Rec 3 el comienzo es un peliculón de terror, más para divertirse que para asustarse, que te va a entretener muchísimo pero te va a aclarar poco y nada sobre lo que quedó colgado en las entregas anteriores. Como película individual, o si no viste ninguna de las otras dos, es estupenda. Es una mezcla de todo: terror, gore, religión, comedia, humor negro, amor...
Repetir una fórmula en muchos casos garantiza el éxito, aunque también puede significar un agotamiento en la audiencia y un completo aburrimiento, si es que la repetición es una copia al carbón. Dicho eso, la secuela de .Rec fue criticada exactamente por ello y más por explicar de una manera burda y poco congruente el origen de la epidemia, la cual es el hilo conductor de esta saga. En la tercera entrega denominada Génesis, el director Paco Plaza, repite la fórmula original, sólo durante la primera parte del film. Ahí esta la grabación casera, con sus movimientos de cámara torpes y bruscos, los cortes improvisados, etc. Constantes en las otras películas y que cumplen cabalmente su función para presentarnos e involucrarnos con los personajes. Y eso es .Rec 3, en una boda en España, uno de los invitados trae consigo el virus (que en anteriores entregas se explico es el demonio mismo) y en pleno festejo es cuando el virus se incuba y a través de feroces ataques, empieza a propagarse entre todos los invitados. La película es en este momento donde cambia radicalmente y se convierte en una farsa que hace una clara alusión y homenaje a películas de cine Gore, como Evil Dead y su famosa tercera parte Army of Darkness, pasando también por Shaun of the Dead. La cinta se centra en los recién casados los cuales ante el caos se ven separados y deberán encontrar su camino entre una horda de zombies, intentando inútilmente escapar del mal. .Rec 3: Génesis, es una película partida, pero que permite que los fans de la saga disfruten una primer parte fiel a los anteriores capítulos y se aventura en otros géneros y formas para explorar mas el universo construido en esta saga. Sin duda, una manufactura impecable y digna de exportación, totalmente dirigida a un publico cautivo y amantes del género que verán satisfechos sus deseos de sangre y violencia. Nota: La película se estrenará en México este viernes y en Argentina el jueves 19 de abril.
Hablar de Rec y Rec 2 es hablar de un género de terror que se había olvidado hace algunos ayeres, y cuya fórmula copiaron muchas películas como actividad paranormal, o de las más recientes con el diablo adentro; por no hablar del remake americano, Quarantine, que no tuvo tanto éxito como la fórmula original. El estilo found footage cautivó al mundo entero al hacer una película que empezaba como un trabajo rutinario de una reportera hasta transformarse en un sitio de cuarentena absoluta en un edificio plagado de entes deseosos de carne humana. Sosteniéndose al principio como si de un documental o un video real se tratara, Rec se ganó reconocimientos por igual de la crítica y el público, generando una ola de terror como pocas veces se ha visto en éste tipo de películas. Aunque Rec 2 no generó el mismo entusiasmo por parte de sus fanáticos, sobre todo por ese final controversial en el que (spoiler) los zombies no eran sino meras posesiones demoniacas investigadas en secreto por la iglesia y salidas de control debido a la negligencia del padre investigador (spoiler), aún continuábamos entusiasmados por la tercera parte que, ante un trailer prometedor, parecía que tendríamos una nueva entrega de sustos. Dirigida por Paco Plaza, quien formara mancuerna con Jaume Balagueró para la primera parte, pero quien ahora se encuentra en la pre-producción de Rec 4 (si, habrá una cuarta parte), empieza lenta, incluso confundiendo a muchos sobre un posible error en el proyector del cine (yo también caí), como el video de una boda (lo que se nos promete desde el trailer) y seguimos con la cámara en mano, para después pasar a la acción en una primera media hora cansada, convirtiéndose en un filme real. Y esto lo menciono porque se abandona el recurso del aclamado found footage que añade mucho suspenso, y aunque entre sus ventajas podemos destacar que la acción se aprecia de una forma mejor y ya no marea tanto como en las primeras dos entregas, lo cierto es que se extraña el recurso, pues ese suspenso adicional, se pierde; de ser un personaje más en la historia, se abandona y nos deja un extraño sabor de boca, como si estuviéramos ante una película de terror tan mala como la que más. Clara y Koldo, los novios, se convierten en los protagonistas, tratando de encontrarse uno al otro en medio del apocalipsis zombie. Pero esta dualidad termina por convertirse en un romanticismo completamente fuera de lugar, dando origen a situaciones tan cómicas que uno se pregunta si lo que planeaban era seguirnos asustando o hacerla mucho más ligera para un público más amplio.Cualquiera que haya sido su intención, lo que en las primeras dos partes de la saga nos parecía lo suficientemente real y terrorífico, se convierte en un producto de juguete, endeble, sin pies ni cabeza, como si fuera una mala parodia americana de esas que están de moda en los últimos años. Y peor aún, con un final que realmente no deja con ganas de más, tan sobreactuado (considerando que toda la película es bastante sobreactuada), con añoranzas o referencias, como uno prefiera verlo, a películas como Resident Evil, o hasta cierto punto Zombieland, pero sin definirse si su intención era hacer una verdadera continuación de la saga, o contar sólo una historia paralela con algún detalle con el que podamos hacer la conexión con las precuelas. Es más, el título génesis ni siquiera es por referirse al verdadero origen de la plaga, dejando esto como un misterio y tener un pretexto para seguir sobreexplotando la saga (porque con esta última entrega pareciera que es lo que pretenden: sacar dinero gracias a la buena fama de las dos primeras). Si le regalo la segunda estrella es porque los efectos todavía siguen teniendo calidad y hay un par de escenas de asesinato que siguen valiendo la pena (mención especial para la escena de la sierra que no defrauda). Pero en general, una película que sólo recomendaría si su acompañante es lo bastante asustadizo o intolerante a la sangre para hacerle pasar un rato de sustos. No más.
Una fiesta empañada por el horror No hay dos sin tres. La película REC 3: Génesis no se trata de una precuela y se despega de las dos realizaciones anteriores: cambia el escenario (el edificio) y su estilo narrativo. Durante los primeros quince minutos, el espectador asiste al casamiento y a la fiesta de Koldo (Diego Martín) y Clara (Leticia Dolera), una pareja encantadora que disfruta del enlace junto a sus familiares y amigos. El primer tramo del film está contado a través de las cámaras de un invitado y de un profesional contratado para registrar el evento (y que aprovecha para demostrrar los alances de su "steady cam"). No pasarán demasiados minutos para que la fiesta se tiña de rojo y el terror se apodere de los protagonistas.Rec 3 A partir de ahí, REC 3: Génesis hace gala de un estilo más depurado del realizador español Paco Plaza (responsable de la primera y segunda parte junto a Jaume Balagueró). El film mezcla el terror gore con referencias bíblicas y citas explícitas al cine de Lucio Fulci o Darío Argento e incorpora humor y elementos del cine de aventuras. Los personajes están atrapados en el gigantesco salón de la fiestas y cualquier semejanza con La noche de los muertos vivientes no es casualidad. La novia frágil (devenida en una suerte de Uma Thurman en Kill Bill) junto a su flamante marido dejan de ser tiernos anfitriones para convertirse en verdaderos guerreros (medievales) que luchan contra una plaga de monstruosas criaturas. La oportuna utilización de la banda sonora, los escapes que emprenden los personajes (divididos en grupos) y el gran despilfarro de vísceras y sangre, hacen que el espectador sea partícipe de la "fiesta".
Bodas de sangre infecta No hay dos sin tres ni tres sin cuatro aparentemente. Hace cinco años Paco Plaza y Jaume Balagueró estrenaban la primera entrega de esta saga zombie (o de infectados) hispana, llamada REC y que fuera bastante bien recibida por el público amante del género. Filmada “cámara en mano” nos clausuraba en un espacio...
“REC-uerdos” Hay una filosofía de vida que atraviesa el discurso así como éste continúa influyendo a todos los posteriores y, llevando el campo de análisis al séptimo arte, se desemboca en un universo de plagio, inspiración y reconstrucción de realidades y recortes de la misma que se aúnan y se combinan en pos de una novedad respecto de un producto final que busca una revolución en el caso del género o bien, cine de autor.
