Tejiendo una nueva saga… Y sí, la saga de Peter Parker que comenzó Sam Raimi estaba agotada. La telenovela romántica sobre el triángulo amoroso que formaba el protagonista con Mary Jane y el conflictuado Harry Oscorp debía llegar a su fin. No atrapaba, se había complejizado demasiado y vuelto demasiado cursi. Peter Parker necesitaba una relectura. James Vanderbilt (guionista de Zodíaco entre otras) hizo borrón y cuenta nueva, y propuso un otro comienzo para el héroe arácnido. Esta vez, la transformación del protagonista no es tan accidental y todo lo que sucede alrededor de Peter tiene una justificación. El film de Marc Webb (que ya se había destacado con 500 días con ella), prefiere centrarse en la búsqueda de un adolescente huérfano por saber quiénes fueron sus padres. Esto lo lleva a encontrarse con el Dr. Connors, lo cuál termina transformándolo en el Hombre Araña, dicha transformación convierte a Connors en El Lagarto, y así sucesivamente, todas las subtramas de la historia convergen en un mismo centro, como una telaraña. Si Vanderbilt trata de dar coherencia al origen del personaje, Webb y el elenco aportan la humanidad a la trama y los personajes. El Sorprendente… se aleja de la estética cómic, al menos en la sólida primera mitad del film, en que se presenta a los protagonistas, como seres humanos con incertidumbres, deseos, y sueños, pero especialmente cuentas pendientes con el pasado, ya sea Parker y la búsqueda del trabajo de su padre, o Connors deseando encontrar la cura para su brazo. Si bien, el interés romántico con Gwen Stacy es importante, a Webb le interesa profundizar más en las relaciones padres-hijos, aún cuando se trata del vínculo entre Peter y el tío Ben, mentor del protagonista, que además lleva al personaje a convertirse en una suerte de vengador anónimo. Así mismo, no es casual que sea interesante como contrapunto de la vida de Peter, la armoniosa relación entre Gwen y su padre, el capitán de policía de N.Y. La verosimilitud y empatía que generan estas relaciones son un acierto del realizador, que optó por un elenco sólido, que transmite emociones creíbles, alejándolo del frío y caricaturesco tratamiento que le dio Raimi. Seamos honestos ni Tobey Maguire ni Kirsten Dunst lograron dar calidez a sus personajes como sí lo hacen Andrew Garfield y Emma Stone, que dejaron de ser promesas, para convertirse en verdaderas joyas jóvenes de la actuación cinematográfica contemporánea. Además, cuentan con el apoyo de Rhys Ifans, un villano humanizado, más parecido al Doctor Octopus de Alfred Molina; el gran Martin Sheen como Ben, y el regreso de Denis Leary sacándole la solemnidad al Capitán Stacy (en un tono similar al de J.K. Simmons como el Sr. Jameson de la saga de Raimi). Es una lástima que Sally Field sea la única desperdiciada del elenco, ya que la Tía May, por ahora no tiene demasiada relevancia. La primera mitad del film, apuesta por un contenido dramático / humorístico que ayuda a construir personajes, para que en la segunda se puedan generar escenas de acción y persecuciones más propias del género, en donde lo que manda es más bien el efecto especial y no tanto la carga emocional. Webb logra un film equilibrado, que contiene suficiente escenas divertidas y acción para no aburrir, y atrapa desde lo dramático por la complejidad y máscaras de sus personajes. Esquiva, pero no deja afuera, la faceta romántica, y cambia el punto de vista de varios aspectos de la vida de Parker (la acción no se da tanto en la Gran Manzana sino en los barrios bajos de Nueva York, no existe el diario y se le da poca importancia al hobby de Parker como fotógrafo, y su relación con la lucha libre) para que esta relectura esté lo más alejado posible de la trilogía anterior. Pero esto es solo el comienzo de una saga que va a tener a Norman Oscorp, aparentemente, como un villano mucho más poderoso de lo que fue en la saga de Raimi. A diferencia la anterior, ésta tiene una incógnita (quien fue Richard Parker), y un dilema, donde se enfrenta el poder científico de creerse Dios, contra la búsqueda del héroe por conocer su identidad. Esto permite pensar que los productores desean que este Sorprendente Hombre Araña se parezca más al Batman de Nolan, que al romántico Parker de Raimi. Donde, incluso el rol de la ciudad de N.Y. se parezca al de Gótica. Ciudades que forma a sus héroes y villanos, y deben decidir de que lado están. Por todo esto, El Sorprendente Hombre Araña es un alentador y entretenido comienzo para una nueva saga del superhéroe arácnido.
Spiderman está de vuelta (y con vuelo propio) Andrew Garfield, el Eduardo Saverin de Red Social, el chico tan correcto que era derrotado en la Corte por Mark Zuckerberg en chancletas, es el nuevo Spiderman. Y le toca ser el superhéroe más elástico en la nueva película de Marc Webb, el director de 500 días con ella (no hay mucho más para decir de la carrera de Webb, por lo visto). Garfield parecía más destinado a aquella comedia romántica con Zooey Deschanel y pajaritos azules animados que a hacer de Hombre Araña pero acá lo tienen, y resulta que puede ser intenso y sexy ¿Quién lo hubiera dicho? En realidad, de todos los candidatos a superhéroes, Peter Parker es el que siempre necesitó habitar el cuerpo de algún actor torpe y con cara de adolescente que pudiera a la vez, llegado el momento post-picadura de araña, verse bien en un traje totalmente ajustado al cuerpo y ofrecer una mínima cantidad de músculos. Tobey Maguire lo hizo a la perfección y, ahora, ya enfriada la trilogía declinante de Sam Raimi, Garfield toma la posta y tiene la suerte de que le toque enamorarse de Emma Stone: nadie va a extrañar a la pelirroja Mary Jane (con musculosa mojada y todo) frente a esta Stone rubia que va a la escuela en minifalda y botas altísimas, además de dirigir una visita de pasantes a la empresa donde trabaja -Oscorp, cuál otra- en un guardapolvito todavía más corto que su pollera. El recambio de actores es la primera novedad fuerte de El sorprendente Hombre Araña, y Garfield le pone unos matices al personaje que le alcanzan para adueñarse pronto de la historia: primero, un poco de oscuridad extra, y un aire de chico urbano de skate y buzo con capucha que anda solo por los callejones. Segundo, un poco de locura, aunque esto no se mantiene después de que Spiderman salva al primer niño y se convierte en un héroe responsable. El sorprendente Hombre Araña es más correcta que innovadora en su manera de repetir la historia que todos conocemos, desde la infancia interrumpida de Peter Parker hasta la convivencia con los tíos, la pérdida, el gusto por la ciencia y la fotografía, la picadura, la transformación. Pero es conmovedora de verdad cuando se trata de contar la muerte del tío Ben, y divertida en la transición chico torpe-chico torpe con poderes que destroza todo lo que toca (el chiste de que todo se le quede pegado, por ejemplo, es un encanto). Garfield además tiene una gran cara de sufridor que se vuelve acaso demasiado llorosa en los momentos de drama -que son muchos- y puede ser muy decidido para robarle el primer beso a Gwen (Emma Stone), por eso es una lástima que, en las tantas veces que se mete en la pieza de ella por la ventana, no se vea nada más (y, de hecho, en la segunda oportunidad ni siquiera se besan aunque él está sin remera, ¡qué es eso!). Un poco tímida para definir un tono, o para jugarse por la mezcla drástica y potenciada de tonos y situaciones (que solamente molesta de verdad cuando se nota demasiado la factura del chiste, como en la escena de la alcantarilla y el celular), El sorprendente Hombre Araña igual tiene algo sorprendente para ofrecer, y es el 3D. Es probable que esta película no se hubiera hecho si no fuera porque se podía realizar en 3D, y al recurso se le saca el jugo cuando se pone a Spiderman a recorrer el espacio -que es el de la ciudad pero también la pantalla, a tal punto que la ciudad digital se vuelve abstracta- de todas las maneras posibles, siempre colgado de sus telas. En este punto a mí me fastidia un poco cuando uno puede imaginarse, al tiempo que se ve el movimiento del personaje en la pantalla, el boceto que lo debe haber precedido, o percibir el diseño de una escena, como pasa en la secuencia de saltos entre las grúas en medio de una avenida (sobre todo por la disposición artificial de las máquinas, que le da a todo un aire de Olimpíadas). Además sigue siendo un problema que un personaje tan liviano y tan rápido parezca real -tenga peso- en esos planos generales; por suerte, Emma Stone y Andrew Garfield tienen cuerpo y pasión suficientes como para compensar.
Hombre Araña Inicia El sorprendente Hombre Araña (The amazing spider-man, 2012) no sorprende en lo absoluto. No es un mal chiste, es que la nueva película que viene a reiniciar la saga, con un personaje atormentado, solitario y oscuro, transita todos los lugares comunes del superhéroe en su afán de construir un entramado de historias que dispare una nueva saga. A pesar de lo mencionado, el encapuchado vuelve a caer bien parado. Peter Parker (Andrew Garfield) es un adolescente introvertido que transita el mayor problema para los muchachos de su edad: le cuesta conseguir chicas producto de su timidez. Vive con sus tíos, ella Sally Field y él, Martin Sheen, un consejero fundamental para el protagonista (una suerte de Obi-Wan Kenobi moderno que transmite mensaje de coraje vía mensaje de voz). Cuando lo pica la araña la cosa cambia, el incontrolable poder que adquiere lo posiciona de otra forma frente al mundo: enfrenta al chico que lo fastidia en la secundaria, se pelea con sus tutores cual adolescente rebelde, y consigue la atención de una hermosa chica (Emma Stone). El giro está en que su suegro es el jefe de la policía que quiere encarcelar al Hombre Araña. Por otra parte, tiene que lidiar con su adicción por la ciencia: se relaciona con quien fuera socio de su desaparecido padre, el Dr. Curt Connors (Rhys Ifans), para experimentar con ADN que termina trasformando al científico en el principal villano de esta primera aventura, El Lagarto. El principal problema de El sorprendente Hombre Araña es, como habrán notado, la excesiva cantidad de tramas y sub tramas que desarrolla. Algunas incluso dejándolas abiertas para la(s) secuela(s) que vendrá(n). La cuestión es que la nueva historia del encapotado trepador de edificios neoyorkinos es un film de más de dos horas, una duración un tanto extensa para las películas de estas características. Aún así, como decíamos anteriormente, el hombre araña cae bien parado. La versión del héroe oscuro y atormentado por la falta de padres le sienta muy bien a la historia en tiempos de “caballeros de la noche”. Y por si queda alguna duda de que las tramas continuarán en una próxima película, sólo basta esperar después de los títulos finales para ver un avance del villano que vendrá en la secuela. Otra cuestión a destacar es el uso de los efectos especiales: los edificios ya no parecen de cartón como en la saga protagonizada por Tobey Maguire, aunque los personajes recreados por ordenador para las espectaculares batallas en medio de la ciudad distan del detalle esperado. Así y todo, la cámara que sigue al hombre araña saltando por los edificios, logra una espectacularidad que se reafirma con el uso del 3D. Este recurso hecho en digital se puede apreciar en el trailer de la película a modo de adelanto. No hay mucho más para agregar, El sorprendente Hombre Araña cumple con su premisa de reinventar al superhéroe. Aunque sin sorprender -la historia es la misma de siempre- innova y promete nuevas y épicas aventuras para continuar la saga. Hay hombre araña para rato.
Regreso triunfal con onda verde Todo vuelve en materia cinematográfica y el superhéroe arácnido no es la excepción. Esta cuarta aventura cambia de protagonista (Andrew Garfield en lugar de Tobey Maguire) y también de director (afuera quedó Sam Raimi y ahora es Marc Webb), pero el espíritu del comic de Marvel está presente en cada fotograma. El sorprendente hombre araña hace honor a su título con una historia que comienza de cero, desarrolla correctamente los personajes centrales y hasta espera la hora de proyección para que haga su aparición triunfal el superhéroe en cuestión encarnado por el actor de La red social. Si la intención de Marc Webb (500 días con ella) fue dotar a sus criaturas de conflictos personales y familiares lo logra a partir del guión de James Vanderbilt (el mismo de la inminente Robocop), sin olvidarse del costado espectacular del relato. Peter Parker es abandonado de niño por sus padres, dos agentes secretos, quienes lo dejan en manos de sus tíos (Sally Field y Martin Sheen) y la película retrata su transformación de estudiante enamorado (esta vez de Emma Stone, la actriz de Tierra de zombies e Historias cruzadas) a superhéroe luego de ser mordido por una araña expuesta a la radiación. La trama incluye al ex.compañero de trabajo de su padre, el Dr. Curt Connors (Rhys Ifans), quien está experimentando con la metamorfosis de lagartos. La historia dispara telarañas hacia varias puntas y ofrece entretenimiento puro (la secuencia del puente colgante) que crece, al igual que los poderes del protagonista, en la segunda mitad del film. El tema de la doble identidad, el enfrentamiento con criminales de poca monta y el motor de la venganza se encienden en este regreso triunfal con un 3D que aporta algunas tomas de atrapante resolución en las alturas. La aparición de la criatura monstruosa (como en las películas japonesas a las que se refiere el jefe de policía interpretado por Denis Leary) amenaza con destruír la ciudad y continúa la onda de "El duente verde" de las realizaciones anteriores.
Esta nueva versión fílmica del Hombre Araña parecía en principio innecesaria, tan sólo un intento de lucrar con la franquicia luego de que Sam Raimi, el director de la saga, fuera dejado de lado en pos de una remozada etapa del superhéroe en el cine. Raimi había logrado una gran trilogía, especialmente en los dos primeros films, arribando a un tercero menos logrado pese a su vuelta de tuerca sobre el personaje. Por otra parte Marc Webb, director de la notable 500 días con ella, venía de un género completamente distinto y no parecía el más apropiado para este abordaje. Sin embargo este cineasta experto en videoclips toma las riendas de la saga de manera inmejorable, logrando otorgarle al proyecto un nuevo y revitalizador punto de partida. Contando con Andrew Garfield, un protagonista mucho más carismático, estilizado y emocional que Tobey Maguire, y un guion muy bien elaborado por un terceto de expertos como Steve Kloves, James Vanderbilt y Alvin Sargent, El Sorprendente Hombre Araña toma fenomenal impulso desde el arranque y no abandona su buen pulso cinematográfico hasta un final que hasta llega a conmover, incluyendo un apéndice en medio de los créditos finales a propósito de una muy probable extensión de la nueva serie arácnida. En este caso, con un aire de precuela no tan absoluto, la historia de Peter Parker se remonta a su más tierna infancia, buscando nuevos indicios de sus conflictos y su naturaleza. Un misterioso portafolio que perteneció a su padre dará pie a revelaciones sobre su pasado y un contacto directo con el villano de turno, uno de los mejores que ha dado el cine en este género, el Dr. Connors, alias El Lagarto. Además del excelente Garfield, un elenco de grandes actores (Martin Sheen, Sally Field, Denis Leary, etc.) enriquecen el producto. Quizás una duración algo extendida y alguna profusión de diálogos con toques psicologistas en la primera parte no resulten tan propicios para preadolescentes y jóvenes, pero el público adulto y más aún el fan del comic y los superhéroes clásicos va a disfrutar intensamente de este –realmente- sorprendente Hombre Araña. Imperdible y extraordinario por donde se lo mire.
Mira sobre tu cabeza A diez años de estrenada la primera de las tres películas que Sam Reimi dirigiera sobre "Spider-Man" -en 2007 se presentó la tercera y última-, Marvel decidió relanzar al arácnido en medio de la fiebre provocada por otros personajes de su factoría, como "Iron Man", "Thor" o "Capitán América". Si es muy pronto o no ya lo dirá la taquilla. Lo que nos ocupa es el filme que nos presenta a un Peter Parker (Andrew Garfield) adolescente, todavía en la secundaria, algo irresponsable, retraído y con algunas cuestiones personales pendientes: El abandono de sus padres, sin ir más lejos, quienes lo dejaron al cuidado de su tio Ben y su tía May para escapar de algo o alguien. Si bien el filme cuenta una historia que todos ya conocemos, redefine el modo en que Peter es picado por la araña y la manera en que esto lo afecta, y si en la versión anterior su tío Ben le dejaba como enseñanza que con un gran poder venía una gran responsabilidad, ahora le plantea algo más profundo, que todo aquel que esté en condiciones de hacer el bien, tiene la obligacion moral de hacerlo. Esta idea será sobre la que pivoteará la trama, la que nos muestra la maduración de Peter a fuerza de presenciar desgracias. El otro conflicto es el que provocá el Dr. Connors (Rhys Ifans), quien en su búsqueda de una droga regenerativa acabará convirtiéndose en un lagarto gigante que aterrorizará a Nueva York y pondrá en acción a nuestro héroe. Esta nueva versión de "El Hombre Araña" rescata el espíritu juguetón del personaje, su jovialidad y cierta irreverencia que estaba ausente en la trilogía Raimi, todas características muy bien interpretadas por Garfield, quien está secundado por un elenco notable donde destaca la belleza de Emma Stone como Gwen, la primera novia de Spidey. El director Marc Webb impone buen ritmo a un filme de extensa duración, que si bien no decae nunca, retarda su resolución algo más de lo deseable. Con algunos planos, Webb -apellido muy apropiado para la ocasión- consigue remitirnos a lo mejor de la tradición historietística estadounidense. Nuestro "amigable vecino" está de regreso y tal como queda expuesto en la escena que sigue a los títulos finales, sus aventuras continuarán.
Resulta que lo es. Porque después de la trilogía de Sam Raimi, con Tobey Maguire y Kirsten Dunst, hacer la cuarta con otro equipo era un gran desafío. Para el director Marc Webb (500 dias con ella, The Office en la tele), para la nueva cara del héroe, Andrew Gardfield, y para Emma Stone las cosas pintan muy bien. Gardfield le da una calidad más sensible, vulnerable y juguetona a su Spiderman. La química con Emma es perfecta: son novios en la vida real y buenos actores. La acción y los efectos impresionan y las dos horas quince se pasan en 3D con un entretenimiento de primera. Seguro destino taqullero.
