IT: Capítulo 2 (IT: Chapter Two, 2019) es la secuela y parte final de IT (2017). Andy Muschietti vuelve a ser el director junto a su hermana Bárbara Muschietti en producción . Escrita por Gary Dauberman (Annabelle), la cinta está basada en la novela homónima de Stephen King, publicada en 1986 y adaptada sólo una vez para la televisión en 1990. Con un reparto de jóvenes promesas y caras super conocidas, vuelven a estar presentes Bill Skarsgård, Finn Wolfhard (Stranger Things), Sophia Lillis (Sharp Objects), Jack Dylan Grazer (Shazam!), Jeremy Ray Taylor, Wyatt Oleff, Jaeden Martell y Chosen Jacobs .Aunque los protagonistas de esta segunda parte fueron las versiones adultas, que fueron interpretadas por, Jessica Chastain (Apuesta Maestra) , Bill Hader (Barry) , James Ransone, Jay Ryan, Andy Bean, James McAvoy ( Fragmentado) e Isaiah Mustafa. Veintisiete años pasaron desde que se enfrentaron a sus peores pesadillas, ahora cada integrante del grupo de perdedores creció y tomó su propio camino. Excepto Mike Hanlon (Isaiah Mustafa), quién fue el único que decidió quedarse en el pueblo. Mike se replantea muchas cuestiones con tantas desapariciones y la única respuesta es : Pennywise; no tardará en contactarse con sus viejos amigos del club de Perdedores, Bill (James McAvoy), Beverly (Jessica Chastain), Ben (Jay Ryan), Richie (Bill Hader), Eddie (James Ransone) y Stan (Andy Bean). Desde los primeros minutos Pennywise ya nos tiene apretando la butaca y ni hablar de los acontecimientos ocurridos que guían a Mike a atar cabos y reunir a los Perdedores. Durante la primera parte dejaron en claro que si Pennywise re apareciera, ellos volverían para acabar con el Payaso Bailarín, de una vez por todas. IT (2017) fue la consagración de los hermanos Muschietti en la historia del cine de terror, con la sabia decisión de adaptar las más de mil páginas de la novela de King no pudieron haber elegido un tan acertado cast de adultos. Aunque se rumoreaba desde un principio que Jessica Chastain era la Beverly Marsh perfecta, acá el que se lleva todos los aplausos es el Richie de Bill Hader, quien dicho sea de paso, está atravesando un gran momento en su carrera. Y digamos todo, el Bill de James McAvoy me dejó con gusto a poco. En esta ocasión, el director tuvo más rienda suelta y jugó con muchos factores importantes, para bien. Primero, no se enfocó en adaptar páginas que no suman absolutamente nada a la trama. Hace el trasfondo justo y necesario en cada uno de los Perdedores, jugando con los traumas y terrores de la infancia de cada uno. Andy supo manejar la cinta con la mente de un fanático sin caer en errores groseros, cada uno de los Perdedores tiene un pasado que no puede (o no quiere) recordar, al borde de la desesperación tendrán que unirse una vez más para explorar y derrotar sus propios miedos. El juego de cámaras entre el presente y el pasado es una cosa extraordinaria, te permite acompañar la historia sin perder ni un detalle. Los efectos especiales probablemente parezcan excesivos, pero logran que el espectador se adapte al ritmo de cada personaje. La música es una pieza fundamental durante el transcurso de la trama y hasta por momentos asusta más que la escena en sí. Encaminada a ser una las películas más taquilleras del año y con muchos más aciertos que fallas IT: Capítulo 2 no decepciona y por muy poco no supera a su antecesora. Hay sangre, monstruos, cadáveres y no se distraigan ni un segundo porque hay varios cameos importantes . Calificación 9/10
El miedo como construcción social It: Capítulo Dos (It: Chapter Two, 2019) sigue los pasos de la primera parte del 2017 porque nuevamente apuesta a un terror mainstream exagerado aunque muy bien focalizado a nivel narrativo y capaz de edificar un excelente desarrollo de personajes. Hablamos de uno de los poquísimos exponentes del horror industrial contemporáneo que ha sido pensado para espectadores adultos, tan preocupados por la atmósfera opresiva y el apuntalamiento del suspenso como por la cohesión de la historia, una que en esta oportunidad retoma los elementos fundamentales del mítico libro homónimo de 1986 del querido Stephen King, asimismo una fábula agridulce y bastante sádica sobre las paradojas del proceso de crecer en un pueblo chico que se inspiraba en diversas novelas de otra gloria de la literatura popular yanqui, Ray Bradbury, sin duda oscureciendo significativamente aquellas odiseas rurales de este último en pos de incorporar la obsesión de King con el andamiaje tenebroso que esconde la mundanidad y su potencial destructor a escala de los vínculos de los sujetos. Todos los que conozcan la novela original y/ o la primera adaptación para televisión de 1990 ya sabrán de sobra de qué va esta segunda mitad del relato, ahora con los siete niños que conforman el Club de los Perdedores transformados en adultos, todos encabezados por Bill (Jaeden Martell de purrete, James McAvoy de grande), Beverly (las hermosas Sophia Lillis y Jessica Chastain) y Mike (Chosen Jacobs y Isaiah Mustafa). De hecho, es este último quien convoca al resto cuando comienzan de nuevo las desapariciones en Derry, a posteriori de los 27 años reglamentarios que deben transcurrir para que It/ Eso (otro gran trabajo de Bill Skarsgård) vuelva a la vida y pretenda nuevamente alimentarse del miedo de los chicos durante una temporada de caza que suele ser de un año. La trama está sostenida en las diferencias de carácter entre los personajes de esta odisea coral y en el acecho de cadencia surrealista al que los somete el payaso Pennywise, la principal encarnación de It al momento de tratar de enloquecer a los protagonistas para saciar su apetito y así vengarse. Aquella algarabía preadolescente que luchaba contra adultos grotescos ahora se transforma en trauma y dolor negado/ semi olvidado en manos de flamantes adultos grotescos, lo que indica que el ciclo de la represión anímica y la memoria afectiva trágica llega a su cúspide y si no se enfrentan los problemas, todo derivará en la muerte de los involucrados. Este regreso de lo irresuelto bajo el ropaje de un ultimátum/ dilema -el lidiar con los fantasmas personales o el óbito- está simbolizado en el mismo clown, no sólo la representación retórica de la eterna maldad humana sino también una metáfora acerca del enorme peso que poseen la infancia y la adolescencia en la estructuración psíquica de los humanos y todos los animales; amén de los peligros en sí de una cotidianeidad que puede ser mil veces más terrorífica que cualquier cosa que podamos imaginar, sobre todo la pérdida del ser querido, la costumbre del maltrato hogareño o la mediocridad de la claustrofobia comunitaria en los enclaves que no permiten ningún tipo de crecimiento profesional por fuera de lo ya visto. Por supuesto que desde el montaje, la música y la efervescencia de los CGIs se pretende subrayar a los jump scares bien a lo bestia y de manera permanente, no obstante por suerte esos instantes de máxima tensión siempre resultan funcionales a la progresión de la escena de turno y no adquieren la forma de ingredientes gratuitos autocontenidos, de esos a los que recurre el grueso del mainstream cual manotazos de ahogado para elevar el nerviosismo cuando el entramado narrativo en cuestión es de lo más endeble o rutinario o deslucido. El muy talentoso realizador y guionista argentino Andy Muschietti, también responsable del opus previo y de Mamá (2013), logra un desempeño parejo de todo el elenco -tanto de los actores infantiles como de los mayores- y sabe condimentar a la faena en su conjunto con correctos chispazos de humor negro y hasta atractivos detalles extra cinematográficos como la presencia de Xavier Dolan, el maravilloso Peter Bogdanovich y el mismo Stephen King, ahora ofreciendo uno de los cameos más hilarantes de todo su largo derrotero en pantalla. Dejando de lado la ingenuidad de muchísimas coming of age del aparato hollywoodense actual, la película apuesta a analizar al miedo como una construcción social más que como una simple sensación que está ahí “porque sí” cual atavismo biológico inconsciente, sin duda pensándolo más como una imposición externa que se condice por un lado con las frustraciones y penurias del entorno inmediato (la familia, el barrio, el colegio, el trabajo, etc.) y por el otro con agentes corruptores que detentan un mayor poder que los individuos (otra faceta de It es la de representar a la industria del miedo que tantos “clientes” tiene hoy en día, esos palurdos que compran el discurso de la culpa, los chivos expiatorios y las mentiras paranoicas que utilizan los sectores hegemónicos de todo el globo para garantizar la sumisión de la población). En simultáneo pomposo y eficaz en su cariño y respeto para con la dimensión humana del asunto, el film además constituye un retrato impiadoso y muy certero de la masculinidad sin obviar su angustia, miserias y crueldades bien escapistas…
Atrapados entre la luz y la oscuridad Si Brian de Palma con Carrie (1976) y Stanley Kubrick con El Resplandor (The Shining, 1980), uno de los mejores films de terror jamás realizados, habían puesto una vara altísima a las adaptaciones de Stephen King, las películas que continuaron con la traducción de la obra del susodicho al séptimo arte no siempre estuvieron a la altura de la obra del escritor oriundo de Maine y defraudaron a más de uno, destacándose Cell (2016) y La Torre Oscura (The Black Tower, 2017), dos esperadas adaptaciones recientes, como las más flojas de una serie de traspiés que ya tiene varios fracasos rotundos en su haber, aunque también muchos aciertos. La versión de It (1986) de Andy Muschietti se destaca dentro de este universo a partir de su adaptación del terror literario al terror cinematográfico a través de la construcción de escenas escalofriantes creadas conjuntamente con un gran clima de suspenso que no abusa de los efectos de sonido ni de los clichés del género. It: Capítulo Dos (It: Chapter Two, 2019), traslación de una de las obras más emblemáticas de King, mantiene el nivel de la primera parte -también dirigida por Muschietti- para ofrecer un cierre que respeta el texto original pero introduce muchos cambios, construyendo un film que deambula por los márgenes del terror pero nunca deja de lado la nostalgia de la década del ochenta, la inocencia infantil, la psicología de los personajes, el espíritu de la obra del autor, el metadiscurso fantástico y el drama de los sujetos de las ciudades pequeñas que regresan muchos años después para reencontrarse con los fantasmas de la niñez que querían olvidar y abandonar. En esta secuela ya han pasado veintisiete años desde que los perdedores han derrotado al payaso asesino, Pennywise, que ha regresado en un nuevo ciclo para cobrarse más vidas. Mike, el único de los protagonistas que ha permanecido en Derry, contacta a sus antiguos amigos para alertarlos de que Eso ha regresado con la esperanza de que cumplan con el pacto realizado cuando eran niños de volver a la ciudad si el payaso monstruoso retornaba. La nueva entrega de It recurre a escenas del Club de los Perdedores en su versión adulta pero también realiza varios flashbacks hacia vivencias de la niñez que no figuraban ni en la primera parte ni en el libro para unir ambas etapas y darle un cierre a la historia sin abandonar a los simpáticos personajes del film previo. Entre guiños cinéfilos y al género fantástico en general, el director también peca de autoindulgente al entregarse cálidamente a homenajes tan innecesarios como efectivos, que a pesar de no tener relevancia para la narración funcionan por el propio peso de los homenajeados, destacándose las apariciones de Peter Bogdanovich y del propio Stephen King. Al igual que en la primera parte, la película navega entre el drama y el terror pero también apela a la comicidad a través de los personajes interpretados por Bill Hader, el protagonista de la serie Barry (2018-2019), y James Ransone, que personifican a Ritchie y Eddie respectivamente. James McAvoy, Jessica Chastain y Jay Ryan, que encarnan a Bill, Beverly y Ben, son los que recrean la gravedad de la historia y también los que aportan el drama romántico secundario que sobrevuela al relato. Nuevamente Bill Skarsgård como Pennywise se destaca por su gran interpretación -tan ampulosa como histriónica- del payaso de características sobrenaturales. El film hace mucho hincapié, al igual que gran parte de la obra de Stephen King, en la violencia escondida reinante en los pueblos pequeños y en el mal latente que subyace en las comunidades cerradas y que se pierde en la inmensidad de las grandes ciudades, donde el anonimato lo encubre con su máscara. El olvido y el recuerdo de las vivencias traumáticas son dos dispositivos importantes para la construcción de la identidad que les permiten a los personajes recuperar su lugar como sujetos de pueblos chicos que deben enfrentar los fantasmas de su pasado para poder superar los problemas del presente y crearse un futuro. El realizador argentino Andy Muschietti apela en esta segunda parte mucho más a los efectos de sonido para generar zozobra y a los CGIs para crear un ambiente fantástico, pero el guión de Gary Dauberman, autor también de la saga de Annabelle (2014), se centra más en la explicación del surgimiento del payaso y en la resolución de la trama, que difiere en varios puntos del texto original de Stephen King. It: Capítulo Dos logra atrapar al espectador en el mundo terrífico de Derry y construir un relato de género sólido basado en la estructura narrativa del clásico de Stephen King con algunas escenas muy buenas que remiten a lo mejor del cine fantástico. La película combina buenas actuaciones, efectos especiales muy logrados y una gran dirección de parte de Muschietti, consiguiendo una adaptación que respeta el espíritu del libro. Si bien el opus divaga por momentos, todo el relato conduce hacia la conclusión de la historia con la intención de satisfacer al público fanático de la obra de King sin descuidar al nuevo público del terror, en un malabarismo no exento de pretensiones artísticas. Muschietti redondea en su tercer largometraje una obra que no defrauda a nadie pero que tampoco mejora demasiado la performance de la primera parte, remitiéndose a mantener el nivel sin sorprender. It es así una obra que demuestra la capacidad de Muschietti como realizador y que infunde esperanzas a un cine fantástico completamente estancado en las anodinas sagas de superhéroes.
IT: Capítulo 2 es, literalmente, una payasada. De lo peor que haya entregado el mainstream norteamericano en los últimos años. Como Pennywise, el film se disfraza de horrores varios y no es más que una pavada sobrecargada de fantasía infantil y salpicada con “el síndrome Guillermo Del Toro” en cada fotograma. ¿Qué es esto? Películas medio oscuras, cuidadas visualmente, bellas en cierto modo, violentas y que involucran a jóvenes y niños que sufren tormentos varios. No sin estar sazonadas con ráfagas de magia pueril y poca construcción cinematográfica; algo que al cine viene aquejando desde hace tiempo y que parece querer llevarlo a su fin. Una enfermedad viral y terminal. Sintomática y sistemática por donde se la mire, la película de Andrés Muschietti (tipo que me cae muy bien, aclaro) es un Frankenstein (en el peor sentido de la palabra) que intenta eludir cualquier atisbo de construcción cinematográfica en pos de las nuevas fórmulas: síntoma de serie, de Netflix, de Game of Thrones, de Stranger Things, de cualquier gran éxito de la tv, de las sagas de superhéroes que son moneda corriente hoy en día. Esto se da porque el síntoma es el siguiente: los films duran entre dos horas veinte y dos horas cuarenta, lo que se vuelve una eternidad ante los ojos del espectador. Generalmente y salvando algunas excepciones porque en estos tiempos lo único que quiere ver el espectador medio es una gran variedad de personajes pululando por ahí, que se profundice en sus traumas, su vida personal, etcétera etcétera. Suena a que las películas en un futuro no muy lejano se van a transformar en culebrones como los que veía mi vieja por canal 9 en los años 90. IT: Capítulo 2 tiene todo eso: variedad de personajes, toneladas de corrección política (El judío, el negro, el gay, la mujer golpeada y el guionista tartamudo: parece el principio de un chiste diría un simpático gallego) y una parafernalia hedionda de efectos digitales que son la excusa perfecta para hacer estatuas gigantes que cobran vida, cabezas a las que le crecen patas referenciando a la mejor película de todos los tiempos y cualquier cosa que caprichosamente se pueda hacer por ordenador. Pero… ¿y el cine? ¿dónde está la puesta en escena? Eje medular en el cine de terror, la puesta en escena y su composición expresan más de lo que se debe determinar con palabras, o al menos acentúan de manera simbólica aspectos diegéticos. Olvídense de eso. La construcción se la llevó a marzo. Ahí lo de sistemática: Muschietti hace un loop ad infinitum donde ejerce una fórmula que nos obliga a dedicarle bostezos lapidarios. Cada escena, aburrida hasta el hartazgo, se produce y finaliza de modo similar a la siguiente. Una vez que el espectador avispado advierte esto no podrá resistirse dormir una linda siesta, dependiendo de la culpa que en él recaiga por haber pagado el salado precio de la entrada. En fin. Todo termina con el golpe de efecto (¡Perdón! jump scare, como le dicen ahora los geeks) de algún bicho saltando a la cara del espectador, acentuado por estruendosos sonidos y una música mecánica que repite el mismo cliché una y otra vez. De miedo nada, de tensión menos. Pensé que era la continuación de IT pero creo que me encontré con la remake de Patch Adams. Sin una mínima sorpresa o pulsión narrativa, sin la intención de ejercer una mirada de amor por el género, IT 2 naufraga terriblemente en un mar de contradicciones. La escena homenaje a La cosa (1982), por ejemplo, es terriblemente hipócrita ya que resuelve el efecto mediante técnicas digitales cuando sabemos que en el film de Carpenter el uso de efectos prácticos (maquillaje, marionetas, animatronics) tiene una enorme importancia cinematográfica. Y es lo corpóreo, lo tangible, lo físico, aquello que hacía del film de Carpenter una obra maestra. Ya que hablamos de cuerpos, algo que el cine necesita para existir en IT 2, aquí son apenas unas animaciones que bien podrían ser parte del imaginario de El señor de los anillos o de Harry Potter. El homenaje es anecdótico o superficial, no más que eso. A diferencia de su predecesora, una más que digna película de terror donde había momentos muy disfrutables, buen ritmo, ideas interesantes sobre el cine (puesta en abismo, autoconciencia) y algún acierto visual, esta extensa continuación que se asemeja más a una serie superproducida no logra en casi tres interminables, insufribles y eternas horas meter algo de taquito. Con decir que lo único bueno son un par de cameos y la presencia de Bill Hader –ni McAvoy ni la Chastain pueden salvar el bochorno- ya podemos advertir lo mal que se la pasa uno en este despropósito. Esperemos que algún osado cambie el panorama en las salas, o seguiremos viendo puras payasadas.
Recuerdo que la primer entrega de It me había gustado mucho. La había visto por la mañana, en la función de prensa, quedé angustiada y con miedo aún caminando por la calle a plena luz del día. Por supuesto, la expectativa respecto al cierre era muy alta y fue cumplida en gran parte. Veintisiete años después de los hechos iniciales, las cosas en Derry se complican de nuevo: empiezan a aparecer indicios del regreso de Pennywise. Mike, el único integrante de los Losers que no se fue del pueblo, se contacta con el resto para que cumplan con el juramento que hicieron en su momento: volver al pueblo y terminar con el payaso si regresaba. Claro que cada uno tiene su vida armada, la reunión no es nada fácil y el aceptar la misión menos aún. Primero lo que no está tan bueno: se siente un poco redundante respecto a la primera parte. El grueso de la película pasa por mostrar a los protagonistas enfrentándose a sus miedos de modo individual hasta que se agrupan y se produce el enfrentamiento final. Si, a nivel narrativo pasa más o menos lo mismo, pero a nivel visual se redobla la apuesta: toda la puesta es mucho más ambiciosa, dando la sensación que la producción creció a la par de los chicos. El CGI no sólo es muy realista, sino que además los diseños y las texturas son muy originales, alejándose de lo que estamos acostumbrados a ver. El otro caballito de batalla de It Chapter 2 son las actuaciones: los personajes no sólo fueron casteados siguiendo un fuerte lineamiento de parecido físico, sino que las performances rescatan cada pequeño gesto, modismo y postura de los chicos y los ejecutan con precisión y prolijidad. Hay dos cosas, sin embargo, que logran ejecutar un miedo por momentos muy profundo. El hecho que Pennywise sepa a qué le teme cada uno, y pueda recurrir de modo directo a sus talones de Aquiles es aprovechado hasta la última gota. Es un miedo mucho más genuino, auténtico y visceral que el que genera cualquier ente desconocido. Un fantasma te asusta. Pero TU fantasma te aterroriza, te inmoviliza, une tu pasado con tu presente para que tiemblen juntos. El miedo les cala los huesos de modo tan profundo que todas las acciones que llevan a cabo las ejecutan debilitados, conmocionados, teniendo que resolver primero un problema interno para poder enfrentarse al monstruo. Y, además, la imposibilidad de diferenciar realidad y alucinación. Pennywise nos sumerge, a la par de los personajes, en un mundo donde los temores más profundos se materializan. O no. Y esa imposibilidad de distinguir qué es real y qué es producto de la mente es otra de las sensaciones más escalofriantes que cualquiera pueda atravesar. Porque juega con un miedo que todos tenemos presente en mayor o menor medida: la pérdida de la cordura. Lo último que quisiera destacar es el uso del humor: inteligente, dosificado, ubicado en el momento preciso en el cual no interrumpe ningún clima. Algo que deberían aprender gran parte de los estrenos de terror que saturan el mercado a fuerza de jump scares. It Chapter 2 redobla la apuesta de su predecesora en cuanto a la intensidad del miedo y las pretensiones tanto visuales como sonoras, y logra superarla. Aunque uno pueda no estar de acuerdo con algunas cuestiones narrativas, que se sienten redundantes al verla en conjunto con la primera parte, es innegable que es una de las mejores producciones de terror de los últimos años. Publicada originalmente en Revista cine fantástico y bizarro
Un tremendo elenco, efectos impresionantes, interpretaciones excelentes, un director que conoce la obra. Si juntamos todo, encontraremos lo que resulta en la conclusión de la historia de Los Perdedores y Pennywise.