Ya sin Jaume Balagueró como codirector, Paco Plaza construye una suerte de precuela que se diferencia bastante de las dos anteriores -y superiores- entregas. Aquí la acción transcurre durante una larga y lujosa fiesta de casamiento y en espacios abiertos. El tono es de comedia negra y mucho gore, pero la cosa no funciona nunca como, por ejemplo, en los primeros trabajos de Sam Raimi o Peter Jackson. La película no divierte ni asusta. Todo huele a fórmula y a agotamiento. Sin embargo, la cuarta entrega está en camino. Esperemos se recupere luego de este duro traspié.
Todos ya conocen la franquicia española más exitosa internacionalmente: Rec. Si, ya sé, "Torrente" es muy popular, pero Hollywood no se ocupó de reversionarlo, cosa que sí hizo con el film de Paco Plaza y Jaume Balagueró. La historia que presenta no es nueva, ni original: una película de terror de bajo presupuesto sostenida en un presunto "found footage" y filmada cámara en mano. En 2007 se lanzó la primera, que es ya un clásico de culto del género. Una llamada de emergencia, un grupo de bomberos, una periodista y un camarógrafo atrapados dentro de un edificio donde el horror se desata con zombies de la vieja escuela. Recuerdo en particular cómo comenzó esta saga porque fue la única cinta de este tipo que me impactó en mucho tiempo. La ví, como se debe ver, en un cine con un dolby serio, y la verdad es que funcionaba de primera. Era corta, intensa, sangrienta y trepidante. No sucedio lo mismo con su continuacion, pero a pocos les importó. Pero fue un éxito, lentamente la gente comenzó (especialmente en España) a apropiarse de la historia y a pedir más. La productora local, Filmax, que primero habia pensado en cerrar Rec en su segunda entrega, recalculó el negocio y anunció dos más, siendo "Rec 3: Génesis", la primera de ellas. Si bien parece una precuela, narra hechos que tendrían lugar paralelamente al inicio del problema que todos conocemos. Y cambia, radicalmente, el espíritu de sus predecedoras: abandona la cámara nerviosa y los jadeos y trae una propuesta tradicional, teñida de humor y desenfado. Paco Plaza se ha quedado solo (Balagueró está preproduciendo la cuarta entrega: apocalipsis!) pero tomó nota del agotamiento del formato que llevó a Rec a ser lo que era. Optando por liberarse de las "ataduras" técnicas que sería contar este relato con el mismo encuadre de las anteriores, decide homenajearlo en el principio y luego dinamitarlo para llevar a esta tercera parte a otro nivel. La historia comienza en una fiesta de casamiento donde Clara (Leticia Dolera) y Koldo (Diego Martín) tienen todo listo para pasar el mejor día de su vida. Un gran salón, espacioso, DJ, servicio de catering, todo lo que puedan desear para ese momento tan especial. Los dos, se aman con locura. Tienen una especie de conexión espiritual que los hace percibir al otro todo el tiempo: están hechos el uno para el otro. Sin embargo, no tienen idea de la que les espera... Pavada de fiesta van a tener... Pobres. Los primeros minutos de rodaje se ven como material de un DVD casero, registrado por alguien que graba el evento, luego, la cámara en cuestión se rompe y ya no estaremos sujetos a ella. Uno de los invitados aparecerá lastimado en una mano, sospechosamente (qué habrá causado tal herida?) y cuando la fiesta arda en su apogeo, no nos quedará otra que volver a sumergirnos en el universo de los zombies con todas las de la ley. En esta oportunidad, y como ya Plaza sabe que no nos vamos a sorprender fácilmente, decide desestructurarnos a través del humor. Esta Rec tiene muchas escenas cómicas, absurdas y delirantes y deja de tomarse en serio como las anteriores. Films con zombies hay a patadas, por lo que él decide jugar con dos elementos que muchos de ellos no tienen: química entre los protagonistas y humor negro a rabiar. Dolera y Martín lucen perfectos en sus roles, en todo momentos nos convencen de lo sagrado de su amor y gran parte del film se sostiene desde la empatía que generan en pantalla. Están de la hostia! Si es cierto que el guión tiene momentos poco felices (algunos diálogos innecesarios) y por lo menos un par de secundarios discutibles. También, que cuando el asunto toma temperatura, la película termina cas abruptamente y nos deja un sabor amargo, esperando por más. Pero en general, para ser una tercera parte, Paco Plaza logra entretener a su público y hacer que pase un buen momento. Lo cual, definitivamente, no es poco. Si, uno siente algo de nostalgia porque el producto ha perdido parte de su esencia (es inevitable), pero se entiende la razón del cambio y las estrategias para nutrir la franquicia. Es una muy buen opción, si son fans del género, sin dudas. Terror con sello ibérico!
Batería muy, muy baja Había una vez una peli de terror española, su trailer unas pocas tomas del público reaccionando a los sustos. Rec (2007) terminó de convencer al mundo que el formato ensayado en El proyecto Blair Witch (The Blair Witch Project, 1999) era un subgénero no solo espeluznante, sino rentable. ¿Qué más barato que una imagen de actores desconocidos en baja resolución, pobremente iluminada, sin expensas musicales ni gastos de edición? Nuestras vidas están llenas de tales videos. Si un monstruo aparece en uno, de repente podría aparecer en cualquier otro, ¿correcto? De ahí el miedo. Rec 2 (2009) introdujo el elemento esotérico al crudo relato de la epidemia cuasi-zombie que se desata – súbita, repentina, inexplicadamente – en un edificio residencial, y “cuando pasas del dos al tres”, cuenta el director Paco Plaza, “abandonas el territorio de la secuela e inauguras de la saga. Por ello tienes que ser respetuoso con el original y al mismo tiempo aportar algo novedoso”. Plaza se ha separado de Jaume Balagueró, la otra mitad del dúo realizador original, que se encuentra, aparentemente, atajando el rodaje de la cuarta entrega de la saga. Aquellos que hayan visto cualquiera de las películas citadas (sino Quarentena [Quarantine, 2008], la pronta remake norteamericana) conocen ya la fórmula y sólo les resta saber exactamente cuan “respetuosa y novedosa” es [REC]³ Génesis (2012). He aquí cuan: acabada la introducción, la película nos traiciona y abandona por completo el formato de “video casero” a favor de una presentación clásica. Nada de cámaras sacudiéndose, focalizaciones claustrofóbicas ni sensación de urgencia: este es un film de terror en su forma más ordinaria, y no solo eso, sino demasiado bien iluminado y ampliamente rodado en exteriores. La decepción dura toda la película. ¿Es lo ordinario necesariamente deleznable en una película? No, pero, ¿por qué los realizadores de un emblemático fenómeno de culto tomarían su propia obra y le quitarían todo lo que le(s) identifica? No puede ser simplemente por la necesidad de innovar. Les ha salido un film novedosamente aburrido. Se han despojado de las ingeniosas triquiñuelas técnicas – los planos secuencia, los juegos de luces, la atención al diseño de sonido – con las que generaban terror, quizás porque estas eran consecuentes al bajo costo de producción de sus films (y ciertamente que éste es su film más costoso). Retrospectivamente, estas triquiñuelas parecen haber disfrazado su absoluta incompetencia en el género. ¿Pero puede uno criticar a una comedia por no meter miedo? Hay que aclararlo, ya que de esto no nos enteraremos por su campaña publicitaria – [REC]³ Génesis es una comedia. El momento en que se abandona la cámara es el primero de varios chistes que hacen guiño al pasado de la saga. Todos hubieran funcionado mejor de no abandonarse la cámara. ¿No serían todos los videos de boda más entretenidos con un ataque zombie en medio del vals? La premisa es prometedora. La saga ha tomado el rumbo de Chucky y devenido en comedia negra; como Chucky, tampoco es muy graciosa. Hay muchas, muchas muertes, tan ridículas como violentas, que apelan al curioso morbo del cinéfilo, pero poco y nada verdaderamente genial o memorable. Precisamente porque se homenajea a sí misma y no al género en sí, queda indulgente y no causa gracia. Muertos de risa (Shaun of the Dead, 2004) y la excelente peli cubana Juan de los Muertos (2011) mezclan una precisa dosis de susto y risa que Plaza aquí no logra. Parece haber confundido ‘respeto’ con ‘referencia’ y ‘novedad’ con ‘diferente’.
VideoComentario (ver link).
