los diez primeros minutos de El planeta de los simios: Confrontación. La animación computarizada lo copta todo y ya la película parece un dibujo animado. Después algo cambia. El Dr. Banner, cuando no se pone verdecito, y Tony Stark habían soñado con crear a Ultrón, pero el personaje tendrá vida e intenciones propias bastantes ajenas a las de su mentor (Stark), a partir de la inteligencia artificial. Así que de nuevo los seis saldrán a buscarlo y pelearlo, porque está en juego -fanfarrias- el futuro de la Tierra. Y los malos estarán ayudados por dos gemelos, Pietro y Wanda Maximoff (Aaron-Taylor Johnson y Elizabeth Olsen), como Quicksilver y Scarlet Witch, así que la(s) batalla(s) será(n) ardua(s) y extensa(s). Para los fans, aquí está todo como servido en bandeja. En detrimento de la original, Era de Ultrón no tiene la sorpresa de la primera. Sí, dos batallas descomunales, y muchas traiciones -superhérpes buenos peleando entre sí-, una historia romántica más desarrollada (Hulk y Viuda Negra) y vueltas de tuerca que no conviene adelantar. Todo en los 141 minutos, a todo color, con o sin anteojos tridimensionales -no hay una utilización mayúsculamente valedera del efecto-, con guiños y cameos, mínima escenita al comenzar los créditos finales, gags y una sensación de abundancia tal vez desmedida. No siempre más es mejor, pero en Era de Ultrón nadie parece detenerse un segundo -a pensar, a no correr- porque la idea es, de nuevo, ofrecer todo y ya. Para pasar la posta hay tiempo -no mucho: en 2018 y 2019 llegan las próximas pelis de los Avengers- y, habrá pensado Joss Whedon, que de eso se encarguen los que sigan.
Plato fuerte para los fans de Marvel A manera de prólogo, la nueva película de "Los Vengadores" arranca con una batalla de dimensiones épicas entre el equipo de superhéroes y un ejército que resguarda una fortaleza, donde el último de los archivillanos de Hydra esconde sus más peligrosos y secretos armamentos. La escena es larga, compleja, violenta y llena de sorpresas, incluyendo la aparición de los mellizos Maximoff, uno superveloz, la otra, una especie de hechicera con poderes paranormales de todo tipo, incluyendo el de embrujar la mente de sus enemigos, que es exactamente lo que hace con su odiado Tony Stark, que tiene una visión oscurísima donde todos sus colegas mueren por su culpa. En la fortaleza también hay un cetro de origen extraterreno dotado de una energía que hace que Stark, urgido por su horrible visión, decida crear un ser todopoderoso con inteligencia artificial capaz de superar en poder a todos los Vengadores, que de este modo, se verían liberados de sus constantes sacrificios. El asunto es que al mejor estilo Dr Frankenstein, Stark con la ayuda del Dr Banner, vale decir Hulk- da vida Ultron, una abominación tortuosa y desquiciada que primero quiere exterminar a los Vengadores para luego exterminar a la raza humana. Por suerte los mellizos Maximoff que en principio secundan a Ultron por su odio a Stark, ya que una bomba fabricada en sus industrias maóo a sus padres, entre otros motivos que vuelven entendible su sed de venganza, perciben las verdaderas intenciones del engendro superpoderoso y cambian de bando justo a tiempo para salvar el mundo, convertidos en Quicksilver y Scarlet Witch. Sólo que a esa altura, el daño que provocó la bruja escarlata en la mente de algunos de los superhéroes más famosos de Marvel casi parece irrevercible. Especialmente debido a que la Viuda Negra tuvo las peores visiones del ritual de graduación como asesina implacable, Thor no puede dejar de revivir una y otra vez orgiásticas viñetas del infierno, el Capitán América vislumbra un final de la Segunda Guerra Mundal que nunca conoció y, peor aún, Hulk terminó enfrentando sus fantasmas demoliendo literalmente una gran ciudad. El centro de esta larga película (dos horas y veinte) es de lo mejor de las adaptaciones de Marvel al cine: las pesadillas provocadas por Scarlet Witch en cada superhéroe prácticamente llevan todo al asunto al cine de terror y, por otro lado, el duelo entre Iron Man y un Hulk más fuera de control que nunca no tiene desperdicio (en la larga y frenética secuencia, Tony Stark utiliza por primera vez en el cine su famoso traje Hulkbuster diseñado para estas contingencias). Hay otros momentos memorables que involucran a Ultron y sus diálogos desquiciados con la voz de James Spader, la tortuosa personalidad de los mellizos (se luce más Elizabeth Olsen que Aaron Taylor-Johnson) y por supuesto muchas escenas de superacción fantástica totalmente demente, como la rabiosa persecución en una autopista coreana o el gran final con una ficticia ciudad de Europa oriental elevada por las nubes. Sólo que a veces la intención del director Joss Whedon de meter todo el universo Marvel en una sola película, al mismo tiempo épica y más oscura que todas las anteriores termina en un delirio salvajemente abrumador, que salta de un climax a otro sin paz ni pausa, acotando los detalles pintorescos de cada personaje, limitando asi el talento de Robert Downey Jr o Mark Ruffalo casi más de lo debido (tal vez su gran escena sea cuando deciden reparar su error de Ultron con otro experimento parecido creando al misterioso The Vision). Esta "Era de Ultron" es un plato fuerte para nerds fanáticos de Marvel, y sin duda una sobredosis de violencia espectacular e historietística en magnífico 3D utilizado con sutileza y precisión. La película esta excelentemente filmada y llena de talento actoral y técnico como para justificar todos sus excesos. Casi se podria creer que el divertido cameo de Stan Lee se refiere a este último punto.
Primero: el arranque del filme, es el más espectacular de toda la saga MARVEL. Segundo: el nudo de la trama es interesante y original. Tercero: el desenlace no da respiro. Conclusión: ¡esta segunda entrega es una bomba! Iron Man, Capitán América, Thor, Hulk, la Viuda Negra y Ojo de Halcón, enfrentan a Ultrón un supervillano tecnológico que intenta exterminar a la raza humana. La cinta supera a su predecesora en todos sus rubros: técnicamente es impactante, las escenas de acción están estratégicamente ubicadas en distintos momentos del metraje para no saturar. El diseño de vestuario y la dicción artística se nutre del cómic y va un paso más allá, presentándonos trajes de superhéroes renovados, naves y locaciones que fusionan de manera magnifica efectos visuales con locaciones reales. El guión es perfecto, contiene acción, suspenso, mucho humor y hasta subtramas románticas (Hulk y La Viuda Negra reviven el clásico de La Bella y La Bestia) Los nuevos personajes (los gemelos, y sobre todo Visión) se amalgaman con los clásicos y no desentonan para nada con la estética general. JOSH WHEDON, esta claro, ama este universo, y pone toda "la carne en el asador", un coctel fantástico que dejara contentos a fanáticos incondicionales y neófitos de las historietas.
La nueva entrega de Los Vengadores representa el final de la denominada etapa "Fase 2" del universo Marvel en el cine, que tuvo su mejor momento en la última película del Capitán América. De las últimas producciones del estudio, la historia del Soldado de Invierno terminó siendo la más destacada. En la Era de Ultrón el director Joss Whedon no defrauda a la hora de ofrecer un gran entretenimiento, pese a que este trabajo no está a la altura de lo que fue su labor previa con estos personajes. La gran debilidad que tiene este estreno (y creo que esto también lo vamos a percibir en las próximas películas de Marvel y DC) se relaciona con la política de los estudios de Hollywood de anunciar con tantos detalles los calendarios de estrenos para los próximo años. En consecuencia, es muy difícil crear situaciones de tensión y peligro para estos personajes cuando el público ya sabe que los protagonistas van a salvar el mundo al final de la historia, debido a que los superhéroes principales tienen que regresar para las secuelas. En el caso de esta película, Ultrón nunca llega a ser una amenaza importante para los Vengadores, que enfrentan diversos obstáculos sin grandes problemas. Para los héroes la acción se desarrolla en un terreno demasiado seguro donde los villanos no representan un gran desafío. Una cuestión que convierte a este film en una aventura más para estos personajes. De todos modos, es justo destacar la labor de Whedon porque enfrentó bastante bien estos elementos predecibles que tiene el argumento, debido a que ya sabemos que hay otros conflictos pendientes para el futuro. Uno de los elementos más atractivos de esta película es que el director aprovechó la historia para profundizar en la psicología y emociones de los protagonistas, algo que le dio un condimento especial a esta propuesta. Los personajes más beneficiados resultaron la Viuda Negra, donde Scarlett Johansson sobresale en una muy buena escena que revela acontecimientos de su pasado, y Hawkeye, quien finalmente tuvo el tratamiento que se merece. Jeremy Renner, quien interpretó al superhéroe en la entrega anterior de los Vengadores, manifestó en los medios su descontento con el rol que había tenido su personaje en aquella historia. El director Whedon había anunciado en su momento que Renner iba a ser recompensado en esta continuación y cumplió con su palabra. En la Era de Ultrón se puede ver una faceta distinta de Hawkeye e inclusive en los momentos de acción cobró más protagonismo. Entre las nuevas novedades sobresale la aparición del androide Visión, a cargo de Paul Bettany, que está muy bien caracterizado y seguramente tendrá más relevancia en futuras películas. No ocurre lo mismo con la Bruja Escarlata y Quicksilver, que parecen salidos de la serie de Buffy, la cazavampiros más que del universo Marvel. Elizabeth Olsen es una buena actriz pero la caracterización del personaje y su personalidad tienen poco que ver con la bruja mutante de los cómics. La misma situación se da con Quicksilver, que fue mejor trabajado por Bryan Singer en la última película de los X-Men. En los Vengadores es simplemente un pibe que corre rápido. Desde los aspectos visuales la película no defrauda en absoluto y tiene varias escenas imponentes. Destaco la primera secuencia de acción donde se presenta a los Vengadores que es extraordinaria y parece salida de las viñetas de un cómic y la pelea entre Hulk y Iron Man que brinda otro gran momento. Mención aparte merece el trabajo que hicieron con Ultrón donde se combinó a la perfección el tratamiento adecuado de los efectos digitales con la gran interpretación de James Spader. Si le vamos a buscar la quinta pata al gato, el personaje a veces se pasa con los comentarios sarcásticos pero no es nada grave que afecte al film. La desventaja de Ultrón pasa por el hecho que quedó convertido en un villano de turno y las consecuencias morales de su aparición no generaron mucha discordia entre los Vengadores. Hay un par de desencuentros entre el Capitán América y Tony Stark pero la cosa no pasa a mayores. Más allá de los elementos que cada espectador le pueda objetar a este film, en términos generales la continuación de Los Vengadores es una gran propuesta de acción y aventuras que brinda un buen entretenimiento con los superhéroes de Marvel en el cine.
Marvel continúa expandiendo su universo cinematográfico (MCU o Marvel Cinematic Universe), ese que comenzó en el año 2008 con “Iron Man” (que tuvo 2 películas más en solitario en 2012 y 2013); seguido por “El Increíble Hulk” (contando sólo la de Edward Norton de 2008); Thor (con 2, 2011 y 2013); el Capitán América (también con 2, 2011 y 2014), “Los Vengadores” (2012) y los “Guardianes de la Galaxia” (2014), y cuya fase dos concluirá con “Ant-Man: El Hombre Hormiga” en Julio de este año para dar comienzo a una tercera fase que se extenderá hasta 2019. En este caso se trata de una de las secuelas más esperadas por los fans de los comics; aunque en la actualidad, ya no hay que esperar demasiado para reencontrarse con nuestros superhéroes favoritos en la pantalla grande, esa que es como un gran televisor que todos los años nos presenta un nuevo capítulo en esta especie de serie de televisión que se puede ver en una sala de cine. En “Era de Ultrón”, la segunda entrega del film que vuelve a reunir a Iron Man (Robert Downey Jr.), el Capitán América (Chris Evans), Thor (Chris Hemsworth), Hulk (Mark Ruffalo), la Viuda Negra (Scarlett Johansson) y Hawkeye (Jeremy Renner), la historia se inicia donde concluyó precisamente “Capitán América y el Soldado del Invierno” (Captain America: The Winter Soldier, 2014). De una manera abrupta, la película -nuevamente escrita y dirigida por Joss Whedon (creador de las series “Buffy, La Cazavampiros”, “Angel”, “Firefly”, “Dollhouse”), basada en el comic creado por Stan Lee y Jack Kirby- se inicia con estos personajes en plena misión en un país llamado Sokovia, donde éstos, con el objetivo de recuperar el cetro de Loki (Tom Hiddleston), atacan la base de operaciones del barón von Strucker (Thomas Kretschmann), un ex-oficial nazi que se desempeña como líder de HYDRA, la organización enemiga de S.H.I.E.L.D. Allí es donde aparecen los gemelos Pietro (Aaron Taylor-Johnson) y Wanda Maximoff (Elizabeth Olsen), más conocidos como Quicksilver y la Bruja Escarlata. Uno es super rapídisimo y la otra tiene el poder de la telequinesis e invadir mentes. Si bien este film encaja perfectamente con la línea argumental principal de todas las instancias previas del MCU, el tema central en “Avengers 2? está dado por el hecho desafortunado, aunque con buenas intenciones, que originan Tony Stark y Bruce Banner. Ambos se empeñan crear a Ultrón, un programa de inteligencia artificial para mantener la paz en la Tierra y ser la primera línea de defensa en contra de una posible invasión de otros mundos, tal y como sucedió en la famosa “Batalla de Nueva York” en la que se enfrentaron contra alienígenas en “Los Vengadores”. La paz y la seguridad se consigue de forma global en pocos días, pero el temible villano tecnológico Ultrón (imponente voz de James Spader) junto a su ejército de robots, está empecinado en extinguir la raza humana. Una vez más, los Vengadores deben juntarse ponerse de acuerdo y para hacerle frente a esta amenaza. Este nuevo episodio en la franquicia de Marvel Studios es muy entretenido (las dos horas y veinte minutos que dura se pasan volando) y tiene, además de la acción y la aventura, muchos momentos de humor a los que ya estamos acostumbrados. Las líneas más irónicas recaen en Iron Man, Thor (la escena con el martillo Mjolnir es muy graciosa) y Hawkeye, personaje del que se muestran aspectos de su vida personal como así también de la juventud de Natasha Romanoff. El elenco cuenta con las participaciones de Don Cheadle como James Rhodes/Máquina de Guerra; Cobie Smulders como la agente Maria Hill, Stellan Skarsgård en el rol del científico Erik Selvig, Samuel L. Jackson como Nick Fury y Paul Bettany (la voz de Jarvis) se convierte en Visión.