Finalmente llega la épica conclusión de las aventuras del Club de los Perdedores en su enfrentamiento contra el temible Pennywise. “It: Chapter Two” comprende la secuela del prestigioso film de 2017, otra vez dirigido por el argentino Andy Muschietti (“Mamá”) y producido por su hermana Bárbara. Tras el rotundo éxito que significó la primera entrega de esta nueva versión del clásico de Stephen King, se esperaba que esta secuela redoble la apuesta y el triunfo cosechado. Si bien es temprano para decir cómo le irá en taquilla (aunque todo indicaría que más que bien), el film comprende una estupenda conclusión a lo visto en la primera parte con varios momentos memorables y una gran dirección por parte de Muschietti. La película nos relata los acontecimientos posteriores a la derrota de Pennywise en la década de los ’80, adelantándose 27 años hasta el presente donde los protagonistas ya son adultos y dejaron atrás aquellos terribles recuerdos. Mike Hanlon (Isaiah Mustafa) fue el único miembro de la pandilla en quedarse en Derry, y al ser único testigo de nuevas desapariciones y mensajes sombríos con el sello del famoso payaso aterrador, decide llamar a sus amigos de la infancia para recordarles la vieja promesa de volver a su ciudad natal si es que Pennywise no había muerto como pensaban. Es así que decide convocar a Beverly Marsh (Jessica Chastain), Bill Denbrough (James McAvoy), Richie Tozier (Bill Hader), Stanley Uris (Andy Bea), Eddie Kaspbrak (James Ransone) y Ben Hanscom (Jay Ryan) para que lo ayuden a liberar al poblado de aquella horrible alimaña de una vez por todas. Si bien esta cinta decide mostrarnos el punto de vista del grupo desde su mirada adulta, el relato va construyendo su lógica a partir de los nuevos acontecimientos y algunos flashbacks de los chicos que no fueron incluidos en la película anterior. Lo interesante y lo atractivo de la propuesta radica en que tanto desde la dirección como desde el guion estas secuencias del pasado están motivadas y se las nota perfectamente concatenadas con la narración del presente, algo que no pasaba en la vieja miniserie de los ’90 y que representaba uno de los puntos bajos de aquella adaptación. El guion escrito por Gary Dauberman, el mismo de la trilogía “Annabelle” y de “The Nun”, se mantiene fiel al espíritu del libro y aunque presenta algunos cambios con respecto a la historia original, la esencia se mantiene y de hecho funciona muy bien a nivel de narrativa audiovisual. Otra cosa que llama la atención es el impresionante elenco que volvió a reunir Muschietti para la ocasión y cómo todos lograron replicar la estupenda química que tenían sus personajes cuando eran niños y sus gestos, sus formas de hablar y básicamente esa idea de mantener el rol que tenían originalmente en la infancia. Obviamente se presentan algunas diferencias como el mayor protagonismo de Mike, cosa que se conserva del libro y que le aporta bastante al relato. Chastain, Hader y Ransone se destacan sobre los demás y McAvoy cumple pero se lo nota algo más contenido que de costumbre. Demás está decir que es impecable la interpretación de Bill Skarsgård que vuelve a repetir como el formidable adversario a vencer. Realmente es espeluznante su composición y su manejo de los tiempos para acentuar ciertos gestos y palabras. Por el lado de los aspectos técnicos, podemos destacar nuevamente a la banda sonora de Benjamin Wallfisch (“Blade Runner 2049”), que vuelve a cumplir para crear esa atmósfera opresiva plagada de cuerdas y artilugios para crear tensión, la fotografía de Checco Varese (“El Aura”) que también aporta su cuota de frialdad y complejidad para provocar pavor (en uno de los instantes más logrados de la cinta viran, por medio de la corrección de color, los colores de lo cálido y ámbar a lo frío y más azulado), la edición que mantiene el ritmo durante los 165 minutos de metraje y con varios momentos destacados en lo que respecta a la acción, el diseño de producción que se lo ve más elaborado como consecuencia del aumento de presupuesto de la primera parte a esta pero manteniendo la esencia de hacer hincapié en los lugares/sets donde ataca y habita Pennywise y por último el CGI que está bien empleado y yuxtapuesto con los efectos prácticos. Asimismo cabe subrayar la impronta que le imprime Muschietti al relato de King, constantemente el director toma ciertos riesgos para hacer más personal la experiencia cinematográfica. A modo de ejemplo, podemos citar las ya habituales criaturas que nos recuerdan a las pinturas de Modigliani pero también el director incurre en una constante innovación, algo que podemos apreciar en la escena del ritual de Chüd que apela a un terror lisérgico y psicodélico mediante una lograda animación. Por otro lado, ciertos aspectos que uno podía llegar a pensar como ridículos pasados del papel a la pantalla grande, terminan siendo fundamentales y verosímiles a partir del enfoque que le dio el realizador. La parte del restaurante chino que parecía un momento digno de ser omitido resulta ser audiovisualmente magnífica e hilarante, lo mismo que la cuestión de la araña que ya había sido uno de los puntos débiles de la miniserie de los ’90. Si bien antes mencionaba que la cinta nos mantiene al filo de la butaca durante toda su duración, sí puede ser que en esta oportunidad se sienta más larga por cierta tendencia a la repetición de algunos mecanismos como el de mostrar a cada personaje yendo a enfrentar individualmente al payaso. Igualmente esto no empaña lo logrado por los hermanos Muschietti que sorprendentemente consiguen hacernos reír y temblar dentro de una misma escena. Viendo ambas películas en comparación, puede ser que la primera se ubique un escalón por encima de esta segunda parte, y es que resulta mucho más atractivo ver cómo los niños enfrentan al payaso haciendo uso de su limitada experiencia pero enarbolando ese espíritu de camaradería por sobre todas las cosas, algo que es inherente a las características y el punto de vista de la primera. No obstante, esta segunda aventura resulta igualmente disfrutable y sumamente entretenida. “It: Capitulo 2” nos brinda momentos terroríficos, una dirección inspirada de Andy Muschietti que se va consolidando dentro del género del terror y un elenco sólido y preparado para la ciclópea tarea de redoblar la apuesta. Quizás cierta reiteración le juegue en contra en ciertos pasajes pero nada de eso logra empañar el fenómeno de esta nueva adaptación de la novela de King. Demás está decir que tanto esta parte como su antecesora están muy por encima de la miniserie de los ’90. Prepárense para asustarse, reírse y emocionarse con esta obra que representa un gran exponente del cine de terror. Bonus Track: Presten atención que hay varios cameos y easter eggs para disfrutar.
t: parte dosInicioTerrorIt: parte dos 3 septiembre, 2019 Alejandro Ramirez El miedo regresa y Pennywise no descansará hasta matarte. “El club de los perdedores” regresará a Derry al estado de Maine luego de 27 años de lo ocurrido en el verano del 88° cuando el payaso diabólico masacró docenas de niños inocentes. Mike Hanlon quien fue el único de los niños en quedarse en el pueblo, logra comunicarse con el resto de “los perdedores” y recordarles que hicieron una promesa de sangre luego de derrotar al payaso Pennywise. Los ahora adultos perdedores tendrán que recordar los sucesos olvidados y unirse para derrotar a su némesis quien los atormentará y perseguirá hasta por fin lograr que “floten”. El director Argentino Andrés Muschietti en conferencia de prensa en Buenos Aires donde Cine Argentino Hoy pudo acceder, comento que la película tiene varias referencias a nuestro queridísimo país y a otras escenas de Stephen King entre otras escenas que no podemos revelar por contrato. Producida por New Line Cinema y distribuida por Warner Bross Pictures. Puntuación: 9/10
“—Flotan —gruñó la cosa—, flotan, Georgie. Y cuando estés aquí abajo, conmigo, tú también flotarás.” Llega el final de esta aventura que convirtió al director argentino Andrés Muschietti en uno de los más solicitados al momento y en IT primera parte en la película más rentable de la historia. Para la primera nos íbamos a encontrar con los perdedores y los momentos que quizás más calaron el inconsciente de generaciones enteras que leyeron y amaron la novela del gran Stephen King. Absolutamente todos esperamos esta película y fuimos amando todo lo que nos íbamos enterando en torno a la producción, primero el cast de los perdedores en versión adulta y de a poco las decisiones respecto a cosas que hubiéramos querido ver en la primera y por cuestiones de narrativa no pudimos ver; y que ahora los Muschietti Bros. nos regalan y que, a mi parecer, hacen de la experiencia algo que trasciende la pantalla porque IT es algo para estudiar, no solo como una obra primordial acerca de los miedos, la amistad y el brutal paso del tiempo que a pesar de todo siempre vuelve a sacudir el futuro, uno encuentra en sus personajes situaciones, lugares y un dialecto que te involucra de alguna forma como pocas veces recuerdo haber leído; entonces uno entiende el huracán que eso genera y la necesidad de ver esa traslación de hojas a fotogramas. La película abre con esa secuencia del festival del canal; y con esa escena en específico, porque si había una forma brutal de empezar esta secuela era con un asesinato producto de la homofobia reinante en Derry como para poner más en claro lo que Pennywise genera en torno al miedo y sobre todo en los habitantes del pueblo, que lo alimenta cada veintisiete años. La escena es brutal y en lo personal esperaba mucho verla, puedo anticiparles que no defrauda. Presten atención a los cameos porque los hay y muchos. Poco a poco vamos a ver cómo los perdedores irán atendiendo el llamado de Mike Hanlon (Isaiah Mustafa) que ha sido el único que se ha quedado en Derry tras derrotar al payaso en las alcantarillas. Es un primer acto un tanto apresurado para mi gusto y si bien uno puede ver cómo afectó alejarse del pueblo a los seis perdedores restantes, hay personajes como Tom Rogan (Will Beinbrink) o Audra Phillips (Jess Weixler) que no van a tener la relevancia en la trama en esta adaptación. Respecto a lo actoral creo que todos están muy bien destacando la labor de Bill Hader que tiene quizás los momentos más divertidos de toda la película. Su interpretación de Richie Tozier es tan genial como la que Finn Wolfhard tuvo en la primera parte; tendremos el doble eje temporal que nos hará emocionar más de una vez respecto a las remembranzas del club de los perdedores buscando en Derry eso que supo unirlos para enfrentar a Pennywise. Me parece muy acertada la decisión del director de poner en peso gran parte de esa ausencia por el amigo que ya no está (y no es spoiler). En cuanto a esa escena en particular debo decir que se nota que ha sido alterada… espero que en un tiempo podamos verla como realmente es, y no digo que haya quedado mal, pero el resultado es otro y entiendo que hay una susceptibilidad en esto tiempos respecto a ese tema. Bill Skarsgård es un joven actor que demuestra poco a poco que puede hacer lo que le propongan. Vamos a conocer un poco más el origen de Pennywise e incluso el director va a tomar valientemente la decisión de meter en el metraje algunas ideas que muchos pensaban difíciles de adaptar. Respecto a los efectos están bien aunque por momentos lo digital haga un ruido, habrá lagrimas muchas lágrimas, varias sorpresas, muchos guiños, momentos donde se nos escape alguna risa y una batalla final al nivel de las expectativas sobre todo pensando en lo que la miniserie de los noventa intentó y por motivos de presupuesto no logró. En definitiva una propuesta arriesgada por parte de la dirección cuando el guion lo pedía, sabíamos que no iba a ser fácil cuando en ese vaivén temporal que es el libro los mejores momentos transcurren en la inocencia de sus protagonistas. Tanto Jessica Chastain, James Mcavoy, James Ransone como Jay Ryan cumplen en sus roles y destaco la labor de la producción en encontrar actores de gran parecido físico para las dos historias. IT 2 es un digno cierre de cuento de terror una experiencia que amerita vivirse en una sala de cine. Pienso que los fans de King saldrán más que satisfechos. La película es el mejor homenaje que pudo hacerse a una obra de Stephen King al momento, como un verdadero fanático de la novela debo decir que me emocioné en más de una ocasión y quisiera también decirle a la gente que aún no leyó el libro que lo haga, que se permita viajar a Derry y descubrir muchas más cosas de los personajes y con esos detalles entender que IT no es algo que habla de un susto primigenio como una obra alusiva al jumpscare; el miedo no es tanto Pennywise, el miedo somos nosotros, el ser humano rebajado a las peores calamidades cuando olvidamos quienes somos y de dónde venimos. “Nadie puede vivir una vida natural sin tener pesadillas de vez en cuando.” STEPHEN KING
Andy Muschietti asume riesgos narrativos y estéticos en la segunda entrega de la transposición de Stephen King. Adiós romanticismo, nostalgia ochentosa y reminiscencias a cualquier tipo de serie juvenil. En la segunda entrega de It, más allá del eterno Pennywise, las motivaciones son otras. Es que los miembros del Club de los Perdedores crecieron, y a pesar de ese trauma de la niñez que flota en el inconsciente como una pesadilla, lo cierto es que tienen problemas de adultos. Veintisiete años después, los “perdedores” se encuentran dispersos en distintas ciudades de Estados Unidos. El único que permaneció en Derry es Mike (Isaiah Mustafa), quién vive en la biblioteca del pueblo, y es el único al que no se le han borrado los recuerdos. Por el contrario, ha dedicado su vida a indagar de donde proviene Eso que crece y se alimenta del miedo. Cuando Mike advierte que comienzan a sucederse asesinatos horrorosos e inexplicables (a destacar la secuencia introductoria de la cinta protagonizada por Xavier Dolan), comenzará a contactar al grupo. Ese pacto de sangre de la adolescencia sin dudas toma vigencia. Ben (Jay Ryan) ahora luce atlético e irreconocible, muy lejos de aquel gordito que padecía bullyng en la escuela; Bill (James McAvoy), es un exitoso escritor de novelas de ficción; Richie (Bill Hader) sigue tan bromista como siempre, de hecho se gana la vida haciendo stand up; también están Eddie (James Ransone) y Stanley (Andy Bean); y por supuesto nuestra única y valiente mujer, Beverly (Jessica Chastain), quien como en su adolescencia sigue padeciendo abusos y violencia, pero ahora por parte de su pareja. Todos regresan con sus traumas a cuestas, para enfrentar de una vez por todas al malvado Pennywise. It: Capítulo 2, como indicamos al principio de la nota, toma otro vuelo. Desde que el grupo entra en esa dinámica que gira alrededor de la maldad de Eso, todo se vuelve lisérgico. Viven dentro de una pesadilla, en donde la fantasía se confunde con la realidad y se materializan los peores recuerdos. Y Muschietti se atreve a jugar con las distintas entidades que adopta este simil payaso, y darle forma a los malos sueños, intercalando en el tour de forcé del grupete animaciones de tintes surrealistas que hacen recordar a las del genio checo Jan Švankmajer. Esas que oscilan entre el stop motion y figuras elásticas y deformadas. Claro que también el cgi hace de lo suyo, sobre todo en el tramo final de la cinta. Si, es cierto que se extiende en su duración, pero funciona como preludio para mostrarnos y empatizar con la nueva realidad de esos adolescentes que ahora son mayores. Más terrorífica, oscura, brutal, Pennywise no tiene concesiones a la hora de asesinar. ¿Qué más decirte? … toma un globo rojo y prepárate a flotar.
Arrancar siendo la película más recaudadora de terror, con un proyecto que Cary Fukunaga (True Detective) había “abandonado”, luego de una primera película basada en un cortometraje como fue Mama…. Andy Muschietti no tenía en 2013 el presente que tiene hoy al estrenar este mastodonte llamado IT Capítulo 2. Pero hoy es otro el panorama, y la libertad creativa más el aparato de distribución demuestran el momento que el director argentino tiene en el mundo. ¿Pero cómo se atraviesa ese cambio, esas expectativas, ese nuevo horizonte? Si 27 años después te vuelvo a encontrar, en algún lugar… IT2 (para resumir) continúa a la promesa que hicieron “Los Perdedores” al finalizar la primera película: Si “Eso” volvía, ellos (y ella) también… pero las promesas y el pasado se olvidaron fruto de la magia de Derry y sólo el llamado de Mike (interpretado por Isaiah Mustafa) despierta al durmiente grupo de la cruel verdad: “Eso” no fue derrotado, y vuelve por más… y también por ellxs. Mike fue el único que se quedó, Beverly (Jessica Chastain) está infelizmente casada con un violento, Bill (James McAvoy) se dedica a escribir para cine pero se encuentra en un momento donde no sabe como terminar sus relatos -la gripe King-, Richie (Bill Hader) es un reconocido comediante que hace stand up, Ben (Jay Ryan) bajó mucho de peso y es un exitoso empresario, Eddie (James Ransone) está repitiendo el ciclo de su niñez con su madre y Stan (Andy Bean) vive una vida familiar tranquila. Cada unx recibe la noticia de diferente maneras, para nadie es indiferente, pero la verdad aún no está a la mano… hay unos espacios de tiempo olvidados y Los Perdedores, ahora mayores, deberán enfrentar su pasado para derrotar finalmente a “Eso”. Más de dos horas cuarenta y cinco… Este mastodonte es media hora mayor que su anterior capítulo, y teniendo en cuenta que tiene que indagar en “los nuevos” personajes y trabajar el pasado parece poco… lo cierto es que el corte inicial tenía más de tres horas y media y fue afilándose a medida que pasaban los screenings con público. Su director prometió hacer una super versión uncut de SIETE HORAS entre ambas partes. Lxs fanáticxs del libro seguirán esperando la explicación mitológica y espacial, pero algo se cuenta. Pennywise (Bill Skarsgård) sigue estando ahí, burlándose, asesinando, jugando con las debilidades. Y lo cierto es que a pesar de ser algo necesario, algunas secuencias que vuelven al pasado parecen algo largas e innecesarias. Los efectos visuales funcionan muy bien en su mayoría, y ofrecen algunas secuencias perturbadoras (como la cabeza con patas, que será una imagen que nos perseguirá por mucho tiempo). La cantidad de minutos puede ser una molestia para aquellxs que buscan una experiencia pochoclera fugaz, IT2 es un producto que se va disfrutando más a medida que pasa el tiempo, rojo como el vino… como la sangre. Eso, el terror de la nueva generación Teniendo en cuenta que la primera parte de IT fue exitosa en el público jóven (y hasta un poco menos -un demográfico similar a Stranger Things-) uno esperaría que escatime en sangre y vísceras, pero lo cierto es que Andy Muschietti redobla la apuesta y pone tercera para ir a toda velocidad por la autopista del miedo. Su película parece haberse construído a partir de imágenes salidas directamente de la cabeza del director, esas que cuando sos chico te atormentan y persiguen. Esto puede ser lo que detiene el relato, utilizando el tiempo en secuencias terroríficas en lugar de hacer avanzar un relato que de por sí es gigantesco. Pero como para nuestra generación Tim Curry es el payaso que nos persiguió cada vez que apagábamos la luz, sin duda esta nueva iteración de IT es el tipo de trauma que a través de un buen manejo de la tensión y el terror, va a ofrecerle muchos billetes a lxs psicólogxs de la nueva generación de adolescentes con payaso-fobia. Gigantesca, algo torpe (algo común por su tamaño), pesadillesca, asquerosa… IT Capítulo 2 es un nuevo hito del cine de terror. A la altura de los grandes exponentes de una época… ¿estamos frente a la Scream de la nueva generación? Solo el tiempo lo dirá…
Seguramente "It 2", es la película de género más esperada del 2019. La primera parte de este proyecto, fue un suceso en 2017: multiplicó por diez (sólo en USA) su inversión (recaudó allí más de 300 millones de dólares), lo cual llevó al argentino Andy Muschetti ("Mama" y antes de ella, "Historias breves 3"!!!) a convertirse en un prestigioso director de género, con muy pocas escalas previas. Pero los estudios saben detectar talento y Andy deslumbró en sus primeros pasos. Hay que decir (para quienes no son muy afectos al mundo literario), que el libro original que se aborda en esta mini-saga de dos films, es uno de los mayores clásicos de Stephen King (un escritor que superó los 350 millones de copias de sus 62 novelas) y posee una extensión interesante: posee más de 1100 páginas. Tanto material fue lo que provocó dividirlo en dos, y la primera parte, es una pequeña obra de arte: casi perfecta en todos sus aspectos, dejó al público con mucha expectativa para ver como cerraba la historia del payaso asesino y la banda de amigos que dejaría todo por detenerlo. Para quienes están familiarizados con la historia, ya saben a que escenario se los invitará: pasaron unos cuantos años (27) y Pennywise, ha reaparecido en Derry. Mike (Isaiah Mustafa), el único del grupo "de los perdedores" de aquellos lejanos años que ha quedado viviendo en aquel perdido pueblito, llama a cada uno de sus amigos para decirles que tienen que volver al lugar de su niñez, para enfrentar un desafío extremo: poner fin a los asesinatos del cínico payaso. Obviamente, con alguna resistencia, el grupo va respondiendo de distinta manera a la convocatoria. Ya en los primeros minutos, Pennywise comienza a hacer de las suyas y anticipa que la cuestión, aquí no será tan sugestiva como en el primer film, sino que habrá mucha más sangre y violencia en cámara. Esta "It" es más ¿desinhibida?, y se percibe, hay carta blanca para transitar caminos más fuertes desde lo emocional. Y los recorre. El viaje llevará a un mundo que tiene dos espacios temporales: por un lado, vuelven los chicos de la banda que nos deslumbraron en la primera parte, para recrear algunas escenas y secretos del pasado; por el otro, el presente donde cada uno de los "Perdedores" tiene una pequeña tragedia personal que los impulsa a terminar con este recuerdo sombrío que es el payaso de las cloacas, de una buena vez y para siempre. El elenco es impactante. Una selección. Los chicos son ya figuras de las series americanas y ya sabemos que la rompen. Entre los adultos tenemos a Jessica Chastain, James McAvoy, Bill Hader, Jay Ryan, James Ransone y el ascendente Bill Skarsgård quien juega muy bien su rol del delirante payaso. No se puede decir nada del cast, ya que todos actúan con un sereno profesionalismo, sin dejar demasiado librado al azar. Quizás el más jugado y el que todos festejan es Hader, quien le pone mucho humor a sus intervenciones, pero yo rescato a Chastain, quien es la única mujer del grupo y nivela todo el tiempo la supremacía masculina en número: Jessica es un frágil objeto de deseo para el grupo y sabe cómo posicionarse en el lugar. No quiero contar mucho de la trama, sí decirles que hay varias licencias con respecto al libro original (pero Stephen está tranquilo y le puso "me gusta" a la peli en sus redes sociales, no se preocupen) y hay sí, mucho más "gore" que en la primera entrega. Acá no hay demasiado freno inhibitorio y cuando hay que mostrar, se muestra. Desde ya que hay sobrada solidez en todos los rubros técnicos, Andy hace lo suyo súper relajado (hay muchas escenas en el pueblo que explican lo que siento) y maneja los hilos de un film amplio (por esta cuestión de doble temporalidad), con solvencia. Si la pregunta (que se que quieren hacerla) es "¿te gustó?", debo decirles (humildemente), que creo, sin embargo, aquí bajamos unos peldaños con respecto al film del 2017. Pero quiero explicar por qué. "It 2" elige tratar de ir y venir en el tiempo todo el tiempo para fortalecer las construcciones de la personalidad de cada personaje. Eso hace que la película sea demasiado extensa y que en tanto armar desde los recuerdos que se actualizan, la tensión baje y por ende, se viva menos inmersiva que la anterior. Hay mucha menos construcción de atmósfera cerrada (también por la exploración que hace del pueblo), y eso le da al film, otro tono. Ya saben que Hader aporta mucho de su humor y carisma natural a la cinta, pero distiende a veces demasiado la prolija tensión establecida en el devenir de los hechos. También puedo decir que hay alguna historia lateral que no termina de desplegarse y que podría haber sido mejor aprovechada (la del líder de la banda de acosadores), que también suman minutos que podrían haber sido quizás, utilizados para otro fin, que el establecido aquí. Detalles, que son desde ya discutibles, pero que La entrega uno, era un film excepcional. La dos, es más elocuente y directa. Aquí creo que hay demasiados elementos, mucha proliferación de construcciones personales y grupales (y no quiero decir más para no caer en ofrecer spoilers) y cuando hay tanto en juego, perdés focalización. "It 2" sobresale en cada rubro, por separado, (la música, el arte, las actuaciones, etc), pero curiosamente, es menos que la suma de sus partes. Creo que eso se debe al guión y elecciones que fueron definidas por el equipo que la llevó adelante. No debe perderse de vista que es una mega producción de gran presupuesto y seguro que administrar ese escenario no debe haber sido tarea fácil para Muschetti. Es una buena película, en definitiva. Para mí, un par de escalones que la anterior. Pero si quieren saber si vale la pena, desde ya que no duden en vivir la experiencia en sala.
It del director argentino Andy Muschietti fue un éxito de crítica y taquilla a nivel internacional. Aquella historia que nos mostraba a “Los Perdedores”, un grupo de niños del pueblo de Derry, haciéndole frente a un maléfico ser que utilizaba sus mayores miedos en su contra, tenía mucho que demostrar en esta secuela. Y vaya que lo consiguió. En este Capítulo 2, donde ya han pasado 27 años desde los acontecimientos del primer filme, los protagonistas, ahora adultos, volverán al pueblo tras un llamado y una trágica noticia. Si en la primera película veíamos diversas situaciones traumáticas que experimentaban los niños, ya sea por los artilugios de “Eso” o por las cosas horribles que les sucedían en sus vidas, en la segunda tenemos un despliegue terrorífico de recursos que juega con la cabeza de cualquier persona madura. Muschietti crea una verdadera “parabellum” de pesadillas, y ayudado por los guionistas Gary Dauberman y Jeffrey Jurgensen, va buscando sustos cada vez más originales y aterradores con una puesta en escena cautivante. Es más terrorífica y cruel. Por el lado de las actuaciones, debemos destacar que las personalidades e improntas que los jóvenes actores les imprimieron en la primera parte son la piedra angular de las interpretaciones adultas. Cuando vemos a James McAvoy, Jessica Chastain y compañía, les creemos; les creemos sus tics, sus maneras de actuar, de pensar y de hablar. Estamos viendo a esos mismos pequeños 27 años después. Cabe mencionar a Bill Hader, quien realiza el papel de Richi Tozier (la versión adulta de Finn Wolfhard), que se roba varias escenas con su carisma. It: Capítulo 2 está llena de detalles y referencias que harán disfrutar mucho más a los fanáticos del escritor Stephen King y a aquellos que sepan prestar atención. Sin embargo, la película es ambiciosa y le cuesta manejar cierta codicia que la lleva a durar más tiempo de metraje del que podría haber durado, con algunos problemas de repetición llegando al final. En definitiva, una historia muy entretenida, que cambia el enfoque con respecto a su antecesora y ofrece un terror más brutal manteniendo la calidad técnica. Pero a la hora de enfrentar los miedos del pasado es bueno tomarse el tiempo necesario. Puntuación: 7,5/10 Federico Perez Vecchio
27 años pasaron desde que Derry fue acechada por un payaso escalofriante, desde que los chicos tenían miedo de salir, desde que los Perdedores derrotaron al monstruo. O al menos eso pensaban, porque Pennywise está de regreso en It: Chapter Two. El argentino Andy Muschietti concluye su adaptación de la novela de Stephen King en este film que, sin lugar a dudas, emocionará y aterrará.
La primera mitad de esta franquicia fue una verdadera revelación. Una obra maestra del terror que sorprendió a todos. Además, para los espectadores argentinos cinéfilos tenía un plus: su director y productora son argentinos, lo que dio una cierta cuota de orgullo. Y no fue para menos, dado a que el film se convirtió en el más taquillero del género, sobrepasando incluso a El Exorcista (1973). Otro dato para destacar es que supo trascender al terror. Gente que ni de casualidad se sentaba a ver una película así, lo hizo. Eso se debió a sus personajes, la estructura coming of age y el balance perfecto con el humor. Ver It fue una verdadera experiencia y muy satisfactoria, motivo por el cual la vara había quedado muy alta. Y ese es principal problema de esta primera parte, porque si bien es muy buena, no logra alcanzar a su predecesora. Esto es debido a tener como protagonistas a adultos en lugar de niños, hay muchas cosas que se pierden y las situaciones que se repiten no pueden ser digeridas de la misma manera por el espectador. Ahora bien, lo que hay que destacar es que tiene un ritmo increíble. Dura 2.45hs y el frenesí no para. De principio a fin te mantiene intrigado y con tensión, aunque conozcas la historia por haber leído la novela. Hablando de eso, en estructura es más fiel al libro que la anterior porque aquí se respeta los constantes saltos en el tiempo mediante a flashbacks, lo que la hace interesante pero eso es también lo que genera el segundo problema de la cinta: los personajes. Si bien todos son geniales y están perfectamente casteados, el amor e identificación por el elenco joven fue (es) demasiado grande y cuesta hacer el traspaso como espectador. Aún así, tanto James McAvoy como Jessica Chastain están muy bien en sus papeles y son un gran espejo de Jaeden Martell y Sophia Lillils, respectivamente. Lo mismo con Bill Hader y el resto de los adultos. Bill Skarsgård vuelve a brillar como Pennywise pero con la lógica pérdida del factor sorpresa. Andy Muschietti crea grandes climas y atmósferas y maneja un presupuesto aún mayor, multiplicando el horror con escenas más cruentas, pero sin llegar al gore. En cuanta a la historia, no se puede hablar mucho sin spoilear pero debo decir que -por suerte- el final está mucho mejor resuelto que el telefilm de los 90s. Lo loco de esta saga es, justamente, que no es una saga. Y eso en tiempos de secuelas, precuelas y franquicias es mucho decir. Lo cual no implica que en un futuro Warner no decida hacer un spinoff o algo así, pero ojalá que no ocurra. It Capítulo 2 es una gran secuela que forma parte de un todo. Una obra de terror que ya es un ícono y que pasó a la historia.