Sí quiero... ¡comerte! Después del apabullante éxito conseguido en taquilla por las dos partes de REC, un auténtico fenómeno cinematográfico que sirvió para proyectar internacionalmente la nueva ola de cineastas catalanes especializados en cine fantástico y de terror, nos llega ahora la precuela de una saga que aún debe conocer una cuarta parte, que se rodará a lo largo de este año 2012. Si las dos primeras partes fueron dirigidas a la par por Paco Plaza y Jaume Balagueró, el primero ha sido el responsable de llevar a buen puerto esta REC: Génesis que ahora nos ocupa. ¿Y por qué el título de Génesis? Porque el horror comenzó en una boda... Nos situamos en el Casino de la ciudad de Sitges, uno de los lugares más emblemáticos para muchos de los que han trabajado en la producción de esta película, ya que el Festival de Cine Fantástico de Sitges ha sido la cuna donde muchos de estos realizadores (además de los citados hay que añadir nombres tan conocidos como José Antonio Bayona, Luis Berdejo, los hermanos Pastor, todos ellos trabajando ya en producciones hollywoodenses). Está a punto de celebrarse el enlace matrimonial entre Clara y Koldo, y todo parece ir como la seda. Los invitados se lo están pasando en grande e incluso algún secreto revelado hace que la jornada sea aún más especial. El ritmo frenético en el que transcurre la acción es la mejor arma utilizada por el director para mostrar una por una todas las convenciones del género sin opción a pararse a reflexionar sobre ellas. Aunque pueda parecer un recurso superficial de cara a que el espectador no tenga tiempo de reflexionar y reaccionar ante lo que acontece, lo cierto es que se inyecta un plus adrenalítico que le viene muy bien a la estructura del film. Son ochenta minutos en los que no paran de suceder cosas: los secundarios van desapareciendo a cuentagotas en un incansable “in crescendo” de brutalidad y gore. Aquí no existen ni arquetipos ni personajes sesudos. Todos son pasto en un momento u otro de esa horda de zombies desbocados que buscan carne humana a toda costa y que sólo se detienen ante las palabras de nuestro Señor Jesucristo (espectacular el gag protagonizado por el personaje de más edad que aparece y el Sonotone que le acompaña). Otro acierto incuestionable es el de saber introducir una verídica historia romántica entre tanto degüello y mordisco ajeno. Sentimos empatía instantánea por una pareja que ve como el día más feliz de su vida se torna inesperadamente en un baño de sangre sin control. Entonces deciden que su amor es lo primero y no cejarán en poner todo su empeño (y parte de su fisonomía) en superar todos los obstáculos impuestos por los muertos vivientes aunque para ello tengan que pasar por encima del cadáver de miembros (nunca mejor dicho) de su propia familia. En REC: Génesis advertimos, asimismo, detalles humorísticos e irónicos, filias y alguna que otra fobia, diseminados a lo largo de todo el relato. Por desgracia no todas las referencias contempladas podrán ser captadas por el público de fuera de España, ya que se tratan de localismos marcadamente autóctonos, como ocurre en el caso de algunas canciones y chistes sobre comunidades autónomas. Pero se tratan de momentos puntuales que para nada distorsionan el meollo del asunto, y es que si algo tienen las películas de zombies es que pueden ser comprendidas sin problemas a lo largo y ancho del globo terráqueo. La hemoglobina no se echa en falta para nada, e incluso existen escenas donde lo sanguinolento inunda literlmente la pantalla, como aquélla en la que aprendemos todo lo que se puede llegar a hacer con una batidora. Paco Plaza también se da el gusto de jugar con algunos referentes metafílmicos propios cuando decide, tras un primer tramo del film rodado cámara en mano (sistema conocido como “found footage”, santo y seña de las dos primeras entregas de la saga), cambiar de forma radical el formato y continuar la narración con la cámara tradicional, lo que significa un punto de ruptura que ha suscitado un encendido debate entre los seguidores y fans de la franquicia. No sabríamos decir si esta tercera (o primera, según se mire) es la mejor película de Paco Plaza (probablemente, si), pero sí que es la más personal, debido a que desarrolla su propio estilo temática y formalmente. Al igual que el “pop art” tradicional, la película reacciona ante los fenómenos de despersonalización y estandarización en la actual sociedad hipermoderna, donde el consumo absorbe e integra cada vez más esferas de la vida social y empuja al individuo a cosumir para su (in)satisfacción personal; un individuo orientado hacia el hedonismo, sometido a la tensión que surge de vivir en un mundo sin referentes, pero aplicados a un área tan restringida como el cine de género: por eso estamos ante uno de los ejercicios más vitriólicos y divertidos que uno ha podido disfrutar en los últimos años. Un deleite adictivo que nos lleva a desear la llegada de una nueva entrega lo más pronto posible.
Si amás las películas de zombies es imposible que las pases mal con estas propuestas aunque en el fondo sabés que siempre ofrecen lo mismo. Por alguna razón los muertos vivos suelen resultar divertidos inclusive cuando los filmes no son buenos. REC 3 es una producción española que presenta cambios radicales con respecto a las entregas anteriores. De movida, creo que es una comedia de terror donde hay escenas que están más en sintonía con Shawn of the Dead ( Simon Pegg) que las cosas que vimos en los capítulos previos. El humor negro y disparatado acá cobró un protagonismo importante y eso ya brinda claramente una película distinta. REC en su momento fue una experiencia original y aterradora en el cine. Con la tercera parte lo que vas a experimentar es risa. Algunos personajes como el camarógrafo barbudo (que debió tener más presencia en la historia), Johnny Esponja y los tipos que combaten zombies con armaduras medievales son elementos grotescos que generan que esta historia sea más bizarra y graciosa. Es entendible que después de dos películas el factor sorpresa se perdiera y los realizadores intentaran hacer algo distinto. Sin embrago, la paradoja de este estreno es que en ese esfuerzo por brindar algo diferente los productores generaron que REC dejara de ser REC y es como que la magia se perdió. Inclusive esto está planteado desde la narración. Sólo los primeros 20 minutos, donde se presenta el conflicto, fueron filmados con el estilo documental que hizo tan especial a la primera entrega. El resto de la historia es narrado como una típica película de terror donde seguimos a un grupo de personajes tratando de sobrevivir el ataque de los zombies. En REC 3 el director Paco Plaza ofreció un film más sangriento y grotesco que las películas anteriores donde parecería que la intención principal de esta propuesta fue la de evocar clásicos del género como El regreso de los muertos vivos, Braindead (Peter Jackson) y Noche Alucinante (Sam Raimi), que en el pasado combinaron de la misma manera el humor con el terror. Hay programada una cuarta entrega de esta serie, titulada Apocalipsis, que será realizada por Jaume Balagueró. Esperemos que el director lleve a los zombies españoles a sus raíces y ofrezca un buen film de terror en lugar de una parodia.
Zombies como muñecos de torta Todo film de zombies debe resolver un problema básico: cómo hacer para que la repetición inherente al género (zombie mata gente, gente se contagia, gente mata zombie) no termine devorándose la película, del mismo modo que los zombies hacen con la gente. Las dos [REC] anteriores lo lograban, gracias a la sensación de realidad dada por el formato de falso noticiero, la tensión narrativa, alguna dosis de humor y oportunas revelaciones. Nada de eso sucede en esta tercera entrega, típico ejemplo de lo que pasa con las secuelas cuando lo único que las sostiene es el deseo de repetir el éxito de las anteriores. Y ya hay una cuarta en gateras... Dirigida a solas por Paco Plaza, que en las anteriores compartió responsabilidades con su colega y coproductor Jaume Balagueró, se supone que [REC] 3 es una precuela de la primera, aunque las vinculaciones no estén a la vista. Ya hubo films de zombies en shoppings, iglesias, destacamentos militares. En casamientos, hasta ahora, ninguno: tal vez ésa sea la máxima originalidad de éste. Una de las características distintivas de la serie [REC] es que todas simulan estar filmadas caseramente, por una camarita de video. Esta no es la excepción, gracias a los oficios de un estudiante de cine que filma la boda y un gordo que pela una Steadycam. Pero hasta eso parece un peso que hay que sacarse de encima. Antes de los títulos de crédito, más precisamente (hay que reconocer que los títulos tardan un montón en aparecer). En medio del desbarajuste de sangre, mordiscos y corridas que se desata cuando un tío empieza a escupir sangre (el hombre acaba de ser mordido por un perro sospechoso), al camarógrafo se le rompe la grabadora. A partir de entonces toma el relevo, del modo más arbitrario y caprichoso, la cámara de cine “normal”, que vaya a saber dónde estuvo hasta entonces. Con lo cual [REC] 3 deja de lado, con el mayor desparpajo, el elemento más definitorio de la serie, “normalizándose” a partir de allí como una más de zombies. Desde entonces todo queda librado a la rutina del subgénero, con sus previsibles dosis de gore (caras comidas, cuerpos taladrados, órganos seccionados), sus presuntos highlights (ya vistos varias veces antes, como el del cuerpo cortado en dos gracias a los servicios de una sierra eléctrica) y algún sentido del humor también de larga data, como cuando los héroes se disfrazan con armaduras medievales, decoración del castillo donde se celebraba la boda. Lo que [REC] 3 no deja de lado es lo más discutible de la serie, que es que el método más efectivo para frenar a los zombies –en caso de no tener una pica a mano, claro– es hacerles ver cruces y otros símbolos religiosos. Reteologización de un género que hace como medio siglo había logrado salvarse de ello, aquí ese retroceso al terror eclesiástico toma la forma de un cura que se pone a leer la Biblia en voz alta, como modo de paralizar a los comecerebros.