Nuevas redes Detrás de todo comic descansa una mitología, eso que en definitiva traza la mística de una historia con ribetes fantásticos o fantasiosos, seguida por millones a lo largo de los años que se comercializa hasta decir basta desde que el cine se pensó también como un excelente entretenimiento para las masas. Pero así como el negocio de las secuelas creó el negocio de las precuelas, Hollywood se valió de otro, originado en la idea de remake, y que tiene que ver -más allá de sus fines mercantilistas- con coquetear entre los límites de lo permitido y lo no permitido en relación a volver sobre una historia o personaje, sin traicionar su esencia. La figura del héroe entonces o -en el caso que nos compete- del superhéroe atraviesa el mismo rumbo que el mito al punto de que la importancia sobre el origen es fundamental para dar sustancia al resto de la historia. Conocer los pormenores que llevaron a que un ser común, de carne y hueso, un paria, se transforme de repente en alguien no común y con superpoderes representa para todo fanático lo mismo que para un religioso tener acceso a la Biblia. Por eso, El sorprendente hombre araña parte de esta premisa como elemento distintivo de su antecesora, dirigida por Sam Raimi, quien se hiciese cargo del operativo de refrotar al cine a la creación de Stan Lee para que ahora luego de tres aventuras tomen la posta desde el lado de la dirección Marc Webb (500 días con ella) y desde el protagonismo Andrew Garfield (Tobey Maguire, gracias por los servicios prestados) con un planteo distinto y un mayor desarrollo de los conflictos humanos, tanto desde el pasado de Peter Parker –con un misterio sobre la desaparición de sus padres, no resuelto aquí- como en lo que a su destino solitario de héroe se refiere y a la búsqueda de la identidad. Ahora bien, la pregunta del millón: ¿era necesario? Creo que la respuesta vendrá con la secuela, dado que con esta entrega a la que Garfield le aporta un costado canchero y adolescente, bastante simpático, no le falta nada para cumplir tibiamente con las expectativas y sobre todo con aquellos fans que buscarán con lupa similitudes y diferencias. Las hay desde el guión básicamente, escrito por James Vanderbilt, Alvin Sargent y Steve Kloves, respecto a la construcción de los personajes. Se debe destacar el prolijo y progresivo proceso de metamorfosis donde además se subrayan ciertos rasgos emparentados con el arácnido que se van incorporando a los hábitos del muchacho adolescente y a la explosión sensible de todos sus sentidos detonada por la picadura de la araña en los laboratorios Oscorp. Emma Stone, interés amoroso de más peso en esta oportunidad, genera mayor química que la pareja anterior. Sin embargo, el antagonista (Rhys Ifans) no está a la altura del villano a pesar de su interesante historia y su motivación que lo lleva a convertirse en el monstruoso lagarto que mantiene en vilo a la ciudad de Nueva York. No obstante, gran parte de las escenas de acción a las que el 3D suma realmente poco suceden en las periferias con un destacable manejo del espacio y la puesta en escena, como por ejemplo a bordo de un subte en el que se aprecia la destreza de Parker devenido vengador -con la policía pisándole los talones- y luego sí en el salvador de la comunidad de Nueva York. El equilibrio entre acción y emoción está logrado así como la introducción de nuevas redes que seguramente atraparán al público en esta saga que parece haberse propuesto tomar aire e impulso, contagiarse de la mística más que de la estética cómic para tejer un nuevo hombre araña al que ya incluso no le ha quedado canción.
Entre 2002 y 2007, Sam Raimi y su pareja protagónica (Tobey Maguire y Kirsten Dunst) concretaron una trilogía que empezó de la mejor forma y terminó de manera no tan convincente. Cinco años más tarde, Columbia y Marvel proponen lo que en la jerga de Hollywood se conoce como reboot. Este "reinicio" tiene que ver -claro- con contar de otra manera, con renovados recursos, la misma historia; es decir, remontarse a los orígenes del elástico superhéroe arácnido para desarrollar luego una nueva saga. Para esta película se eligió -para sorpresa de muchos- a un director con mínima experiencia en cine (y nula en el terreno de los blockbusters de Hollywood). Realizador de la notable comedia romántica 500 días con ella , Marc Webb construye -sobre todo en la primera mitad- una más que aceptable película de escuela secundaria (la segunda parte, por supuesto, cede a las convenciones de toda historia de superhéroes con el enfrentamiento con el villano de turno y el despliegue de todo el arsenal de efectos visuales e impacto en 3D). En la zona más cómica, intimista y romántica del film (esa que Webb parece preferir por sobre las otras), se lucen el nuevo Peter Parker (Andrew Garfield, visto en Red social ) y Gwen Stacy (la siempre dúctil y simpática Emma Stone), bien acompañados por Rhys Ifans (el doctor Curt Connors devenido en El Lagarto) y por la dupla Martin Sheen-Sally Field (los tíos que crían a Peter). Pero, más allá del inevitable déjà-vu que implica ver-otra vez- la desaparición del padre del protagonista, la picadura de la araña, el descubrimiento de los superpoderes, la transformación de adolescente conflictuado en héroe responsable y un largo etcétera, El sorprendente Hombre Araña regala varias secuencias memorables por su utilización del humor (como cuando el protagonista descubre que se queda pegado a todo tipo de superficie), por su sensibilidad (el niño que se pone la máscara cuando el auto que ocupa está a punto de caer de un puente), o por el sabio uso de los dobles de riesgo en las escenas "físicas" y de las imágenes tridimensionales para aprovechar toda la profundidad de campo en las tomas panorámicas. La estrategia de marketing para reflotar el personaje es contundente y puede generar cierto resquemor entre el público más veterano (no así entre los niños y adolescentes que no conocen tanto el cómic ni los films previos), pero lo cierto es que la película -aún con ciertos lugares comunes y con sus algo excesivos 136 minutos- resulta un producto bastante sólido, noble y eficaz. Si algo queda claro, entonces, es que hay Hombre Araña para rato.
Más corazón que odio El filme de Marc Webb es mejor contando el romance entre Peter Parker y su novia, que en su trama de suspenso y acción. Pasó sólo una década desde la primera película de la trilogía de El Hombre Araña , que dirigió Sam Raimi. La última es de 2007 y cinco años suele ser un tiempo más o menos lógico para estrenar una cuarta parte. Pero El sorprendente Hombre Araña no es eso. Es lo que en los Estados Unidos llaman “reboot” y que acá se traduce como “relanzamiento” cuando en verdad a lo que más se parece es a uno de esos “reinicios” que se hacen cuando una computadora “se cuelga”. No es la primera vez que se reinicia una saga de superhéroes (se hizo con Superman y con Batman en los últimos años), pero sí es la primera vez que se hace con tan poco tiempo de diferencia. La pregunta es: ¿para qué? ¿Hay una nueva visión sobre el personaje, tan distinta a la anterior, que amerite volver a empezar? La respuesta sería Sí y No. El Hombre Araña 3 fue una película larga, confusa y extenuante que quitó mucha de la energía que todavía le quedaba a la saga de Raimi. Por eso el director Marc Webb prefirió hacer borrón y cuenta nueva, y no cargar ya con el peso acumulado de las anteriores... En cierto sentido, hizo bien. Andrew Garfield es un Peter Parker más rico e interesante que el algo básico que encarnaba Tobey Maguire, y ni hablar de Emma Stone, una actriz con un magnetismo tal que amerita cualquier “reboot” sólo para justificar su incorporación. Entre ellos dos aparece algo que la trilogía no tenía: química emocional, personajes más complejos y humanos si se quiere. Webb modificó algunas partes de los orígenes de Parker: aparecen los padres como otro eje de su trauma juvenil (además del famoso tío asesinado, que aquí lo encarna Martin “dentadura nueva” Sheen) y hay otras diferencias en cuestiones específicas (ver Parecidos... ). Pero, esencialmente, la diferencia principal es que Parker ya no es el nerd de Raimi/Maguire. Es un chico solitario, de skate y buzo con capucha, al que la araña y Emma “Gwen Stacy” Stone dan una inyección hormonal brutal. Lo que no amerita demasiado el reinicio es, digamos, casi todo los demás. Visual y estéticamente la película no presenta un cambio tan radical como el Batman de Christopher Nolan lo fue al de Burton/Schumacher, ni el Superman de Bryan Singer lo era del de Richard Donner de los ‘70 y ‘80. De hecho, al ser la película más “realista” en lo que respecta a la vida emocional de los personajes, la parte de acción del filme -la lucha contra el temido villano Lizard/ Curt Connors (Rhys Ifans)- parece de otro filme, como una hora de película de superhéroes adosada de manera incómoda a otra sobre un romance entre adolescentes. No es que la parte de acción sea mala. Webb se las ingenia para jugar con una cámara subjetiva que funciona muy bien en 3D para hacernos volar junto al Hombre Araña y, como hacía Raimi, incorpora al combate a los habitantes de Nueva York de una manera original y solidaria -lo mismo que a la propia Gwen, que no se queda en casa temiendo por su novio superhéroe-, pero uno tiene más ganas de volver a verlos a ellos sobre la tierra y no volando por el aire. O que si vuelan, que sea por otra cosa y no para destruir a un lagarto gigante que quiere acabar con todos los habitantes del planeta.
Clasisismo para retomar la esencia Marc Webb vuelve a contar la historia del superhéroe desde el comienzo y logra mantener el interés, a pesar de que casi todo ya se había visto antes. Buenos resultados da el refresh aplicado sobre la serie El Hombre Araña. Después de El Hombre Araña 3, donde a falta de motivación se apelaba a una multiplicación injustificada y dispersiva, El sorprendente Hombre Araña baraja y da de nuevo, recontando la historia desde el comienzo y poniendo a esta cuarta parte más cerca de las dos primeras. Aunque con diferencias, tanto en el modo de desarrollar la historia como en el estilo elegido para contarla. El Hombre Araña y El Hombre Araña 2 llevaban el sello de su realizador, Sam Raimi, ligado al comic, el desprejuicio humorístico y la falta de pretensiones propios de la clase B. Escrita por un terceto en el que reaparece, como en las dos anteriores, el octogenario Alvin Sargent –con el refuerzo de Steve Kloves, autor y director de Los fabulosos Baker Boys y guionista de todas las Harry Po-tter– y dirigida por Marc Webb (cuya carta de presentación fue la hipercool 500 días con ella), El sorprendente Hombre Araña muestra un clasicismo que no da la impresión de ser producto de la rutina, la medrosidad o el academicismo, sino de una convicción que se adivina tan sobria como férrea, logrando mantener el interés a lo largo de las dos horas quince minutos de proyección... a pesar de que casi todo lo que cuenta ya se había visto antes. Unica novedad, la aparición de un nuevo archirrival. “En la historia de la literatura no hay más que un tema: el de la identidad”, dice con cierto exceso de explicitud una profesora, haciendo eco sobre una escena muy anterior, cuando durante un trámite de lo más banal el muchacho no encuentra una credencial identificatoria. No es ninguna novedad, sino el simple retomar la esencia de la serie y el personaje: la identidad de Peter Parker, superhéroe adolescente, se halla en plena transición. No por nada él mismo confecciona su traje, su máscara, su disfraz. Como tantos superhéroes creados por el historietista Stan Lee (no sólo los de X-Men), hasta tal punto llega su condición transicional que Peter Parker es un mutante. Así como lo es también, una vez más, su archienemigo. En esta ocasión, el Dr. Curt Connors, genetista manco que, en su ambición de recuperar el brazo perdido, ha venido investigando sobre la capacidad de regeneración de los reptiles. De los sucesivos (o simultáneos, en el caso de El Hombre Araña 3) némesis de Spider Man, el doctor Connors (el carismático Rhys Ifans) es aquel cuya naturaleza es menos esencialmente negativa. El carácter especular de héroe y antihéroe se hace más visible: como a Peter, al Dr. Connors algo le falta, adolece de algo. Si Peter dividirá su personalidad entre la del “chico común” y el paladín de la justicia, a partir del momento de la mutación el Dr. Connors padecerá de esquizofrenia lisa y llana. Lo que los diferencia es que Parker usa sus nuevos poderes para reparar una pérdida (una de varias: no debe haber superhéroe más carente que el Hombre Araña), mientras que Connors, en la tradición del científico loco, busca la perfección de la especie humana. Aunque sea al precio de rociar a sus congéneres con un biotóxico, al mejor estilo del Guasón. En una simetría transparente entre ambos, el Hombre Araña anda en las alturas, los espacios abiertos, mientras que el superlagarto en el que se convierte Connors habita las alcantarillas urbanas, los túneles, el encierro. “¿Un lagarto gigante anda suelto por Nueva York? ¿Quién te creés que soy, el jefe de la policía de Tokio?”, le pregunta el capitán Stacy (Denis Leary) a Peter, en el diálogo más cinéfilamente cómico de la película. ¿Que las casualidades parecen rodear a Gwen Stacy, compañera del cole de Peter, ayudante del Dr. Connors e hija del jefe de policía? ¿Que es un poco demasiado que el chico dé, así, medio à la sans façon, con la ecuación que el brillante genetista busca desde hace décadas y no encuentra? A suspender la incredulidad, señores, que la suspensión vale la pena. Con los efectos especiales y el 3D bien controlados y dosificados, el elenco de El sorprendente Hombre Araña es uno de sus puntos fuertes. Andrew Garfield, amigo de Mark Zuckerberg en Red social, luce nervioso y elástico, condiciones esenciales para el Hombre Araña. Con sus ojazos de animé y su sonrisa a rostro pleno, la pelirroja Emma Stone (rubia, aquí) es una máquina de traccionar la vista, reforzando el efecto con una combinación de mini y medias largas que puede llegar a volverse icónica. En el papel de los tíos de Parker, Martin Sheen y Sally Field representan una versión mejorada con respecto a Cliff Robertson (QEPD) y Rosemary Harris. La ausencia que más se siente es la de J. K. Simmons y sus one-liners a los gritos, en el papel de editor del Daily Bugle. Pero El sorprendente Hombre Araña compensa, con su homogeneidad de conjunto, esos eventuales hilos sueltos. Que de hilos va la cosa aquí, quién lo duda.
Sorpresa arácnida El año pasado cuando comenzó a gestarse este proyecto creía innecesaria una relectura de Spider-Man a tan pocos años de la finalización de la muy buena trilogía (cuyos puntos más altos son la primera y la segunda parte) comandada por Sam Raimi y protagonizada por Tobey Maguire. A medida que fueron pasando las novedades (las promisorias contrataciones de Andrew Garfield y Emma Stone, más la confirmación de Marc Webb como el realizador) y los avances ese descreimiento se fue convirtiendo en entusiasmo por ver lo que tal vez podría ser una interesante y nueva visión del Hombre Araña, aunque aún mantenia mis reservas sobre el proyecto. Luego de verla puedo afirmar que sin que casi nadie lo pidiera, este film se convierte en una sorpresa de muy buena factoría de superhéroes, en un año donde Los Vengadores puso la vara muy alta mientras se aguarda el estreno más esperado del año con Batman: El Caballero de la Noche Asciende. El Sorprendente Hombre Araña se va a encargar (en un intento por mi parte de sintetizar al máximo la historia para no arruinar detalles) de contarnos cómo en la búsqueda de respuestas sobre la desaparición de sus padres Peter Parker comienza a convertirse en Spider-Man, con todos los cambios y todas las nuevas responsabilidades que eso conlleva, mientras además deberá salvar a la ciudad del peligroso Lizard. Marc Webb, realizador que había demostrado aptitudes en 500 Días con Ella, encuentra en El Sorprendente Hombre Araña los suficientes misterios a desarrollar para conseguir que una nueva visión de este superhéroe no se torne pesada, repetitiva y subrayadora. Hay una clara intención de acercar al público más juvenil a la saga y las elecciones de Andrew Garfield y Emma Stone como protagonistas son una clara muestra de esto, pero a no confundirse porque este film plantea cuestiones existenciales y profundas alrededor de los personajes (como la madurez, el nacimiento del primer amor, los enfrentamientos con los padres, las frustaciones, la doble identidad y por demás cuestiones ) que alejan en demasía a esta propuesta de películas destinadas a este público como la saga Crepúsculo o Los Juegos del Hambre. En esta nueva propuesta Webb le da mucho espacio al desarrollo de Peter Parker y sus inquietudes, como intentando (y logrando) encontrarle la vuelta a ese lado B que tienen los héroes, quizás prestando atención al muy buen trabajo que se ha hecho con las dos Iron Man, Watchmen y las nuevas Batman en ese aspecto. Es que Parker aun siendo Spidey (y teniendo asimilado sus poderes) no deja de ser un adolescente en pleno desarrollo de su personalidad que intenta dejar atrás la niñez, lo cuál es sintetizado de gran manera en la secuencia donde el Hombre Araña aguarda al Lizard y mientras juega a un juego en su celular. Andrew Garfield había dejado buenas impresiones en Red Social y aquí ratifica esas sensaciones encarnando con gran soltura, seguridad y carisma tanto a Peter Parker como al Hombre Araña. También tenemos a la bellísima Emma Stone que, al igual que Garfield, demuestra que se encuentra apta para las grandes ligas. Su Gwen Stacy tiene sensualidad, ternura y es dueña de una sonrisa encandilante que es capaz de enamorar a cualquiera. Quizás podremos reprocharle su apresurada resolución en el asimilamiento de los nuevos poderes de Parker o tal vez la contradictoria decisión de implementar un enemigo digital en una saga que busca humanizarse, pero más allá de estas cuestiones (y otras que pueden ir saliendo al hilar más fino) El Sorprendente Hombre Araña trae en una muy buena versión nuevamente al Hombre Araña a nuestras carteleras y termina siendo una de las sorpresas de la temporada.
Una joya que brilla en un género difícil A diferencia de tantas películas con superhéroes, esta cuarta producción sobre el popular personaje de Marvel Comics no cae en errores comunes ni banalidades. El nuevo protagonista (Andrew Garfield) tampoco defrauda. Las grandes producciones de superhéroes están a la orden del día en el cine de Hollywood. Se suceden unas a otras y pelean por la taquilla cada año. Las hay buenas, muy buenas, mediocres y también malas. Pero de tanto en tanto aparece alguna que se eleva claramente por encima de las demás. El sorprendente Hombre Araña es una de esas joyas que brillan con luz propia en un género donde no siempre la calidad artística puede imponerse. Cuando anunciaron hace un par de años que se haría un reboot (reinicio) de los films de el Hombre Araña, la idea parecía perezosa y propia de un objetivo sólo comercial, pero a la luz de la película que hoy se estrena, fue realmente una idea excelente comenzar todo de cero nuevamente. El dramatismo de la historia de Peter Parker (brillante Andrew Garfield) es mucho mayor y más complejo que en los films anteriores. La película no se pierde en tonterías ni hace concesiones demagógicas. Los personajes están bien construidos, los actores son sobrios, la puesta en escena es dinámica y clara. La acción funciona muy bien, el drama funciona muy bien, el humor funciona muy bien. Y los dilemas de identidad de Peter Parker y sus dilemas morales atraviesan la trama dándole a la película una intensidad emocional que tampoco es moneda corriente. Los films de superhéroes, son los films de héroes del siglo XXI. La mitología contemporánea está ahí. Por lo tanto, es ahí donde el tema aparece con notable frecuencia. Y en El sorprendente Hombre Araña vemos el camino que desde la infancia Peter Parker recorre, para descubrir y comprender el valor del heroísmo, el valor de ser bueno. La película deja en claro también que todos podemos ser un héroe, que en todos habita el coraje y que “quien salva una vida, salva a la humanidad toda”. Emocionante por donde se la mire, la película conmueve por sus reflexiones acerca del ser humano, sus valores y el sentido de la vida. Hasta se da el lujo, aun siendo un film tan divertido y espectacular, de mirarse a sí mismo y explicarse en varias escenas, como si fuera un film moderno. El sorprendente Hombre Araña es una película enorme, contundente, definitiva. La mejor que se haya hecho sobre el personaje. Y la prueba más clara de que detrás de los films de superhéroes pueden hallarse las grandes preguntas que han obsesionado a la humanidad desde tiempos inmemoriales.