[REVIEW] IT: Capítulo 2. Luego de una impactante primera parte en 2017, Andy Muschietti vuelve para terminar lo que comenzó en Derry: el enfrentamiento final de Los Perdedores contra Pennywise (Bill Skarsgard) , 27 años después. IT: Capítulo 2 (2019) comienza con la escena que más esperábamos los que leímos la novela original, esta es, la muerte de Adrian Mellon (Xavier Dolan). El final de Mellon se relata al comienzo de la obra de Stephen King, poniéndonos en contexto que en Derry hay una fuerza maligna que impregna todo, en forma de payaso. Pero también nos da a entender que la homofobia es parte de toda la población e inherente, no solo por la atracción que pueda crear Pennywise. ESO es solo un medio, un síntoma de la maldad de cada persona que vive en Derry. En el film, vemos como Mike (Isaiah Mustafa), el único que se quedó y creció en Derry, llama por teléfono Bill (James McCavoy), Bev (Jessica Chastain), Stan (Andy Bean), Ritchie (Bill Hader) y Ben (Jay Ryan), ergo, «El Club de los Perdedores». Luego de reunirse y hablar de lo que les deparó la vida, ante la ausencia de Stan, comienzan a recordar poco a poco que les había sucedido ese verano, hace 27 años. La influencia de Pennywise desapareció y ellos olvidaron. Pero ESO no olvida. Así, en un vaivén entre pasado y presente, Los Perdedores se enfrentarán una vez más al enemigo más poderoso que pudieran imaginar: UNA SECUELA POR DEBAJO DE LA MEDIA. Así es, IT: Capítulo2 está muy por debajo de su predecesora y voy a justificar brevemente las razones: En cuanto al cast, puede ser en su mayoría muy reconocido, pero no sabría decir si por el tiempo que pasó entre los dos films o porque, más allá del parecido físico, no se logra conectar con los personajes adultos. No se sienten como si fuesen esos mismos chicos que vimos hace dos años atrás. Lamentablemente de quienes más esperábamos, fueron los que menos hicieron. Hablo, por supuesto, de James McCavoy y Jessica Chastain. Parecen que están en piloto automático. De ahí que se reconozca que Bill Hader es el mejor de toda la película. Claro, es el único que le pone matices a su interpretación. Con respecto a la historia, el montaje es uno de sus grandes fallos; a veces caótico, a veces somnoliento. Esto, unido a varios jumpscares repetitivos, nos hace pensar que a Muschietti le metieron mano en la edición final. No hay clima in crescendo como en la primera parte (una joya del terror actual), solo golpes de efecto. Además, en relación a la historia per sé, se pierden las historias de trasfondo de los personajes (la esposa de Bill, el abusivo esposo de Bev, etc.), y estas historias son las que enriquecen al relato y a sus personajes, ya que desconectamos con ellos por un tiempo bien largo. Así no podemos empatizar con lo que les sucede. «Silver», la mítica bicicleta de Bill, ya no es tan mítica ni aparece tanto. El CGI es mucho más notorio que en la primera parte (imperdonable lo que hacen con «El Leproso» de Javier Botet). Además de todo lo enumerado y las licencias que los Muschietti se tomaron, esta segunda y última entrega deja sabor a poco. Viéndola de esta manera, la mini-serie de 1990 no estaba tan mal. Es más, el cine de esa época creaba un horror inimaginable con lo que se debe: una excelente puesta en escena, iluminación y planos pensados para generar tensión. Es cierto que se habla de un corte final de casi 7 horas, pero si no se puede dar un examen final para aprobar, acá el recuperatorio no sirve. Sin embargo, IT: Capítulo 2 cumple con lo que el fan pide: varios saltos de la butaca, un final decente, altas dosis de humor y nostalgia y, sobre todo, un buen entretenimiento para pasar el rato.
Pasaron 27 años desde que los miembros del Club de los Perdedores superaron sus miedos y se enfrentaron al malvado y aterrador payaso Pennywise hasta hacerlo desaparecer de Derry. O eso pensaban, ya que como indica la profecía, cada 27 años el payaso despierta de su hibernación para generar para generar más cáos y violencia en el pequeño pueblo de Maine. El grupo de adolescentes creció y a pesar de haberse prometido volver a juntarse si Pennywise regresaba, cual maldición, todos aquellos que abandonan Derry se olvidan de la existencia de “eso” y de los hechos que lo rodean. Ahora Bill (James McAvoy) es un reconocido escritor y guionista -cualquier similitud con Stephen King no es pura coincidencia-, Beverly (Jessica Chastain) es una exitosa diseñadora de moda, Ben (Jay Ryan) ahora es delgado y se dedica a la arquitectura, Richie (Bill Hader) es humorista, Eddie (James Ransone) es asesor de riesgo, Stanley (Andy Bean) es contador en una importante empresa y Mike (Isaiah Mustafa) es bibliotecario y el único que se quedo en Derry. Es por eso que Mike, el único que se quedó en el pueblo, deberá volver a juntar a todo el grupo cuando comienza a escuchar de apariciones de cuerpos mutilados cerca del rió. El resto es historia conocida para quienes leyeron el libro de Stephen King y vieron la miniserie de 1990, o historia por conocer para quienes le entran por primera vez con esta adaptación a cargo del director argentino Andy Muschietti. Lo primero que hay que destacar es el gran cast elegido para interpretar a las versiones adultas de los chicos que vimos en el primer capítulo. No solo por las capacidades actorales -de hecho James McAvoy, Jessica Chastain y Bill Hader son los únicos con una carrera más conocida- sino por el gran parecido con sus contrapartes juveniles, incluso aquellos que sufrieron cambios físicos. Realmente nos hacen creer que son ellos. La dirección, al igual que la primera parte, está muy bien realizada La fotografía es un factor muy importante en la película y los efectos especiales utilizados para la transformaciones de Pennywise están tan bien detallados que hace verosímil lo inverosímil. Quien escribe estas lineas no es una persona susceptible a asustarse con las películas de terror, pero acepta que en varias escenas pegó el típico jump scare o “saltito” en la butaca. No es fácil para un director con apenas una película en su haber hacerse cargo de un proyecto tan importante, con una gran producción y encima estar dividido en dos partes con un largo lapso de tiempo narrativo entre ambas. Sin dudas, Muschietti con IT logró asentarse como uno de los directores más aclamados de Hollywood y eso se puede notar con las cantidad de proyectos importantes que le fueron ofrecidos. Entrando en aquellos que se le puede criticar negativamente, en primer lugar tenemos su duración. El propio director dijo que originalmente tenía una película de casi 4 horas, además de anunciar un supercorte de casi 8 horas que incluirá las dos partes en conjunto más algunas escenas extras, lo que sin duda será toda una gran experiencia para los fanáticos. Pero para el espectador común hay momentos en la película que están de más y no aportan realmente a la trama, sobre todo las escenas con -el ya adulto- Henry Bowers, que si ya en la primera parte nos preguntamos hacia donde iba toda su historia, ahora nos preguntamos exactamente lo mismo. A la película tranquilamente le sobra una media hora de cinta. En segundo lugar podemos decir que, salvo las excepciones de Beverly (Jessica Chastain) y Richie (Bill Hader, el mejor sin dudas) los personajes en sus versiones adultas no logran destacarse, ya sea individualmente o en grupo, tal como lo hacían sus versiones jóvenes, más allá de que todos tienen sus momentos. El caso más llamativo es el de Bill, que si en la primera parte era el líder del grupo, ahora lo vemos como uno más del grupo, a pesar de estar interpretado por un gran actor como lo es James McAvoy. Quien si tiene más momentos destacados es Pennywise, que por momentos parece ser el principal protagonista de la película. Si en el capítulo uno los protagonistas fueron los losers, esta vez nos centramos un poco más en el payaso bailarín, más allá de que en lo personal hubiera esperado un desarrollo un poco más profundo sobre la historia de este personaje. A pesar de todo esto, IT Capítulo 2 es un gran cierre para la historia que comenzó en el 2017 y cautivó millones de fanáticos, muchos de los cuales se acercaron al género por primera vez. Pocas veces una película de terror logra asustar, hacer reír y concluir con un final a pura emoción.
Andy Muschietti regresa a Derry para el desenlace de su visión de IT. Con un guion que alterna buenas y malas, los mejores aspectos del film salen a relucir cuando la trama explora el terror, el lugar que mejor le sienta al director argentino. Luego de que Andy Muschietti lograra convertir su versión de IT: Capítulo Uno (2017) en la película de terror más taquillera de todos los tiempos en Estados Unidos, durante estos dos años se ha ido generando una burbuja de HYPE gigante con respecto a la conclusión definitiva de la historia creada por Stephen King. Algunos de los grandes motivos por los cuales los fanáticos están eufóricos de cara al estreno, es que el propio director tiene el visto bueno de King y teniendo en cuenta que el escritor no suele apoyar a quienes adaptan sus novelas al cine, ese es un buen indicador de lo que se puede esperar de la película. Además el director argentino, confeso amante de la novela, tiene una forma de concretar su visión del libro combinando aspectos del cine de terror más surrealistas que terminan generando un producto satisfactorio tanto para los fanáticos del libro como también a los consumidores más recurrentes cine de terror. Dentro de los muchos aspectos positivos que tuvo la primera parte de esta revisionada historia, el más notorio y significativo fue la unión que mostró el elenco y su buena química frente y detrás de las cámaras, pero ahora esos niños ya no serán quienes sean los protagonistas per se y es por eso que la búsqueda de actores maduros para la conformación de un elenco que debía ser más “serio” pero al mismo tiempo mantener la esencia de los niños, sería el punta pie por donde el director debía comenzar a planificar su secuela. Para ponerle el cuerpo a personajes tan conocidos, actores de la talla de James McAvoy, Jessica Chastain y Bill Hader, entre otros, deberán enfrentarse al temible Bill Skarsgård y su Pennywise de una vez y para siempre. Luego de los acontecimientos vistos en la peli del 2017, el grupo de “Perdedores” se ha dispersado y poco a poco han ido olvidando de aquel verano en el que se enfrentaron a sus miedos y a Eso. Pero 27 años después, extraños sucesos volverán a ocurrir en Derry y todo indica que el payaso más malo de todos está detrás. Siendo Mike (Isaiah Mustafa) el único del grupo que se quedó en el pueblo, de él dependerá hacer que todos los Perdedores regresen para honrar su pacto de sangre y prevenir nuevos incidentes en su hogar. De ésta manera Bill (James McAvoy), Beverly (Jessica Chastain), Ben (Jay Ryan), Richie (Bill Hader), Eddie (James Ransone) y Stanley (Andy Bean), deberán reunirse para volver a enfrentar sus miedos y para intentar terminar de una vez y para siempre con el tormento de Pennywise. Andy Muschietti demuestra una vez más por qué es uno de los realizadores más solicitados de los últimos tiempos. El director vuelve a explotar lo que más le gusta del género y en ésta oportunidad lo desarrolla muchos más momentos y con un nivel más elevado que el visto en la primera película. Si bien la estructura que propone el guion, nuevamente desarrollado por Gary Dauberman, es básicamente igual que en el film previo, en ésta oportunidad todos aquellos condimentos que supieron hacer brillar a la película anterior ahora también están y redoblan la apuesta para llevar cada escena a una calidad superlativa. La mezcla de sonido, la fotografía y los movimientos de cámara son otros de los grandes aciertos en cuanto a la dirección y ahí es donde la habilidad de Muschietti brilla para conformar un relato que fluye, pese a la duración de la película. Pero de la misma manera, lo negativo también se hace presente y por momentos hace bajar demasiado el nivel de la película. El desarrollo de algunos personajes y sus trasfondos están sobre explotados y en otros muy poco explorados, no hay una línea media en cuanto a la repartición de tiempo y desglose de situaciones y da la sensación de que todo el guion está enfocado en 4 personajes y los demás acompañan. En continuado con esto, la química entre los protagonistas no parece sincera y siendo ese el aspecto que más supo convencer al público en IT: Capítulo Uno, aquí parece forzado el intento por asemejarlo. Las actuaciones son variadas. Por un lado están Bill Hader, James Ransone y Bill Skarsgård que se roban cada escena en la que participan y demuestran por qué fueron convocados para semejante participación. De la vereda de enfrente están James McAvoy y Jessica Chastain como los mayores referentes de la completa inexpresión, salvo por un momento clave para cada uno. Después, las situaciones ya mencionadas vuelven a repetirse. Sobreexplotan la participación de estos personajes para más de lo que dan y otros que deberían tener más preponderancia quedan en el olvido. Algo que comparten todos entre sí para con el cast anterior es que increíblemente todos comparten similitudes físicas, en mayor o menor medida dependiendo el caso, y eso logra que el paso del tiempo parezca mucho más creíble en comparación por ejemplo con la película/mini serie de 1990. IT: Capítulo Dos es una justa continuación y desenlace de la terrorífica historia de Stephen King, ahora en manos de Andy Muschietti. A pesar de tener sus desniveles en cuanto al desarrollo de personajes y una extensión demasiado larga para lo que se quiere contar, la explotación del terror está mucho mejor y los sustos están garantizados.
Una obsesión pareciera correr en muchos blockbusters de estos últimos dos años. Ready player one, Avenger: Endgame, Toy Story 4 y las innumerables live action de clásicos de Disney lloran por un pasado que se está yendo mientras miran hacía el futuro. IT: Capitulo 2 no es ajena a esta corriente, a pesar de que el libro original escrito por Stephen King tocaba este tema de manera distinta. Acá volver al pasado es ver todo destruido e ido a menos, es encontrarse con la gente que no se veía desde la infancia convertidos en viejos desagradables. También es darse cuenta que ya no se puede hacer cierta clase de cine de manera más artesanal, solo queda hacerlo con CGI (aunque el resultado sea bochornoso como demuestra cierto homenajea a un clásico de los ochenta). En ese sentido esta secuela trabaja la idea de que ya no se puede jugar como antes, ya no se puede ser como los niños de la primera parte de esta película. IT: Capitulo 2 es una película que vive entre la espada y la pared, se trata de una película evento. «Vení a ver el final de IT» reza el afiche, una invitación a ser partícipe de algo que une a todos los espectadores y como toda película evento quiere quedar bien con todos. Hay escenas bastante fuertes para que la gente se espante; hay mucho humor, hay referencias para los que leyeron el libro… hay de todo. Lo malo es que viene de a momentos, es una película de momentos que se abren y se cierran en sí mismos y que en algunos casos están bien construidos e integrados a la trama pero que en la mayoría podrían no estar. Y por supuesto cada uno de estos momentos termina con un efecto de sonido fuerte porque si no, no tendrían razón de ser. Todo lo contrario de lo que pasaba en la anterior película en donde al ser una producción más chica le daba la oportunidad al director Andy Muschietti de concentrarse en construir la relación entre los personajes, el contexto de donde viven y por supuesto con el villano. En esta secuela algunos personajes quedan desdibujados como los interpretados por James McAvoy y Jessica Chastain que, a pesar de su profesionalidad, son tapados por un ritmo frenético que hace imposible que se centre en la construcción de sus traumas y por Bill Hader – el corazón de esta película – el típico gracioso que el espectador puede empatizar porque el humor es algo que une, Hader es la otra cara de la moneda de Pennywise (Bill Skargard) cuyo humor es tétrico y no bienvenido. Las escenas en las que aparecen ellos dos son un respiro ante una narración errática que va dando tumbos hasta un clímax que, a pesar de toda la producción, pierde cinematográficamente y que es incluso igual de horripilante que la versión de principios de la década del noventa. Está claro que Muschietti se siente más cómodo cuando trabaja los problemas de la niñez. Ahí hay un mundo que el público conoce y en donde los actores muestran camaradería y química entre ellos, algo que no sucede con sus contrapartes adultas. La ironía termina siendo que tanto la primera parte de la miniserie como su versión para cines siguen siendo superiores a sus segundas partes. IT: Capitulo 2 es una película pensada por unos productores que le dieron un poquito de libertad a su director; Sí, Muschietti puede darse todos los gustos homenajeando al cine y filmando cameos pero en el fondo no se juega a nada, como demuestran los varios cambios respecto al libro que son acordes a los tiempos de corrección política de hoy en día. Que ahora un acto de cobardía hecho por un personaje en el libro sea convertido en un sacrificio habla de esa idea de querer quedar bien con Dios y el Diablo, el problema es que eso también le quita humanidad. Valoración: Regular.
Es destacable el casting que realizaron para las versiones adultas de los personajes del capítulo 1. Uno podría jurar que son los mismos chicos pero 27 años después (excepto uno de ellos). Asi como las interpretaciones son calcos de los protagonistas de la entrega anterior, tienen los mismos gestos, el mismo tono, es algo que vale la pena destacar. La película toma todo lo que esta bien de la primera parte (o sea, todo) y le agrega unos toques más para diferenciar la historia fantasiosa de los niños con una narrativa más adulta y más escalofriante. Los efectos especiales y CGI de esta entrega siguen la línea de la anterior y hasta la superan. Al espectador le sorprenderá la continuidad y constante relación mediante flashbacks con aquel verano que les cambio a este grupo de chicos la vida para siempre. “Eso” los atormentará de formas muy particulares, relacionadas con temas muy personales, el común denominador es el miedo pero proveniente de diferentes fuentes. IT Capitulo DosEl director Andy Muschetti, fan declarado de Stephen King y muy influenciado tanto por sus libros como las adopciones al cine, puso todo para que esta película sea excelente y pase a ocupar un lugar especial en los filmes de este género, por temas de spoilers no queremos contar mucho, pero estén atentos para encontrar varias sorpresas en forma de cameos así como también un gran gran easter egg relacionado a nuestras costumbres, son dos y ocurren en la misma escena. La película es larga (2 horas 50 minutos), según el director, el corte original duraba 4 horas y el capítulo 1 unas 3 horas. Claramente fueron editadas para terminar con duraciones menores a pedido del estudio. En la conferencia de prensa dada por el Director Andy Muschetti y la productora Barbara Muschetti, el primero mencionó la posibilidad de en el futuro editar ambos capítulos como una gran película y con sus duraciones originales (7 horas en total + escenas extras). En la filmografía de adaptaciones de libros de Stephen King, no sería algo extraño ya que muchas historias se adaptaron en formato de mini series por su duración.
Después de “IT” (2017) y su tremendo suceso de 700 millones no imaginamos que tendríamos su segunda parte tan rápido. Por suerte, sucedió. La novela escrita por el gran Stephen King y publicada en 1986 llega a los cines para cerrar una historia de manera brillante. La mayoría de los ahora adultos del “Club de los Perdedores” ya dejaron Derry (en Maine) y tienen sus vidas profesionales y amorosas resueltas lejos de Pennywise (Bill Skarsgård). Una noche, luego de 27 años, reciben el llamado de Mike Hanlon (Isaiah Mustafa), el único que ha permanecido en el pueblo para avisarles que hay nuevas desapariciones y que deben cumplir con el pacto para ponerle fin a la pesadilla, tal como habían quedado cuando eran niños. Los que vuelven son Richie Tozier (Bill Hader), Eddie Kaspbrak (James Ransone), Bill Denbrough (James McAvoy), Beverly Marsh (Jessica Chastain) y Ben Hanscom (Jay Ryan). Conforme van llegando se enteran de la novedad y entre risas y anécdotas recuerdan su pasado en una escena memorable en un restaurante, no exento de algo de drama y terror. Andrés Muschietti como Director y su hermana Bárbara como productora eligen contar la historia mediante flashbacks y eso permite que cada personaje tenga un desarrollo minucioso de toda su vida adolescente y adulta. Es muy interesante ver los diferentes caminos que tomó cada uno según su personalidad y la relación del grupo en su conjunto. El trabajo de Skarsgård como Pennywise es maravilloso, exagerado e intenso como debe ser, sabe todo de cada uno ya que los conoce desde niños y eso los mantiene alertas. El CGI está en la dosis justa y muy bien realizado. La película tiene una duración extensa (170’), pero no pesa, no miré mi reloj ni una vez...el suspenso se siente durante todo el film. El elenco se amalgama de tal forma que uno compatibiliza con el grupo de amigos del pueblo y luego entre los adultos, ya que las interpretaciones son completamente creíbles y fascinantes en ambas edades, además del gran parecido físico entre cada uno demuestran un casting de excelencia. Cuenta con una gran dirección, aunque haya algunas cosas de más, que no están en el libro, y otras que aportan, como los interesantes cameos que no voy a spoilear, tampoco voy a contar qué hace cada uno ni el desarrollo de la historia porque realmente les aconsejo ir a verla al cine. Es de esos films que se disfrutan de principio a fin por la historia, redonda y apasionante, sobre la amistad, el bullying y los miedos arraigados. Sobresalen las actuaciones de todos, pero los chicos, no se puede creer... la música de Benjamin Wallfisch, y el terror de Pennywise, sobrevolando siempre. La recreación de época es perfecta, desde el pueblo hasta el vestuario, los colores y cada accesorio utilizado. Anímense a flotar, más de una vez, si pueden... ---> https://www.youtube.com/watch?v=SF832fGsNxo ACTORES: Bill Skarsgård, Jessica Chastain, James McAvoy. Bill Hader, Finn Wolfhard, Jaeden Lieberher, Sophia Lillis, Jack Dylan Grazer, Javier Botet, Jaeden Martell, Nicholas Hamilton, Jeremy Ray Taylor, Wyatt Oleff. GENERO: Terror . DIRECCION: Andrés Muschietti. ORIGEN: Estados Unidos. DURACION: 165 Minutos CALIFICACION: Apta mayores de 16 años FECHA DE ESTRENO: 05 de Septiembre de 2019 FORMATOS: Imax, 2D.
Hora de volver a Derry IT: Capítulo 2 (IT: Chapter Two, 2019) es una película de terror que constituye la secuela y parte final de IT (2017). El argentino Andy Muschietti vuelve a estar a cargo de la dirección y su hermana Bárbara continúa en la producción. Escrita por Gary Dauberman, reconocido por ser el guionista de los filmes de Annabelle, la película está basada en la novela homónima de Stephen King, la cual fue publicada en 1986. En cuanto al reparto, vuelven a estar presentes Bill Skarsgård, Finn Wolfhard (Stranger Things), Sophia Lillis (Sharp Objects), Jack Dylan Grazer (Shazam!), Jeremy Ray Taylor, Wyatt Oleff, Jaeden Martell y Chosen Jacobs. No obstante los verdaderos protagonistas son las versiones adultas del grupo de perdedores, que fueron interpretadas por Bill Hader, Jessica Chastain, James Ransone, Jay Ryan, Andy Bean, James McAvoy e Isaiah Mustafa. Veintisiete años después de los acontecimientos ocurridos en el primer filme, cada integrante del grupo de perdedores creció y tomó su propio camino. El único que decidió quedarse en el pueblo fue Mike Hanlon (Isaiah Mustafa). Cuando las desapariciones de personas en Derry vuelven a aumentar con gran rapidez, Mike no lo duda: Pennywise está de regreso. Con el claro objetivo de derrotarlo de una vez y para siempre, Mike se contactará con sus viejos amigos Bill (James McAvoy), Beverly (Jessica Chastain), Ben (Jay Ryan), Richie (Bill Hader), Eddie (James Ransone) y Stan (Andy Bean). Reencontrados y con una sensación de rareza que habita dentro de cada uno, los losers deberán hacer memoria de sus respectivas infancias para enfrentar a Pennywise completamente fortalecidos. Con una mayor escala de producción y casi tres horas de duración, IT: Capítulo 2 llega a la cartelera para dar cátedra a las demás películas de horror. Mucho más psicodélica y tenebrosa que su antecesora, la cinta logra enganchar al espectador desde el comienzo manteniendo su ritmo y asustando en bastantes ocasiones. El CGI abunda en el filme pero, en este caso, está muy bien utilizado ya que cada mutación del payaso luce sumamente real. Las diferentes criaturas tienen diseños tan retorcidos y sofisticados que es imposible dudar de lo que se está viendo en pantalla. Para que un largometraje cause terror, al director le tienen que importar sus personajes. Por suerte, Andy Muschietti tiene muy en claro que esta historia no gira alrededor de un payaso maldito sino que es un relato sobre las emociones humanas, sobre los traumas que se tienen desde chico, los cuales no se van por más que uno crezca. Cada personaje cuenta con un pasado que cree olvidado, cada integrante está dañado psicológicamente por lo que la conexión con la mayoría del grupo es inmediata, en especial porque ya conocemos sus respectivas personalidades y los actores adultos tienen una química increíble entre sí. A pesar de que a Mike no se le da tanta importancia en cuanto a su trasfondo, el tratamiento de los miedos de Bill, Bev, Ben, Richie y Eddie resulta una experiencia cinematográfica muy inmersiva y disfrutable. Por otro lado, el sonido es un protagonista más de la trama. Gracias a la buena utilización de éste, junto con el gran trabajo de iluminación, la mayoría de las secuencias terroríficas causan los nervios y la tensión deseadas (incluso muchas escenas llegan a producir asco por el expresionismo híper realista de las diferentes figuras amorfas). Escalofriante pero también muy entretenida, graciosa y emocionante, IT: Capítulo 2 se posiciona como lo mejor que nos entregó el 2019. Como una oda a la amistad y a la unión, la película celebra las diferencias de cada uno pero, por sobre todo, deja en claro que a los miedos no se los supera enterrándolos sino que hay que lidiar con ellos día tras día.