Hasta que la peste los separe Algunas cosas han cambiado para esta tercera entrega de zombis rabiosos. Ya no están en un edificio ni la historia es narrada en primera persona con cámara en mano. Los cambios, sabido es, no siempre agradan a todo el mundo. Aquello que daba un plus a un tema tan trillado era la manera de contarlo, desde el punto de vista de alguien que grababa lo que sucedía a costa de su propia vida. Ahora el desparramo se arma en una fiesta de casamiento y es mostrado de una manera cinematográficamente clásica. No hay demasiadas sorpresas, apenas cierta tensión bien manejada en el inicio. Uno de los invitados está infectado y no pasa mucho tiempo hasta que se le despierta la voracidad. La pareja recién casada pelea por sobrevivir y reencontrarse en medio del caos. La sangre en pantalla crece a tono con el clímax que ofrece un festival de mutilaciones que hará las delicias de los fanáticos del género. No más que eso.
Luego de cinco años de que los directores españoles Jaume Balagueró y Paco Plaza demostraran que al mejor estilo "El Proyecto de la Bruja Blair" una película de zombies podía ser vertiginosa y terrorífica, esa dupla de realizadores se separa y uno de ellos propone, no solo introducir mucho humor a la historia, sino también olvidarse del estilo visual (el falso documental) que tanto marcó a las dos primeras entregas.
Esta semana tenemos una nueva entrega de los mejores zombies que ha dado el cine de habla hispana con “[REC]³ El comienzo”. “Cuando pasas del dos al tres, abandonas el territorio de la secuela e inauguras el de la saga. Por ello tienes que ser respetuoso con el original y al mismo tiempo aportar algo novedoso”, dice el director Paco Plaza y eso es exactamente lo que veremos en esta tercera parte, ya que aquí el realizador le imprime una cuota mayor de humor negro a esta precuela que cuenta los orígenes de la infección. Además de ser un poco más divertida y bizarra que sus predecesoras, esta nueva película amplía un poco el universo [REC] y ofrece más respuestas en cuanto a la naturaleza religiosa del virus, pero siempre conservando la esencia que llevó a la saga a ser lo que es actualmente. Esta vez el escenario de la acción deja de ser aquel edificio donde transcurrieron los dos primeros filmes para situarnos en lo que debería ser una feliz boda y posterior fiesta de casamiento: Clara (Leticia Dolera) y Koldo (Diego Martín) están hechos el uno para el otro y piensan celebrar su unión acompañados de sus seres queridos, pero en el día más feliz de sus vidas se desatará el infierno. Desde un principio vemos los preparativos de la boda (formato cámara en mano) con unos personajes que resultan muy realistas y que nos recuerdan a cualquier casamiento en el que hemos estado. Todo es diversión hasta que vemos una herida fresca en la mano del tío de Koldo y todos sabemos lo que eso significa, pero la boda pasa rápido y nos dirigimos hacia el salón de fiestas, una imponente mansión rodeada de un enorme parque. Es allí donde en el momento menos esperado los familiares de los novios se convertirán en criaturas hambrientas de carne humana, arruinándoles un “poquito” la fiesta. Si bien en este cambio de escenario los espacios son más amplios, Plaza se las arregla muy bien para generar esa sensación de encierro y hasta de ahogo por los lugares adonde están confinados los personajes. Otros de los cambios positivos que experimenta [REC]³ viene acompañado de la parte técnica: para empezar les adelantamos que el formato cámara en mano (tan realista que hasta conserva la relación de aspecto), una de las características de los dos primeros filmes de la saga, solo dura los primeros 15 minutos de metraje para luego empalmar con el fílmico, que continuará durante el resto de la película. Otro elemento del cual carecía la saga hasta hoy (aunque no necesariamente signifique una carencia) era una buena banda de sonido y aquí remedian esa situación al incluir un cancionero clásico español con temas de: Tino Casal, La Unión y Seguridad Social, sin olvidarnos del que ambienta una de las escena más importantes del film, Gavilán o paloma de Pablo Abraira. En cuanto a las actuaciones todo el elenco brinda una sensación de realismo total y de humor cuando se lo requiere. Diego Martín, el novio de la historia, tiene muy buenos momentos con su personaje pero la bellísima Leticia Dolera en su papel de Clara es la que le da (motosierra en mano) el condimento necesario para que la historia funcione tan bien. Y es que el personaje de Dolera no está dispuesto a que nada ni nadie le arruine el día más feliz de su vida y hará lo imposible para sobrevivir a esta odisea junto con su esposo. También cabe destacar el increíble trabajo de maquillaje que utilizaron para crear a los zombies del film, un resultado que nada tiene que envidiarle a las grandes producciones de Hollywood. Es así que “[REC]³ El comienzo” (que lamentablemente aquí pierde el subtítulo original [Génesis], algo que también le hace perder la connotación religiosa del relato) es una muy buena película de zombies que a pesar del cambio de tono muchos amantes del Gore sabrán apreciar. Es cierto que quizá no sea tan terrorífica como las anteriores, pero compensa en otros aspectos y jamás pierde la esencia que la trajo hasta este punto.
Es para adictos a los zombies El origen de la saga centraba la acción en una casa de departamentos que debía ser aislada por un virus. Ese virus convertía a las víctimas en monstruos. Había mucho terror, mucha cámara en mano, desconcierto, tensión y suspenso. "Rec 3. El comienzo" cambia la apuesta y por tanto el rumbo. En el comienzo se ve la fiesta de casamiento de una pareja joven. Muy actual, muy llena de parientes y amigos de los novios, con abuelos, madrinas, tíos, y amigos. Una suerte de cuadro costumbrista, con el desafío de la ropa, el abigarramiento de los entretenimiento, filmaciones varias, animadores, proyecciones y novios que pugnan por destacarse de los demás. Clara y Koldo se quieren, lograron su máximo deseo, estar juntos "ante Dios y los hombres", pero nunca imaginaron que una plaga de zombies los acechaba. MOTOSIERRA EN MANO El que ame zombies y gores varios, prepararse. Cargue mochila antitanque con escudo que lo proteja en el cine de lluvia de sangre y proyectiles humanos. Esta no es la "Rec" que conocimos: con mucha cámara en mano pero con cierta armonía en el caos. La actual es un aquelarre desorbitado, en el que se mezclan religión, aventura, chismerío de barrio, un romance que se mantiene más allá de la muerte y una nueva heroína que hará historia con sus ligas de encaje y motosierra brillante. El filme da para todo, desde animadores infantiles que con sus técnicas infanto-juveniles conducen a perseguidos temerosos y parientes que no te buscan para darte un beso, sino para comerte (con un beso). Todo es posible, defensoras atrincheradas en iglesias anti-zombies, hasta desenfrenada banda sonora ochentista. Mezcla de cine negro, melodrama romántico y freaks de pacotilla, "Rec 3. El comienzo" desborda cualquier límite, nunca aburre y puede ser disfrutada por seguidores obsesivos de "gores" extremos que puedan tolerar también chistes bobos y humor negro. Los últimos minutos no tienen desperdicio y allí se une el cine almodovariano en su pasión extrema y un Schwarzenegger quijotesco, que dispara a la fama a una actriz como Leticia Dolera.