Superhéroes de antología El guionista y director Joss Whedon es quien mejor parece conocer el universo Marvel o por lo menos quien mejor ha logrado adaptarlo a los gustos y las necesidades de estos tiempos. Tres años después del inmenso éxito de la entrega anterior, estrena Era de Ultrón, una película que tiene el doble mérito de ser más oscura (hay algo de El padrino en la propuesta) y más divertida a la vez (los personajes no paran de disparar hilarantes dardos verbales incluso cuando son atacados por decenas de soldados o robots). Por supuesto, en una película como ésta, que apuesta a la coralidad (para colmo se suman varios nuevos superhéroes) y a la acumulación de conflictos de muy diversa índole surgen de forma casi inevitable sensaciones cercanas al caos y al agotamiento, pero al mismo tiempo cada una de sus piezas analizadas por separado tiene algo que aportar (desde la acción, el romance o la comedia) al rompecabezas de casi dos horas y media de duración. Los seis protagonistas de Los Vengadores -Iron Man (Robert Downey Jr.), Capitán América (Chris Evans), Thor (Chris Hemsworth), Hulk (Mark Ruffalo), Viuda Negra (Scarlett Johansson) y Hawkeye (Jeremy Renner)-se reúnen para salvar a la Tierra de la amenaza de un villano todavía más poderoso y temible como Ultrón (la voz de James Spader), surgido de las propias entrañas de las investigaciones de Tony Stark y Bruce Banner, y luego, en medio de un cambiante juego de alianzas, confabulaciones y traiciones cruzadas que es mejor no adelantar, aparecerán personajes como los de Aaron Taylor-Johnson (Pietro Maximoff-Quicksilver), Elizabeth Olsen (Wanda Maximoff-Bruja Escarlata), Paul Bettany (Jarvis-Visión) y Don Cheadle (James Rhodes-Máquina de Guerra). En este sentido, y teniendo en cuenta los cachets a estas alturas ya casi impagables de varias de las estrellas de la saga (Era de Ultrón costó más de 250 millones de dólares sin contar el lanzamiento), la presentación de estos nuevos superhéroes abre la puerta para una segunda generación de Avengers. Marvel, se sabe, toma elementos de films previos (en este caso, por ejemplo, de Capitán América y El soldado del invierno) y deja abiertas situaciones que se retomarán en futuras películas del estudio. Aquí no hay puntada sin hilo, no hay decisiones arbitrarias o azarosas. Todo forma parte de un marketing global y proyectado de aquí a muchos años. Sí hay un par de secuencias de acción espectaculares y también muchos bienvenidos gags. Sí hay un cameo gracioso de Stan Lee y una breve escena en medio de los créditos finales. Los fans tendrán todo lo que buscan. Y Whedon le dedica también muchos minutos a la cada vez más intensa relación entre Hulk y Viuda Negra (Scarlett Johansson filmó la película con un avanzado embarazo y debió ser ayudada por un ejército de dobles para la mayoría de las escenas). Es que en este universo dominado por la adrenalina, los efectos visuales y personajes enfundados en trajes de última generación también queda espacio para el romance, los conflictos psicológicos y las contradicciones íntimas.
Si estabas ansiosa/o por ver la segunda parte de Avengers, sacate la entrada - 3 D - ya mismo porque la vas a pasar muy bien en la sala de cine. Una segunda entrega para reír minuto a minuto con los guiños y chistes constantes que generan estos superhéroes/personajes que no dejan de lado las peleas y los grandes efectos especiales que nos tienen acostumbrados. La historia cierra por todos lados, Robert Downey Jr. la descose (como es habitual) y el resto del elenco se destaca en todo momento con sus apariciones. Acción desde el inicio, un elenco de lujo y el fantástico mundo de Marvel que tanto nos gusta y divierte... ¿Qué más queres? Ah, recordá que en los créditos/títulos no tenes que levantarte de la butaca... ¿Por qué? Obvio, hay una escena oculta y si sos realmente fan de los comics te vas a quedar boquiabierto de la emoción con la aparición.
Los superhéroes se reúnen en la pantalla grande ofreciendo mucha acción, aventuras y diversión. En este nueva historia se reúnen todos los superhéroes mostrando todas sus habilidades: Iron Man / Tony Stark (Robert Downey Jr.), Capitán América / Steve Rogers (Chris Evans), Thor (Chris Hemsworth), Hulk / Bruce Banner (Mark Ruffalo), Clint Barton / Hawkeye (Jeremy Renner), Black Widow / Natasha Romanoff (Scarlet Johansson, cuando filmó se encontraba embarazada y se utilizaron dobles), Jarvis / Vision (Paul Bettany), y los gemelos: Wanda Maximoff / Scarlet Witch (Elizabeth Olsen) y Pietro Maximoff / Quicksilver (Aaron Taylor-Johnson) que no tiene una trascendental importancia en el guión ya que el mayor desempeño se encuentra en la acción y los efectos especiales. Las escenas más espectaculares se ven más destacadas en el 3D. Desde que comienza hasta el final de esta nueva historia la lucha es incansable, con mucha acción y aventura, hasta un toque de romance y drama entre Natasha Romanoff y Hulk. También por otro lado, Tony Stark que ha creado “Ultron inteligencia artificial” y junto a Banner piensan que esto traerá paz a la tierra. Todos los superhéroes se reúnen y la pasan bien, algunos se emborrachan, todo es pura diversión y recreación, Himself (Stan Lee) se emborracha con aguardiente y resulta algo inesperado, pero de golpe Ultron despierta a la vida en un cuerpo de robot (James Spader hace voz Ultrons). Los superhéroes deben detener a este villano Ultron lo antes posible porque puede causar la destrucción de todo. Tienen una vital importancia los gemelos porque desarrollan sus habilidades. Ella puede jugar con los cerebros de las personas para que vean visiones, pero más tarde descubren que Los Vengadores no son los enemigos y se unen a ellos. Como ya nos vienen acostumbrando la tercera parte de la saga se dividirá en dos (la primera parte el 4 de mayo de 2018 y la segunda parte el 3 de mayo de 2019). Cada uno de los superhéroes tienen su momento de lucimiento, el humor también es el arma que utilizan muchos de ellos juntos y por separado, las ocurrencias que aportan son geniales y hasta se burlan de ellos mismos. La música, el sonido y todos los rubros técnicos son rimbombantes (si elegís una buena sala sentís que vibra todo). Los personajes secundarios también aportan bastante al film como: Andy Serkis Stellan Skarskård, Idris Elba, Samuel L. Jackson, Hayley Atwell, entre otros. Algo que tenemos que valorar mucho es que mantienen el espíritu de la primera, se utiliza muy bien la cámara y sobre todo se explota bastante la lenta, más acción y locaciones en una gran superproducción (más de 250 millones de dólares) . Es importante recordar que dentro de los créditos hay escenas extras. En este tipo de películas siempre se destaca Hollywood, pero en este caso le sobran unos veinte minutos, (tal vez para los fanáticos esto no sea así). En Argentina a la secuela de Los Vengadores le otorgan unas 389 salas.
Unidos y organizados Continuando con el paso firme y abrumador de las últimas producciones de Marvel, llega la segunda entrega del grupo de superhéroes estrella de la editorial de comics norteamericana. Y con el difícil objetivo de despejar todas las dudas que podían suponer un posible estancamiento de la fórmula. Aunque después de once películas el factor sorpresa ya sea prácticamente nulo. El equipo compuesto por Iron Man (Robert Downey Jr.), Thor (Chris Hemsworth), el Capitán América (Chris Evans), Bruce “Hulk” Banner (Mark Ruffalo), Hawkeye (Jeremy Renner) y Black Widow (Scarlett Johansson) no se toma mucho tiempo para las presentaciones y recién comenzada la película ya los vemos envueltos en una batalla campal dentro de una base militar en la “lejana y fría” Europa oriental. Este combate a modo de prólogo es casi una muestra de lo que se verá el resto de las casi dos horas y media que dura el film: Mucha pelea, diálogos mordaces y muchos efectos especiales. Es que ni siquiera enfrentando a Ultron (una inteligencia artificial rebelde con el único objetivo de extinguir a la raza humana para hacerla “evolucionar”) y a todo su ejército de robots, los avengers dejan de hacer fan-service con comentarios irónicos sobre todo lo que sucede durante la lucha. Joss Whedon sabe muy bien como equilibrar a este elenco de personajes ya de por sí carismáticos individualmente, concediéndoles a cada uno su momento específico para que se luzca en la gran pantalla. Claro que cada uno tiene su favorito, pero es evidente que Iron Man, el Capitan América y Thor se roban gran parte de la escena. Aunque la trama también se toma su tiempo para desarrollar la relación romántica entre Hulk y Black Widow, algo que entre toda la vorágine es de agradecer para variar entre tantos tiros y piñas. Del mismo modo hay que destacar al villano Ultron, el cual tiene el carisma suficiente para no convertirse solamente en el malo de turno. Sea por sus motivaciones dignas del evolucionismo más radical como también en gran medida gracias a la inconfundible voz de James Spader, que dota al personaje de un aura lúgubre y siniestra ya desde su primera aparición en escena. Avengers: Age of Ultron es lo que todo fanático del universo cinematográfico de Marvel podía esperar de esta secuela. Más peleas, más grandilocuencia, más efectos especiales, en definitiva lo mismo pero mejor. No obstante si les gusta el género de los superhéroes pero con un poco más de debate ético, la solución sería esperar al estreno de Batman v Superman: Dawn of Justice. DC tiene la palabra ahora.
La era de la alegría La segunda entrega de ‘Avengers’ es un festival de liviandad y por eso nos gusta. Hay algunas cosas que me molestan de las películas de Marvel: la histeria que las rodea y que por momentos parece contaminar todo como si en el mundo del cine, o incluso de Hollywood, todo tuviera que ver con esas películas y nada más; la estructura calcada de cada una de ellas, que más allá de las particularidades de cada superhéroe o de cada supervillano siempre terminan con un tercer acto de pelea coreográfica y megalómana en donde se rompen autos y ciudades pero que casi nunca transmite tensión; y, finalmente, un problema que es más bien mío y que está relacionado también con las series de televisión que tienen una estructura parecida como Los Expedientes X o Fringe y es esa mezcla de unitario con historia que va continuando de un capítulo a otro, como si hubiera acontecimientos de primera, aquellos que te dan una pista de la historia “macro” y que suelen ir soltándose con cuentagotas, y acontecimientos de segunda, los que están contenidos dentro de la historia de ese capítulo. Porque lo que llamo “las películas de Marvel” son once películas -incluyendo Avengers: Era de Ultrón- que comparten un mundo que se ha dado en llamar Marvel Cinematic Universe y en el que se pueden incluir también -hasta ahora- tres series de TV, algunos cortos y obviamente todos los comics en los que se inspiraron. Resulta un poco cansador para alguien que no está familiarizado previamente con cada personaje y que no fue siguiendo los teasers, los trailers, lo paneles en las Comic Con, los anuncios y los tuits de cada uno de los protagonistas -actores, guionistas, directores, productores- disfrutar al máximo de todo esto, o al menos como parece que lo disfrutan los fans. Yo suelo ser de los que prefieren entrar vírgenes al cine y creo que no es esa la manera ideal para disfrutar estas películas en su plenitud. De todas formas, todas estas películas tienen un piso de calidad y algunas son muy buenas. El superproductor Kevin Feige es una especie de genio que logró encontrar un tono zumbón que realmente es muy divertido -nacido a partir de Iron Man, un poco el superhéroe insignia de esta banda- y que es el opuesto al de, por ejemplo, la tragedia de la trilogía de Batman de Christopher Nolan (que pertenece al archirrival de Marvel, DC). Avengers: Era de Ultrón está entre las mejores y quizás sea la mejor. La anterior, Guardianes de la galaxia, había sido la más disparatada y la que con ese soundtrack de canciones pop parecía transcurrir en un mundo ligeramente más parecido al nuestro. Pero tenía el problema eterno de un último acto en el que prácticamente no importaba nada más que la pirotecnia y las acrobacias y que, al menos a mí, no me mueve un pelo. (Para entender cómo la megalomanía no necesariamente va de la mano de la intensidad dramática, ver el último acto de Argo.) Pero acá la franquicia vuelve al carril usual después del paréntesis ultrafestivo de Guardianes de la galaxia y vuelve también a Joss Whedon, el director que había dirigido la primera entrega y que quizás sea quién mejor entienda lo que pretende Feige: liviandad, humor, personajes queribles y satisfacer a unos fans que conocen muy bien. La película empieza casi donde terminó la anterior. En la escena post créditos de Capitán América y el Soldado de Invierno -porque todas las películas de Marvel tienen una escena post créditos que suele funcionar como el tan odiado (y un poco amado también) “to be continued” de las series que veíamos de chicos y que nos informaba que no íbamos a saber cómo nuestro héroe lograría vencer al villano sino hasta el otro día después del colegio- aparece el Barón Strucker (Thomas Kretschmann) a cargo de Hydra, una organización terrorista que parecía estar desactivada, con el cetro de Loki y dos nuevos superhéroes a quienes está entrenando: Quicksilver (Aaron Taylor-Johnson) y Scarlet Witch (Elizabeth Olsen, la hermana talentosa de Ashley y Mary-Kate). Al comienzo de Avengers: Era de Ultrón, nuestros seis superhéroes están atacando la base de Hydra para recuperar el cetro. Después de una divertida secuencia de acción, quizás disfrutable porque nos agarra despiertos y con fe, con esperanza y con deporte, empieza la película con una fiesta en la Torre de los Vengadores y varios diálogos socarrones y toda la mística de los oneliners que se dedican mutuamente. Ahí Tony Stark (Robert Downey, Jr.) crea a Ultrón usando tecnología de inteligencia artificial robada de Hydra y Ultrón pronto se les vuelve en contra: su objetivo es lograr la paz mundial y él considera, quizás no tan equivocadamente, que para eso es necesario acabar con la raza humana. Ultrón es el villano de esta Avengers, de esta onceava película del Marvel Cinematic Universe, el villano “de segunda” -porque está contenido dentro de este “capítulo” de la serie- a diferencia de Loki o del todavía apenas insinuado Thanos. Aún así, es de los mejores villanos la franquicia, con la voz de James Spader que porta una ironía deliciosa. Pero Ultrón es un villano que no asusta y dura poco: quizás sea una búsqueda en la línea de la liviandad que maneja Whedon, pero lo cierto es que la película, a través de Ultrón, elige el camino del humor antes que el de la tensión dramática. Esto, en mi opinión, es muy positivo. En primer lugar porque nos libramos del maldito tercer acto interminable y también porque este es el costado de la franquicia que al menos yo más disfruto. La próxima película será Ant-Man, se va a estrenar en julio, y el protagónico de Paul Rudd hace adivinar que la cosa va a seguir por esta senda feliz. Whedon además de privilegiar el humor por sobre la acción -pero hay acción, no se asusten- decide profundizar en los personajes: sobre todo en Hawkeye (Jeremy Renner) y su familia y en la relación entre Bruce Banner (Mark Ruffalo) y Natasha Romanoff (Scarlett Johansson). La sensualidad que le pone Johanson a su superheroína cuando intenta calmar a Hulk para que vuelva a ser Banner es fuera de lo común y esa primera escena demuestra que a Whedon no le incomoda el corset de Marvel y es capaz de jugar dentro de sus reglas con mucha libertad.