La segunda parte de IT nos lleva de vuelta al pueblo de Derry 27 años después, cuando ese adorable grupito de pibes que se bautizaron como “los perdedores” son adultos -no tan- funcionales, que olvidaron su pueblo y sus miedos. Literalmente. No se acuerdan de nada. Y eso es porque a medida que se alejan de Derry, una nebulosa de olvido va cubriendo la memoria de todo lo que ocurre en ese rincón tan siniestro del mundo. El único que se quedó atrás -Mike- recuerda todo lo que pasó en la primera parte, y será el encargado de volver a reunir al grupo. Con esta premisa, el capítulo 2 de IT retoma la historia de sus siete protagonistas y establece un diálogo entre las dos líneas temporales, fiel a la novela original de Stephen King. Todo bajo la dirección del argentino Andy Muschietti, también responsable de la primera entrega, quien estuvo en Buenos Aires junto a su hermana -la productora Bárbara Muschietti- para presentar la película antes que en ningún otro lugar del mundo. El mal que toma forma de payaso (o del miedo que mejor funcione en cada ocasión) despierta de su letargo con hambre de venganza, de volver a torturar a esos chicos que casi lo derrotan y de alimentarse de sus inseguridades, mientras que ellos intentan enfrentar -cada uno a su manera- el terror que los invade y paraliza. Visualmente, la película aprovecha esta capacidad metamórfica de IT para convertirlo en las peores criaturas que se puedan imaginar, con ayuda del CGI y los bocetos de Muschietti inspirados en el texto original. A pesar del presupuesto muy superior a su anterior entrega (en virtud de su éxito en taquilla) mantiene una estética coherente con el primer capítulo y despierta esa sensación nostálgica de estar viendo la misma historia 27 años después. Las transiciones entre personajes y líneas temporales son la marca registrada del director, al igual que los guiños que le hablan directamente al espectador, logrando una inmediata conexión emocional. La incorporación del humor también funciona como válvula de escape para aliviar la tensión generada por el terror, usando el recurso en los momentos justos. Todas las situaciones se suceden con gracia y -lo que bajo la mano de otro cineasta podría haber resultado repetitivo y hasta monótono- Muschietti sabe cómo balancearlo para lograr el efecto deseado. El elenco desborda carisma y hace que la dinámica de grupo refleje perfectamente la de aquellos jóvenes Perdedores de la primera película. James McAvoy (Bill Denbrough) y Jessica Chastain (Beverly Marsh) son los nombres más conocidos, compañeros en la última película de la franquicia X-Men (Dark Phoenix) y amigos fuera de la pantalla. Pero es Bill Hader el que más destaca en su interpretación y su conexión con el resto de los protagonistas, como el bromista Richie Tozier. Además de James Ransone en el papel de Eddie, el hipocondríaco que -al igual que sus compañeros- repite patrones de su pasado. El elenco lo completan Jay Ryan, Isaiah Mustafa y Andy Bean. Y por supuesto el talentoso Bill Skarsgard como Pennywise, ese payaso encantador y terrorífico, combinación difícil de lograr si las hay. A pesar de que en esta película aparece algo menos que en la anterior, las escenas que protagoniza son igual de aterradoras y en esta segunda entrega supo interpretar a un IT mucho más maduro, manipulador y agresivo. Así como el payaso es la representación de todos los miedos, el grupo de adultos funciona como alegoría del trauma, ese mecanismo de defensa de la mente contra las más aterradoras experiencias. De la forma en que está retratado, da como resultado una película que se preocupa mucho más por el drama humano que por los sustos.
Volver al trauma It Capítulo Dos (It, Chapter Two, 2019) es la continuación y el cierre de la más reciente re-interpretación de uno de los mayores éxitos literarios de Stephen King, al menos en lo que respecta a la cultura popular contemporánea. Repiten roles nuestros créditos locales, el director Andy Muschietti y su hermana Bárbara en el rol de productora. Como uno de los exponentes más comerciales y masivamente anticipados que tiene para entregarnos el género en este 2019, es una pieza que se apoya en lo planteado por su antecesora directa para desarrollar una segunda parte que compensa la falta de sorpresas con un trabajo de personajes muy delicado. 27 años después de los narrado en la primer parte, It (o el payaso Pennywise, como prefieran llamarlo) está de vuelta en Derry, esa ciudad natal de los protagonistas y centro del universo literario de King. Los más chicos empiezan a desaparecer nuevamente y el apodado "Club de los perdedores" se ve obligado a retornar para hacer frente una#Pelicula,4143] vez más al monstruo sobrenatural, pero esta vez siendo adultos. Hay un trabajo casi perfecto de casting, los personajes adultos guardan una similitud desconcertante con su contraparte juvenil. La producción logró sumar varios pesos pesados como Jessica Chastain (Zero Dark Thirty - La noche más oscura), James McAvoy (Fragmentado) y Bill Hader (Barry). Se aprecia el trabajo minucioso de los más grandes en su afán de copiar todos los tics y manierismos de los más chicos, para hacer aún más fuerte la conexión entre ambas líneas temporales. Bill Skarsgård vuelve a calzarse el traje espeluznante de payaso, pero al tratarse de una historia volcada en favor de los conflictos internos por sobre los momentos atemorizantes (que los hay de todas formas) su injerencia es menor. De igual forma que en la película anterior, por momentos Muschetti parece no encontrar nuevas formas de presentar a la criatura en pantalla, volviendo repetitiva la utilización de ciertos recursos. Desde lo narrativo, el guión de Gary Dauberman vuelve a apoyarse en los hitos del primer capítulo: Aparece It, empiezan a desaparecer chicos, se reúne el club de los perdedores, cada uno de ellos tendrá una experiencia aterradora con el monstruo en cuestión y decidirán unirse para superar sus miedos y hacerle frente. Lo interesante es la forma en que ciertas secuencias previas son revisitadas desde otra perspectiva, casi sumando piezas faltantes a un rompecabezas. Hay una lectura muy interesante respecto de la memoria, los recuerdos y la forma en que cada personajes elige olvidar o recordar ciertos traumas según su experiencia personal. Más allá de los sustos y la sangre de rigor, probablemente el mayor atractivo del film sea su enfoque sobre el terror real versus el terror imaginario, y la forma en que las problemáticas de nuestro mundo pueden ser mucho peores que cualquier bestia sobrenatural. Hay un tratamiento muy delicado sobre temas como la violencia doméstica, el abuso y la homofobia. Con dos horas y 45 minutos de duración, es una película extremadamente larga, a la que parece sobrarle por lo menos media hora. Muschietti es un director a quien le gusta el humor, se vuelve evidente la forma en que busca cortar la tensión en varias escenas con algún gag, pero a veces se le va de las manos y le termina jugando en contra. Lo mismo ocurre con cierto cameo, que excede por demás su tiempo de gracia y se vuelve un tanto autocomplaciente. It Capítulo Dos definitivamente está hecha para complacer a sus fans, pero su mayor fortaleza no terminan siendo los sustos, sino la habilidad para poner en igual nivel de importancia el conflicto interno de sus personajes. Un exponente del costado más masivo del género de Terror que si bien no presenta demasiadas novedades termina cumpliendo con los requerimientos, y agrega múltiples capas de lectura al conflicto, sosteniéndose en el talento de su reparto, tanto joven como adulto.
La segunda parte de It no sólo consigue ser una de las películas de terror más efectivas que pasaron por la cartelera en estos últimos años sino que consolida al director Andy Muschietti entre los nuevos cineastas prometedores de Hollywood. Su ejecución de esta adaptación del clásico de Stephen King deja motivos más que suficientes para entusiasmarse por sus futuros proyectos, especialmente si se relacionan con el cine de género. La primera entrega me había gustado pero no me volvió loco como a otros espectadores y críticos. Recuerdo que me había molestado el exceso de CGI en las intervenciones del payaso Pennywise. En la nueva producción Muschietti no sólo ofrece un relato mucho más oscuro y macabro a la hora de retratar las situaciones de violencia y suspenso, sino que además corrigió el tratamiento de los efectos digitales en estas secuencias. Desde esa tremenda escena inicial con los nuevos crímenes en Derry que disparan la reunión de los protagonistas, el payaso resulta completamente aterrador gracias a la interpretación memorable de Bill Skarsgard. El personaje funciona tan bien y termina por superar a la versión de Tim Curry en los años ´80 debido al sorprendente histrionismo del actor. A través del modo en que trabaja el tono de voz, los músculos de su rostro y las miradas consigue que Pennywise logre dar miedo en todas sus intervenciones. En esta ocasión el director tuvo la inteligencia de aprovechar el talento de Skarsgard para construir el personaje y utilizar los efectos digitales al servicio de la interpretación del actor. El resultado es impresionante porque en más de una ocasión logra transmitir miedo. Al menos en mi experiencia con el film, desde la primera entrega de REC (la original de España no la remake hollywoodense) que una obra de este tipo no conseguía ponerme tan tenso en una butaca de cine. El enorme mérito de la obra de Muschietti es que encima genera esas emociones en un relato que dura casi tres horas, algo que no es habitual en estas propuestas donde el promedio de duración suele ser de 97 minutos. Inclusive otros filmes largos de este estilo, como la producción coreana The Wailing (156 minutos), no tenían este clima permanente de tensión que el cineasta argentino le otorga a su trabajo. Es muy difícil sostener un relato tanto tiempo de esa manera sin que el espectáculo se vuelva pesado y dentro de este riesgo que tomaron los productores la película sale muy bien parada. En lo referido a la adaptación de la segunda mitad de la novela salvo por unos mínimo cambios, que realmente son minucias, la trama se desarrolla con mucha fidelidad a la obra de King. La dirección del relato en este caso se enfoca en los traumas de la infancia, la temática central de la novela, que en mi opinión se abordó de un modo impecable. El espíritu de la obra original está claramente presente en esta película y quienes hayan disfrutado la novela lo comprobarán con facilidad. Un tema interesante al respecto de esta cuestión es que Muschietti también deja la puerta abierta para sorprenderte con algunas situaciones, aunque ya conozcas de memoria la versión literaria. En lo referido a la labor del reparto y el casting de los personajes en su faceta adulta el balance es más que positivo. Todos llegan a tener sus momentos destacados y consiguen transmitir esa química y el vínculo de amistad que tenían los perdedores en la entrega previa. No obstante, es justo destacar que Bill Hader la rompe especialmente en el rol de Richie Tozier. Un personaje que en su faceta juvenil a cargo de Finn Wolfhard (Strange Things) resultaba un poco pesado y en la continuación tiene un rol fundamental a la hora de descomprimir de un modo efectivo la tensión y el drama que viven los personajes. Cabe destacar también las nuevas escenas con los chicos del primer film, donde Sophia Lillis sobresale otra vez como uno de los grandes hallazgos del cine de Hollywood reciente. Desde los aspectos más técnicos las secuencias de fantasía y horror son realmente impactantes por todo el ingenio y la puesta en escena que tiene cada aparición de Pennywise. Sobresale para mi gusto especialmente toda la secuencia del departamento de Beverly que es mucho más perturbadora de lo que se adelantaba en el trailer. Un detalle de esta película que no es un tema menor es el modo en que se desarrollan los vínculos personales entre los protagonistas. Más allá de del horror y la brutalidad de la violencia It brinda también un cuento muy emotivo, una característica que no suele ser frecuente en este género. Quedan otras cuestiones para mencionar pero entran en el terreno de los spoilers. La segunda parte de It es una película para ser disfrutada en una pantalla de cine y si la estaban esperando con ganas sobran motivos para entusiasmarse, ya que se trata de uno de los grandes estrenos de este año.
Tras una primera entrega de "apenas" 135 minutos y 35 millones de dólares de presupuesto estrenada hace dos años, el cierre de It ha duplicado el costo de producción, incorporó un elenco de figuras de primera línea (James McAvoy, Jessica Chastain y Bill Hader, entre otros, se suman al Pennywise de Bill Skarsgård) y tiene una duración insólita (169 minutos) para los estándares actuales del género. En ese sentido, y más allá de algunas buenas dosis de sustos, humor negro, tensión y estallidos de sangre, podríamos definir a It - Capítulo dos como la " Avengers del cine de terror" por su despliegue de recursos, la gran cantidad de personajes centrales, las múltiples capas narrativas y la permanente búsqueda de la espectacularidad. Esa grandilocuencia, esa necesidad de provocar impactos y generar estímulos constantes, es a la vez uno de los mayores atractivos y uno de los principales problemas de la propuesta: la mayoría de las escenas analizadas de forma independiente tienen sus hallazgos y en varios casos incluso están muy bien construidas, pero la tendencia a la acumulación a veces un poco caprichosa también puede distraer o incluso irritar. Es que, más allá del respeto al espíritu y la lograda transposición de muchos aspectos de la novela de Stephen King, sus 169 minutos no se justifican demasiado. El director argentino se da todos los gustos (incluidos cameos del mismísimo Stephen King, Peter Bogdanovich, Xavier Dolan y el suyo), pero hay algo de regodeo presuntuoso en un corte final de esas dimensiones. Ads by Ambientada en 2016 (27 años después de los sucesos narrados en la primera parte), este cierre presenta las versiones adultas de aquellos niños de 1989: Mike (Isaiah Mustafa) es el único que se ha quedado en Derry, Maine, mientras que Richie (un extraordinario Bill Hader), Eddie (James Ransone), Bill (James McAvoy), Beverly (Jessica Chastain), Stanley (Andy Bean) y Ben (Jay Ryan) han intentado rearmar sus vidas y superar aquellos traumas infantiles. Pero, claro, Pennywise reaparece (también recargado tanto en inteligencia como en violencia) y Mike los convencerá de regresar al pueblo. Desde entonces, Muschietti pendula no siempre con igual eficacia y fluidez entre el presente de los adultos y los flashbacks con las desventuras del Club de los Perdedores en sus instancias preadolescentes. Más allá de cierto trazo grueso psicológico, y de sus excesos y desniveles (narrativos), It: Capítulo dos no defraudará a los fans del universo literario de King. Hay escenas para todos los gustos: desde un parque de diversiones hasta momentos de corte surrealista y tono alucinatorio elaborados con sofisticados efectos visuales. Para Muschietti, además, es la confirmación de que puede lidiar no solo con una ambiciosa estructura coral, sino también con múltiples estrellas que se vieron obligadas esta vez a compartir su protagonismo. Su carrera en Hollywood, sin dudas, continúa en ascenso.
No, no son superhéroes. Y se parecen más a cualquiera de nosotros. Los siete niños que vencieron a Pennywise, el payaso maldito que se alimentaba de sus miedos y lo enviaron vaya uno a saber a qué dimensión paralela en la primera It, deben volver a reunirse, veintisiete años después. Porque Pennywise regresó. Sí, el payaso de un ojo torcido, que puede tener dentadura como la de un tiburón -llegado el caso- y cuerpo arácnido, volvió. Y como los “Perdedores” se juramentaron reunirse si ello ocurría, allá van, a sumarse a Mike, el único de los amigos que no se fue de Derry, el pueblito de Maine. Y otro que sí, por suerte, volvió, es Andy Muschietti. El argentino que dirigió la primera parte de It retornó con más bríos, el mismo compromiso con la obra de Stephen King y más presupuesto. Lo que se traduce en que prácticamente hizo lo que quiso. Y no es difícil decir que It: Capítulo 2 es superior a su predecesora. Como en la novela, los Perdedores adultos y los jovencitos tienen su espacio. Primero veremos en qué andan y se han convertido Bill (el hermano de Georgie, la victima del piloto amarillo), Beverly, Richie, Eddie, Ben y Stanley, que son llamados por Mike, que se quedó en Derry y vive en la biblioteca, averiguando los orígenes del Payaso y cómo eliminarlo de una buena o mala vez. Los adultos han borrado de sus memorias los encuentros particulares que tuvieron con It. Y Muschietti pega el giro necesario al manejar el timón del asunto, subrayando cuáles traumas los aquejan desde entonces. It: Capítulo 2 dura 169 minutos. Sí, casi tres horas que se pasan volando. Así y todo, en esta segunda parte hay asuntos que quedaron en el tintero. La novela de King tiene 1.138 páginas. Este Capítulo 2 es mucho más heavy que el primero. Si bien en la película de 2017 el bullying que padecen los chicos, y el sufrimiento al ser atacados por It y enfrentarlo, parecían parientes retomados de Cuenta conmigo y hasta con alguna semejanza o guiño a Stranger Things, con o sin bicicletas mediante, ahora el terror es de los adultos. O, mejor dicho, también es de los mayores. Qué es real y qué no, cómo y porqué It es lo que es, cómo llego al pueblo y cómo combatirlo, todo eso es material para descubrir y disfrutar desde la platea. Muschietti construye un relato sin fisuras, pese a la extensión, y ha creado cada escena como un eslabón de una cadena en la que el suspenso, el temor, el horror y hasta el humor negro se concatenan y -si cabe- divierten. Sí, está la famosa escena del baño de sangre que sufre Bev (Jessica Chastain, que ya había sido dirigida por Muschietti en su opera prima, Mamá). Y hay un par de cameos, uno en particular, que se las trae. El elenco, tanto los adultos como los adolescentes, es otro de los aciertos del casting. James McAvoy como Bill, y en especial Bill Hader como Richie, logran meterse al público en sus bolsillos, guarden o no parecido con sus personajes de niños. Un último consejo: no entren a la sala con pochoclo. Se pueden atragantar.
Desarrollando ideas sobre las marcas que dejan huella desde la infancia hacia la adultez, la nueva entrega de IT posee algunos momentos deslumbrantes en materia de escenas de horror. En el derrotero de los losers de Derry ya maduros, luchando contra sus propios miedos y aunando fuerzas, una metáfora sobre la amistad y el trabajo en equipo reposicionan un relato que tarda en arrancar, se detiene en personajes, disfruta del regodeo con el dolor ajeno e intenta ponerle un cierre a todas las ideas que en su predecesora había presentado.
Más correcto que espeluznante La segunda parte de la remake dirigida por el argentino Andy Muschietti no cumple con las expectativas luego de la primera parte. En 2017 llegó a los cines “ It: Capítulo 1” y a pesar de tratarse de una adaptación del best seller de Stephen King, y a la vez remake de la miniserie de finales de los ‘80, se convirtió en un éxito tan grande que es la película de terror más taquillera de la historia. Con ese genial antecedente, y el plus de que su director, Andy Muschietti, es argentino, el estreno de este “Capítulo 2” es, por donde se lo mire, una celebración. Pero quizás influenciados por esas luces, tanta expectativa puesta en el cierre de la historia del Pennywise y “los perdedores”, es que esta segunda parte no alcanza a la anterior. La historia es básicamente la misma del libro y de la segunda parte de la miniserie: cuando reciben el llamado de Mike (Isaiah Mustafa), los perdedores deben volver a su pueblo natal, Derry, para cumplir la promesa que hicieron cuando eran niños. Si Pennywise (Bill Skarsgård) regresaba, ellos deberían destruirlo. Mike, como un sereno que se ocupó todos estos años de cuidar que el payaso no reapareciera, hace el llamado a sus amigos de la infancia cuando hay señales de alarma. Beverly (Jessica Chastain) Bill (James McAvoy) Richie (Bill Hader), Ben (Jay Ryan), Eddie (James Ransone) y Stan (Andy Bean) reciben la llamada, cada uno de diferente manera. Es que el “embrujo” de Derry es tan grande que quien se aleja del pueblo comienza a olvidar lo que sucedió allí. Sin saber con qué se encontrarán, los perdedores viajan y en la primera cena juntos, Mike les recuerda su juramento. El grupo deberá enfrentarse al payaso para acabar no sólo con el maléfico ser, sino quitarse de encima sus propios demonios. La película dura 167 minutos, es decir, poco menos que tres horas, y si bien esa extensión le da la posibilidad a la historia de desarrollar todas las subtramas de sus protagonistas, al hablar de un filme de horror, su esencia se va desdibujando, porque de a poco nos vamos acostumbrando al miedo, y, como si fuese una paradoja del cuento, lo que nos quiere hacer sentir se va apagando, como si se tratase de la moraleja de “ It”, que justamente habla de los miedos y de cómo enfrentarse a ellos. Si bien cuenta con algunas escenas muy bien logradas, uno de los problemas del filme es que gran parte del elenco adulto -excepto por Bill Hader- no agrega nada a los roles de los perdedores que tanto se hicieron querer en la primera parte.
La adaptación de la novela de Stephen King que despertó la pasión de nuevas generaciones por el escritor y temor hacia los payasos regresa en un segundo capítulo más grande en producción, más oscuro y más adulto. Dirigida nuevamente por Andy Muschietti It: Capítulo 2 llegó a salas de cine. El éxito conseguido en la primer entrega catapultó al estudio y su director a arriesgar y apostar para un proyecto más grande y riesgoso – cosa que sucede muy seguido en la industria – y en este segundo capítulo de 170 minutos de duración Muschietti creó un arma de doble filo. A pesar de tener un poderoso elenco experimentado, casi ninguno de ellos logra traspasar la pantalla positivamente en sus respectivos papeles. Con excepción del excelente Bill Skarsgard (Pennywise) y simpático Bill Hader (Richie Tozier) el rejunte actoral deja mucho que desear. James McAvoy se ve perdido en un rol que queda en la nada y a diferencia de su joven contraparte, Jaeden Martell, el líder de los Losers es una sombra de lo que fue. Chastain es puro look automático y su Beverly, por más interesante que sea su comienzo, es una anécdota insignificante; el resto del elenco es olvidable y solamente están para llenar vacíos. En It: Capítulo 2 por más parecidos que resulten los actores la decepción llega mucho más lejos que el efectivo delivery de una buena sección de actuación. Además, la película alarga situaciones desinteresantes que suman minutos y además bostezos. Muschietti entrega un atractivo primer acto, que logra incluir al público en una experiencia satisfactoria de buen camino pero al avanzar nos encontramos con una película sintética que pierde ese juego preciado con la nostalgia, los miedos y el horror para acabar en un espectáculo lleno de homenajes del cine de género de los 70s y 80s… ¿Importa?… para nada, ya que la película deja de tener identidad propia – justamente como Pennywise – y lo destacado resulta honor pasado. Una película que repite acciones, cansando al espectador y jugando con su paciencia, no estamos ante el horror en pantalla grande que merecemos. Por más que se utilice más sangre e imágenes pertubadoras y tengamos un Pennywise Unleashed la película no logra anotar positivamente y sorprender; el esfuerzo queda en segundo plano por disponer de un presupuesto mayor de lo que se necesita, It: Capítulo 2 es un espectáculo – bellísimo, por cierto – que entrega mucho más de lo que el público necesita ver. Ahora bien, estamos hablando del segundo capítulo de la adaptación de un libro que es criticado, justamente, por esto. La segunda parte – la parte adulta – es el talón de Alquiles de la novela de King y al plantear esto vemos una encrucijada ¿es culpable el libro, o la película? ya que se recuerda (y no de buena forma) la mediocre miniserie de Tommy Lee Wallace cuyo punto fuerte son los primeros 90 minutos, el resto es un gran elenco desperdiciado. Visualmente bella, pero larga y con un elenco inconsistente It: Capitulo 2 es necesaria para completar la historia. Una historia que cierra de manera irregular, con momentos destacables pero se queda estancada en sus numerosos homenajes y no consigue sorprender por su ramificación de la obra original, el capítulo final que intenta conseguir la sorpresa y queda en un ya lo vi. Valoración: Regular.