“Rec 3”: terror, humor y un cambio acertado Tal vez a los españoles les falte petróleo, pero por lo que se ve en «Rec 3-Génesis», sangre de utilería tienen a chorros. Es que la tercera entrega de este éxito de taquilla del terror galaico (incluso rehecha en Hollywood como «Cuarentena») es una comedia de zombies a todo gore, con humor negro a granel -empezando por el hecho de que la invasión de muertos vivos sucede en una boda- y sangre a borbotones ubicados a veces para hacer saltar del susto al espectacdor, pero muchas veces utilizados como simple gag. Según la tradición de esta saga de «Rec», al principio todas las imágenes están tomadas de las cámaras que graban la ceremonia nupcial en una iglesia y luego en una casa de fiestas con todo tipo de jardines y salones donde transcurre el resto de la acción. La diferencia, muy bienvenida, es que ahora, no bien atacan los zombies o infectados, termina el largo prólogo, las cámaras quedan destruidas, y la película adopta el lenguaje convencional de un film de terror, lo que le permite al director Paco Plaza liberarse del formato «reality» ya demasiado copiado y cansador por los imparables movimientos de cámaras amateurs. Se ve que a Plaza le gustan las películas de «Evil Dead» que imortalizaron al primer Sam Raimi, porque aquí hay varios guiños en esa dirección, salpicados no solo de sangre sino también de éxitos musicales españoles cuya gracia kitsch se pierde un poco por localistas. En todo caso, la película está muy bien filmada, los efectos especiales son de primer nivel, a veces incluso muy imaginativos en su derroche de truculencia, y hay imágenes muy divertidas, empezando por la novia empuñando una sierra mecánica y arremetiendo contra los zombies que le arruinaron la noche de bodas.
REC se está transformando en una saga de terror por demás respetable, más si tenemos en cuenta que es un producto puramente español, salvo el hecho de haber sido objeto de una remake –correcto pero descarado calco de la original- obviamente estadounidense. REC 3, que propone en su arranque una joven pareja que se casa, con una pintoresca y formidable descripción de sus situaciones y personajes clásicos, tiene una relectura casi decisiva con respecto a los dos films anteriores. Aquí no hay una continuación del inquietante final de la parte dos, sino que se ingresa en una nueva veta de la trama (su denominación El comienzo, que da a entender una precuela, es una “traducción” de génesis, más que ver con lo litúrgico que otra cosa), hechos que en apariencia ocurren contemporáneamente a los anteriores. Además rompe con el esquema de film narrado con cámara subjetiva en mano o u otras ocasionales, ya que el personaje que registra la idílica boda es atacado por el novio, que aplasta su camarita, y paralelamente el tal “Atún” (una suerte de Alex de la Iglesia under que filma oficialmente el evento), decide dejar de lado su pesado equipo para correr por su vida. A partir de allí se desatará el desastre y el formato entra en un más tradicional cine de terror clase B con zombies, con mucho gore y toques de humor bastante negro. Cambios que quizás haya que atribuirlos a que en esta ocasión no hay un dueto de realizadores sino sólo uno, el igualmente notable Paco Plaza. Buenas sorpresas en el desenlace –como el gag del audífono del abuelo zombie- y sólidos trabajos de los protagonistas Leticia Dolera y Diego Martín hacen que REC 3: El Comienzo ofrezca sin dudas un verdadero manjar para fanáticos del género.
Los rompebodas son los zombies La saga de terror continúa, ahora en una fiesta de casamiento. Lo que más asombra de REC 3: Génesis , película que busca sorprender con escasa originalidad, es que se aparta del precepto básico de la saga: utilizar supuestas cámaras caseras y seguir la línea -tan trillada, es cierto- del falso documental. En este caso, eso sólo ocurre al principio, cuando un muchacho filma el casamiento de su primo Koldo con un chica bonita llamada Clara. Ah, el joven que filma tiene competidor: un camarógrafo, con el look de Alex de la Iglesia y una Steadycam, que alardea de su profesionalismo. Pues bien, a los pocos minutos, cuando un tío caiga desde las alturas en plena fiesta -siempre hay algún familiar que nos hace pasar vergüenza- y se genere un pandemónium zombie, la película cambiará bruscamente, sin justificativos, a la cámara “normal”: adiós al efecto central de las REC anteriores. Desde entonces, Paco Plaza (que en este caso dirige sin Jaume Balagueró), combinará viejos géneros de terror, con poco rigor, apuntando a la diversión caótica, dionisíaca típica de estas festicholas, aunque acá no haya trencitos humanos ni novios lanzados hacia el techo, sino carnicería gore . A Plaza no le importa resultar inverosímil ni ridículo. No está, necesariamente, mal. El problema es que tampoco le importa caer en la chatura y los clichés. O tal vez cree que los evita al incluir un elemento hasta ahora ajeno a los zombies: su debilitamiento ante elementos religiosos católicos. Un verdadero robo que vampiros y poseídos deberían denunciar ya ante la justicia cinematográfica. Lo mejor de REC 3 es, sin dudas, el humor: no tomarse demasiado en serio es tan saludable en la vida como en el cine. Pongamos un ejemplo de esta película. Sitiada por un batallón de invitados zombies que intenta devorarla como si fuera la mesa de dulces, una chica apela a la honestidad brutal ante la novia: “Pensar que vine por obligación. No tenía ganas de estar acá”, le dispara. Clara retruca: “Te invité por obligación y porque estaba segura de que no ibas a venir”. Al mismo tiempo, Koldo recorre la mansión con una armadura de cruzado y contundentes armas medievales, en busca de familiares/amigos zombies a los que partirles la cabeza. En parte, dándoles la razón a aquellos que aseguran que es preferible, y menos estresante, hacer un buen viaje que organizar una boda. Aunque estos novios tengan, de verdad, una fiesta inolvidable.
Cambio de hábito La saga REC compuesta de la primer y segunda parte fue una propuesta diferente respecto a lo que el terror venia dando, esas dos peliculas junto a las que proporciona el nuevo cine francés de terror fueron el pilar de este género en esta nueva era. Esta tercera parte, esta vez sin la presencia de Jaume Balagueró en la codirección, comienza firme en el estilo que consagró a sus antecesoras pero rapidamente deja el estilo de falso documental para tomar un estilo más "académico". Este abandono del estilo no pasa desapercibido, el director Paco Plaza decidió darle a este acto una potencia simbólica deteniéndose en esa cámara de video rota cuya luz de "Rec" muere lentamente. De ésta forma muere la saga y comienza una película que nada tiene que ver con las anteriores. [REC] 3 Génesis deja el terror y el suspenso para sumergirse en el humor negro y los guiños hacia otras películas del género como la enorme saga Evil Dead de Sam Rainmi son moneda corriente. El problema de este volantazo es que uno tiene una idea del mundo que se nos va a mostrar al ver REC, entonces los primeros chistes, al no estar bien llevados tampoco, se convierten en desaciertos. Poco a poco uno se va metiendo en la propuesta, se deja llevar por el gore exagerado, por los guiños, por el humor y los disfruta pero siempre con un cierto resquemor. Es muy interesante que se le halla dado un vuelco al estilo y que se halla ahondado en el humor pero hay que tener mucha muñeca para hacer un cambio así en la tercer parte de una saga que no sigue ese color y Paco Plaza en algunos momentos no logra esa muñeca por la simple razón de no comprometerse del todo con ese tono tampoco, entonces lo que queda es algo tibio y que lamentablemente no llega a comprenderse del todo.
Más zombies españoles A toda saga le llega su precuela, y la exitosa Rec no podía ser menos. El relato sobre zombies más exitoso de España transcurre, en este caso, lejos de la locación original, aquel edificio de Barcelona tomado por no-muertos. El "génesis" del que habla el título del film remite a lo no dicho por las películas anteriores, lo no contado en torno a la epidemia zombie. Una pareja de enamorados enfrenta su momento idícilo en medio de un desastre apocalíptico. Pero hay un problema fundamental en esta nueva escala de Paco Plaza en la fórmula: todo lo que vemos en pantalla ya fue visto miles de veces, no sólo en el subgénero de zombies, sino también en lo que es la estructura de una película de terror. No hay nada en Rec3 que aporte una idea, una mirada distinta, una escena al menos, que justifique la realización del film. Podría decirse que el cine es un gran negocio, y que las secuelas son parte ya arraigada en la industria, que un director está en todo su derecho de exprimir hasta la última gota de una idea que da resultado, y que, y aquí el punto central detrás del mostrador, las otras dos partes de Rec tuvieron su correspondiente remake made in Hollywood, por lo que es seguro que en este caso sucederá lo mismo, con los millones derivados de semejante transacción. Claro, los últimos minutos de esta precuela, que une cabos con lo sucedido en los films anteriores apelando a un formato que roza en cierta forma lo visto en los últimos capítulos de la serie Lost (aunque sin la complejidad y la expectativa que despertó la resolución de la aventura en la isla) apela a un final abierto que sirve como calzador para lo que será la ya anunciada Rec 4. Clin caja.