No los para nadie La segunda entrega de Los Vengadores, la franquicia de Marvel, tiene todo para seguir siendo una gallina de huevos de oro. ¿Se avecina una tercera? Llegaron ya Los Vengadores y eran seis. ¿O siete? ¿O nueve? Bueno, esa es una de las grandes incógnitas que se pueden develar en el último tanque que echó a rodar la Marvel, la archi esperada Los Vengadores: la era de Ultrón. Se trata de la segunda entrega de una saga que promete convertirse en un arma de seducción masiva para los fans del género, una apuesta exquisita que tranquilamente –si le siguen poniendo pilas– puede pasar al hall de a fama del cine, porque tiene todo lo necesario para convertirse en un clásico: héroes que se debaten en dilemas morales, escenas de combate que hacen volar los pururús por el aire y efectos especiales que parecen haber encontrado en esta película el equilibrio justo entre lo deslumbrante y lo admirable. El gran desafío de esta saga, sin lugar a dudas, es convertirse en un pulpo cuyos tentáculos puedan recoger las aventuras individuales de estos superhéroes (no olvidemos que la gran mayoría tuvo su propio protagonismo en los unipersonales que los llevaron a coincidir en esta aventura). Punto a favor: la peli lo logra de acá a la China. Todos juntos En el preestreno no faltaron los seguidores con pecheras de luz en las remeras (a la manera de Tony Stark), ni las carcajadas estentóreas ante cada humorada que los parlamentos incorporaban a la historia. A la hora en que las luces desaparecieron y la aventura comenzó, más de la mitad de los adeptos se frotaban (literalmente) las manos. Y no tardaron en festejar que los protagonistas de Los Vengadores ya son personajes hechos y derechos, que tienen aplomo y que son indispensables para la trama. El único “pero” que se escuchó cuando se encendieron las luces en la sala fue porque la línea argumental se había tomado varias licencias respecto del cómic. Y aunque eso es casi un pecado para los puristas, no hace mella en la coraza del disfrute. Los grandes logros: Hulk está exultante; el Capitán América deja de ser tan prototípicamente norteamericano; Tony Stark (Ironman, para los amigos) es amado y odiado como corresponde; Thor se lleva puestas las limitaciones de su personaje; y los “más humanos” Clint Barton (el arquero) y Natasha Romanoff (la perfecta Scarlett Johansson) para nada hacen papel de relleno. La unión hace la fuerza, y eso es lo que queda en claro cuando Los Vengadores deben enfrentarse a la amenaza de Ultrón, que pinta peligrosa para la continuidad de la especie humana y de ellos mismos. Pochoclera, estridente, vertiginosa y robadora de aliento, Los Vengadores: la era de Ultrón ya despierta los primeros pronósticos de taquilla, que dan cuenta de que en el preestreno se cortaron tickets en números dignos para el batacazo, a la altura de Rápido y Furioso 7. Buenos y malos Sin entrar en detalles para no embromar la expectativa de los fans, se puede decir que la trama se complejiza bastante en relación a la primera película, pero que eso no le quita brillo a una realización impecable que termina siendo una orgía de efectos especiales que no admiten ni un pestañeo. Es cierto, hay muchas licencias respecto de la versión literaria. Es cierto, se te pasa el colectivo si no prestás atención, sobre todo en la mitad, cuando se empiezan a ver los fundamentos y los secretos necesarios para entender cuál es el rumbo al que apuntan los guionistas. Y sin embargo, la atención no decae jamás. ¿Es una historia remanida? Tal vez. Pero vale realmente la pena.
"Los Vengadores: La era de Ultrón". El encuentro necesario En 2008, y tímidamente, Marvel comenzó una nueva etapa en la que se atrevía a llevar -de nuevo- al cine a sus superhéroes. No había tenido mucho éxito antes y, de todo el enorme listado de productos que tenía, tuvo una curiosa elección. Así se estrenó Iron Man. Sí, este superhéroe no gozaba de la enorme popularidad de otros y tampoco era muy conocido para la gente que no fuera fan de los cómics. Pero el filme fue un éxito y rompió con todo. Después llegarían Hulk, Thor, Capitán América y sus secuelas para desembocar en "Los Vengadores", que los reunía a todos y que se convertía en la frutilla del postre. Sin entrar en detalles específicos sobre la Fase 1 o Fase 2 del Universo Cinematográfico de Marvel (para mi gusto, algo que sólo le atañe al fanático), después de tres años están otra vez juntos -posiblemente la última en que veamos a este equipo de "Los Vengadores: Era de Ultrón ". Y, como toda reunión entre amigos tras varios años, las cosas ya no son iguales. En su lucha por tratar de acabar con las fuerzas de Hydra el grupo de superhéroes recupera el cetro de Loki, que contiene una gema del infinito. Antes de que Thor (Chris Hemsworth) se lleve el arma de su hermano a Asgard, Tony Stark (Robert Downey Jr.) le pide a su compañero que se lo deje estudiar. Junto con la ayuda de Banner (Mark Ruffalo), Stark trata de hacer funcionar un programa llamado Ultrón para mantener la paz en el mundo. Todos sus intentos parecen fracasar y, cuando menos lo esperan, Ultrón hace su aparición. Claro que, si las cosas pueden salir mal, lo harán; y esta creación tiene su propia idea de cómo lograr el cometido de la paz mundial: básicamente, acabar con la humanidad y empezar todo de nuevo. Iron Man, Thor, Hulk, el Capitán América (Chris Evans), Viuda Negra (Scarlett Johansson) y Ojo de Halcón (Jeremy Renner) tendrán que hacer todo lo posible para detenerlo. Joss Whedon, ya convertido en un experto en la materia, vuelve a escribir y dirigir como lo hizo en 2012. A diferencia de la primera película, pone más énfasis en personajes como Ojo de Halcón y Viuda Negra, y contiene bastante al de Iron Man, que es un acierto. Pero también lidia con mostrar a otros -aunque sea algunos minutos- que ya han hecho su aparición: Maria Hill (Cobie Smulders) James Rhodes/ War Machine (Don Cheadle), Falcon (Anthony Mackie) y podríamos seguir nombrando. Claro, como dijimos antes, los próximos Vengadores que veamos serán con miembros nuevos y hay que presentarlos. Es por eso también aparecen Pietro (Aaron Taylor-Johnson) y Wanda Maximoff (Elizabeth Olsen) y La Visión (Paul Bettany). Más allá de esto, esta secuela toma un tono más serio y está más "hablada" que su predecesora. Da la sensación que es un escalón que había que subir para llegar a lo importante: Avengers: Infinity War Part 1 (2018) y Avengers: Infinity War Part 2 (2019). Veamos, las escenas de acción, efectos y producción son enormes e inobjetables. Pero hay una carencia: en la primera el tándem drama-acción-humor era casi perfecto, y en esta casi que se pierde. ¿Será que ya se habrá dicho todo y no hay algo nuevo que mostrar? ¿Será demasiada sobredosis de superhéroes? Todo puede ser. Para los fanáticos: no se enojen, hay cosas que difieren de los cómics, pero tampoco es para matarse. Por supuesto, no se pierdan la escena que viene tras los créditos que dice y mucho.
Todos unidos triunfaremos. La elaboración aceitada del emporio Marvel supo alternar diversos formatos durante su gestión cinematográfica para adaptar a ciertos fenómenos ilustrados. En los sucesivos unitarios que privatizarían el modelo desfilaba el martirio decorado de Ang Lee, la fantasía barroca de Kenneth Branagh y la sátira depresiva de Shane Black. Estos estilos anómalos se combinaban con el ingenio pasatista de Jon Favreau y la nostalgia infantilizada de James Gunn para vulgarizar a la historieta y reinventarla en el mercado. Pero la convención unificada de la factoría recién estaría configurada por la aventura colorida que transita el imaginario de Joss Whedon. Este encadenado coral de superhéroes encontraría en Los Vengadores una comunión iconográfica entre la pedantería sarcástica de Iron Man, el propagandismo del Capitán América, el mitologismo anabólico de Thor y la metamorfosis de Hulk. Ante semejante asociación Whedon procuraba insertarse levemente para concluir vociferando un surtido de atracciones fluorescentes. En su siguiente entrega la garantía de Whedon prefiere reducir el conflicto argumental a una imprudencia de Tony Stark -cuando emplea inteligencia artificial para preservar a la humanidad- y concentrarse en la interacción operativa de sus personajes. Como principal distinción es interesante que Los Vengadores: Era de Ultrón amortigüe los filtros referenciales para sostener una consonancia artificial acaparada por un divertimento operístico que únicamente dispone de confrontaciones rimbombantes, antagonistas sofisticados, remates desmesurados y mucho dramatismo. Whedon desiste en emular catástrofes verídicas con atentados digitalizados y considera anteponer los valores originarios de la viñeta tradicional para cubrir la demanda colectiva. Bajo esta condición plastificada se desarrolla un espectáculo abiertamente pirotécnico de figuras cosificadas. Tomar ese universo falsificado (la amenaza sucede en un territorio inventado) e introducir anabólicos (los personajes saturan la fórmula irrisoria) logra permanentemente captar al consumidor multitudinario. Dentro del conflicto cabe destacar la personificación maléfica que asume James Spader como el computarizado Ultrón y el combate amistoso entre Iron Man y Hulk por las calles sudafricanas. Esta segunda fase encuentra a Marvel dominando el rubro como promotor universal del entretenimiento recaudador y con un itinerario de proyectos inminentes para la industria.
La Era de Ultron y el apocalipsis de la raza humana La Era de Ultron y el apocalipsis de la raza humana El universo Marvel se expande aún más con Los vengadores 2: Era de Ultron, la segunda película que une a Iron Man y compañía en una serie de aventuras que van desde recuperar una piedra de la que mucho no se explica, hasta prevenir la aniquilación total de la raza humana, en locaciones que van desde Europa del Este hasta Asia en un abrir y cerrar de ojos. La trama de esta segunda parte parece simple: Los Vengadores siguen unidos, de misión en misión, luchando por la paz mundial; tratando de hacer que el mundo sea un lugar mejor, para así poder retirarse y sentar cabeza. Pero cuando Tony Stark decide probar suerte en el campo de la inteligencia artificial, algo sale mal, y crea a Ultron, un villano que cree que la única forma de garantizar la paz en, básicamente, el apocalipsis de la humanidad. Si hay algo que destacar de Era de Ultron es su constante humor: el espectador no puede evitar sonreír con cada comentario sarcástico de Tony Stark, o cada vez que alguien le toma el pelo a Captain America. El filme no aburre en ningún momento, a pesar de que por partes las casi dos horas y media se hacen notar. Sin embargo, el villano principal, que podría ser una amenaza real, parece tenue, más que nada una piedrita en los zapatos de Los Vengadores, y nunca existe la posibilidad de que algo vaya a salir mal. Black Widow, Captain America, Iron Man, The Hulk, Hawkeye, Thor... quizás los protagonistas sean demasiados para lograr una narrativa equilibrada y darles a los personajes su merecido tiempo en pantalla. Por eso, a pesar de la emoción del espectador al ver a todos estos grandes y famosos superhéroes juntos, se deja entrever lo forzado de una franquicia millonaria que trata de seguir manteniendo una fan base constante a toda costa. Los fanáticos empedernidos del universo Marvel sin duda encontrarán en Era de Ultron sus expectativas cumplidas, pero tendrán que reconocer que, a pesar del característico humor de Whedon, los impactantes efectos visuales, y una historia entretenida, la narrativa se queda corta, y el nuevo enemigo es más una caricatura que una verdadera amenaza para nuestros ya conocidos héroes.
En el universo de Joss Whedon suele ser especialmente importante el mundo de la cultura pop. Desde mediados de los ‘90s, cuando hizo una serie como Buffy La Cazavampiros, nunca se tomó demasiado en serio el tema de los íconos y los héroes, sino que siempre intentó darle una vuelta de tuerca. Con la primera The Avengers (Los Vengadores, 2012) sucedió algo de eso y Whedon logró un tono justo porque precisamente nunca se los tomó muy en serio. Sin embargo, algo de ese espíritu parece haberse perdido en Avengers: Era del Ultrón (Avengers: Age of Ultron). Hay un problema aparente con la cuestión de los ritmos y el tono en términos de sentido del humor. Si el sentido del humor hacía que la primera funcionara y fuera una suerte de propuesta coordinada entre todos los personajes, sin que ninguno eclipsara al otro y donde todos tuvieran su perfecto lugar, en la segunda da la sensación de que la distribución para cada uno de los personajes es forzada y no fluye del todo, lo cual termina incidiendo negativamente en la composición de cada uno de ellos. Iron Man (Robert Downey Jr.) no es especialmente gracioso (excepto algunos one liners y el tono canchero de siempre); Hulk (Mark Ruffalo) está muy desaprovechado, más preocupado por levantarse a Scarlett (cada vez más fuerte) y domar a su ser verde que por cumplir la misión que los convoca; Hawkeye (Jeremy Renner) tiene la mejor línea de la película (junto con la de Samuel L. Jackson y los conejos católicos); sin embargo, el intento de darle más intensidad dramática termina siendo desaprovechado ya que se le regala una subtrama carente de cualquier tipo de interés o derivación lógica. Thor (Chris Hemsworth) no está demasiado lejos de eso; en la primera, por lo menos tenía un poco más de complejidad narrativa, en especial por el vínculo con Loki, ausente en este caso (cómo se lo a extraña a Loki). El Capitán América (Chris Evans) está un poquito más avispado o, por lo menos, es capaz de reírse de su propia pacatería. A esto se suma la aparición de un nuevo héroe (Vision, interpretado por Paul Bettany), que se va a coordinar con otros nuevos héroes que van a aparecer a futuro; inicialmente daba la sensación de que Vision iba a tener una incidencia trascendental pero finalmente no la tiene. Quienes sí toman un rol más central en esta entrega son los gemelos Pietro y Wanda/Quicksilver y Scarlet Witch (Aaron Taylor-Johnson y la hermosa y escotada Elizabeth Olsen; cada vez más pechos en esta saga), con poderes telequinéticos y físicos extraordinarios, capaces de doblegar por un rato a nuestros vengadores llevándolos al pasado. Esos flashbacks operan como una suerte de ilustración de la historia (al estilo Watchmen), pero ninguno parece mostrar demasiada complejidad. En este sentido, uno podría pensar que una película como Avengers: Era de Ultrón está más cerca de Superman 3 (Richard Lester, 1983), donde se tomaba con sentido del humor la cuestión de qué es ser un súper héroe, a la vez que se indagaba sobre ciertos costados oscuros. Sin embargo, acá esa oscuridad nunca termina de aparecer, y las historias están un poco teñidas de ciertos lugares comunes, en especial la de Black Widow. El resultado, entonces, termina siendo un tanto problemático y da la sensación de que estamos frente a personajes no abandonados a su suerte pero sí que no fluyen del todo. En Avengers: Era del Ultrón la oscuridad nunca termina de aparecer y las historias están un poco teñidas de ciertos lugares comunes. Por otro lado, hay escenas que funcionan muy bien, como las que involucran procesos o introducciones a situaciones de lucha, donde la coordinación genera un efecto cinético que hace que la película en algunos puntos avance muy bien y en otros se sienta excesivamente larga. Eso también tiene su correlato en el problema de hacia dónde la película puede llegar a ir. Así como la primera generaba una perspectiva sobre cómo podía llegar a ser la segunda, ésta no necesariamente da demasiadas pistas respecto de la tercera y eso tampoco parece demasiado relevante. En este punto, lo que sucede con los personajes crece mucho más en cada una de las películas por separado que en el marco de los Avengers, y ese es el principal problema con el que los hermanos Russo (Whedon les deja su lugar) se van a encontrar en la tercera: cómo darle credibilidad a estos personajes en el marco de los Avengers y, al mismo tiempo, cómo darles riqueza. En ésta, no habría sucedido del todo. Sin embargo, la película es muy entretenida y siempre es lindo volver a ver a nuestros queridos Vengadores juntos luchando para salvar al mundo. Y a nuestras queridas Vengadoras que, además de sus armas letales, tienen otras dos grandes herramientas para doblegar a los hombres y a la humanidad.