Grata sorpresa. Creo que muchos saldrán diciendo eso. Veo los comentarios de los primeros espectadores que la vieron y todos entraron con pocas esperanzas. Y eso claramente suma. Este reinicio de Spiderman logra ser una buena película de acción, con un gran trabajo actoral, una buena definición de los personajes y muy buenas secuencias de acción. Tiene muchos detalles en el guión muy bien planificados que realzan a los personajes, y es algo que no se solía ver en grandes super producciones. Excelente el casting en general de la película, porque fueron todos muy bien elegidos. Los tios de Peter son de lujo con Sally y Martin ;) La dupla protagonista es genial. Andrew Garfield es un gran actor y este papel lo hace a la perfección. Emma Stone merece párrafo aparte. Dejémos de lado su belleza... aunque cueste hacerlo. Es una gran actriz y es la elección ideal para este papel o lo hicieron así pensando en ella. Es para festejar que el personaje deje de ser tan "barbie girl" y que ahora tenga neuronas útiles y no que sirvan solo para ver Dulce amor o emocionarse con Bailando por un sueño. Por eso digo lo de los detalles... desde el accionamiento de los extinguidores de incendio en una parte, hasta la fracesita final que alguien dice... No es una película pavota, fue elaborada en muchos detalles y eso habla muy bien de una superproducción que apunta a perdurar un poco más en la cabeza de los cinéfilos. No se si las anteriores eran naif, y como bien dice Hugo no es para hablar mal de aquellas. Pero si en las anteriores tomaban Mirinda... acá tienen un Speed con Coca Cola. Esa es la diferencia. Banco este renacimiento. Aplaudo al director por el ritmo puesto en el 80% de la película, donde no le queda otra que mostrar como siempre el origen del personaje y lo puede frenar un poco. Ese problema desaparecerá en la segunda, como pasó con las Batman o que Los Vengadores hicieron rápido por haber tenido las películas previas sus personajes. Y algo que me gustó que haya desaparecido de las anteriores son las escenas volando que parecían muñequitos de computadora... sabemos que lo son, pero se ven mucho más verdaderas. Acá tiene una escena brillante en el subte, otra por los techos con el "primer delincuente" muy bien resueltas. Pude verla en el IMAX y ahí la peli explota, no solo por el 3D, sino básicamente por las escenas de acción en esa pantallota. Además los últimos 10 minutos son a casi pantalla completa y es un placer visual. Bravo por El sorprendente hombre araña. Ahora a esperar "el arácnido de la noche"... :P
El nuevo film de Spiderman al final resultó una muy buena propuesta pochoclera y el mérito corresponde principalmente al director Marc Webb (500 días con ella). En lo personal hubiera preferido que nunca hubiera existido un relanzamiento de este personaje en el cine y que se continuara la historia a partir de lo que construyó Sam Raimi con su trilogía. Aunque fuera con otros actores, una película con un Peter Parker más adulto hubiera sido interesante. Sin embargo, no puedo reseñar este film por lo que debería haber sido sino por lo que es. La verdad que esperaba encontrarme con algo muchísimo peor, sobre todo por esta movida estúpida que hoy se da tanto en el cine como en la literatura fantástica, donde todas las historias tienen que ser oscuras para que resulten interesantes y no es así. En el caso de los cómics, lo que funciona con un personaje como Batman no necesariamente se aplica a otros superhéroes. Ir por ese camino sería distorsionarlos. El director Webb en este caso presentó la historia del Hombre Araña con un enfoque más serio, pero sin deformar a este ícono de Marvel que era lo que yo temía de este estreno. La película está muy influenciada por la colección Ultimate Spiderman, que en el 2000 relanzó en los cómics el origen del personaje, donde se actualizó su historia en el siglo 21. En consecuencia, el film es radicalmente distinto en algunos aspectos a lo que el público vio en las entregas anteriores, pese a que la historia dentro de todo es la misma. Lo que cambió es la manera de abordar a Peter Parker. Sam Raimi encaró su trilogía con un enfoque claramente nostálgico donde se reverenció la primera etapa de la historieta a cargo de Stan Lee. Tobey Maguire representó al modelo clásico de nerd que era objeto de burlas en tres filmes que tenían mucho humor y en general apuntaban a un target de público más familiar. Lo cierto es que el mundo cambió en los últimos años y hoy los nerds son fundadores de imperios multimillonarios como Facebook. En este contexto el nuevo Peter Parker es un freak que intenta encajar en una sociedad en la que se siente excluido. Es un paria que lidia con otros problemas. A partir de este enfoque la película de Marc Webb presenta una historia con mayor contenido dramático. En ese sentido el nuevo Parker está mucho más en sintonía con el Clark Kent de Smallville, que interpretó Tom Welling, que tampoco tenía nada que ver con el nerd torpe y tímido que encarnó Christopher Reeve en los filmes de Superman, de Richard Donner. De hecho, hay varios momentos de este film que son dignos de Smallville. Un claro ejemplo es la escena en que el tío Ben reprende a Peter por humillar a Flash Thompson. Algunas virtudes para destacar de este estreno. La idea de fumarte otra vez el origen de Spiderman era un garrón y la verdad que Webb hizo un trabajo brillante con la narración. Desde las primeras escenas logra despertar interés por los personajes y aunque ya conocemos la historia te mantiene enganchado hasta el final. Algo que me gustó de esta película es que en esta versión se desarrolló con más fuerza el vínculo de Peter con su tío Ben, cuya muerte en este caso también es más emotiva. Andrew Garfield brinda una gran interpretación de Parker que acá es mucho menos nabo y genera más empatía con el espectador. Ahora bien, es importante resaltar que el hecho que la película sea más dramática no quiere decir que al Hombre Araña lo convirtieron en Batman. El personaje sigue teniendo sus ironías cómicas cuando entra en acción, sólo que el humor esta más equilibrado en el argumento y no tiene tanto peso. Después que Raimi usó a los mejores villanos de este superhéroe en sus filmes, Webb la tuvo que remar con el Lagarto que debe ser una de las creaciones más pedorras de Stan Lee, quien sigue superándose con sus cameos. El Lagarto no está mal en la película pero Spiderman tiene enemigos muchos más ricos que seguramente serán refritados en próximas continuaciones. Lo único que no termina de cerrar en el guión de esta versión es que el protagonista de manera inexplicable se la pasa revelando su identidad secreta a cualquiera. Se supone que la máscara tenía un sentido. No entendí que quisieron hacer con eso. Desde los aspectos visuales la película es excelente y hay un par de secuencias de acción donde en el formato 3D brindan un espectáculo fabuloso. La verdad que el film está bueno y es interesante ver que hará Webb con estos personajes a partir de este relanzamiento, porque dejaron muchas incógnitas argumentales abiertas que pueden brindar buenos conflictos. Otra gran propuesta de Marvel que merece ser disfrutada en el cine. No se olviden de ver la escena extra durante los créditos finales. EL DATO LOCO: El director Marc Webb hizo la Gran Nolan en este estreno y rescató del olvido a C.Thomas Howell famoso actor de los años ´80 que protagonizó clásicos emblemáticos como E.T. Los marginados (Francis Ford Coppola), Carretera al infierno (The Hitcher) y Red Dawn (John Millius). Si bien en las últimas décadas no paró de trabajar en infinidades de películas clase B y clase Z hace añares que no se lo veía a Howell en una producción importante. Su última película estrenada en los cines fue Gettysburg, en 1993. En la nueva historia de Spiderman es el operario de una grúa cuyo hijo es salvado por el superhéroe.
La historia del cine reciente celebra al verano de 1982 como el mejor que existió, con una seguidilla de estrenos como The Thing, E.T., Poltergeist, Rocky III, Star Trek: The Wrath of Khan, Tron y demás películas, hoy ya convertidas en clásicos, separadas por tan solo semanas de distancia. Hoy, a treinta años de semejante acontecimiento, la industria se encuentra frente a una situación fuera de la común en la que, si bien las críticas en torno a la modalidad de los reboots, remakes o la falta de ideas en general están a la orden del día, pareciera que con cualquier elección no hay posibilidad de fallar. Para que se entienda el concepto en general, de por sí para este 2012 quedan esperados lanzamientos de afamados directores como Spielberg, Tarantino, Zemeckis o Paul Thomas Anderson, pero lo cierto es que prácticamente cualquier tanque de Hollywood que llegó en esta primera mitad del año superó las expectativas. Esta introducción no es bajo ninguna forma casual, porque la realidad es que The Amazing Spider-Man se eleva muy por encima de lo esperado. Que se recuerde, pocas películas han tenido tan mala publicidad antes de su llegada a los cines. Más que a la realización en sí por la cercanía con las de Sam Raimi, uno de los aspectos más criticados fue, paradójicamente, la agresiva campaña de difusión (los altos números de The Avengers son tentadores para cualquier superhéroe), que abusó del material de prensa al punto de revelar en un spot la escena post-créditos. Las razones del relanzamiento deberían ser obvias hasta para el más obtuso. En un tiempo en el que se filma con la mente puesta en secuelas, Sony estaba sentada sobre una mina de oro que había terminado de la peor forma con Spider-Man 3. De esta manera, con un logrado reposicionamiento del arácnido por parte de Marc Webb y la instalación de dos jóvenes figuras como Andrew Garfield y Emma Stone, quienes además se ven como adolescentes, el estudio tendrá a Peter Parker asegurado por muchos años más. The Amazing Spider-Man se sitúa en las antípodas de aquella con la que Raimi cerró su trilogía. Si la del 2007 tenía un argumento nulo y se acercaba más a un videojuego, con la presencia de tres enemigos a los que derrotar en múltiples combates, esta propone absolutamente lo contrario, con una repetición de la fórmula de la Spider-Man del 2002. La búsqueda de la identidad del protagonista, su primer amor, la relación con sus familiares, son temas que el director de (500) days of Summer aborda en profundidad, con un amplio desarrollo del hombre detrás de la máscara. Si bien habrá momentos de acción, en los que el personaje central deberá probarse como el héroe que puede ser, es indudable que la mejor cara de la película se encuentra más del lado de Peter Parker que en la del Hombre Araña. Aún con la gran responsabilidad que acarrean sus poderes, este no alcanza la madurez en forma repentina, después de todo no deja de ser un adolescente. Impulsivo y socarrón, se divierte con sus habilidades y eso se refleja perfectamente en pantalla, con buenas dosis de humor que nacen de la comodidad y la química de los actores involucrados. Es así que, en contra de lo que uno podría suponer, tiene mayor peso el romance de Peter con Gwen Stacy que el resultado del enfrentamiento con el Lagarto, más allá del buen trabajo de Rhys Ifans. El némesis de nuestro héroe se toma su tiempo en mostrar su rostro y, a diferencia de lo que ocurría con el Duende Verde en la original, el alter ego de ambos no supone un misterio para ninguno. Más allá de que los efectos sean de primer nivel (sorprende la falta de uso del ya gastado slow-motion) y que las secuencias de combate estén bien dispuestas, en ningún momento se llega a la altura alcanzada con el personaje sin el traje. En este sentido es un gran logro del realizador que, aún con todas sus repeticiones y la falta de sorpresas en la historia del joven, se pueda olvidar a la primera de la saga, una producción con plena vigencia de la que sólo ha pasado una década desde su estreno. Resta entonces esperar los resultados de The Dark Knight Rises y demás propuestas para esta segunda mitad del 2012 con la certeza de que este año se perfila como uno de los más ricos del último tiempo.
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El relanzamiento de un héroe Filme joven, sólido, atractivo para grandes y adolescentes, hecho con mucho de la temática ochentista ("E.T." o "Volver al futuro"), con subrayados en el peligro de la ingeniería genética mal orientada, los desbordes megalómanos y la necesidad de la vuelta al sentido común y la responsabilidad moral. El fanático de la historieta debe fascinarse por la amplitud creativa de Stan Lee (en meses, noventa años), autor con Steve Ditko de "El hombre Araña", Hulk, XMan, Dr Strange, Capitan América, personajes creados desde los años 40, cuando entraba a la célebre Marvel, usina de la historieta universal. Para él no debe ser muy novedoso este reinicio de la saga de su arácnido personaje. A la dirigida por el director Raimi, le sucede esta saga de Andrew Webb, un director de menos de cuarenta, especialista en videoclips, que con "El sorprendente Hombre Araña" lanza su primera apuesta al mundo del mitológico integrante del clan Marvel. El filme presenta a Peter Parker desde la infancia, cuando es dejado con sus tíos por sus padres, que deben huir misteriosamente, dejando un pasado relacionado con la ciencia. Su romance en la escuela secundaria, su cambio físico producto de la picadura de una araña, tratada radioactivamente por un socio de su padre en laboratorios dedicados a la investigación genética son algunos de los ítems por los que transcurre la película. El nuevo realizador, karmáticamente relacionado por su apellido al personaje (Webb es tejido, telaraña en inglés) tuvo como notables colaboradores en el guión a figuras de la talla de Alvin Sargent ("Julia" y "Gente Común"), Steve Kloves (los "Harry Potter") o James Vanderbilt, que más allá de un suntuoso apellido familiar, aporta un brillante desempeño en éxitos como "Zodiaco". En síntesis, el filme tiene un guión tradicional, entretenido, claro y humano. Sus seres exhiben diálogos creíbles y uno llega a quererlos, especialmente a este arácnido joven interpretado por el sensible Andrew Garfield y a sus tíos (Sally Field y Martin Sheen, impecables).
Sorprende poco este Hombre Araña Después de los tres gloriosos «Spider Man» que filmó Sam Raimi, no tenía mucho sentido volver a la saga con un director de clips como Mike Webb. Mucho menos para contar de nuevo la misma historia del primer film, que más allá de las ligeras variantes argumentales le da un tono de déjà vu aun más fuerte a todo lo que se narra en esta no tan sorprendente «Amazing Spider Man», que por primera vez marca un punto flojo en la brillante y prolífica producción cinematográfica de Marvel Comics. A favor de esta nueva película se puede decir que tiene un sólido elenco de reparto, empezando por los tíos de Peter Parker, muy bien interpretados por Martin Sheen y Sally Field o el jefe de policía encarnado por Dennis Leary. En cambio el actor galés Rhys Ifans luce mejor como el torturado Dr. Connor, un manco que querría ver crecer un brazo nuevo, que como su monstruoso alter ego The Lizard, lo que implica un verdadero punto débil, ya que mas allá de algunos maleantes menores no hay otro villano importante en el guión. El nuevo Peter Parker, Andrew Garfield, por momentos luce convincente como Hombre Araña, pero a veces intenta pasos de comedia que o no son muy logrados o, si lo son, se repiten demasiado (especialmente cuando se pasa más de un acto entero rompiendo cosas por no dominar sus nuevos poderes). En cuanto a los efectos especiales y los atractivos visuales, por suerte la película los tiene en abundancia, y es uno de los motivos que ayudan a no rechazarla de plano. En especial, las escenas de la conversión de Parker en mutante, luego de la dichosa picadura de araña, tiene efectos muy atractivos; también hay una gran escena de acción en el puente de Brooklyn que, no por no ser demasiado original, deja de resultar realmente contundente. Sin embargo las largas peleas posteriores entre el súper héroe y El Lagarto se vuelven repetitivas y hasta morosas, denotando un guión poco imaginativo que no está a la altura del personaje. Habría tenido mas sentido seguir con una cuarta película de la saga original, en vez de retomar el asunto desde el principio sin contar con el mismo talento. Aunque sea, se hubiera disimulado un poco la falta de ideas.
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Leo las notas de prensa y veo como a muchos colegas no les gustó la triología de Sam Raimi con Tobey Maguire a la cabeza del elenco. A mí, en lo personal, me encantaron todas y cada una. Reconozco que hay que tener un carisma especial para encarnar a Peter Parker, y por eso, en cuanto comenzó la proyección de este nueva Spider Man, me dí cuenta que aquí lo central era ver el desempeño de Andrew Garfield para ver si valía la pena el reset. Si, claro, y además, si había química con su co-protagonista, la delicada Emma Stone. Eso en mi juicio era central para definir la suerte del film. Y les digo, ellos dos justifican el precio de la entrada apenas la historia avanza... no es que el guión y los efectos especiales no contaran pero...esto va detrás, la suerte de "The Amazing SpiderMan", se decidió cuando esta pareja se incorporó al cast. Con eso sólo, el film garantiza público a raudales. Muchos se preguntarán, pero... son tan importantes? En cualquier producción de los grandes estudios hoy en día hay una manera de producir que está pensada para impactar a la audiencia. Ya saben, son costosas, su duración varias veces supera las dos horas veinte, hay un despliegue visual infernal... Eso, está presente inexorablemente en todos los tanques que Hollywood trae. Lo que hace la diferencia, para mí, en este caso, es la elección de la pareja central y el lugar que se le da al romance en esta primera entrega de la nueva franquicia: estos chicos son muy buenos y tan queribles que levantan al público de la butaca sin problemas. Encima su director, Marc Webb, es el mismo de "500 days of summer"... gran manejo de la imagen y el travelling, percepción para transmitir emociones y encuentros de a dos...Hombre de los videoclips con experiencia en la mirada adolescente y juvenil... La historia tiene alguna variación con la que ya conocés pero también comparte algunos elementos. Arrancamos conociendo como al pobre Peter (Garfield), lo abandonan sus padres y queda a cuidado de sus tíos. Esto afecta su personalidad y cuando, con el correr de los años crece, trata de remarla en la escuela secundaria -preparatoria, pero cada tanto sufre el acoso de Flash, quien lo tiene alquilado y se burla de su incapacidad para relacionarse con el medio. Cierto día, Peter encuentra un maletín con notas de su padre que lo relacionan con un laboratorio llamado Oscorp y con un nombre para investigar: el doctor Curtis Connors (Rhys Ifans). La cosa es que el joven se escabulle en el lugar, da con una sala donde se experimenta con arañas y... ya se imaginarán. Una vez que la picadura comienza a hacer efecto, Parker tendrá que adaptarse a su nueva condición, al principio de manera muy torpe y divertida, así como también manejar este poder que tiene que afecta su vida de manera dramática. No queremos contar más, pero Connors será el eje sobre el que se basará la rivalidad del naciente SpiderMan cuando se transforme (por eventos que no vamos a detallar) en The Lizard. La novia del arácnido, Gwen (Stone) jugará un gran papel en la historia, porque no será sólo un soporte eventual, sino que la manera de relacionarse con su novio, regalarán a la audiencia la cuota de romance adolescente y bien planteado que este film necesitaba para no ser sólo un gigantesco videoclip. Aspectos técnicos, sobresalientes, como en los grandes tanques de la industria, aventura, acción y esta vez, mucho romance. Fórmula exitosa. No voy a decir que me fascinó, pero está muy bien hecha y es absolutamente disfrutable. Para la familia, una apuesta ideal.
¿Ver o no ver "El sorprendente Hombre Araña"? Se lo anunció hasta el hartazgo: El Sorprendente Hombre Araña es un reboot, un relanzamiento, un borrón y cuenta nueva. A olvidarse de Raimi, de Maguire, de Dunst. Este es “otro” Hombre Araña. Uno que desde los primeros instantes de la cinta expone una versión skater, tecnologizada (el adolescente Parker recurre al buscador Bing y juega a los videojuegos en su celular) y aggiornada del clásico héroe de la Marvel. Y la noticia no es mala, por más que le pese a dogmáticos o nostálgicos. Aunque esté precedida de un comienzo temible por su recurrencia (Parker es el chico tímido pero de nobles modales asediado por el enésimo matón de escuela, al que después humilla con su poder arácnido) y coronado de un estridente final hollywoodense y con gusto a secuela, El sorprendente... se planta con orgullo de filme cuidado, de homenaje a la altura del mito. A eso colabora un Marc Webb que no se enreda en las telas del indie o del mainstream, siendo lo suficientemente impersonal como para imprimirle un sello detallista y encantador a tanta sobrecarga industrial. Su aporte se aprecia en el bien llevado romance entre Andrew Garfield/Peter Parker y Emma Stone/Gwen Stacy, mucho más feliz que el de 500 días con ella, y que nunca peca de artificial ni de ingenuo. Y, por encima de todo, hay que reivindicar el grandioso trabajo de Garfield, quien logra un Peter Parker conmovedoramente humano y vulnerable a pesar de su andar canchero y miradas de winner. Su historia, desarrollada en la primera mitad, es simple en su clasicismo: Parker es un huérfano criado por sus tíos que descubre en un viejo maletín un mandato de su padre. Es la sombra de esa ausencia la que motoriza a Parker, la que parece determinar su obsesión heroica, la que modela (trágicamente) al héroe y lo hace toparse con la araña que le da superpoderes, cruzada que también lo lleva a las puertas de Oscorp y al villano del filme, el científico Curt Connors (un sólido Rhys Ifans) y su lado Hyde el Lagarto. La segunda mitad, menos prosaica, está nutrida de una acción vertiginosa de arcade y de acrobacias épicas entre edificios, lo que acaba por conformar un filme bifronte, con colchón de fábula teen y adornos de alta definición en los que el argumento se suspende, deja a Peter Parker y su “origen” para ostentar a ese Hombre Araña cool y texturado con aspecto de alien, exhibido desde múltiples planos como un objeto de diseño de última generación. Que lo es, y de allí lo de “sorprendente”, aunque la fructífera química Parker–Stacy sea, también y a su manera arcaica, una entrañable y tierna forma de la acción.