El estreno de ‘It’ en 2017 fue un verdadero suceso. Andy Muschietti había conseguido aunar un elenco de niños con mucha química, un payaso escalofriante y unos cambios en el guion que no diluyeron la esencia del relato de Stephen King. ‘It: capítulo 2’ supuso el desafío de, por lo menos, estar a la altura de la primera entrega, pero con el reto de hacer funcionar un nuevo elenco y lidiar con ellas, las malditas expectativas. Pero además de lo anterior, ‘It: capítulo 2’ se atreve a hacer algo que en contadas ocasiones sale bien: durar casi 3 horas. ¿Funciona? Lo bueno y la malo de ‘It: capítulo 2’ Dan ganas de tomar la película y desmenuzarla en secuencias: esta funciona genial, esta parece estar de más. El primer punto positivo es Bill Harder como Richie. En un elenco que sorprende por el gran parecido físico de los actores adultos con los niños a los que interpretan, deja sabor agridulce que no consigan lucirse. ¿Será que los niños conectan mejor? Bill Harder es, sin dudas, quien se roba los mejores momentos gracias a su don para la comedia (en un film de terror). Los demás actores, incluyendo nombres como los de Jessica Chastain y James McAvoy, no generan una conexión del mismo nivel. Y pasa algo curioso. Si bien el director se toma su tiempo para introducir a cada uno de los personajes al comienzo de la película, sus versiones adultas no parecen conseguir un gran desarrollo, lo que resulta extraño teniendo 3 horas de metraje. James Ransone, como Eddie, si logra mantener -además de un parecido bestial- parte de esa esencia hipocondríaca de su yo infantil. Por otro lado, ‘It: capítulo 2’ tiene un grupo de escenas memorables. La primera, sin dudas, es el cameo a Stephen King y los guiños a Argentina. La segunda es el encuentro de Jessica Chastain con la perturbadora anciana. Ahí, en una habitación a plena luz del día, sin mucho más que recuerdos y unas tazas de café, tiene lugar, para mí, la escena más escalofriante de todas. Sin oscuridad, sin litros de sangre, sin alcantarillas. Los monstruos a la vuelta de la esquina, sí, esos asustan más. Es interesante también que Andy Muschietti sí consigue condensar el verdadero mensaje que Stephen King plantea en el libro: los miedos y cómo vencerlos. La forma en que esto se resuelve en el film es bien acertada. ¿Qué hubiera pasado si el extenso final apelara más a lo psicológico, a estos miedos infantiles que determinan la adultez de las personas en vez de crear escenas de lucha física y sanguinaria? Difícil saberlo. ‘It: capítulo 2’ es una película que hay que ver para cerrar la historia, aunque no sea tan entrañable como la primera. Puntaje: 6 / 10 Título original: It: Chapter 2 Duración: 170 minutos País: Estados Unidos Año: 2019
Al final de la película anterior, los preadolescentes que lograban detener las fechorías de un payaso sobrenatural habían jurado, de manera solemne, volver a reunirse en el caso que pudiera reaparecer. Como dicho film se convirtió en el mayor éxito de taquilla basado en una novela de Stephen King, al director Andy Muschietti se le permitió retomar y potenciar al máximo el concepto original de su adaptación, que separaba en dos capítulos las experiencias de los personajes, ahora adultos, que en el libro original se mezclaban a través de flashbacks. En este segundo capitulo de “It”, los protagonistas crecieron y volvieron a combatir al payaso a pesar de que, salvo el único amigo que se quedó a vivir en el pueblo, ninguno de los otros tiene demasiada idea de las implicaciones de su juramento. Durante más de una hora y media Muschietti logra una de las películas mas terroríficas sobre Stephen King, y en ese sentido no sólo supera al excelente film anterior sino que, por momentos, asusta a la altura de los mejores films clásicos basados en dicho autor. Pero hay un problema: las casi tres horas de metraje casi parecen diseñadas para postergar lo más posible el desenlace de la historia, que es lo menos inspirado de la novela de King. Tal vez por eso al principio el guión enfatiza el trauma de uno de los protagonistas, un escritor que nunca logra darle un buen final a sus libros. Considerando que hay que tener en mente el film anterior, durante las casi tres horas de esta continuación el desenlace se vuelve bastante obvio. Es una pena que no hayan alterado el final del libro con alguna idea radical. Pero el conjunto se equilibra bien gracias a sus puntos fuertes: terror al por mayor, actuaciones excelentes (como la del comediante Bill Hader) y efectos visuales imaginativos para explicar los orígenes de “It”.
It: Capítulo Dos es la segunda mitad del film It estrenado en el año 2017. Ambas películas son unas, aun cuando la primera puede tener vida propia y a su modo tener un cierre. Dos horas y quince minutos duraba el primer film y dos horas y cuarenta y nueve minutos dura esta parte. Es decir que duran más de dos horas que la miniserie It realizada en 1990. Hay que decir que esa duración se siente, en particular en el último tercio de la segunda parte. El espectáculo enorme e impresionante que se despliega en esta película posee una enorme pericia técnica que es acompañada por un buen trabajo de dirección y un elenco verdaderamente sólido. No es habitual en el cine de terror que las películas duren tanto y que tengan elencos tan importantes, no al menos el cine de terror del siglo XXI. El libro de Stephen King es ambicioso y también lo es esta adaptación. La historia requiere tiempo para su desarrollo y eso explica la enorme duración que tiene la película. Sin embargo esa duración no resulta ni ligera ni entretenida. El momento en el cual cada personaje va a buscar un objeto para la ceremonia se vuelve repetitivo y aburrido. Lo único que uno espera es que terminen de una vez y podamos seguir película. Está la complejidad y la profundidad que uno espera, están los temas, los personajes y los vínculos. No tomen lo que sigue como un chiste pero hay que decirlo: sobra el payaso. Sí, ya sé, ese el monstruo del film y el centro visible del conflicto, es obvio que no puede faltar. Lo que pasa es que nunca asustó, ni en el primer film ni en este. De hecho no hay momentos de terror en toda la película, solo sobresaltos. Lo más interesante, lo que consigue la película, es narrar el conflicto de los protagonistas, acercarse a sus angustias y temores. En algún aspecto es lo que se parece más a Cuenta conmigo (Stand by Me, 1986) de Rob Reiner –con cita mediante en el film- lo que mejor funciona en It: Capítulo dos. Mucho oficio, mucho talento, mucho trabajo. Todo eso se nota. Lo que falta es concentrar el drama y el terror de manera uniforme. El último tercio del film es verdaderamente cuesta abajo. Que haya –atención spoilers- cameos hermosos como el de Xavier Nolan, Peter Bodganovich o el de Stephen King no le aportan nada importante a la película. Qué se note, en cosas obvias y en otras más sutiles, la influencia de John Carpenter se agradece pero no hace la diferencia. Y que haya referencias a la Argentina que incluyan un mate con el escudo de Independiente son solo un guiño, pero de ninguna manera aportan algo. Lo que realmente hubiera sido bueno es que la historia tuviera un clímax fuerte y menos extenso. Tal vez un libro de esta magnitud puede jugar en contra a la hora de respetarlo o traicionarlo en la pantalla grande.
Después del éxito, no sólo en la taquilla convirtiéndose en la película de terror más vendedora, sino también por la respuesta que tuvo en el público, la llegada de esta segunda parte que concluyera la historia era más que un hecho lógico y esperable. Pasaron 27 años de los sucesos que vimos en la película anterior con Pennywise y “los loosers». Ellos hicieron la promesa de que si It volvía, ellos también lo harían para enfrentarlo una vez más. It volvió y ellos también. Uno de los aciertos en It: Capítulo 1 fue el casting, los chicos de la primera película se lucieron, ahora era el turno de que el casting de adultos haga lo mismo (mezclando pasado y presente en la película). Para It: Capítulo 2 la primera en sumarse fue Jessica Chastain, así fueron llegando el resto como James McAvoy y Bill Hader. Detengámonos un poco en Bill Hader, por que sin dudas es el que más destaca en It: Capítulo 2. Ya sea por su personaje (Richie), por sus capacidades o por la generosidad de Muschietti, es quien tiene las mejores escenas, mejores diálogos y quien genera mas empatía con el espectador. Una vez más el director vuelve a acertar en el casting elegido y, con los créditos ganados en la primera parte, en esta continuación se da todos los gustos, cinematográficamente hablando. Podrán leerlo en otras criticas, o en entrevistas, pero no me voy a detener en contarles quiénes, cómo y qué sorpresas preparó Muschietti. Me parece mas interesante que lo descubran por ustedes mismos en el cine. Cuando hace unos años vimos el Pennywise de Bill Skarsgard fue una de las mas gratas sorpresas de la película. En It: Capítulo 2 por supuesto que está el personaje y tiene escenas escalofriantes y con la tensión bien marcada. Queda la sensación de que hay poco “payaso” y más “monstruos”, pero esa crítica ya no seria al director sino a Stephen King que escribió la novela. ¿Es It: Capítulo 2 mejor que la antecesora? ¿A quién le importa? ¿It: Capítulo 2 funciona como película de terror y va un poco más allá del género? Sin dudas que sí, es sobre los vínculos, las amistades, el compromiso, el lugar de pertenencia y mucho más. La excusa para muchas cosas es Pennywise, pero podría haber sido un fantasma, un hombre lobo o simplemente un cumpleaños. Con It: Capítulo 2 Muschietti reafirma, luego de Mamá e It: Capítulo 1, que el género le sienta bien. Igual se vienen nuevos proyectos para él, en un futuro cercano, y probablemente sean fuera del género, un lugar donde será interesante verlo para que siga demostrando lo que hasta ahora tan bien hizo.
"Si alguna vez regresa, nosotros lo haremos" aseguran los integrantes de El Club de los Perdedores, el grupo de chicos de Derry que han crecido y abandonado el pueblo luego del enfrentamiento con el Mal, corporizado en el temible payaso Pennywise. En It Capítulo 2, la película basada en el libro de Stephen King, el miedo dice presente veintisiete años después en esta superproducción nuevamente dirigida por el argentino Andy Muschietti, un gran conocedor del género que explota al máximo el material que tiene entre manos y lo hace volar en diferentes direcciones. Ya desde el comienzo, con una pareja gay castigada por un grupo de jóvenes y el famoso payaso que aguarda el momento indicado para cautivar y "cuidar" a una de las víctimas, la película hace alarde que se viene un final a todo trapo, más sangriento y siempre con las cuotas de terror, ternura y nostalgia que acompañan a los castigados personajes. El juego del "cine dentro del cine" asoma cuando el guionista Bill -James McAvoy- no suele encontrar buenos finales para sus historias y tampoco puede esconder su tartamudeo; Beverly -Jessica Chastain- intenta escapar de una relación violenta; Richie -Bill Hader-, un cómico de Stand up, tiene lagunas mentales frente a su público...y así se van presentando los personajes adultos que conocimos de adolescentes en la primera entrega. Todos reciben el llamado de Mike -Isaiah Mustafa-, el único que se ha quedado en el pueblo y los convoca para combatir el Mal que se expande en el lugar ante las nuevas desapariciones de niños. La película, que cuenta con un sólido elenco que lleva adelante los miedos más intensos y profundos y las fobias que arrastran desde la niñez, desarrolla esas situaciones en forma minuciosa y en secuencias de terror diurno -la estatua que cobra vida y la anciana monstruosa- que encuentran una buena resolución en lo que a vértigo y suspenso se refiere. Las casi tres horas de proyección se disfrutan sin obstáculos porque la historia propone un sube y baja constante -como en el parque de diversiones- y un túnel de espejos donde el terror se potencia y adquiere formas espeluznantes. Ellos están de vuelta y se juntan en un restaurante chino después de años sin verse pero unidos nuevamente con un único objetivo. Entre un suicidio, una alcantarilla que enfrenta al propio Bill con el recuerdo de su hermano desparecido y también con él mismo años después en un sótano amenazante; un afiche de la película Tienes un e-mail y una evocación constante por épocas que no vuelven, It Capítulo Dos resulta siniestra, atrapante y exalta los vínculos de la amistad hasta las últimas consecuencias. Claro que tampoco faltan las sorpresas y el cameo con alusión "argentina" en esta historia que alterna pasado y presente, un ritual indígena y el elenco adolescente haciendo anclaje en un presente caótico. "Hay gente que recuerdo haber olvidado" aseguran y también hay monstruos que nunca mueren en esta propuesta que hay que ver como una unidad, más delirante, juguetona y ambiciosa pero con el mismo espíritu siniestro que la convirtió en una marca registrada.
Catalogada como la película de terror más taquillera de la historia, IT (2017) logró el visto bueno no solo de la crítica especializada sino la alegría y la confianza de uno de los fandom más difíciles de conquistar: los amantes del universo literario de Stephen King. A pesar del cariño nostálgico por aquella miniserie de 1990 que había sembrado millones de pesadillas (con el tiempo transformadas en memes), en gran medida gracias a la inolvidable labor de Tim Curry, lo cierto es que la historia del payaso maldito no había envejecido nada bien y la novela más popular del Rey del Terror seguía pareciendo imposible de llevar a la gran pantalla. Tras algunos cambios en la narrativa, récord de taquilla y una inesperada y beneficiosa reacción del público, al director argentino Andy Muschietti aún le restaba el complicado trabajo de adaptar la segunda mitad, quizá la menos interesante, de la novela de 1500páginas de King. Para sorpresa de todos, Andy logró redoblar la apuesta con una meticulosa producción y ya podemos afirmar sin ninguna duda que estamos ante uno de los filmes terroríficos mejor ejecutados del año. 27 años después de haber enfrentado al payaso asesino Pennywise, el Club de los Losersregresa al pueblo de Derry con el fin de reencontrarse y compartir los recuerdos de una adolescencia marcada por la muerte. Convocados por Mike, el único de los miembros que nunca logró abandonar la ciudad, los viejos amigos descubren que la historia está volviendo a repetirse: otros niños han comenzado a desaparecer misteriosamente y todo indica que el mal sigue acechando en las calles. Juntos, deberán hacerle frente a sus miedos más profundos si quieren desterrar de una vez y para siempre al espeluznante monstruo de las alcantarillas. La segunda parte de IT nos presenta a aquellos entrañables 7 protagonistas convertidos ahora en adultos atormentados por los traumas de un pasado que ha terminado afectando tanto sus proyectos, su vocación, como su vida social y familiar. Interpretados por James McAvoy como Bill, Jessica Chanstain como Beverly, Bill Hader en el rol de Richie, Isaiah Mustafa como Mike, Jay Ryancomo Ben, James Ransone como Eddie y Andy Bean en el papel de Stanley, el team de los losers parece no haberse separado nunca: un par de copas y la química renace entre ellos. Incluso, no estaríamos exagerando si dijéramos que se siente mucho más fresca y realista que la del elenco juvenil de la primera parte. El reparto es verdaderamente la gran joya de esta película y se nota un excelente trabajo actoral a la hora de imitar los gestos y los rasgos muy definidos de la personalidad de cada personaje. Las inclusión de escenas inéditas de los niños logran conectarnos nuevamente con los temores ocultos y se intercalan a la perfección con las vivencias de los adultos. Mención especial para Bill Hader, quien se roba la pantalla con su carisma y ocurrencias, típicas de Richie, y Jessica Chanstain, que aquí es de las que carga con el mayor peso dramático. La película, que en Estados Unidosobtuvo clasificación R por su destacada violencia, es mucho más oscura que su antecesora y la mayoría de las escenas perturbadoras cuentan con un majestuoso uso de efectos digitales. El Pennywise de Bill Skarsgård aquí se mueve y toma diversas formas grotescas de modo tan realista que resulta aterrador incluso quitándole los jump scares que acompañan sus escenas. IT: Capítulo 2 también presenta momentos emotivos y de profundidad narrativa que la convierten en toda una epopeya de la amistad. Un gesto notable para un relato donde queda claro que la adolescencia representa los mejores y peores episodios de una vida, y quizá en esa composición se encuentre la magia. Los fanáticos de Stephen King en Argentina se llevarán una peculiar sorpresa con el tan comentado cameo del escritor de Maine, uno que quedará para la historia seguramente. Podemos decir que IT: Capítulo 2 es la adaptación que necesitábamos, tanto desde lo visual como por las actuaciones, el guion y el respeto que se ha tenido por la historia. Una película completa, disfrutable, con un ritmo trepidante que jamás decae en sus casi 3 horas de duración.
Tras más de veinte años de letargo, los asesinatos en Derry comienzan a suceder de nuevo, siguiendo un conocido y horripilante patrón. Mike decide que es hora que El Club de los Perdedores cumpla la promesa de volver al pueblo natal, si es que Eso volvía a hacerse presente. Después del tremendo hype creado por la primera entrega, y la posterior aceptación de que no estábamos ante una maravilla, llega a nuestros cines la conclusión de esta duología que intenta adaptar la obra magna de Stephen King. Y por desgracia, el sabor de boca que nos deja es bastante amargo. Primero hablaremos de It: Capitulo 2 como película en sí. Y es que en una época donde nos inundan films plagados de screamers, el hecho de que Andy Muschietti no use otro recurso que el ultimo citado, asombra bastante viniendo de alguien que tiene un nombre en el género y es considerado por algunos como uno de los mejores. Pero no solo nos molesta el abuso de dicha herramienta; sino que la construcción de esos screamers se vuelve hasta previsible, con todas las situaciones siguiendo el mismo patrón de aparición de Pennywise, que desaparezca de golpe, y en el contra plano tenerlo parado detrás del protagonista de la escena. Lo dicho, sorprende bastante la vagancia a la hora de pretender asustarnos. Pero esto no es el único punto negativo. Derry se sigue sintiendo un pueblo fantasma, y salvo en contadas ocasiones, veremos deambular a nuestros protagonistas por calles desérticas. Incluso secuencias en un hotel donde no hay ni recepcionista. A esto debemos sumarles que a nivel guion, se decidió acercar el producto un poco más a la novela, pero esto da como resultado, más de una contradicción argumental con lo visto en la primera parte; sobre todo en lo referente a Mike, personaje que termina de ser destrozado en esta ocasión. Pero no todo es malo en It: Capítulo 2. El cast adulto está muy bien elegido, con cada uno de los integrantes siendo muy parecidos a sus yo de pequeños. Lo mismo que lo bien que esta trabajada la relación entre Beverly, Bill y Ben; algo que habíamos visto en la primera entrega, y que ahora con todos ya mayores, vuelve a funcionar a la perfección. Pero si de cosas positivas hablamos, es menester dedicarle un párrafo a Bill Hader. El actor que nos tiene acostumbrados a la comedia, se roba la película en cada participación, aun teniendo en cuenta que el peso dramático del grueso de la trama no recae en él. Incluso, estamos ante uno de los pocos cambios que mejoran aspectos de la novela; dándole una arista más a su personalidad, que termina por darnos el mejor personaje de toda la cinta. It: Capitulo 2 es una película mediocre. Y lo decimos con dolor, porque como fanáticos de la novela que somos (y que no juzgamos el proyecto como adaptación, porque ahí la crítica hubiera sido aún más lapidaria) queríamos ver una buena película de la mejor novela escrita por Stephen King. Por desgracia, tendremos que seguir esperando a alguien con ganas de no hacer otro film genérico de terror pochoclero actual.
Ya con la primera parte de la película, la más vista en materia de cine de terror, logró la proeza de elevar mucha el nivel del género, a ese grupo de chicos aterrados, perdedores pero cuando era necesario valientes, la vida los ponía a prueba de pánico, horrores y una dimensión del mal al límite de los soportable. En esta segunda parte, ubicada 27 años después Andy Muschietti, con su guionista Gaby Dauberman y su elenco con estrellas despliega sus alas a un nivel operístico de la oscuridad, tensando las heridas nunca cerradas de este grupo de adultos. Descubrir a un padre abusador, los desprecios del amor, la cobardía extrema de una pesadilla que jamás abandonó a nadie, son oscuridades humanas que pesan y mucho, miedos no resueltos, tajos profundos y sensibles como la más pesada carga. Cada uno de ellos revivirá su propio infierno, quizás más difícil que luchar juntos. Mientras tanto ese payaso de Bill Skarsgärd logra dimensiones abominables literales, alimentado por las debilidades humanas. Con el grupo de niños, rejuvenecidos digitalmente, para que tengan los rostros de la primera entrega, y los adultos Jessica Chastain, James McAvoy, Bill Hader, Isaiah Mustafa, Jay Ryan, James Ransone y Andy Bean, caminando en los tiempos del pasado y el presente. El film es sólido, entretenido, aterrador, con la dimensión de los peores miedos nocturnos, y un despliegue visual y de efectos especiales que constantemente sorprenden al espectador. Para los cinéfilos y fanáticos hay cameos y detalles, homenajes especiales, guiños y bromas. Una suerte de pequeños obsequios para quien descubra valorarlos. Andy Muschietti no le teme a lo grandilocuente, lo sabe utilizar y dosificar, con una fotografía que viste cada escena, un diseño de producción que logra en los momentos adecuados los acordes disonantes y el sobresalto del miedo. Una segunda parte que para los fanáticos e iniciados es un verdadero plato fuerte.
It Capítulo Dos Pesada es la corona. Destronar a El Exorcista como la película de terror más taquillera de todos los tiempos fue un honor –merecido, más no superior– que no vino sin sus consecuencias. Por anticipable que haya sido desde el vamos la llegada de It Capítulo Dos, continuar la historia de los Losers en la adultez y repetir lo logrado por sus versiones adolescentes, iba a ser un duro desafío, incluso con el probado tino y agallas narrativas de Andy Muschietti, y teniendo entre los Losers adultos a destacables talentos actorales. Sin embargo, no se trata de romper un récord, sino de contar una historia lo mejor posible. Aunque It Capítulo Dos esté a la sombra de su antecesora, eso no quita que estemos ante una propuesta bastante lograda en cuanto a emociones y valores de entretenimiento. El olvido de la niñez Bill Denbrough ve cómo en su adultez todos renunciaron a sus principios. Esto plantea la tesis de que dejar la niñez no solo significa dejar la inocencia, sino también otras bases como la honestidad, cosa que no encuentra en su esposa pero sí en Beverly. La adultez es un terreno de compromisos, y no pocas veces ello pone en riesgo un mandato tan importante como el ser fiel a uno mismo. A ese niño que uno fue, a esa mirada pura, a la defensa de su postura sin tomar en cuenta las consecuencias; siendo la consciencia creciente y predominante de estas el verdadero significado de las responsabilidades adultas. Ese olvido de la niñez dejará de serlo en el contexto de una búsqueda del tesoro, donde cada uno de los protagonistas encuentra un tótem de particular significancia emocional para ellos. Esta búsqueda es abarcada con un ritmo ágil, donde siempre hay algo que confrontar, ya sea física o emocionalmente. Una confrontación donde -naturalmente- Pennywise se aprovecha del temor particular de cada uno de los losers, pero en esta oportunidad con una diferencia. En la primera película los temores de los que se aferraba Pennywise eran los típicos e irracionales que puede tener un niño. En esta segunda parte, están más arraigados en el miedo adulto, incluso se podría decir el miedo adulto por antonomasia: la culpa, el remordimiento, el no ser suficiente. Las prisiones e infiernos que uno mismo se crea. El gore dice presente desde la primera escena como en la primera parte, ese gore valiente que rehúsa cualquier elipsis, donde nadie se salva por pequeño o adulto que sea. Si te agarra el payaso te desangra, y se ve con un lujo de detalles que eriza la piel. El pasado de Pennywise, su origen, es mencionado, sugerido incluso, más no profundizado para no quitarle protagonismo a lo que verdaderamente cuenta en esta historia: el miedo, confrontarlo, entenderlo y -si se quiere profundizar- en cuestiones tales como perdonarse y aceptarse a uno mismo. Pero si de pasado nos ponemos a hablar, si hay una contra que achacarle al film es que depende mucho del éxito cosechado por el primer capítulo. Siendo este un final donde predominan las inquietudes y los miedos adultos, uno podría preguntarse qué cabida tienen las versiones adolescentes en esta segunda historia. Por crucial que sean a la búsqueda del segundo acto, uno no puede dejar de planteárselo.
"IT: capítulo 2", el regreso del payaso maldito La versión adulta del Club de los Perdedores, 27 años después, no logra reeditar la química que se producía en el seno de aquel combo de pibes. La segunda parte de IT , que completa la adaptación de la popular novela de Stephen King, es uno de los títulos más esperados de 2019. En especial en la Argentina y no solo por cuestiones cinematográficas. Es que Andy Muschietti, su director, es el primer compatriota en triunfar en el Hollywood moderno, convirtiendo al capítulo inicial en uno de los blockbusters más redituables del cine en su historia. El dato, que fuera de contexto es solo una curiosidad estadística, tiene su correlato en las virtudes de un film que superaba la media de un género difícil como el terror y, al mismo tiempo, confirmaba a Muschietti como un cineasta con capacidad para jugar en la Champions de la industria. IT Capítulo 2 ubica su acción 27 años después de los hechos ocurridos en la película anterior. Los siete adolescentes del Club de los Perdedores son ahora adultos exitosos en sus vidas profesionales, pero no tanto en el terreno personal. La duplicidad queda plasmada en la secuencia inicial, cuando Mike, el único del grupo que aún vive en el pueblito donde crecieron, llama a cada uno para decirles que el ente maligno que se manifiesta a través de Pennywise, el payaso asesino de niños, ha vuelto a aparecer y que deben regresar para volver a enfrentarlo todos juntos, como prometieron a los 13. “La gente cree que recuerda lo que quiere”, dice una voz en off, recitando un texto que oficia de prólogo. “Pero a veces somos lo que quisimos olvidar”, remata. La memoria es un elemento fundamental en la estructura de esta segunda parte. Será a partir de ella, de recuperarla y de tratar de hacerle honor, que estos adultos podrán enfrentarse a sus propias inseguridades y temores, apoyados en aquella amistad sólida que construyeron en la infancia y que el paso del tiempo ha ido disolviendo. Lo mejor del Capítulo 1 surgía de la sensibilidad con que Muschietti abordaba el vínculo entre esos chicos y la forma en que le hacían frente al traumático fin de la infancia, del cual el sádico payaso se volvía una metáfora explícita. IT Capítulo 2 juega a poner en paralelo aquella crisis de la adolescencia con esta de los 40, 27 años después. Pero la versión adulta del Club de los Perdedores no logra reeditar la química que se producía en el seno de aquel combo de pibes y por eso el guión vuelve al pasado con insistencia. Para tratar de encontrar allá lo que no termina de surgir en el presente del relato, exponiendo una “desconexión” que se traslada a la estructura narrativa. Las historias de los personajes adultos recorren la película de forma demasiado autónoma, cada una por su propio andarivel. Por su parte la escena final parece un “remake” del final del primer capítulo, como si los 169 minutos de duración fueran un exceso que dejó a todo el equipo sin ideas. Eso y algunos cabos sueltos lastran a IT Capítulo 2 con una lista de cuentas pendientes que ni los simpáticos cameos de un par de cineastas de estirpe cinéfila, ni otras sorpresas que la película incluye, consiguen equilibrar. A pesar de todo, el crédito de Muschietti sigue abierto.