Joss Whedon volvió a hacer de las suyas. Realizó una película sin precedentes. Una épica de superhéroes donde no se priva de nada. Avengers 2: Era de Ultrón superó a su predecesora. Pero esperen, para entender por completo la cinta, es necesario haber visto casi todas las obras cinematográficas de Marvel, sobre todo Avengers (2012) y Capitán América: El soldado de Invierno (2014), ya que sus líneas argumentales van de la mano con esta Avengers 2. Si la primera entrega parecía excelente por sus diversos condimentos: divertida, explosiva, narrativamente prolija y de grandes momentos humorísticos, esta secuela eleva su apuesta desde las primeras escenas. Este grupo no está en proceso de ensamble como en la entrega anterior, sino que es una formación consolidada a la cual se le presenta una nueva amenaza, y para colmo, inventada en casa. Con una duración de 141 minutos, Age Of Ultron no da un respiro, salvo promediando el film, pero inmediatamente vuelve al frenesí y el desenlace llega muy rápido por lo entretenido del contenido. La película tiene muchos más hallazgos que carencias y cierra la fase 2 del Universo Cinematográfico de Marvel en un gran nivel, al igual que la mayoría de los films de esta etapa. La trama es sencilla: luego de que el equipo completo encabezado por Tony Stark/Iron Man (Robert Downey Jr.) y compuesto por Steve Rogers/Capitán América (Chris Evans), Bruce Banner/Hulk (Mark Ruffalo), Thor (Chris Hemsworth), Natasha Romanoff/Black Widow (Scarlett Johansson), y Clint Burton/Hawkeye (Jeremy Renner) ataquen a la fortaleza del Baron Von Strucker (Thomas Kretschmann), estos deben enfrentarse por primera vez a los modificados: los mellizos Pietro (Aaron Taylor-Johnson) y Wanda (Elizabeth Olsen) Maximoff. Una vez que estos escapan, Iron Man decide hacerse de las investigaciones realizadas por Barón Struker con el cetro que había pertenecido a Loki y que poseía el cubo mágico. Todo estos elementos le sirvieron a Tony para reactivar un programa que funciona mediante Inteligencia Artificial, el cual serviría para mantener la paz en el mundo. Como resultado, nace Ultrón (con la voz de James Spader). Este sistema de protección, decide interpretar en modo libre lo impuesto por su creador y así llegar a la conclusión que la raza humana merece ser exterminada. Ahí es donde los héroes más poderosos de la tierra deben aunar fuerzas y volver a combatir una amenaza que los verá victorioso o derrotados, pero ¿unidos? Locoporelcine_EraDeUltron Entre las razones por la cual esta película sube un peldaño respecto de la anterior entrega, se pueden enumerar tres puntos importantes. Primero la expansión. Los nuevos personajes: Ultrón, Pietro, Wanda y La Visión (enorme elección la de Paul Bettany), son el claro ejemplo de como Marvel ya tiene planificado más historias basadas en el mismo universo y cada elemento que adhieren, lo hacen con intención de agrandar el contexto que los rodea. Hasta este casillero, luego de 7 años, ya han mostrado que saben como anexar historias y personajes. Segundo, repite la fórmula narrativa que tanto éxito le dio en Avengers 1: acción y humor. Pero como es levemente superior a la entrega anterior, le agrega algunos momentos dramáticos con la historia de Hulk y Natasha Romanoff, como se vio en los trailers. A su vez, otra de las historias que adquiere esta atmósfera sorprende por el grado de importancia que adquiere el personaje que protagoniza esa subtrama. Avengers-Era-de-Ultron_Vision_2 Tercero, Whedon vuelve a demostrar que es un gran director por el manejo de actores que exhibe. Cada integrante del grupo superheroico posee su momento de lucimiento, tanto a nivel cómico, como en términos de despliegue combativo y ninguno de ellos queda opacado. Hasta los nuevos integrantes poseen su propio segmento y se integran muy velozmente al cast, sobre todo La Visión. Para resaltar, la escena donde Hulk confronta con el Iron Man Hulkbuster, y el climax de la historia, una representación fiel de un combate que salta de las viñetas a la pantalla grande y no entiende de desajuste o mala interpretación. Alucinante. En conclusión, Avergers 2: Era de Ultrón posee algunos puntos flojos como su versión 3D (no aporta demasiado a la historia), lo episódico de esta entrega, o sea que se convierte en una aventura más y corre el riesgo de pasar inadvertida con futuras nuevas películas, y que estructuralmente es muy parecida a la primera. Sin embargo, este despelote de héroes, villanos y androides es entretenido, rítmico y absolutamente llevadero. Recomendada para aquel que sigue la saga, para el que no, debería ponerse al día e ir a disfrutar de este blockbuster. Si lo que se vio hasta ahora fue épico, lo que planea hasta el 2020 puede ser descomunal.
Avengers: Era de Ultrón no es Los Vengadores, es un filme que no está a la altura de su antecesor. La magia no se repitió, el entusiasmo no siguió, y la experiencia decayó. Si las comparaciones son odiosas, pues esta entonces es una crítica odiosa. Pero ¿hay alguna forma de juzgar el segundo filme para el que no la ha visto, que sea mejor que la comparación? Los Vengadores fue una de las películas más vistas en la historia, por lo tanto el público de la 2º, necesariamente ha visto la 1º, y quien no haya visto el filme de 2012 hasta ahora, muy probablemente no le interesa ver la 2º en el cine. Avengers: Era de Ultrón no es un filme malo, desde ningún punto de vista, pero sí es inferior al antecesor, porque no tiene el grado de espectacularidad del antecesor, porque tiene una subtrama romántica que no le aporta demasiado y además es un tanto fallida en su forma de mostrarse, no nos engancha, el público no la cree tanto a esa relación y se la nota forzada. Además le falta esos momentos épicos de la 1º como el enfrentamiento de Loki vs Hulk, en este filme no hay ninguna escena de ese calibre. Y en determinados casos repite la fórmula de la primera parte, pero sin lograr el efecto y la sorpresa de la misma. También copia parte del argumento de Los Vengadores en subtramas como Vengadores poseídos por algún poder que deben enfrentar a otros Vengadores y eso puede producir un efecto de cansancio y de quitar interés. La secuela tiene mucho menos humor que la original, lo cual la hace menos entretenida y más pretenciosa, y cae en la tradición de las 2º partes, de ser más oscura, en paleta de colores y en trama, que su antecesora, algo que no funciona del todo bien. A todo esto se le suma un villano mucho menos carismático que el anterior y tampoco ayuda. Ultrón, un robot, hecho por animación en computadora, no está a la altura del histriónico e híper carismático Loki de Tom Hiddleston. Avengers: Era de Ultrón es un filme que puede ser recomendado para los amantes de la acción y la aventura, y definitivamente es un filme obligatorio para los amantes del cómic, pero a muchos que vieron la primera parte sin estar en esas categorías quizás los decepcione. Es una buena película, pero palidece frente a la excelente antecesora. Escuchá la primera crítica radial completa por nuestro Profe de Cine Cristian Olcina en el reproductor debajo de las fotos. En este comentario casi no se cuenta nada del argumento y el desarrollo del filme, sino más bien las impresiones que dejó el mismo, es segura para los que aún no vieron el filme . Luego viene la segunda crítica donde se contará un poco más y se analizará más en detalle.
Crítica emitida por radio.
El mundo de los superhéroes es mucho más profundo que un entretenimiento dirigido a los niños y a las billeteras de sus padres. No hay arco mas visitado que el “camino del héroe” y tal vez no haya preguntas mas complejas que las que un superhéroe (un Dios) puede hacerse, ese conflicto moral es lo que llevó a autores com Alan Moore (Watchmen, Miracle Man) Grant Morrison (Superman, Batman) o Neil Gaiman (Batman, Green Lantern) a explorar la psicología detrás de los trajes y capas. Whedon sabe y entiende esto a la perfección. En Era de Ultrón ya hay equipo ensamblado y el film empieza con todo, los Vengadores están en Europa del Este donde se desata una furiosa batalla en las puertas de Hydra donde se encuentra el cetro de Loki. Allí descubren que Hydra ha estado manipulando genéticamente a seres humanos como los gemelos Maximoff (Quicksilver y Scarlet Witch). Cuando regresa la calma Tony Stark decide poner al equipo en stand by mientras construye con la asistencia de Banner una serie de robots con inteligencia artificial sin comunicarle a todos su proyecto, especialmente al Capitán de las rayas y estrellas y al Dios del martillo. Whedon subraya un mensaje antitotalitarismo y cuestionando el concepto de “seguridad” muestra la peor (y única) ideología de Stark/Iron Man. Una vez más, como hizo Watchmen antes, se pregunta quién vigila a los vigilantes, y en este caso usa a Ultrón como proxy. Whedon prueba y se prueba que puede contener y domar un material de origen vasto e infinito y sube la apuesta de lo que fue la primera parte de Avengers. Una película de acción, superhéroes y ciencia ficción que puede tenerlo todo: un guión astuto, con dialogos graciosos y convincentes, que puede ser inteligente sin ser pretensiosa o con una seriedad autoimpuesta, que puede ser llamativa sin ser vacía y excitante sin ser tonta. Whedon ama el material y por eso logra el milagro de construir una pelicula que satisface a publicos disímiles: a la industria, a Marvel, a Disney, al merchandasing, a los niños, a los adultos que acompañan a los niños, y a los adultos hardcore fans del comic que van al cine con un niño para disimular, todos, todos salen contentos de la sala. Nolan hizo un clásico moderno en The Dark Knight pero ese es un film travestido de superhéroes, si se le quita los trajes y el maquillaje la historia funciona igual. Whedon en cambio abraza el canon de las historietas y todo lo que eso significa en términos narrativos y de suspensión de la irrealidad y los traslada a otro medio con respeto y sin dejar de ser fiel a su estilo.
¿Es también una película para quienes no sabe nada sobre el maravilloso mundo de los super héroes? Si (aunque algunos tips tienen que decirte si querés entender todo) En una película de este género todo está permitido, todo se puede hacer, lo ridículo o absurdo, tiene increible sentido, no existe un ” NO, no se puede, es imposible”. Con esta película de casi dos horas y media de duración los fans hablarán durante meses. Un film que viene envuelto en una caja de regalo, y al abrilo estallará todo lo que uno deseaba ver, todos quedan satisfechos y los buenos siempre ganan. Los muy buenos actores, felices de poder mostrarse todo el tiempo en ese papel, ya son “héroes” en Hollywood y con esto, super héroes… (Ambos Chris y Scarlett, ya perfectos…) Por supuesto hay un emotivo cameo a Stan Lee, el creador de todo, con sus 92 años, orgulloso de ver sus creaciones a su lado.
Incansables y potentes superhéroes Avengers: Age of Ultron estrena para dar fin a la ansiedad contenida, puesto que no hacía más que acrecentar las expectativas de los fanáticos con cada portentosa imagen y con cada estruendoso avance que circulaba y formaba parte del aparato promocional de la cinta. Si la primera entrega conquistó al público por su energía, acción desenfrenada y dosis de humor, ¿por qué habría de cambiar la fórmula? Algunas voces se encargaron de reiterar que esta segunda parte es más de lo mismo y que precisamente por eso no brilla. Es cierto que no hay demasiadas sorpresas o tampoco una capacidad inventiva superior respecto del precedente film, pero lo que los seguidores piden está a la orden del día y casi de forma constante, alivianando así el extenso metraje que porta la proyección de Josh Whedon. Un arranque atronador nos enlaza de lleno gracias al vigor propio de las secuencias de enfrentamiento en las que nuestros protagonistas se ven inmersos. Avengers: Age of Ultron desborda de energía y a la vez contagia al valerse de un apartado técnico ostentoso, con el que cada momento cobra un grado mayor de entretenimiento. Ver en acción a Hulk, Iron Man, Black Widow, Captain America, Thor y Hawkeye es apenas uno de los elementos con los que cualquier observador espera encontrarse. Pero la historia no sólo se limita a la adrenalina que se desprende de cada escena combativa, sino que también ofrece un costado que suele volcarse levemente a lo oscuro con pequeños pasajes de dramatismo que nos permitan conocer un poco más, de fondo, a las figuras principales. La química que mantienen nuestros héroes, las chicanas que se hacen y los tintes humorísticos prevalecen, pero a ello se le suman algunas internas entre unos y otros personajes, complicando mayormente las cosas. Uno de los atractivos más estimulantes que asomaba en el tráiler está dado en el potentísimo cruce entre Iron Man y Hulk, que termina cubriendo ampliamente las expectativas creadas a base de una contienda rabiosamente dinámica y devastadora. La aparición de los extravagantes Pietro Maximoff / Quicksilver (Aaron Johnson) y Wanda Maximoff / Scarlet Witch (Elizabeth Olsen) le aporta un plus de frescura y por qué no de impronta a la narración. Por el contrario, queda la sensación de que a Ultron (James Spader en la voz) no se le saca todo el jugo necesario como para que a nuestros ojos se perciba un villano netamente explotado. Avengers: Age of Ultron es un divertimento explosivo que casi nunca decae en ritmo. Más allá de poseer instantes sabrosamente jocosos, existen circunstancias específicas en las que se fuerza el recurso a la humorada. Una de las claves de que este tanque salga airoso radica en el carisma innato de cada protagonista, algo que dificulta la elección de un favorito de parte del espectador, una clara señal de lo bien trabajado que se encuentra este aspecto. LO MEJOR: la química entre los personajes. Los efectos especiales, las escenas de acción y el humor. LO PEOR: Ultron no termina siendo bien aprovechado. PUNTAJE: 8
La NBA de los superhéroes Una máxima no escrita sobre el arte popular dice que si algo entretiene es válido. La secuela de la exitosísima Vengadores hace acordar y mucho a esa máxima. Primero: sus dos horas y media pasan veloces como Quicksilver, el mutante antihéroe (y luego héroe) que introduce esta saga. Segundo: pese a las tramas secundarias y retorcidos argumentos para presentar una simple acción (la búsqueda de un metal ultradenso, por ejemplo, que dispara la batalla entre los Vengadores y su némesis), el interés nunca decae. En su permanente búsqueda por mejorar aleaciones y demás adminículos, Tony Stark, alias Ironman (algo así como el Steve Jobs del cómic), tropieza con una nebulosa de energía azul que resulta afín a sus intereses, hasta que la energía se materializa en Ultrón, un robot de inteligencia superior que infiltra todas las redes y crea su propio ejército. Pero Vengadores 2: La era de Ultrón no sería un film redondo sin la inclusión de los gemelos mutantes Pietro y Wanda Maximoff, alias Quicksilver y Scarlet Witch, que con su velocidad (el primero) y poderes de encatamiento (la segunda) complican la tarea de Ironman, Thor y el resto del equipo. El film está superpoblado de in-jokes o bromas para conocedores (“sos muy inocente”, se burla Ultrón de su creación, Visión, y este le responde: “Es que nací ayer”), y aunque se siente el abuso, el estilo refleja la comodidad del director Joss Whedon para hacer su trabajo. El secreto no está en la historia sino en la interacción. En vez de jugarse por lo bueno y malo de un personaje, los Vengadores son una NBA que hace jueguito todo el tiempo, sin estar pendientes del resultado del partido. Con la franquicia del cómic en manos de Whedon y el veterano Stan Lee, hay Vengadores garantizados para rato.
Barnizada por el tema de que la unión hace la fuerza (y la desunión la destruye), tal vez la autoconciencia sea la mayor virtud de “Avengers: Era de Ultron”. Pretende recaudar mucho dinero, es puro merchandising, vienen dos más en camino, etc, pero siempre el eje principal de su existencia es ser un producto entretenido, con mucho humor y mucha acción. Todo esto se cumple con creces. Con una secuencia inicial que remite a la persecución de las motos aéreas de Star Wars: El regreso del Jedi (1983), en pleno bosque y con muchos árboles como obstáculos fundamentales, la segunda parte de Los vengadores muestra a todos en plena forma tratando de llegar a un furtivo laboratorio experimental, donde se lleva a cabo una investigación para lograr que el cetro de Loki sirva como big bang de la creación de un ser superior (el del título). Así, bien a las patadas, piñas, escudazos y martillazos, Thor (Chris Hemsworth), Hulk (Mark Ruffalo), Viuda Negra (Scarlett Johansson), Iron Man (Robert Downey Jr.), Capitán América (Chris Evans) y Hawkeye (Jeremy Renner) se abre paso para llegar allí. Irónicamente, es de la mente científica de Tony Stark y Bruce Banner, que Ultron (voz de James Spader) cobra vida. En principio nace con la buna intención de ayudar a la humanidad pero luego, cobrando fuerza intelectual, parece razonar sobre la necesidad de exterminar a los superhéroes. Como aliados, aparecen dos interesantes personajes: los hermanos Pietro y Wanda Maximoff, o sea Quicksilver (Aaron Taylor-Johnson) y Bruja Escarlata (Elizabeth Olsen). Es importante destacar que si bien hay cierto incremento de oscuridad en esta secuela, la veta dramática que da en el blanco es la relación entre Hulk y Viuda Negra al servir esta última como el elemento que serena a la bestia. Le da paz. Saca lo mejor de él. El costado más humano. Esta subtrama dentro de un guión básico ayuda a construir este universo que se percibe cada vez más sólido. Las secuencias de acción y efectos especiales suben la apuesta en todos los rubros, empezando por una compaginación vertiginosa que no da tregua. Está claro que sino estuviéramos en éste siglo sería casi imposible hacer esta franquicia de superhéroes. Todo está orquestado para seguir mucho tiempo, cada detalle está cuidado y planificado con precisión de cirujano. Es que a la hora de pensar en la taquilla, Hollywood pone toda la carne al asador. Esta vez funciona muy bien.