Nada muy nuevo bajo el sol Mi editor me prohibió tajantemente el uso de malas palabras e insultos. Tuve ganas de mandarlo al diablo pero, después de un momento de profunda meditación, vi la censura como una posibilidad de mejorar mi escritura, de adentrarme en el mundo de la sinonimia y los eufemismos...
Definitivamente, el cine de superhéroes se ha convertido en un género tan codificado como lo fue el western, y probablemente sea el último refugio de la “Americana”, esa historia de heroismo, conquista y redención a través de la acción pura. Es, por lo demás, el lugar donde finalmente esas dos grandes tendencias del espectáculo cinematográfico -el realismo psicológico y la invención desbocada de imágenes- se encuentran y complementan. Este “relanzamiento” del Hombre Araña es tanto un film sobre la dureza de descubrir el mundo durante el final de la adolescencia -lo que implica reconocer a los padres, enfrentarse al deseo, el amor, la muerte, la injusticia y comprender que todo en el mundo es relativo- como un espectáculo de pura acción. Por cierto, no todo funciona de modo perfecto: el espectáculo a veces busca imponerse y alguna de esas secuencias físicas es redundante. Pero hay virtudes: en principio, que el film no tarde en mostrar las capacidades de Peter Parker (un perfecto Andrew Garfield, al mismo tiempo taciturno joven y arrogante héroe) pero se toma su tiempo para que el icono de las historietas, el traje azul y rojo, aparezca completamente desarrollado, lo que permite comprender al personaje. Y hay señores actores que se toman su trabajo en serio (por lo demás, está esa inteligencia de ojos verdes llamada Emma Stone) sin por eso adosarle solemnidad a la historia o tratar de imponerse a ella. Quizás estemos ante un clásico del futuro.
Empezando de nuevo y ¿mejor? A tan sólo cinco años de la última entrega de la saga de El Hombre Araña dirigida por Sam Raimi, y con el protagonista Tobey Maguire aún permaneciendo en la memoria de todos como el Hombre Araña, Sony (que todavía tiene los derechos del personaje) decide que debe ganar más dinero con este filo y nos propone que olvidemos todo lo que vimos anteriormente. Es una decisión lógica, ya que no tenían disponibles ni a Raimi, ni a Maguire, ni Kirsten Dunst, y por lo tanto, a falta de mejores ideas, El Hombre Araña comienza de nuevo. Y quizás esta sea la única razón por la que tiene una nota menor a Los Vengadores (también tuve que reseñar aquel film para FANCINEMA, que obtuvo de mi parte un entusiasmado 9), ya que El sorprendente Hombre Araña me gustó tanto como aquella. El responsable aquí es Marc Webb, el director de la (500) días con ella, que a fuerza de pulso narrativo y una muy buena construcción de los personajes logra diferencias importantes con el primer film de Sam Raimi. Mientras Raimi se mantuvo quizás más fiel al viejo estilo de los comics con personajes fuertemente estereotipados, a veces unidimensionales y una visión moral maniquea, Webb apela a ser sutil, su manera de contar y decir sin subrayar complejiza la historia y le da otra profundidad a los acontecimientos y personajes. Para ser más claro, se nota (o pareciera) que Webb vio el film de Raimi y claramente decidió hacer hincapié en aquello que el director de la saga Evil dead: diabólico había tocado sólo en superficie. Por eso rápidamente veremos en determinado momento el nacimiento del Hombre Araña pero sin detenerse demasiado en eso que ya sabemos, y en cambio tendremos unas cuantas escenas de Peter Parker intentando averiguar qué sucedió con sus padres, y otras tantas mostrando cómo se desarrolla su relación con Gwen Stacy, siendo ambos los principales ejes de la narración en la película. Decíamos que los personajes que nos ofrece esta versión de Webb son más profundos y humanos que aquellos de Raimi. Tenemos a un divertido Tío Ben interpretado por el bueno de Martin Sheen y también una no tan insoportable Tía May (Sally Field). Pero el principal acierto en este rubro fue haber eliminado el personaje de Mary Jane Watson (ese pesado amor platónico de Parker que hacía Kirsten Dunst en la anterior saga) para reemplazarlo por el primer amor de Peter Parker en los comics, Gwen Stacy. Emma Stone encarna este personaje y ella es una chica con talento. Principalmente tiene mucho timing y gracia para la comedia y, además de ser linda es capaz de lograr que sus personajes sean adorables, inteligentes y sensibles siempre. Por otro lado tiene gran química con Andrew Garfield, y esto el director lo aprovecha al máximo logrando buenos momentos de comedia romántica. Los que vieron (500) días con ella sabrán que Webb entiende cómo filmar las relaciones de pareja. Detengámonos un poco en el protagonista de esta historia. El Peter Parker/Hombre Araña de Andrew Garlfield no contiene esa nobleza a prueba de balas del de Maguire. Es “bueno”, o es el héroe a fuerza de las circunstancias, o mejor dicho, es bueno porque sus enemigos resultan ser los “malos”. Esta aquí sólo sugerido aquello de “un gran poder implica una gran responsabilidad”, porque más allá de que le sucedan cosas terribles a este Peter Parker, no se vuelve adulto de un día para el otro, hay en él mucho de adolescente. Asume lo que le toca porque las circunstancias lo apuran, no sólo por un sentido moral de justicia, que era mucho más fuerte y explícito en el anterior Hombre Araña. Por último, algunas consideraciones: digamos que la última hora del film es de un ritmo sin descanso, muy entretenida, con secuencias de acción excelentes y llenas de ideas. Un detalle muy interesantes es cómo utiliza el Hombre Araña sus telarañas (que aquí son artificiales y provienen de unos aparatos en sus muñecas) lo veremos hacer piruetas de toda índole, a toda velocidad, en escenas bien filmadas donde todo se ve y se entiende (¡Sí! ¡fuck you Michel Bay!). Hasta ahora un buen año para los films de superhéroes, con dos buenas propuestas de Marvel bien diferentes, y si la tercera Batman de Nolan se acerca un poco a su anterior entrega, el 2012 será recordado como uno de los mejores años para el género (además del año donde Boca perdió todo y donde ocurre el fin del mundo).
LA TELARAÑA SE REGENERA La saga de Spider-Man del director Sam Raimi no daba para más: la telaraña se había cortado en pleno salto y el héroe se había estrellado contra el duro pavimento del ridículo. Era necesario volver a empezar, devolverle a la saga la frescura adolescente del comienzo, ya mítico, de este personaje. Con EL SORPRENDENTE HOMBRE ARAÑA (THE AMAZING SPIDER-MAN), el nuevo director, Marc Webb, logra eso y un poco más: la saga se regenera, cual cola de lagartija cortada, con algo de oscuridad y misterio, al mismo tiempo que desarrolla de forma adecuada y profunda la relación entre Peter Parker (Andrew Garfield) y su novia Gwen Stacy (Emma Stone). No faltan los asombrosos efectos especiales, las peleas intensas, el humor ni las reflexiones sobre el heroísmo. Ojo, tampoco hay que exagerar: la película funciona bien como reinicio, pero el hecho de ya conocer la historia, que necesariamente repite algunos conceptos de la película de 2002, la hace, por momentos, poco sorprendente. El guión incorpora un puñado de nuevos elementos a la historia de Peter Parker: principalmente, se le da mayor importancia a la misteriosa muerte de sus padres, algo que lo ha afectado y lo ha convertido en un adolescente solitario. El joven vive con sus tíos, Ben (Michael Sheen) y May (una desaprovechada Sally Field), y un día descubre nuevas pistas sobre el trabajo que hacía su papá antes de morir. Su investigación lo lleva a la corporación Oscorp, en donde conoce al Dr. Curt Connors (Rhys Ifans), un científico que investiga sobre la regeneración celular. Luego de ser picado por una araña modificada genéticamente, Peter adquiere poderes y se convierte en Spider-Man, casi al mismo tiempo que Connors se transforma en un violento Lagarto humanoide después de un experimento fallido. En el medio de todo ese quilombo, nacerá el amor entre Peter y Gwen, su compañera de escuela. Desde que Peter adquiere sus poderes, somos testigos de una seguidilla de sucesos algo similares a los ya vistos en la primera película, aquella con Tobey Maguire: los divertidos momentos en los que Peter no puede controlar sus recientemente adquiridas habilidades; la muerte del tío Ben (a esta altura eso ya no es spoiler); las acusaciones hacia Spider-Man (que para muchos es una amenaza y no un héroe); los momentos forzadamente emotivos en los que la gente común decide ayudar a Spidey. En fin, quizás haya cosas que no se las puede contar de otra manera, aunque se cambien los escenarios en las que suceden. Sin embargo, y como decíamos al principio, la película sí innova en cuanto a aportar algo de oscuridad (hay muchas tragedias en el film) y en que se le otorga mayor personalidad al protagonista. Por ejemplo, es genial que Spider-Man vuelva a ser el molesto tira-chistes despreocupado, igual que en la historieta. Resultó acertada la decisión de filmar muchas de las escenas de Spider-Man con dobles de riesgo en vez de usar la computadora: esto le otorga a la película una mayor sensación de realismo, de tangibilidad. Spider-Man está ahí, no es un muñeco hecho en Paint como en SPIDER-MAN 2 (2004). También es genial la manera en que se incorporaron los movimientos de las arañas (Ejemplos: la escena en la que teje una telaraña en las alcantarillas o aquella en la que envuelve al Lagarto) e incluso cómo el héroe usa mucho sus telarañas para luchar (por ejemplo, lanzándosela a la cara a sus enemigos), algo que no hacía tanto en la trilogía de Raimi pero sí en los cómics. Hay, además, un buen uso del 3D, que suma bastante a la experiencia. Es para destacar lo bien que están desarrollados los personajes de Peter y Gwen. Mucho tienen que ver las excelentes (y muy naturales) actuaciones de Garfield y Stone, y la buena química entre ambos actores. Ifans brinda una buena composición como Connors, aunque no resulta tan natural como la parejita. Por otra parte, El Lagarto no convence como villano: su ridículo aspecto y su escaso y superficial tratamiento hacen que el monstruo esté destinado a quedar en el olvido. Sheen tiene pocas escenas como Ben, aunque su interpretación es buena (sólo hay que mirar cómo es capaz de pasar de los gestos paternales al enojo, todo plasmado con solvencia): la escena de su muerte pasa rápido y no resulta lo suficientemente impactante, pero todos ya tenemos incorporado ese momento gracias a los films anteriores y a los cómics. Lo mismo sucede con otras partes del relato, como la creación del traje. La incapacidad de alejarse del mito de Spider-Man (algo prácticamente imposible) es lo que más afecta a la película: a veces para bien (como cuando algunos puntos importantes de la historia pueden pasarse de forma veloz sin que esto influya de forma grave), pero casi siempre para mal. Sin embargo, cuando EL SORPRENDENTE HOMBRE ARAÑA se balancea hacia esos momentos pequeños, hacia esas miradas entre Peter y Gwen, ahí, justo ahí es cuando la película mejor funciona.
La historia de Peter Parker... otra vez Es sabido que Hollywood vuelve sistemáticamente a las historias que han funcionado satisfactoriamente sobre el público; en este caso, la historieta del joven que adquiere poderes sobrenaturales y se transforma en el fabuloso Hombre Araña había dado lugar a una saga que comenzó con un muy buen producto hace exactamente una década. La necesidad de la industria de reciclar argumentos exitosos aceleró la aparición de esta reinterpretación de la historia de Peter Parker y sus tribulaciones ético-sentimentales. Es por eso que el director Marc Webb (sin antecedentes es este tipo de producciones) arremete nuevamente con la historia del popular personaje. El resultado es una película entretenida aunque algo extensa; hay situaciones que se alargan en demasía y conspiran contra el ritmo de la narración. Pero el saldo es positivo ya que los personajes están muy bien cubiertos y el relato de la transformación de un tímido estudiante de secundaria en un intrépido superhéroe que lucha contra el delito en la ciudad de Nueva York está más que correctamente presentada. Para los que prefieren la pintura de los personajes y el relato de una trama interesante, la primera parte de la película resultará la más sustanciosa. Para los que gustan de las escenas de acción, las persecuciones y las luchas cuerpo a cuerpo, la parte final de la película es un festín imperdible, sobre todo en la versión en 3D. La cámara subjetiva en las carreras del protagonista entre los rascacielos de la ciudad es un alarde de imaginación y la confirmación de que la técnica del tratamiento de la imagen ya no tiene secretos. El problema es que no parece haber nada nuevo para decir sobre este personaje, uno de los más ricos de la fauna de los cómics por la crisis filosófica en la que se sume antes de convertirse en una pesadilla para los criminales neoyorquinos. Una vez más asistimos a la ausencia de sus padres biológicos, a la tragedia que lo empuja a perseguir al asesino de su tío y a los devaneos sentimentales con Gwen Stacy, una de su compañeras de escuela (encarnada por la encantadora Emma Stone). La Policía no está convencida de que el Hombre Araña no sea un criminal y lo persigue hasta que se demuestra que el superhéroe está del lado de "los buenos". Y así transcurre la narración (con buen ritmo, a pesar de algunos baches) hasta el gran enfrentamiento final que marca el desenlace de esta historia y abre, indudablemente, el camino para vaya uno a saber cuántas secuelas. Será, entonces, la despedida hasta la próxima aventura de esta nueva saga; pasarán no muchos años y todo volverá a comenzar.
VOLVIO EL HOMBRE ARAÑA Diez años después de que Sam Raimi lo lanzara, vuelve el hombre araña a reclamar su lugar entre la fila de heroicos luchadores del bien que, por lo menos en el cine, están ganando su partida. En esta cuarto capítulo hay pocas novedades. La diferencia del hombre araña con otros paladines es que el tono liviano, juvenil, de su propuesta le permite mezclar la comedia de enredos, los besos y la sangre. En el fondo, son filmes de iniciación (en el amor, en la lucha ciudadana, en la toma de posición ante la vida) que obligan al antihéroe de turno a tener que bajar del cielo para poner un poco de orden. Y está bien resuelta: es llevadera, espectacular, romántica. Tiene nuevo protagonista, Andrew Garfield, que le suma la dosis justa de inmadurez, perplejidad y valor. Y la vivaz Emma Stone, la encargada de lidiar con este justiciero que se ocupa más de los villanos que del amor.
Se reinicia una saga de superhéroes a cargo del director Marc Webb quien modificó algunas partes referidas a los orígenes de Peter Parker. Este es otro de los personajes muy esperado por los adolescentes y algunos adultos, basado en el Marvel Comic Book de Stan Lee y Steve Ditko; la diseñadora de vestuario es Kym Barrett y la música es de James Horner; el nuevo filme lo compone un gran elenco: Andrew Garfield (“Red social”, “El Imaginario Mundo del Doctor Parnassus”, “Leones por corderos”), Emma Stone (“Historias Cruzadas”), Rhys Ifans (“Notting Hill”), Denis Leary, Campbell Scott, Irrfan Khan, Martin Sheen y Sally Field, dirigida por Marc Webb y el guión de James Vanderbilt y Alvin Sargent y Steve Kloves; se estrena en 3D y 2 D, subtitulada y doblada al español. La historia comienza cuando nuestro héroe es un niño de unos cinco años, no se conoce bien la razón porque sus padres: Richard Parker (Campbell Scott) y Mary Parker (Embeth Davidtz), debieron huir y a Peter Parker (Garfield), lo crían sus tíos Ben (Martín Sheen) y May (Sally Field). Cuando Peter es adolescente quiere descubrir su pasado, averiguar quién es y cuál es su origen, le llega la hora de armar un rompecabezas cuando encuentra un maletín que dejó su padre antes de abandonarlo, esto lo obliga a llegar al fondo de la desaparición de sus padres, a partir de este hallazgo su vida cambia, allí encuentra una foto de su padre con el doctor Curt Connors (Rhys Ifans), quien era su socio y todo lo acerca a Oscorp y al laboratorio de este Doctor. Mientras él investiga en dicho laboratorio es picado por una araña específica, allí surge su transformación en un arácnido especial, pero casi al mismo tiempo encuentra su primer amor en la escuela Gwen Stacy (Stone), (no falta el compañero molesto Flash Thompson, interpretado por Chris Zylka), la joven tiene familia, su padre es el Capitán Stacy (Denis Leary) y ellos tendrán que luchar por el amor, el compromiso, y los secretos; además él debe mantener oculta su doble identidad. Nada en la vida de Peter Parker es fácil, porque su tío es asesinado por un ladrón, la ciudad se ve alterada por la presencia de un Lagarto que solo desea el mal y logra un experimento peligroso. Es cuando Peter debe utilizar sus poderes para convertirse en un héroe y proteger los ciudadanos de los peligros. Uno de los tantos puntos a favor que tiene la película es el casting, comenzando por el actor británico-estadounidense Andrew Russell Garfield (28), que además para interpretar este personaje tomo clases de yoga y Pilates, la actriz Emma Stone (23) es la pareja en la gran pantalla y también en la vida real, tienen buena química y es el primer amor del superhéroe, un lujo para quien hacen de los tíos aunque Sally Field a mi gusto está un poco desaprovechada, lo que es más emotivo es la muerte de su tío Ben, las escenas de acción son más reales, la propuesta es bien pochoclera, entretenida, contiene más humor, previsible, quedamos a la espera de la segunda parte y hay yapa después de los créditos.