En el 2007 la dupla de directores españoles Paco Plaza y Jaume Balagueró se anotaron un poroto al filmar REC, una de zombies con cámara en primera persona, la cual terminó siendo un suceso de taquilla en todo el mundo. El éxito disparó tanto su correspondiente remake norteamericana - Quarantine, la que terminaría generando su propia franquicia - y su propia saga de secuelas, de la cual REC 3: Génesis es el tercer capítulo. Aquí Paco Plaza queda en solitario, dejando la preparación del cuarto (y final) capítulo de la franquicia a su socio Balagueró. El resultado final es entretenido y excitante hasta los últimos cinco minutos de metraje, en donde la película desciende a un nivel de crueldad absolutamente innecesario. Uno entiende los propósitos de Plaza en el climax - y hasta podría aprobarlos -, pero creo que había maneras mas elegantes de decir lo mismo sin caer en el efectismo barato. Confieso no haber visto nunca las entregas anteriores de la saga, aunque sí he seguido la remake norteamericana y su secuela (la cual tiene argumento propio y se aparta de REC 2), con lo cual tengo una idea de lo que pasa, aunque ello no resulta indispensable - esto no es El Señor de los Anillos o Star Wars, en donde si uno perdió el capítulo uno, desconoce qué es lo que está ocurriendo o quién es quién -. Cada capítulo es unitario, con una nueva historia y un nuevo elenco. Aquí las cosas transcurren al mismo tiempo que el filme original, sólo que a varios kilómetros de distancia y en otro ambiente - un pueblito en donde celebran una fastuosa boda -. Hay un infectado que pronto genera una horda de zombies, y hay otro idiota filmando todo el tiempo en primer plano (lo cual es más justificable en este caso, ya que la gente - en esta época en donde abundan los celulares con camarita - siempre graba sus propias versiones de la boda en video). Por suerte el chiste de la cámara POV se termina pronto, ya que el protagonista la deshace a patadas en un arranque de bronca ("¿qué?; ¿vas a filmar esta masacre todo el tiempo?" le grita a su primo), y el filme vuelve al rodaje tradicional con narración en tercera persona. En sí REC 3: Génesis es una película mucho más descontracturada que las anteriores. Los personajes son muy simpáticos y abunda el humor, incluso cuando la masacre se ha desatado. Hay momentos en que el filme bordea la autoparodia, muy a lo Sam Raimi, con novias ensangrentadas corriendo a los zombies con una motosierra en la mano, o novios masacrando muertos vivos con una espada y enfundados en armaduras medievales. Los amigotes de la pareja son unos fiesteros de aquellos, hay parientes avergonzantes (como en toda familia), y hasta hay un pésimo clon español de un célebre personaje, que se hace llamar Johnny Esponja para que no lo corran con los derechos de autor. Y toda esta carnicería ocurre utilizando de fondo un tema del Paz Martínez (wtf!!??). Yo no diría que REC 3: Génesis es shockeante o particularmente terrorífica. No hay grandes secuencias de suspenso, o momentos en donde uno se orine de miedo. Hay muertes cruentas, pero son demasiado exageradas y, después del décimo zombie despedazado, uno ya se acostumbra a ello. En donde el filme funciona mejor es como comedia negra, en donde uno espera que en cualquier momento salga de los arbustos Bruce Campbell y empiece a destrozar muertos vivientes a machete limpio. Quizás haya algún que otro patinazo del filme en el intento de justificar la epidemia - acá no se trata de un virus (como Quarantine) sino de una plaga diabólica, la cual puede ser controlada rezando versos de la Biblia... lo cual es un bolazo gigantesco, ya que la gente se infecta por mordedura (aunque no por estar bañado por la sangre de los infectados); en todo caso, ¿por qué el perro que mordió a la victima cero estaba infectado? ¿acaso se trataba de un canino ateo? -, y donde derrapa feo es en el final. (alerta spoilers) Aplaudo el coraje de Paco Plaza de rodar un climax deprimente, pero la secuencia es tan explicita y cruel que va a contramano del humor negro que venía vendiendo el filme. Mucho más diplomático hubiera sido filmar de atrás a la pareja saliendo por el tunel, y escuchar a los pocos segundos varios gritos y disparos, en vez de generar una carnicería con dos de los personajes más queridos del filme. Es una cuota totalmente gratuita de sadismo y una falta de respeto hacia aquellos que uno venía venerando como héroes, quienes se merecían una salida mucho más elegante de la historia (fin spoilers). REC 3: Génesis es un entretenimiento sólido. El problema que tengo con el filme es que el tono es muy dispar en más de una ocasión, pero no dejo de admirar la prolijidad de la ejecución y el buen setup que tiene toda la historia. Y quedaremos a la espera del cuarto y final capítulo de la saga, agendado para algún momento del próximo año.
Bueno, una “precuela” de esta saga de horror español con químicos muertos vivos caníbales. Pero aquí la vuelta de tuerca humorística -con alguna cita rara, como al film de culto Malos pensamientos- de que todo comience en un casamiento hace que el asunto tenga una densidad diferente. La sátira aparece de modo mucho más desatado y disparatado: vean a la novia enajenada con una sierra en la mano, por ejemplo. No muy inspirada pero saludablemente divertida.
Siempre hay varias aristas para desentrañar en un film, desde la concepción de construcción, desde su discurso, o de la razón de su realización, entre otras, sin aportar, o dejando de lado, en el análisis las variables técnicas, estéticas o de estructura del mismo. En este caso estamos frente a un claro concepto del negocio sustentado en la posibilidad de acrecentar las arcas de la productora, haciendo uso de los buenos resultados de sus antecesoras. Pero esta es lo que se ha dado en llamar una precuela, o sea el origen de la historia contada en las dos anteriores. Nunca un término fue tan justo ya que estamos hablando de una epidemia que se empieza a propagar, y en este caso hablo de lo que sucede en la historia y no en la historia del cine, que asimismo pueden funcionar, como epidemia, estos relatos hasta el hartazgo de zombi como hombres. Lo que la puede empezar a diferenciar, aunque más no sea por la inclusión de algunos elementos inherentes a la parodia, entonces estamos ante un filme de terror, cuyos hacedores no se la han tomado demasiado en serio, incluyendo, aunque previsibles, gags de remates, clisés pero efectivos. Todo transcurre en una fiesta de casamiento. Primero somos testigos de la ceremonia religiosa, de ahí nos topamos, a los seis minutos de comenzado el relato, con el origen de la enfermedad infecciosa. El Tío Víctor, querido del novio, tiene una infección en un brazo producto, según el refiere, a la mordida de un animal. Como mecanismo de relojería, a partir de ese instante, y a cada seis minutos (cotejados), hace aparición en la pantalla el Tío V´ctor querido, cada vez con más apariencia de que algo no anda bien. Así hasta exactamente los 30 minutos de iniciado el cuento, que es cuando se produce el quiebre del relato como estilo para dar paso al género de terror, supuesto, pero terror al fin. En ese instante se produce lo que se conoce como primer punto de quiebre cinematográfico en un film de estructura clásica, tal cual lo marca el manual de guión de Syd Field, profesor de guión de cine en Harvard, conocido como el gurú. La pareja protagónica es la que se casa jurándose amor eterno. Entre los invitados están, además del mencionado Tío Víctor, el abuelo sordo, (personaje importante para la parodia), el amigo play boy, la amiga ninfomanía, el cura (otro personaje importante para el desarrollo), y muchos otros personajes comunes que ocupan lugares comunes, con cierres tan comunes como el resto del producto. Se debe agradecer la duración de la producción, ochenta minutos, y la posibilidad de dos opciones: tomarlo como una burla, aceptarlo como tal y reírse del catalogo de estupideces, o tomarla como una producción más de zombi que no resulta. En el primero de los casos, la pasara más o menos bien, en la segunda postura se aburrirá como una ostra, sin saber cómo se aburren las ostras.