Comprobé que sufro de “fatiga de superhéroes”. Ok, ya lo sabía de antes, pero el viernes –cuando fui a un cine normal con gente normal– a ver AVENGERS: ERA DE ULTRON, acompañado por otra gente normal que no había visto casi ninguna de las películas del Universo Marvel y la pasó muy bien viendo ésta, me quedó claro que la falta de disfrute respecto a lo que estaba viendo tenía más que ver conmigo que con la película en sí. Es que el nuevo filme de Joss Whedon que toma los productos premium de este supermercado de superhéroes (la repetición es intencional) es la versión más abigarrada y grandiosa de toda la línea de ensamblaje de la compañía, es la que pone toda la carne al asador y propone todos las tonalidades posibles de este tipo de películas: es grave, es liviana, es acción pura, es romance, es trama propia y a la vez deudora de un todo narrativo que viene de otras películas y comics y va hacia nuevas. Y es la que deja al espectador elegir su propia aventura dentro de todas las que propone. O, como en mi caso, nos deja un poco abandonados tratando de agarrarnos a pequeños momentos de interés aquí y allá que se reparten a lo largo de la película, en cuentagotas. Pero soy yo, sé que soy yo. Bueno, calculo que seremos unos cuántos, pero seguramente muchos menos que los que las disfrutan y las convierten cada vez que salen en las películas más taquilleras de ese año en una competencia que ya no es de inflación narrativa sino, literalmente, una por ver quien hace más millones que la anterior. Y, como me pasó el viernes en el que fui al cine-cine, también las pueden disfrutar espectadores que no están saturados de superhéroes y se sorprenden todavía con los mecanismos narrativos que a muchos nos resultan agotados y agotadores. 01AVENGERSJP1-articleLargeAVENGERS: ERA DE ULTRON está bien hecha, tiene más coherencia visual que la anterior, algunos momentos divertidos y una subtrama romántica que no está mal. Tiene, también, escenas de acción interminables que me hacen constantemente preguntarme hasta qué punto resulta disfrutable el espectáculo de gente chocando y pegándose entre sí, ciudades destruidas y villanos que quieren aniquilar a la raza humana con toda la sarasa del caso incluida. Y no es que no pueda disfrutar una buena película de acción o de aventuras como cualquier ser humano atravesado por el deseo que le cuenten buenas historias, sino que siento que estas películas raramente cuentan “buenas historias” y en mi cabeza parecen todas versiones mediocres, confundibles entre sí y ligeramente diferentes de las mismas cosas, como los defensores de la Selección Argentina de fútbol. No voy a hablar de la trama porque la pueden chequear en cualquier lado y porque, por un lado, no estoy seguro de haberla comprendido del todo y me aburre la idea de contarla. Solo diré que el sindicato de superhéroes tiene que lidiar con una creación de “inteligencia artificial” que se les vuelve en contra y que, tras unos pasos en falso y muchos muchos muchos combates, termina saliendo airoso. De todos modos, me doy cuenta que me entretiene más ver a los fornidos superhéroes hablar y bromear entre sí (al mejor estilo del cine de Howard Hawks que es el claro modelo de Whedon) que cuando, en plan digital extremo al borde de la animación, entran a lanzarse edificios por la cabeza. Creo que una charla entre los personajes durante dos horas en ese estilo sobremesa ligeramente lisérgico patentado por Robert Downey me divertiría mucho más. Y en ese sentido hay que sacarse el sombrero ante los Chris (Hemsworth y Evans) que se bancan a la perfección la ironía neurótica de nuestro Iron Man con ADD. 01AVENGERSJP2-articleLargeLa relación entre la Viuda Negra y Hulk –o Scarlett Johansson y Mark Ruffalo– también tiene unos momentos de ternura y humanidad que permiten descansar la vista y el oído, además de bajar el promedio de cortes por minuto, pero creo que están puestas más a pedido de los actores (así pueden hablar de la complejidad de sus personajes en las entrevistas promocionales) que del público. Por lo breves que son –y más en comparación con las escenas de acción– es claro que nadie en Marvel/Disney quiere alienar al público cautivo (varones de 12 a 25) con un romance tipo la Bella y la Bestia. No. Son momentos, como cada aparición de los pectorales de los Chris– demográficamente calculados, con cronómetro en mano. Si todo esto suena a queja de crítico de mediana edad que no entiende las películas “que les gustan a los pibes”, me hago cargo. No suelo tomar posturas conservadoras en mis críticas ni soy de creer que todo tiempo pasado fue mejor o que el buen cine solo se ve en festivales, pero debo admitir que pese a todos mis esfuerzos, no logro que el Universo Cinematográfico de Marvel me interese demasiado. Hay algo demasiado corporativo, demasiado estructurado y calculado, demasiado artificiosamente hypeado que me termina alienando, dejando afuera. Y más allá que admire ciertas ventanas creativas que pueden escaparse en este programa de invasión de superhéroes en fases de parte de realizadores talentosos como Whedon, también entiendo porqué el hombre decidió abandonar la saga después de dos películas y dedicarse a otras cosas. La sensación de deja vu no la tenemos solo nosotros…
Súper grupo de terapia “No confío en alguien que no tiene un lado oscuro”. La frase la dice en la cinta el habitualmente más pícaro Tony Stark. Y podríamos decir que es la base sobre la que Stan Lee edificó el Universo Marvel en los ‘60, en la denominada Edad de Plata. Claro, tuvo la suerte de poder empezar casi de cero (heredó al Capitán América, cocreado por su mejor compañero de trabajo, el “Rey” Jack Kirby), mientras que del otro lado Carmine Infantino se fatigaba tratando de organizar el Universo DC, con viejas franquicias que no siempre habían estado juntas. Cuando Infantino jugó la carta de la Liga de la Justicia (la reunión de sus mejores personajes), Lee le tiró con Los 4 Fantásticos, pero igual se dio el gusto de armar su propio rejunte de personalidades: Los Vengadores. Y ellos son el eje sobre el cual Marvel Studios desarrolló una de las experiencias más osadas en el cine: organizar entre sí una serie de costosos filmes como se interconectan los títulos de la editorial madre. De hecho, hasta las series televisivas como “Agentes de Shield” o “Daredevil” tienen lazos con los eventos de la primera reunión de Los Vengadores (las franquicias de X-Men y Spider-Man van por otros lados). Despliegue y contenido ¿Cómo podía hacer el guionista y director Joss Whedon para superar lo que había hecho en aquella cumbre? Por el lado visual, buscar que las escenas de acción lucieran más sorprendentes, impactantes y perfectas. Desde el extenso plano secuencia del comienzo, a lo “Birdman”, donde la cámara va siguiendo a uno y a otro personaje sin cortes en su asalto a una base de Hydra (escena que termina congelada en esa imagen de todos saltando que podría ser una ilustración de Kirby), hasta la coreográfica (y también ralentada) escena de batalla en la iglesia: un ballet visual entre los que van por abajo, los que saltan y los que vuelan. En definitiva: la puesta visual vuelve a ser impresionante, al servicio del crescendo del relato. Pero hace falta más. Whedon mete mucho contenido en dos horas y 20 minutos, logrando que además de la pura acción haya desarrollo psicológico, además de momentos de distensión humorística incluso cuando las papas queman. Así, si la primera fue un choque de egos y metodologías, acá encontramos un grupo de camaradas que deben ahora enfrentarse a sus propios miedos y traumas. Claro, ayuda el desarrollo que cada personaje tuvo en los filmes intermedios. La terapeuta forzosa del grupo será Wanda Maximoff (la Bruja Escarlata, aunque todavía no lo sepa), quien aparece aquí junto a su hermano Pietro (Quicksilver), aunque como “alterados” por Hydra; con eso los sacan del canon mutante, lo que molestará a varios fans, y Quicksilver se convierte así en el primer personaje en aparecer en dos de las sagas, ya que se lo vio en X-Men: Días del futuro pasado. La era del trauma Pero no nos pongamos nerds y volvamos a lo nuestro. Rescatado el cetro de Loki de las manos de Hydra, Stark descubre que de él se puede desarrollar un sistema de inteligencia artificial que coordine su legión de robots (en eso trabajaba la oscura organización). Pero siempre algo sale mal, y la mente se vuelve autoconsciente como Ultrón, y decide reorganizar el mundo a su manera: quizás es la psicología menos trabajada en la película, pero de todos modos se entiende lo que quiere hacer, y no es bueno. Como su ayudante, Wanda jugará con las mentes de los Vengadores, exponiendo su lado oscuro, lo que trataban de tapar para sí mismos y para los demás. Así, el controlador Stark (Iron Man), teme en secreto no poder salvar a sus compañeros y al mundo; Steve Rogers (Capitán América) sigue sin poder tener una vida, ya que dejó la suya en la década del '40; Thor carga con la sangre de compañeros asgardianos caídos; Bruce Banner tiembla de sólo pensar en convertirse en Hulk (y más después de hacerlo), lo que lo aleja de la vida normal; y Natasha Romanoff (Viuda Negra) sigue peleando con su condicionamiento de asesina (y con otras cosas que también la alejan de la opción de una vida normal, y de realizar cariñosas intenciones con Banner). En el medio de este panorama aparece Clint Barton (Hawkeye): el que se siente a veces demasiado “común” entre tantas glorias, demostrará que puede llegar a ser el cable a tierra para el grupo. En equipo Para eso, el elenco tiene que funcionar como un todo más que como lucimientos personales: Robert Downey Jr. hace un Stark menos expansivo, Chris Hemsworth un Thor divertido y acoplado y Mark Ruffalo un Banner muy humano. Mientras que Chris Evans está bien como ese Capitán América que no demuestra casi nada, Scarlett Johansson le sigue agregando matices a su Natasha, y Jeremy Renner expande más que nunca a Hawkeye. En el viaje los acompañan, con más a o menos tiempo en pantalla, Samuel L. Jackson (Nick Fury), Aaron Taylor-Johnson (Pietro), Elizabeth Olsen (una Wanda con aires de cantante de power metal), Claudia Kim (Dra. Helen Cho, lejos de la Khutulun de “Marco Polo”), Paul Bettany (un poco apretado en su nuevo rol de Visión), Cobie Smulders (agente Maria Hill) y Don Cheadle (James Rhodes/War Machine). A ellos se suman cameos de otros personajes de la saga, y como sorpresa está una de las mejores apariciones de Stan Lee en una película marveliana (ahora sí, los nerds saben lo que significa “Excelsior”). En definitiva, Whedon lo hizo de nuevo: convencernos de que un montón de disfrazados poderosos se parecen más a nosotros de lo que creemos. Ahora, a esperar el tercer ciclo de la saga.
Los Vengadores tienen cuentas que ajustar Tony Stark y Bruce Banner desarrollan una inteligencia artificial, convencidos de que un poder de esa naturaleza podría asegurar la paz en la Tierra. Pero el plan falla y nace el robot Ultrón (foto), un peligro para la humanidad. La batalla contra el poderoso Ultrón pondrá a prueba la capacidad de los Vengadores para mantenerse unidos y victoriosos. “Vengadores; era de Ultrón” es una película monstruosa, y no sólo por el presupuesto (no inferior a los 250 millones de dólares). Hay tantos personajes, subtramas, conexiones con el universo audiovisual de Marvel en el que filmes y series de TV están conectados, que cualquier no iniciado puede perder la brújula. También está la carga de expectativas que una producción como esta genera y el riesgo de defraudarlas. Eso sin contar el manejo de un set colmado de estrellas, con egos tan complejos como el de los superhéroes que encarnan. Todo ese combo manejó Joss Whedon y, una vez entregada la película, dijo “basta para mí”. Extenuante trabajo el de Whedon, pero a la vez eficaz, porque esta segunda parte de la saga de los Vengadores está muy bien contada, divierte y deja con ganas de más. Y eso que dura casi dos horas y media. El comic book de Stan Lee sirvió de disparador para este viaje a la vida interior de los Vengadores, equipo disfuncional si los hay. Una chispa es una hoguera cuando se cruzan prima donnas como Iron Man, el Capitán América, Thor y Hulk. Viuda Negra y Ojo de Halcón también juegan en este partido, al que se suman nuevos e interesantes personajes del inagotable panteón de Marvel. Es el caso de Vision, a quien le da vida el notable Paul Bettany, un superhéroe que abre puertas hasta aquí inexploradas para la franquicia. Whedon administra los pasajes de acción, trepidantes como es fácil imaginar, con las relaciones que se tejen y destejen en la intimidad del grupo, romance incluido. También con el humor, que es una marca registrada de Marvel y que tan bien funcionó en, por ejemplo, “Guardianes de la galaxia”. Es un permanente balanceo narrativo el que una película de esta naturaleza impone, cada personaje requiere su dosis de voz y pantalla. No es sencillo. Ultrón es un villano tan confundido como desquiciado. Un hijo de la mente de Tony Stark -ya de por sí retorcida- que se autoconvence de los beneficios de la destrucción. El enorme James Spader le pone la voz. Sólo por eso, ver la película doblada al castellano constituye un crimen. El final abierto obedece a la dirección que Kevin Feige, amo y señor de los estudios Marvel, estableció para el próximo lustro. A los Vengadores los aguardan tres películas -contando la próxima del Capitán América-, así que los cabos irán atándose con el correr del tiempo. También el enfrentamiento con Thanos, supervillano por excelencia (atención a la escena postítulos). Se entiende entonces que esta aventura funcione como parte de un todo gigantesco, un plato sabroso en el marco de un buffet que se adivina inagotable. Origen: Estados Unidos, 2015. dirección: Joss Whedon. CON: Robert Downey Jr, Chris Evans, Mark Ruffalo, Scarlett Johansson. violencia: con escenas. sexo: sin escenas. El diálogo: Iron Man y Thor discutiendo acerca de cuál de sus novias es mejor. Lo que viene: “Capitán América: guerra civil”, a estrenarse el 29 de abril de 2016.
Seguramente a muchos de los lectores de NOTICIAS no les interese demasiado una película con superhéroes a montones, explosiones y efectos especiales. No tiene nada de malo eso, salvo por el hecho de que quien gusta del cine no hace distinciones por presupuesto o género. Aún así, quien esto escribe quiere proponerles una forma de ver este film, que es mejor que el primer “Vengadores”: véase La era de Ultrón como un documental acerca de cómo y por qué leímos una historieta y nos grabó la memoria. Joss Whedon cuenta varias historias: la de un hombre común que, ante la circunstancia extraordinaria, pelea pero quiere volver a casa; la de los sobrevivientes de una familia destrozada; el amor entre dos seres que no podrán formar una familia jamás; la de un científico que es un monstruo (y no es Hulk: Robert “Tony Stark” Downey Jr. es Jeckyll y es Hyde); la de la perversión de la tecnología. Aún así estas historias son menos importantes que la idea de contarlas con colores exagerados y ruido: equilibrar unas con los otros es el mayor logro de la película. Pero volvamos a lo “documental”: vea cuándo y cómo la cámara se ralentiza para capturar el instante en que un movimiento se vuelve épico y bello. Son esos momentos donde el film se vuelve una obra personal e íntima: la declaración de un adulto de por qué no abandonar los juegos de infancia. Es esa idea la que justifica un film y, también, este género: el de los cowboys de lo imposible.