Secuela del filme "It", basado en el libro de Stephen King, que el argentino Andy Muschietti dirigiera hace dos años con un gran éxito internacional, la película vuelve con varios de sus actores y, por supuesto, con el payaso Pennywise. Pasaron 27 años y la ciudad de Derry sigue con su récord de asesinatos y desaparecidos. Pero uno de aquellos chicos, Mike (Isahia Mustafa), que integraba el Club de los Perdedores y enfrentó al "payaso asesino" con los demás, siente que todo vuelve a empezar. El es el único que se quedó en Derry, por lo que su llamado es una orden para los otros. Y así vuelven los amigos. Uno, escritor de policiales, Bill (James Mc Avoy); la chica del grupo (Jessica Chastain) convertida en diseñadora de modas, y el DJ Richie (Bill Hader), aquel que usaba anteojos. También está Ben (Jay Ryan), ahora arquitecto y flaco (antes su gordura provocaba acosos); Stanley (Andy Bean), hijo de Eddie (James Ransome), será también de la partida. El filme retoma al grupo de protagonistas y a través de flashbacks que recuerdan momentos de la historia personal de los chicos, mantiene el puente con el pasado que de alguna manera revive experiencias personales que se convirtieron en traumas y los acompañan aún hoy. Así, Beverly conserva la figura del padre abusador, en pareja con un tipo que la maltrata y del que huye, y Richie no puede evadir el pánico, todavía hoy, en el mundo del espectáculo. CON EXCESOS "It Capítulo 2", a pesar de mantener el interés, peca de desmesura en los efectos especiales, y en la duración del filme: dos horas y cuarenta y siete minutos. Todo se vuelve un poco denso y reiterativo, aunque la figura siniestra de Pennywise sigue manteniendo su cuota de inquietud y maldad. Atrás quedaron la sugestión de los globos rojos, que aún flotan en el aire, o esa atmósfera tan propia que unía a los chicos de pueblo contra un peligro común. Aunque la espeluznante escena del barco de papel y el pequeño George, una verdadera secuencia de terror en la primera parte, ahora se transforma en la escena con la niña que se pierde entre las gradas o la del laberinto en el "cuarto de espejos" del parque de diversiones. Buenos actores nuevos conviven con los de la película anterior. Jessica Chastain, la protagonista de "Mamá", el inicial éxito en cine de Muschietti, interpreta a Beverly, y Sophia Lillis, su versión adolescente. La joven es una nueva promesa del mundo del cine y estrenará otra versión fílmica de "Hansel y Gretel" el próximo año. Junto a ellas, una de las mayores creaciones del cine de terror, el sueco Bill Skarsgard como Pennywise, el payaso caníbal.
Crítica emitida en radio. Escuchar en link.
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Todos flotan pero sin mucho vuelo. La mente olvida pero las cicatrices recuerdan. 27 años después de los eventos de la primera parte, el grupo de amigos conocidos como “Los perdedores”, debe recordar la promesa hecha y regresar al pueblo de Derry para terminar de una vez por todas con el maléfico ser conocido como Pennywise (Bill Skarsgård). Quien regresa también detrás de cámara (y también delante por un breve momento) es el director Andrés Muschietti en la difícil labor de darle forma a la conclusión. Y si bien su dirección se destaca en cómo les da vida a los personajes y los pone en conjunto dentro de la construcción de mundo, es en lo narrativo donde esta segunda parte encuentra problemas similares a los que sufría en la primera, pero en mayor cantidad. El ahora adulto Bill Denbrough (James McAvoy) es un escritor de novelas de terror con la dificultad de no poder darle buenos finales a sus historias. Paradójicamente, ese pareciera ser el problema para Muschietti en IT: Capítulo 2. Gran parte del encanto y corazón de la primera parte y de la novela de Stephen King, se debe al grupo principal de niños, a la manera en que es captada la amistad de los personajes y el reflejo de una etapa que supone el fin de la niñez y todos los miedos que el crecer conlleva. Si bien este factor la novela de King jamás lo pierde, ya que el autor alterna las líneas del tiempo narrativo para variar entre las vivencias de los personajes tanto en su infancia como en la adultez, es algo que sufre la secuela al centrarse prácticamente en el tiempo presente de los protagonistas, personajes que luego de 27 años y alejados del pueblo en el que crecieron, olvidaron por completo tanto lo bueno como lo malo que vivieron juntos. Todos menos Mike (Isaiah Mustafa), el único en quedarse en Derry y el encargado de reunir a todos una vez que Pennywise vuelve a atacar. Los condimentos del relato original se hallan presentes, con algunos cambios que varían entre los que favorecen a la historia y los que no, pero es la falta de naturalidad en la manera en que se escogen narrarlos lo que hace que en su desarrollo los eventos pierdan fuerza y encanto. A su vez, esto se aplica a la química entre el elenco adulto, donde si bien está justificada la ausencia de carisma entre sí y en una amistad a flor de piel al tratarse de gente más grande, ni siquiera cuando el relato recupera la vieja camaradería logra trasladarse a las interpretaciones. Esto sucede con gran parte de los personajes, a excepción Richie (Bill Hader), ya que tanto su versión del pasado (interpretada por Finn Wolfhard) como la del presente son la mejor construcción de personaje con la que cuenta el film y su director, consciente de ello, le saca el mayor provecho posible. En la relación entre Bill y Beverly (Jessica Chastain) el film también goza de cierta química encantadora entre ellos, pero así como cada uno de los miembros de “Los perdedores” tiene su momento para lucirse, es en la totalidad del relato que, por más que se intente, solo se trata de un pequeño atisbo de lo que esos lazos significan.., o al menos significaron. La trama continúa siendo una oda a la amistad y a la importancia de enfrentarse a los miedos, y el film goza de grandes ejemplos de dichos momentos, pero cuando lo hace se ven mayormente ligados a los recuerdos protagonizados por el elenco joven, que a los protagonistas adultos de esta segunda parte. Muschietti, siendo también conocedor de lo que mejor sabe hacer, incluye de manera elegante y con originales transiciones un vistazo a la época olvidada y que los protagonistas poco a poco vuelven a recordar. Regresan los recuerdos y con ellos los sentimientos y el valor de sus personajes. Al igual que en la entrega de 2017, lo que menos resalta de este film de horror son los momentos escalofriantes. Algunos de ellos están construidos y desarrollados en torno a una increíble atmósfera inquietante. Así ocurre con la secuencia inicial en la cual vemos a una pareja gay siendo atacada para luego uno de ellos terminar siendo víctima de Pennywise, o el momento en que el payaso devora a una pequeña niña atraída hacia él por medio de la manipulación. Pero en gran parte del metraje se vuelve a repetir el problema de que los sustos se dan por turnos individuales, cada uno con una referencia al protagonista en cuestión que es atacado. Así, esto vuelve inevitable que, por más buena que sea la construcción de la escena, el film caiga en un ritmo episódico, reiterativo y predecible. De esta manera, IT: Capítulo 2 resulta un film con mucho encanto y que se destaca todavía más cuando el ritmo y los personajes acompañan de gran manera lo bello de su búsqueda y mensaje. En el camino, al igual que los protagonistas, sufre de muchos inconvenientes que se relacionan a cómo están dispuestos los eventos y el reiterado efectismo de sustos que están allí para justificar más que nada que se trata de un film de terror que en construir mejor el trasfondo y contexto del villano. Muschietti dirige un film un tanto problemático que, cuando apela a su potencial, saca lo mejor. La fuerza y el corazón con la que alcanza el punto final de su segundo capítulo deja ver a fin de cuentas que Muschietti no sufre del problema de Bill para lograr un buen final, pero tal vez sí del tartamudeo del personaje en la manera de desarrollar el film en su totalidad.
Continuación del éxito de 2017,"It: Capítulo Dos", de Andy Muschietti, regresa al pueblo para que sus personajes enfrenten a sus demonios definitivamente. La pasión por el género que su realizador demuestra en cada toma, sumado a un puñado de correctas decisiones, la convierten en un delicioso combo de terror y pochoclo. La difícil tarea de regresar con la vara alta. En 2017 el realizador argentino Andy Muschietti logró un hito dentro del cine de género. Finalmente había conseguido llevar a la pantalla grande una de las novelas más célebres del autor de género de terror que más veces fue adaptado al cine y la TV junto con Edgar Allan Poe. It era recordada por el fandom de Stephen King como la novela más grande e inclusiva del autor, aquella en la que podemos encontrar todos sus elementos, casi un viaje iniciático. Para quienes no son amantes de la literatura, la miniserie de 1990 dividió aguas, pero sin dudas se convirtió en un clásico de culto con un personaje ícono del género como el payaso interpretado por el genial Tim Curry. Muchos años había estado el proyecto de llevar la novela al cine, y nadie se animaba al desafío. Muschietti, que venía de la personalísima "Mamá" lo aceptó, y entregó uno de los films de terror (por lo menos mainstream) con mejores calificaciones tanto de crítica y público, de los últimos años, generó un nuevo culto, y finalizó su recorrido, no solo como un taquillazo más, sino como el film de terror de mayor recaudación de todos los tiempos. Andy aprobó sobresalientemente una gran prueba, pero lo verdaderamente difícil estaba por venir. It es un proyecto de dos capítulos. Con el primero había incertidumbre y algo de escepticismo, nadie se esperaba todo lo que ocurrió. Ahora las cosas son diferentes, todas las esperanzas están puestas en igualar o superar lo visto, una vara altísima; y los conocidos (de la novela o la miniserie) lo saben, la segunda parte de la historia no es tan potente como el inicio, detalle para nada mínimo. Dos años pasaron de la primera película, pero veintisiete años pasaron en Derry, desde que en 1989 el grupo de Los Perdedores enfrentara al mal subyacente en el pueblo encarnado en la figura del payaso Pennywise (Bill Skarsgård). Los siete habían pactado con sangre regresar para otra batalla si Eso regresaba. Pero el tiempo pasa inexorablemente para todos. Tras una impactante y terroríficamente maravillosa primera escena queda establecido que Pennywise acecha otra vez en Derry. Mike (Isaiah Mustafa), el único de los siete que se quedó en Derry, de inmediato contacta telefónicamente a los otros seis, pero algo sucedió. Todos tienen presentes oscuros, con traumas, pero salvo Mike, ninguno recuerda demasiado de su paso por Derry, y menos del enfrentamiento con el payaso y el horror vivido. En lo que comienza siendo una cena de reencuentro y camaradería, pronto todos irán recordando y llenando los baches de su memoria que los llevó al presente gris que viven, y a la realidad de que nuevamente deberán unirse para combatir. Tal como lo había hecho hace veintisiete años, Pennywise se encargará de atemorizarlos nuevamente, uno por uno, haciéndolos sentir débiles e indefensos otra vez, oponiéndoles sus más fuertes temores, sus demonios internos. En definitiva, de eso se trata It. Si en la primera entrega quedaba claro que todo era una analogía para hablar de un pueblo sórdido en el que los niños debían enfrentar las zonas oscuras de sus vidas marcadas por personajes adultos; ahora los adultos son ellos, que cargan con las sombras de un pasado irresuelto que no los abandona, y poco a poco irán recordando. Toda la podredumbre de Derry volverá a salir a la luz para que finalmente se le ponga un fin y no sólo se esconda la tierra bajo la alfombra ¿Qué ocurrió primero el huevo o la gallina, Pennywise convierte a Derry en un pueblo salvaje, o es ese pueblo humanamente endemoniado el que engendró una personificación como Pennywise? Es claro el amor de Andy Muschietti por el cine de los ’80. La primera entrega recreaba ese tono de pandilla infantil, algo melancólica, de "Cuenta Conmigo", otra película basada en un texto de Stephen King. Esta segunda parte, mantiene un espíritu más similar al de la miniserie de 1990, con los adultos recorriendo las calles de Derry y adentrándose en flashbacks o pesadillas que los llevarán otra vez a la etapa de la niñez en un ida y vuelta de espejos permanente. El ritmo es menos fluido, y en parte, a eso se deben sus casi tres horas de duración. Pero lo que pierde en fluidez por los constantes saltos en el tiempo, lo gana en una cohesión y pesadez dramática muy superior. También es más fiel al espíritu del autor, acostumbrado a crear dramas personajes que acarrean el terror de sus historias. It: Capítulo Dos construye terror desde la mejor fuente, el drama. Abundan los jump scares como en una montaña rusa, y hay bastantes espantos de CGI (afortunadamente funcionales a la historia y de una hechura perfecta). Pero sí estos golpes de efecto son efectivos para sacudirnos constantemente, es porque Muschietti creó el clima ideal para introducirnos en la historia. Es fácil sentir empatía por Beverly (Jessica Chastain/Sophia Lillis), Bill (James McAvoy/Jaeden Martell), Richie (Bill Hader/Finn Wolfhard), Ben (Jay Ryan/Jeremy Ray Taylor), Eddie (James Ransone/Jack Dylan Grazer), Stanley Uris (Andy Bean/Wyatt Oleff), y Mike (Mustafa/Chosen Jacobs). Cada uno enfrentó y enfrenta sus demonios como puede, con personalidades y traumas diferentes, y hasta alguno no pudo enfrentarlos. "It: Capítulo Dos" también nos hará pensar sobre esos hechos que nos marcaron y cómo lo resolvimos, de frente, o eludiéndolos. La atmósfera generada es tan opresora, tan angustiante, que cuando llueve la catarata de sustos, uno siente el frío corriendo por la espalda, el agobio de la desesperación. Repito, la primera escena es tan arrasadora dramáticamente que nos deja con la boca abierta sintiendo real terror sobre lo que va a ocurrir a continuación, y desde allí no nos suelta. El elenco de adultos y chicos también tiene un desafió complejo al tener que transmitir toda esa angustia en la pantalla. Muschietti maneja al conjunto con armonía, y hace que los rendimientos sean parejos correctos; si bien queda en el debe un desnivel en la cantidad de participación de unos y otros. Especialmente, Hader, Chastain, Ransome, Lillis, Ray Taylor, Oleff, son quienes más se lucen por poseer mayor cantidad de escenas dramáticas. Pennywise también creció como personaje, muestra aristas, debilidades, y se conoce más de su historia. Al igual que en la primera, Skarsgård no intenta imitar a Curry, crea una criatura propia, espeluznante, y se gana al público, "It: Capítulo Dos" nos tiene preparado un sin de homenajes que van desde apariciones especiales, de actores, autores y directores, además de algún signo que en estas pampas nos hará reír un rato. Pero también en forma de referencias a clásicos del género, sobre todo de la década del ochenta, algunas más perceptibles que otras, "The Funhouse", "Halloween", la propia miniserie de "It", y toda la saga de "Pesadilla" (con especial cariño, abrazo, y reivindicación para la segunda parte de esa saga 2) están ahí, como homenajes que no son un anzuelo, se insertan en la historia y nos hablan de un verdadero amor los buenos clásicos, no necesariamente los más conocidos. Las tres horas de "It: Capítulo Dos" se sienten menos de lo que parece, el film atrapa y nos aferra a la butaca, y ofrece un gran entretenimiento de alta escala que jamás aburre, aunque la historia avance más o menos. No importa si los hechos son o no de avance hacia el final, todo suma, nada sobra, va creando clima y presión para lo que será un tercer acto explosivo a pura vibración. Este producto demuestra tener a un gran realizador del género detrás, aquel que sabe dejar su huella aún en un producto inmenso de estudio. Esta segunda parte afronta nuevos desafíos, y Muschietti los esgrime con soltura y talento. Este es uno de los grandes y mejores estrenos pochocleros y de terror mainstream de los últimos tiempos. Háganle frente en la sala más cercana.
It: Capítulo II Llega la secuela de It, titulada It: Capítulo dos perteneciente a la nueva versión cinematográfica de la novela de Stephen King. La película es nuevamente producida y dirigida por los hermanos argentinos Bárbara y Andy Muschietti, y es muy esperada por sus admiradores, sobre todo adolescentes, a nivel internacional Por Denise Pieniazek “En Derry, olvidar la tragedia y el desastre era casi un arte…” Stephen King (1986). Recordemos que la primera parte It (2017) se estrenó veintisiete años después que la miniserie televisiva It: El payaso asesino (It ,1990), porque como es sabido “It” o en una de sus formas visibles el payaso “Pennywise” regresa a la ciudad de Derry cada veintisiete años. La secuela en cuestión, titulada It: Capitulo Dos (It Chapter Two, 2019) está situada cronológicamente, por esa misma razón en 2016 en donde todos los niños que conocimos en la primera entrega ambientada en 1989 ya son adultos. Después de un prólogo que vuelve a ahondar en la temática de la xenofobia, la homofobia y el bullying, Mike que es el único que continúa viviendo en Derry es el encargado de avisarle al resto de sus amigos que han partido que Pennywise está de regreso asesinando gente. No es casual que sea Mike quien vuelva a reunir al “Club de los perdedores”, pues por no haber dejado la ciudad sus recuerdos están más frescos que los del resto y narrativamente hablando, es quien en la niñez fue el último en sumarse al grupo amistoso e inversamente ahora es quien los convoca para cumplir la promesa con la que había finalizado It (2017). Uno de los aspectos más interesantes en esta historia sigue estando aquí presente, y es que hay algo putrefacto en Derry ya desde su fundación, “eso” que parece salir de las alcantarillas extendiéndose por toda la ciudad, hasta contaminarla. Aquello que después del enfrentamiento inicial con el “Club de los perdedores” volverá más fortalecido y aterrador que nunca. Y cabe preguntarse si “eso” ha arruinado a la ciudad o si pasa allí porque Derry es un lugar donde desde sus cimientos los adultos son violentos, posesivos o “padres ausentes”, y por ende los niños están totalmente desprotegidos y desprovistos de valores. Al reencontrarse los protagonistas: Mike (Isaiah Mustafa), Beverly (Jessica Chastain), Bill (James McAvoy), Richie (Bill Hader), Eddie (James Ransone), Ben (Jay Ryan) y Stanley (Andy Bean), veremos que ha sido de la vida de cada uno de ellos. Además, en relación a lo mencionado anteriormente, los traumas que estos niños han padecido muestra sus secuelas emocionales en la adultez. Por ejemplo, el personaje de Eddie está casado con una mujer con actitudes sobreprotectoras muy similares a las de su madre, y Beverly está en pareja con un hombre que ejerce la violencia de género igual que lo hacia su padre. En consecuencia, lo cíclico está presente en todo momento, no sólo desde el regreso cada veintisiete años de Pennywise, sino también en la repetición de conductas y patrones dañinos, así como también desde la composición visual a través de las aberturas circulares. Es por ello que al regresar a Derry, el relato propone gran parte del tiempo que cada uno de los personajes realice su búsqueda individual para reencontrarse a sí mismos. A través de dicha experiencia, deberán enfrentar los miedos del pasado para poder confrontar nuevamente todos juntos al gran monstruo y sus constantes metamorfosis. A partir de allí habrá una alternancia entre el presente y el pasado de cada uno de ellos a través del recurso del flashback. Algunas escenas de la infancia pertenecen a escenas de la primera entrega y otras de la niñez se conocen por primera vez en esta segunda parte. La película puede dividirse estructuralmente en tres actos, un primer acto con un prólogo y el reencuentro y presentación actual de los protagonistas. Un segundo acto en el cual cada uno debe individualmente recordar su pasado y con ello sus traumas. Por último, un tercer acto coral en el que los protagonistas se unen para enfrentar a Pennywise y que por supuesto representa el desenlace del relato. Al respecto puede decirse que el primer acto y parte del segundo resultan entretenidos, intrigantes y atrapantes, pero que lo siguiente es algo repetitivo y el crescendo de su desenlace resulta muy exagerado y por ende el relato pierde potencia, y en consecuencia verosimilitud. En adición, a pesar de que el director Andy Muschietti es muy cuidadoso con el uso del CGI (Computer-generated imagery) es notorio que en el desenlace éstos efectos digitales son algo excesivos o quizás el desencadenamiento de metamorfosis de la morfología del monstruo no está tan bien logrado y por eso causa esa impresión. Quizás el director haya decido proponer esta estética porque en palabras suyas (durante la conferencia de prensa del pasado 21 de agosto) ha querido lograr un “terror surrealista”, no es casual que aparezca sutilmente en un letrero A Nightmare on Elm Steet (1984). En contraposición al tono de la primera película para la cual su director mencionó en la conferencia de prensa del 2017 que había sido influenciado por Stand by me(1986). Este cambio de clima hacia un aumento de la violencia, lo sangriento y lo aterrador se debe a que ahora se trata de los adultos y sus roturas. A pesar de los problemas del final, lo cual es algo frecuente en el cine actual y de menos lograda que su predecesora It: Capitulo Dos posee varios momentos estimulantes a través de su terror que hasta producen el llamado “salto en la butaca”. Asimismo, hay que recalcar el acierto del director y del nuevamente guionista Gary Dauberman en dicha transposición manteniendo la esencia del texto literario, pues pasar de un lenguaje a otro nunca es sencillo. Además, que se celebra conIt: Capitulo Dos una propuesta seria del género del terror dentro de la producción actual, con varios cameos sorpresa a varios artistas para los cinéfilos.
La película carece de humor y tiene en sí una tristeza que no hace más que crecer hacia el final. La extensa novela de Stephen King siempre fue difícil de abarcar. Por eso dos películas, y por eso, aunque volaron subtramas y personajes, esta segunda (que narra qué pasa con los “perdedores” niños del primer film en la adultez y en su encuentro final con el monstruo Pennywise) dura casi tres horas. Por eso y por otra razón: a Muschietti le interesan mucho más los personajes que el terror, aunque sin dudas tiene talento para producir escalofríos. Entonces los sigue, los escucha, los retrata, los hace vivir y, sobre todo, sufrir. Porque “It” –como un todo– es más sobre el dolor, la pérdida y lo que aúna ambas cosas (el paso del tiempo) que sobre la lucha contra el Mal personificado. Así, incluso si uno de los personajes es un cumplido standapero (extraordinario trabajo de Bill Hader), la película carece de humor y tiene en sí una tristeza que no hace más que crecer hacia el final. Por cierto, hay más de una modificación respecto del original pero, y esto es un acierto, son correcciones en el sentido correcto de darle un peso propio al film sin traicionar el espíritu del original, aunque en más de un sentido la duración pesa. De algún modo también la novela adolece de tal problema, y quizás eso aúna a cineasta y escritor: el dolor de alejarse definitivamente de un mundo y de sus criaturas.
“It: Capítulo 2”, de Andy Muschietti Por Jorge Bernárdez Vuelve el club de los perdedores a Derry, el pueblito en el que se enfrentaron a Pennywise, el tenebroso asesino de niños que se viste de payaso. Han pasado 27 años y los asesinatos y las desapariciones volvieron y uno de los miembros del club que se quedó en el pueblo es el responsable de llamar a sus amigos que han desarrollado su vida y la vez han olvidado de casi todo lo que ocurrió 17 años atrás. Los chicos dejaron de serlo y todos parecen haber dejado atrás los días de Derry y por ende, los traumas de aquellas épocas. Los chicos de ayer son representados por un grupo de estrellas de Hollywood: Beverly (Jessica Chastain) es una eficiente mujer de negocios que para volver a su pueblo decide dejar a su marido y socio, Ben (James McAvoy) es escritor y guionista y sacó un libro basado en los sucesos de la infancia, Ritchie (Bill Hader) es un humorista que al momento de tener que volver al pueblo está lanzando un nuevo show Y Micke Hanson (Isaiah Mustafa), es la memoria viviente del grupo que se ha quedado en el pueblo, trabajando de bibliotecario y es quien los llama a todos para darles la mala noticia de que el payaso asesino ha vuelto, Lo que la primera parte de esta película lograba en esta ya no funciona del todo y a pesar de que Bill Hader y Jessica Chastain se ponen la película al hombro y el payaso que interpreta Bill Skársgaard sea terrorífico, el exceso de efectos especiales y de golpes de efecto ahogan el espíritu original y hace que una película que trata sobre cómo derrotar a los demonios de cada uno. Al fin y al cabo aquello que nombra el título no es ni más ni menos que la suma de los demonios, miedos y fobias de cada uno y la gracia del libro es que a pesar de ser sobre un club de perdedores, son capaces de crear una forma de superar todo eso. Alguien decidió que la forma de ganar de los perdedores fuera transformar esta segunda parte en una especie de montaña rusa de emociones, con un ritmo imbatible, eso hay que decirlo, pero que a la vez ahoga el espíritu de aventura que en la primera parte estaba a flor de piel. No es que el argentino Andy Muschietti se haya equivocado, lo que pasa con esta capítulo es que desde la producción quisieron asegurarse el tiro y entregarle al público un producto pensado en todos los detalle, con espacio incluso para algunos cameos sorpresivos y hasta un guiño para los hinchas del Club Atlético Independiente. En un punto It 2 es un producto perfecto pero esa perfección es justamente lo que hace naufragar el resultado final. Como consecuencia de no haber sido consecuente con el espíritu de la historia original -que estaba más cerca al espíritu de una aventura colectiva de superación que de una historia al estilo de la películas de la serie Pesadilla-, todo el asunto resulta aceptable pero deja al espectador con gusto a poco, IT: CAPÍTULO 2 It: Chapter Two. Estados Unidos, 2019. Dirección: Andy Muschietti. Guión: Andy Muschietti y Gary Dauberman. Elenco: James McAvoy, Jessica Chastain, Bill Skarsgård, Jay Ryan, Bill Hader, Isaiah Mustafa, James Ransone, Chosen Jacobs, Jaeden Martell, Sophia Lillis. Producción: Barbara Muschietti, Dan Lin y Roy Lee. Distribuidora: Warner Bros. Duración: 169 minutos.