Vuelven a escena los zombies con algunas vueltas de tuerca. Recordemos que la primera Rec se estrenó en Argentina en 2008, con la dirección de Jaume Balagueró y Paco Plaza. En ella un periodista de televisión y un camarógrafo este con su cámara en mano, siguen en un edificio a un grupo de personas y a los bomberos, allí hay un extraño virus y quienes se contagien será un zombies, este filmado como un falso documental tuvo un fuerte impacto en los espectadores, toda una novedad. Pero no tardo en llegar Rec 2 en el 2009 bajo la misma dirección, ahora las autoridades y un equipo de SWAT tratan de averiguar que sucede en dicho edificio, el caso no se resuelve y el virus se propaga; y como suele suceder en estos casos los directores se endulzan con las historias y deciden transformarla en una saga. En esta nueva entrega nos encontramos con Koldo (Diego Martín) y Clara (Leticia Dolera), vemos imágenes de ellos muy felices, están hechos el uno para el otro y van a celebrar su casamiento acompañados de sus seres queridos, pero justo el día más feliz de sus vidas sucede algo inesperado y se tornará a convertirse en un verdadero desatarse, cuando se inicia el baile nupcial una persona infectada cae y produce un escándalo en la pista de baile. Aquel que le brinda los primeros auxilios se va a ver afectado. Esta historia tiene drama y romance, una ceremonia muy especial, hay sangre, es bien bizarra y se irán mostrando situaciones tragicómicas, con una dosis de gore, como lo fueron “El regreso de los muertos vivientes”, entre otras, con un sinfín de guiños, con algunos sobresaltos y tensión, y bien pensada para los seguidores del género que no la van a pasar nada mal porque ellos también están invitados a la fiesta; y aunque usted no lo crea ,si, habrá una cuarta parte, la cual se encuentra en pre-producción Rec 4.
Nadie daba un peso por estos zombies españoles, pero a fuerza de voluntad la saga [REC] ha llegado a su tercera entrega, perdiendo un director en el camino y dejándole el trono sólo a Paco Plaza, para que su amigo y codirector de las anteriores películas se haga cargo de la cuarta y última. Hay varios cambios radicales en Génesis (que de origen, poco y nada tiene) que la diferencian de sus predecesoras, pero mantiene el mismo hilo algo costumbrista y sangriento por el que se caracterizó la serie. Nuestra carnicería comienza con el casamiento de Clara y Koldo, con unos sólidos primeros veinte minutos en donde desde diferentes puntos de vista observamos la introducción de los personajes en plena celebración y, por supuesto, con cámara en mano. Un personaje no para de repetir 'cinema verité', característica popular de la saga, con la cruel ironía de que al final de este largo prólogo de veinte minutos, las cámaras no se usarán más y la película salte del formato cámara en mano hacia una convencional película filmada... 'como las del cine' diría dicho personaje. Este gran cambio le permite tomar un gran contraste y desarrollar la acción desde otro punto, algo que los espectadores seguidores de la saga verán con otros ojos, quizás con desconfianza, pero que a fin de cuentas le da otro sabor a una saga que estaba a punto de caer en la repetición constante. Por supuesto es raro ver que la película esté realizada de tal manera, así como que también haya uso de una banda sonora, detalle no presente en las previas aventuras, pero el salto de fe está dado y le sienta bien. Así como el formato de filmación cambia para no repetirse tanto, la historia y la narración viran también hacia un tono más de comedia negra, muy cerca de los primeros trabajos de directores como Peter Jackson y Sam Raimi. Dichos aspectos, entre lo grotesco y lo puramente sangriento encajan perfectamente con Génesis; no necesariamente provoca terror absoluto como las anteriores, pero es de agradecer el tono "mala leche" de la película, nunca llevado al extremo sino mantenido entre líneas, para que no sea una parodia absoluta. Por el lado del elenco, la película está bien interpretada por la pareja del casorio, unos sólidos Leticia Dolera y Diego Martín, que pasan la mayor parte del film separados y rodeados por secundarios hilarantes -los familiares de cada uno-. El conjunto de invitados tiene momentazos, como el gordo que filma todo, el amigo que se levanta a las solteras de turno, las tías y abuelas bizarras, etc. Hay un buen sentimiento de unidad en todo el elenco. Dolera quizás deba llenar los zapatos grandes que dejó la mítica Manuela Velasco con su Ángela en [REC] y [REC] 2, pero uno no puede evitar aplaudirla cuando ande motosierra en mano. Claramente desviada de sus congéneres por el nuevo rumbo tomado en esta pseudoprecuela, REC 3 es una entretenida comedia negra que amplía el espectro de esta saga que, espero, culmine a lo grande.
Cuando el terror es toda una ironía Si la española [Rec] (2007) podía pensarse como un paréntesis entre un antes y un después de un argumento sin descifrar, las consecuencias "lógicas" fueron entonces contar con una segunda parte y, ahora, con una tercera y anterior. El film primero, entonces, como bisagra entre un ir y venir que, en última instancia, habla del divertimento que supone hacer cine de terror entre charcos de miel roja y las cursilerías gore que mejor y más se prefieran. Ahora bien, y a no confundir, no significa ello justificar cualquier cosa en aras de un "pasarlo macabramente bien", sino en ver cuál propuesta anida en el film en cuestión. Es así que esta tercera parte -y precuela- del universo [Rec] viene a cerrar, o abrir, una trilogía que nace como maldición bíblica o que cierra como vuelta de tuerca humorística. ¿El escenario? ¡Un casamiento! Iglesia, familias, vestidos nuevos, filmaciones "sociales", chistes y lágrimas oportunas, en fin, todo un círculo de lugares comunes que hacen a la ceremonia nupcial, entre arroz y cosas parecidas. Tan empalagosa es la situación, con tantos besos de "te amaré para siempre", con muchos bailes de coreografía pueril, que -especulación mediante- habrá sido esa la razón por la que al tío Víctor comience a crecerle cada vez más esa mordida rara que tiene en la mano. "Otro borracho" dirán de él, mientras lo que vomita no es vino espumante sino síntoma de infección. Al traste con todo lo que parecía una fiesta, y a vérselas ahora con una epidemia de mordidas zombies. Dentelladas a granel con textura de video digital. Cruce entre "un toque de Renoir y mucho cinéma vérité", al menos desde lo que las palabras del videasta de sociales promete. Si [Rec] había sido un muy buen film de terror, con ánimo coincidente en tanto propuesta con la argentina Fase 7 (2011), es ahora el humor de ésta el que contagia a [Rec]3. Terror divertido, con algo del primer Peter Jackson (antes que Renoir, claro), héroes freaks en armaduras medievales, una novia de piernas descubiertas, y un sacerdote que entiende todo y rápidamente desde -ironía mediante- las consignas más celestiales. Si todo está enfermo, nada es lo que era. Las normas caen, los instintos prevalecen, los asesinos asesinan, los caníbales muerden. La novia pierde sus modales, acorta su falda, enciende la motosierra, y olvida a la madre en la que pronto estaba por convertirse.
Tracción a sangre En "Rec 3 Génesis", la cámara ya no es protagonista y hay una vuelta al cine de terror clásico. Una película de terror suele ser una perfecta inversión de una comedia romántica. Una va del desastre al amor y la otras del amor al desastre. Rec 3 Génesis es un ejemplo ideal de ese tipo de inversión. Empieza con una boda y termina con una carnicería. La saga española de terror más exitosa de los últimos años rompe su fórmula de la cámara en mano y lo hace de manera explícita. Si la primera Rec representa el punto máximo que podía alcanzarse en términos de un documental ficticio, con la cámara como protagonista, esta tercera parte propone una vuelta al cine. No se trata de un retorno ingenuo al paraíso perdido de la ficción clásica sino del reconocimiento de que la mejor manera de atravesar un límite es dar un rodeo y llegar por otro lado. Así Rec 3 arranca como el cruce entre un video de bodas casero y uno profesional. Hay un cineasta contratado para grabar la fiesta de casamiento y a la vez uno de los invitados también lleva su cámara portátil. El contrapunto entre ambos e incluso sus charlas ocasionales sobre cine hacen que el preludio de la historia sea formidable, fluido y a la vez desprolijo, como el reality de la felicidad de filmar y de vivir. Pero de pronto la peste irrumpe, algunos invitados a la boda empieza a convertirse en zombis y a atacar a los otros invitados, y si bien el camarógrafo profesional quiere seguir grabando, porque "la gente debe saber", el novio se lo impide y rompe la cámara. Recién ahí, cuando ya pasaron unos 10 minutos, aparecen los créditos, y desde ese momento el relato es contado de forma tradicional, con los recursos narrativos y visuales clásicos del cine. En ese punto Rec 3 podría haberse convertido en una más de zombis, con la intriga esquemática inventada por Georges Romero en La noche de los muertos vivos: un grupo de humanos que trata de sobrevivir a los ataques de los cadáveres. Sin embargo, elige algo más ambicioso, tal vez demasiado ambicioso: un homenaje al cine gore, como mucha sangre, espadas y motosierras. Por momentos, el resultado es una verdadera pesadilla y, por momentos, sólo un mal sueño.