Técnicamente perfecta y con abundantes escenas de acción en distintos momentos de la proyección, esta nueva película de Los Vengadores garantiza mucha adrenalina y entretenimiento. Si bien la propuesta es atractiva, creo que le resta puntos el hecho de que el villano de turno sea...
Superpoblación La primera de las entregas de Avengers, además de ser una apuesta monumental y multimillonaria, seguramente haya sido de las mejores películas de superhéroes jamás filmadas. Dotada de una anécdota bien contada, bien montada y bien resuelta, con un ritmo notable, muchísimo humor, personajes sólidos y carismáticos, un guión que equilibraba la presencia de cada uno de ellos pero sin dejar a ninguno opacado y, sobre todo, con mucha frescura y efectos especiales que parecían puestos al servicio de la historia y no al revés, se convirtió en uno de los puntos más altos a los que había llegado hasta su momento la Marvel Studios. Después vino la maravillosa Guardianes de la galaxia y hasta puede decirse que la superó, pero la idea en su momento era impensable. Justamente esas dos películas pueden darnos la clave de por qué esta nueva entrega de Los vengadores parecería perderse en el intento de llegar a esa altura y no lograrlo. Primero y fundamental: los vengadores de la primera eran seis, los guardianes de la galaxia eran cinco. Se trataban de cifras accesibles para poder darles un protagonismo a cada uno, para plantear diálogos y acción que presentasen una interacción entre ellos y que de esta forma se solidificaran como grupo, con el componente emocional necesario para otorgarles una unidad. En esta nueva entrega hay tres vengadores más: ahora son nueve, y quien mucho abarca poco aprieta. Los diferentes conflictos, las subtramas, los vínculos particulares que se tejen se pierden en una película que naturalmente se acaba recargando demasiado a lo largo de 141 minutos. En segundo lugar, tanto Los vengadores como Guardianes de la galaxia zafaban notablemente de la fiebre destructiva que aqueja a muchísimos blockbusters estadounidenses, sobre todo desde los atentados del 11 de steiembre: esa necesidad de invertir millonadas en edificios derruyéndose, ciudades enteras siendo arrasadas, con civiles de por medio. Una búsqueda de catarsis que termina prescindiendo de la imaginación para convertirse en un ejercicio vacío de demolición y lluvias de escombros. Esta película tiene buenas escenas de acción, especialmente un plano secuencia al comienzo que muestra a los diferentes superhéroes entrecruzándose y desplegando sus poderes durante un operativo, y sobre todo, una lucha cuerpo a cuerpo entre Hulk y una versión hinchada y XG de Iron Man, acorde a la masa corporal del primero (una suerte de paquete de emergencias ideado para controlar al hombre verde una vez que se desquició totalmente), pero en general se llega a puntos en que esa destrucción urbana sin sentido abruma, perdiéndose el poder de impacto que en un principio se busca. Y por todos lados se notan los malabares. Al guión le asoman indicios de estrategia premeditada: es muy probable que para una próxima entrega ya no se cuente con alguna de las más importantes estrellas que componen el cuadro (naturalmente, estamos hablando de grandes actores consagrados que bien podrían hartarse de malgastar su físico y su talento en más blockbusters) y no sería raro que no accedieran a filmar más continuaciones. Por tanto, ya son sugeridos los retiros de varios de ellos, y se hace incapié en la renovación. En estas vueltas, se pierden más minutos, que lo único que logran es que esta atiborrada superproducción se disperse aún más.
Podemos afirmar que con “Era de Ultron” (USA, 2015) la saga de The Avengers del director Joss Whedon terminas por plasmar su idea completa y barroca sobre el Universo Marvel en una película completamente diferente a la entrega anterior pero mucho más “madura”. Si en la primera película la acción y el trabajo en equipo eran los desencadenantes de una trama que luego iría mostrando los claroscuros de cada uno de los personajes, en esta oportunidad Whedon aprovecha para profundizar en la psicología de cada uno de los miembros del equipo y detenerse mucho màs en sus sentimientos y sentido de pertenencia al equipo que otra cosa. Todo se desencadena “Era de Ultron” cuando un misterioso componente energético es intentado se ha robado por parte de Ultron, un misterioso enemigo (con la voz de James Spader) que basa su poderío a fuerza de energía robada. En una escena inicial el grupo desembarca en un misterioso país para desenmascarar a un equipo maligno que además “modifica” y “mejora” a seres humanos y que desea complicar las cosas al atacar el mundo. Desde allí, ese puntapié inicial con trabajo y ataque en conjunto, todo se irá compaginando para que los vengadores terminen deseando algo más que acción y, la mayoría, cansados del stress que implica “salvar el mundo” irán corriendo las fichas del tablero hacia un lugar que les permita escaparse del equipo. Es curioso ver cómo al grupo The Avengers se sumarán dos jóvenes mejorados, que si bien en un primer instante estarían puestos del lado contrario, con el correr de la película terminarán sumándose al grupo y entre todos intentarán detener al villano. Igualmente ese no será el motor del filme, todo lo contrario, el verdadero hilo conductor radicara en el futuro del grupo, un incierto porvenir en el que cada miembro debe analizar en profundidad si continua trabajando en el o si avanza en otro proyecto. En “Era de Ultron” hay acción, mucha, también una deslumbrante parafernalia visual con imágenes impactantes de lucha y supervivencia (atentos a la escena de pelea final coreografiada hasta el mínimo detalle) pero el punto principal, al ser corrido, termina generando una larga abulia hasta la resolución y apertura de incógnita para la próxima entrega. Porque, resumiendo, esta película parece la transición necesaria entre la entrega anterior y la próxima que vendrá. No es la primera vez que una historia de “relleno” llega a los cines para en realidad poder cumplir con la industria y los estudios (ávidos en recaudar y seguir generando sinergia con Marvel) sin pensar en que el producto podría ser mucho más contundente si se lo evitara. Grandes efectos visuales y un impactante y dinámico trabajo de edición hacen de esta película un entretenimiento menor, que, con moraleja final, sólo nos deja más ansiosos hasta la siguiente película (a propósito, no se queden esperando luego de los títulos porque más allá de un breve insert al comienzo de ellos, no hay sorpresa) y añorando la honestidad y solidez de la la propuesta anterior. Fallida.
Un gigante verde viaja solo en un avión hacia ninguna parte y nos recuerda que todas las historias de superhéroes son tragedias más o menos encubiertas. Avengers: Era de Ultrón, siguiendo el camino abierto por Jon Favreau con las dos primeras Iron Man, toma un desvío y quiere además ser una comedia: la escena de la fiesta, con los vengadores intentando levantar sin éxito el martillo de Thor, dispone un gag detrás del otro con una velocidad que hace acordar a la screwball comedy. En verdad, en las películas de superhéroes todo es, en el fondo, una cuestión de velocidades: hay que actuar rápido para desbaratar los planes de algún villano, pensar rápido para anticipar sus planes, escapar velozmente cuando se es derrotado. Avengers, por su parte, lleva esta premisa mucho más lejos que cualquier otra película del género y puede ser vista como una gran carrera vertiginosa: contra el estado de la ciencia (la que emprende sin respiro Tony Stark), contra una época extraña (Capitán América), contra un pasado marcado por el terror (Black Widow), contra un trabajo peligroso que pone cada vez más lejos a la familia (Hawkeye).Incluso las rivalidades y desavenencias del grupo surgen de un desacople de ritmos: Stark, siempre un paso adelante de los demás, pone en peligro a la organización cuando decide realizar un arriesgado experimento; los otros no pueden menos que irle en zaga, en especial Steve Rogers, héroe vintage que se adapta con dificultad a las aceleraciones que le impone un presente que no es el suyo. Por eso es que los pocos momentos de plenitud que tienen estos vengadores están al principio y al final, cuando cada uno consigue integrarse con el resto y lograr así alguna especie de armonía. Pasa en la primer escena, en el que quizás sea el mejor comienzo del año, cuando Josh Whedon escenifica una suerte de mortífero ballet con sus protagonistas: en un bosque infestado de enemigos, los héroes irrumpen surcando por turnos el espacio del plano, se relevan unos a otros, alternan posiciones, entran y salen del encuadre; el resultado es una coreografía imposible como solo el cine podría haberla imaginado, y que nos distrae por un rato del destino trágico que pende sobre sus ejecutantes. Ese ataque bella y rápidamente orquestado es quizás la única forma de comunidad posible entre los personajes; la contracara es el retiro solitario del gigante verde y triste, que vuela pero que está quieto, que asume su propia tragedia renunciando a moverse con los otros.
VideoComentario (ver link).
Después de 3 años de espera, llega la segunda parte de los Vengadores de Marvel. Es, en muchos sentidos, la más esperada de los estudios Marvel y la que más éxito ha tenido (ya estaba cerca de colarse dentro de las 10 más taquilleras de la historia). Y no es para menos, pues no es una película cualquiera de superhéroes, sino que es una parte más del enorme rompecabezas que inició con Iron Man y que concluirá en unos años más con Infinity War. Es, en muchos sentidos, lo que esperábamos. Quizá, con aquella escena final de Los Vengadores, todos visualizábamos que Thanos fuera el rival a vencer en esta segunda entrega, pero resultó sorpresa cuando anunciaban el título Era de Ultrón, pues es un arco muy conocido en los cómics, en donde un robot de inteligencia artificial pone en aprietos a los héroes más poderosos del planeta mediante un ejército de clones. Y la historia de este filme es básicamente la misma, pero para los más puristas que ya han leído dicho cómic, tiene muchos cambios con respecto a la historia. El principal de ellos es que es Tony Stark y no Hank Pym, el creador de dicha inteligencia artificial. Pero más allá de la eterna discusión entre lo que debe ser una adaptación y una copia fiel de las historietas a la pantalla grande, hay que recordar que es un filme que principalmente debe tener en cuenta que es la parte intermedia de la enorme historia que siguen construyendo. Hay muchas escenas que sirven como puente a lo que está por venir: Black Panther, Thor 3, Inhumanos e Infinity War. Por ello, la historia no solo se sostiene por sí misma, sino que habrá más de alguna situación que pase sin entendimiento por aquellos que no siguen el universo Marvel (incluido el de TV). Era de Ultrón es lo que podemos soñar de los vengadores y poco más. Acción desde la primer secuencia, efectos al por mayor, pero sobre todo, y es algo que mejora con respecto a la anterior, el equilibrio de peso entre todos los protagonistas (considerando que aquí entran en juego incluso más que en la primera parte) y que el trabajo en equipo es mayor, que solo escenas personales. Quizá podemos detectar fallos en la historia global, porque la historia llega a sentirse forzada. El arco argumental de Ultrón daba para toda una fase y sin embargo en todas las anteriores no vimos pista alguna del androide y en realidad todo apunta a Infinity War. Hay que ver si incluso la mítica Civil War no termina decepcionando al reducirse a una simple aventura del Capitán América. Como sea, sabemos lo que vamos a buscar y lo encontramos. Acción, efectos, colores y muchos sueños geeks cumplidos. Más oscura, mejor construida aunque con un villano que no logra aprovechar todo su potencial, Age Of Ultrón será un éxito más en la historia Marvel.
Con apenas la notable excepción de Capitán América: El Soldado de Invierno, las segundas partes del universo Marvel han tenido en cine poca suerte: Iron Man 2, tras el entusiasmo inesperado que generó en su primer capítulo, palideció en comparación, mientras que Thor 2 fue sencillamente inmirable. Avengers: La Era de Ultrón no se encuentra, claramente, en ésta última categoría pero sí se acerca bastante a la desilusión de lo “ya visto” y es presa del peor pecado de marketing que a menudo comete la Marvel: no es una película, es un trailer. Un extenso (demasiado, en sus dos horas y media) anuncio de “lo que vendrá”, cuando los superhéroes se peleen, enfrenten entre sí, y se vean obligados a amigarse de nuevo para combatir un mal en común. Si recordamos que ésta fue la estrategia del estudio en sus inicios, es difícil no ver La Era de Ultrón como un paso atrás. El equipo está completo (a excepción de las parejas de dos protagonistas como lo son Iron-Man y Thor, apenas mencionadas en un chiste poco efectivo), y se enfrenta a todo tipo de amenazas. Claro que no todas representan el mismo peligro y, hábil, Tony Stark reflexiona: no es lo mismo enfrentar traficantes de armas que alienígenas destructores. Y es justamente gracias a esta filosofía de “mejor prevenir que curar” que el hombre de hierro comete una imprudencia, cuando junto con Bruce Banner (más conocido como Hulk, para los paracaidistas ajenos a la historieta) decide crear un sistema de inteligencia artificial para proteger al planeta. Cual Skynet malvado, el plan falla y lo hace a lo grande: engendrando un ser, el Ultrón del título, que entiende por “paz” la “guerra” y así concluye que la única armonía posible en el universo no contempla la vida humana. Stark sin quererlo provoca una crisis en el núcleo duro del grupo, y Los Vengadores enfrentan a un villano más amenazante que el de la anterior película, pero que aún se ve desdibujado en proporción a sus contrincantes. Joss Whedon dirige una vez más, aunque lo hace con un tono completamente distinto al de la anterior entrega, ya que los colores vívivos se apagan y reemplazan por tonalidades oscuras, intentando llevar la saga hacia un lugar menos “kid-friendly” y un tanto más siniestro. Los chistes, disparados a mansalva entre puños y disparos, tampoco dan siempre en el blanco. Si bien el resultado es ciertamente menos impactante que la primer reunión del grupo, la inteligente puesta en escena de Whedon y un guión que entretiene constantemente, hacen de La Era de Ultrón un producto de factura técnica impecable y muy divertido. El desencanto saluda desde la comodidad de haber recurrido a lo predecible y lo fácil. Repetir y repetir para no terminar de avanzar.