Game over mi querido Pennywise: el club de los perdedores volvió y aunque estuviste escondido durante 27 años en las oscuridades de las alcantarillas más profundas, nada impedirá que este crew de losers vuelva para terminar lo que empezaron. En esta segunda entrega de IT, Andrés Muschietti (director argentino y de MAMÁ) nos trae a los personajes años después de todo lo ocurrido en Darry. Cada uno formó su vida lejos del pueblo y de los recuerdos, pero uno de ellos se quedó para estudiar a nuestro querido payaso y poder finalmente destruirlo junto a sus amigos. Si la primera parte te gustó, ésta definitivamente te encantará, no solo desde la historia contada por la mente brillante de Andy, sino también por la interpretación de cada personaje. Son todos excelentes tanto los adultos como los niños. La película tiene muchas partes terroríficas con monstruos bien al estilo Muschietti, pero también comedia en los momentos justos sin opacar lo sangriento de la cinta. Andy durante todo el trayecto del film mete guiños argentinos muy bien marcados junto con cameos excelentes y sorprendentes. Si leíste el libro, viste IT de 1986 y la remake de 2017 tenés que ver esta nueva película sin ninguna duda. La historia no aburre en ningún momento y a pesar que continuamente hace flashbacks a la época donde los personajes eran pequeños, esto no marea al espectador. Es un film clásico de terror que no hay que dejar de ver bajo ningún término. Por Keila Ayala
Después de haber alcanzado el récord de taquilla para una película de terror con una recaudación mundial de más de 700 millones de dólares, el director Andy Muschietti contó con un presupuesto mayor a aquellos 35 millones que costó la primera parte. Las sumas se fueron en los espectaculares efectos visuales, en el rejuvenecimiento de todo el cast adolescente para que no se noten los dos años de diferencia entre ambos rodajes y en los sueldos de las tres estrellas que encabezan el reparto adulto de esta secuela: Jessica Chastain, James McAvoy y Bill Hader. El resultado son casi tres horas de puro sobresalto, pánico psicológico y de Bill Skarsgård metiéndose en nuestro inconsciente para futuras pesadillas.
UN MONTÓN DE FINALES Los que tenemos 30 ó 40 conocemos a It por aquella adaptación de 1990 con la actuación icónica de Tim Curry, versión que no ha envejecido del todo bien, sobre todo en cuestiones de ritmo y técnicas. Es, como ya han dicho todas las personas del mundo, una obra generacional, uno de los fundamentos de todos aquellos que llegamos al cine bajo la luz del cada vez más lejano VHS. Lo cual significa, para la industria actual, un público cautivo ávido de una nueva adaptación. En el 2017, la primera parte de esta nueva versión hizo todo bien, apoyándose en algunos elementos de la serie Stranger things (nuevo espejo pop desde el cual hoy entendemos los años 80) y en la habilidad de Andy Muschietti para crear secuencias de terror creativas. Mezcla de CGI y vieja escuela, logró un impresionante aunque previsible éxito comercial que hizo que la segunda parte no sólo fuese necesaria sino urgente, y puso al director argentino en una posición de privilegio. Ahora, dos años después, llega el final con el doble de presupuesto y ambición. Entonces IT: Capítulo 2 retoma la historia 27 años después, y como todos sabemos, el monstruo vuelve y ellos, los protagonistas, retornan a Derry para enfrentarlo. Un elenco excelente para las versiones adultas de los niños de la primera, entre los que destacan la buena de Jessica Chastain, el siempre talentoso e intenso de James McAvoy y Bill Hader que directamente es unos de los puntos altos del film. Luego de una buena primera hora, bien desarrollada y orgánica, llegamos a un midpoint donde se nos explica un plan para destruir al monstruo que implica, detalles argumentales aparte, que todos los personajes deben tener secuencias de terror individuales con Pennywise para luego tener un enfrentamiento final todos juntos, que también contiene secuencias de miedo individuales. Lo que quiero decir es que It: Capítulo 2 tiene un problema de estructura que se termina convirtiendo en un problema de duración. Al avisarnos que lo que se viene es una serie de encuentro random de cada uno de los protagonistas con el monstruo, la película abandona toda posibilidad de sorpresa más allá de la calidad y diseño de cada una de las secuencias que, dicho sea de paso, son desparejas en cuanto a su creatividad pero son visualmente impecables. Con lo cual, luego de la primera hora, la película se convierte en un cronómetro para llegar al final, que es una versión reducida de lo que ya vimos más una serie de escenas que cierran todos los cabos sueltos, y que a quien esto escribe le dio la peor sensación que uno puede tener en el cine: “esto no termina más”. Quizás nos apresuramos al comentar directamente el principal punto negativo de la película, pero también es cierto que los otros elementos rescatables no llegan a levantar esta consideración: ni que la película gane en humor con el buen cameo de Stephen King y la óptima participación de Bill Hader no nos hace olvidar de ese par de subtramas innecesarias que restan a un todo previsible; ni la gran secuencia en la antigua casa del personaje que interpreta Jessica Chastain (que por alguna razón estaba completa en un tráiler) nos rescata de una película que cometió el pecado de aburrirnos.
Con unos cuantos minutos más de duración que la entrega anterior y un presupuesto en millones de dólares otro tanto más elevado, llega la esperada segunda parte de It, dirigida por el argentino Andy Muschietti. Una propuesta que funciona como auténtico festín de sobresaltos y un puñado de buenas ideas de puesta, en el marco de una narrativa coral que se reparte entre los personajes del relato original y ellos mismos devenidos en adultos. Una vez más, el desafío grupal es el de sumar fuerzas para aniquilar al miedo, encarnado en la pesadillesca imagen del payaso Pennywise (notable Bill Skarsgård bajo múltiples capas de maquillaje). El punto de partida de It: Capitulo 2 retoma la férrea promesa de la audaz pandilla de adolescentes que lograron lidiar contra el horror 27 años atrás. Aquel "Club de los Perdedores" ha mutado con el tiempo -al menos en apariencia- y la mayoría de sus integrantes son cuarentones profesionales con contundente éxito en sus carreras. Pero pronto un llamado desde el pueblo de Derry sacudirá las existencias burguesas de estos ex adolescentes intrépidos. El único integrante del grupo que quedó viviendo en esa pequeña localidad de Maine, alerta al resto de que Pennywise ha regresado. En honor a aquel juramento de antaño, unidos se disponen a dar una nueva batalla contra el mal. A pesar de que el flamante capítulo de este material escrito por el legendario Stephen King, que tiene su cameo en la película con un mate con el escudo de Independiente incluido, es una bomba de estímulos y sobresaltos, su pirotécnico despliegue de efectos visuales poco tiene que ver con la verdadera matriz del cine de terror. Para paliar una duración exagerada, que llega casi a las tres horas, el film ingresa en una suerte de montaña rusa adrenalínica, olvidando la construcción de una tensión a base de generación de climas y apostando de lleno a una batería de golpes de efecto. It: Capítulo 2 transita conceptos muy jugosos como el de la inmortalidad de los eventos traumáticos que quedan marcados a fuego desde la infancia o adolescencia, pero no logra profundizar demasiado en sus consecuencias. Hay un acertado planteo sobre la imposibilidad de borrar aquellos hechos, y esgrimir como única arma de supervivencia la permanente voluntad de reformular la existencia. Sin embargo, todo suena demasiado subrayado y carente de inquietud en este nuevo eslabón dirigido por Andy Muschietti. Los puntos más críticos consisten en el nulo abordaje del horror desde una mirada adulta, y la falta de química en un elenco multiestelar que incluye figuras de la talla de Bill Hader, James McAvoy y Jessica Chastain. Muschietti en esta oportunidad esboza maquetas en lugar de personajes, y para insuflarle algún tono emocional al relato apela al constante uso del flashback. Aunque los protagonistas en su versión adolescente tienen una porción de metraje más acotada que la de los adultos, vuelven a propulsar la necesaria cuota de encanto frente al trazado tan superficial que de ellos mismos ya crecidos hace esta nueva historia. De todas formas, It: Capítulo 2 esgrime las armas suficientes para mantener encendida la atención de la platea. El director argentino, que se ha transformado en el mimado de la industria de Hollywood, tiene buen pulso para generar escenas tan eficaces como creativas. Si para algunos la entrega inicial de este díptico estaba lejos de ser un exponente absoluto de cine de terror, este cierre se despega más todavía de la plena esencia del horror. Como si fuera una suerte de alocada coctelera en la que caben desde texturas cercanas a las de los films iniciales de Sam Raimi (con su trilogía Evil dead), o al primer Peter Jackson; Andy Muschietti combina el espanto con la desmesura, para dar con un ultra intenso trip de aventuras. Bajo esta premisa, el realizador logra trazar una propuesta que se abstiene de todo lastre de solemnidad. En lugar de formular un relato maduro sobre cómo sobrevivir frente al miedo, Muschietti prefiere seguir jugando como adolescente en las calles, alcantarillas y alguna siniestra casona abandonada de pueblo. En esta apuesta, confluyen los logros y también las falencias de una de las películas más esperadas del año. It: Chapter Two / Estados Unidos / 2018 / 169 minutos / Apta para mayores de 16 años / Dirección: Andy Muschietti / Con: James McAvoy, Jessica Chastain, Bill Hader y Bill Skarsgård
Mi ex amigo, colega y compañero de proyecciones lo hizo otra vez, pero en esta oportunidad le agrega otro elemento a su crueldad. Con la firme intención de que quien escribe estas líneas, sea quien tenga que hacerse cargo de estructurar una crítica sobre este muy pobre filme, huyo. Literalmente se tomó un avión y desapareció a través del océano Atlántico. Pero hagamos un poco de historia, el susodicho elogio sin límites a la anterior, entre otras cosas diciendo que le parecía genial el desdoblamiento en dos espacios temporales diferentes. Por lo cual todo transcurría allá por los ’80. Ante esa afirmación, refrende el fin último de todo producto hollywoodense, la recaudación. La segunda es que esa idea, de que sólo suceda en un mismo tiempo. podrían saberlo quienes hayan leído el texto original. En el producto audiovisual presentado en su momento nada daba lugar a otra situación. Sin entrar en detalle que, más allá de las buenas actuaciones, la química entre los actores y algún que otro aspecto estético, la primera no me pareció nada extraordinario. Pues bien, este segundo capítulo termina, en algunos aspectos, por darme la razón, el recurso de analepsis usado de manera frecuente al extremo, y para sólo explicar lo inexplicable e incoherente de la actualidad, termina por aburrir. La historia nos ubica en la actualidad, han pasado casi 30 años desde que el "Club de los perdedores", formado por Bill, Berverly, Richie, Ben, Eddie, Mike y Stanley, se enfrentaran al macabro y despiadado payaso Pennywise (Bill Skarsgård). Todos, salvo uno de ellos, en cuanto tuvieron oportunidad abandonaron el pueblo. Sin embargo, ahora, siendo adultos, el pasado les retorna como una bomba, la promesa de “Dartagnan y los Tres Mosqueteros”, debe ser cumplida, (digo, todos para uno y uno para todos, no otra) La idea clara del retorno del responsable de sus miedos originales parece ser real, deberán enfrentarse de nuevo al temible payaso para descubrir si de verdad están preparados para superar sus traumas de la infancia. En cuanto a la generación del terror está ausente en la totalidad del metraje, ya que la previsibilidad se hace presente cuadro por cuadro. Si a eso se le agrega los diálogos explicativos, el tedio está asegurado. Del mismo modo que en su antecesora, lo mejor, o lo bueno, se encuentra en el departamento de arte, la escenografía, el vestuario, la dirección de fotografía, son muy buenos realmente, pero quedan a contramano de la necesidad imperiosa del director de mostrar que sabe de planos y tomas, no se olvidó de ninguna posición de cámara, ni de utilizar los recursos técnicos a su alcance, que son muchos. Tampoco el sonido es de buen diseño, sólo está puesto para ensordecer o producir exabruptos. En otro orden de variables, el desperdicio de talento actoral es increíble, y no es que las actuaciones sean malas, lo contrario, sólo que la desconexión entre los personajes en la actualidad y el desfasaje de cada uno con quien fue en la infancia es notorio. Hablo como principales a Jessica Chastain (“El árbol de la vida,” 2011), James McAvoy (“El último rey de Escocia”, 2006), hasta un cameo del mismísimo Stephen King. La excesiva duración de éste segundo capítulo tampoco ayuda a que pueda ser digerida. Es real que la última secuencia del filme parece un retorno a lo que pudo haber sido, respetando y homologando lo emotivo que tenía la primera, pero no alcanza, salvo que sea la puerta de entrada a una tercera entrega, por favor no, ya fue demasiado. Para finalizar, hay otro orden de lo increíble, ya que quien es el responsable primero y último de esta producción es un argentino, que dio muestras de su compenetración con el género, pero parece que nunca vio actuar ni escucho el discurso de algún político argentino, esos sí que producen miedo de verdad.
La segunda parte de la adaptación del clásico de terror de Stephen King, It (1986) llega a dos años de que la primera se convirtiera en un éxito fenomenal. Y con su director, el argentino Andy Muschietti, pisando definitivamente fuerte en Hollywood. Como muestra de la confianza de esa industria, basta esta secuela, de presupuesto generoso y con estrellas de primera línea en los roles adultos de los que en la primera parte fueron niños. Han pasado 27 años, pero uno de los losers, ante las primeras señales de que el mal con forma de payaso puede estar de regreso, convoca a sus viejos amigos a volver a Derry. El que llama es el único que sigue viviendo en el pueblo porque, claro, quién querría quedarse ahí después del horror que empezó con la desaparición del pequeño Georgie en las alcantarillas. Volver es difícil, pero hay un juramento que cumplir. Y casi todos los ahora adultos (cada uno cargando con sus traumas y sus curiosas formas de controlarlos) se reencuentra con su pasado y un objetivo: acabar con el monstruo. Sin el ángel de su elenco juvenil y sin el horror iniciático, Muschietti arma una estructura episódica, coral, para su film de adultos. Aunque los flashbacks están a la orden del día y, en gran medida, inciden en las injustificables casi tres horas de duración de la película. Con el repaso por turnos de la historia de cada uno, la interacción entre los personajes queda abierta a un juego en el que se replican modos infantiles, deseos y sentimientos que no fueron olvidados. Entre todo eso, la acción -los sustos- se dosifican a ritmo parejo, pero tanta prolijidad termina por percibirse como una especie de rutina, que desgasta la historia ya conocida. Como si toda la magia del terror, y la diversión, se confirmaran pertenecientes a la infancia, que no volverá por mucho que se la invoque, una y otra vez, desde la imagen o la palabra. Que Muschietti tiene buenas ideas y capacidad para llevarlas a cabo, ya se sabía y aquí está claro. Si bien las mejores secuencias de la película, las pocas realmente perturbadoras, son las que se habían anticipado. Su elenco acompaña bien, especialmente el encargado del humor, el siempre fantástico Bill Hader. Y hay algunos guiños y visitas para celebrar. Pero la sensación es que It2, que no es una mala película y está hecha con evidente cariño, tiene menos para ofrecer.
Esta secuela se va alternando en dos tiempos, a través del flashbacks, se ven imágenes del “Club de Perdedores” en su adolescencia y en su narración al darle más vida a estos personajes también vamos conociendo que fue de ellos en su adultez. Ahora en esta nueva etapa deben estar muy unidos para vencer al maléfico Pennywise (Bill Skarsgård, una vez más se luce, es espeluznante y su interpretación es excelente. Uno de mis candidatos para ganar el Oscar) al representar el mal tiene la particularidad de tomar todas las formas que desee y ser muy amenazante, el grupo debe superar los temores de la infancia y vencer las angustias del pasado para tener alguna posibilidad de vencerlo. Han pasado 27 años e hicieron un pacto de sangre, los que conforman “El Club de los Perdedores”: Mike Hanlon (Isaiah Mustafa), el único que se quedó y creció en Derry, se encarga de llamar por teléfono al grupo para reunirlos, Bill Denbrough (James McAvoy, hace un buen juego interpretativo), Beverly Marsh (Jessica Chastain, esta correcta y bien elegida), Stan (Andy Bean), el ingenioso Ritchie Tozier (Bill Hader, estupendo en cada escena y también le da un toque cómico) y Ben (Jay Ryan). El casting es impecable, lo conforma un elenco con buena química, el director explota muy bien el material, habla de la amistad, el bullying, los traumas y los miedos de la infancia. No busca tanto los sobresaltos, va por la aventura, transita mucho por las emociones y el hecho de que siempre vencer al mal es un gran desafío. Contiene mucha tensión, intriga, suspenso, el ritmo tiene algunos vaivenes, resulta perturbadora, contiene varias secuencias que te ponen la piel de gallina, es más oscura y escalofriante. Llega a la mente de los espectadores. Hay otros personajes como el de Javier Botet, Teach Grant (su personaje es Henry Bowers, representado en su adolescencia por Nicholas Hamilton), cameos, sorpresas y Muschietti hasta se anima a hacerle un pequeño homenaje al Club Atlético Independiente, ya que es fanático; como así también a otras películas y al mismo Stephen King. Dentro de los rubros técnicos hay que destacar: dirección de arte, sonido, vestuario, fotografía, la recreación de época y la música de Benjamin Wallfisch. Un film disfrutable.
IT Capítulo 2: Volvemos a flotar. Luego de dos años de espera, el director Andrés Muschietti nos trae la segunda parte de este clásico del terror que nos dejó boquiabiertos. “Si Eso vuelve, volveremos nosotros también” Con esa frase damos por comenzada la segunda parte de IT (Eso), el terrorífico filme donde “El club de perdedores” se reencuentra luego de 27 años para combatir al mayor de sus terrores: el payaso Pennywise. Como ya hemos conocido en la primer entrega narra la historia de una entidad diabólica que toma la forma de un payaso que secuestra a los niños de la ciudad de Derry. La misma está basada en el libro homónimo de Stephen King publicada en 1986. El filme es dirigido por Andrés Muschetti (“Mamma” – 2013, y que próximamente dirigirá “The Flash”) y escrita por Gary Dauberman («Annabelle«) y narra los sucesos que ocurren en Derry (Maine) en dos épocas distintas, principios de los 90 y en la actualidad. La doble narración se encuentra en sus protagonistas, 6 chicos y 1 chica que conforman un grupo llamado “Los perdedores”. Este grupo se enfrentará a Eso cuando son jóvenes, y posteriormente tendrán que volver a enfrentarse a él 27 años después, ya como adultos. Y lo excelente del director es que pudo mostrar parte de lo que se basa King en sus obras: el drama y la amistad; más allá del ominoso horror que él sabe construir. Por otra parte, la película logró mostrar a la perfección algunas conexiones con otras películas del mismo género como: “The Shining”- Stanley Kubrick, “Mamma” – del mismo Muschietti y “A Nightmare on Elm Street” – Wes Craven. Y eso se puede apreciar en algunas escenas a lo largo de la película. La musicalización es un tema clave ya que deja al espectador inquieto al pasar los minutos y hace que la escena sea más terrorífica de lo que ya es haciendo sentir el “jumpscare” más de lleno. Cabe mencionar que para los fans del autor hay una grata sorpresa con un tinte bastante cómico y particular. Los actores elegidos para darles vida a esos niños que quedaron 27 atrás, no pudieron haber sido más acertados; Jessica Chastain (“Molly’s Game – 2017 ), da vida Beverly Marsh, Bill Hader (“The Skeleton Twins” – 2014), como Richie Tozier, James McAvoy (“Split” – 2016) como un adulto Bill Denbrough, Andy Bean (“Here and now” – 2018), que interpreta a Stan Uris, James Ransone (“Sinister” – 2012), que en el papel de Eddie Kaspbrak e Isaiah Mustafa (“Girl Flu.” – 2016) como Mike Hanlon, y por supuesto Bill Skarsgard (“Atomic Blonde” – 2017), que regresa como el espeluznante Pennywise. Podemos decir que esta nueva entrega está dividida en dos partes, la primera hora abarca los recuerdos de los protagonistas con sus miedos a los cuales se aferraron de niños, mientras que la segunda mitad muestra la ardua pelea por derribar al payaso. Muschietti logra que nos encariñemos con los personajes de niños y de adultos y logra meternos de lleno en los sentimientos y pasiones de cada uno de ellos, para entonces lograr comprender los traumas de la infancia. Como mencionamos anteriormente en esta película se ponen en juego varios valore emotivos como la amistad, el trabajo en equipo y la confianza, y quien haya leído historias de Stephen King sabe a lo que nos referimos. El director mostró un excelente cierre a este segundo capítulo, haciéndonos volar y ver más allá que una simple historia de niños que atacan a un payaso diabólico. Quienes vieron la miniserie y leyeron el libro, les aseguramos que sentirán que vuelven a vivir cada escena y cada párrafo ya que se respetan muchos detalles de la historia. En resumen, estamos ante una película de género muy bien adaptada, con un terror mucho más macabro que la primera por lo que es recomendable verla en los cines que dispongan de sonido envolvente. ¡Que disfruten la función!
Cargada de guiños a la primera parte, el payaso maldito regresa 27 años después La segunda parte de la película basada en el libro de Stephen King resulta demasiado larga y poco terrorífica Los losers se vuelven a reunir 27 años después de los hechos acaecidos en la primera entrega, y viajarán a Derry para enfrentarse una vez más con sus miedos. Y también a eso que devora a los niños y toma la forma de un payaso llamado Pennywise. Así se presenta It: capítulo 2. Lo primero que hay que decir es que la anterior película contaba con grandes ventajas con respecto a esta secuela: se desarrollaba en la empática década del 80, años cargados de magia, música, color y personajes de la cultura pop que pululaban por un metraje tan interesante como entretenido. A esto, había que sumar a la pandilla de perdedores, un grupo de niños actores muy queribles con los que era fácil identificarse. Y por supuesto, la performance de Pennywise (lograda caracterización de Bill Skarsgård), un terrorífico clown que resultaba creíble como el monstruo de la trama. Esta segunda parte de casi tres horas de duración se hace eterna porque funciona como un compilado de escenas que solo buscan el lucimiento de cada uno de los actores adultos que toman la posta de la historia. Un encadenado de secuencias confusas, unidas con alfileres que no hacen honor a su predecesora y están lejos de la tensión existente en las páginas del libro original del maestro Stephen King. El elenco está muy bien seleccionado desde el aspecto físico, todos los personajes están empatados con sus émulos niños, pero el problema se da en las interpretaciones, un apartado en el que solo se destaca Bill Hader (se roba literalmente cada escena en la que participa), y en el que Jessica Chastain y James McAvoy pululan perdidos en busca de algo de la química que sí tenía el cast juvenil. De hecho, las escenas en las que los personajes están juntos y podrían presentar cierta afinidad (como la del restaurante chino) terminan opacadas por los monstruos y criaturas digitales que alejan todo rastro de credibilidad y horror. El payaso maldito: una escena de “It 2” El payaso maldito: una escena de “It 2” El argentino Andy Muschietti, un cineasta amante del terror clásico, sucumbe ante los efectos de CGI, relegando al Pennywise de carne y hueso a pequeñas apariciones que parecen forzadas. Su ojo para la puesta en escena y para generar climas se puede ver en varias secuencias (sobre todo la que transcurre en el antiguo hogar de Beverly) pero se pierde en el clímax en donde la acción parece rodada bajo una fórmula, sin el toque de autor. Increíblemente, la película casi no tiene momentos de horror genuino, y los pocos sobresaltos son generados por el recurrente recurso del sonido repentino y estridente acompañando una entrada a cuadro. Por suerte los losers adolescentes tienen varias participaciones en el filme, y se nota que es una presencia que, como ya especulamos, se echó de menos, por lo que muchos flashbacks innecesarios para el avance del guión terminan resultando frescos al lado de la desangelada acción en el tiempo actual. En los rubros técnicos de fotografía, dirección de arte, sonido y montaje, todo funciona a la perfección. Pero con la vara alta de la primera parte, el saldo resulta demasiado pobre. A la distancia el telefilme It de los 90, con sus limitaciones presupuestarias y sin un elenco de estrellas, termina siendo revalorizado y funcionando de manera más escalofriante que este epílogo. Como el maquillaje de un arlequín, que puede lucir alegre y festivo, este Segundo Capítulo impacta a primera vista por el nivel de producción, pero más allá de las luces y los fuegos de artificio, debajo de las capas de base blanca se esconde un payaso triste.