El contraste y el cruce de géneros es una de las atracciones de esta película que tiene la contradicción de presentarse como la tercera parte de una saga, cuando en rigor es una precuela. Paco Plaza combinó terror, humor y romanticismo en acertada dosis en una historia que, más allá de su carácter bizarro, es un filme logrado y entretenido siempre que se considere como de género. "Rec" se caracterizó por la sensación de verosimilitud que transmitía la cámara en mano. En este caso, se utilizó esa técnica sólo para el comienzo, cuando todo es alegría en la boda de Clara y Koldo. Después, sin dar muchas explicaciones, los invitados se vuelven zombies y comienzan a comerse a los invitados. Allí empieza otra película, con acción, sangre a chorros y guiños al cine de George Romero.
Festival del gore "[REC 3] Génesis" es lo nuevo de la franquicia de zombies españoles que ha sabido ganarse su público a lo largo del planeta. En esta ocasión vuelve con una precuela confusa, en la que de alguna manera se cuenta el inicio del terror pero con elementos de las sátiras más ridículas que se pueden apreciar en el cine. Me tuve que poner al día con las entregas anteriores, y más allá de que no soy un aficionado a este tipo de género, la [REC] original me pareció un buen producto del subgénero "Horror", con calidad y buenos momentos de miedo. La 2da entrega fue un poco menos, había perdido el factor sorpresa, pero supo continuar de manera decente la historia introducida originalmente. Finalmente esta 3ra, parece haberse cansado de la franquicia e intenta suicidarse con la introducción de exageraciones grotescas y diálogos absolutamente disparatados que no hacen más que empañar los pocos buenos momentos del film. Aparece una abuela que putea peor que el Tano Pasman cuando River Plate se fue a la "B", la protagonista pasa de dulce y aterrada doncella a carnicera motosierrera al estilo "Masacre de Texas", hay un tipo que anda escapando de los zombies disfrazado de Bob Esponja (símil) y cosas de este tipo que a alguien que no está habituado al gore (subgénero de violencia cruda y mutilaciones varias) con toques de comedia le puede parece la peor pesadilla cinematográfica de su vida. Quizás entrando en la lógica del público que sigue este tipo de película se podría decir que es un exponente aceptable, aún así me sigue pareciendo que el cambio a la comedia bizarra no sentó bien a esta precuela. Si sigue por esta línea, creo con bastante seguridad que un producto más con este dinámica terminaría por sepultar la franquicia. Si no sos de los que disfruta ver litros de sangre desparramados por la pantalla y los zombies lejos de parecerte copados te resultan ridículos, ni te gastes en pagar una entrada para ver este film.
Empecemos con lo importante: ESTA PELICULA SE LLAMA REC SOLO PARA CURRAR. No es que sea muy mala, es de esas pelis bizarras como "Machete" que en el living de casa con cerveza y pochoclo esta muy buena para verla. Lo que revienta es que le busquen una excusa con calzador para vincularla con los dos primeros filmes (acá tienen la review de la segunda parte) El intento de conexión más notable es que los primeros quince minutos están filmados con la clásica cámara subjetiva que es sello de fabrica de la saga pero después cambia a la cámara de cine convencional; ojo, este cambio de la manera de filmar lo rebancó y me parece muy bueno: lo de la cámara en mano esta copado si se hace bien pero películas como las "Actividad Paranormal" ya lo bastardearon, lo convirtieron en una excusa barata del realismo que lograron otros filmes. Así que bien por arriesgarse por algo nuevo. Lo malo es que después posta la historia no tiene una goma que ver con las otras "REC" excepto por 2 o 3 detallecitos que parecería que le agregaron a un guión que había sido pensado para otra cosa. Además hay suficiente gore exagerado y actuaciones ídem para ser más una comedia de humor negro al estilo de los primeros filmes de Peter Jackson (pero sin tan buen ritmo en la dirección ni la exagerada ultraviolencia) que un intento sincero de inquietar al espectador o generar algún tipo de suspenso. Volviendo a lo de la conexión, es cierto que están los zombies (infectados o poseídos, en realidad) de las pelis anteriores pero si es por eso la podían vender también como una tercera parte de "Exterminio" Supuestamente este año o el próximo se va a estrenar una cuarta película que va a cerrar todo el ciclo y unir los cuatro filmes pero en lo que a mi concierne la saga "REC" es solo dos películas muy bien hechas con un guión redondito. Esto es algo distinto: un chiste, una de "terror zafada y cómica" para pasar el rato y cagarse de risa con algunas cositas muy logradas (el tipo vestido de Bob Esponja matando infectados es una genialidad). No le pidan más que eso.
Publicada en la edición digital de la revista.
Dejen de grabar Es curioso lo que ha ido ocurriendo con esta saga. La primera entrega de Rec fue un muy original, impactante y logrado entretenimiento de terror que planteaba una atmósfera realmente opresiva, con vecinos devenidos zombis en el interior de un viejo edificio de apartamentos. Se trató de un ejercicio coherente e inquietante dotado de vestigios experimentales, con un abordaje de falso documental y logrados planos secuencia. Ese matiz de originalidad seguramente haya sido la razón por la que la película fue estrenada en nuestro país solamente en el festival de Cinemateca y, por la que la industria estadounidense, presurosa, se abocara a su remake, Cuarentena –copiada casi plano a plano y en un edificio idéntico al original-. En la continuación, Rec 2, también dirigida por Jaume Balagueró y Paco Plaza, la fórmula se repitió, por no decir que los creadores se calcaron a sí mismos. La cámara subjetiva y al hombro comenzó a ser cansina y a ser utilizada de manera mucho menos prolija, generando un efecto caótico que, sumado al griterío general, restaba tensión e interés al asunto. La película ni siquiera fue estrenada en nuestro país. Pero ahora se estrena esta tercera parte en circuitos comerciales, lo que da cuentas del viraje en popularidad y distribución. Si la repetición y la acumulación de entregas despiertan siempre la sospecha de producto meramente mercantil, las recientes afirmaciones del director Paco Plaza de que los zombis ya no le interesan reafirman esa impresión. La cuarta entrega, será firmada por Balagueró, y quién sabe, no llamaría la atención que Plaza retomara luego con una quinta, recurriendo cada uno a la gallina de los huevos de oro cuando estén necesitados. Aquí tenemos una pareja que se ama y en plena boda, con centenares de invitados, banquete y fiesta en una mansión dotada de un vistoso jardín. La acción podría ser paralela a la de la primera película, pero eso no está del todo claro. En realidad, el título es terriblemente engañoso: esa “génesis” original, -que vaya uno a saber por qué fue “traducido” en el Uruguay por “el comienzo”- no refiere a de dónde salen los zombis, como cabría pensarse. Al igual que en la primera entrega, el primer infectado fue mordido por un perro que le contagió el virus –o la presencia demoníaca, que tampoco está claro-, y ese “génesis” refiere al citado libro de la Biblia y nada más. Si bien el recurso de la cámara subjetiva se abandona pronto –al romperse la cámara enfundada durante un ataque zombi- y por suerte la acción tiene la apariencia de una ficción normal, hay una incursión repetida en varios clichés del género (como el cura que detiene a los zombis con sus plegarias; algo que ya ocurría en la anterior entrega, pero que aquí los deja en un ridículo estado cataléptico). Si la película se salva de a ratos es porque por fin la saga deja de tomarse en serio: hay guiños paródicos –por ejemplo cuando los personajes se ponen unas armaduras medievales, o el momento en que la novia se dedica a cercenar zombis con una motosierra- y de esos excesos catárticos gore que recuerdan a los de Sam Raimi y Peter Jackson en sus primeras películas.