Los héroes más grosos del planeta (más algunas incorporaciones) contra un ejército de robots conscientes y malvados. ¿El espectáculo cinematográfico del año? Leé y sacá tus propias conclusiones... Antes que nada... sí, supongo que va a haber algún que otro SPOILER. Más que nada para los novatos, porque los viejos lectores de comics sabrán anticipar (o directamente ya se enteraron de) varios de los acontecimientos. Lejos de cualquier tipo de introducción –somos todos viejos conocidos a esta altura–, Avengers: Age of Ultron arranca a pura acción, con el equipo de superhéroes atacando la base del Barón Von Strucker, uno de los sobrevivientes de la corporación malvada Hydra... y a quien ya vimos en la escena post-créditos de Captain America: Winter Soldier, el "capítulo previo" (por lo menos, acá en la Tierra) en toda esta gran saga que es el Universo Cinemático Marvel. Como también vimos en dicha escena, Von Strucker no sólo tiene en su poder el cetro de Loki, sino que también es el encargado de experimentar con los gemelos Pietro y Wanda Maximoff (Quicksilver y Scarlet Witch, para los comiqueros), dos jóvenes que se ofrecieron a sufrir tales experimentos porque le tienen bronca a Tony Stark. El rencor nunca lleva a nada bueno, chicos. Luego de la batalla en New York contra Loki y sus Chitauri, el guionista y director Joss Whedon ya se maneja con gracia y holgura en estas escenas, con algún otro plano secuencia donde la cámara va paneando a cada uno de los integrantes haciendo lo suyo... y tirando chistes mientras tanto, obvio. Son superhéroes, y es Joss Whedon: el tipo no puede con su genio, están hechos el uno para el otro. Ya en esta secuencia (que se desarrolla en la nieve y vemos en el trailer) notamos el trabajo mancomunado entre todos, muy especialmente entre Capitán América y Thor, siendo numerosas las instancias donde ambos pelean juntos. También volvemos a ver como Black Widow (Scarlett Johansson) es la encargada de "arrullar" a Hulk, y hacerlo que pase de un monstruote verde a un tímido Bruce Banner (Mark Ruffalo). Para mí que "hay onda" acá... Volviendo a la trama, una vez recuperado el cetro de Loki, Tony logra convencer a Bruce que dicha arma es justiiiito lo que les faltaba para concluír con una vieja idea de ambos: el proyecto Ultron; una Inteligencia Artificial (I.A.) que sirva como "escudo para la Tierra" ante las amenazas más grosas, las que vienen del espacio exterior. Evidentemente Tony sigue medio traumado luego de su experiencia en NY. Pero, como era de esperarse, y por más genios que sean ambos, todo termina saliendo para el culo gracias al gran culpable de todos los males del siglo XX (y posteriores): internet. Eso, unido a que Ultron se apodera de Jarvis (la I.A. que maneja todos los sistemas de Iron Man) y tiene quichicientas armaduras y recursos al alcance de la mano, provoca que el sistema adquiera conciencia propia y se rebele contra su amo, acusando a los héroes de "querer salvar el mundo sin cambiarlo". ¿La solución que les propone? Aniquilar a toda la raza humana, obvio. Ultron es el Skynet del Universo Marvel. Luego de que el robot se crea un cuerpo propio para sí mismo (che, hubiera estado ver cómo lo hizo), busca la complicidad de los gemelos Maximoff en su plan para destruir a Los Vengadores "desde adentro", gracias a los poderes de Wanda, quien tiene la capacidad de infundirle visiones a la gente y hacerles ver sus peores y más profundos miedos. Y listo, no cuento más de la trama... pero más o menos te darás cuenta cómo sigue. OK, entonces ahora sí, vayamos a lo importante: ¿qué tal está? ¿Es mejor que la primera? ¿Es lo que todos esperábamos? ¿Es la más mejor de toooodas? Es una respuesta un poco más complicada de lo que parece a primera vista. Para comenzar con LO BUENO... los actores –a esta altura con 3 o más películas en su haber interpretando a estos personajes– ya lo hacen de taquito. ¿O alguien se atreve a discutir que Robert Downey Jr., Chris Evans y Chris Hemsworth no son Tony Stark, Steve Rogers y Thor? Pero quizás el que más sorprende (y acá obviamente todo el mérito va para Whedon) es el menos pensado: Clint Barton, alias Hawkeye (Jeremy Renner). En un momento, tras un duro enfrentamiento, Los Vengadores deben refugiarse y mantenerse escondidos por unos días, hasta planear una nueva estrategia. En esta secuencia conocemos la vida privada de Hawkeye (quien, recordemos, durante gran parte de la primera película estuvo bajo el control mental de Loki, sin pinchar ni cortar) y, en unos pocos minutos, Whedon logra magistralmente convertirlo –por lejos– en el miembro más humano del equipo. Sep, justo al tipo cuyo único atributo es tener buena puntería con el arco y flecha. Que loco, ¿no? Pero más allá del sorpresivo crecimiento de Hawkeye, Whedon (un tipo que se destaca por los proyectos con muchos protagonistas) logra darle a todos su espacio privilegiado, su chascarrillo, su momento de acción. Desde el ego desmedido de Tony que pone en peligro al equipo (y al mundo) hasta la crisis interna de Banner tras enterarse de toda la gente muerta luego de sus ataques de ira, el director balancea todos los platitos como el mejor de los malabaristas. Como siempre, bah. Eso es en lo que respecta a los "viejos Vengadores". Por el lado de las nuevas incorporaciones, Pietro (Aaron Taylor-Johnson) y Wanda (Elizabeth Olsen) hacen lo suyo... y no mucho más: él salva gente corriendo muy muy rápido, y ella tira hadoukens rojos. Lo mejorcito sin dudas pasa por el lado de las Inteligencias Artificiales: Ultron y Vision. El villano robótico rápidamente escala casi al tope del podio de enemigos en el Universo Marvel: desde su primera aparición como un robot todo destartalado, casi una marioneta rota (lo cual no es azaroso), Ultron inspira temor. Por supuesto que esto se debe en gran parte a la brillante interpretación de James Spader: su voz profunda, serena, realmente es inquietante y te eriza los pelitos de la nuca, especialmente cuando hace chistes –que son varios– o se pone a cantar (!); esa sensación de "Un robot no debería decir eso" no hace otra cosa que perturbarte aún más. Y Vision... que lindo es Vision, che. Después de ver a tanta gente haciendo cosas extraordinarias a lo largo de tantas películas, es extremadamente difícil que algo nos sorprenda, nos maraville. Y sin embargo, desde el "nacimiento" de Vision, te quedás... "Wow, eso se ve distinto, se ve copado". El look del personaje es casi perfecto: una fusión ideal entre lo biológico y lo artificial... ¡justo lo que se supone que es! Nuevamente, la elección de Paul Bettany para "continuar" y evolucionar al personaje, es un casting inmejorable: la frialdad en sus gestos, el tono monótono pero cálido de su voz, su piel metalizada, su traje, su pose estoica flotando en el aire con su capa flameando... una ovación de pie por la incorporación, sinceramente. En cuanto al despliegue visual, Age of Ultron es un espectáculo absolutamente increíble. ¡Como debe serlo! Son los héroes más grandes de Marvel, es justamente lo que se merecen. En alguuuuna que otra escena se nota un cachitín a los humanos hechos por computadora... pero nunca llega al punto de ser aleboso y que te abstraiga de la película: ¡nada de elfos deslizándose sobre la trompa de un mamut, gracias a Dios! Nuevamente, la última media hora es una catarata de acción que no te da respiro hasta los 5 minutos finales. ¡Eso sin contar siquiera la pelea entre Hulk y la armadura Hulkbuster de Iron Man! Ahora vamos con lo malo, lo que no termina de cerrar... El incipiente romance entre Natasha y Bruce se siente algo... forzado. Natasha nos cuenta su pasado como agente soviética que también sufrió experimentos genéticos (con algunos resultados negativos) y que por eso, "ella también es un monstruo". Seh... un monstruo que se parrrte al medio de lo buena que está. Pero más allá de eso, entre que éste Hulk sólo apareció 3 veces en pantalla (la de Edward Norton, la primera Avengers y ésta), y que las demás veces que apareció ella ni lo mencionó y hasta se chapó al Capitán América "para disimular" (algo a lo que por lo menos hacen referencia)... no sé, me parece media tirada de los pelos la atracción que ella siente por él. ¿De dónde salió, desde cuándo? Lo mismo pasa con algunos personajes, que aparecen luchando así como si nada. ¿Absolutamente nadie hace referencia a todo lo acontecido en Iron Man 3 (especialmente el final)? El otro problema con Age of Ultron es que... ya no sorprende como la primera vez. Ya los vimos luchar todos juntos, ya vimos a Hulk aparecer de repente en plano y surtir a uno, ya los vimos destruyendo una cantidad bochornosa de cosas no-humanas (recuerden que, en definitiva, sigue siendo una producción de Disney). Joder, hasta la ya clásica escena en los créditos finales es algo repetido (por las dudas, spoiler): Thanos. Y el espectador no puede evitar decir "Ah, mirá... Thanos. De vuelta. Como la vez pasada". Porque... sí, está re bueno verlos a todos luchar juntos... pero hay que reconocer que esta secuela no aporta nada nuevo, como sí lo hicieron Captain America: Winter Soldier y Guardians of the Galaxy. Afortunadamente, Marvel y Whedon (quien no dirigirá la próxima entrega) no saben nada de fútbol, por lo tanto desconocen esa máxima que dice "equipo que gana no se toca". Al finalizar la película, dejan un equipo radicalmente diferente al que comenzó, precisamente para no repetirse cuando se estrene Avengers 3 en el 2018. Por lo menos, parece que sobre el cierre se avivaron. Quizás precisamente ahí radica la principal falla de Avengers: Age of Ultron. A pesar del excelente nuevo villano, de las interesantes incorporaciones, de la acción descomunal... por momentos se siente demasiado como un capítulo intermedio de una gran historia, como algo transitivo, como si su principal preocupación fuera acomodar las piezas en el tablero para todo lo que (ya sabemos) se viene en los próximos años: Captain America: Civir War, Thor: Ragnarok y Avengers: Infinity War. Ya comienzan a verse algunas discrepancias importantes entre Tony y Steve, Thor tiene una visión que lo inquieta bastante (al igual que Tony), todo el asunto desarrollándose con las gemas del Infinito, algunos personajes que toman distintos rumbos... es todo preparar el terreno. Ojo, es un error que hace años se viene dando en los comics, donde los eventos anuales importantes de Marvel y DC nunca terminan de terminar, simplemente dejando todo listo para la miniserie que venga dentro de unos meses. Entre Avengers: Age of Ultron y la próxima Batman v Superman: Dawn of Justice (que va a ser una especie de introducción a la Justice League), parece que dicha tendencia va a trasladarse también a la pantalla grande. Vamos a tener que acostumbrarnos, para bien o para mal. Ah, y después de la escena final durante los créditos, la de Thanos... listo, podés levantarte e irte. En serio. Eso de Spider-Man que estaba dando vueltas hace unos días, no sé de dónde se supone que salió, pero acá no lo dan. VEREDICTO: 8.0 - ¡ESPECTÁCULO ASEGURADO! (Y PREDECIBLE) ¡Los héroes más grandes de Marvel contra un ejército de robots que quiere aniquilar a la raza humana! ¡Requete genial! Pero... algo de esto ya lo vimos, y quizás no nos cautiva como la primera vez. Sin contar que por momentos se nota bastante la preparación del terreno para lo que se viene. Aún así, no te quepa la menor duda: Avengers: Age of Ultron es divertimiento hecho y derecho. Si te gustan mínimamente las pelis de superhéroes, tenés que verla. Es imposible que salgas realmente disconforme.
Desprolija. Inconsistente. Opaca. Esos serían los tres primeros epítetos con los cuales arrancaré la presente review de Vengadores: La Era de Ultrón. He defenestrado filmes geniales por detalles muchos menores (aunque esencialmente vitales), y la segunda entrega de Los Vengadores tiene poco de copado. Es un gran espectáculo, y hay un puñado de grandes momentos, pero la calidad sube y baja de un momento a otro. Quizás a la Marvel se le esté terminando la nafta, o - lo más probable - es que sea hora de que Joss Whedon deje la silla de director y libretista, y se la entregue a otro tipo con ideas mas frescas. Que Vengadores: La Era de Ultrón vaya a recaudar una cantidad obscena de dinero, no necesariamente significa que sea excelente o memorable. Es un gran show, pero tiene mucho menos carisma que la primera Los Vengadores, y más de espectáculo hueco al estilo de la saga Transformers. A la media hora de irse del cine, uno se habrá olvidado del grueso de las escenas del filme. Hay muchas cosas que en la película no funcionan, y es posible que todo tenga que ver con el cansancio: actoral, creativo, argumental. Si la primera Vengadores fue genial, ésta se ve rutinaria, desgastada: la primera hora se debate en lo rebuscado de la trama, y ni siquiera los adorables personajes que componen el equipo de superhéroes hace algo para mejorar el clima general. Robert Downey Jr parece aburrido y carece de esa chispa genial que sirvió para cimentar todo el Universo Cinemático Marvel, Chris Evans habla sin gracia y se pasa de estoicismo (como si fuera un boy scout superpoderoso); Chris Hemsworth habla poco, Mark Ruffalo parece un ladero de Tony Stark, y los chistes brillan por su falta de comicidad. Y si todo esto parece demasiado serio y deprimente, al menos las cosas se ponen mucho mejor cuando entra James Spader (Ultrón) en escena. Este es un villano grandilocuente y apasionado por robarse cada una de las escenas; a veces bordea lo camp, pero al menos le inyecta energía a su personaje, algo que parece ausente en el cast de justicieros superpoderosos. Para colmo el libreto mete con calzador un romance entre la Johansson y Ruffalo, el cual figurará entre uno de los menos creíbles de la historia del cine (sacándose chispas con el absurdo enredo sentimental de Trinity y Neo en la saga Matrix). ¿No era que la Romanoff tenía feeling con el Capitán América? ¿Qué le vió una asesina profesional a un nerd ofuscado, recargado de traumas y pasado de tímido?. El inicio tampoco es muy bueno. Si Stark estaba retirado y SHIELD desmantelada, ¿cómo hicieron estos tipos para juntarse y coordinar un ataque masivo a la fortaleza mas grande de HYDRA?. Y desde ya, el momento en que Stark decide tomar la Inteligencia Artificial alienígena del cetro de Loki y la construye en el mundo real - para potenciar la legión de robots que controla - es de una estupidez incalculable. En cinco minutos tenemos una mega amenaza cibernética imparable y nadie - absolutamente nadie - agarra del cogote a Strak por su error garrafal. Ok, el tipo quería proteger al mundo con su ejército de robots pero... ¿por qué no probó primero si la IA que estaba montando estaba chiflada como una cabra?. Si los héroes no funcionan - Stark casi no hace chistes, y todos se ven muy seriotes -, por suerte los villanos no le van en saga. Al delicioso Spader se le une Elizabeth Olsen, la que no tendrá gran presencia física pero se impone con la voz y los gestos, y hasta el usualmente insípido Aaron Taylor Johnson resulta pasable. Uno podría decir que, gracias a ellos, la primera hora resulta tolerable; y el equipo de superhéroes recién encuentra sus propios pies en la segunda hora, comenzando con la megapelea entre un Hulk envenenado por Scarlet Witch, y un Iron Man dotado de una megaarmadura gigantesca. Justo cuando la película parece haber entrado en los aceitados carriles de los productos Marvel, se despacha con un Deus Ex Machina gigantesco, y es la aparición de Visión, un ser artificial creado originariamente para ser el cuerpo humanoide de Ultrón, y que los Vengadores le han arrebatado, fusionándolo con la IA de Jarvis (recuperada a último momento). El cómo confian en ese individuo rosado de capita es un misterio, y la pulcritud de Paul Bettany no se condice con el festival de egos que usualmente exhibe el equipo de Vengadores. Pongan algunos cambios de bando, un par de vericuetos pocos creíbles, y un final desbordante de efectos especiales, y tendremos el panorama final de la película. Es posible que Los Vengadores: La Era de Ultrón sea el primer paso en falso de la Marvel (al menos en lo creativo). Le faltaba una cocinada mas, equilibrar sus componentes - menos secuencias personales como la vida familiar de Hawkeye (¿a quién le importa?) y mas interacciones personales como las rencillas diarias que tienen estos paladines desbordados de moralina y soberbia -, y acentuar mas los personajes antes que el espectáculo. A final de cuentas, los mas delicioso de la primera Los Vengadores era la quimica de sus personajes, pero aquí todos lucen cansados y deslucidos. Hay algún que otro momento, pero ésta no es una película que uno termine aplaudiendo de pie; si el balance hubiera sido mejor en el bando de los buenos, éste podría haber sido un clásico memorable ya que Ultrón es uno de los mejores villanos que uno haya visto en el Universo Cinemático Marvel. Así como está, es un producto regular sobreproducido, inferior incluso a las entregas mas flojas de la Marvel (como Iron Man 2, p.ej), el cual carece de ese carisma tan particular que uno siempre termina festejando. Quizás estemos viendo la luz al final del túnel o será agotamiento creativo, razón por la cual hay que renovar responsables - y la Marvel posee un abundante equipo de creativos, brillante e inspirado -, lo cual sería aconsejable antes de meter a la franquicia en una espiral de decadencia imposible de remontar. - See more at: http://www.sssm.com.ar/arlequin/avengers-2.html#sthash.6Gm34dlu.dpuf
La sinergia se dispersa un poco Mucho esperé esta secuela por lo que me había gustado la primera entrega y las expectativas que se fueron generando eran realmente altas. "Los Vengadores" me había parecido un entretenimiento excelente, bien pensado y ejecutado con mucha pericia. El nuevo camino del cine pochoclero. Con "Los Vengadores: La Era de Ultron" no pude vivir lo mismo y me quedó un gustito un tanto amargo, no porque la película sea mala, sino porque en su afán de involucrar más y más personajes, se descuidó la tridimencionalidad de los protagonistas y se le quitó un poco de alma al guión. Es un entretenimiento bueno, cargado de mucha acción, personajes que nos encantan de los comics y el humor característico de Marvel, pero en su ejecución general quedó inferior a su antecesora. Lo primero a analizar es la incorporación de nuevos jugadores. Ya en la primera entrega podíamos ver el hito de juntar un gran número de famosos superhéroes encarnados por grandes estrellas de Hollywood. Iron Man (Robert Downey Jr.), Thor (Chris Hemsworth), Capitán América (Chris Evans), Hulk (Mark Ruffalo), Viuda Negra (Scarlett Johansson) y Hawkeye (Jeremy Renner). Parecía que con tanta figura se iba a perder la esencia de cada uno, o al menos de algunos a los que le dieran menos bolilla. Whedon se las arregló para hacer que todo fluyera muy naturalmente y no fuera relegado ningún personaje. En esta segunda entrega lamentablemente no sucedió esto, sobretodo con los nuevos personajes, Scarlet Witch (Elizabeth Olsen), Quicksilver (Aaron Taylor-Johnson) y Vision (Paul Bettany). Más allá de la emoción de verlos en pantalla, ninguno de los tres sobresale demasiado y no tienen una relevancia fuerte más allá de que Whedon hizo un esfuerzo para imponerla como parte del guión, al menos con los gemelos. No llegamos a conectar demasiado con ellos, cuestión que sobre el final toma gran importancia impactando de manera negativa en el giro de la trama. Sin empatía, no hay reacción emocional a la suerte que corren los personajes, y eso fue un gol en contra. El único que realmente se destacó desde lo empático, fue Hawkeye. Otra cuestión que no favoreció al film fue la personalidad juguetona que le imprimieron al villano Ultrón, con la voz de James Spader. Sabemos que una parte importante de los films de Marvel es el humor, pero justo concentrar gran parte de él en el malo de la película, simplemente no me pareció correcto. La idea me parece que debió ser aterrorizarnos más con Ultrón, no tratar de hacernos reír con comentarios malévolos y analogías cómicas. Por último, creo que a esta segunda entrega de Los Vengadores le faltó un poco de carisma, de conexión con el público. Si recordamos al villano Loki (Tom Hiddleston) de la primera, su empatía fue excelente. Lo mismo con personajes como Hulk o Iron Man. Acá todo se volvió un poco más automático. Todos cumplen con su función, pero no se destacan demasiado en sus roles. En el apartado de lo positivo, primero debo resaltar el nivel cada vez más alto de los aspectos audiovisuales. La verdad es que es una verdadera fiesta para los ojos y los oídos. Ver hechos realidad al Hulkbuster, a Vision, Hulk y hasta el mismo Ultrón, son maravillas modernas que agradecemos muchísimo. Hay peleas mano a mano, muchas explosiones y coreografías de combate muy copadas. En este aspecto no hay nada que objetar. Por otro lado, creo que el centro de la trama fue mucho más original e interesante que el del primer film, con un villano que nació como parte de un proyecto de buenas intenciones, lo que le dio una cierta dualidad que resultó atrayente. El problema fue el tratamiento que se le dio a esto en la pantalla, sin saber conectar al 100% el personaje de Ultrón con el espectador, algo que sí habían logrado con Loki. En general el balance es positivo, porque "Los Vengadores: La Era de Ultrón" logra su cometido de entretener y continuar con la franquicia millonaria con un muy buen nivel de ejecución audiovisual, aunque en comparación con la primera entrega, el tratamiento de los personajes y la trama resultaron inferiores. Esperemos los hermanos Russo la vuelvan a llevar hacia la sinergia de la primera entrega de Whedon.