HOMBRE ARAÑA SIN DILEMAS Luego de cinco años, la saga del superhéroe de Marvel vuelve a tener un nuevo capítulo. Pero esta vez no se trata de una historia que continúa aquellas tres pergeñadas por el realizador Sam Raimi –a saber, El Hombre Araña 1, 2 y 3– donde el arácnido con contradicciones sobre su lugar entre el bien y el mal, que se debatía entre hacer justicia por mano propia o estar al servicio de una ley a la que muchas veces consideraba injusta, sentía pese a todo que su lugar en el mundo no era justamente aquél que hubiera elegido; no, ahora, El sorprendente Hombre Araña retoma la historia de Peter Parker nuevamente desde su inicio, con algunos agregados como la breve aparición de los padres de Peter y su inmediata y misteriosa desaparición –tomados de algunos números del comic original en los que su creador Stan Lee dejaba el guión a otros colegas de menor rango–, sosteniendo todos aquellos componentes que dieron forma a la aparición del superhéroe en una Manhattan con colegios secundarios donde la violencia física entusiasma a los estudiantes y con zonas donde otra violencia mayor, más despiadada, se enseñorea en sus callejones, pero prescinde de los giros sobre la humanidad del protagonista que hicieron tan atractiva la saga Raimi. El desconocido para el mundo hispano Marc Webb (aunque en Argentina se estrenó 500 días con ella, su film debut) estuvo a cargo de la dirección y hubo en el casting una borrada total para todos los actores que estuvieron a la orden de Raimi. Desde ya, es muy probable que muchos extrañen a Tobey Maguire –su exacta combinación entre ingenuidad y tormento– y a Kirsten Dunst –la chica que intuye que una historia de amor con un superhéroe está condenada al fracaso– en los roles de Peter y Mary Jane; y a otros actores-personajes de la factoría Raimi como el desaforado director del periódico Daily Bugle, el amigo-enemigo de gran corazón Harry y, fundamentalmente, los villanos, que con Raimi adquirieron una estatura compleja y rica en matices –no tan compleja y oscura como la de los malvados villanos de Christopher Nolan en la saga Batman, el caballero de la noche, es cierto, sino más volcada a la fantasía pura pero con igual intensidad– y que aquí, en El sorprendente Hombre Araña lucen algo forzados: Andrew Garfield –a quien puede recordarse en su lograda composición de un sufriente clon en Nunca me abandones, una formidable adaptación de una novela de Katzuo Ishiguro que dirigió Mark Romanek y pasó desapercibida– pone su rostro algo anodino a Parker, y si bien a medida que avanza la acción cumple ajustadamente con su rol, por momentos algo desentona en su casi despreocupada aceptación de su mutación arácnida y en la posibilidad de convertirse en un salvador de vidas; su novia –ya no Mary Jane sino Gwen Stacy, hija del jefe de policía del distrito–, con un carácter marcadamente egoísta en sostener su amor pese a las tribulaciones que comienzan a jalonar su existencia; sus tíos May y Ben –que con decoro y suficiencia actúan los veteranos Martin Sheen y Sally Field–, que parecen esconder el secreto de la desaparición de los padres de Peter pero que nunca irán más allá de un celo cariñoso de padres postizos; un jefe de policía –el ya también algo veterano Dennis Leary–, de rasgos entre hieráticos y conservadores, cuyo final está anunciado cuando descubre quién está detrás de la máscara del Hombre Araña, y, por último, quien esta vez se erige como el enemigo del superhéroe, El Lagarto, en su faceta humana el Dr. Connors, un genetista manco –y socio científico en las investigaciones del padre de Parker antes de su desaparición– que busca regenerar su extremidad experimentando con la innata potencialidad con que cuentan los reptiles para subsanar esa ausencia, pero que en El sorprendente… es un adversario no inoculado con la fiebre de una condición ambiciosamente maldita –como lo fueron El Duende Verde o Venom, por caso–. De este modo, la trama carece de esos vasos comunicantes que le confieren la espesura que supo darle Raimi –y sin duda aquí resulta inevitable la comparación–, que mostraban a un superhéroe imbuido en sus dilemáticas vicisitudes y sin solución de continuidad; en cambio, ahora Webb se vale de la linealidad en el sentido más intrínseco: no se tarda demasiado en proponer un tablero donde los contrincantes ocupan su lugar y lo asumen como tal sin dilaciones, con aliados previsibles y acentuando la razón del bien para encontrar en la historia un devenir que exhibe a los “buenos” protagonistas seguros de su accionar. Por lo demás, es decir, en cuanto a efectos especiales, El sorprendente… no desentona con las propuestas anteriores y hay, sí, un mayor despliegue de las telarañas con las que Parker se desliza por Manhattan y que sirven contra El Lagarto como una eficaz arma defensiva. A lo que cabe agregar la funcional edición, que contribuye a volver dinámicas las más de dos horas de extensión.
Aburridísimo y tonto Hombre Araña En procura de sistematizar al Hombre Araña dentro del cúmulo de films-personajes que la Marvel viene desarrollando con éxito, ahora entonces otro Hombre Araña que no es el que era aún cuando se trate del mismo de siempre. Más o menos así. Parece, entonces, que muy rápido trabaja la memoria residual y cinéfila norteamericana. Si el término "cinéfilo" es aquí utilizado sólo se justifica en relación al cineasta responsable de la trilogía previa (entre 2002 y 2007): Sam Raimi. Vale decir, si en Raimi persiste, y tan bien, el gesto hacia el cine B y el cómic de reminiscencias "offset" -lo que no es privativo de su Spiderman-, nada de esto hay en la nueva versión, realizada por un ignoto Marc Webb, cuyo único hallazgo debe ser la semántica de telaraña de su apellido. Nada de cinefilia y tampoco nada de cine. El nuevo Hombre Araña es un adolescente idiota (Andrew Garfield). Mira de reojo, no puede hablar correctamente, se mueve todo el tiempo, etc., a la vez que se supone es un niño de mente brillante y precoz. De hecho, los momentos donde Peter Parker es víctima del entorno -colegio, chicas, adultos- son, de veras, más idiotas. Lo que redobla tal bobería es el momento del contraste. Allí cuando, con los poderes obtenidos, Peter busque ridiculizar a quienes primero lo ridiculizaran. Todo esto a la manera de una serie televisiva destinada, en horario de merienda, a "teenagers". Tal la estima que hacia su propia adolescencia tiene el actual cine norteamericano, con la moraleja final obligada a cargo del siempre bueno tío Ben (aquí en la inútil interpretación de Martin Sheen, tan prescindible como la tía May de Sally Field. Sí, Sheen y Field. Han leído bien). El enemigo de turno es "El Lagarto", víctima de sus propias investigaciones y un brazo faltante (villano prometido, de hecho, por la saga de Raimi; motivo por el cual, el nuevo film no deja de oficiar como pseudosecuela). Hay un vínculo que une al Lagarto con el padre de Peter, así como con -el por ahora invisible- Norman Osborn (Duende Verde, némesis de Spiderman). El adolescente insoportable se inmiscuye en viejas anotaciones del padre, en investigaciones ajenas, le pica una araña radioactiva, y se zurce un traje a medida. Sale entonces a saltar por la ciudad, con efectos las más de las veces sin ingenio ni chispa, y con el habla afectada y propia del estereotipo adolescente más berreta. Eso sí, no hay Mary Jane, ahora hay Gwenn Stacy (Emma Stone), de una muerte legendaria dentro de los cómics tempranos de Stan Lee. Nada que amerite, en verdad y a excepción de sus piernas, las ganas de ver más. O nada que equivalga, claro, al primer beso "invertido", con máscara a medio quitar, entre el Spiderman cabeza abajo de Sam Raimi y la Mary Jane de Kirsten Dunst. Por último, y como no podía ser de otro modo, la reflexión y reversión adolescente "americana", donde los "niños malos" se arrepienten y dejan de golpear a los más débiles, inspirados ahora por la efigie del Hombre Araña. Otra estúpida película más. Y van...
Nuestro Arácnido preferido regresa a las pantallas mas sorprendente que nunca. Después de largos meses de expectativa por el nuevo reboot (relanzamiento) de Spider-Man finalmente podemos apreciar esta nueva franquicia de la compañía Marvel en la gran pantalla. De la mano de un nuevo director, nuevos actores y una nueva historia que encara el mundo Spider-man con un nuevo rostro. El Sorprendente Hombre Araña no es solamente una nueva versión de lo que nos dejo hace años el director Sam Raimi en su antigua trilogía, si no que consta con un nuevo comienzo, fresco y sin pretensiones. En un principio el nuevo lanzamiento de una nueva "serie" de películas se vio como un escandalo, rodeado de disputas en si este cambio tan abrupto era necesario o si le haría bien a la imagen del super-heroe. Ciertamente las cosas fueron cambiando a la medida que el tiempo transcurrió, y ese cambio tan terrible se convirtió en probablemente una de las mejores cosas que habría podido pasar. Obviamente cuando algo nuevo aparece en el mercado y ya hay un ideal sobre ese producto la gente mira a este nuevo con cierta inseguridad e incluso al consumirlo no se dan cuenta de lo bueno que es. Esto probablemente pase con esta nueva versión, tardara tiempo en tener el reconocimiento que debe obtener. Esto no es cosa nueva, en los últimos tiempos nos hemos visto como sacaban viejos trastos del cajón y no hacían otra cosa que hacerlos ver peor. En otros casos nos encontramos como películas como Batman Inicia, la cual en el momento de su estreno no fue una locura febril, pero con el paso del tiempo se ha vuelto una de las películas mas potenciales del Murciélago, obviamente, todo esto consta de una secuela y la continuación de la historia. Esta versión tiene un futuro grande, no se pega con las anteriores versiones, no trata de imitar, simplemente es lo que sus ideadores quiere que sea. Finalmente nos podemos encontrar con algo mas fiel a los comics de donde proviene el famoso héroe y que trata de mostrar una historia no antes conocida respecto al gran universo Marvel. Spider-man nos puede llegar a deslumbrar con muy buenos guiños, excelentes peleas de acción, buenas recreaciones del personaje, pero una mala completiva en ciertos casos. Algunos efectos se sienten fuera de lugar, como malogrados y eso en cierto punto arruina la magia de la que debería estar rodeada la película, pero en planos generales se vuelve como un error mínimo que puede ser omitido y opacado por las buenas representaciones que cumplen tanto los actores como la historia en si. Esta vez la película viene con un ritmo más movido, con más sentimientos puestos en el medio y más comedia incluso (cosa que hemos podido apreciar en las ultimas películas de comics provenientes de Marvel). El personaje en si se siente mejor, algunos critican la elección de Garfield como el nuevo Peter Parker, pero simplemente es algo mas fiel a lo que podemos ver cuando leemos un comic sobre este personaje. Con una química excelente entre Andrew Garfield y Emma Stone, una excelente interpretación de Martin Sheen (como el Tio Ben) y buenas actuaciones de parte de Denis Leary y Rhys Ifans. The Amazing Spider-Man es dirigida por Marc Webb (director de 500 días con ella) y consta con una de las mas divertidas escenas de Stan Lee como invitado especial.
Marc Webb allá por el 2009, impresionaba con su "500 days of summer". Una peli con aire indie, una comedia romántica (o a-romántica) diferente, visualmente interesante. Pero nadie se hubiese imaginado, que el próximo paso de ese joven director, era un Blockbuster hecho y derecho, del tamaño de Spiderman. Era una responsabilidad muy grande la que caía sobre la, aparentemente pequeña, espalda de Webb. Reiniciar una franquicia, que en su comienzo (de la mano del maestro Sam Raimi), generaba un clásico del genero de Superhéroes. Despues de ver "The Amazing Spiderman", me doy cuenta de que Webb estaba a la altura del desafío, sin embargo la peli esta lejos de ser perfecta. Voy a evitar comparar las dos visiones del personaje. Por que las comparaciones son odiosas, y por que los dos directores se sientan en las veredas opuestas. Raimi se apego a las reglas del comic, no se lo tomo demasiado serio. De hecho en un momento se rió de las películas serias sobre superhéroes. Marc Webb en cambio, toma la antorcha de Nolan, dándole realidad a una peli de este genero. Metiendo a Spiderman en la Nueva York real, buscando que cada cosa tenga un sentido, pero sin la seriedad de las Batman de Nolan. Ya para empezar Webb acertó de manera descomunal con el casting de sus dos personajes principales. Andrew Garfield y Emma Stone, son geniales como Peter Parker y Gwen Stacy. Garfield es increíblemente carismático, cuando esta en pantalla es imposible dejar de verlo y lleva muy bien esta actitud más bien despreocupada de Peter. Emma Stone, además de linda, tiene una gracia sutil y los dos en pantalla tuvieron una química que se nota demasiado. En las escenas de amor entre los dos (antes de que esten juntos y después) se nota mucho la mano de Webb, se nota que ahí navega en aguas conocidas, y están genialmente manejadas. Otra cosa para destacar, es que Webb llevo los movimientos del arácnido de manera excelente a la pantalla, y sus comentarios sarcásticos aparecen durante las peleas. Increíblemente, se corre el rumor, de que Sony corto muchos de esos comentarios sarcásticos, ósea que hay varios que nos perdimos. Con respecto al villano, bueno Rhys Ifans no me convenció. Su versión del doctor Curt Connors me pareció muy liviana. La actuación Ifans no es buena, y tampoco ayuda el argumento. Me parece que en materia de transición, el lagarto se convierte en el lagarto y pierde la cabeza demasiado rápido. Ojo la película dura 2 horas y 15 minutos, y ustedes dirán "Demasiado rápido?? y en que pierden el tiempo?". En contar una vez más, algo que todo el mundo ya sabe. El génesis del personaje vuelve a ser relatado, esta vez con otro estilo, pero nada nuevo bajo el sol, pierde tiempo de construir un mejor villano. De hecho la primera mitad de la peli, es algo aburrida. Antes del estreno, se había comentado que Webb había cambiado parte del origen de Spiderman (de ahí todos los carteles de “La historia jamás contada”) pero aparentemente al estudio no le gusto. Webb se vio obligado a realizar cortes en la edición que perjudicaron la historia, y lo obligaron al director a tomar atajos que vuelven un poco boludo el desarrollo de la película. Hay cosas que no entendí de Webb. El hizo hincapié todo el tiempo, de que buscaba darle realidad a este personaje. De hecho decía que caminaba por Nueva York y pensaba "desde donde se puede columpiar Spiderman acá?". Sin embargo, hay cosas en la película de una ingenuidad estrepitosa, que son estrictamente pelotudas, que no calzan con esa sensación de veracidad. Sin contar demasiado por favor, presten atención a como Peter descubre el plan del Lagarto, una escena donde unos obreros hacen algo por el arácnido, y una parte del final en el laboratorio de Oscorp. Creo fielmente, que Webb en esos errores fue victima de la censura del estudio, que ya antes de lanzar la película, corrían rumores de que no estaban conformes con la versión final. Lo cual me da mucha tristeza. Contratan a alguien diferente, que aparentemente crea una nueva versión de la historia (la cual fue claramente editada brutalmente por el estudio) y no tienen los huevos suficientes para bancarlo, y lo hacen editar su película. Cual es la idea entonces??. Por que no hacen la película con un ejecutivo del estudio y listo? No digo que los errores de la peli, son pura y exclusivamente culpa de Sony, pero creo que tienen mucho que ver. Para resumir, "The Amazing Spiderman" es la peli de superhéroes mas inocente que se hizo en este tiempo. Perfecta para los chicos, con muy buenas escenas de acción. Webb hizo un buen trabajo, lejos de perfecto, pero un bueno al fin. Si apuesto a la secuela, y espero que esta vez le den rienda suelta al potencial del director.
No tan distintos Unos pocos planos con Andrew Garfield alcanzan para entender que este nuevo Peter Parker no se parece en nada al de Tobey McGuire. No ocurre lo mismo con Spiderman, que es bastante similar al anterior. O sea: con el traje puesto, los dos actores (y sus dobles, especialmente digitales) hacen más o menos lo mismo. Esto es algo importante, porque quiere decir que, si bien el héroe permanece sin cambios, Peter cambia y mucho. Además, hay que tener en cuenta que se está frente a eso que muchos llaman “reset”: el recomienzo de una historia que ignora lo hecho en las películas anteriores. Entonces, se vuelve a contar el nacimiento de Spiderman porque hay algo allí que gusta, que seduce, incluso si el personaje en su faceta de héroe continúa casi igual que antes. Peter Parker es un nerd marginado, pertenece a una familia quebrada (sus padres desaparecieron) y es bueno para la ciencia; allí hay algo para contar de nuevo, una vez más. Se nota que Marc Webb y sus guionistas, más allá de las convenciones que debe respetar una película que narre los inicios de un superhéroe, están bastante más interesados en la historia de Peter antes de convertirse en Spiderman; y cuando finalmente se calza el traje azul y rojo, el director no le dedica tanto tiempo al personaje en su papel de justiciero tanto como a su costado de chico cualquiera que tiene que lidiar con problemas comunes como hablarle a la chica que le gusta, ir a comer a su casa o ser un buen hijo (porque, a pesar de vivir con sus tíos, ellos son como sus padres). Esa atracción por observar las dificultades para integrarse socialmente, por desmenuzar los conflictos familiares, son caras a la constelación de criaturas creadas por Marvel; en este sentido, Tobey McGuire y su rareza habitual atentaban contra la construcción fiel de Spiderman porque el actor recargaba las tintas sobre el lado más extraño y distinto de Peter; era, a todas luces, un freak excesivo, exagerado. En cambio, Andrew Garfield compone a un nerd, a alguien amanerado pero parecido a sus semejantes. El Peter de McGuire estaba condenado a ser un completo extranjero en la secundaria, pero el de Garfield, una vez superados sus problemas con el bully de turno (de manera bastante más rápida y económica que en la primera película de la serie) y vestido un poco más a la moda, se funde perfectamente con el paisaje cinematográfico de una high school de cine norteamericana. Por eso, porque el nuevo Peter se parece más a nosotros que el anterior, y porque la película insiste con que las diferencias del protagonista no lo son tanto, es que el proyecto del doctor Curt Connors (y del padre de Peter) está condenado. Connors viene trabajando desde hace décadas en una solución médica para las malformaciones y enfermedades, en buena medida motivado por la falta de su propio brazo derecho. En su laboratorio, guarda una máquina (prohibida por el gobierno) que es capaz de liberar gases en el área de toda una ciudad, con la que piensa que, de tener éxito en su investigación, podría hacer cosas como “curar la polio en una tarde”. Cuando el proyecto fracasa y Connors se convierte en un reptil monstruoso, su plan de igualar a toda la gente de acuerdo a un modelo biológico ideal no cambia: aunque sea como lagartos, Connors intentará esparcir la nueva fórmula y transformar a la población en reptiles como él. Decía que ese proyecto está condenado, justamente porque la película plantea algo así como que las diferencias, incluso si son grandes, no resultan del todo insuperables. Para probarlo está Peter, un nerd torpe, tímido y burlado por todos que, después de pelearse con el matón de la escuela y derrotarlo, puede mezclarse sin problemas con la masa de adolescentes de secundaria. También está la relación entre Spiderman y la policía y la relativa facilidad con la que un civil puede servir a la justicia a la par de las fuerzas de la ley sin contar con armas, gadgets o un entrenamiento especial (como sí tiene, por ejemplo, Batman). Así, con la voluntad de hacer el bien y proteger a los inocentes alcanza, parece susurrar por lo bajo Webb, negando las distancias múltiples e irreconciliables entre el superhéroe y los poderes represivos que otras películas del género sí abordan. Entonces, si todo es más o menos lo mismo, si todos somos semejantes más allá de algunas diferencias superficiales (fácilmente corregibles), no es necesario ningún intento como el de Connors para uniformar a las personas en su fortaleza biológica porque, lo sepan o no, tomen conciencia o lo ignoren, ya son todos iguales. Además de coquetear con la biogenética y de hacer bastante más foco en la relación de Peter con sus tíos, la película pega un vuelco radical en su afirmación velada (pero presente) de la semejanza. El personaje que hacía Tobey McGuire era un eterno raro incapaz de integrarse completamente en la sociedad; podía tener novia, trabajo y ser un genio de la ciencia, pero el resentimiento que le producía su propia extrañeza primigenia no desaparecía nunca, ni siquiera en la tercera película cuando, poseído por el mismo alienígena que después da vida a Venom, Peter sacaba a relucir sus salvajes y oscuras fantasías; allí no había Spiderman ni imperativo moral capaz de seguir reprimiendo sus deseos más secretos. El Peter de McGuire era una criatura doble, con pliegues ocultos que dejaban imaginar una personalidad conflictuada, inquietante; una extrañeza irreductible, y por eso mismo incómoda, que nunca terminaría por ser parte plena de la sociedad. Esa incomodidad es la que desecha El sorprendente Hombre Araña cuando postula la igualdad fundamental que compartirían todos; más allá de lo aburrido del planteo, la consecuencia directa de esto es que, sin importar la excelente interpretación de Garfield, su personaje no es capaz de producir la tridimensionalidad ni el misterio del Peter de McGuire. Si se tiene en cuenta que esta última película dedica más tiempo a observar al personaje inmerso en los problemas de su vida cotidiana antes que en su labor de justiciero (hasta el final, cuando Spiderman –como corresponde– finalmente se adueña el relato), por momentos parece que se está viendo una película sobre adolescentes y no una de superhéroes. Al menos en este sentido, la presencia lumionsa de Emma Stone tampoco ayuda: su gracia, sus morisquetas y su simpatía absolutas inclinan la película hacia el lado de una high-school movie (territorio que la gran Emma ya supo incursionar en Se dice de mí), bien lejos de la solemnidad de una buena porción del cine de superhéroes.