La segunda entrega del film basado en el libro de Stephen King ha llegado finalmente. Le tomamos cariño sabiendo que quienes están a cargo de la dirección y producción del mismo son nada más ni menos que los hermanos argentinos Andy y Bárbara Muschietti, respectivamente, quienes ya con la primer entrega lograron un éxito. Luego de que el Club de los perdedores viviera una total pesadilla de niños, 27 años después vuelven a reencontrarse – no por un motivo feliz sino por la vuelta de Pennywise (Bill Skarsgard) a Derry. En el pasado, el grupo había hecho una promesa y llegó el momento de cumplirla. Bill (James Mc Avoy), Bev (Jessica Chastain), Ben (Jay Ryan), Richie (Bill Hader), Mike (Isaiah Mustafa), Eddie (James Ranzone) y Stanley (Andy Bean) se complementarán para luchar contra el temido payaso y que nunca más vuelva a aterrarlos, que es lo que él busca y de lo que se alimenta. Cada uno se enfrentará a varios momentos que no creían recordar que marcaron su niñez; momentos tristes y difíciles de afrontar, pero los protagonistas se dan cuenta que es fundamental en el presente porque funcionará para combatir sus miedos. Pennywise ha vuelto a atacar y con más recurrencia, por lo que todo se vuelve una bomba de tiempo. Un film de 170 minutos de duración con apariciones geniales y que van a dar que hablar. El mismo mezcla mucha comedia con terror y eso hace que la visión en general, a comparación con la primer película, sea muy distinta y reste un poco. Los efectos especiales son extraordinarios, hay escenas donde se luce por completo todo el trabajo que han realizado los especialistas y en cuanto a la estética por el cambio de época, es acertado. Sí o si hay que ir al cine a verla. Estén atentos a cada momento de la película y, aunque tenga varios flashbacks de la entrega anterior, tienen que haberla visto antes porque ver el trabajo final da otra mirada interesante.
Muere monstruo muere Luego de consagrarse entre los realizadores de género más prometedores de la actualidad con la mega taquillera “It (Eso)”, el argentino Andy Muschietti regresa para mostrarnos el desenlace de la terrorífica historia basada en el clásico best seller de Stephen King. Con “It: Capítulo 2” Muschietti redobla la apuesta gracias a un mayor presupuesto que le permitió acceder a estrellas de la talla de Jessica Chastain, James McAvoy y Bill Hader, además de poder desarrollar un concepto visual de mayores pretensiones. La trama se lleva a cabo 27 años después de los sucesos que acontecieron durante la primera entrega, cuando el grupo de adolescentes que derrotó al payaso Pennywise se reencuentra en su versión adulta para enfrentar una vez más a la monstruosa entidad que se esconde en las cloacas de Derry y, de paso, superar algunos traumas del pasado. Esta continuación marca una diferencia importante con respecto a su antecesora, siendo que su estructura narrativa combina al elenco de los más chicos con el de los mayores a base de flashbacks y constantes conflictos que abusan de los efectos digitales. El problema con “It: Capítulo 2” es que Muschietti peca de ambicioso y pretende elaborar demasiadas ideas y situaciones a lo largo de unas casi tres horas de duración que se hacen sentir en la butaca del cine. Una prueba más de que “It” sigue siendo una obra sumamente compleja para querer adaptar en la pantalla grande.
“Hey, tus libros son buenos… pero ¿por qué el final de todas tus historias apesta?”. En It: Capítulo Dos la versión adulta de Bill Denbrough – encarnada por James McAvoy – es un escritor de best sellers que intenta hacerse paso en el mundo del cine y ahora se encuentra adaptando una de sus novelas a la pantalla grande. Pero viene retrasado con el libreto y tanto el director (cameo de Peter Bogdanovich) como los actores – incluyendo la actriz principal, que figura ser la esposa del personaje de McAvoy – lo bardean mal… con la demora y con lo ridículos que son sus finales. Es como si al libretista Gary Dauberman se le hubiera chispoteado el inconsciente, expresando entre líneas su opinión personal del libreto que estaba armando. “Hey, Dauberman; tus adaptaciones son buenas… pero ¿por qué el final de la saga It apesta?”. Yo te puedo dar una docena de razones por las cuales el filme falla: la mitad de ellas las sé de antemano porque el problema reside en factores externos – la distancia de dos años entre un filme y la secuela; el reemplazo de los personajes por sus versiones adultas, encarnadas por otros actores y que no poseen la misma química envidiable de los pibes de la original; el final, que también fallaba en la novela de Stephen King; el problema de crear monstruos de la nada, para lo cual hay que inventar reglas para destruirlo… y las cuales pueden ser espantosamente ridículas o traídas de los pelos (¿ven?; eso no pasa con las estacas y el agua bendita contra los vampiros o las balas de plata contra los hombres lobos, ocurrencias arbitrarias de los autores de su época pero, como están tan arraigadas en la cultura popular, ya nadie las cuestiona; en cambio objetos de la niñez devenidos tótems de poder, superficiales rituales indios e insultos (!!!) como la forma adecuada de lidiar con un demonio ancestral que viene de otra dimensión… oh, Dios…) -, y la otra mitad son problemas nuevos, de los cuales son responsables íntegramente Andy Muschietti & cia. Si la primera parte de It fue formidable, una gran película de terror y una de las mejores adaptaciones de la vasta obra literaria de Stephen King, It: Capítulo Dos se desbarranca tan mal que debe figurar entre las peores. Sí, hay momentos logrados, pero todo es una gran cosa estirada salpicada de malas actuaciones, horrendos monstruos digitales (por lo pésimo de su factura, que anula todo el shock de las escenas donde aparecen), rebuscadas cacerías del tesoro que sólo sirven para estirar la trama, un puñado de chistes desubicados en el clímax, un estúpido Deus Ex Machina que sirve para derrotar el monstruo… y una fuerte sensación de que la honestidad y la valentía de los protagonistas del primer filme se fue por el drenaje (y no flotó… no flotó!). Todo parece forzado, los problemas de estos personajes devenidos adultos no sirven para tridimensionarlos – la pelea de la Chastain con su esposo abusivo pasa de una situación de tensión a una refriega tipo Los Angeles de Charlie; ¡las mujeres golpeadas en la vida real no se convierten en ninjas en dos segundos! -, y hasta el dilema fundamental que deben lidiar – irse y seguir vivos, o cumplir con el juramento que hicieron cuando eran chicos y salir a enfrentar al monstruo con las manos desnudas con el obvio riesgo de sufrir una muerte espantosa en el camino – parece artificial y afectado. Por supuesto hay cosas buenas: un par de buenos shocks – la nena en el estadio; Jessica Chastain visitando la casa de su padre y topándose con una viejita decrépita – pero en unos cuantos casos la efectividad se va al garete por la aparición de unos monstruos hechos con CGI que son mas ridículos que amenazadores (que es lo que ocurre en la escena de Chastain y la viejita). Digo: Pennywise es estremecedor cuando aparece, pero acá el libreto le ha dado otras formas – de anciana zombie, de farmacéutico zombie con tres ojos, de cabeza zombie con patas (obvia influencia de El Enigma de Otro Mundo by John Carpenter y que es moderadamente efectiva) – que no asustan en absoluto y se ven patéticas. Y toda la historia es un largo y estirado diletante donde esta gente da vueltas, vueltas y vueltas, y le pasan cosas raras, raras y raras, excusas que estiran el filme a unas eternas 2 horas 40 minutos. Es como su Muschietti & co se hubieran creído su propia prensa, y decidieron dar mas de lo que el relato daba porque mas es mejor... cosa que no ocurre. Por el contrario, te da la impresión que la dirección es indulgente y añade cosas solo para mostrar su técnica cuando en realidad se podían haber podado shocks innecesarios, suprimir la trama del matón adolescente encerrado en el manicomio y que Pennywise libera (¿en serio? ¿cuál es la utilidad en toda la historia?; y si estaba en el libro de King, ¿por qué no cortarlo? ¿acaso es la Biblia?), y armar una trama con mas músculos y menos grasa, centrada mas en el drama antes que en el shock y dosificar éstos para que fueran menos pero altamente efectivos… en vez de ser una galería interminable de intentos fallidos que no van a ninguna parte (como… ¿qué pasó con el pibe de la galería de espejos del parque de atracciones y que McAvoy iba a rescatar?). Las perfomances van en piloto automático simplemente porque acá hay buenos actores con papeles mal escritos. El peor ofensor de los sentidos es James Ransone, que está en modo gracioso / aterrado / sobreactuado al 110% todo el tiempo, y es una caricatura que desentona mal con lo delicado que es el proceso y con el drama que enfrentan todos. Y mientras que McAvoy y Chastain están ok, el que roba una escena tras otra es Bill Hader. Hader ya había mostrado su rango en varias películas indie – y sobre todo en su serie Barry, donde el tipo pasa de la brutalidad al drama y luego al humor con una facilidad pasmosa -, y acá hace chistes, saca conclusiones obvias (que son las que piensa el público en ese momento), tiene momentos de tremendo heroísmo y de enorme cobardía y, cuando se deshace, es tremendamente conmovedor. No me extrañaría verlo, en un futuro no muy lejano, con una nominación al Oscar bajo el brazo. It: Capítulo Dos es muy muy dispar. Ni el cameo de Stephen King tomando un mate con el logo del Club Independiente de Avellaneda la salvan de la quema. Completa el círculo, pero la diferencia entre los capítulos es enorme. La primera era un sentido relato de juventud, la segunda es una cosa artificial carente de drama sincero. Nadie es capaz de explicar como este bicho todopoderoso no los mata cuando quiere, ya que oportunidades le sobran. “El viaje es mas importante que el destino” = bullshit. Una mala conclusión pueden arruinar un comienzo épico y es lo que ocurre aquí, en donde la suma de talentos involucrados no logra ni por asomo obtener la misma efectividad que un puñado de actores infantiles frescos… y de un director al cual no se le habían subido los humos a la cabeza.
El horror, segunda parte La adaptación de It, de Stephen King, concluye con sus personajes ya adultos, enfrentando miedos más reales, en un film que no evita los excesos. ¿Es It: Capítulo 2 la película argentina más cara de la historia del cine? Sí y no. En términos concretos, no lo es para nada. Se trata de una enorme producción de New Line/Warner Bros. que tiene todas las intenciones de convertirse en el film de terror más taquillero de la historia y poco tiene de “local” en su trama, salvo que uno cuente un termo, un mate, los colores de un equipo de fútbol y algún que otro guiño para entendidos. Pero, a la vez, su director y su principal productora (Andy y Bárbara Muschietti) son argentinos. Y si eso cuenta para la estadística, que así sea. Más allá de la broma, It: Capítulo 2 es realmente una película gigante: de tamaño, de presupuesto, de ambición. Con casi tres horas de duración (algo rarísimo para un film de terror), la secuela de la exitosa It opta por el concepto clásico que se asocia a las segundas partes: más grande que la anterior y un poco diferente pero no tanto. ¿Sale airoso Muschietti del problema de continuar una exitosa película? Sí, sale. Convengamos que tampoco la original es El padrino ni El exorcista, por lo cual el problema de estar a la altura de la original no era algo imposible. It, de 2017, es una sólida película de terror aunque no particularmente terrorífica. Funcionó muy bien gracias a un excelente villano y a una extraordinaria campaña de marketing, pero no estamos hablando de un clásico del cine sino de una medianamente efectiva película de género. Se puede decir que la apuesta de It: Capítulo 2 –que se centra en la misma novela de Stephen King y, como en el libro, continúa 27 años después de la original cuando el temido Pennywise reaparece en Derry, Maine–, es la de una suerte de “Marvelización” del cine de terror. Tenemos, por un lado, a un grupo de siete personas (niños en la original, adultos en la secuela), conocido como “El club de los perdedores”, que bien podrían ser los “Avengers” de esta nueva franquicia. En tanto, Pennywise, el payaso asesino, podría equipararse aquí a cualquier malvado del universo de los superhéroes, con sus difusos poderes y sus deseos de matar por matar. Por otro lado, las escenas más fuertes de la secuela están más cerca de las del cine de acción que de terror propiamente dicho. Y si a eso se le suma que New Line ya está pensando en seguir exprimiendo esta franquicia vaya a saber hacia dónde, casi no caben dudas de que estamos ante un universo cinematográfico que seguirá por mucho tiempo. Lo que no consiguió Universal al tratar de hacer lo mismo con sus monstruos clásicos (el fracaso de La momia con Tom Cruise aniquiló por el momento los proyectos de traer de regreso a El Hombre Invisible, Frankenstein y Dr. Jekyll) acaso lo consiga It con el Stephen King-Universe. Lo más interesante que tiene It: Capítulo 2 está relacionado con los diversos subtextos que rodean a la trama: la idea de que Pennywise, de algún modo, es un monstruo que no solo representa los miedos de los protagonistas sino que es una manifestación física de un malestar contemporáneo. Si tomamos en cuenta que el film (y la segunda parte de la novela) comienza con la brutal agresión a una pareja gay, hay un marido golpeador y el “bully” de los ‘80 sigue circulando, tranquilamente se puede pensar a “El mal” de esta película como una metáfora de la situación actual en los Estados Unidos. Interpretación que el propio King, muy anti-Donald Trump, aceptaría con gusto. Por otro lado, es interesante la idea de que los personajes de 40 años –que se ven obligados a regresar a su pueblo natal ante la reaparición del payaso en cuestión– hayan bloqueado por completo las experiencias traumáticas de su adolescencia. Hoy la mayoría de ellos son personas exitosas y en apariencia funcionales, pero apenas reciben el llamado de Mike Hanlon –el único de ellos que se quedó a vivir en Derry, obsesionado por la criatura y sus misterios– es como si adentro suyo se destapara un recuerdo primal, negado al punto del olvido absoluto. La primera mitad de la película es muy buena. Es la que menos apuesta a los golpes de efecto y más por la construcción de los personajes. James McAvoy es el adulto Bill, el líder del Club en cuestión, hoy convertido en guionista cinematográfico. Beverly (Jessica Chastain) es ahora una mujer golpeada que abandona a su marido, después de una violenta pelea, para reunirse con el grupo, mientras que Ben (Jay Ryan) ya no es un tímido niño obeso sino un millonario y elegante empresario. Y Richie (Bill Hader) es un exitoso comediante de stand up igual de ácido que en los '80. El grupo lo completan el citado Mike (Isaiah Mustafa), que nunca abandonó el pueblo; el hipocondríaco Eddie (James Ransone) y Stanley (Andy Bean), el más atormentado por la idea de tener que volver a Derry a enfrentar a Pennywise. Cuando la mayoría de ellos se reúne en Maine –en una bizarra cena en un restaurante chino– se nota claramente la química que tienen, y de a poco se reconstruye el grupo con caras nuevas y traumas antiguos. Hasta que Pennywise da señales de vida, a su manera, y comienza el caos. Como todo el mundo teme a los spoilers, solo diremos que de ahí en adelante hay una larga cadena de enfrentamientos tanto grupales como individuales, bien con Pennywise como con los otros personajes (o manifestaciones suyas); que los niños de la primera película reaparecen como parte de esas peleas –las que parecen existir, a la vez, en el mundo real y en el subconsciente de cada protagonista– y que hay varios cameos de personas muy reconocibles. En un momento todo se vuelve demasiado grande en It: Capítulo 2: el tamaño de la criatura, la espectacularidad de las batallas, la cantidad de efectos especiales. Hay algo un tanto repetitivo y mecánico en la acumulación de hechos, especialmente porque siempre es un tanto confuso saber bien cuáles son los poderes reales de Pennywise y qué cosas suceden en la realidad y cuáles no, pero Muschietti logra evitar la monotonía gracias a una buena dosis de humor (aportada más que nada por el notable trabajo de Hader) y a un trabajo de efectos especiales caracterizado también por la extrañeza de sus creaciones, una más bizarra y repulsiva que la otra. It: Capítulo 2 funciona bastante bien para una película de más de 160 minutos que podría haber durado media hora menos. Tiene subtramas innecesarias (ya verán cuáles) y un exceso de efectismo especialmente en el trabajo sonoro, que entiende que solo bombardeando al espectador desde ese lugar se lo puede mantener atento. La película es mejor cuando los miedos se manifiestan de formas más sutiles y a escala humana (especialmente en las escenas individuales, en las que, como en la primera parte, cada personaje resuelve sus asuntos personales/familiares con Pennywise y sus manifestaciones) que cuando pone a estos Avengers del cine de terror a luchar, utilizando técnicas de libro de autoayuda, contra un villano que se ha convertido en una especie de Thanos con cara de payaso. Es posible que el cine de terror convertido en franquicia a la Marvel apueste más y más por ese costado grandioso y de alto impacto. Para mí, It: Capítulo 2 funciona mejor, como cualquier película de horror, cuando opera desde miedos humanos, cotidianos y reconocibles. Cuando permite que el espectador se conecte con aquellos horrores que necesitó olvidar para poder ser un adulto más o menos funcional.
Esta nueva versión de “It” reformula el eterno recurso de la transposición literaria. Hoy en día concebido como un fenómeno masivo, el pasaje más común en los inicios del cine fue desde el teatro o la literatura. Actualmente hay ejemplos del cine a la televisión y viceversa, así como de éxitos masivos cinematográficos que se propagan a la novela como fenómenos propios del posmodernismo, sin olvidar transposiciones desde el género musical al cine o de la literatura hacia el teatro. Es por este motivo que la corriente estilística posmoderna ha permitido en el último tiempo múltiples transposiciones, y que su traslado a un medio adaptado sea objeto de más de una versión. El análisis de este fenómeno de época nos limita al ámbito literario, para lo cual es necesario conocer temas, géneros y núcleos narrativos que generan interés continuo en una sociedad y su cultura, bajo coordenadas históricas y geográficas determinadas. Desde el estudio crítico también se establecen relaciones entre cine y literatura. El hecho de que el film y su dimensión temporal incorporen la sensación de narración, nos hace acercar a lo literario para establecer una valoración sobre el contenido. Y aquí es donde nos encontramos con la inmensa figura del novelista Stephen King, cuyas obras han proliferado en el formato audiovisual de modo incesante. ¿Cuánto debe el cine a Stephen King? ¿Cuánto debe Stephen King al cine? El cine le adeuda incontables cantidades de historias que han sido adaptadas y aprovechadas por el género de terror y el suspenso psicológico, nutriéndose de estas a lo largo de los años. No obstante, el mismo King, uno de los más grandes autores contemporáneos, reconocido y valorado mucho antes de que sus obras llegaran a la gran pantalla, agradece al cine, sin dudas, parte de su trascendencia y perdurabilidad. “El Resplandor” (1980), “Christine” (1983), “Cuenta Conmigo” (1986), “Misery” (1990), “Sueños de Libertad” (1994), “Milagros Inesperados” (1999) y “La Niebla” (2009) fueron grandes películas y ejemplos válidos para corroborar esta tendencia de saber aprovechar el rico material literario de King, en manos de directores como Rob Reiner, Frank Darabont y John Carpenter. Tampoco fue extraño el suceso que despertara la “It” original, dirigida por Tommy Lee Wallace, en 1990. El suceso de esta novela de King también alcanzó el formato de las miniseries, siendo adaptada por la cadena ABC. La novela nos contaba de la desaparición de una serie de niños de la ficticia ciudad de Derry (Maine, mismo estado donde nació el autor), producto del malvado accionar del payaso Pennywise, temible responsable de actos de violencia y asesinatos por doquier. Andy Muschietti se fascinó con esta cabal novela de Stephen King durante su adolescencia, germen iniciático de su pasión cinéfila. Posteriormente, este joven experto en el género del terror estudió en la Universidad del Cine y participó del icónico “Historias breves” propulsado por el INCAA, allí cuando el NCA daba sus primeros y revitalizadores pasos. Años después se radicó en Madrid, cumpliendo labores de publicidad. Radicándose en Estados Unidos gracias a la obtención de un concurso, llamó la atención de Guillermo del Toro, quien suele producir a nóveles talentos del cine de habla hispana. Ya instalado en Hollyoowd, sorprendió a la crítica cinematográfica con “Mamá” (2017), espeluznante cinta protagonizada por Jessica Chastain, premiada actriz con la que vuelve a colaborar en este proyecto. El argentino, encargado de llevar a la cabo la remake de esta icónica historia del género dos años atrás, retoma la macabra historia de estos niños ya adultos (otrora miembros del ‘Club de Perdedores’), quienes luego de haber abandonado sus raíces nativas producto del profundo trauma sufrido se ven imposibilitados de escapar a los tormentos y traumas de su pasado. Como es de esperarse, la respuesta la encontrarán enfrentando sus propios miedos. Junto a la productora Barbara Muschietti, la dupla de hermanos lleva a cabo una monumental secuela de la historia: el ensamblaje original duraba 4 horas y, debido a presiones del estudio para recortar escenas, la gesta acabó en la suma de -igualmente- excesivos 169 minutos que despliegan el microcosmos conceptual y estético que reviste a la idea original de King, bajo una red de subtramas que se bifurcará con mayor y menor acierto dentro del desaforado y vehemente universo ideado por el argentino. Allí aparece el inquietante escenario de la feria de atracciones (tan afín a la cultura americana y que nos remite a recientes títulos del género de terror como “Nosotros” de Jordan Peele) como escenario para generar terror y como disparador de la maldad que habita en Pennywise. Inteligentemente, el motor disparador del film girará en torno al mencionado fun house como entorno perfecto, guarida y lugar pesadillesco para sus frágiles víctimas. Resulta interesante la apuesta de Muschietti, y de elogiar su ambición narrativa (hasta la desmesura) más allá de los resultados en sí. En tiempos donde el metraje pierde peso específico, en detrimento de vacuos efectos especiales, la apuesta resulta singular.
Cierre un poco recargado que aún enamora Llega la esperada secuela de esa remake que tan bien supo recrear el director argentino Andy Muschietti (''Mama'') junto a los guionistas Chase Palmer y Cary Fukunaga. Cuando se anunció en su momento la inminente remake cinematográfica de este clásico de Stephen King, la reacción del público general fue muy escéptica, pero gracias al buen trabajo realizado por todos los involucrados en el proyecto, devolvió la fe a varios que estábamos ya hartos de tanta remake de baja calidad dando vueltas. Además, digamos la verdad, más allá del miedo que nos generó a toda una generación, el material audiovisual original con el gran Tim Curry en el rol de Pennywise, la serie televisiva de dos capítulos no era de la mejor calidad en el género. Con el gran éxito de ''It'', estrenada en 2017, se hizo inevitable la producción de una secuela, que también iba a ser puesta a prueba. Para mí esta continuación, con algunas torpezas y exageraciones propias de un cierre que quiere ser épico, logra su cometido y da una buena conclusión a esta historia de amistad y terror. No supera a la entrega de 2017 en el balance general de calidad, pero creo que está a la altura y no decepciona. Lo mejor que tiene esta nueva saga es la manera en la que Muschietti y los guionistas abordan la dinámica de amistad entre los protagonistas. Es realmente el alma de la historia, lo que permite al espectador involucrarse emocionalmente y convertirse un poco en niño de nuevo para disfrutar de una aventura de terror que es hipnótica. Realmente disfruté mucho de la amistad que propone este proyecto. Creo que es el ingrediente que mantiene todo unido y dota al film de cierto nivel mínimo de calidad narrativa. También repite el punto fuerte de la producción cinematográfica. Las locaciones, la fotografía, los planos, el vestuario, la estética, son excelentes. Hay mucho detalle en cada escena, algo que se agradece profundamente. Suma también como punto fuerte la presencia en pantalla de actores muy talentosos como Jessica Chastain, James McAvoy y Bill Hader, que se suman a las buenas labores de los adolescentes que encarnan a los personajes en su etapa de juventud. ¿Qué es lo que no funcionó demasiado bien en este entrega? Creo que hubo una exageración de despliegue épico. Aparecen tantos monstruos y hay tantas escenas donde se lo puede ver a Pennywise aterrorizando a los protagonistas, que de cierta manera pierde efectividad por acumulación y abundancia. Se nota que había más presupuesto para efectos especiales, tanto que la película está plagada de ellos. No está mal esto en teoría, pero creo que se abusaron en el uso y esto derivó en una pérdida de sugestión en los espectadores. Hay tanto para absorber que nos quedamos sin hambre antes de lo estipulado. Otra cuestión que me pareció exagerada fue la duración del film. Fueron 169 minutos (casi 3 horas) innecesarios de metraje. No hacía falta extender tanto la película, tal es así que termina siendo contraproducente. Le sobraron al menos 30 minutos que se podrían haber acortado. Por último, el guión no creo que haya sido malo, pero sí incorporó varios elementos místicos que hicieron que ''It, chapter 2'' fuera un poco más pesada de sobrellevar. Al que le gustó la remake del 2017, creo que le va a gustar también esta entrega, aunque seguramente sentirán como yo que se les fue un poquito la mano. En todo caso, sigo agradeciendo que la haya rebooteado un grande como Andy Muschietti y me haya hecho sentir enamorado de los 13 años de nuevo, aunque sea por unas horitas.