Cuando pensabas que habías visto todo en el Universo Cinematográfico de Marvel, llega Avengers: Era de Ultrón. Después de la batalla de New York y la invasión de chitauris, el grupo que se armó gracias al ex- director de S.H.I.E.L.D. (Nick Fury) ha madurado y se asemeja más a la realidad Avenger que conocemos de los cómics. Trabajo en coordinación, desde la mente de Iron Man pasando por la estrategia del Capitán América, el poder de Thor, el trabajo limpio de Black Widow/Hawkeye y la destrucción masiva de Hulk, los Avengers recargados de Whedon arrancan con todo en esta secuela. Hace varías películas del MCU pudimos notar la influencia y la importancia que tendrán las gemas del infinito en las historias que se conectan entre sí y que terminarán explotando en “Avengers: Infinity War”, pero sin ir más lejos, para entender todo todo todo en Age of Ultron es recomendable ver al menos cuatro películas claves que tienen sus consecuencias en la película. “Avengers” (2012) sin dudas la joya máxima (hasta ahora) de Marvel donde comienza toda la historia del grupo “terrenal” de héroes con lo galáctico, “Thor: The Dark World“ (2013) para entender todo este bardo de la gema que tenía Loki en su poder, “Captain America: The Winter Soldier” (2014) por la destrucción de S.H.I.E.L.D. y su escena post-créditos, pero si desean entender los problemas que se plantea Tony Stark en la película, le podemos dar la razón con “Guardians Of The Galaxy” (2014) donde nos enseñan que no sólo es Iron Man, Capi América o Hulk en este universo fantástico. De una manera u otra, podemos decir que el inicio de Age of Ultron está conectado luego de la escena post-créditos del Winter Soldier donde vemos al Barón Von Strucker “el matón de Hydra” realizar experimentos clandestinos con el poder del cetro de Loki para crear armamento pesado y además alterar genéticamente a los gemelos Maximoff, conocidos por el ambiente comiquero como Quicksilver y Scarlet Witch. Tras quedarse con esos trabajos y recuperar el cetro, los Avengers, bueno Tony Stark decide continuar con las investigaciones de Von Strucker descubriendo una posibilidad posible de crear un viejo anhelo: Ultron. Con el pensamiento o la excusa de que el mundo no está preparado para contrarrestar las amenazas descomunales que hay por toda la galaxia, Tony Stark en colaboración de Bruce Banner deciden crear a Ultron, un proyecto de inteligencia artificial con una simple tarea: Paz. Pero como no podría ser de otra manera, las cosas nunca pueden ser tan fáciles y el plan de Tony no sale muy bien. Ultron desarrolla su propia visión respecto al mundo y siente que los Avengers no quieren salvarlo, los Avengers deben ser extinguidos para el bien de todos. Buscando detener el mejoramiento de Ultron que es la amenaza más grande que tuvo que enfrentar el equipo, los Vengadores además se encuentran con los gemelos alterados. Uno es rápido, muy rápido y la otra es muy aterradora, la bruja. Aunque sean grandes, poderosos, dioses y tecnológicos, los Avengers sufren y se distancian tras el primer encuentro con los gemelos, provocando entre otras cosas LA PELEA DEL AÑO: THE HULK VS HULKBUSTER. La película es la más oscura que presentó Marvel desde 2008 cuando todo arrancó con “Iron Man”, sí Marvel hizo una película oscura. Aunque mantiene el humor y la buena onda que disfrutamos en la primer entrega, esta secuela avanza mucho en la historia de cada Vengador siendo Hawkeye por ejemplo, un héroe con más minutos en escena, muy merecido y con una muy buena interpretación de Jeremy Renner. El pasado de Black Widow, otro detalle que nunca pudimos disfrutar en ninguna película de Marvel. Los malos momentos de Bruce Banner/Hulk al mejor estilo Doctor Jekyll y Mister Hyde y las ambiciones del robot con inteligencia artificial Ultron. Así como suena, no sé como, pero Joss Whedon logró crear una historia de casi tres horas centrándose en más de un personaje y lo hizo de manera fantástica. La acción y la historia no se detiene en ningún momento y siempre hay momentos de tensión, suspenso e intriga. Ultron busca la perfección para ser más poderoso que los Avengers, aunque en ese camino hacia la perfección tengan que morir miles de personas inocentes. Otro punto fuerte de la película son las diferentes locaciones, a diferencia de la primer película que solamente se situó en New York, Age of Ultron provoca que los Vengadores vayan de acá para allá. Desde Estados Unidos hacia Corea del Norte, pasando por Bangladesh, Johannesburgo y terminando en Londrés –que sirvió para recrear la ciudad ficticia de Sokovia-. Los Avengers como en los cómics fueron globales. Al genial cast conformado por Robert Downey Jr., Chris Evans, Mark Ruffalo, Chris Hemsworth, Scarlett Johansson, Jeremy Renner le sumamos la inclusión de Aaron Taylor–Johnson y Elizabeth Olsen como “los nuevos” además de la participación de conocidos como Don Cheadle en el rol de War Machine (no la pedorrada esa de Iron Patriot), cameos de Anthony Mackie (Falcon) y unos minutos de Samuel L. Jackson en su papel de Nick Fury. Pero sin dudas la bomba y el acierto de la película es la participación de Vision interpretado de manera impecable por Paul Bettany. La película es un disfrute visual y un verdadero mimo al corazón del comiquero de alma, como solo Joss Whedon lo sabe hacer, cada momento de acción, cada batalla, cada reunión de equipo te hacen sentir que estás ahí junto a ellos, peleando codo a codo, sufriendo y disfrutando. Ultron es el villano perfecto pero los Vengadores son los Vengadores. El mundo entero se preguntaba si era posible superar a Avengers de 2012, yo no sé si se puede superar o siquiera comparar ambas películas. Lo importante es que Marvel sabe lo que hace y a nosotros nos encanta lo que hacen. “Avengers: Age of Ultron” te llevará hacia lugares que nunca creíste que llegarías junto a los héroes más poderosos de la tierra.
Una secuela que no defrauda. La primera entrega de Avengers fue probablemente una de las mejores propuestas cinematográficas de superhéroes de la historia, gracias a su meticulosa realización, tanto en lo técnico como en lo narrativo. Age of Ultron es una gran secuela a la que quizás le sobre tiempo y argumento, pero a la que no le falta nada para ser muy buena. Avengers 2 posee un argumento más denso, más oscuro y tal vez apenas excedido en pretensiones. Hay más vueltas de las necesarias en la trama, lo que estira la duración más de lo debido, aunque sin llegar a fastidiar. Eso es todo lo que se le puede criticar a esta nueva entrega del cine-entretenimiento, porque para mi gusto, en todo lo demás vuelve a estar por encima de las expectativas. Age of Ultron entretiene con imágenes y también con diálogos. Nuevamente hay un muy buen trabajo de los guionistas para conducir el hilo de la historia eficazmente. La película, cuando no deslumbra con sublimes secuencias de acción, divierte con buenos momentos entre los protagonistas. Hay también, en esta ocasión, un mayor compromiso dramático para con la mayoría de los personajes, en un claro intento de humanizarlos. La segunda parte de Avengers es un poco más pretenciosa a nivel argumental, lo que tal vez la sitúe un escalón por debajo de su predecesora, pero de cualquier manera es un gran exponente en su género. Las escenas de acción son creativas e impactantes, los diálogos divertidos y la química entre los protagonistas se mantiene intacta. Age of Ultron no sólo no defrauda bajo ningún punto de vista, sino que consolida una franquicia de acción y aventuras que seguramente será recordada durante mucho tiempo en la pantalla grande.
El becerro de oro El universo cinematográfico de la Marvel Cómics lo consiguió. Con una apuesta ambiciosa y a largo plazo logró instalarse con fuerza en el mercado popular y generar con cada una de sus producciones una expectativa inusitada una década atrás en torno a una película de superhéroes. El imaginario colectivo ahora reconoce a los Avengers y a cada uno de sus miembros, que aparecen en forma de merchandasing en todos los rincones. La ‘Casa de las Ideas’ hizo que el grupo como conjunto se convierta en una entidad tan popular como cada uno de sus integrantes individualmente. Y esto se debe al buen trabajo que en líneas generales se realizó desde la salida la primera parte de ‘Iron Man‘ en 2008. Con luces y sombras, el hilo conductor que condujo al resto de los largometrajes y finalmente a ese maravilloso blockbuster que fue ‘Avengers‘ siempre fue coherente desde un lugar narrativo y estético, hasta ahora. Por que inexplicablemente, en ‘Age of Ultron‘ el director y guionista Joss Whedon pretende dotar a la cinta de un clima oscuro no demasiado propio con la tónica que supo imprimir en el capítulo anterior de la saga y que recorrió en mayor o menor medida cada película de la Marvel. El resultado es un gris incierto atravesado longitudinalmente por secuencias de acción constantes e interminables con enlaces que convierten al largometraje en una elipsis de más de dos horas donde demasiados detalles del argumento son dados por supuestos en una decisión , por lo menos, poco saludable. Lo expuesto no significa que estemos ante una mala película. Nuevamente Marvel consigue un tanque de proporciones descomunales con momentos de lograda factura. Sin embargo, la sensación general es que el espectador está idolatrando un becerro de oro, un ídolo de barro creado por la enorme expectativa creada alrededor de la cinta, excitación que puede jugar en contra si no existe la voluntad de despojarse del fanático frenesí que antecede la llegada de cada película hija de las viñetas. Así pues, una mirada menos febril seguramente nos permitirá un análisis más nutritivo, ese mismo que nos haga cuestionar lo antedicho: el clima gris, la falencia narrativa y el estancamiento de los personajes, con la salvedad de un Hulk cada vez más interesante que a esta altura ya merece una (otra) película propia que aproveche la inspiración de Mark Ruffalo al frente del gigante esmeralda, de la Visión de Paul Bettany y algo detrás, de Hawkeye. Porque si bien el carisma del Tony Stark de Robert Downey Jr. es destacable, ya es tiempo que la franquicia encuentre nuevos condimentos, esos mismos que no consiguió con la inclusión de los gemelos mutantes Quicksilver y Scarlett Witch (aquí devenidos en experimentos por una cuestión de derechos que continúa impidiendo el cruce del universo Avenger con el de X-Men) cuyas apariciones son casi anecdóticas en un argumento centrado en la catástrofe que procede a la aparición del megalómano Ultrón, villano de turno creado accidentalmente, una forma de inteligencia artificial decidida a extinguir la raza humana con motivos poco claros y métodos confusos que sirven como excusa para el torbellino de acción que domina la más de dos horas que dura la historia. El resultado es más de lo mismo. Una película de un montaje descomunal y recursos técnicos de vanguardia puestos al servicio del más impresionante cine de acción. Pero más de lo mismo. Pan con pan. No hay evolución alguna y la sensación es asistir a un refrito de todas las películas anteriores, lo que resulta decepcionante. ‘Age of Ultrón‘, entonces, que prometía ser la apoteosis de la propuestas de Marvel en la pantalla grande se convierte en un mero escalón a la próxima entrega de Avengers, como bien lo delatan los últimos 20 minutos de película y el ya clásico after crédit. Solo queda esperar que el gran paso sea dado en ‘Infinity War‘, la anunciada tercera parte del supergrupo, de lo contrario seguiremos ante un producto hijo de un mercado caníbal, que no haga honor a un medio de expresión artística tan bastardeado como la historieta.