Querida, me empomé a Gwen Stacy!... eso diría yo si estuviese casado y hubiese trabajado en ésta película; soñar es gratis. Vuelvo a la seriedad que me caracteriza en éstas críticas(buéh). Se habló mucho de Andrew Garfield interpretando a Spider-Man antes de ver el film, parecía no gustarle a nadie, sobretodo por ser un protagonista teen, cara bonita, peinado loquito y esos aires a TWilight que tanto miedo dan. Viendoló en el film, hace un Peter Parker adolescente bastante correcto, sin deslumbrar, algo que es suficiente. Tenemos a Emma Stone haciendo de Gwen Stacy, en lo que es la elección actoral más acertada de la película, no solo por el parecido físico, sinó por la caracterización y belleza infinita de sus expresiones faciales (más masticable que un caramelo Sugus). Cerrando el trío de protagónicos nos queda Rhys Ifans haciendo del Dr. Curt Connors, alias The Lizard, que hace un papel decente, sin destacar. Luego tenemos al tío Ben (Martin Sheen) y a la tía May (Sally Field) que si bien son importantes en un punto de la trama y trabajan bien, no pinchan ni cortan. Ésta película me sorprendió para bien, no es una excelencia, ni una obra de arte absoluta, pero quisás tenía pocas expectativas. Desde el comienzo vemos ooootra vez el orígen del héroe, ya nos pasó con muchas otras pelis donde retoman el personaje y vuelven a contar como inició todo variando algunos detalles. Por un lado, cansa, por el otro, se comprende, ya que si se pretende mantener una nueva línea de pelis (si es que le va bien en taquilla y continúan, cosa no confirmada) es lógico que haya un origen contado. Luego de casi mitad de película sin que aparezca Spider-Man, llega su hora y su entrada en escena con su traje puesto. Lo vemos atrapando a un ladrón con estílo, jocoso, chistoso, exhaltadito, histérico, en constante movimiento y extremadamente parlanchín. ESO es Spider-man. Marc Webb ((500) Days of Summer ), director de la película, se encargó de hacer más natural y creíble la relación romantica entre Peter y Gwen que las que vimos en las pelis de Raimi con Mary Jane. No es que me parezcan poco creíbles las escenas de amor en las de Raimi, pero en The Amazing Spider-man se ven más naturales. Quisás es compresible, ya que Webb tiene más experiencia en éste ámbito. El film nos dá como resultado escenas variadas, muchas cargadas de un humor acertado y bien medido, con un romance fuerte y mucha acción, claro. Hablar de los efectos especiales a ésta altura, es al vicio, está todo más que bien por ese lado. Parentesis aparte para Spider-man en sus infinitas poses homenajes a mil viñetas de comics y hasta tapas, solo en parpadeos de menos de 1 segundo de la peli, esos detalles maravillosos del cine que hacen tan felíz a un lector de comics. ¿Es todo bueno? No, el film está bien, es entretenido, cumple y tiene varios aciertos, pero aún le falta para superar a Spider-man 2 de Raimi. Tenemos como puntos flojos: La música, que no es mala pero no es tan certera como la de Danny Elfman, y en algunos momentos falta y mucho. Otro punto flojo es el villano, The Lizard puede bancarse ser un villano único para una película, és un personaje de peso suficiente, pero acá no consiguen que lo sea, y cae en ser un villano algo infantíl que quiere perfeccionar el mundo a cualquier costo. Ya sé que muchos villanos son así, y está perfecto, pero en The Amazing Spider-man lo cuentan de un modo bastante simple y la resolución también lo es. El balance, aún así, es más que positivo y espero que le vaya bien en taquilla, ya que si mantienen los actores principales y vemos una evolución de los personajes, puede dar para muchísimo más. Hasta podrían superar a las anteriores.
Saquemos de la ecuación dos o tres cosas antes de abordar el comentario de “El sorprendente Hombre Araña”. Una es el apuro. ¿Qué llevó a Marvel, y a toda la gente involucrada, a llevar al cine por cuarta vez en una década, luego de tres buenas adaptaciones, volver todo a foja cero? Las tres Spiderman de Sam Raimi ya habían dicho todo lo que se podía decir sobre Peter Parker y su mundo, pero además las tres circulan incansablemente en el cable y en la tele de todo el mundo, con lo cual hay una sensación a “tema saturado”. Un pequeño antecedente podrían ser las dos Batman de Tim Burton contra las tres de Christopher Nolan. No sólo la de 1989 esta separada del nuevo comienzo en 2005 por más de 15 años. En ambos casos hubo una seria revisión del personaje, sus conflictos y el aprovechamiento de la riqueza de contenido del comic. O sea, con Batman todo volvió a empezar con una óptica tan distinta que dejó a las de Burton como un juego de niños. Y eso que ya aquellas habían pateado el tablero contra la serie y película de Adam West de los ‘60. Otro es la innovación tecnológica y los efectos especiales empleados para contar la historia. En este sentido el público “pochoclero” ya está acostumbrado a que esté bien realizado. Si sacamos estos factores del camino estamos ante el comienzo de una nueva saga del arácnido que para aquellos fanáticos del comic que hayan visto las anteriores no habrá absolutamente nada nuevo, en todo caso pueden cuestionar algunas licencias respecto de la historieta. Cada secuencia será esperable. La presentación del personaje, la relación con el tío Ben, la picadura etc. No falta nada, excepto por el inefable editor del “Daily Globe” que odiaba al héroe a los gritos. Entonces el mayor desafío de esta producción pasa por cómo narrar nuevamente el relato sin aburrir. Peter Parker es un estudiante de secundaria delineado como el típico nerd víctima del “abusador” de turno. También le gusta sacar fotos, pero esta habilidad por la cual esperamos su pasantía en el diario no es luego utilizada por los guionistas. Allí conoce a Gwen (Emma Stone), quien sí tiene una pasantía en un laboratorio, cuyo nombre Peter relaciona con los asuntos de su padre que debió abandonarlo (esto tampoco está en la historieta), para dejarlo de muy chico al cuidado del Tío Ben (Martin Sheen) y de la tía Mary (Sally Field). Curioso, el joven se mete en el laboratorio y es picado por la famosa araña. Lo demás ya lo sabe. Podríamos decir que las diferencias sustanciales están planteadas y trabajadas sobre el protagonista y su personalidad. Ser un adolescente impetuoso, quien vivirá basando su existencia sustentada en el principio que “con un gran poder viene una gran responsabilidad”, la que se suma a la importancia dada a los vínculos familiares. En este caso la historia desarrolla mucho más la presencia de los dos en función de la imagen paterna, como asimismo la relación con Gwen. En este aspecto Andrew Garfield provee matices mucho más interesantes que el compuesto por Tobey Maguire en la trilogía anterior. El villano de turno será el Dr Connors, alias El Lagarto, (Rhys Efens), personaje que estuvo mucho más presente en los dibujos animados de la tele que en el papel, aunque aquí aporta lo suyo. También hay un acierto con Emma Stone (¡que linda es!), no sólo por su cualidad interpretativa; sino porque en esta ocasión un guión la saca al personaje de una la tontita inocente. Finalmente, las secuencias de acción y desplazamiento del héroe tienen mucho vértigo y atendibles efectos. Incluso hay varias tomas en subjetiva que combinadas con el 3D están plenamente justificadas. Se puede decir que hay momentos en los que se evidencia alguna falla (más de dedicación que de presupuesto), por ejemplo cuando el héroe va por los rascacielos; pero en todo caso también se notaba en las anteriores sin que esto interfiera con el entretenimiento. En resumen, es que con todos estos aciertos parciales que “El sorprendente Hombre Araña” logra salir airosa, pero eso sí... de sorprendente no tiene casi nada.
Cuando escuchamos la palabra "reboot" inevitablemente, cuando estemos en presencia del nuevo producto, haremos las comparaciones con el filme anterior (el que "innovó") aunque nos repitan una y otra vez que no lo hagamos, que son historias diferentes, visiones diferentes, y muchos adjetivos más que intentan describir y justificar el reinicio de cualquier historia. Por los efectos, por llegar a nuevas generaciones, o por contar la misma historia con algunas modificaciones. En el caso del consentido de la casa de cómics de Marvel, Spider-Man, fue el pionero de las películas de cómics, allá por el año 2002, innovando en los efectos especiales (aunque ahora Woody, Buzz y compañía nos parezcan más reales), enfocándose en los orígenes del arácnido, aunque cambiando un poco su historia. 3 años más tarde, Spiderman 2 se colocaba como una de las mejores cintas de cómics pero fue en la tercera parte de la saga, en 2007, cuando todo se nos caía con una cinta sin pies ni cabeza, que terminaba por destrozar la mitología del arácnido y los corazones de miles de fans ilusionados que esperábamos ver a nuestro héroe en una película que le hiciera justicia a su historia. En medio de rumores, sobre una cuarta parte de la saga, nos sorprenden anunciando un reboot a escasos 5 años de haber visto la última historia, con nuevo director, nuevos personajes y jurando una y otra vez que "era una historia que se complementaba con las películas ya existentes". Muchos de nosotros nos preguntábamos si era necesario el reiniciar la historia tan pronto, aunque el argumento principal a su favor era una nueva visión que fuera más apegada a los cómics tradicionales. Es así que, de la mano del inexperimentado Marc Webb (500 días con ella) -hay que reconocer que Marvel se ha arriesgado a dejarle proyectos grandes a gente que no tiene mucho renombre y han salido buenos resultados, ahí tienen la reciente Avengers con Joss Whedon- y con gente joven y muy talentosa como Andrew Garfield y Emma Stone en los papeles principales de Peter Parker y Gwen Stacy respectivamente. Señores, nos encontramos ante la sorpresa grata del verano. Compitiendo con los titanes de Avengers, cuya euforia aún no se pasa por completo. y esperando el cierre de la trilogía de Nolan del caballero oscuro, Spiderman apostaba a resultar una sorpresa entreteniendo al público. Y lo logra. Con una historia nada pretenciosa, Webb se centra en ofrecernos una segunda visión de los orígenes del arácnido. Su acierto es narrar los hechos que ya conocimos pero sin extenderse demasiado en ellos y sin copiar lo hecho por Raimi. Es, por ejemplo, cuando nos cuentan un hecho y nosotros lo imaginamos de modo que todos los detalles están ahí, pero las situaciones en las que se presentan son diferentes. Y lo mejora, haciendo a un Peter Parker más real, más humano, y fuera de los líos amorosos. Garfield es más Spiderman. Y la película es más Marvel, así de simple.Se apega más a la historia original, hay una línea bien definida entre el héroe y el muchacho tímido y agrada a la vista. Y el soundtrack encaja perfectamente con el filme. Señor Webb, ¡necesitamos más directores como usted! El 3D no impresiona en la primera mitad del filme, donde hay pláticas, donde se conoce a sí mismo. Pero cuando empieza la verdadera acción, cuando entrenamos y nos volvemos un "vigilante" es cuando uno agradece la tecnología. Cuando se siente que viaja por los cielos de Nueva York y peleando en sitios donde solo una araña puede hacerlo. Sin ser una cinta pretenciosa, cumple el objetivo de entretener y nos regala una cinta que, por sí sola, es capaz de opacar a sus predecesoras. Y si siguen por ésta línea, estaríamos ante otro grandisimo acierto de Marvel. Están aprendiendo a explotar mejor sus productos, entregándonos no sólo cintas comerciales para sacar dinero, sino para que la gente justifique el ir cada año, o cada medio año, a disfrutar una nueva cinta de súper héroes, porque más que disfrutarla sólo los nerds, lo disfrutará todo el público, incluida la crítica especializada -y he de aclarar que, orgullosamente, pertenezco al primer grupo.
Nuestro amigo imaginario Roger Ebert -hoy sin maxilar inferior, producto de una serie de fascinantes intervenciones quirúrgicas- hubiese dado lo que no tiene con tal de poseer el medicamento regenerativo que convierte a Curt Connors en un lagarto gigante malaonda. Lamentablemente, la capacidad que tienen estos simpáticos animalitos de regenerarse (y volverse más potentes e inteligentes) no se trasladó a esta regeneración nada deslumbrante de aquélla trilogía dirigida por nuestro otro amigo imaginario, Sam Raimi. Aún sin haber leído la historieta, podemos considerar que el factor cómico funciona como puntal preciso en esta historia particular, o al menos deseábamos que esa parte de la herencia de la trilogía de Raimi no se pierda en la nueva versión. Lamentamos confirmar que las situaciones más graciosas del film son involuntarias y la provocan los parloteos moralistas de Martin Sheen (el tío de Peter Parker), progenitor de Charlie Sheen, que en la vida real la bardea de verdad, no como Calamaro. El cambio más radical (por llamarlo de algún modo) involucra a las telarañas: Las mismas ya no son eyaculadas de modo natural por Peter Parker, si no que ahora son unas cuerdas superpoderosas de fibra elástica que sirven para remolcar boeings y que deben salir bastante caras incluso con el descuento propio de quien las compra al por mayor y por metro. De todos modos, creemos que ese impedimento menor no involucra ningún problema para un superhéroe que consigue una caja de huevos orgánicos a las cuatro de la mañana y que -después de sufrir explosiones, golpes, caídas y quemaduras- se los entrega a su dulce tía sin que se le raye un solo cascarón. El gran -y bonito- Andrew Garfield cumple con su personaje, y lamentamos mucho que el material con el que tuvo que trabajar nos resulte tan flojo. El villano no atemoriza (aquí tampoco pudo hacer demasiado Rhys Ifans, que nos gustó más haciendo de Vladis Grutas en Hannibal Rising) y carece tanto de la demencia descerebrada del Green Goblin de Willem Dafoe como de la maldad diplomática del genial Doc Ock de Alfred Molina. Se trata de un film en el que aún los villanos resultan ser buena gente y nadie muere, ni siquiera el ratero tatuado que se carga al tío de Peter provocando su sed de justicia. También nos resultó extraña la cantidad de ayuda que recibe el héroe durante el film. En la trilogía original, la ayuda de la gente surgía sobre el final del segundo rollo en Spiderman 2, y quizá después. En esta versión, el Hombre Araña necesita de la buena voluntad de su pareja + catorce operarios de grúas de altura + varios canas para derrotar a un malo que no parece demasiado alarmante, ni siquiera cuando amenaza con convertir a toda la ciudad en una gran incubadora de reptilicus. Se trata de la primera entrega de una saga que nos entregará más capítulos en los tiempos que se avecinan. Es probable que la maduración del superhéroe y su historia quede para más adelante y allí la cosa se ponga interesante... aunque esto es un deseo, y no una presunción exacta. Esta entrega, como presentación suavecita del nuevo Peter Parker, a nuestro juicio no resultó del todo buena. Consideramos que la oportunidad se perdió en tres escenas de superacción chata que de tan montadas nos resultaron imposibles de seguir, dispuestas junto a algunos clips musicalizados que no se justifican por ningún sitio excepto por el "lucimiento" del 3D, y debemos admitir que incluso ese apartado no nos disparó la imaginación en ningún momento y nos dolieron bastante los 50 pesos invertidos. Esperamos la próxima entrega con el fuerte deseo de que se priorize el desarrollo intenso por sobre el cotillón innecesario. NUEVA APOSTILLA: "Nos hubiese gustado que..." 1) ...que las telarañas las eyacule Peter Parker. 2) ...que Andrew Garfield abandone sus pequeños tics estilo Keyra Knightley. 3) ...que no existan los tiros de gracia, mucho menos si los ejecuta un cana. 4) ...que el héroe reciba menos ayuda. 5) ...que si van a mostrarnos una rata mutante superdesarrollada comiendo carne picada, que la dejen más de dos segundos en plano. Y que tuerzan el ángulo de cámara y que la banda sonora dispare coros femeninos degenerados, así extrañamos menos a Sam Raimi.
"SPIDERMAN (RE)INICIA" "¡Otra vez sopa!", como se diría en el barrio. A 5 años de la última aparición cinematográfica del héroe arácnido de Sam Raimi, “The Amazing Spider-Man” inicia un rebooteo demasiado pronto. Estamos nuevamente ante la historia de Peter Parker, un estudiante de secundaria que fue dejado por sus padres cuando era niño, a cargo de su tío Ben y su tía May, y luego fallecen misteriosamente. Peter trata de averiguar quién es y qué quiere llegar a ser y, a su vez, está encontrando su camino con su primer amor de secundaria, Gwen Stacy. Cuando Peter halla un oculto maletín que perteneció a su padre, inicia una investigación para entender la desaparición de sus padres, una búsqueda que le lleva directamente a Oscorp, el laboratorio del Dr Curt Connors, ex-compañero de trabajo de su padre. El nuevo “Spiderman” está protagonizado por Andrew Garfield, Emma Stone, Rhys Ifans, Denis Leary, Campbell Scott, Irrfan Khan, e incluye a dos grandes del cine como Martin Sheen y Sally Field como los tíos de Peter. La película ha sido dirigida por Marc Webb (responsable de la comedia “500 días con ella”). Peter es un chico parecido a cualquiera de su edad, un tipo común y corriente, al que le cuesta relacionarse con las chicas, que no es ni popular, ni rico, ni poderoso como otros superhéroes; sencillamente es uno más, alguien con quien resulta más fácil identificarse. Es por ello que los acercamientos con el personaje de Emma Stone resultan de lo más placentero del filme, amén de las atractivas instancias de acción. Ambos jóvenes actores producen una interesante química en pantalla, mostrándose vulnerables y algo retraídos uno con el otro, lo que hace más cautivadora su relación. Andrew Garfield resulta un significativo acierto en el casting; y Stone, mucho más. La ciudad de Nueva York siempre ha sido un componente clave de la historia de Spiderman y eso es especialmente cierto en la visión de Webb para The Amazing Spiderman. Los exteriores del filme se rodaron en su mayoría en los sets de las calles neoyorquinas de Universal Studios, y se construyó a escala real una sección del puente de 91 metros para preparar una de las mejores secuencias de acción, en la que aparece el villano como un rabioso reptil gigante y varios vehículos en problemas. La película resulta muy entretenida, a pesar de los 136 minutos, y presenta un estilo visual que mezcla con gran naturalidad el alucinante trabajo de escenas especiales con la animación por computadora, con una integración fluida de ambas en dos amplios entornos digitales. El guion se toma su tiempo hasta la primera aparición del Hombre Araña (digamos una hora, como mínimo), por lo que la versión 3D no tiene el mejor aprovechamiento visual en todo ese largo prólogo. Hasta que los estudios lo hagan oficial, lo que es seguro es que por lo menos habrá una segunda entrega que llegará a los cines en mayo del 2014. Incluso en los títulos de crédito se nos muestra una escena que deja abierto el filme a más continuaciones. A la espera, entonces...
En el 2002 Sam Raimi logró crear un evento cinematográfico muy bien recordado por los fanáticos, estrenar la primera película basada en Spiderman, el personaje de Marvel Comics. Sin decepcionar, dos años después presentó su secuela, una de las más sólidas representaciones del mundo de las historietas en la pantalla grande. Mientras que en el 2007 concluyó su trilogía de una manera algo decepcionante. Diez años después de ese inicio en el cine, llega esta nueva propuesta que intenta recuperar la atracción hacia el personaje, volviendo a contar sus orígenes y centrando un poco más la narración en el pasado del protagonista.
Anexo de crítica: -Hace unas semanas leía la entrevista a Marc Webb (director del film) en la cual se jactaba de haber insuflado una buena dosis de realismo al relato del hombre araña, particularmente con el fin de acentuar el lado trágico de la historia de Peter Parker, diseñar un carácter de personaje más verosímil en función de esa biografía, y al mismo tiempo diferenciar su producto de la saga pretérita dirigida por Sam Raimi. Soy consciente de que en nuestro contexto cinematográfico actual mencionar la palabra realismo produce ciertos orgasmos intelectuales en las mentes de algunos espectadores, lamentablemente no soy especialmente propenso a tales fetiches, lo cual no quita que los pueda apreciar en ocasiones particulares. Dicho de otro modo, no considero al realismo una meta del arte, sino un recurso posible. En el caso particular de los relatos de superhéroes la estrategia del realismo es siempre problemática precisamente porque la estructura misma de lo narrado se asienta en bases fantásticas que se alejan en diversas medidas de lo que podríamos llamar el realismo objetivo (aquello que puede ocurrir o que podemos ver tal como lo vemos o sabemos que ocurren las cosas en el mundo a partir de ciertas convenciones sociales instituidas). Por lo tanto, al relato de los superhéroes (relato heroico por naturaleza, y por lo tanto opuesto al realismo en su justa esencia) sólo le queda el realismo psicológico del personaje, es decir, la construcción de un psiquismo complejo y realista en la relación con las acciones protagonizadas; en el caso que nos ocupa, si el niño ha quedado sin padres, el superhéroe debe tener algún tipo de traba emocional que le impida socializar normalmente, porque eso es lo que ocurriría a un niño real. Este concepto parte de la base de que el relato heroico no es creíble, y por ende es necesario darle una carnadura realista al personaje, mostrarlo débil, corrompible, torpe, ambicioso, egoísta, etc. El mayor problema en el caso de Spiderman, sobre todo para quien como es mi caso hemos leído algunos comics de niño sobre dicho superhéroe es que la propuesta de Webb elimina con su "realismo" el elemento más atractivo que tiene este personaje, su carácter inadecuado en el mundo de los superhéroes. Lo interesante de este personaje es su doble carácter de perdedor: como Peter Parker y como el Hombre Araña; no sólo sus compañeros de escuela lo boludean, también los otros superhéroes (los de la Liga de la Justicia) lo boludean, pues no es sólo Peter Parker el que carece de lo esencial para ser un triunfador, también padece el hombre araña el mismo defecto: no tiene ni el dinero ni la inteligencia de Bruce Wayne, no tiene la fuerza de Superman, no puede volar. En definitiva, es un superhéroe tercermundista en el primer mundo, y ésa fue siempre su gracia y mayor atractivo, rasgo que supo ver de modo extraordinario Sam Raimi, y que Marc Webb no ha considerado pertinente, tomando en cambio la muy fallida (a mi juicio) estrategia narrativa de tomarse demasiado en serio a este superhéroe.-
Ya hemos hablado del Hombre Araña en la review que hicimos sobre el filme de Sam Raimi de 2002. Diez años después llega este reboot, el que resulta extraño e inesperado. Cuando uno habla de un reboot es porque hay un grupo de productores y creativos que pretenden darle un giro nuevo a una saga - caso de James Bond con Casino Royale -, o bien, intentan revivir una franquicia que se encuentra en coma luego de haber sido devastada por una sarta de horrendos directores - como Joel Schumacher con Batman & Robin, o Tim Story con Los 4 Fantásticos y Silver Surfer -. En el caso de la trilogía de Raimi, la franquicia gozaba de buena salud - aún cuando Spiderman 3 dejaba muchísimo que desear - y no era necesario un reboot; en todo caso, lo que terminó primando es el vil dinero, ni más ni menos. Contratar a Raimi & Cía para una cuarta parte debía tener un costo astronómicamente caro - y... la gente se cotiza si los filmes son exitosos! - y, por otra parte, los productores de Hollywood han comenzado a guardarse la lengua en el bolsillo cuando hablan de que "las historias sólo funcionan bien cuando las arman en trilogía" - rezago del concepto trazado por George Lucas cuando hizo Star Wars y sus precuelas, pero que hoy todo el mundo parece dispuesto a enterrar y olvidar, y a seguir generando secuelas hasta que los números de la contabilidad se pongan rojo sangre -. Consideren esto: si Hollywood se ha vuelto tan inmoral de generar innecesarias remakes y versiones para la pantalla grande de las más ignotas series de TV,... ¿por qué se iban a detener de seguir lucrando con la misma franquicia, a causa de una regla no escrita que dice que las sagas van de a tres filmes?. En mi caso, yo tengo un particular problema con la saga de Raimi. Con excepción de Spiderman 2, el resto nunca llegó a convencerme. Otros filmes de personajes de la Marvel me han maravillado, pero la saga de Spiderman parece padecer (al menos en su traslación cinematográfica) de un serio problema de originalidad, y eso que hablamos del super héroe más importante de la editorial. En Spiderman 1, había demasiadas cosas que me recordaban a Batman - como la batalla en medio del desfile con los globos gigantes -; la 3 era un pastiche de aquellos, con excesivas subtramas y demasiados villanos. Para colmo la Marvel parece contar con un defecto genético que le impide tener buenos villanos. Descuenten a Magneto y Cía, y al doctor Octopus, y verán que no hay nada que sea tan siniestro y memorable como el Joker (de Nicholson o Ledger, como prefieran), o siquiera como el Pingüino de Danny DeVito. En la necesidad de seguir lucrando (y hacer desaparecer el certificado de defunción de la vaca para seguirla ordeñando), la Marvel ha decidido rebootear su saga estelar, trayendo a un director de comedias (Marc Webb, el de 500 Dias sin Ella), y poniendo un casting totalmente nuevo. Si antes los filmes de Spiderman de Raimi parecían tomar ideas de otras películas de super héroes, la película de Marc Webb parece no poder salir de la sombra de Raimi... al menos durante el primer acto. Otra vez tenemos la historia de origen, otra vez está Peter Parker descubriendo sus poderes, otra vez matan al tío Ben, y otra vez tenemos una sesión de Corte y Confección 101 con Peter manufacturando su propio traje de superhéroe para salir a combatir la injusticia por las noches. Hay matices - el traje de arañita ahora parece inspirado en los disfraces de los wrestlers mexicanos; hay un pequeño prologo que explica qué pasó con los padres de Peter (el cual es demasiado breve y desperdicia la oportunidad de darle mayor profundidad a toda la mitología del héroe); y la historia se centra en los años de secundario de Parker, en vez de su etapa como reportero gráfico para el Daily Bugle - que condimentan un poco el relato, pero que terminan por sentirse innecesarios. ¿Por qué no arrancar directamente con Peter Parker ya convertido en Spiderman y viviendo su etapa de secundario, y darle todo ese espacio al personaje de Curtis Connors / el Lagarto, haciéndolo muchísimo más siniestro?. El primer acto también cuenta con problemas de fluidez narrativa. Hay demasiadas historias y arrancan de manera algo desordenada, algo que se le podría achacar a la inseguridad inicial del director (y de los libretistas) sobre cómo manejar tanto material. Aún así - con pequeñas desprolijidades y viendo una historia tan remanida... al menos, para los seguidores del comic y de las peliculas - el Acto I es bueno y tiene sus hallazgos. En primer lugar, el tono que usa Marc Webb es mucho más oscuro que el de Sam Raimi. En segundo lugar, la perfomance de Andrew Garfield (Red Social) es muy superior a la de Tobey Maguire. Garfield tiene la presencia física y el carisma que necesita el papel, matizándolo con un toque de inseguridad que le da una extraordinaria simpatía. Como Bale con su Batman frente a Michael Keaton, la interpretación de Garfield enseguida nos hace olvidar a Maguire - que era demasiado petiso e impoluto como Peter Parker / Spiderman -. A este Hombre Araña le gusta hacer maldades y le gusta fanfarronear... y no siempre las compadradas le salen bien. Pero en donde El Sorprendente Hombre Araña logra salir de las sombras y tomar su propio vuelo es en el Acto II. Cuando Webb pone a arañita en acción, despliega secuencias intensas y excitantes - generando tomas en primer plano (como si vieramos a través de la máscara del superhéroe), o recreando poses que uno ha visto en las carátulas de los comics, o jugando con el carácter híbrido del protagonista (la secuencia en donde rastrea al Lagarto en las cañerías - montando una gigantesca tela de araña - es gloriosa) -. Quizás no sean memorables, pero Webb sabe cómo inyectarle adrenalina al relato. Y, cuando la gente abandona sus disfraces y vuelve a la normalidad, las perfomances son relajadas y el relato es ameno. Tal como uno viene viendo en los últimos filmes de superhéroes - como Superman vs La Elite - la identidad del protagonista pronto es conocida por sus más intimos... lo cual me parece un giro mucho más natural de la historia, amén de darle la posibilidad de compartir sus pensamientos con otros y enriquecer la experiencia en su totalidad. ¿Que Superman se pone un traje y un par de lentes y Lois Lane no lo reconoce? ¡Por favor!!. El filme gana sus pies en el Acto II y en el Acto III, y se transforma en un filme sólido y muy entretenido. Logra obtener su propia personalidad, gracias a que Andrew Garfield comanda con soltura en la pantalla. La historia es buena sin ser excepcional ni demasiado original; en todo caso, lo que uno encuentra son defectos menores de diferente calibre: por ejemplo, que todos los estudiantes de biología tengan el mismo nivel de conocimiento científico que un profesor ganador de un Premio Nobel (y puedan elaborar un antídoto en cuestión de minutos, o entiendan a la perfección una complicadísima fórmula genética), o que los trabajadores de Nueva York logren intuir que arañita precisa ir al rascacielos de OsCorp y alineen todas las grúas para allanarle el camino (un detalle realmente estúpido, ya que este tipo se cuelga de cualquier cosa; en todo caso esto ha sido insertado artificialmente para realzar el caracter de Spiderman como héroe de la gente; ¿se acuerdan cuando los pasajeros de un tren lo encontraban medio muerto y lo defendían del Dr. Octopus en Spiderman 2?). El Sorprendente Hombre Araña es un buen comienzo, un aperitivo para lo que puede ser un desarollo mucho más interesante (y oscuro) que el de Raimi. Tiene mejores intérpretes, y tiene mejor ritmo. A riesgo de sonar sacrílego, me gustó mucho más que Spiderman 2002, aunque no dejo de reconocer que Raimi fue quien plantó la mayoría de las ideas basales que hoy vemos - en su versión 2.0 - en esta película. Lo que me gustaría es que la saga se despegara del concepto de OsCorp (de Norman Osborne, el Duende Verde y todo ese verso que parece demasiado copiado del Lexcorp de Superman), y explorara otros caminos. La Marvel precisa desesperadamente generar un villano memorable, y el Lagarto de Rhys Ifans no lo es (es un simple científico loco con muy poco trasfondo como para resultar interesante o siquiera amenazante). Cuando obtengan un malvado del calibre del Joker, la Marvel habrá obtenido un clásico... simplemente porque tiene una galería de superhéroes formidables y apasionantes, pero carecen de antagonistas válidos con quienes enfrentarlos.
Encuentre las diferencias La saga que inició, desarrolló y destruyó estrepitosamente el director Sam Raimi durante la década pasada no podía continuarse. El hombre araña 3 tenía protagonistas que ya no parecían rendir más, la trama se había vuelto demasiado caótica y enrevesada, e incluso había ciertas incursiones en el kitsch que daban un poco de vergüenza ajena -la escena de Peter Parker bailando por las calles al ritmo setentero de James Brown, entre otras-. ¿Pero qué sentido podía tener acabar con un personaje inmensamente popular y redituable?, ¿para qué matar la gallina de los huevos de oro si se la puede hacer renacer?, ¿por qué no incinerarla si puede resurgir de sus cenizas como el ave fénix? No es una mala idea; cerrar, reiniciar. Así es que volvemos al principio. Parker es otra vez un joven fotógrafo con problemas, criado por sus tíos, picado accidentalmente por una araña, enfrentado a sus propios poderes-responsabilidades y a un villano al que respeta mucho pero que evidentemente se pasó de rosca. Por allí está la novia a la que ama pero de la que precisamente por ello tiene que mantenerse alejado. El hombre araña -como dictan las historietas de Stan Lee- es un joven atormentado, atribulado, un superhéroe con problemas excepcionales, pero asimismo equiparables a los de cualquier hijo de vecino. Aquí hay un recambio generacional considerable como para darle continuidad a la saga por muchos años, con protagonistas tan jóvenes y bellos como bien desenvueltos. Las diferencias con aquella El hombre araña del 2002 son pocas y más bien sutiles: el villano es nuevo, hay un jefe de policía en un secundario relevante, la chica es otra. Lo que cabe preguntarse es si vale la pena ver esta película cuando ya conocimos y vivimos la saga anterior. Y eso depende del espectador y su manera de disfrutar el cine: hay cierta tendencia humana a querer oír de vuelta la misma historia, contada con pequeños matices y detalles disímiles. Es el niño que le pide a la madre que le cuente otra vez el cuento de Caperucita y el lobo; son los pueblerinos que acudían a los juglares en la edad media para oír otra vez la épica del caballero contra el dragón. El placer de lo conocido y lo reconocible, la fruición de saber distinguir y reconocer las diferencias en las narraciones y los formatos. Esta nueva película está bien contada, propone con mucho cuidado y buen ritmo una serie de efectivos conflictos simultáneos, alcanza considerables puntos de dramatismo y hasta logra ciertos momentos de originalidad y humor –hay una notable escena de acción caótica y destructiva que ocurre a espaldas de un anciano (el mismísimo Stan Lee) que oye música clásica con auriculares-. Pero los que no les interesa particularmente el género, o los que buscan en la pantalla material sorprendente y novedoso, difícilmente puedan encontrar algo de eso por aquí. Publicado en Brecha el 13/7/2012
Si no viste ninguna del Hombre Araña, seguramente te va a gustar mucho, ya que no vas a estar influenciado por nada y obviamente te va a importar muy poco de que la historia se esté reiniciando. Si te viste la saga completa y te habías enganchado con la trama del último film, posiblemente te vaya a aburrir bastante volver a ver la historia de cómo surgió el personaje (prácticamente la primer...
Lavadita de cara "The Amazing Spiderman" es un proyecto que desde su inicio no me convencía mucho ya que la trilogía anterior, con excepción de la 3ra entrega, había sido muy buena y muy reciente. Es como si empezáramos de vuelta "Matrix"... ¿qué sentido tiene? Creo que si esto se convierte en tendencia, el cine va ir perdiendo aún más su capacidad de generar nuevas y grandiosas historias, que sean originales y no remake de la remake. Dicho esto, la nueva versión del Hombre Araña vuelve con algunos aspectos más pulidos y actualizados, adaptando la personalidad de los protagonistas a un perfil más 2010 y no tan 2000, con un Peter Parker más ondeado y una coprotagonista menos vulnerable. En mi opinión, con un margen de 10 años entre la 1ra entrega de Raimi y esta nueva de Marc Webb, era un deber fundamental hacer evolucionar a los personajes y tornarlos más interesantes e intensos, cuestión que por suerte se terminó logrando. El tío Ben y la tía May son mucho más interesantes y tienen un protagonismo mayor, la enamorada Gwen Stacy no es una damisela en peligro sino que por el contrario, es parte esencial de la batalla contra el villano, Peter Parker es un nerd con un perfil menos ñoño y más tirado hacia lo geek (nerd con más onda). El problema tiene que ver con el guión... Hay acontecimientos que son exactamente iguales a la versión de Raimi, sin ningún tipo de modificación salvo efectos especiales nuevos como en la escena de la picadura de la araña, y por otro lado, más allá de la evolución de los personajes, el tipo de narración y desenlace del film es tan tradicional como el trabajo más standard de Hollywood. No termina aportando nada nuevo al cine, no elimina los clichés propios de una historia de superhéroes y termina ofreciendo una versión más estética de algo que ya hemos visto mil veces. El villano tampoco es lo que me imaginaba... alguien más oscuro y crudo que en las entregas anteriores. Al final de cuentas es el típico científico loco que conserva algo de humanidad dentro de su ser... igual que el Duende y Octopus de Raimi. Para superar realmente a la franquicia anterior, creo que deberían concentrarse en mejorar los aspectos de narración y no tanto las personalidades, éste último es el trabajo fácil y lógico luego de 10 años de ventaja... el desafío está en volarnos la cabeza con un Spiderman verdaderamente nuevo y original.
En esta lograda reboot de la franquicia de SpiderMan, volvemos a la infancia de Peter Parker para descubrir cómo se produjo la desaparición de sus padres, cuánto tiene que ver la experimentación genética del pasado con los sucesos del presente y de qué modo un estudiante secundario decide vengar la muerte de su tío Ben convirtiéndose en un vigilante enmascarado. No faltará tampoco su primer amor, personificado en Gwen Stacy, una de las chicas más lindas de la escuela y que, casualmente, trabaja en OsCorp, el laboratorio que tanto tendrá que ver con la familia Parker y con el desarrollo de la historia. Un portafolios y una investigación que permite regenerar miembros y tejidos humanos a partir de encimas animales, llevarán a Peter hasta el antiguo socio de su padre, el doctor Curt Connors, y a enfrentarse a El Lagarto. Traer la historia del hombre araña al cine de tres dimensiones y con un reparto que en muchos sentidos supera al de la trilogía anterior, es uno de los puntos fuertes de esta propuesta para las vacaciones de invierno. La química entre Andrew Garfield y Emma Stone no sólo es innegable sino que potencia tanto los pasajes amorosos como los cómicos. Todo aquí tiene un aire más juvenil y desdramatizado en comparación con las tres películas anteriores, que por momentos llegaban a tomarse a sí mismas demasiado en serio. Comienzo promisorio de una nueva saga cuya continuación tiene fecha de estreno para 2014.
El sorprendente hombre araña o cuando los cambios pagan bien La nueva entrega de la saga, refresca una historia que parecía agotada con nuevo protagonista y un director con ideas claras. Los chicos y los no tanto, de fiesta. por Andrea Migliani Y entonces fuimos al cine otra vez. Por cuarta vez, los chicos mandan ¿no?. Pero, con el prejuicio de creer que el producto estaba agotado y que nuevo director y nuevo protagonista no alcanzarían para una sola exclamación. Sin embargo, el film dirigido por Marc Webb, sorprende desde el inicio hasta el fin. Un nuevo rostro, el de Andrew Garfield, lejos de llevarnos a extrañar al anterior protagonista Tobey Maguire, que era tierno pero un poco pavote y quedado sin su traje y sus poderes, nos lleva a sentir empatía inmediata por el héroe involuntario que no se priva de nada y hasta promete un “to be continued”. Además del angelado Garfield en el rol estelar, el elenco se completa con Martin Sheen, Sally Field, Emma Stone (aquí la enamorada), Rhys Ifans, entre otros. El film hace un flash back hacia el pasado remoto de su protagonista Peter Parker y nos lleva a encontrar indicios extraños e inquietantes en una cartera que fue de su padre y que quita la máscara sobre algunas cuestiones y lo enfrenta a un nuevo villano, más aterrador y logrado que los anteriores, aunque virtual: el Dr. Connors que como todo villano que se precie, tiene un alias: el lagarto. Pero la historia hace base además en cuestiones de corte más profundo. Así, el tema de la doble identidad y cómo llevarla, de claro corte existencial, logran un interés renovado ya que el guión del trío formado por James Vanderbilt, Alvin Sargent y Steve Kloves, bucea en estas lides y en otras como qué es crecer, cómo mirar a los adultos, sobre todo a los padres y cómo es enamorarse en este estado de cosas. En fin, esta cuarta entrega merece la atención de los chicos, adolescentes y jóvenes porque además de su estupenda realización visual trae novedades que ayudan a soportar las sonoras degluciones de pochoclo con brackets.
Un paladín que vuelve a nacer Cuando Stan Lee comenzó a gestar desde la recién renombrada Marvel Comics (antes Timely/Atlas) lo que fue la denominada “Edad de Plata” de los superhéroes, tomó como premisa la idea del “héroe con debilidades”, superpoderoso pero constreñido por alguna falencia o situación. Así pensó en un millonario y genio en armadura, pero con una falla en el corazón que lo puede matar (Iron Man), o en otro caso los mutantes adolescentes perseguidos por la humanidad (los X-Men). Así nació también una de sus más célebres creaciones, Spider-Man: un alumno de secundaria (que nunca fue demasiado popular) que al ser picado por una araña radioactiva adquiere varias de sus propiedades, y debe aprender a convertirse en héroe (el “héroe por accidente”, otro tópico de “The Man” Lee). Ésa es la base del mito, y como tal, ha sido vuelto a contar en varias ocasiones por la propia Marvel, que siguiendo los pasos de la veterana DC Comics ha “recanonizado” las historias de sus personajes (incluyendo el renovado “Universo Ultimate”). Esto es lo que se decidió hacer también en el mundo cinematográfico, volviendo a contar desde cero la transformación de Peter Parker en “El sorprendente Hombre Araña”: dejando atrás la trilogía dirigida por Sam Raimi y protagonizada por Tobey Maguire, se apostó por el “fresco” Marc Webb (director habitual de videos musicales, cuenta como única experiencia en largometraje a “500 días con ella”) y por Andrew Garfield para interpretar al héroe. También se apostó por Gwen Stacy (personaje de la etapa clásica del cómic) como interés romántico en lugar de la habitual Mary Jane Watson, y al Lagarto como villano, si bien la aparición de la empresa Oscorp y el nombre de Norman Osborn anticipan la presencia del Duende Verde en la secuela. Historias conectadas El guión firmado por James Vanderbilt, Alvin Sargent y Steve Kloves, sobre historia de Vanderbilt, se mete en el brete de querer narrar muchas cosas en el tiempo limitado de una película, algo habitual en las adaptaciones sobre superhéroes, que deben contar el origen del protagonista y a la vez cerrar una aventura autoconclusiva. Salen bastante airosos, al generar un relato dinámico, en el que distintos puntos a explicar se interrelacionan: la desaparición de los padres de Peter, el contacto con la araña mutante, la búsqueda del doctor Curtis Connors por las propiedades regenerativas de los lagartos, Gwen y su padre. Así, vemos la transformación de Peter, los secretos que comienzan a dibujarse sobre su pasado, su dilema entre sus seres queridos y la responsabilidad como héroe. También su paso de vigilante vengador de la muerte de su tío (algo que el capitán le recriminará sin saberlo) a defensor de sus conciudadanos. Otra cosa a destacar es que se recupera en la persecución de los ladrones comunes al Spider-Man charlatán, bromista, a fin de cuentas un muchacho que se ha encontrado con determinadas capacidades extra: el clásico perfil de “su amigable vecino Spider-Man”. Evitadas las banderas estadounidenses y algún tono patriotero post 9/11 de la trilogía anterior, no falta alguna apelación al “heroísmo del hombre común”, en la figura de los conductores de las grúas de construcción (sólo faltó que aparezca el “Rulo”, de “Mundo grúa”). Por su parte, Webb (todo un presagio: su apellido se escribe casi igual que “telaraña” en inglés) aporta su experiencia en videoclips y comedia romántica para dosificar las intensidades entre acción, romance y humor. Teenager enmascarado Andrew Garfield construye un Peter Parker más “pavote adolescente” que “nerd”, como el de Maguire. La Gwen Stacy de Emma Stone es una chica brillante y muy segura de sí misma, algo distinta de la que encarnaba Bryce Dallas Howard en la tercera de Raimi (allí sólo una rival de la Mary Jane de Kirsten Dunst). Martin Sheen (siempre correcto, aunque por razones obvias aparezca poco) y Sally Field (de buen trabajo), por su parte, se caracterizan como unos tíos Ben y May mucho más joviales que en representaciones anteriores. Chris Zylka es un Flash Thompson un poco detestable como corresponde, pero “blando” a comparación de la imagen inicial del personaje, tal vez más parecida a la que se fue formando con el tiempo. Rhys Ifans como el atribulado doctor Connors y Denis Leary como un estricto capitán Stacy completan el elenco central. Como yapa, el habitual cameo de Stan Lee en las películas marvelianas es resuelto de manera muy original. Por supuesto, uno de los elementos clave de este filme es la puesta visual, que empieza con el traje texturado, diseño atribuido al Cirque du Soleil, y sigue con las espectaculares peleas con el Lagarto y los desplazamientos por la ciudad, apostando al vértigo de los balanceos, con gran uso de los recursos de la animación digitalizada (CGI). Así se consolida un nuevo comienzo para un mito contemporáneo, que ya promete secuela para 2014. Por supuesto, varios de los que se habían enganchado con los filmes de Raimi-Maguire-Dunst están decepcionados y hasta enojados; pero el mito está en todas sus versiones, incluso cuando pasa del imaginario popular a la industria cultural (mal que le pese al Rocambole de la escena inicial de “300 millones” de Roberto Arlt, que se jacta de ser un personaje “de autor” y no un paradigma cultural). Así que tal vez, la mejor opción sea dejarse llevar por los techos con “Spidey” y despegarse así por un rato de las terrenales complicaciones.
Es lo mismo pero distinto, ya que existen varias líneas argumentales que giran alrededor de Peter Parker y su alterego como el superhéroe arácnido. Con un nuevo elenco, director y un enfoque jamás contado de la historia basada en el comic creado por Stan Lee y Steve Ditko, El Hombre Araña regresa, una vez más, a la gran pantalla... pero esta vez -además de las novedades- lo hace en formato 3D. Este personaje, que allá por el año 2002 reflotó -en términos cinematográficos- las producciones basadas en superhéroes (especialmente de la Marvel Comics) y que había sido interpretado por Tobey Maguire en la trilogía que continuó en 2004 y que finalizó en 2007 (todas dirigidas por Sam Raimi) ahora es encarnado por el joven actor Andrew Garfield, conocido por sus trabajos en "Red Social" y "Nunca Me Abandones". El argumento de este reincio de la franquicia -dirigido por Marc Webb ("500 Días con Ella")- desarrolla aspectos ya conocidos en la vida de Peter Parker con algunos otros que no han sido explorados en los filmes anteriores como por ejemplo las causas que lo llevan a vivir con sus tíos Ben (Martin Sheen) y May (Sally Field) desde muy pequeño. Además, esta producción aborda el interés del joven por la ciencia, lo cual heredó de su padre (interpretado por Campbell Scott). Dentro de este contexto, la trama de "El Sorprendente Hombre Araña" se enfoca en el hecho de que el protagonista, este muchacho para nada popular en su escuela, descubre un misterioso portafolio que perteneció a su padre, por lo que comienza a investigar y comprender su desaparición y la de su mamá (Embeth Davidtz). Ésto, lo lleva directamente a OsCorp y al laboratorio del Dr. Curt Connors (Rhys Ifans), antiguo socio de su progenitor y el villano de turno, "El Lagarto". En cuanto a la parte romántica de esta producción que combina el drama adolescente con escenas de humor muy bien logrados, el guión escrito por James Vanderbilt, Alvin Sargent y Steve Kloves, desarrolla la historia del primer amor de Parker, Gwen Stacy (en la piel de la actriz Emma Stone), su compañera de clase en la preparatoria. A pesar de transitar un terreno conocido pero contado de otra manera (en definitiva, "Batman" también se "reinició" de la mano de Christopher Nolan y "Superman" hará lo propio junto al director Zack Snyder en "Man of Steel"), siempre da gusto, sobre todo para los nerds, reencontrarse en las salas de cine con esta clase de personajes.
Publicada en la edición digital de la revista.
Todo vuelve, Stallone, las Tortugas Ninjas y también el Hombre Araña. Como si haber tenido una trilogía que culminó en el 2007 de la mano de Sam Raimi no fuera suficiente, Spidey vuelve a sus orígenes en esta nueva entrega (?) de la serie . La película nuevamente nos cuenta la historia de Peter Parker, un chico nerd de la secundaria que es ignorado y molestado por sus compañeros. Peter es picado por la famosa araña radioactiva y le otorga los asombrosos poderes que lo convierte en Spiderman. Pero como sabemos esto no queda acá y diferentes desafío le enseñaran que “Todo gran poder acarrea un Gran Responsabilidad”. Si hay algo que destacarle a la película, es que lograron encontrar a un pibe que le pone sentimientos y muy buena actuación a Spiderman. El Spidey que vemos en la película se parece mucho más al Spidey de los comics. Esa personalidad alegre, divertida y burlona en los enfrentamientos con sus enemigos hace que se convierta en un total acierto para personaje transmitiendoló en la pantalla grande. El problema con Andrew es que no es buen Peter Parker, bah, digamos que no el Peter tradicional creado por Stan Lee. Este Peter (y la historia en si) se parece más al de ULTIMATE SPIDERMAN, donde el condimento extra de los padres de Peter y su pasado trabajando para Oscorp están presentes. El otro gran acierto es Martin Sheen, un actor de raza veterano que lo pusieron para hacer las veces de Michael Caine en Dark Knight, pero digamos que cumple su función como una performance adecuada. La impecable Emma Stone cierra el circulo con una interpretación de Gwen Stacy genial. Un gran punto a favor con respecto a sus predecesoras, es la animación del personaje. En las anteriores entregas quedaba más que evidente las partes donde Tobey colgaba el traje y dejaba que lso tésnicos en CGI hagan de las suyas con Spidey. En esta película setí que la animación fue los más real posible y cercano a los movimientos humanos. En mi opinión fue realmente excelente. La banda de sonido es bastante mediocre, no me gustó después de un Danny Elfman, y un Hans Zimmer, es difícil ponerle música a una película como esta. No me gustó mucho, a pesar de emplear a una de mis bandas favoritas (COLDPLAY), la utilización del Tema “Till Kingdom Come” cuando Peter experimenta con sus poderes, me dejo en un estado de “WTF?!” Es una buena peli, pero es más de los mismos, salvo con un nuevo villano. Para juntarse y verla. Sobre todo para todos los fanásticos de MARVEL que sueñan con que alguna vez veamos a Black Cat, Scorpion y Mysterio en la galeria de villanos de Spidey en la pantalla grande.
En el 2007 Sam Raimi puso fin de manera indirecta a una de las sagas cinematográficas más rentables de la historia del cine basada en un personaje de historietas. “Spiderman 3″ fue un quiebre en toda regla, una muestra clara y lisa de “no da más” de parte de una trilogía que, por más que nos hayan encantado sus primeras dos entregas (algunos las posicionan incluso entre las mejores películas basadas en un cómic), ofrecía un punto de punto de vista agotado y con fecha de vencimiento del popular trepamuros de Nueva York. Obviamente los responsables ocultos del film, aquellos que se llenaron los bolsillos gracias a las aventuras de Peter Parker en la pantalla grande, no podían dejar semejante personaje en el cajón de los olvidos sabiendo la jeraquia del mismo dentro del universo cultural, donde atrapa tanto a jóvenes como niños. Spiderman, creación del intachable Stan Lee y su mano derecha Steve Ditko, nació allá por 1962 con una clara intención y objetivo: romper el prejuicio de que las grandes responsabilidades que implica ser un paladín de la justicia son solo para los adultos, mientras que los jóvenes y adolescentes solo podían aspirar a ser ayudantes o meros secundarios de dichos aventureros. Peter Parker, el joven huérfano que vive con sus tíos y que accidentalmente es mordido por una araña radiactiva (lo que le otorga habilidades similares a ese antrópodo), se convertiría así en el primer superheroe que lograría una rápida aceptación e identificación entre los adolescentes de aquella época. Su éxito fue casi inmediato, y con el correr de los años y cambios en su historia, se terminó posicionando como uno de los personajes más icónicos e importantes salidos de las viñetas de los cómics, a la altura de otras grandes creaciones de Marvel o de su editorial competidora de toda la vida DC Cómics. El traspaso a otros medios era de esperarse, ya que con el éxito acumulado, difícilmente el hombre que trepaba edificios altos pudiera llegar a tener una caída estrepitosa. Así entonces llegaron las series de televisión (para mis contemporáneos la de 1994 que emitió en su momento el canal Fox Kids fue clave), las apariciones en algunos videojuegos y posteriormente su desembarco glorioso en la pantalla grande de la mano de Sam Raimi. Sin embargo, como dijimos al principio, es momento de olvidarnos de aquel punto de vista y enfocarnos de lleno en lo que tiene para ofrecer este relanzamiento absoluto por parte de un director joven y un elenco mucho más aun. Eso sí; en igual medidas ambas partes son exitosas, talentosas y seguramente con un gran futuro por delante dentro de la industria del cine. “El Sorprendente Hombre Araña” de Marc Webb remite casi instantáneamente a los orígenes del personaje, no solo por compartir nombre con la primera serie de cómics del mismo, sino por centrarse en la juventud y los primeros pasos del joven Peter Parker en la difícil tarea de ser un defensor enmascarado, tanto de sus seres queridos, como de su ciudad natal. La actualización de ciertos tópicos es accesorio indispensable en este nuevo relanzamiento y esto impone que debemos olvidarnos del Peter Parker nerd, por momentos aburrido y de pocas palabras, para darle la bienvenida a un joven tímido pero no boludo, capaz de dar a conocer su opinión (a pesar de que esto le cueste un par de golpes) o de mandarse un par de macanas con tal lograr cumplir sus pequeños objetivos (la entrada a la torre Oscorp, por ejemplo). El guión firmado por James Vanderbilt, acompañado si se quiere de cambios importantes en la cultura joven y adolescente desde hace ya unos varios años, como el establecimiento absoluto de internet en nuestras vidas y de distintos dispositivos tecnológicos, permite que este Peter, interpretado por un correctisimo Andrew Garfield, logre una identificación mucho más fuerte con el espectador desde el vamos, sin necesidad de hablar todavía de su alter ego; el famoso trepamuros. Lo mismo sucede con otros personajes importantes de la historia, como Ben y May Parker (interpretados por Martin Sheen y Sally Field respectivamente) o con la mismísima Gwen Stacy que cobra vida gracias a la hermosa Emma Stone, quien además de demostrar que es una actriz versátil, capaz de interpretar personajes de toda índole, explota otro tópico acertado y reciente de este personaje y que es precisamente no dejar relegada al amor de turno del joven protagonista a una simple accesorio. Sin dudas, una de las mayores virtudes de Webb es sacar provecho de las emociones que puede provocar gracias a las relaciones que existen entre sus distintos protagonistas, dando así al relato mayor consistencia dramática (si se quiere) y no dejar todo el peso de esta película en las escenas de acción. Siendo este el punto más fuerte del film, ya que vamos a tardar bastante en ver a nuestro querido Spidey haciendo de las suyas entre los edificios de Nueva York, es difícil dejar pasar los que son los dos protagonistas restantes de la ecuación; el Dr. Connors (villano de turno) y el capitán Stacy (cuñado del joven Parker), sobre todo por que son los de más pobre desarrollo. Lamentablemente aquí se nota la falta de trabajo fino, ya sea por el villano acartonado y liso que interpreta Rhys Ifans (quien parece encontrar en su mutación argumentos suficientes para ser malvado, lo cual es demasiado simple), como así también por el deslucido protagonismo y relevancia que se le quiere dar al padre de Gwen Stacy que alterna casi sin excusas el rol de cazador y compañero de Spidey. En lo que a mi respecta, es este el aspecto negativo que arruina un relojito que, a medida que avanza el film, va funcionando cada vez mejor. Y eso que todavía ni siquiera empezamos a mencionar lo que, a priori, uno puede entender que uno busca en esta clase de films; la espectacularidad y el impacto visual. Como ya dije más arriba, Webb se toma su tiempo para mostrarnos al spiderman que todos queremos ver y lejos de resultar tediosa, la espera se justifica por las riendas que toma la historia (la historia oculta de los padres de Peter y el trágico hecho del Tio Ben son dos de los grandes puntos de apoyo con los que cuenta) que sirven para ir moldeando el espíritu de nuestro joven superhéroe. Por eso repito que es una pena que no se hayan tomado el mismo trabajo con el villano de turno, que encuentra en su característica fantástica (es un hombre lagarto cada vez más grande y violento) su único punto fuerte para erigirse como el enemigo de Spiderman y carece de justificativos más interesantes y profundos. Ya en el tercer acto del film, sin dudas,entramos en el tramo en el que la conjugación de todo el trabajo anterior, y el soberbio trabajo técnico, aportan el broche perfecto para la historia. Los últimos 30 minutos del film (o quizás un poco más) que van desde la mejor escena de acción del relato (el combate de Spidey y el lagarto en el colegio) hasta el enfrentamiento final en las alturas de New York son simplemente magistrales, tanto en lo técnico como en lo que a termino “corazón” se trata. “El Sorprendente Hombre Araña” en su ultima parte no solo sorprende, sino que conforma tanto a grandes y chicos con acción acompañada de emoción, algo que no suele ser muy común en esta clase de producciones. Sobresalen en esta parte tanto el uso del 3-D como la por momentos demasiado grandilocuente banda sonora de James Horner, la cual si uno escucha por separado resulta siendo mucho más interesante que junto a las imágenes, pero dicho aspecto no importa demasiado. El trabajo de Webb parece mucho más que acertado en llevar la película a su propio ritmo ( el de la emoción, el dialogo y la historia) logrando un tercer acto increíble y falla lamentablemente en pulir ciertos detalles que, si bien no perjudican de forma notable el resultado final, terminan siendo molestos a la hora de sacar conclusiones. La escena después de créditos es un claro ejemplo de esto, como así también los giros emotivos que toma el film en sus minutos finales. De todas formas, “El Sorprendente Hombre Araña” es una muy buena película, que justifica absolutamente su existencia y los cambios (con respecto a la anterior saga) que la caracterizan, además de ofrecer un espectáculo combinado de emoción y acción como pocos personajes de cómics pueden hacerlo. La oscuridad, la seriedad y otros aspectos déjenlas para otros personajes. Spiderman tiene suficiente corazón y espalda para ofrecer un entretenimiento particular y distintivo que todos nosotros disfrutamos y queremos ver en una pantalla de cine.
Tan buena como la original. Yo soy un gran admirador de la versión cinematográfica de Spiderman de Sam Raimi, y muy a pesar del traspié sufrido en la tercera entrega, creo que los dos capítulos iniciales de la trilogía son antológicos en cuanto a adaptaciones de comics a la pantalla grande, en particular la segunda parte. Por ese motivo, cuando me enteré de que apenas diez años luego de comenzada la trilogía iban a relanzarla con nuevo actor y nuevo director, sinceramente no le tuve fe. Era difícil equiparar a Sam Raimi, y todo parecía ser un capricho meramente comercial de un estudio ambicioso... Ahora, luego de verla, es obvio que me equivoqué. Esta primera parte del relanzamiento de Spiderman es tan buena como la original, y hasta superior en algunos aspectos. Lo que buscamos del hombre araña está ahí: efectos especiales sublimes, escenas de acción que nos dejan con la boca abierta y las usuales dosis de sarcasmo e ironía que caracterizan al superhéroe. Quizás la versión de Sam Raimi fuera más ingeniosa a la hora del humor, pero la de Marc Webb es más armonioso en lo narrativo. En esta presentación de la nueva saga no hay atajos argumentales, sino que la película se enfoca en contar un historia en forma detallada, sin apurar los tiempos. Es notable el trabajo que han puesto en el armado del guión, lo que ha redundado en una historia más sólida, por momentos más sensible y hasta diría más creíble, dentro de los límites de la fantasía. Las presentaciones de las sagas son siempre un desafío, pero si están bien logradas, abren la puerta para entregar una obra maestra en segunda instancia, una vez que se han despachado con la introducción de los personajes. La versión de Sam Raimi tuvo una segunda parte brillante, al igual que la secuela de X-MEN de Brian Singer. Aquí las bases están asentadas. The amazing Spiderman no tiene nada que envidiarle a la joya de Raimi, y brilla por sí sola. Habrá que ver de ahora en adelante si Marc Webb sabe continuar el camino que tan bien ha comenzado.